Turmero en mi memoria - turmero para siempre

Transcripción

Turmero en mi memoria - turmero para siempre
Turmero en mi memoria
TURMERO EN MI MEMORIA
Francisco “Pancho” Rodríguez
Abril 2013
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
INDICE GENERAL
CONTENIDO
SEMBLANZA DE FRANCISCO” PANCHO” RODRÍGUEZ
HOMENAJE
PARA SU CONOCIMIENTO
PROLOGO POR EFREN AUGUSTO RODRIGUEZ
INTRODUCCION POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ
CAPITULO
I.- CONOZCA A TURMERO
El parque Simón Rodríguez
Turmero, remota tierra de gracia
El Valle de Los Lairenes
Noticias para la historia
Los amantes del Tocopio
El Santuario de la colina
De la epopeya a la conmemoración
La huella macarina
Trapaleados ejercicios de soberanía
San Simón de La Alameda
Días de cambio
El propio esfuerzo
Senda de luces y virtudes
Turmero, una fructa de la tierra
Turmero en el arte de existir
La crónica social en la pequeña historia
Episodios en la calle Real
Las minas de la Virgen
La ciudad cuenta sus historias
¡Aquellos sí que eran festejos!
Tarde de lluvia y dolor
De mene a estiércol del diablo
La factoría
II.- PROTAGONISTAS DE VERDAD
Artista de la piedra
En duelo la palabra y el color
Poeta de trascendencia
El capitán veneno
El poeta y su obra
La voz deportiva de América
Descansa, Molinete
Cien años de intelectualidad
Epónimos de grandecía
Un jugador inolvidable
Notables de la ciudad
Una historia donde ya nadie esta
III .- BAJO EL MISMO CIELO
En la aurora se inicia la hazaña
Pueblo de costa y cacao
Descendientes de venerada estirpe
Ejemplo mundial de comunidad agraria
IV.- REMINISCENCIAS DE MI PUEBLO
Evocaciones místicas
Crimen no esclarecido
El retrato de un benemérito
El guerrero reclama recompensa
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Dos muertes para la historia
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El poeta y la Rosa
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Ruedas y diversiones
Premio centenario de la poesía y el pentagrama
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COROLARIO POR EFREN AUGUSTO RODRIGUEZ
PUBLICACIONES DIGITALIZADAS
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Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
SEMBLANZA DE FRANCISCO” PANCHO” RODRÍGUEZ
Francisco José Rodríguez, mejor conocido
como “Pancho” Reyes ó “Rodríguez”, nace el 6
de octubre de 1933 en Turmero-Estado Aragua,
estudio en la Escuela Federal José Rafael
Revenga y posteriormente de la Escuela Normal
Rural “El Macaro”. Fue Maestro de Aula por
mucho tiempo; luego se prepara para
actividades administrativas como Contador
Técnico y ejerce cargos en la administración
pública. Ha estado ligado a actividades
culturales e históricas en distintas instituciones
como el Fondo Popular de Cultura ”Rafael
FRANCISCO"PANCHO"RODRIGUEZ
Seijas”, la Sociedad Bolivariana de Turmero,
Centro de Historia del Estado Aragua y otras. Ha sido columnista de opinión en
diarios de circulación regional y local, destacándose la Revista Candelaria donde
ha escrito desde su inicio en 1997 a la fecha. Ha recibido Condecoraciones y
Reconocimientos por su aporte invalorable con trabajos de investigación que ha
puesto al conocimiento de todos. Como el mismo nos lo definió, estos son los
“datos personales de un hombre que ha vivido ochenta años bajo un mismo
cielo, pisado una sola tierra, donde tuve el honor de nacer”.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
HOMENAJE
Hemos hecho esta edición denominada MEMORIAS HISTORICAS
DIGITALIZADAS DE TURMERO, para reconocer el esfuerzo y los
méritos DE HOMBRES Y MUJERES DE TURMERO,en este caso
particular del Maestro, Cronista oficioso, trabajador de la historia
local, investigador de fuentes primarias, el hombre de pueblo,
nacido y criado en la tierra de los Lairenes, en el valle Ancestral
de Candelaria de Turmero, no puede ser otro personaje que
Francisco “Pancho Reyes” Rodríguez, quien ha tenido la
dedicación, la entereza, la voluntad y el amor para investigar y
darnos a conocer aspectos relevantes de nuestra historia y vida
local que han marcado una huella y un hito que trasciende el
valor histórico.
PARA SU CONOCIMIENTO
Este trabajo se concluyó de Digitalizar en la ciudad de Turmero, en el estado Aragua,Venezuela, el 29
de Abril del 2013, por el Lic. Néstor Germán Rodríguez y las orientaciones pedagógicas del Prof. Efrén
Rodríguez, en el marco de la recopilación de las Memorias Históricas de Turmero, se agradece hacer
referencia a su edición cuando cite algunas de sus partes en los trabajos de investigación de acuerdo a
las normas establecidas para estos fines, manteniendo siempre el espíritu y contenido expresado en su
texto.
EJEMPLO DE CITA.
Rodríguez Francisco, (2013). Turmero en mi Memoria. En: E. Rodríguez y NG. Rodríguez. Colección
Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, N° 8. Turmero, Estado Aragua (Venezuela): Edición
Propia. Disponible en: http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
PROLOGO
Francisco “Panchito” Rodríguez (FPR) nos lleva a una paseo por lo imaginario, por lo real, por el lugar natal, por el
recuerdo y añoranza del pasado hoy convertido en presente, adentrarnos en el Turmero de ayer, conocer sus
costumbres, personajes, anécdotas, son de un valor incalculable. Irreverente en su prosa, exige la construcción del
Parque Simón Rodríguez e incluso lamenta el cierre de la Biblioteca del gran maestro Fernando Rodríguez. Es un
transcurrir de hechos reales vividos, compartidos y aprendidos de su transcurrir por la vida, indaga lo desconocido,
escudriña documentos, libros, acude a testimoniales. Quien imaginaría que el Municipio Santiago Mariño posee unas
tierras ejidales otorgadas por la Procuraduría del estado Aragua, fue una adjudicación gratuita de los fundos
denominados Samán Nacional y Libertador, constantes su extensión de 76 hectáreas, y la posesión agrícola nombrada
Villeguitas, con el fin de constituir con sus terrenos los ejidos del municipio, ya que se carecía de superficies
indispensables para el desarrollo urbano y rural. Hurgo con su sapiencia que el pueblo de Turmero deriva su nombre
del vocablo turma (la papa), pero además agrega que, ha visto la caída de su pasado, en el derrumbe o demolición de
sus casas de adobe y tejas, de ventanales y portones, de patios y jardines. En la borradura de ese mundo, el único
sector del pueblo que ha resistido los cambios distorsionantes del desafuero urbanístico, ha sido Pueblo Nuevo, sector
al norte de la ciudad. FPR es un libro abierto, grande como su corazón, nos lleva a los desconocidos e incluso fue
visitante de los calabozos de la Seguridad Nacional donde es retenido por su posición contra la dictadura perejimenista
al lado de muchos turmereños que orgullosamente contribuyeron con el derrocamiento de ese nefasto gobierno. FPR
nos legó su testimonial de la Capilla de El Calvario o Santuario de la Colina, allá en el pie del Cerro El Picacho, nos
retrocede en el tiempo y nos ubica cuando el pueblo fue convertido en una Encomienda, su trabajo nos pasea por la
poesía pura e inédita al decir “En sus calles se extiende la primavera de los amores adolescentes, en franca disparidad,
con la caricia sutil del viento, sobre mi cabellera hoy plateada. Vivo en el pueblo eterno de mis sueños, al cual la
realidad se le parece tanto, en cada esquina y en los habitantes vecinos, se hace interminable el ejercicio de sentirnos
familia numerosa, compartiendo el pasado y el presente, fraguando para el futuro una quimera sólida, como de roca,
como de hoja, como de árbol, como de ser y estar, como de verbo, como dé lugar escogido, como de eternidad en la
paz no buscada, pero segura del sepulcro”. FPR es un letrado que se le fue adelante al tiempo, que deja plasmada su
creatividad literaria como una herencia para los turmereños, maestro de maestros y lo decimos porque en este país, mi
país, no hacemos reconocimientos en vida a nadie y ahora tenemos la oportunidad de mostrar parte de la historia de
Turmero, parte de la realidad venezolana en palabras de un ancestral hombre formado en la vida. Descendientes de
Próceres, Presidentes de la República, Gobernadores, Presidentes de Concejos Municipales, Alcaldes, Concejales,
pero sobre todo bañado de pueblo. Prefiero dejar que ustedes indaguen, descubran y valoren este material que marca
una nueva realidad de la historia local, honor a Francisco “Pancho” Rodríguez, hijo ilustre de la ancestral tierra
turmereña.
Efrén Augusto Rodríguez
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
INTRODUCCION
Esta primera recopilación de escritos del Autor, los cuales tratan de temas locales en su mayoría o siempre
relacionados con el terruño, nos revela aspectos desconocidos e inéditos de las vivencias del pasado, todo
ello producto de una rigurosa investigación que se encuentra vinculada íntimamente con su accionar de la
vida. Precisamente ese es el objeto principal de esta publicación, transferir a las generaciones del presente y
del porvenir, estos acontecimientos para que perduren en el tiempo y puedan almacenarse en la memoria de
la ciudadanía, del hombre y mujer de pueblo.
Este primer volumen contiene el escudriñamiento manuscrito de cinco años de dedicación, hemos dividido
esta selección en cuatro Capítulos. El prime Capitulo sobre Turmero, el pueblo natal, en donde de manera
variada conocemos anécdotas, costumbres y hechos. En el Capítulo II, conocemos parte de los alrededores
de estos valles de Turmero, en donde hemos pasado del verdor productivo del campo al urbanismo del
desarrollo. Los hombres y mujeres, nacidos o venidos son los protagonistas mencionados y reconocidos en
el Capítulo III, se han destacado en sus actuaciones, por su talento, valentía o labor. El Capítulo IV nos
recoge los escritos diversos que como denominador común tienen los recuerdos de este noble pueblo y sus
gentes.
Se ha respetado el texto original de la época utilizado por el escritor, obviamente ha sido muy difícil la
transcripción precisa y exacta por dificultades técnicas en el escaneo del texto, así mismo se han utilizados
en algunos casos las fotos originales presentadas en las publicaciones y otras son incorporadas por el equipo
editor. Sin dudas se presentan algunas fallas técnicas que solicitamos la mayor comprensión y se entienda el
fondo y espíritu del trabajo.
No ha sido difícil el acopio de los escritos, el autor los ha publicado en la Revista Candelaria de Turmero o
entregados por consultas a interesados, se aspira hacer una edición impresa. Sentimos una gran satisfacción
porque este trabajo va a permitir que estos materiales se multipliquen y puedan contribuir a la formación
intelectual y al bagaje de los estudiantes y lectores en general. También queremos que sirva de ejemplo para
despertar la inquietud por la búsqueda de los hechos y aconteceres locales.
Con el material recopilado del mismo autor, se pueden generar otras compilaciones para incrementar el
conocimiento de nuestro pasado, para sentir el orgullo de amar a esta tierra bienaventurada del Creador.
Néstor Germán Rodríguez
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
I.- CONOZCA A TURMERO
El Parque Simón Rodríguez
En el pasado quienes llegaban a la plazoleta situada frente a la
vieja edificación, albergue de los poderes públicos del antiguo
Distrito Mariño, pasaban deliciosos momentos bajo la fronda de
un paradisiaco lugar. En los días de la Candelaria colocaban
bajo su ramaje mesas para los juegos de azar, satisfaciendo a los
ludópatas en sus incontrolables deseos de jugar. A un costado
de la soledad verdosa se vio surgir la construcción de una vivienda, que en el cronológico recorrido del tiempo hería como
espada el orgullo turmereño y la placidez del encantador lugar,
ello fue incentivo para un juicio reivindicatorio, recibiendo el
Síndico Procurador Municipal amplios poderes para defender el
bien público y en oficio fechado el 23 de octubre de 1937, la
Cámara Municipal es impuesta de una grata noticia: "Ciudadano
Presidente del I.C.M. del Distrito Mariño. Sudespacho.
Cúmpleme notificar a usted y por su elevado órgano a la Ilustre
Corporación Municipal de este Distrito, que en esta misma
fecha ha quedado definitivamente firme el fallo de primera instancia, dictado por el Juzgado Accidental de este Distrito, en la
demanda intentada por mi conducto contra el ciudadano Prisciliano Flores Yánez, quedando de la exclusiva propiedad del Municipio todas las bienhechurías, provenientes de la edificación del mencionado Flores Yánez en el terreno del Parque Simón
Rodríguez en el ángulo occidental de la Plaza Mariño y además con derecho de cobrar a éste una indemnización por todo el
tiempo de la ocupación de dicho terreno, desde el año 1928 hasta el 20 de mayo del año en curso...". Firma el oficio notificatorio
el Síndico Procurador Municipal Amador Guzmán. Poco tiempo después un grupo de esclarecidos ciudadanos fijan sus miradas en
el singular parque y conciben un hermoso proyecto, esbozado en una epístola que denota amor y preocupación por el pueblo y sus
niños. "Turmero, 11 de diciembre de 1939. Ciudadano Presidente del muy ilustre Concejo Municipal. Presente. Con el fin de
contribuir al adelanto cultural, a la vez que al ornato de esta bella porción de Aragua, hemos concebido el proyecto de construir en
la plazoleta que se encuentra comprendida entre las calles Miranda y Mariño lindando en su parte este con la calle Petión, un
parque infantil que servirá de sitio de sanas diversiones a la chiquillería turmereña evitando la concurrencia de los niños a lugares
impropios para su edad. Al efecto se ha consumido la Junta pro Parque Infantil que quedó integrada de la siguiente manera: Presidente, Gustavo Morales Guerra; Secretario, Francisco Álvarez Sotillo; el Tesorero, Andrés Guevara García; Secretario de
Propaganda, Napoleón Guariguata Alfaro, y Vocales, Alejandro Franco Torres, José Natalio Bruguera y Joaquín López". El hermoso sueño de las distinguidas personas, se hizo realidad a los pocos años en el solar de la Casa de la Gallera, cuando ella estaba
instalada la escuela José Rafael Revenga.
El Parque Simón Rodríguez existió hasta el año 1940, cuando el General Francisco Linares –Estévez- Alcántara ejercía por quinta
y última vez la presidencia del estado. Ese año el gobierno regional utiliza el citado espacio, con dos modestas construcciones
destinadas al comedor escolar y Dispensario Pedro Buznego Martínez, rebautizado en el régimen del General Marcos Pérez
Jiménez, como Puesto de Salud Josefina Martínez Rui de Díaz González, en cuya sala de partos nacían niños con nuestro
gentilicio. En el devenir de los años estas estructuras en distintos momentos, fueron utilizadas como Prefectura, Cuartel de Policía,
Puesto de Vigilantes de Tránsito y sede de Biblioteca Pública Fernando Rodríguez, respetable institución cerrada en
incomprensible decisión municipal.
Hoy con una valla de hermosos colores y extensa grafía, fijada al frente de historiado lugar, el Ejecutivo Regional nos participa
que se levanta el edificio. Que ha de ser Estación Central de Policía Turmero.
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Turmero en mi memoria
Turmero, remota tierra de gracia
Una consecuencia de la confiscación de los bienes del general Juan Vicente Gómez y otros funcionarios de su gobierno, por el
Congreso Nacional en 1936, a proposición del escritor turmereño Alfredo Pacheco Miranda, a la sazón diputado por el estado
Aragua, es la solicitud del Concejo Municipal mariñense, por intermedio de la Procuraduría del estado Aragua, de adjudicación
gratuita de los fundos denominados Samán Nacional y Libertador, constantes su extensión de 76 hectáreas, y la posesión agrícola
nombrada Villeguitas, de 40 hectáreas con el fin de constituir con sus terrenos los ejidos del municipio, ya que se carecía de
superficies indispensables para el desarrollo urbano y rural. Tal petición tuvo acogida favorable en el Ejecutivo Nacional y por
intermedio de Elbano Mibelli, ministro de Agricultura y Cría de los Estados Unidos de Venezuela, el 17 de abril de 1941, satisfizo
el memorial de nuestros munícipes. El 13 de mayo de ese mismo año, el documento fue presentado para su protocolización ante la
Oficina Subalterna de Registro del Distrito Mariño, por el ciudadano Alejandro Montes de Oca, según constancia del registrador
Rafael Ponce Camacho y los testigos hábiles Carlos Pérez
Frydensberg y José Valeriano Naranjo, quedando asentado bajo el №
15 del segundo trimestre. Dicho instrumento menciona topónimos
que corresponden a identificaciones pretéritas, como se evidencia en
el lindero de Villeguitas, del que hago cita textual: «Por el este
camino transversal de Cañafístola a la Pelota, antiguamente denominado El Tranvía»; para mejor identificación del lugar, aclaro que
El Tranvía era el nombre de una calle del sector Cañafístola, en el
primer trimestre de 1909 la ciudadana Cleofe González, en una
operación de compra-venta, adquiere una vivienda y menciona esa
vía pública como sitio de ubicación del inmueble objeto de
transacción; su nombre se debe al desplazamiento sobre ella del
Antigua Estación del Ferrocarril en La Juliatranvía que unía al pueblo con la estación ferroviaria de La Julia. El
Turmero
vehículo se desplazaba sobre rieles arrastrados por dos caballos. El
último de los cocheros fue el turmereño Domingo Hermoso, su labor
abarca el primer veintenario del moribundo siglo XX. Con la desaparición del singular transporte y el asfaltado de la calle
Villacastín, nombre reciente de la historiada vía, este episodio de la pequeña historia local corresponde a los dominios del arcano.
Retornando al tema de los ejidos municipales y su posterior uso agrícola, quid de la presente crónica; veremos que estas 106
hectáreas de verdes imaginables, musicalizadas con el melodioso gorjeo de los pájaros, irradiadas por un sol inclemente, recibían
las refrescantes aguas de riego a través de numerosas acequias y del mismo río Turmero; dichas tierras fueron microparceladas y
entregadas a los campesinos, que obtenían el rico manjar de las cosechas, para deleite del paladar, en la pequeña área del conuco o
en la fértil vega. Tengo en mi poder una copia catastral de 1943, con nombres de 116 adjudicatarios asentados: 44 en Villeguitas,
25 en el Samán Nacional y 47 en el Libertador. La diaria aventura del hombre sembrador y soñador, que se levantaba ante el
asomo del sol, se prolongó por años, hasta el momento que se le impidió hundir el azadón para depositar la fértil semilla que
recompensaba al hortelano con abundantes rendimientos. Esa reproductiva labor fue obstaculizada por insensatos mercaderes de
terrenos, que cuentan con apoyos políticos y suelos de invalorable calidad agrícola, fueron sacrificados en un incompresible
urbanismo. Han surgido urbanizaciones con cierta planificación, también densidades anárquicas y marginales, fomentadas en la
política de ranchificación que se ha gerenciado en Mariño, como el reciente episodio de la invasión de la parcela 31 de Samán de
Güere y el acoso que se mantiene sobre la parcela 36 del mismo sector, presionando el desalojo de sus pisatarios. Lo que comenzó
con buenos presagios, concluye en torcidas e infames ejecutorias.
Haciendo un análisis en la sucesión ordenada de las muchas notas marginales estampadas en el documento de donación, se
reconstruye buena parte del crecimiento urbanístico de Mariño.
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Turmero en mi memoria
El valle de los lairenes
En el año hay tres fechas especiales para los turmereños: la fiesta de
Candelaria, la Semana Santa y el instituido Día de la Ciudad (27 de noviembre).
En esos infrecuentes días, los pasos de los viandantes, en los senderos fascinantes
de las calles, concluyen en la plaza Mariño, siempre vestida con el traje verde de
sus hojas, donde la luz se abre paso para tocar piso, a través de las rendijas de la
umbría; bajo su sombra colocan las dulceras sus azafates henchidos con el meloso
sabor de la pastelería casera y los lairenes, exquisitos y deleitosos rizomas, tentación del paladar. En la plática de los presentes anida lo recóndito, de un pueblo en
busca de su memoria, menguada en la distorsión de un crecimiento anárquico,
que sembró chabolas en lo que antes fue sementeras, en los accesos de El
Mácaro, Samán de Güere y la hacienda Paya.
El Lairén, este tubérculo es una especie de papa
pequeña, se produce en las montañas de
Turmero
De tantas cosas sin gracias que nos deja la distorsión, llegamos al desaliño de
borrar la memoria de la toponimia antigua, apenas conocida por un número de
paisanos, muy alejados de la fecha de nacimiento, afortunadamente escrita en los archivos de varios despachos públicos, donde
tomo nota de la existencia de las calles El Silencio (actual calle Urdaneta). El Tranvía (Villacastín), El Ganado (Bermúdez). Real
o Principal (Mariño) y El Comercio (Cedeño). En relación a las esquinas, el nomenclador es profuso en floridos nombres, exóticos
y sugestivos: Esquina de Cagua (Ribas cruce con Urdaneta), La Lechería (Ribas c/c Miranda), Los Siete Pecados (Petión c/c
Salias), El Tesoro Escondido (Petión c/c Sucre), La Factoría (Petión c/c Bolívar), La Policía (Petión c/c Mariño), Ayacucho
(Cedeño c/c Campo Elías), Mango Oscuro (Páez c/c Campo Elías), La Falconera (Campo Elias c/c Ricaurte), El Hijo de la Noche
(Ricaurte c/c Negro Primero), La Aduana (Girardot c/c Bermúdez), La Haciendita (Urdaneta c/c Pasaje Urdaneta), El Cementerio
(Urdaneta c/c Carreño), La Matanza (frente a la Plaza Bermúdez), La Mina(Mariño c/c Ricaurte), Flor de Mayo (Ricaurte c/c
Sucre). La convergencia de las calles Ribas y Mariño dio origen a una trinidad de nombres: Plazoleta de la Iglesia, Parque 23 de
Mayo y Boulevard, denominación que prevalece para la historia, originalmente estuvo protegida por una hermosa verja, con
dispositivos para colocar faroles que desparramaban su resplandor. La esquina frente a la Plaza Villacastín se conoce como El
Placer, resume relatos de mabil con hetairas y música de pianitos, en la era del gomecismo. En tiempos de la democracia los
peatones estamos obligados a desplazamos por las calzadas, porque las aceras de éstas y otras vías, son obstaculizadas con
tenderetes de vendedores ambulantes de granjerias y baratijas, venidos de ciudades vecinas, ante el olímpico desdén de las
autoridades municipales.
El pueblo que deriva su nombre del vocablo turma (la papa) ha visto la caída de su pasado, en el derrumbe o demolición de sus
casas de adobe y tejas, de ventanales y portones, de patios y jardines. En la borradura de ese mundo, el único sector del pueblo que
ha resistido los cambios distorsionantes del desafuero urbanístico, ha sido Pueblo Nuevo, sector al norte de la ciudad; bien merece
esa porción turmereña una ordenanza municipal que proteja y preserve las numerosas casas antañonas, que estando en pie nos
testimonian su antigua data, de lo contrario tendremos que pedir clemencia por ellas como hicimos por la Casa de Villegas, los
inmuebles residencia de las familias Tesorero, Contreras, Cróquer, Borgo, Díaz Martínez, el Palacio Municipal de nueve pilares,
la casa de altos conocida como Paramaribo y el inmueble del coronel Félix Borges. También deben librarse de la apariencia
ruinosa las mansiones de los Martínez Rui, Montes de Oca, la Casa de la Gallera y la señorial estancia de San Pablo, que en su
época de máximo esplendor vio recepcionar lo más granado de la intelectualidad aragüeña, agasajados por su propietaria Pepita
Ramos, en fastuosas veladas artísticas.
En «el valle de los lairenes», como cita el bardo Alberto Flores, los niños y los jóvenes no pueden abrevar «en el libro que guarda
la fama» de la inspiración de Ramón Bastida, ni de las páginas de perennidad que nuestros narradores y poetas, en lenguajes
distintos pero no distantes, han agregado al sagrado volumen, porque una absurda e incomprensible decisión de la Alcaldía, con
un plumazo deja sin vida las bibliotecas
A ex profeso destino esta parte de la crónica para reverenciar a dos artistas plásticos del terruño, cuyos laureles son nuestro
orgullo. Al fallecido Mario Abreu, nacido el 22 de agosto de 1919, quien a los nueve años comienza a trabajar en la bodega de
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Turmero en mi memoria
Tomás Belmonte y en los ratos libres copiaba las caricaturas de Leo. En su pueblo ve los primeros objetos mágicos, aquí también
se le metió muy adentro el germen de la flora y la fauna, que transformados ofrece en sus pinturas; su vida de artista fue una
permanente indagación del ser americano, de su entorno geográfico y su espiritualidad Obras como «El toro constelado». «La
mujer vegetal» y los famosos gallos, forman parte del patrimonio artístico del país, fue Premio Nacional de Artes Plásticas. Juan
Villegas, nativo de San Mateo, es el otro creador escogido para comentarios de este trabajo; su nacimiento fue el 23 de junio de
1954, radicado en Turmero desde sus tres años de edad, no es el único pintor de la familia también lo es su hijo, tres hermanos,
dos sobrinos y un primo. Recibe en 1984 clases de dibujo analítico y expresiones plásticas en la escuela Rafael Monasterios; en
los años 1984-85 cursa comunicación en el arte en el Museo de Arte de Maracay. El paisajismo es su temática y en sus lienzos
atrapa todos los colores y bellezas del pueblo donde reside; ha participado en veinticinco exposiciones colectivas, once
individuales, veinticuatro salones, treintiun concursos de pintura al aire libre y dos bienales, ambas en la vecina ciudad de Cagua.
La infinitud de su obra le ha proporcionado numerosos premios, menciones y reconocimientos, entre ellos la orden Ciudad de
Turmero, colocada en su pecho el 17 de mayo de 1996. Su sapiencia es impartida en clases en el taller de arte Nueva Visión a
veintitrés alumnos, tropa de noveles en el trampolín de la consagración, por la sabiduría del catedrático; estos discípulos están en
un proceso de selección de trabajos ante el inminente debut artístico, en una muestra colectiva en el salón de arte cuyo nombre ya
está mencionado, inmueble distinguido con el N* 73 de la calle El Silencio, nombre de la vía en la antigua toponimia local. Para
Juan Villegas el suceder del tiempo es trabajar, pintar y enseñar, es lo único que le divierte, lo único que sabe hacer.
Como hombres de mentalidad provinciana, nuestra pasión pueblerina se exalta y se deleita en la palabra escrita de Diana
Hermoso: «Turmero, tierra de ingenuos ideales, calles que en mi infancia recorrí, su bella plaza, mi refugio y mi casa, su gente
réplica de un vivir».
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Turmero en mi memoria
Noticias para la historia
A finales de 1957, el régimen venezolano se asfixiaba en la
legalidad; de acuerdo a la entonces vigente Constitución, el período
presidido por el general Marcos Pérez Jiménez expiraba el 19 de
abril del año siguiente. En esas circunstancias se convoca a una consulta plebiscitaría a cumplirse en diciembre, donde los sufragantes
podían expresar mediante el voto, si el gobierno continuaba por
otros cinco años o concluía en la fecha prevista. Pocas personas
tomaron en cuenta la convocatoria comicial; no obstante, se instrumenta y realiza, en base a los empleados públicos, obligados a ser
funcionarios electorales; en nuestro municipio (Mariño) se organiza
bajo la conducción del prefecto Enrique Ramos. De más está decir
que fue abrumador el "triunfo" del oficialismo.
El primero de enero de 1958, los soñolientos y todavía enfiestados
ciudadanos oyen con incredulidad, a las 8 de la mañana, a través de
Radio Maracay, una proclama leída por el mayor Luis Evencio
Carrillo, anunciando el comienzo de una rebelión militar con
epicentro en la ciudad de Maracay; a partir de entonces, sólo se escucharían las voces del teniente Hugo Montesinos Castillo,
Rafael Coquito Méndez, Godofredo González y Jesús María Labrador. Los asombrados ciudadanos, ávidos de noticias, plenan la
plaza Mariño. A eso de las diez de la mañana, Luis Ramón Herrera se hace presente y comenta un poco lo que acontece en la
capital del estado. En la tarde se interrumpe el servicio eléctrico y un grupo de personas asaltan las oficinas de Cadafe, creyendo
que allí habían originado la interrupción. En horas de la noche, el señor Pedro Guédez (fallecido) improvisa una arenga en la Plaza
y se despacha a Maracay un camión con reservistas en apoyo a la insurrección. A media noche ya se sabía el fracaso de la
asonada.
Al día siguiente, en hora vespertina, cuando me dirigía a mi trabajo, fui detenido por el prefecto Enrique Ramos. Lo mismo hizo
con José Antonio Blanco y Faustino Carrillo, hombre ducho en golpes tuyeros, gran bailador de esa música que enesos años
vocalizaba Quintín Duarte, bonches donde se gana el farandulero mote de Tramalarpa. Este trío de recién iniciados políticos fue
remitido a la Seguridad Nacional, en un carro conducido por quien luego sería alto funcionario de la empresa eléctrica Cadafe.
luego trasladados al cuartel de policía, que funcionaba frente a la plaza Girardot. en el edificio donde hoy están los museos de
Antropología e Historia. En la mañana del día 3, cuando fuimos sacados al patio, me entero de que la razzia en Turmero había
sido completa, pues me encuentro con Abigail Peña, Bruno Caballero, Moisés Soto Ceballos, Cecilio Antonio Guevara, Narciso
Acosta Rodríguez, José Molletón, Luis Blanco, Félix Hernández Galavís, Buenaventura Gómez Galdona y Luis Ramón Herrera.
