Bibliografĭa de las comedias histŏricas, tradicionales, y

Transcripción

Bibliografĭa de las comedias histŏricas, tradicionales, y
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
BIBLIOGRAFÍA DE LAS
COMEDIAS HISTÓRICAS, TRADICIONALES Y
LEGENDARIAS DE LOPE DE VEGA
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
STATE UNIVERSITY OF IOWA, IOWA CITY, IOWA, U. S. A.
Bibliografía de las Comedias
históricas, tradicionales y
legendarias de Lope de Vega
Por
ROBERT B. BROWN
Prólogo de
EDMUND DE CHASCA
EDITORIAL ACADEMIA
México, D. F.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Derechos reservados
Copyright 1958
Impreso en Méxiéó
Printed in Mexico
EDITORIAL ACADEMIA
Apartado 12,112
México 1, D. F.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
ÍNDICE
Págs.
Nota prelim inar................................................................
Lista de abreviaturas .................. ...................................
Ensayo sobre la imitación poética de la h isto ria ..........
Bibliografía.......................................................................
IX
XIII
1
37
Apéndice A: Las comedias históricas, tradicionales y le­
gendarias de autenticidad dudosa ..........................
115
Apéndice B: Comedias históricas, tradicionales y legen­
darias en las Partes I-X X V ....................................
131
Apéndice C: Comedias históricas, tradicionales y legen­
darias editadas por Hartzenbusch en la Biblioteca
de Autores Españoles..............................................
139
Apéndice D: Comedias históricas, tradicionales y legen­
darias editadas por Menéndez y Pelayo en la pri­
mera edición de la A cadem ia................................
143
Apéndice E: Comedias históricas, tradicionales y legen­
darias editadas por Cotarelo y Mori y otros en la
nueva edición de la Academ ia................................
149
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
NOTA PRELIMINAR
En diversas oportunidades, ya en conversaciones íntimas,
ya en algunas de sus obras teatrales, Lope ha declarado su
deseo (a veces en forma velada, pero otras abiertamente) de
llegar a ser cronista real. Sabido es que Lope nunca alcanzó
ese deseo, por la verdadera o imaginada malquerencia del monarca. Sin embargo, entre los dramaturgos de su tiempo que
rindieron culto a la tradición, el fénix de los ingenios se des­
tacó como gigante en la imitación poética de la historia. Po­
demos aplicar otros superlativos sin temor a exagerar, ya que
las hipérboles juiciosas son de ordinario completamente segu­
ras tratándose de este increíble español: si tomamos en cuenta
únicamente las piezas tradicionales e históricas existentes, sin
considerar hipotéticamente las muchas que se tienen por per1
Las alusiones a este anhelo de Lope según Arco y Garay, La
sociedad española en las obras dramáticas de Lope de Vega, Ma­
drid: Escelicer, 1942, págs. 167-170 se encuentran en las siguientes
comedias: Ursón y Valentín (Acad. XIII, 512-b), El galán Castrucho
(Acad.N X, 41-b), Triunfo de la h u m ild a d ... (Acad.N X, 99-b), La
ventura sin buscalla (Acad.N X, 289-a), El premio de la hermosura
(Acad. XIII, 437-b), Amor, pleito y desafío (Acad.N, 661-b), Porfian­
do vence amor (H. R. III, 244-c), La discreta venganza (N. R. III,
313-c).
http://ir.uiowa.edu/uissll/
didas, su número es comparable a la total producción inglesa
del drama histórico isabelino. Y a través del teatro heroicopopular, que él desarrolló pero no creó, Lope acaso ha logrado
la más amplia representación artística de la historia que se
pueda encontrar en su país o en otro cualquiera.
Varios grandes eruditos y críticos, especialmente Menéndez
y Pelayo, han estudiado algunos de los aspectos generales de
este género lopesco; pero lo mismo que la enorme producción
del dramaturgo en conjunto, esta parte está por definirse cla­
ramente y analizarse en forma escrupulosa.
No pretendemos que este esfuerzo abarque una comprensión crítica independiente, aunque tal requisito sea necesario
hasta para una justa clasificación bibliográfica. Pero por la
labor ingente que exigiría, ceder a él retardaría demasiado
un paso práctico preliminar, el cual es mejor que sea dado
con la ayuda de otros que no dado en absoluto.
Reconocemos nuestra deuda a Menéndez y Pelayo, a Rennert
y Castro, a Morley y Bruerton. Esto no significa, empero, que
nos hayamos limitado a una mera reproducción o reconstruc­
ción del trabajo ajeno. Se ha tenido escrupuloso cuidado de
corregir errores previos, perdonables pero graves, que no han
sido pocos. Nuestra contribución independiente ha consistido
en el serio intento de completar el recuento — aunque inevita­
blemente bastantes noticias no han podido menos de escapárse­
nos— desentrañando los materiales pertinentes que han sido
acumulados desde que Menéndez y Pelayo y sus sucesores pre­
pararon su edición de la Academia y la Nueva Academia
(1890-1914, 1916-1930 respectivamente), y desde que Rennert
y Castro publicaron su bibliografía en 1919.
Algunos lectores pueden objetar la inclusión de piezas en
las cuales el elemento histórico es tan escaso. En realidad, en
muchos casos el relato es enteramente ficticio, la mayor parte
de los personajes son inventados y los que no lo son compor­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
tan sólo una semejanza remota o imaginaria con sus origina­
les. A este reparo oponemos nuestra previa negativa de cual­
quier intento definitivo por definir el género histórico-legen­
dario de Lope. Para esto, hemos dependido principalmente del
juicio de Menéndez y Pelayo. Además, piezas no incluidas en
la edición de la Academia VII a X III se toman de la edición
de la Nueva Academia si es que en previa ocasión Menéndez y
Pelayo las señaló como históricas o legendarias,2 y si por medio
de estudios preliminares en los volúmenes de la Nueva Acade­
mia pudimos determinar que la comedia merecía considera­
ción como obra histórica o legendaria en su mayor parte.
La presente bibliografía trata también de ser útil para ais­
lar del conjunto de las obras auténticas de Lope aquéllas que
no lo son. Nos hemos fundado en el estudio de Morley y Bruerton cuyo método es el más objetivo que se ha ideado para
determinar, a base de la versificación, la autenticidad y la cro­
nología del teatro de Lope.3
Los apéndices B, C, D y E contienen la bibliografía com­
pleta de las piezas en las Partes I a XXV, los tomos de Hartzenbusch en la Biblioteca de Autores Españoles, los tomos de
la edición de la Academia hecha por Cotarelo y Mor i y otros
respectivamente.
Para cada obra se ha adoptado un procedimiento uniforme.
Bajo la primera sección hemos propuesto la simplificación de
los datos bibliográficos hallados en Rennert y Castro.4 En al­
gunos casos las alusiones en la bibliografía de Rennert y Cas­
tro a las críticas de Antonio Restori en Zeitschrift für romanische Philologie han sido corregidas. Las ediciones princi­
2 Acad. XIII, xli-xlii.
3 S. Griswold Morley y Courtney Bruerton, The Chronology of
Lope de Vega’s “Comedias”, Londres: Oxford University Press, y Nueva
York: The Modern Language Association of America, 1940.
4 Hugo A. Rennert y Américo Castro, Vida de Lope de Vega, Ma­
drid: Sucesores de Hernando, 1919.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
pales de los siglos xix y xx se han reunido también en la
primera sección; algunas de las del siglo xix fueron desecha­
das o desconocidas por Menéndez y Pelayo al publicar los
tomos VII a X III de la Academia.
Bajo la segunda sección de cada obra hemos procurado
enumerar todos los libros y artículos científicos pertinentes
a la obra. Sin embargo, se ha de entender que muchas veces
las ediciones citadas en la sección primera abarcan ensayos
críticos importantes como material de introducción. Estos se
indican con la abreviatura “edic. de” más el nombre del autor.
La sección tres comprende: 1) el material que explica la
fuente de inspiración de Lope, 2) el alcance de la calidad
histórica de la pieza, 3) una exposición general relativa a
las figuras históricas contenidas en la obra, y 4) una com­
binación de dos de estas o de todas. Más aún, en ciertos casos,
la cita directa de una fuente habría resultado una serie torpe
de frases fragmentarias. Por esto, nosotros mismos hemos para­
fraseado o resumido el material disponible.
La sección final de cada obra contiene la fecha asignada
a ella por Morley y Bruerton.
R. B. B.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
ABREVIATURAS
Acad.: primera edición de las Obras de Lope de Vega edita­
das por Marcelino Menéndez y Pelayo para la Real Aca­
demia Española.
Acad.N: nueva edición de las Obras de Lope de Vega edita­
da por Emilio Cotarelo y Mori y otros para la Real Aca­
demia Española.
AChile: Anales de la Universidad de Chile.
AR: Archivum Romanum (Florencia y Ginebra).
AZJ: Allgemeine Zeitung des Judentums (Leipzig y Berlin).
BBB: Baden-Badener Bühnenblatt (Baden-Baden).
BBMP: Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo (Santan­
der) .
BH: Bulletin Hispanique.
BHS: Bulletin of Hispanic Studies.
B. N.: Biblioteca Nacional.
BSS: Bulletin of Spanish Studies.
Bib. Imp. de Viena: Biblioteca Imperial de Viena.
BullCom: Bulletin of the Comediantes.
Cat. Bib. Nac.: Catálogo de la Biblioteca Nacional.
Clav: Clavileño.
CM: Cotarelo y Mori.
C.S.I.C.: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Durán: Libros que fueron de D. Agustín Durán, en su ma­
yoría en la Biblioteca Nacional.
edic. de: edición de.
EEABonilla: Estudios eruditos “in memoriam” de Adolfo Bo­
nilla y San Martín (Madrid).
EHMéxico: Estudios Hispánicos (México).
Euph: Euphorion (Bamberg, Leipzig y Viena).
Fajardo: índice manuscrito de comedias impresas hasta 1716
por Juan Isidro Fajardo (B. N., ms. 14106).
Gayangos: Libros que fueron de D. Pascual de Gayangos, en
su mayoría en la Biblioteca Nacional.
HR: Hispanic Review.
Hisp: Hispania.
H. R. (más el número del tomo) : las comedias editadas por
Hartzenbusch en la edición de la Biblioteca de Autores
Españoles.
Ilchester: Biblioteca de Lord Ilchester (Londres), propieta­
rio actualmente de la importantísima colección de Lord
Holland (Kensington).
JgrG: Jahrbuch der Grillparzer-Gesellschaft (Viena, Zürich
y Leipzig).
MB: Morley y Bruerton.
MLF: Modern Language Forum.
MLN: Modern Language Notes.
MLR: Modern Language Review.
MP: Menéndez y Pelayo.
Ms: copia: copia manuscrita.
Ms. aut.: manuscrito autógrafo.
NFP: Neue freie Presse (Viena).
NRFH: Nueva Revista de Filología Hispánica.
Osuna: Antiguamente en la biblioteca del duque de Osuna;
actualmente (salvo muchas excepciones) en la Biblioteca
Nacional.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Parma: En la Biblioteca Palatina de Parma, según A. Res­
to ri, Una collezione di commedie di Lope de Vega, Livorno,
1891.
PMLA: Publications of the Modern Language Association of
America.
RAM: Revista del Ayuntamiento de Madrid.
RBC: Revista Bimestre Cubana.
RBAM: Revista de Biblioteca, Archivo y Museo. (Madrid).
RCSChile: Revista Católica de Santiago de Chile.
REHisp: Revista de Estudios Hispánicos (Río Piedras, Puer­
to Rico y Nueva York).
RFE: Revista de Filología Española.
RFH: Revista de Filología Hispánica.
RH : Revue Hispanique.
RInd: Revista de Indias.
RP: Romance Philology.
R R : Romanic Review.
Ru: Ruta (México).
S: suelta,
s. a.: sin año.
Scene: Die Scene, Blätter für Bühnenkunst (Berlin).
SKAW : Sitzungsberichte der Preussischen Akademie der Wis­
senschaften zu Berlin,
s. 1. ni a.: sin lugar ni año.
trad: traductor.
Ztft: Zeitschrift für romanische Philologie.
ZW T: Zeitschrift für wissenschaftliche Theologie (Leipzig).
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA
IMITACIÓN POÉTICA DE LA HISTORIA
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
I.
Historia y Poesía en la Epopeya de la Edad Media y en
la Novela Histórica de la Epoca Moderna. 1
C o n sid e r a c io n e s
T eó ricas
En los géneros dramáticos y narrativos el propósito prin­
cipal de la imitación poética de la historia es representar o
novelar un asunto fundado directa o indirectamente en suce­
sos ilustres pretéritos o presentes. La exactitud histórica del
poeta puede variar mucho; pero en todo caso, la materia que
emplee —no importa si la reproduce con máxima fidelidad,
o la modifica, o la altera— debe ceder a las exigencias de la
creación poética, la cual viene a ser —hay que recurrir, in­
evitablemente, a términos aristotélicos— algo más filosófico
y grave que Ja historia, por^ representarl a poesía,/no~lo que^)
yes, sino lo que dehe se¿ Esto ha~~Hegadoaser un lugar común repetido ad infinitum. No ofrece, a primera vista, difi­
cultad. Pero hay una, y enorme, que Menéndez y Pelaya ha
1
El Ensayo sobre la novela histórica (Buenos Aires, 1942)
Amado Alonso, es una imprescindible poética de la novela histórica
moderna. Pero de la primera forma literaria inspirada por la histo­
ria, a saber, la epopeya, el autor no dice casi nada.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
de
comprendido con su gran penetración, y es que, en sus pa­
labras, “la necesidad implica la existencia, y. por tanto, todo
lo que debe ser, es, y nada es sino como debe ser, conforme
a su idea; lo cual anula de hecho la distinción aristotélica,
ya que igual realidad tienen a los ojos del espíritu el héroe
real e imaginario, Carlomagno o D. Quijote, Temístocles o
Hamlet.” Por lo que concluye el santanderino que “el poeta
no inventa, ni el historiador tampoco; lo que hacen uno y
otro es componer e interpretar los elementos dispersos de la
realidad. En el modo de interpretación es en lo que difie­
ren.” 2 A estas palabras podemos añadir, para precisar lo
esencial del problema, que lo particular histórico obedece a
la idea de Iq realidad post
y lo universal poético a la
idea formal.3 o creativa. Sin duda el fin de la imitación es
representar un aspecto de lo particular, pero a través de_un
medio que es distinto del de la realidad. Y los elementos
activados por este medio —la palabra, en las artes literarias—,
son gobernados por principios que tampoco corresponden a los
de la realidad histórica.
La dificultad del historiador está en que sin ser la his­
toria ciencia exacta, tiene que valerse en gran parte de los
medios de la ciencia, sin poder por eso suprimir del todo la
intuición poética, ni aplicar con libertad el principio de la
selección. El historiador, “procediendo por indicios, conjetu­
ras y probabilidades, juntando fragmentos mutilados, interro­
gando testimonios discordes, pero sin ver las intenciones, sin
saberlas ni penetrarlas a ciencia cierta como las ve y sabe el
poeta, arrebatado de un numen divino,” como dice Menén2 Marcelino Menéndez y Pelayo, “La historia como obra artística”,
en Estudios de crítica literaria (Madrid, 1893), págs. 90-91.
3 Véase Edmund de Chasca, Estructura y forma en el “Poema de
Mió Cid” (México, 1955), pág. 26, donde se precisa lo que queremos
decir con “idea formal”.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
dez y Pelayo, 4 hace de un modo imperfecto lo que el poeta,
con plena libertad de imaginación puede lograr cabalmente
por medio de la unidad artística, la disposición dramática de
la acción, la intensificación del carácter esencial de los perso­
najes, y la función creativa de las palabras.5 Para decirlo
de otro modo, al artista literario le es posible disponer los ele­
mentos poéticos de su medio, para crear un conjunto cuyas
partes obran activa y sintéticamente con el fin de producir un
efecto, el cual suele designarse por expresiones gemelas como
“estructura y forma”, “forma y sentido”, “estilo y creación”.
El
poem a
de
Mío
Cid
Menéndez Pidal ha demostrado que el Poema de Mió Cid
se ciñe fielmente a ciertos de los sucesos históricos que cele­
bra, y opina que la epopeya castellana es notablemente verista.
A nosotros esta opinión nos parece incontrovertible. Pero el
cantar español es, asimismo, tan poético como cualquiera, si
por poético entendemos el efecto total de la fábula como crea­
4 Menéndez y Pelayo, op. cit., págs. 94-95.
5 Lope de Vega, con suma sencillez y sin formulación teórica su­
giere lo dicho en las siguientes palabras: “La fuerza de las historias
representada es tanto mayor que leída: cuanta diferencia se advierte
de la verdad a la pintura y del original al retrato; porque en un
cuadro están las figuras mudas y en una sola acción las personas;
y en la comedia hablando y discurriendo y en diversos afectos por
instantes, cuales son los sucesos, guerras, paces, consejos, diferentes es­
tados de la fortuna, mudanzas, prosperidades, declinaciones de reinos
y períodos de imperios y monarquías g randes... Pues con esto nadie
podrá negar que las famosas hazañas o sentencias, referidas a lo vivo
con sus personas, no sean de grandes efectos para renovar la fama
desde los teatros a las memorias de las gentes, donde los libros lo
hacen con menos fuerza y más dificultad de espacio”. Dedicatoria
de la comedia La campana de Aragón, H. R. III, pág. 35.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
ción y la acertada disposición de todos y cada uno de sus
elementos constitutivos para lograrlo. El cantar castellano, pues,
tan poético como historia y tan histórico como poema, puede
servirnos como pocas obras para demostrar lo dicho en cuanto
a la verdad histórica y la verdad poética.
Lo primero que consta por el Poema es la verdad de las
siguientes palabras en el capítulo nueve de la Poética: “El
poeta no lo es menos al referir las cosas realmente acaecidas
ya que nada impide que ciertos sucesos verdaderos posean la
forma ideal de lo probable y verosímil y ya que es poeta por­
que imita esta propiedad en la representación de tales su­
cesos.”
Como ha demostrado Menéndez Pidal, muchos de los su­
cesos de la vida del Campeador tuvieron este carácter ideal,
por lo que el poeta anónimo pudo incorporarlos en su fábula
tal como ocurrieron.
i Pero el poeta omitió algunas de las cosas araerid^s, alteró
/un suceso por mmplpto p invento otros. Para lograr la unidad
/ ardstkaredujo a,.cinco_añ£&los-suí^sos-acaecidos -durante los
I trece J*ños entre 1081 v 1094., El Cid histórico fue desterra­
do 3os veces, _yqnedó-ftin perdón" después del segundo exilio.
También por motivos artísticos se destierra al Cid poético sólo una vez, y se le perdona gloriosamente para que el desen­
lace sea feliz. Por lo visto, las alteraciones del elemento tem­
poral no violentan la verdad histórica; pero sí la violentan
las que versan sobre las relaciones entre el Cid y el rey don
Alfonso, porque para que el monarca, tan invidioso al prin| cipio, perdonara a su vasallo definitivamente, el poeta tuvo
que cambiar su carácter, convirtiéndole en rey justiciero
—cambio que desdichadamente nunca ocurrió en la realidad.
También hay una modificación del carácter del héroe mismo.
Cierto es que en el Rodrigo histórico y en el poético corres­
ponden dos rasgos sobresalientes, a saber, la magnanimidad
y la lealtad al rey; pero hay que admitir que el juglar idea­
Í
http://ir.uiowa.edu/uissll/
liza a su héroe hasta cierto punto al pasar por alto las extre­
madas violencias que en el Cid histórico coexistían con su
bondad. La idealización, sin embargo, no se exagera lo su­
ficiente para desnaturalizar al sujeto. El Cid poético perma­
nece, con todo, firme y fuerte, al insistir en sus derechos,
primero con el rey, y después en la Corte de Toledo. Cabe
decir, pues, que en lo esencial no se aparta de su personali­
dad histórica.
No alteran las partes inventadas el verismo del Poema
tanto como las modificaciones de lo particular que hemos
señalado, porque aquéllas sirven para tramar una fábula cu­
yos elementos ficticios son necesarios para dramatizar el au­
téntico carácter del Cid y de sus contrarios y también para
llevar a cabo el plan estructural. La ruina económica del
Cid exige que recurra a la treta de las arcas de arena para
obtener dinero; el incidente del león proporciona el motivo
para la conducta vengativa de los Infantes de Carrión; y,
nada menos que la escena de la Corte de Toledo, pura invención^C/puede bastar para dar realce a la verdadera grandeza
moral del héroe.
Por lo tanto llegamos a la conclusión de que en el Cid lo
verdadero, lo alterado y lo inventado se disponen magistral­
mente para formar una obra maestra narrativa, con un tema
—la honra del Cid— que vale como principio unificador, con
¿í^H ierto es que nunca se convocaron semejantes cortes, pero el
papel que desempeña el Cid como perito en la ley tiene su base his­
tórica. Véase Menéndez Pidal, La España del Cid (638-39): “El Cid
era sabidor en derecho. X-e vemos actuar como abogado en el monas­
terio de Cardeña, y como juez en Oviedo, capaz de citar las leyes
góticas y de examinar la autenticidad de una escritura; le vemos su­
tilizar casuísticamente en la cuádruple redacción de una fórmula de
juramento legal. Y el Cid de la poesía coincide con el de la reali­
dad, alegando metódicamente sus derechos ante la corte de Toledo”.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
agentes cuya índole sirve de propósito para desarrollar esta
acción dramáticamente, y con un estilo que en todas partes
desempeña cabalmente su función creativa. Acción, persona­
jes y pensamiento corresponden en lo esencial a la realidad
histórica; pero en su contenido poético estos elementos son
referibles especialmente a las pasiones personales, al temple
moral de los personajes de una ficción. Creo que podemos
sacar en limpio, pues, que por verista que sea una creación
literaria, s il verisimilitud pertenece a la esfera ideal del arte
—entidad absolutamente relativa— más bien que a la real de
lo verdaderamente acaecido —-entidad relativamente absoluta,
ro r eso no importa que el artista respete lo particular como
algo sagrado, con tal que al alterarlo no desnaturalice la ver­
dad ideal de su tema, como ocurre con los poetas anónimos
del Romancero del C i d quienes convierten a Rodrigo, tan fiel
a su carácter real en la épica, en un sujeto romántico, alta­
nero e insolente.
La C h a n s o n d e R o l a n d
Jpn La Chanson de Roland se presenta el raso deurm fal­
sificación casi completa de lo particular histórico, sin que
por eso se desvirtúe la verdad ideal, que es el heroísmo, histó­
ricamente comprobado, del protagonista. Las falsificaciones his­
tóricas del cantar francés son bien conocidas. Por ejemplo,
los enemigos de Carlomagno son criaturas de la imaginación.
Egginhard nos dice, en su Vida de Carlomagno, que fueron
gascones; en el Rolando se convierten en sarracenos. La ver­
dad fue, por supuesto, que Carlomagno había sido aliado de
los sarracenos; pero la verdad no pudo servir al propósito de
una fábula cuyo asunto es narrar la lucha heroica de un
protagonista cristiano contra un enemigo pagano. Este ene­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
migo, por lo visto, es inventado por motivos artísticos y pa­
trióticos. La traición de Ganelon presenta un caso análogo.
Al dar cuenta de la batalla que se libra en los Pirineos, Egginhard no hace mención ni de Ganelón ni de traición al­
guna, lo que se explica enterándonos de que el personaje que
le sirvió a Turoldo de modelo vivió medio siglo después de
los sucesos narrados en el poema. Se supone que el modelo
fue Wanilo, vasallo de Carlos el Calvo, no de Carlomagno.
A Wanilo se le acusó de traidor pero fué perdonado. No me­
reció, por tanto, que el poeta, con o sin razón —es posible
que no se enterara del anacronismo— le hiciera desempeñar
un papel tan infame; pero como la batalla cobró en el poema
la medida de un tremendo desastre, por el que perecieron los
más grandes guerreros de Francia, sólo una monstruosa ale­
vosía pudo explicarlo y justificarlo.
H ist o r ia y
época
p o e sía
moderna
en
la
: S cott
Dirijámonos ahora al problema de la imitación poética
de la historia en la época moderna de Scott, Manzoni y Flaubert. Los siglos que median entre el de los poetas épicos de
la tradición oral y el de los novelistas de la edad libresca,
las profundas diferencias en forma y sentido entre épica y
novela y entre el papel que el juglar y el novelista desem­
peñan en sus respectivas sociedades, no impiden que ambos
compartan el problema común de lo particular.
Ni es la transición, desde la epopeya medieval hasta Walter Scott, tan abrupta como podría suponerse. Cuando el autor
de las Waverly Novéis desembarcó en Staffa, un marinero se
adelantó a saludarlo llamándole “El gran bardo. . . bruñidor
http://ir.uiowa.edu/uissll/
del escudo de nuestros antiguos caudillos.” 7 En su excelente
monografía sobre los elementos épicos en las novelas de Walter Scott, Cristabel Fiske demuestra que el espíritu épico com­
penetra la obra de Scott, y que tan propio es calificable de
homérico como de romántico. 8
No hay novelista moderno que se iguale a Scott por la
fuerza y autenticidad de su vena épica. Ello se debe a que
su inclinación natural a la poesía popular pudo medrar en
un medio geográfico y social donde aun se mantenía viva y
vigorosa la tradición. La vida de aquella Escocia seguía sien­
do simple y primitiva. Se distinguía entre las sociedades ya
modernizadas por circunstancias sociales de la edad heroica,
en que la fuerza y el mérito de un individuo atraían la ad­
hesión de los clanes. Combates fronterizos entre escoceses e
ingleses dieron ocasión para celebrar las proezas de fuertes
capitanes, como ocurrió cuando los rudos castellanos del siglo
doce, bajo Fernán González, lidiaron con los civilizados leo­
neses, quienes tenían por bárbaros a sus contrarios. El en­
cuentro fronterizo y la contienda familiar entre miembros
del clan han sido siempre materia propia de la epopeya y
del romance. En la edad heroica, Scott, vástago del clan
Buccleugh, hubiera entonado cantares de gesta en los pala­
cios de los reyes; en la edad libresca en que vivió tuvo que
trasladar su verbo rítmico a la página impresa, donde, por
su estilo, en sus momentos más lucidos y por sus sentimientos
nacionalistas, se halla el vínculo entre el poeta heroico de
antaño y el autor moderno de novelas históricas.
Como sus ascendientes literarios, los juglares, Scott es un
poeta nacionalista cuyo patriotismo parte del orgullo regional.
7 Véase Isabel F. Fiske, Epic Suggestion 'in the Imagery of the
Waverly Novéis (New Haven, 1940), pág. xx. La cita es de una car­
ta de Scott a Lady Abercorn.
8 Ibid., pág., ix.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Este sentimiento familiar9 fue el germen de su sentimiento
por Escocia, y recuerda cómo el amor del Cid por la patria
chica es el núcleo de su amor por la patria grande. En una
carta a Washington Irving10 Scott declara que se moriría de
nostalgia si no pudiera ver su terruño (“heath” ) una vez
al año (del mismo modo se enternecía el Cid por su “Castiella
la gentil”, jurando que no se cortaría la barba hasta que
pudiera volver permanentemente a la tierra de donde se le
expulsó. El regionalismo que Scott adquirió desde la cuna,
y su nacionalismo, explican el carácter tradicional de su obra.
No se enteró del pasado de su país sólo por medio de lec­
turas; lo absorbió, además, de su medio ambiente desde la
infancia. En su casa se compenetró de las tradiciones del
clan Scott y de la historia heroico-popular de Escocia.
En una carta a Lady Louisa Stuart escribe que siempre es­
cuchaba absorto toda suerte de historias guerreras narradas
por los viejos soldados que frecuentaban su casa, los cuales
ni por asomos sospechaban por qué el futuro novelista, al
cosechar sus palabras, los oía con tanta atención.11 Además
de estos relatos en lengua vulgar. Scott asimiló, de niño,
las baladas escocesas recitadas por viejas montañesas.12 De
este modo llegó a conocer íntimamente, de la boca del pue­
blo mismo, la poesía tradicional. Esto lo preparó para com­
pilar su primer libro, Minstrels of the Scottish Border, obra
que a su vez lo encaminó a componer sus venideras poesías
y novelas.13 Su obra poética es una versión modernizada de
9 Ibid., pág., x.
10 Citada por Fiske, op. cit., x.
11 Véase Margaret Ball, Sir Walter Scott as
(New York, 1907), pág. 10.
