Nota realizada para la revista Freeway y publicada

Transcripción

Nota realizada para la revista Freeway y publicada
10. RECOMENDADOS.
12. ESCENA: Los Traidores en La Trastienda.
16. EN EL CAMINO: “Las canciones luminosas”. Entrevista con Babasónicos.
Texto: Gabriel Peveroni. Foto portada: Cecilia Glik. Fotos interior: Jorge Truscello.
22. Somos tan frágiles, por Lucía Allegro.
24. Dark city, por Mariana Enriquez.
26. STREET ART: “Muros sudamericanos”, por Lucie Lejeune y Clement Biron.
30. Rompecorazones, por Mauricio Milano.
32. LA VIDA EXAGERADA DE ABREU: “Inmaduro”.
34. TXT: “Verano europeo”, por Alceo.
36. Inside out, por Jessie Young. Fotos: Florencia Ottonello.
38. Mundo maravilla, por Max Capote.
40. Mis confesiones, por Kira.
42. MODAles: “Camellia”. Fotos: Bruno Nogueira.
48. MADE IN URUGUAY: Penny Lane. Producción: Blog Couture.
52. COMIC: “Oso con alas”, por Lucrecia de León.
54.VIDRIERA ARTE CONTEMPORARY: Gabriela Pelenur. Curador: El Empleado del Mes.
56. No le temas al arte, por Javier Abreu.
58. Suenan, por Gustavo Fernández Insúa.
59. KIT: Orquesta Fernández Fierro.
60. Pantallas, por Fernán Cisnero.
61. EN BORRADOR: “Del pecado a la virtud”, por Martín Inthamoussú.
62. ESCENA: “Shanghai” en Museo de las Migraciones.
64. Letras, por Natalia Mardero.
66. Héroes, antihéroes y villanos, por Leonardo Borges.
68. Tras Usted, por Felipe Ridao.
70. Hasta la viñeta siempre, por Federico de los Santos.
72. DIARIO DE VIAJE: “Vuelo a Venecia”, por Magela Ferrero.
76. Tiempos modernos, por Rodolfo Santullo.
78. Trip, por Pablo Trochon.
81. Otros animales, por Pedro Dalton.
82. Ciudades que matan, por Ruski.
84. FOTONOVELA: “Chongo Novela”, por Mauricio Pizard.
86. Cuchara libre, por Victoria Vera.
88. ETIQUETADOS, por Flavio Giusti.
96. CÓMIC. Alceo/ Bergara
98. Vasos magnéticos, por Gonzalo Deniz.
R
danza LUCIANA ACHUGAR
Puro deseo es una creación de la coreógrafa Luciana Achugar
que fue mencionada por la Time Out neoyorquina como uno
de los espectáculos más destacados de la temporada 2010
en Manhattan. Achugar se inspira en los fenómenos paranormales, lo oculto, y las representaciones de la monstruosidad
en el cine y la literatura gótica. Del 26 al 30 de agosto en la
Zavala Muniz.
música AUTORES EN VIVO
La confortable sala Blanca Podestá de Agadu, en la calle
Canelones 1122, propone este mes una ajetreada programación musical con entrada libre. Autores en vivo es un
atractivo festival de música uruguaya que abre con el hip
hop de Arrajatablas el lunes 8 y tiene sus destaques en
los shows de Mateo Moreno (lunes 15), Rossana Taddei
(martes 16), Buenos Muchachos (lunes 22) y Dino (domingo 28).
diseño TRAMA
Está abierta la convocatoria del concurso Trama-Diseño en
Lana, organizado por la empresa Malabrigo con la intención
de incentivar la creatividad y la capacidad de innovación de
estudiantes y profesionales del diseño, artistas y tejedores.
Los ganadores participarán de una exposición en la Alianza
Francesa. Las bases pueden leerse concursotrama.wordpress.com.
rock SIBYLA VAINE
El guitarrista Orlando Fernández convocó a su hermano
Marcelo y a Alejandro Itté, ambos de Buenos Muchachos,
para grabar junto al batero Nicolás Souto las canciones
que viene armando desde hace años, entre ellas “Milagros”, una estupenda balada rock que suelen tocar los
Buenos. El disco se llama Largas madrugadas y es el debut de Sibyla Vaine como banda. Lo presentan el viernes
19 de agosto en Sala Zitarrosa.
10
exposición OUR BODY
Una singular exposición de cuerpos humanos, desarrollada
por la Fundación de Ciencias Anatómicas y Tecnológicas de
Hong Kong, puede verse este mes de agosto en el sexto piso
del estacionamiento de Montevideo Shopping. Our body: El
Universo Dentro utiliza fragmentos y cortes de cuerpos reales
para posibilitar una mirada a lo que normalmente solo los médicos y los científicos tienen acceso
teatro POGLED
Mixtura de teatro documental, performance audiovisual y
recital de rock, Pogled supone una mirada contemporánea
sobre el derrumbe del mundo socialista. A partir de la película La mirada de Ulises, el actor Iván Solarich escribió un
texto que refiere a otros personajes teatrales y a su propia
memoria familiar. Lo dirige Santiago Sanguinetti. Viernes
y sábado a las 21.30 y domingos a las 20.30 en El Mura
(Mercado Agrícola).
arte SALA TALLER
Desde el 11 de agosto, y durante ocho semanas, se lleva a
cabo en el subsuelo del eac, una primera experiencia piloto
de residencias artísticas. Cada artista participante utiliza dos
espacios de las antiguas celdas, a condición de trabajar un
área de trabajo y un área de exhibición. Obras in progress de
Celeste Rojas, Florencia Flanagan, Javier Abreu, Gonzalo
Delgado, Gustavo Tabares y Jacqueline Lacasa.
novela NICOLÒ AMMANITI
Que empiece la fiesta es una de esas pocas novelas capaces de lograr carcajadas inesperadas, escrita con el
equilibrio suficiente entre la farsa y la comedia. El romano
Ammaniti logra una obra que se disfruta como el mejor
disco de los Auténticos Decadentes. Los protagonistas
son los integrantes de una secta satanista, un escritor de
éxito y un grupo de ex disidentes soviéticos.
11
E
foto: pata.torres
12
MONTEVIDEO AGONIZA
rondaban la esquina de rivera y paullier. hace veinticinco años. tenían un
puñado de canciones. botas militares. vaqueros rotos. alfileres de gancho.
discos de los clash y los pistols. las ganas de patear. de romper con el gris. se
hicieron llamar los traidores. la lluvia cae. todas esas canciones armaron un
disco inolvidable, el montevideo agoniza. veinticinco años después. la lluvia
que sigue cayendo. la banda sonora de una generación. el reencuentro de
juan y víctor. en la trastienda. emoción, actitud, las canciones intactas.
Motivo: 25 años años del disco Montevideo agoniza, de Los Traidores.
Funciones: 15, 16, 17 y 23 de julio de 2011. Lugar: La Trastienda.
13
ENELCAMINO
entrevista: gabriel.peveroni / fotos: jorge.truscello
las canciones luminosas
ellos están ahí, en el lobby del mismo hotel donde hace diez años
entrevisté por primera vez al cantante de babasónicos. año dos mil
uno, una charla magistral de adrián dárgelos sobre ciencia ficción,
la exageración y la estupidez del rock chabón. Acababa de salir
jessico, el gran disco, el que los volvería la banda más glamorosa de
la década. hubo una segunda vez, en un pub de palermo, años dos
mil cinco, después de infame y el disco anoche recién estrenado en
las disquerías. una disertación de adrián sobre tema libre y puntuales
observaciones acerca de la vergüenza, la inoperancia de la ironía y
la pureza del rock. tiempos felices, los babasónicos eran la máquina
perfecta, un ciclo después de otro ciclo, la capacidad de renovarse,
la novedad como estrategia. ellos están ahí, ahora, en el lobby del
mismo hotel. adrián, recién llegado de pasear por la ciudad vieja y
preguntar en una librería por el último de levrero, el que le falta leer.
diego, después de la siesta obligada antes de cada show, propone que
se utilicen para ilustrar la nota unas fotos que cecilia glick les sacó en
buenos aires hace un par de días. me cuentan de esas fotos: vestuario
blanco, plan ciencia ficción, la misma banda infame de siempre, todo a
propósito, como debe ser. ellos están ahí, sonrientes, cuentan muchas
cosas. adrián se explaya sobre cómo componer una nueva canción
sin temor a perderse en un laberinto sónico, las palabras van y vienen,
ellos están ahí.
14
1. Banda en loop
“¿Hoy que el rock no está de moda/ qué
playback hacés?”.
Fragmento de “Paraguayana”, del disco
Miami (1999).
_ ¿Cuánta importancia tienen los
shows en directo para Babasónicos?
_ Adrián Dárgelos: Yo te diría que desde
el año 1991, cuando empezamos, nunca
estuvimos más de dos meses sin tocar.
Así que la importancia es mucha. Mientras grabamos este último disco, en medio de esos días trabajando en el estudio,
nos fuimos a Chicago y después a los
Alpes. La época más intensa fue después
de Infame, que todo fue acelerándose…
_ No había tiempo ni para pensar en el
vestuario…
_ A.D.: Algo de eso hay, y posiblemente
ahora –con más calma- decidimos volver
al vestuario duro. Los shows de A propósito son plenamente vestuario. Volvemos
a una época parecida a la de Jessico.
_ ¿Un poco de glam?
_ A.D.: No. Diría que no hay línea. Está
hecho sólo para nosotros. Es una tendencia que supongo que terminará en un
montaje cada vez más complejo. Serán
dos años de esto, nos cansaremos, y pasaremos a otra cosa.
2. El fin de la felicidad
“Me encuentro en esa posición/ en que
todos a mi alrededor/ fingen estar entusiasmados/ todos a la vez/ y cuento las
horas/ que no pasé a tu lado/ son como
hojas de un papel en blanco/ y no quiero
gritarte/ pero esto me tiene harto…”
Fragmento de “Deshoras”, del disco A
propósito (2011).
_ ¿Cómo definirían el concepto de A
propósito? Porque al igual que en Infame, ya desde el título del disco se
dice mucho sobre lo que se va a escuchar…
_ Diego Castellano: Es así. Elegimos
ponerle A propósito porque es un disco
menos ingenuo que los anteriores de Babasónicos.
_ A.D.: Hay intencionalidad. Está hecho
“a propósito”, y no es tan inocente, como
dice Diego. Este disco está atravesado
por la mutación, la locura y la fantasía, y
tiene además cierta libertad, en el sentido
de que el tiempo discurre de una manera
capciosa. El disco Miami –de 1999- también manejaba un poco eso, pero en forma aleatoria.
_ D.C.: Esto es algo que nosotros veníamos buscando hace mucho, lo de movernos en un concepto no planificado pero
que emerja del trabajo. Se ve que teníamos necesidad de estar ahí, laburando,
en el estudio.
_ ¿Cuál sería la gran diferencia, en la
parte práctica?
_ A.D.: En los últimos tres –Infame, Anoche, Mucho- estuvimos más en el armado
de una situación, en el artilugio, mientras
que acá nos dejamos fluir. Acá el artilugio
pasa por la manipulación del caos; en los
discos anteriores estábamos más en el
detalle, en la cosa concisa y compacta.
_ Esos tres discos marcan también el
período de explosión popular de Babasónicos…
_ A.D.: Cuidado que no estamos diciendo
que no hayamos hecho lo que nos gustara, pero sí es verdad que lo hacíamos de
una forma más perversa, y al estar metidos en ese momento, posiblemente ingenua… Fue un momento en que creímos
en eso, en que había que ir a la canción
descarnada, instantánea, que tenía que
15
ser corta, inmediata. Ahora buscamos
otra cosa.
_ ¿Cómo recuerdan Jessico, que de algún modo fue el comienzo de la “etapa
feliz”?
_ A.D.: En ese tiempo estábamos construyendo un estudio, metidos en plan carpinteros, albañiles. Era un momento histórico de muy baja expectativa para nosotros, porque Miami había sido un disco
no muy bien considerado. Teníamos un
cierto escepticismo hacia el público, nos
decíamos hagamos esta música, total no
nos van a escuchar.
_ El resultado fue bastante paradójico,
si pensamos en lo que finalmente sucedió...
_ D.C.: Fue el disco que nos llevó, de ser
un grupo underground, de la novedad, de
la vanguardia, a un circuito más abierto.
Nosotros no lo esperábamos. En realidad
lo queríamos, pero no estábamos entusiasmados con que eso fuera a pasar…
Fue un momento feliz. Jessico fue el disco que nos trajo otra vez a la vida, porque estábamos bastante desorientados
respecto hacia dónde ir. Coincide con el
cambio de década… tal vez tenga que
ver con eso.
3. Después del hastío
“La alegría llegó/ la alegría llegó/ y sé que
no dura para siempre”.
Fragmento de “Risa”, del disco Infame
(2003).
_ ¿Entonces no hay plan… aunque sea
“a propósito”?
_ D.C.: No, el plan es siempre consecuencia de lo que venís haciendo. Hacés
un disco, lo tocás dos años, te saturás,
te pudrís, y necesitás aire nuevo, hacer
otra cosa. A la vez eso te entusiasma y te
16
angustia, porque tenés que enfrentar a la
nada. Uno va pasando por distintos estados de voluntad o de ansiedad. Nada te
conforma, luego vas encontrando cosas.
Siempre hay algo que estamos haciendo,
aunque no nos convenza, porque es la
forma de estar en movimiento.
_ A.D.: También hay algo que no podemos ignorar… en este disco estuvimos
forzados a la vicisitud de crear una banda nueva. Ya habíamos grabado el disco Mucho con Carca en el bajo, cuando
Gabo estaba enfermo, pero ahora –después que murió- tuvimos que pensar todo
desde un nuevo lugar.
_ ¿Cuánto los afectó la muerte de
Gabo?