Al obtener la libertad me informan que Gregorio Rafael Sarco Lira también había sufrido detención en los calabozos de la SN en
Villa de Cura. Nuestro encierro duró pocos días, nuevos sectores militares y civiles se incorporan a la protesta y el 23 de enero se
produce el cambio, con la huida de Pérez Jiménez a Santo Domingo. Mis desventuras no concluyen el día de la liberación, en el
mismo reténfui encerrado años después por cancerberos diferentes, ya que eran funcionarios de la democracia
Producido el cambio de gobierno, el recién liberado Gregorio Sarco Lira fue nombrado prefecto del distrito y, como secretario,
estuvo el fenecido profesor y luego abogado Benito Pérez Ramos. En base a los partidos actuantes de la época, que habían
participado en la llamada resistencia, se organiza la Junta Patriótica, integrándose la misma con la doctora Ligia Marín (AD), José
Pacheco Lugo (URD), José Eutimio Soto Ceballos (Copei) y Francisco Sandoval (PCV); el consultorio médico de la doctora
Marín era la sala de sesiones de la junta. Cada organización política mencionada escogió a uno de sus miembros para integrar el
Concejo Municipal actuante en el año de la provisionalidad, y el prefecto, en concertación con la Junta Patriótica, escogieron los
miembros independientes del cuerpo edificio, quedando conformado de la siguiente manera; Carlos Trujillo Córdova
(independiente), presidente; José Rafael Pérez Ramos (URD), Ismael Velásquez (AD), Porfirio Salcedo (Copei), Francisco
Sandoval (PCV), Juan José Cortez Olmos y Euclides Flores (independientes). Al instalarse la Cámara Municipal seleccionan
como secretario al señor Abdul Peláez Blanco, y como síndico a Miguel Angel Castillo (palonegrense) había sido secretario del
juzgado del Distrito Mariño. Por lo delicado del momento, las Fiestas Patronales fueron planificadas únicamente con la
programación litúrgica, obviándose los festejos populares. Del efímero poder municipal son supervivientes Ismael Velásquez y
Juan J Cortez Olmos.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Muchos ciudadanos se suman a la lucha antiperezjimenista por querer un gobierno distinto, y lo conseguimos enteramente opuesto
a lo buscado. En lo económico, Venezuela sale de la llamada dictadura próspera y solvente; en las duras realidades de hoy somos
los primeros del mundo en inflación, los terceros en deuda externa, los cuartos en la entrega de nuestras riquezas y los novenos en
corrupción, no hay paz laboral y los conflictos sociales se multiplican De los presos políticos de 1958 sobrevivimos Abigaíl Peña
(en estado de invidencia), Bruno Caballero, Cecilio Antonio Guevara, Narciso Acosta Rodríguez, Luis Ramón Herrera y el autor
de estas notas. Los demás, lamentablemente, han desaparecido inmersos en el injusto ocultamiento de sus ejecutorias. El tiempo y
la tierra que les cubre no han borrado el recuerdo de ellos.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Los amantes del Tocopio
Pedro Ladrón de Guevara era un nativo de Valencia, en
cuyos alrededores tenía una encomienda; como era una
persona atraída por las andanzas y aventuras, un buen día
abandona sus pertenencias y funciones de encomendero para
marcharse a los Campos de Marte. Con las banderas y armas
de su rey combate en España, Francia e Italia; los menesteres
de la guerra le llevan a combatir por Cataluña, Burdeos y a
Extremadura presta servicios como capitán. Luego de mucho
batallar en el continente europeo, el beligerante hombre
oriundo del Nuevo Mundo busca reposo en su tierra
venezolana, regresando cargado de fama y experiencia
guerrera, para encontrarse con la dura realidad de la pobreza,
pues había perdido en su ausencia la encomienda y otros
bienes. Sus amigos vienen en su auxilio y le facilitan dinero y
Ilustración de la vida indígena
reses para que fundara un hato; su primo, Juan Martínez de
Villegas y Guevara, escritura a su nombre la donación del valle y tierras de Tocopío, recodo al oeste de Turmero, tropical espacio
donde el alado Cupido, montando en su arco flechas de oro, hiere su corazón, igual que el de la india Marcela Martínez Partea,
hija del cacique Juan Martínez Parica.
Como el capitán Pedro Ladrón de Guevara aspiraba a legalizar su unión con Marcela, en una época rígida y castrante, sus
familiares se resienten, la hacen detener y trasladar a Caracas. Entonces, con increíble dinamismo, se llena de valor y enfrenta solo
a la oscurantista sociedad colonial llena de prejuicios, sin importarle lo fuerte que eran sus poderosos enemigos. Solicita un Amparo Real divulgado en las plazas públicas de Caracas y La Guaira; acude a la Real Audiencia de Santo Domingo, ante la que
expone sus servicios al rey y las persecuciones sufridas, por su intención matrimonial con Marcela Parica, suplicando su
restitución al pueblo de Turmero. Al fin, el 17 de noviembre de 1676, la Audiencia coloca bajo Amparo a los amantes, noticia
pregonada en las plazas de Turmero y Cagua y se da cumplimiento a la devolución de Marcela a su pueblo natal. La vida de Pedro y Marcela culmina en matrimonio, llegando a procrear nueve hijos. La vida sosegada y feliz a que tenían
derecho fue perturbada por los numerosos enemigos de la pareja; ante la imprecisión de linderos y ocultamiento de hitos, emprenden un acoso tratando de achicar la extensión de sus tierras. Con razonados alegatos defendieron lo suyo y, como era natural
presentan sus títulos y la Real Protección de Amparo que les había otorgado la Audiencia. Al morir el capitán Pedro Ladrón de
Guevara, Marcela y sus Gerónimo Ladrón de Guevara y Parica, heredero del indominable carácter de su padre, vehemente
defensor de los indios de Turmero, llegando a ser cacique interino de ellos, nombrado por su tío Juan Martínez Parica.
Marcela, al igual que la princesa Diana de Gales, nunca fue aceptada en el seno de la familia política. Fallece en 1722; en su
testamento perdona a sus enemigos, entrega su alma al Todopoderoso y su cuerpo a la tierra, pide ser "sepultada bajo el arco toral
de la iglesia, con el entierro que tenemos y han tenido los caciques, mis padres y abuelos". El recuerdo de Pedro y Marcela ronda
en el tiempo, como símbolo de amor, entrega y pasión.
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Turmero en mi memoria
El Santuario de la Colina
En el extremo oriental de la calle Mariño, donde se acaba la tierra
plana y se asoma el sol en cada amanecer, existe una elevación que
los turmereños llaman El Calvario, sitio donde acaricia una brisa
distinta y los sueños parecen adquirir vida. Del inexorable paso del
tiempo, rescato de su escondrijo un puñado de recuerdos suficientes
para articular este palmarés histórico-religioso, de la pequeña
montaña.
*El 19 de febrero de 1814 una fuerza patriota al mando del teniente
Aurelio Escauriza derrota en la colina del Calvario a fuerzas ligeras
del ejército de Boves, que se habían replegado en ese sector En las
escaramuzas fallece el citado oficial turmereño.
La Caja o Casa de Agua, en el cerro El Calvario de Turmero
*Entre los años 1853 y 1861 estaba al frente de la parroquia el
Presbítero José Juan García, que acostumbraba hacer excursiones al Calvario y allí relataba a los niños la proeza del teniente
Aurelio Escauriza. Un día pidió a los pequeños un escrito descriptivo del episodio, el premio al ganador era un traje de
monaguillo, que le fue adjudicado al menor Antonio Ramón Silva, que lo estrena un 2 de febrero. En el devenir de los años
Antonio Ramón Silva se hace sacerdote y periodista, junto a Juan Bautista Castro, José Antonio Espinoza y Nicanor Rivero funda
el diario La Religión; como clérigo fue Obispo de la Diócesis de Mérida
* El 31 de mayo de 1881, el Presbítero Francisco J. Arato (natural de Padua, Italia) bendice y consagra en El Calvario una capilla
que había dejado inconclusa el padre Gregorio Rodríguez; medía 19 metros de largo por 8 de ancho. En ella se celebraba el culto
católico conocido como viacrucis.
*En correspondencia fechada 29 de septiembre de 1896, el Presbítero Antonio M. Imaz y Peña se dirige «Al Muy Ilustre Concejo
Municipal del Distrito Mariño», en los siguientes términos.
«Llevándose a feliz término la obra del camino del Calvario, estableciéndose con ella la base que constituya magnífico Boulevard
en el que, encima de La Capilla, se extiende hasta el sitio denominado El Cotoperí, dominante, que permite recrear la vista en los
hermosos valles de Aragua y riberas de la gran laguna de Tacarigua.
El paseo sería de grandísima utilidad para el pueblo pues constituiría «atracción, hallándose falto de otras aversiones, siendo por
tanto para sus vecinos recreo que, en los domingos y días de fiestas, disipará los sinsabores acumulados en la semana.
Al mismo tiempo que distracción para los fuertes, sería para los débiles ejercicio corporal que aumentara las fuerzas y
restableciera la salud, conviniendo por lo tanto por todos estos respectos desmontar el cerro y cruzarlo de caminos que, con poco
dinero es bien fácil hacerlo, ya que lo más difícil está hecho, el camino carretero hasta la capilla.
El firmante espera que sus esfuerzos por buscar comodidades, diversiones y paseos saludables al pueblo no se estrellarán ante
obstáculo alguno en esa ilustre Cámara Municipal en que el pueblo a quien representa, tanto confía.
El cura. Presbítero Antonio M. Imaz y Peña».
* En el año 1925 la Capilla del Calvario se encontraba muy deteriorada y sin techo, siendo reconstruida a sus expensas por don
Antonio Díaz González, turmereño de corazón que había formado hogar en este pueblo, al lado de su esposa Josefina Martínez
Rui de Díaz González, dotándola de una preciosa imagen en porcelana de la Virgen del Carmen.
* En los años finales del gobierno del Benemérito Juan Vicente Gómez, la capilla es echada a tierra para construir en su espacio el
estanque de agua del Acueducto Modelo Turmero-Cagua; el potable líquido fluía desde el embalse de Vega Grande, que represa
las aguas del río Paya y subía por gravedad, filtrada y clorificada en la sala de tratamiento, que estaba donde hoy tiene su sede
Hidrocentro. El arancel mensual cobrado a los usuarios del servicio era de cinco bolívares. Este tanque todavía funciona y los
turmereños lo conocemos como «la caja de agua», El Presbítero J. Ignacio Rincón rescata del abandono y el olvido las campanas
de la derruida capilla y, en correspondencia fechada el 21 de febrero de 1939, se dirige a la Cámara Municipal.
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Turmero en mi memoria
«Hace una temporada vengo pensando en cambiar las campanas que se usan en la torre del templo, por hallarse éstas rotas y ser
poco oídas en la población, por otras tres nuevas que se usaron en la capilla del calvario y que actualmente están en esta casa
parroquial. Pero teniendo otros trabajos en el templo, para los cuales se está recogiendo pequeñas cantidades entre los fieles y
dada la mala situación que aún perdura, sería demasiado penoso forzar la buena voluntad de los fieles aún más. Por lo cual acudo
a ese Ilustre cuerpo pidiéndole me ayude, si lo tienen a bien, con sesenta bolívares (Bs. 60,00), que es lo que me cobra el señor
Natividad Magallanes por bajada de las actuales campanas y montura de las nuevas. Anticipo mi reconocimiento.
*El Presbítero J. Ignacio Rincón rescata del abandono y el olvido las campanas de la derruida capilla y, en correspondencia
fechada el 21 de febrero de 1939, se dirige a la Cámara Municipal.
«Hace una temporada vengo pensando en cambiar las campanas que se usan en la torre del templo, por hallarse éstas rotas y ser
poco oídas en la población, por otras tres nuevas que se usaron en la capilla del calvario y que actualmente están en esta casa
parroquial. Pero teniendo otros trabajos en el templo, para los cuales se está recogiendo pequeñas cantidades entre los fieles y
dada la mala situación que aún perdura, sería demasiado penoso forzar la buena voluntad de los fieles aun más. Por lo cual acudo
a ese Ilustre cuerpo pidiéndole me ayude, si lo tienen a bien, con sesenta bolívares (Bs. 60,00), que es lo que me cobra el señor
Natividad Magallanes por bajada de las actuales campanas y montura de las nuevas. Anticipo mi reconocimiento. Pbro J. Ignacio
Rincón
*En el quinquenio de la Gran Venezuela (1974-1979) se construye en El Calvario un segundo estanque de
infraestructura que corresponde a obras del Acueducto Regional del Centro
almacenamiento,
En estos tiempos finiseculares, en la Colina del Calvario confluyen la soledad y el pasado en torno a las instalaciones hidráulicas,
realizadas en desemejantes regímenes. El sitio no tiene —por abandono— el encanto visionado por el devoto de la naturaleza que
fue el padre Imaz y Peña, aunque después de muchos años tienen vigencia las sugerencias conservacionistas del Prelado,
esbozadas en su poética misiva. Obras que se emprendan en ese recodo de la geografía turmereña, como la reedificación de la
capilla, bancos, miradores, etc., sería un homenaje a la creación, a la madre tierra y al hombre y una forma de mantener a raya, a
potenciales depredadores de los recursos naturales. Son ideas e inquietudes que trasegó a los organismos públicos, encargados de
la protección ambiental y el equilibrio ecológico.
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Turmero en mi memoria
De la epopeya a la conmemoración
Cuando crucé el umbral de la educación primaría, los maestros
enseñaban Historia de Venezuela cumpliendo el pensum elaborado
por el entonces Ministerio de Educación Nacional (MEN), plan de
estudios dónde las fechas patrias eran motivo para exaltar a
venezolanidad, en actos que magnificaban hazañas y glorias de las
generaciones antecesoras, comentario que hago ñuscando pie para
referirme al 24 de junio de 1821 y su atingencia con la ciudad de
nuestra querencia.
En la citada fecha se libra la Batalla de Carabobo, bajo la dirección
suprema del Libertador Simón Bolívar, contienda que decide,
después de once años de guerra, la Independencia de Venezuela. En
ese encuentro participa el mayor caudal de soldados, 6.500 por los
patriotas y 4.279 efectivos del ejército español, conducidos por su
comandante, el Mariscal de Campo don Miguel de la Torre. Héroe
indiscutible de la contienda bélica fue el general Páez, ascendido por
el Libertador en pleno campo de batalla a capitán general; el general
Santiago Mariño fue el jefe del Estado Mayor General y el coronel
Francisco de Paula Alcántara era ayudante general de la Segunda
División. En las bravuras de las hostilidades estuvieron presentes cuatro turmereños: José Palma, segundo comandante de
Caballería, que a las órdenes de Rondón se cubre de gloria, en las ardorosas cargas del Regimiento de Caballería del Alto Llano;
Andrés Pérez, subteniente del Batallón Anzoátegui, por su actuación en el magno encuentro el Congreso le otorga el 7 de abril de
1823 el escudo y ese mismo año es elevado al grado de teniente. Los otros hijos de nuestro terruño participantes en la lid
carabobeña fueron los tenientes Luis Urra y José Montezuma. En el lado venezolano hay que lamentar la muerte de los valerosos
Ambrosio Plaza y Manuel Cedeño, a quienes el Libertador asciende en homenaje póstumo; el capitán Julián Mellado, acosando la
retirada del Batallón Valencey, grita al general Páez: «¡Compadre, delante de mí la cabeza de mi caballo!», picó espuelas y se
precipita contra las filas enemigas, quedando su corcel clavado de bayonetas y él traspasado por siete disparos; este héroe
guariqueño es epónimo de una calle del sector Pueblo Nuevo, donde su memoria es ofendida en la nomenclatura municipal que
erróneamente le identifica con el apellido Mellao. Después de Carabobo, el Libertador marcha a Caracas y encarga al coronel
Francisco de Paula Alcántara de la Comandancia General de los Valles de Aragua, autorizado para organizar el gobierno de la
región, teniendo a su orden el Batallón Carabobo. La zona bajo su jurisdicción era muy amplia y a posterioridad se le reduce a
Maracay, La Villa, Güigüe, Santa Cruz, Magdaleno, San Juan de los Morros y Parapara. Cumple con celeridad las funciones que
se le habían ordenado, en especial el restablecimiento del orden, la pacificación del territorio a su mando y el apresamiento de los
enemigos dispersos. Primero se establece en Maracay y el 9 de agosto de 1821 radica la Comandancia a su cargo en Turmero,
pueblo donde es encumbrado a general de Brigada y donde nace su descendencia natural: Francisco Linares Alcántara, Presidente
Constitucional de Venezuela, muere en el ejercicio de su cargo y José Gregorio Valera, encargado de la Presidencia al fallecer su
hermano paterno. Linares Alcántara era casado con Belén Esteves, con quien procrea seis hijos: Belén, Trina, Teresa, Luisa,
Vicenta y Francisco (Panchito); también era padre de cuatro hijos concebidos fuera del matrimonio: Francisco Navas, Francisco
Manamá. Ramón Dorta, jefe civil de Turmero en el gobierno del general López Contreras, y José Ángel Rodríguez, cuyos
descendientes habitan en gran número en el regazo de esta tierra de amplia generosidad, entre ellos tres rasgueadores de cuartillas
que publican sus artículos en la revista Candelaria: Melba Rodríguez de Taborda, Efrén Rodríguez y Francisco José Rodríguez
(el autor de estas notas).
En nuestro ajado sistema educativo, la enseñanza de la historia recibe un tratamiento marginal o de poca importancia. De las
fechas patrias sólo quedan flores en el pedestal de una estatua, el escape a la playa o la ida a una montaña y un seguro recoger de
latas y botellas vacías, en todos los sitios de diversión.
Trascendentes son las conmemoraciones los días lunes o viernes, porque sirven para construir puentes, para que se desplace la
haraganería del largo parrandón,
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Turmero en mi memoria
La huella macarina
Cuando hubo necesidad de formar docentes con técnicas especiales para la educación en el campo, surge como respuesta la
Escuela Norma) Rural El Mácaro, en una antigua vaquera del genera] Juan Vicente Gómez; inicia sus actividades el 14 de agosto
de 1938, con asistencia al acto inaugural del presidente Eleazar López Contreras, del doctor Enrique Tejera, ministro de
Educación, y del doctor Rafael Ernesto López, ex titular de la cartera, inspirador de la idea. En el mismo año de la fundación llega
a Venezuela una Misión Educativa, perteneciente al Sistema de Educación Cívico- Militar del general Fulgencio Batista,
presidente de Cuba, que es encargada de la formación de los primeros
maestros rurales de Venezuela; la influencia cubana imprime a la normal
una disciplina de carácter militar, visible en los desfiles que a manera de
ensayo hacían los uniformados alumnos por las calles de Turmero,
dirigidos por el profesor Roberto Olivo, quien luego fue legendario umpire
del béisbol profesional de Venezuela, en su época el más destacado arbitro
en la Cuenca del Caribe. En mi etapa macarina (1947-51) conocí en el
instituto dos pedagogos cubanos: Humberto Pensado Vals, profesor de
Técnica Agrícola, y Manuel Miró, profesor de Manualidades; también a un
educador chileno llamado Hortelio Parra. La Normal estaba rodeada de
pequeños parceleros, cuyos hijos eran educados en una Escuela Unitaria,
conocida como La Anexa, establecida a la vera de la umbrosa avenida, que
conducía a la sede del centro formador de docentes rurales. En 1940, dos
años después de su apertura, egresa de El Mácaro la primera promoción, constante de treinta maestros; luego cada trienio y al final
cada cuatro años. Estos jóvenes educadores van a las aldeas o caseríos, haciendo honor y realidad con el trabajo, la consigna de la
Escuela Normal: «Démonos a Venezuela dándonos al campo».
En mayo de 1947, José Miguel Calabria, profesor de Técnica Agrícola y Pecuaria, solicita de las autoridades de Turmero un sitio
donde hacer la reiterada siembra de arbolitos y le fue concedida para los fines de la solicitud, un pequeño espacio, encrucijada
donde convergen las calles Bermúdez, Urdaneta, Miranda, Villa Castín y Santo Niño de Atocha. Conseguido el lugar, Calabria, en
unión de José Natalio Bruguera, profesor de Educación Manual y Artística, y Gustavo Morales Guerra, profesor de
Construcciones Rurales, deciden convertirlo en plaza; en una semana de duro trabajar en días y noches, profesores y alumnos
hacen realidad el hermoso proyecto. Como todas las cosas que el hombre conoce, construye o descubre, desde la época primitiva
hasta hoy, les da un nombre o las bautiza, a esta plaza se le llamó Villa Castín, en honor a quien se tenía para entonces como
fundador de Turmero. El busto que la adorna es obra del citado profesor Bruguera, que lo hace en su casa, utilizando el frío e
indomable cemento pulido. El acto inaugural fue el Día del Árbol (último domingo de mayo), actos armonizados por el orfeón que
dirigía el profesor Adelmo Ceballos. La develación del originalísimo busto estuvo a cargo de una alumna sobresaliente: Josefina
Delgado Deus, vecina del sector.
Ese mismo año (1947), una comisión tripartita integrada por Mario Sarco Lira, Estelio Díaz y Simón La Roca (sobrevivientes), se
da a la tarea de visitar los hogares de los alumnos próximos a egresar de la escuela José Rafael Revenga; luego deciden ir a
Caracas a entrevistarse con el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, ministro de Educación, para solicitar en ese despacho cupos
para la juventud turmereña, que finaliza la primaria. El eximio venezolano satisface la solicitud de los peticionarios y concede
veinte becas para la Escuela Normal Rural El Mácaro. Fueron cuatro años de estudios y fraternidad juvenil con otros jóvenes de
Venezuela, que concluyen el 15 de julio de 1951, en la promoción «Eloy G. González», graduándonos de maestros de Educación
Primaria Rural, los siguientes turmereños: Daniel Rojas. Luis Antonio Bolaño. Ciro Maldonado Zerpa, Celia Maldonado Zerpa,
Jesús Enrique Pantoja, José del Carmen Silva Estrada, Isabel Borges, Cristina Lozada, Guillermina Rojas, Evangelina Acevedo,
Félix Juan Rodríguez, José Antonio Díaz y Francisco José Rodríguez (nombre del autor del presente trabajo); a esta nómina de
laureados hay que agregar los nombres de José Gil Cobos y Humberto Natera Blanco, nativos de Santa Cruz de Aragua,
beneficiarios de la misma gestión que nos lleva a estudiar en la Normal. Fueron nuestros condiscípulos, varios jóvenes que en el
devenir de los años tuvieron sobresaliente figuración pública, como Isaac Olivera (dirigente gremial), Gerardo Cedeño Fermín
(ministro de Educación) y Enrique Prieto Silva (general de División FAC).
El cambio político operado en noviembre de 1948 genera situaciones adversas en el campo magisterial y estudiantil, como el
cierre de la Normal Rural Yocoima que funcionaba en Upata, estado Bolívar, trasladando su alumnado a El Mácaro, a quien
también le imponen la pavorosa decisión del cierre de sus puertas en 1953. Relata el docente (jubilado) Pedro Herrera, que el
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Turmero en mi memoria
Barquisimeto, durmiendo los viajeros en el piso de una escuela; en la segunda jomada pernoctan en las gradas de un estadio
merideño, luego el arribo al destino.
El silencio reinante en El Mácaro es suplantado por bullicio de los niños de una Escuela Granja que allí funcionó hasta 1963; al
entrar en vigencia la Ley de Reforma Agraria, se intenta dar nuevo animo a la educación rural, mediante el funcionamiento de
núcleos escolares rurales y escuelas granjas, albergando el recinto macarino el Centro de Capacitación Docente de Educación
Rural. Iniciándose el año 1976, a El Mácaro se le da categoría de instituto de Educación Superior; en 1988 el Ministerio de
Educación le adscribe a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, luego el Consejo Nacional de Universidades lo
acredita como instituto de la UPEL bajo la resolución № 7.
En la Venezuela de frustraciones, engaños y despilfarros, los sesenta años de El Mácaro son lección y ejemplo de aciertos y
eficiencia.
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Turmero en mi memoria
Trapaleados ejercicios de soberanía
Se ha iniciado la campaña electoral, que ha de culminar en el acto más
importante de nuestro sistema político, porque «la soberanía reside en el
pueblo, quien la ejerce mediante el sufragio». Como somos imbatibles en
arreglar las cosas, de acuerdo a sorprendentes reacomodos, lo que debía ser
un solo acto comicial, sin pestañear lo han disgregado en una triple elección
en noviembre, diciembre y el próximo año. Por muchas semanas
soportaremos el arsenal de argumentos, acumulados por individualidades y
organizaciones que aspiran a la conquista del poder y en búsqueda del
codiciado objetivo, con persuasión y ofertas, tratarán de sembrar confianza
en los electores. Como me he vedado todo ejercicio de opinión, en este arte
de montar palabras y coordinar ideas, mi intención en que rememorar parte
de la historia turmereña, rescatada de la vaguedad del tiempo, a través de
incidencias políticas y eventos comiciales de estremecedores desenlaces,
algunos vividos en mis años mozos.
*1937, se convoca a elecciones regionales y Gregorio SarcoLira derrota al
candidato de las Cívicas Bolivarianas, organización afecta al presidente
López Contreras. La elección es anulada y se desproclama al diputado electo
a la Asamblea Legislativa.
* El Partido Unión Republicana Venezolana, seccional del Distrito Mariño, dirige correspondencia al presidente y demás
miembros del Concejo Municipal, el 20 de marzo de 1944, dando cuenta de necesidades en diferentes barrios de la localidad,
solicita inmediata solución, guardando respeto absoluto a su redacción, reproduzcan el petitorio de la misiva sin afeites ni
floritura.
*La calle El Calvario necesita de una pila de agua. Hay muchos habitantes allí que no tienen agua por no poder pagarla. Pueblo
Nuevo arriba también carece de una pila de agua. 27 familias en Guanarito, a pocas cuadras del casco de la población, carecen de
agua. La calle Mango Oscuro, que linda con la posesión del Sr. Gustavo Pérez, carece de dos o tres bombillas, por tal motivo al
cerrar la noche causa temor pasar por allí. En la avenida Negro Primero hay tres cuadras sin luz. En la calle La Aduana, frente a
Mercedes Contreras, hace falta una bombilla. La calle comprendida entre la bodega del señor Hermógenes Belmonte y La
Canaria, le hace falta alumbrado en sus tres cuartas partes. La cuadra formada entre El Placer y El Matadero, muy larga, sólo tiene
tres bombillas. Le hacen falta 2 más cuando menos. Lo mismo podemos decir del ya citado Guanarito».
Esta correspondencia está firmada por Gumersindo Vargas (secretario general); Luis Salgueiro (secretario de Actas y
Correspondencia); Andrés Lombano Falcón (secretario de Organización); Andrés Rangel (secretario de Finanzas); Isidro Uzcanga
(secretario de Propaganda). En forma desdeñosa, quien recibe la comunicación en el Concejo Municipal, con lápiz de grafito
anota a su margen: «El Concejo hará todo lo posible por mediar las necesidades anotadas».
* En diciembre de 1944, el Partido Democrático Venezolano auspicia junto con las honorables damas Delia de Romero P,
Hortensia de Borgo, Rosario de Olmos, Mercedes de Díaz, Amalia de Oleachea, Virginia Olmos, María V. de Ángulo, la
formación de un Ropero de Navidad, para ser distribuido el 25 de diciembre de ese año, íntegramente a los niños más necesitados,
en el aniversario del nacimiento de nuestro Redentor. Las contribuciones debían ser dirigidas a la señora Mercedes de Díaz,
esquina de Flor de Mayo.
* El Partido Democrático Venezolano invita a la comunidad turmereña a votar en las elecciones del 22 de octubre de 1945 por
«quienes reúnen inobjetables condiciones privadas y públicas para merecer la honrosa confianza de la comunidad». Y exhorta a
«consignar en las urnas tu voto a favor de nuestros candidatos y así darás una contribución valiosísima para el afianzamiento de la
democracia venezolana».
Asamblea Legislativa Principales: Francisco Rui, Carlos Motamayor (hijo). Suplentes: Nicolás González, Henrique Tabares.
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Turmero en mi memoria
Concejo Municipal Principales: Silvestre Romero Pérez, Rafael Contreras, Carlos Trujillo Córdova, Alejandro Franco Torres,
Ventura Santamaría, Alfredo José Ovalles, Ángel Augusto Rodríguez.
Suplentes: Miguel A. Delgado, Dr. Alfredo Lozano Villegas, Francisco Alvarez Sotillo, Rosendo Núñez, Isidro Gallardo,
Severiano Magallanes, Rubén Molina.