12 Ibid., pág. 17.
13 En su autobiografía Scott declara haber
noticias de asuntos histórico-legendarios «from oíd
then formed the amusement of a retired country
a Critic of Literature
recibido las primeras
songs and tales which
family». Véase Lock-
http://ir.uiowa.edu/uissll/
la poesía tradicional que recopiló durante sus años juveniles,
y sus novelas abundan en relatos de transmisión oral y en
trozos de versos populares intercalados, que brotaban de su
pluma con la misma espontaneidad que de su habla cuando
conversaba. Nos dice Lockhart que no podía declarar qué
era más interesante: el relato que Scott improvisaba de al­
gún incidente cuando al encontrarse en el sitio de su ocu­
rrencia lo recordaba, o la balada que después componía so­
bre el asunto.14 En otra parte Lockhart también hace hinca­
pié en la espontaneidad y naturalidad de su conversación:
“Todos los días refería un centenar de cuentos. . . que se
trasladaron tales como los contó en las novelas de Waverlyr15
Al caudal de materia histórico-legendaria que Scott ad­
quirió por medios personales agregó enormes conocimientos
leyendo crónicas e historias; pero casi nunca permitió que su
vasta erudición estorbara a su arte de novelar. Scott pudo
evitar lo que censuró en una novela, de otro autor: que no
la leerían muchos porque se sentía en ella demasiado la pre­
sencia del anticuario. “Lo que se le olvidó al autor,” dice
Scott, “es aquel extenso terreno neutral. . . de costumbres y
sentimientos que nuestros antepasados nos han transmitido sin
alteración.” 16 Estas palabras tan reveladoras denuncian la
doctrina esencial del autor más popular de novelas históricas
y demuestran su parentesco con los poetas de tradición oral;
como ellos, Scott elige entre la materia histórica aquélla que
es propiedad común.
hart, Life of Scott (Chicago, 1905), pág. 11. El primer capítulo del
libro de Lockhart incorpora el “Memoir of Sir Walter Scott’s Early
Years, Written by Himself”.
14 Véase Fiske, op. cit., pág. xxn.
15 Ibid.
16
Véase la Epístola Introductoria a Ivanhoe, y Ball, op, cit.,
pág. 128.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Otro rasgo que hermana a Sir Walter con los bardos an­
tiguos es su inclinación al anonimato. Bien ha dicho Sir Herbert Grierson que el escocés era verdadero poeta cuando es­
cribía como si fuera otra persona —algún poeta antiguo que
bien trobar supo, algún autor olvidado de canciones o del
teatro antiguo— y no cuando expresaba sus propios sentimien­
tos.17 Scott mismo dice, en una carta dirigida a R. Polwhele,
que se complacía mucho más de haber podido llamar la aten­
ción del público a la poesía antigua y a las antiguas costum­
bres de su país que de cualquiera de sus propias creacio­
nes. 18
¿Respetaba Scott la realidad histórica? La documentación
en las notas eruditas que certifican la autenticidad de gran
parte de la materia empleada en sus novelas lo comprueban.
Cuando la necesidad artística le obliga a alterar sus fuentes,
nos lo participa. Sobre sus propias lecturas nos dice que,
harto de las inverosimilitudes de las invenciones ficticias se
dirigió a obras históricas como relaciones de viajes y bio­
grafías donde abundaban lances casi tan maravillosos como
los de obras de pura imaginación, con la ventaja de ser en
gran medida verdaderos.19
Pero aunque prefirió lo verdadero a lo fantástico, Scott
no pretendió ser históricamente exacto. El mismo afirma que
no se debe aspirar a la autenticidad de todos los detalles y
que es posible aburrir al público a fuerza de exactitud.20
La inexactitud de Scott en cuanto a muchos datos y fechas es
bien conocida. Desde el punto de vista de la verdad poética
no sólo es perdonable; es, en efecto, necesaria, y en las no­
17 Véase Sir Herbert Grierson et al, Sir Walter Scott Lectures
(Edinburgh, 1950), págs. 11-12.
18 Véase Ball, op. cit., pág. 132.
19 Grierson, op. cit., pág. 38.
20 Ball, op. cit., pág. 78.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
velas de Waverly, cuyo carácter histórico no proviene de la
rebuscada reconstrucción arqueológica y científica, sino de la
conciencia viva del autor, la alteración de lo particular de
ningún modo desvirtúa la autenticidad tradicional.
M anzoni
Por el culto que Manzoni rindió a la exactitud histórica,
no pudo, como novelista, resolver el problema de lo particu­
lar. El autor de / Promessi Sposi declara en su ensayo sobre
la novela histórica, publicado en 1845, que al novelista le in­
cumbe ante todo ser fiel a la historia porque una de sus fun­
ciones es satisfacer el interés especial que el lector tiene de
saber precisamente cómo fueron las cosas pretéritas. Por con­
siguiente, el escritor tiene el deber de respetar con sumo es­
crúpulo la verdad de lo realmente acaecido en las partes de
su obra que versen sobre lo verdadero. Pero ¿cómo puede
saber el lector si estas partes son falsas o verdaderas sin que
el autor se lo diga? Tienen razón, declara Manzoni, los que
insisten en que el autor debe informar al lector, avisándole
qué es lo fingido y qué lo verdadero para que éste pueda
saborear las partes históricas con máximo deleite; pero Man­
zoni concluye que la diferenciación es imposible, porque no
se puede determinar en cada parte lo que de ella es total o
parcialmente histórico o pura invención.
Por lo Visto, Manzoni, profundo pensador, comprendió la
enorme dificultad que ofrece la distinción entre “lo que es”
histórico, y “lo que debe ser” poético, ya que —repetimos las
palabras de Menéndez y Pelayo —“todo lo que debe ser es, y
nada es sino como debe ser.” También comprendió el italiano
que la documentación histórica nunca puede ser completa,
que siempre es fragmentaria, y que por eso es imposible cap­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
tar la íntima verdad palpitante de lo pretérito. Por ser pro­
ducto del historicismo no quiso comprender que la intuición
poética puede suplir, en lo esencial, las deficiencias de la his­
toria. Manzoni no pudo resolver el problema debido a su
excesivo respeto por la historia, como uno de sus grandes
admiradores, Goethe, le dijo a Eckermann. Más tarde, otro
gran admirador, Karl Vossler, explica este respeto diciendo
que para Manzoni la invención humana, aun la más genial,
sólo puede desfigurar el verdadero sentido de los sucesos.
Otros escritores contemporáneos no sintieron la urgencia
de ver una intención divina en los sucesos humanos, porque
lo que más les importaba era la imitación histórica docu­
mentada. Ya que los documentos suelen atestiguar lo acae­
cido exteriormente sin sacar a luz las candentes pasiones hu­
manas ni dar a conocer las fuertes voluntades individuales
que con ser productos de las circunstancias también las pro­
ducen, se distingue esta clase de novela por el héroe pasivo;
y este personaje, lo mismo que los de segundo término, pro­
penden a dividirse en tipos genéricos cuya índole es deter­
minada por las circunstancias. El héroe pasivo de Manzoni
es un ser viviente, pero los de los novelistas menos geniales
no son más que animadas piezas de museo.
Salam m bô
El ejemplo más notable de lo contraproducente que puede
ser un excesivo esmero de documentación arqueológica es
la famosa novela de Flaubert, Salammbô. “¿Queréis saber
cuál es el enorme defecto que encuentro en mi obra? —Que
http://ir.uiowa.edu/uissll/
el pedestal es demasiado grande para la estatua.” Con estas
tan citadas21 palabras Flaubert, sin pensarlo, admite su fracaso.
Cuando Flaubert entendió que los personajes de su novela
no querían cobrar vida, le escribió a su amigo Ernest Feydeau: “Lo que más me aflige es la parte psicológica de Sa­
lammbô” 22 Y en una carta a otro amigo, Jules Duplan, de­
clara que está para darse por vencido.23
Este autor que tanto éxito tuvo con la descripción de ca­
rácter en Madame Bovary ¿por qué fracasó con la parte psi­
cológica de Salammbô? Porque le fué imposible captar la
mentalidad singular de un pueblo del remoto pasado, aunque
gracias a su increíble trabajo de investigación sí pudo re­
producir, dentro de los límites impuestos por materia tan di­
fícil, una infinidad de detalles exactos del medio material. Al
inventar personajes pretéritos que pensaban y sentían de un
modo distinto, trató de reproducir el exacto matiz histórico
de su psicología. Se puede dudar de que cualquier novelista
pueda trasladarse totalmente a una época lejana, porque las
especiales actitudes humanas de una edad son sentidas plena­
mente sólo por los que en ella viven. En efecto, no importa
demasiado, en una obra poética, reconstruir exactamente la
manera especial de ser humanos los sujetos de tiempos olvi­
dados. Lo que importa es hacer que se desencadenen las pa­
21 Se encuentran en la famosa respuesta de Flaubert al ataque de
Sainte-Beuve. Véase Oeuvres Completes de Gustave Flaubert, t. v. (P a­
rís, 1926) págs. 55-70 {Correspondance). Véase también el apéndice a
la edición “Classiques Garnier” de Salammbô (París, 1940) pág. 363:
“ . . . Etes-vous curieux de conmaître la faute énorme (énorme est ici
à sa place) que je trouve dans mon livre? La v o ic i: ... Le piédestal
est trop grand pour la statue”.
22 Flaubert, Oeuvres Complètes, (Paris, 1926), t. iv, pág. 175.
23 Ibid., pág. 176: “ . . . il y a des fois ou ce sujet de Carthage
m’effraie tellement (par son vuide) que je suis sur le point d’ y re­
noncer. . . ”.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
siones elementales, como en el caso de Hamlet, personaje del
siglo doce, a quien Shakespeare representa como modelo del
caballero renacentista.
Los personajes de una ficción deben, sobre todo, cumplir
con las exigencias formales de la creación; deben ser, en otras
palabras, agentes dramáticos de una acción total. La des­
cripción del medio, (a menos que éste cobre la fuerza de un
antagonista, como en La Vorágine de José Eustasio Rivera)
es accesoria. ¿Qué diremos de la acción dramática de Salammbô? Un hilo de agua en un cauce seco donde hubiera
podido lanzarse un torrente. Cuando la hebra delicada de
los amores de Matho y Salammbô se rompe al fin, no nos
emocionamos. El peso cumulativo de sensaciones y abomina­
ciones, y sobre todo de la vasta reconstrucción arqueológica,
nos ha rendido con un aburrimiento ciclópeo, monumental.
Los personajes de Salammbô carecen de realidad íntima.
Son más bien tipos genéricos que ejemplifican las peculiari:
dades de una antigua cultura. Por ejemplo, el desenvolvi­
miento del amor del héroe y de la heroína no es el drama de
una pasión personal sino un estudio de cómo obra la supers­
tición pagana en sujetos enamorados. Ya no importa la per­
sona; lo que importa es la costumbre que la persona demues­
tra. Ni Matho ni Salammbô manifiestan una personalidad
independiente; no son más que instrumentos de los dioses que
los poseen. Salammbô pasa horas moviendo su bello cuerpo
con cadencias rituales. La pasión de Matho exhibe sólo sig­
nos exteriores: “Consultó a los agoreros del ejército, uno por
uno —los que examinan la huella de las serpientes, los que
leen en las estrellas, los que exhalan su aliento sobre las ce­
nizas de los muertos, ingirió gálbano, seseli y el veneno de
las víboras que hielan el corazón; negras que entonaban can­
ciones bárbaras a la luz de la luna punzaron la piel de su
frente con alfileres de oro; se cargó de collares y de talisma­
nes; invocó a Baal-Kamon, Moloch, los siete Kabiri, Tanit,
http://ir.uiowa.edu/uissll/
y la Venus de los griegos. Grabó un nombre en una plancha
de bronce, y la enterró en la arena, enfrente de su tienda.” 24
La descripción de estos actos rituales es bastante poética
porque Flaubert era poeta; pero detrás del poeta sentimos la
presencia del erudito que ha investigado con cuidado las cos­
tumbres de un pueblo bárbaro. Esta fría luminosidad que
nos llega como la luz de una estrella muerta, Shakespeare o
Lope la habrían convertido en algo incadescente.
Las deficiencias de Salammbô, en cuanto a la descripción
de carácter, demuestran que importa más representar a los
personajes como seres humanos que como tipos históricos. Se
demuestra, además, en esta novela, que cuando la descripción
de la escena, del medio, y de las costumbres sirven de fondo,
debería desempeñar nada más que una función accesoria, la
de situar a los personajes en el espacio, en el tiempo y, en
el mundo humano de la época. Cierto es que una honda
perspectiva abarca más espacio y los múltiples objetos que
contiene; no se puede negar, tampoco, que conviene a una
novela —aunque no es siempre necesario— sugerir, esbozar,
y hasta pormenorizar la escena, con tal que la elaboración
no rebase los límites de su legítima función. La importancia
de esta función puede variar mucho. Puede ser casi nula
como en el mundo novelesco de Unamuno, un mundo ideo­
lógico y subjetivo —todos sus personajes son él— de deter24
“II consulta l’un après l’autre tous les devins de l’armée, ceux
qui observent la marche des serpents, ceux qui lisent dans les étoiles,
ceux qui soufflent sur la cendre des morts. Il avala du galbanum, du
seseli et du venin de vipère qui glace le coeur; des femmes nègres,
en chantant au clair de lune des paroles barbares, lui piquèrent la
peau du front avec des stylets d’or: il se chargeait de colliers et
d’amulettes: il invoqua tour à tour Baal-Khamon, Moloch, les sept
Cabires, Tanit et la Vénus des Grecs. Il grava un nom sur une plaque
de cuivre, et il l’enfouit dans le sable au seuil de sa tente”. Oeuvres
complètes de Gustave Flaubert (Paris, 1910), t. x i i , págs. 38-39.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
minismo espiritual, cuyo ambiente es el psíquico de la volun­
tad ejercida por sujetos que a fuerza de ella forjan su propio
destino; pero en el caso de un autor que se subscribe al
determinismo material, o que dramatiza la lucha del hombre
contra la naturaleza, es claro que importa elaborar el medio
como causa, o dramatizarlo como antagonista.
En la novela arqueológica, cuyo ejemplar más notable es
Salammbô, la parte psicológica cede a la desproporcionada
elaboración del medio. En la épica, los elementos escénicos,
decorativos e indumentarios, se reducen a lo esencial pa­
ra desempeñar, de una parte, una función designativa, la de
situar a los personajes en el espacio, y, a veces, indirecta­
mente en el tiempo, cuando los objetos denuncian su perío­
do; además, la descripción de la escena desempeña una fun­
ción formal produciendo un ambiente psíquico que conviene
a la creación. Por ejemplo en el Cid enumera el poeta
ciertos objetos de la casa abandonada del héroe para resaltar
su pena al dejarlos. En escenas de pompa y aparato sólo men­
ciona ricas prendas de vestir, nunca las describe. En el Ro­
lando, dentro de una técnica formalista, sólo se nombran ob­
jetos, bellamente simplificados: una terraza color de mármol
azulino; ramas verdes de oliva; un gran huerto redondo; al­
fombras blancas en que se sentaban los donceles; el pino bajo
el cual se sentaba el anciano rey, etc.
¿A qué se debe el exceso de descripción en el tipo de
novela que hemos tratado, y la parquedad correspondiente en
la épica? Es que lo que le interesa al poeta popular es, sobre
todo, un protagonista que lleve a cabo una acción dramática.
Y lo que seduce al novelista arqueológico es el encanto de lo
raro y remoto, y el afán de infundir aliento a lo olvidado.
Pero a pesar de su gran labor, el milagro no se cumple. Las
figuras muertas cobran animación, no cobran vida. La es­
cena y el ambiente psíquico reconstruidos no nos dan la ilu­
sión de la realidad inmediata. Ambos quedan pretéritos e
http://ir.uiowa.edu/uissll/
imperfectos, porque las formas materiales y las posturas vi­
tales de los tiempos remotos se van olvidando en el trans­
curso de los siglos, por lo que ni aun el prodigioso esfuerzo
de un hombre de genio como Flaubert basta para devolver­
les su perdida actualidad. Sin embargo el fondo escénico, el
medio, es lo que Flaubert hace resaltar. Abrumado el héroe
por este medio, nos lo presenta entre las circunstancias, como
ha dicho Goethe, o como Flaubert mismo admite, como una
estatua pequeña sobre un enorme pedestal.
II.
Lope de Vega
Como heredero natural de los juglares, cuya creación poé­
tica necesitó la callada colaboración del público, Lope de
Vega, en su época ya libresca no pudo menos de cultivar so­
bre todos los géneros el que aun pedía la máxima tensión
creadora entre artista y auditorio. La comedia española, tal
como Lope la determinó, es creación muy suya en su fun­
ción formadora e informadora; pero no se puede insistir que
sin él la tradición popular no se hubiera continuado en el
teatro si recordamos que ya le había precedido Juan de la
Cueva _en la escenificación de_ asuntos histórico-legendarios
inspirados por la epopeya, .por el romancero y por las cró­
nicas. Lo que sí se puede asentar rotundamente es que na­
die como Lope pudo renovar esta tradición» porque nadie sin­
tió con tanta naturalidad ni tan intensamente las memorias
raciales y los sentimientos nacionales de su pueblo.
Entre la muchedumbre del mundo de Lope pasa por el
ancho tablado de los siglos, desde la época romana hasta los
tiempos mismos del poeta, una procesión de varones ilustres
de la leyenda y de la historia. Casi todos son eminentes, pe­
ro aun sin serlo, los de baja condición se ennoblecen por
el mérito, y su presencia en la escena ensancha con una nue­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
va dimensión el sentido democrático de la antigua épica. Ya
en el Poema de Mió Cid se había ponderado lo que valía por
su propia cuenta un mero infanzón sobre el excelso linaje de
sus “enemigos malos.” Pero en el teatro de Lope se yergue
con estatura monumental, por primera vez, el héroe individual
de extracción popular como Juan Labrador., Peribáñez, Tejió
el Viejo y otros -—se presenta también, por primara vp7i pn
Fuenteovejuna la colectividad como héroe— y .surge la epo­
peya dramática^ de pleno espíritu democrático^, espíritu que
se ha manifestado en la literatura española desde sus comien­
zos, como hemos dicho, pero nunca de un modo tan claro,
preciso y terminante. Ello se deberá, creemos, a la nueva
conciencia renacentista de los valores humanos^ de la /3ignir|flrl
¿gj^Jiombre, y de^ lo£wjkr££hQ£,ÍP4^^
Por lo visto, en
la esfera social, j ^ m o en la del arte y del sentimiento, lo
tradicional se integra con lo moderno.
Falta
DEL
un
TEATRO
e st u d io
HISTORICO
sin t é t ic o
DE
LOPE
¿Qué se ha logrado en los trabajos que hasta ahora se
han hecho sobre el teatro histórico de Lope? 25 Como por
recompensa de la larga desatención de la crítica, deparó la
suerte que el primer estudio comprensivo de la mayor parte
de la obra dramática de Lope fuese el de don Marcelino Me-
25
La mayor parte de los trabajos sobre el teatro histórico-legendario de Lope se dirigen a comedias particulares, especialmente las
más famosas. Entre los trabajos que abarcan un aspecto del conjun­
to hay que mencionar los siguientes:
Ricardo del Arco y Garay, La sociedad española en las obras
dramáticas de Lope de Vega (Madrid, 1942), especialmente los ca­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
néndez y Pelayo.26 Nadie como el polígrafo Santanderino pu­
do abarcar material y espiritualmente el vasto mundo de Lope,
tanto por la suficiencia de fuerzas^deLfénix de la p.rndirinn
ante el fénix de los ingenios, como por la afinidad espiritual
entre el apologista más capaz y apasionado de los valores pa­
trios y el más auténtico portavoz de todo un pueblo. A Menéndez y Pelayo le debemos, pues, magníficos juicios sobre
un enorme número de las comedias heroicas particulares de
Lope, tanto de aquéllas cuyo protagonista es un héroe rústico
que se hace ilustre por su mérito, como de las que presentan
a un héroe de la vida pública. Otros han agregado los suyos
—muchos de ellos excelentes—, pero queda aún por llevarse
a cabo un análisis y una síntesis de todos los aspectos del gé­
nero histórico-legendario de Lope en su conjunto.
pítulos ii, ni, iv, y vil. Valiosas son las observaciones sobre el espa­
ñolismo de Lope, la realeza en su teatro, y los asuntos tradicionales.
Carmen P. Fernández Cerra, El lirismo en los argumentos histó­
ricos de Lope de Vega (Baltimore, 1952). Es tesis inédita de la Johns
Hopkins University.
Charles L. Adams, Traditional and Novelesque Elements in the De­
velopment of Plot in the Dated Plays of Lope de Vega, Palo Alto. Ca­
lifornia, 1954. Tesis doctoral inédita.
M. Herrero García, “La monarquía teorética de Lope de Vega”,
Fénix, ii (1935), 179-224 y m (1935), 305-362.
J. Aaron Moore, The Romancero in the Chronicle-legend Plays
of Lope de Vega, Philadelphia, 1940.
26
Menéndez y Pelayo editó y estudió noventa y ocho comedias
históricas, tradicionales y legendarias en los tomos vii-xin de la edición
de la Academia. Sus comentarios históricos y los juicios críticos de
las comedias impresas por la Academia entre 1897 y 1902 se han pu­
blicado de nuevo, en los tomos xxix-xxxiv de la Edición Nacional de
las Obras Completas del maestro (1940-1955). Comprende esta in­
gente labor crítica, 2,498 páginas de texto.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
L ope
y
la
n a c io n a lista
h is t o r io g r a f ía
de
su
t ie m p o
Falta, asimismo, un estudio exhaustivo sobre el pensa­
miento histórico de Lope en relación con la historiografía de
su época. Pero, aun sin semejante estudio, se puede sostener
que el poeta se hizo cargo de las discusiones que entonces se
sostuvieron sobre el problema de la historia. En la dedica­
toria al Conde de Cantillana de Don Juan de Castro,27 de­
clara que “hay opiniones contrarias respecto de la verdad y
la licencia; pero pueden usarse iguales, habiendo historia en
verso y poesía en prosa.” (El subrayado es nuestro.) “His­
toria en verso” puede glosarse en términos aristotélicos. Se
trata de lo particular, que puede trasladarse, inalterado, del
mundo de la realidad al del arte, porque —como reza en el
ya citado capítulo nueve de la Poética— “el poeta no lo es
menos al referir las cosas realmente acaecidas ya que nada
impide que ciertos sucesos verdaderos posean la forma ideal
de lo probable y verosímil, y ya que es poeta porque imita
esta propiedad en la representación de tales sucesos.” En bas­
tantes de sus comedias Lope integra la “historia” (lo parti­
cular), en el sentido más riguroso de la palabra, a su “verso”,
es decir, a su creación artística, siendo uno de los más nota­
bles ejemplos La nueva victoria de D. Gonzalo de Córdoba, 2S
cuya documentación es exacta aun en los más mínimos deta­
lles. Inclusive Lope pone en boca de D. Gonzalo sus pro­
pias palabras tales como él mismo las redactó en sus despa­
chos. No dejó, pues, de incluir en varias de sus obras la
verdadera historia en “verso”, pero lo que inevitablemente,
como poeta, más se permitió, fue la licencia, sin que por eso
se distinga de la escuela poética de historiadores, es decir
27 Acad., xiv, pág. 49.
28 Acad., x i i i .
http://ir.uiowa.edu/uissll/
de los historiadores que como Ocampo sintieron la necesidad
de presentar a su país en su aspecto ideal.
Aunque Lope no dejaba de distinguir entre “la verdad”
y “la licencia”, no se le puede imponer ni a él ni a la mayor
parte de sus contemporáneos un concepto moderno de la his­
toria. Por cierto, no fue tan ingenuo como Alonso de Fuen­
tes 29 y Lorenzo de Sepúlveda, 30 autores de romances eruditos
del siglo xvi. Estos poetastros pretendieron componer roman­
ces de autenticidad histórica ateniéndose a la Crónica general,
cuyos compiladores se valieron ellos mismos de fuentes poéti­
cas. Lope, sin embargo, comparte la credulidad histórica del
pueblo y de una gran parte de los historiadores de su época.
Comparte, sobre todo, el intenso nacionalismo de la serie
de historiadores patrióticos que empieza con Florián de Ocam­
po (n. entre 1490 y 1495, m. 1558?) y culmina con el P.
Juan de Mariana (1536-1624). Ocampo, que empezó su obra
hacia 1527, cuando España ya imperaba en dos continentes,
tuvo como principal propósito el de celebrar la grandeza de
su país.31
29 Alonso de Fuentes, Quarenta Cantos, 1550.
30 Lorenzo de Sepúlveda, Romances nuevamente sacados de his­
torias antiguas de la crónica de España, 1551.
31 “Leyendo su obra”, dice Sánchez Alonso, “se siente halagado
el orgullo patrio al ver iluminados los comienzos de la vida peninsular
por el brillo de seculares dinastías, que enlazan los orígenes de Es­
paña con las naciones de progenie más ilustre. Su historia tenía un
solo punto débil: que no era propiamente historia, sino un tejido ad­
mirablemente compuesto de fantasías, asentadas sobre levísimas bases.
Pero el común de los lectores se daba bien servido con lo que le da­
ba, y no era cosa de remontarse a enojosas comprobaciones.” (Benito
Sánchez Alonso, Historia de la historiografía española, Madrid, 1944,
t. ii, pág. 15). Según Benito Cano, noticiario en 1791, del más hon­
rado de los historiadores, Ambrosio de Morales (1513-1591), Ocampo
mismo no creía todo lo que escribía. (Cano es citado por Sánchez
Alonso. Ihid., pág. 17). Y Sánchez Alonso exclama sobre su “habi­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Y
en cuanto al P. Mariana, se ha dicho que su historia es
la “más nacional que tenga ninguna literatura, más espa­
ñola que es romana la de Tito L iv io ...” 32 y a la vez “la
más verdadera que hasta ahora poseemos: verdadera, no en
el sentido de exacta, sino en el de reproducción fiel de los
sentimientos, de las pasiones, de las creencias, de los instin­
tos, de los amores y de los odios que marcan enérgicamente
lidad inigualable para el engaño.” (Pág. 17) Menos severo y acaso
más justo en su juicio, Cirot ha comprendido que en Ocampo había
dos personas: el historiador recto en cuanto a la documentación ex­
haustiva, y el dominante artista literario. De una parte, Cirot afirma
que “la science d’Ocampo était incontestable. Sa documentation était,
en ce qui concerne 1’ histoire ancienne de l’Espagne, aussi complète
qu’on pourrait le souhaiter, même aujourd’hui. S’il a supposé des
auteurs et des oeuvres, ce n’est point parce qu’il ignorait les sources,
mais parce qu’il n’en existait pas suffisamment à son idée (Georges
Cirot, Les histoires générales d'Espagne, Bourdeaux, 1904, pág. 130).
Por otra parte, el historiógrafo francés declara acertadamente que no
debemos juzgar la obra de Ocampo como historia sino como arte.
“Ocampo mérite pourtant, d’une certaine manière, l’admiration. Envi­
sageons son oeuvre, non comme une histoire, mais comme un essai de
reconstitution historique, quelque chose même (car le sujet du troisième
livre y fait un peu penser) comme une Salammbô, moins le style et
moins T intérêt dramatique, mais non en somme sans un certain agré­
ment. Ce n’est point sans doute un roman que le chanoine avait l’idée
de composer, et sa prétention était bien que sa Coronica fut une his­
toire, voire une histoire critique. Il s’était, admettons-le, laissé en­
traîner par son imagination et son désir d’éclairer un passé désespé­
rément ténébreux. Aussi tenons compte des circonstances. Et alors ne
voyons-nous pas là une production curieuse, méritante et attachante?
L’ensemble d’abord ne laisse pas d’être imposant. Deux mille an­
nées d’histoire (dont les cent dernières tout au plus étaient propre­
ment historiques) racontées sans lacunes, n’est-ce pas l’effort le plus
extraordinaire qu’un historien ait jamais tenté? (pág. 144-145).
http://ir.uiowa.edu/uissll/
en la historia del mundo la individualidad de nuestra nacion. 3~
Los elementas fabulosos que el sabio jesuita no deja de
incluir en su relato sirven el fin de esta verdad espiritual
no menos que en la obra dramática de Lope.
•r
59 o o
El
m o n a r q u ism o
y
el
de
de
P edro
L ope
M ex ia
Pasando por alto a muchos otros historiadores nacionalis­
tas 33 cuya obra está reseñada en la magnífica Historia de la
historiografía de Benito Sánchez Alonso, 34 conviene señalar
a Pedro Mexía (1499? - 1551), el famoso autor de Silva de
varia lección (1540), para demostrar que el intenso y a ve­
ces servil monarquismo de Lope corresponde al de uno de los
grandes historiadores que le precedió. Como cronista real es­
te “magnífico caballero” sevillano redactó la Historia del em­
32 J. Godoy de Alcántara “Discurso de entrada en la Academia
de la Historia”. Citado por Benito Sánchez Alonso, Historia de la his­
toriografía española (Madrid, 1941-50), pág. 172, n.
33 Un intenso espíritu nacionalista informa, asimismo, la obra de
muchos historiadores menos famosos. Baste hacer mención de varios
de ellos y de su obra. Pedro de Medina (1493-1567?) publicó, en
1548 su Libro de grandezas y cosas de España, cuyo propósito, como
indica el título, es glorificar a su país en todos sus aspectos (Véase
Sánchez Alonso, op. cit., pág. 18: Cirot, op. c i t págs. 149-157). Ju­
lián del Castillo se propone glorificar los orígenes de España. Como
expresión de orgullo regionalista, conviene mencionar la obra de Jeró­
nimo de Blancas (m. 1590), en Aragonesium rerum commentarii. El
objetivo de Blancas es demostrar que Aragón poseía una ilustre an­
tigüedad propia (Sánchez Alonso, op. cit., pág. 37).
