La lengua como hecho comunicativo
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La lengua como hecho comunicativo
La lengua como hecho comunicativo Índice *** LINGÜÍSTICA *** Cuaderno Nº 3 La lengua como hecho comunicativo ISPEE 2012 PROFESORA CECILIA SERPA 1. ¿Y ESTO CÓMO SE EXPLICA? 4 2. LA LENGUA Y LA CULTURA 10 2.1. Desacuerdos 11 2.1.1. Contra la lingüística formal 11 2.1.2. Contra la antropología 11 2.2. A favor de la etnografía de la comunicación 12 3. EL MODELO 17 3.1. UNIDADES DE ANÁLISIS 17 3.2. LOS COMPONENTES 20 3.3. Metodología 25 3.3.1. La observación participante 26 3.3.2. ¿Qué mira el etnógrafo del habla? 29 4. LA ETNOGRAFÍA DEL HABLA Y OTROS ESTUDIOS DEL LENGUAJE 31 5. NO TODO ES TAN SENCILLO 33 5.1. EL CONTEXTO 33 5.2. Lo universal y lo particular en las lenguas y en las culturas 35 6. LECTURA COMPRENSIVA 38 7. BIBLIOGRAFÍA 38 2 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo 1. ¿Y ESTO CÓMO SE EXPLICA? “Tenemos aquí unas tendencias antiguas del pensamiento lingüístico y antropológico. Dos tendencias sobresalen. Por una parte, ha habido en lingüística una preocupación dominante por la autonomía de la forma lingüística y por la autonomía de la lingüística como su k estudio. Esta preocupación, junto con otras corrientes intelectuales, ha llevado a ciertos lingüistas a separar el estudio estructural de la lengua y el Ni Saussure ni Chomky sabrían qué decir frente al uso del lenguaje, dado que ambos decidieron dejarlo de lado a la hora de encarar sus estudios de la lengua y la competencia lingüística, respectivamente. Así que asuntos como el humor, el malentendido, la polisemia y las reglas comunicativas, entre otros, quedan afuera de cualquier tipo de interpretación por parte de la lingüística si es que no replanteamos el objeto de estudio y la concepción de lengua o lenguaje que vayamos a seguir. Algunos ejemplos nos sirven para entender lo acotado del punto de vista de estos autores. significado en su sentido más amplio y el contexto social.” Dell Hymes, Hacia etnografías de la comunicación, 1965, pag. 54. Ejemplo 1 En esta tira, Felipe se enoja con Mafalda y le rompe su atril en la cabeza. El efecto humorístico del remate es una consecuencia de la “verdad” que explicita la niña. Una rama de los estudios del lenguaje, la pragmática, puede dar una explicación frente a este hecho. La llamada “teoría de la cortesía” sugiere que ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 3 4 Ejemplo 1 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo cada uno de los interlocutores en una conversación —si es que pretende que esta prospere, obviamente— procura proteger la “imagen social” del otro, tanto la “imagen positiva” (la imagen que el otro tiene de sí, cómo desea ser visto) como la “imagen negativa” (en los casos en que la libertad del interlocutor se ve amenazada). Desde este punto de vista, la reacción de Felipe se explica a por el hecho de que Mafalda pone en peligro la imagen positiva de su amigo: le explicita que su cara parece un zapato con una zanahoria adentro. Efectivamente, la verdad, en muchos casos, atenta contra el buen desenvolvimiento de los eventos comunicativos si es que afecta de algún modo u otro la imagen del interlocutor. El ejemplo 1 demuestra que para hablar una lengua no basta con dominar su gramática o conocer cómo producir y comprender oraciones bien formadas. Conocer una lengua es, también, conocer las reglas que rigen su uso, es decir, saber cuándo y cómo debemos hablar y qué se espera de nosotros en cada caso. De nada nos sirve hablar correctamente si no contamos con esta competencia comunicativa. Ejemplo 2 ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa Ejemplo 2 El segundo ejemplo tiene como protagonista a Malena, un personaje de Mauro Serafini (quien firma sus obras como “El Bruno”). Malena es la Mafalda de la posmodernidad, una era en la que la infancia y la inocencia contrastan fuertemente con el modelo 5 que encarna el personaje de Quino. Malena es pobre y alcohólica y no tiene la contención de una familia de clase media. Por eso, la variante sociolingüística que emplea al hablar establece un contraste claro con la variante que utiliza Mafalda. La sociolingüística cuantitativa de William Labov puede explicar este hecho en términos macrosociales como una consecuencia de las variables “nivel educativo” y “nivel económico”, dado que se ha demostrado que los hablantes utilizan una variedad de lengua acorde a su pertenencia social. Esto significa que el modo de hablar es parte constitutiva de la identidad de las personas, y que estudiar el modo en que usan la lengua arroja información sobre su situación socioeconómica. A diferencia de las creencias de Saussure y de Chomsky, Labov demuestra que el habla o la actuación, repectivametne, también presentan sistematicidad y que, en consecuencia, resultan un objeto digno de estudio, tan aprehensible como la lengua o la competencia. Ejemplo 3 El tercero de los ejemplos tampoco tiene cabida en las teorías que estudiamos durante los ejes 1 y 2, dado que su efecto humorístico solo puede explicarse a partir del 6 Ejemplo 3 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo concepto de “género discursivo”. Ejemplo 4 Bajtín, un lingüísta ruso de principios del siglo XX, sugirió estudiar el uso del lenguaje a partir del concepto de género discursivo, entendido como un enunciado relativamente estable, determinado por el momento sociohistórico y definido a partir de su estructura, de un estilo de lengua y de unos temas prototípicos. Según este autor, el uso de lenguaje se adecua a las necesidades de las distintas esferas de la praxis: esto significa que en el ámbito del periodismo, de la educación, de la ley, del deporte, en el de la vida cotidiana; en fin, en cada contexto particular existen unos modos de usar el lenguaje, con sus reglas, y otros están excluidos. Estos modos de usar el lenguaje, por lo tanto, se definen para cada momento y cada lugar; nacen, se transforman y mueren en distintos momentos. El siguiente ejemplo apunta a los usos sexistas del lenguaje. Nuevamente, este tema jamás podría ser abordado por las perspectivas formales. Pero el análisis del discurso, por ejemplo, tiene mucho para decir al respecto. Entonces, siguiendo el concepto de género discursivo tal como lo propone Bajtín, el ejemplo 3 se explica por la aparición de nuevos géneros discursivos. De la mano de la tecnología, aparecieron en los últimos años una serie de nuevos soportes para la comunicación, y estos soportes suponen un cambio en las condiciones materiales y definen, por lo tanto, nuevos usos del lenguaje, con nuevas reglas. En el caso de los medios digitales, estos usos están definidos por la velocidad, la brevedad, la publicación de la vida privada, etc. Desconocer las reglas que rigen estos géneros (el mensaje de texto, el chat, el twit, etc.) implicaría usarlos inadecuadamente. Allí reside el efecto humorístico de 3: hay una burla explícita hacia la hipervelocidad y la “falta de contenido” de las comunicaciones actuales. