Kennedy, conspiración en Hamburgo

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Kennedy, conspiración en Hamburgo
K e nne dy, co n sp ir ació n e n H am bu r go POR GABRIEL MOLINA UNO de los objetivos colaterales del asesinato del presidente John F. Kennedy, fue el de aniquilar a la Revolución Cubana. Mas ese fin no fue logrado y es la secreta razón para que cuarenta y dos años después la conspiración continúe. Casualmente, la última maquinación coincide con el anuncio de la posible liberación del terrorista Luis Posada Carriles y viene de rebote desde Alemania: “Hamburgo, 3 ene (DPA). — Un documental de la televisión pública alemana ARD, responsabiliza al servicio secreto cubano del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, en Dallas, Texas”. Wilfried Huismann, director del documental, es el instrumento de turno que afirma, según la agencia alemana: “Fue la venganza de Castro por el intento de la CIA de asesinarlo con un bolígrafo envenenado”. No es esta una acusación despreciable. El estremecedor magnicidio tuvo tanto impacto en el mundo que aun hoy, cuando se evoca, alguien pregunta dónde estaba entonces cada uno. Por mi parte, estaba en el pintoresco restaurante La Pecherie, en el puerto de Argel, y me disponía a degustar los excelentes caracoles de la casa, el 22 de noviembre de 1963, con Helen Klein, la norteamericana jefa de prensa del presidente Ahmed Ben Bella. De repente conocimos la terrible noticia.
1 ¡El presidente Kennedy ha sido asesinado!.. —Ahora van a culpar a Cuba, le dije inmediatamente. —No exageres, me contestó. Rápidamente nos fuimos a la agencia Prensa Latina, situada en 26, Rue Claude Debussy, donde me desempeñaba como corresponsal, para tener más información. Allí confirmé cómo las emisiones repetían que el Gobierno cubano era acusado por el magnicidio. Sorprendida, Helen me preguntó cómo lo había adivinado. —No soy adivino —le expliqué—, Cuba es para Estados Unidos la causa de todo lo malo. Un poco por histeria y otro poco porque están buscando un pretexto para tratar de aplastarnos. Sin embargo, pocas horas más tarde, la acusación desapareció del aire con la misma rapidez con que había entrado. En aquel momento todo quedó en el misterio. Quince años después, en Washington, por enésima vez flotaba la misma acusación en el ambiente. El Comité Especial para investigar los asesinatos de John F. Kennedy, de su hermano Robert y de Martin Luther King, manejaba las muchas teorías sobre el asesinato del Presidente de Estados Unidos. Nuevamente flotaba en los medios masivos el intento de levantar sospechas sobre el Gobierno de Cuba. Un periodista de Washington, muy ligado al FBI, confidencialmente me reveló que la versión partió originalmente de la CIA, que distribuyó una nota en la cual se expresaba que Oswald había cometido el magnicidio por cuenta del Gobierno cubano. Agregó que el FBI hizo retirar la acusación de los medios de prensa. Cuando le pregunté al veterano periodista por qué se había molestado el FBI en desautorizar a la CIA, explicó que consideraron a la iniciativa una irresponsabilidad que hubiese podido desencadenar consecuencias incalculables, como una Tercera Guerra mundial. La primera investigación importante del asesinato fue realizado por la llamada Comisión Warren, la cual consideró esa acusación a Cuba y la desechó expresando que “no hubo tal conspiración.” Sin embargo, a partir de 1967, la columna de Drew Pearson y Jack Anderson levantó nuevamente idénticas acusaciones. Los medios alzaban el tono apuntando hacia Cuba cada vez que surgían nuevas evidencias envolviendo al establishment, sobre que Oswald no había actuado solo. Es de notar que Anderson fue durante su carrera, al menos, muy cercano a la CIA. Fueron tantas las evidencias que el Congreso decidió crear un Comité Especial de su seno, presidido por el congresista afroamericano Louis F. Stokes, para investigar los asesinatos de John F. Kennedy, su hermano Robert y Martin Luther King. Tras más de un año de arduas investigaciones el Comité Stokes llegó a interesantes conclusiones.
2 Entre sus hallazgos figura en el Apartado C, acápite 2, “El Comité cree sobre la base de la evidencia disponible que el Gobierno cubano no estuvo envuelto en el Asesinato del presidente Kennedy”. Tras pesquisas en EE.UU. y en Cuba sobre las causas del asesinato, se manejaron, entre otras, las intenciones del presidente Kennedy de normalizar las relaciones con Cuba, además de otras no menos importantes razones de política interna. LA INMORAL COLUSION CIA­MAFIA El Comité Especial llegó a la conclusión de que Carlos Marcello, Don de Nueva Orleans y parte de Texas; Santos Trafficante, de Florida, y James Hoffa, presidente del gremio de camioneros, "tenían motivos, medios y oportunidades para asesinar al presidente Kennedy". Trafficante era un objetivo vital en la lucha de la Administración de Kennedy contra el crimen organizado. Su nombre estaba entre los diez principales sujetos a investigar y combatir. Cuando Robert Kennedy conoció de la inmoral colusión de la CIA con la Mafia, prohibió a los funcionarios involucrados recurrir a tales asociaciones sin informárselo. Pero ellos continuaron haciéndolo bajo la dirección de Richard Helms. El informe del Comité expone que la posición de Trafficante en el crimen organizado, en el narcotráfico, y su papel como principal enlace de la mafia con figuras criminales dentro de la comunidad exiliada cubana, lo proveían con la capacidad de formular una conspiración para asesinar al presidente Kennedy, como lo hizo antes contra Fidel Castro. El Comité establece que existió una posible conexión entre Trafficante y Ruby, especialmente en La Habana en 1959, cuando Ruby servía, de hecho, como correo de los intereses de la Cosa Nostra para trasladar fondos de la capital cubana a Miami. Cuba suministró pruebas. Sin embargo, el Comité no pudo encontrar evidencias directas sobre si fueron ejecutores en el asesinato del Presidente tanto Trafficante como Marcello. La capital del imperio de éste último, Nueva Orleáns, se había convertido en un importante escenario de las conspiraciones terroristas. Allí iban personajes como Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sampoll, Eladio del Valle, Jorge Mas Canosa, Herminio Díaz y otros. En el mismo edificio donde se reunían. Oswald desarrollaba una actividad de engañoso apoyo a Cuba. El Comité Especial confirmó también que estos terroristas de origen cubano conspiraron, como individuos para la comisión del crimen. Los mismos que se complotaron para atentar contra Fidel Castro, lo hicieron para asesinar a Kennedy. Poco antes de ser asesinado, John Roselli dijo al columnista Jack Anderson que cubanos de la banda de Trafficante habían participado en el magnicidio.
3 En el informe se admite que "los anticastristas estaban "frustrados, amargados y coléricos" y la dirección de sus resentimientos la enfocaban contra Kennedy, quien en los días de su muerte había encargado a William Atwood discutir con representantes cubanos en Naciones Unidas sobre la posibilidad de normalizar las relaciones. El delegado cubano en esas conversaciones fue Carlos Lechuga, entonces embajador en la ONU. El asesor de seguridad de Kennedy, McGeorge Bundy, manifestó que el Presidente quería para cuando regresase de Dallas, un informe sobre la marcha de esas pláticas. Aún después de muerto, su hermano, Roberto Kennedy, trató también de suprimir las medidas contra Cuba, pero el nuevo presidente, Lyndon B. Jonhson, lo impidió. El Comité Stokes confirmó que los contactos de Oswald en Estados Unidos eran contrarrevolucionarios de origen cubano y optó por analizar abiertamente estos aspectos que no investigó la CIA, confabulada con los cubanoamericanos. Decidió examinar con rigor a los grupos que, aparte de estar motivados, tenían la capacidad y los recursos como para mezclarse en el asesinato. Existían muchas organizaciones terroristas en el período comprendido entre el triunfo de la Revolución Cubana y el asesinato de Kennedy. Pero se determinó que en dos de ellas pudiera haber existido una conexión con Oswald: Alpha 66 y la llamada Junta Revolucionaria Cubana (JURE). El Comité Stokes escuchó el testimonio de Marita Lorenz, una hermosa espía reclutada por Frank Sturgis, quien relató un encuentro que presenció en Miami, en casa de Orlando Bosch y en el que participaron Pedro Luis Díaz­Lanz y Oswald, planeando un viaje a Dallas. Agregó que el 15 de noviembre ella viajó a esa ciudad en dos autos con Bosch, Sturgis, Díaz­Lanz, Oswald, Gerry Hemming y los hermanos Novo Sampoll. En las habitaciones del hotel donde se alojaron había varios fusiles y recibieron la visita de Ruby, más tarde ejecutor de Oswald. Más recientemente Lorenz dijo que allí Howard Hunt (Eduardo para los cubanos) entregó dinero a Sturgis el 21 de noviembre para una operación que no le dijeron cuál era y regresó a Miami 2 ó 3 horas después del atentado. PHILIPS, PROTAGONISTA DEL TRAB AJO SUCIO Antonio Veciana, fundador de Alpha 66, declaró al Comité que dentro del contexto de sus actividades contra el Gobierno de Cuba, se entrevistó en muchas oportunidades con un oficial de la CIA que dijo llamarse Bishop. Y que en agosto de 1963, en Dallas, Texas, éste hizo contacto con él en un edificio de oficinas, en compañía de una persona, a quien identificó después de la muerte de Kennedy como Lee Harvey Oswald. Más tarde Veciana confesó al escritor Gaeton Fonzi que el nombre del oficial Bishop era David Atlee Philips, quien trabajó en La Habana para la CIA con fachada de empresario en Humboldt 106 apartamento 502. Atlee Philips­Bishop fue desde 1960 jefe en Miami de los aspectos propagandísticos de la invasión de 1961 contra Cuba, junto a Howard H. Hunt, principal organizador del Watergate. En 1954, ambos dirigieron la conjura para derrocar al Gobierno de Arbenz, en Guatemala.
4 La seguridad cubana confirmó esa identidad de este oficial CIA, quien organizó los grupos terroristas cubanoamericanos que aún chantajean al Gobierno de Bush y tratan de excarcelar a Posada Carriles y sus cómplices. Uno de los miembros del grupo JURE, Silvia Odio, testificó en 1964 ante la Comisión Warren, que un hombre al que ella identificó a través de los medios masivos como el Oswald que mató a Kennedy, visitó en Dallas su apartamento, en septiembre de 1963, en compañía de otros dos latinos. Agregó que los dos hispanoparlantes le dijeron ser miembros de JURE. Uno de ellos le dio el nombre de Leopoldo y tenía acento cubano. El otro, Angelo, parecía mexicano. El tercero se presentó con el nombre de León Oswald y era, para ella, Lee Harvey Oswald. La Seguridad Cubana identifica a los acompañantes de Oswald como los hermanos Novo, poseedores de una larga lista de asesinatos y otras acciones terroristas. Silvia declaró lo mismo al FBI y agregó que dos días más tarde, el tal Leopoldo la volvió a llamar y le expresó que, según León, ellos debían haber matado a Kennedy después del fracaso de la invasión por Bahía de Cochinos. Dos meses después Kennedy fue asesinado. Las conclusiones del informe fueron que “las declaraciones de Silvia son aún creíbles y más cuando ésta sostuvo insistentemente, después de quince años, sus mismos argumentos”. Ese mismo día prestó testimonio Nicholas Katzenbach, ex secretario de Justicia de la Administración de Johnson, quien hizo alusión a pugnas internas y a malas relaciones entre el FBI y la CIA durante la época de la investigación. RICHAR D H ELMS CONFESO QUE LOS ASESINATOS DE LA CIA ERA N “ ACCION POLITICA” Al día siguiente, 22 de septiembre, el ex director de la CIA, Richard Helms, provocó indignación en algunos congresistas y asombro en la mayoría, al comparecer durante siete horas ante el Comité Selecto para responder a las indagaciones sobre la efectividad de la investigación hecha por la CIA después del asesinato, y si suministró a otros la relevante información que tenía. En el momento del asesinato de Kennedy, Helms era jefe del Servicio Clandestino de la CIA, el presidente Johnson lo nombró subdirector de la CIA un año después. Y director en 1966. El congresista Christopher J. Dodd preguntó si la Comisión Warren fue informada de los intentos de asesinato contra Fidel Castro, y se mostró airado por los contactos del crimen organizado y la Agencia. Helms respondió que solamente se informaba a la Comisión Warren de los asuntos por los que preguntaba. Ante la insistencia de los congresistas, dijo que las actividades contra la Revolución Cubana incluyeron intentos de volar plantas eléctricas y centrales azucareros, incendiar campos de caña y múltiples tipos de acciones terroristas.