La insurgencia militar de 1945, que detiene el proceso evolutivo hacia la democracia perfecta, impide la prevista consulta
electoral; pero varias de las personas propuestas por el PDV en el Distrito Mariño ocupan destacadas posiciones en los años
venideros, como Ángel Augusto Rodríguez, presidente del Concejo Municipal en la provisionalidad de la Junta Revolucionaria de
Gobierno (1945-48); Nicolás González, preside la Cámara Municipal en el régimen de Marcos Pérez Jiménez; Carlos Trujillo
Córdoba, desempeña igual cargo en el gobierno de Larrazábal y Alfredo Lozano Villegas, ocupa dicha posición durante la Presidencia de Raúl Leoni. En cuanto a Rubén Molina, fue eterno secretario de la Prefectura, famoso por los numerosos nombres y
apellidos que inventa, en el ejercicio de sus funciones.
* Para dar visos de legalidad al régimen de la Junta de Gobierno (Germán Suárez Flamerich, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe
Llovera Páez), se recompone el Consejo Supremo Electoral, que fija el 30 de noviembre de 1952, para elegirla Asamblea Nacional
Constituyente. Uno de los partidos opositores era Unión Republicana Democrática, que incluye en su plancha por el estado
Aragua, a Buenaventura Gómez Galdona, oriundo de Río Caribe, estado Sucre, domiciliadocon su esposa Adelina Ríos (La
Catira) y sus siete descendientes, en la casa del Coronel Félix Borges, frente a la Plaza Mariño. El aval político de Gómez
Galdona era haber ocupado con éxito administrativo la Presidencia del Concejo Municipal en los años 1950-51. El día de las
elecciones al partido de JóvitoVillalba corresponde la victoria; se viven días de alta tensión, una cúpula de presillas altera el
resultado electoral en beneficio del FEI (partido del gobierno), los dirigentes de URD con Jóvito a la cabeza, son expulsados de
Venezuela vía Panamá; una razzia policial se desata en el país, detienen a Gómez Galdona, desconociéndole la curul obtenida y
junto a Miguel Blanco, Luis Blanco, Luis Ignacio Acosta y José Pacheco Lugo, es conducido en detención a los calabozos de la
Seguridad Nacional en Maracay.
* El «cerebro» Laureano Vallenilla, ministro de Relaciones Interiores, propone al General Marcos Pérez Jiménez una consulta
plebiscitaria en diciembre de 1957, a objeto de legitimar el régimen hasta 1963: en un presionado SI es «arrollador», el triunfo de
la oficialista tarjeta azul (la otra era de color rojo), en Turmero el acto comicial estuvo presidido por el prefecto Enrique Ramos.
En toda Venezuela, lo percibido por el pueblo fue la consumación de un gigantesco fraude, el gobierno perezjimenista en una
distorsión de realidades, se puso los votos que quiso.
Dando tiempo a cada cosa, he programado en mi calendario de escritor, comentarios para fecha venidera, de situaciones extraídas
del terruño local, correspondientes a nuestra democracia de cuarenta años. Robarse un voto es un despojo de conciencia, de
superior valor al dinero contenido en una cartera.
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Turmero en mi memoria
San Simón de La Alameda
El centro de la actividad turmereña es su plaza, llamada La Alameda en épocas anteriores, es de bosque misterioso y encantador,
en ella se rinde homenaje al héroe margariteño Santiago Mariño. Muy concurrida desde tempranas horas de la mañana, cuando sus
instalaciones en el ejercicio del diario vivir son centro de múltiples conversaciones, con su temática sobre el acontecer local y los
últimos sucesos del país. En fin nunca falta el rodar de ilusiones, que permiten mantener esperanzas de un mañana mejor, así es el
acontecer diario y el transcurrir de los años.
Bajo el ramaje de la fronda, también hay tiempo para la añoranza,
se recuerda con nostalgia la primaria vegetación del lugar, sus
apamates queriendo adornar el cielo en época de floración y los
azahares que impregnaban el ambiente de perfume silvestre. Por ser
cosa del pasado la gente no se deleita con la retreta dominical,
tampoco disfrutamos la variada musicalización, que a través del
audio del Concejo Municipal, nos obsequiaba el saleroso José
Macías Martínez, en las primeras horas de la noche los sábados y
domingos. Como los tiempos pasan y dejan su huella, encuentro
reconditeces para este compendio, de aconteceres del corazón de
nuestra querida ciudad; muchos de ellos acaecidos el día de San
Simón, consagrado en el santoral católico el 28 de octubre, fecha
onomástica de nuestro Libertador, que en pretéritos años era
conmemorado como fiesta patria.
* A son de cajas de guerra, se pregona en La Alameda de Turmero,
la Real Provisión de Amparo dictada por la Audiencia de Santo
Domingo, el 17 de noviembre de 1676, a favor del capitán Pedro Ladrón de Guevara y Marcela Pática, dueños de la tierra de
Tocopío. Doña Marcela se encontraba detenida en Caracas y es devuelta en libertad a Turmero.
Antigua Plaza Mariño de Turmero
El 19 de febrero de 1814, fuerzas republicanas al mando del teniente coronel Francisco Ponce de León, vencen a tropas de José
Tomás Boves, que se habían hecho fuertes en La Alameda de Turmero.
A su paso por Turmero, Boves hace fusilar en La Alameda, el 14 de julio de 1814, a varios patriotas. Las mujeres son sacadas de
su casa para ofenderlas.
En las actividades programadas para festejar el día de San Simón (28 de octubre de 1827), un imprevisto incidente desluce la
celebración, suceso versionado en amplios detalles, por el sacerdote José Ramón de Guereta, en correspondencia que se
transcribe, dirigida a la superioridad eclesiástica.
«Señor Provisor y Vicario General.
Señor: El 28 del corriente, en las funciones y diversiones que se hicieron en este pueblo en obsequio del cumpleaños de SE. El
Libertador, sucedió a la 2 de la tarde en la plaza en donde actualmente se hacía la corrida de toros, que un hombre ebrio le dio tan
fuerte estocada al capitán Antonio Carvajal, vecino honrado de esta parroquia, que dejándolo en el sitio, apenas pude administrarle
la penitencia y Santa Unción sub-conditione, sin embargo del peligro que me encontraba.
Aprehendieron al agresor y a la media hora, después de haberlo vejado y cargado de oprobios, sin haber procedido las
formalidades legales y sin darle tiempo para salir de la embriaguez en que se hallaba, para que recibiera los últimos auxilios de la
Religión, fue fusilado por la autoridad militar, ejecutando el violento castigo en al arrimo de la pared, que mira a la Plaza del
cementerio bendito, contiguo a la Iglesia Parroquial a mi cargo sin que yo hubiera podido impedir estos hechos.
Lo comunico a V.S., para que se digne imponer su autoridad y respeto para con los civiles y militares, a fin de contener en lo
sucesivo males tan execrables y de tanta trascendencia que han dejado escandalizado a todo el pueblo y demás circunvecinos.
Dios nuestro Señor guarde la importante vida de V.S.I., en Turmero, octubre 30 de 1827. Señor José Ramón Guereta».
Aclaro a los lectores que el cementerio mencionado en la epístola, ocupaba el espacio donde hoy se levanta la Casa Parroquial.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
* A pesar de tener un salvoconducto firmado porel general Páez, es detenido Ramón Hernández, soldado turmereño de la
Federación, por órdenes del comandante (conservador) Adolfo Antonio Olivo, tenebroso personaje que había llevado terror y
muerte a los pueblos de San Mateo, Cagua, Turmero y Maracay. El chingo Olivo, como se conocía al susodicho personaje, ordena
el 10 de julio de 1861 fusilar al detenido en la Plaza; a la madre que ruega clemencia por su hijo, se le propinan cincuenta
latigazos.
* En presencia del general Manuel Modesto Gallegos, prefecto del Departamento, Galo Guerra, soldado de Zamora en Santa Inés,
planta en 1879, entre la Plaza y el mercado, una hilera de cotoprices, trasplantados desde la hacienda El Níspero, sobreviviendo
tan sólo uno que resplandece su bella copa por muchos años.
A Manuel Modesto Gallegos se debe la construcción de la Plaza, que por siempre embellece a Turmero, dotándola de una glorieta,
bancos, etc.
* El día 28 de octubre de 1889, cumpliendo un programa previamente elaborado, el Concejo Municipal integrado por Félix Osío
(presidente), Julio Antonio Rodríguez (procurador), Francisco de Paula Valero (vicepresidente) y los concejales Eduardo
Rodríguez Palma, Felipe Franco, Miguel Pérez y el secretario Luis F. Osío, se traslada al templo para asistir a un solemne
Tedeum. Concluido el oficio religioso, las autoridades se reúnen en torno a la glorieta de la plaza desvelízando un busto bronce
del general Santiago Mariño, acto donde el ciudadano Jesús María Martínez pronuncia el discurso de orden.
Luego la Cámara se reconstituye en el salón de sesiones y son descubiertos: cuadro de la firma del Acta de la Independencia y los
retratos de los generales José Antonio Páez, Francisco Linares Alcántara y el doctor Juan R Rojas Paúl. Desde la tribuna de honor
se oyen discursos del presbítero Francisco J. Arato y Federico C. Velásquez. Estos hechos contaron la presencia de los empleados
públicos; de las escuelas municipales, federales y la nocturna. También una representación de juntas comunales de los municipios
foráneos. La Orquesta Cívica dirigida por Baldomero Guzmán, estuvo presente armonizando la programación.
* “…Un día de 1899 iniciaba yo la costumbre de recrearme por todas las tardes en los bancos de cal y ladríllos, que existían en la
Plaza Mariño de Turmero, alrededor de una glorieta que le servía de pedestal al busto en bronce del héroe invasor de
Chacachacare, conocí a dos jóvenes se acababan de residenciar en mi pueblo: Ramón Francisco Bastida y Carlos Adolfo Bastida,
parientes cercanos del doctor Adolfo Frydensberg ...”. Andrés Pacheco Miranda (Turmero, tierra mía).
28 de octubre de 1905. Inauguración de la Plaza Mariño y entrega de la obra por la Junta de Fomento al Concejo Municipal, al
acto concurren las juntas comunales de los municipios Cagua y Santa Cruz; las escuelas nacionales, del estado, municipales y
particulares; los jefes civiles de los municipios foráneos y el venerable párroco de la feligresía, presbítero Rafael Peñalver,
llevando la palabra de orden el poeta Ramón F. Bastida. La recepción oficial es en el salón municipal, donde es colocado en lugar
preferente el retrato del general Cipriano Castro, como prueba de la adhesión política que los habitantes del distrito Mariño
tributan al Restaurador de Venezuela. Para la fecha el presidente del Concejo Municipal era Ramón Heredia y el secretario R. A.
López.
El 9 de diciembre de 1924, por resolución de la Jefatura Civil del distrito, en la Plaza de Turmero se inaugura un busto del general
Mariño, para conmemorar el centenario de la batalla de Ayacucho. El panegírico estuvo a cargo de Alfredo Pacheco Miranda, de
su hermoso discurso se reproduce este párrafo:
«Señores, la autoridad civil de Turmero, al ordenar la colocación del nuevo busto del general Santiago Mariño, en esta plaza
bautizada ya con el nombre del paladín margariteño, exalta de modo laudable su devoción por los patricios que lucharon
estoicamente por el triunfo de la doctrina republicana. Nada más justo que rendir este homenaje, en el día de hoy, al gallardo
vencedor en Bocachica; porque glorificar lo que es digno de posteridad es siempre honroso, según la feliz expresión de Fermín
Toro.
* En octubre de 1926 hay un curioso intercambio de oficios entre los poderes públicos del distrito Mariño. El día 6 el Concejo comunica a la jefatura civil que por culpa de una represa, construida en la esquina nordeste de la Plaza Mariño, El Rebote fue
inundado. Al día siguiente el jefe civil Pedro A. Rugeles, contesta que la represa fue hecha para proteger la carretera nacional
macanizada y que había ordenado lo siguiente: una parte del agua vaciaría por la calle Flor de Mayo, hacia la acequia y el río, la
otra porción drenaría a partir de la esquina de la plaza, por la calle Bolívar hacia el este.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
En el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, la Plaza Mariño recibe como regalo del teniente coronel Guillermo Pacanins,
gobernador del Distrito Federal, en sus años juveniles visitante del lugar, un moderno sistema de postes con alindados globos de
vidrios, que desparramaban en las noches hermosa luz. La administración municipal de Nicolás González le hace el piso de
granito y el admirado monolito, o sea la glorieta pedestal del busto de Mariño, es reemplazado por una infuncional fuente
luminosa, hoy emplazada en el ángulo nordeste del patio de la escuela José Rafael Revenga.
El Concejo Municipal integrado por Pedro Reyes Rodríguez (presidente), Federico de Gregorio, Andrés Gutiérrez, Luis Ignacio
Acosta (síndico), Ismael Velásquez, Carlos Trujillo Córdova, Ciro Guzmán y el secretario Abdul Peláez Blanco; encargan al
escultor Hugo Daini una estatua pedestre del general Santiago Mariño, epónimo del municipio, a un costo de treinta y seis mil
bolívares, desvelizada en presencia de numeroso público la noche del 31 de diciembre de 1960. Las inscripciones del pedestal son
las mismas que estuvieron en el desaparecido monolito, la placa que representa una danza indígena en torno al Samán de Güere,
es obsequio del escultor Daini al pueblo de Turmero.
En el mandato del alcalde Efrén Rodríguez, se instalan nuevos faroles (hoy reemplazados por otros de inferior calidad), se
colocan locetas para proteger los jardines y se pone en funcionamiento una cascada, semejando un tepuy del macizo guayanés,
que se encuentra en total abandono; en un lateral del Palacio Municipal es colocado el busto del coronel Pedro Arévalo, máximo
héroe turmereño de la Independencia, obra del artista R. Chastres. Estos trabajos fueron entregados al pueblo de Turmero el 27 de
noviembre de 1990, día de la ciudad.
A las diez de la noche del 21 de enero de 1994 caen las últimas ramas del «cotopriz del general Gallegos», como lo bautizara
Joaquín Crespo; plantado en la calzada de la calle-Bolívar, frente a la Plaza Mariño.
Los que hemos dejado jirones de nuestra vida en este lugar de leyenda no olvidada, nos toca hondamente y nos causa angustia ver
su espacio tomado por el comercio informal, por eso deseamos que sea priorizada el área de nuestra plaza, para el disfrute de los
que diariamente la visitan para gozar de su atrayente frescor. Aquí se refleja realmente el diario vivir de la ciudad.
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Turmero en mi memoria
Días de cambio
Ronda en mi memoria un episodio que, medido en el gran reloj del tiempo, en este enero llega a su cuadragésimo primer aniversario. Me refiero a la colectiva aventura de los venezolanos que, en 1958, nos hace actores de un maravilloso movimiento conocido
como La Unidad, conjunción de esfuerzos del pueblo uniformado y masas sin uniforme, en la aurora del 23 de enero, cuando los
malos se van y llegan los buenos, nos embriaga con los encantos del cambio político. Hablar de historia reciente se hace un poco
cuesta arriba, porque emitir conceptos apasionados nos hacen perder objetividad; como testigo de la
jornada cívico-militar, voy a transitar el camino de Heródoto, sin hacer juicios de apreciación,
concretando exclusivamente mis comentarios a la formación del primer cuerpo edilicio, constituido por
la democracia venezolana en el distrito Mariño, en la provisionalidad de la junta de gobierno que
presidía el contralmirante Wolfgang Larrazábal Ugueto. Soporte de estas explicaciones es un oficio
emanado de la Secretaría General de Gobierno del estado Aragua, que transcribo en la parte siguiente
de la crónica.
Maracay, 27de febrero de 1958 N° 180
Ciudadano
Juan José Cortez
Turmero.Carlos Trujillo
Tengo el agrado de participarle que este Ejecutivo, en uso de la facultad que le confiere el decreto N°
Córdoba
21 de la Junta de Gobierno de la República de Venezuela, de fecha 3 del corriente, publicado en Gaceta
Oficial N° 25.576, ha designado a usted para formar parte del Concejo Municipal del Distrito Mariño, como miembro principal.
Igualmente le comunico que los demás nombrados para integrar dicha Municipalidad son los ciudadanos José Pérez Ramos, Ismael Velásquez, Francisco Sandoval, Porfirio Salcedo, Carlos Trujillo, Ricardo Pérez Sánchez (Principales); Dr. A. Lozano
Villegas, Simón La Roca, Francisco Reyes, José Soto Ceballos, Euclides Flores, Isabel Borges y Cap. (R) Manuel Becerra
(suplentes).
En caso de aceptación, estímóle prestar el juramento de ley por ante la Prefectura del Distrito.
Dios y Federación Dr. Lubín Chacón Escalante Secretario General de Gobierno Instalada la Cámara, Carlos Trujillo queda como
presidente y se hacen dos nombramientos: Abdull Peláez Blanco, secretario y Miguel Ángel Castillo, síndico. Por cosas del juego
parlamentario, el suplente Euclides Flores estuvo toda la temporalidad incorporado como cabildante; en cuanto a mí, el principal
nunca me dio oportunidad de ingreso, actitud que ahora le agradezco.
Son cuarenta y un años de historia, que hoy sale a nuestro encuentro, venida por los senderos del recuerdo, en momentos cuando
el termómetro político indica que los venezolanos buscamos, en paz, cambios y perfectibilidad del sistema.
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Turmero en mi memoria
El propio esfuerzo
El título de esta crónica es el nombre de un quincenario editado por Anselmo Sojo, en la
vecina y hermana ciudad de Cagua, vocero noticioso al servicio de los pueblos aragüeños. En
la edición número 209 correspondiente al 15 de noviembre de 1910, inserta noticias de
nuestro Turmero, guarecidas por muchos años en las páginas del informativo cagüeño. las
cuales reproduzco en forma de tips y comento para las generaciones actuales, en el mismo
orden de presentación, aprovechando los folios de Candelaria-Turmero, acreditado medio de
difusión.
Por el ministerio respectivo ha sido nombrada la señora Josefa Osío de Hernández,
administradora de correos de Turmero.
En Turmero contrajeron matrimonio el 24 del pasado octubre nuestro apreciado amigo Rafael
J. Pérez y la señora Luisa Antonia Frydensberg. Al enviar a la feliz pareja nuestras
congratulaciones por el grato suceso, hacemos los más sinceros votos por la eterna ventura del
nuevo hogar.
José Ángel Rodríguez
Se vende el edificio La Factoría, el cual está situado en una de las esquinas de la plaza. La corporación municipal del Distrito
Mariño oye proposiciones.
Josefa Osío de Hernández era cónyuge de Pedro Hernández Valera, sobrino del general José Gregorio Valera, ex presidente de la
República; sus descendientes fueron Pedro Fermín, María Lucía y Josefina Hernández Osío. El hogar de la familia Hernández
Valera, era una casona colonial frente al boulevard de la iglesia Nuestra Señora de Candelaria.
El señor Rafael J. Pérez fue presidente del Concejo Municipal del distrito Mariño, por muchos años ocupa el cargo de registrador
subalterno. Era padre de los hermanos Pérez Blanco: Benito y Rafael, lo que quiere decir que es abuelo de los Pérez Ramos. Don
Rafael (como se le conocía) al contraer segundas nupcias con la señora Luisa Antonia Frydensberg, aumenta su descendencia con
nuevos hijos: Carlos, José, Luis y Carmen Zoila Pérez Frydensberg, sobreviviente casada con el señor Germán Basso. La señora
Luisa Antonia de anterior matrimonio, era madre de Antonia Eloísa, Mercedes, Luisa Amalia y Francisco Adolfo RuiFrydensberg.
El edificio La Factoría era una construcción colonial, situada frente a la Plaza Mariño, en el cruce de las calles Bolívar y Petión. El
primero de septiembre de 1908, el Concejo Municipal la arrienda al señor Neftalí de Pool, por un término de dos años, a un canon
de cuatro bolívares mensuales, figurando en el contrato los siguientes linderos: Naciente, calle en medio, Plaza Mariño; Poniente,
casa de Adolfo Olmos; Norte, calle en medio, casas de Dolores Olmos de Linares y de los herederos de Pedro Teaca; Sur, casa
Santa Ana, perteneciente a la parroquia Nuestra Señora de Candelaria de Turmero. Al final de la década de los cuarenta, la casona
que da su nombre a la esquina de su ubicación, era escombros; en su espacio se construye un edificio, desde entonces propiedad
de la familia Matute-León.
El señor José Ángel Rodríguez fue un turmereño que a lo largo de su vida ejerce diversos cargos: jefe civil, presidente del
Concejo Municipal; maestro de escuela, siendo uno de sus alumnos el historiador Andrés Pacheco Miranda. Cuando su hermano
paterno Francisco Linares (Esteves) Alcántara ejerce la Presidencia de Aragua, encomienda al señor Rodríguez el cargo de
tesorero del Estado. Era casado con la señora Herminia Pacheco, pareja que procrea una larga descendencia: Diógenes, Herminia,
Rafael Amos, Francisco Vicente, Amalia, Ángel Augusto, Soledad, Héctor, Olga y Oscar Leónidas. Numerosos son los
descendientes del matrimonio Rodríguez-Pacheco.
Leer en esta época El Propio Esfuerzo, cuando el siglo XX transita su curva final, es una fascinación recreativa, es encontrarse un
alijo informativo para deleitarse con un tiempo que no podemos olvidar y festejar con su escritura, que es parte de nuestra historia
Cuadro demostrativo del movimiento
rentístico del municipio Turmero en el
mes de octubre de 1910
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Turmero en mi memoria
Ingresos
Municipio Santa Cruz
Municipio Cagua
113,70
86,80
Beneficio 88 reses a Bs. 12 c/u
1056,00
Beneficio 41 cerdos a Bs. 3 c/u
123,00
Patentes industriales
530,00
Patente de queseras
85,00
Patente de carros
Patentes Cepe septiembre y octubre
106,00
48,00
Terreno en el cementerio
300,00
Derecho de exhumación
20,00
Derecho de marca en el cementerio
10,00
Pianos portátiles
2,00
Varios ramos
61,50
Recaudación Bracén
18,50
Total ingresos
2460,50
Egresos
Jefe Civil
380,00
Secretario Jefatura
190,00
Policía
270,00
Secretario Concejo
120,00
Administrador
180,00
Recaudador
75,00
Preceptor Municipal
100,00
Preceptora Municipal
100,00
Director Banda
80,00
Jardinero
80,00
Celador cementerio
60,00
Juzgado
140,00
Alumbrado
267,00
Gastos escritorio varias oficinas públicas
30,00
Varias asignaciones
35,00
Impresos oficiales
26,00
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Turmero en mi memoria
Imprenta según comprobantes
56.25
Apartado ramo fomento
131,25
Pago a varios acreedores, a cuenta
131,00
Total Egresos
2460,50
El administrador ELIAS TOVAR
El Primer Vicepresidente en ejercicio
JOSE ANGEL RODRIGUEZ
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Turmero en mi memoria
Senda de luces y virtudes
En añosos papeles más que centenarios, encuentro información de ese pasado tan nuestro, de esa
vida y ese tiempo que no ha de regresar, que en palabras escritas entrega sus secretos, relacionados
con estudiantes y maestras, de un singular instituto educativo que funcionaba en este Turmero, tan
tuyo y tan mío, de realidades nunca soñadas.
El 9 de diciembre de 1886, a la una de la tarde, se constituyó en la sede del Cabildo la Junta de
Examinadores nombrada por el Concejo Municipal del distrito Mariño, para evaluar el rendimiento
del alumnado de la Escuela Municipal de Niñas, integrada por los ciudadanos José Ángel
Rodríguez, Manuel M Guevara Santander, Ramón A. Blanco, la señora Adelina de García y la
señorita Leonor Blanco, quienes se trasladan al local del plantel y, en presencia de numerosas personas, hacen el examen de las educandas, conforme a las materias del programa de estudios de la
preceptora Lorenza Alvarado, a saber: lectura, escritura, religión, aritmética práctica, gramática,
Herminia Pacheco
geografía, historia de Venezuela y obras de labor. «La Junta dio cumplimiento a su encargo, Alumna que ofreció discurso de
esforzándose en dejar satisfechos al Concejo Municipal, como a la preceptora y personas presentes,
apertura
haciendo el examen con todo el esmero y escrupulosidad que le ha sido dable; tiene la satisfacción de hacer constar en esta acta,
que el resultado promete mucho para el adelanto y moralidad de este pueblo, pues todas las educandas revelan aprovechamiento y
aplicación en todas las ramas de la enseñanza primaria. El acto fue precedido de dos discursos de apertura dirigidos al presidente
del Concejo por las educandas Ignacia Martínez y Herminia Pacheco y termina con otros dos que dirigieron al mismo Magistrado,
las alumnas Olimpia Borges y María S. Pérez. Los examinadores creen cumplido el encargo y excitan a la preceptora a continuar
con el mismo celo desplegado hasta ahora, conduciendo a sus alumnas por la senda de las luces y la virtud».
Diez años después, en 1896, la Escuela Municipal de Niñas estaba regentada por la docente Balbina Cabrera, que había
organizado el pensum de estudios, con las siguientes disciplinas: lectura, escritura, aritmética, geografía física y política, historia
de Venezuela, higiene, moral, doctrina cristiana y labores diversas, para enseñanza de las alumnas más avanzadas: Fausta Lira,
Rosa A. Caballero, Eva María Chesneau, Clara Hernández, Eugenia Mejías, Mercedes Hernández, Obdulia Mota-mayor, Emigdia
Silva, Josefina Silva, Berta Caballero, María Buznego, Rosario Quevedo, Dolores C. Olmos, Fidelina Borges, Berta Romero,
Francisca Silva, Emilia Tovar, María Borges, Ramona Garrido, Josefa M. Rodríguez, Rafaela Inojosa, Ninfa Torres, Lastenia
Rasco, Rosario Mejías, María García, Cecilia Martínez, Ramona Salvatierra, Leonor Alvarado, Rosalía Contreras y Raimunda
Peraza. También había un grupo de pequeñas que por vez primera ocupaban sillas de un aula, eran principiantes en la etapa de
silabear, benjamines que respondían a los nombres de María Borges, Ceferina García, Carmen Ayesta, Felicia Zambrano, Petra
Moreno, Francisca García, Carmen Bolívar, Petra Montes de Oca, Leonor Blanco Pacheco, María de J. Hernández y María V.
Olmos.
Insertado en los cambios que están operándose en el país, en este mes de septiembre vuelve a la ciudad el bullicio de los niños y
jóvenes que, por «la senda de las luces y la virtud», como decían los examinadores del pasado, vuelven a las aulas retomando la
antigua fecha de reinicio de clases, con la novedad que en este año, por disposición del presidente Hugo Chávez Frías, los ahorros
de los representantes no serán despalillados, en la cancelación de cuota alguna. Los decimonónicos documentos que han servido
para organizar este trabajo fueron localizados en el fructífero escudriñaje de José Rafael Torres Pérez, jefe del Archivo Histórico
Municipal.
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Turmero en mi memoria
Turmero, una fructa de la tierra
Dicho en palabras del español antiguo: Esta que se sigue et la lueñeestoriadeste pueblo, que
toma su nombre del vocablo indígena turma, expresión que al juntarle el sufijo ero le da
sentido de abundancia y forma la palabra Turmero.
Pero, ¿qué es una turma? Fernández de Oviedo en su obra Historia general y natural de las
Indias, despeja en estos términos la incógnita: «Una fructa hay en aquella tierra, por donde
anduvo el Mariscal Don Diego de Almagro, de la otra parte del Cuzco, que la produce de si
mesmo la tierra, e son como ajes redondos e tan gruesos como el puño llámanlos papas, e
quieren parescer turmas de tierra». Almagro fue un conquistador español, compañero de
Pizarra en la toma del Perú, sus posteriores diferencias derivaron una guerra civil, que
terminó en la muerte de ambos. Para los antiguos incas la turma era un auxiliar de la
meteorología, pues medían el tiempo por la duración de la cocción.
La toponimia venezolana presenta el nombre Turmero en diferentes lugares de nuestra
geografía, en variados accidentes. En el estado Anzoátegui es un centro poblado y una laguna; en Sucre es un cerro, en Mérida se da ese nombre a una quebrada y a un páramo;
también existe el diminutivo Turmerito, patronímico de un sector de la parroquia El Valle,
en el Distrito Federal. En Aragua es un río, una ciudad y en diminutivo es un vecindario del
sector El Mácaro.
Sobre el poblamiento del Valle de Turmero. por las evidencias arqueológicas encontradas,
La papa, turmas de tierra, de acá
nos hace suponer que estaba ocupado antes de la presencia del europeo, de allí los
viene el nombre de Turmero
numerosos vocablos indígenas de nuestro entorno: Paya, Güere, Coropo, Purica, Paraima.
