EXPERIENCIA WINTERHAWK

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EXPERIENCIA WINTERHAWK
SAFARI CLUB INTERNACIONAL
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EXPERIENCIA
WINTERHAWK
Por Antonio Vargas Martínez
A
finales de junio de 2013 leí
en la revista Caza y Safaris
un anuncio que decía así:
«Winterhawk Outfitters dará
la oportunidad a dos miembros jóvenes
del SCI de España y Sudamérica de
pasar un periodo de aprendizaje de
tres meses en su campamento base en
las Montañas Rocosas».
Desde el primer momento el
anuncio me llamó mucho la atención
y rápidamente empecé a pensar cómo
sería estar cazando en medio de los
parques naturales de Norteamérica.
Después de unos días de reflexión
hablé con mi familia sobre este asunto
y encontré plena aprobación, así que
nos pusimos a hacer las gestiones
oportunas para postular a la beca.
Unos días después me puse en
contacto con Luis de la Torriente, que
a su vez habló con Norbert Ullmann,
representante del SCI para Europa,
y a través de J. Thomas Saldías,
representante del SCI para Sudamérica,
nos pusimos en contacto con Larry y
Laura Amos, que son los propietarios
de Winterhawk Outffiters, y nos fuimos
pasando correos para dejarlo todo
preparado, ya que necesitaba conseguir
una autorización para viajar a EEUU y
debía pedirla ya, porque estábamos a
mediados de julio y tendría que partir
sobre el día 30 hacia Nueva York.
Mundos diferentes
En unos días preparé todo lo necesario
y contacté con Santiago Rossi, quien
había estado con esta misma beca el año
anterior, y además, tenía pensado volver
en la temporada 2013 para trabajar en
el rancho guiando cazadores. Santiago
me contó su experiencia el año anterior,
así como todo lo que necesitaría para
llevar una vida lo más cómoda posible
una vez en el campamento.
Durante los pocos días que me
quedaban para irme a las Rocosas
me estudié todo lo que pude sobre la
caza del elk.
El día 30 de julio salí de Madrid. En
el aeropuerto no les hizo mucha gracia
que fuese para tres meses sin visado,
ya que llevaba una autorización para
90 días, así que se entretuvieron en
hacerme todos los registros posibles
antes de dejarme embarcar en el avión,
y, además, me colocaron en el pasaporte una pegatina roja del tamaño de
un sello, lo que era raro porque a los
demás les ponían pegatinas verdes o
azules... Finalmente, subí al avión y
tras un vuelo bastante cómodo en el
que sobrevolamos Boston, aterrizamos en el Newark Liberty International
Airport, de Nueva York. El control para
entrar fue todo lo opuesto al que pasé
al salir de Madrid, al policía le llamó
mucho la atención que fuese desde
“Los aspectos más importantes que
se tratan en la escuela son los básicos
para poder trabajar con eficacia en el
ambiente de montaña en el que se realizan las
cacerías. El jefe de instructores es Larry que se
encarga de explicar lo que se refiere al negocio en sí”
Europa para conocer las tradiciones
cinegéticas norteamericanas y, básicamente, tuvimos una charla de unos
cinco minutos sobre calibres para caza
mayor: él usaba un .300 Win. y a mí me
faltó tiempo para alabar su sabiduría
y conocimientos de caza por tan sabia
decisión. Cuando el agente lo consideró oportuno dijo: «Welcome to the
United States of America!», a la vez que
estampaba el sello en mi pasaporte.
Una vez en Nueva York, volé al aeropuerto de Denver, allí hice una escala
de 16 horas y por la mañana volé a
Eagle que es un pequeño aeropuerto
a unas dos horas de la zona de caza.
En el vuelo hacia Eagle conocí a otro
chico que iba también a la escuela de
Winterhawk Outffiters.
Larry Amos nos estaba esperando
en el aeropuerto y nos recogió con
rumbo al campamento, aunque paramos antes en algunas pequeñas tiendas
para hacer compras y luego nos fuimos
en su imponente camioneta.
Escuela de caza
El campamento consiste en una serie de
tiendas en torno a la tienda principal,
que es la cocina-comedor-aula. Hay seis
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tiendas para clientes, otras seis para los
trabajadores y dos para las monturas.
Todas estas tiendas se calientan por
unos barriles con tiro al exterior, a
modo de estufa, en los que se enciende
el fuego por las tardes. Además, hay
otras tres tiendas-almacén y un gran
corral en el que están los caballos y
mulas que se usan para desplazarse
y transportar cargas.
