QUÉ HACER CON EL CORVEJÓN FELINO
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QUÉ HACER CON EL CORVEJÓN FELINO
QUÉ HACER CON EL CORVEJÓN FELINO Sorrel Langley-Hobbs M.A., B.Vet.Med., DSAS(O), DECVS, FHEA, MRCVS Professor in Small Animal Orthopaedic Surgery, European Specialist in Small Animal Surgery, School of Veterinary Sciences, University of Bristol, Langford, Bristol, BS40 5DU [email protected] ANATOMÍA DEL TARSO Huesos y articulaciones - El tarso (corvejón) es una articulación compuesta que está integrada por siete huesos que forman tres filas irregulares y cuatro articulaciones principales: La articulación tarsocrural, la articulación intertarsiana proximal (formada por la talocentral y la calcaneocuartal), y la intertarsiana distal (centrodistal) y la articulación tarsometatarsiana. También existen numerosas articulaciones intertarsianas entre cada uno de los huesos del tarso. Ligamentos - Los ligamentos tibioperoneos inferiores unen el peroné a la tibia y garantizan una conexión muy ceñida pero elástica entre ambos huesos. El amplio y potente ligamento tibioperoneo craneal discurre brevemente de forma transversal desde el borde craneal del maléolo lateral a la superficie lateral adyacente de la tibia. El más débil ligamento tibioperoneo caudal une el maléolo lateral con la parte posterior de la tibia. La membrana interósea une el peroné con la tibia proximalmente a la sindesmosis. Los ligamentos colaterales medial y lateral consisten cada uno en ramas rectas y oblicuas. La parte oblicua tibiotalar del ligamento del aspecto medial, y la parte taloperonea del lado lateral quedan escondidos debajo de los maléolos, y su acceso quirúrgico es difícil. Amplitud de movimiento - La articulación tibiotarsiana normal se flexiona hasta un ángulo de unos 1525 grados (de modo que el dorso del metatarso contacta casi con la tibia craneal) y se extiende hasta un ángulo de unos 180-190 grados, con una amplitud de movimientos de 155-175º. Los gatos tienen una laxitud normal superior a la del los perros y la comparación de la amplitud de movimiento con la articulación contralateral normal es de ayuda durante la exploración de los casos con una inestabilidad menor. Las articulaciones entre los pequeños huesos del tarso son poco móviles, pero existe algo de movimiento funcional, sobre todo en las articulaciones talocentral, calcaneocuartal, y talocalcánea. Las articulaciones centrodistal y tarsometatarsiana son articulaciones más tensas, con menos movimiento. PRESENTACIÓN INICIAL Las lesiones de la articulación del tarso son comunes en gatos y pueden ocurrir tras varios traumatismos tales como accidentes de tráfico, mordeduras y caídas. Los gatos pueden presentar otras lesiones peligrosas al mismo tiempo y primero deberá hacerse una exploración minuciosa del gato con triaje y tratamiento de las lesiones graves antes de tratar la lesión tarsiana. Las lesiones del tarso incluyen los esguinces de los ligamentos, que causan inestabilidad, subluxación o luxación y fracturas de los huesos del tarso. Las lesiones del corvejón suelen estar asociadas a heridas abiertas, bien sea causadas por penetración de la piel por huesos desplazados o, con mayor frecuencia, de lesiones por cizallamiento o avulsión. El cuidado temprano de las heridas abiertas puede prevenir el establecimiento de infecciones. Manejo inicial de las heridas en la primera presentación Lavar la herida con suero fisiológico estéril Cubrir la herida para prevenir las infecciones nosocomiales INVESTIGACIONES Y TRATAMIENTO POSTERIOR DE LA HERIDA Una vez estabilizado el gato, se estudian las lesiones del tarso mediante palpación, radiografías simples, y radiografías de estrés. En este momento (si no se ha hecho antes) deberían atenderse las heridas de manera más rigurosa Llenando el área lesionada con gel hidrosoluble Rasurando una área amplia de pelo alrededor de la herida Enjuagar la herida copiosamente con suero fisiológico estéril (p. ej. 500 ml) Si debe retrasarse el tratamiento, entonces Reducir la luxación (si se puede) Colocar un vendaje protector LESIONES DEL CORVEJÓN (TARSIANAS) TARSOCRURAL La inestabilidad y luxación de la articulación tarsocrural es la lesión tarsiana más común en gatos y a menudo se trata de lesiones abiertas. La inestabilidad o luxación tarsocrural es consecuencia de varias combinaciones de esguinces del ligamento colateral medial o lateral, fracturas del maléolo o peroné, y alteraciones en el ligamento tibioperoneo inferior. Solo puede producirse una luxación completa si se lesionan varias