RDD45 Articulo

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RDD45 Articulo
HACENDERA ABIERTA. SABERES, MEDIO RURAL y
TECNOLOGÍAS
OPEN HACENDERA. LORE, RURAL AREAS AND TECHNOLOGY
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Resumen
En el léxico tradicional leonés, según Janick Le Men, Hacendera remite al trabajo
colectivo de todo el vecindario de un pueblo, destinado a labores comunales tales
como arreglos de caminos, limpieza de presas, cuidados del vecindario, del monte…
Sobre esa idea de comunidad que colabora para lograr el bien común nace el proyecto
“Hacendera Abierta”, concebido como un espacio cultural de investigación colectiva,
de intercambio de saberes y prácticas sobre tecnología, medio rural y políticas
comunales. Un entorno en el cual buscar criterios en base a un sentido de innovación
situada.
!Abstract
Based on the traditional lexicon from the region of León (Spain), according to Janick Le
Men, “Hacendera” refers to a communal labour developed by all the inhabitants of a
town, targeted to community works such as: road repairing, dam cleaning,
neighbourhood and mount maintenance… The origin of the project “Open
Hacendera” (Hacendera Abierta) was founded on this idea of a community that
collaborates for the common good. It is conceived as a cultural space to research,
exchange knowledge and share experiences on technology, rural environment and
policies of the commons. An environment from where we can try to find criteria for a
situated innovation.
!Áreas Temáticas
Funcionalidad, Recursos.
Thematic Areas
Functionality, Resources.
Palabras clave
Hacendera, Tecnologías abiertas, saberes, innovación situada, medio rural.
Key words
Hacendera, Open Technologies, Lore, Situated innovation, rural areas.
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1. INTRODUCCION
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La Fundación Cerezales Antonino y Cinia (FCAYC) se encuentra situada en Cerezales
del Condado, al noreste de la provincia de León, y se aloja en las antiguas escuelas
del pueblo que fueron restauradas para el arranque del proyecto en el año 2009. La
programación cultural de FCAYC se asienta sobre tres amplios ejes que engloban la
cultura y el arte contemporáneos; la música y el sonido y la etnoeducación. Estos ejes
en muchos casos de ven desbordados y se contagian unos a otros, pues no operan de
forma estanca. Así sucede en el proyecto que presentaré a continuación, vinculado
tanto al arte como a la etnoeducación. Este último concepto, proveniente de la
UNESCO, describe un modo de trabajo basado en una pedagogía orientada a crear
itinerarios sostenibles de amplio espectro en el contexto local, y el apoyo formativo,
económico o en forma de difusión a agentes y proyectos relacionados con el entorno
geográfico y conceptual en el que desempeña su trabajo FCAYC; el respeto y la
actualización de actividades y ciclos socioeconómicos y medioambientales claves en
la cohesión de la región; el asesoramiento y canalización de ayudas de todo tipo en
tanto que agente de desarrollo del territorio y el fomento de la investigación y la
innovación en sectores que abarcan desde el mundo agrícola y ganadero al turismo
sostenible o las nuevas tecnologías aplicadas al medio rural. El equipo humano
vinculado a este programa cuenta con especialistas en medioambiente, en cultura, en
inclusión tecnológica y en economía, entre otras disciplinas, y está asesorado por una
red de trabajo, en permanente expansión, de la que forman parte agentes e
instituciones, públicos y privados.