Oldman Botello, en su libro El pueblo de doctrina de Turmero, afirma que los primeros
colonizadores fueron traídos por Lorenzo Martínez de la Madrid, ascendiente paterno del Libertador, hacia 1591 o 92, para
entonces la población indígena, muy numerosa, era empleada en labores agrícolas. El mismo señor Martínez de la Madrid solicita
ante el Cabildo de Caracas la Encomienda de Turmero, «...a dos días del mes de diziembre de mili e quinientos e noventa e tres
años...». El 17 de diciembre de 1593, el gobernador Diego de Osorio le confirma la posesión de la tierra y ordena verificar in situ
su dominio, en presencia de los testigos Lope Luis y Juan Rodríguez «...personalmente con sus manos arrancó unas yerbas y echó
mano a su espada y cortó unas matas de monte...». Luego vendrían a ocupar terrenos en la zona, los señores Gabriel de Avila, con
260 hectáreas, Rodrigo de León con 140, Pedro García Avila con 80 y Juan Serrada con 260.
Veintisiete años después de la primera Encomienda —en 1620—, en tiempos del gobernador Francisco de la Hoz Berríos; el
teniente Pedro Gutiérrez de Lugo, juez poblador, acompañado del sacerdote Gabriel de Mendoza, juez eclesiástico, elevan a
Turmero a pueblo de doctrina; de esa visita queda el primer templo que tuvo nuestra ciudad y el acta para la posteridad y la
historia: «...y en veintisiete del dicho mes de noviembre y año de seiscientos y veinte, dicho Juez Comisario eligió y fundó otra
Iglesia, en el pueblo que llaman de Turmero, nombrado Nuestra Señora de Consolación, con advocación y nombre de Nuestra
Señora de Candelaria...». EL terreno lindante al templo lo destinaron a cementerio; cadáveres sepultados en este camposanto,
fueron exhumados accidentalmente en 1992 por obreros que hacían el tendido de tubos recolectores de aguas lluviosas, en la
cuadra de la avenida Sucre, delimitada por las calles Páez y Camilo Torres.
La ciudad se encuentra a una altura de 471,2 metros, sobre el nivel medio del mar en La Guaira, información avalada por la
Dirección de Cartografía Nacional del desaparecido MOP, en placa ovalada colocada en 1953 en el frontis del templo Nuestra Señora de Candelaria. En el censo de 1990 conserva su posición de segunda urbe estatal, su distancia de la capital del estado es de 15
Km. El mal uso de la tierra urbanizable, en los últimos siete años, ha sido diezmador de las bellezas que nos regalara la creación,
por ello hoy tenemos dos ciudades; la de rancherías proyectada por arquitectos de la miseria, que ha marginalizado amplios
sectores del municipio como Paya, La Magdalena, Samán Tarazonero, Ei Mácaro, El Tierral, etc., y el casco central —en total
abandono— ampliado con modernas urbanizaciones en su periferia, éxitos de la iniciativa privada. Turmero es tierra tendida y
tierra levantada, hacia el norte las elevaciones oscilan entre los 1.000 y 2.000 metros, destacándose las fajas de Paraguatán, La
Negra, Paya y Ceniza; en el naciente de las calles Mariño y Bolívar, el suelo se empina y se transforma en Colina de El Calvario,
allí emprende la escalada hacia las alturas de El Picacho, los montañistas locales, entre ellos tres escritores, columnistas de la revista Candelaria: José Luis Hernández Arana, José Hermoso Sierra y Carlos Sarcolira Barreto, desde esa altura se observa
parcialmente y sin mucho esfuerzo, a los municipios Mariño, Sucre, Lamas, Bolívar, Girardot, Libertador y Ribas.
En este noviembre conmemoramos el 379° aniversario de nuestra exaltación a pueblo de doctrina y en diciembre, al son de la
Cabra Mocha, se cumplen 406 años de la encomienda de la feracísima tierra, donde creció la ciudad «con la belleza de la sombra
que se expande a la luz». Nuestras fechas genésicas son tentación para evocar.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Turmero en el arte de existir
En cada turmereño habita la absoluta certeza del Edén. Llevamos ese lugar dentro,
intrínseco como una información genética. Es Turmero un lugar primigeniamente
habitado por la fantasía, luego con el correr de las aguas vamos encauzando el sueño
hacia una realidad muy parecida. Fue así y no de otra manera como se fundó Turmero
en mi memoria, sembrándose por personajes de mi invención lúdica, pero no por ello
menos literaria, todo conocido poseía la mágica condición de transmutarse en piedra,
hoja, árbol o cualquier elemento útil a esa infancia donde se daba vida a tantas y tantas
historias, a la poesía, era como si el mismo río la arropara con las mismas aguas, cada
vez que descubriera el extraño misterio de este lugar; mejor dicho, en Turmero discurre
un eléctrico ludir, con los enigmas de la verdad y el encantamiento, todo ello dirigido
hacia la creación del más hermoso pueblo, nunca antes imaginado.
En el Turmero de mi niñez está sumergida la luna y de continuo brilla por la humedad,
Virgen de Candelaria de
templo a donde regreso por los fabulosos tesoros de la memoria. En sus calles se
Turmero
extiende la primavera de los amores adolescentes, en franca disparidad, con la caricia
sutil del viento, sobre mi cabellera hoy plateada. Vivo en el pueblo eterno de mis
sueños, al cual la realidad se le parece tanto, en cada esquina y en los habitantes vecinos, se hace interminable el
ejercicio de sentirnos familia numerosa, compartiendo el pasado y el presente, fraguando para el futuro una quimera
sólida, como de roca, como de hoja, como de árbol, como de ser y estar, como de verbo, como dé lugar escogido,
como de eternidad en la paz no buscada, pero segura del sepulcro. Así es Turmero a los cuatrocientos seis años de La
Encomienda y a los trescientos setenta y nueve de su elevación a Pueblo de Doctrina; ubicado geográficamente en el
centro de mi origen, en mi principio, limitando por el Norte con la esperanza, por el Sur con la literatura más
universal, por el Este con el sol dilatado de mis deseos, por el Oeste con el amor de una tarde cantada en su plaza
Mariño. Vivir aquí o morir quizás, es un acto íntimo y supremo, como la llama perennemente encendida al pie de
Nuestra Señora de Candelaria, por devoción nunca envejecida, nos congregamos en su honor, el segundo día de
febrero, en su hermoso templo barroco colonial, para recordar en la Casa del Señor que Jesús es «Luz para revelación
a los gentiles y gloria de su pueblo Israel».
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
La crónica social en la pequeña historia
Escuetos reportes de la vida social de Turmero, en la regimentada época de Juan Vicente Gómez, eran publicados con regularidad, en la columna Correo del Interior en
el desaparecido diario La Esfera, importante medio de comunicación capitalino. El
autor de las notas enviadas desde esta población, hizo una ordenación cronológica
del cotidiano acontecer local, comentando en su compendioso estilo, acaecimientos
de la pequeña urbe, perennizados en la palabra impresa del conocido rotativo. Leer
los escritos del sin par reportero provinciano, es refrescar reconditeces en los
mayores, en los jóvenes es conocer una época remota. En la edición del 21 de
agosto de 1932, aparece la siguiente información:« Después de disfrutar alegres y
gratos días en la Sultana del Ávila, ha regresado al seno de su hogar, en esta ciudad,
don Alfredo Pacheco Miranda. Regresó de Caracas el señor José María Gordils.
Llegó de Los Teques el señor Rafael Castro. También llegó de Güigüe el señor
Capitán Augusto Sarria. Desde hace varios días vienen padeciendo quebrantos de
salud, el señor Coronel Francisco Arana Ríos, digno Jefe Civil de este Distrito y el
señor Comandante Delfín Linares, activo Jefe de Policía de la jurisdicción». Otro
Coronel Francisco Arana Ríos
reporte publicado el 2 de mayo de 1934. Hace referencia de un hecho grato,
recreativo y farandulero. La ciudad entonces se divertía sanamente, escuchando alegres interpretaciones, placer
musical que en el tiempo actual, las autoridades municipales niegan a los turmereños.
«Han venido sucediéndose las retretas dominicales en el Parque Mariño de esta población, lo que constituye una nota
de cordial simpatía. La plaza se ve suntuosamente prestigiada, con la presencia de la mujer turmereña. Nos
congratulamos con nuestra primera autoridad civil, Coronel Francisco Arana Ríos y muy especialmente, con el
comercio de la localidad, que ha coadyuvado a desterrar el mutismo tedioso de las noches domingueras». En la
inmensa teatralidad de la vida, las personas referenciadas llegaron lamentablemente a su última escena. El 25 de julio
de 1987 en La Victoria, baja el telón y se apagan las luces para el corresponsal, redactor de las notas, el polifacético
Félix Acosta.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Episodios de la Calle Real
Entre los muchos documentos insertos en los protocolos del Registro Subalterno del municipio
José Félix Ribas, se encuentra la venta de una casa que hace la señora Belén Esteves, con la
autorización de su esposo. Por la antigüedad del instrumento y lo enrevesado de su lectura tuve
que recurrir a los servicios de dos conocidos paleógrafos de la ciudad, los señores José Torres
Pérez y Pedro Reyes Ponce, quienes me entregaron la versión que transcribo en resumen.
«Declaro yo Belén Esteves, vecina de esta ciudad, que de acuerdo con mi legítimo esposo el
ciudadano General Francisco Linares Alcántara, he vendido desde el cuatro del mes de
septiembre próximo pasado, a la señora Florinda González, previa la licencia de su legítimo
marido, el ciudadano Licenciado Juan Martínez, vecinos ambos de Turmero, una casa de tapias
y rafias y cubierta de tejas, situada en la calle principal de aquella ciudad, cuya casa linda por el
naciente con casa perteneciente a la fábrica de la Iglesia, por el poniente con casa dela señora
Josefa Pereira; por el norte, Calle Real en medio, con casas de los herederos del finado Pedro
José López y por el sur, calle también de por medio, con casas y solar de Liboria Tovar. La
presente casa la hube por compra que de ella hice al ciudadano Lorenzo H. Tovar, como
Doña Belén Esteves
apoderado general del ciudadano General Luis M. Rasco, vecino de Cagua, según consta de
escritura pública, otorgada en esa ciudad el día diez de agosto del año pasado de mil ochocientos sesenticuatro, la cual entrego a la
compradora por la cantidad de mil quinientos pesos, que recibo en moneda usual o corriente. Yo Francisco Linares Alcántara,
como esposo de la señora Belén Esteves, declaro: Que he presentado mi consentimiento para la venta mencionada.
La Victoria noviembre veintidós de mil ochocientos sesenticinco, Belén Esteves de Alcántara. Francisco Linares Alcántara. Leído
y firmado ante mí y de Félix María Paredes y Benigno S. Sucre, hoy veintidós de noviembre de mil ochocientos sesenticinco. El
Registrador Jesús Ma. Mayol».
Importante para la historia en esta negociación, son las propiedades de la Iglesia de Turmero, que se mencionan en el lindero del
naciente, sin duda se trata de la casa dejada en testamento por don Pedro Delgado a la grey local, el 18 de mayo de 1787, situada
en la calle Real o Principal; con la recomendación de ser alquilada y con los estipendios, ordenar una misa anual al Santísimo
Sacramento, otra a las Benditas Ánimas y el resto del dinero para repartir a los pobres. Convendría un esfuerzo de investigación
para identificar el inmueble y conocer los enredijos por los cuales nuestra Iglesia, no está en posesión de la residencia que le fue
donada, para fines piadosos.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Las minas de la Virgen
El l8 de enero de 1666. El capitán Luis de Bolívar y Rebolledo y su
esposa María Martínez de Villegas, ascendientes de Simón José de la
Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, venden el Valle de Paya a don
Martín de Tovar, que toma posesión de dicha finca en la misma fecha.
En la segunda década del siglo veinte, un descendiente del adquiriente
de la heredad presenta, para protocolización en la Oficina Subalterna
de Registro del Distrito Mariño, documentos que a pesar de su
importante contenido han traspasado en el anonimato todas las barreras
de la memoria y el tiempo. Los valiosos instrumentos, redimidos de su
somnolencia de muchos años por Pedro Reyes Ponce, en reducción lo
comparto con ustedes.
«N° 2. Yo Domingo de Tovar, mayor de edad, venezolano, de
profesión agricultor y vecino de esta jurisdicción, hago constar que he
descubierto un yacimiento mineral que juzgo contiene hierro y cobre en
Antigua Hacienda Paya
forma de filón o veta y que dicho yacimiento está situado en la
superficie de terreno que limita el perímetro de un rectángulo, que tiene
dos mil metros de altura y que está orientado de la manera siguiente:
La altura de dicho rectángulo, o sea la línea de mil metros forma con la Norte-Sur magnética, un ángulo de cinco grados de
desviación hacia el oriente y está situado en el terreno de tal manera que su punto medio, o sea, aquel que queda dividido en dos
porciones de quinientos metros cada una, coincide con el punto en que la quebrada de Rajuñao cae al río Paya. La mina que he
descubierto abarca doscientos hectáreas y la denuncio conforme a lo dispuesto por el Código de Minas vigente. Esta mina que
denuncio está situada en terrenos que son de mi propiedad en la montaña de Brazén, en jurisdicción de este Municipio capital del
Distrito Mariño del Estado Aragua. Doy a la mina el nombre de La Virgen.
Turmero, dieciséis de febrero de mil novecientos doce».
En la nota de registro se hace constar que el documento fue presentado por su otorgante Domingo de Tovar, quedando asentado en
el protocolo duplicado número tercero, primer trimestre. Tiene las finitas de los testigos Jesús María Valladares, Vidal Rangel y el
registrador Rafael J. Pérez.
En reafirmación de sus derechos mineros, el denunciante solicita y obtiene del Ejecutivo Nacional la adjudicación de los
yacimientos por tiempo determinado; la correspondiente documentación está asentada en los libros de la Oficina citada
anteriormente, contenido que en compendio -igual que el anterior- te ofrezco para su lectura y conocimiento.
«N° 24. General Juan Vicente Gómez, Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, por cuanto el ciudadano Domingo de
Tovar, ha solicitado del Ejecutivo Federal la adjudicación de una pertenencia de minerales de hierro y cobre, a la que ha dado la
denominación de La Virgen, cuya superficie mide doscientos hectáreas, según plano correspondiente, levantado por el agrimensor
Tomás A Duarte Padrón, situada en jurisdicción del Municipio Turmero, Distrito Mariño del Estado Aragua…; resultado que en la
sustanciación del respectivo expediente se han llenado las formalidades establecidas por el Código que rige la materia, viene en
declarar a favor del expresado Domingo de Tovar, sus sucesores, cesionarios o causa habientes, la propiedad de la precitada
pertenencia La Virgen.
El presente título da derecho al concesionario y a sus sucesores, por un periodo de noventa años, al uso y goce de la pertenencia
que se trata. Dado, firmado y sellado con el Sello del Ejecutivo Federal y refrendado por el Ministro de Fomento, en Caracas a
veintiocho de noviembre de mil novecientos doce Juan V. Gómez. Refrendado Pedro Emilio Coll». La nota estampada por Rafael
J. Pérez (registrador) el tres de diciembre de mil novecientos doce certifica que el documento fue presentado por el señor José
María de Tovar, vecino de Caracas y de tránsito en esta ciudad. Quedó registrado bajo el número veinticuatro del protocolo
duplicado número primero, correspondiente al cuarto trimestre. Fueron testigos del acto Joaquín A. Ravelo y Epifanio Ortega.
En medio de la fuerte crisis económica que agobia a nuestro país, las soluciones para salir de ella se incrementan en la
imaginación. Ante la inminente caducidad de la concesión (en el año 2002), sugiero al ministro de Energía y Minas y presidente
de la OPEP, Alí Rodríguez Araque, el estudio de factibilidad de explotación comercial de los minerales ferrosos y cupríferos
contenidos en las vetas de la montaña de Brazén, parroquia Pedro Arévalo Aponte del municipio Santiago Mariño. Ahí está la
opción para crear empleos y movilizar dinero.
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Turmero en mi memoria
La ciudad cuenta sus historias
Las palabras sirven para todo: para expresar ideas, crear ilusiones,
decir verdades y mentiras, elogiar y criticar. Los vocablos también
son el medio para enteramos del legado histórico de las
generaciones antecesoras, escrito en añosas páginas atiborradas de
informaciones, dignas de ser compartidas por la notoriedad de los
protagonistas. Después de un escudriñare día a día, en compañía de
Pedro Reyes Ponce, en los archivos de la ciudad, con la brevedad y
precisión de los tips, te doy a conocer una porción de lo mirado en
las rondas escrutadoras.
• El 31 de octubre de 1872, la señora Francisca Linares de Delvalle,
vecina de La Victoria, con la aquiescencia de su esposo Antonio
Delvalle, vende a la señora Catalina Marín de Vidal una casa en
Turmero, situada bajo los siguientes linderos: Naciente, calle en
Iglesia Nuestra Señora de Candelaria
medio, casa de Pedro Ravelo; Norte, solar y casa de Eduardo
Landaeta; Poniente, casa de Juan Arámburu y Sur, solar en fábrica del general Lucio Borges, calle en medio. El inmueble le había
pertenecido a la otorgante, por donación de su sobrino el general Francisco Linares Alcántara, según escritura protocolizada en el
Registro de este Departamento, el 23 de octubre de1854. El precio de la venta fue de ciento cuarenta pesos sencillos, recibido por
la vendedora a satisfacción. Por impedimento físico de la señora Linares, firma a ruego el señor Baldomero Guzmán.
Nunca se ha podido determinaren cuál inmueble vio la luz Francisco Linares Alcántara. ¿Será ésta su casa natal? Corresponde a
los historiadores despejar la incógnita.
• 14 de mayo de 1899. En esta fecha el Presbítero Antonio María lmaz y Peña, sacerdote de la parroquia de Turmero (sección
Aragua del estado Ribas), con autorización del Arzobispado de Caracas y Venezuela, da en venta a! señor Juan José Jaca, súbdito
español, vecino de Cagua, dos casas pertenecientes a la Iglesia, situadas en este municipio; una comprendida bajo los siguientes
linderos: Por el Naciente, casa del señor Pedro Curtois; por el Poniente, casa del señor Ramón Nieto; por el Norte, casa de Vicente
Díaz y corral de casa de los herederos del señor Ricardo Blanco Uribe, calle Real de por medio; por el Sur, fondo de la citada casa
del señor Ramón Nieto. La otra vivienda está delimitada así: Por el Naciente, casa de Concepción Tovar de Esqueda, calle de por
medio; por el Poniente, solares de casas de María Josefa de Rodríguez Palma y Socorro Abreu; por el Norte, posesión de café de
los hermanos Rodríguez Palma, calle en medio; y por el Sur, solar de una casa perteneciente a los herederos de Luis Tímudo y
Daniel Felipe Osío. Las casas deslindadas pertenecían a la Iglesia, por donación que de ellas se les hizo, para invertir el producto
de sus alquileres, en sufragar misas para las benditas ánimas. El precio de esta venta fue la cantidad de ochocientos bolívares.
Quedó registrada la operación bajo el N° 26 del primer trimestre, fecha ut-supra.
• Por documento autenticado en el Juzgado del Distrito Mariño, el 9 de abril de 1927, María Vidalina Olmos de Ángulo, asistida
por su esposo Martín Ángulo, declara haber recibido del señor Isaac Pimienta, la cantidad de cuatrocientos bolívares, en calidad
de préstamo por un año. a un interés del dos por ciento mensual. Para garantizar el pago de las obligaciones, constituye hipoteca
especial de segundo grado, sobre sus derechos en el predio agrícola denominado «Quinta del Crucificado», ubicado en este
municipio, comprendido dentro de los siguientes linderos: Norte, capilla de El Calvario, calle de por medio, casas que fueron de
Matías Domínguez y Benjamín Saavedra y empalizada de por medio con casas de Juan Crisóstomo Moreno y José Guevara; Sur y
Naciente, empalizada de por medio, con la Hacienda San Pablo del señor Carlos Martínez y Poniente, estacada de por medio con
la hacienda La Collet, en el extremo oriental de la calle Urdaneta y con solar de Marco Aurelio Olmos, solar de Julia Martínez y
solar de Pedro Rodríguez Olmos.
El señor Isaac Pimienta, acreedor de la recordada María Vidalina Olmos, era un comerciante sefardita establecido en nuestra
ciudad, donde procreó a sus descendientes David Nieves y Alberto Nieves, activistas políticos, exiliados en el gobierno del
general Pérez Jiménez, ambos fallecieron en Caracas. En la delimitada finca «Quinta del Crucificado», está edificado el complejo
urbano denominado Urbanización Los Nísperos.
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Turmero en mi memoria
• El seis de mayo de 1931, el Juzgado del Distrito Valencia remite al ciudadano Registrador del Distrito Mariño el Oficio N° 243,
de este tenor: «En el juicio mercantil seguido por Henrique Celis a P. de Morales, por cobro de bolívares, se ha acordado prohibir
la enajenación i gravamen del inmueble, que con sus accesorios de maquinarias i enseres posee en esa jurisdicción, bajo los
siguientes linderos: Norte, calle Mariño; Sur, calle Miranda; Naciente, calle Colonia; Poniente, parte calle Bermúdez, casa de
Carlos Rodríguez i de E. L. Branger. Sírvase acusar recibo. Dios i Federación, Miguel Fuentes».
El deslinde corresponde al terreno, asiento de un complejo de pequeñas industrias, que allí funcionó por muchos años. En la etapa
final del gomecismo, la factoría pertenecía al coronel Eloy Tarazona, sufriendo el castigo popular conocido como saqueo, a la
muerte del hombre fuerte que regía los destinos del país. En la década de los años cuarenta, tuvo el último resurgimiento
económico con el aserradero que allí instaló el industrial Carlos Suárez Román. En relación a la nombrada calle Colonia, se trata
del antiguo nombre de la hoy conocida como Ricaurte.
En mi escritura de rescate te presenté estos temas, que saca del olvido nombres de lugares y gentes de estos espacios, para
revitalizar a la distancia el recuerdo de épocas idas, de la ciudad que nunca hemos abandonado, a la que seguiremos publicitando,
con la comodidad de sus inmensos recursos informativos.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
¡Aquellos sí que eran festejos!
De la prosa de Eduardo Blanco (1838-1912) conocemos las obras Venezuela
heroica, alusión literaria que rinde culto a la patria, y Zarate, su producción
consagratoria, considerada por los críticos como la primera novela
verdaderamente venezolana; su trama está inspirada en Santos Zarate, temido y
famoso asaltante de correrías en los valles de Aragua, la montaña de Güere era
el escondrijo habitual del señalado malhechor. En la narración, el autor
perenniza hechos de la vida nacional contemporáneos a la guerra de independencia; de esa creación literaria hago una abreviación del capítulo X,
donde se plasma una festividad patronal en Turmero. Poco después de la
batalla de Carabobo. Utilizo el nombre del capítulo en la siguiente parte de la
crónica. La fiesta «Era el 2 de febrero de 1825. Con motivo de la gran
festividad de Nuestra Señora de Candelaria, agrupábase en las calles y plazas
de Turmero tan crecido número de gente alegre y divertida, que bien podía
estimarse en cinco veces más de la ordinaria población flotante que contuviera el pueblo.
Toros Coleados
»Desde la víspera, todos los vecindarios de los campos, aldeas y villas comarcanos invadían a Turmero, cuyos estruendosos
regocijos resonaban a muchas leguas en contorno. Los buenos vecinos del mencionado pueblo mostrábanse orgullosos de atraer la
atención de toda la provincia; no cabían de satisfechos y acariciados por los repetidos y eternos repiques que les regalaba el
campanario de la iglesia, así como por las continuas salvas de petardos e inflamados cohetes que surcaban el aire atronando el
espacio; pavoneábanse haciendo ostentación de las añejas prendas de sus tocados y vestidos, mientras sonaba la hora de la misa
mayor, la que muy distraídos aguardaban, viendo llegar por todas direcciones nuevos y engalanados concurrentes a la rumbosa
fiesta.
»En el momento en que terminaba un toque de los repiques, tres cajas de rapé poníanse en movimiento alrededor del grupo y el
más anciano de aquellos apergaminados personajes interpelaba a un joven hacendado, su antecesor en la palabra.
»'¿Decía usted que nuestra fiesta es tan rumbosa este año como nunca se ha visto? ¡Cómo se ve que usted data de ayer! En mi
tiempo, lo que hoy parece a usted tan sumamente pomposo y divertido nos habría dado vergüenza y ganas de llorar. ¡Aquellos sí
que eran festejos! No de tres días, sino de quince, en que corrían las onzas de oro como granos de maíz. ¡Y qué de concurrencia!
Lo más granado de Valencia y Caracas. Y tanta gente que no bastaban las casas para alojar a los más distinguidos visitantes y era
necesario hospedar los en las haciendas próximas. ¡Conque díganme usted si aquellos tiempos pueden compararse con estos!'.
»Uno tras otro sonaron con estrépito y se extinguieron al fin en el espacio los dos repiques que faltaban para empezar la misa. A la
última vibración de las campanas la plaza quedó desierta y repleta la iglesia. No obstante, lo más selecto de la provincia ocupaba
la nave principal del templo, desde el presbiterio hasta la puerta mayor, sobresaliendo entre el numeroso concurso provincianas de
singular belleza.
«Solemne fije la fiesta; la música, ruidosa; largo el sermón y abundante con exceso el incienso. Rico manto, salpicado de oro,
estrenaba la Virgen. El altar mayor lucía lujosa palia y macetas de plata. Los pocos abanicos de las damas no bastaban a refrescar
el aire ni hacerle respirable. Durante la elevación del cuerpo y sangre de nuestro sublime Redentor, estallaron en la plaza
estrepitosos petardos, sonaron las campanas e innumerables cohetes volaron a las nubes. El sol llegaba a la mitad del cielo cuando
el oficiante bendijo al auditorio y terminó la fiesta. No había más que desear, todo el mundo quedaba satisfecho.
«Concluida la festividad religiosa, llega el turno a los regocijos profanos. Doquiera se reúne el pueblo, suenan gaitas, guitarras y
maracas; se improvisan joropos y fandangos y retumba, monótono, el tambor africano. Cuadrillas de rústicos cantores, echando
coplas al son del cinco y las bandolas, cruzan las calles en todas direcciones, hacen corro en las esquinas o se detienen frente a las
abiertas ventanas a encarecer la gentileza de las damas o la conocida liberalidad de los generosos caballeros. Por todas partes bulle
alegre y risueño el venturoso pueblo.
»De todos los regocijos públicos, el que tenía más atractivo para la multitud era, a no dejar duda, la corrida de toros, indispensable
complemento de la fiesta y de donde dimanaba, para muchos, el mayor esplendor. Para este objeto, como ya lo hemos dicho,
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Turmero en mi memoria
habían construido extenso circo en medio de la plaza, decorado en parte de altas tribunas o tablados a que podía asistir la gente
acomodada, dejando libre al pueblo gozar del espectáculo tras la palizada que servía de resguardo. Bajo las tribunas se habían
improvisado numerosas barracas, separadas las unas de las otras con esteras de enea, en donde se vendía toda especie de bebidas
alcohólicas y azucaradas golosinas y donde noche y día se jugaba a los dados y jugadores de oficio establecían el monto.
»Flores, dulces, monedas de oro y plata y cintas y sombreros, llovían de los tablados sobre la arena del combate a cada nueva
muestra de audacia y de destreza de los celebrados lidiadores; e indistintamente la atronadora multitud aplaudía con el mismo
entusiasmo al gladiador intrépido que, a cuerpo limpio, clavara en la cerviz del animal vistosas banderillas y a la rabiosa fiera,
cuando en las astas poderosas lograba levantar uno de sus contrarios. Al primer toro siguieron, sucesivamente, cinco a cuál más
feroces y esforzados. En menos de una hora había cuatro contusos y dos heridos de peligro entre los toreros y eso que no se estaba
ni a la mitad de tan espléndido espectáculo».
Epílogo
En el decrecido capítulo «La fiesta» leímos cómo el autor de Zarate escogió sus metáforas más poéticas para describirnos, en
ambiente turmereño, la culminación de la Navidad, ese período espiritual que se extiende desde el 25 de diciembre al 2 de febrero,
día de la Virgen de Candelaria, cuando Turmero es una sonrisa que se esboza en todos los confines del municipio y alegre el
pueblo se congrega en nuestro hermoso templo colonial para reverenciar a la Preservadora de la fe en estos valles. En la
evangelización española de Venezuela, la Candelaria era la preferida de los conquistadores en el momento de escoger a la
protectora de una fundación; por esta razón nuestro país cuenta con más de 45 templos dedicados a esta Virgen, que es Patrona de
Turmero, Bailadores, Mucurubá, Valle Grande, Las Piedras (estado Mérida); La Puerta (Trujillo) Cantaura (Anzoátegui);
Caraballeda (Vargas); El Baúl (Cojedes); Puerto Cumarebo. Punta Cardón (Falcón); Valle de la Pascua (Guárico); Carrizal,
Panaquire, Guarenas (Miranda) y. sector La Candelaria (El Limón, Aragua).