5 Añadió que esta era una acción política de la que no se podía culpar sólo a la Agencia, pues el Presidente, el Pentágono, el Departamento de Justicia, el de Defensa, el de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, tenían pleno conocimiento de los planes y los aprobaban. De alta estatura, pelo entrecano de amplias entradas y maneras cultivadas, con su traje oscuro bien cortado, camisa blanca de tenues rayas azules y corbata oscura, Helms enfrentó a sus interrogadores con gran aplomo y trazas de buen humor. Su distinguido aspecto no hacía fácil pensar en el hombre que desde su despacho daba las órdenes de asesinar. Fríamente, con asepsia, se refería a los criminales intentos en complicidad con los matones de la mafia. LOS CONTACTOS DE OSW ALD CON LA CIA DATAN DE 1960 Otro de los documentos sobre los que fue interrogado se refería a que los primeros contactos de la CIA con Oswald, aun cuando informaron a la Comisión Warren que no habían tenido ninguno, se remontaban a 1960. Uno de los memorándums de la CIA presentado, expresaba que Allan Dulles, a pesar de ser miembro de la Comisión Warren, aleccionaba a sus subordinados sobre cómo esconder las relaciones de la CIA con Oswald. Helms contestó estos aspectos evasivamente. Tres días antes, Thomas J. Kelley y James J. Rowley, inspector y jefe, respectivamente, del Servicio Secreto encargado de la protección del Presidente, sorprendieron a toda Norteamérica al declarar que a pesar de que el FBI y la CIA poseían información sobre Oswald, el Servicio Secreto no la conoció. "De otro modo hubiésemos sabido lo que hacíamos el día de la muerte del presidente Kennedy", dijeron Kelley y Rowley a los integrantes del Comité Selecto. Estos y otros hallazgos hicieron al Comité llegar a la conclusión de que hubo falta de cooperación y coordinación entre las distintas agencias del gobierno; que el Servicio Secreto fue deficiente en proteger al Presidente y en analizar la información que poseía. Incluso que no contaba con personal suficiente para una protección adecuada. En el acápite 5 se afirma que no estuvieron envueltos el Servicio Secreto (de la presidencia) ni el FBI ni la CIA. Pero los criticó por no haber analizado, investigado, usado ni intercambiado adecuadamente informaciones que poseían sobre las acechanzas alrededor del viaje de Kennedy a Dallas. El informe recomendaba que el Departamento de Justicia continuase la investigación, pues se habían encontrado evidencias de una conspiración en la que participaban elementos de la mafia ítalo norteamericana y grupos mafiosos cubanoamericanos. No se expresaba que éstos habían sido históricamente manejados por la CIA, pero se insinuaba. Pues se hacía constar que no se había podido llegar a conclusiones definitivas al negarse la Agencia Central de Inteligencia a descodificar ciertas informaciones.
6 Asimismo la CIA fue criticada por no haber investigado con rigor a estos grupos de origen cubano radicados en Miami. También se tomó en cuenta para solicitar más investigaciones al Departamento de Justicia, el hecho de que las pruebas fílmicas y acústicas analizadas mostraban la posibilidad de una segunda persona en el piso desde donde supuestamente disparó Oswald y que probablemente hubo más de un tirador. También se resaltó que el FBI tampoco investigó después del magnicidio la posibilidad de una conspiración y que la CIA fue deficiente, tanto antes como después del asesinato. Además, la Policía de Dallas, como toda la población de Texas, sometida en esos días a una fuerte propaganda contra Kennedy, también se mostró incapaz de protegerlo. El ambiente contra Kennedy llegaba allí a extremos tales que la mañana de ese fatídico 22 de noviembre de 1963 se distribuyeron panfletos contra el Presidente. El más agresivo fue publicado en un diario de Dallas como anuncio pagado a página completa, llevaba una foto de Kennedy y el texto era provocativo: "Buscado por traición: Este hombre es buscado por actividades traidoras contra Estados Unidos." Aún después del asesinato hubo serios descuidos al proceder al traslado de Oswald. Es elocuente la fotografía que muestra a los dos guardianes mirando hacia otro lado, mientras Ruby se acerca impunemente a disparar contra el acusado. Así murió la persona más indicada para dar a conocer los móviles y complicidades del atentado. Sin embargo, los oficiales actuantes ese día no fueron despedidos, sino que más tarde obtuvieron ascensos. No solamente Veciana habló de las intenciones de la CIA para vincular al Gobierno de Cuba en el atentado. Resultó sospechoso para todo el mundo que desde antes del atentado, la CIA haya tratado de identificar a Oswald con la Isla y llegó hasta amenazar a la empleada mexicana del Consulado de Cuba en Ciudad de México, Silvia Durán Tirado, para que corroborase esta versión. La valiente mujer se negó. Las acusaciones contra Cuba se mantuvieron vivas hasta que el Comité Stokes las desechó en 1978, después de realizar investigaciones en México y en La Habana, donde se entrevistaron con el presidente Fidel Castro. A las sesiones asistió como testigo el señor Eusebio Azcue, cónsul cubano en México, quien negó visa a Oswald semanas antes del magnicidio, a pesar de la ruda insistencia de éste. ¿Quién sabe lo que hubiese provocado esta visita? Esta sesión nos hizo preguntarnos qué quería decir exactamente el presidente Kennedy, cuando confiaba a su colaborador Clark Clifford, poco después de la invasión por Playa Girón, Bahía de Cochinos: “Algo muy malo ocurre dentro de la CIA y quiero saber qué es. Quiero hacer mil pedazos a la CIA y esparcirlos a los cuatro vientos”.
7 El Comité Stokes en su informe final señaló que la CIA se negó a desclasificar ciertos documentos importantes. Cuando en una audiencia se interrogó a Frank Carlucci, subdirector de la CIA en 1978 y asesor nacional de Seguridad del presidente Reagan en 1987, éste declaró: “Vienen de fuentes altamente sensitivas y deben ser protegidas”. Una de las más importantes e inquietantes pruebas halladas por el Comité Stokes, es la grabación descubierta en la Policía de Dallas, que deja oír cuatro disparos y no tres como estableció la Comisión Warren. Fortalece ese hallazgo la declaración de la esposa del gobernador Connally de que a éste lo alcanzó un segundo disparo y no el mismo que hirió en la garganta al Presidente, la bala mágica , como se hizo ver. LOS CULPAB LES MATERIALES E INTELECTUALES El general Fabián Escalante, uno de los que investigaron el caso por la parte cubana, ha expresado que basado en informaciones de los archivos de la Seguridad, algunos testimonios y análisis de los hechos y antecedentes, se llegó en La Habana a conclusiones sobre los culpables, semejantes a las de otros investigadores: la CIA, la Mafia y los contrarrevolucionarios cubanos planearon y ejecutaron el hecho. Agregó que estudiando las descripciones de testigos del crimen, especialmente expuestas por el ex fiscal Garrison, se presume que los expertos tiradores de origen cubano Eladio del Valle y Herminio Díaz, se encargaron de disparar, y escaparon después en una camioneta Nash Rambler. Y que el atentado fue realizado por dos grupos, uno bajo el control de Jack Ruby, y el otro por Frank Sturgis, más tarde jefe de los plomeros de Watergate. Los participantes por parte de la mafia, continuó Escalante, fueron Santos Trafficante, Sam Giancana, John Roselli y en menor grado Carlos Marcelo y Jimmy Hoffa. Entre los planificadores de la CIA mencionó, además de a David Atlee­ Philips y Richard Helms, supervisor entonces de las operaciones anticubanas, al general Cabell, ex vicejefe de la CIA, Gerry Hemmings y otros altos oficiales. El escándalo provocado por las investigaciones, recogido en la prensa de todo el mundo, hizo declarar a la dirección de la Agencia Central de Inteligencia que desclasificaría la mayoría de los documentos, con lo que consiguieron acallar las protestas. Pero hacerlo hubiese sido autoincrimarse. Imposibilitado de continuar con sus investigaciones, el Comité Stokes, al cumplirse en diciembre de 1978 el mandato del Congreso, hizo la atendible sugerencia de que el Departamento de Justicia continuase la línea investigativa hasta dilucidar el enigma. Por eso a Carter no se le podía dejar reelegirse. Había que impedirlo con provocaciones como la de los asaltos a las embajadas que resultaron en el éxodo del Mariel.
8 Por eso 27 años después de la investigación y 42 años después del asesinato, las Administraciones de Reagan, Bush, Clinton y Bush Jr., que debieron recoger ese guante, no movieron un dedo para colocárselo. La más importante documentación sobre el magnicidio de Dallas se halla abovedada, en calidad de secreta, en los archivos de la CIA, el FBI y el Pentágono, y no será desclasificada hasta el año 2013. En los años subsecuentes al asesinato, más de 22 personas involucradas en los hechos murieron de forma poco menos que misteriosa, entre ellos los principales protagonistas: Oswald y Ruby. Desde 1963 la lista ha ido creciendo. A ese ritmo, difícilmente quedará vivo algún testigo. Y lo que es peor, no quedará vivo ningún culpable. Hoy el tenebroso secreto es transparente para todos menos para quienes lo tendrían que ver. Porque los protagonistas principales del magnicidio han adquirido una temible ascendencia sobre el Gobierno de Estados Unidos. El alemán Wilfried Huismann no es más que otro peón en este ajedrez. Por eso ignora maliciosamente estas fuentes. Con esa conspiración en Hamburgo se busca alejar la atención de los medios sobre Luis Posada Carriles para liberarlo. Porque si éste llegase a cumplir sus amenazas de decir todo lo que sabe, el Watergate de Nixon quedaría como un epifenómeno de poca monta ante la perversidad que se oculta. Sam Giancana, Boss de Chicago y luego de Cuernavaca La familia Bush, la mafia cubana y el asesinato de Kennedy En 1959, un joven oficial y empresario de Texas recibió la orientación de cooperar en el financiamiento de los nacientes grupos anticastristas que la Agencia Central de Inteligencia decidió crear, pero no es hasta 1960 que se le asignó una misión más específica y abierta: garantizar la seguridad del proceso de reclutamiento de cubanos que formarían la brigada invasora, aspecto clave dentro de la gran operación de la CIA para destruir a la Revolución cubana. El tejano de la CIA simpatizó, rápidamente, con el cubano que le fue asignado para su
9 nueva misión. El sistema de trabajo, aunque intenso, era sencillo. Félix Rodríguez Mendigutía, "El Gato", le proponía un candidato, luego se le verificaba, tanto en la Agencia como entre los grupos de Miami, y finalmente, el tejano daba la aprobación. Por esa época, Félix Rodríguez ya conocía a no pocos cubanos, como Jorge Mas Canosa (posterior dirigente de varias organizaciones contrarrevolucionarias y después presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana), y había comprobado su lealtad a "la causa" y a los americanos. Es por eso que lo propuso entre sus primeros candidatos. Jorge Lincoln pasó el proceso satisfactoriamente, y en un encuentro celebrado en la ciudad de Miami, al que el tejano le gustaba dar toda la formalidad posible, Jorge Mas Canosa se convirtió, oficialmente, en agente de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos. Jorge Mas no sabía cómo agradecerle a Félix lo que había hecho por él. A partir de ahí, nunca dejaría de estarle agradecido y, a la vez, de serle obediente ante cada pedido. Pero muy lejos estaba Jorge Mas de sospechar la trascendencia que resultaría de este reclutamiento para el resto de su vida. La trascendencia radica en que aquel oficial tejano que le efectuó su proceso de reclutamiento, lo aprobó, y luego se lo notificó en aquel encuentro, no era otro que George Herbert Walker Bush, el mismo que, más tarde, entre 1989 y 1992, sería el 41 presidente de los Estados Unidos. Diversas fuentes coinciden sobre lo anterior. El investigador privado de California, Paul Kangas, publicó en la revista The Realist, en 1990, un trabajo que recoge parte de sus investigaciones, y en el cual afirma: "Un nuevo documento descubierto del FBI, coloca a Bush trabajando con el ahora famoso agente de la CIA, Félix Rodríguez, en el reclutamiento de exiliados cubanos de extrema derecha para la invasión a Cuba". Por su parte, el doctor Carl Jensen, del Sonoma State College, en su trabajo "Reporte de Proyecto Censurado", dice: "...hay récord en los expedientes de Rodríguez y de otros involucrados en la invasión de Bahía de Cochinos, que exponen el rol de Bush: la verdad es que Bush había sido un alto oficial de la CIA, antes de trabajar con Félix Rodríguez en la invasión de Cuba". Pero el californiano Kangas es más preciso en su citado trabajo, cuando expresa: "Trasladándose de Houston a Miami, semanalmente, Bush, junto a Félix Rodríguez, pasó 1960 y 1961 reclutando cubanos en Miami, para la invasión." Otros que se han referido al tema son la revista The Nation que, en su número del 13 de agosto de 1988, revela el hallazgo de "un memorándum al respecto, dirigido al jefe del FBI, J. Edward Hoover, y fechado en noviembre de 1963, donde se lee: "Mr. George Bush de la CIA"; o el magazine Common Cause que, el 4 de marzo de 1990, afirmaba: "La CIA puso al millonario y agente George Bush, a cargo de reclutar exiliados cubanos para el ejército invasor de la CIA, Bush estaba trabajando con otro petrolero de Texas, Jack Crichton, que lo ayudó con lo de la invasión". Sin saberlo, Jorge Mas había pasado a formar parte de algo mucho más complejo que la proyectada invasión mercenaria. El recién estrenado agente de la CIA se convirtió en uno de los participantes de lo que, originariamente, se llamó La Operación 40.