_ A.D.: Un montón. Porque siempre fuimos una estructura cerrada. Esa es la
vicisitud de este nuevo disco: sobrevivir
también a una pérdida que a nosotros
nos daba siempre una salida creativa.
_ ¿Cuál fue el método babasónico para
este nuevo disco?
_ A.D.: Trabajamos sobre un tiempo específico, unos quince días, sin descanso,
en jornadas de diez horas. Partimos de
pequeñas ideas, nada de canciones cerradas. Esas ideas son manipuladas por
todos, contrastadas, y van creciendo. A
los quince días paramos y analizamos
lo creado… canciones, proto-canciones,
fragmentos.
_ D.C.: Es como ir por un camino, llegar
a una rotonda y quedarte dando vueltas.
Ahí nos detenemos para pulir.
_ ¿No tienen miedo de quedar en loop?
_ A.D.: No, porque en la búsqueda y
luego en el pulido aprovechamos que estamos todos con los instrumentos en la
mano, todos conectados. Y en el hastío
de la búsqueda siempre se libera un minimomento de música que provoca algo y
a partir de ahí sale lo nuevo. Tenés que
llenarte de excusas para que venga lo
nuevo. Lo importante es no atemorizarse
ni sentir miedo a ese período de loop, de
anegamiento, de lodazal que parece no
tener salida, porque a partir de ahí se empieza a vislumbrar lo nuevo.
_ D.C.: Después nos tomamos un respiro.
_ A.D.: Pueden ser cuatro o cinco días,
una semana. Después nos volvemos a
reunir.
_ D.C.: Y en el segundo período empezamos de cero, sin nada de lo otro. Arrancamos otra vez.
4. Textos y contextos
“Si encontrase la palabra/ estoy seguro
que no la diría./ Si cayera en una fosa/
estoy seguro que me quedaría”.
Fragmento de “Muñeco de Haití”, del disco A propósito (2011).
_ ¿De dónde sale la canción? ¿Cómo
se equilibra en ella la búsqueda de la
novedad con el estilo propio?
_ A.D.: Si la canción no es el vehículo de
una emoción, no es nada. Porque, por
ejemplo, la literatura tiene otro fin, que
es el discurrir de la fluidez del escritor.
En eso se completa la literatura, más allá
de la historia que se cuente, en el estilo de un Levrero, de un Cortazar. Pero
la canción no puede ser tan caprichosa
de quedarse sólo en el regocijo del que
la compone. Porque la canción tiene un
efecto. Es como la diferencia entre la
buena poesía y la poesía ociosa. La poesía ociosa está hecha para conformar al
poeta, pero la buena poesía subvierte
algo profundo en el aprendizaje del lector,
en el pensamiento, que ya no vuelve a
ser subsanable. En la canción la dificultad
es mayor, porque es una especie de virus
que transporta el aire; ni siquiera necesi-
tás elementos: una vez que está pronta,
la tocás y se desparrama por el aire. Y el
cuerpo, el oyente, es una mácula a la que
a veces la canción la atraviesa sin dejar
nada, pero, probablemente, incluso algo
que no te gusta puede traer en sí, arraigado, este virus modificador de las cosas.
Normalmente es eso: contiene el envase
de una emoción. Entonces, una vez que
ya grabaste 300 canciones, ¿por qué te
sentás a escribir una nueva, si sabés que
a veces lo nuevo es imposible? A nosotros, a los Babasónicos, se nos paga por
buscar, más que por ser músicos. Básicamente se nos aplaude por buscar.
_ La canción sería siempre, para ustedes, un proceso colectivo…
_ A.D.: Es que la canción no va surgiendo de uno sino de la intervención de todos, porque básicamente una idea está
contrastada en cómo va modificando al
otro y en la interpretación parcial del otro.
Una canción compuesta de esta manera, como te detallábamos, es la suma de
esos cinco carismas que hacen el estilo
de Babasónicos, que es mucho mayor
que nuestras subjetividades.
_ ¿Y en cuanto a los textos?
_ A.D.: En este disco traté de no preguntarme de dónde viene lo que se me ocurre, y no terminar explicándolo en la canción. Están escritas con los sentimientos
puros, con los retazos que generamos. Yo
voy escribiendo mientras. Probablemente
la canción me llegue con toda la banda
ensayando. Eso exige que la letra tenga
musicalidad y el dramatismo de cada palabra en su lugar. Pero… como el trabajo
de componer letras es –como te decíaun trabajo de condensación de la escritura, muy distinto al de la poesía, al del
cuento, porque partís de la conciencia de
que en la música popular está casi todo
dicho, entonces hay muchos fragmentos
17
que podés obviar. Teniendo una oración y
otra, el interlineado lo completa la mente
de la música popular. ¿Por qué funciona
diferente que la literatura? Porque la literatura discurre en un tiempo más largo.
_ Mencionabas antes a Levrero, también a Cortázar. ¿Leíste la “Trilogía
involuntaria” de Levrero?
_ La que más me gustó de las tres novelas es La ciudad. Yo, más que Kafka,
como sostienen algunos, veo en la trilogía algo de cortazariano, la siento muy
influida por esa época, atravesada eso sí
por un toque de realismo fantástico. También leí La máquina de pensar en Gladys,
Nick Carter el asesino… hay otro libro
que me gusta mucho de Levrero, Dejen
todo en mis manos. Es muy bueno.
_ ¿Y La novela luminosa?
_ A.D.: ¡Me encantó! El libro que más
me gustaba de él era El discurso vacío,
pero ahora el que más me gusta es La
novela luminosa… En un momento me
agarró la obsesión y temía que Levrero
volviera a desaparecer de las librerías.
Entonces compré todo lo que hay de él,
lo estoqueé, y ahora sólo me queda uno
por leer.
_ ¿Qué tipo de libros te gustan?
_ A.D.: A mí me gusta la literatura de la manipulación, del entramado manipulador del
lenguaje. No me importa la historia. Quiero
ver cómo el lenguaje entra en juego y cómo
discute conmigo… Por eso me gusta tanto
Levrero. En El discurso vacío, te dice que
no hay más historias que se puedan narrar,
más que la calidad del narrador. No hay
otra cosa. Lo demás no es literatura, es
anécdota… una historia que tiene final. Lo
mejor es poner en juego una operación que
opera sobre el pensamiento y que no tiene
fin: una vez que entró ya te modificó. No
toda la literatura es así; el problema es que
la que no es así no me gusta.
20
5. Un poco de todo
“¿Si te llevo de favor/ me prometés que
esta vez/ no vas a arruinar la fiesta?”
Fragmento de “Microdancing”, del disco
Mucho (2008).
_ ¿Cuál dirían que es el estilo de Babasónicos?
_ A.D.: Cuando se ve Babasónicos, se ve
una banda extática, en el goce de la plenitud de su música. Están tocando lo que
a ellos les divierte, lo que les gusta. Eso
es lo que más contagia.
_ ¿Y los géneros? ¿Son rock, o pop?
_ A.D.: Los géneros se subvierten a
nuestra comodidad. La música está hecha para nosotros, no está hecha para
los demás.
_ D.C.: Eso es lo que hicimos desde el
comienzo. Si querés una fórmula, es esa.
_ A.D.: En los shows de A propósito estamos tocando desde “Microdancing” hasta
“Demonomanía”. Yo no te puedo decir
que hay un género que abarca las dos,
porque ambas canciones están en lados
opuestos de los géneros… solo que para
nosotros están ahí, en el mismo mundo.
SOMOSTANFRÁGILES
lula.allegro
¿quién carajo te dio mi número?
En la novela 1984, George Orwell planteaba la existencia de un poder supremo,
“El Gran Hermano”, capaz de observar la
sociedad a través de una telepantalla. En
la película Caché, de Michael Haneke, el
protagonista busca descifrar quién invade su privacidad enviándole filmaciones
del frente de su casa. Suites imperiales
(2010), el último libro de Easton Ellis, tiene
a su personaje principal en una molestia
constante: un desconocido lo llama por teléfono y le relata todos sus movimientos,
asaltando sin escrúpulos su intimidad.
Cada uno de estos ejemplos es una versión exagerada de la llamada telefónica
que recibí hace un par de días, la que catalogué de extraña e inconcebible. Quien
lea esta página quizás vivió dicha experiencia y no le resulte novedosa, pero a mí
me costó varias horas entender por qué
una empresa con la que nunca me vinculé, sabe quién soy, dónde vivo y encima
me pide ayuda para resolver un problema.
A continuación transcribo la llamada en
cuestión, donde X es mi vecino de apartamento, Y soy Yo y Z es la empleada de
una empresa muy conocida de crédito fácil
y rápido.
Suena el teléfono…
Y: Hola.
Z: Hola, quisiera hablar con la vecina de
X, ¿sos tú?
Y: Sí, ¿qué pasó?
Z: Te estoy llamando de la empresa de
crédito #@¢¬÷!?#. Resulta que me quiero
comunicar con X porque tiene cinco días
de retraso en una cuota y no lo ubico, ¿me
podrías decir a qué hora llega a su casa?
Y: No tengo idea, lo veo poco y nada. Per22
dón pero… ¿por qué tenés mi teléfono?
Este número no está en la guía, antes pertenecía a otra dirección y nunca se lo di a
mi vecino. De hecho, no tengo idea cuál es
el número de mi vecino.
Z: … (silencio largo) Bueno, podrías avisarle ni bien lo veas que debe…
Y: Para, pará… hasta donde yo sé, ese
es tu trabajo. Lo único que falta es ser la
acusada de no avisarle a mi vecino que se
está atrasando en una cuota.
Z: Está bien… pero si lo llegás a ver… no
le podés decir que te llamamos y…
Y: No, olvidate. No es de mi incumbencia
saber lo que hace mi vecino con sus deudas. Antes de llamarme, ¿pensaste dos
segundos lo que estás haciendo? ¡Estás
divulgando la vida privada de una persona
a su vecina de puerta!
Al otro día, le comenté a la esposa de mi
vecino lo que había pasado. Indignada,
me contó que también habían llamado a
su trabajo -no al de su marido- y hasta su
jefe se había enterado de los cinco días de
retraso en la cuota.
A fin de cuentas,
¿quién está en
falta? ¿El que
se atrasa unos
días un vencimiento o la
empresa que
no tiene peros
en conseguir
teléfonos y difundir información
privada
a los cuatro
vientos?
con leche
DARKCITY
mariana.enriquez
mi fantasma
Mi mejor amigo está obsesionado con los fantasmas. Él dice que es un entretenimiento
pero yo creo que busca algo más que adrenalina. Una comprobación de la vida
después, una tranquilidad futura. Es posible que tenga miedo de morirse y en vez de
sencillamente aterrarse quiere que un fantasma le devuelva la sensación de eternidad
perdida.
Desde hace unas semanas me manda fotos de fantasmas que encuentra en Internet.
Está particularmente irritado porque los fantasmas, como los ovnis, nunca salen bien en
las fotos, lo que sería una demostración de su inexistencia. Yo estoy segura de que las
fotos que me manda son puro photoshop, pero anoche le pedí que dejara de enviarlas.
Una de las que recibí no me gusta. Es una niña verde que está en un árbol y grita o se
cae o se arroja sobre alguien. Se la mostré a medio mundo, a todos les da risa por su
falsedad. Pero a mí no me da risa. A mí me parece verdadera. No sé si real: verdadera.
La guardé en la carpeta donde conservo imágenes morbosas y trato de no mirarla.
Ahora cuando cruzo el parque imagino sus ojos blancos entre las ramas. Dentro de
poco voy a borrar la foto de mi disco rígido porque pienso demasiado en ella y se va a
convertir en una presencia.
No sería la primera vez.
Hace muchos años, con este mismo amigo -que siempre tuvo una obsesión con la
muerte y todo alrededor-, visitábamos al menos una vez por mes el cementerio de La
Plata, la ciudad donde vivíamos. Es un cementerio raro, lleno de tumbas masónicas en
forma de pirámides, esfinges egipcias y una hermosa decadencia. Nos quedábamos
hasta tarde, sacando fotos y esperando ver algo, cualquier cosa. Una vez, en invierno,
encontré una cruz de piedra desprendida, bastante grande, de unos 40 centímetros de
alto. Una cruz celta muy hermosa. Me la metí bajo el gamulán: estaba tan abrigada que
no se notaba, engordaba un poco más el saco pero resultaba imposible distinguir si
llevaba algo debajo. En todo caso, el guardián no lo notó. Mi amigo estaba contentísimo
por mi robo. Yo también, hasta que se hizo de noche y me sentí ladrona, irrespetuosa,
profanadora; sentí que podía haber ofendido a alguien, al muerto robado que no podía
defenderse. ¿No podía defenderse? Pasé noches sin dormir hasta que fui capaz de
decirle a mi amigo que, por favor, se llevara la cruz a su casa. Desde que la tenía
escuchaba desplazamientos nocturnos por el living, murmullos en la oscuridad que se
callaban cuando encendía la luz y hasta creí que la cruz había aparecido desplazada
unos centímetros del lugar donde la había dejado el día anterior, como si alguien
hubiera intentado moverla con escasa fuerza. Pero ese alguien eventualmente podría
juntar más energía. Y antes de llevarse la cruz de vuelta a casa, seguro decidiría usarla
para partirle la cabeza a la ladrona. Mi amigo se la llevó y todavía la tiene junto a velas
y santitos en un altar kitsch que da más ternura que miedo. O, por lo menos, les provoca
eso a quienes no tuvieron en su casa la cruz de piedra que preside su altar casero.
24
Yo nunca vi un fantasma. Antes era como mi amigo y espiaba por las rendijas de
las casas abandonadas para detectar movimiento, pero ya no lo hago. En la ciudad,
además, pocas casas abandonadas tienen grietas que permitan ver su interior: los
dueños, por miedo a que sean usurpadas, tapian puertas y ventanas con ladrillo, incluso
con hormigón. Resultan todavía más inquietantes que antes, parecen casas ciegas.