Uno de los numerosos actos de veneración turmereña a la Virgen de Candelaria, fue escoger su nombre para bautizar a una de sus
calles; la información me llega por un documento que me facilitó mi identificado Cicerón, Pedro Reyes Ponce. El 12 de junio de
1943, en documento registrado bajo el N° 28 en el Registro Subalterno del Distrito Mariño, la señora Clemencia Córdoba de
Trujillo vende al distinguido caballero Francisco Magallanes, la porción esquina de su casa, y uno de los lindes del inmueble
vendido establece «por el Sur, que es su frente de doce metros, calle antiguamente de 'Candelaria' en medio y Plaza Mariño». En
la cita queda revelado el antiguo nombre de la calle conocida ahora como Bolívar. El segmento de inmueble que permaneció en
propiedad de la vendedora, es un paisaje de tejas detenido en el tiempo, con paredes de adobe en blanquísimo color, adornado con
zócalo castaño; es la esplendente morada de la mujer más conocida de Turmero en el transcurso del siglo XX y principio del XXI,
la maestra Nieves Eloísa Sarco Lira de Trujillo, por 36 años sembradora de sabiduría y virtudes, en la infinitud de alumnos que
acudieron a sus clases.
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Turmero en mi memoria
Tarde de lluvia y dolor
Viniendo de La Encrucijada hacia Turmero nos
encontramos con un sitio llamado La Cruz de Hierro, al
lado de un cerro de abundante vegetación, que en su
piedemonte la tierra cubre el sueño de miles de
turmereños. Por infortunio de la vida, el I0 de septiembre
de 1952, Turmero se vistió allí de luto.
Los hechos
Oficio con presencia de las Hermanas Carmelitas y la otra foto es de
En la tarde de ese día los automotores avanzaban con
Hercilia de Reschop, quien colaboró en las honras fúnebres.
extremada preocupación, a consecuencia de una pertinaz
lluvia que caía en toda la superficie de nuestro valle. Una camioneta tipo ranchera, en su lento rodar, hacía el viaje de Caracas a
Guanare, transportando a cuatro religiosas de la Congregación de Las Carmelitas, que iban a la capital espiritual de nuestro país
para estar presentes en los honores que se rendían a la Virgen de Coromoto, proclamada ese año como Patrona de Venezuela. Ese
vehículo resbala sobre la mancha mojada, para colisionar contra un camión cargado de cerveza que se desplazaba en sentido
contrario. Luego del impacto y del ruido hondo, una realidad difícil de enfrentar: dos monjas muertas y dos lesionadas, que j unto
a la choferesa son trasladadas al Hospital Civil de Maracay, donde fallece al día siguiente otra hermana, que no pudo recuperarse
de la gravedad de sus lesiones. La otra congregacionista y la conductora sí lograron el restablecimiento pleno de la salud.
El presbítero Trino de Jesús, que en esa fecha estaba al frente de la Parroquia Nuestra Señora de Candelaria, solicita de la familia
Reschop su colaboración para velar los cuerpos de las occisas en su casa de habitación, situada en la esquina de la Policía, frente a
la plaza Mariño. A las once de la noche, sobre los hombros de un pueblo afligido y del triste doblar de las campanas, que
esparcían su mensaje de dolor, desde el inicio de la tragedia, los sagrados restos sonllevados al templo de la ciudad, donde son
expuestos hasta el amanecer; luego son trasladados a Caracas para darles cristiana sepultura. Meses después del infortunio, la
señora Hercilia de Reschop tuvo el deseo de levantar una capilla en el lugar del siniestro; pacientemente reunió el dinero necesario
por ofrendas del pueblo cristiano. Concluida la edificación, las efigies de las fallecidas son colocadas en el altar del pequeño
santuario.
Documento oficial de la desgracia
El desventurado episodio quedó anotado en la memoria escrita de la ciudad, con una sola partida de defunción, que se reproduce
en toda su textualidad: "N° 89. Ramón Guzmán, Alcalde del Distrito Mariño del Estado Aragua, hace constar que hoy diez de
septiembre de mil novecientos cincuenta y dos, se presentó en este despacho un ciudadano que dijo llamarse Carlos Pérez
Fridensberg, mayor de edad, natural y vecino de este Municipio, quien expuso: 'Hoy a las siete de la noche, en el sitio denominado
La Cruz de Hierro, de esta jurisdicción, falleció a consecuencia de accidente automovilístico, la madre Isabel de la Santísima
Trinidad, de sesenta y cuatro años, dos meses y cuatro días, que era hermana Carmelita, que la causa principal del fallecimiento
fue fractura del cráneo, según certificación del doctor Jaime Bronfenmayer, médico titular. Se ignoran otros datos'. Fueron testigos
presenciales de este acto Armando Garrido y Rubén Molina, mayores de edad, empleados públicos y de este domicilio. Leída la
presente acta, el exponente y testigos manifestaron conformidad y firman. El Alcalde. Ramón Guzmán; exponente, Carlos Pérez
F.; testigo. Rubén Molina; el secretario, Pedro Viana".
Epílogo
A cuarenta y nueve años de la tragedia, ocasionada por ruedas de la muerte, construyo, por observación in-situ, una tarde de
candente sol estival, la parte final del imborrable recuerdo. La Capilla fue demolida para dejar su espacio a un complejo
urbanístico privado; las fotos están desaparecidas y, en un pequeñísimo espacio semejante a un closet, abierto en la pared
perimetral de la urbanización, se exhibe una placa que dice: 'Aquí, en horrible choque automovilístico acaecido el día 10-9-52,
ocurrió la tragedia que cortó la existencia de la Sup. Gral. de las H.H.C.C. Madre Luisa Teresa del Niño Jesús. Madre Isabel y Sor
Auxiliadora. Q.E.P.D. Recuerdo de sus hijas".
Por reminiscencias de mi maestra revenguista Elsa Josefina Reschop, me entero de que la religiosa sobreviviente del suceso, la
madre Camila, por muchos años laboró en el Colegio El Carmelo, Los Rosales, Caracas.
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Turmero en mi memoria
De mene a estiércol del diablo
El petróleo, ese compañero de viaje de la economía venezolana, poderoso
nutriente del tesoro nacional, despierta la atención desde los primeros años
de la conquista; los españoles tuvieron conocimiento de un "jugo de la
tierra" de propiedades terapéuticas, que servía de combustible para iluminar
las noches y para calafatear las maderas de las pequeñas naves acuáticas de
los autóctonos; era el mene, como lo bautizaron nuestros aborígenes.
En los remotos años del siglo XIX, los hidrocarburos acaparan la
curiosidad de nacionales y extranjeros. En efecto, la primera concesión
para explotar asfalto natural se dio al subdito inglés D.B. Hellyer, en 1854,
y la inicial adjudicación petrolera, en 1865, al gringo Camilo Ferrand. La
Alquitrana, campo del estado Táchira, arranca su actividad el 3 de
septiembre de1878, fecha que se considera el comienzo de la industria de
los hidrocarburos en Venezuela. Al 31 de diciembre de 1920 estaban
documentados 1.312 contratos de concesiones para la explotación y desarrollo de campos petrolíferos; era una clara manifestación
de codicia, de aspirantes a obtener fáciles dólares con el llamado oro negro; el más conspicuo buscador de fortuna, por esa vía, fue
Max Valladares, quien recibe la concesión más grande otorgada por el Estado venezolano el 2 de enero de 1912. y el día 4 de ese
mismo mes y año la transfiere a la Caribbean Petroleum.
También en Turmero
En documento registrado en la Oficina Subalterna de Registro del Distrito Mariño del estado Aragua, bajo el № 28, en fecha 20 de
mayo de 1921, los hermanos Bernardo A. y Roberto A. Guzmán Blanco declaran su "voluntad de obtener permiso para la
exploración de hidrocarburos, carbón y sustancias combustibles análogas en la zona que en comunidad les pertenece, conocida
con el nombre de Guayabita, con una extensión aproximada de 9.515 hectáreas". Los derechos de propiedad les fueron
adjudicados a los citados propietarios, en la partición de bienes del general Antonio Guzmán Blanco. El documento que vengo
considerando en mis comentarios tiene una valiosa información; la hacienda Guayabita estaba disgregada entre varios propietarios
y el Ilustre Americano la adquiere por sucesivas compras a los diversos dueños: Modesto Urbaneja, Concepción Soublette, viuda
Santamaría; Julián, Manuel, Lastenia, Soledad e Isabel Santamaría; Cecilia Santamaría de Sagarzasu y Concepción Santamaría de
Borges; Isabel Antonia Blanco viuda de Narvarte; Eduardo Ortiz; Alejandro Blanco Uribe, Domingo Blanco Uribe, Antonio
Carranza, Antero Pérez Arana: Eduardo Blanco y Concepción Bustamante. Los datos de registro de las diferentes operaciones los
omito para no atiborrarlos de fastidiosos números y abundantes fechas. Visto a través del tiempo, lo importante de todas estas
cosas es la ausencia, en el área, de exploración de "hidrocarburos, carbón o sustancias combustibles análogas", como deseaban los
hermanos Guzmán. Por eso, hoy contemplamos en Guayabita la siembra de sus fértiles suelos, la intensidad de su cielo azul,
sentimos la caricia de su brisa tropical y podemos refrescarnos en las frías aguas de sus balnearios.
Notas finales
El Rey Petróleo, el excremento del diablo, como dijera el gran venezolano, Juan Pablo Pérez Alfonzo (1903-1979), ha sido en
Venezuela sustento del presupuesto nacional, pero la volatilidad de sus precios en el mercado internacional perturba el ejercicio
fiscal previsto en el presupuesto del año 2002, causando preocupación en los círculos económicos del país por lo sombrío de las
expectativas.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
La factoría
En el folleto "El Pueblo de Doctrina de Turmero", editado en 1979, nos dice
su autor Oldman Botello en la página nueve, que dos instituciones
jerarquizaron a Turmero: el Corregirato de los Valles de Aragua y la sede
administrativa de la Renta del Tabaco. Profundizando el tema, guardando el
orden de referencia empleado por el autor de la obra, diremos que
Corregidor era un funcionario nombrado por el Rey, para que representara
la autoridad real en aquellos territorios que lo pidiesen o cuya situación
hiciese conveniente su envío. En cuanto a la Administración de la Renta del
Tabaco, se hace realidad a partir de 1779, cuando la Corona se reservó el
cultivo, mercadeo y explotación de las famosas hojas, que sirven para
elaborar cigarrillos y puros, para ser mascadas, para fabricar la pasta del
chimó y el polvo del rapé. El monopolio español sobre la actividad
Fachada del Mercado Municipal o Factoría
económica que genera la planta herbácea, originaria de la América tropical,
recibió el nombre de Estanco. Desde Turmero se controlaba los sembradíos de sus inmediaciones, extendidos los cultivos hasta
Guaruto, con un personal para sus operaciones que contaba con un administrador, un oficial, un subdelegado de los Valles de
Aragua, encargado de los asuntos judiciales, un guardalmacén, un veedor de tabacos que supervisaba millones de plantas que
producían las variedades curanegra, para el consumo interno y el curaseca destinado a la exportación. Esa actividad económica
convirtió a Turmero en importante urbe de los Valles de Aragua.
La Renta del Tabaco funcionó hasta su extinción, en un edificio de amplio terreno llamado La Factoría, con una fachada de cinco
entradas por la calle Candelaria (hoy calle Bolívar), otro acceso era por la actual calle Sucre. Además, tenía un pasadizo que le
daba comunicación con la calle Petión, pasaje que lindaba con dos inmuebles propiedad de León Rodríguez Espis; cuando estas
viviendas fueron demolidas, el callejón fue convertido en garaje de la nueva construcción.
II
En el año 1854, ejercía la Presidencia de la República el General José Gregorio Monagas, a quien corresponde poner el ejecútese
al Decreto № 922 de fecha 20 de mayo del citado año, que copiamos del Tomo III de una Recopilación de Leyes y Decretos,
ordenada por el Ilustre Americano, General Antonio Guzmán Blanco en el año 1874. Su inserción en este ensayo se hace
respetando la ortografía original:
"El Senado y C. R. de Venezuela, reunidos en Congreso, decretan:
Art. Io Se da en dominio y propiedad al municipio de la ciudad Turmero, el edificio denominado Factoría de la extinguida renta
del tabaco.
Art. 2o Cuando el gobierno de la nación deba servirse de una parte de dicho local, será sin ninguna compensación.
Dado en Caracas a 15 de mayo de 1854.
Año 25 de la ley y 44 de la Independencia. El P. de S. Pedro Portero. El P. de la C. de R. Lisandro Ruedas. El S. del S. J. A. Pérez.
El S. de la C. de R. J. Padilla.
Caracas Mayo 20 de 1854. Año 25 de la ley y 44 de la Independencia. Ejecútese J. G. Monagas. Por S. E. El S. de E. en los DD.
del Interior, Justicia y R.E. Simón Planas".
III
A principios del año 1886, La Factoría estaba en deplorables condiciones, estando a punto de derrumbarse, por lo que interviene el
Consejo de Administración del Estado Guzmán Blanco, con la Resolución № 258 el 7 de enero de ese año, ordenando erogaciones
de mil seiscientos bolívares mensuales para su reparación. La obra estaba a cargo de la Junta de Fomento, compuesta por los
ciudadanos Leandro Blanco, Baldomero Guzmán y Francisco A. Rui, Presidente, Secretario y Tesorero respectivamente. Muy
poco duró la ilusión reparadora, cuando se habían erogados montos por seis mil cuatrocientos bolívares, para las refacciones del
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
mercado y la plaza, por Decreto № 287 del 6 de mayo de 1886, las obras quedan suspendidas hasta nueva orden (Boletín Apuntes
Estadísticos Estado Guzmán Blanco. 1886).
El 5 de enero de 1922, el señor Cirilo Cróquer Barreto, en correspondencia dirigida al General Juan Vicente Gómez, solicita la
conclusión de las obras emprendidas en La Factoría, reforzando su petición con el argumento político que "Turmero es un pueblo
que no ha dado una nota discordante desde que se inició la causa de la Rehabilitación". (Revista Candelaria № 149, octubre 2009,
página № 4). En esa segunda década del siglo XX, el alarife turmereño Martín Hurtado, residenciado en la calle El Tranvía (actual
Villacastin), restaura la fachada del edificio dándole excesiva ornamentación, sobresaliendo diecisiete estrellas de David, símbolo
que se logra sobreponiendo dos triángulos equiláteros. El patio central de la edificación conserva sus columnas coloniales, que
sustentan una armadura de hierro y una techumbre de asbesto.
IV
La Factoría siempre ha sido un espacio para los pequeños comerciantes, de ahí los diferentes nombres que ha tenido: Factoría del
Mercado, Mercado de La Factoría, Mercado de Turmero y Mercado Campesino. Allí funcionó el Bar Aragua de Víctor Vargas, la
pulpería de Euclides Flores y varias carnicerías que el público llamaba pesas, entre ellas las de Mariano Guzmán, Domingo
Martínez, Juan José Pantoja "Cabecita", Pedro Morgado y los guatireños Argimiro Lander y César Salas Lander.
Cuando cesa la actividad mercantil su espacio pasa a ser cancha de voleibol y pista para los bailes de gala en las fiestas de
Candelaria. Al momento de hacer ésta publicación (año 2011), el Mercado Campesino está divido en numerosos cubículos,
surtideros de despensas de compradores minoritarios de la ciudad y sus alrededores.
V
Este trabajo que aborda un trozo de la historia de la ciudad, está elaborado con lo aprendido en investigaciones por la lectura y la
oralidad contenida en alusiones a experiencias vividas. Lo cierro recordando que en nuestra nomenclatura, el cruce de las calles
Bolívar y Petión, se llama esquina de La Factoría.
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Turmero en mi memoria
II.- PROTAGONISTAS DE VERDAD
Artista de la piedra
Las preguntas de un grupo de estudiantes de uno de los institutos educativos de la
ciudad, me han llevado a releer en mi bitácora los apuntes que han permitido
satisfacer la inquietud investigadora de los alumnos, escrutadores noveles de los
enigmas de nuestra Ciudad. Navegar en el recuerdo me conduce a la que fuera
alcabala de la colonia agrícola de Guayabita y sus encargados, en diferentes épocas:
Nieves Borges, Roberto Cadenas y Rafael Barilla Mora.
El señor Barilla Mora llega a Turmero en la década de los años cuarenta, alojándose
en el modesto hogar de María Úrsula Bolaños, afectuosa mujer que en la época final
de su vida deambulaba por las calles del pueblo impartiendo inocentes y amorosas
bendiciones. La casa de la humilde mujer y la alcabala estaban edificadas en la misma
parcela de terreno ribereño de Las Adjuntas, sitio donde confluyen las aguas
humedecedoras de sementeras y campos florecidos de Paya y Guayabita, para formar
el río Turmero. El recuerdo inperpetuun de este hombre, está simbolizado en el
monumento religioso erigido por él, con materiales del lugar, a la vera del camino que
conduce a Guayabita. Para realizarlo tuvo que transportar con sus manos piedras que
extraía de las cercanas márgenes fluviales, para construir, como si fuese el recién
desaparecido Juan Félix Sánchez, Premio Nacional de Artes Plásticas (1990), una
ermita donde entroniza la imagen representativa de su devoción religiosa. El pequeño
santuario, con el paso de los años, milagrosamente se mantiene intacto, a pesar de
estar en medio de la vía, por ampliación a lo que hoy es una carretera asfaltada.
Gruta a la Virgen de Lourdes en la Aduana
Del señor Barilla Mora se ha perdido rastro en el tiempo. El fin de su peregrinaje en Turmero fue su cambio a otro lugar de
trabajo. Todo hace pensar que ya rindió tributo a la tierra. De haber permanecido más tiempo con nosotros, el artista de pétreas
edificaciones nos hubiese dejado algo semejante a El Tisure, conjunto arquitectónico comenzado a construir por Juan Félix
Sánchez en 1952. Su único legado debe ser preservado con orgullo, en nuestra amada ciudad, donde sus virtuosas manos
plasmaron su obra, a la que fijó una losa con una inscripción testimonial, la cual se transcribe con las mismas palabras y ortografía
empleadas por el autor: «Gruta de Lourdes construida en 1949 por el llanero barines R. Barilla Mora».
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Turmero en mi memoria
En duelo la palabra y el color
Hace un año nos dejó Hugo Cipriano Rangel Rodríguez, ligero de equipaje como quería el también
poeta Antonio Machado. Fue el domingo 26 de mayo de 1996, en horas de la madrugada, cuando el
lento doblar de la campana del tiempo nos da la ingrata noticia; para recordarle tal vez tengamos para
él una oración o con una elegía, renovemos nuestro pesar a Maruja (esposa), a Hugui-to ya Prisca:
«Quiero arrebujar en el puerto escondido y recoger las gotas que se llevó el silencio». Hugo se fue y
en cada uno de sus amigos de ideales y utopías, queda un poco del poeta y prosista de conciencia
literaria en el oficio narrativo, que nos enseñó en su forma y estilo que «desde allá donde nace la
leyenda, se hizo danzando la palabra, hecha de saber y de constancia, para buscar donde nace la
lengua».
El artista nació en Maturín, el primero de abril de 1944,en el hogar de los esposos Laureano Rangel y
Prisca Rodríguez. En 1962, siguiendo las huellas de su primo, el maestro y periodista Félix Mijares
Hugo Rangel
Rangel, se radica en Turmero, convirtiéndose entonces en hijo adoptivo de nuestra ciudad, a la que
cantó: «Te imaginé en sueños de la infancia, / te creciste monumental en tus ancestros, / tus valles
son hijos / bajados lentamente» y en la villa de su imaginación y sueños, se hace profesional del dibujo arquitectónico, para procurarse como Dios manda, el pan nuestro de cada día. Junto a otros literatos funda la Asociación de Escritores del Municipio
Mari-ño, siendo corredactor de la Revista Cultural Semillas. Otras apoyaturas de su inspiración fueron la vida real, la
incertidumbre y la mujer: «Te vi pasar por el portal/un tanto consternada; / en tu mirada escudriñé / la pena que te embarga, / imaginé un mundo de locuras, / que ibas a derramar en gotas de silencio».
En su personalidad polifacética, dominaba la imagen y en los trazos y colores de su pincel, captaba con maestría y divinizaba los
motivos de su vehemente pasión. Con sus excelentes trabajos había ganado el Premio Municipal de Pintura al Aire Libre, en las
Ferias de Candelaria en La Victoria. Ya en la frontera de la muerte, concurre a una exposición de pintores y artesanos del
municipio Mariño, sorprendiendo con su obra «Cuando el color se va». Buscando nuevas formas de trabajo, abandona lo
convencional en la técnica pictórica; bocetea el lienzo y, en uno de sus extremos, coloca la escultura natural de un batracio
disecado, sobre la blanca superficie deja caer una gota púrpura, magnificando el supremo momento: el paso de la vida a la muerte.
Hugo era diestro en el manejo de la ironía. De pesadas y torturantes opiniones para mortificar, ingenioso para las travesuras, capaz
de desequilibrar al más ponderado de sus interlocutores, con sus demoledores conceptos: «Seudo transformadores se han
encontrado pataleando en el vacío; claro, nunca pensaron que sus desvarios pecaminosos y abstractos para con los núcleos
sociales les iban a dar la oportunidad de sentirse tan vacíos, al pensar que un colectivo los tiene acorralados». En sus postreros
momentos se dirige a su entrañable amigo Molinete, compañero de farras, para indicarle un mandato: «Pinta, Borges, pinta lo que
has aprendido de mí».
Para trascender más allá de su tiempo, el artista de las letras y el pincel, se marcha esa mañana por la senda de Fray Luis de León,
donde transitan los pocos sabios que por el mundo han sido.
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Turmero en mi memoria
Poeta de trascendencia
Turmero es un pueblo con el privilegio de tener hijos cultores del pensamiento. Uno de eses
prodigios de la creatividad literaria es el poeta José Rafael Pérez Ramos, nacido en nuestra
ciudad el 6 de octubre de 1924, hijo de los esposos Benito Pérez Blanco y Lourdes Ramos, es
creador de una obra imperecedera que no acepta olvidos.
En Turmero escribió la inspiración de su lírica, una poesía pura y verdadera, libre e intimista,
en una época dominada por el costumbrismo, el soneto y la rima; la venezolanidad estuvo
presente en sus textos y al Píntame Angelitos Negros de Andrés Eloy Blanco, responde con la
extraordinaria creación Los Ángeles de mi Pueblo: «Voy a hacerla de pintor/para sembrar tu
contento / pintando una Virgen blanca / con siete angelitos negros / nacidos, como tú quieres,
/ de Morón a Barlovento». Pérez Ramos fue un adelantado a su tiempo, dueño del don de la
poesía, a la cual daba títulos sugestivos como ¡Salve, Capitana!, llamando así a una
desconocida dama a la perennidad en su poema:«¡Salve, Capitana.'/El dios de los vientos / me
llevó hasta tu azul, / la risa loca de las olas / se metió entre tus rizos/ y el náufrago halló norte
/ en el Ave Marina de tus ojos». En su obra cargada de neologismos, presagia nostalgia y
alejamiento: «Presiento que el destino / y mi suerte de ti me han apartado / que lo negro de mi
adverso sino / de nuestro amor lo blanco haya manchado».
En 1958, cuando se instaura el régimen democrático, José Pérez Ramos se incorpora a la lucha cívica y en representación de
URD, partido del que fue miembro fundador, integra el Concejo Municipal del Distrito Mariño. En diciembre de esc año es electo
diputado a la Asamblea Legislativa del estado Aragua, siendo en ella jefe de la mayoritaria fracción amarilla. El bardo, en la
búsqueda del perfecto mundo de la poesía, se acercaba con frecuencia al hedonismo más puro, cosa muy común entre los poetas
de entonces: en un fin de semana baja acompañado de varios amigos al litoral aragüeño, allí enferma repentinamente y al no
podérsele suministrar tratamiento médico, su salud se agrava. Es conducido a una clínica privada en Maracay, donde su estro se
extingue el 24 de agosto de 1959, a las pocas horas de su ingreso Su tránsito a la morada eterna fue multitidinario, lo más granado
de la sociedad regional se hizo presente en el adiós lastimero. Su nombre es epónimo del estadium de béisbol de Turmero y de una
calle de la urbanización El Piñonal de Maracay.
El 4 de septiembre de 1960, un comité integrado por el doctor Luis Torrealba Narváez, doctor Alfredo Lozano Villegas, Augusto
Trujillo Ledezma, Balbino Blanco Sánchez, Erasmo Trujillo Ledezma y Rafael Michelena Plasencia, organiza un homenaje al
desaparecido poeta, publicando parte de su obra en un lujoso folleto impreso en los talleres de la Imprenta Nacional. Además,
develizan su retrato en el salón de sesiones del Concejo Municipal, efigie que años después es descolgada y de desaparecida por
manos sacrílegas.
Pérez Ramos, hombre y poeta, con su obra derriba las barreras del tiempo para alcanzar la inmortalidad.
“Midiendo distancias/yo rezo a tus cenizas”.
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Turmero en mi memoria
El capitán Veneno
Al final de la década de los años veinte arriba a Turmero, procedente
Villa de Cura, el Coronel Gregorio Vegas, que viene a ejercer las
funciones de jefe civil en el entonces distrito Mariño. Este singular e
importante ciudadano, una vez radicado en nuestro pueblo, combina sus
funciones político-administrativas con sus inquietudes culturales,
instalando una imprenta de su propiedad en la Casa de la Gallera, donde
edita el semanario El Paréntesis. En sus páginas verían sus ideas tres
columnistas que se identificaban como Amadís de Gaula, Casto Marín de
la Oz y Capitán Veneno, seudónimos adoptados por Gregorio Vegas,
editor; Candelario Matos, poeta y educador victoriano residenciado en
Villa de Cura y Alfredo Pacheco Miranda, intelectual turmereño, autor de
una abundante producción literaria escrita en prosa y dueño de una extraordinaria fuerza expresiva, que le consagra como orador.
Alfredo Pacheco Miranda también fue empresario del cinematógrafo,
fundando en un anexo de su vivienda, en 1914, el cine-teatro El
Libertador, rebautizado luego como cine Capítol. Ese mismo año se inicia
el alumbrado eléctrico del Parque Mariño, luego la Casa de los Nueve
Pilares (sede de los poderes públicos municipales), servicios cubiertos con
la misma planta que suministraba el fluido a la sala de proyecciones. Su
Alfredo Pacheco Miranda
obra novelística se circunscribe a dos publicaciones: El escarabajo de
esmeralda (1934) y El triunfo de Silvano (1935). De la primera de sus novelas
reproduzco un diálogo de Ermélida y Mario, dos de sus personajes: «Rumor de besos, cálidas promesas de un amor hondamente
sentido, raudos presentimientos de caricias uniéronse a los ardientes estremecimientos de la estancia. Detúvose la pareja bajo la
umbría de un esbelto almendro. Mario de su bolsillo sacó un estuche diminuto, endrino cual un pedazo de azabache y díjole:
Toma, querida mía, llévalo siempre prendido en tu corpino». Pacheco Miranda era sabio en el manejo de la palabra; el 7 de
diciembre de 1918, en nombre de las autoridades del distrito Mariño, pronuncia una bella apología ante la tumba del coronel Alí
Gómez y el 9 de diciembre de 1924, para conmemorar el centenario de la batalla de Ayacucho. Se desveliza un nuevo busto de El
Libertador de Oriente en la plaza Mariño, y el discurso de orden es encomendado al tribuno turmereño.
Como diputado al Congreso Nacional propone la confiscación a favor de la nación de todos los bienes que estuviesen a nombre
del general Juan Vicente Gómez o de personas interpuestas, de cualquier naturaleza que sean, muebles, inmuebles, semovientes,
corporales o incorporales, dentro del territorio nacional o fuera de él. Acuerdo confiscatorio aprobado por el Parlamento Nacional
el 19 de agosto de 1936.
Alfredo Pacheco Miranda era natural de Turmero, nace el 9 de julio de 1888, hijo de José Pacheco Lugo y la sansebastianera
Marta Miranda Cabeza de Vaca, sobrina nieta del Precursor Francisco de Miranda. Contrae nupcias con Teresa Lugo, de cuya
unión nacen sus hijos Alfredito, José, Dilia, Elvia, Mary, Yolanda
(fallecidos), Andrés, Alais y Teresita (sobrevivientes). Su
deceso se produce el 21 de enero de 1940. En su honor la Asamblea Legislativa regional escoge su nombre como epónimo de una
parroquia foránea del municipio Santiago Mariño, decisión que se publica en la Gaceta Oficial del estado Ara-gua (extraordinaria)
N° 627, correspondiente al 16 de diciembre de 1997; ámbito territorial donde convive una población estimada en 32 mil habitantes, esparcidos en 22 comunidades, su capital es San Joaquín.
Reimprimir su obra para darla a conocer a las generaciones del presente y del futuro, sería el mejor homenaje al prosista, que tenía
el don de encantamiento de las palabras en su obra escrita o hablada.
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Turmero en mi memoria
UN ARTISTA Y SU OBRA HUGO RANGEL
En 1962 un visitante excepcional, procedente de su natal Maturín,
llega a Turmero. y la bienvenida a su llegada fue su encuentro con
la inspiración de Mario Abreu y de José Pérez Ramos, lo cual le
enriquece interiormente, y el recién venido Hugo Cipriano Rangel
Rodríguez, turmereño desde ese día acrecienta los rasgos artísticos
de su vida.