10 La Operación 40 fue el primer plan de operaciones encubiertas generado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para destruir a la Revolución cubana, y fue concebido, en el propio 1959, por encargo de la Administración del presidente Ike Eisenhower. En su libro Cuba, la guerra secreta de la CIA, el general de división (r) Fabián Escalante Font, ex jefe de los servicios de Contrainteligencia cubanos, explica lo que ocurrió a principios de 1960. "Allen Dulles, jefe de la CIA, presentó, en los días siguientes (finales de 1959), el memorándum de King (coronel, jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA) al Consejo de Seguridad Nacional, en el que se aprobó la sugerencia de formar un grupo de trabajo en la agencia que en un corto plazo diera "soluciones alternativas al problema cubano." El grupo, narra Escalante Font, quedó compuesto por Tracy Barnes como jefe, y los oficiales Howard Hunt, Frank Bender, Jack Engler y David Attle Phillips, entre otros. Los presentes reunían una característica común: todos habían participado en la caída del Gobierno de Jacobo Arbenz, en Guatemala. El general Escalante cuenta en su libro que, en la primera reunión, Barnes habló durante largo rato de los objetivos por alcanzar. Explicó que el vicepresidente Richard Nixon era el "oficial del caso" cubano y había reunido a un importante grupo de hombres de negocios, encabezado por George Bush y Jack Crichton, ambos petroleros de Texas, para la recaudación de los fondos necesarios de la operación. En un número de la revista Freedom Magazine, de 1986, el periodista norteamericano L. F. Proury explica que Richard Nixon tenía viejos y profundos vínculos con la familia Bush, que se remontan a 1946, cuando Nixon, respondiendo a una petición de Preston Bush (padre de George), se presentó, financiado por el viejo Bush como candidato al Congreso de los Estados Unidos. El grupo constituido en la CIA, indica Escalante en su libro, creó varios equipos que se encargarían de organizar operaciones clandestinas, acciones de guerra psicológica, y ejercer presiones económicas y diplomáticas, que darían al traste con el Gobierno de la Isla. A esto se sumaba la preparación de un grupo elite de agentes cubanos que, previo entrenamiento especializado, se infiltraría en Cuba, y asestaría desde la retaguardia, un golpe mortal a la Revolución, que incluía el asesinato de sus principales dirigentes. Jorge Mas Canosa causó muy buena impresión a sus reclutadores, e inmediatamente, fue asignado a una misión especial. "Ahora sí las cosas irían en grande", se dijo entusiasmado. Narra Mabel Dieppa, en la revista Éxito, que: "fue enviado a un campamento de la Marina de los Estados Unidos, cerca del río Mississippi, donde se entrenó para participar en la invasión de Bahía de Cochinos." Pero Jorge Mas, como se dijo, había sido enviado a un grupo muy especial, aún dentro de los preparativos de la invasión mercenaria. El grupo se componía de 160 hombres de
11 la mayor confianza, y estaba dirigido por el traidor y también agente de la CIA, Higinio Díaz Ane (Nino). El general Escalante, en su citado libro, explica: "Estos hombres tenían la misión de atacar el poblado de Baracoa, en el extremo oriental del país, para distraer a las fuerzas revolucionarias cuando la brigada desembarcara por Bahía de Cochinos". Una vez tomada Baracoa, debían marchar hacia la base naval de Guantánamo, y simulando tropas cubanas, organizar una provocación atacando la instalación, y de esta forma, posibilitar una respuesta militar norteamericana que le diera la motivación formal para intervenir en el conflicto creado por la invasión mercenaria. Ese plan era el mecanismo secreto que la CIA y el Pentágono tenían en la manga, y nadie, ni siquiera el presidente Kennedy, conocía. El día de la invasión, los 160 "hombres elite" de la Agencia partieron en un buque hacia su destino; pero, al llegar frente a Baracoa, el miedo ante el movimiento de tropas cubanas en la zona pudo más que la esmerada preparación a que habían sido sometidos, y se limitaron a seguir navegando por el sur de la Isla, hasta llegar al extremo occidental de Cuba, entonces pusieron proa hacia Puerto Rico, adonde arribaron el mismo día. En Miami, como burla, esta acción fue bautizada con el nombre de "el Bojeo a Cuba". Después del fracaso de Girón, en abril de 1961, la CIA recuperó a sus hombres. Les reiteró su confianza, y les asignó nuevas misiones, manteniendo los objetivos que dieron origen a La Operación 40. En el semanario Política, la autora Natacha Herrera explica: "Mas se incorporó, junto a otros 207 oficiales, a los entrenamientos básicos del ejército norteamericano, comenzados en Fort Bening, Georgia, y fue seleccionado para pasar un curso especial de inteligencia, comunicación clandestina y propaganda." Gaeton Fonzi asegura, en su extenso trabajo publicado por la revista Esquire, en enero de 1993, que "en Fort Bening, los más cercanos e íntimos amigos de Mas Canosa, y con quienes tuvo estrechas relaciones en complejas operaciones encubiertas, fueron Félix Rodríguez y Luis Posada Carriles", este último cobraría fama por ser uno de los responsables del estallido de un avión de la línea aérea cubana, en pleno vuelo, sobre Barbados en 1976. "Después de Fort Bening —dice el investigador norteamericano—, en cada paso o acción en la carrera de Jorge Mas ha habido alguna conexión con la CIA." Precisamente, por los resultados sobresalientes que obtuvieron en Fort Bening, la Agencia le asignó a Mas Canosa, más tarde, otra delicada misión. En esta oportunidad, tendría que trasladarse a una "ultrasecreta base", situada un poco más al sur de Fort Bening, para integrarse a lo que se conoció como "el grupo de New Orleans". Ese grupo, que tomó el nombre de la ubicación de dicha base, en las afueras de la sureña ciudad norteamericana, estaba compuesto, en su mayoría, por veteranos de Bahía de Cochinos y Fort Bening, aunque se le incorporaron algunos agentes de confianza, recién llegados de la Isla, como Antonio Veciana, quien cuentan que estuvo muy cercano a Jorge Mas, en ese periodo. La preparación que se realizaba era sui géneris. El grupo pasaba un curso sobre el uso de los medios y métodos de combate del ejército cubano.
12 El contenido de la misión es revelado por el general Escalante, en su libro: "El plan, nuevamente, consistía en una autoprovocación contra la base yanki (de Guantánamo), mediante la infiltración de un comando de 150 hombres que se adiestraban en una ultrasecreta base de la CIA, en las inmediaciones de la sureña ciudad norteamericana de Nueva Orleans". La misión fue cancelada cuando los acontecimientos que dieron lugar a la Crisis de los Misiles, en octubre de 1962, convencieron a los organizadores de la inevitabilidad de la intervención militar directa del ejército norteamericano, sin la necesidad de un pretexto. Tras este nuevo fracaso, Mas Canosa estaba lleno de ira e impotencia, y le reconoció al escritor norteamericano Pat Jordan, en una entrevista, que "los dos hombres que más odiaba eran Fidel Castro y John F. Kennedy". En Estados Unidos, diversos medios han retomado la relación de emigrados cubanos que trabajaban para la CIA, con el asesinato del presidente Kennedy, en Dallas, en 1963. Durante una larga conversación, en La Habana, con el investigador Gaeton Fonzi, conocimos una historia que, por su contenido, vale la pena reproducir. Fonzi no es un investigador cualquiera. Ha dedicado buena parte de su vida al trabajo para varios comités congresionales, incluidos los encargados de las investigaciones sobre las actividades encubiertas de la CIA, y el asesinato del presidente John F. Kennedy. Hace unos años, y tras muchos esfuerzos, Fonzi logró una entrevista privada con Antonio Veciana, el mismo viejo compañero de Jorge Mas en el "grupo de New Orleans", donde ambos intimaron mientras cumplían las misiones de la CIA. Veciana había sido interrogado por el Gran Jurado encargado de la investigación sobre el asesinato del presidente Kennedy, y años después, había tenido algunas complicaciones vinculadas a la droga; pero le afirmó a Fonzi, vehemente, que estas dificultades no eran más que una "trampa" preparada por alguien. "Yo tengo información muy gorda, pero esa la guardo porque es mi seguro de vida", le aseguró Veciana a Fonzi." Antonio Veciana Blanch era un contador público que había trabajado para el magnate azucarero cubano, Julio Lobo. Rápidamente, se opuso a la Revolución cubana, y en 1960, en La Habana, es reclutado por la CIA. Recibió sus primeros entrenamientos en una academia de Lengua Inglesa que asesoraba la Embajada de Estados Unidos en la capital cubana. En octubre de 1961, después del fracaso de un plan que preparaba para asesinar con un bazucazo al primer ministro Fidel Castro durante un acto en el antiguo Palacio Presidencial, Veciana salió huyendo de Cuba. En la entrevista que le concedió a Fonzi contó que, una vez que llegó a Miami, comenzó a ser atendido por un oficial de la CIA que utilizaba el seudónimo de Maurice Bishop. Este "Bishop", entre otras tareas, le ordenó a Veciana promover la creación de la organización ALPHA 66. "Bishop" sostuvo frecuentes contactos con Veciana durante los años 1962 y 1963 en la
13 ciudad de Dallas. Veciana recuerda que, en uno de esos encuentros, efectuado en un edificio público, vio a Lee Harvey Oswald. Señalaba Fonzi que, como parte de la operación que le costó la vida al presidente Kennedy, se organizaron varias acciones de desinformación: una en Dallas, otra en Miami, y una tercera en Ciudad México. La desinformación perseguía el objetivo de fabricar la imagen de un Oswald "revolucionario" y "defensor de la Revolución cubana". Fue así que el ex marine apareció retratado en actos de solidaridad con Cuba, manifestándose de manera muy agresiva. Pero la acción de desinformación más arriesgada se efectuó en Ciudad México. Allí, Lee Harvey Oswald se presentó en la Embajada cubana para solicitar visa de entrada a la Isla caribeña. Todo esto fue filmado desde un punto de vigilancia que tenía la CIA, frente a la misión cubana, con el fin de que quedara documentado. Lo curioso es que, según cuenta Veciana a Fonzi, en uno de sus contactos con "Bishop", a principios de 1963, este le dijo que sabía que él (Veciana) tenía un primo en la Inteligencia cubana, el cual estaba radicado en la Embajada de Cuba en México. "Bishop" le expresó que si convencía a su primo de trabajar para ellos, en una acción muy específica, le pagarían lo que quisiera. Veciana comentó a Fonzi que nunca había hablado de este primo con "Bishop", pero también que, en esa época, "Bishop" se encontraba asignado a la Embajada de Estados Unidos en Ciudad México, e incluso, fue directamente desde la capital azteca a algunos contactos en Dallas. La realidad es que Veciana era primo de la esposa del entonces cónsul cubano en Ciudad México, Guillermo Ruiz, y esa señora, en los días posteriores al asesinato de Kennedy, fue víctima de un intento de reclutamiento, en dicha ciudad, con el claro propósito de que, una vez en Estados Unidos, testificara de la "complicidad" de Oswald con los servicios secretos cubanos. Interrogado por Fonzi, sobre la existencia de nuevos contactos con "Bishop", después del magnicidio de Dallas, Veciana respondió que sí, particularmente en 1971, cuando recibió la orden de partir hacia Bolivia y trabajar en la Embajada norteamericana en ese país, donde aparecería como funcionario de la Agencia Internacional de Desarrollo (USAID), y debería esperar la visita de un conocido. Fonzi chequeó en los archivos de la USAID en Washington, y encontró una planilla de aplicación para entrar a la USAID, a nombre de Antonio Veciana, escrita a mano, con una letra distinta a la de Veciana, y sin firmar. El "conocido" que le contactó en Bolivia fue el propio "Bishop", que estaba ubicado, en ese momento, en la Embajada de Estados Unidos en Chile. "Bishop" lo incorporó, de inmediato, a un team que preparaba un atentado contra el Presidente Fidel Castro, quien realizaría una visita al país sudamericano. Fonzi nos relata que regresó de nuevo a entrevistarse con Antonio Veciana, pero esta vez acompañado por un especialista, con el objetivo de realizar un retrato hablado de "Maurice Bishop" y, así, poder determinar su verdadera identidad. Veciana ofreció una descripción detallada y el retrato se realizó. Durante semanas,
14 Fonzi intentó identificar al personaje, y de pronto, un domingo recibió una llamada en su casa, de un senador republicano por Pennsylvania, para quien trabajaba en ese momento, y a quien le había consultado sobre la identidad del hombre dibujado. El senador le aseguró que no había la menor duda, el hombre que usaba el seudónimo de "Maurice Bishop" no era otro que David Attle Phillips. Este fue el veterano oficial de la CIA que estuvo en La Habana, en visita de trabajo, en 1958, como especialista en guerra psicológica, participó en la creación de La Operación 40, y posteriormente, como parte de la misma, organizó la emisora Radio Swam. Phillips, con el tiempo, llegaría a ser jefe de la División del Hemisferio Occidental de la Agencia. No obstante, a finales de 1993, en el documental ¿Caso Cerrado?, el ex jefe de la Seguridad cubana, general de división (r) Fabián Escalante, reveló un informe secreto de uno de sus agentes, que narraba una reunión sostenida entre Antonio Veciana y David Phillips, en un hotel de San Juan, Puerto Rico, a principios de los setenta. "Veciana me expresó —dijo el agente cubano, en su reporte— que él era un agente de la CIA, y que la CIA fue quien asesinó a Kennedy y que detrás de esto estaban altos oficiales de la CIA, entre ellos, David Phillips, que es el oficial que lo atiende. Veciana nunca me quiso dar detalles sobre esa afirmación, pero he podido comprobarlo en los últimos tiempos porque encontrándome, en una ocasión, en un hotel, junto con Veciana, escuché una conversación que él sostenía con su oficial David Phillips, y en la cual Veciana le juraba que jamás hablaría de lo que había pasado en Dallas, en 1963." El general Escalante asegura que la fuente era de acceso directo a Veciana, y de total confianza: Yo creo —afirmó Escalante— que esa es una información muy importante porque debo decirte que, en 1973, Antonio Veciana, cuando fue liquidado por la CIA, es decir, cuando la CIA lo sacó de su nómina, recibió como pago, en compensación, 300 000 dólares." Pero hay algo más. Según las investigaciones de la Seguridad cubana, revelada por el general Escalante, en el documental antes mencionado, varios testigos citados por el informe de la Comisión Warren, describen a dos cubanos, uno de ellos negro, saliendo del Depósito de Libros de la Plaza Daley, en Dallas, instantes después de consumado el asesinato. Paralelamente, por informaciones Secretas y testimonios públicos (declaración de Marita Lorentz, ex agente de la CIA, ante un comité congresional), la Seguridad cubana sabía que dos días antes del magnicidio se encontraban en Dallas varios cubanos con armas y mirillas telescópicas, entre ellos, Eladio del Valle y Herminio Díaz, dos asesinos a sueldo y expertos tiradores, vinculados a la mafia y a la política de Batista. A su vez, las características físicas de Del Valle y Díaz coinciden con las descripciones que varios testigos hicieron a la Comisión Warren, de los dos cubanos vistos salir del edificio, momentos después de ser asesinado el Presidente. Lo realmente curioso es el destino final de ambos: Eladio del Valle fue brutalmente asesinado en Miami, en cuanto el fiscal de New Orleans, Jim Garrison, inició su investigación sobre el asesinato de Kennedy; Del Valle fue descuartizado y picado en pedazos con un machete; y aún más interesante fue el final de Herminio Díaz, quien murió en las costas de La Habana, en 1965, al chocar con una patrulla fronteriza,
15 mientras trataba de infiltrarse en la Isla con la misión de asesinar al entonces presidente Osvaldo Dorticós, y ametrallar, a su regreso a Miami, el hotel Riviera. Para cumplimentar la misión a la que fue enviado, Díaz debía infiltrarse en plena capital cubana por el Monte Barreto en Miramar (donde hoy se levantan varios hoteles), en un momento en que, producto de un incidente en la base naval de Guantánamo, el ejército cubano se encontraba en alarma de combate, y se había reforzado al máximo la vigilancia aérea y costera. A los ojos de los expertos, incluyendo a la Seguridad cubana, la operación era un verdadero suicidio. El organizador financiero y planificador de tan "peculiar misión", no fue otro que Jorge Mas Canosa... Pero la historia de los vínculos de la CIA con sus agentes cubanos, y del asesinato de Kennedy, no solo ha sido explorada por Fonzi. Muchos otros autores e investigadores, e incluso los estudios que dieron origen a los filmes norteamericanos Acción Ejecutiva y JFK, abordan el tema. El investigador Paul Kangas, en un trabajo publicado en la revista norteamericana The Realist, afirma: "Entre otros miembros de la CIA que George Bush reclutó para la invasión (de Bahía de Cochinos), estaban Frank Sturgis, Howard Hunt, Bernard Baker y Rafael Quintero... El día que JFK fue asesinado, Hunt y algunos del posterior equipo de Watergate fueron fotografiados en Dallas, así como un grupo de cubanos, uno de ellos con una sombrilla en alto, como señal, al lado de la limousine del Presidente, justo donde Kennedy fue baleado... Hunt y Sturgis le dispararon a JFK desde el montecito de hierba. Ellos fueron, fotografiados, y vistos por 15 testigos." El 7 de mayo de 1990, en una entrevista con el diario San Francisco Chronicle, Frank Sturgis reconocía: "la razón por la que nosotros robamos en Watergate fue porque (Richard) Nixon estaba interesado en parar las filtraciones de noticias relacionadas con las fotos de nuestro rol en el asesinato del Presidente John F. Kennedy." Otro de los reclutados por Bush para la invasión de Bahía de Cochinos, Rafael Quintero, quien también formó parte de este submundo de organizaciones y planes contra Cuba, declaró: "Si yo alguna vez digo lo que yo sé sobre Dallas y Bahía de Cochinos, eso sería el mayor escándalo que jamás haya sacudido a la nación." Hasta aquí algunas partes de una de las teorías que existen sobre dicho suceso pero, ¿se conocerá algún día toda la verdad? ¿Se decidirá el ex miembro del "grupo de New Orleans", Antonio Veciana, a revelar su "seguro de vida", o Rafael Quintero, a decir lo que sabe y, así, "sacudir a la nación"? (Reinaldo Taladrid y Lázaro Barredo / Tomado de Granma Nacional).