34 Benito Sánchez Alonso, Historia de la historiografía española,
Madrid, 1941-1950 (3 tomos).
http://ir.uiowa.edu/uissll/
perador Carlos V,35 en donde refiere los sucesos del reinado
del Emperador hasta 1530. Lo único que el monarquismo sin
límites de Mexía le permite ver es la grandeza de su ídolo.
¿Cuál fue la causa de “las sedigiones populares que hubo en
Castilla, comunmente llamadas comunidades” ? No fue falta
de justicia, ni la intransigencia imperial; fue “el demonio, sem­
brador de ziganas.” El demonio fue quien “comengo a alterar
los pensamientos y voluntades de tal manera que se levanta­
ron después tempestades, alborotos y sedigiones.” A pesar de
la “bondad y humanidad de este príncipe,” pues, “sin causa
ni ragon se movieron estas cosas.” 30 Sin causa ni razón, por­
que el Emperador es el más grande de los reyes que han vi­
vido, más grande que Carlomagno, mereciendo ponérsele por
encima de él, y digno de ser llamado Carlos Máximo. En
todo lo que ha hecho el Emperador, declara Mexía, “siempre
a parescido ser guiado por Dios.. . de manera que con solo
el se an acauado cossas muy grandes y quales nunca se pen­
saron. . 37 Lo que el Monarca ha logrado, “los (reinos) que
se han adquirido. . . en muchas partes y en los últimos fines
de la tierra, en grandes distancias de mares y tierras, y el
oro plata y riquezas que delios se han traído. . . ” dice, “parescera increyble a los siglos benideros.” 38
Lope rinde un semejante aunque menos interesado culto a
Felipe II. Sólo la figura de la Imaginación, personaje alegó­
rico en Los españoles en Flaudes, puede comprender lo que
significa este “príncipe invicto de España.” La Imaginación
dice:
35 Se lia publicado íntegra, por vez primera, en Revue Hispanique
xviv (1918), págs. 1-564: Pedro Mexía, “Historia del emperador Car­
los V”.
36 Mexía, Historia, pág. 114.
37 Mexía, Historia, pág. 2.
38 Mexía, Historia, pág. 3.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Desde aquí a Europa contemplo,
donde es tan gran señor,
y al Asia, y a su valor
consagra en su nombre un templo;
Al Africa, donde están
las tierras que ha conquistado,
pues que la mira sentado
sobre la silla de Orán;
a América que le rinde,
porque le dio tantas almas,
oro, plata, perlas, palmas,
desde la Habana a Melinde.*39
Análoga a la idea de Mexía en cuanto a la misión mun­
dial de Carlos V, es la de Lope en cuanto a la de Felipe:
Si de César se decía
que, con él partió el imperio
Júpiter, era misterio
de Felipe en profecía. 40
Se puede suponer, por lo que Lope mismo dice, que de
haber sido cronista real —cargo que tanto anheló sin jamás
conseguirlo— hubiera adulado al indigno Felipe III con igual
ceguedad que Mexía al meritísimo Carlos. En la comedia
Triunfo de la humildad y soberbia vencida, 41 el rey le pre­
gunta a su lacayo Lope:
...¿ q u é oficio quieres?
Lope contesta:
39 Acad., xn , págs. 390-391.
40 Ibid., pág. 391.
41 Acad. x, pág. 289.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Señor, ser tu coronista
para escribir tus mercedes
y haré un libro en tu alabanza
¿qué digo un libro? y aun siete!
que te llame el gran Filipo,
rey de Albania y rey de reyes. 42
En El premio de la hermosura, Lope, en la persona del
jardinero Fabio, le dice al rey que como su cronista
también sabría cantar
las grandezas de tus glorias
en elegantes historias. 43
declarando haberlas cantado “desde que nací.”
El r e y
id e a l
de
Lope
Pero el verdadero, el noble, concepto de realeza de Lope
debe buscarse en las comedias que presentan a un monarca
particular como símbolo del ideal rey genérico. Tal rey es
el intachable Ordoño I de León, cuya intervención, tan hu­
mana, glorifica el idilio épico de Los Tellos de Meneses. En
la secuela de esta comedia, Valor fortuna y lealtad, las intri­
gas de un cortesano cizañero levantan una nube negra en el
feliz firmamento de los Meneses; pero el sol del nuevo rey,
Alfonso III, buen hijo de buen padre, la hace desvanecer.
Triunfa el mérito humano de Tello el Viejo por la humani­
42 Acad., x, pág. 99.
43 Acad., x i i i , pág. 437.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
dad del rey, siendo éste precisamente tan admirable como
aquél por la humanidad que ambos comparten. 44
Ordoño es el monarca perfecto de una España áurea cuyo
cielo despejado irradia su sonrisa sobre súbditos felices.
Otro es el ambiente de El mejor alcalde el rey: A Don
Alfonso VII de Castilla le toca reinar durante los tiempos de
turbulencias nobiliarias producidas por la arrogante indepen­
dencia de los grandes de entonces y por la cual uno de ellos
. soy quien soy,/ y aquí reino en lo que mando,/ como
el rey en su Castilla” ) se niega a acatar el mandato real cu­
yo propósito es enderezar el entuerto hecho a víctimas plebe­
yas. Entre los reyes justicieros de Lope, éste es el que más
brilla como protector de un sujeto indefenso.
El
rey
como
hombre
No por el culto que Lope rinde al rey como instrumento
de la voluntad divina, deja de poner en claro que como hom­
bre puede errar: “ .. . aunque eres rey eres hombre,/ y todo
44 Cuando el rey lo va a ver a su casa, el viejo Tello le dice:
¿Qué galas, señor, serán
como veniros a ver
tan humano en esta casa?
Alfonso contesta:
Siempre, Tello, lo seré. (Los Tellos de Meneses, segunda
parte, Acto III, págs. 446 de Obras escogidas de Lope de Vega,
ed. Aguilar, Madrid, 1946j).
Y su hermana, la Infanta, ya esposa de Tello el joven,
exclama: “ ¡Qué humano está el rey!” (l b i d pág. 446).
http://ir.uiowa.edu/uissll/
hambre puede errar.” 45 Este tema era espinoso pero inesca­
pable. Nuestro poeta trató de evitar el peligro de descala­
brarse en terreno tan resbaladizo, de varios modos: atenuando
la culpa real; poniendo en claro que cuando un rey peca de­
ja entonces de ser rey; haciendo triunfar la razón sobre la
pasión (La judía de Toledo); manifestando que la lealtad de
un sujeto agraviado importa más que la injusticia real (El
labrador de Tormes); censurando con mucho tino la influen­
cia de privados (Los Guzmanes de Toral, Porfiando vence
amor); y atribuyendo los actos censurables del rey al influjo
de cizañeros (El Duque de Viseo.)46
El
problema
del
teatro
de
la
c la sific a c ió n
h ist ó r ic o
de
L ope
La tesis doctoral inédita de Carmen Fernández Cerra, El
lirismo en los argumentos históricos de Lope de Vega, 47 es
un fino aunque incompleto estudio del problema. Muy acer­
tadas son las observaciones sobre lo mucho que la historia poe­
tizada abarca —desde lo más íntimo hasta lo más público—
y lo difícil que es deslindar los distintos aspectos de la imi­
tación poética de la historia. A causa de esta dificultad la
sensible escritora se da por vencida tratándose de una clasi­
ficación y definición del teatro histórico de Lope: “El que­
r e r ... clasificar una obra de Lope como hija de la historia
pura”, dice, “es por lo tanto un imposible.” 48 Sin embargo,
la historicidad en la obra de Lope varía, desde la pura le­
45
46
47
48
El primer rey de Castilla, Acad.. vm , pág. 43.
Véase Arco y Garay, La sociedad española, págs. 105-113.
The Johns Hopkins University, Baltimore, 1952.
Op. cit., pág. 18.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
yenda, como en La amistad pagada, hasta la auténtica rela­
ción de sucesos contemporáneos, como en El Brasil restituido
en donde no se ha de buscar fábula dramática de ningún gé­
nero, sino exactitud histórica. Y dentro de estos dos extre­
mos la variación en cuanto a la proporción de lo verdadero
y lo imaginado, de sentido íntimo y nacional, de lo novelesco
y lo épico, es bastante clara para justificar un nuevo intento
de clasificación fundado en diferencias formales.
No es sólo la autenticidad de los sucesos referidos lo que
debe tenerse en cuenta para determinar lo histórico de una
pieza; además, se debe tener presente la índole de semejantes
sucesos. ¿Pertenecen a la esfera de la vida personal o a la
de la vida pública? Estos son los que deben tenerse por his­
tóricos aun cuando sean inventados, con tal que la invención
sirva para dramatizar la situación espiritual de un pueblo o la
típica de un individuo. Por ejemplo: en Las pnces de los re­
yes., los amores adúlteros del rey D. Alfonso VIII y la judía
de Toledo llegan a ser una cuestión pública por razón de es­
tado. Pero en La niña de Plata, la situación romántica entre
Dorotea y el Infante don Enrique no es nada más que una
pasajera aventura cuyo desenlace feliz se debe a la magna­
nimidad de un personaje real idealizado. ¿No cabe, pues,
asentar, que Las paces de los reyes es una comedia histórica
por los hechos y el sentido, y que La niña de Plata es una
pieza romántica? Es romántica porque la persona ilustre que
pretende a la heroína sirve para realzar el interés sentimen­
tal que produce el amor de un sujeto excelso por una mujer
humilde. Se presenta al Infante enamorado en el mundo se­
creto de su vida íntima que coexiste, apartada, de su vida
pública. Don Enrique, que hizo un papel tan violento en la
realidad acaudillando una rebelión contra su hermano D. Pe­
dro el Cruel, aparece en la comedia como un príncipe azul
que vence su pasión y se muestra magnánimo como Alejan­
dro, entregando la niña de plata a su galán.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Por cierto, en torno a cuestiones como las que hemos plan­
teado, surgen muchísimas otras. Cada una de ellas debe resol­
verse determinando la forma y sentido de cada comedia que
tenga elementos históricos. A base de esta crítica específica,
podrían fijarse los denominadores comunes formales que en­
lazan especies y sub-especies. Creemos que sólo de este mo­
do se pueda formular una clasificación más o menos exacta.
Se colegirá por lo dicho que damos por sentada la exis­
tencia de géneros, de especies, y de sub-especies. Así es, aun­
que hasta cierto punto admitamos las objeciones de Croce, 4Í>
puesto que hasta en las obras tradicionales cuya forma es
determinada en gran parte por el gusto colectivo, su exce­
lencia particular se debe al arte individual del creador. En
sentido absoluto, pues, cada obra es un fenómeno singular y
en su esencia la expresión induplicable de la intuición poé­
tica. No obstante, la semejanza de circunstancias genéti­
cas, es decir, de circunstancias históricas y sociales por
las que una y otra obra llevan el sello de su época; los pare­
cidos procedimientos artísticos, como en la poesía heroico-popular, o los análogos propósitos formales como en la tragedia
o en la comedia —tales semejanzas, y otras, compartidas en
mayor o en menor grado, justifican el intento de clasificación.
49
Croce (Véase Benedetto Croce, Aesthetica in Nuce, Bari, 1954)
niega que las leyes estéticas de la composición o los criterios estéticos
de la crítica obedezcan a los conceptos de clasificación: “ . . . è da
dichiarare indebito e negare il trapasso da questi concetti classificatori alle leggi estetiche della composizione e ai criteri estetici del
giudizio; come si usa quando si vuol determinare che la tragedia debba
avere tale o tale argomento, tale o tale qualità di personaggi, tale o
tale andamento di azione, e tale o tale estensione; e dinanzi a un ope­
ra, invece di cercare e giudicare la poesia che le è propria, si pone
la domanda se essa sia tragedia o poema, e se ubbidisca alle ‘leggi’
dell’uno o dell’altro ‘genere’.” (pàg. 29). Sin embargo, Croce ad­
mite la utilidad práctica de las clasificaciones. (Ibid.)
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Por ejemplo, el carácter único del Cid y del Rolando como
expresiones distintas de dos genios individuales— el primero
se distingue por la precisión en el empleo de las cifras, por
la mesura, por la sobriedad, y por la parquedad en el uso
de la metáfora y el adjetivo, y el segundo por la abundancia
de elementos hiperbólicos de un estilo intensamente exalta­
do— confirma la tesis crociana; sin embargo ambos cantares
comparten el mismo propósito; el de celebrar la grandeza
de un héroe nacional. Ambos consiguen este fin por medio
de muchos procedimientos artísticos que son semejantes en
cuanto a los lugares comunes de fórmulas tradicionales aun­
que singulares en cuanto a la manera de realizarlos. 50 Por
compartir el mismo propósito formal —el de despertar ad­
miración por un héroe— aplicando su talento natural al ser­
vicio de un arte más o menos establecido, los poetas anónimos
que a través de varios siglos desempeñaron su papel de en­
tretenedores y educadores producen poesía heroico-popular, es
decir, un “género literario”, así llamado para fines prácticos.
Y
algunas de las comedias tradicionales e históricas de
Lope, cuyo propósito es el mismo, el de exaltar a un héroe
admirable como el Caballero del Sacramento, o Garcilaso, o
Carlos V, o D. Gonzalo de Córdoba, entre muchos otros, pue­
den tenerse por variantes renacentistas de la antigua poesía
heroico-popular. En tales comedias se funden materia anti­
gua y moderna, se hermanan el estilo épico del romancero y
el artístico del Renacimiento. Ya en la más juvenil de—las
comedias jjue nos ha q u e d a d o rfel fénix. T.nx h(>nhn<¡ íJp Cnrcilaso de la Vega (compuesta cuando el poeta tenía entre die­
cisietey ""veintiún años), de forma tan popular, se denuncia
50
Su singularidad es determinada por los significados y signifi­
cantes — empleo las palabras según la definición de Dámaso Alonso— es
decir por la huella psíquica compuesta de sugerencias conceptuales y
■fonéticas, y de estímulos intuitivos.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
al hombre del ^renacimiento por una gnp otra prfrirmdnd
_tjlíslica, a la vez que el asunto, el ^nacionalismo épico., la
pompa, la sencillez y el popularismo la identifican con lo tradicional.
R esum en
Los dos poetas de la edad heroica y los tres novelistas a
cuya obra nos hemos referido representan, como hemos visto,
maneras representativas de imitar la historia: el juglar cas­
tellano en una epopeya verista compuesta casi al calor de los
hechos; el francés en un cantar con muchos elementos legen­
darios y su núcleo de esencial verdad histórica; el tradicionalista escocés en una serie de novelas que por su combinación
de elementos populares y eruditos constituyen el vínculo más
notable entre lo antiguo y lo moderno; el_gran artista lite­
rario italiano, Manzoni, cuyo respeto por la historia ^ npnnp
a su intuición poética; y por íln el novelista francés, cuyo
grandioso fracaso demuestra lo contraproducente que es la ex­
cesiva documentación.
¿Dónde situar a Lope de Vega dentro de este ciclo de
nueve siglos? Guicciardini en Italia, Morales51 y Zurita52
51
“Su primer mérito” (el de Morales), según Sánchez Alonso,
“es de dar su verdadero valor a los fantásticos acrecimientos con que
desvirtuaron la historia primitiva Annio y sus imitadores. No es sólo
que la suerte le permitiese no tocar ese período, tomando el hilo de
la narración en el punto que lo dejó Ocampo. Sin obligación de alu­
dir a ello, condena explícitamente toda afirmación hecha sin base, y
es seguro que a haber tenido que historiar esa época, hubiera hecho
tabla rasa de los añadidos del viterbiense. Además opera siempre con
la paciente investigación del erudito de buena ley, no omitiendo es­
fuerzo, por penoso que fuere, para documentarse. Cuando le pareció
necesario, visitó los lugares mismos, como hizo, por ejemplo, con Covadonga, donde completó su inspección ocular con las noticias que la
http://ir.uiowa.edu/uissll/
/*en España, entre otros, ya habían iniciado un método histó\ rico más o menos científico. Lope mismo, como hemos visto,
no dejó de enterarse del problema que presenta lo que él 11a\ ma “la verdad” y “la licencia” en la historia. Pero por ser
I poeta popular antes que historiador, lo inevitable fue que se
1 identificara con sus verdaderos ascendientes literarios de la
1 edad media.
J
E. de C.
gente del país sabía por tradición. Por completar cualquier dato so­
portaba las mayores molestias.” (pág. 27, t. i i ).
52
Véase Sánchez Alonso, op. cit.: “Como Morales, Zurita parece
haber nacido predestinado para historiar a su patria: todas las cir­
cunstancias le son favorables y pone en su misión el amor y el obje­
tivo de su vida” (pág. 32).
“Fueter dice que es quizá el más distinguido continuador de Blondus y de Caichi, pero aventaja a ellos y a todos por ser el primero
que aplicó sus procedimientos a la historia de tiempos más antiguos,
para rehacer períodos que ya estaban literariamente tratados, esta­
bleciendo directamente su relación sobre documentos sin fiarse de lo
ya hecho.” (pág. 35).
http://ir.uiowa.edu/uissll/
BIBLIOGRAFÍA
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El Abanillo (P2, La del Abanillo)
Ms. copia (Parma) ; Acad.N III.
Estudio preliminar por CM en Acad.N III, i-ii.
CM:
“El asunto de esta comedia está basado en la coplilla que
se canta en la jornada tercera (pág. 25), o sea la Tonada
de la dama del Abanillo, que dice:
La del Abanillo
calor tiene, madre:
¡Aire, Diós, y aire
si podrá sufrillo!
. . . Estas mismas palabras se repiten en la jornada segunda,
en el crítico momento de la declaración de don Félix a
su amigo sobre cuál es su dama y confusión y error de
Celio, que constituyen el enredo de la fábula.”
MB:
1612-18 (probablemente ca. 1615).
El alcaide de Madrid
P
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 74; Acad.N I.
Estudio preliminar por CM en Acad.N I, xi.
CM :
. . el primer modelo de una serie de obras que tienen
por asunto la conocida leyenda de las hijas de Gracián
Ramírez. . . ”
MB:
1599.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El Aldegüela y el gran prior de Castilla
Ms. copia B. N. (16910) ; Acad. XII.
S en B. N. atribuida a Lope: Más mal hay en la aldehuela de
lo que se suena.
Estudio preliminar por MP en Acad. XII, xci-xcix; re­
impreso en MP, Obras completai, XXXIV, 82-91;
A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 493.
MP:
“ . . . e s histórica por referirse al gran Duque de Alba y
a su hijo natural el Gran Prior de Castilla, D. Fernando
de Toledo, y terminar con el episodio del sitio y toma de
Mons en 1572; pero la historia está tratada con capri­
chosa libertad, cambiando hasta el nombre del duque y lla­
mándole D. Fadrique, sin duda por evitar la repetición
del nombre Fernando.”
MB:
1612-14.
Las almenas de Toro
Parte XIV; Acad. VIII.
S (Gayangos).
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, xxii-xxvii;
impreso en MP, Obras completas, XXXI, 373-380;
A. Restori sobre Acad. Vili, Ztft, XXVI, 506;
Adalbert Hamel, Las almenas de Toro discutida en
“Der Cid im spanischen Drama des XVI. und XVII.
Jahrhunderts” Ztft, XXI (1910), 40-49.
Restori: “Di storia, del resto, c’è quasi nulla nella commedia di
Lope: tutto suo è l’anacronismo degli amori di Elvira col
conte Enrico di Borgogna, personaggio certamente sugge­
ritogli dai due fortunati conti francesi Enrico di Lorena e
Ramon di Borgogna al tempo di Alfonso VI; questa El­
vira, secondo gli storici sposò el Crespo de Grañón D.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Garcia de C a b r a ..,, il nemico del Cid nel Poema. Non
mancano accenni ai romances: quello De las almenas de
Toro, e il famoso De Rodrigo el soberbio castellano... che
ebbe ritornello: Castellano malo A y que mal castellano:
e al canto popolare del Velador (non lo conosco integro)
del quale c’è ricordo anche in questa letrilla del Classense:
esta letrilla cantaua
con vos triste y triste el tono,
etc___ ”
MB:
¿1610-13?
La amistad pagada P2 (También, La famosa montañesa)
Parte I; Ms. copia, Cat. Bib. Nac., nùm. 2.200; Acad.
VII.
U amitié recompensée, en Extrait de plusieurs pièces du
théâtre espagnol, trad. M. Du Perron de Castéra,
Amsterdam: Wetsteins y Smith, 1738.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, ix-xvi; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXI, 7-16; A.
Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 486.
MP:
“Lope tomó de El León de España el nombre de Curieno,
el hecho fabuloso de su rebelión, el asalto del campa­
mento romano por los montañeses después de las fiestas,
y puso de su cosecha la parte realmente dramática, es de­
cir, la bizarra competencia de generosidad entre el espa­
ñol y el romano, la rivalidad de amor de los dos cón­
sules por la hermosa cautiva Claudia, el sacrificio que
Curieno hace a la amistad entregando a su propio hijo,
el que hace Furio entregando a su amada y perdiendo
la razón de resultas de tan espantoso trance, el peligro
inminente en que Claudia queda de ser inmolada, y la
oportuna intervención de Curieno, que la liberta cuando
ya tenía el cuchillo en la garganta.”
MB:
Antes de 1604.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Parte XX; Acad. XII.
S (fragmentaria) en Mus. Brit.
UArauque dompté, trad. J. B. d’Esménard, París: Ladvocat, 1822.
UArauque dompté en Chefs-d’œuvre des théâtres étran­
gers, trad. Angliviel de la Beaumelle, París, 1822-23.
J. C. L. Simonde de Sismondi, De la littérature du Midi
de VEurope, Bruselas: M. Dumont, 1837, (Arauco
domado, Tomo II, 543-550) ; estudio preliminar por
MP en Acad. XII, clxxii-clxxxiv ; reimpreso en MP,
Obras completas, XXXIV, 193-208; A. Restori so­
bre Acad. XII, Ztft, XXX, 499; Marcos A. Morinigo, América en el teatro de Lope de Vega, Bue­
nos Aires: Imprenta López, 1946.
MP:
“Comprende la historia de los amores entre Caupolicán
y Fresia. También incluye el episodio del amputarle las
manos a Galvarino. Trata del nombrar a su hijo gober­
nador de Chile por el marqués de Cañete y de la sumi­
sión del valle (única cosa que justificaría el título de
dom ado) .”
Morínigo (pág. 234-235) : “El tercer soldado de la conquista fa­
vorecido por la pluma de Lope fué D. García Hurtado
de Mendoza, protagonista de El Arauco domado. Esta ex­
traña comedia, inspirada en el poema del mismo título
de Pedro de Oña, es toda ella un interesado panegírico
de D. García, y está dedicada a su hijo don Juan Andrés
Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, magnate pode­
roso de quien Lope se llama capellán.”
MB:
¿1599?
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Parte IV; Acad. XII.
Estudio preliminar por MP en Acad. XII, cxxxix-clxiv;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXIV, 193208; A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 499.
MP :
“. . .cuenta la historia del soldado español que se llamaba
Alonso García Ramón. Recibió una orden que vigilara
hasta que apuntara el día, pero viendo al enemigo con
mucho reventón, dió la señal para el ataque y el enemigo
fue vencido.”
MB:
¿1600-06?
Audiencias del rey D. Pedro
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 278 (anón.) ; Acad. IX.
José R. Lomba y Pedraja, El rey Don Pedro en el teatro.
Homenaje a Menéndez y Pelayo, Madrid, 1899; es­
tudio preliminar por MP en Acad. IX, cxxxii-cxlii ;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 311324; A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXVIII, 256.
MP:
MB:
“Lo que hay de histórico, aunque muy extrañamente adul­
terado, son dos relaciones, una del cautiverio del rey D.
Pedro en Toro, otra de la muerte del rey Bermejo en
S e v illa .,.”
1613-20.
B
El bastardo Mudarra (P2, Los Siete Infantes de Lara)
Parte XXIV (Zaragoza, 1641); Acad. VII.
Mudarra-le-Bâtard en Les chefs-d9œuvre du théâtre es­
pagnol, trad. M. Eugène Baret, Paris, 1869.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Mudarra-le-Bâtard en Oeuvre dramatique de Lope de Ve­
ga, edic. de M. Eugène Baret, Paris, 1874.
El bastardo Mudarra en Las comedias autógrafas de Lo­
pe de Vega, S. Griswold Morley, publicado simul­
táneamente en Berkeley: University of California
Press; Madrid: Gráficas reunidas; Londres: Uni­
versity of Cambridge Press, 1935.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, ccxvii-ccxxxvi ;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 299-325;
A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 502; R.
Menéndez Pidal, La leyenda de los Infantes de
Lara, Madrid: Imprenta Hernando, 1896; 2* edic.,
1933 (El bastardo Mudarra, Tomo I, 127-138) ;
Eva R. Price, “The ‘Romancero’ in El Bastardo
Mudarra of Lope de Vega”, Hisp, XVIII (1935),
301-310; Julia Bette Hanan, “The Bailad Sources
of Los siete infantes de Lara and El bastardo Mu­
darra” Washington Theses, Tomo II (1937), 287291.
Menéndez Pidal (pág. 129) : “Para escribirla, se atuvo Lope a
las dos principales versiones que entonces corrían de la
mancero. ...p a r a los d iálogo s... Lope tomó de las Cró­
nicas todos los rasgos poéticos en ella conservados, . . . co­
pió de otros bastante número de versos; siendo así el pri­
mero que, contándonos en el teatro la historia entera de
Gonzalo Gustos, logró hacer que, así éste como Doña Alam­
bra, Ruy Velázquez y los demás personajes épicos, al mis­
mo tiempo que vivían como seres reales, apareciesen sobre
la escena con todo el vigor de la tradición secular he­
redada.”
MB:
1612.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Parte XXIII; Ms. Copia Cat. Bib. Nac., núm. 351; Acad.
XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, cxxiv-cl; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 352-376;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 234.
MP:
“Fúndase esta entretenida y graciosa comedia en el fabu­
loso descubrimiento que del escondido valle de las Batue­
cas se supone hecho por una doncella y un paje de la
casa de Alba; según unos, en tiempo de Felipe II; según
nuestro Lope, en tiempo de los Reyes C atólicos... En
cuanto a la parte histórical, da por supuesto Lope que
los batuecos eran descendientes de los godos fugitivos de
la pérdida de España, y que la momia de la caverna per­
tenecía a un Teodosilo, sobrino del rey D. Rodrigo. El
duque de Alba bautiza a toda la tribu, funda iglesias y
conventos, y el signo de la cruz ahuyenta los demonios,
que por más de seiscientos años habían infestado el v a lle ...
(Es) una obra ingeniosa, que de seguro aventaja mucho
al Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón, y que
en cierto modo puede considerarse como su parodia. Aquí
lo pequeño ha triunfado de lo grande, y lo humorístico
se ha sobrepuesto a lo é p i c o . .. ”
MB:
¿1598-1600?
„ Los Benávides P
Parte II: Bruselas, Barcelona, 1611; Madrid, 1618; Acad.
VIL
Fr. v. Cronegk, Schriften, Dos tomos, Leipzig; Posch,
1760-61 (Tomo I: “Eine Scene aus dem Drama Los
Benávides, und Abhandlung über das spanische
Drama.” ) ; estudio preliminar por MP en Acad.
VII, ccxvii-ccxxxix; reimpreso en MP, Obras corn­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
pletas, XXXI, 326-331; A. Restori sobre Acad. VII,
Ztft, XXVI, 504.
MP:
“Nada hay en esta comedia de histórico más que el nom­
bre del rey y de su tutor, el conde Melendo González.
La leyenda está calcada en gran parte sobre la de las mo­
cedades del Cid. ...In c lu y e la pieza situaciones que Lope
reprodujo después, muy mejoradas, en Los Prados de León:
el secreto del nacimiento de Sancho, hijo del rey D. Bermudo; sus campesinos amores con Doña Sol; su entrada
violenta en los palacios de León en busca del ofensor de
su familia.”
MB:
1589-1602.
El blasón de los Chaves de Villalba
Parte X (Madrid, 1621) ; Ms. copia (Parma) ; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, cxxii-cxxiv; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXIII, 335-337.
MP:
“Es comedia genealógica, de poco valor, como casi todas
las de su género. Está fundada en una anécdota, proba­
blemente fabulosa, que Lope hubo de recoger de la tra­
dición o r a l... Cuando Charles de Francia pasó a Italia,
un caballero que venía en su ejército, puso carteles por
las calles en que sustentaba que el rey Charles era el
mejor y mayor rey del mundo. Un español que estaba
allí, Chaves de Villalba, aunque era muchacho, se opuso
al francés, y después de una larguísima batalla le venció.”
MB:
1599.
El Brasil restituido
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 407.; Acad. XIII.
El Brasil restituido, con un estudio sobre el patriotismo
en su teatro, edic. de G. de Solenni, Nueva York;
Instituto de las Españas, 1930.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El lusitanismo de Lope de Vega y su comedia “El Brasil
restituido”, edic. de José María Viqueira Barreiro,
Coimbra, 1950.