De todas las historias de fantasmas que conocí solo creí una, y la contó una chica que
jamás volví a ver, en una fiesta, tarde, cuando se terminó la música y nos quedamos
los más íntimos del dueño de casa, los más borrachos y los más solitarios. Ella a su
fantasma no lo vio, lo sintió. Estaba medio dormida, a oscuras, esperando a su novio
en la cama. Era invierno. En un momento sintió las manos frías de quien creía su novio
tomándole los brazos, las piernas heladas metiéndose debajo de las suyas para ser
calentadas. El novio la abrazaba demasiado fuerte y estaba demasiado frío, y la chica
se quejó, gritó, juguetona, “¡salí, tarado, me muero, no seas boludo!”. Las manos y
los pies fríos dejaron de tocarla y entonces alguien encendió la luz y la chica vio a
su novio verdadero en la puerta de la habitación, vestido, con las zapatillas puestas,
preguntándole por qué gritaba, quién era el boludo. La chica, mientras lo contaba,
sonreía un poco. Le preguntaron, me acuerdo, si se había mudado de la casa, pero
yo no seguí escuchando. Desde entonces, casi todas las noches, antes de dormirme,
espero con aprehensión ese abrazo, los dedos helados acariciándome la frente.
25
STREETART
invitados: lucie.lejeune – clement.biron
muros sudamericanos
equipados con pequeñas cámaras de foto y video,
lucie y clement fueron al encuentro de actores del arte
urbano en grandes ciudades de chile, argentina, uruguay y brasil.
lucie, estudiante en ciencias políticas e historia del arte, se interesa en la
relación cotidiana del arte en el espacio público. clement, web developer, es un
apasionado por las tipografías y la fotografía. el graffiti fue el hilo conductor del
viaje que hicieron juntos y cuya culminación es el documental faisons le mur (*)
i: Decidimos tomarnos un año sabático para
realizar este proyecto de exploración de
ciudades del continente sudamericano a través
de lo que cuentan sus muros. El arte urbano dice
mucho sobre los sueños, experiencias, luchas y
rabias de un pueblo, y sabíamos que en el sur
no se borran tan rápido, como en Francia, donde
está muy reprimido.
ii: Lo que descubrimos y fotografiamos nos
impresionó mucho. Tantos colores, tanta
creatividad, tantos mensajes subversivos,
absurdos, tantos personajes, tantas invasiones
en los muros de estas ciudades.
iii: Chile fue nuestra primera parada. Allí
encontramos desde los antiguos murales de las
brigadas comunistas hasta los graffitis actuales,
estéticos y menos comprometidos políticamente,
inspirados por el estilo neoyorquino do yourself,
pero siguiendo la tradición pictórica de marcar
líneas, de rodear de negro las colores y formas
casi geométricas.
iv: En Argentina y Uruguay nos sorprendió la
cantidad de esténciles o frases escritas que
cubren los muros, denunciando, criticando,
interpelando al paseante, como un medio de
comunicación alternativo del cotidiano. También
nos impresionó la tradición de pintar en grupo,
de día, con música, sin esconderse, con un
26
27
mate o una cerveza en la mano. Como manera de
aprovechar instantes de creación con amigos y de
embellecer una ciudad.
v: En Brasil nos interesaron mucho los pixacaos,
esos tags de tipografía única que cubren las
fachadas de los edificios de San Pablo. Nacidos
de los movimientos punks y antidictadura de los
setenta, y retomados por poblaciones marginales,
representan un fenómeno sin precedente, una
expresión directa de la violencia y del malestar
social.
vi: De vuelta a Francia, con horas de grabaciones
y miles de fotos, empezamos hacer el montaje y
buscar música para realizar el web documental
que queríamos producir. Fueron largos meses de
trabajo… pero bueno, ahora el documental está
online, en versión español y francés, con acceso
gratuito (**). Hicimos varias proyecciones en
Francia, en festivales, en salas de espectáculos y
en colegios de barrios marginales.
(*) Web documental producido y realizado por Lucie Lejeune
y Clement Biron. La expresión faisons le mur tiene doble
sentido: significa tanto pintar una pared como hacer algo sin
permiso, salir de las normas establecidas.
(**) www.faisonslemur.com
28
ROMPECORAZONES
mauricio.milano
la más esperada de la década
Había ido a los estrenos de las dos películas anteriores de la saga, pero esta fue mi
primera avant-première (*). Me impresionó. No la película en sí, que sin duda fue
excelente y ya comentaré algo sobre eso,
sino el evento. Nunca había visto a tantos
fans juntos. Nunca había estado con tanta gente –al mismo tiempo- que sintiera la
misma admiración que yo hacia la historia
de Harry Potter.
La espera no fue corta, pero entre una
cosa y otra, tampoco se hizo larga. Después de esperar diez años, una hora de
retraso parece poca cosa. Había ansiedad, mucha ansiedad, pero también buena onda y emoción.
Para nuestra generación, los que crecimos leyendo los libros y atravesamos la
adolescencia mirando las películas (algunas de sus imágenes ya nos resultan
inseparables de la historia original), esa
noche fue histórica, digna de ser contada
a nuestros hijos -allá por el 2023- cuando
arranquen con la remake y les digamos el
Harry Potter de nuestra época era mucho
mejor.
Pero bueno, volviendo al relato... la película empezó con muchos gritos y aplausos, y también algún (insoportable) shhh.
Ya en la fila, los disfraces, capas, varitas y
lechuzas daban a entender que durante la
película habría muchas y acaloradas reacciones por parte del público. Algo que está
buenísimo y que solo sucede en los estrenos, donde los espectadores son los más
fans de los fans y realmente sienten dentro
de sí la vibración de la película, la viven.
Desafortunadamente, aguafiestas hay en
todos lados. En la fila de atrás se sentaron
30
un par de pelotudos importantes, que soltaron algún cállense, pendejos, y hubo alguien que al final de la película gritó que
no le había gustado (¡hasta Harry Potter
tiene haters!). La verdad, no sé para qué
fueron a verla. Si querían silencio, podrían
esperar a que saliera el dvd y verlo en sus
casas.
Para mí, la gracia de ir a un estreno es
precisamente la de compartir la emoción
con todas esas personas que tienen algo
tan importante en común con vos, a pesar
de que no las conozcas. Por esas dos horas, se suspenden todas las diferencias y
los espectadores somos un solo corazón.
Un gol no se grita de la misma forma estando solo que con 60.000 personas. Por
lo menos, yo grité un ¡Tomaaaaá! como si
fuera gol de Forlán, cuando Molly (Weasley) mató a Bellatrix Lestrange. No fui el
único, y que se jodan los amargos de la
fila de atrás.
Los gritos se sintieron durante toda la película: desde la primera aparición de los
personajes clave (Ginny, Neville, Fred y
George), hasta cuando McGonagall defiende a Harry de Snape y Snape envía su
patronus a guiar a Harry. Y, sobre todo,
cuando Ron y Hermione se besan -¡diez
años estuvieron para “darse cuenta” que
se gustaban!-. Algunas veces acompañé
con aplausos, otras no, pero lo disfruté
igual. De la misma forma, los llantos. Varias chicas se hicieron sentir cuando murieron Fred, Lupin y Tonks o cuando aparece la tumba de Dobby.
Si hablamos de muertes, ninguna fue
tan espectacular como la de Voldemort.
Una buena oportunidad para hablar de
los efectos 3D. Porque la verdad es que
al principio no daba nada por la película
hecha en 3D: me imaginé que iba a ser
muy incómodo verla con los lentes puestos y que quizás no se vería tan bien. Pero
al menos desde donde estaba yo, se veía
perfecto. Cuando Voldemort se desintegra
en cenizas, es como si las cenizas estuvieran volando en la sala del cine. Casi
extendí la mano a ver si podía tocar una.
La película es fiel al libro, una de las grandes preocupaciones de todo fan. Las dos
anteriores, a cargo del mismo director
(David Yates), eran las que más se habían
alejado de la obra que las inspiró. Pero en
Las Reliquias de la Muerte los guionistas
hicieron un buen trabajo (¡al fin!) y decidieron “partir” el libro en dos películas para
no sacrificar ningún momento importante.
Fue una buena decisión, porque de no ser
así se hubieran perdido muchos elementos importantes o sería una sola película
de cinco horas.
Las expectativas en cuanto a la revelación
de Snape, cuyo papel hasta la sexta película había sido plano, monótono -un ser
amargado, un profesor que se hace fácil
de odiar- se cumplieron. Le tocó desdoblarse en dos extremos: el hijo de puta
que mató a Dumbledore y convirtió a Hogwarts en una instalación militar mágica, y
el hombre que con el corazón roto dio su
vida por proteger a Harry, como su madre.
Estamos frente a una película que emociona más que ninguna de las anteriores y tiene el final perfecto. Porque admito que le
tenía un poco de miedo a que la cagaran
con el epílogo, pero no. Hasta se gastaron
en filmarlo dos veces para asegurarse que
saliera bien. Y quedó genial.
En dos palabras: ¡travesura realizada!
(*) Vaya mi agradecimiento al Círculo de Lectores
Harry Potter Uruguay por la invitación a la avantpremière de la segunda parte de Las Reliquias
de la Muerte.
31
LAVIDAEXAGERADADEABREU
javier.abreu
inmaduro
Detallo a continuación, y con lujo de
detalles, dos rotundos fracasos que
experimenté en el frío invierno de
este penúltimo año -según los mayas- del planeta en el que vivimos…
esperando el final.
Lo primero es lo primero, así que decidí
anotarme en un gimnasio para tener el
cuerpito pronto para lucirlo en Cabo Polonio en la primera quincena de enero.
Busqué información con esos amigos que
tienen todo marcado ahí abajo y siempre
tienen a mano cuatro o cinco chicas dispuestas a comprobar su estado de resistencia deportiva.
Mis pesquisas me llevaron al gimnasio
más caro, ubicado en un apartamento cerca de la Rambla, en zona residencial. Una
gran pecera, con miradas siniestras en los
vestuarios. Me aburrí muchísimo. Todos
caminaban frente a un ventanal con vista
al río, enchufados en sus mp3 hasta que
les sonaba el celular y se ponían a hablar
mientras sonaba de ambiente electrónica
europea.
Regresé a mi mono-ambiente con la intención de refugiarme en la caja boba y me
encontré con que los empleados de la televisión nacional estaban de paro y por lo
tanto dejaban de transmitirnos su programación por 24 horas. Cuando cambié al
también conflictivo canal 12 –que los más
jóvenes llaman La Tele- sufrí un shock al
ver a Victoria Rodríguez con ese rabioso
rubio y un par de lentes mal diseñados.
¡BASTA DE EVASIVAS!
Fue en ese momento, catatónico frente
32
a la imagen de Victoria, que me propuse
enfrentar las vacaciones de julio con dignidad y sacar para afuera por un par de
semanas al niño que aún habita en mi
cuerpito. Me compré un equipo deportivo y
unos hermosos championes color blanco
con cámara de aire y, en un puesto de Fernández Crespo, un gorro con visera azul.
Ya estaba listo para deambular por esta
fabulosa ciudad, como le gusta llamarla al
Ministro del Interior Eduardo Bonomi.
El primer viaje fue al Prado, en el transporte público montevideano. Toda una
aventura, no solo para los niños; gracias
al estado de las calles y a la velocidad que
manejan los guardas se pueden comprender los ataques de pánico de Sandra Bullock en Máxima velocidad.
Cuando entré en el galpón de los dinosaurios, donde desde hace 200 años vemos
vacas, toros y ovejas, fue una experiencia
surrealista. El olor a “lana” no permite entrar en clímax, y mucho menos los kilos
de papel roca -el mismo que utilizamos en
diciembre para el pesebre- con que se intenta hacernos creer que estamos en una
cueva.
Todo lo que mostraba la publicidad televisiva, con miles de bichos y efectos especiales, seguramente se quedó en algún
contenedor en la Aduana, y en diez minutos ahí adentro lo único que alcancé a ver
fue un par de cabezudos con trajes verdes
muy ajustados… y championes idénticos
a los míos. ¿Los habrán comprado en el
mismo sitio que yo?
Los niños no se asustan y se ríen de la
frustrada ambientación. A la salida del
paseo, promotoras con marcado acento
chileno tienen el descaro de intentar vender llaveros, jarras térmicas, posters y remeras con toda la especie de dinosaurios
que se puede ver por Internet o en alguna
película de Steven Spielberg… pero que
en este galpón del Prado se tomaron vacaciones.
EL GLORIOSO PELUSITA
Probé a la tarde siguiente con la cartelera
teatral. La obra se llamaba Divertidísimos
y las funciones eran en una sala demasiado pequeña y fría, con butacas incomodísimas para un adulto e insoportables para
los niños. Cualquier silla de dentista es
más confortable. Escenografía cero, con
cubos de colores y papeles pegados con
diversas formas al telón.
El glorioso teatro uruguayo me había reservado más dinosaurios… porque este
Pelusita, para un niño de cinco años, es
un señor bastante viejo, gordo y con cero
movilidad en el escenario, capaz de tardar
siete minutos en agacharse y preguntarle
el nombre. Las marionetas del Tío Víctor
provocan mucha nostalgia en los adultos,
pero para los niños educados en la década del 3D son solamente trapos sucios
que un señor que no conocen mueve con
piolas. Y la obra, bueno, una sucesión de
chistes sin argumento ni adrenalina que
Michell de León –actor y también director
de la obrita- seguramente importó del repertorio de algún grupo de parodistas.