Hugo era majestuoso en la plástica, tenía buen manejo del elemento
color y el dibujo, con ellos nos asomaba a los realizados sueños de
su rica imaginación. Como poeta no escribió libro alguno, su obra
está dispersa entre sus numerosos amigos y familiares, a quienes
manuscribe su musa y lega como singular presente; la que
acompaño en este trabajo me fue facilitada por el ingeniero Antonio
Girón y su hermano Isidro Rangel, concebida en el estilo propio de
la fecundidad de su lira, en ella deja constancia de su impetuosa iracundia, porque era ducho en los enredijos descalificatorios, sus
conceptos eran su indiscutible verdad.
En la alborada del 26 de mayo de 1996. a los 52 años de edad, se cierra, en la ciudad de su adopción, la trayectoria existencial del
creador que supo combinar, ¡y como lo hizo!, sus pasiones por la pintura y la poesía.
Te vi pasar
por el portal
un tanto consternada
en tu mirada escudriñé
la pena que te embarga.
Imaginé un mundo de locuras
que ibas a derramar en gotas de silencio.
Las notas de un cantar
vuelan por la bahía
de ese mar donde
bogan tus penas
que quiero arrebujar
en el puerto escondido
y recoger las gotas
que se llevó el silencio.
Para ser bolivariano hay que tener ideas
Bien puestas.
Tener el cerebro claro
para pensar cosas nuevas
y recordar el muchacho
que se peleo donde fuera
con su espada reluciente
libertó a su Venezuela.
En sus últimos instantes
lanzó la proclama aquella
de que cesen los partidos
para borrar toda huellas
de la ignorancia falaz
que ya estaba consumiendo
los pueblos que libertó
incluyendo nuestra tierra.
Bolívar, siempre Bolívar,
¡Bolivarianos recuerdos..!
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Turmero en mi memoria
Estamos observando en todo momento de la vivencia actual, un desbarajuste constante en las personas de seudo transformadores
que se han encontrado pataleando en el vacío; claro, nunca pensaron que sus desvarios pecaminosos y abstractos para con los
núcleos sociales les iban a dar la oportunidad de sentirse tan vacíos, al tener que pensar que un colectivo los tiene acorralados.
Esto deja entrever que jamás se preocuparon en pensar quién o quiénes serían los destinados para acompañarles en una nueva ruta,
donde el gran ganador sería precisamente una colectividad que espera ansiosa.
Desmedran unos de otros
se preguntan por sus posibles errores
tratan en vano la búsqueda de convivencias
les alerta solo pensar donde
pasaran su aislamiento
los fondos logrados malsanamente
los absorberán sus asesores
les preocupa sobre manera
que será del futuro de tu familia:
¿Ahora?
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Turmero en mi memoria
La voz deportiva de América
El 18 de diciembre de 1955, una noticia proveniente de Colombia, propagada por las emisoras
de radio y las televisoras nacionales, paraliza a Venezuela y un manto de aflicción envuelve al
territorio patrio: Francisco José Cróquer Páez, el popular Pancho Pepe, había fallecido en
Barranquilla, a la temprana edad de 35 años, por accidente automovilístico, cuando participaba
como piloto en la llamada Vuelta del Atlántico. Según versión recibida el mismo día del
contratiempo, Pancho Pepe, por razones que se desconocen, perdió el control de la dirección, el
aparato que conducía impacta contra un talud y cae a un precipicio de 150 metros, dando tres
vueltas en el aire, saliendo despedido en la última, recibiendo luego el impacto del auto sobre
sí. Llevado aún con vida a un centro asistencial, los médicos le aprecian fractura en el cráneo,
en la columna vertebral, en los brazos y rotura de los pulmones. Su reloj se detuvo a la hora del
accidente, pasadas las ocho de la mañana.
Francisco José Croquer
«La Voz Deportiva de Amé-rica», como se le conocía, había nacido en Turmero, el 23 de mayo
de 1920, hijo de Cirilo Cróquer Barreto y Francisca Páez de Cróquer; en su pueblo natal cursa
la primaria en la escuela José Rafael Revenga, luego en la Felipe Guevara Rojas de Maracay y la secundaria la culmina en
Caracas. Siendo adolescente, trabaja como operador de radio en «La Voz de Aragua», radioemisora propiedad de sus familiares,
donde brilla como cantante de tangos, con el seudónimo Pepe el Tranquilo. En la capital de la república, Pancho Pepe se hace
símbolo de Radio Caracas y el pilar en que descansaba Ondas Populares, emisora que se dedicaba únicamente a difusiones
deportivas, al comenzar la televisión fue uno de sus animadores sus compañeros de trabajo cariñosamente le llamaban Panchón y
Ronco. Hacía gala de sus cualidades narrativas, en las transmisiones del béisbol profesional venezolano y en los juegos de grandes
ligas, al lado de Felo Ramírez, Buck Canel y Marco Antonio de Lacavalerie; en su fácil palabra fue magistral su descripción de la
pelea campeonil de los pesos plumas, entre Sandy Saddler y WilliePep. Por su calidad declamatoria, actuó al lado de Luis
Edgardo Ramírez. Sus condiciones actorales están perennizadas en un filme, de los comienzos de la industria cinematográfica
nacional, titulado Barlovento, producción sonora dirigida por Fraiz Gijalba.
El casillero de la correspondencia de Francisco José Cróquer, en el circuito radial donde trabajaba, tenía el número 18, después de
su muerte se consiguieron en ese buzón 35 cartas que le habían enviado sus admiradores, además de una partitura musical,
mensaje de alegría para cantar sus glorias con las cuerdas del arpa, letra de Pablo Riera y música del maestro turmereño
Valeriano Ramos, texto musical que de seguida te damos a conocer.
Pancho Pepe (Joropo)
A Pancho Pepe
le gusta mucho el joropo
porque es sabroso
y es mucho venezolano.
Es de Turmero
que es mi tierra aragüeña
mucho exponente
de este mi suelo llanero.
Quiere mucho este pueblo,
ésta su tierra
v siempre con todos es
como un hermano.
Se divierte con nosotros
como buen venezolano
de pura cepa.
Aunque está sepultado en Caracas, a Panchón le cubre tierra turmereña: el día de la inhumación, un hombre entrado en años
pronuncia en el solemne acto un hermoso panegírico y dejó caer sobre el ataúd una porción de suelo recogido en su casa natal; el
venerable orador era Fernando Rodríguez, su maestro de las aulas revenguinas, que en ese instante recibió muestras de respeto de
los presentes. El popular Pancho Pepe no está presente, pero su voz se seguirá oyendo a través de las grabaciones que han quedado
en la radio y en la televisión.
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Turmero en mi memoria
Descansa, Molinete
Con Néstor Borges se ha ido un linaje. Se ha marchado un
artista de la plástica, iracundo y pugnaz, a quien siempre
recordaremos por su inmensa obra, en nuestro gentilicio más
íntimo; contemplar los trazos de sus pinceles es un regusto
de la vida. Fue inquieto en todo su existir, por travesura se
hizo novillero y así nació Molinete, vivo recordatorio de
Manuel Rodríguez Sánchez, el gran Manolete de la
tauromaquia española. Alejado de los ruedos, con su mote
taurino se identifica en el dibujo publicitario. Un día de su
adolescencia, Mario Abreu, el creador de los objetos
mágicos, le vio pintando una lluvia y, fascinado por las condiciones del muchacho, articula su reacción: "Mañana te llevo a la Escuela de Artes Plásticas". Al día siguiente el maestro y el novicio cruzaron juntos el portón de la "Rafael Monasterios" de Maracay, instituto
que recibe a Borges como estudiante.
Néstor Borges, o Molinete, como usted lo prefiera, fue paisajista. Buscador eterno de la
belleza en las calles, en caminos y veredas de la campiña aragüeña. En la pesquisa de nuevos
motivos para su arte encuentra inspiración en el agua, el aire, las hojas, las rocas, elementos
naturales que le llevan a lo abstracto, técnica que él bautiza
Néstor Borges
como "Oxigena". Innovación que comienza en los murales y
luego la traslada a los lienzos, a los que da orden numérico una
vez terminados.
Presintiéndose en los lindes de la muerte, el artista, nacido en Turmero el 26 de febrero de
1948, con su índice derecho señalaba al cielo, para decir a su numerosa feligresía, siempre
atenta a su irónico verbo: "Pronto estaré con mi pana Hugo". Molinete, cumpliendo su
palabra, nos dejó el 1 de abril del año 2001.¡Qué casualidad! Ese día es la fecha natal de su
compinche Hugo Rangel.
Néstor: la copa de tu libar está vacía, nunca más será escanciada con otros vinos, ni otra caña
clara, ni otro anís, ni otro cocuy. Con tu partida ya están juntos en la eternidad, tres
irreverentes convictos y confesos: Mario Abreu. Hugo Rangel y tú, que fuiste el último en
cumplir la cita. Descansa, Molinete, llegó el fin de tus andares.
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Turmero en mi memoria
Cien años de intelectualidad
De la pasión por la ciudad y sus personajes, obligante es la indagación en torno a uno de sus hijos, que presenta una biografía excepcional y meritoria, por los variados campos de su quehacer intelectual,
por ser un funcionario al servicio de la República y por su condición
de oficial de Artillería del Ejército venezolano. Me refiero al señor
Andrés Pacheco Miranda, quien ve la luz en Turmero el 13 de febrero
de 1885 en el hogar de los esposos José Pacheco Lugo y María
Miranda Cabeza de Vaca, nativa de San Sebastián, nieta de un
hermano del Generalísimo Francisco de Miranda, Precursor de la
Independencia americana. Recibe la instrucción elemental con
maestros de su pueblo, entre ellos José Ángel Rodríguez; por informe
que reposa en el Archivo Municipal se sabe que en 1895 estaba
matriculando en la Escuela de Niños del Municipio, siendo su
preceptor el señor A. Montes de Oca. En crónica titulada "Los
maestros de la edad feliz", don Andrés nos dice que su "sexto y último guiador mental" fue el señor Rafael Motamayor, que
acostumbraba platicar con sus antiguos alumnos "a la sombra de los árboles frondosos del Parque Mariño".
Su incorporación a las Fuerzas Armadas ocurre en 1900, quedando a las órdenes del coronel José Rafael Seijas. En 1901 forma
parte de un cuerpo de 1.500 hombres, que invaden a Colombia por Carazúa (La Goagira), misión que termina en descalabro para
las fuerzas venezolanas. Contando con 16 años se encuentra en La Victoria enfrentando a los 14.000 rebeldes que, acaudillados
por el banquero Manuel Antonio Matos, pretendían derrocar al general Cipriano Castro; en esos combates sufre una herida en el
brazo izquierdo, por lo que decide retirarse del ejército. Su amigo el general Francisco Linares Alcántara (hijo), le extiende un
reconocimiento, donde puede leerse que el ciudadano "Coronel Andrés Pacheco Miranda, ha militado en el ejército de Aragua,
durante la campaña contra la revolución acaudillada por el general M. A. Matos y que, al prestar sus importantes servicios, se ha
conducido con lealtad, valor y disciplina, haciéndose por tanto acreedor al reconocimiento del Gobierno Liberal Restaurador".
En su vida pública fue jefe civil de Santa Cruz, director de Política de Aragua, diputado y vicepresidente de la Asamblea
Legislativa del mismo estado, en el año 1908. En Miranda fue canciller de la Corte Suprema del estado, secretario general,
tesorero, secretario privado de Rufino Blanco Fombona; presidente del estado; diputado a la Asamblea Legislativa Mirandina.
Entre 1939 y 1941, fue secretario privado del general Francisco Linares Alcántara, presidente de Aragua. Fue miembro de la
Academia Nacional de la Historia por el estado Miranda, del Centro Mirandino de Historia y de la Sociedad Bolivariana. Ostentó
la Orden Francisco de Miranda, en su segunda clase.
Andrés Pacheco Miranda, un autodidacta devenido en erudito, tuvo vocación por el periodismo y por las letras. Formó parte del
equipo fundador de El Universal luego ingresa a La Religión; también fue colaborador de los rotativos La Esfera, El Heraldo, El
Impulso y de varias revistas literarias, su vinculación con el diarismo fue por 70 años. Como escritor trató —entre otros temas—
la temática local y los recuerdos de la juventud; varios de esos escritos fueron recopilados y publicados por el Concejo Municipal
de Mariño en 1978, con el título de Turmero, tierra mía, con motivo de los 358 años de la ciudad.
También es suya la inscripción gratulatoria colocada en el pedestal de la estatua del héroe epónimo del municipio, donde se
recuerdan los nombres de los turmereños que lucharon en la guerra emancipadora.
Andrés Pacheco Miranda en dos oportunidades contrajo matrimonio, primero con Clara Anderson, luego con Pía Teresa García,
de ambos matrimonios enviuda. El oficial castrista, autor de La tragedia del centauro, concluye su vida en Los Teques, el domingo
10 de abril de 1988, a la edad de 103 años. En su honor una escuela de la parroquia Samán de Güere luce su nombre como
epónimo.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Epónimos de grandecía
Puedo escribir con cierta seguridad que nadie, o casi nadie, para acercarme más a la realidad, recuerda en este año 2001 que en el
centro de la ciudad, al frente del antiguo Palacio Municipal, la demolida casa de los nueve pilares, hubo un espacio tan arborizado
como nuestra querida Plaza Mariño, donde los vecinos solían reunirse con gusto y placer para su esparcimiento en los ratos libres;
quizás por su tamaño la gente la llamaba plazoleta. Como nunca estoy ni en el mismo libro, ni en la misma página, pude leer en un
documento municipal, fechado el 23 de octubre de 1937, firmado por el Síndico Procurador Municipal de la época, señor Amador
C. Guzmán, que el nombre oficial del lugar era Parque Simón Rodríguez. Fiel a mi ideología de darte a conocer el pasado de todos
los rincones de la ciudad, busco auxilio en ese curioso colaborador de mis trabajos que es la investigación histórica.
Origen de la propiedad
El génesis de la plazoleta lo encontramos en la adquisición que hace
elConcejo Municipal del Distrito Mariño de un terreno al señor Simón
Bravo, que antes había pertenecido al general Francisco Navas Alcántara.
El documento de compra está autenticado en el Juzgado del Municipio
Choroní, por residir allí el vendedor, fechado el 13 de abril de 1921. El
precio de la venta fue de cuatrocientos bolívares. La extensión negociada
tiene los siguientes linderos: naciente, Casa Municipal y su fondo, calle en
medio; poniente, casa de sucesión Curtois y de Aureliano Trujillo: norte,
casa de Amelia Blanco, calle en medio, y sur, casa de Olimpia Curtois,
calle Miranda en medio. Este título de propiedad está registrado en la
Oficina Subalterna de Registro del Distrito Mariño bajo el número 18, en
fecha 29 de abril de 1921. Las copias en los libros tienen las firmas de
Carlos R. Rodríguez (presentador), Felipe Gómez López y Carlos Blanco
Antiguo Concejo Municipal y Comandancia de Policía
Galeno (testigos) y Rafael J. Pérez (registrador).
El Parque Simón Rodríguez existió hasta 1940, cuando el general Francisco Linares Alcántara (hijo) ejercía por quinta y última
vez la presidencia del estado. Ese año el gobierno regional inicia la construcción de dos modestas obras; los trabajos concluyen el
año siguiente y corresponde la inauguración a las autoridades designadas por el gobierno democrático del general Isaías Medina
Angarita. El 24 de julio de 1941, el presidente del estado, Tomás Pocanís. en compañía del secretario general de Gobierno. Julio
Morales Lara, ponen en servicio el Comedor Escolar Josefa María Ramos y el Dispensario Médico Pedro Buznego Martínez,
rebautizado luego como puesto de salud Josefina Martínez Rui de Díaz González. En el devenir de los años estas estructuras, en
diferentes momentos, prestaron servicio de prefectura, cuartel de policía, puesto de vigilantes de tránsito y sede de la biblioteca
Fernando Rodríguez, respetable institución que está muy réquiem in pace, por absurda decisión de un alcalde anterior.
Bosquejos biográficos
Josefa María Ramos, a quien la posteridad la conoce como Pepita Ramos, pianista de profundos conocimientos del género clásico,
ejecutaba sus conciertos en su hogar de la hacienda San Pablo, especie de ateneo donde se reunía lo más granado de la
intelectualidad aragüeña. Era hija del general Pedro Etanislao Ramos y de Carmen Izaguirre.
El historiador Pedro Modesto Bolívar, en su artículo Turmero ante la historia publicado en la revista Candelaria-Turmero N°41,
hace la siguiente cita tomada de Manuel Modesto Gallegos: "De las familias que con más frecuencia abrían sus salones en
Turmero eran las Ramos una de ellas, donde conocí —afirma el autor en su narración— a los hermanos Vollmer, Federico y
Gustavo, que de su hacienda El Palmar iban de San Mateo con frecuencia a visitar a la familia Ramos, con quienes tenían
relaciones amistosas, y cuando los Vollmer llegaban a San Pablo, las habituales reuniones se convertían en agradables conciertos
instrumentales, pues Federico, además del violín, tocaba con gusto el piano; Gustavo, el violoncelo; Pepita Ramos es pianista de
gusto, y su hermano Pedro manejaba la varilla con tal precisión y sentimiento que le arrancaba al violín deleitosas armonías.
Muchas veces a tan escogido cuarteto se agregaba el culto hijo del pueblo, Baldomero Guzmán, músico de mucho genio que
ejecutaba varios instrumentos, y era compositor inspirado".
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Por una correspondencia de Pedro Ramos Izaguirre a su hermana. Eloísa Ramos de Rui, se sabe que en diciembre de 1885 la
notable pianista Teresa Carreño pernocta en la hacienda San Pablo. "Como ella (Teresa Carreño) se quedó en nuestra casa, en la
tarde improvisamos una velada, estando presente mi compadre Federico, quien junto conmigo acompañamos a Teresita con
nuestros violines, mientras ella cantaba y tocaba en el piano de Pepita. También se hallaba con nosotros el señor Guzmán, el
general Gallegos, el padre Avelino Pina y otros amigos".
Pedro Rafael Buznego Martínez nace en El Consejo el 2 de agosto de 1875, farmaceuta de profesión. De 21 años escribe sus
primeros poemas, influenciado por la corriente criollista del ambiente literario de la época; en El Cojo [lustrado se publican
algunas de sus creaciones. En Turmero se establece en 1912, estando al frente de la Farmacia Moderna, sitio de reunión de los
intelectuales locales.
En Turmero ejerce la medicina y el Jefe Civil del Distrito Mariño, Pedro A. Rugeles, recomienda al Concejo Municipal, el 4 de
abril de 1925, su nombramiento como médico de la ciudad, sugerencia que es aceptada por la Cámara Municipal. El día 7 del
mismo mes y año Buznego se dirige al cuerpo edilicio en estos términos: "Ciudadano Isidoro González, Presidente del Concejo
Municipal. Presente. Acuso recibo de su atenta correspondencia fecha de ayer, en el cual se sirve participarme que el Cuerpo que
Ud. dignamente preside me ha designado Médico de Ciudad de ésta población, con el sueldo mensual de ochenta bolívares. Al
aceptar el cargo me es grato manifestar a Ud. i a la Corporación mis más expresivas gracias. Soy de Ud. Atento S.S. (firmado)
Buznego Martínez".
El doctor Buznego, como lo conocía el pueblo, fue miembro del Concejo Municipal, ejerciendo incluso su Presidencia; también
nos representó como diputado ante la Asamblea Legislativa de Aragua. A comienzos de 1931 se traslada a Caracas como regente
de la Farmacia Alemana (esquina de La Gorda). Fallece en la capital de la República el 19 de junio de 1934.
Reflexiones finales
En el espacio del antiguo Parque Simón Rodríguez se yergue un edificio de tres plantas, aún sin inaugurar, cubierto con tablillas
de greda, con grandes ventanales en aluminio horneado y vidrios; será destinado a la Estación Central de Policía de Turmero.
El nombre del poeta Pedro Rafael Buznego fue escogido para distinguir la Casa de la Cultura del Municipio José Rafael Revenga.
En el pasado mes de agosto se cumplió una variada programación para conmemorar el 126° aniversario de su natalicio.
Referencia obligatoria en esta parte de mi escrito es la situación miñosa que presenta la casa de Pepita Ramos, testigo silente de
épocas mejores, donde se reunían intelectuales y artistas del pasado. La vivienda se derrumba ante la indiferencia de los
organismos municipales, estatales y nacionales, se ha convertido en peligrosa guarida de gentes de mal vivir. Sus actuales
propietarios la adquirieron por documento registrado en Turmero bajo el número 32, protocolo Io, tomo 3, en fecha 18 de octubre
de 1999; allí se puede leer que el inmueble tiene 665,86 m: de construcción, 278,30 m2 de patio interno, 10 habitaciones, más
habitación principal con baño y vestier, 2 baños adicionales y corredor típico de casa colonial. El título de compraventa citado, en
relación a esta mansión, contiene una observación que reproduzco en toda su textualidad: "Se encuentra inventariada por el
Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) como acervo histórico cultural de la nación, y en consecuencia con el artículo 43 de la Ley
de Protección y Salvaguarda del Patrimonio Cultural, no podrá ser objeto de demolición o modificación alguna que altere sus
condiciones originales de construcción, y por tanto sólo podrá ser restaurada con la tipología y características de los materiales
propios de la época".
Pepita Ramos y Pedro Rafael Buznego se abrieron paso en disímiles días, en el universo de la cultura, para dejar un legado
imborrable que no acepta marchitez.
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Turmero en mi memoria
Un jugador inolvidable
El sábado 8 de septiembre del año 2001 fue un día de
tristeza para los amantes del béisbol. Un pelotazo que
no se sabe de dónde salió, deja out a Luis Rodríguez,
estelar pelotero profesional, jugador de 16 campañas
entre el Valencia Industriales y los Tigres de Aragua.
Nació el 6 de marzo de 1937 en Turmero,
específicamente en Güerito. hijo de Rafael Amos
Rodríguez Pacheco y de María Carmona.
En el norte perteneció a la organización de los Rojos de
Cincinati, llegando a triple A; también jugó en Canadá
y México. En la primera incursión a Estados Unidos
bateó 370 con 20 jonrones; en Venezuela fue 4to bate
en los equipos donde militó. Entre los jugadores
nativos, su brazo está considerado como el más fuerte y
certero de todos los tiempos, y fue el corredor más
rápido de home a primera. Vitico Davalilo, otra gloria del béisbol venezolano, lo coloca en su AllStar como el mejor
Right Field nacido en nuestro país. Después de su retiro, dedica su tiempo a los jóvenes de la Liga de Béisbol Menor
de Maracay. donde se mantuvo por 23 años.
En nombre de toda la gente de Turmero expresamos nuestras condolencias a su esposa Haydée, a sus hijos José Luis y
Gustavo, a sus hermanos José Ángel y Leida Rodríguez y demás familiares cercanos.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Notables de la ciudad
Tengo, entre mis cosas más apreciadas, un folleto mecanografiado en 1961, que me
obsequiara su autor Félix Acosta, con el título Algunos datos sobre figuras notables de
Turmero, compilación de pequeñas biografías logradas con habilidad y destreza, gracias a la
pasión que siempre tuvo el referido escritor por la investigación histórica. Leerlas es mirar el
ayer a través de un hombre que construyó, con su autodidactismo, su sapiencia en torno al
pasado de su pueblo. Las semblanzas que siguen tienen sustento en sus indagaciones.
Esbozos biográficos
Matías Lovera, este patriota aparece en el escrito gratulatorio, redactado por Andrés Pacheco
Miranda, colocado en el ahora inexistente monolito cuya parte superior exhibía el busto de
Santiago Mariño. Fue un hombre de coraje, defensor jurídico de muchos que tuvieron
protagonismo en la vida de la Primera República. Ninguno de sus defendidos fue al paredón,
como solicitaban las autoridades coloniales. Se supone que era hermano de Juan José
Lovera, también incluido en la misma inscripción de reconocimiento.
En relación a Matías Lovera, es pertinente una aclaratoria. Al plasmar los nombres de los héroes turmereños, en la nueva tabla
recordativa adosada al pedestal de la estatua del héroe epónimo, su nombre fue omitido, interrumpiendo la perennidad que se debe
a su memoria.
Fernando Tremarías se afilia al movimiento independentista desde la Primera República. Enfrentó a Vignoni en los sombríos
sucesos de Puerto Cabello; se le siguió juicio por intentar volar el castillo de esa ciudad portuaria. Sufrió prisión en Puerto Rico.
Domingo Tremarías, sacerdote que abraza la misma causa de su hermano. Por su participación en la República de 1812 soporta
innumerables arrestos.
Vicente Villanueva, desde Bogotá en 1828, el Libertador lo nombra segundo comandante del Batallón de Milicias de Aragua.
Braulio Barrios, hombre de inquietudes, asiste a la convención de Valencia en 1830. Junto al sabio Vargas, serán las únicas voces
que se oyen contra las ingratitudes que levantan a Bolívar. Luego aparece en Caracas, dirigiendo un periódico denominado La
Prensa.
Francisco de Paula Guevara Santander, en su juventud, escribió algunos folletos sobre poesía, colaboró en periódicos de la época.
Desempeñó importantes posiciones en la Corte de Casación.
Doctor Adolfo Fridensberg, notable médico nacido en La Guaira el 14-4-1849 y radicado en Turmero, donde muere el 16-5-1908.
Fundador del "Socorro Popular", para beneficio de las clases necesitadas, que él recetaba gratuitamente y logró que el comercio
pagara las medicinas. El doctor Fridensberg fue, además, catedrático de la Universidad Central, trabajó en asuntos literarios con el
doctor Rafael Seijas, estudió las aguas termales de Barbacoas. Fue miembro de la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de
Caracas.
Hermelinda Ramos, la segunda Teresa Carreño de Venezuela. Recorrió con su arte a la América, murió en Brasil.
Mercedes Sarco Villena, calidad extraordinaria fueron las manos de esta mujer, para la ejecución del piano. Logró ser contratada
por una compañía de arte lírico que recorre toda Venezuela y parte de Las Antillas.
Valeriano Ramos, músico y compositor (1896-1957). Autor de Brisas de Aragua, Valle de Chuao, Aires de Turmero, El guarapo,
El pajarilla aragüeño, el joropo Pancho Pepe. Su marcha en honor al coronel Pedro Arévalo es la consagración de su talento
musical.
Rafael Ravelo Cáceres dedicó su vida al ejercicio de la docencia. Regentó una escuela municipal de varones, las clases eran
nocturnas, para atender a los jóvenes que trabajan en el día. Su sueldo mensual era de sesenta bolívares.
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Turmero en mi memoria
Rafael Seijas nace en Turmero el 17 de marzo de 1836. su partida de bautismo fue localizada por el doctor Ciro Guzmán en los
libros de la Iglesia Nuestra Señora de Candelaria. De joven viaja a Caracas, donde hace sus estudios de secundaria y
universitarios. Fue políglota, con excelente dominio del latín, francés, inglés y alemán. Ejerce el Ministerio de Relaciones
Exteriores y es autor de la obra El derecho interamericano. Hizo frente a la usurpación inglesa en nuestra Guayana Esequiba.
Falleció en Caracas en 1901.
Historiador historiado
Félix Acosta fue un hombre con el don de hacerse entender. Proclamaba en todo momento su gentilicio turmereño; en verdad
nació en nuestro pueblo el 15 de noviembre de 1909. Por sus ideas políticas sufrió exilio en La Habana, durante el gobierno de la
Junta Militar que sucede al maestro Rómulo Gallegos. Como historiador, toda su escritura se vuelca hacia atrás, alucinado por la
riqueza cultural y la herencia histórica. Dividendos de esa adicción son sus obras: Chuao y su carretera. Orígenes de la Colonia
Tovar, La imprenta y el periodismo en Aragua: Amador Guzmán, su música y el deporte. Valeriano Ramos y su música popular,
Venezuela y los despojos de Guayana. Su ciclo vital concluye en La Victoria, el 25 de julio de 1987. Había acudido a esa ciudad
con motivo del 199° aniversario del natalicio del general Santiago Mariño.
Estas imágenes de celebridades emblemáticas de la ciudad es muestra del universo histórico de Turmero. '"La Versalles de
Aragua", de donde proviene la imaginación de Mario Abreu y la inspiración de Federico Villena, el Rossinide América" (Luis
Alberto Crespo).
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Turmero en mi memoria
Una historia donde ya nadie está
Para los que nunca nos hemos alejado de nuestro pueblo, esta crónica
es un eco reflejado en los recuerdos, porque es un resucitar de imágenes del antiguo vecindario, de la época en que todos nos conocíamos, cuando nuestras calles eran de tierra, sin nada por encima que
aplacara el polvo, que inmisericordemente se adhería al cuerpo y a la
vestimenta. En ese tiempo, al acercarse el mes de febrero, escogían
una de esas vías y con palos y bambúes, amarrados con mecates,
cerraban las bocacalles: en un extremo hacían el corral para los
astados y ya estaba lista la manga para el coleo de los cuatro días de
fiestas en honor a Nuestra Señora de Candelaria. Luego, alegrías a
raudales, pasodobles y lazos, coleados en la camisa de los deportistas
por hermosas mujeres, en premio a las hazañas de los coleadores.