Estudio preliminar por MP en Acad. XIII; xxiii-xxxii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXIV, 228-241;
A. Restori sobre Acad. XIII, Ztft, XXX, 501; H.
A. Rennert, “Notes on some Comedias of Lope de
Vega,” MLR, I (1905), {El Brasil restituido, 108110); G. de Solenni, “The Source of Lope de Ve­
ga’s ‘El Brasil restituido’,” REHisp, I (1928), 168169; G. de Solenni, “Lope de Vega’s ‘El Brasil
restituido’,” Columbia University Dissertation; José
María Viqueira Barreiro, “Notas sobre El lusitanis­
mo de Lope de Vega y su comedia 6El Brasil resti­
tu id o B r a s ilia , VI (1951) 184-196; Eduardo Frieiro, “Lope de Vega e o Brasil Cabolclo” Kriterion,
VII (1954), 354-363.
MP:
MB:
“El Brasil restituido es una especie de loa donde no se
ha de buscar fábula dramática de ningún género, sino
exactitud h istórica... Trata de la presa de Bahía por los
holandeses y cómo dominaron el comercio por el nuevo
mundo, apresando muchos barcos portugueses y castella­
nos. Cuenta de la recuperación de Bahía por una gran
escuadra compuesta de portgueses y españoles y dirigida
por D. Fadrique de Toledo y Osorio, marqués de Villanueva de Valdueza.”
1625.
El Caballero de Olmedo
Parte XXIV; H. R. II; Acad. X.
S en Gayangos.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Le Cavalier d?Olmedo en Lope de Vega, Oeuvre dramatique, trad. Eugène Baret, Paris, 1869-70.
El Caballero de Olmedo, edic. de A. Castro, Madrid: Bi­
blioteca Literaria del Estudiante, 1923.
El Caballero de Olmedo, edic. de J. MacDonald, Cam­
bridge, 1934.
El Caballero de Olmedo en Tomo III: Obras dramáticas
escogidas, edic. de E. Juliá Martínez, Madrid: Her­
nando, 1935.
El Caballero de Olmedo, edic. de A. Morera, Medina del
Campo: Instituto de Segunda Enseñanza, 1935.
El Caballero de Olmedo, edic. de J. Sarrailh, París: Les
Belles Lettres, 1936.
El Caballero de Olmedo, edic. de José Manuel Blecua,
Zaragoza: Clásicos Ebro, 1941.
El Caballero de Olmedo, edic. de Roque Eátéban Scarpa,
Santiago de Chile: Zig-Zag, 1944.
El Caballero de Olmedo, proemio de Joaquín de Entrambasaguas, Barcelona: Horta, 1948.
El Caballero de Olmedo en Lope de Vega, Teatro, trad.
Raffaello Melano, Firenza, 1950.
Fuenteovejuna, Peribáñez y el comendador de Ocaña, El
Caballero de Olmedo, La dama boba, edic. de Gui­
llermo de Torre, Barcelona: Éxito, 1951.
El Caballero de Olmedo, Madrid: Aguilar, 1951.
El Caballero de Olmedo en Tomo I: Lope de Vega, Tea­
tro, edic. F. C. Sainz de Robles, Madrid: Aguilar,
1952, págs. 791-824.
Estudio preliminar por MP en Acad. X; Ixxv-xcvii; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 55-86; J.
Sarrailh, “L’histoire dans le El Caballero de Olmedo
de Lope de Vega,” Bri, XXXVII, 337-352; Enri­
que Anderson Imbert. “El Caballero de Olmedo. .. :
http://ir.uiowa.edu/uissll/
una dramatización del misterioso proceso de la poe­
sía tradicional,” Asomante, VIII, 3 (1952), 17-22;
José Manuel Blecua, “Nota al Caballero de Olme­
d o ” NRFH, VIII, 2 (Abril-Junio, 1954), 190; P.
de Madrazo, 66El Caballero de Olmedo ” El Artista,
I, 112-115.
MP:
“Quién fuese este caballero, en qué tiempo floreció, y
qué circunstancias intervinieron en su muerte, es punto en
que las tradiciones no andan conform es.. . La acción se
coloca en tiempo de D. Juan II. Incluye la aparición a
D. Alvaro de su misma sombra y la muerte del caballero
en los brazos de su fiel servidor.”
MB:
¿1620-25?
El Caballero del Sacramento P2 (La Barrera: El blasón de los
Moneadas.)
Parte XV; Ms. aut. (Ilchester) ; Acad. VII.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, xcix-c; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 70. A. Restori sobre Acad. VIII, Ztft, XXVI, 514.
MP:
“Nada de particular ofrece esta comedia, que quizá de­
biera ponerse entre las leyendas piadosas más bien que
entre las históricas, puesto que tiene por principal obje­
to inculcar la devoción al Santísimo Sacramento.”
Pero MP la incluye porque, a su parecer, se fun­
da en una leyenda relativa al linaje de los Monea­
das.
MB:
1610.
La campana de Aragón P
Parte XVIII; Ms. copia (Parma) ; H. R. II; Acad. VIII.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
S en Mus. Brit.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, xlv-lix; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXI, 405-419;
A. Restori sobre Acad. VIII, Ztft, XXVI, 501.
M P:
“Aunque termina esta pieza con la catástrofe legendaria
de la campana de Huesca, y de ella toma el nombre, en
realidad es una crónica dramática que abarca sucesos de
tres reinados: el de Don Pedro I, el de Don Alfonso el
Batallador y el de Don Ramiro el Monje. Cada una de
las jornadas tiene acción distinta, y el conjunto forma una
verdadera trilogía.”
MB:
¿1598-1600?
La Carbonera
Parte XXII (Madrid, 1635); Acad. IX.
S en Mus. Brit. y Durán.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, clxxvi-clxxvii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 374375; A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXIX, 127.
M P:
“Esta comedia, agradable y bien escrita como todas las
de la vejez de Lope, no tiene ningún fundamento histó­
rico que sepam os.. . Sírvenla de argumento ciertos fabu­
losos amores <lel rey D. Pedro con una hermana bastarda
suya (hija de Da. Leonor de Guzmán) la cual, huyendo
de la proscripción de su familia, se había refugiado en
la choza de un carbonero, tomando su humilde oficio y
haciéndose pasar por sobrina suya.”
MB:
¿1623-26?
Carlos V en Francia P2
Parte XIX; Ms. aut. (que posee el señor J. T. Stetson,
de Filadelfia) ; Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm.
371; Acad. XII.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Estudio preliminar por MP en Acad. XII, xlix-lv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 22-31; A.
Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 489.
MP:
“Comprende el presente poema dramático tres diversas
acciones históricas, correspondientes a los años 1538, 1539
y 1 5 4 0 ... Cuenta de la encallada de la nave del Empe­
rador en las Aguas Muertas. También incluye el cuento
sobre el alguacil herido por la espada de un duque mien­
tras aquél estaba tratando de hacer lugar para el rey. El
otro asunto es el del recibimiento que hizo Francisco I
a Carlos V, cuando pasó por Francia para sosegar el tu­
multo de los ganteses.”
MB:
1604.
El casamiento en la muerte y hechos de Bernardo del Carpió
P2 (M: La Peña de Francia; F: Nuestra Señora de la
Peña de Francia; Ludwig en Lope de Vega s Dramen, . .
la identifica con Roncesvalles, desconocida hasta ahora,
pero notada en P.)
Parte I; Acad. VII.
S en Mus. Brit.
Le Mariage dans la Mort en Lope de Vega, Oeuvre dra­
matique, trad. Eugène Baret, Paris, 1869-70.
Estudio sobre El casamiento en la muerte (Le Mariage
dans la Mort) en: Ernest Lafond, Études sur la vie
et les oeuvres de Lope de Vega, Paris, Librairie
nouvelle, 1857. Estudio preliminar por MP en
Acad. VII, cxli-clv; reimpreso en MP, Obras com­
pletas, XXXI, 195-214; A. Restori sobre Acad. VII,
Ztft? XXVI, 492; Estudio sobre El casamiento en
la muerte en: Albert Ludwig, Lope de Vegas Dra-
http://ir.uiowa.edu/uissll/
men sus dem Karolingischen Sagenkreise, Berlin,
1898; Angelo Monteverdi, “Sul testo del Casa­
miento en la Muerte di Lope de Vega” AR, IX
(1925), 453-455; Angelo Monteverdi, La leggenda
di Bernardo del Carpió, Roma: Bardi, 1926; R.
Mitterer, Die Sage von Bernardo del Carpió im spa­
nischen Drama des 16. und 17 Jahrhunderts,
Würzburg, 1930; Walter M. Langford, “Bernardo
del Carpió,” Hisp, Tomo XX (Octubre, 1937),
253-264.
Como Las mocedades de Bernardo del Carpió esta pieza
versa sobre las cualidades mágicas de la espada de
Dudón, y la leyenda de Nuestra Señora de la Peña
de Francia.
MB:
1595-97.
El cerco de Santa Fe e ilustres hazañas de Garcilaso de la
Vega P (¿Garcilaso de la Vega?)
Parte I; Acad. XI.
S (Madrid, 1731) en Parma.
Das Lager von Santa Fe en Lope de Vega, Aus Spaniens
Vergangenheit, trad. Dr. F. Lorinser, Regensburg
y Mainz, 1877.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, xlviii-lvii; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 237-248;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 221.
MP:
“La comedia tiene dos lances principales: repite Lope lo
de Garcilaso y el pergamino del ‘Ave María’ de Los
hechos de Garcilaso; Hernando del Pulgar, señor del Sa­
lar y regidor de Lo ja, entró en Granada, que era bajo
el poder de los moros, y le pegó fuego a la ciudad. Hincó
http://ir.uiowa.edu/uissll/
delante de la puerta de la mezquita una hacha y un per­
gamino de oraciones cristianas. De este modo reclamó la
mezquita para los cristianos y la convirtieron en una igle­
sia m a y o r ... Aunque la com ed ia... no tiene por único
argumento estos dos lances caballerescos, sino que más
bien es una serie de cuadros de la conquista de Granada,
todavía las mejores escenas son aquéllas en que intervie­
nen Pulgar y Garcilaso, y son también las que sirven de
nudo y dezenlace al drama.”
MB:
1596-98.
El cerco de Viena y socorro de Carlos V (P, El turco en
Viena).
S en Mus. Brit., Ilchester, Parma y Viena; Acad. XII.
Estudio preliminar por MP en Acad. XII, xlvi-xlviii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXIV, 18-21;
A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 488.
MP:
“No hay quizá entre todas las hazañas de Carlos V otra
más memorable que la de haber detenido y rechazado de
las orillas del Danubio, por el solo prestigio de sus ar­
mas y la habilidad y presteza de sus operaciones, un ejér­
cito de 300.000 hom bres.. . La grandeza del hecho y de
sus consecuencias mucho mejor se comprende leyéndole en
el libro XXX de las Historias, de Paulo Jovio, o en Fr.
Prudencio de Sandoval, o en la sencilla y verídica rela­
ción del arcabucero Cereceda, que en la presente comedia
de Lope, donde casi todo es descosido y pueril, árido y
enfadoso.”
MB:
Si es de Lope: 1598-1603.
Lo cierto por lo dudoso
Parte XX; H. R. I; Acad. IX.
S (Bruselas, en casa de Huberto Antonio Velpio, 1649.)
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Lo cierto por lo dudoso en Tomo II: Obras escogidas de
frey Lope Félix de Vega Carpió, edic. de Elias Zerolo, París: Garnier hrnos., 1886.
Certainty for Doubt (Lo cierto por lo dudoso) en Four
Plays of Lope de Vega, trad. J. C. Underhill, Nueva
York: Scribners, 1936.
Lo cierto por lo dudoso en Tomo I: Lope de Vega, Obras
escogidas, edic. de F. C. Sainz de Robles, Madrid:
Aguilar, 1952.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, cxv-cxxiv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 287-298;
A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXVIII, 255.
MP:
MB:
“Esta comedia apenas puede llamarse histórica más que
por los nombres del rey y del conde de Trastamara.. .
Comprende la leyenda de la noche de San Juan con refe­
rencia a Da. Juana y su amante D. Enrique, hermano y
rival del rey D. Pedro.”
¿1620?-24.
La Comedia de Bamba (P, El Rey Bamba. Rennert y Castro:
La vida y muerte del rey Wamba. También, La Come­
dia de Wamba.)
Parte I (La Comedia de Wamba); Acad. VII.
Bamba, roi des Gots en Tomo II: Extraits de plusieurs
pièces du théâtre espagnol, trad. M. Du Ferron de
Castéra, Paris: Pissot, 1738.
König Wamba en Tomo III: Spanisches Theater, trad.
M. Rapp, Hildburghausen y Leipzig: Bibliogr. Ins­
titut, 1869.
König Wamba en Werke, trad. Fr. Halm, Doce Tomos,
Viena: Carl Gerold’s Sohn, 1873 (Tomo III: pri­
mer acto, Tomo X: segundo acto.)
http://ir.uiowa.edu/uissll/
König Wamba en Aus Spaniens Vergangenheit, trad. F.
Lorinser, Regensburg y Manz, 1877.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, xvi-xxv; reim­
preso en MP, Obras completas, 17-29; un estudio
analítico de La Comedia de Bamba en: Heinz
Schulte Herbrügge, “El arte dramático de Lope de
Vega,” AChile, CVIII, 80 (1950), 5-94.
MP:
“La Comedia de B a m b a ... es de las que abarcan una
crónica entera. No sólo comprende todos los hechos histó­
ricos y fabulosos que se habían contado de Vamba, sino
que empieza antes de su advenimiento al trono, en píen»
reinado de Recesvinto, a quien Lope llama Recisundo, si­
guiendo a la Crónica general y al Valerio. Una relación*
puesta en boca de Atanagildo nos informa del milagro
de la casulla de San Ildefonso. Si esto es ajeno a la ac­
ción y sólo está puesto para complacer la devoción de los*
espectadores, no sucede lo mismo con el monólogo de Ervigió que viene inmediatamente después, y que manifiesta
su ambición y sus temores. Haciendo aparecer desde el
primer momento al ambicioso intrigante que ha de des­
tronar a Vamba, Lope encuentra, con su poderoso instinto
dramático, el único lazo que podía sujetar escenas tan in­
conexas como las que la historia le ofrecía.”
MB:
1597-98.
Los comendadores de Córdoba u Honor desagraviado P (Los
Comendadores.)
Parte II; Ms. aut. Bib. Nac., Cat. Núm. 635 (MP ad­
vierte que no es comedia de Claramonte, “Porque
está muy bien escrita y versificada, y Claramonte
era incorrectísimo versificador.” ) ; Acad. XI.
Los comendadores de Córdoba en Tomo III: Handbuch
der Spanischen Literatur, edic. de Ludwig Lemcke,
Leipzig, 1856.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Los comendadores de Córdoba, edic. de R. Blanco y Ca­
ro, Madrid: Hernando, 1935.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, lviii-lxxxv; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXIII, 249-284;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 226; S.
Griswold Morley y Courtney Bruerton, “Lope de
Vega, Celia, y Los Comendadores de Córdoba,”
NRFH, VI, 1 (1952), 57-68.
MP:
“La acción tuvo lugar alrededor de 1471, pero Lope tras­
ladó la acción al tiempo de los Reyes Católicos.. . Las
atrocidades del Veinticuatro eran, más que legendarias,
históricas en gran parte, y no había más remedio que con­
servarlas... Tiene por asunto la espantosa venganza que
de su honor conyugal tomó el Veinticuatro de Córdoba
Fernán Alfonso, primer señor de Belmonte, en varias per­
sonas de su casa, de Hinestrosa, y sus deudos D. Jorge
Solier, comendador de Cabeza de Buey, y D. Fernando A l­
fonso de Córdoba, comendador del Moral, uno y otro de
la Orden de Calatrava, hijos del tercer alcaide de los Don­
celes, y hermanos del Obispo de Córdoba, D. Pedro So­
l ie r .. .
(Lope) inventó o recogió el episodio del anillo
donado por el rey al Veinticuatro, por el Veinticuatro a
su mujer, y por ella a su a m a n te ...”
MB:
1596-98.
El Conde Fernán González y Libertad de Castilla P2 (En los
versos finales se titula La libertad de Castilla por el conde Fernán González.)
Parte XIX; Ms. copia (Parma) ; Acad. VII.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, clxxxix-ccxvii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 258298; A. Restori sobre Acad. VII, Ztft. XXVI, 501;
Adalbert Hämel, “Das älteste Drama von Conde
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Fernán González,” EEABonilla, II (1930), 383396.
Comprende esta comedia las victorias de Fernán Gonzá­
lez sobre el rey de Navarra y el conde de Tolosa,
el trato con el rey de León sobre la venta del ca­
ballo y el azor, el llamamiento del conde a las
Cortes, las dos prisiones de que su heroica mujer
(de Fernán González) le liberta, la aventura del
libidinoso arcipreste y el juramento de los caste­
llanos sobre la estatua del conde.
MB:
1606-12.
La contienda de García de Paredes y el capitán Juan de Ur­
bina P y P2 {El capitán Juan de Urbina.)
Ms. aut. fechado 15 de febrero de 1600; Ms. copia Cat.
Bib. Nac. núm. 1.750; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, cxxv-cxxxiv;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXIII, 338351; A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 231.
MP:
“Esta com ed ia... 'comprende tres acciones principales: los
hechos de Diego García de Paredes en Italia; la atroz
venganza que el capitán Juan de Urbina tomó en su adúl­
tera mujer; y la disputa o contienda de Paredes y Ur­
bina sobre la adjudicación de las armas del marqués de
Pescara.”
MB:
1600.
La corona merecida P
Parte XIV; Ms. aut. con fecha de 1603 (Sessa) ; H. R.
I; Acad. VIII.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
La corona merecida, edic. de J. F. Montesinos, Madrid,
1923.
Estudio sobre La Couronne méritée (La Corona Mereci­
da) en: Ernest Lafond, Étude sur la vie et les Oeu­
vres de Lope de Vega, París: Librairie Nouvelle
1857.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, cxxiv-cxxx;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 106114; A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 515;
W. v. Wurzbach, Das Motiv von Lopes Komödie
La corona merecida, Miscelánea de estudios en hon­
ra de doña Carolina Michaelis, Coimbra, 1930; W.
v. Wurzbach, Das Motiv von Lope de Vegas Ko­
mödie La corona merecida, (Entstellung zum Schut­
ze der Tugend), Miscelánea, C. Michaelis de Vasconcellos, Coimbra, 1933.
MP:
“Contiene esta comedia según el mismo L o p e ... ‘la his­
toria de una señora (Da. María Coronel) tan celebrada
por La corona merecida que con ella dió honor a España,
gloria a su nombre y nombre a sus descendientes. . . esta
p ie z a ... no es de las mejores de Lope. El poeta volvió
las espaldas a la tradición, y la tradición vengó de él no
otorgándole sus dones en el grado y medida que acostum­
braba.”
MB:
1603.
Las cuentas del Gran Capitán
Parte XXIII; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, cxvi-cxxii, reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 325-334;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 229.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
M P:
“El fondo histórico de esta comedia. . . se reduce a la
entrada del rey de N áp oles.. . Prescindió, pues, de bata­
llas y asedios, y en vez de una comedia de espectáculo,
hizo una comedia anécdota, basada en el dicho vulgar de
las cuentas, en el hecho histórico del viaje del Rey Ca­
tólico a Nápoles en 1506, y en las infundadas sospechas
que tuvo de la lealtad de Gonzalo, y que fueron labrando
en él hasta engendrar el desvío con que le trató en los
últimos a ñ o s.. . Las cuentas son una invención vulgar,
pero, según acontece con todas las anécdotas famosas, tie­
ne ésta cierto valor simbólico como censura de la parsi­
monia y suspicacia del Rey Católico, y pudo tener algún
fundamento en quejas que ciertos oficiales de Tesoro pre­
sentasen contra Gonzalo. De todos modos, el origen de la
conseja no puede ser más sospechoso, siendo el primero
que alude a ella un historiador de tan poca conciencia y
veracidad como Paulo Jovio.”
MB:
1614-19.
D
La desdichada Estefanía (En los últimos versos se titula La
desdichada inocente. La Barrera: Los Castros y Andrades.)
Parte XII; Acad. VIII.
La desdichada Estefanía y su segunda parte El pleito por
la honra o el valor de Fernandico en Doce comedias nuevas de Lope y otros, Barcelona, 1630.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, lxvi-lxxviii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 24-39;
A. Restori sobre Acad. VIII, Ztft, XXVI, 513.
M P:
“El hecho tenido por histórico en que este drama se
funda, se encuentra, por primera vez según creo, en el
http://ir.uiowa.edu/uissll/
famoso nobiliario portugués del siglo xiv, comúnmente lla­
mado Libro de Linaje del conde D. Pedro de Barcellos
. . . En la comedia de Lope, el emperador para acabar
de desengañar al rey de Francia, le confiesa que real­
mente había tenido una hija bastarda, pero que ésta era
la bella Estefanía, nieta, por su madre, del conde Alvar
Fernández de Castro, sobrino del Cid, y de Da. Mencía Ansúrez, hija del valeroso conde D. Pedro Ansúrez de
Carrión; genealogía idéntica a la que del libro del conde
D. Pedro copia Sandoval.”
MB:
1604.
Diálogo militar en alabanza del marqués Espinóla
La Vega del Parnaso, por el Fénix de España, frey Lope
Félix de Vega Carpió, del hábito de San Juan, pro­
curador fiscal de la Cámara Apostólica, etc. En
Madrid, en la Imprenta del Reino. Año 1637 (Obra
postuma de Lope publicada por el licenciado Ortiz
de Villena.) ; MP alude a otras ediciones en las
colecciones de Obras sueltas de Lope, publicadas
por Sancha (Tomo X) y Rosell (Biblioteca de Rivadeneyra.)
Estudio preliminar por MP en Acad. XIII, xxxvii-xli; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXIV, 248258.
MP:
“No es comedia, ni se intitula así, pero la colocamos en
este lugar por ser un diálogo perfectamente representable,
y que de fijo fué representado, o, en una fiesta de pala­
cio, o más bien, según creemos, en casa del mismo Am­
brosio E sp in ó la ... Es un rápido pero agradable com­
pendio de los servicios militares del gran capitán genovés, relatados sin énfasis y de la manera simpática y dul­
ce que cuadraba a la índole moral del personaje, tan
discreto y bueno como esforzado y animoso.”
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Las doncellas de Simancas
S en Mus. Brit. y Bib. de H. A. Rennert; Acad. VII.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, lxv-lxxiv; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXI, 87-98.
MP:
“ . . . L a s doncellas de Simancas, como Las Famosas Astu­
rianas, están basadas en la célebre fábula del tributo de
las cien doncellas que se suponía pagado por algunos de
los primitivos reyes de Asturias a los musulmanes. Este
ignominioso cuento, del cual nada supieron los autores de
los cronicones de la Reconquista, apareció por primera vez
en el siglo x m en las obras de D. Lucas de Túy y del
arzobispo D. Rodrigo, si bien respecto del primero ha de
advertirse que refiere el hecho en términos menos cru­
d o s ...”
MB:
No se puede dar fecha a la comedia.
Las dos bandoleras y Fundación de la Santa Hermandad de
Toledo (Fajardo: Las hermanas bandoleras.)
Doce comedias nuevas de Lope de Vega Carpió y otros
autores. Segunda Parte. En Barcelona, por Geró­
nimo Margarit, 1630; Acad. IX.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, ix-xx, reim­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 138-153;
A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXVIII, 232.
MP:
“Las dos bandoleras es una pieza interesante, de corte
melodramático y acción rápida y viva, pero tiene el de­
fecto de repetir situaciones que están presentadas con más
acierto en otras comedias de Lope, anteriores o posterio­
res a ésta. Las dos hijas del cuadrillero, burladas por los
dos capitanes D. Alvaro y D. Lope, corresponden por pun­
to a las dos hijas de El Alcalde de Zalamea, que luego
Calderón, con muy buen acuerdo, redujo a una sola en su
maravillosa refundición de aquel drama. La desesperada
http://ir.uiowa.edu/uissll/
resolución que las violadas doncellas toman de echarse a
bandoleras, para vengar, asesinando a los hombres, la quie­
bra de su honra, se repite en otros dramas del inagotable
repertorio de nuestro autor, y quizá mejor que en ninguno
en La Serrana de la Vera.
MB:
1597-1603.
El duque de Viseo P2
Parte VI; H. R. III; Acad. X.
Hertugen af Viseo en Tomo II: Udvalgte skuespel, trad.
Emil Gigas, Copenhague: Branner, 1917-18.
El duque de Viseo en Tomo IV: Ausgewcihlte Komódien
von Lope de Vega, trad. W. v. Wurzbach, Strassburg: J. A. E. Heitz (Heitz und Mündel), 1918.
Estudio preliminar por MP en Acad. X, cxxviii-cxli; reiimpreso en MP, Obras completas, XXXIII, 128146; A. Restori sobre Acad. X, Ztft, XXIX, 365.
MP:
“ ...com prende realmente dos catástrofes distintas, pero muy
enlazadas entre sí, hasta el punto de ser la una conse­
cuencia y complemento de la otra; el suplicio del duque
de Braganza, D. Fernando (a quien constantemente se lla­
ma duque de Guimaraens en esta pieza), mandado de­
gollar como traidor en 1483 por su cuñado el rey de Por­
tugal D. Juan II, y el asesinato del duque de Viseo, a
quien el mismo monarca mató a puñaladas por su pro­
pia mano.”
MB:
1604-1610.
E
La envidia de la nobleza (Al fin se titula Prisión de los Bencerrajes. MP parece dudar que sea esta la misma que
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Cegríes y Bencerrajes: “Su estilo y versificación, y so­
bre todo la abundancia de décimas, me inducen a su­
ponerla muy posterior y de los últimos años del poeta.” )
Parte XXIII; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, ix-xxi; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 183-199;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 216; estu­
dio sobre La envidia de la nobleza de Wilhelm Hennigs, Studien zu Lope de Vega Carpió, Góttingen,
1891.
MP:
“ ...e s t a pieza es muy poco fiel a la h istoria ... Trata
del degüello de los principales jefes de los Abencerrajes
por orden de la reina. Incluye también el sitio de Jaén
por el rey D. Fernando el Santo y R e d u á n ... La cabal­
gada de Reduán contra Jaén es histórica, aunque mucho
más antigua de lo que supone Lope.”
MB:
1613-18 (probablemente 1613-15.)
Los españoles en Flandes
Parte XIII; Acad. XII.
Estudio preliminar por MP en Acad. XII, cxxviii-cxxxi;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXIV, 131135; A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 497.
M P:
“El asunto principal de la deshilvanada comedia que lle­
va por título Los Españoles en Flandes, es la gobernación
de D. Juan de Austria en los Países Bajos, la vuelta de
los españoles que habían salido de aquellos estados en vir­
tud del convenio hecho por D. Juan, y la victoria de
Gembloux, que el poeta llama de Gibelú. Con estos he­
chos históricos, presentados sin artificio alguno, y que por
su índole política y militar son enteramente ajenos de la
comedia, alternan las acostumbradas escenas de valentías
http://ir.uiowa.edu/uissll/
y desgarros soldadescos, que hemos visto hasta la saciedad
en otras piezas.”
MB:
1597-1606.
F
Las famosas asturianas P2
Parte XVIII; Ms. copia (Parma) ; H. R. III; Acad. VIL
Las famosas asturianas en Tomo I: Lope de Vega, Obras
escogidas, edic. de F. C. Sainz de Robles, Madrid:
Aguijar, 1952.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, lxxx-xvi; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXI, 108-121;
A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 490.
MP:
“El texto más antiguo que hemos visto de la tradición en
que esta preciosa comedia está fundada, se halla en la
voluminosa ^compilación historial que, con el rótulo de L i­
bro de las bienandanzas e fortunas, escribió en 1471 el ca­
ballero vizcaíno Lope García de Salazar.. . Un romance
puramente artístico, inserto en el Romancero general de
1 6 0 4 ..., recuerda el mismo h e c h o ... Pero yo creo que
la fuente inmediata de Lope fue el ya citado poema de
Pedro de la Vezilla C astellanos..., porque le sigue con
bastante fidelidad en la disposición de la fábula. Co­
mienza este episodio en el canto 24 del poema leonés,
que lleva por título: ‘Del gran sentimiento que el vale­
roso rey D. Ramiro, primero deste nombre, hizo por el
tributo con que halló el reino de León, de las cien don­
cellas que se pagaban a los moros cada año, y del llanto
que ellas hizieron, sabiendo que el rey Abderraman de
Córdoba enviaba a pedillas, con el consejo que el rey D.
Ramiro en esto tuvo; después de lo cual los embaxadores bárbaros proponen su embaxada y lo que dello succedió.”
http://ir.uiowa.edu/uissll/
La fortuna merecida (Cree Restori que La envidia y la pri­
vanza puede ser la segunda parte de esta comedia.)
Parte XI; Ms. copia (Parma) y Bib. Nac., Cat. núm.
1.318; Acad. IX.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, xcii-cv ; reim­
preso en MP, Obras completas? XXXII, 254-272; A.
Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXVIII, 234.