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 7 Grosso modo, los analistas del discurso pretenden poner al descubierto los mecanismos a través de los cuales el uso del lenguaje construye relaciones de poder e incide Ejemplo 4 sobre la realidad, modificando o perpetuando un estado de cosas. La mayor parte de los trabajos del área intentan correlacionar el lenguaje con las formaciones ideológicas, tal como sucede en el caso del Análisis Crítico del Discurso. Estos enfoques dentro de la lingüística ofrecen, por lo tanto, una explicación para el ejemplo 4. El enojo del alce, la tortura, el conejo y el ratón, quienes acusan al zorro de ser machista y de discriminar a su mujer, se apoya en el hecho de que la variante rioplatense del español (así como otras lenguas) utiliza la palabra 8 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo “zorra” como un insulto hacia la mujer. El efecto humorístico, en este caso, se sustenta en el sentido literal: en boca de un zorro, este término pierde su carga ideológica y se “neutraliza”. La polisemia y la carga ideológica que supone el uso del lenguaje solo es aprehensible desde un marco teórico que vincule lengua con sociedad e ideología. Ejemplo 5 ¿Cómo se explica el comentario de Susanita en el último recuadro de la tira de Quino? Las palabras del personaje solo son posibles si asumimos que en la conversación entre Mafalda y su compañera existió un malentendido, generado a partir de Ejemplo 5 la palabra “ver”, de la información implícita o no dicha y los sobreentendidos que deberían compartir los interlocutores pero que, en este caso, no comparten. Sin embargo, los dos personajes no comparten el mismo universo de información, por lo que lo no-dicho les juega una mala pasada. En efecto, Susanita interpreta literalmente las palabras de su amiga, dado que a ella le molesta “ver” a la gente pobre, no que “exista”, por lo que no llega nunca a reponer la información implícita. La cara de Mafalda en el cuadro final ilustra el desconcierto por una comunicación fallida. Evidentemente, entonces, si pretendemos explicar algunos de los fenómenos en los que se apoyan las historietas de (1-5), no podemos hacer abstracción de las personas que usan el lenguaje, del momento y del lugar en que lo usan, de la finalidad que persiguen, de la suma de sentidos que se aglutina en un mismo término, de las valoraciones y actitudes sociales que se vehiculizan y/o construyen a través del lenguaje ni de la relación que existe entre el uso de la lengua y la (construcción de la) ideología. ¿Cómo harían Chomsky o Saussure para dar cuenta del humor en estos casos? Simplemente, no lo explican. Desde sus puntos de vista, el uso social del lenguaje no forma parte de los estudios de la lingüística. Sin embargo, como ya adelantamos, existen otros investigadores que también se autodenominan lingüistas que se ocupan, precisamente, de estas cuestiones. En las páginas que siguen vamos a intentar abordar una de las tantas facetas de la relación lenguaje-sociedad. Cuando Mafalda dice “Me parte el alma ver gente pobre” está implicando que siente pena porque “existe” gente pobre, no por el hecho de verla. Ella deja esa información implícita: no lo dice abiertamente sino que supone que es una información compartida; y por eso prosigue con su discurso, sin dar mayores explicaciones. 2. LA LENGUA Y LA CULTURA Existen muchas aproximaciones al estudio del lenguaje en relación con lo social, para usar un término lo más amplio posible. Pero nosotros nos vamos a centrar solo en una de ellas, más orientada a vincular lengua con cultura, en un sentido más específico. El modelo que abordamos en este eje corresponde al ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 10 9 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo desarrollo teórico de Dell Hymes, quien desde su lugar de antropólogo devenido sociolingüista propone una etnografía de la comunicación o etnografía del habla. 2.1. Desacuerdos Dell Hymes se posiciona a partir de una discusión tanto con la lingüística como con la antropología: es un crítico de una y otra disciplina. 2.1.1. Contra la lingüística formal Según Dell Hymes, tanto se han obsesionado los lingüistas por crear una ciencia autónoma, por ganarse el estatuto de disciplina científica, que olvidaron cualquier fenómeno que vaya más allá de la lengua misma; en particular, de su relación con “el contenido cultural y la forma social” (Dell Hymes 1964: 49). Detrás de sus palabras hay un rechazo a la postura tanto de Saussure como de Chomsky, a uno por centrarse en la pura forma, en la inmanencia del sistema; al otro por su individualismo y psicologismo acérrimo. Ambos, además, se limitan a una tarea puramente descriptiva, desde la óptica de Dell Hymes. brevemente, en introducirse en la cultura del otro e intentar una descripción desde el punto de vista propio y del ajeno. Mediante este método se intenta proponer una descripción para todos los aspectos de la cultura: la religión, la economía, la organización familiar, etc. Si bien Dell Hymes valora positivamente esta manera de proceder, encuentra que los antropólogos descuidan el rol del lenguaje a la hora de hacer sus observaciones y, en consecuencia, sus descripciones. Para la antopología, el lenguaje es solo un medio orientado hacia otro fin, dado que la escritura y la oralidad se conciben en términos de fuentes de información, una vía de comunicación entre el especialista y los nativos. 2.2. A favor de la etnografía de la comunicación Ni antropología ni lingüística: la etnografía de la comunicación o etnografía del habla agrega un tema —el lenguaje— al trabajo etnográfico del antropólogo: “Etnografía de la comunicación parece indicar mejor el alcance necesario, así como trasmitir y fomentar la contribución fundamental que ellos [los antropólogos] pueden aportar: estudios básicamente etnográficos y de comunicación en cuanto a su alcance y a la complejidad sistemática de los cuales se ocupan” (1964: 50-51) La lingüística que sí le gusta a este autor es la de la tradición norteamericana, precisamente esa tradición en la que se formó Chomsky y a la que rechazó de plano. La lingüística antropológica de Boas, Sapir y Bloomfield es el modelo en el que está pensando este autor. 2.1.2. Contra la antropología El punto fuerte de la antropología está en el método: la etnografía. Los antropólogos realizan aproximaciones a distintas culturas a través del método etnográfico, que consiste, dicho ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 11 Simultáneamente, reposiciona los estudios abstractos de la fonología, la sintaxis y la semántica de manera tal que requieran del habla para ofrecer una imagen más completa del lenguaje. Dell Hymes afirma que la etnografía del habla o de la comunicación se ocupa de las situaciones y usos, de los patrones y funciones, del habla como actividad con derecho propio. Por lo tanto, Dell Hymes 12 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo reconoce la existencia de una competencia lingüística —tal como la entiende Chomsky, esto es, como el conocimiento de las reglas gramaticales— pero agrega la necesidad de una competencia comunicativa, entendida como el conocimiento de las reglas de uso del lenguaje. Según Dell Hymes, existen dos razones por las cuales la etnografía de la comunicación supera otros puntos de vista sobre el lenguaje: 1. Por una parte, el autor entiende que se trata de una perspectiva más integral que recupera las verdaderas relaciones que existen entre el lenguaje, la psicología, la sociedad, la cultura, etc. En lugar de estudiar por