En ese escenario, que podía ser cualquier calle pueblerina, destacó la
figura de Juan de Dios Rodríguez La Rosa, nacido en nuestra tierra,
Juan Pila, en pleno apogeo
con suficientes credenciales para ser considerado, en su época, el mejor
coleador de Aragua. En sus hechizados admiradores causaba delirio y
emoción, seguidores que llegaron a identificarlo como Juan Pila. Por sus destrezas era infaltable en los festivales
organizados en los pueblos vecinos. Sus experiencias trató siempre de transmitirla a los jóvenes que se iniciaban en el
rudo deporte del coleo.
En la tarde del 2 de febrero de 1957. Juan Pila, montando su caballo Tabaquito, salió a troche y moche y demás sebos
deparados por su veteranía, a cubrirse de glorias y de lazos, en la larga calle Ricaurte. Pero el destino, en la esquina de
Flor de Mayo, tenía una aviesa intención para él: su corcel le derriba y luego cae sobre su humanidad. Por el accidente
es conducido por sus amigos a la casa de Jesús Gavidia, veterano gallero y experto cazador; al día siguiente, al no
mostrar mejoría, es trasladado al Hospital Civil de Maracay, donde su existencia se apaga. En el ceremonial de su
despedida, manos del pueblo adornaron su ataúd, con muchísimos lazos de diferentes colores. En su honor, los jóvenes
a los que siempre trató de enseñar, se organizaron en el Club de Coleo Juan Pila, siendo registrado en el IND como la
primera asociación de su tipo. Posteriormente, ese primer club, en conversaciones con similares de otros estados, fue
base para la constitución de la Federación Venezolana de Coleo. Sólo me resta agregar que jamás se ha visto otro
coleador como Juan Pila.
Leer pequeñas historias (como esta) es despertar los recuerdos de la nostalgia, es "buscarse donde uno ya no está"
(Femando Savater).
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Turmero en mi memoria
III.- BAJO EL MISMO CIELO
19 de abril
En la aurora se inicia la hazaña
Abril es un mes de gran significación en la historia venezolana. El 19
de abril de 1749 el Capitán y Justicia Mayor de Panaquire, don Juan
Francisco de León, se alza contra la tiranía económica y política que
representaba el monopolio de la Compañía Guipuzcoana; el 19
de
abril de 1810
(Jueves Santo) el Cabildo de Caracas destituye al
capitán Vicente Emparan, acción donde el coronel turmereño Pedro
Arévalo, «ese pardo que hablaba el lenguaje de los hombres libres»
fue actor de primera importancia. El 19 de abril de 1960, Mariano
Velásquez, acompañado de un grupo de vecinos, enarbola el tricolor
mirandino en el sitio que hoy ocupa la Plaza Bolívar, de la
urbanización que toma como epónimo a la gloriosa fecha.
El día 15 de ese inolvidable mes de 1960,
también Jueves Santo,
gente trabajadora carentes de techo propio, convocados por Mariano
Velásquez, Pablo Natera, José Gregorio Coronado y José Rafael Escalona, inicia en la claridad de la aurora, en un terreno con
vista a las frescas colinas de La Providencia, oloroso a hierbas silvestres, bajo un hermoso cielo azul, el desarrollo urbano donde el
tiempo parece no transcurrir. La jornada de esa fecha cumplida bajo un inclemente sol, fue demarcar parcelas y calles, en los días
siguientes la ocupación fue construir improvisadas viviendas; un mes después (mayo) bajo uno de esos techos, viviendo el sector
la circunstancia de un secuestro militar que forzaba un desalojo masivo, la señora Leónidas Briceño alumbra una hermosa bebé,
acto que se vio como manifestación del poder divino y la niña recibe el nombre de Milagros. Por evocación del cronista José
Rafael Torres, se sabe que corresponde al señor Julio Bastidas el primicial logro de la construcción de una vivienda de bloques,
con adecuado techo para protegerse de los quemantes rayos del sol y de las inefables lluvias.
Para el sosiego espiritual y la cercanía con Dios, la referencia en el paisaje urbanístico es la Iglesia San Pedro Apóstol, cuya
primera piedra fue colocada por Monseñor José AlíLebrún. Primer Arzobispo de la Diócesis de Maracay, templo sometido en la
actualidad a un proceso de restauración y embellecimiento. Han sido pastores de la Grey Católica: el padre Joaquín, la madre
Elena, la madre Josefina, Venancio Aspiroz, Jesús Urriza, Víctor Rivas, Santiago Madrigal y Amado Osorio. En la comunidad
pergueña la remembranza, razón por la que Felicia Velásquez, una de las fundadoras de la urbanización, en su casa de amplio
patio, donde el visitante roza la hoja y la flor y se deleita el insecto que liba, enumera los detalles del suceder religioso, como la
reunión celebrada el 6 de junio de 1.969, a las 4 de la tarde, en la casa del señor Benito Garboza; allí, bajo el ramaje de una mata
de mango, se constituye la Sociedad del Santo Sepulcro, organización que adquiere la imagen del patrón local San Pedro Apóstol,
traída desde Caracas por Trino Ramos, José Ñeñe Obando y Antonio Abreu, recibida por la feligresía en La Encrucijada el 28 de
junio del mismo año sesenta y nueve. Los socios del Santo Sepulcro también ayudaron a frisar las paredes del templo, arreglar el
piso, comprar bancos de madera, un equipo de sonido y los atuendos para el sacerdote. Atesora el recuerdo de Felicia pormenores
de la construcción de la Capilla sede del Sagrado Cuerpo y el texto de la placa que ornaba el frontispicio: «Esta es la casa del hijo
de Dios, iniciada en agosto de 1971, terminada en enero de 1972 por los socios Trino Ramos y Teodoro Pérez».
Como todo poblado venezolano el 19 de Abril también guarda en su memoria colectiva la historia de un desaparecido. Se trata de
un popular muchacho con alteración de sus facultades mentales, que por hacer las delicias de grandes y chicos, le fue remachado
el apodo de Toro y así fue conocido en muchos lugares, donde gozaban de sus tremenduras y ocurrencias. Un día sus familiares
cobran una modesta herencia y con ella le compran un televisor; por tornadera de pelo, los muchachos del supermercado,
embaladores de mercancías como él, le dicen que por ser «millonarios está en peligro de secuestro. Lamentablemente, Toro, que
no sabía discernir entre la verdad y la mentira, cae en psicosis persecutoria y el 4 de febrero de 1986 se engalana con su mejor
ropa y aborda una unidad autobusera, con rumbo a Villa de Cura. Nunca más se supo de él. Freddy Miguel Pérez Miranda, el
desaparecido Toro, cuenta hoy con 43 años, sus familiares rezan a Dios por su regreso al grupo hogareño.
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Turmero en mi memoria
En su 38° aniversario, el 19 de Abril es una urbanización abierta y amiga de sus visitantes, con el privilegio de ser capital de la
parroquia Samán de Güere, sede de la Prefectura y Junta Parroquial, a cuyo frente están los jóvenes ciudadanos Víctor Manuel
Landaeta y Alexander Tejera, a su jurisdicción estas adscritos los suburbios conocidos como La concepción, La Magdalena,
Samán
de
Güere, Samancito, Apolo, La Trinidad,- Anca, Güerito, Sorocaima I, II y III, Rafael Caldera, Esteban Liendo,
Arturo Michelena, Villa María, Simón Bolívar , César Rodríguez Paléncia, Samán Tarazonero I, Santa Eduviges, Bolívar,
Libertador, Urbanización Caiproce, Villas de Aragua, Los Mangos y Las Cayenas. En el 19 de Abril, el hombre y la tierra
están unidos por siempre.
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Turmero en mi memoria
Pueblo de costa y cacao
Un valle famoso de la costa aragüeña, por donde
corre el río Tamaira, con tantas historias
viajando por sus aguas, es Chuao, parroquia del
municipio Santiago Mariño, con un fascinante
poblado aposentado a cinco kilómetros de la
playa. Un fruto de su generosa tierra ha
conquistado el envidiable reconocimiento de ser
considerado, desde la época colonial, como el
«Mejor Cacao del Mundo».
Prólogo de su historia
El 23 de febrero de 1568, Diego de Lozada,
fundador de Caracas, otorga a Justo Desque una
encomienda en la costa, el valle de Chuao
incluida en ella, pero es Abraham Desque quien
aparece como encomendero. Todo hace presumir
que se trata de la misma persona. Para 1591 la
encomienda está vacante y el gobernador Diego
Iglesia de Chuao y tostado del cacao
de Osorio la concede a Cristóbal Mejía de Avila.
En 1649, por resolución del gobernador Pedro
León Villarreal, Pedro de Liendo -esposo de Catalina Mejía de Avila- recibe las tierras de Chuao. Corriendo los días de 1671,
Catalina Mejía instituye la obra pía y dispone que, con la venta del cacao, se costearía las capellanías del Convento de San
Francisco y del Hospital de Caracas y se pagarían los dotes (matrimoniales) de las casaderas pobres. El obispo Mariano Martí, en
su peregrinaje por Venezuela, llega a Chuao el 31 de diciembre de 1772, ordenando la conclusión de la iglesia que estaba en
construcción. Después de la Independencia, Simón Bolívar, por decreto del 24 de junio de 1827, entrega el sitio y la hacienda a la
Universidad Central de Venezuela.
Presidentes propietarios del lugar
Dos mandatarios venezolanos que, en ejercicio del poder, se hicieron dueños de grandes extensiones de terrenos, se citan como
propietarios de Chuao. El primero fue Antonio Guzmán Blanco, que la adquiere por compra que hace al señor Antonio V. Medina,
según consta en documento registrado en la Oficina de Registro del Distrito Federal, el primero de junio de 1886, bajo el N° 800
del Protocolo Primero, tomo 2; instrumento registrado también en la Oficina Subalterna de Registro del Distrito Girardot del
Estado Aragua. el veinticinco de julio de 1886, bajo el N° 56 del Protocolo Primero.
A la muerte del Ilustre Americano, la heredad corresponde por partes iguales a sus cinco hijos varones: Bernardo Antonio, Diego,
Roberto, Simón y Antonio; quienes venden al general Juan Vicente Gómez, identificado en el documento como «mayor de edad,
Comandante en Jefe del Ejército Nacional, propietario, hábil para contratar y residenciado en la ciudad de Maracay, capital del
Estado Aragua». El precio convenido para la venta fue un millón quinientos mil bolívares, que los vendedores declaran haber
recibido en dinero efectivo y a satisfacción. También hacen constar que la hacienda Chuao «tiene una servidumbre activa a su
favor, de derecho de paso por la hacienda Guayabita, para comunicase con Turmero». En la venta queda incluida «la marca de
comercio Chuao, expedida por el Ministerio de Fomento de los Estados Unidos de Venezuela, 31 de octubre de 1909, bajo el
número 262, para distinguir los cacaos de la hacienda vendida y también los derechos que puedan pertenecer a los vendedores en
materia de hidrocarburos y demás sustancias similares». Este documento está firmado entre otros por el doctor Rafael Max
Valladares, otorgante apoderado del señor Antonio Guzmán Blanco (hijo) y está registrado en la Oficina Subalterna de Registro
del Distrito Mariño del Estado Aragua, el 20 de octubre de 1930, bajo el N° 12, Protocolo Primero, cuarto trimestre; me fue
facilitado por mi habitual pesquisa por lo histórico: Pedro Reyes Ponce.
Miscelánea final
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Turmero en mi memoria
En anterior párrafo se lee que está oficializada una marca comercial, para distinguir los cacaos que produce la tierra que motiva la
presente crónica, recordatorio que hago para desvirtuar una nota aparecida en la página F-8 del diario El Siglo, correspondiente a
su entrega del 29 de octubre del año 2000, donde se puede leer que el Ministerio de Producción y Comercio (MPC) «otorgó la primera solicitud de denominación de origen al famoso cacao de Chuao, cosechado en nuestra costa aragüeña. Esta es la primera vez
en la historia que se concede una denominación de origen en Venezuela, de un producto notorio, autóctono de una región
geográfica determinada». En verdad el otorgamiento de marca de origen se dio al «Mejor Cacao del Mundo», en la fecha anotada
en el documento de venta al general Juan Vicente Gómez: 31 de octubre de 1909, bajo el número 262. El otro comentario
adicional lo motiva el otorgante apoderado de uno de los vendedores, el abogado Rafael Max Valladares, profesional dedicado a
los negocios. Cuando los lagos de asfalto y otras manifestaciones del petróleo captaron la atención de nacionales y extranjeros
para su posible explotación, Rafael Max Valladares, el 2 de enero de 1912, recibe la más grande concesión petrolera que hubiera
entregado el gobierno de los Estados Unidos de Venezuela. El día 4 del mismo mes y año la transfiere a la Caribbean Petroleum.
Chuao es un tesoro de la costa aragüeña, con casi todo lo que pueda esperarse de un destino caribeño; es un extraordinario lugar
que ha deslumhrado, durante cientos de años, a los viajeros que tienen la suerte de conocerlo. Allí se llega por mar desde Choroní
o por senderos de montañas de exuberante vegetación; una de esas veredas, serpenteando la espesura del Parque Nacional Henri
Pittier, comunica al pueblo de los Diablos Danzantes con Turmero.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Descendientes de venerada estirpe
"Un día, señores, hace ya muchos siglos, mucho antes de que Colón y sus heroicos
compañeros pisasen tierra de Indias, una dulce y tibia mañana de primavera,
enamorado de la América virgen. Dios se inclinó para darle un beso en la frente.
Bajo aquella caricia inefable, un espasmo de infinita dulzura estremeció la
campiña aragüeña. Y la tierra quedó fecundada. Aquel soplo divino había
depositado en su seno una semilla de elección. Y de aquella semilla prodigiosa,
nació el Samán de Güere".'
Historia breve
El árbol creció y fue el patriarca de la flora venezolana. Recibió homenajes de los
aborígenes, vio pasar a los conquistadores y recibió la visita de Humboldt. El 3 de
agosto de 1813, el ejército victorioso de la Campaña Admirable acampa bajo sus
ramas. Era milenario cuando el general Gómez ordena la protección de su entorno
con una verja elaborada con fusiles de la Independencia y un frontis donde se
estampa el eslogan del opresivo régimen: Unión -Paz - Trabajo. A sus pies colocan viejos cañones que dan majes majestuosidad al
lugar; el presidente Gómez completa sus mimos al consentido vegetal nombrándole un cuidador, responsabilidad que asume el
señor Juan Tesorero; también se arboriza su cercanía con varios de sus descendientes: con esos acompañantes, el opulento árbol
llega al fin de su vida.
Siembra de nietos
Una tarde de verano fueron tomadas dos semillas de un hijo muy frondoso del Samán de Güere, sembrado dentro de su parque,
puestas a germinar por sus recolectores: Pedro Modesto Bolívar y el sargento primero de la Guardia Nacional. Vicente Emilio
Bellorín Liendo.
Crecidas las plantas, una fue sembrada en la Plaza Mariño de Turmero, hacia la esquina de la Policía, el 30 de noviembre de 1978,
en homenaje al Gran Demócrata en el centenario de su fallecimiento; el otro samancito encontró acomodo en la Plaza Bolívar de
Maracay. un domingo de mayo, día del árbol. Estas criaturas de la flora venezolana recibieron una amplia publicidad en la prensa
regional, por lo famoso de su estirpe ancestral.
Polémica esclarecedora
Sucede luego algo imprevisto. Un ingeniero forestal del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, que se
arrogaba la exclusividad de haber obtenido semillas e hijos del famoso Samán, declara a los medios impresos de Maracay: "No
son nietos del Samán de Giiere los arbolitos sembrados por allí", originándose una amplia polémica donde interviene el sargento
Bellorín, que declara al diario El Aragiieño, el 5 de junio de 1980, lo siguiente: "Mi condiciónale sargento primero de la Guardia
Nacional y perito forestal me obliga a respetar mi juramento, y nuestra consigna que es 'Nuestro honor es la divisa', por eso
sostengo que sí son nietos del Samán de Güere los arbolitos sembrados por allí. Este servidor, junto al cabo primero Rafael Flores
Cortez, tomamos semillas del propio samán, en presencia del perito agrónomo José Juan Barréto, y las sembramos en el patio del
Destacamento N° 77 de Caripito, estado Monagas. en el año 1955; allá quedaron cuatro matas, previo permiso que nos diera el
entonces capitán (GN) Adolfo Quiroz Candica, y allí permanecen como testigos de lo que aquí digo, de eso se levantó un acta para
mayor conformidad: luego hicimos lo mismo en el Puesto de la Guardia Nacional de Tucupido, estado Guaneo. En el año 1973, ya
fenecido el Samán de Güere, junto con el cabo primero Pedro Pablo Rodríguez, tomamos unas cuantas semillas, esta vez de uno
de los hijos del Samán de Güere, y nos las llevamos para el Territorio Federal Amazonas, donde había sido enviado integrando
una comisión, para fundar el pueblo de Solano, en las fronteras de Colombia, Brasil y Venezuela. Entre dicho pueblo y San Carlos
de Río Negro, plantamos 120 nietos del Samán de Güere, especie que no se conocía en esos lugares, sin embargo se desarrollaron
formidablemente". Esta declaración fue concluyente y el punto final de la mediática confrontación.
Razonamiento final
Estas cosas las escribo con regocijo, por la reciente recuperación del Monumento al Samán de Güere, constando en el gobierno del
general Juan Vicente Gómez. Concluyo este escrito haciéndome portavoz de los turmereños. que desaprobamos el acto que puso
en posesión de una dama barinesa (22-6-2001). las reliquias encontradas en las labores de restauración: una moneda del año 1852,
otra de 1853, un clavo y un Cristo, sagrados objetos patrios que deben regresar a sus legítimos dueños: el pueblo del estado
Aragua.
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Ejemplo mundial de comunidad agraria
Hace mucho tiempo tenía ganas de escribir sobre el tema escogido en esta oportunidad.
No sé si es historia o un cuento acurrucado en algún lugar de mi memoria. Lo que si
puedo afirmar es que en su fondo, hay grandes verdades.
Inicio de los hechos
Esta historia comenzó el 8 de octubre de 1969 con una reunión, efectuada en la casa de
habitación del señor Augusto Arguinzones, para dar vida a la Liga Campesina de
Turmero. La mayoría de los asistentes eran agricultores aposentados en la hacienda
Villegas. Yo tuve el honor de ser designado secretario de Actas y Correspondencias,
"cambur" que disfruté por brevísimo tiempo. El gran factótum de la naciente organización
agraria, a la que dio todo su fructífero tiempo, fue Francisco Sandoval, el querido
Francisquito en el cariño de todos. A pocos días de la fecha citada, ya teníamos sede por
los lados de la esquina de Cagua: en ésta época cibernética, ¿habrá alguien que sepa dónde
queda esa dirección? Hagan ustedes las indagaciones.
Toma de las tierras
Consolidada la ocupación de la hacienda Villegas, se plantea la conquista de los espacios
Sitio de Villegas
ubicados un poco más allá de la línea férrea del Gran Ferrocarril de Venezuela (también
conocido como Ferrocarril Alemán). Los emprendedores campesinos, bajo la conducción de su líder Francisco Sandoval, se van
instalando en los sitios conocidos como Jobo Dulce, La Ceiba, San José. Cachipo y La Julia, sector donde se decide hacer un
ensayo de comunidad en un área de 18 hectáreas que, en el suceder del tiempo, fue considerado como Centro Modelo de la Reforma Agraria, de gran resonancia en el ámbito mundial. Las primeras viviendas (42), fueron entregadas a los adjudicatarios el 27 de
septiembre de 1962, fecha que se tiene como día de fundación de la colectividad; estuvieron presentes en el acto, dos políticos de
primerísima importancia en sus respectivos países, donde ejercían la Primera Magistratura, Rómulo Betancourt (de Venezuela) y
Víctor Paz Estensoro (de Bolivia).
Pequeñas historias
Como todo inicio es calamitoso, fueron vados los problemas a resolver por los mismos pobladores, que hoy cuentan con
medicatura, instalaciones deportivas, iglesia, cloacas, acueducto y centro comunal, donde las demostradores del Hogar Campesino
orientaban a las mujeres organizadas en el Club de Amas de Casa. En la ejecución de esos trabajos, el maestro de obras fue “El
Negro” José Rafael Sandoval, y el ayudante su progenitor Francisquito.
La primera aula fue un galponcito, que todavía existe, en el fondo de la casa que habitó el pequeño Francisco Sandoval. La
maestra era Gladis Elena García Jordán, que venía a pie desde Turmero, por el viejo camino de tierra que existía, para atender a
sus 42 alumnos: en enero de 1967, la escuela fue graduada con el nombre del escritor Mariano Picón Salas y la maestra Gladis
asume su dirección.
En el aspecto religioso, es bueno recordar que las primeras misas las celebró el padre Pedro Moreno, en el local donde funcionaba
laescuela. El protector de la comunidad fue seleccionado en votación directa entre San Isidro Labrador y la Caridad del Cobre, que
resultó favorecida; con el tiempo la consecuencia fue un verdadero sincretismo, porque se hacen festividades a los dos patronos y
desde hace varios años, por iniciativa de la pujante comunidad portuguesa, se hacen rumbosas celebraciones en honor a la Virgen
de Fátima, de asistencia muy numerosa por los fieles que vienen de otras partes.
Realidad del presente
En este nuevo aniversario de La Julia, el trigésimo noveno, el cultivo de la fértil tierra, por las manos trabajadoras de los agricultores, produce los ricos manjares de sus cosechas para abastecer las mesas de los venezolanos. Este pedazo de tierra es el principal
proveedor de cambures en el estado Aragua. Las viviendas han sido remodeladas o construidas en forma moderna, el lucimiento
de la comunidad es asombroso.
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Turmero en mi memoria
Informe final
Concluyo mi escrito revelando una noticia que por muchos años ha permanecido oculta, y que obtuve en el Registro Subalterno
del municipio Mariño gracias a la colaboración que siempre me ha dado el cogollito que forman los abogados Ramón Valera y
Nora Reyes, más la colaboración de la ayudante Aurora Rodríguez. En el documento N° 6, de fecha 8 de julio de 1931, Tercer
Trimestre, el señor Juan Tovar declara recibir del señor Alfredo Sardi. la cantidad de Bs. 50.000 en calidad de préstamo. Para
garantizar el pago de lo recibido, constituye hipoteca sobre varias de sus propiedades, entre ellas la posesión de café denominada
La Pelota o La Julia, alinderada en la siguiente forma: naciente, camino real que conduce de Turmero a Santa Cruz: poniente.
Hacienda La Concepción: norte, camino que conduce de la Estación Tur-mero del Gran Ferrocarril de Venezuela al sitio llamado
El Guásimo sur, terrenos que son o fueron de Ernesto Branger hijo.
Nadie imaginaba que La Julia tenía otro nombre. Lo supo esconder.
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Turmero en mi memoria
IV.- REMINISCENCIAS DE MI PUEBLO
Evocaciones místicas
A poco tiempo de llegar las primeras carabelas procedentes de Hispania, se produce en
México en 1513 la primera aparición autenticada, por las autoridades de la Iglesia Católica,
de la madre del hijo de Dios, a un indio llamado Juan Diego, que tuvo oportunidad de verla
en cuatro ocasiones; en la camisa del humilde aborigen quedó estampada milagrosamente
la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. De entonces para acá el fenómeno se ha
repetido muchas veces en tierra de nuestra América; como en Venezuela, donde se reproduce el milagro cierto día de septiembre de 1652 ante el cacique de los indios coromoto,
en sitio cercano a la ciudad de Guanare. Tanto se extendió este culto a la Virgen, que la
Coromoto fue proclamada por el Vaticano como patrona de Venezuela en 1952.
En el umbral de un nuevo milenio, tiempo saturado de tecnología, el culto mariano sehace
en nuestro país cada día más fuerte, existiendo diferentes advocaciones de la Virgen María.
Muchas de sus representaciones han engalanado diferentes portadas de la revista
Candelaria-Turmero. La devoción más difundida en Venezuela es la Virgen del Carmen, que es patrona en la
comunidad de Samán de Güere y que estuvo entronizada en la derruida capilla de la colina del Calvario.
Entre las veneraciones de grandes feligresías está La Chinita, guía de Maracaibo y del Zulia; la Virgen delValle,
protectora de los pescadores y de la Armada; la Divina Pastora, culto majestuoso en la ciudad de los crepúsculos; la
Candelaria, que congrega multitudes de aragüeños en nuestra ciudad al inicio del mes de febrero y es nuestra
adoración desde el 27 de noviembre de 1620, según consta en el acta de construcción de la primera iglesia edificada
«...en el pueblo que llaman de Turmero, nombrado Nuestra Señora de Consolación, con advocación y nombre de
Nuestra Señora de Candelaria...», testimonio del presbítero Gabriel de Mendoza y del teniente general de gobernador
Pedro Gutiérrez de Lugo. La Virgen de Candelaria también es honrada en Bailadores,La Punta, Mucurubá, Valle
Grande y Las Piedras (estado Mérida);Cantaura (Anzoáteguu; Caraballeda (Vargas). El Baúl (Cojedes) Puerto
Cumarebo, Punta Cardón (Falcón); Valle de la Pascua (Guarico); Carrizal, Panaquire y Guarenas (Miranda); también
en el sector La Candelaria de El Limón, en el estado Aragua.
El nuevo espacie para el culto mariano» se abre el 25 de marzo de 1976. Ese día, María Esperanza Bianchini en
compañía de otras treinta personas, junto a una caída de agua dentro de su propiedad.
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Turmero en mi memoria
Crimen no esclarecido
Una historia con su carga de intrigas y ambiciones, con todos los ribetes de un melodrama, fue
capaz de conmover las estructuras de una dictadura venezolana. Juan Vicente Gómez piensa en la
sucesión familiar del poder y sin prever las consecuencias, designa a su hermano Juan Crisóstomo
Gómez (Juancho) y a su hijo José Vicente Gómez Bello (Vicentico), Primero y Segundo Vicepresidente, como sus legítimos sucesores. Pronto afloran las intrigas familiares y por esas
confrontaciones, don Juancho, que también se desempeñaba como Gobernador del Distrito Federal,
es muerto por 27 puñaladas mientras dormía profusamente con un somnífero, en el muy vigilado
Palacio de Miraflores, la madrugada del 29 de junio de 1923.
Los autores materiales del asesinato son los criados del clan gobernante, entre ellos uno llamado
Barrientos que vestía uniforme militar. Centenares de detenidos son conducidos a la temible cárcel
de La Rotunda y junto a los efectivos métodos criollos de arrancar confesiones, se aplican
Eusebio Reyes
inyectadas las drogas norteamericanas scopolamina y apomorfina, enviadas por el FBI yanqui. A
Dionisia Bello, madre de Vicentico, se le acusa de planificar el atentado, por lo que salta al exilio y
va a morir en Francia. El suceso fue magnífica oportunidad para lisonjear al presidente, como se evidencia en los relamidos
mensajes de condolencias que recibe. Carlos Luis Capriles se mostraba abatido por la noticia: «Antier vi tan alegre a don Juancho
en la Plaza Petión». Desde Macuto, Ricardo Mora dice que «El Abel de la Independencia fue Sucre y el Abel de la Rehabilitación
es Juancho Gómez». Del Palacio Municipal de los nueve pilares, también sale una nota de pésame firmada por el Jefe Civil, que
en hoja impresa circula profusamente en la entonces pequeña ciudad. Su tenor se reproduce sin ningún arreglo ni floritura.
Protesta
El suscrito, amigo incondicional del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Jefe de la Rehabilitación Nacional y Presidente
Constitucional de ¡a República, protesta franca y enérgicamente contra el inaudito crimen cometido en la persona del general Juan
C. Gómez, Primer Vicepresidente de Venezuela v Gobernador del Distrito Federal.
Ese horroroso atentado, sin precedentes en nuestra vida pública, ha llevado a m espíritu de patriota y de fiel servidor de esta
actualidad política un inmenso dolor; pues el eminente ciudadano extinto, además de ser un eficaz colaborador de la gloriosa
Causa Decembrina, era uno de los mas caros afectos del invicto Caudillo de la Paz y del Trabajo, mi único jefe y Protector el
general J.V. Gómez a quién públicamente expreso mi mas ingenua condolencia, reiterándole a la vez las protestas de mi
inquebrantable adhesión partidaria. Bendito Dios y viva el Caudillo de la Paz y el Trabajo.
Turmero; 9 de julio de 1923
Eusebio Reyes.
Los caprichos de los dictadores son como ordalías. Gómez un día de 1928 llama a su hijo José Vicente le hace quitar el uniforme
y le extraña de la patria, a poco muere tuberculoso y diabético en Suiza. Rober Barry opinó en Washington en septiembre de 1923
que la muerte del Vicepresidente te «sería un magnífico argumentó de ópera cómica. Si al final no hubiese una tragedia». Las
verdades del drama nunca se supiera quién las conocía bajó con ellas a la tumba en diciembre de 1935.