16 J FK ­el enigma continua. Por Juan Ramón Jimenez de León Economista, Académico y Periodista Porter Goss, un agente de la CIA que participó en las operaciones de la estación de Ciudad de México en 1963 y JM/WAVE de Miami en 1972, fue nombrado director de la CIA por George W. Bush. En la fotografía se encuentra sentado a un lado de Barry Seal, un narcotraficante y operativo de la Irán­Contra, quien posteriormente fue liquidado. Si uno cree a su abogado, Seal se encontraba en contacto directo con George Bush padre. Y el número de teléfono personal de Bush fue encontrado en el maletero de su carro. Acusaron al cartel de Medellín de su asesinato, pero Seal iba a testimoniar y había rumores de que tenía una cinta de video acerca de Jeb y George W. Bush”. Luego se realizaron reuniones con los mismos propósitos donde participaron elementos terroristas como Frank Sturgis, Howard Hunt, Orlando Piedra, Antonio ‘Tony’ Cuesta, Eladio del Valle, Joaquín Sanjenis, Manuel Artime, Orlando Bosh, Antonio Veciana y... Luís Posada Carriles. (Tomado de Granma Internacional) En su libro El Complot (Ocean Press) publicado recientemente, el ex jefe de la inteligencia cubana, el general retirado Fabián Escalante, señala que un informe recibido por sus servicios a mediados de 1963, indicaba “la presencia de un sujeto que después la fuente identificara como (Lee Harvey) Oswald), en una reunión con un grupo de terroristas de origen cubano, entre los cuales se encontraban los hermanos Novo, Orlando Bosch, “Tony” Cuesta y Luís Posada, en una casa de seguridad de la CIA en los alrededores de Miami”.Escalante también reveló cómo Posada Carriles y Guillermo Novo Sampoll, ahora ambos de regreso en Miami, así como Orlando Bosch, liberado el 20 de julio de 1990 por el presidente George Bush, apar ecen en la lista de los sospechosos en el complot para asesinar a Kennedy, establecida en Cuba por los órganos de segur idad del Estado. Escalante describió cómo en abril de 1963, capos cubanoamericanos de Florida y de Nueva Jersey crean una organización llamada Junta de Gobierno Cubana en el Exilio (JGCE), que reúne a Carlos Prío Socarrás, Felipe Rivero y Paulino Sierra González, representante de la mafia norteamericana. El mes siguiente se produce una reunión en Bímini, en las Bahamas, muy cerca de Miami, donde acuden Carlos Prío, el capo mafioso John Rosselli, William Carr, ayudante del coronel King, jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA, y Robert Rogers, oficial del caso. Hay que recordar que el Waterloo de Kennedy fue la Bahía de Cochinos en 1961, la frustrada invasión de Cuba por paramilitares cubanos, llamados Brigada 2506, entrenados por la CIA, uno de los barcos que llevaron a los cubanos llevaba el nombre de Bár bara ( la esposa de Bush), Zapata (la empresa de Bush y el
17 nombre de la Operación encubierta, tal vez influenciado por la recién estrenada película de esos años Zapata de Mar lon Br ando , interpretando al héroe popular mexicano y cuyo socio mexicano, Ing. J orge Díaz Serrano, conocedor de estos arreglos fue posteriormente encarcelado por ordenes de Miguel de la Madrid) y Houston (la tierra adoptiva de Bush), cuando se firma el TLC en 1994, se le llamó el Espír itu de Houston; pues bien Posada era parte de la mafia terrorista cubana de Or lando Bosch, Santos Traficante y Félix Rodríguez quienes también se vieron involucrados en el famoso Water gate que derrumbó a Nixon de la Presidencia Imperial de EUA, la participación de los cubanos en el asesinato de JFK se menciona en el libro del jefe de la Mafia italiana la CIA tenía en la época de JFK, 3000 agentes cubanos, que estaban en Radio de las Américas, la Universidad de Miami, como guardacostas de los cayos de Florida, distantes tan solo 60 km de Cuba. Según el escritor Holt Dankbaar autor de The Second Look, especialista holandés del asesinato de John F. Kennedy, sospecha que Luís Posada Carriles dispone de pruebas muy incriminantorias en contra de Bush padre que pudieran ser divulgadas si muere de forma sospechosa, y recuerda cómo uno de los tres individuos arrestados por la policía de Dallas poco después del crimen situó a Luís Posada Carriles en Dealey Plaza, en esa misma ciudad, en el mismo momento del magnicidio. El experto holandés afirma que Chauncey Holt, uno de los tres supuestos vagabundos arrestados —en realidad eran sicarios de la mafia disfrazados— dio un testimonio sobre los hechos en un video de dos horas de duración grabado poco antes de su muerte y nunca difundido. En este documento, cuenta Dankbaar, Holt nombra a unos cubanoamericanos, entre ellos a Luís Posada Carriles. Identifica a los otros dos vagabundos como Charles Rogers y Charles Harrelson. Harrelson es un sicario condenado a perpetuidad por otro asesinato y también el padre del actor de Hollywood, Woody Harrelson. Chauncey Holt trabajó bajo las órdenes de Meyer Lansky, famoso jefe de la pandilla judía de Nueva York, Miami y Acapulco, aliada a la familia de Lucky Luciano en Chicago y en Cuba y de Pete Licavoli, otro boss mafioso norteamericano. Pero Holt, según el experto holandés, era también un operativo de la CIA. Recibió sus instrucciones para Dallas por su supervisor Philip Twombly del Banco Fullerton, en California. Esas instrucciones eran específicamente para preparar y entregar credenciales a un ‘anticastrista’ rabioso llamado Homer Echevarría, quien era socio del cabecilla Paulino Sierra. Holt cuenta luego cómo hizo tarjetas de identidad para Lee Harvey Oswald, Lee Henry Oswald, León Oswaldo, León Osborne y Alek Hidell. Holt viajó a Dallas, desde el rancho de Licavoli, en Arizona, acompañado de Leo Moceri y Charles Nicoletti, dos sicarios de los capos mafiosos Giancana y Licavoli. El testimonio de Holt sobre el complot contra Kennedy constituye una prueba de la colaboración entre la CIA, el crimen organizado y la mafia cubanoamericana, con el consentimiento de elementos del Gobierno norteamericano de alto nivel, afirma el neerlandés. Dankbaar también señala que en la biografía del capo mafioso Sam Giancana, redactada por su hermano { Sam Giancana, Double Cross de Warner Books, 1992, escrito en Cuernavaca, a donde el Gobierno de EUA lo había exiliado de acuerdo­1967 a 1974­ con el Presidente Gustavo Díaz Ordaz para protegerlo de las preguntas indiscretas de la prensa y del Procurador Robert Kennedy que lo investigaba por lavado de dinero y evasión de impuestos}, se indica el papel jugado por dos amigos del ex capo habanero Santos Trafficante, uno de los cuales podría ser Posada Carriles, de acuerdo con la descripción ofrecida. El Archivo de Seguridad Nacional, un instituto de investigación y biblioteca particular en la Universidad George Washington, hizo público el resto de los documentos sobre Posada Carriles en su sitio http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/index.htm
18 El archivo cataloga y publica documentos previamente secretos obtenidos por medio de la Ley de Libertad de Información. Se menciona en esos documentos, que Luís Posada Carriles, era un experto en tiro y en demoliciones, y precisamente es sospechoso de haber participado en el magnicidio del presidente J ohn F. Kennedy. El jefe directo de Posada Carriles era nada menos que el teniente coronel Oliver Nor th el cabecilla del escándalo Irán­Contra , ver el reporte ; CIA Repor t on Contras and Cocaine (Reporte de la CIA sobre drogas y cocaína) Papa Bush con Félix Rodríguez, operador de la Irán­ Contra en México, subordinado de Howard Hunt y de Oliver North y jefe de Luís Posada Carriles. Fuente The Washington Post ­ Editorial ­ 1991 Na meBase index of the CIA r epor t, Volume II, and r epost of ar ticles r egar ding it fr om the Washington Post and the New York Times Este reporte se encuentra completo en hitz.zip (547,075 bytes) en el website de contrainteligencia de San Antonio, Texas (http://www.namebase.or g/hitz.html) Este oscuro personaje, Luís Posada Carriles, está siendo perseguido por Venezuela y Cuba por haber participado en la explosión del vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976 y que costo la vida a 77 pasajeros mas la tripulación del vuelo, muchos pasajeros eran venezolanos, se fugó de la cárcel de Venezuela y fue capturado en Panamá, pero posteriormente fue indultado el 26 de agosto del 2005, junto a otros tres cubanos del mismo grupo de Posadas, por la presidenta Mir eya Moscoso quien puso en riesgo las relaciones entre ese país y sus vecinos Cuba y Venezuela, Posada Carriles se fue a Nicaragua, de ahí a Honduras y posteriormente se le encuentra viviendo en Cancún e Isla Mujeres, México, y con apoyo de Vicente Fox, pasó como ilegal a los EUA, siendo posteriormente arrestado y luego dejado en libertad. Cuando sucede el magnicidio de Kennedy en Dallas, en México era presidente de la Republica, Adolfo López Mateos y su Secretario de Gobernación era Gustavo Díaz Ordaz y su Subsecretario era Luís Echeverría Álvarez, los dos primeros ya murieron, y se llevaron a la tumba los secretos relativos a esos hechos que se pierden en los vericuetos del poder de Washington­Dallas­Houston­Miami­ New Orleáns­La Habana y México City. No sabemos si LEA dejara algunas pistas. En 1963, el mayor obstáculo para una guerra más amplia en Vietnam, era precisamente el mismo presidente JFK. Debemos recordar rápidamente que las familias Kennedy y Bush estaban y están en guerra permanente desde que Joseph Kennedy, padre de JFK y a cargo de la nueva Comisión Nacional Bancaria y de Valores (SEC por sus siglas en ingles), decide por órdenes de Franklin Delano Roosevelt, FDR, perseguirlo por sus tratos con los nazis a través del Union Bank, desde ahí una familia, la Kennedy se fue por la izquierda liberal y la otra, la Bush, se fue por la derecha radical. Es también importante no olvidar que por un margen muy pequeño, JFK le gana la presidencia, al entonces Vice­presidente Richard Nixon, y dicen los muy bien enterados de la política de EUA, Kennedy lo logra con los acuerdos de los bosses de Chicago, entre ellos Sam Giancana.