LA TERCERA ES LA VENCIDA
Insistí, esta vez con el señor Omar Rubén
Rada Silva, montevideano nacido en 1943
que tuvo la brillante idea de reflotar una
vez más Rada para niños, seguramente
para pagar la segunda cuota de la contribución inmobiliaria antes de ir a buscar el
Grammy que le entregarán allá en Estados Unidos.
El Teatro Solís a tope, con un músicopersonaje-popular que cobra entradas a
un costo de music hall made in NY. Mucha
ansiedad y ese grupo infaltable de niños
hiperkinéticos que saltan a un costado del
escenario mayor de la cultura uruguaya y
en diez o quince años probablemente se
dediquen a destrozar el estadio Centenario luego de otro aburrido clásico con final
cero a cero.
Aparece Rubén-Ra, como le dicen las
nuevas generaciones, traje colorido más
lentes con armazón blanco y nos tortura
con quince minutos de morisquetas. Las
madres felices sacan fotos y los niños
comienzan a mirar hacia los costados en
busca de otro tipo de atracción. En menos
de una hora el ídolo canta tres veces la
cancioneta de la manzana, intercalada
con cha cha muchacha y otros hits.
Mi dolor de cabeza va en aumento. Intento disimular mi irritación hasta que el niño
sentado a mi lado le pregunta a la madre
cuándo va a terminar de cantar el señor.
Los niños son esas criaturas que no mienten, según mi abuela, así que haciéndole
caso me levanté y escapé del candombe
posmoderno, no sin antes atropellar un
par de poslactantes y ganar algún que otro
insulto materno.
En el kiosco de la explanada del Palacio
Salvo encontré lo que el alma me estaba
pidiendo. Un diario argentino regalaba un
dvd doble con los últimos y decadentes
capítulos de los Teletubbies. Luego de visionar toda la serie hasta quedarme pude
dormir como un angelito… con mis manitos juntas entre mi cara y la almohada.
33
TXT
alceo.thrasyvoulou (*)
verano europeo
En Paradise Beach, Mykonos, todo está en movimiento, menos tres uruguayos
de Ciencias Económicas. No estamos de levante, aclaran, cercados por un promiscuo perreo electrónico. Les cuento que en Capao Da Canoa son las mujeres
las que atacan. Abren los ojos y dicen que eso sí está bueno. ¡Vagos!
Entra en escena un hombre rasta con un perro boxer. Chicas de todos los lugares del mundo se acercan para acariciarlo. Murmuro que utiliza al animal
para conseguir ligues. Malinterpreta mi mala onda y se acerca para ofrecerme distintas clases de drogas. Es la primera vez que veo a un perro
trabajando en narcóticos, pero del otro lado. El dealer me pregunta de
dónde soy y le informo que de Uruguay, agrandado gracias a Forlán.
Me cuenta que es de Albania. Tengo entendido que ese es el país más
pobre de Europa, le digo. Perro y dueño desaparecen gracias a la magia
de las palabras.
“Estoy viviendo el mejor tiempo de mi vida y nunca me sentí antes de esta
manera”, cantan los Black Eyed Peas, mientras a un costado de la fiesta,
los tres uruguayos de Ciencias Económicas permanecen sentados en las
reposeras de la playa, a la luz de la luna.
Elegí pasar un 2011 con dos veranos y sin invierno, pero ahora envidio a mis
amigos en Uruguay que pueden disfrutar del fresco. Hay que ver cómo usan
sunga los europeos, igual que Namor, el Aquaman de Marvel (*). En Santorini
todo está mucho más tranquilo, hasta que un día el volcán reviente y termine
con la más linda de las islas griegas.
Aprovecho la calma para recordar el inicio del viaje. Londres. El cambio de guardia. La orquesta de soldaditos tocando “A mi manera”. Fui a pubs en Londres y
siempre era el peor vestido. Mi chaqueta comprada en una tienda de segunda
mano no encajaba. Pero es en Italia donde mejor se producen, y las mujeres se
suben a tacos agujas para desfilar como robots por el desparejo empedrado de las
calles, entre la basura. Porque a pesar de la crisis griega, Nápoles y Roma deben ser
las ciudades más sucias del glorioso Occidente (**).
Pero la realidad supera a la realidad, y escucho a Los Fatales en una FM de Chipre (***),
horas antes de la final de la Copa América. Así que ahora estoy en el mar Egeo, con la
cabecita afuera del agua, mirando los picos de las montañas y preguntándome cosas
como hasta dónde hubieran llegado Los Fatales si hubieran nacido en otro país.
(*) Perdón por nombrar un superhéroe
a quienes piensan que son frívolos. Y
perdón por haberme
disculpado por citar un superhéroe a quiene
s piensan que son bien.
(**) Y eso que pasaron muchos años
desde aquel corto en que dos helénic
os
Tom y Jerry corrían
por la parte histórica de Atenas, rodeab
an el Partenón y terminaban corriendo
entre la basura.
(***) Les cuento que en Chipre tengo ocho
tíos con sus respectivos hijos que a su
vez tienen hijos
de hasta 27 años, por lo que no doy abasto
… quedo para ir a la casa de uno y cae
otro a visitarme.
34
Fotografía: Florencia Ottonello
INSIDEOUT
jessie.young
MUNDOMARAVILLA
max.capote
pólvora
En el verano del 90 yo tenía 12 años y
una considerable afición pirómana. Recuerdo con cariño la tarde de verano en
que me disponía a armar una bomba con
una bolsa de 150 gramos de pólvora y
apareció, bajando la calle, el gordo Martín
en su skate. Dicen que los amigos más
entrañables son los que se conocen en la
adolescencia.
Con Martín armamos bombas de todo
tipo; arrancábamos los cachos de bloques del muro de la placita del barrio. Hacíamos temblar el Cerrito. Las viejas a los
gritos y nosotros cagados de risa. Éramos
amigos de pólvora.
Luego arrancó la época de los cumpleaños de 15. Para hacerme el galán nunca
llevaba la tarjeta y le hacía buscar al portero mi nombre en la lista con mi cédula.
Berretín adolescente. Era sábado y yo
estaba convencido, no sé por qué, que
el cumpleaños de Viviana Bello era en
el club Fraternidad, una cuadra y media
cruzando General Flores.
Se me ocurrió llevar de colado a Martín,
con el viejo verso de que era mi primo
que había venido de Argentina y se estaba quedando en casa. Con toda la confianza del mundo, le entrego mi cédula
al portero, que me busca por atrás y por
adelante de la lista y me dice:
_ No estás en la lista, pibe.
_ ¿¡Como que no estoy en la lista!? Debe
haber un error.
_ Esperá que busco de nuevo… No, no
estás, el que sigue...
Le pido al portero que llame al padre de
la chica y listo. Luego de un rato, viene el
susodicho, que estaba bastante nervioso,
38
apurado y confundido con semejante producción quinceañera.
_ Hola, mire, yo soy el amigo de...
_ Sí, sí, dale, ¡pasá, pasá!
_ Pero es que vine con mi primo, que...
_ Dale, pasen los dos
Facilísimo el fraude, pero cuando entré y
no vi a ningún conocido del liceo, ni una
puta cara conocida, sentí que estaba pasando algo raro. La que estaba de espaldas en la mesa de la torta era Viviana, la
del cumpleaños. Fui hacia ella a saludar,
con colado y todo, le toco el hombro para
que se dé vuelta y no era Viviana… en
eso viene el padre hacia nosotros, y ella
es la que pregunta “Y estos dos, ¿quiénes son?”.
_ Disculpe, jefe, nos equivocamos de
cumpleaños… ya nos vamos.
_ No, señor, de acá no se va nadie, y
ahora mismo les pongo una mesa y se
me quedan.
Muy gentil y efusivo el hombre, pero yo
me quería ir donde estaban mis amigos.
Fue Martín el que me convenció de quedarnos.
El hospitalario padre nos puso la mesa,
un platito de sánguches y un litro de Mac
Pay. Pasamos de colados a ser la envidia
de todos los pibes del cumpleaños.
Arrancó la cumbia y todo el mundo a
bailar chunga cachunga… Mi amigo y
yo hicimos mesa, mirando para la pista y
tomando, sin molestar a nadie. Pero del
borbollón sale un tipo con la mano enyesada, onda le pegué una piña a alguien
y me rompí la mano, y comienza a relajar todo a Martín, a las puteadas limpias.
Martín asombrado, tirado para atrás, y
el plancha con el índice
le picoteaba la nariz. Yo
del otro lado de la mesa
no escuchaba nada por el
volumen de la música. En
eso el plancha termina su
discurso y se va a su mesa,
donde lo esperaba su séquito patotero. Atino a
seguirlo para preguntarle cuál es el problema:
_ Mi compañero y yo
estamos en una tranqui, sin molestar a nadie –le digo.
_ Tu amigo está de
vivo desde hoy y lo voy
picar como un queso…
tengo la mano enyesada, pero tengo esto…
Y en ese momento se
levanta la remera y
deja ver el mango de
un calibre 38, el primer
que vi en mi vida. El tipo
estaba borracho, enojado con nosotros, era locatario y tenía un 38...
Volví a mi mesa, con
indisimulado apuro.
_ Martín, tenemos que
irnos ya de acá
_ Yo no me voy a ningún lado… A este planchita lo hago de goma.
_ ¡¡Tiene un 38!!
Rajamos. La salida
estaba justo atrás del
grupo enemigo. No
nos alejamos ni treinta metros del salón que
sentimos salir a todos los
pibes, comandados por el
que tenía el 38 en la mano y comenzó
a disparar.
Corrimos como nunca, los talones en la
nuca, picaban las balas en la vereda, el
viento a favor traía el intenso olor a pólvora. Martín se caía al piso del pedo, yo
lo levantaba, todo en repecho, subiendo
el Cerrito, corriendo hasta llegar a la iglesia donde caímos muertos del cansancio
pero ilesos. Nos quedamos callados la
boca por un buen rato y lo primero que
dijo mi amigo fue Yo no hice nada.
Unos años después, Martín cayó en las
garras de la pasta base, droga que le fue
generando una esquizofrenia inducida
por consumo de estupefacientes (eso
me dijo el médico cuando lo llevé a que
lo atendieran). Al final, escuchaba voces,
estaba convencido de que la cia le había
puesto un chip en el cerebro.
Muy mal, ya no era Martín.
Una de las peores mañanas de mi vida
mi madre me despertó llorando, diciendo
que Martín no sé qué cosa, al principio
no le entendía bien pero después sí, que
Martín con una Magnum 357 había matado a su madre y luego se había
suicidado.
Salté de la cama y corrí hasta su
casa, el mismo repecho del
Cerrito que nos salvó
ahora me separaba de
él. Cuando llegué estaba su padre, muy
confundido, recién
había pasado todo
y en esa casa todavía se olía ese dulce
olor a pólvora.
39
MISCONFESIONES
kira
pirata no se hace, se nace
Tiene cara de bueno. Tiene esa típica
mirada en un punto indeterminado, como
mirando la nada, porque es incapaz de
fijarse en otra mujer, de reparar en una
mujer distinta a la suya. Cuando se presenta lo primero que dice es: soy tímido,
siempre fui tímido, y si no lo dijera, igual
todas lo sabríamos, porque destila esa
condición por todos los poros de su piel,
una condición que tal vez no vaya de la
mano con lo que hace y con su actitud
extrovertida, pero poco importa.
Tiene cara de bueno, tal vez un poco pirata, y es por eso que a veces pienso que
esa contradicción se debe a que para él
pelear contra la timidez significa actuar
las veinticuatro horas del día en plan simpatía. Ojo, otras tantas veces sospecho
que se vende así porque sabe que en el
fondo, esos hombres, los tímidos, nos parecen más tiernos que los cancheros que
piensan que se las saben todas.
¿De dónde sale esa paradoja? Muy simple. Porque la Susanita que todas llevamos dentro –sí, todas, aun cuando algunas creamos que esa parte nunca existió
o murió hace mucho tiempo- quiere a un
hombre así, a uno con cara de bueno y
con apariencia de que sabrá tratarnos
dulcemente y protegernos, a uno que se
cree perfecto y que de tanto auto-ponerse
el cartel de “winner” siempre termina solito y tildado de “raro y de “loco”.
Igual, con él aprendí que todos los hombres, incluso los que tienen piel de cordero, esconden debajo un lobo al acecho,
un hombre infiel latente que en cualquier
momento se les sale de control.
Tiene cara de bueno, pero es un pirata.
Él no se ha sacado el anillo de su dedo
40
anular derecho. No lo ha hecho aún, porque si lo hace y descubre en la posición
tan privilegiada que se encuentra respecto al deseo que las mujeres sentimos por
él, no podría volver a ponérselo.
Me gustaría decirle que en mí puede confiar. Podría darle el teléfono de los otros
casados con los que salí para que pida
referencias, para que ellos le aclaren que
no jodo, pero lo cierto es que me cansé
de ser el postre –algunas dirán “la segunda”, o “el premio consuelo”-, pero yo me
siento más como el postre.
Me pregunto cuántos hombres como él
podrían jugar de piratas. A ellos, quiero
decirles que estar en un medio tan masivo como Internet, a propósito y ocultando
datos que son obvios, es lo mismo que
salir un sábado de noche con amigos y
sacarse el anillo.
MODAles
Fotos y post: Bruno Nogueira / Estilismo: Federico Pouso y Agustina Quartino / Pelo y make up: Florencia Canedo /
Modelo: Ana Paula Rondán / Ropa: Retroka, Colonia 1841 y Recicla, Guayabo 1876.
Camellia
MADEINURUGUAY
blogcouture.info
penny lane
Hace apenas cuatro años Florencia Domínguez impuso la canción beatle como
sinónimo de moda con personalidad. La joven diseñadora, más conocida como
Penny que por su nombre, se ha presentado a las dos ediciones de MoWeek
y va por la tercera, buscando incansablemente cómo regalarnos un poco de
bienvenido rock and roll.