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Turmero en mi memoria
El retrato de un Benemérito
Un personaje muy ligado a nuestra historia regional, en este larguísimo siglo que está en su
despedida, es el general Francisco Linares Alcántara (Esteves), hijo único varón habido en
el matrimonio del Gran Demócrata Francisco Linares Alcántara y Belén Esteves. Recién
egresado de la Academia de West Point (Estados Unidos), inicia su carrera militar en el
Ejército venezolano, siendo hombre de confianza del presidente Cipriano Castro; en su
administración desempeña la Presidencia del estado Aragua en cuatro oportunidades: por
decreto del 17 de octubre de 1900 (período provisional), lapso constitucional 1902-1904,
mandato interrumpido por el estallido de la Revolución Libertadora, pacificado el país es
reinstalado en su cargo por decreto del Io de marzo de 1904, siendo ese mismo año elegido
para el período legítimo 1905-1907.
En los años de la Guerra Libertadora, El Restaurador Cipriano Castro hubo de enfrentar un
ejército de 18.000 hombres, comandados por el mantuano caraqueño Manuel Antonio
Matos. Las hazañas guerreras de Panchito Linares Alcántara, en ese convulsionado tiempo,
son loadas en un discurso pronunciado por el coronel Andrés Pacheco Miranda el 5 de julio
de 1904 en El Sombrero, entonces capital del distrito Bruzual, hoy esa población llanera
del estado Guárico es cabecera del municipio Mellado, fragmentos de ese panegírico fue
editado en la imprenta de Anselmo Sojo en Cagua, pieza épica rescatada del insolente
olvido por el investigador histórico José Rafael Torres Pérez, reproducida con orgullo en estas páginas.
«Ilustre Municipalidad del distrito Bruzual:
Vosotros que decretasteis la colocación del retrato del Benemérito general Francisco Linares Alcántara, en el salón donde
celebráis vuestras sesiones, merecéis las congratulaciones del digno pueblo que representáis, pues habéis interpretado fielmente
los sentimientos de esos ciudadanos tas sufridos como heroicos.
El Gral. Alcántara, señores, Magistrado pulcro y correcto, militar aguerrido y valiente, se ha hecho acreedor a la confianza de sus
gobernados por sus servicios desinteresados e importantes, prestados con lealtad a la Patria y a la causa Liberal.
El campo inmortal de La Victoria fue teñido con la sangre del bravo general aragüeño, y su espada victoriosa abrió paso a la
falange Restauradora en las filas revolucionarias que resistieron en Camatagua.
Al empuje irresistible de su pecho las fuerzas pseudo libertadoras, atrincheradas en Guarico y Apure, se declararon en derrota y el
pendón de Falcón y de Zamora lo flameó triunfante en el Palacio de Gobierno de San Fernando. Regresó al estado Miranda a
tambor batiente y banderas desplegadas. En Bachaquero un cuerpo enemigo pretendió obstaculizarle la marcha y con sólo las
primeras cargas de la vanguardia de su ejercito, lo dejaron dueño del campo de batalla.
Bombardeó las inexpugnables posiciones de El Bautismo y El Rodeo y siguió al Guapo, donde su espada siempre victoriosa hizo
surcos de luz al lado de su jefe el valiente Gral. Juan Vicente Gómez. Yo me siento orgulloso al contarme en el número de los
soldados que combatieron en aquella sangrienta batalla, al lado del bizarro Gral. Gómez y del invicto Presidente de Aragua.
El Cnel. Francisco E. Rangel hijo, se encuentra satisfecho, al ver a la ciudadanía de Bruzual, dando notaciones de adhesión hacia
el progresista teniente del héroe de La Victoria y San Mateo».
En relación a la oratoria de Andrés Pacheco Miranda, debo una aclaratoria: Panchito Alcántara nació en Caracas, en la Parroquia
Altagracia, afirmación que hizo ante mí su adepto Nerio Manuel López. En 1908, cuando Castro ya no podía zafarse de la maraña
gomecista, nombra a Linares Alcántara presidente del estado Bolívar, en diciembre de ese mismo año, el destino de Venezuela era
la suerte de Juan Vicente Gómez y el nuevo mandamás le designa Ministro de Relaciones Interiores, cargo que desempeña hasta
el 29 de abril de 1912, siendo sustituido por el doctor César Zumeta. Permanece luego por 23 años en el exilio, estando cinco
meses en un campo de concentración holandés. El 11 de agosto de 1929, en la aventura del Falke, desembarca en Cumaná como
Jefe del Estado Mayor de la Revolución, acosado por las tropas de Gómez, anduvo cuatro meses en las montañas de Chiguana. En
1936 retorna al país.
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Turmero en mi memoria
El hombre que por muchos años gravita en la política aragüeña, es designado por el presidente López Contreras, el 11 de noviembre de 1938, para ejercer por quinta vez la Primera Magistratura del estado, manteniéndose en el cargo hasta el mes de mayo de
1941. Su administración dejó huellas en Turmero, en el arreglo del Mercado Público, la construcción del Comedor Escolar y el
Dispensario Buznego Martínez, rebautizado en el gobierno de Pérez Jiménez como Puesto de Salud Josefina Martínez Rui de Díaz
González. La obra del gobierno alcantarista fue defendida por Nerio Manuel López, en folleto editado en 1944, bajo el título de
«Admoniciones al viento». Fallece en Caracas el 28 de abril de 1958, sobreviviéndole su esposa María Azpúrua Alcántara de
Alcántara. De él escribió su hijo Francisco Segundo Alcántara: «Tengo la seguridad de que Dios no lo ha de condenar ni por
desleal, ni por ladrón, ni por cobarde».
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Turmero en mi memoria
El guerrero reclama recompensa
El sueño de un hombre que fue soldado de la Federación, buscando justicia y
algunos pesos para cubrir la subsistencia, se resume en un documento
protocolizado en La Victoria, en papel sellado de dos reales de valor, texto que
más adelante se reproduce. Para lograr su objetivo el militar turmereño da poder a
Cecilio Acosta, un intelectual graduado en la Universidad de Caracas en 1848,
como abogado y licenciado en Derecho Civil.
«Rufino Borges, vecino de Turmero y residente hoy en esta ciudad, confiero mi
poder especial al ciudadano doctor Cecilio Acosta, vecino de Caracas, para que
CECICLIO ACOSTA
me represente y sostenga mis derechos ante la Junta de Recompensas, la de crédito
público y demás oficinas competentes en el reclamo a que tengo derecho por mis servicios prestados a la causa de la
Federación; comprobados aquéllos en el expediente que de conformidad con la ley ha pasado a dicha junta de recompensas la calificadora de servicios militares de este estado. Mi apoderado queda suficientemente autorizado, para
recibir de quien corresponda la cantidad de quinientos pesos en billetes y los intereses respectivos que deben
entregárseme. Este poder lo confiero sin limitación alguna en todo aquello que no sea opuesto a las leyes i cobrará mi
apoderado con sujeción a las instrucciones que le tengo encomendadas. La Victoria Mayo veinte i cinco de mil
ochocientos sesenta i seis. A ruego de Rufino Borges que no sabe firmar = Pedro Reydler. Leído y firmado ante mí y
de Félix Paredes y Francisco Barrutia hoy. La Victoria fecha ut-supra». Al final de la inserción-aparecen las rúbricas
de las personas mencionadas, luego el Registrador Jesús Ma. Mayol, refrenda el acto. No se sabe si Rufino Borges
pudo materializar el cobro de sus quinientos pesos más los intereses, o si todo fue una quimera de justicia y un
porvenir frustrado. En estas líneas doy a mi sobrino y ahijado, Pedro Reyes Ponce, un millardo de gracias, por haberse
topado con este documento y haberlo puesto en mis manos, para su divulgación en Turmero, donde pueden habitar
descendientes del señor Borges. ¿Quiénes serán?
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Turmero en mi memoria
Dos muertes para la historia
María Angelina Balou no fue una diva de Hollywood, tampoco una
miss seleccionada por Osmel Sousa para competir en un concurso de
belleza; mucho menos una artista contratada por un canal de TV para
ganar el rating a las plantas rivales. En realidad era una histriónica
mujer que, en su itinerario vital, tuvo una marcada inclinación por la
aventura, el fingimiento y mucha astucia para ejecutar sus travesuras.
En el ocaso de su azaroso vivir, habitaba en una humilde vivienda detrás del templo de El Valle, parroquia donde era ampliamente
conocida, por sus dotes de curandera. El ejercicio del espiritismo y la
hechicería eran las otras fuentes que le producían churupos para
enfrentar los gastos de su existencia.
Pasado en claro
Un día se presentaron a su casa Cipriano Camacaro y Julio Escobar, obreros del mercado de San Jacinto, nativos de Paracotos, simulando el primero quebrantos de salud, a quien la ocultista —con su arte mágico— le prepara un brebaje medicamentoso. Los
visitantes se retiran, horas después regresan y con un puñal le infieren numerosas heridas, que causan la muerte de María Angelina
Balou. En la huida se llevan prendas y cuanto objeto de valor pertenecía a la occisa de 75 años, natural de Alsacia, República de
Francia. Al anochecer, el general Elias Sayago, prefecto de Caracas, detiene a los criminales.
Durante muchos meses el crimen de la madame fue la diaria comidilla de los caraqueños. Por aquello de que «entre cielo y tierra
no hay nada oculto», la colectiva entrepitura consiguió el hilo que permitió desenredar toda una madeja de sorpresas; destapada la
olla, los vapores salen a relucir por todos los costados. La misma mujer, treinta y siete años atrás, también había muertoen
Turmero, donde fue sepultada con el nombre de Marietta Waltz de Baloco.
Volvemos al sitio
En octubre de 1894 salieron deCaracas, por la vía del Gran Ferrocarril de Venezuela. Roberto Baloco (natural de Medellín) y su
nuera Marietta Waltz, recorren varios pueblos de Aragua y otros de Carabobo, regresan por el mismo ferrocarril a Turmero, donde
alquilan una casa a Encamación Castillo. Por aquellos días azotaba la fiebre amarilla en Valencia, noticia propagada en nuestro
pueblo por los recién llegados; el natural cachet de la muchacha fue su gancho para darse a conocer en el pueblo que les daba
cobijo. Un infortunado día enferma y es llamado para atenderle el médico Julio Letelier, su terapéutica es impotente para evitarle
la muerte. En el Libro de Defunciones se hace inserción del acta respectiva y en ella se puede leer el texto que se transcribe: «N°
148. Ramón Garrido, Jefe Civil del Distrito Mariño, hace constar que hoy dieciséis de octubre de mil ochocientos noventa y
cuatro, se ha presentado ante mí Julio Letelier, mayor de veintiún años, de estado civil casado, médico, vecino de este municipio,
y expuso que ayer a las doce y media de la noche falleció en este poblado, de fiebre amarilla, la adulta Marietta Waltz de Baloco;
y de las noticias adquiridas parece que la difunta era casada con Roberto E. Baloco, superviviente...». Al final del asiento firma el
presentante, Julio Letelier, Ramón Garrido y el secretario Pedro E. Rodríguez. Su enterramiento se hizo en sigilo, con la mayor
rapidez para evitar contagios, a las tres de la madrugada, con las tinieblas y el frío propio de la hora.
Versiones
La población se alarma por la súbita muerte de la muchacha, a dos días de su desaparición Roberto Baloco se marcha a Caracas,
con los documentos que creyó oportuno hacerse; el dos de noviembre regresa a Turmero, visita la tumba de su hija política y ordena cantarle responsos por ser día de los difuntos. Se hacen sospechosos los movimientos de Baloco y Letelier, además el
extraño cruce de telegramas entre Caracas y Turmero. El pueblo es un hervidero de comentarios y se corre el rumor de que la
mujer había sido envenenada, esto obliga a las autoridades a investigar; ordenan la exhumación del cadáver y en el ataúd
encontraron un maniquí y varias piedras. Casi al mismo tiempo, el Prefecto de Caracas, en allanamiento de una pensión de
Cochera a Pepe Alemán, localiza a la rediviva Marietta Waltz de Baloco.
Actuación tribunalicia
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Turmero en mi memoria
El juicio se sigue en Villa de Cura, en el Juzgado de Primera Instancia en lo Criminal de la Circunscripción Aragua, a cargo del
juez Delfín Ponce. Allí se aclara el hecho falso que se quería pasar por verdadero; la urna y su extraño contenido es trasladada a
esa ciudad y se revela que Marietta Waltz, la noche de su ficticia muerte, vestida de hombre salió de Tur-mero, volviendo a tomar
su traje habitual al acercarse a la estación de Cagua, donde compró el pasaje y siguió viaje por tren a Caracas. Queda al
descubierto el objetivo de los bribones, era obtener de la Compañía Sol de Canadá el pago de la póliza de la fenecida Marietta,
montante a veinte mil dólares. El juez dictó sentencia condenando a prisión (de meses) a los indiciados, siete a Roberto Baloco,
cuatro a Marietta en el Hospital de Santo Domingo, de la misma ciudad, como local ad-hoc. y cinco a Julio Letelier, por arrogarse
título y oficio de médico al comprobarse que no había completado sus estudios en la Universidad de Chile. También se anuló el
registro de defunción con la siguiente nota marginal: «Esta partida no vale por haber sido simulada la muerte de Marietta Waltz de
Baloco que figura en ella», (firmado) Ramón Garrido. El fallo se publicó en la Gaceta Oficial N° 76 del estado Miranda, mes IX,
año 1895.
Al internacional trío de engañadores se les apagó la estrella en Turmero. Deseaban unos dólares que no pudieron conseguir; en
cambio, entraron a la historia como actores de un episodio delictivo que ha sobrepasado su año centenario. Como testigo silente
del suceso se mantiene en pie la vivienda donde ocurrieron las incidencias del picaresco enredo. El pasado es un encanto del
tiempo; escarbando viejos papeles, llegamos a conocerlo.
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Turmero en mi memoria
El poeta y la Rosa
Rafael Jiménez, como todos los miembros de su familia, fue poeta y boticario, nacido en la amable Cagua el 12 de diciembre de 1881. Es autor
del himno a Nuestra Señora de Belén, Patraña Diocesana del Estado
Aragua. Herido de amor por el travieso Cupido, contrae nupcias con la
turmereña Antonia Eloísa RuiFrydensberg y fue su descendencia:
Alejandro, Rafael, Matilde (fallecidos) y Josefina (sobreviviente). La
muerte le vino de su propia mano el 9 de diciembre de 1936, en la ciudad
que le vio nacer.
Por un poema de corte romántico, de impecable sintaxis, logrado en el
versolibrismo, conocemos lo que pudo ser un frustrado romance del
rapsoda cagüeño. La musa inspiradora fue Rita Julia Valladares, turmereña que en la Iglesia Nuestra Señora de Candelaria, el 14 de enero de 1921, después de escuchar el "Ave María"
de Charles Gounod, tomada del brazo por su prometido Diógenes Rodríguez Pacheco, oyó la bendición sacerdotal y
ambos juraron ante Dios amor eterno; por regalo del cielo los contrayentes dieron vida a una descendencia de
beldades: Josefina, Herminia, Hilda, Trina y Edilia. Los esposos Rodríguez-Valladares se encuentran en la morada
celestial, ambos atendieron el llamado del Señor. La sucesión filial subsiste y comparten la felicidad de la presencia
con cercanos familiares.
Rosas para la rosa
A la gentil señorita Rita Julia Valladares,
"en la noche de sus bodas. Cordialmente.
Señorita: cultivo mi jardín interior
con cariño de artista, con solícito amor,
por saber que soy dueño del más rico tesoro.
Maravillas del arte son mis rosas fragantes,
cuyos cálices guardan embrujados diamantes
de virtudes excelsas, ¡más valiosos que el oro!
Y por ti, Rita Julia, en tu noche nupcial,
va a quedarse sin una sola flor mi rosal...
¡Para ti son mis rosas, para ti serán todas!
¡Porque tú lo mereces por tu rara belleza!
¡Porque tú eres hermana de mis rosas, Princesa!
¡Mi tesoro es mi ofrenda en tu noche de bodas!
Rafael A. Jiménez
Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, Estado Aragua, Venezuela, N° 8. Año 2013
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Turmero en mi memoria
Ruedas y diversiones
En esta oportunidad no escribiré de esto, mucho menos de aquello. Me ocuparé, en esta ocasión, de una
competencia vista por vez primera en Venezuela en 1948. Se trata de la carrera automovilística Buenos
Aires-Caracas, ganada por el argentino Domingo Marimón. Como eran los tiempos del justicialismo
peronista, los vehículos que representaban a la república sureña lucían en su capote el letrero Evita Perón,
clara referencia a los gobernantes entronizados en el país de los gauchos.
Ese evento despertó en Venezuela la furia por las competencias en
rutas. El 17 de marzo de 1949. con 73 participantes, se largó la
carrera Caracas-Maracaibo-Caracas, correspondiendo el triunfo a
Walter Comach, representante de Aragua. Por el diario El Heraldo
intervino Raúl Hernández Domínguez, volante oriundo de nuestro
patio. La afición a ese deporte llevó al sacrificio a nuestro Pancho
Pepe Cróquer, la voz deportiva de América.
Siempre se ha dicho que no hay espectáculo sin fotógrafo: eso es
verdad. Por esa válida afirmación vemos esta foto, lograda por el
fallecido José Torres, nativo de Las Tejerías, desposado con la turmereña Graciela Pérez. En ella observamos un vehículo de mecánica nacional que cruza la esquina formada por las calles Mariño y Ribas, que
veloz se dirige a La Encrucijada. Esa referencia ya no existe, porque la ampliación de la Plaza Mariño, en la
construcción del Palacio Municipal, engulló el espacio de la calle. Observe la tupida fronda del parque, ese
día de ambiente festivo y de cielo limpio.
Las carreras de autos pasan por Turmero
La casa captada por el novel fotógrafo era propiedad del señor Gustavo Pérez. En ella estaba el bar La
Soledad, de Pedro Gavidia, denominación comercia] que no concuerda con los numerosos parroquianos que
allí se reunían para jugar dominó, libar y yantar sabrosas arepas fritas a medio cada una. En el lugar del inmueble está la plazoleta que muestra el busto de nuestro héroe Pedro Arévalo Aponte.
Estas son las cosas que nos recuerda el evocar.
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Turmero en mi memoria
Premio Centenario de la Poesía y el Pentagrama
En el año 1905, el gobierno de Aragua, presidido por el general Francisco Linares Alcántara
(Panchito), abre un concurso literario para seleccionar la letra que debía llevar el Himno del
estado, concurren como participante, entre otros, el poeta Ramón Bastida, domiciliado en
Turmero. De ese acontecimiento se cumplieron cien años, el 28 de marzo próximo pasado.
Para acercarnos a ese evento literario, y a la vida del poeta, ocurro a una tríada de fragmentos,
cada uno con su correspondiente intertítulo, de trabajos del historiador Andrés Pacheco
Miranda, tomados del folleto “Turmero tierra mía”, recopilación de crónicas, editadas por el
Concejo Municipal de Mariño en 1978; con nota de presentación a manera de prólogo, escrita
por el doctor Ciro Guzmán Morillo, donde se lee un segmento que dice: “A solicitud de mi
persona, como Cronista de la Ciudad, y la ayuda valiosa del escritor Don Félix Acosta,
convencimos a Don Andrés, para que como homenaje a los 358 años de vida de su pueblo, y al
aniversario, 100 años de la muerte del Gran Demócrata General de División Francisco Linares
Alcántara, único aragüeño y por cierto turmereño, Presidente de la República, nos cediera para
su publicación en conjunto de una serie de sueltos periodísticos, aparecidos en la tercera y
cuarta década del presente siglo y publicados en los diarios El Universal y La Religión”.
Llegada del poeta a Turmero
“Cuando mi primera juventud nacía nerviosa y animada bajo los cielos aragüeños, un día del año 1898 iniciaba yo la costumbre de
recrearme por las tardes en los bancos de cal y ladrillo que existían en la Plaza Mariño de Turmero, alrededor de una glorieta que
le servía de pedestal al busto en bronce del Héroe invasor de Chacachacare, conocí a dos jóvenes que se acababan de residenciar
en mi pueblo: Ramón Francisco y Carlos Adolfo Bastida, nacidos en Caracas y parientes cercanos del doctor Adolfo Frydensberg.
Los dos Bastida al conocerme trabaron buena amistad conmigo, y el mayor de ellos, Ramón Francisco, de cultura distinguida y
consciente preparación literaria, se acercó más a mi espíritu, convirtiéndose en mi guía mental y confidente a la vez. Ramón
Bastida, era poeta romántico y orador vibrante y elocuente. Se había educado en el colegio ‘Santa María’ que dirigió el eminente
Agustín Aveledo, por quién sentía Bastida admiración y afecto con nobles exaltaciones de gratitud. Llegó a Turmero en 1898
formando parte de la honorable familia del doctor Adolfo Frydensberg, quién eligió a Turmero para su residencia definitiva”
(Caracas, octubre, 1934).
El Himno del estado Aragua
“Cuando el gobierno de Aragua, organizó el Certamen Literario de 1905 para darle letra al Himno del Estado, no creó ningún
jurado calificador: El Poder Ejecutivo se tomó estas funciones, privando en la elección de los versos para el Primer Premio, el
criterio del señor José Eustaquio Machado, escritor clásico que conquistó fama en Venezuela por la pureza de su estilo, la
serenidad de su pensar profundo y la íntima sustancia de su probidad, características que perfilaron siempre su talla intelectual y
moral. Machado, sin embargo, no pertenecía al Poder Ejecutivo; solo desempeñaba entonces en La Victoria, un cargo de carácter
particular. Numerosas fueron las composiciones que se enviaron al concurso, conquistando el lauro mi dilecto amigo el poeta
Ramón Francisco Bastida y mereciendo el Accésit un gallardo soneto transformado en gloria del apolonida Sergio Medina. Este
soneto hubiese ocupado el primer puesto y sería hoy la letra del Himno Aragüeño, si su autor se hubiera sometido a las bases del
concurso, que abarcaban para la factura del canto, las épocas de la Independencia y de la Restauración Liberal. El mismo Bastida
no obstante su fervoroso partidarismo por el general Cipriano Castro, según me confesó él mismo, había construido sus versos sin
cumplir lo dispuesto en el Decreto Ejecutivo, pero antes de dirigirlos a su destino, se los leyó en consulta al general Francisco de
Paula Guevara Santander, Juez Superior del estado Aragua, en cuyo Tribunal desempeñaba Bastida la Secretaría. Guevara
Santander, que también era poeta, tuvo frases de elogios para la composición de Bastida, pero le manifestó que si no la
completaba con un canto a Castro y a la Restauración, sería arrojada al cesto. Bastida, le agregó a sus versos sobre la mesa del
señor Guevara, las dos últimas estrofas, que le fueron suprimidas después por Decreto del Gobierno de Aragua. En 1909 se
dispuso que se hiciera en Alemania, una edición de lujo del Himno del Estado, Letra y Música, con los retratos de sus autores,
Ramón F. Bastida y Manuel María Betancourt”. (Caracas, diciembre, 1934).
La muerte del poeta
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Turmero en mi memoria
“En vísperas de su muerte, en una hora de realidades inquietantes, vi a Bastida prematuramente envejecido, rondando por el
Parque Mariño, sitio de recreo pueblerino, en donde tantas veces habíamos soñado con visiones de triunfos y con alturas
ignoradas, notablemente presentidas. Estaba triste, flaco, enfermo. Nos encontramos en la Avenida Este, frente a un bosque blanco
de azahares florecidos. Un perfume intenso llenaba el ambiente. ‘Hermano: Me siento morir’. Fueron sus primeras palabras, y
luego me refirió un suceso que acababa de ocurrirle en un almacén, en la calle de La Factoría, suceso penoso que hirió
profundamente el alma del poeta. Mudo como una roca, permanecía yo ante el poeta en desgracia, y de sus hermosas pupilas,
color de las montañas del Ávila, veía brillar lágrimas, como si fuesen el mismo rosario de perlas que conquistó él, gallardamente
en 1905, en inolvidable y suntuosa fiesta de la Sociedad Hijas de María, organizada con éxito por el talento y el entusiasmo
juvenil del Padre Peñalver. Ahora vagaba dolorosamente, por las calles melancólicas de aquel pueblo, que él había enaltecido con
su verbo y con su pluma. Al fin dejó de existir el día 26 de abril de 1909. El gobierno del estado Aragua sufragó los gastos de las
exequias del poeta y el sepelio de su cadáver se verificó en el cementerio viejo de Turmero, en donde reposan sus cenizas”.
(Caracas, octubre, 1934).
Miscelánea final
Por sus quehaceres de educador, de poeta y orador, Ramón Francisco Bastida se ha perpetuado como un turmereño ilustre; su
presencia es tema indisoluble en la historia local, a pesar de haber nacido en Caracas, como lo asegura su amigo y biógrafo Andrés
Pacheco Miranda, contradiciendo a otros historiadores que lo dan como nativo de Barinas, identificando como Ramón J. Bastida,
al artista autor de la letra del Himno de Aragua, que recibió por su lauro: diploma de honor y trescientos bolívares (Fleitas Núñez,
2001). Las páginas de Candelaria-Turmero, al reconocer la visión amplia de su creación, manifiestan satisfacción al recordarlo y
recrearlo a la generación actual y futuras.
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Turmero en mi memoria
COROLARIO.
1.
Francisco “Pancho “ Rodríguez (FPR) recoge su vivencia para plasmarla con una capacidad de imaginación
transformada en hechos, situaciones y realidades de su transitar por la vida, decimos que es un sujeto-objeto de lo que
escribe porque lo narra desde su propia realidad, convive con ella, esto le da un valor y rigor científico a sus trabajos,
sus continuas visitas a las Fuentes Primaria como el Registro Subalterno de Turmero, el Archivo Municipal, el
Archivo Parroquial y el Registro Civil le proporciona la investidura de investigador.
2.
La querencia por el lugar es el hecho más significativo, en la medida que uno le tengo arraigo, amor y siente la
identidad de pueblo se crea un nivel de conciencia que nos lleva a defender al terruño, estudiarlo, a perpetuar las
vivencias como hechos reales capaces de ser legados de generación en generación y preservar lo nuestro, evitar que se
diluya en un mundo cada vez más globalizado y atrapado en redes cibernéticas que arriesgan la esencia de nuestra
nacionalidad.
3.
El trabajo de Francisco “Pancho” Rodríguez está impregnado de un gran valor metodológico y pedagógico
digno de profundizar, desde su praxis, desde su cotidianidad y desde el lugar donde vive reconstruye los procesos y
aconteceres diarios convirtiéndolos en fenómenos y hechos palpables, tocables y permiten que uno se encariñe con los
valores de respeto, solidaridad, ciudadanía y contribuyen a nutrir nuestra personalidad como individuo. Lo cotidiano
se convierte en un hecho científico-social, con una perspectiva que trasciende el tiempo y el espacio.
4.
La palabra la convierte en poesía, se trasluce una conceptualización de la vida que favorece al descubrimiento
de la magia que discurre en cada lugar, en cada esquina, en un nombre ancestral, en un personaje. Las ideas fluyen
como el viento, nos atrapa, nos hace sentir parte de ese mundo, convierte al lector en un participante de los hechos,
haciéndolo cada vez más afectivo y defensor del lugar.
5.
En los trabajos de Francisco “Pancho” Rodríguez, no hay pasado, no hay presente, simplemente trasciende,
prevalece una vivencia del hecho real, estimula la imaginación, permite la reflexión y nos condiciona a procesar
situaciones de aprendizajes de una manera fácil de comprender.
6.
Toda la información que maneja el autor es proveniente de fuentes primarias, de historias de vida, de
acumulación de experiencias, de situaciones vividas, del compartir con el día a día, formar parte de él y plasmarlo
como un cuadro con palabras que solamente un poeta, maestro y ductor de generaciones puede lograr.
7.
Para Francisco “ Pancho” Rodríguez Turmero es tiempo memoriado que estimula investigación del pasado en
el presente porque mañana vuelve a ser pasado, es un material obligatorio para estudiantes, investigadores y todos
quienes deseen conocer más la historia de nuestro pueblo, del lar natal, del lugar que nos acogió, donde vivivimos,
compartimos y crecemos como ciudadanos. Este trabajo es la expresión genuina de que podemos hacer, reconstruir y
replantear nuestra historia desde el lugar donde vivimos.
Efrén Augusto Rodríguez
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Turmero en mi memoria
MEMORIAS HISTORICAS DIGITALIZADAS DE TURMERO
1.- EL TRIUNFO DE SILVANA
POR ALFREDO PACHECO MIRANDA,1935
http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/el-triunfo-de-silvana
2.- EL ESCARABAJO DE ESMERALDA POR ALFREDO PACHECO MIRANDA, 1934
http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/el-escarabajo-de-esmeralda
3.- El Soberbio Dragón por Néstor German Rodríguez, 2013
http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/el-soberbio-drogan-nestor-german-rodriguez
4.-ORIGINALES INSTRUMENTALES DEL VALLE DE TURMERO POR CARLOS BLANCO GALENO, 1950
http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/origenes-instrumentales-del-valle-de-turmero
5.- GEOGRAFÍA DE TURMERO POR EFRÉN RODRÍGUEZ,2013
http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/geografia-de-turmero
6.-LA IMPRENTA Y EL PERIODISMO EN TURMERO POR FELIX ACOSTA,1950
http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/la-imprenta-y-el-periodismo-en-turmero-por-felix-acosta
7.- Poemas, Homenaje Póstumo a José Pérez Ramos, 1960
http://turmeroparasiempre.bligoo.cl/poeta-turmereno-jose-perez-ramos
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