MP :
“No sabemos qué memorias, acaso familiares o genealó­
gicas, tuvo presentes Lope de Vega para la composición
de esta comedia, en la cual se trasluce cierta intención
apologética, puesto que acaba quejándose de la fuerza de
la envidia y de la pasión, que habían desfigurado la his­
toria de Alvar Núñez. Pero no hay duda que se conforma
muy poco con la crónica de Alfonso XI, y que en gran
parte a lo mejor nos parece de pura inven ción ... No e s
posible perdonarle (a Lope) los desafueros que esta vez-,
cometió contra la historia (tan respetada por él en otras
ocasiones.. . ’).”
MB:
¿1604-10?
Fuente Ovejuna (o Fuenteovejuna) P2
Parte XII; Ms. copia (Parma e Ilchester) ; H. R. III;
Acad. X.
Fontovéjune en Tomo I: Les chefs-cfouvre des théâtres
étrangers, edic. de J. B. d’Esménard, París: Ladvocat, 1822.
Fontovéjune en Les chefs-d’oeuvre des théâtres étrangers,
edic. de Angliviel de la Beaumelle, París, 1822-23.
Fontovéjune en Les chefs-d9oeuvre du théâtre espagnol,
edic. de Damas Hinard, Paris, 1842.
Fuente Ovejuna en Tomo II: Spanisches Theater, trad.
Frd. v. Schack, Frankfurt: Sauerlánder, 1845.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Fuente Ovejuna, edic. de Serge A. Jouriev, San Petersburgo, 1876.1
Fuente Ovejuna, Madrid: Imprenta particular de La Úl­
tima Moda, 1909.
Fuente Ovejuna, edic. de A. Castro, Madrid: Colección
Universal, 1920.
Fuente Ovejuna, Madrid: Editora Internacional, (c.
1924).
Fuenteovejuna, edic. de A. Valbuena Prat, Madrid: Cía.
ibero-americana de publicaciones, (1930).
Ovecjij Istocnik (Fuente Ovejuna), trads. Aksel Lundin
y Nikolaj Komarovshij, Novosibirsk: Tepolitocink,
1933.
Fuente Ovejuna, edic. de Francisco J. Garriga, Barcelo­
na: Juventud, (1935).
The Sheep-JVell (Fuente Ovejuna), en Four Plays of Lo­
pe de Vega, trad. John G. Underhill, Nueva York:
Scribners, 1936.
Ovecliij Istochnik (Fuente Ovejuna), trad. A. E. Sipovich, Moscú y Leningrad: Iskustvo, 1937.
Font-aux-cabres (Fuente Ovejuna), trads. Jean Cassou y
Jean Camp, París: Éditions sociales Internationale»,
1937.
Fuente Ovejuna, Peribáñez y el comendador de Ocaña,
El mejor alcalde, el rey, edic. de Pedro Enríquez
Ureña, Buenos Aires, 1938.
1 Claude E. Aníbal en “The Historical Elements of Lope de Ve­
ga’s Fuente O veju na” PMLA, Tomo XLIX, 3 (1934), 658, nota 3,
dice lo siguiente de esta edición y las procedentes: “According to a
letter sent from the State Public Library at Leningrad through my
colleague George R. Havens, the basis of all Russian performances
to date (1934) has been a sometimes altered or cut translation by
Serge A. Jouriev (St. Petersburg, 1876), reprinted in 1877, s.a., 191112, and 1927 — the last an abridged edition by Prof. V. M. Fritsche,
with text and commentary, in the Labourer’s Library of Literature,
Leningrad.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Fuenteovejuna, Buenos Aires: Editorial Losada, (1938).
Fuenteovejuna, Buenos Aires: Biblioteca Mundial Sope­
ña, 1939.
Fuente Ovejuna en Diez comedias del siglo de Oro, edic.
de H. Alpern y J. Martel, Nueva York y Londres:
Harper Brothers, 1939.
Fuenteovejuna, Barcelona: Cisne, 1940.
Fuenteovejuna, Buenos Aires: Editorial Sopeña, 1940.
Fuenteovejuna, Madrid: Espasa Calpe, 1940.
Fuenteovejuna en Lope de Vega Carpio, Drama, edic. de
J. Mallorquí Figuerola, Buenos Aires: Editorial Mo­
lina, 1941.
The Sheep Well (Fuente Ovejuna) en Poetic Drama
trad. Alfred Kreymborg, Nueva York: Modern
Age (c. 1941).
El mejor alcalde el rey, Fuente Ovejuna, Buenos Aires:
Colección Austral, 1942.
Fuenteovejuna en Lope de Vega, Teatro, edic. de L. Santullano, Mexico: Editorial “Orion”, 1945.
Fuente Ovejuna, edic. de E. Allison Peers, Liverpool:
Institute of Hispanic Studies, 1946.
Fuenteovejuna, edic. de William Smith Mitchell, Londres:
G. Bell and Sons, Ltd., 1948.
Fuente Ovejuna en Lope de Vega, Teatro, trad. Raffaelo
Melano, Firenza, 1950.
The Sheep Well (Fuente Ovejuna) en Tomo II: The
World in Literature, edic. de Robert Warnock y
George K. Anderson, Chicago: Scott and Foresman,
(c. 1950).
Fuenteovejuna, Peribáñez y el comendador de Ocaña, El
caballero de Olmedo, La dama boba, edic. de Gui­
llermo de Torre, Barcelona: Éxito, (1951).
Fuenteovejuna, edic. de Tomás García de la Santa, Za­
ragoza: Ebro, 1951.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Fuenteovejuna, edic. de Ariel Angel Dasso, Bogotá: Difu­
sión, 1951.
Fuenteovejuna, Madrid: Aguilar, 1951.
Fuenteovejuna, edic. de Guillermo de Torre, Barcelona;
Éxito, (1951).
Ovechij kliuch (Fuente Ovejuna), Moscú y Leningrad,
1951.
Ovechij kliuch (Fuente Ovejuna), Moscú, 1952.
Fuenteovejuna, edic. de Eugène Kohler, Strassburg: Heitz,
(1952).
Fuenteovejuna en Tomo I: Lope de Vega, Obras escogi­
das, edic. de F. C. Sainz de Robles, Madrid: Agui­
lar, 1952.
Fuenteovejuna, edic. de Ariel Angel Dasso, Buenos Ai­
res, 1954.
Estudio preliminar por MP en Acad. X, clix-elxvii; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 171-182;
Claude E. Anibal, “The Historical Elements of Lope
de Vega’s Fuente Ovejuna,” PMLA, XLIX (1934),
657-718; José Robles Pazos, “Sobre la fecha de
Fuente Ovejuna” MLN, L (1935), 179-182; es­
tudio sobre Fuente Ovejuna en: Eva R. Price, “The
Peasant Plays of Lope de Vega,” MLF, XXII, 3-4
(1937), 214-219; Calle Iturrino, Lope de Vega y
clave de Fuenteovejuna, Bilbao: Dochao, 1939; I.
I. MacDonald, “An Interpretation of Fuente Ove­
juna” Babel, I (1940), 51-62; Manuel Cardenal
Iracheta, “Fuenteovejuna” Clav, 11 (1951), 20-26;
Darnell Roaten, “Wolfflin’s Principies Applied to
Lope’s Fuenteovejuna,” BullCom, IV, 1 (1952) (s.
págs.) ; G. W. Ribbans, “The Meaning and Struc­
ture of Lope’s Fuenteovejuna” BHS, XXXI, 3
(1954), 150-170; Darnell F. Roaten y F. Sánchez
http://ir.uiowa.edu/uissll/
y Escribano, Wólfflirts Principles in Spanish Dra­
ma, New York, Hispanic Institute, 1955, págs. 96118; S. Griswold Morley, “Fuente Ovejuna and its
Theme-Parallels,” HR. IV, 303-311; Diana Ramí­
rez de Arellano, “La rebelión de Fuenteovejuna ”
B R A H ist, 3Q, 446.
MP:
La Crónica de las tres Ordenes m ilitares de Rades y An­
drade (1575), cuenta cómo se levantó el pueblo de Fuente
Ovejuna contra el Comendador Mayor de Calatrava para
vengarse de sus agravios e injusticias. En su estudio so­
bre este drama tan histórico MP incluye una extensa cita
de la crónica de Rades y Andrade.
C. E. Anibal (P M L A , XLIX, pág. 6 60): “Although Lope’s source
explains Fuente Ovejuna’s hatred of the Comendador on
grounds that are principally political or economic, Lope
himself utilizes as motive for the rebellion only the
secondary charge of personal misconduct toward the women.
The sexual element, and its derivative, an eventually col­
lective concepto de honor, are not only amplified but capi­
talized. That it is on this that Lope concentrates, with
the exception of one line omitting entirely any other reason
for discontent, is of itself evidence that he did not intend
to stress the historical significance of the situation.”
MB:
¿1612?-¿1614?
El galán de la membrilla P2
Parte X; Ms. aut. (Mus. Brit.) firmado en Madrid el
20 de abril de 1615; Acad. IX.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, xxviii-xxxiv;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 165172.
M P:
“Esta preciosa comedia no puede calificarse de histórica
más que por la intervención del rey San Fernando y del
príncipe D. Alfonso, a quienes anacrónicamente acompaña
el marqués de Cádiz, título que no existía a ú n ...
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Que de Manzanares era la niña,
Y el galán que la lleva, de la M em brilla...
De esta copla ha salido toda la comedia, que es de las
buenas de su autor en el género realista.”
MB:
1615.
El gallardo catalán (¿P: El catalán valeroso?)
Parte II; Acad. VIII.
S en Mus. Brit. e Ilchester.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, lxxix-xcix;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 42-69;
A. Restori sobre Acad. VIII, Ztft, XXVI, 514.
MP:
“El t e m a ... es la leyenda de la emperatriz de Alema­
nia, defendida por un conde de Barcelona. Esta leyenda,
que nada tiene de indígena, sino que es un lugar común
de los más explotados en toda Europa por la poesía caba­
lleresca, había penetrado ya en las crónicas catalanas del
siglo x i v . . . Salvo el fondo tradicional del a su n to ..., El
Catalán valeroso, más que entre los dramas históricos de
Lope, pudiera clasificarse entre los puramente novelescos.”
MB:
1599-1603.
Los guanches de Tenerife y conquista de Canarias (P2, Con­
quista de Tenerife; M. y H.: Nuestra Señora de la Can­
delaria) .
Parte X; Ms. copia (Parma) ; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, lxxxvi-ci; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 285-305;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 228.
MP:
“Fúndase el argumento de esta comedia en un rarísimo y
estimable poema, parte en verso suelto y parte en octavas
reales, compuesto por el bachiller Antonio de Viana, natu­
ral de Tenerife, y estudiante de medicina en Sevilla, con
http://ir.uiowa.edu/uissll/
el título de ‘Antigüedades de las Islas Afortunadas de la
Gran Canaria’. . . De la parte puramente historial del li­
bro de Viana, es decir, lo relativo a la conquista de Te­
nerife y a las batallas de guanches y castellanos, Lope de
Vega hizo poco caudal, limitándose a recoger algún nom­
bre como el de Tinguaro.”
MB:
1604-06.
El guante de Da. Blanca
Fajardo: Parte V (Sevilla).
Comedias de diferentes autores, Valencia: Silvestre Esparsa, 1636.
Parte treinta de Comedias famosas de varios autores,
Zaragoza, 1636.
Parte treinta de Comedias famosas de varios autores, Se­
villa: Imprenta de Andrés Grande, 1638.
La Vega del Parnaso, por el Fénix de España, frey Lope
Félix de Vega Carpió, etc. En Madrid, en la Im ­
prenta del Reino, Año 1637.
Parte quarenta y quatro de Comedias de diferentes Au­
tores, Zaragoza: herederos de Pedro Lanaja y Lamarca, 1652.
Obras sueltas IX; Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 1.429;
H. R. II; Acad. IX.
El guante de Da. Blanca, Cádiz: Antonio de Murguía,
1811.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, lxxxv-xcii; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXII, 245-254;
A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXVIII, 235.
M P:
“Quizá hayamos procedido con alguna laxitud calificando
de histórica ésta, que en rigor es una comedia palaciana,
de amor y celos, semejantes a muchas otras de pura
invención.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Trata de la famosa leyenda sobre la dama que
arrojó el guante entre los leones, prometiendo fa­
vorecer a quien se lo devolviera.
“La dama deja caer, aunque no de propósito, su guante
en la jaula, y por rescatarle compiten y llegan a sacar
las espadas, amenazándose de muerte, los dos caballeros
que son rivales en su amor; pero ni los leones aparecen
en escena, ni el temerario lance llega a consumarse, porporque el rey se interpone, reduciéndose todo a un re­
cuerdo de la sabida anécdota que anacrónicamente se su­
pone anterior a D. D io n i s : ...”
MB:
¿1630?-35.
Los Guzmanes de Toral o Como ha de usarse del bien y ha
de prevenirse del mal P
Los Guzmanes de Toral, edic. de A. Restori, Halle: Romanische Bibliotek (Tomo 16), 1899.
Estudio preliminar por Justo García Soriano en Acad. N
XI, i-xxxvi.
J. García Soriano: “ ...p erten ece al teatro histórico-legendario
de Lope, en que — como dijo Menéndez y Pelayo— se
limita a pedir prestado a la historia o a la tradición épica
algún nombre o algún hecho, y luego saca todo lo demás
de su propio fondo. . . . es muy probable que para esta
comedia tu viese.. . presente algún nobiliario o genealogía
de la casa de Guzmán (Libro de genealogía de la casa de
Guzmán, en el cual se hallan algunos romances, Bib. de
la Real Academia de la Historia.) El único elemento
positivamente histórico. . . se reduce al nombre de Alfonso
V III. . . El protagonista, don Payo de Guzmán, tal vez
pudiera identificarse con un don Ramiro de Guzmán que
asistió con Alfonso VII a la conquista de Almería (1147),
tanto más cuanto Sandoval recuerda la tradición de que
este Ramiro tuvo amores con una prima del rey de León.”
http://ir.uiowa.edu/uissll/
H
Las hazañas del Cid y su muerte con la toma de Valencia
Ms. Copia Cat. Bib. Nac., núms. 1.476 y 895.
Seis comedias de Lope de Vega Carpió. .
dro Crasbeeck, 1603.
Lisboa: Pe­
Las hazañas del Cid, trad. Adalbert Hämel, Halle: Ehr­
hardt Karras, 1910.
Estudio preliminar por Justo García Soriano en Acad.
N. XI, ix-xi; estudio sobre esta comedia de Adal­
bert Hämel en Der Cid im spanischen Drama des
XVI. und XVII. Jahrhunderts, Halle: Ehrhardt Ka­
rras, 1910; A. Hämel, “Las hazañas del C id” Ztft,
XL (1919-20), 623; S. S. Leavitt, “Divine Justice
in the Hazañas del Cid,” Hisp. XII (1929), 141146.
Justo García Soriano: El autor se inspiró principalmente en el
Romancero del Cid, y fie un modo especial en casi todos
los romances que, en - el General de Durán, están com­
prendidos entre los números 830 y 905, hasta el punto de
reproducir textualmente en el diálogo algunos de e l l o s . . . ”
A. Hämel: No es comedia de Lope.
Rennert y Castro: No es comedia de Lope.
MB:
1597-1603.
Los Hechos de Garcilaso de la Vega y moro Tarje
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 1.477; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, xli-xlviii; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 227-236;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, xxx, 219; Rennert
http://ir.uiowa.edu/uissll/
y Castro (Vida de Lope de Vega, Madrid: Suce­
sores de Hernando, 1919) aluden a un estudio so­
bre Los Guzmanes de Toral por Stiefel en Jahres­
bericht, VII, 2, 234.
M P:
“La hazaña de Garcilaso de la Vega a que esta pieza se
refiere, es no sólo dudosa, como dice Barrera, sino ente­
ramente fabulosa; pero, como todas las leyendas, nació de
varios datos históricos confundidos o mal interpretados. Su
proceso es verdaderamente curioso. Hubo, es cierto, un
Garcilaso entre los conquistadores de Granada, pero fué
personaje bastante obscuro, de quien no constan particu­
lares em presas... Tal es esta pieza, informe, sin duda,
pero suficiente para demostrar que Lope, al salir de la es­
cuela, se encontraba ya en posesión de la fórmula gene­
radora de un teatro histórico: la conversión de las rap­
sodias épicas en drama.”
MB:
¿1579-83?
El hidalgo Bencerraje (El hidalgo Abencerraje. También, El
hidalgo Jacimín en Parte XVII. M: El gallardo Jacimín,
tal vez por El gallardo Jacobín de la lista P2. Véase Restori, Ztft, XXX, 217, y MP, Acad. VI, cxl, sobre el tí­
tulo de la comedia.)
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 1.358 (El gallardo Jaci­
mín y el Hidalgo abencerraje) ; Ms. copia (Parma) ; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, xxi-xxiv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 200-203;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 217; Bar­
bara Matulka, “On the European Diffusion of the
Last of the Abencerraje Story in the Sixteenth Century,” Hisp, XVI, 369-388.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
MP:
“Muv poco tiene de historia esta pieza, que casi podría
clasificarse entre las de pura invención. . . ”
D. Juan de Mendoza roba a una dama, Da. Elvira de
Vivero, de palacio y se refugia en Granada con ella.
El rey moro lo descubre, prende a D. Juan y hace
cautiva a Elvira, a la vez que trata de ganar su
amor; pero ella se mantiene fiel a su primer amor.
Un Abencerraje, Jazimín, salva a Juan de la muer­
te y le pone en libertad, “ . .. y después de mil pe­
ripecias novelescas, todo logra regocijado fin, me­
diante los esfuerzos del noble abencerraje y el per­
dón de los Reyes Católicos.”
MB:
1605-08.
El hijo de Reduán P
Parte I; Acad. XI.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, xxiv-xxvi; reiimpreso en MP, Obras completas, XXXIII, 204206; A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 217.
M P:
“Apenas tiene de tradicional y granadino más que los
nombres del rey Baudeles (Boabdil) y de Reduán, que
tanto suena en la Historia de los bandos, de Ginés Pérez
de Hita.”
Reduán cría a un hijo del rey para ocultar su ilegítimo
nacimiento. Pasados los años, Gomel, el hijo, ena­
morado de la reina, mata a su padre sin conocerle.
Éste, moribundo, le declara su origen y le perdo­
na. Incluye la escena en que un león viene a pos­
trarse a los pies de Gomel “como un manso perri­
llo,” después de lo cual el pueblo proclama a Go­
mel rey de Granada.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El Hijo por engaño y Toma de Toledo
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núms. 1.522 (con el segundo
título Y Rey D. Alfonso de la mano horadada;
Acad. VIII.
Doce comedias nuevas de Lope y otros, parte II, Barce­
lona, 1630.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, xxxii-xxxviii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 387396; A. Restori sobre Acad. VIII, Ztft, XXVI, 509.
MP:
La parte histórica de esta obra está tomada principalmente
de la Crónica general.
“Lope había compuesto una comedia sobre El cerco de
Toledo, y la cita en la primera lista de El Peregrino; qui­
zá por la semejanza de título y asunto se imprimió a su
nombre este monstruoso engendro dramático, que a lo
sumo puede ser refundición bárbaramente hecha de sen­
tido ; pero tampoco vale la pena de emplear muchos es­
fuerzos para mejorarle. Lo menos mal escrito, y lo que
a veces recuerda la manera de Lope, es el acto primero.”
MB:
1596-1600.
I
La inocente sangre (En la dedicatoria y en los versos finales
se da el segundo título Los Carvajales.)
Parte XIX; Ms. copia (Parm a); H. R. IV; Acad. IX.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, lxxvii-lxxxv;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 233244; A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXVIII, 233.
Es leyenda pero no se sabe si es historia o no. Trata
del rey D. Fernando IV de Castilla, que mandó a
http://ir.uiowa.edu/uissll/
decapitar a dos hidalgos que le habían mentido.
Antes de la muerte, uno de ellos predice que el rey
morirá dentro de treinta días. Así sucede al cum­
plirse los treinta días.
MB:
¿1604-08?
L
El labrador venturoso
Parte XXII (Madrid, 1635) ; Acad. VIII.
S en Mus. Brit. (fragmento de Dif. XVIII)
Parte veinte y ocho de Comedias de varios Autores, Hues­
ca: Por Pedro Blusón, 1634.
Nicolás Antonio: se insertó en la Parte XXIV, extrava­
gante, Madrid, 1640.
Fajardo: se insertó en la Parte XXIV, y también se halla
en la Parte XXVIII, extravagante, Zaragoza, 1639
(acaso fué error de Fajardo quien quiso escribir
“Dif. XVIII,” donde realmente aparece.)
El labrador venturoso en Tomo IV : Spanisches Theater,
trad. Frd. v. Schack, Frankfurt: Sauerlánder, 1845.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, ix-xv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXI, 355-362; A.
Restori sobre Acad. VIII, Ztft, XXVI, 505.
No tiene de histórica más que el dato fundamental, que
es a saber: El casamiento de la hermana de Alfon­
so V con un rey moro de Toledo.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Lanza por lanza, la de Luís de Almanza (Partes I y II)
Fajardo y La Barrera: es un fragmento del Tomo XXVII,
extravagante, Barcelona, 1633; Acad. IX (sólo la
parte I).
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, cv-cvi; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 273; G.
Jünemann, “Lanza por lanza, la de don Luis de
Almanza, de Lope de Vega,” RCChile, XXXVII
(1919), 277-283.
M P:
“Pónese la acción en el reinado de Alfonso XI, y aún
empieza con las fiestas de su casamiento, pero a esto se
reduce la parte histórica.”
MB:
1590-1604.
La lealtad en el agravio (¿P, Las Quinas de Portugal?)
Parte XXII (Zaragoza, 1630) ; Ms. copia (Parma) ; Acad.
VIII.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, c-cv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 71-78; A.
Restori sobre Acad. VIII, Zftf, XXVI, 515.
MP:
“La lealtad en el agravio es una especie de crónica dra­
matizada del primer rey de Portugal, Alfonso Enríquez,
aceptando todas las leyendas de que ha dado buena cuenta
la crítica moderna por boca del príncipe de los historia­
dores peninsulares de nuestro siglo (Alejandro Herculan o ) . . . El primer hecho que en la comedia se presenta es
la guerra de Alfonso Enríquez contra su madre Da. Tere­
sa y su padrastro el conde D. Fernando Pérez de Trava.
Esta guerra es histórica, y aconteció entre 1127 y 1128
según la cronología de H erculano... Alúdese también en
esta pieza al hábil y capcioso homenaje hecho por Alfon­
so Enríquez al Papa, y a la confirmación del título de rey
http://ir.uiowa.edu/uissll/
que le otorgó Alejandro III en 1179, materia obscura y
disp u tad a...; y se pone en acción la jornada de Ourique, y en narración, por boca del mismo rey, la aparición
del Crucifijo, sin omitir el fabuloso origen de las armas
de Portugal con las cinco llagas y los treinta dineros.”
MB:
1623-25.
M
El Marqués de las Navas
Parte XXII (Zaragoza, 1630) ; Ms. aut. con fecha 22 de
abril de 1624 (Ilchester) ; Ms. copia (Parma) ; H.
R. IV; Acad. XIII.
S en Mus. Brit. e Ilchester.
Comedias escogidas, Parte VIII, 1657.
El marqués de las Navas, edic. de J. F. Montesinos, Ma­
drid: Hernando, 1925.
El marqués de las Navas, En Tomo I: Lope de Vega,
Obras escogidas, edic. de F. C. Sainz de Robles,
Madrid: Aguilar, 1952.
Estudio preliminar por MP en Acad. XIII, ix-xvi; reim­
preso ep. MP, Obras completas, XXXIV, 209-218;
A. Restori sobre Acad. XIII, Ztft, XXX, 500.
M P:
“La comedia de Lope difiere tan poco de la relación de
Espinel, que pudiera creerse fundada en ella, a no tratarse
de una anécdota contemporánea que a nuestro poeta debía
de serle tan conocida como a su maestro. Sólo añadió
lo indispensable para la fábula dramática, es decir, la
historia del toledano Leonardo, que abandonando a una
dama a quien había dado palabra de esposo, viene a
Madrid a casarse con otra, y encuentra súbita muerte en
pendencia nocturna, a manos del Marqués de las N a v a s :...
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Hemos puesto El Marqués de las Navas entre las come­
dias históricas y en el Teatro profano de Lope, porque his­
tóricos son los personajes, y pertenecen enteramente los
dos primeros actos a la comedia de amor e intriga. Pero
atendiendo al tercero, podría clasificarse también entre las
comedias religiosas, puesto que el principal intento del
autor parece ser inculcar la devoción a las benditas áni­
mas del Purgatorio, y recomendar los sufragios por ellas:
Y que miréis, os advierto,
En hacer bien por las almas
Que de este mundo partieron.”
MB:
1624.
El más galán portugués, duque de Verganza P2 (À1 fin lleva
el título Injustos celos. P2, El duque de Verganza.)
Parte VIII; Ms. copia (Ilchester y Parma) ; Acad. X.
Estudio preliminar por MP en Acad. X. cxv-cxxviii; reiimpreso en MP, Obras completas, XXXIII, 110127; A. Restori sobre Acad. X, Zftf, XXIX, 364.
MP:
“ . . . l a historia está caprichosa y sustancialmente alterada,
no por ignorancia... Fúndase esta comedia en un romance
viejo ,y seguramente no muy posterior a la catástrofe que
narra. El texto más antiguo, pero no el más completo de
este romance, se halla en la segunda parte de la Silva de
Zaragoza ( 1550), y tiene el número 107 en la Primavera,
de Wolf: ‘Un lunes a las cuatro horas, — ya después de
mediodía, ese Duque de Berganza — con la Duquesa reñía;
e t c .. . . ’ Hay otra redacción mucho más completa y más rica
de pormenores pintorescos en el Cancionero llamado Flor de
enamorados, que recopiló Juan de Linares (Barcelona,
1575), y se halla también, aunque con variantes de poca
monta, en la Rosa española, de Juan de Timoneda.”
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Parte XXI; S en Bib. Nac. (1741); H. R. I; Acad.
VIII.
El mejor alcalde el rey, Valencia: Los Hnos. de Orga,
1793.
Le Meilleur Alcalde est le Roy en Tomo II: Les chefsd'oeuvre des théâtres étrangers, trad. J. B. d’Esmenard, Paris: Ladvocat, 1822.
Der beste Richter ist der König en Stern, Scepter und
Blume, trad. E. F. F. Otto von der Malsburg, Dres­
den: Hilscher, 1824; 2a. edición, Dresden: Grim­
mer, 1836.
Le Meilleur Alcalde est le Roy en Les chefs-d'oeuvre des
théâtres étrangers, trad. Angliviel de la Beaumelle.
Paris: chez Dufey, Libraire, 1829.
Le Meileur Alcalde est le Roy en Tomo I: Oeuvre drama­
tique de Lope de Vega, trad. M. Eugène Baret, Pa­
ris: Didier, 1842; 2a. edición, Paris: Didier, 1874.
Der beste Richter ist der König en Tomo II: Spanisches
Theater, trad. Frd. v. Schack, Frankfurt: Sauer­
länder, 1845.
Najlepszym sedzia kró (El mejor alcalde el rey) en Fe­
liks Carpio Lope de Vega, Komedie Wybrane, trad.
Julian Adolf Swieeicki, Varsovia: S. Lewental, 1882.
El mejor alcalde el rey en Tomo I: Obras escogidas de
frey Lope Félix de Vega Carpió. . ., edic. de Elias
Zerolo, París: Garnier frères, 1886.
Le Meilleur Alcalde est le Roi en Tomo I: Théâtre de
Lope de Vega, trad. M. Damas Hinard, París: Bi­
bliothèque Charpentier, 1892.
Le Meilleur Alcalde est le Roi? trad, de M. C. B. Dumaine, Paris, 1910.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Le Meilleur Alcalde est le Roi, trads. Camille Le Senne
et Guilot de Saix, Paris, 1912.
The King, the Greatest Alcalde, trad. John Garrett Under­
hill, Boston: Scribners, 1918.
El mejor alcalde el rey en Lope de Vega, Comedias I,
edic. de J. Gómez Ocerín y R. M. Tenreiro, Ma­
drid: Clásicos castellanos, 1920.
Il miglior guidice è il re, trad. A. Monteverdi, Firenza:
Tip. L’arte della stampa, 1922.
El mejor alcalde el rey, edic. de A. Castro, Madrid: Bib.
Literaria del Estudiante, 1923.
El mejor alcalde el rey, Berlin: Editorial Internacional,
1925.
The King, the Greatest Alcalde en Tomo II: World Dra­
m a ..., trad. Barrett Harper Clark, Nueva York:
Appleton, 1933.
El mejor alcalde el rey, edic. de J. Ma. Ramos, Madrid:
Bib. Universal, 1935.
El mejor alcalde el rey, Cambridge: The University
Press, 1938.
Fuente Ovejuna, Peribáñez y el comendador de Ocaña,
El mejor alcalde el rey, edic. de Pedro Enriquez
Ureña, Buenos Aires, 1938.
El mejor alcalde el rey, Buenos Aires: Editorial Losada,
(1938).
El mejor alcalde el rey, Barcelona: Cisne, 1940.
El mejor alcalde el rey. Buenos Aires: Edit. Sopeña, 1940.