separado estos factores para luego intentar correlacionarlos, la etnografía del habla se propone encarar el estudio del lenguaje en toda su complejidad. En la etnografía de la comunicación, la lengua está situada dentro de las pautas de los hechos comunicativos y guarda relación integral con ellos. Como otros investigadores que se enfocaron en el estudio del uso del lenguaje, Dell Hymes se ocupa de explicitar — nuevamente, en discusión solapada con Saussure y Chomsky— que esta clase de trabajo no implica asumir que el habla sea pura imprevisibilidad, variación y desvío. Por el contrario, afirma que los usos del lenguaje aparentan ser de ese modo cuando se pierde de vista, precisamente, el aspecto social y cultural; mientras que la inclusión de estos elementos en la investigación hace emerger la estructura, se devela la pauta que rige los intercambio comunicativos, asentada, precisamente, en los hábitos culturales de los que forma parte constitutiva la lengua. En consecuencia, los etnógrafos de la comunicación proponen (1964: 62-63): a. abandonar el estudio de la lengua o código lingüístico para ocuparse del habla; 2. Además, este punto de vista no parte del lenguaje sino de la comunidad que lo usa. La comunidad determina el contexto y de ella se investigan sus hábitos de comunicación. El lenguaje ingresa como uno de los canales comunicativos en el marco de tales hábitos culturales. b. colocar la función por sobre la estructura; c. entender la función referencial del lenguaje como una más entre muchas funciones; d. postular una serie de funciones y explicarlas no a priori sino a partir del contexto etnográfico; Este desplazamiento del eje de trabajo se patentiza en las palabras del autor cuando defiende a la etnografía como marco teórico y la comunicación como objeto, en lugar de la lingüística y la lengua, respectivamente: e. demostrar la diversidad y el relativismo de tales funciones, no su universalidad; f. tomar la comunidad u otro elemento contextual como punto de partida, no el código lingüístico; “(…) no es la lingüística sino la etnografía —no la lengua, sino la comunicación— la que debe proveer el marco de referencia dentro del cual se debe describir el lugar de la lengua en la cultura y la sociedad” (1964: 51) ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 13 g. focalizar en lo contextualmente motivado de la lengua, más que en lo arbitrario; 14 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo h. problematizar para cada caso el lugar, los límites y la organización de la lengua y otros medios comunicativos. En pocas palabras, estos investigadores se asumen como un cruce entre antropología y lingüística, aunque superador de las dos disciplinas, por lo que no se proponen dividir el evento comunicativo de manera tal de aislar la forma del mensaje de su contexto de uso. Estas premisas pueden simplificarse y ordenarse en un cuadro como el que sigue: Desplazamiento desde… hacia… (-) (+) Código (lengua) Habla Estructura Función Mensaje Contexto Lo etnológicamente arbitrario Lo etnográficamente apropiado Universal Particular Si se aspira a construir una nueva disciplina nutrida a la vez de la lingüística y la antropología, estas dos ramas de investigación deben ser capaces de seguir los siguientes preceptos (1964: 62): a. Congruencia metodológica. Esto no significa utilizar la misma metodología sino que los modos de investigación de unos y otros sean compatibles. ¿Qué es la etnografía? Como enfoque la etnografía es una concepción y práctica de conocimiento que busca comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus miembros (entendidos como “actores”, “agentes” o “sujetos sociales”). La especificidad de este enfoque corresponde, según Walter Runciman (1983), al elemento distintivo de las Ciencias Sociales: la descripción. Estas ciencias observan tres niveles de comprensión: el nivel primario o “reporte” es lo que se informa que ha ocurrido (el "qué"); la "explicación" o comprensión secundaria alude a sus causas (el "por qué"); y la "descripción" o comprensión terciaria se ocupa de lo que ocurrió para sus agentes (el "cómo es" para ellos). Un investigador social difícilmente entienda una acción sin comprender los términos en que la caracterizan sus protagonistas. En este sentido los agentes son informantes privilegiados pues sólo ellos pueden dar cuenta de lo que piensan, sienten, dicen y hacen con respecto a los eventos que los involucran. Mientras la explicación y el reporte dependen de su ajuste a los hechos, la descripción depende de su ajuste a la perspectiva nativa de los "miembros" de un grupo social. Una buena descripción es aquella que no los malinterpreta, es decir, que no incurre en interpretaciones etnocéntricas, sustituyendo su punto de vista, valores y razones, por el punto de vista, valores y razones del investigador. En este tipo de descripción/interpretación, adoptar un enfoque etnográfico es elaborar una representación coherente de lo que piensan y dicen los nativos, de modo que esa "descripción" no es ni el mundo de los nativos, ni cómo es el mundo para ellos, sino una conclusión interpretativa que elabora el investigador (Jacobson 1991:4-7). Pero a diferencia de otros informes, esa conclusión proviene de la articulación entre la elaboración teórica del investigador y su contacto prolongado con los nativos. En suma las etnografías no sólo reportan el objeto empírico de investigación -un pueblo, una cultura, una sociedad— sino que constituyen la interpretación/descripción sobre lo que el investigador vio y escuchó Una etnografía presenta la interpretación problematizada del autor acerca de algún aspecto de la "realidad de la acción humana" (jacobson 1991:3). Guber, R. (2001). La etnografía. Método, campo y reflexibilidad. Bogotá: Norma. Capítulo 1, pp. 5-6. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 15 16 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo b. Foco en los medios de comunicación y sus fines. c. Preeminencia de la estructura de la comunidad, de los acontecimientos, de las personalidades, etc. por sobre la estructura del código. d. Ampliación del análisis de pautas de uso, rutinas y eventos para completar aquellos aspectos de la teoría del código que no puedan explicarse. 3. EL MODELO Tal como sostiene Fasold (1990: 66), uno de los puntos centrales para Dell Hymes es la relación entre lenguaje y sociedad a través del par habla/comunidad. Este punto de vista asume que los modos de hablar pueden variar, y de hecho lo hacen, de una cultura a otra; lo que significa que las reglas que gobiernan el uso del lenguaje son diferentes para los diversos grupos sociales. Desde este punto de vista, el énfasis recae en la conducta comunicativa que se realiza en cada hecho de comunicación; y el punto de partida para su análisis es la etnografía “de los hábitos de comunicación de una comunidad en su totalidad, determinando lo que cuenta como hechos de comunicación y sus componentes y concibiendo el comportamiento de comunicación como dependiente del cuadro demarcado por el ambiente o alguna cuestión implícita” (1964: 65). 3.1. Unidades de análisis Dada la complejidad de los fenómenos culturales que Dell Hymes se propone capturar, su propuesta se apoya en una unidad triple o, de manera más sencilla, tres unidades anidadas. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 17 a. Situación de habla: situaciones asociadas al habla o marcadas por su ausencia. Pueden estar compuestas por sucesos comunicativos y/o de otra clase, como actividades físicas. Las situaciones de habla no se definen por las reglas del habla, aunque sí puede darse el caso contario. Por ejemplo, una clase: se trata de una situación de habla en la que ocurren una serie de sucesos comunicativos (como el saludo de inicio, por ejemplo) y otros no comunicativos (como el momento en que los alumnos sacan sus libros). El habla está presente en las clases, pero sus reglas no gobiernan esta situación. Por el contrario, lo que sí sucede es que la situación de clase determina la preferencia por ciertos usos del lenguaje (como la exposición oral) en detrimento de otros (como el insulto). b. Suceso de habla: estos sí son comunicativos y están gobernados por las reglas que rigen el uso del lenguaje. Todo suceso de habla ocurre dentro de una situación de habla y se compone de uno o más actos de habla. Siguiendo con el ejemplo anterior, una exposición teórica es un suceso de habla regido por las reglas de uso del lenguaje y que ocurre dentro de la situación de habla llamada “clase”. c. Acto de habla: se trata de la unidad mínima, la más pequeña, en tanto está doblemente incrustada (dentro del suceso, que está dentro de una situación), aunque en la práctica estos actos no sean tan pequeños (por ejemplo, en términos de su duración en el tiempo de realización). Los actos de habla dentro de esta perspectiva se definen por sus rasgos gramaticales, por la entonación y por el contexto; consecuentemente, su identificación no resulta sencilla. Una vez más, retomemos el ejemplo. En la situación de habla “clase” existen sucesos como “el saludo”, “la exposición oral”, “la interrogación”, “el examen”, etc. Cada uno de estos sucesos se compone de actos de habla: en la exposición oral 18 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo se realizan una presentación del tema, un desarrollo, un cierre y una secuencia de preguntas y respuestas. Estos tres elementos pueden graficarse mediante el siguiente esquema, de manera tal de ilustrar su realización cultural concreta. Situación de habla Suceso de habla Suceso de habla Acto de habla Acto de habla Acto de habla Suceso de habla Acto de habla Acto de habla El evento comunicativo o situación de habla funciona en la teoría de Dell Hymes como una metáfora para capturar la experiencia, para hacerla ininteligible, en tanto las comunidades organizadas como sistemas de hechos de comunicación constituyen el objeto de estudio de la etnografía. Esto significa que la comunidad misma se define a partir de las distintas clases de hecho comunicativos que conforman un sistema particular para cada caso. 3.2. Los componentes Cada situación de habla o evento comunicativo se constituye a partir de una combinación particular de componentes del habla, es decir, en función de una serie de elementos fijos que se definen de un modo específico para cada caso. Dell Hymes reconoce la existencia de ocho componentes, identificados cada uno de ellos a partir de las letras que conforman la palabra “speaking”, que en inglés significa hablando: situación, participantes, fines, (secuencia de) actos, clave, instrumentalidad, normas y género (Dell Hymes 1964: 65-66; Fasold 1990 71-74). Suceso de habla Acto de habla Cabe señar que puede darse el caso de que una situación de habla c onste de solo un suceso, compuesto a su vez, por un solo acto. Por ejemplo, el agradecimiento. Acto de habla Acto de habla Específicamente, es posible que una situación de habla determinada esté compuesta por una serie de sucesos; en el gráfico se proponen 4. Cada uno de los sucesos es diverso en su realización, por lo que se les dio una forma diferente a fin de ilustrar su especificidad. Finalmente, cada clase de suceso está compuesto por uno o más actos de habla. Nuevamente, cada suceso se compone de manera diversa; por eso, en el gráfico varía la cantidad y el modo en que se disponen los actos. Para Duranti (1988: 262), estos componentes resultan una guía útil en tanto permite discernir cuáles son los aspectos relevantes del evento comunicativo. El modelo de SPEAKING tiene la ventaja de proporcionar información sobre el sistema social como un todo y, simultáneamente, sobre las conductas personales ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 20 19 1. Setting and Scene (Ambiente y Escena) Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo La situación de habla se compone siempre de un marco o ambiente —las circunstancias físicas, incluyendo lugar y tiempo— y una escena —esto es, la clase de suceso de habla que está ocurriendo, según los patrones culturales propios de una comunidad—. Por ejemplo, la situación de habla “misa” toma como marco la iglesia, generalmente los domingos por la mañana u otros días y horarios prefijados; y su escena es el encuentro religioso entre los fieles y el representante de Dios. fines que persigue cada persona particular que se involucra en ese evento. 2. Participants (Participantes) 4. Act Sequence (Secuencia de Actos) Los participantes son todos aquellos que forman parte del evento. Esto significa que no solo se debe tener en cuenta a quienes hablan de manera directa entre sí (el hablante y el oyente), sino también a todos aquellos que se ven involucrados, como el locutor y, la audiencia y los destinatarios indirectos. El cuarto componente también tiene una doble realización: se trata de la forma del acto y de su contenido. Para la adecuada realización de un evento comunicativo, los participantes deben conocer qué actos de habla conforman los sucesos que lo componen. Deben conocer, específicamente, la forma en que deben proceder (cómo comportarse lingüísticamente y en otros sentidos) y cuáles son los tópicos que involucra cada acto y cada suceso. Es importante ilustrar el hecho de que no siempre coinciden quien habla con la fuente ni quien escucha con el destinatario. En el ejemplo anterior de la misa, el hablante suele ser el cura y los files son sus oyentes. Sin embargo, en muchos pasajes, el cura lee fragmentos de la biblia en donde se representa la voz de otros (Jesús, los apóstoles, etc.) que son la verdadera fuente enunciativa. Del mismo modo, existen otros pasajes en que el cura no se dirige de manera directa a alguno de sus oyentes, sino que sus palabras están dirigidas a otro, como los políticos o los infieles. Esta distinción responde al hecho de que resultados y metas pueden no coincidir. En la situación de habla “entrevista”, se persigue como resultado que el entrevistado brinde información. Pero el entrevistador puede tener como meta hacer que el entrevistado confiese algún secreto escandaloso, mientras que la meta del entrevistado puede ser mejorar su imagen pública. Así, quienes participan de una situación de entrevista deben saber que la dinámica es una de preguntas y respuestas, por lo que los entrevistados no pueden simplemente quedarse callados cuando se los interroga y los entrevistadores deben preguntar. Además, ambos participantes saben qué tono usar para las respuestas y cuáles son los temas que pueden y los que no pueden abordar. 