Decálogo CDEBSMV - Club Baloncesto San Martín de la Vega

Transcripción

Decálogo CDEBSMV - Club Baloncesto San Martín de la Vega
NORMAS FAMILIARES Y ACOMPAÑANTES
1. Durante el tiempo de entrenamiento o partido no se debe hablar con los jugadores.
2. Nunca acercarse o hablar al banquillo durante el entreno o partido.
3. Máximo compromiso con el equipo. Es importante toda colaboración para el desplazamiento a los
partidos. Es bueno que el equipo viaje junto.
4. Está totalmente prohibido la falta de respeto a entrenadores, jugadores y árbitros. Se debe
cuidar al máximo la imagen que los padres/madres puedan dar a sus hijos y en consecuencia la de
CDE BALONCESTO SMV.
NO DIRIGIRSE NUNCA A LOS ÁRBITROS Y/O CONTRARIOS EN TONO SOEZ O
DESPECTIVO, Y MUCHO MENOS INSULTAR.
El no cumplir esta norma, puede ser motivo para invitar a abandonar el pabellón a quien la
incumpla.
5. En los campos que no tengan gradas, los espectadores tendrán que colocarse enfrente de la zona
de banquillos, en el lado contrario del campo. En los campos donde exista grada, se ubicarán en ella
y nunca a pie de pista.
6. No hablar con el entrenador, ni durante el partido ni durante un entreno. Una vez
finalizado el partido o entreno, es el momento de hacerlo.
7. Al animar durante los partidos, hacerlo de manera colectiva al equipo, y NO DIRIGIR LOS
PARTIDOS, eso es tarea del entrenador. Los padres y acompañantes NO SON
ENTRENADORES, hay veces que se crea confusión a los jugadores con instrucciones desde la
grada que contradicen a lo que les pide el entrenador o su propia iniciativa.
8. Nunca increpar a la afición o equipo contrario bajo ningún concepto, esas cosas se las
transmitimos a los jugadores y les incitamos a la violencia.
9. Ante cualquier situación con la que no se esté de acuerdo, o pueda incitar a la discordia con el
entrenador y/o el club, estamos a vuestra disposición para atenderos. Primero el entrenador, luego
el Director Deportivo o el Coordinador del Club y finalmente la Junta Directiva.
Seamos conscientes de las dificultades que lleva un club que está creciendo como este y cuando
surjan problemas, lo mejor es hablarlo e intentar solucionarlo lo antes posible.
10. Este club necesita la colaboración de todos, por eso, si crees que podéis aportar algo, os
animamos a que colaboréis en la gestión del Club, organización de eventos, aportando ideas…este
Club es de todos y entre todos tenemos que seguir haciéndolo crecer.
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PAPÁ O MAMÁ, TENLO EN CUENTA
1. No insistas en ser mi ENTRENADOR, ya tengo uno al que debo respetar. Cuando me das
instrucciones desde la grada, me haces dudar porque el entrenador me dice otras.
2. Me gusta que me veas jugar y entrenar, pero solo eso, que me veas.
3. Tus consejos son siempre buenos, pero a veces se refieren a tu niñez o a tu experiencia, los
buenos consejos se observan y yo lo hago continuamente, sé un buen ejemplo.
4. Cuando gane, felicítame, pero cuando pierda, también. Seguramente el esfuerzo haya sido el
mismo, y es por eso por lo que necesito tu apoyo, por esforzarme.
5. No te desesperes por mis derrotas, y menos aún te sientas abatido por el dolor que me produce
perder un partido, ese dolor por la derrota solo me dura un instante y después ni me acuerdo por el
placer que me produce jugar al baloncesto con mis amigos.
6. No me obligues a darlo todo siempre, yo también tengo malos días, y momentos que necesito
que me escuchen. Preocúpate por por qué y no tanto por el cómo he entrenado y/o jugado.
7. El deporte que tú practicaste en tu niñez no tiene nada que ver con el que yo hago, ni yo soy
igual que tú. No me obligues a ser como tú fuiste o no pudiste ser.
8. No me avergüences insultando o gritando desde la grada, yo también quiero estar orgulloso de
mis padres. Cuando tú gritas, yo me altero y me dan ganas de hacerlo también.
9. Cuando veas a un espectador recriminarme algo, no hagas lo mismo, la violencia incita a la
violencia y yo solo quiero jugar al baloncesto.
10. Si quieres decirle algo al entrenador, hazlo desde el respeto y cuando haya acabado el
entrenamiento o partido, yo estoy pendiente de lo que haces y me gusta verte tranquilo.
11. No midas mi progreso por los puntos que meto, hazlo por lo que aprendo, lo que me divierto y
por las ganas que tengo de entrenar y jugar. Si empiezo a poner excusas para no asistir, algo va
mal, pregúntame, porque seguramente algo no va bien y necesito tu ayuda.
12. Cuando el entrenador no me saque mucho, pregunta el porqué, él estará deseando hablar
contigo. Mi entrenador, como tú, quiere lo mejor para mí. Y a pesar de todo, también se puede
equivocar.
13. Papá/mamá, gracias por darme la oportunidad de jugar al basket y divertirme con mis amigos,
cuando sea mayor recordaré estos años con alegría, disfruta tanto como lo hago
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ARTÍCULO DE OPINIÓN: YOLANDA CUEVAS AYNETO – Psicóloga y Socia de
número de ADA (Asociación Aragonesa de Apoyo al Deportista)
¡CASTIGADO! ESTA SEMANA NI ENTRENAS,
NI HAY PARTIDO, ASÍ APRENDERÁS….