Winterhawk Outffiters es una empresa
que lleva más de treinta años en el
negocio de la caza en EEUU, incluyendo
Alaska. La temporada de caza del elk
en su concesión empieza los primeros
días de agosto y Larry decidió, hace ya
unos años, hacer una escuela durante
el mes de julio en la que los alumnos
pudiesen aprender cómo funciona una
operación de caza, no sólo el hecho de
guiar cazadores, sino el funcionamiento
global de una operación con unas
características tan peculiares como
ésta, en la que la población más cercana
está a más de dos horas en coche. A
diario hay que montar y desmontar drop
camps usando mulas para transportar
los materiales, cuidar a los caballos,
llevar clientes para viajes de pesca o
caza, hacer leña para cuando llegue el
invierno, montar tiendas de campaña,
montar estufas, hacer caminatas en
grupo para acostumbrarse a estar a
más de 3.000 metros, salir a observar
caza, poner cámaras-trampa y, además,
asistir a clases teóricas...
Los aspectos más importantes que se
tratan en la escuela son los básicos para
poder trabajar con eficacia en el ambiente
de montaña en el que se realizan las
cacerías. El jefe de instructores es
Larry, quien se encarga de explicar
todo lo que se refiere al negocio en sí;
es decir, cómo se lleva desde el punto
de vista económico una empresa de
caza. También se encarga de explicar
todo lo referente a la preparación de
trofeos y manejo de caballos y mulas,
localización de campamentos, balística,
gestión de campamento y organización
de equipos.
En pa página de
apertura, Antonio
en un paisaje de
las Rocosas que
refleja toda la
belleza de la zona
de Winterhawk.
Sobre esta líneas
todos los alumnos
de la escuela de
outffiters con sus
instructores.
Reclamo, pesca,
supervivencia...
El instructor para caza de elk con
reclamo es un campeón del mundo en
esta modalidad, que durante dos días
estuvo en el campamento explicándonos
los pormenores de esta caza. Es increíble
como un buen llamador puede imitar
tan fielmente a un wapiti en época de
celo. En EEUU hay todo un mercado
de reclamos de macho y hembra y
en cualquier armería se encuentran
infinidad de ellos, cada uno con un
deje diferente.
En la escuela también se aprende
pesca con mosca durante tres días;
primero, lo teórico para tener una
idea de lo que hay que hacer y, luego,
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se va a alguno de los lagos de la zona
a practicar. Aunque parece increíble,
pican. El encargado de instruir a los
alumnos en pesca a mosca tiene más
de ciencuenta años de experiencia.
El instructor de caza es Bob, un
apasionado de la caza que se encarga de
enseñar los asuntos relacionados, como
guiar cazadores, forma de aproximarse a
la caza, huellas y otras señales, manera
apropiada de sacar y manejar la carne
de las piezas, equipo de caza (ropa,
armas, prismáticos, horquillas…).
Durante cuatro días se hace un
curso de supervivencia en el que se
trabaja sobre los puntos que hay que
saber en caso de que te pierdas en el
bosque (formas de obtener agua limpia,
formas de hacer una estructura en la
que protegerse de los elementos, como
conseguir alimento, encender fuego con
mechero, cerillas o sin ellos, navegación
con mapas, orientación por estrellas,
uso de cuchillos de supervivencia,
termorregulación y tratamiento de
heridas).
Elk con arco
Los primeros 45 días de la estancia
sirven para aprender y adaptarse al
funcionamiento del campamento, es
decir, prepararse para cuando lleguen
los cazadores en septiembre.
Una vez que termina el tiempo de
aprendizaje con clases teóricas, se pasa
a la parte de aprendizaje puramente
práctica. En el momento en el que el
campamento se llena de cazadores, el
trabajo se centra en ayudar a que todo
esté en orden.
Por la mañana hay que levantarse
como media hora antes que los cazadores
para tener todos los caballos ensillados
y listos cuando salgan en dirección al
cazadero. Algunos días se acompaña a
uno de los guías y cazadores durante
todo el día, otros hay que ayudar a
llevar y traer cazadores de los drop
camps, y además, hay que bajar al pueblo
a comprar comida muy a menudo,
porque en el campamento hay hasta
50 personas y 50 caballos a la vez.
Cada mañana se sale muy temprano, las
primeras tres semanas de la temporada
se dedican a la arquería, porque así
está previsto en las leyes de caza, de
modo que se colocan en los caballos
unas fundas para arco. Durante las
semanas de arquería se monta en el
campamento un pequeño campo de
tiro con siluetas de oso, elk, ciervo
mula y coyote. La técnica de caza de
elk consiste en cabalgar entre una hora
y media y dos horas y media, sierra
arriba desde el campamento, y una
vez en la zona de caza, se amarran los
caballos y se coloca a los cazadores en
puntos estratégicos de paso de los elks.