3. Ends (Fines) Los fines pueden ser vistos desde el punto de vista cultura y desde el punto de vista individual. En el primer caso, se los denomina “resultados”: se trata de los objetivos sociales, comunitarios que persigue la realización de un evento comunicativo; en el segundo, se denominan “metas”: se trata de los 5. Key (Clave) ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 22 21 La palabra “clave” hace referencia al tono, manera o espíritu del acto de habla. Este componente alude al hecho de que cada tipo de evento comunicativo supone un comportamiento específico por parte de los participantes, en términos del tono general que define Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo el ambiente. Así, por ejemplo, se espera una clave “formal” en la situación de entrevista laboral, una clave “íntima e informal” en la situación cena de amigos, una clave “solemne” durante la misa, etc. La tabla que aparece a continuación ejemplifica de qué modo se pueden aplicar todos los componentes para el análisis de una situación de habla: 6. Instrumentalities (Instrumentalidades) Situación de habla: clase de matemática en tercer año El sexto componente hace referencia a las formas y estilos de habla que son propias de cada situación, además de los canales que se utilizan. Es decir que “instrumentalidades” incluye: el código, que puede ser una lengua o dialecto (por ejemplo, el checo antiguo) u otro código compartido (como el musical o el pictórico) y el medio a través del cual “viaja” el mensaje cifrado en un código (por ejemplo, el teléfono, la carta, el tambor o el mural). Ambiente Martes, de 9 a 10:30 de la mañana, aula 15 en el primer piso de la Escuela Gregorio de Laferrere, Parque Avellaneda, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Escena Situación de enseñanza y aprendizaje. 2 Participantes Profesor de matemática y veinticinco alumnos (once mujeres y catorce varones) 3 Fines: resultados Que los alumnos aprendan a resolver ecuaciones enteras con una y dos incógnitas. Fines: metas Profesor: ser claro en su explicación y lograr la atención de sus alumnos. Alumno 1: aprender lo que el profesor explica. Alumno 2: aguantar hasta que llegue el recreo. Alumno 3: anotar todo lo que sea posible para poder estudiar para el examen. Alumno 4: lograr que el profesor crea que le interesa la materia. 4 Secuencia de actos Saludo inicial Presentación del tema Vinculación con temas anteriores Exposición del tema Toma de apuntes por parte de los alumnos Ejercitación Corrección de la ejercitación Indicaciones para la ejercitación siguiente 5 Clave Habla formal, expositiva, clara, ordenada. 6 Intrumenta- Código 1: lingüístico oral y escrito, español 1 7. Norms (Normas) El anteúltimo componente alude a las reglas sociales que rigen tanto el evento como las acciones y reacciones de los participantes, sus intervenciones y sus interpretaciones. Por ejemplo, en la cultura rioplatense forman parte de las normas interaccionales de una charla informal el hecho de ceder el turno de habla al interlocutor cuando los hablantes se superponen. Si dos personas comienzan a hablar en simultáneo y ninguna de ellas cede su turno para que el otro hable primero es posible que se rompan las normas de cortesía y la charla devenga en discusión. 8. Genre (Género) Una charla informal, una entrevista de trabajo, una escritura de compra-venta, una publicidad son algunos ejemplos de géneros; es decir, formatos de uso de la lengua que tienen sus propias reglas en cuanto a la forma y en cuanto al contenido. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 23 24 Cuaderno N° 3 7 8 La lengua como hecho comunicativo lidades rioplatese, erudito, formal y académico. Código 2: matemático. Medio: pizarrón, gráficos, carpeta. Normas No interrumpir al profesor ni a los compañeros. Levantar la mano para hacer solicitar el turno de habla. Cumplir con las indicaciones del docente. No deambular por el aula. Género f. Significa, además, que la lengua es un elemento más dentro de los posibles medios de comunicación que existen en una cultura; por lo que se espera que el investigador sea capaz de dilucidar cuál es la función de cada código en cada cultura. g. Finalmente, encontramos que se accede a la cultura a través de una unidad tripartita (situación suceso(s) acto(s) de habla) y existen unos componentes del habla. Exposición oral. Apunte. h. Estos componentes son objetivos, sí son universales, al menos a priori, aunque se debe definir para cada caso cómo es que se realizan y cuál es su peso relativo dentro de cada situación. 3.3. Metodología Hasta ahora sabemos que: a. No alcanza con conocer la gramática, es decir, con nacer dotado de un órgano del lenguaje y que este se desarrolle de manera “normal” hasta alcanzar la competencia lingüística en una lengua particular. b. Es necesario que, además, el hablante sepa cómo y cuándo usar esa competencia lingüística; es decir que debe también estar dotado de una competencia comunicativa. c. La competencia comunicativa se define por la pertenencia a una comunidad lingüística en el marco de una cultura. d. Pero la competencia comunicativa no se reduce a saber usar la lengua, sino también implica saber cuándo estar callado, cuándo intervenir, cómo moverse, y el domino de otros códigos comunicativos, como el musical, el gestual, el pictórico, etc. Tenemos el modelo completo. Solo nos falta comprender cómo es que el investigador accede al estudio de la cultura. Aunque a esta altura resulte obvio decirlo, la respuesta está en la etnografía. 3.3.1. La observación participante El etnógrafo trabaja por observación, se involucra con la cultura que es objeto de su estudio y, a partir de allí, produce conocimiento. Fasold explica qué es lo que busca el etnógrafo durante su tarea: “La meta del trabajo de la etnografía del habla, y de otros estudios antropológicos, es obtener una comprensión global de las perspectivas y valores de una comunidad como una forma de explicar las actitudes y conductas de sus miembros (…), una compresión íntima de la comunidad” (Fasold 1990: 74-75). e. Esto significa que el lenguaje y sus funciones son relativos a cada cultura particular, por lo que no importan los universales sino lo específico de cada lengua. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 25 26 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo Dos puntos de vista: emic y etic La antropología es una disciplina especialmente reflexiva sobre su modo de construir el conocimiento, dado que a esta clase de investigadores les cuesta particularmente separar de manera clara y adecuada sus valoraciones personales de las que son propias de los actores que él estudia. Desde el momento en que los antropólogos comenzaron a cuestionarse esta especificidad de su práctica fueron consientes de que en sus reportes existe siempre una doble mirada: la mirada de los sujetos que están siendo estudiados y su propia mirada interpretativa. A estos dos puntos de vista se los denomina emic y étic, respectivamente. Estos dos términos fueron acuñados Pike (1967), un lingüista, aunque Boas en Estados Unidos y Malinowski en Europa ya estaban problematizando el su mirada como investigadores. Este último autor da cuenta de ello en Los argonautas del Pacífico occidental (1922). Los antropólogos integran el punto de vista emic y el etic en distintos momentos de su trabajo. En algunos momentos, el investigador