Todos conocemos esta frase, pero, ¿sirve de algo? Sabemos la gran lista de beneficios físicos que tiene el
deporte:
- fortalece los músculos y huesos.
- previene la obesidad.
- previene el riesgo de enfermedades tales como la diabetes.
- puede corregir posibles defectos físicos.
- ayuda a coordinar movimientos.
- estimula la higiene y la salud.
- duermen mejor…
Pero, ¿y cómo herramienta educativa y psicológica? El cerebro de un niño/a deportista es más activo, la
atención y la concentración toman protagonismo, escuchan, asimilan, actúan según directrices de sus
entrenadores y a la vez se centran en movimientos sin perder de vista a sus compañeros. Es su día a día en
el entrenamiento.
Su práctica fomenta el ser perseverante, tolerar el error propio y el de los compañeros y aprender de ellos
como parte del proceso de aprendizaje. Los niños se sienten de este modo protagonistas activos de su
aprendizaje repercutiendo de una manera valiosísima en su autoconfianza, autoconcepto y autoestima,
compañeros de viaje a lo largo de todas sus vidas.
Cada día que privas a tu hijo/a de la práctica deportiva impides su desarrollo físico, mental y de su larga
lista de beneficios. Desde pequeños la clave es establecer los límites con firmeza y alternativas educativas
ingeniosas para que el castigo sea la excepción y no la regla. En muchos casos, el castigo extingue la
conducta de manera puntual, pero la raíz del problema no se soluciona y muchos niños/as siguen
“haciéndola” cuando pueden o cuando creen que no les ven.
El castigo de moda: “Te dejo sin…” Está demostrando que no es efectivo y de allí conocidas expresiones:
“le da igual que le deje sin…” Porque para que sea castigo educativo tiene que suponerle un esfuerzo, algo
que le ayuda a autocontrolarse. Si le castigas sin ir a entrenar no sólo no hace el esfuerzo que tenía que
hacer para desplazarse, sino que además deja de hacer lo que estaba haciendo, no cumple con el
compromiso que tiene con sus compañeros etc… Es decir, estás fomentando la no responsabilidad.
Reflexión: pautas claras y dialogo en el momento adecuado para transmitir las normas es la clave para un
nuevo comienzo.
Aprenden a socializarse con nuevos compañeros, a ganar y compartir triunfos, a perder y saber tolerar la
frustración, a experimentar emociones, a controlar la impulsividad en unos casos y vencer la timidez en
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otros, a reducir la ansiedad; a respetar las normas, al entrenador, a los jugadores rivales y a los árbitros.
Aprenden a aumentar su confianza (porque de cada uno depende el resto del equipo), se crean
lazos de ayuda entre ellos, se fomenta la colaboración, se promueve una mejor gestión del tiempo al tener
que estudiar o hacer deberes, les enseña a fijar metas, les desarrolla habilidades como el pensamiento
estratégico, la capacidad de liderar, se le desarrolla pertenencia a un grupo con intereses y objetivos
comunes, se les enseña a ser responsables y a cumplir con lo que uno se compromete y se comienza a
desarrollar el hábito deportivo.
Entonces, desde mi punto de vista como padre, como entrenador y como coach deportivo, ¿qué ganas
castigando a tu hijo sin entrenar o jugar? ¿tendrá más tiempo para estudiar? Posiblemente sí, pero
¿usará ese tiempo para ello? Los expertos dicen que hay un límite, que cada 45 minutos se debe dar un
descanso, ¿entrenando a media tarde en lo que les gusta y les motiva? Si tu hijo está muy comprometido
con el grupo, con su deporte, con darlo todo entrenando…
¿Qué mensaje le estamos dando si le quitamos, por ejemplo, el partido? ¿se ha esforzado? ¿ha cumplido
con su compromiso? ¿crees que debería obtener su premio y apoyarlo el sábado en la competición? El día
es sobradamente largo para que dé tiempo a todo, sólo hace falta un plan de acción para que organicen su
tiempo, para que aprendan a hacerlo. Dejemos que desarrollen su talento, que experimenten para
encontrarlo. No digo que vivan del deporte y menos del nuestro, aunque quién sabe si algunos se ganarán
la vida con esto el día de mañana…ya sea jugando, entrenando, arbitrando etc. Lo que sí creo es que esta
forma de aprendizaje les puede aportar otras muchas cosas en su vida.
Nuestra educación está hecha para sacar personas en serie con un pensamiento y habilidades comunes.
Empecemos a dejar volar el talento de las personas para que luchen por sus sueños. ¿Os preguntáis que
notas sacaban Rafa Nadal, Miguel Induráin, Michael Phelps, etc…? ¿Y si sus padres hubieran coartado
su talento por un par de suspensos de mates? Lo que la sociedad se hubiera perdido…
Pensar que cuando castigáis a vuestro hijo, castigáis a todo el grupo: al entrenador y a los padres que no
lo hacen. Porque todos somos una gran familia con la que nos comprometemos al inicio de la temporada y
si un miembro de ella falla, todos lo sufrimos.
YOLANDA CUEVAS AYNETO
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