19 Nixon era entonces la mancuerna del Gener al Eisenhower , quien ya se había apartado de las directrices ideológicas del Estado benefactor de FDR y ya empezaban las conspiraciones contra la sociedad civil de los Estados Unidos. En documentos desclasificados se revela el plan de la operación Nor thwoods : una serie de atentados con víctimas civiles y militares americanas para movilizar la opinión pública contra Fidel Castro, parece una similitud muy convincente con lo sucedido en las Torres Gemelas de Nueva York. El 17 de marzo de 1960, el presidente Eisenhower aprueba un "Programa de acciones clandestinas contra el régimen castrista". Su propósito era "sustituir al régimen de Castro por otro, más fiel a los verdaderos intereses del pueblo cubano y más aceptable para Estados Unidos, por medios que impidan toda visibilidad de la intervención estadounidense". El estado mayor planificó particularmente, un atentado contra un navío de guerra y un secuestro aéreo. El proyecto de los generales fue impedido por el presidente Kennedy un año antes de su asesinato. Entre los conjurados figuraban miembros del ejército de Estados­Unidos. Otra cosa que llama la atención de esos años es que el Presidente Kennedy dudaba de la llamada Comunidad de Inteligencia y por lo tanto mandó llamar al General Douglas Macar thur , el héroe de la Guerra del Pacifico, Gobernador de Japón y el iniciador de la Guerra de Corea, enemigo acérrimo del Gener al Eisenhower , que había antecedido a Kennedy, pues a MacArthur le correspondía la Presidencia, eso lo mencionaban Teodoro Sor ensen y Arthur M. Schlesinger asesores de JFK, MacArthur le dijo a Kennedy que se cuidara de ciertos elementos nocivos que estaban en Wall Street, (los hermanos Harriman y los Dulles fundadores de la CIA), que deseaban bloquear la iniciativa de Kennedy de tomar control del Banco de la Reserva Feder al (Banco Central) es decir es una paraestatal con inversión publica y privada; el ejercito y la CIA, entre ellos estaban McGeorge Bundy, William Bundy, Henr y Cabot Lodge, (pariente de un columnista Juan Enríquez Cabot del periódico Reforma y profesor de la Har var d Business School), George Bush y Kissinger clamaban por la guerra en Vietnam, ojo estaban tras del petróleo, (Kissinger fue corrido de la Administración Kennedy debido a que el Presidente lo consideraba desquiciado y loco), todos ellos deseaban la escalada de la Guerra de Corea a Vietnam, Kennedy les decía que lo haría si convencían al General MacArthur, quien de manera cifrada de dijo a JFK " The chickens are coming home to roost, and you happen to have just moved into the chicken house." / Los pollos están listos para rostizarse y puede que tu seas parte de ese grupo/. Se recomienda ver la excelente película de Kevin Costner “Los 13 días que estremecieron al mundo”, ( en inglés Thirteen Days in October) .Durante los años1950s, Howar d Hunt había sido el Jefe de Estación de la CIA en la Ciudad de México y tenia como subordinado a David Atlee Phillips (otro veterano de invasión de Cuba, denominado en clave cifrada JM/WAVE ), pues bien en la autobiografía de Hunt, " The Night Watch," menciona que su jefe inmediato superior era el periodista y ultra conservador William F. Buckley, graduado de Yale Univer sity y miembro distinguido de la poderosa secta universitaria Skull and Bones –Huesos y Calaveras­de donde era graduado Papa Bush. Hunt era de los que habían reclutado a los cubanos y que fueron arrestados en Dallas cuando Kennedy fue asesinado el 22 de noviembr e de 1963, un miembro del Grupo Hunt es el actual Director de la CIA, Porter Goss que había estado asignado en el DF para seguirle la pista a los cubanos, George H Bush se conecta con esto en su relación con Conde de Mohrenschildt , Gerente de la empresa petrolera Humble Oil y periodista corresponsal de la prensa polaca y rusa , era un judío emigrado de la URSS, amigo de Bush y también de Marina, la esposa rusa de Lee Har vey Oswald y este judío ruso­ polaco ( se especula que era agente Nazi que fue cooptado en 1941 por las OSS­ Office of Strategic Services ,antecedente de la CIA), había obtenido una Maestría en
20 Ingeniería Petrolera por la Univer sidad Texas A&M (TAMU) y había trabajado en Venezuela y en México, en México era amigo del Secretario Particular de Lázaro Cár denas, Alejandro Carrillo y tenía una fuerte relación con el grupo nazi que quería el petróleo mexicano, sin embargo pactó con la KGB de Stalin y se especula que fue un “soplón” para que la KGB eliminara a todos los nazis petroleros alrededor de Cárdenas, además tenía una fuerte relación con el Director de la CIA en Texas, J ames Angleton, y Bush era parte del grupo texano que apoyaba con recursos petroleros la candidatura presidencial de Bar r y Goldwater , el extremista de Arizona que deseaba arrojar bombas atómicas sobre la URSS, dentro del grupo texano había contradicciones, ya que el Vice­ Presidente Lyndon J ohnson a pesar de que no se llevaba con Kennedy era demócrata, pero estaba de acuerdo con Bush, en la Invasión de Vietnam, sin embargo los memorandums personales de LBJ relativos a la muerte de JFK y luego la Guerra de Vietnam, fueron confiscados por Bush y cambiados de la Biblioteca LBJ de la Univer sidad de Texas en Austin a la Universidad Texas A&M de College Station {que dirige su amiga la tenebrosa Ann L. Ar mstr ong}, Mohrenschildt fue asesinado misteriosamente antes de que testificara frente a la Comisión War ren que investigaba la muerte de JFK, su viuda Jeanne dijo a la prensa que su esposo fue asesinado porque sabia de la conspiración texana y cubana que había participado junto a la CIA y el grupo Alfa 66 de donde Posada Carriles era un miembro destacado, su viuda entregó la agenda personal de este judío misterioso mezclado en petróleo y en ella aparece la siguiente dirección “"Bush, George H.W.(a) “Poppy”, 1412 W. Ohio St y la relación con Zapata Petroleum de Midland, Texas." Bush Padre con Felix Rodríguez También aparece la dirección de W.F.Buckley en New York City, en julio de 1988, la respetada revista de corte democrático " The Nation" mencionaba que Bush había sido agente de la CIA en Dallas entre septiembre 1963 y febrero de 1964, y posteriormente fue asignado a la DIA en 1964 (inteligencia militar) , unos meses antes de que tomara posesión como Presidente de los EUA, lo cual nunca fue negado por Bush. Frente a esos hechos, el canal de TV por cable, Infinito de SKY, el dia 9 de octubre del 2007, a las 10 de la noche, es decir en horario estelar, trata de involucrar a Fidel Castro en el atentado contra JFK. Describe que el hombre clave era Rolando Cubello, quien iba a entregar un bolígrafo envenenado a Fidel. También trata de involucrar a Fabian Escalante. Cy Vance que fue hombre de confianzas de Carter, mencionaba que Bobby Kennedy estaba muy agobiado, a punto de una depresión muy profunda porque consideraba que su hermano había sido asesinado debido a los intentos, 8 en total, que Bobby había dirigido
21 para asesinar a Castro. Y también trata de involucrar a Silvia Duran, de la embajada cubana, con cubrir a Escalante, dado que ella sabía que Oswald se había reunido en la Ciudad de México con Escalante {lo cual se contradice con la información desclasificada de la CIA, que se encuentra en el sitio de Internet, http://www.history­ matters.com/ . En donde habla de Octavio Paz y su mujer Elena Garro, eran grandes amigos de Silvia Tirado de Duran y en donde se dice que Oswald estaba en la Ciudad de México, el día que asesinaron a Kennedy}. Infinito describe un memo del jefe de inteligencia de la KGB, Kushkov, enviado a Ramiro Valdés, jefe de estación del G2 (inteligencia cubana) en México, diciéndole que Oswald era un perturbado muy peligroso, quien se había casado con la rusa Marina Prushkova, agente de la KGB quien desconfiaba de que Oswald era un agente de la CIA, sin embargo Silvia Duran en la entrevista dice que Oswald pensaba viajar a Cuba y que se le negó la visa por lo que perdió la calma y los acuso de contra­revolucionarios, el canal argentino Infinito, también hace un recorrido por al Archivo General de la Nación en donde se dice que hay un expediente de la DFS (Dirección General de Seguridad) de 4,000 paginas relativas al caso JFK y que solo le dejaron ver unas 10 de ellas. También entrevistan a Alexander Haig, ex jefe militar de Nixon quien dice que Castro estuvo directamente involucrado, solo que Jonson no quiso una guerra con Cuba porque estaba entretenido con Vietnam. Haig fue asesor militar de Henry Kissinger (1969). El presidente Nixon lo designó vice­jefe de personal del ejército y asesor de la Casa Blanca(1973). Haig también fue comandante en jefe de la OTAN (1974­1979). Cuando dejó el ejército, fue presidente de United Technologies (1979­1981). Más tarde el presidente Reagan lo nombró secretario de estado (1981), dimitió bajo presión en 1982. Haig por este perfil es poco creíble lo que opine, además cuando Reagan fue herido en un atentado, debido indirectamente a la actriz Jodie Foster, dijo que era un complot soviético.
22 Finalmente, consideramos que JFK murió debido a sus políticas económicas, las cuales podemos enumerar en las siguientes: ­Propuestas fiscales para redirigir las inversiones extranjeras de las multinacionales americanas ­Distinguir en las inversiones extranjeras a las productivas y a las especulativas. ­Eliminar los privilegios fiscales de las empresas multinacionales americanas. ­Tomar medidas radicales contra los paraísos fiscales y la evasión de impuestos. ­Aprobar propuestas fiscales para eliminar los privilegios de la extrema riqueza. ­Propuestas impositivas contra las utilidades excedentes de las mineras y petroleras. ­Revisar los créditos fiscales y castigar fuertemente la elusión fiscal. ­Y la mas peligrosa para los hombres de Wall Street, emitir billetes­hizo la única y primera emisión de 4,000 millones de dólares, en junio de 1963­ a través de la Tesorería y no de la Reserva Federal­con esto pretendía no pagar intereses a los banqueros privados que controlaban la Reserva Federal, basado en la Constitución que dice que solo el Congreso puede emitir y regular el dinero. Rápidamente fue atacado por el Wall Street Journal, la Revista Fortune, el gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller y el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores (CFR), David Rockefeller. El gran economista John Kenneth Galbraith, asesor de JFK, escribía que todo mundo alrededor de JFK empezó a conspirar contra el Presidente, y sus hermanos Robert y Edward. El sistema económico no perdona y el Clan Camelot fue acabado.
23 El Cazador estaba en Dallas cuando mataron a Kennedy Por Luís Beaton Tomado de Granma Digital 6 de octubre de 2005 Redacción Central, 5 oct (PL).— El día que asesinaron al presidente John F. Kennedy, en Dallas, Texas, allí estaba un personaje apodado The Hunter, un experto francotirador entrenado por la CIA y que años después se convertiría en un terrorista notorio. Kennedy murió de varios disparos, y aunque la versión oficial lo niega, son más quienes piensan que el magnicidio fue resultado de una conspiración que involucró a la mafia, a terroristas cubanos, a la CIA y oscuros intereses norteamericanos. Este jueves se cumplirán 29 años de la explosión, en pleno vuelo, de una aeronave comercial cubana con 73 personas a bordo. Dos bombas estallaron poco después de despegar del aeropuerto internacional de Barbados el 6 de octubre de 1976.
24 Luís Posada Carr iles, " The Hunter ", uno de los principales autores de aquel hecho, goza hoy de la "indulgencia" de la justicia norteamericana. La administración estadounidense jamás dejará que Posada sea cuestionado en un foro abierto sobre sus actividades porque podría implicar a miembros clave de la clase dominante estadounidense y sus operativos políticos. Con la complicidad de las autoridades, este renombrado terrorista descansa hoy en el país y no será deportado ni extraditado a Venezuela, bajo el amparo oportunista de una Ley internacional contra la tortura.
25 ¿Cuántos estadounidenses se preguntarán hoy si este terrorista y sus amigos en Washington tuvieron que ver con la muerte de Kennedy? Hay analistas que plantean una conexión con el asesinato y aseguran que "The Hunter", estuvo en la Plaza Dealey de Dallas en la hora fatal para el presidente de los estadounidenses. No hace falta hablar de su conexión con la CIA pero, en 1985, cuando se fugó de una cárcel venezolana donde era juzgado por los sucesos de Barbados, el jefe de la agencia era George H.W. Bush (padre).