Normalmente van dos cazadores con
cada guía. Los cazadores se quedan
por delante y el guía se va unos 50
metros atrás y empieza a reclamar.
Se pretende que el elk, cuando vaya
a buscar el reclamo, pase entre los
cazadores a una distancia razonable
de tiro. Los cazadores se sitúan entre
40 y 50 metros uno de otro para que el
elk esté a tiro de uno de los dos antes
de llegar al guía. Durante la temporada
de arquería las tasas de éxito son
bastante bajas porque los animales
son muy salvajes y están sometidos
a mucha presión cinegética.
Cazadores ‘públicos’
A la caza en este tipo de operaciones le
afecta mucho la temperatura, ya que
el viento, las tormentas y las nevadas
van moviendo a las presas por toda la
zona. Además, hay que saber usar el
factor de los cazadores ‘públicos’, que
son lugareños que compran el precinto
y se lanzan a cazar sin contratar un
outfitter; es decir, sin guía ni medios
más allá que sus propios pies. Estos
cazadores suelen cazar en las zonas
más cercanas a la carretera o lo más
lejos que puedan llegar con su coche,
pero como no tienen caballos y si los
tienen no pueden llevar mucho equipo
y comida con ellos, normalmente hacen
incursiones de 3 o 4 días al cazadero y
se limitan a una zona determinada.
El movimiento de los cazadores
públicos es muy conveniente para los
cazadores que contratan un outfitter,
porque lo que hacen estos cazadores
es repretar la caza de las zonas bajas
hacia la montaña. Ninguno de los
cazadores públicos puede llevar guía,
porque sólo quien tiene los derechos
para ser outfitter en la zona puede
proveer a cazadores, pescadores y
turistas de todo tipo de servicios.
Durante la temporada de arquería me
sorprendió que sólo se quedaron dos
o tres elks heridos sin encontrar y lo
concienzudos que son los cazadores
arqueros con su entrenamiento, forma
física y elección de equipo.
Cuando se consigue cazar un elk y
cobrarlo, es el momento de llevarlo
de vuelta al campamento. En el justo
momento en el que se cobra el trofeo,
se da un aviso por radio al campamento
para que envíe un grupo formado por dos
packers y dos mulas. Mientras que llegan
al lugar donde está la pieza abatida, el
guía va sacando la piel del elk, quitando
las perlas y despiezándolo, ¡es increíble
la cantidad de carne que sale de uno de
estos animales! El cazador americano le
da tanto valor al trofeo como a la carne y
todos llevan unas neveras grandes para
poder llevarse a casa hasta el último
gramo de su carne.
«La técnica
de caza de elk
consiste en
cabalgar entre
una hora y media
y dos horas y
media, sierra
arriba desde el
campamento,
y una vez en la
zona de caza,
se amarran
los caballos
y se coloca a
los cazadores
en puntos
estratégicos».
Un poco de relax
La cuarta semana de arquería coincide
con la de avancarga y durante esos días
“Mientras que llegan al lugar
donde está la pieza abatida,
el guía va sacando la piel
del elk, quitando las perlas
y despiezándolo. El cazador
americano le da tanto valor al trofeo
como a la carne y todos llevan unas
neveras grandes para poder llevarse a
casa hasta el último gramo
de su carne”
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llegan cazadores con sus armas de cargar
por la boca y pólvora negra. Algunos
utilizan armas de modelos clásicos
tipo western y otros cazadores optan
por modelos totalmente sintéticos
y modernos. Durante la semana de
avancarga sube bastante la efectividad
de los cazadores porque con un arma
de avancarga moderna se puede hacer
diana a más de cien metros y puede
llegar a tener una potencia parecida
a algunos calibres de caza mayor
habituales.
Me llamó mucho la atención que
disponen de un compresor de aire
para sacar la bala sin necesidad de
disparar, simplemente enchufando
el compresor por la chimenea, la bala
va saliendo poco a poco.