proyecta su mirada desde dentro de la comunidad que estudia, lo que implica asumir temporalmente los valores y las apreciaciones de los nativos, esto es, el punto de vista emic. Esta mirada se logra a través de un método de investigación específico, la observación participante: el antropólogo se mete de lleno en la cultura que pretende captar, convive con los nativos e intenta convertirse en uno más. El objetivo de esta fase del trabajo es eludir la distorsión de analizar los valores ajenos con parámetros propios. Por otra parte, la mirada etic se alcanza observando el sistema desde fuera, es decir, como si el antropólogo estuviera fuera de la sociedad que estudia. Así que, una vez finalizado el trabajo de campo, el antropólogo coteja los dos puntos de vista, establece analogías entre la cultura que ha estudiado y la suya propia; además de las comparaciones pertinentes con otras culturas de las que tiene conocimiento indirecto. Sobre este asunto, Dell Hymes afirma que “la objetividad etnográfica es objetividad intersubjetiva, pero en primera instancia, la objetividad intersubjetiva en cuestión es la de los participantes en la cultura” (1965: 68). La observación participante es la manera en que se efectiviza la actividad del etnógrafo. Esta requiere de mucho compromiso —no solo intelectual sino también físico— por parte del investigador, ya que deberá integrarse a la cultura que es objeto de su interés tanto como le sea posible. Los antropólogos pasan semanas, meses y hasta años viviendo con la comunidad nativa. Durante ese tiempo, deben tomar nota de todo lo que ven, entrevistar a los miembros de la comunidad —a todos, desde los más importantes hasta los más anónimos— e integrarse en las actividades que estos llevan a cabo: cocer, cantar, trotar o lo que sea que hagan los nativos. Durante este proceso, el antropólogo tiene que dejar de lado sus prejuicios, sus ideas previas, sus preconceptos, dado que debería ser capaz de comprender las cosas que ve y que le cuentan desde el punto de vista de la comunidad. Estos significa que los investigadores tienen que correrse de su punto de vista (llamando etic) y colocarse en el punto de vista nativo (llamado emic) para lograr capturar el verdadero significado de los hechos, ritos, costumbres, hábitos y conductas que conforman esa cultura. Y “verdadero” significa, en este caso, “propio de la comunidad”. No importa qué significa un matrimonio, por ejemplo, para el investigador, en su cultura; si está estudiando el matrimonio entre los mapuches deberá ser capaz de comprender qué sentido le dan estos. El punto de vista del investigador interviene como elemento contrastivo, dado que aportará su conocimiento de los hechos en otras culturas (investigadas por él mismo o por sus colegas) y en la propia. En los casos en que la investigación se lleva a cabo dentro de la propia cultura —por ejemplo, un etnógrafo del habla porteño que ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 27 28 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo estudia las interacciones docente-alumno en las escuelas de Buenos Aires— la tarea es todavía más difícil: solo una introspección concienzuda —esto es, la observación detallada y crítica de los propios actos y pensamientos— permite desprenderse de las ideas que poseemos cada uno de nosotros sobre lo que somos y lo que hacemos. Es necesario que, en estos casos, el antropólogo y el etnólogo miren con ojos nuevos, vírgenes, aquello que les resulta más conocido: su propia cultura. Es necesario, entonces, ser un extranjero dentro de su propia casa. los componentes, sino que tales combinaciones vienen dadas por la cultura (Duranti 1988: 262). b. además, si el investigador es capaz de dilucidar de qué modo la comunidad se relaciona con cada uno de los componentes de la comunicación, logrará comprender cuál es el rol de la lengua en esa cultura. c. En este sentido, deberá ser cuidadoso de no tomar el valor de un canal o un código como si fuera igual en todas las culturas: esto significa asumir (y no perder de vista) que la lengua oral u escrita y otros sistemas de comunicación tienen un valor específico en cada comunidad. 3.3.2. ¿Qué mira el etnógrafo del habla? Específicamente en el caso de los etnógrafos del habla, la observación participante estará orientada a estudiar la cultura a través del estudio de las situaciones de habla particulares que la conforman. Dijimos más arriba que el concepto de evento comunicativo —o situación de habla— se utiliza como un constructor teórico para capturar la experiencia cultural, para hacerla ininteligible. Si el objeto de estudio son las culturas en tanto comunidades organizadas como sistemas de hechos de comunicación, el etnólogo debe describir precisamente tales hechos de comunicación. Su observación participante estará orientada a descubrir y describir cada una de las situaciones, sucesos y actos de habla y para hacerlo cuenta con la taxonomía de componentes que propone Dell Hymes. Si esta teoría defiende la idea de que el habla cumple diversas funciones en cada cultura, o sea, una posición relativista, entonces: a. para cada comunidad los eventos de habla estarán compuestos por una combinación particular de componentes y no otra: no es posible combinar libremente ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 29 Duranti (1988: 262-263) destaca el valor heurístico del modelo de SPEAKING, y reconoce que la diversidad de métodos de la etnografía del habla —subjetivo, intersubjetivo y objetivo— resulta fiel a la complejidad del lenguaje como una praxis, en lugar de reducirlo a unos principios independientes y abstractos; es decir que la propuesta de Dell Hymes logra captar y mantener unida la totalidad de la comunicación. Sin embargo, este modelo tampoco está exento de críticas (Duranti 1988: 263-264): si bien es un valor, el hecho de que se respeten las taxonomías nativas en lugar de proponer denominaciones a priori para los eventos comunicativos orienta la investigación hacia lo que los miembros de una cultura describen como relevante; esto, contrariamente a lo esperado, podría implicar que algunos eventos comunicativos sean dejados de lado e ignorados por el investigador pese a su importancia. En rigor, lo que los etnólogos terminan por estudiar “es una mezcla de lo que los miembros de una cultura describen como relevante y de lo que se espera que ellos mismos documenten de acuerdo con su condición de miembros de una determinada tradición investigadora” (1988: 264) 30 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo 4. LA ETNOGRAFÍA DEL HABLA Y OTROS ESTUDIOS DEL LENGUAJE En “La etnografía del habla: hacia una lingüística de la praxis” (1988), Duranti ubica la etnografía del habla en relación con sus puntos de contacto y sus puntos de divergencia con cuatro perspectivas lingüísticas: la sociolingüística, la pragmática, la gramática generativa y el análisis de la conversación. En cuanto a la sociolingüística, Duranti considera que la etnografía del habla se constituye como un subcampos (1988: 254): si la sociolingüística es el estudio sistemático del uso lingüístico en la vida social, la etnografía del habla es una rama dentro de esta. Sin embargo, estas dos disciplinas tienen diferencias teóricas y metodológicas, ya que discrepan en cuanto a su modo de entender el concepto de uso, el de habla y el de competencia compunicativa: a. Uso (Duranti 1988: 245-256): mientras que los sociolingüistas identifican uso con la noción de parole, por oposición a langue, y los modelos cognitivos pretenden dar cuenta del comportamiento humano por medio de un conjunto de reglas independientes del contexto; los etnógrafos del habla consideran que el uso lingüístico debe interpretarse como el uso del(los) código(s) lingüístico(s) en el desarrollo de la vida social, en contextos específicos. b. Habla (Duranti 1988: 256): este término se diferencia radicalmente de las propuestas anteriores, dado que es introducido por Hymes para señalar el papel activo del código humano, orientado a la praxis. Estos significa que designa una forma de trabajo humano, la forma de comportamiento cooperativo filo y ontogenéticamente más poderosa (Vygotsky 1978) c. Competencia comunicativa (Duranti 1988: 256-259): este concepto es enteramente acuñado por Dell Hymes, por lo que es imposible rastrearlo en la sociolingüística. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 31 Por otro lado, en cuanto a la pragmática, esta disciplina coincide con el interés por la relación entre el lenguaje y la acción que presenta la etnografía del habla. Ambas disciplinas dan cuenta de lo que los hablantes hacen con el lenguaje, la labor realizada por y a través de este: el modo en que el lenguaje interviene en la configuración de las identidades y las relaciones sociales, cómo incide sobre la concepción del mundo de una comunidad, de qué modo participa en los eventos comunicativos individuales y sociales, su papel en cuanto a la rutura y/o refuerzo de barreras físicas, políticas y culturales. Las diferencias entre la pragmática y la etnografía del habla se deben a que esta última presenta mayor grado de preocupación por el contexto sociocultural en el que se enmarca el uso del lenguaje y otorga un énfasis menor a los sistemas de notación lógica. En cuanto a la relación etnografía del habla/gramática generativa, estas dos ramas de los estudios del lenguaje coinciden en postular la existencia de una competencia lingüística; mientras que la etnografía del habla se diferencia de la gramática generativa mediante el concepto de competencia comunicativa que incluye y supera a la otra (Duranti 1988: 257). Según Duranti, Dell Hymes se aleja de Chomsky al sugerir la necesidad de una competencia comunicativa que permita acompañar la descripción gramatical con condiciones de pertinencia, además de complementar el código gramatical o lingüístico con otros aspectos del comportamiento gobernados por reglas. Entonces, las concepciones del término “competencia” que manejan uno y otro autor son diversas. Para el generativismo, el conocimiento puede estudiarse separadamente de la actuación, que se define como la ejecución que se realiza de aquel. Esta perspectiva excluye factores no lingüísticos, como las creencias y las actitudes y propone la autonomía de la gramática. Contrariamente, en la etnografía del habla, participación, actuación y conocimiento 32 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo intersubjetivo son componentes igualmente esenciales de la capacidad de ‘conocer una lengua’ que es, por lo tanto, dependiente del contexto (Duranti 1988: 257). Finalmente, el análisis de la conversación se encuentra con la etnografía del habla en su recuperación del papel del habla en la creación del contexto y en la necesidad de adoptar la perspectiva de los participantes para el estudio de las interacciones (Duranti 1988: 266). Sin embargo, ambos marcos teóricos difieren en su concepción de lo que constituye el contexto —el análisis de la conversación excluye cualquier elemento por fuera el intercambio de turnos— y en cuanto a la universalidad implícita de los turnos de habla (1988: 266-267). 5. NO TODO ES TAN SENCILLO 5.1. El contexto El concepto de “contexto” resulta central en los estudios de la etnografía del habla, dado que piensa el lenguaje siempre en relación con una comunidad hablante, en el marco de una cultura. Tal como relata Duranti (1988: 259), el término tiene su origen en los trabajos de Malinowski, quien introduce los conceptos de contexto de situación y lenguaje como modo de acción. Posteriormente, el concepto de contexto se ha ido redefiniendo de manera tal que en él cupieran toda la gama de hablantes, las dimensiones espacio-temporales de la interacción y los objetivos de los participantes. Esto llevó a la etnografía del habla y otras corrientes a adoptar y discutir las nociones de comunidad de habla, evento comunicativo y actos de habla (Duranti 1988: 260). El problema de los límites de la comunidad lingüística no es restrictivo a esta área particular de los estudios del lenguaje. De hecho, todos los investigadores del lenguaje en relación con lo social se cuestionan sobre este punto. Del mismo modo, Dell Hymes afirma que “La cuestión de los límites de la comunidad lingüística y, ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 33 de hecho, de cuántas comunidades lingüísticas hay dentro de una comunidad, llega a ser un problema desde el punto de vista estrictamente etnográfico” (1964: 72). Dicho en palabras de Fasold (1990: 67): para los propósitos de la descripción etnográfica, ¿cómo decidimos qué es un grupo social? Dónde empieza y dónde termina una comunidad lingüística, cómo saber quiénes forman parte de ella y quiénes no, qué rasgos objetivos se usan como parámetro para delimitar un grupo social lingüísticamente homogéneo son preguntas que muchos investigadores responden de manera diversa. Es decir, no hay acuerdo sobre este punto (Fasold 1990: 68). La respuesta de los etnógrafos no zanja la discusión pero al menos operativiza el trabajo. Por una parte, Dell Hymes coincide con los sociolingüistas al considerar que todos los miembros de una comunidad de habla comparten las mismas reglas para hablar, además de al menos una variedad lingüística. Esto significa que una comunidad de habla no se define por el hecho de compartir una lengua, sino como el conjunto de personas que comparten las reglas para interpretar al menos una lengua o una variante lingüística (Duranti 1988: 260). El evento comunicativo también define el contexto, dado que se trata de la actividad social en la cual el habla tiene lugar: a diferencia de la sociolingüística, la comprensión de la forma y el contenido de la conversación diaria implica, en sus distintas manifestaciones, la comprensión paralela de la actividad social en la que el habla tiene lugar (Duranti 1988: 261). Desde este enfoque, el habla desempeña un papel central en la constitución del evento social. Finalmente, en cuanto al acto de habla, se trata de un concepto que acentúa la dimensión pragmática del habla y que también afecta el concepto de contexto. Si bien esta denominación proviene de la Teoría de los Actos de Habla de Austin (1975), en 34 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo ambos casos implica que el mismo enunciado puede usarse para cumplir diferentes fines según se apoye en distintos conocimientos compartidos sobre el evento social en el que tiene lugar el habla. A la etnografía del habla le interesa particularmente la relación que existe entre la noción de Austin y diversos aspectos de las teorías locales de la comunicación