48
ROCK AND ROLL, NENA: “Si bien Penny Lane es
el nombre que lleva una canción de Beatles, la marca no está influida específicamente por ellos, sino
por la época en que surge la canción. La marca
tiene influencias la década de los 60, en mi opinión
la más importante del siglo veinte, por su manifestación de libertad, juventud, revolución y espíritu”.
EL CAMINO: “Mucho tiempo de dedicación, investigación, análisis, ser capaz de reconocer errores,
corregirlos, no tomar una visión como absoluta.
Trabajar con conceptos, no ver solo prendas, sino
una identidad. Perseverancia y convicción”.
INSPIRACIÓN: “Dedico mucho tiempo a investigar y a conocer, tendencias, marcas y diseñadores,
fotografía, música. Siempre encuentro cosas que
me atrapan, ya sea una estética, una canción, una
frase o una película. Para las colecciones investigo
y elijo a qué tendencia inclinarme, siempre manteniendo una inspiración personal”.
MODELO DE NEGOCIOS: “Produzco dos colecciones al año que vendo en el atelier y son más exclusivas. También trabajo con dos líneas anuales de
t-shirts, a la venta en el atelier y también destinadas
a la distribución por locales, ya sea en Montevideo
o en otras ciudades del Interior”.
PROYECCIÓN: “Todavía no vendo en el exterior, es
parte del proyecto y de etapas que hay que pasar.
Me interesan muchos mercados a los que me gustaría llegar y tener un lugar, desde Latinoamérica
hasta Europa y Estados Unidos. Lo fundamental
es estar siempre en movimiento y con cosas para
decir… en octubre nuevamente estaremos en
MoWeek”.
Directorio: www.pennylane.com.uy. Email: [email protected]. Cel: 094699856. Facebook: Penny Lane.
ORIGEN: “Siempre tomé como punto de partida el
hecho de que a través de nuestra vestimenta comunicamos quiénes somos. Cada elección, desde
los colores, las proporciones, las texturas, y hasta las estampas, todo tiene un significado. Penny
Lane surge de la necesidad de mostrar y transmitir
un estilo, y junto a él una visión del mundo, una
actitud”.
49
VIDRIERAARTECONTEMPORARI
artista invitada: gabriela.pelenur
curador: el empleado del mes
54
Obra: Mis siete diferencias. Foto/performance. Dos fotografías 70 cm. por 90 cm.
Link: www.soylapele.blogspot.com
55
NOLETEMASALARTE
javier.abreu
para entrar, no para mirar
El rosarino Adrián Villar Rojas, nacido en
1980, es la nueva figurita latinoamericana
de exportación. Representa a la Argentina en la 54ª Bienal de Venecia, que se
puede visitar hasta el mes de noviembre.
La obra de Adrián responde a lo que en
el arte contemporáneo se conoce como
site- specific, es decir un conjunto especialmente pensado y generado para y por
el lugar que lo exhibe.
En la monumental instalación El asesino de tu herencia, el artista recrea las
ruinas de una sociedad, los
restos de una ciudad perdida. Son once esculturas
construidas con arcilla y
cemento de seis metros de
altura que, distribuidas en
los 250 metros de la sala,
conforman una especie de
bosque o zona de desastre.
Se sabe que la súper producción implicó cinco meses
de trabajo in situ y un equipo
de colaboradores liderado
por el argentino radicado en
Italia, Adriano Nasut-Wood.
Es una exhibición impactante, donde conviven la
arquitectura brutalista y el
minimal, la suavidad geométrica con el desborde del
informalismo. Pero son imágenes difíciles, especies de
monumentos que se miran
desde lejos, y que fueron
hechas desde el desapego
y la extrañeza. Intento traba56
jar como un alien, como alguien que ha
estado muy lejos de la cultura humana”
dice Villar Rojas, quien aclara que las
obras pesan dos toneladas y media, pero
son frágiles como una vajilla china.
En esta misma columna -hace un par de
años- lo habíamos recomendado para
aquellos que cruzan el charco en plan-pirata por el fin de semana. En esa oportunidad también llenó el sótano de la distinguida galería Ruth Benzacar de escombros, ladrillo y
arcilla en su instalación Lo
que el fuego me trajo. Era
una gran muestra, de esas
pocas que, cuando uno las
pisa, recibe un impacto
físico. Villar Rojas había
organizado un espacio ruinoso y, como si se tratasen
de restos arqueológicos,
acomodó en estanterías
recuerdos de un mundo
desaparecido, cientos de
pequeñas estatuas en arcilla con las formas más
variadas: desde gatitos y
dinosaurios hasta zapatillas, ángeles, unicornios,
vasijas y frutas, y llamaban
la atención los bustos de su
novia y ¡de sus padres!
El empeño de orden, ante
tamaña devastación, la
enumeración heterogénea
y empecinada, le daban a
la obra un aire profundamente nostálgico y conmovedor.
SUENAN
gustavo.fernández.insúa
¡corran a comprarlo!
Buddy Holly no hace otra cosa que seguir
echando luz, desde su genialidad creativa y performática, a más de cincuenta
años de su muerte. En competencia
con Bill Halley, Elvis Presley y Chuck
Berry, vivió para regalarnos los componentes fundamentales del rock and roll.
Rave On Buddy Holly, publicado hace
apenas dos meses, es un soberbio tributo a su obra, impactante en variedad,
cantidad y calidad. Diecinueve canciones
abordadas en diversas claves y sensibilidades, permiten tanto deleitarse con
la belleza de The
Black Keys haciendo “Dearest”, como
ponerse al tanto de
en qué anda por
estos días la musa
Fiona Apple... así
nos enteramos de
que la señorita Manzana se acompaña
de Jon Brion y lleva
al territorio del mejor gusto la inolvidable
“Everyday”.
Apenas el oyente
puede
recuperarse de los dos primeros rounds, en el tercero aparece,
avasallante, universal y gardeliano -otro
que cada vez canta mejor-, el interminable Paul Mc Cartney, quien con facilidad beatlera firma con identidad hipergroovera su versión de “It’s So Easy”.
Pero esto apenas empieza. Después de
los Black Keys, Fiona y Paul, siguen, en
este orden, Florence & The Machine con
“Not Fade Away” (busquen en la web su
58
recital en Morning Becomes Eclectic),
Cee Lo Green, Karen Elson (si fuera
francesa, Carla Bruni no hubiera tenido
chances), y luego el stroke Julian Casablancas deconstruye a Holly como pocos,
con “Rave On”.
La simpleza y la complejidad que alternan en la obra de Holly son trastocadas
con un sentido artístico superior, en las
versiones de Jenny O, Justin Townes
Earle, She & Him, Nick Lowe, Patti Smith
(a esta altura, honoris causa en covers),
My Morning Jacket. Y hay más. Mucho
más. Más de lo
que suele hacer la
variedad:
Modest
Mouse, Kid Rock,
The Detroit Cobras,
Lou Reed (aviso
que puede llegar
a producir temblores su arreglo de
“Peggy Sue”), John
Doe, Graham Nash.
Rave On Buddy Holly es una maravilla
para los amantes
de Buddy Holly, es
la envidia de cualquier supersónico.
Es una excelente ensalada de grandes
estrellas del rock, del pop y del country
que reverencian al mito del legendario apóstol que inventó mucho y murió
joven. En un mundo ideal, es un disco
que todo amante de la música debería
tener, por muchas razones que empiezan a enumerarse en 1950... cuando
un adolescente de catorce años soñaba con ser una estrella de la canción.
KITOFF
invitado: el.ministro (*)
actitud fernández fierro
El auge de las orquestas típicas fue entre
1930 y 1960. A partir de los años setenta se transformaron en formaciones más
chicas o se dedicaron a la recreación de
antiguos éxitos. Esa nefasta situación se
prolongó casi dos décadas, y fue hacia
fines de los años noventa que haciendo
un análisis de la situación del tango comenzamos con el proyecto que hoy es la
Orquesta Típica Fernández Fierro. Nos
dimos cuenta del poder sonoro de una
orquesta y que no había ninguna que pudiéramos ver en vivo.
Grabamos el primer disco -Envasado en
origen, año 2001- con un sonido más
cercano al de la orquesta de Osvaldo Pugliese, que siempre fue nuestro referente
como músico, artista y persona. Seguimos adelante. Destrucción masiva, de
2003, incluyó versiones propias de tangos que nos gustaban y tangos propios.
En 2004 nos llega una grabación de un
concierto en Lietchenstein, grabado en
forma casera por alguien del teatro. Lo
editamos con el título Vivo en Europa y
fue el disco más low-fi de la historia del
tango, pero ese disco nos confirmó que
el sonido de la orquesta en vivo era mucho más representativo de nuestras intenciones artísticas que lo que habíamos
logrado hasta el momento en estudios de
grabación. En 2005 editamos el dvd Tan-
go antipánico, un show en vivo registrado
en una importante sala de Buenos Aires.
Volvimos a grabar en estudio, en 2006, el
disco Mucha mierda, y en 2009 editamos
nuestro actual último disco -Fernández
Fierro- con todas composiciones originales y en forma independiente, al igual que
todos los discos anteriores.
Estamos trabajando ahora en un dvd y
componiendo material para un nuevo disco, con las mismas premisas con la que
empezamos este proyecto: hacer música
nueva y desafiar al individualismo, al que
consideramos un falso valor. Por eso seguimos en forma cooperativa e independiente.
Hace poco inauguramos el Club Atlético
Fernández Fierro, un galpón en el barrio
del Abasto que fue convertido por nosotros en un espacio artístico que alberga
-además de nuestra Orquesta- a otros artistas referentes del under porteño.
El C.A.F.F. queda en Sánchez de Bustamante 764, a pocas cuadras del shopping
del Abasto. Todos los miércoles toca la
Fernández Fierro, y algunos sábados
también. Antes de reservar, hay que asegurarse que la Orquesta no esté de gira o
ver que otras agrupaciones se presentan.
Directorio: www.fernandezfierro.com y
www.caff.com.ar.
(*) El Ministro es bandoneonista y uno de los fundadores de la OFFT, actualmente
integrada por once instrumentistas y el cantor Walter
“Chino” Laborde. El 1 de setiembre darán un único show
en el Teatro Solís.
59
PANTALLAS
fernán.cisnero
apocalipsis ayer
Artigas, La Redota es a la historia uruguaya
lo que Star Trek a la astronomía. Dicho con
todo respeto, por supuesto, con el afán de
aclarar que no se trata de una reconstrucción de un hecho puntual (el campamento
del Ayuí) y una serie de eventos políticos (el
recelo porteño a todo lo que se propusiera
Artigas). Acá se utilizan una serie de hechos conocidos y se los pone al servicio de
una intriga, un recurso válido y celebrado
tanto en Shakespeare como en Dan Brown.
El Artigas que construye el director César
Charlone (*), aunque se lo quiera humanizar y tenga sexo -¡qué necesidad!- o
aparezca con un bebé en brazos, termina
siendo un ser superior que entiende los valores de la democracia, apela a la utopía y
a los sentimientos justos en medio de una
parcialidad integrada por paisanos e indios. Hay un español al que los porteños
mandan de infiltrado para asesinarlo, pero
empieza a sentirse conmovido ante tanta
bondad hecha caudillo. El sicario tiene sus
propios dramas personales, como queda
claro en el largo parlamento en off que nos
va contando lo que podríamos estar viendo
y en algunos sobreimpresos a un paso de
lo kitsch. En una historia paralela, se cuenta cómo Blanes, setenta años después de
esos sucesos, construyó el Artigas que
todos conocemos, por encargo de Máximo Santos, un dictador que se parece a
Franklin Rodríguez con una barba postiza.
El aislamiento del campamento de Ayuí
pretende representar el aislamiento de
una idea política que se esforzaba en ir
a contrapelo del curso de la historia. Hay
algo de Pandora, el planeta de Avatar, en
ese mundo proto-socialista y carnívoro del
Éxodo, donde las mujeres tienen derechos
60
aunque el jefe de los orientales es un tanto
picaflor de más. Una comunidad utópica en
contacto con la naturaleza que dio origen a
esto que somos ahora; la película no discute las consecuencias actuales de ese
experimento.
Charlone -que es, por encima de todo, un
fotógrafo de nivel internacional-, ilustra
con colores, vestuarios, encuadres y extras
con una paleta afín a la identidad histórica
uruguaya construida por Blanes. El guión,
cuyo desarrollo narrativo tiende a lo austero, puebla el resto con escenas que aportan
poco y se limitan a caminatas en medio del
campamento y entre laberintos de montes
criollos y restos de vacunos pudriéndose al
sol, ensoñaciones románticas, discusiones
políticas, un par de bailes, una payada, y
discursos artiguistas en los que se repite lo
de “naides es más que naides”, un mantra
que funciona como “el horror” del Kurtz en
Apocalypse Now, referencia más que explícita en esta película pero atemperada por el
ideario artiguista y no por la desazón.
Este Artigas está más cerca de la utopía
del sermón de la montaña que del paraíso
perdido del personaje de Conrad. Es una
elección que más que poner en debate el
vínculo tradicional de los uruguayos con
un pasado mitificado y siempre polémico,
lo afianza.
(*) La elección de Jorge Esmoris y sus rasgos poco
parecidos a la versión aprendida del Protector de
los Pueblos Libres, es utilizada, con inteligencia,
para apoyar el concepto de un Artigas desconocido, alejado de la reconstrucción heredada en retratos de cuadernos escolares. Esa es una de las
tesis que maneja la película y la que mejor queda
probada. Discutir si Esmoris es un “buen Artigas”,
acá no tiene razón de ser.
