Salut 10 N.4
Transcripción
Salut 10 N.4
Insomnio Higiene del sueño En principio el insomnio es la queja sobre la incapacidad para obtener un sueño suficiente en calidad o cantidad. Puede expresarse como dificultad para conciliar el sueño, para mantener la continuidad del mismo o despertarse antes de lo deseado. Con el tiempo puede afectar de forma importante a la calidad de vida y llegar a constituir una verdadera enfermedad. 12 La Ribera Área de Salud 10 Salut 10 U na persona que padece insomnio tiene problemas para dormir, tarda más de 30 minutos para conciliar el sueño, se despierta con frecuencia por la noche y tiene muchas dificultades para volver a dormirse. Esta persona, además, percibe el sueño como de mala calidad y poco reparador. Para poder considerarse insomnio, estas situaciones de sueño de mala calidad deben repetirse al menos 3 o más noches por semana y producir un importante malestar durante el día. En la actualidad, una de cada tres personas sufre de insomnio con cierta frecuencia y una de cada diez presenta el problema de forma crónica (cuando el insomnio se alarga más de tres meses de forma continua). El insomnio no afecta a todas las personas por igual. Cada individuo tiene una predisposición individual al insomnio que depende de muchos factores, algunos de ellos desconocidos. Determinados estudios permiten afirmar que las personas más afectadas por el insomnio suelen ser personas con tendencia a preocuparse en exceso por todo, a interiorizar los problemas, hiperactivas, perfeccionistas y con rasgos ansiosos en su personalidad. VIDA DIARIA En la mayoría de las ocasiones, el insomne es incapaz de desconectar de la actividad y pensamientos de su vida cotidiana. Pierde capacidad de desconectar física y mentalmente antes de ir a la cama, así como de volverse a dormir tras los despertares nocturnos. Después de una época en la que el paciente ha padecido acontecimientos estresantes que le producían insomnio, la dificultad para iniciar y mantener el sueño queda instalada en el paciente aunque los acontecimientos que le impedían dormir con normalidad hayan pasado. Entonces, los pensamientos más banales del día le acompañan a la cama y la preocupación por el sueño se hace cada vez más importante. Cuando llega la noche, en vez de sentir una relajación progresiva, aumenta la tensión. El paciente con insomnio empieza a desarrollar creencias y hábitos en relación con el sueño que, aun creyendo que le ayudan, en realidad agravan el problema. Personas con este trastorno se suelen ir pronto a la cama y pasar muchas horas allí, la mayoría despierto. Creen que aunque no duerman, “al menos descansan”. En realidad, lo que poco a poco ocurre es que al final terminan asociando la cama a estar despierto y no a dormir, es lo que se denomina “condicionamiento o aprendizaje negativo”. En la cama, las personas con insomnio se “esfuerzan en dormir”. Este esfuerzo, en realidad, produce una activación que le dificulta la relajación. Cada vez que el sueño parece que va a llegar se escapa, aumentando la ansiedad y frustración. Al final, estas personas se duermen y nunca se acuerda del momento exacto debido a que necesariamente ocurre cuando se despistan y bajan la guardia. Otro error común que no propicia tener un sueño normal es convertir nuestra habitación en un cuartel general donde desarrollamos otras actividades, con el teléfono, la televisión, el ordenador, etc. No obstante, a parte de la imposibilidad de desconectar de la vida diaria, hay otros factores que impiden a numerosas personas conciliar un sueño sano y normal. Por ejemplo, hay determinados problemas psicológicos, como la ansiedad o la depresión, íntimamente asociados al insomnio. El insomnio asociado a un aprendizaje negativo es lo que llamamos insomnio primario o psicofisiológico. Este tipo de insomnio aparece a temporadas y no todas las noches son igual de malas. Suele haber tres o cuatro noches malas y una mejor, lo que se repite sucesivamente, sin un patrón fijo. A veces, los fines de semana el insomnio mejora, lo que puede deberse a una menor ansiedad asociada con la desconexión del fin de semana. PIERNAS INQUIETAS Otro de los factores causante de insomnio es lo que se conoce como síndrome de las piernas inquietas. A muchos pacientes les cuesta dormir y no dejan de dar vueltas en la cama hasta que quedan dormidos; o se despiertan y son incapaces de volverse a dormir. A veces, se acompaña de inquietud y movimiento constante por lo que puede ocurrir que presenten el síndrome de las piernas inquietas. Este síndrome consiste en una sensación de malestar, hormigueo, inquietud y a veces incluso dolor en las piernas y especialmente de rodillas para abajo, que se acompaña de una necesidad imperiosa de mover las piernas. Esta necesidad aumenta cuando el paciente está quieto o en reposo y desaparece o se alivia al moverlas. 