de las estructuras mencionadas anteriormente. Esta lesión grave es muy común en gatos. Tabla 1. Clasificación de las luxaciones tarsocrurales según Vannini 2002 Tipo de luxación Lesión Complejo ligamento tibioperoneo Tipo A Rotura del ligamento colateral lateral o fractura Intacto. Luxación con avulsión del maléolo por debajo de la infrasindesmótica articulación tibioperonea. RARA Rotura o avulsión del ligamento colateral medial. Tipo B Luxación transindesmótica Tipo C Luxación de la sindesmosis Fractura distal de peroné, a nivel del complejo del ligamento tibioperoneo. Rotura o avulsión del ligamento colateral medial. Fractura de peroné proximal al complejo ligamento tibioperoneo. Rotura o avulsión del ligamento colateral medial. Afectación parcial OCASIONAL Alteración, causando dislocación del peroné distal respecto de la tibia. LA MÁS COMÚN Clasificación sugerida de las luxaciones tarsianas en gatos (Tabla 1). Existen tres patrones de lesión de acuerdo con el nivel de la fractura del peroné: El tratamiento de la lesión tarsocrural consiste en la estabilización de los grandes fragmentos óseos que han sufrido avulsión con una aguja y alambre de acero en banda de tensión (ABT) y luego la colocación de una fijación externa transarticular (FETA). La FETA permite una excelente estabilización de la articulación, es bien tolerada por el gato y permite un buen acceso para el manejo de las heridas abiertas. El tratamiento de la herida debería continuar cada 1-3 días con lavado y desbridamiento del tejido necrótico. El tratamiento definitivo o final puede hacerse mediante... colgajos cutáneos cierre primario diferido o puede dejarse que la herida cicatrice por segunda intención. FIJACIÓN EXTERNA TRANSARTICULAR (FETA) Owen (2000) describe el uso de FETA para las fracturas periarticulares y lesiones ligamentosas en el corvejón felino. Los gatos toleran la FETA en el corvejón muy bien siempre que el ángulo sea el apropiado. Cuando se usa FETA a través de una articulación con herida abierta y pérdida de soporte colateral, le fibrosis que se produce puede ser suficiente para estabilizar la articulación sin una reparación primaria o restitución de los ligamentos colaterales, sobre todo en pequeños pacientes como los gatos. Si se deja que la herida cicatrice por segunda intención, las estructuras de soporte se reforman en la herida a través de la granulación, fibrosis y maduración. Sin embargo, si hay una lesión cerrada que causa la rotura del ligamento colateral, deberá ser específicamente corregida mediante reparación primaria del ligamento o remplazo protésico, aunque puede seguir usándose FETA para proporcionar la estabilización necesaria posoperatoria para favorecer una cicatrización óptima. Principios para la colocación de FETA Obedece principios similares a la fijación externa esquelética - entre 2 y 4 agujas por hueso Aplicar las técnicas cerca-lejos, lejos-cerca Angular agujas finas y agujas roscadas con perfil negativo. Pueden colocarse agujas roscadas con perfil positivo perpendiculares al hueso Las barras conectoras deben curvarse en el ángulo normal de la articulación o para que la articulación quede de modo que libere tensión de los tejidos y estructuras que han de cicatrizar. P. ej. colocar la articulación en extensión después de la reparación de los gastrocnemios. Triangular las barras si se prevén grandes tensiones o si se anticipa que FETA deberá permanecer durante un largo periodo. Si los ligamentos colaterales medial o lateral están intactos, puede bastar con un marco unilateral. P. ej. si el colateral medial está roto pero el lateral está intacto, puede usarse un marco unilateral medial. No obstante, un marco bilateral es preferible si la herida lo permite. Normalmente, en el corvejón de un gato se coloca una aguja completa en la tibia proximal, una aguja completa en la base de los metatarsianos, y luego dos medias agujas colocadas en los huesos del tarso y la tibia respectivamente. La mayoría de las medias agujas se colocan desde el aspecto medial. La barra conectora medial a he curvarse unos 100-110 º. FRACTURAS FISARIAS TIBIALES Las fracturas fisarias tibiales distales suelen ser de Salter Harris tipo I. El fragmento distal es muy pequeño y delgado y debe irse con mucho cuidado para no causar un daño yatrógeno al hueso o la articulación tibiotarsiana durante la reducción de la fractura y colocación de implantes. Si hay un desplazamiento mínimo, puede bastar con una coaptación externa en casos seleccionados. Suele ser preferible la reducción abierta y la