Comentario Macro (21 de octubre)
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Comentario Macro (21 de octubre)
Comentario Macro (21 de octubre) Por José Ramón Díez Guijarro En una reunión de transición, en la que no se esperaban novedades importantes en las grandes líneas de la política monetaria, este jueves la atención estaba centrada en la comunicación del presidente del BCE. Una vez descartada la posibilidad de nuevos estímulos monetarios convencionales (bajadas de tipos), todas las dudas se centran en el futuro del actual programa de compra de activos (QE) que, en teoría, finaliza en marzo de 2017. En este sentido, los mensajes de Draghi fueron bastante equilibrados, quizás reflejando las disensiones en el Consejo del BCE. Por un lado, se descarta un final abrupto del QE, lo que significa que el programa se extenderá en el tiempo. La duda es si con el mismo ritmo de compras que en la actualidad (80.000 millones mensuales) o, reduciendo poco a poco el volumen de adquisición de títulos (tapering). Probablemente la decisión no se ha tomado y dependerá de los datos que se publiquen hasta diciembre y, sobre todo, de la evolución de la inflación. Aunque operativamente también se empieza a detectar la escasez de algunas referencias para cumplir con la cuota de capital. De momento, el fenómeno de repunte de la inflación es moderado (hasta el 0,4% en la UEM), aunque generalizado. Y, por tanto, probablemente en seis meses habremos olvidado el riesgo de deflación. En EEUU, la inflación repuntó en septiembre hasta máximos desde octubre de 2014 (1,5% vs 1,1%), abandonando el estrecho rango 0,8%-1,1% en que se había mantenido desde febrero. Mientras, la inflación en Gran Bretaña ha subido hasta el 1% en septiembre desde el 0,6% en agosto. Ya se empiezan a notar los efectos negativos del encarecimiento de las importaciones, antes que los positivos en las ventas al exterior (la famosa curva J). El conflicto del Marmite (pasta de levadura que se toma para desayunar en las islas) entre Unilever y Tesco es sólo el principio de lo que puede ocurrir con los precios, lo que ha llevado a algún analista a especular con una subida de los tipos de interés en el Reino Unido. Lo que parece muy probable es que en los próximos meses veamos un aumento de la inflación cercano a un punto porcentual en la mayoría de países. Esto debería implicar el inicio de la normalización de la política monetaria. Y, en el caso del BCE, significaría un tapering en el segundo o tercer trimestre de 2017. De momento, el impacto en los tipos de interés a largo plazo de este cambio de tendencia en la inflación está siendo muy moderado, con subidas acumuladas en este mes algo superiores a los 15 puntos básicos. Y con claro apetito comprador en las últimas emisiones, como la primera realizada por Arabia Saudi en su historia, con tres referencias emitidas de deuda pública por un total de 17.500 millones de dólares o, la primera emisión del Tesoro español de un bono a 50 años (mediante el método de subasta), con una rentabilidad del 2,69%. 21 de octubre de 2016 Página 1 de 2 Con un ojo en las estrategias de inversión de cara al próximo año, ha resultado de especial interés conocer esta semana que el fondo soberano de Noruega ha decidido incrementar su exposición en renta variable de un 60% al 70% de su cartera. La decisión no es baladí, pues la capitalización del fondo gestionado por Norges asciende a 880 m.m. de dólares o, lo que es lo mismo, un 1,3% del valor de los mercados bursátiles mundiales. Así que ese incremento de exposición supondría una demanda potencial adicional para las bolsas de casi 90.000 millones de dólares, lo que no está nada mal. De hecho, desde que se publicó la noticia en FT, los mercados de valores han tenido un buen comportamiento. El fondo soberano noruego del petróleo, tiene presencia en 78 países y 9.000 compañías. Sólo en España, tiene activos por valor de 14.500 millones de euros, con 8.056 millones en renta fija y 7.529 millones en acciones de 80 compañías. Para un fondo soberano que debe tener como objetivo mantener el nivel del estado de bienestar para las generaciones futuras una vez que desaparezca el petróleo en Noruega, tiene sentido hacer esa apuesta estratégica, ya que, en términos relativos, la bolsa sigue siendo el mercado más atractivo, sobre todo, con una visión de medio plazo. Lo que parece difícil, aún con esta decisión, es alcanzar la rentabilidad real objetivo del fondo a 30 años que es de un 2,3%. 21 de octubre de 2016 Página 2 de 2