ENBORRADOR
invitado: martín.inthamoussú (*)
del pecado a la virtud
La idea original era llevar los siete pecados capitales a escena. Como ese concepto
imponía un camino directo y acaso negativo, se decidió trabajar las siete virtudes que
enfrentan –o complementan- esos pecados. El guión de Virtuosos ­(*) parte del trabajo
de siete dramaturgos convocados y se vale de la danza, los visuales y la música para el
juego escénico de siete intérpretes dirigidos por el coreógrafo Inthamoussú.
ser una princesa hay que alejarse de los
1 Para
hipopótamos de dientes afilados…
atiendo como un macho sudoroso; juego
2 Te
tus juegos de varón y varón, de nena y nena…
virgen. Nadie ha entrado en mi cuerpo. Lo
3 Soy
que entra aquí, se queda aquí...
esperar, puedo simplemente esperar;
4 Puedo
¿la tenés vos o la tengo yo?...
es recomendable acercarse a dos perso5 No
nas, ya que estas podrían estar conversando
de temas privados...
también quiero ir a cagar a la casa de Car6 Yo
litos, ir despacio, tocar el timbre, cargar el rifle
y asesinar a la familia, ¿por qué no?...
ustedes, virtuosos nosotros, vir7 Pecadores
tuosos pecadores todos ustedes y todos nosotros…
(*) Última creación escénica de Martín Inthamoussú,
Virtuosos se presenta en la Zavala Muniz entre los días 11
y 14 de agosto. Los siete fragmentos son: De la soberbia
a la humildad (Mariana Percovich - Noelia Campo), De
la pereza al trabajo (Verónica Mato - Juan Ibarlucea),
De la lujuria a la castidad (Gabriel Calderón - Federico
Longo), De la avaricia a la generosidad (Sofia Etcheverry
- Roxana Blanco), De la gula a la templanza (Luciana
Lagisquet - Andrea Salazar), De la ira a la paciencia
(Gabriel Peveroni - Mónica Navarro), De la envidia a la
caridad (Santiago Sanguinetti - Daniella Passaro).
61
E
foto: pata.torres
62
S
H
A
N
G
A
I
no hay escaleras, no hay ascensores, no hay caminos aparentes que
lleven a shanghai. “el lazo que une el significante al significado es
arbitrario”, dice arturo lem. quiere decir que es posible que estemos en
el centro del mundo, sin advertirlo, donde todo y nada suceden en el
mismo instante. un lugar subjetivo. un no lugar, un estado de cosas que
se ve alterado por los experimentos en kits de identidad que se realizan
en el anexo.
Motivo: Funciones de la obra Shanghai, de Gabriel Peveroni y María Dodera. Elenco:
Noelia Campo, Fernando Amaral, José Ferraro. Música: Federico Deutsch y La Hermana
Menor. Lugar: Museo de las Migraciones. Próximas funciones: 17, 24 y 31 de agosto en
Fundación Espínola Gómez. Web: shanghaiteatro.blogspot.com
63
LETRAS
natalia.mardero
harper lee (*)
Hace poco encontré la edición de bolsillo
de To kill a mockingbird (Matar a un ruiseñor) de la escritora norteamericana Harper Lee (Monroeville, Alabama, 1926).
Siempre había querido leerlo. Ella ha sido
una presencia constante y misteriosa en
la vida de mis escritores norteamericanos
favoritos. Amiga íntima de Truman Capote desde la infancia, fue quien lo acompañó en la tortuosa aventura de investigar la
muerte de la familia que daría vida al libro
A sangre fría.
Matar a un ruiseñor se desarrolla en 1930
en Maycomb, una pequeña ciudad de Alabama. La narradora es Scout, una despierta niña de nueve años con la cual Lee
no disimula conexiones autobiográficas.
Scout y su hermano mayor Jem viven con
su padre, el abogado Atticus Finch, y con
una casera negra que los cuida durante el
día con un cariño genuino pero bastante
tosco. Las primeras páginas pintan a los
personajes, las andanzas de los niños,
la devoción religiosa y el racismo de un
típico pueblo del sur a través de los ojos
64
de la enérgica y aventurera Scout. Todo
comienza a tomar otro rumbo menos idílico cuando Atticus decide defender a un
negro acusado de violación, y su intachable posición en la comunidad comienza a
ser puesta en tela de juicio.
La novela fluye entre la dura crítica a una
sociedad anquilosada y la construcción
de seres complejos y llenos de humanidad. Uno de los personajes más entrañables del libro es Dill, el solitario amigo
de Scout y Jem, inspirado en la infancia
de Capote y en su personaje, también de
ribetes autobiográficos, de Otras voces,
otros ámbitos.
Harper Lee es como la versión femenina
en J.D. Salinger. Solo ha dado tres entrevistas en su vida, y vive recluida entre
su Alabama natal y Nueva York. Hoy tiene más de ochenta años y poco se sabe
de ella. Su libro Matar a un ruiseñor, de
1960, es su única novela. Ganó con este
el premio Pulitzer y vendió más de 30 millones de copias en el mundo entero. En
1962 se hizo una taquillera versión cinematográfica, protagonizada por Gregory
Peck. El éxito enmudeció a Lee, que nunca había esperado esa repercusión. En
1964 declaró: Nunca esperé ningún tipo
de éxito con Matar a un ruiseñor. Esperaba que tuviera una muerte rápida y compasiva en las manos de los críticos, pero
al mismo tiempo, esperaba que a alguien
le gustara lo suficiente como para darme
reconocimiento. Reconocimiento público.
Deseé un poco, pero a cambio recibí mucho, de alguna manera fue tan aterrador
como la rápida muerte que esperaba al
comienzo.
(*) o la jane austen de alabama
HÉROES,ANTIHÉROES&VILLANOS
leonardo.borges
los espectros de un tal anacleto
Los años pesan en los hombros, duelen los recuerdos más terribles, los enemigos
muertos se vuelven espectros silenciosos, que conviven entre los sueños turbulentos
del anciano guerrillero Anacleto Medina. De tanto en tanto se despierta sobresaltado,
vuelve a escuchar las últimas palabras de César Díaz aquel verano trágico del 58.
Aquel silencio fantasmal, después de la orden de fuego.
Terrible hecatombe la de Quinteros, la que carga el anciano en sus hombros desde
aquel día.¿Qué vale ya la palabra de un General oriental?, es la voz del general. Pero
eran las órdenes del gobierno, él no podía hacer otra cosa…, vuelve a calcular su decisión y su acto tan terrible como liberador.
Más de uno había intentado asesinarlo desde aquella tarde. Medio país se la tenía jurada, pero ninguno había calzado ese número. Muchos temerarios murieron en el intento.
Sonríe el anciano entre sus cavilaciones, por los 82 años que viste y se sienten. Sus
párpados caen de unos ojos negros profundos, ya no puede sostenerlos.
El Indio, le decían desde joven, aunque poco queda de aquella tupida cabellera negra.
Ya no era el joven revolucionario que había luchado con el viejo Pepe Artigas. Ya estaba
muerto. Lejos habían quedado las victorias de Cagancha, de Ituzaingó y muy lejos su
amigo don Frutos. Todos muertos. Todos fantasmas que lo esperaban tarde o temprano
en algún sitio. Mucho se había tardado.
Cuando miraba alrededor solo encontraba muertos que llorar.
Ese año, 1870, fue convidado a la rebelión por los otros, aquellos a los que muchas
veces había combatido; los blanquillos de Timoteo Aparicio lo convidaban nada menos
que a la revuelta. La Revolución De las Lanzas, la llamarían los historiadores. Los
colorados gobernaban de forma exclusivista, gritaba Aparicio. Anacleto se lanzó a la
rebelión tras su proclama. Era un paria desde que había matado a Díaz, aunque no
comprendía muy bien la plétora de amigos que se había hecho de muerto el General,
pues vivo, pocos lo habían apoyado.
Los diarios de Montevideo le habían llamado asesino vulgar. ¡Cómo se atrevían! Tantas
veces les había salvado el pellejo. El Indio Medina, el que mató a César Díaz, gritaba
un paisano colérico, al enterarse de la buena nueva. Seguramente muchos irían por él.
Él aguantaría. Los héroes de un tiempo mutan tan rápido en villanos, pensó de repente
el caudillo, pensando en su viejo amigo Pepe Artigas. ¿Quién era este Anacleto Medina,
66
que gritaba a los cuatro vientos su proclama? La bandera que levantamos es la bandera de la patria, bajo cuya sombra caben todos los orientales. La divisa tiene los colores
purísimos de esa misma bandera y nuestro partido es el gran Partido Nacional, formado
por todos los buenos orientales…
El Goyo Jeta era el jefe de los colorados. La historia del asesinato de Leandro Gómez
en el verano de 1864 aumentaba el odio, centuplicaba los vengadores de un lado y otro.
El verano viene sangriento, pensó y no le erró Anacleto. El viejo guerrillero, centuplicando símbolos, desembarca nada menos que en la playa de la Agraciada.
Desde su Cuartel General se siente joven otra vez: Soldados: me siento rejuvenecer al
pensar que la Providencia ha querido conservarme la vida para que pueda cooperar a
la obra santa de la unión de los orientales y a dar a la patria días de paz y de Ventura.
Los saluda complacido vuestro general y amigo.
El 17 de julio de 1871, en Colonia, se desató la batalla de Manantiales, en la que fueron
derrotados los rebeldes. En esta batalla murió, con 82 años, peleando todavía, Anacleto
Medina. Su asistente le gritó que atacaba el enemigo, pero fue inútil; el anciano que no
podía mantener sus párpados arriba y debía sostenerlos con palillos, fue atravesado
por varias lanzas enemigas. ¡Dispare señor!, gritó el asistente. ¡Dispare que los tiene
encima! Asustado, su asistente le golpeaba el caballo. El viejo guerrillero comprendió.
Frenó su jamelgo y se dispuso a pelear. Ni la edad le salvó del sufrimiento. La crónica
del Telégrafo Marítimo cuenta que Medina fue asesinado gritando ¡Viva el partido de la
libertad!. Para los colorados, quien moría era el verdugo de Quinteros, era un desquite
válido… sangre por sangre siempre vale. Las atrocidades no acababan.
Después de atravesarlo con muchas lanzas, cuenta Eduardo Acevedo Díaz que fue
sepultado a medio cuerpo, después de haber sido mutilado y desollado de una manera
minuciosa y concienzuda. Se cuenta que después de descuartizarlo, mandaron trozos
de su cuerpo ante la casa de sus familiares, en Montevideo.
Tanta guerra había cansado a todos. La cuota de sangre estaba amortizada. Espectros
y villanos, héroes decapitados esperaban al guerrillero. Su espada fue mandada como
trofeo de guerra al presidente Lorenzo Batlle. La historia se tragaría entonces al héroe
de la revolución, al antihéroe de Quinteros y al villano de los colorados. Para siempre.
67
TRASUSTED
Instrucciones para
fabricar una bolsa de
residuos con un diario
finlandés
68
69
HASTALAVIÑETASIEMPRE
federico.de los santos
la gallina dibujada
¿Cuál es el mejor método para adaptar una obra de un formato a otro? ¿Hay que
buscar la fidelidad alterando lo menos posible al original? ¿O transmitir su “esencia”?
La historieta es buen terreno para rastrear respuestas; dos libros recientes lo hacen
adaptando a viñetas a uno de nuestros mejores cuentistas, el heredero criollo de la
prosa de Poe: Horacio Quiroga.
Quiroga x Vayra.
Ilustrador de El País Cultural, con varios
premios a cuestas, Renzo Vayra es uno
de los dos o tres nombres de historietistas uruguayos que suenan en el exterior.
Reparte su obra entre experimentos de
historieta vanguardista y adaptaciones
literarias. En esta última línea, aparece
Tres cuentos de la selva.
“El paso del Yabebirí”, “Anaconda” y “El
regreso de Anaconda” son los cuentos
que elige Vayra, en los que opta por
transcribir entre las viñetas los textos
íntegros de Quiroga. La sensación no es
la de estar ante una adaptación propiamente dicha, sino cuentos acompañados
por dibujos, un híbrido entre literatura y
cómic, con sus propias reglas -como la
ventaja de entrar en contacto con la pro-
70
sa directa de Quiroga-. Hay una curiosa
inversión de roles: mientras que los animales tienen rasgos psicosociales casi
humanos, el hombre es un depredador
salvaje o -en el primer relato- un aliado
incomprensible.
Vayra es uno de los mejores dibujantes
del medio local. Su estilo cargado, con
muchos detalles y rayitas, es afín a los climas oscuros de Quiroga, mientras que la
interpretación de la flora y la fauna brinda
algunas de las mejores viñetas en blanco
y negro que dio el cómic nacional reciente; conjuga la corrección anatómica con
la expresividad (puntos extra por tratarse
de animales).
Tres cuentos de la selva, de Renzo Vayra. 94 páginas. Trilce, 2010.
Quiroga x Saracino.
Quiroga fue un verdadero escritor rioplatense, y no sorprende que Cuentos de
amor de locura y de muerte tenga por
mentor al argentino Luciano Saracino,
uno de los guionistas argentinos con mayor proyección internacional, quizás a la
par de Diego Agrimbau. Saracino adapta
esta colección de relatos junto a dieciocho dibujantes latinoamericanos y españoles (dato curioso: ningún uruguayo).
La dimensión gráfica es impactante y diversa. Cada artista es virtuoso en el trazo y el color. Hay caricaturistas de línea
gruesa, dibujantes casi pictóricos y trazos
verdaderamente grotescos (se destaca
“La gallina degollada”). Hay un trabajo
fino de Saracino, como guionista, a la
hora de transportar los climas y diálogos.
Puede reprochársele la síntesis extrema
de algunas historietas (“A la deriva” se
exiende solo cuatro páginas), que atenta por momentos contra el efecto de las
narraciones. A su vez, hay pasajes donde
la prosa escrita pierde peso cuando se
traduce a imágenes: la viñeta del parásito
en “El almohadón de plumas” no tiene el
mismo peso que la escalofriante descripción de Quiroga. Sobresalen los cuentos
más largos como “Una estación de amor”,
que Quiroga separa en cuatro capítulos y
Saracino designa cada uno a un dibujante diferente.