El mejor alcalde el rey, Madrid: Edit. Dédalo, 1941.
El mejor alcalde el rey, en Lope de Vega Carpio, Drama,
edic. de J. Mallorquí Figuerola, Buenos Aires: Edit.
Molina, 1941.
El mejor alcalde el rey, Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1942.
El mejor alcalde el rey, en Lope de Vega, Teatro, edic. de
L. Santullano, México: Edit. “Orion,” 1945.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
The King, the Greatest Alcalde en Tomo I: The Heritage
of European Literature, trads. E. H. Weatherly, A.
P. Wagener, E. H. Zeydel y A. Yarmolinsky, Bos­
ton: Ginn, (ca. 1948-49).
II miglior guidice è il re en Lope de Vega, Teatro, trad.
Raffaello Melano, Firenza, 1950.
El mejor alcalde el rey en Tomo I: Lope de Vega, Obras
escogidas, edic. de P. C. Sainz de Robles, Madrid:
Aguilar, 1952.
El mejor alcalde el rey, Barcelona: Félix Costa, s. a.
Estudio sobre El mejor alcalde el rey de Ludwig Lemcke,
Handbuch der Spanischer Literatur, Tomo III, Leip­
zig, 1846; estudio sobre El mejor alcalde el rey en
Louis de Vieil-Castel, Essai sur le Théâtre espagnol,
París, 1882; estudio preliminar por MP en Acad.
VIII, liv-lxvi; reimpreso en MP, Obras completas,
XXXII, 7-23; A. Restori sobre Acad. VIII, Ztft,
XXVI, 512; estudio sobre El mejor alcalde el rey
de Eva R. Price, “The Peasant Plays of Lope de
Vega,” MLF, XXII, 3-4 (1937), 214-219; Sturgis
E. Leavitt, “A Maligned Character in Lope’s El me­
jor alcalde el rey ” BullCom, VI, ii (1954), 1-3;
Albert E. Sloman, “Lope’s El mejor alcalde el rey:
Addendum to a Note by Sturgis E. Leavitt,” Bull
Com, VII 2 (1955), 17-19.
MP:
“La fuente inmediata de este trágico drama está expre­
samente declarada por Lope en los últimos versos de él:
Y aquí acaba la comedia
De El mejor Alcalde, historia
que afirma por verdadera
La coronica de España :
La cuarta parte la cuenta.. . ”
Aquí MP cita del juicio de Damas Hinard: ‘Todo el que
después de haber leído la comedia de Lope la compare con
http://ir.uiowa.edu/uissll/
el relato de la crónica, no podrá menos de reconocer en
el poeta castellano una alta discreción y un sentimiento
profundo del arte. Ante todo, tuvo Lope la feliz idea de
sustituir el despojo de una heredad con el rapto de una
doncella. Con el dato de la historia no había pieza dra­
mática posible o hubiera tenido muy poco interés. Mo­
dificando este dato encontró Lope el motivo de un admi­
rable drama. Sólo cuando se encuentra una invención de
este género es lícito decir que la poesía es superior a la
verdad.’ ”
MB:
1620-23.
El mejor mozo de España P2
Parte XX; H. R. III; Acad. X.
El mejor mozo de España, edic. de A. Aguado, Madrid,
1951.
Estudio preliminar por MP en Acad. X, cx-cxv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 103-109;
A. Restori sabré Acad. X, Ztft, XXIX, 364; J. de
Entrambasaguas, “Pedro Vergel, El mejor mozo de
España, a quien Lope de Vega dedica esta come­
dia,” RBAM, XX (1951), 75-98.
MP:
“El asunto era novelesco de suyo, y quizá lo parece más
en las Décadas de Palencia que en la comedia de Lope, a
pesar del vivo realismo con que éste trazó las escenas del
viaje, acomodándose más a la libertad de la comedia ro­
mántica que a la gravedad del drama histórico. Interpuso
también algunos incidentes fabulosos, pero que ya corrían
con crédito entre el v u l g o . .. ”
MB:
1610-11.
Las mocedades de Bernardo del Carpió
Comedias escogidas, Parte VI, Zaragoza: por los herede­
ros de Pedro de Linaja, 1653.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Parte XXIX, extravagante, Huesca, 1634.
S en Mus. Brit., Ilchester y Bib. H. A. Rennert.
Restori: S, Madrid: calle de la Paz, 1728 y otra por An­
tonio Sanz, 1742.
S,
S,
S,
S,
Salamanca, s. a.
Madrid: Sanz, 1735.
Madrid, 1755.
s. 1. ni a.
Jardín ameno de varias y hermosas flores, Parte XIX,
Madrid, 1704.
Las mocedades de Bernardo del Carpió, Salamanca: Im­
prenta de la Santa Cruz, s. a.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, xci-cxli; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 274-286;
A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 492; A.
Monteverdi, La leggenda di Bernardo del Carpió,
Roma: Bardi, 1926; R. Mitterer, Die sage von Ber­
nardo del Carpió im Spanischen Drama des XVI.
und XVII. Jahrhunderts, Würzburg, 1930; Walter
M. Langford, “Bernardo del Carpió,” Hisp, XX
(1937), 253-264.
Esta comedia tiene como fuente Le Chanson de Roland.
Los únicos elementos históricos se constituyen en
el hecho de que Bernardo era nieto del rey Carlomagno e hijo de Ramón, conde de Ribagorza y
Pallars.
MB:
1599-1608.
N
La niña de plata (También, El cortés galán en los versos fi­
nales. ) P2
http://ir.uiowa.edu/uissll/
S en Bib. Nac. (Madrid; Sanz, 1739; Valencia: Orga, 1781) y
Bib. H. A. Rennert.
La Perle de Séville en Les chefs-d?oeuvre des théâtres
étrangers, trad. Angliviel de la Reaumelle, París,
1822-23.
La Perle de Séville en Les chefs-d’oeuvre des théâtres
étrangers, trad. J. d’Esménard, París, 1829.
La Belle aux yeux d’or (La niña de plata) en Théâtre
de Lope de V e g a trad. M. Damas Hinard, Paris:
Charpentier, 1842.
La niña de plata en Lope de Vega, Obras dramáticas
escogidas, edic. de E. Juliá Martínez, Madrid: Her­
nando, 1934.
La niña de plata en Tomo I: Lope de Vega, Obras esco­
gidas, edic. de F. C. Sainz de Robles, Madrid:
Aguilar, 1952.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, cvi-cxv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 274-286;
A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXVIII, 234; H.
A. Rennert sobre La niña de plata, MLR I (1906),
107-108; M. Machado, “La Niña de Plata. de Lope,
refundida por Cañizares,” RBAM, I (1924), 36-45.
MP:
“Es muy exiguo el elemento histórico en esta pieza, pero
no puede decirse que está ausente del todo. . . Las siete
comedias de Lope en que interviene el rey D. Pedro pue­
den dividirse en dos grupos, que son claramente distintos.
En el uno aparece D. Pedro con su carácter histórico o
tenido por tal, ya de monarca cruel, ya de justiciero, ya
mixto de uno y otro, pero siempre envuelto en una at­
mósfera trágica, y circundado de prestigios fatídicos y si­
niestros. Estos son los dramas propiamente históricos, en
que la pasión dominante nunca es el amor sino la ambi­
ción, la soberbia, el celo de la justicia o la venganza.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
A esta clase pertenecen El rey D. Pedro en Madrid, A u ­
diencias del rey D. Pedro, Los Ramírez de Arellano, y en
cierto modo El Médico de su honra y La Carbonera. Por
el contrario, en La niña de plata y en Lo cierto por lo
dudoso la intriga es de amor y celos, y D. Pedro hace el
papel de un galán cualquiera, si bien en una y otra co­
media no deja de conservar algunos rasgos de su carácter,
y además se le pone en contraste con su hermano D. En­
rique, reproduciendo, aún en fábulas de pura invención,
la rivalidad histórica.”
MB:
1607-12 (probablemente 1610-12).
La nueva victoria de D. Gonzalo de Córdoba (También en
Vega del Parnaso: La mayor victoria de Alemania de D.
Gonzalo de Córdoba.)
La Vega del Parnaso, por el Fénix de España, frey Lope
Félix de Vega Carpió, etc., En Madrid, en la Im­
prenta del Reino, Año 1637.
Parte XXIV (Zaragoza, 1641); Ms. aut. firmado en Ma­
drid, a 8 de octubre de 1622; Acad. XIII.
La nueva victoria de D. Gonzalo de Córdoba en Tomo X:
Colección de las obras sueltas, así en prosa como en
verso, etc., Madrid: Sancha, 1776-1779.
Estudio preliminar por MP en Acad. XIII, xxxii-xxxvi;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXIV, 242247; A. Restori sobre Acad. XIII, Ztft, XXX, 503;
estudio sobre La nueva victoria. .. por H. Mérimée,
BHi, (1906), 376.
MP:
“Trata la comedia de sus (D. Gonzalo) hazañas en la
guerra del Palatinado (principio de la de Treinta Años),
donde fué lugarteniente del grande Epínola, y especialmente
de la memorable victoria que obtuvo en Fleurus (territo­
rio del condado de Namur) sobre los protestantes alema­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
nes, el 29 de agosto de 1 6 2 2 ...
titud histórica de esta pieza, aún
baste decir que Lope, como tan
Sessa, acudió a la mejor fuente
despachos del mismo D. Gonzalo,
boca el resumen de e l l o s . . . ”
MB:
En cuanto a la exac­
en sus mínimos detalles,
familiar de la Casa de
posible, es decir, a los
llegando a poner en su
1622.
La nueva victoria del marqués de Santa Cruz P2 (La toma
de Longo por el marqués de Santa Cruz.)
Parte XXV (Zaragoza, 1647) ; Acad. XIII.
Estudio preliminar por MP en Acad. XIII, xvi-xxii; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIV, 219-227;
A. Restori sobre Acad. XIII, Z t f t XXX, 501.
MP:
“Esta obra es precisamente h istó r ic a ...”
Alonso Rodríguez trata el mismo asunto y el título de
su obra revela en qué consiste la trama de la co­
media lopesca: Notable victoria alcanzada por D.
Alvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, general
de las galeras de Nápoles, en una de las islas del
Archipiélago, en Levante, llamada isla de Longo,
muy rica y fuerte, y como la saqueó y pegó fuego
a la judería, y cautivó 189 esclavos y esclavas y
la muerte de Fátima, nieta de Ali-Bajá, general del
Gran Turco, que se perdió en Lepanto. Consiguió
esta victoria día de Pascua de Espíritu Santo, a
6 de Julio de este presente año (1604).
MB:
1604.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón
Parte IV; Acad. XI.
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón, edic.
de E. de Ochoa, París: Baudry, 1838; 2a. edición,
París: Dramard-Baudry, 1867.
La Découverte du Nouveau Monde en Les chefs-d?oeuvre
du théâtre espagnol, trad. M. Damas Hinard, Pa­
ris, 1842.
(El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón) en
Tomo III: Teatro scelto spanuolo antico e moder­
no: Raccolta dei migliori Drammi, Commedie e
Tragedia, Torino, 1857-59.
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón en To­
mo II: Tesoro del teatro español, edic. de Eugenio
de Ochoa y Roma, París, 1867.
Columbus (El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal
Colón) en Tomo III; Spanisches Theater, trad. Moriz Rapp, Leipzig, 1869.
La Decouverté du Nouveau Monde en Tomo I: Théâtre
de Lope de Vega, trad. M. Damas Hinard, París:
Charpentier, 1892.
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón, edic.
de Edward Barry (de la Colección Mérimée), Pa­
rís: Garnier, 1897.
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón, edic.
de A. Bonilla y San Martín, Madrid, 1916.
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón, Ma­
drid: Sucesores de Hernando, 1919.
The Discovery of the New World by Christopher Colum­
bus, trad. Frieda Fligelman, Berkeley de Califor­
nia: Gillick Press, 1950.
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, cii-cxvi; reim-
http://ir.uiowa.edu/uissll/
preso en MP, Obras completas XXXIII, 306*324;
Jorge Campos, “Lope de Vega y el descubrimiento
colombino,” RInd, 37-38 (1949), 731-754, reim­
preso en Miscelánea americanista, Homenaje a D.
Antonio Balesteros Beretta, Tomo I, Madrid: C. S.
I. C., 1951; estudio sobre El Nuevo Mundo. . . de
S. Aurelio Miró Quesada, América en el teatro de Lope de
Vega, Lima, 1935; estudio sobre El Nuevo Mun­
do. . . Marcos A. Morínigo, América en el teatro
de Lope de Vega. Buenos Aires: Imprenta López,
1946, págs. 221-227.
MP:
“Es una especie de poema épico dialogado, mucho más
fiel a la historia que la mayor parte de las obras que se
han compuesto sobre el mismo t e m a ... Los caracteres de
Fernando e Isabel, el uno tenaz, circunspecto y cauteloso,
la otra inteligente, piadosa, prudente y resuelta, son con­
formes a la historia. Bartolomé Colón, devoto de su her­
mano y lleno de confianza en su genio, es igualmente ver­
d ad ero ... Lo que daña a El Nuevo Mundo es el contraste
entre la ejecución, débil, atropellada, superficial, infantil,
muchas veces, y la grandeza abrumadora del asunto.”
Marcos Morínigo: “En El Nuevo Mundo, cuyas primeras escenas
reducen a retazos escénicos la historia de los anteceden­
tes y preparativos del primer viaje, tal como lo ofrece la
Historia de las Indias de López de Gomara aparece el
almirante en la corte portuguesa proponiendo al rey de
Portugal el patronato de la em presa... (Las) escenas sin
decoro (las entre Colón y los duques de Medinaceli y
Medina Sidonia), que se interpretan como una concesión
al indelicado paladar mosqueteril, dieron lugar a la afir­
mación de que Lope había tratado el tema colombino
con cierta ligereza y frivolidad.”
MB:
¿1598?-1603.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
p
Las paces de los reyes y Judía de Toledo P2
Parte VII; H. R. III; Acad. VIII.
(Las paces de los reyes y Judía de Toledo) en Tomo III:
Ausgewählte Komödien, trad. W. v. Wurzbach,
Strassburg, 1918.
Las paces de los reyes y Judía de Toledo en Tomo I:
Lope de Vega, Obras escogidas, edic. de F. C. Sainz
de Robles, Madrid: Aguilar, 1952.
Estudio preliminar por MP en Acad. VIII, cv-cxxiv; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXII, 91-94;
A. Restori sobre Acad. VIII, Ztft, XXVI, 515; S.
S. Aschner, “Zur Quellenfrage der Jüdin von To­
ledo,” Euph, XIX, 297-301; Arturo Farinelli, Grill­
parzer und Lope de Vega, Berlin, Weimar, 1894;
R. Fürst, “Stoffgeschichtliches zur Jüdin von To­
ledo,” NFP, núm. 11430; L. Geiger, “Die Jüdin
von Toledo,” AZJ, LXIV, 45-47; F. Görres, “Die
Jüdin von Toledo,” ZWT, XLVI, 606-607; Herbert
Johann Holz, “Zum Problem der Jüdin von Tole­
do,” Scene, XI, 6-7, 107-111; Oskar Fritz Schuh,
“Zur Entstehung und Bühnengeschichte der Jüdin
von Toledo,” BBB, II, 2, Nr. 17; F. Schütz, “Grill­
parzer und die Jüdin von Toledo,” MFP, núm.
11567; W. v. Wurzbach, “Die Jüdin von Toledo
in Geschichte und Dichtung,” JgrG, XI, 86-127.
MP:
“Esta crónica abarca una gran parte del reinado de Al­
fonso VIII, aunque los dos últimos actos se contraen más
especialmente al trágico episodio de los amores y muerte
de la hermosa judía Raquel.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Como fuente de esta obra Lope sólo se ha valido de la
Crónica general.
MB:
1610-12.
La paloma de Toledo
Parte veinte y ocho de Comedias de varios Autores, Hues­
ca: Por Pedro Blusón, 1634.
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 2.490; Acad. X.
Estudio preliminar por MP en Acad. X, ci-civ; reimpre­
so en MP, Obras completas, XXXIII, 91-94; A. Restori sobre Acad. X. Ztft, XXIX, 364.
M P:
“Es comedia genealógica, hecha adrede para ensalzar al
linaje toledano de los Palomeques, representado por la
protagonista Da. Violante, que resiste heroicamente a las
pretenciones del r e y . . . ”
MB:
1610-15.
El cordobés valeroso Pedro Carbonero P
Parte XIV; Ms. aut. Cat. Bib. Nac., núm. 714 firmado
en Ocaña, 26 de agosto de 1603; Acad. XI.
El cordobés valeroso Pedro Carbonero, edic. de José F.
Montesinos, Madrid: Teatro antiguo español, 1929.
El cordobés valeroso Pedro Carbonero en Las comedias
autógrafas de Lope de Vega, publicado simultánea­
mente en Berkeley, California: University of Ca­
lifornia Press, Londres: Oxford University Press,
Madrid: Gráficas reunidas, 1934.
El cordobés valeroso Pedro Carbonero, edic. de Marión
A. Zeitlin, Madrid: Edic. de la Universidad de
California, 1935.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Estudio preliminar por MP en Acad. XI, xxii-xxx; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 207-210;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 217 ; A. Valbuena Prat, “Nota bibliográfica a la edición de
José F. Montesinos El cordobés v a l e r o s o R A M ,
VII (1930), 93-95; Marcel Bataillon, “Pedro Car­
bonero con su cuadrilla . . . Lope de Vega devant
une tradition,” RP, VII (1953-54), 26-34; Marcel
Bataillon, “La tradition recueillie par Lope de Ve­
ga dans Pedro C a r b o n e r o BH, LV, núms. 3-4
(1953), 375-377.
MP:
“Es héroe de esta comedia un personaje probablemente
histórico, aunque no le hemos visto mencionado en nin­
gún libro: un osado guerrillero andaluz que con una cua­
drilla de 12 hombres hizo grandes salteamientos y estra­
gos en la frontera del reino árabe de Granada, y murió
en un encuentro peleando valerosamente contra los infie­
les, que en vano le ofrecieron la vida si renegaba la fe.”
MB:
1603.
Pedro de Urdemalas P2
S en Bib. Nac. (T-20186) que, según Schack, es la comedia de
Lope.
Rennert y Castro: La comedia Pedro de Urdemalas que
representó la compañía de Vallejo en 1622 debía
ser la de Lope.
Acad. N VIII.
Estudio preliminar por Cotarelo y Mori en Acad. N VIII,
xxvii-xxx; estudio en tomo IV: Frd. v. Schack,
Spanisches Theater, Frankfurt: Sauerländer, 1845,
pág. 85 del apéndice.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Cotarelo y Morí: “El nombre de Pedro de Urdemalas dado a
todo sujeto travieso con ingenio, embrollón y entremetido
sin ser criminal, es antiguo y legendario en España.”
MB:
(El texto de la Acad. N VIII)
1597-1606.
La pérdida honrosa o Los caballeros de San Juan
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 2.575; Acad. XII.
Estudio preliminar por MP en Acad. XII, xxxvii-xlvi;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXIV, 7-17;
A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 488.
Trata del sitio de Rodas por los turcos y acentúa la ver­
dad de que Carlos V fue, entre todos los príncipes
cristianos, el único que trató de socorrer a los ca­
balleros de San Juan.
MP:
“Asunto antidramático de suyo el de la pérdida de Ro­
das, como todos los que se fundan en batallas campales,
asaltos y conquistas de ciudades, poco juego podía dar al
poeta, y realmente, esta comedia es una de las más ende­
bles de Lope. Lo cual no quiere decir que deje de tener
de vez en cuando cosas propias de su grande ingenio. La
parte histórica está tratada con bastante sujeción al texto
de Fontano, y a veces con cierta gravedad épica.”
MB:
ca. 1615.
Peribáñez y el comendador de Ocaña P2 (El comendador de
Ocaña)
Parte IV; Ms. copia (Ilchester) ; H. R. III; Acad. X.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, edic. de Adolfo
Bonilla y San Martín, Madrid, 1916.
Peribáñez og Herren til Ocaña en Tomo II: Udvalgte
Skuespil, trad. Emil Gigas, Copenhague, 1917-18.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Peribáñez y el comendador de Ocaña en Tomo I: Lope
de Vega, Teatro, edic. de Alfonso Reyes, Madrid
1919.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, Madrid: Colección
Austral, 1928.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, Madrid: Bibliote­
ca Popular Cervantes, (1928).
Peribáñez y el comendador de Ocaña en Lope de Vega,
Teatro, edic. de Américo Castro, Madrid, 1933.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, edic. de José M.
Ramos, Madrid: Biblioteca Universal, 1934.
Peribáñez y el comendador de Ocaña — La estrella de
Sevilla, Buenos Aires: Colección Austral, 1938, 1941,
1943 (2), 1944, 1947, 1951.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, edic. de Eva R.
Price, Redlands de California: Valley Fine Arts
Press, 1938.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, edic. de Julio Painceira, Buenos Aires, (1938).
Peribáñez y el comendador de Ocaña en Las cien obras
maestras de la literatura y del pensamiento univer­
sal, edic. de Pedro Enríquez Ureña, Buenos Aires,
1938.
Peribáñez y el comendador de Ocaña en Cuatro Come­
dias, edic. de John M. Hill y Mabel Margaret Har­
ían, Nueva York, 1941.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, edic. de C. V. Aubrun y J. F. Montesinos, París, 1943.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, edic. de José Ma­
nuel Blecua, Zaragoza: Clásicos Ebro, 1944.
Peribáñez y el comendador de Ocaña en Lope de Vega,
Teatro, edic. de L. Santullano, México: Edit.
“Orion”, 1945.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Peribáñez y el comendador de Ocaña, 2a. edición, Ma­
drid: Aguilar, 1951.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, edic. de Guillermo
de Torre, Barcelona: Éxito, (1951).
Peribáñez y el comendador de Ocaña en Tomo I: Lope
de Vega, Obras escogidas, edic. de F. C. Sainz de
Robles, Madrid: Aguilar, 1952.
Peribáñez et le commandateur ÆOcaña en Tomo I: Théâ­
tre espagnol, edic. de Henri Mérimée, París, s. a.
Estudio preliminar por MP en Acad. X, lix-lxxv; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIII, 35-54;
Henri Mérimée, “Casados ou cansados (de Peribá­
ñez) ,” RFE, VI (1916); O. H. Green, “The Date
of Peribáñez y el comendador de O c a ñ a M L N ,
XLVI (1931), 163-166; Carolina Poncet, “El tea­
tro tradicional de Lope de Vega: estudio y lecturas
de Pe r i b á ñ e z R B C , XXXVI (1935), 163-201;
Eva R. Price, “The Peasant Plays of Lope de Ve­
ga,” MLF, XXII, 3-4 (1937), 214-219; Carolina
Poncet, “Consideraciones sobre el episodio de Belardo en la tragicomedia Peribáñez” RBC, XIV
(1940), 38-59; C. P. Wagner, “The Date of Pe­
r i b á ñ e z H R , XV (1947), 72-83; Courtney Bruerton, “More on the Date of P e r ib á ñ e z HR, XVII
(1949), 35-47; E. M. Wilson, “Images et structure
dans P e r i b á ñ e z BH, LI (1949), 125-159; Court­
ney Bruerton, “La quinta de Florencia, fuente de
Peribáñez ” NRFH, IV (1950), 25-29; Juan Loveluck, “La fecha de Peribáñez y el comendador de
Ocaña” ¿ 110 (1953), 219-224; Roberto G. Sán­
chez, “El contenido irónico-teatral en el Peribáñez
de Lope de Vega,” Clav, V, xxix (1954), 17-25;
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Joseph Silverman, “ Peribáñez y Vellido Dolfos,”
BH, LV (1954), 378-380.
E. M. Hill y Mabel M argaret Harían (Cuatro Comedias,
págs. 8-9) : El núcleo tradicional de la obra consta
de las cuatro líneas siguientes tomadas de un ro­
mance popular:
“Más quiero yo a Peribáñez
con su capa la pardilla,
que al Comendador de Ocaña
con i a suya guarnecida.”
“Such historical elements as are contained in the play
revolve around the person of Enrique III (1390-1406), gene­
rally called el Doliente. but sometimes also surnamed el
Justiciero. Almost immediately upon Enrique’s succession
the Moorish king of Granada renewed the truce which had
been in effect during the previous reign, but in 1405 the
Moors invaded Spanish territory, did great damage, seized
much booty, and captured the castle of Aymonte. In order
to punish this violation of the truce Enrique determined to
organize an expedition against the Moorish king Muhamad
VI and, for the purpose of assembling an army and sup­
plies, he convoked the Cortes at Toledo in December,
1406, asking for contributions of men, money and military
equipment. After some debate the king’s requests were
granted, but before active preparations could be started
Enrique III died, in Toledo, December 25, 1406. It is this
historical moment, narrated very succinctly in the opening
chapters of the Crónica de Don Juan Segundo, that
Lope utilized for the historical atmosphere of the play.
A further seemingly historical touch is obtained by linking
the plot with the great military and religious Order of
Santiago in the person of Don Fadrique, Comendador de
Ocaña. From about the middle of the twelfth century there
had existed in Spain three powerful military orders, A l­
cántara, Calatrava, and Santiago. These knightly orders,
partly military, partly religious, instituted to fight for the
true faith against the Moors and for the defense of terri-
\
http://ir.uiowa.edu/uissll/
tory wrested from them, had attained tremendous impor­
tance in wealth, power, and influence. Membership in them
was a distinct honor and their rolls contained many, if not
all, of the great names in early Spanish history. As a
reward for their services the Orders were often given cities,
towns, and large surrounding districts, in some cases recent­
ly retaken from the Moors, in others already under the
jurisdiction of the Crown. In the larger of such cities and
towns it became the practice to establish Commanderies
(encomiendas) under the jurisdiction of a Commander
(Comendador), a position of vast authority and power. In
our play the town of Ocaña is the site of such a Commandery, belonging to the Order of Santiago which had re­
ceived it by exchange from the Order of Alcántara. But
though, historically there were Comendadores de Ocaña, the
reader must not suppose that Don Fadrique, the holder
of the title in our play, was an historical personage. He
is merely a creature of Lope de Vega’s invention, with no
existence whatever in fact. As potent and influential inde­
pendent organizations, the great military Orders came to
an end when Ferdinand seized the grand mastership of
Calatrava in 1489, of Santiago in 1493, and of Alcántara
in 1494. The office became vested in the Crown by decree
of Pope Adrian VI in 1522 (Santiago) and 1523 (Alcán­
tara and Calatrava). Although they thus lost their power,
they were continued as orders of merit, and membership
therein remained highly prized and esteemed.”
MB:
¿ca. 1610?
El piadoso aragonés
Parte X X I; Ms. aut. Cat. Bib. Nac., num. 2.607 fechado
en Madrid, 17 de agosto de 1626; Ms. aut. fechado
en Zaragoza, 1627; Ms. aut. fechado en Lisboa,
1631; Acad. X.
El piadoso aragonés en Tomo III: University of Texas
Hispanic Studies, ed. de James N. Greer, (1951).
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Estudio preliminar por M P en Acad. X, eiv-cvii; reim ­
preso en MP, Obras completas, XX X III, 95-98; A.
Restori sobre Acad. X, Ztft, XXIX, 364; M. A rti­
gas, “ La fuente de El piadoso aragonés de Lope,”
en Homenaje a Antoni Rabió i Lluch. Tomo III,
Barcelona, 1936, 669-702; Arnold G. Reichenberger,
“ Notes on Lope’s El piadoso a r a g o n é s H R , XXI
(1953), 302-321.
MP:
MB:
“El Piadoso Aragonés es una falsificación continua y sis­
temática de la historia, y de una historia tan conocida y
famosa que pone grima tanta audacia, y el efecto resulta
enteramente contrario a los propósitos del autor.. . La
historia no sólo está falseada en lo sustancial, sino también,
en su parte externa, con monstruosos anacronismos, tanto
más reprensibles, cuanto que no nacen de ignorancia.”
1626.
Pobreza no es vileza
Parte XX; H. R. IV ; Acad. XII.
Estudio preliminar por M P en Acad. XII, cxliv-clii; reim ­
preso en MP, Obras completas, XXXIV, 154-164;
A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 499; Rennert y Castro citan un estudio sobre esta comedia
en MLR, III, 49.
M P:
“Dedicó Lope esta obra al joven duque de Maqueda, a
quien llamó con alguna hipérbole ‘el Africano’, por sus
felices entradas en tierra de moros mientras fué goberna­
dor de Orán. Consta, en efecto, que en 13 de Octubre
de 1624 corrió el duque los aduares de los Beni-Aghú, y
volvió a la plaza con 200 esclavos y 5.000 cabezas de
ganado, rechazando a los moros que le hostigaban, y apo­
derándose antes de una fragata y una saetía turcas, an­
cladas al frente de Mostagán. . . Pobreza no es vileza,
comedia deliciosamente escrita, como todas las de la últi­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
ma manera de Lope, realiza la fusión del drama histórico
y de la comedia novelesca.”
MB:
¿1620?-22.
Los Porceles de Murcia P 2
Parte V II; Acad. XI.