fijación interna con dos agujas de Kirschner cruzadas colocadas cuidadosamente. La coaptacion externa (con yeso o FETA) debe mantenerse hasta haber documentado radiográficamente la cicatrización. INESTABILIDAD DORSAL La rotura de los cortos ligamentos dorsales está causada por la hiperextensión de las articulaciones tarsianas. Las inestabilidades dorsales ocurren con mayor frecuencia a nivel de la articulación intertarsiana proximal y tarsometatarsiana. Raramente afecta a la articulación centrodistal. Gran parte de los pacientes presenta una inestabilidad medial o lateral de la articulación afectada. En algunos casos se luxa completamente la articulación tarsometatarsiana. Puede haber fracturas o luxaciones de falanges concurrentes. Esta lesión se trata fácilmente colocando una pequeña placa con tres agujeros sobre el aspecto dorsal del hueso o con dos tornillos y un cerclaje formando una banda de tensión en ocho. LUXACIÓN DEL ASTRÁGALO La articulación talocalcánea (o astragalocalcánea) es una articulación muy ceñida, pero es normal que haya cierto movimiento de rotación entre el astrágalo y el calcáneo. La luxación talocalcánea ocurres i se rompe el ligamento talocalcáneo. La forma más habitual es la luxación dorsal de la base del del astrágalo, más frecuente en gatos que en perros. En esta lesión, los ligamentos talocalcáneo y talocentral están alterados, permitiendo que la base del astrágalo se deslice a lo largo del hueso tarsiano central en dirección dorsal. Se cree que la lesión es consecuencia de un traumatismo romo que causa hiperextensión y compresión axial. La luxación talocalcánea plantar es rara, aunque se ha descrito. Todos los casos estaban asociados a la luxación de la articulación talocentral y la luxación de la articulación calcaneocuartal. Las subluxaciones simples aisladas se reparan fácilmente con la colocación de un tornillo de posición a través de los huesos reducidos (del astrágalo al calcáneo), y el tamaño adecuado para un gato sería de 2,0 mm. Para lesiones más complicadas puede usarse FETA. HUESOS DEL TALÓN Las fracturas de los huesos del talón son raras. El astrágalo es el que se afecta más comúnmente. Las fracturas del cuello del astrágalo suelen estar asociadas a luxaciones de la base del hueso. El tratamiento consiste en una reducción abierta y la fijación interna con dos clavos cruzados que requieren sumo cuidado para asegurarse de que no invaden la articulación. Debe usarse un fijador externo para dar soporte a la reparación. El pronóstico es razonable. INESTABILIDAD PLANTAR Las lesiones de los ligamentos intertarsianos o tarsometatarsianos plantares son más incapacitantes que las de los dorsales porque el lado plantar se encuentra bajo tensión durante el sostenimiento del peso, y el lado dorsal se encuentra sometido a compresión. Las inestabilidades dorsales con más frecuentes que las plantares en los pacientes felinos (Voss, 2004). Puede haber lesiones traumáticas (o degenerativas) de los soportes ligamentosos plantares, normalmente son inflamación local obvia o inestabilidad palpable. Son raras pero posibles en gatos. El diagnóstico se alcanza mediante radiografías mediolaterales en hiperextensión que documentan el ensanchamiento del espacio articular. El tratamiento consiste en una artrodesis tarsiana parcial de las articulaciones afectadas y las contralaterales, pero evitando la fusión de la articulación tarsocrural. PRONÓSTICO PARA LAS LESIONES TARSIANAS EN GATOS Según la experiencia de Uli Mati (Munich, Alemania) con 65 gatos que sufrieron un traumatismo de la articulación del corvejón, revaluados clínica y radiográficamente después de un periodo posoperatorio medio de 18 (1,5-76) meses, el riesgo de desarrollo de artrosis secundaria a la lesión de la articulación tarsocrural era de hasta el 73%, con presencia de cojera en el 30% de los casos. BIBLIOGRAFÍA Y LECTURAS ADICIONALES Voss K, Langley-Hobbs SJ The tarsus. Eds P Montavon, K Voss, SJ Langley-Hobbs In Feline orthopaedic surgery and musculoskeletal disease Elsevier Saunders 2009 Kulendra, E., Grierson, J., Okushima, S., Cariou, M., & House, A. (2011). Evaluation of the transarticular external skeletal fixator for the treatment of tarsocrural instability in 32 cats. Veterinary and Comparative Orthopaedics and Traumatology, 24(5), 320 Kulendra, E., & Arthurs, G. (2014). Management and treatment of feline tarsal injuries. In Practice, 36(3), 119-132 Owen, M. A. (2000), Use of contoured bar transhock external fixators in 17 cats. Journal of Small Animal Practice, 41: 440-446