De amor de locura y de muerte, de
Luciano Saracino y varios dibujantes.
160 páginas. Pictus, 2011. Distribuye
Aletea.
vigencia de quiroga
Horacio Quiroga
recurrió a la vida salvaje para plasmar los
conflictos humanos
y retrató sus preocupaciones sobre la
deforestación, la caza
indiscriminada y las
miserias humanas de la
sociedad del Novecientos. Quizás haya que
agregar a la pregunta
inicial la de por qué
adaptar una obra de
hace más de un siglo.
En este caso la respuesta es contundente:
la vigencia del autor y el talento de los
involucrados es justificación sobrada.
71
DIARIODEVIAJE
invitada: magela.ferrero
vuelo a venecia(*)
hoy me fui de casa. tomamos un taxi del lado de la sombra. compramos chicles,
una barrita de cereales y caramelos de menta. yo tuve ganas de llorar, pero el motivo
del viaje no admitía melancolía alguna. así es que organicé la cara en función de otras
cosas, y como cada mañana y cada mediodía saludé a losada, a gloria y a los muchachos del quiosco con una mueca de amor. eso que llamamos la sonrisa y tan presente
está a la hora de hacer reales los motivos para un mundo mejor.
el cielo nada me pregunta. simplemente permanece, como desde el primer día,
delante. y es a veces su tan humilde permanencia la que me interroga sobre a dónde
voy, tan mía con tanta falta de mí.
72
excepcionalmente el mundo se abre.
inequívocamente el valor de la distancia
es la cercanía con uno. emprendo el mundo entonces, con el corazón creciente y un
sentimiento antiguo que no muere: el de estar joven ante el vuelo, con la auténtica
inocencia que regala la primera vez de todo. muy joven permanece el aire mientras soy
nadie poseyendo el cielo.
amanezco sola e infinita.
lo que traiga el viento será mi amor, me lo prometo.
una forma abandonada, unos pastos altos y verdes. un círculo nocturno de promesas
y quebrantos que sanaré con el propio sonido de lo que se pierde cuando lo que nos
correspondía nos abandona.
73
creo. donde no hay nada ahora, habrá algo un día. tendría que salir de esta hora el
futuro que deseo. entregar mi corazón, mi alma, mis recuerdos, con la esperanza de
vivir en otro corazón y de que otra alma sepa que es aquí donde espero me visite mañana, cuando no haya más placer sobre el manto oscuro de la noche que este anhelo
iluminado de besar la boca de otra humanidad.
venecia está a un metro sobre el nivel del mar.
a la vuelta de casa, una
familia de tilos sopla a las siete, cada día contra mi ventana su fragancia almibarada
me despierta.
la vecina de al lado escucha un disco
de operetas y canta fuerte y afinada.
existe gabriel en la calle garibaldi
rodeado de quesos, pastas y tomates
secos, y están maría y federico,
donde almorzamos el pesto de sus
manos dos, tres, o cuatro veces cada
semana. está el olor del mar y las
piedras rojas hinchadas de las olas, el
helado de limón con albahaca fresca.
el pan con pistachos, los corazones
de alcachofas abiertos y rojos de
pimientos brillantes…
74
yo me dejo enamorar. y que me lleve la marea alta de la baja pasión adonde
tenga que volver a conocerlo todo. adonde no tenga pasado mi memoria y la esfera
de fuego que ahora nos abrasa sea un astro ignoto, sin nombre ni ascendencia. y que
la risa de otro hombre sea el valle, la cima, la montaña y el mas allá de mí. en venecia,
o en la luna, o en la carta donde algo pronuncia nuestro nombre por primera, luminosísima vez.
(*) Magela Ferrero
presentó en la
Bienal de Venecia
un políptico de
nueve fotos y un
libro, obra con la
que representó
al arte uruguayo
contemporáneo.
75
TIEMPOSMODERNOS
rodolfo.santullo
t cuento q tqm
La del título es una declaración de amor.
Pura, romántica, sincera. Olvidemos cartas, emails, declaraciones epistolares
extensas y emotivas. En exactamente
catorce caracteres se le exterioriza al otro
nuestro amor, cariño, afecto.
La subcultura sms es cada día más fuerte, más aceptada, más legitimada (*). Si
existe un concepto como el de minicuento
-definido como la variación de una máxima, un aforismo, un refrán, una sentencia o simple reflexión- para ser utilizado
mediante el sms y el celular, podemos
entender que existe una forma de escribir
diferente. Es más, a las personas que escriben sms quizá en demasía, se les denominan chaters. Qué más legitimador que
un nombre propio.
El comportamiento cultural ha cambiado a
tono del uso que le damos a los teléfonos
celulares y particularmente al sms. Alcanza con acudir a las estadísticas: Nielsen
Mobile -estudio de marketing y publicidad
que se realiza en más de cien países- garantiza que desde el año 2007 en adelante
el usuario de telefonía celular envía más
mensajes de texto que minutos de llamada de voz tradicional. Este mismo estudio,
realizado dicho año, recorrió tres meses
de análisis, para encontrar que la media
del volumen de mensajes de texto enviados crecía un 64%, solo durante esos mismos tres meses de estudio.
Todas las franjas etarias por debajo de
los 44 años envían más sms que llamadas
tradicionales, destacándose los adolescentes entre 13 y 17 años, quienes son
los líderes en envío de sms alcanzando
76
promedios de hasta 1742 en un mes. La
franja siguiente, 18 a 24, los sigue con un
promedio de 790 mensajes mensuales.
Un estudio realizado por Harris Interactive
ha investigado al segmento adolescente,
y demostró que el 42 por ciento de ellos
afirman que pueden escribir mensajes de
texto con los ojos vendados.
¿Existe alguna manera “oficial” de escribir
un sms? Todavía no, pero vamos hacia allí.
El primer diccionario sms se llamará Exo
x ti y xra ti y tiene como características
principales la abreviación de palabras, supresión de letras, etcétera. No han faltado
las voces que se alzan en contra hasta
del mismo diccionario, asegurando que
fomenta una mala educación y mal uso
del idioma. Pero están aquí y todos los
usamos; cruzan el éter de a millones todos
los días y es cuestión de tiempo para que
todos nos volvamos chaters, sin generar la
menor sorpresa.
(*) El concurso de minicuentos que organiza Cooperativa Bancaria, junto con Antel, va por la cuarta edición y han participado y ganado escritores
jóvenes -y no tanto- como Carolina Bello, Ignacio
Fernández de Palleja y Laura Chalar.
TRIP
pablo.trochon
[ushuaia, 2006]
Quizás alguna información sobre su clima
hostil y su aspecto sombrío hizo que, en
1905, Jules Verne pusiera a un puñado
de fareros asediados por corsarios en el
faro ubicado en la Isla de los Estados, al
oeste de Tierra del Fuego.
El Faro del Fin del Mundo colabora en la
traslación del finisterre -título que le pertenecía a Galicia hasta antes de la Conquista-, a Ushuaia, donde la cultura del
fin del mundo se continúa perpetuando
como un legado insoslayable. Pero el fin
del mundo de quién: ¿el de la población
de yámanas en manos de los anglicanos,
hacia finales del xix?; ¿el de los reclusos
de la Cárcel de Reincidentes que con
sus manos engrilletadas construyeron
calles, puentes y edificios, explotaron los
bosques, instalaron la imprenta, el teléfono, la electricidad, e incluso oficiaron de
bomberos, y que nunca pudieron, por lo
menos así lo relata la crónica, fugarse
con éxito, pues volvían entumecidos por
el frío y el hambre (excepto el mítico Pipo
que quizás lo logró)?
Vuelvo a la ciudad, encallada entre el Canal de Beagle, los descomunales cerros
Martial y Olivia. Recorro las coloridas casas de madera con techo de chapa ondulada, coronadas por decenas de lupines
de diferentes tonalidades, de retamas
florecidas de intenso amarillo y el bosque
que se filtra por entre sus callejuelas más
elevadas. El hombre-pingüino sostiene a
otro disfrazado de castor, que claramente
está en pedo. Lentamente y en silencio la
bahía se va anocheciendo de un celeste
intenso, rodeada de sombras montañosas azules profundas, salpicada de es78
telas de humos que escapan de las chimeneas. El frío comienza a expandir sus
dominios; según los fueguinos, allí cada
vez está más gélido, igual es enero y se
tolera. Es casi medianoche y recién la luz
se ha ido, no pasarán más de cuatro horas para que vuelva.
Es un lugar agradable que no resulta
escenificado como otros destinos de la
Patagonia; quizás porque el turismo se
matiza, se diluye, en sus treinta mil habitantes, la mayoría trabajadores golondrina del creciente comercio pesquero,
forestal, portuario e industrial (impulsado
en los setenta para establecer una soberanía más fuerte en la isla y frenar el
expansionismo chileno).
Al día siguiente me castigo con tres empanadas de cordero, en una cabaña donde pasan Jaime Roos, a la vera del lago
Roca, y luego más cordero, pero a la parrilla, al pie del Cerro Castor, que en otras
épocas del año es un foco infeccioso de
turistas.
Más tarde me interno por los pabellones
del ex Presidio Nacional y permanezco
en un calabozo cerca de una hora: hiela y
ensombrece. Me llegan los lloriqueos de
un viejo que relata a un guardia que allí
murió su hermano. No sería surrealista
decir que en otra de las alas del panóptico (¡Foucault tenía razón!) se exhibe
Dalí en el fin del mundo; seguramente
las pinturas que Salvador tiró a la basura
y alguien rejuntó, pero están allí, donde
alguna vez moraron el Petiso Orejudo y,
suspendiendo el descreimiento, Gardel.
Me impacta un cuadro de Gala, que visto
de lejos toma la forma de la cara de Lincoln. Hace poco, en New York, el día que
fui a ver a Paquito D’Rivera en un show
de tango jazz de dudosa tangosidad, el
Lincoln Center ostentaba réplicas escultóricas del maestro. Tan inquietante como
ver, hace dos años, en Belo Horizonte,
una exposición de Rodin y Chagall en el
centro cultural de Fiat, en un morro desde
el cual se ve toda la ciudad.
Estoy fatigado por la caminata que he
tenido a través del bosque del Parque
Nacional de Tierra del Fuego, a la vera
del Lago Roca, donde los cordobeses, los
conejos y los castores son plaga y
generan grandes
trastornos para la
flora, por no tener
depredadores directos y por estar
prohibida su caza.
Tras visitar la Bahía de La Pataia,
ha comenzado a
invadirme eso de
Ushuaia y la pelotuda sensación
de sentirse especial por estar en el
asentamiento urbano más austral
del mundo, como
si hubiera escalado la montaña más alta
o navegado el río más largo. El trencito
atraviesa el cementerio de árboles talados por los presos para alimentar la usina
termoeléctrica del presidio, hace más de
medio siglo, como yo cruzaré bosques y
esponjosas turberas que datan de nueve
mil años atrás, bajo la incansable lluvia
fueguina, para visitar la Laguna Esmeralda, al pie del glaciar Ojo del albino. Rodeada del color rojizo sobre el que crecen
exóticas y minúsculas florecillas, posee
un paisaje increíble y cautivante.
Me arraigo al portal del hostel, pese al
frío, por casi cinco horas. Mientras dentro
se sucede el tráfico de vinos y de carcajadas motivadas por una yanqui que está
de las chapas y se quiere coger a todos
menos a mí, lo cual no quiere decir nada.
Acá, en las afueras, permanezco hasta
las tres de la mañana como anfitrión de
quienes salen a fumar un cigarro. Nos
reímos burlándonos de los demás.
Sin dudas el clímax está en el faro Les
Eclaireurs, en el canal de Beagle, tras is79
las habitadas por cormoranes y lobos marinos
machos que se disputan
territorio y hembras en
lucha encarnizada. Aparece sereno, acunado en
nido de rocas, en su áurea y grana solemnidad,
heredero de la carga
simbólica del desaparecido (por la inutilidad
de su lugar de emplazamiento) artefacto de
orientación
marítima,
que inspiró a Verne.
El avión levanta vuelo
desde una saliente de la bahía, enfrente a la ciudad donde todavía no ha llegado Mc
Donald’s y el agua sigue siendo potable. Al volver a meterse dentro del mundo, sobrevolando la costa atlántica argentina y reconociendo la Península de Valdez que solo he
visto en mapas escolares, uno recupera algo de la pesada conformidad, de esa sofocante seguridad de saberse contenido; a salvo de aquel resumidero (si, como aquí me
han dicho, Finlandia, Suecia y Dinamarca son la cuna de la Humanidad), de la cornisa
que representa Ushuaia en el mapa del intrépido. But no matter, the road is life.
80
OTROSANIMALES
pedro.dalton
capricornio come puma
81
CIUDADESQUEMATAN
ruski
18.05.2011 (buenos aires)
Mi editor favorito me pide que siga escribiendo sobre famosos. Le digo que este
mes ni en pedo, que estoy de vacaciones en Buenos Aires, que ni aunque Riki
prometa volver al Cuarteto de Nos, que
me voy a la inauguración de Arte BA, que
buenas tardes, y le corto.
En la inauguración de la feria de arte contemporáneo más importante… más importante de, digamos, no solo de Buenos
Aires sino de la región, hay mucha mucha
gente. Toda gente perfumada, colorida,
producida. Los artistas también, pero con
un toque alocado. Los curiosos vamos
vestidos como siempre. A la primera que
distingo es a Marta Minujin, con sus anteojos ahumados, en el stand donde cuelgan sus viejos colchones hippies.