26 Posada y sus socios responsabilizan a Kennedy por el fracaso de la invasión de Playa Girón y tenían razones infundadas para atentar contra éste, aseguran expertos. Aunque la élite del poder se opone a la teoría de la conspiración, una investigación de la Cámara de Representantes y de medios independientes comulga con esa apreciación. Para muchos académicos, "La Operación 40", un grupo especial dentro de la CIA establecido con la autorización del Consejo Nacional de Seguridad poco antes de la invasión de Playa Girón, es un eslabón clave en esta historia. En ese grupo se vinculan figuras como Félix Rodríguez "El gato", un importante operativo CIA que los entrenó en torturas y técnicas de interrogatorios, Orlando Bosch, Luis Posada Carriles y Antonio Venciana. Chauncey Holt, un agente CIA ya fallecido, identificó a Posada Carriles como uno de los terroristas cubanos que se encontraba en la Plaza Dealey en el momento del asesinato de Kennedy. Llama la atención que Porter Goss, actual director de la CIA, nombrado por George W. Bush, hijo del anterior director de la entidad, se encontraba vinculado a La Operación 40. Los escritores Warren Hinkle y William Turner en su obra "Deadly Secrets" ("Secretos fatales"), identifican a Rafael Quintero, Luis Posada Carriles, Félix Rodríguez y Frank Sturgis como miembros de la Operación 40. Estos estaban dirigidos por E. Howard Hunt. Coincidentemente, Hunt y Sturgis estuvieron luego en prisión por el escándalo Watergate y se asegura que los dos estaban en Dallas el día en que fue asesinado Kennedy. Entonces, no es osado afirmar hoy que Posada Carriles goza de un seguro de vida que lo mantiene vivo por lo que muy probablemente sabe de importantes figuras en Estados Unidos, entre las cuales los Bush marchan a la vanguardia.
27 Posada Carriles y el asesinato de Kennedy Por Deirdre Griswold* El caso de Luis Posada Carriles, conocido terrorista que las autoridades del gobierno de los Estados Unidos han rehusado extraditar a Venezuela, penetra en el oscuro mundo de las acciones encubiertas de la CIA, especialmente en contra de la Revolución Cubana. También hay evidencias de que Posada Carriles estaba conectado con el asesinato del Presidente John F. Kennedy, y que estuvo en la Plaza Dealey de Dallas el día del asesinato. Posada Carriles pasó nueve años encarcelado en Venezuela por haber sido el autor intelectual del estallido de una bomba en un avión de una aerolínea civil cubana mientras volaba hacia Venezuela en 1976, matando a las 73 personas abordo. Se sabe que la CIA sobornó a guardias penales venezolanos para lograr su escape en 1985.
28 Ese fue el año en que George H.W. Bush se hizo jefe de la CIA. Uno de los guardias, ahora jubilado, recientemente describió esos esfuerzos de parte de la CIA en la televisión venezolana. Posada Carriles también fue detenido, acusado y condenado en Panamá en el 2000 por haber entrado al país con la intención de asesinar al presidente cubano Fidel Castro, que asistía a una cumbre ibero­americana. Pero la Presidenta Mireya Moscoso, en uno de sus últimos actos en la presidencia, perdonó a Posada Carriles y a otros tres terroristas convictos después de que habían pasado sólo un año en prisión. Moscoso es parte del antiguo establecimiento político que regresó al poder en Panamá luego de que los EEUU, bajo al mando del mismo George H.W. Bush, para entonces presidente, invadiera al país en 1989. Ella pasó muchos años en Miami, donde tenía relaciones estrechas con líderes de la comunidad de cubanos exiliados que han colaborado con la CIA desde la victoria de la Revolución Cubana. La popularidad de Moscoso en la presidencia de Panamá cayó al punto más bajo que la de cualquier presidente panameño, y ahora está enfrentando cargos de corrupción. Ella regaló a todos legisladores panameños lujosos relojes Cartier y otros artículos de joyería poco antes de un voto sobre el presupuesto del gobierno. Su secretaria admite haber tenido una congeladora llena de miles de dólares en efectivo. Sin embargo, esta amiga de la pandilla de exiliados en Miami dice que es Fidel Castro quien está detrás de las acusaciones de corrupción. (Diccionario de Figuras Políticas) Hasta el Congreso notó una conspiración La conexión entre exiliados cubanos contrarrevolucionarios, la CIA y figuras del crimen organizado en el asesinato de Kennedy ha sido conocida por mucho tiempo. A pesar de que la posición oficial del gobierno de los EEUU permanece que Lee Harvey Oswald fue el único asesino, la mayoría del pueblo aquí y alrededor del mundo rechaza esa conclusión. Y la única investigación hecha por el Congreso, por el Comité Especial de la Casa de Representantes sobre Asesinatos, concluyó en su reporte final que “el Presidente John F. Kennedy fue probablemente asesinado como resultado de una conspiración”. Sin embargo, a pesar de toda la evidencia que señala la participación de derechistas, especialmente los que responsabilizaron a Kennedy por el fracaso de la invasión de Playa Girón, los medios de comunicación corporativos siguen burlándose de los “teóricos de conspiración”. Ellos citan a la Comisión Warren como la máxima autoridad, una comisión que incluyó al ex director de la CIA, Allen Dulles, el arquitecto de la invasión de Playa Girón en 1961. Muchos académicos han investigado el papel jugado por la Operación 40 en el asesinato de Kennedy. La Operación 40 era un grupo especial dentro de la CIA establecido con la autorización del Consejo Nacional de Seguridad poco antes de la invasión de Playa Girón. El historiador Arthur Schlesinger lo mencionó en un memorando de junio 1961 a Richard Goodwin: “La supuesta meta de la Operación 40 era la de gobernar territorios liberados en Cuba.
29 Pero el agente encargado de la CIA, un hombre conocido como Félix, entrenó a los miembros del grupo en las técnicas de interrogación de tercer grado, tortura y terrorismo general”. Ese hombre encargado era Félix Rodríguez, quien en 1967 encabezó el escuadrón de la CIA que capturó y asesinó a Che Guevara en Bolivia. El tomó el reloj Rolex del Che, y después lo mostró orgullosamente a los periodistas. Su casa en Miami está decorada con fotos suyas junto a George H.W. Bush. La imagen de Posada Carriles en Cuba El General Fabián Escalante, ex jefe del contraespionaje cubano, es el autor de “La Guerra Secreta: Operaciones Encubiertas de la CIA Contra Cuba, 1959­1962”, y “El Complot”, los dos publicados [en inglés] por Ocean Press. En mayo de este año, el General Escalante habló con el periodista Jean­Guy Allard sobre el papel de Posada Carriles en la Operación 40 y el asesinato de Kennedy. “¿Quiénes en 1963 tenían los recursos para asesinar a Kennedy? ¿Quiénes tenían los medios y quiénes tenían los motivos para asesinar al presidente de los EEUU?” preguntó Escalante. “Agentes de la CIA de la Operación 40 quienes estaban vehementemente contra Kennedy. Y entre ellos estaban Orlando Bosch, Luís Posada Carriles, Antonio Veciana y Félix Rodríguez Mendigutia”. El testimonio de Chauncey Holt, un agente auto declarado de la CIA y socio del crimen organizado concurre con esto. En una entrevista video grabada poco antes de su fallecimiento, Holt identificó a Posada Carriles como uno de los cubanos exiliados que se encontraba en la Plaza Dealey en el momento del asesinato de Kennedy. En su entrevista con Allard, Escalante detalló las muchas operaciones de la CIA en Latinoamérica en las que participaron cubanos de ese mismo grupo, originalmente entrenado por la CIA para la invasión de Playa Girón.
30 Estas incluyen el golpe de estado contra el gobierno del Presidente Salvador Allende en Chile y subsiguientemente el asesinato en Washington del ex embajador chileno, Orlando Letelier, así como la guerra de los Contras que asedió a los Sandinistas en Nicaragua. Bush, Goss y la Operación 40 En opinión de Escalante, eran los miembros de la Operación 40 quienes tenían el entrenamiento y la habilidad de puntería certera necesarios para llevar a cabo el asesinato de Kennedy. El jefe de contraespionaje cubano identificó a los estadounidenses en el grupo como David Morales, David Phillips, E. Howard Hunt, William Harvey, Frank Sturgis, Gerry Hemming, John Rosselli "quien era el segundo comandante de la mafia de Chicago para esa época en el '62," y Porter Goss. Goss es el director actual de la CIA, nombrado por George W. Bush, hijo del anterior director de la CIA. En "Deadly Secrets" ("Secretos fatales"), los escritores Warren Hinkle y William Turner identificaron a Rafael 'Chi Chi' Quintero, Luís Posada Carriles, Félix Rodríguez y Frank Sturgis como miembros de la Operación 40, bajo el control general de E. Howard Hunt. Hunt y Sturgis estuvieron luego en prisión por el robo de Watergate y se cree que los dos estuvieron en Dallas el día en que fue asesinado Kennedy. Las mismas figuras aparecen una y otra vez, cometiendo actos criminales, asesinatos y sabotaje para mantener a los países latinoamericanos bajo el control de los intereses de compañías estadounidenses. Y las mismas figuras políticas importantes en los Estados Unidos ­­ con la familia Bush encabezando la lista ­­ son sus patrocinadores y protectores.
31 Hoy todo el mundo está observando cómo el gobierno estadounidense, que ha usado el grito de "terrorismo" para iniciar dos guerras sangrientas y para encarcelar, torturar y asesinar a cantidades innumerables de personas árabes y musulmanas, trata de resolver qué hacer con Posada Carriles. Él es un comprobado terrorista que en dos ocasiones ha sido soltado de la cárcel y protegido por el gobierno invisible de este país, la llamada comunidad de espionaje. Él es más que una vergüenza para la administración de Bush. Una cosa es segura: la administración estadounidense jamás dejará que él sea cuestionado en un foro abierto sobre sus actividades donde podría implicar a miembros claves de la clase dominante estadounidense y sus operativos políticos. *Griswold fue directora ejecutiva del Comité de Investigación por Ciudadanos, el cuál llevó a cabo una investigación independiente del asesinato de Kennedy durante los años de 60. ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ (Copyright 2006, Workers World. Todos los derechos reservados. Permiso para reimprimir artículos dado si se cita la fuente. Para más información escriba a: Mundo Obrero/Workers World, 55 W. 17 St., NY, NY 10011; por e­mail: [email protected]. WWW: http://www.workers.org)
32 México y el mundo Juan María Alponte El Universal Domingo 07 de diciembre de 2003 Internacional La tensa evocación de John F. Kennedy Cuatro presidentes de Estados Unidos han sido asesinados: Lincoln, Garfield, McKinley y Kennedy. El primero, Abraham Lincoln, presidente 16, murió a las 7:22 de la mañana del día 15 de abril de 1865. Había sido herido, gravemente, en la noche del 14, cuando asistía a la representación de una obra de teatro, Our American Cousin , en el teatro Ford de Washington. Un actor de
33 origen inglés, John Wilkes Booth, que defendía ardientemente las ideas sudistas, le disparó a bocajarro. Lincoln, quien firmara la ley de emancipación de los esclavos el 1 de enero de 1863, fue el "enemigo identificado", y el actor que encarnara así es la vida los personajes de Shakespeare, fue el protagonista de una tragedia real. Quizá Lincoln oyó gritar a Booth, después de recibir las balas, una frase increíble: "¡Muerte al tirano!". Fue una conspiración. Un grupo comprometido para atentar contra otros miembros del gabinete. Booth murió resistiendo a los soldados en una casa incendiada. Cuatro personas fueron condenadas a muerte: David E. Herold, Lewis Paine, George A. Atzerodt y Mary Eugenia Jenkins Surrat. Paine tenía a su cargo el asesinato del secretario de Estado (hubo varios heridos); Atzerodt, la ejecución frustrada del vicepresidente. Cuatro más fueron encarcelados. El asesinato de James Abram Garfield, presidente 20, se intentó el 2 de julio de 1881. El hombre que empuñó la pistola en la estación ferroviaria de Baltimore­Potomac se llamaba Charles J. Guiteau. Disparó contra Garfield; la segunda bala se le encasquilló. El presidente murió el 6 de septiembre de 1881. Guiteau era un fanático solitario. Pertenecía a un grupo muy conservador del Partido Republicano. Murió, colgado, el 4 de febrero de 1882. El asesinato del presidente 25, William McKinley, se produjo el 6 de septiembre de 1901, durante la Exposición Panamericana de Buffalo. Su ejecutor fue un anarquista de 28 años, Leon Czolgost. Su madre, checa, lo llevaba en su vientre cuando ingresó, como inmigrante, a Estados Unidos. Por ello su hijo (Leon fue el cuarto) nació en Alpena, Michigan, en 1873; es decir, entre la crisis de la industrialización y el sueño americano. Czolgost, quien nunca entendió su historia en la historia económica de Estados Unidos, fue condenado a muerte. El jurado tardó 34 minutos en tomar su decisión. Murió electrocutado en Auburn, en la prisión del estado. La muerte del presidente generó la sucesión de su vicepresidente, Theodore Roosevelt, estrechamente vinculado a la guerra de Cuba y, por tanto, a la presencia, hasta hoy, de Estados Unidos en el Caribe. Leon Czolgost actuó solo. Se dijo que estaba loco. Durante el breve juicio mantuvo su compostura. Señaló "que asumía sus actos". Su hermano reclamó su cadáver. No se lo entregaron. Al día siguiente de asumir la presidencia, Theodore Roosevelt recibió al líder negro Booker T. Washington. Todo el sur se encrespó. Juego de espejos.