Estudio prelim inar por M P en Acad. XI, cli-clxii; reim ­
preso en MP, Obras completas? X X X III, 377-392;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 234.
MP:
“No procede de ninguna crónica o nobiliario, sino de un
cuento popular que se encuentra en el folklore de todas
partes, y que fue caprichosamente aplicado a una ilustre
familia de Murcia.”
M P incluye en su resumen crítico una información de
testigos
“para que la verdad del caso parezca y para otro cual­
quiera buen fin que convenga; tomada esta información
de la colección de libros manuscritos de D. Pedro Díaz
Cassou.”
Según MP hay una similaridad sorprendente entre la le­
yenda de los Siete Infantes de Lara y la de los Por­
celes de Murcia.
MB:
1599-1608.
Porfiar hasta morir (Macías el enamorado)
Parte X X III; H. R. I I I ; Acad. X.
Porfiar hasta morir en Tomo I: Obras escogidas de frey
Lope Félix de Vega Carpió, edic. de Elias Zerolo,
París: Garnier frères, 1886.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Porfiar hasta morir, edic. de A. Valbuena Prat, M adrid:
Cía. Ibero-americana de Publicaciones, (1930).
Porfiar hasta morir en Lope de Vega, Teatro, trad. Raffaello Melani, Firenza, 1950.
Porfiar hasta morir en Tomo I: Lope de Vega, Obras
escogidas, edic. de F. C. Sainz de Robles, M adrid:
Aguilar, 1952.
Estudio prelim inar por M P en Acad. X, xxxix-lix; reim ­
preso en MP, Obras completas, X X X III, 7-34; A.
Restori sobre Acad. X, Ztft, XXIX, 358; Rennert
y Castro se refieren a un estudio sobre esta come­
dia en MLR, III, 45.
MP:
“Hemos visto que Lope respetó los datos esenciales de la
leyenda, pero modificó más o menos arbitrariamente al­
gunas circunstancias.”
MB:
1624-28.
Los Prados de León P 2
Parte X V I; H. R. IV ; Acad. VIL
Los Prados de León en Tomo I: Lope de Vega, Obras
escogidas, edic. de F. C. Sainz de Robles, M adrid:
Aguilar, 1952.
Estudio sobre Los Prados de León de Frd. von Schack
en Tomo II: Spanisches Theater, F rankíurt: Sauerlánder, 1845.
Estudio prelim inar por M P en Acad. VII, lxxiv-lxxx; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXI, 99-107;
A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 490.
M P:
“La parte histórica de Los Prados de León se reduce a
los nombres de los reyes D. Bermudo y D. Alfonso el
Casto. Todo lo demás, o es pura invención del poeta, o
http://ir.uiowa.edu/uissll/
procede de alguna leyenda genealógica que no he podido
encontrar hasta ahora en los libros de linajes que he
recorrido. . . ”
MB:
¿1604-? ¿06?
El primer Fajardo P (Los Fajardos)
Parte V II; Acad. X.
Der erste Fajardo en Tomo III: Spanisches Theater, trad.
M. Rapp, Hildburghausen: Bibliotek ausländischer
Classiker, 1869.
Estudio prelim inar por MP en Acad. X, ix-xxiv; reim ­
preso en MP, Obras completas, XXXII, 381-400;
A. Restori sobre Acad. X, Ztft, XXIX, 358.
M P:
“Es comedia genealógica de las más destartaladas, con­
fundiéndose en ella sucesos y personajes de muy diversas
épocas. Por mero capricho se pone la acción en el reinado
»de D. Enrique II.”
Lope reduce a todos los Fajardo a uno para concentrar
el interés dramático.
MB:
¿1610?-12.
El primer rey de Castilla P
Parte X V II; Acad. V III.
Estudio prelim inar por M P en Acad. V III, xv-xxii; reimpreiso en MP, Obras completas, XXXI, 363-372;
A. Restori sobre Acad. V III, Ztft, XXVI, 506.
MP:
“La verdad histórica (del acto segundo) está consignada
en términos sustancialmente conformes por D. Lucas de
Túy y por el arzobispo D. Rodrigo. Los materiales histó­
ricos que en esta obra se hacinan proceden todos de la
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Crónica general; pero es muy de notar que Lope pres­
cinde enteramente de las tradiciones juglarescas relativas
a D. Fernando, ‘par de Emperador’, y no dice nada de su
fabulosa expedición a Francia, ni de las mocedades de
Rodrigo Díaz, aunque todo ello lo consigne latamente la
Crónica al tratar de este reinado.”
MB:
1598-1603.
La primera información
Parte X XII (Madrid, 1635) ; Acad. IX.
Estudio preliminar por M P en Acad. IX, clxxv-clxxxi;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 380.
M P:
“Esta pieza nada tiene de histórico.
D. Pedro de Aragón, y sólo por tal
to aquí, dado que el fondo es una
amor e intriga bien escrita, pero
liente entre las de su autor.”
MB:
1620-25.
Figura en ella un rey
motivo la hemos pues­
de tantas comedias de
no de mérito sobresa­
El príncipe despeñado (¿ P , El despeñado?)
Parte V II; Ms. aut. RAE fechado el 27 de noviembre de
1602; Acad. V III.
S en Parma.
S en la biblioteca vaticana ( ? ) Véase la edic. de Hoge, pág. 72.
Der Sturz in den Abgrund (El príncipe despeñado), re­
fundición de Franz Graf von Riesch, Viena: Ten­
der, 1820; Id., Viena: Tender, 1820-21.
El príncipe despeñado, edic, de Henry W. Hoge, Bloomington: Indiana University Publications, núm. 337
1955.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Estudio prelim inar por MP en Acad. V III, xxvii-xxxii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 381-386;
A. Restori sobre Acad. V III, XXVI, 507; Emil Gigas, “ Études sur quelques ‘comedias’ de Lope de
Vega,” RHi, LU I (1921), 557-604; Henry W. Hoge,
“ A Critical Annotated Edition of Lope de Vega’s El
príncipe d e s p e ñ a d o Summaries of Doctoral Dis­
sertations, University of Wisconsin, 1950, 638;
Henry W. Hoge, “Notes on the Sources and the
Autograph Manuscript of Lope de Vega’s, El prín­
cipe d e s p e ñ a d o PM LA, LXV (1950), 824-840.
M P:
“Sirve de argumento a esta notable tragedia la catástrofe
del Rey de Navarra, don Sancho II, en Peñalén; hecho
que narran con extraño laconismo las más antiguas cró­
nicas, conviniendo todas en la fecha (1076), pero sin nom­
brar a los asesinos, que historiadores muy autorizados, aun­
que más modernos, suponen que fueron los propios her­
manos del rey, D. Ramón y Da. Ermesenda. La versión
tradicional aceptada por Lope, es la que consignó en su
Crónica el Príncipe de Viana.”
MB:
1602.
El príncipe perfecto (Parte I y II) P 2 (ambas partes)
I: Parte X I; Ms. copia Cat. Bib. Nac. núm. 2.733 con
firm a de Lope de Vega (23 de diciembre de 1614) ;
Ms. copia (P arm a) ; Acad. X.
I I : Parte X V III; Ms. ¿copia? Cat. Bib. Nac., núm.
2.734 con licencias de 1621; Ms. copia (P a rm a );
H. R. IV ; Acad. X.
Estudio prelim inar de ambas partes por M P en Acad.
X, cxli-clix; reimpreso en MP, Obras completas,
http://ir.uiowa.edu/uissll/
XX X III, 147-170; A. Restori sobre Acad. X, Ztft,
XXIX, 365.
MP:
“Mas para juzgarlas (las dos partes) con rectitud es pre­
ciso no olvidar su carácter de crónicas, y no buscar en
ellas más unidad que la que el poeta quiso darles; es
decir, la unidad del carácter del protagonista, cuyo rei­
nado se expone íntegro, suprimiendo sólo los dos san­
grientos episodios de Évora y Setúbal, que Lope había
tratado ya en El Duque de Viseo, y que aquí delibera­
damente omite para no afear con tales recuerdos la ima­
gen del Príncipe perfecto, dechado y espejo de todas las
virtudes monárquicas, la cual se propuso trazar conforme
a las historias portuguesas, leídas con aquella predilección
y cariño que siempre mostraron nuestros grandes ingenios
castellanos hacia las cosas de aquel reino.”
MB:
I: ¿1614?
II: 1612-18.
R
Los Ramírez de Arellano ( ¿ P 2, Los Arellanos?)
Parte XXIV (Zaragoza, 1641) ; Ms. copia Cat. Bib. Nac.,
núm. 2.824; Acad. IX.
S en Gayangos.
Los Ramírez de Arellano, edic. de Diana Ramírez de Arellano, M adrid: Consejo Superior de Investigacio­
nes Científicas, 1954.
Estudio prelim inar por M P en Acad. IX, clxxvii-clxxx;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 376379; A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXIX, 128.
M P:
“Es héroe de esta comedia genealógica el caballero navarro
Juan Ramírez de Arellano, pero se mezcla en ella mucha
http://ir.uiowa.edu/uissll/
parte de la historia general del reinado de D. Pedro, si­
guiendo constantemente la Crónica de A y a l a ...”
MB:
1599-1608.
La reina Doña María
Ms. copia Bib. de la princesa de M etternich; Acad. V III.
F. Wolf, “Über Lope de Vega’s Comedia Famosa de la
reina María,” SKAW , XVI (1855), 241-279; estu­
dio preliminar por MP en Acad. V III, cxxx-cxlvii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 114-137.
MP:
“Sirven de argumento a esta comedia las prodigiosas circunstanciás que intervinieron en la concepción y en el na­
cimiento del rey D. Jaime el Conquistador, y de las cuales
ya se apunta algo en la Crónica o Comentarios de su
vida, escritos por el mismo monarca.”
MB:
1604-08.
El remedio en la desdicha (¿P , Abindarráez y Narváez?)
Parte X III; H. R. II I ; Acad. XI.
El remedio en la desdicha en Tomo I: Lope de Vega, Co­
medias, edic. de J. Gómez Ocerín y R. M. Tenreiro,
M adrid: Clásicos castellanos, 1920.
El remedio en la desdicha, edic. de J. W. Barker, Londres:
Cambridge University Press, s. a.
Estudio prelim inar por MP en Acad. XI xxx-xli; reim ­
preso en MP, Obras completas, X X X III, 211-226;
A. Restori sobre Acad. XI, Ztft, XXX, 219; J. Gó­
mez Ocerín y R. M. Tenreiro, “ Una nota para El
remedio en la desdicha, de Lope,” RFE, IV (1917),
390-392; R. de Alcázar, “Acerca de El remedio en
http://ir.uiowa.edu/uissll/
la desdicha,, de Lope. De la ‘cierta regularidad y
buen gusto’ de que habla Menéndez y Pelayo y del
estilo poético de dicha comedia,” Ru, núm. 6
(1938), 20-25.
MP:
“La fuente única de este poema dramático está indicada
con toda precisión por el autor mismo en estas líneas: ‘Es­
cribió la historia de Jarifa y Abindarráez, Montemayor,
autor de la Diana, aficionado a nuestra lengua con ser
tan tierna la suya, y no inferior a los ingenios de aquel
siglo; de su prosa, tan celebrada entonces, saqué yo esta
comedia. Allí pudiérades saber este suceso, que nos cali­
ficaron por verdadero las corónicas de Castilla en las conquistas del reino de G ra n a d a ...’ De la certidumbre del
hecho, aunque en sí mismo nada tenga de inverosímil
y extraordinario, puede dudarse a lg o ... De todos modos,
el principal personaje, Rodrigo de Narváez, es enteramen­
te histórico. . . ”
MB:
1595-1602.
*
s
La santa liga P (La batalla naval)
Parte XV; Acad. XII.
Estudio preliminar por M P en Acad. XII, cv-cxxviii; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXIV, 101-130;
A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 497.
MP:
“Ésta de Lope es enteramente histórica, y presenta, por
orden casi cronológico, los principales acontecimientos de
la guerra de Chipre y de la liga contra el Turco, termi­
nando el primer acto con la declaración de guerra de
Selim a los venecianos, y el tercero con una animada y
brillante descripción del portentoso combate naval de 7
de Octubre de 1571. No hay fábula dramática de ninguna
especie, sino una serie de escenas inconexas. Los dos pri­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
meros actos valen muy poco: la aparición de la sombra de
Solimán ‘el Magnífico’ a su hijo Selim, lejos de producir
el terror y el asombro que en Los Persas, de Esquilo, pro­
duce la sombra de Darío, de la cual probablemente se
acordó Lope, pasa como un incidente vulgar y sin conse­
cuencia. .
MB:
1589-1600.
La serrana de la Vera P
Parte V II; Acad. XII.
Estudio preliminar por M P en Acad. XII, ix-xxxvii; re­
impreso en MP, Obras completas, X X X III, 393430; A. Restori sobre Acad. X II, Ztft, XXX, 487;
V. Paredes y Guillen, Orígenes históricos de la le­
yenda “La Serrana de la V era ’ y Auto al Naci­
miento de Nuestro Señor Jesucristo ” “El amante
más cruel’ o “Serrana bandolera ” Placencia: D.
Montera, 1915; Courtney Bruerton, “La ninfa del
cielo, La Serrana de la Vera and Related Plays,”
EHMéxico (1952), 61-97.
MP:
“Fúndase esta pieza en una célebre tradición extremeña,
cantada en romances, de que todavía queda alguna reli­
quia en la tradición oral, y cuyo texto completo fué reco­
gido en un precioso librillo de fines del siglo xvn, lleno
de curiosidades históricas y de lozanas descripciones, aun­
que no enteramente original en sus mejores páginas.
Titúlase Amenidades, florestas y recreos de la provincia de
la Vera Alta y Baja de la Extremadura. . .
MB:
1595-98.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El sol parado P (Fajardo: Ascendencia de los maestros de
Santiago.)
Parte X V II; Ms. copia (Parm a) ; Acad. IX.
Estudio preliminar por M P en Acad. IX, xx-xxviii; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXII, 154-164;
A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, X XVIII, 232.
MP:
“Con esta comedia empezó Lope de Vega a explotar los
ricos anales de las órdenes militares, y no ciertamente
para adularlas, puesto que cabalmente tres de las piezas más
admirables de su repertorio trágico, Peribáñez y el co­
mendador de Ocaña, Los Comendadores de Córdoba y
Fuente Ovejuna, versan sobre grandes desafueros e iniqui­
dades cometidos por caballeros y comendadores de las ór­
denes. Aún en la presente, escrita para glorificar a la
Caballería de Santiago y a sus diez y seis primeros maes­
tres, no sale del todo bien librada la honestidad de D. Payo
Correa; y eso que el poeta, conformándose con la tradi­
ción, le atribuye nada menos que el portento de haber de­
tenido al sol en su carrera para completar su victoria so­
bre los sarracenos, renovando la prodigiosa hazaña del cau­
dillo de Israel.”
MB:
1596-1603.
T
Los Tellos de Meneses (Partes I y II. II: Valor, fortuna y
lealtad de los Tellos de Meneses [H artzenbusch]; Valor,
lealtad y ventura en las ediciones modernas.)
I: Parte X X I; H. R. I.; Acad. VIL
S, Valencia: Orga, 1769.
II: H. R. I ; Acad. VIL
S, Madrid: Sanz, s. a.
S, Valencia: Orga, 1769.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Die beiden Teil und Meneses (Partes I y II) en Histor­
isches Drama des Lope de Vega, Viena, 1899.
Los Tellos de Meneses (Partes I y II) en Tomo II I : Lope
de Vega, Obras dramáticas escogidas, edic. de E.
Julia Martínez, M adrid: Hernando, 1935.
Los Tellos de Meneses (Partes I y II) en Tomo I: Lope
de Vega, Obras escogidas, edic. de F. C. Sainz de
Robles, M adrid: Aguilar, 1952.
Estudio sobre Les Tello de Meneses de Ernest Lafond,
Étude sur la vie et les oeuvres de Lope de Vega,
París: Librairie Nouvelle, 1857.
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, clv-cixxviii,
reimpreso en MP, Obras completas XXXI, 215-241;
A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 499; Eva
R. Price, “Los Tellos de Meneses of Lope de Vega
Carpió,” MLF, XXI, núms. 3-4 (1936), 132-136;
breve estudio sobre esta comedia de Eva R. Price,
“ The Peasant Plays of Lope de Vega,” MLF, XXII,
núms. 3-4 (1937), 214-219; Rennert y Castro alu­
den a otra recensión de la comedia de MünchBellinghausen, Über die älteren Sammlungen Spa­
nischer Dramen, pág. 154.
MP:
La acción se coloca en el reinado de D. Ordoño I de
León, mas es poco o nada lo que hay en ella de his­
tórico. Lope, según toda probabilidad, tomó su materia
de un poema por Da. Bernarda Ferreira de Lacerda, que
pone la acción en el reinado de Ordoño II, y la asigna
caprichosamente la fecha de 921.
MB:
I: 1620-28.
II: 1625-30.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El testimonio vengado P (La B arrera: Como se vengan los
nobles.)
Parte I; H. R. II I ; Acad. VIL
Estudio preliminar por MP en Acad. VII, ccxlvii-cclvii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 342-354.
MP:
“Tomó Lope el argumento de esta comedia de la Crónica
General, que en este, como en otros muchos capítulos, no
hizo más que traducir al arzobispo D. R od rigo... Lo
primero que ocurre pensar es que esta tradición es de
origen poético, y que sería formulada en algún cantar
de gesta antes de penetrar en los textos históricos... Pero
la verdad es que ni don Rodrigo ni la General aluden a
tal p o e m a ... Tal es esta comedia, muy irregular, pero
grandiosa..
MB:
1596-1603.
La tragedia del rey D. Sebastián y Bautismo del príncipe de
Marruecos P (Una comedia titulada La pérdida del rey
D. Sebastián fue representada ante la reina en octubre
de 1622.)
Parte X I; ms. copia (Parm a) ; Acad. XII.
Estudio preliminar por M P en Acad. XII, cliii-clviii; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXIV, 165-172;
A. Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXIX, 105.
MP:
“Tengo por históricas... todas las (escenas) que se re­
fieren a la conversión del príncipe y a su estancia en Andújar, donde pasa la acción de la segunda jornada. Los
pormenores son tan precisos, que apenas dejan sospecha
de in v ención ... Esta comedia, cuyos personajes llegan a
56, es, sin disputa, una de las más irregulares y desorde­
nadas que compuso.”
http://ir.uiowa.edu/uissll/
u
El último godo (El postrer godo de España) P 2
Parte V III: El postrer godo de España y Parte XXV: El
último godo; Acad. VII.
Estudio prelim inar por M P en Acad. VII, xxv-lxv; reim ­
preso en MP, Obras completas, XXI, 30-86; A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 488; un estudio
analítico sobre El último rey godo, y La comedia
de Bamba de Heinz, Herbrügge y Schulte, “ El arte
dramático de Lope de Vega,” AUChile, CVIII, 80
(1950), 5-94.
MP:
Esta pieza, mucho más importante por el asunto que por
la ejecución, es una especie de trilogía que en la primera
jornada representa los amores de D. Rodrigo y la Cava;
en la segunda, la venganza del conde D. Julián y la rota
llamada hasta nuestros tiempos del Guadalete; en la ter­
cera los comienzos de la restauración de España por D.
Pelayo, mediante el triunfo de Covadonga.
Las tradiciones, ya fabulosas, ya históricas, sobre la con­
quista se dividen en dos grupos; uno de origen oriental,
otro de origen español. Contienen las narraciones escri­
tas en Oriente una dosis mucho mayor de elementos fan­
tásticos: la historia aparece obscurecida allí por innume­
rables fábulas, y alterada por el tiempo y la distancia. Al
contrario, las tradiciones musulmanas de España son mu­
cho más sobrias y de carácter más histórico.
MB:
1599-1603 (quizás 1599-1600).
V
El valiente Céspedes P 2
Parte X X ; Acad. XII.
S en Mus. Brit.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Estudio preliminar por M P en Acad. XII, lxxi-xci; reim­
preso en MP, Obras completas, XXXIV, 53-81.
MP:
“Hay algo histórico en cada jornada: ( la .) los relatos
episódicos de la coronación del emperador de Bolonia;
los preparativos de la guerra de Alemania; las escenas de
la batalla de Mühlberg y rendición del duque de Sajonia
Juan Federico, y el episodio del villano que indicó al ejér­
cito imperial el vado de Albis. Cuenta de los muchos he­
chos de valor y fuerza del capitán Céspedes, de los cuales
el más interesante es el de la puente de los barcos que le
había robado Céspedes al enemigo. Todo lo restante es de
pura invención, pero tan interesante y bizarra, que puede
tomarse como prototipo de la comedia soldadesca o de cos­
tumbres militares del siglo xvi.”
MB:
1612-15.
El vaquero de Morana P ; P 2
Parte V III; Acad. VIL
S (fragmentaria, de 48 págs.), Bruselas: Huberto Antonio Velpio, 1651.
Estudio prelim inar por M P en Acad. VII, ccxxxix-ccxlvii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 332-341;
A. Restori sobre Acad. VII, Ztft, XXVI, 505.
M P:
Lo único tradicional de esta comedia se comprende en los
versos que rezan:
No he visto cosa más bella
En toda la tramontana,
Que era la esposa de Antón,
El vaquero de Morana.
La fábula es de pura invención de Lope, quien tomó de
la historia el nombre del rey D. Bermudo sin determinar
cuál de los tres que así se llamaron.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
La Varona castellana P
Estudio prelim inar por MP en Acad. V III, xxxviii-xliv;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 397404; A. Restori sobre Acad. V III, Ztft, XXVI, 510;
MP habla de un estudio de Grillparzer sobre esta
comedia en Obras completas de éste. Tomo XVII,
pág. 163.
M P:
“Hablando de esta pieza, dice Grillparzer que el primer
acto está compuesto en la mejor manera de las crónicas
dramáticas de Lope; que el segundo acto puede pasar,
pero que el tercero es endiablado (ist vom Teufel). Hay
exactitud en este juicio: las buenas escenas que hay en
esta obra proceden de la historia generalmente: el dato
pueril de las hazañas de la Varona podía dar muy poco
de sí, pero hay que confesar que el poeta sacó todo el
partido posible de este tipo, que en mano de un autor
vulgar, de un Diamante o de un Cañizares, fácilmente
hubiera degenerado en caricatura.”
MB:
1597-1603.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
LAS COMEDIAS HISTORICAS,
TRADICIONALES Y LEGENDARIAS
DE AUTENTICIDAD DUDOSA
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
La adversa fortuna de D. Bernardo de Cabrera
Parte X X IX ; Acad. N III.
Estudio preliminar por CM en Acad. N III, viii-xiii.
CM:
“El protagonista y casi todos los demás personajes de es­
tas dos grandiosas obras (se refiere también a La prós­
pera fortuna de D. Bernardo de Cabrera) son históricos;
pero Lope se tomó bastantes libertades para aumentar el
interés dramático. . . Es seguro que fué Zurita (Anales
de Aragón, libro IX, caps, lii y lvii) la fuente en que Lope
bebió las ideas primordiales de su drama, pues el gran cro­
nista aragonés describe con elocuentes pormenores aquel
enorme crimen político.”
MB:
El texto probablemente no es de Lope.
El alcalde de Zalamea
Ms. copia (Parm a) Cat. Bib. Nac., nüm. 420; Acad. XII.
S en Mus. Brit. e Ilchester.
Der Richter von Zalamea en Tomo I I I : Klassisches Büh­
nendichtungen der Spanier, trad. Max Krenkel, Leip­
zig, 1887.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Der Richter von Zalamea en Tomo II: Ausgewählte K o ­
mödien von Lope de Vega, trad. W. v. Wurzbach,
Strassburg: J. A. E. Heitz (Heitz und M ündel),
1918.
Friedrich v. Schack, Geschichte der dramatischen Literatur und Kunst in Spanien, Frankfurt am Main, 1854,
pág. 85 del apéndice; estudio prelim inar por M P
en Acad. X II, clviii-clxxi; reimpreso en MP, Obras
completas, XXXIV, 173-192; A. Restori sobre Acad.
X II, Ztft, XXX, 500; Max Krenkel, Der Richter
von Zalamea nebst dem gleichnamigen Stücke des
Lope de Vega, Leipzig, 1887; G. Jünemann, “ Los
dos Alcaldes de Zalamea: el de Lope y el de Cal­
derón,” RCSChile., XXXVII (1919), 194-202; M.
Menéndez y Pelayo, “ El Alcalde de Zalamea,”
BBMP, X (1928), 193-204; estudio sobre esta co­
media de Eva R. Price, “ The Peasant Plays of
Lope de Vega,” MLF, XXII, núms. 3-4 (1937),
214-219.
M P:
“Basta leer El Alcalde de Z a la m e a ... para comprender
que se trata de un drama profundamente histórico. Es
claro que ni los documentos oficiales ni los historiadores
consignan un hecho que les parecería de poca importan­
cia y de interés puramente doméstico: pero hablan, en ge­
neral, de los desafueros y tropelías de los soldados y de
la dureza con que fueron reprimidos, y éste sería uno de
tantos casos.”
MB:
El texto no es de Lope.
Antonio Roca P (La muerte más venturosa)
Ms. (¿copia, Ilchester?) y Cat. Bib. Nac., núm. 220;
Acad. N I.
Estudio prelim inar por CM en Acad. N I, xii-xiii.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
CM :
“Lope respetaba bastante los hechos, leyendas o tradicio­
nes en que fundaba sus comedias. ¿Cómo ha de admi­
tirse que, sin razón ninguna, hiciese morir a su héroe en
esta comedia sólo de dolor de sus delitos, cuando unos mi­
nutos antes se muestra el más empedernido pecador? An­
tonio Roca, terrible bandolero catalán de mediados del
siglo xvi, era, efectivamente, clérigo, y, antes de su eje­
cución, fué degradado por el Obispo de Gerona, atenaceado
ahorcado y descuartizado, en unión de su compañero Se­
bastián Corts. Mostró gran arrepentimiento de sus culpas
en el cadalso, circunstancia que acaso aprovecharía Lope
para dar patético desenlace a su o b r a ...”
MB:
El texto no es de Lope.
Bernardo del Carpió (Parte II)
Acad. N III.
S en Mus. Brit.
Estudio por CM en Acad. N III, xxvi-xxvii; R. Mitterer,
Die Sage von Bernardo del Carpió im Spanischen
Drama des XVI. und XVII. Jahrhunderts, W ürz­
burg, 1930.
CM:
“La co m ed ia ... es, en efecto, de la trilogía (Las moce­
dades de Bernardo del Carpió, El casamiento en la muer­
te, y ésta) que tiene por asunto los hechos hazañosos del
legendario héroe asturiano.”
MB:
El texto no es de Lope.
La defensa en la verdad
Acad. N IV.
S en Mus. Brit., Durán, Salvá y Parma.
Estudio preliminar por CM en Acad. N IV, xvi-xvii.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
CM:
“ . . . s e refiere a la época de la conquista de Portugal en
tiempo de Felipe II. Al principio se cuenta extensivamente
la gloriosa jornada de las islas Terceras contra la Armada
del Prior de Ocrato, unida a la francesa, derrotadas por
el Marqués de Santa Cruz. Es, además, el personaje prin­
cipal de la obra uno tan histórico como el insigne general
Sancho de Á v i l a ...”
MB:
El texto no es de Lope.
Don Juan de Austria en Flaudes
Ms. copia (Parm a) ; Acad. XII.
Estudio preliminar por M P en Acad. X II, cxxxi-cxxxix;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXIV, 136146.
M P:
“El argumento de esta pieza es, en gran parte, el
mismo de la anterior (Los Españoles en Flandes), pero
abarca mayor espacio y comprende mayor suma de aconte­
cimientos. . . La fidelidad histórica es grande, y si la co­
media valiera algo más de lo que vale, literariamente con­
siderada, sería muy fácil anotarla, mostrando su confor­
midad con las historias y relaciones del tiempo, y aún con
lo que resulta de la propia correspondencia de D. Juan
de Austria.”
MB:
El texto no es de Lope.
La Estrella de Sevilla
Ms. copia Bib. Imp. de Viena; H. R. I; Acad. IX.
S en Mus. Brit., Parma e Ilchester.
Der Stern von Sevilla en Stern, Scepter und Blume trad.
E. F. F. Otto von der Malsburg, Dresden, 1824.
La Estrella de Sevilla, edic. de Francis Sales, Boston,
1828.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
La Perle de Seville en Les chefs d’Oeuvre des théâtres
étrangers, trad. Angliviel de la Beaumelle, Paris:
chez Dufey, Libraire, 1829.
Der Stern von Sevilla, trad. J. C. Zedlitz, Stuttgart: T ü­
bingen, 1830.
La Estrella de Sevilla, edic. de Francis Sales, Boston,
1840.
Der Stern von Sevilla en Tomo III: Handbuch der Spa­
nischen Literatur, trad. Ludwig Lemcke, Leipzig:
Friedrick Fleischer, 1856.
La Estrella de Sevilla, edic. de Francis Sales, Boston,
1857.
U Etoile de Séville en Oeuvre dramatique de Lope de Ve­
ga, trad. M. Eugène Baret, Paris, 1869-70.