Después de la temporada de arquería
y avancarga hay diez días de descanso
hasta la temporada de rifle, así que todos
los que estábamos en el campamento
tuvimos tres jornadas de asueto y en
el segundo turno me bajé con Martin
Peyloubet y Santiago Rossi a Grand
Junction, que es una ciudad a unas
cuatro horas del campamento. Nos
alojamos en un super 8 y pasamos los
tres días entre vaciar Cabela´s y vaciar
Sportsman Warehouse, que son las
dos armerías más grandes de Grand
Junction. Me gustaron mucho las dos
porque tienen una variedad y cantidad
de productos que es difícil imaginarse
antes de estar allí. Hay estanterías con
cientos de rifles y escopetas, y en la zona
de armas de aire comprimido la mayoría
de las armas eran de la marca española
Gamo. Además, estas macroarmerías
tienen todo lo relacionado con aventura
y se pueden comprar desde tiendas de
campaña y sacos de dormir hasta cocinas
de campo y embarcaciones.
La experiencia de ducharme en una
ducha de verdad con agua caliente
después de dos meses fue indescriptible
y también lo fue dormir en un colchón
y hacer un skype con familia y amigos.
Los tres días que pasamos en Grand
Junction parecieron bastante más y
volvimos al campamento con las pilas
cargadas para el que sería mi último
mes en EEUU.
Con tres buenos
ejemplares de elk
o wapiti (Cervus
canadensis): a la
izquierda, en plenas
Rocosas y, arriba, en
el campamento.
Una experiencia edificante
Cuando volvimos al campamento
estuvimos varios días cortando leña de
pino para tener bastante almacenada
para cuando llegasen los cazadores
y lo cierto es que entre unas catorce
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personas haciendo leña durante unos
diez días, se hace mucha leña.
Ya se nota el invierno, empieza a
nevar con frecuencia y, aunque la
nieve se derrite por las tardes, a cierta
altura ya hay nieve constante. Para la
temporada de rifle hay que estar muy
pendiente de que la nieve no destroce
las tiendas por el peso que ejerce en el
techo, así que hay que recorrer a diario
todos los drop camps para vaciar de
nieve los techos.
Al empezar la temporada de rifle sí se
vio un éxito en la caza significativamente
superior al que hubo durante la
temporada de arquería; un rifle es
un rifle, al fin y al cabo, y la tasa de
éxito es bastante alta. Para esta época
ya empieza a hacer falta equipo técnico
para aguantar las inclemencias del
tiempo durante los ratos que hay que
cabalgar cada día.
La temporada de rifle es más dura
que las anteriores porque el frío
juega un papel muy importante. La
mayoría de los cazadores llevan rifles
del calibre .300 WM, 30-06 Spr. y 7
mm. Normalmente son rifles sintéticos
de cerrojo de marcas americanas, con
visores también americanos. No vi
ningún visor desmontable, todos eran
“Cuando volvimos al campamento
estuvimos varios días cortando leña
de pino para tenerbastante almacenada para
cuando llegasen los cazadores y lo cierto es que entre
unas catorce personas haciendo leña durante unos
diez días, se hace mucha leña”
visores fijos. Tampoco vi ningún rifle
o visor bueno ni de marcas europeas.
Un cazador no se creía que en Europa
tuviésemos monturas desmontables
para los rifles y que, después de quitar
y poner el visor, siguiese dando en el
mismo sitio.
La actitud de los cazadores americanos
hacia la caza es muy deportiva, porque
asumen con normalidad cuando no cazan
nada, que es la mayoría de las veces, y
si consiguen cazar algo lo viven con
pasión, dándole una gran importancia a
la pieza, independientemente del trofeo,
y algunos que no llegaban a ver elks se
marchaban contentos y reservando
fecha para la temporada próxima.
Hay que destacar como se adaptan
los cazadores a las duras condiciones
de caza: muchos de ellos se preparan
antes de la cacería haciendo deporte a
diario, yendo al campo de tiro a menudo
y comprando cantidad de material de
caza específico para la cacería del wapiti
en las Montañas Rocosas.
Durante la última semana fui a
Glenwood Springs a comprar alfalfa
para los caballos, concretamente cuatro
palés que se colocaban en un remolque
muy grande. Y el último día bajé con
Joe a Glenwood a comprar gasolina y
calientamanos y me quedé en el hotel
de Eagle para coger el avión a la mañana
siguiente y volver a España.
En conclusión, la experiencia de
haber estado en Estados Unidos
aprendiendo sobre la caza ha sido
positiva y quiero agradecer a Larry
Amos y su familia, a la revista Caza y
Safaris y al Safari Club Internacional
la oportunidad que me han brindado.
¡Gracias! CyS
Antonio en la
puerta de la
famosa franquicia
de armerías
Cabela’s.
Dos aspectos importantes del
campamento, el habitáculo y el
transporte de mercancías, ya que
está situado a dos horas en coche de
cualquier lugar habitado.
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