y de la interpretación 5.2. Lo universal y lo particular en las lenguas y en las culturas Siendo empleado de una compañía de seguros contra incendios, Whorf nota que los sujetos actúan de acuerdo al significado que atribuyen a las palabras, hecho que desemboca muchas veces en un accidente: no solo la situación física sino el significado de la situación es un factor que a través del comportamiento de las personas se traduce en incendio. En particular, observa que las personas actúan de una manera diversa si se encuentran en un depósito de “tanques de gasolina” —en cuyo caso tienen un cierto cuidado— o si están en un depósito de “tanques de gasolina vacíos”, donde son más descuidados. En “La relación entre lenguaje y pensamiento y conducta habituales” (1941), Whorf presenta este hecho como una prueba a favor de su idea de que la conducta está condicionada o determinada por el lenguaje. Según el autor, el alto índice de incendios en los depósitos de tanques de gasolina vacíos se debe a que los hablantes asocian dos categorías lingüísticas —“tanque de gasolina lleno” y “tanque de gasolina vacío”— con dos situaciones del mundo —posibilidad de accidente vs. no-posibilidad de accidente— y actúan en función de estas ideas. Según Whorf, entonces, el lenguaje determina el pensamiento y este modela la conducta. cosmovisión dada y determinan el pensamiento —y en consecuencia la conducta— de los hablantes. Esto significa que el modo de organización formal de cada una de las lenguas del mundo correlaciona con la manera en que cada comunidad entiende la realidad, el modo en que conceptualizan su vida. Esto significa, además, una unión muy fuerte entre la lengua, el pensamiento y la cultura, al punto tal de que una versión “fuerte” de esta hipótesis habla de determinación: la forma de la lengua determina la imagen de mundo de los sujetos que la hablan. Por ejemplo, la gramática del español permite construir el mundo de la experiencia de las emociones de dos maneras: una en la que el sujeto que experimenta la emoción es “más activo” y otra en la que este sujeto es “más pasivo”. Cuando decimos “Camila disfruta de la lectura” estamos colocando a Camila como la persona que experimenta un placer y a la lectura como el objeto de ese placer. Pero si decimos “A Camila le gusta leer” estamos colocando a la misma persona, Camila, en un lugar más pasivo, dado que la lectura es algo que genera un efecto —el gusto— sobre ella. Entonces, según la hipótesis Sapir-Whorf, la gramática del español nos permite pensar las emociones de dos maneras, una en la que somos protagonistas de la emoción y otra en la que las emociones impactan sobre nosotros. Nos habilita a este modo y solo este de entender el universo de las emociones. La lengua, en este sentido, determina, condiciona nuestra percepción del mundo. Igualmente, la gramática del español nos ofrece una serie de opciones para catalogar la experiencia de la temperatura —por ejemplo, “helado”, “frío”, “tibio”, “caliente”, “hirviendo”—, por lo que solo podemos reconocer esas categorías y ninguna otra a la hora de construir nuestra cosmovisión. En base a esta idea se construye la “hipótesis Sapir-Whorf” —denominación que toma su nombre de las investigaciones de Whorf y de su maestro, Sapir—, según la cual las particularidades formales de una lengua se relacionan con las especificidades de una Existen dos modos de interpretar la hipótesis whorfiana. La primera versión de esta hipótesis es la menos aceptada: sugiere que el relativismo lingüístico es estructural, es decir, que la especificidad ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 36 35 Cuaderno N° 3 La lengua como hecho comunicativo de una lengua determina el pensamiento, la experiencia y la conducta. A esta variante se denomina “relativismo fuerte” dado que establece que la lengua es la causa de las características de la cultura: la comunidad de habla solo puede comprender el mundo tal y como sus categorías lingüísticas le permiten hacerlo; es decir que la lengua determina fuertemente el pensamiento de los hablantes. La segunda variante de la hipótesis del relativismo se denomina “débil” y propone que existen diferencias en el uso del lenguaje en cuanto a las pautas culturales y su importancia para la experiencia y la conducta. Para dar cuenta de estas particularidades culturales, el investigador debe realizar inferencias a partir de los datos etnográficos relacionados con las funciones lingüísticas. En este caso, no se proponen relaciones de causa-efecto entre la lengua y pensamiento, el modo de entender la realidad. Dell Hymes (1964: 76-77) sostiene que la hipótesis whorfiana fuerte da por hecho que el rol funcional de la lengua en relación con la cosmovisión es el mismo en todas partes, para todas las culturas: en todas las comunidades la lengua tiene la misma función en relación con el modo de construcción de la experiencia. Por lo tanto, este autor está en desacuerdo con el universalismo transcultural de Sapir-Whorf y propone, como contrapartida, el relativismo del rol funcional de la lengua a nivel transcultural: las lenguas cumplen distintas funciones en cada cultura. Según Hymes, la relatividad lingüística de Whorf es secundaria: depende de una relatividad sociolingüística primaria, la del compromiso diferencial de las lenguas en la vida social, dado que el papel de una lengua como instrumento para categorizar la experiencia no puede separarse de su papel como medio de comunicación. De hecho, si el código lingüístico es pensado como uno más de los componentes del evento de comunicación queda al descubierto su multifuncionalidad dentro de los distintos propósitos de la comunicación y la vida cultural. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 37 6. LECTURA COMPRENSIVA 1) ¿Qué es la etnografía del habla y cuál es su área específica de estudio? 2) Compará la idea de uso lingüístico en el ámbito formal y en el de la etnografía del habla. 3) ¿Qué significa el término competencia comunicativa y qué relación establece con la competencia lingüística propuesta por Chomsky? 4) ¿Qué idea de contexto propone la etnografía del habla y cómo ha ido evolucionando este concepto? 5) ¿Qué es la comunidad de habla y qué problemas presenta este concepto? 6) Definí la unidad de análisis de la etnografía del habla. 7) Enumerá y describí cada uno de los componentes del habla. 8) A partir del modelo de la etnografía del habla, proponé al menos tres eventos comunicativos y analizá sus componentes. 7. BIBLIOGRAFÍA Duranti Alessandro, (1992) La etnografía del habla: hacia una lingüística de la praxis, en Newmeyer, F. (ed.) Cambridge Linguistic Survey. T. IV. The sociocultural context. Cambridge U.P Fasold, R. (1990) La etnografía de la comunicación, en Fasold, R. Sociolingüística del lenguaje. Buenos Aires: Docencia. Guber, R. (2001). La etnografía. Método, campo y reflexibilidad. Bogotá: Norma. Capítulo 1. Hymes, D. (1964) Hacia una etnografía de la Comunicación, en Garvin y Lastra (ed) Antología de etnolingüística y Sociolingüística. México: UNAM, 1974. 38 Cuaderno N° 3 Whorf, B. (1941) La relación entre lenguaje y pensamiento y conducta habituales, en Garvin, P. L. y Y. Lastra de Suárez (comps.): Antología. Estudios en etnolingüística y sociolingüística. México: UNAM. ISPEE / Lingüística / Prof. Cecilia Serpa 39