La Estrella de Sevilla en Feliks Carpió Lope de Vega,
Komedia Wybrane, trad. Julián Adolf Swiecicki,
Varsovia: S. Lewental, 1882.
La Estrella de Sevilla en Tomo I : Obras escogidas de ¡rey
Lope Félix de Vega Carpió, edic. de Elias Zerolo,
París: Garnier frères, 1886.
LTEtoile de Séville, trads. Camille Le Senne et Guillot de
Saix, Paris: Sausot, 1914.
La Estrella de Sevilla, M adrid : Bib. de la Cultura Popular,
1915.
The Star of Seville en The Chief European Dramatists,
trad. P. M. Hayden, Boston: Houghton Mifflin,
1916.
La Estrella de Sevilla, edic. de R. Foulché Delbosc, RH,
XLVIII (1920).
La Estrella de Sevilla, edic. de H. Thomas, Oxford: The
Clarendon Press, 1923.
La Stella di Siviglia, trad. Alfredo Giannini, Firenza: G.
C. Sansoni, 1924.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
La Estrella de Sevilla, M adrid: Editora Internacional,
(1924).
La Stella di Siviglia, trad. G. Marone, Nápoles: Casella,
1925.
La Estrella, de Sevilla, Berlín: Editora Internacional,
1925.
La Stella di Siviglia, trad. G. Marone, Torino : Utet, 1933.
The Star of Seville en Heath Readings in the Literature
of Europe, trads. Tom Peete Cross y Clark H. Slover, Bostón: Heath, (1933).
La Estrella de Sevilla, M adrid: Espasa Calpe, 1930.
La Estrella de Sevilla, edic. de J. M. Ramos, M adrid:
Hernando, 1934.
La Estrella de Sevilla en Tomo IV: Lope de Vega, Obras
dramáticas escogidas, edic. de E. Juliá Martínez,
M adrid: Hernando, 1935.
Der Stern von Sevilla, trad. H. Schlegel, Barcelona:
Druck, Publicaciones O. Streit, 1935.
The Star of Sevilla, trad. Henry Thomas, Newtown: The
Gregynog Press, 1935.
Peribáñez y el comendador de Ocaña, La Estrella de Se­
villa, Buenos Aires: Espasa Calpe, 1938.
La Estrella de Sevilla, Buenos Aires: Sopeña, 1939.
La Estrella de Sevilla, edic. de F. 0 . Reed y E. M. Dixon
con una introducción por J. M. Hill, Bostón: Heath,
1939.
La Estrella de Sevilla en Diez comedias del siglo de oro,
edic. de H. Alpern y J. Martel, Nueva York y
Londres: H arper Brothers, 1939.
The Star of Seville en Chief Patterns of World Drama. .
trad. William Smith Clark II, Bostón: Houghton
Mifflin, (1946).
The Star of Seville, trad. Sir Henry Thomas, Londres,
1950.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
La Estrella de Sevilla, en Tomo I : Lope de Vega, Obras
escogidas, edic. de F. C. Sainz de Robles, M adrid:
Aguilar, 1952.
Estudio sobre L’Etoile de Seville de Ernest Lafond, Étude
sur la vie et les oeuvres de Lope de Vega, París:
Librairie Nouvelle, 1857 ; estudio de Louis de VieilCastel, Essai sur le théâtre espagnol, Paris, 1882,
págs. 43-74; estudio prelim inar por MP en Acad.
IX, xxxv-lxxvi; reimpreso en MP, Obras comple­
tas, XXII, 173-232; Anita Lenz, “Zu einer neuausgabe der Estrella de Sevilla” Ztft, XLIII, (1923),
92-108; S. G. Morley, “ The Missing Lines of La
Estrella de Sevilla/’ RR, XIV (1923), 233-239; H.
Seris, “La Estrella de Sevilla formerly attributed to
Lope de Vega,” RFE, X III (1926), 303-304; E.
Cotarelo y Mori, “La Estrella de Sevilla es de Lope
de Vega,” RBAM, V II (1930), 12-24; S. E. Leavitt,
“Apples of Hesperides in the Estrella de Sevilla ”
MLN, XLV (1930), 314; A. F. Bell, “The Au­
thorship of La Estrella de Sevilla ” MLR, XXVI
(1931), 97-98; Sturgis E. Leavitt, The ‘Estrella de
Sevilla’ and Claramonte, Cambridge, 1931 ; C. E.
Anibal, “ Observations on La Estrella de Sevilla
HR, II (1934), 1-38; Leo Spitzer, “ Die Estrella de
Sevilla und Claramonte,” Ztft, LIV (1934), 533588; J. L. Brook, “La Estrella de Sevilla ¡Admi­
rable y famosa tragedia!” BSS, XXXII (1955),
8 - 20 .
MP cita a D. Nicasio Alvarez de Cienfuegos, redactor del
Mercurio de España:
“Al autor de esta tragedia le sucedió con los caracteres
lo que con la acción: Quiso hacer una cosa, y le salió otra.
Trató de hacer a D. Sancho bueno en el fondo, pero arre-
http://ir.uiowa.edu/uissll/
batado, y D. Sancho salió malo esencialmente, y el más
helado y flemático de todos los hombres. Crió a Roelas
para héroe de magnanimidad, de generosidad, de valor y
ternura, y el maldito del mozo se dió tan buena maña,
que vino a ser duro, inhumano, ingrato, ruin, un asesino
a pedir de boca. Por lo que hace a los alcaldes mayores
de Sevilla, son un alma en dos cuerpos, tan parecidos en
todo, que no dice Guzmán palabra ninguna que no pu­
diera venirle bien a Farfán de Ribera, y al contrario. Es­
trella es la única que tiene un carácter constante, bien
explicado, muy interesante, muy trágico; en suma, Estre­
lla es toda la tr a g e d ia ...”
Le Senne y de Saix en U Etoile de Séville: “Plusieurs passages
de la pièce nous permettent de conclure d’après le nom
historique de certains personnages comme Pedro de Caus
l’alcade, (gouverneur) du château de Triana, près de Sé­
ville, que Lope de Vega n’a pas inventé de toutes pièces
l’intrigue de sa tragi-comédie mais qu’il a fait emprunt aux
traditions locales. La maison des Tabera subsiste encore,
et l’on y montre aux curieux le nom des anciens maîtres
écrit en lettres de fer sur la grille qui ferme l’entrée du
patio, ainsi que la porte étroite et basse du ja r d in ...
par laquelle l’esclave mauresque introduisit furtivement don
Sancho el Bravo.”
MB:
El texto no es de Lope.
Los jueces de Castilla P 2
Acad. VII (es la comedia de Moreto; la de Lope está
perdida.)
Estudio preliminar por M P en Acad. VIL clxxvii-clxxxix ;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXI, 242-257 ;
P. Enríquez Ureña, “Los jueces de Castilla,” RFH,
VI (1944), 285-286.
En esta pieza es histórica la muerte de los condes de
Castilla por mandado de D. Ordoño II, rey de
León.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Parte XXIV (Zaragoza, 1632 y 1633) ; Ms. copia (P a r­
ma) ; Acad. X II.
Estudio prelim inar por MP en Acad. XII, lvi-lxxi; reim ­
preso en MP, Obras completas, XXXIV, 32-52; A.
Restori sobre Acad. X II, Ztft, XXX, 489; Marcos
A. Morínigo, América en el teatro de Lope de Ve­
ga, Buenos Aires: Imprenta López, 1946, pág. 231.
Marcos A. Morínigo: Otra vez aparece Cortés como personaje de
Lope en la comedia La mayor desgracia . . . crónica dra­
matizada, no siempre fiel a la verdad histórica, de la frus­
trada empresa del emperador en Argel.”
MB:
El texto no es de Lope.
El médico de su honra
Osuna, tomo 133, hoy perdido.
Fajardo: Parte XXVII, extravagante, Barcelona, 1633.
Acad. IX.
Estudio preliminar por MP en Acad. IX, cxxiv-cxxxii;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 299310; A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, X XVIII, 255;
Frd. v. Schack, Geschichte der dramatischen Lite­
ratur und Kunst in Spanien, Frankfurt am Main,
1854; A. de Amezua, “ Un dato para las fuentes
de El médico de su honra” RH (1909), 395-411;
H. C. Heaton, “ On the Text of Lope de Vega’s El
médico de su honra■ ” en Todd Memorial Volumes,
Nueva York, I (1930), 201-209; Rennert y Cas­
tro mencionan otro estudio en MLR, III, 46.
Los personajes de importancia histórica son el rey D. Pe-
http://ir.uiowa.edu/uissll/
dro, y quizá, de menos importancia, D. Enrique,
hermano de D. Pedro.
MB:
El texto no es de Lope.
El milagro por los celos y Don Alvaro de Luna (En los últi­
mos versos: El milagro por los celos y excelente portu­
guesa.)
Ms., Cat. Bib. Nac. núm. 2.161 atribuido a Lope (ms.,
Cat. Bib. Nac., núm. 2.162, se titula El milagro
por los celos o Doña Beatriz de Silva, atribuido a
Tirso de Molina, pero también de Lope.) ; Acad. X.
S en Mus. Brit, e Ilchester, Bib. H. A. Rennert (Madrid: Sanz,
1733 y Barcelona, 1770.)
Estudio preliminar por M P en Acad. X, xcviii-ci; reim ­
preso en MP, Obras completas, X X X III, 87-90; A.
Restori sobre Acad. X, Ztft, XXIX, 363; Rennert
y Castro mencionan un estudio de P. Pastor, Nue­
vos datos, 226.
M P:
El carácter de D. Alvaro es histórico. “Lo que de histórico
contiene esta obra es muy poco. Quizá estaría mejor en­
tre las comedias devotas.”
MB:
El texto probablemente no es de Lope.
Los novios de Hornachuelos
2 Ms. copias Cat. Bib. Nac., núm. 2.391; Osuna, tomo
133; H. R. I l l ; Acad. X.
S en Mus. Brit.
Les nouveaux mariés de Hornachuelos en Extraits des
plusieurs pièces du théâtre espagnol, M. Du Pe-
http://ir.uiowa.edu/uissll/
rron de Castéra, Amsterdam: Wetsteins y Smith,
1738.
Los novios de Hornádmelos, edic. de John M. Hill, RH,
LIX (1923), 105-295.
Los novios de Hornachuelos en Tomo I; Lope de Vega,
Obras escogidas, edic. de F. C. Sainz de Robles, M a­
drid: Aguilar, 1952.
Estudio preliminar por M P en Acad. X, xxiv-xxxix; re­
impreso en MP, Obras completas, XXXII, 401-421;
A. Restori sobre Acad. X, Ztft, XXIX, 358.
M P:
“Ferreras primero y Berganza después, mostraron la inve­
rosimilitud y falta de fundamento del lance, en que nada
hay cierto sino la estancia del rey en Burgos en 1394 y
la prisión del duque de Benavente.”
MB:
El texto no es de Lope.
El pleito por la honra o El valor de Fernandico
Doze comedias nuevas de Lope de Vega, Carpió y otros
autores, Barcelona, 1630.
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núm. 2.644; Acad. V III.
S en Mus. Brit., Ilchester y dos distintas en Parma, una que
parece madrileña y otra de Valladolid: Alonso de Riego,
s. a.
Estudio preliminar por MP en Acad. V III, lxxviii-lxxix;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 40-41;
A. Restori sobre Acad. V III, Ztft? XXVI, 513.
M P:
“La ridicula escena del pleito, erizada de términos foren­
ses, es imposible que Lope la escribiera de aquel modo.
Pero al mismo tiempo se ve en la obra un tema intere­
sante y poético, aunque pésimamente manejado. La com­
http://ir.uiowa.edu/uissll/
petencia de honor entre el padre y el hijo, el litigio que
éste suscita contra aquél para acrisolar la buena memo­
ria de su madre, que no juzga bastante satisfecha con la
absolución del emperador al reo, la lucha de encontrados
afectos que de todo esto nace, podían ser un germen de
situaciones noblemente caballerescas, como lo fueron más
adelante en manos de Cañizares.”
MB:
1597-1603.
MP:
“Hay pocos versos dignos de Lope, y hay, en cambio, ta­
les desconciertos y necedades, que en conciencia es impo­
sible atribuírselos.”
La próspera fortuna de D. Bernardo de Cabrera
Doze Comedias de Lope de Vega Carpió. Parte veynte
y nueue, Guesca: por Pedro Lusón, 1634.
Acad. N V IÍI
Estudio preliminar por CM en Acad.N V III, xli-xliv.
CM*.
“Esta comedia forma parte de la que se ha impreso en
el tomo 111 de esta colección con el título de Adversa for­
tuna de Don Bernardo de C ab re ra ..
MB:
Si fuera de Lope, la comedia sería ¿1599?-1603: pero la
consideramos muy dudosa. El mismo poeta, quizá Mira
de Amescua, escribió ambas comedias sobre Bernardo de
Cabrera.
El rey D. Pedro en Madrid o el infanzón de Illescas
La Barrera: Parte XXVII, extravagante, Barcelona, 1633.
Parte XVII, 1621 (Bib. de Berlín) se encuentra esta
comedia en vez de El hidalgo abencerraje.
Parte V de Comedias de Calderón, Barcelona: A. de la
Caballería, 1677.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Ms. copia atribuido a Andrés de Claramonte, Cat. Bib.
Nac., núm. 1.593; este es el texto publicado por
M P en Acad. IX.
El rey D. Pedro en Madrid y el infanzón de Illescas en
Tomo I: Lope de Vega, Obras escogidas, edic. de
F. C. Sainz de Robles, M adrid: Aguilar, 1952.
Estudio prelim inar por MP en Acad. IX, cxlii-clxxvi;
reimpreso en MP, Obras completas, XXXII, 325373; A. Restori sobre Acad. IX, Ztft, XXIX, 105.
MP:
En esta pieza Lope no sigue con fidelidad el fundamento
histórico. “Pero como no hay libro malo que no tenga al­
guna cosa buena, este pésimo texto nos da entero un ro­
mance del cual en la refundición de Claramonte no que­
daron más que los primeros versos, y que importa bas­
tante por lo que toca al concepto de D. Pedro como rey
justiciero, que está más ampliamente desarrollado en la
comedia de las Audiencias.”
MB:
El texto no es de Lope.
El valor de Malta
Ms. copia Ilchester y Cat. Bib. Nac., núm. 3.409; Acad.
XII.
Estudio preliminar por M P en Acad. X II, xcix-cv; reim ­
preso en MP, Obras completas, XXXIV, 92-99; A.
Restori sobre Acad. XII, Ztft, XXX, 496.
MP:
“Pocos hechos tan heroicos registra la historia militar co­
mo la defensa que los caballeros de San Juan hicieron de
su isla de Malta en 1565, a las órdenes del Gran Maestre
Juan de la Valette, resistiendo cuatro meses de trinchera
abierta, en que el ejército turco, sitiador, perdió 30,000
hombres, y 9,000 los cristianos defensores.”
MB:
El texto no es de Lope.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Los Vargas de Castilla (Restori: Los tres Vargas)
Fajardo: Parte XXVII, extravagante, Barcelona, 1633.
Ms. copia Cat. Bib. Nac., núms. 3.422b y 420.
Osuna, Tomo 133; Acad. X.
Estudio prelim inar por M P en Acad. X, cvii-cx; reim ­
preso en MP, Obras completas, X X X III, 397-404;
A. Restori sobre Acad. X, Ztjt, XXIX, 364.
MP:
“De histórico no creo que tenga más que los nombres de
D. Enrique IV y D. Juan II de A r a g ó n ...”
MB:
El texto nó es de Lope.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
COMEDIAS HISTÓRICAS, TRADICIONALES Y
LEGENDARIAS EN LAS PARTES I-XXV
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
PARTES
Partes I-XXV (1604-1647)
Parte I
Valencia, 1604; Valladolid, 1604; Madrid, 1604; Zaragoza,
1604; Valencia, 1605; Valladolid, 1605; Lisboa ( ? ) ,
1605; Amberes, 1607; Valencia, 1609; Valladolid, 1609;
Bruselas, 1611; Milán, 1619; M adrid, 1621; Zaragoza,
1624; Zaragoza, 1626.
El cerco de Santa Fe e ilustre hazaña de Garcilaso de la
Vega.
El hijo de Reduán.
El casamiento en la muerte.
La amistad pagada.
La Comedia de Bamba.
Parte II
M adrid, 1609; Valadolid, 1609; Pamplona, 1609; Madrid,
1610; Barcelona, 1611; Valladolid, 1611; Bruselas, 1611;
Amberes, 1611; Lisboa, 1612; Madrid, 1618; Madrid,
1621 (por la Viuda de Alonso Pérez de Montalván) ;
http://ir.uiowa.edu/uissll/
M adrid, 1621 (por la Viuda de Alonso M artín [ ? ] ) ;
Barcelona, 1630.
El gallardo catalán.
Los comendadores de Córdoba.
Parte IV
Madrid, 1614; Barcelona, 1614; Pamplona, 1614.
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón.
El asalto de Mastrique por el príncipe de Parma.
Peribáñez y el comendador de Ocaña.
Parte VI
Madrid, 1615; Madrid, 1616; Barcelona, 1616.
El duque de Viseo.
Parte V II
M adrid, 1617; Barcelona, 1617.
Las paces de los reyes y judía de Toledo.
Los Porceles de Murcia.
El primer Fajardo.
El Príncipe despeñado.
La Serrana de la Vera.
Parte V III
Madrid, 1617; Barcelona, 1617.
El más galán portugués, duque de Braganza.
El vaquero de Morana.
Parte IX
Madrid, 1617; M adrid, 1618; Barcelona, 1618.
La Varona castellana.
Parte X
Madrid, 1618; Barcelona, 1618; Madrid, 1620; Madrid, 1621.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El galán de la Membrilla.
Los Guanches de Tenerife y conquista de Canarias.
El blason de los Chaves de Villalba.
Parte XI
Madrid, 1618; Barcelona, 1618.
/
El Príncipe perfecto, prim era parte (segunda parte, Parte
X V III).
La fortuna merecida.
La tragedia del rey D. Sebastián y bautismo del príncipe de
Marruecos.
Parte X II
M adrid, 1619.
Fuenteo vejuna.
Parte X III
Madrid, 1620; Barcelona, 1620.
El remedio en la desdicha.
Los españoles en Flandes.
Parte XIV
Madrid, 1620; Madrid, 1621.
La corona merecida.
Pedro Carbonero.
Las almenas de Toro.
Parte XV
Madrid, 1621, por Fernando Correa; M adrid, 1621, por la
Viuda de Alonso Martín.
La Santa Liga.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Madrid, 1621; M adrid, 1622.
Los prados de León.
Parte XVII
M adrid, 1621, por la Viuda de Alonso M artin; M adrid, 1621,
por Fernando Correa de Montenegro; Madrid, 1622, por
la Viuda de Alonso M artin; Madrid, 1622, por la Viuda
de Fernando Correa.
El primer rey de C astilla.
El Sol parado.
El hidalgo Abencerraje.
Parte XV III
M adrid, 1623.
El Príncipe perfecto, parte segunda
X I.)
Las famosas asturianas.
La campana de Aragon.
(primera parte, Parte
Parte X IX
M adrid, 1623; Madrid, 1624;
1627.
La inocente sangre.
El conde Fernán González.
La mocedad de Roldán.
Carlos V en Francia.
M adrid,
1625;
Valladolid,
Parte XX
M adrid, 1625, por la Viuda de Alonso M artín; Madrid, 1625,
por Juan González; M adrid, 1627; Madrid, 1629; B ar­
celona, 1630.
Lo cierto por lo dudoso.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Pobreza no es vileza.
Arauco domado.
El valiente Céspedes.
El mejor mozo de España.
Parte XXI
Madrid, 1635.
El mejor alcade el rey.
El piadoso aragonés.
Los Tellos de Meneses, parte primera.
Parte XXII
M adrid, 1635; Zaragoza, 1630.
La primera información.
La carbonera.
Parte X X III
Madrid, 1638.
Las Batuecas del duque de Alba.
Las cuentas del Gran Capitán.
Porfiar hasta morir.
La envidia de la nobleza.
Parte XXIV
Madrid, 1640.
El labrador venturoso.
Zaragoza, 1632 y 1633.
La mayor desgracia de Carlos V y hechicerías de Argel.
Zaragoza, 1641.
El caballero de Olmedo.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
El bastardo Mudarra.
Los Ramírez de Arellano.
Zaragoza, 1647; (Madrid, 1640).
El último godo.
http://ir.uiowa.edu/uissll/
COMEDIAS HISTÓRICAS, TRADICIONALES Y LEGEN­
DARIAS EDITADAS POR HARTZENBUSCH EN LA
BIBLIOTECA DE AUTORES ESPAÑOLES
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Comedias escogidas de Frey Lope Félix de Vega Carpió, edic.
De Juan Eugenio Hartzenbusch, M adrid: M. Rivadeneyra.
Tomo I, 1859:
La Estrella de Sevilla ............................. ......................
La corona merecida .....................................................
La niña de plata ............. ..............................................
Lo cierto por lo dudoso ...............................................
El mejor alcalde el Rey ............................................
Los Tellos de Meneses (Parte I) .............................
Los Tellos de Meneses (Parte II) .............................
137
227
273
453
475
511
531
Tomo II, 1855:
El caballero de Olmedo ...............................................
367
Tomo III, 1857:
El guante de Da. Blanca ............................................
La campana de Aragón ............................................
Porfiar hasta morir ........................................................
El remedio en la desdicha ..........................................
Peribáñez y el comendador de Ocaña . ..................
Los novios de Hornachuelos ........................................
El duque de Viseo ..........................................................
http://ir.uiowa.edu/uissll/
17
35
95
133
281
387
421
Las famosas asturianas .................................................
Las paces de los reyes, y judía de Toledo . . . . . . . .
El mejor mozo de E s p a ñ a ............................................
Fuente Ovejuna ..............................................................
465
567
609
633
Tomo IV, 1860:
El Príncipe
El Príncipe
Pobreza no
La inocente
Los Prados
El Marqués
perfecto (Parte I) ...............................
perfecto (Parte II) ........................... .
es vileza .....................................................
sangre ..........................................................
de León .....................................................
de las Navas ............................................
http://ir.uiowa.edu/uissll/
93
117
233
349
433
499
COMEDIAS HISTÓRICAS, TRADICIONALES Y LEGEN­
DARIAS EDITADAS POR MENÉNDEZ Y PELAYO EN
LA PRIMERA EDICIÓN DE LA ACADEMIA
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Es­
pañola, edic. de Marcelino Menéndez y Pelayo. M adrid:
Sucesores de Rivadeneyra. 1890-1914
Tomo VIL 1897:
La amistad pagada ...............................
Comedia de B a m b a .................................
El último godo ......................................
Las doncellas de S im a n c a s....................
Los prados de L e ó n .................................
Las famosas astu ria n a s...........................
Las mocedades de Bernardo del Carpió
El casamiento en la muerte ................
Los Tellos de Meneses ...........................
Valor, fortuna y le a lta d ........................
Los jueces de Castilla ....................
El conde Fernán González ..................
El bastardo Mudarra .............................
Los Benávides ..........................................
El vaquero de M orana............................
El testimonio vengado ..........................
3
39
73
113
141
185
221
257
363
415
461
505
549
595
Tomo V III, 1898:
El labrador venturoso ...................................................
http://ir.uiowa.edu/uissll/
3
El primer rey de Castilla ............................................
Las Almenas de T a r o .....................................................
El Príncipe d e sp e ñ a d o ...................................................
El hijo por engaño y toma de T o le d o ......................
La Varona ca stella n a.....................................................
La Campana de A r a g ó n ................................. ...............
El mejor Alcalde, el R e y ...............................................
La desdichada Estefanía ...............................................
El pleito por la honra o el valor de Fernandico . . .
El valeroso Catalán ..........................................................
El Caballero del Sacramento ......................................
La lealtad en el a g r a v io .......................................... ..
Las paces de los Reyes y Judía de T o le d o ................
La Corona m e r e c id a .......................................................
La reina Da. María .......................................................
39
119
161
203
249
2^5^
329
365
401
447
487
52
561
603
Tomo IX, 1899:
Las dos B an doleras............. .....................................
El Sol p a r a d o ....................................................................
El Galán de la M e m b r illa ............................................
La Estrella de S e v illa .....................................................
La inocente sangre ..........................................................
El guante de Da. B la n c a ............................... ...............
La fortuna m e r e c id a .......................................................
Lanza por lanza, la de Luís de A lm a n z a ..................
La Niña de plata ................................. ..........................
Lo cierto por lo d u d o s o .................................................
El Médico de su h o n r a ...................................................
Audiencias del rey D. P e d r o ........................................
El rey D. Pedro en Madrid ........................................
La Carbonera ..................................................................
Los Ramírez de A r e lla n o ............................... ...............
La primera in form a ció n .................................................
http://ir.uiowa.edu/uissll/
1
39
81
127
161
207
243
287
319
365
4Qí*
441
475
521
555
595
Tomo X, 1899:
El primer F a ja r d o .......................................................
Los novios de Hornachuelos ....................................
Porfiar hasta, n w r i r ..................................................... . .
Peribáñez y el Comendador de O c a ñ a ..................
El caballero de Olmedo ............................................
El milagro por los celos y D. Alvaro de Luna . . .
La paloma de Toledo .................................................
El piadoso aragonés ...................................................
Los Vargas de C a s tilla ...............................................
El mejor mozo de E s p a ñ a ........................................ ..
El más galán portugués, Duque de Verganza
El Duque de V i s e o .....................................................
El Príncipe perfecto (Parte I ) .................................
El Príncipe perfecto (Parte II) ...............................
Fuente O v e ju n a ............................................................ ..
1
41
73
10Y
149
187
213
247
285
325
367
403
445
489
529/
Tomo XI, 1900:
La envidia de la n o b le z a ..............................................
El Hidalgo Bencerraje ...................................................
El Hijo de R e d u á n .........................................................
Pedro C a rb o n ero ..............................................................
El remedio en la d e s d ic h a ............................................
Los hechos de Garcilaso de la Vega y moro Tarje
El Cerco de Santa F e .....................................................
Los Comendadores de C ó r d o b a ...................................
Los guanches de Tenerife y conquista de Canaria . .
El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón ..
Las Cuentas del Gran Capitán ...................................
El Blasón de los Chaves de V illa lb a ..........................
La contienda de Diego García de P a r e d e s ...............
Las Batuecas del Duque de Alba ...............................,
Los Por celes de M u r c ia ................................................
http://ir.uiowa.edu/uissll/
1
39
85
125
165
20>^
229
2 .^
301
341
381
421
461
503
541
La Serrana de la Vera .................................................
1
La pérdida honrosa y caballerosa de San Juan . . .
45
El cerco de Viena por Carlos V .................................
85
Carlos V en Francia .....................................................
117
La mayor desgracia de Carlos V y hechicerías de
A r g e l...........................................................................
151
El valiente C é sp e d e s.......................................................
187
El Aldegüela .....................................................................
231
El valor de M a l t a ............................................................
277
La Santa L i g a ..................................................................
315
Los españoles en F la n d e s..........................................
353
Don Juan de Austria en F la n d e s ...............................
397
El asalto de Mastrique por el Príncipe de Parma . .
435
Pobreza no es v i l e z a .......................................................
477
La tragedia del rey D. S e b a stiá n ...............................
519
El Alcalde de Z a la m e a .................... ............................. 5 & S
Arauco domado .................. ..............................................
597
Tomo X III, 1902:
El Marqués de las N a v a s ..............................................
La nueva victoria del Marqués de Santa C r u z .........
El Brasil restituido ..........................................................
La nueva victoria de D. Gonzalo de C ó r d o v a ...........
Diálogo militar ................................................................
http://ir.uiowa.edu/uissll/
1
33
75
107
145
COMEDIAS HISTÓRICAS, TRADICIONALES Y LEGEN­
DARIAS EDITADAS POR COTARELO Y MORI Y OTROS
EN LA NUEVA EDICIÓN DE LA ACADEMIA
http://ir.uiowa.edu/uissll/
http://ir.uiowa.edu/uissll/
Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Es­
pañola, edic. de Emilio Cotarelo y Mori y otros, M adrid:
Tip. de la “ Rev. Arch., Bibl. y Museo,” 1916-1930.
Tomo I, 1916:
El Alcaide de M a d r id .....................................................
Antonio R o c a .....................................................................
547
660
Tomo III, 1917:
El Abanillo .......................................................................
La adversa fortuna de D. Bernardo de Cabrera . . .
Bernardo del Carpió / / .......................................... ..
1
61
645
Tomo IV, 1918:
La defensa en la v e r d a d ...............................................
422
' Tomo V III, 1930:
Pedro de U rd em alas.......................................................
La próspera fortuna de D . Bernardo de Cabrera . . .
392
637
Tomo XI, 1930:
Los Guzmanes de Toral ...............................................
Las hazañas del C i d .......................................................
http://ir.uiowa.edu/uissll/
1
37
Se acabó de imprimir este libro el día
20 de enero de 1958, en los talleres de
B. Costa-Amic, Mesones 14, de la C.
de México. — Cuidó de la edición
Sebastián Ortiz. Tiraje: 500 ejemplares.
http://ir.uiowa.edu/uissll/

Documentos relacionados