13 INSOMNIO El paciente suele pensar que la necesidad de moverse en la cama y esos “nervios” en las piernas se deben a la imposibilidad de dormirse. Ocasionalmente, las piernas inquietas se manifiestan más intensamente en los despertares nocturnos impidiendo el volverse a dormir y no al inicio del sueño. Además, hay otras circunstancias que también afectan al sueño. Una de ellas es el trabajo a turnos que puede tener repercusiones importantes sobre la cantidad y calidad del sueño. Los trabajadores a turnos sufren más de ansiedad, depresión, trastornos digestivos y problemas de relación familiar que el resto de personas. Otras enfermedades, como el Parkison, insuficiencia cardiaca, la angina de pecho, el asma, etc... o la toma de determinados fármacos también puede ser causa de insomnio. RECOMENDACIONES El paciente insomne nunca debe esforzarse en dormir ni intentar “recuperar sueño” pasando cada vez más tiempo en la cama. Además, ha de tener siempre presente que el médico no es la única persona con responsabilidad para solucionar su insomnio; sin una implicación activa del paciente difícilmente mejorará el problema. Para ello, debe enfocar el insomnio con una perspectiva que le ayude a encontrar pistas que le permitan comprender cómo y por qué empezó y se instauró el trastorno del sueño. Debe identificar aquellas cosas o situaciones que lo mejoran o empeoran. El marco global de trabajo se basa en medidas de higiene del sueño y técnicas de control de estímulos para mejorar la asociación entre la cama y el sueño. Entre las medidas de higiene del sueño, los especialistas destacan las siguientes: – Reducir al máximo posible el tiempo en la cama, con un mínimo de 4 ó 5 horas. Si nuestro sueño, distribuido de una forma superficial y fragmentada a lo largo de 8, 9 ó 10 horas en la cama, lo concentramos en 4 ó 5 horas, parecerá de una mayor calidad y profundidad. – No intentar dormir o esforzarse en hacer que llegue el sueño. El sueño y la tensión/atención son incompatibles. Activados los mecanismos de vigilancia y estrés, el sueño sólo puede aparecer cuando estos disminuyen. – Intentar mantener horarios regulares. En especial, a la hora de levantarse. – No tomar bebidas excitantes ni alcohol. No tomar más de dos cafés al día y nunca después de las 17.00 horas. – Irse a la cama cuando tenga sueño. – Asegurarse que el dormitorio es un lugar confortable. • Una persona que padece insomnio tiene problemas para dormir, tarda más de 30 minutos para conciliar el sueño, se despierta con frecuencia por la noche y tiene muchas dificultades para volver a dormirse. 14 La Ribera Área de Salud 10 Salut 10 • Cada vez que el sueño parece que va a llegar se escapa, aumentando la ansiedad y frustración. • A muchos pacientes les cuesta dormir y no dejan de dar vueltas en la cama hasta que quedan dormidos; o se despiertan y son incapaces de volverse a dormir. • En la cama, las personas con insomnio se “esfuerzan en dormir”. Este esfuerzo, en realidad, produce una activación que le dificulta la relajación. Como hemos visto, el estilo de vida también afecta al sueño, por lo que un estilo de vida saludable ayudará a dormir mejor. Así por ejemplo, los especialistas recomiendan intentar trabajar y llevar una vida lo más plena y satisfactoria posible o evitar pensar que el insomnio es la causa de todos los problemas. Con el tiempo, los pacientes insomnes piensan cada vez más que “si durmieran mejor, tendrían menos problemas laborales, familiares y serían más felices”. Dr. Francisco Javier Puertas Cuesta. Coordinador de la Unidad de Sueño del Hospital de La Ribera. Es fundamental preparar a su organismo para ir a dormir, intentando desconectar antes de ir a la cama. En este sentido es bueno desarrollar rituales y hábitos previos a ir a la cama. Cada uno debe buscar aquello que más le ayuda a relajarse (leer, pasear, tomar un baño, ver la TV, escuchar música, tener aficiones,…). Los hábitos y rituales nos dan sensación de seguridad y nos ayudan a desconectar.