34 El cuarto presidente de Estados Unidos asesinado, el 35, ganó las elecciones de 1960 frente a Nixon, el "abominable", por sólo 121 mil 550 votos. John F. Kennedy, perteneciente a una familia del poder (a los 20 años su padre le entregó, como santo y seña, su primer millón de dólares), representaría el cambio generacional y la inteligencia cosmopolita. Obtuvo, sin embargo, sólo 34 millones 227 mil 96 sufragios; su contrincante, el futuro hombre de Watergate, 34 millones 105 mil 546. El oscuro hombre de las nieves, en la misma noche, reconoció la victoria de Kennedy. El mejor retrato de Kennedy lo ha hecho su amigo el historiador Arthur Schlesinger en un libro notable, Times to Remember . Dice: "Era una mente escéptica, una personalidad resuelta y autocontrolada; tenía un gran encanto personal; un loable desdén por los rituales de la política y un desapego hacia las mojigaterías de la izquierda estadounidense". El padre, un patriarca de vida oscura, multimillonario. Cohesionó a la familia y con Franklin Delano Roosevelt, presidente 32, fue embajador de Estados Unidos en Inglaterra. Roosevelt pagó así su aportación económica a su campaña. Kennedy, a su vera, en la embajada, escribió allí un libro sobre Inglaterra Why England Slept? y después fue Premio Pulitzer con otro texto magnífico, Profiles in Courage . Llegó a la vida política desde la seguridad. Fue, en la guerra, comandante de un PT109 hundido en el Pacífico, en 1943, ante las Islas Salomón, por el destructor japonés Amagiri . Tuvo un comportamiento heroico. Fue rescatado con sus hombres. Recibió la medalla Corazón Púrpura y la medalla Naval de la Marina. Estudió en Harvard y Stanford. De la guerra salió con una salud precaria y una espalda que se alzaba sólo con un corsé. No habló nunca de sus dolores. Gemía para sí. Hombre de mujeres con una mujer que cambió la Casa Blanca: Jackie Bouvier. Cuando De Gaulle recibió a la más famosa pareja que ha tenido la Casa Blanca, André Malraux le preguntó qué le parecía Jackie . El general le dijo: "Terminará en el yate de un petrolero". Cuando se casó con el petrolero Onassis, Malraux se lo recordó. De Gaulle, desde la inocencia cínica, le añadió: "¿Eso dije yo? Siempre pensé que se casaría con Jean­Paul Sartre". Malraux cita esa doble historia en un libro brillante: Les Chenes qu`on abat . Puede ser una fantasía de Malraux, dueño de todas las fantasías.
35 Kennedy vivió la confrontación directa, sin escalofríos, con Kruschov. Se metió, sin duda, en el avispero de la Bahía de los Cochinos y envió los primeros soldados a Vietnam. A su sangre fría (¿quién sabe con Bush?) se debió que los misiles de Cuba fueran retirados por la URSS sin emplear la bomba atómica. Por milímetros se salvó el mundo. Él, con su espalda quebrantada, soportó 10 días terribles. Fue asesinado en Dallas, el 22 de noviembre de 1963, pensando en la reelección. Como Abraham Lincoln, no pronunció nunca, después de las balas, una sola palabra. Los dos murieron en un absoluto silencio. Cuarenta años después sólo se sabe que no fue un hombre solo su asesino. Fue una conspiración. Como en el caso de Abraham Lincoln, pero la madeja ahí está. Su caso no es un Case Closed , como dice en su enorme libro Gerald Posner para él sólo existe Harvey Oswald, sino un "Caso Abierto". El "Caso Cerrado" de Posner es una ficción. La sombra de Kennedy sobrecoge aún al mundo. Analista internacional y profesor de la FCPyS de la UNAM. [email protected]
36 Martes 10 de enero de 2006 El director alemán halló aquí datos del presunto contacto en Cuba En México podría estar la pista clave del caso Kennedy: Huismann Lee Harvey Oswald visitó este país antes de cometer el atentado, concluye el periodista Fernando Gutiérrez Barrios, entonces jefe de la DFS, estuvo al tanto del asunto, señala El misterioso asesinato de John F. Kennedy (JFK), el 22 de noviembre de 1963, ha suscitado las más diversas teorías sobre posibles conspiraciones contra el presidente estadunidense sin que el magnicidio del siglo XX haya sido aclarado. La Comisión Warren cerró sus investigaciones en 1964 señalando que el asesino, Lee Harvey Oswald, actuó en solitario. El documental del periodista alemán Wilfried Huismann, Rendevous mit dem Tod (Cita con la muerte), que fue transmitido el viernes y sábado pasados por la televisión pública alemana, ARD, ofrece nuevas evidencias que indican que los servicios secretos cubanos utilizaron a Oswald como asesino a sueldo en un duelo a muerte entre los hermanos Kennedy y Fidel Castro. Origen de la investigación Fue un casual encuentro con James Hosty, un ex agente de la FBI, en el año 2000, durante la filmación de su película Querido Fidel, historia de Marita , cuando el periodista alemán se enteró de detalles sobre Oswald que nunca había oído. James Hosty, declarado admirador de JFK, tuvo a su cargo el expediente de Oswald, y fue quien lo interrogó poco después del asesinato. "Hosty me explicó que durante los largos interrogatorios Oswald siempre se mantuvo tranquilo, hasta parecía arrogante, nada le hacía perder la calma.
37 Pero cuando Hosty le preguntó: 'señor Oswald, ¿para qué viajó hace dos meses a México?', Oswald se asustó mucho, quedó pálido. A partir de este momento, Hosty sabía que había que investigar en México", dice Wilfried Huismann en entrevista con La Jornada . La Oficina Federal de Investigaciones envió a la ciudad de México un grupo especial para seguir los pasos de Lee Harvey Oswald que debía averigüar con quién se había contactado. Esa investigación duró tan sólo tres días, pues el entonces nuevo presidente, Lyndon B. Johnson, ordenó su suspensión. ­¿Tuvo miedo Johnson de que se supiera la verdad? ­Es lo que dicen sus ex colaboradores, como el general Alexander Haig y su amigo y consejero Joseph Califano, quienes confirman que Johnson sabía algo de los contactos que tenía Lee Harvey Oswald con el Estado cubano y que no quiso que se enterara la opinión pública, pues una certeza semejante hubiera conducido a una situación incontrolable. En vez de guerra fría hubiera estallado una nueva conflagración mundial con armas atómicas. Por eso Johnson no quiso esas investigaciones, así que las evidencias y documentos que la CIA tenía en su poder sobre Oswald desaparecieron. ­¿Se encuentran en el archivo Kennedy? ­Todos los documentos de la CIA y el FBI, que supuestamente tendrían acceso público en el año 2017, ya han sido abiertos al público desde el año pasado, es decir, prematuramente. Investigamos todos estos documentos, pero no encontramos nada de valor. ­¿Qué hay en el Archivo General de la Nación de México? Medios mexicanos citan al encargado de la galería 1, Vicente Capello, diciendo que guarda mucha reserva, porque, según dice, ha tenido malas experiencias con periodistas. Capello dice que el archivo ya ha sido abierto al público, pero que sólo un equipo de la televisión alemana, sin citar su nombre, ha pedido ver el expediente. ­Sí, fuimos nosotros quienes por primera vez tuvimos acceso a ese expediente sobre Lee Harvey Oswald que está en la galería 1 del Archivo General de la Nación. Pero esta galería está todavía bajo control de los servicios secretos y, sin el permiso de ellos, es decir, sin el permiso del señor Capello, quien es el jefe, y por cierto, hijo de un ex guardaespaldas de Mussolini, no se da nada, pero a nosotros nos dio algo y se lo agradezco mucho. No nos permitieron filmar ni estudiar las fotografías de agentes cubanos que yo personalmente vi en ese expediente. Nos dijeron que la protección de datos personales se respeta mucho en México, lo cual prevalece sobre el derecho de la opinión pública internacional a la información. ­¿Que fue lo que vió? ­El interrogatorio de la señora Silvia Durán, por ejemplo, quien atendió a Lee Harvey Oswald en la embajada cubana. Vimos el protocolo del interrogatorio que dirigió Fernando Gutiérrez Barrios personalmente.
38 Le preguntó cuáles eran los nombres de los agentes cubanos que fueron a México con el objeto de preparar el complot que asesinó al presidente Kennedy. Eso para mí es un indicio de que también la policía secreta en México sabía algo. ­¿Qué sabía Gutiérrez Barrios y qué podría saber el gobierno mexicano? ­Sólo tengo indicios, no pruebas. Lo que vi en ese archivo del señor Capello ya me dice que sabían mucho. En la década de los años 60 había cientos de agentes extranjeros; los había rusos, cubanos, estadounidenses, y para no perder el control sobre lo que pasaba en México con todos esos agentes, los servicios secretos mexicanos se infiltraron incluso en el llamado G­2, el servicio secreto cubano. También tenían oficiales de enlace que cooperaron en muchos aspectos, y por eso estoy seguro de que tenían mucha información. Por lo menos sabían que hubo contactos entre Lee Harvey Oswald y agentes de seguridad del Estado cubano. Eso también me lo confirmó el señor Capello durante una entrevista a cuatro ojos. Desde 1962 Capello ya era oficial de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y colaborador de confianza de Fernando Gutiérrez Barrios, quien fue jefe de la DFS en esos años. ­¿Cree usted que en México hay alguna pista que aclare el rompecabezas? ­Sí. Yo creo que si el archivo de los servicios secretos abriera el expediente sobre Lee Harvey Oswald, muchas cosas estarían mucho más claras. ­Volviendo al caso de Silvia Durán (Silvia Tirado, pues se divorció de Horacio Durán en 1968), ¿qué papel tenía en la embajada de Cuba en México?­Trabajaba en la sección consular. En esos años iban a México muchos estadunidenses que no podían viajar directamente a Cuba. Ella, por su capacidad y habilidad, tenía algún control, tenía que hablar con ellos y emitir un juicio. Yo creo que ella tenía otros cargos. Uno de los testigos cubanos que tengo, un ex oficial, me contó que Silvia Durán conseguía pasaportes mexicanos falsos para los agentes cubanos. Eso dijo mi testigo, no tengo pruebas, pero tampoco una razón para dudarlo. Combatiente de la revolución cubana ­Algunos medios afirman que cuando Oswald llegó al consulado de Cuba en México y le negaron la visa para visitar la isla, una secretaria le aconsejó acudir a la embajada de la entonces Unión Soviética para pedir ahí una visa, que eso le ayudaría con las autoridades cubanas. Oswald ya había estado en la Unión Soviética, donde incluso al parecer intentó suicidarse, y supuestamente por eso le negaron la visa los oficiales soviéticos. ¿Por qué lo trataron así y cómo se contactó con los servicios secretos cubanos? ­Fueron los servicios secretos cubanos quienes contactaron a Oswald en noviembre de 1962, según documentos que encontramos en el archivo de la KGB, y según nuestro testigo Oscar Marino. Cuando Oswald viaja a México, en septiembre de 1963, ya era, como se dice, combatiente de la revolución cubana. Mi impresión sobre la versión de que supuestamente fue al consulado cubano, que hizo un escándalo porque no le dieron la visa y lo corrieron de la embajada, es que todo eso era para las cámaras y los micrófonos de la CIA; era fachada.
39 Porque eso serviría después a los cubanos para decir 'claro, él estuvo aquí, no lo negamos, él quería ir a Cuba porque era un aventurero loco, pero lo echamos, está documentado'. Es una estratagema usual de cualquier servicio secreto crear pistas falsas. ­El diario oficial cubano, Granma , en su publicación internacional, dice que las acusaciones que contiene su película son un capítulo más de la vieja conspiración contra Cuba. Que el asesinato de Kennedy tuvo detrás a fabricantes de armas estadunidenses, a la ultraderecha y a los exiliados cubanos en Miami, que veían en Kennedy un obstáculo para la invasión de la isla. Que la conspiración continúa 42 años después y usted es el instrumento en turno. Entrevista con Fabián Escalante ­Yo esperaba eso, que en Cuba recurrirían a la ofensa contra el periodismo crítico. No son capaces de dar respuestas concretas. Viajé a Cuba para entrevistar a quien durante años fue jefe de Seguridad del Estado, el general Fabián Escalante, para confrontarlo con las evidencias que habíamos encontrado. No se trataba de un acto de propaganda contra Cuba, al contrario, mi trabajo ha sido un serio esfuerzo por encontrar la verdad histórica. Por eso preguntamos a ambos lados, y Escalante no fue capaz de darnos una respuesta convincente. Publicó un libro en el cual dice que en el asesinato de Kennedy hubo tres tiradores además de Oswald. Yo le pregunté '¿cuáles fueron los otros tiradores si usted cree que los hubo?' Me contestó: 'yo no sé, no estuve ahí; pueden ser estadunidenses, chinos, japoneses o alemanes'. Su respuesta demuestra que la cúpula cubana no es capaz de discutir seriamente sobre el caso Kennedy porque tiene algo que esconder. ­El artículo también afirma que Luis Posada Carriles, el anticastrista detenido en Estados Unidos por una falta migratoria, confesó su participación en atentados contra objetivos cubanos, y que él se encuentra cerca de la conspiración contra Kennedy, que su documental busca alejar la atención de los medios sobre Posada Carriles para liberarlo, porque si llega a hablar, se va a producir un escándalo peor que el de Watergate. ­¡Niebla porpagandística! Yo estoy convencido que en el exilio cubano también hay culpables y hay que confrontarlos con evidencias. Hay que juzgar a gente como este señor que usted nombra, para averigüar si realmente estuvo involucrado en el atentado contra un avión cubano. Lógico, pero una cosa no tiene que ver con la otra. ­¿Para qué viajó Fabián Escalante a Dallas, como afirma en su película, el día que mataron a Kennedy? ­No sé, no me quiso contestar. El documento secreto de Martin Underwood, un colaborador de confianza del presidente Lyndon B. Johnson, no lo revela. No lo sabe tampoco. Quizás Fabián Escalante quería observar la operación él mismo. Quizás quería supervisar una acción de rescate de Oswald, eso también puede ser. ­¿Por qué falló el doble agente e íntimo colaborador de Castro Rolando Cubela, en matar a Castro, como había planeado la CIA, con una pluma envenenada?