El paso de los años ha vuelto a la feria
más grande y con obras cada vez más
decorativos. Hay más galerías, más
compradores y menos por descubrir. Hay
unos billetitos recortados como papel maché por aquí, un cuadrito coloradito con
caballos que quedaría regio en una casita
de campo por allá, unas cuantas fotos de
Marcos López y sus imitadores por todos
lados… en fin, más de lo mismo.
Como el champagne no se acaba y me
voy cruzando con hermosos hombres y
hermosas mujeres, la velada se desarrolla en total armonía. En el sector arte joven, la población es más bella aún, y más
alocada, y la obra que se muestra más
aburrida, más fea, más lo que corresponda. Estos tiernos artistas, auspiciados por
el decorativismo que impone el mercado
de clase alta, se aprovechan de la impunidad que les da la juventud para no tener
que decirnos nada. ¿Dónde está la emo82
ción, la belleza, la sensibilidad, la revolución? ¿Me vuelvo reaccionaria tan joven?
Luego de un par de horitas, algo desanimada, algo alcoholizada, al borde del
hastío, me cruzo con la obra de arte más
perfecta que haya visto por siempre: Paola Krum, altísima, elegante en su vestido
negro. Me quedo idiota mirándola. La
obra de arte más perfecta es sin duda el
ser humano. Del brazo lleva a su novio,
Joaquín Furriel, hermoso también. Me
han contado que son gente encantadora.
Allí van ellos, hacia la eternidad.
Estoy a punto de largarme de la feria
cuando suena el teléfono. Dice Mariano
que vaya a Guebara, su bar, que Fernando cumple años. Le digo que no puede
ser, que está filmando con Alejandro
Agresti y John Cusack, que no me joda,
que en ese preciso instante está pasando
Pablo Echarri a mi lado, que es un bombón. Justamente, me dice Mariano, Fer
está aquí festejando con Alejandro, con
John, con todo el equipo de filmación.
Que me deje de joder yo, insiste, que
Echarri es muy bajo para mí, que vaya
para allá. Me angustio, me excito, me doy
vuelta, es cierto: Pablo es muy bajito para
mí. Para cualquiera. Pero qué lindo sale
en la tele, qué lindo que es. Voy para allá,
le digo, rendida a sus argumentos.
Llego al bar. Está repleto pero admitamos
que no es grande. En la puerta me encuentro con un par de amigos a quienes
saludo con presteza, ya que la idea es
encarar descaradamente a John para, si
la suerte acompaña, llevármelo a casa.
En la puerta, el señor de seguridad me
reconoce y me deja pasar sin problemas.
Guebara debe ser el más desprolijo y su-
cio antro de San Telmo, pero tiene que
poner un monigote en la puerta para evitar que el espacio se desmorone en una
avalancha de desesperados por acceder
a su exclusiva promiscuidad. Justo voy
entrando cuando me choco a John Cusack, que va de salida. Se disculpa. Con
mi mejor sonrisa le digo que no es nada,
que adónde va, que es temprano, que no
son ni las once. Me dice, muy correcto,
al borde de una alegre timidez, que lo
siente, que se tiene que ir, que mañana
tiene que filmar temprano. Viendo a todo
su equipo de filmación dentro del bar le
pregunto si no me está tomando el pelo,
que no sea malo, que se tome la última
conmigo. Se sonríe indulgente a mi mirada, me da un beso en la mejilla y en
correcto español me dice chau.
Lo veo bajar a John por Humberto Primo
rumbo al hotel Faena. Entro al bar desconsolada. Veo a todos bien entretenidos. Todos ríen. Todos charlan. Todos son
felices. Me arrimo a la barra, lo
saludo a Mariano, le pido
champagne.
¿Desde
cuándo tomás esa porquería?, me pregunta
asombrado. No quiero
mezclar, le explico. Lo
felicito a Fernando por
su onomástico. Vení
que te presento a Alejandro, me dice. Agresti
me recibe con una chica
preciosa sentada en sus
rodillas. Muy lindos tus
libros, le digo. Se levanta
de un tirón. La chica apenas si atiende al estímulo y
logra pararse sin caerse. ¿En
serio?, me pregunta Alejandro
muy emocionado. Sí, son
cualquiera, bien porteños,
me encantan, le digo,
algo desorientada. ¿Querés tomar algo?,
pregunta sin ver mi copa de champagne
en la mano. Estoy bien, le digo, y voy al
grano para que le quede todo claro: ¿Por
qué se fue John?
Ale sonríe, lo entiende todo y me cuenta
que está su novia argentina en el hotel
y no se quiere dormir muy tarde. Después me cuenta que todos los días de
John son iguales: se levanta temprano
a la mañana, desayuna, hace una hora
de ejercicios, luego lee una o dos horas,
luego filma, hace trabajo de actor, lee un
guión, hace trabajo de director, cosas
de su oficio, pero nunca más de ocho o
nueve horas. Luego se junta con amigos
y bebe unas copas, cena, charla, agarra
minitas, se pone de novio por unas semanas, camina, pasea, va al cine, hace turismo, vuelve a charlar con amigos o con
su novia del día. Y viaja mucho y siempre
la misma rutina; y mañana y pasado lo
mismo.
Ves, le digo, es un aburrido. Me dedica
una sonrisa embriagadora, me da un
beso en la frente, y socarrón dice:
pensalo un poquito y hablamos
mañana. Me alejo atontada, saludo a todos, me voy a casa a
levantarme temprano para tratar de entender.
Cuando despierto, escribo
todo esto de un tirón y le
pregunto desesperada a mi
editor favorito si él piensa
que John Cusack es un
aburrido (*).
(*) Nota del Editor:
¿Quién es
John Cusack?
83
84
85
CUCHARALIBRE
victoria.vera
la reina de la 814
Estuve toda la tarde guardando mis cosas. No pude tirar muchas... casi todas las
guardé. Estuve toda la tarde desmantelando mi vida. Todo en cajas blandas que se
usaron alguna vez para guardar cereales y
panes congelados.
Es difícil mudarse.
Sé que voy a extrañar los ascensores, el
ruido que hacen las puertas cuando se
abren y se cierran. Las charlas con las
vecinas pitucas que viven en los pisos superiores. Voy a extrañar el ruido del viento
al rebotar sobre los vidrios flojos de la ventana. Cuando hay temporal en un octavo
piso... se escucha como un bebé llorando.
Voy a extrañar los dibujos distintos de
cada piso. Bajar las escaleras corriendo,
investigar cada rincón, cada detalle.
La vida en un antiguo hotel.
Sentirme invencible al caminar por los solitarios y oscuros corredores. Los porteros
tan simpáticos, las charlas con Ismael. El
silencio inmenso del edificio más inmenso
cuando sus habitantes duermen. El final
del túnel es siempre la oscuridad. Estar a
salvo en el Salvo.
Desayunar, almorzar y cenar desnuda.
Comer con las manos, comer en la cama.
Sacarme pelitos con la pinza todo el tiempo que quiera en el baño. No creo que
extrañe a las cucarachas, pero sí que voy
a extrañar no cocinar y comprar tartas
hechas por el Centro. Hablar sola, cantar sola, vestirme sola y tener todas mis
cremitas faciales de colores en la pileta,
aguardando a que llegue cada noche para
untármelas como se unta queso crema sobre una tostada quemada.
Los dibujos esotéricos que dejan los pelos
pegados en la pared de la ducha.
86
Mis surtidos personales en el Multiahorro.
Mis revistas.
Mis boas de colores.
Mis pañuelos kleenex, como claveles blancos tirados sobre la mesa ratona en invierno cuando me ataca la alergia.
Voy a extrañar sentirme la reina de mi
monarquía absoluta, con soberanía competente únicamente para tan solo veinte
metros cuadrados.
Abrir y cerrar mi puerta a quien yo quiera,
desaparecer de la faz de la Tierra por el
tiempo que considere prudente. Mis siestas eternas, que son como morir y resucitar a mi medida.
Voy a extrañar este espacio, voy a extrañar los fantasmas, voy a extrañar esa sensación que en cualquier momento podía
cruzarme con el hombre del paraguas.
Me hubiera gustado vivir más tiempo sola.
Poder disfrutar de estas cosas un poco
más. Me tendría que haber mudado antes.
Estar sola. Ser sola. Simplemente ser.
Para ver cuán grande puede ser, para ver
qué cómoda queda la barbarie personal.
Fluye naturalmente, como las cascadas
en los cordones de la vereda cuando llueve torrencialmente.
La barbarie natural y la luz.
Y el Salvo como testigo.
Te voy a extrañar.
Roque Barcia 1477 of. 9
CP 11300 - Montevideo - Uruguay
(598 2) 707 60 83
[email protected]
www.freeway.com.uy
REDACTOR RESPONSABLE
Ignacio Quartino
DIRECCIÓN DE
CONTENIDOS Y EDICIÓN
Gabriel Peveroni
CORRECCIÓN
Andrea Blanqué
NOTAS
Javier Abreu, Blog Couture, Gustavo
Fernández Insúa, Fernán Cisnero,
Natalia Mardero, Leonardo Borges,
Federico de los Santos, Rodolfo
Santullo.
COLUMNAS
Lucía Allegro, Mariana Enriquez,
Mauricio Milano, Max Capote, Kira,
Pablo Trochon, Ruski, Victoria Vera,
Gonzalo Deniz.
FOTOGRAFÍA
Pata Torres, Cecilia Glik, Jorge
Truscello, Jessie Young, Florencia
Ottonello, Bruno Nogueira, Felipe
Ridao, Flavio Giusti.
COMIC Y GRÁFICA
IMPRESIÓN
Gráfica Mosca - Meralir S.A.
D.L. Nº 328569
DISTRIBUCIÓN GRATUITA
Prohibida su venta bajo ningún concepto.
Lucrecia de León, Pedro Dalton, Alceo/ Gerenta Comercial
y de Marketing
Bergara.
Agustina Quartino
FOTONOVELA
[email protected]
Mauricio Pizard.
INVITADOS
Gerenta de Operaciones
Fernanda Florensa
Lucie Lejeune, Clement Biron, Penny
[email protected]
Lane, Gabriela Pelenur, Orquesta
Fernández Fierro, Martín Inthamoussú, Envío de anuncios
[email protected]
Magela Ferrero.
Canelones 962
GRÁFICA & POST
Montevideo
Sebastián Viqueira
Tel. 901 4175
[email protected]
POR SUSCRIPCIONES SOLICITAR LAS CONDICIONES A: [email protected]
Los derechos, fotos e imágenes de los invitados se presentan bajo su autorización según documentación correspondiente.
Freeway Magazine es una publicación de Linocar S.A. en el M.E.C. :: Tomo XIII :: fojas 283
Artículos y Comentarios
Las opiniones expresadas en los artículos y comentarios publicados en FREEWAY son exclusivas de sus autores y se publican
bajo su responsabilidad.
Freeway magazine no necesariamente se identifica o comparte el contenido de los artículos presentados.
Los avisos publicados (textos, imágenes y demás) son de exclusiva responsabilidad de las empresas anunciantes y/o firmantes.
Derechos de Autor
Derechos reservados. Todos los contenidos de Freeway están sujetos a derechos de propiedad intelectual e industrial de Linocar
S.A. o de terceros titulares de los mismos. Toda explotación, reproducción, distribución, transformación, comunicación pública o
cualquier otra forma de difusión o explotación comercial de la obra o de dichos contenidos debe ser autorizada expresamente por
Linocar S.A. o por el tercero titular de los derechos afectados © 2002-2009.
CAMPOSMAGNÉTICOS
invitado: gonzalo.deniz
buscando a velma
Esto es verdad. Hace un tiempo, volviendo de Buenos Aires vía Colonia, estaba
esperando para subirme al bus cuando se acerca un señor que, sin presentarse, me
dice “esto es como una botella al mar”. Automáticamente casi le digo “no, gracias”, pero
se anticipó y me largó la historia que quería contar. Me dijo que se llamaba Ramón, que
era colombiano, y que su objetivo era llegar a Montevideo. Pero como no le daba el
tiempo, tenía que regresar a Buenos Aires.
Entonces me entregó una bolsa blanca de nylon con un libro adentro. Me contó que
hace unos 30 años -o 40, no recuerdo bien-, conoció en Bogotá a una uruguaya llamada
Velma (*), de quien fue compañero de estudios, y a quien quería hacerle llegar ese libro
que él mismo había escrito.
No recordaba su apellido, ni tenía algún tipo de información para contactarla. Sólo
un nombre: Velma. También me dijo que probablemente, en la actualidad, ella fuera
profesora de Idioma Español, o de Literatura, y que debería tener unos 50 o 60 años.
Eso. No dijo nada más. Una botella al mar. De toda la gente en la fila de Buquebús, me
eligió a mí. Dijo que tenía cara de confiable. Un tipo arriesgado.
El nombre del libro es Un hombre destinado a mentir. Un título poco confiable. En fin,
así fue que me subí al bus y volví a Montevideo con una aventura entre manos. El
primer impulso se fue diluyendo con la vuelta a la ciudad. Luego de unos vagos intentos
consultando a unos pocos allegados, de a poco me fui rindiendo en mi búsqueda.
Esto pasó hace varios meses. Hago entonces otro intento más por encontrar a Velma
(**). Otro empujón a esa botella que sigue en el mar. Una ayuda a ese hombre que
aparentemente está destinado a mentir y que se acercó a mí en la terminal de Colonia
con una bolsa de nylon blanca con un libro adentro.
(*) Acabo de releer la dedicatoria, y el nombre correcto es Nelba. Así que mis vagos intentos fueron
erróneos en cuanto a la única información confiable que el hombre me otorgó. Ahora sí, comenzó tu
búsqueda, Nelba, aunque en mi mente siempre fuiste Velma.
(**) Los que tengan algún dato para aportar, pueden hacerlo a [email protected]
98

Documentos relacionados