40 ­Cubela tuvo la posibilidad de matar a Castro porque era comandante de la revolución, tenía cargos oficiales. Siempre que quiso estuvo cerca de Fidel, fue amigo personal del Che Guevara, y si se hubiera decidido a matar a Castro, habría podido hacerlo. No con la pluma quizás, porque la pluma no le gustó. Era un macho con mucha trayectoria militar en la guerrilla y un dirigente militar muy inteligente. El fue quien, junto con el Che, conquistó La Habana durante la revolución. ­¿Qué tan confiable es su testigo clave, Oscar Marino? ­Para mí es un testigo muy confiable. Entre otras cosas porque me costó meses convencerlo de que había llegado el momento de hablar sobre esas maniobras oscuras y él no quería. No quería violentar el código de honor de ex oficiales, también por miedo. Pero lo convencí, y en este proceso uno construye la confianza. En este documental, y dada la seriedad del tema, siempre confrontamos las declaraciones esenciales con otras fuentes independientes. ­¿Cuántas veces estuvo usted en Cuba? ­En mi vida no me acuerdo, 15 veces quizás. ­¿Y con motivo de esta investigación? ­Fue una investigación periodística oficial y en esos casos no se puede ir a Cuba sin un permiso especial, y eso nos costó mucho tiempo; cuando ya estábamos muy cerca de ingresar desde México nos informaron que no nos iban a otorgar la visa. Eso fue en abril del año pasado. Me quejé, mandé un correo electrónico al general Escalante y me dijo que lo sentía mucho, pero que había tenido que viajar, que por eso no nos permitieron el ingreso a Cuba. Pero que podíamos ir, que estaba dispuesto a darnos la entrevista, así que fuimos. ­¿Cuándo? ­Fuimos en mayo de 2005. Después de aquella visita enviamos una carta oficial a Fidel Castro, preguntándole en qué medida tenía él conocimiento sobre un telegrama de la KGB con información sobre Lee Harvey Oswald. Le preguntamos si él ordenó personalmente la operación Kennedy con Lee Harvey Oswald, pero nunca nos contestó. ­¿Qué reacciones ha habido a su documental en Estados Unidos? ­En Estados Unidos todavía no se ha mostrado, se sabe de él por la prensa escrita, pero pese a que no se ha visto la cinta, la reacción de los estadunidenses es fuerte. Sobre todo en la comunidad de investigadores del caso JFK. La mayoría tiene la impresión de que el documental es serio y creo que lo van a estudiar, pues podría aclarar el motivo del gran asesinato del siglo XX. ­¿Tiene algún proyecto futuro en mente? ­No tengo nada en mente; esa fue una investigación muy dura, muy compleja, muy difícil, porque la mayoría de los testigos no quería hablar sobre el tema. Me costó tres años de trabajo, y no solamente a mí, formamos un grupo de investigadores, entre ellos
41 un periodista mexicano, Mauricio Laguna Berber, y el investigador estadunidense Gus Russo, uno de los expertos en el caso John F. Kennedy. Nos costó tres años de arduo trabajo llegar al final, pero fue un viaje de investigación sumamente interesante. Todavía no he terminado. Está lista la versión en alemán, pero falta la versión en inglés y en español. ­¿Cuándo se podrá ver su documental en el mundo hispanoparlante, por ejemplo en México? ­Cuando una televisora mexicana se decida a comprarla. Cita con la muerte y la mentira en la TV alemana La CIA y el asesinato de Kennedy po r Alte rco m* , Lisan dro Otero* Un cineasta alem án, W ilfried H uism ann, acaba de lanzar un docu men tal « Cita con la muerte» po r la televisión alem ana, don de acusa a los servicios secretos cuban os de ser responsables de la mu erte del presidente Kenn edy. Olvida Huismans que la propia Co misión W arren desdeñó cu alquier responsabi lidad cu bana. La man iobra actu al trata de desviar la atención mun dial sobre la inminente libera ció n del co nnotado terrorista Luis P o sada Carriles, protegido del régimen Chen ey­Bush. P e riod istas cubano s han re spondido, co n su ficien te argu men tació n, so bre lo que e s ob vio a lo s o jo s de to do s: el magn icidio fu e o bra de lo s prop io s o rgan ismo s de in teligen cia n orteamerican o s en u n go lpe de estado estilo yanqui. La técn ica del go lpe de e stado ha sido perfeccion ada en América La tina : un general se suma el apo yo de una parte del ejército y depone a l P re siden te en turn o. En Estado s Un ido s la técnica del go lpe de Estado ha sido afin ada co n su tiles en tresijo s. La depo sición de R ichard N ixo n fu e u n golpe de Estado , de la mism a manera que fue el a se sina to de K en ned y, só lo qu e n ad ie lo registra de e sa man era. Después de re cibir del P re siden te Eisen ho w er u n p lan de a taque co ntra Cu ba, el nu evo man da tario , Joh n Fitzge rald Kenn edy, lo apro bó reticen te. Se trataba de in vad ir la isla po r P laya Girón co n una fue rza mercen aria que se en tren aba en Hon du ra s. El pro ye cto se llevó a cabo y te rminó en un estrepito so fracaso . Kenn edy en co mendó a su s a se so res, entre ello s a M cGeo rge Bun dy, la po sibilidad de cambia r de po sición y estudiar la a ltern ativa de aban do nar la agre sividad anticuban a e in tenta r un ace rcamien to . Tra s el fiasco e l P residen te de smante ló la an tigua e stru ctu ra de la CIA respo nsable de la catástro fe, entre ello s a su d irecto r, el artero A llen Du lles. De o tra pa rte e stu dió la po sibilidad de de ten er el crecien te co mp rom iso de Estado s Un ido s en I n do ch ina, que amen azaba co n con vertirse en u n co nflicto ma yo r, co mo de spués lo fue. Esto pe rjudicaba al co mplejo militar indu strial que veía la s po sibilidades de ganan cias mayú scula s por una guerra ab ierta en V ietn am.
42 La mafia íta lo no rtea me ricana, que había tenido n egocio s co n e l padre de K enn edy en la épo ca de la pro h ib ición alco hólica y le h abía a yu dado a ganar las e leccion es pre siden ciale s, estaba sien do ho stigada por su hermano Bo bby, Fiscal Gen eral qu e no cesaba de perseguir al ca be cilla obrero Jimmy Ho ffa , mu y ligado a lo s gáng ster. Bo bby ( Ro bert Ken nedy) so sten ía fu erte s discrepan cia s co n e l je fe del FBI , el legen dario J.Edgar H oo ver, qu ien pro teg ía a lo s m afio so s, qu e ten ían pru eba s de su ho mo sexu alismo y su afició n de acud ir a org ías de tra ve stís, do nde so lía vestirse de mu jer. Esta po lítica le creó a l P re siden te Kennedy u n con jun to de enemigo s leta les: la ma fia íta la, la ma fia cubana , la CI A , lo s em presario s de la in du stria de guerra , e l FB I , lo s petro lero s texano s. Fuero n e sto s qu ien es p lan earon y llevaron a cabo el magn icidio en Dalla s. Lee Harvey Osw ald, fu e u no de lo s peone s qu e la CI A emp leó en la fachada del asesina to. P ara añadir ridículo a l e scarn io en la Co misió n W arren, que in ve stigó el asesin ato , estab a uno de su s perpe tradore s, el prop io A llen Dulles. E l filme de Olive r Sto ne revela cu idado samen te el en gran aje ho m icida qu e preparó y eje cu tó e l a ten tado. En el gru po cu bano qu e in tervino en e l a ten tado en Dalla s están in vo lu crado s Luis P o sada Carriles, Guillermo No vo Sampo ll, Félix Ro dríguez, Ton y Cue sta y Orlando Bo sch en tre algu no s n o to rio s verdu go s y mato ne s. Un recien te libro del gen era l retirado Fa bián Esca lan te, qu ien en u n tiempo fuera d irigente de la segu ridad cu bana, revela la in ten sa participació n de lo s exiliado s cubano s an tica strista s en este só rdido golpe. Tamb ién e se gru po de ham pon es sin iestro s fu e a cto r prin cipa l en la man io bra de espionaje qu e cu lminó co n la depo sición de N ixon . Co n la muerte de K en nedy cu lminó un a épo ca. Fue u n lapso en el cu al term inó la primera m itad del sig lo ve in te, la po sgu erra y e l sín dro me de Co rea. La Casa Blan ca en tró en u na era de refinado estilo y bu en gu sto . Cena s de ga la pa ra A ndré M alraux, con cierto s de P ab lo Casals, redecora ción de la man sió n presidencia l con lo s sím bo lo s del americanismo o rigin al. Su e sposa Ja cque lin e pasó a ser el símbolo de lo s tiempo s de la nu eva e legan cia aun qu e era una sno b, n ecia y ton ta. K en ned y estab a aqu ejado de u na débil salu d y to maba o cho medica mento s dia rio s pero no ce sab a en su priapismo que le lle vaba a ten er u na aman te tra s otra . Fu e sa crifica do po r grandes po deres o cu lto s, lo s m ismo s que apo yaro n y aupa ron al mente ca to Geo rge W . Bu sh a la p residen cia .
43 Kennedy enseñ ó a tod a una generació n a aspirar a la conquista de la s estrellas, plan tó un a quime ra en la men talidad de las n ueva s pro mo cio ne s e stadoun iden ses y al mo rir, tra icion ado po r lo s su yo s, na ció e l m ito qu e en lazó su no mb re a l de o tro gran patricio asesin ado, Abraham L in co ln Se confirma que existe un expediente en el archivo general de la nación sobre que en México se llevaron acabo los preparativos para matar a Kennedy (http://espanol.news.yahoo.com/060107/4/167mu.html), pero que diablos significa eso en mentes absurdas, es lógico que en aquellos tiempos los países vecinos colaboraran en sus departamentos de inteligencia cuando se solicitaba. Pero bueno, eso no nos compete, aquí se llevo acabo parte de la investigación y esos documentos los tiene el Gobierno de México. Y si de curiosidades hablamos en el caso Kennedy o la muerte Kennedy podemos citar tantas, que realmente es increíble; aquí les regalo algunas que están muy bien estudiadas y no dejan de sorprender. • Abraham Lincoln, fue electo al Congreso en 1846. • John F. Kennedy, fue electo al Congreso en 1946. • Lincoln fue electo Presidente en 1860. • Kennedy fue electo Presidente en 1960. • Los Nombres de Lincoln y Kennedy, contienen cada uno de ellos 7 letras. • Ambos concentraron sus esfuerzos hasta el último día de sus vidas a Los Derechos Civiles. • Ambos fueron asesinados por balazos en la cabeza. • Ambos Presidentes fueron tiroteados en día Viernes. • Las esposas de ambos perdieron un hijo viviendo en la Casa Blanca. • Lincoln tenia un Secretario de apellido Kennedy. • Kennedy tenia una Secretaria de apellido Lincoln. • Ambos fueron asesinados por individuos que eran sureños. • Ambos fueron sucedidos en el Gobierno por sureños. • Ambos sucesores fueron de apellido Johnson. • Andrew Johnson, quien fue el sucesor de Lincoln nació en 1808. • Lyndon B. Johnson, quien fue el sucesor de Kennedy, nació en 1908. • John Wilkes Booth, fue quien asesinó a Lincoln, y nació en 1839. • Lee Harvey Oswald, fue quien asesinó a Kennedy, y nació en 1939. • Ambos asesinos fueron conocidos por el Mundo con sus tres nombres.
44 • Ambos nombres son conformados por 15 letras. • Ambos criminales huyeron corriendo del lugar de los hechos. • Ambos fueron capturados a los minutos después del Magnicidio donde se ocultaban. • Booth huyó corriendo del Teatro donde disparó a Lincoln y se escondió en una Bodega. • Oswald huyó corriendo una Bodega desde donde disparó a Kennedy y se escondió en un Teatro. • Ambos homicidas fueron asesinados antes de comparecer en un Juicio. • Una semana antes de ser asesinado, Lincoln había estado en Monroe, Maryland • Una semana antes de ser asesinado, Kennedy había estado con Marilyn Monroe. • Ambos Presidentes tenían más de 6 pies de estatura. Ambos fueron hombres atléticos. • Ambos disfrutaban sentarse en una silla mecedora. Ambos gustaban de las citas Bíblicas y las de Shakespeare. • Ambos fueron capitanes de barcos • Ambos estaban con sus esposas al momento de sendos atentados y ninguna de ellas resultaron lesionadas y ambas sostuvieron las cabezas de sus esposos cuando se encontraban heridos de muerte. • Lincoln fue balaceado en el Teatro “Ford”. Kennedy lo fué en una limousine “Lincoln”, producto de “La Ford”. • Lincoln se encontraba sentado en el Teatro en el balcón 7; Kennedy se encontraba en el vehículo 7 de la caravana presidencial. • Ambos Presidentes murieron en los lugares donde intentaron salvar sus vidas y que sus nombres comenzaban con “P” y con “H”, en el caso de Lincoln, murió en “Paterson House” y Kennedy falleció en el “Park Hospital”. • Ambas autopsias fueron practicadas por personal médico militar y ambos mandatarios fueron sepultados en ataúdes de caoba.­ • Los restos de ambos Presidentes descansan muy cerca el uno del otro. La Sra. Kennedy, insistió de que la cercanía entre ambos catafalcos fuera el mínimo
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