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Dentro de los programas culturales que desarrolla FCAYC, nos interesan aquí
particularmente, aquellos que promueven el desarrollo de la cultura abierta, así como
la producción y distribución de conocimiento en favor de la ciudadanía. La tarea de
construir un sustrato parlamentario en el que relacionarnos con seres humanos,
animales (también la flora) y máquinas –lo humano y lo no humano–, a localizar los
portavoces de todo ello, sensible a las condiciones del contexto global en que
operamos, nos ha llevado a dedicar grandes dosis de energía a pensar donde radican
las condiciones políticas de nuestra acción. Estamos implicados con una idea de
ciudadanía extendida, atenta al conjunto de los ecosistemas1. Buscamos
reconocernos en ella desde una perspectiva crítica y a ello nos ha ayudado tanto
nuestra propia capacidad de análisis e investigación como el trabajo de muchas otras
investigadoras2. Con este horizonte, la atención de FCAYC hacia procesos emanados
del diseño o vinculados a él no puede ser desde otra perspectiva que desde la que
proponen los procesos de diseño crítico, aquellos que han crecido a partir de la
preocupación por el devenir acrítico asociado al progreso tecnológico y que señalan,
como Anthony Dunne y Fiona Raby han reflejado, una actitud más que otra cosa, una
posición antes que una metodología3. Desde su origen, la idea de tecnología en tanto
que un vector transversal de la civilización, mucho más extenso y estructural que el
que puede recogerse tras el sello de «nuevas tecnologías», es un foco permanente de
reflexión e investigación por parte de FCAYC. Con cable o sin cable, con unos y ceros
o totalmente analógica y con independencia del dispositivo que la ejecute, la
tecnología formaba y forma parte del discurrir cotidiano del medio rural en el que
FCAYC trata de insertarse. Así, aceptando que la tecnología manifiesta una cierta
lógica evolutiva, la amplia actividad que FCAYC ha desarrollado entorno a la cultura
digital libre ha creado una gran red de agentes colaboradores cuyo vínculo ha
ayudado a que las perspectivas de la fundación se nutran desde múltiples ángulos,
mimbres de gran importancia en esa investigación sobre inserciones sostenibles de la
tecnología en el medio rural. La actividad didáctica vinculada a esta línea se organiza
mediante conversaciones y debates bien de carácter interno o bien con interlocutores
externos, especialistas en todo tipo de temas o amateurs, en el mejor y más afectivo
sentido del término, en los que se trata tanto de detectar como de imaginar situaciones
1
Sobre el parlamentarismo y la relación entre lo humano y lo no humano véanse las
investigaciones de Bruno Latour en Latour, B.; Políticas de la naturaleza. Por una
democratización de las ciencias. RBA Libros. Barcelona, 2013.
2
Para llamar la atención sobre la orientación androcéntrica del castellano utilizaré el femenino
y el masculino indistintamente como categoría no marcada.
3
«[…] It was more of an attitude than anything else, apposition rather than a methodology».
Véase Dunne, A. y Raby, F.; Speculative everything: Design, fiction and social dreaming. The
MITT Press, Cambridge, Massachusetts. 2013. Pag. 34.
de todo tipo que afectan al medio rural y a las que se acuerda prestar atención. Para
ello adoptamos formatos de trabajo diversos, que se despliegan en torno a dinámicas
de laboratorio o taller, donde se busca ofrecer formación teórica y práctica sobre las
ciencias de la computación de código abierto con hardware y software libre, como el
que proveen placas programables como Arduino, ordenadores de bajo coste como
Raspberry Pi o fabricación digital en 3D con impresoras como la Makerbot. Lo
interesante de estas herramientas estriba no sólo en lo que son capaces de producir
sino que están inscritas en movimientos que han contribuido a la creación de nuevas
nociones culturales. El hecho de que el Departamento de Arquitectura y Diseño del
Moma de Nueva York incluyese en su colección de “humble masterpieces” la placa
Arduino, podría entroncar con este aspecto. Los neologismos están a la orden del día,
sin embargo la actitud ya formaba parte del contexto que describimos previamente a
muestra llegada a él. En el medio rural conviven personas con una gran capacidad
para obrar desde procesos colectivos y con una destacada carga de diseño crítico. La
relevancia actual que ha cobrado la cultura maker y las metodologías DIY (Do it
yourself) o DIWO (Do it With Others) –valgan estos anglicismos por ahora– refuerza el
hecho de la producción o fabricación de dispositivos según necesidades personales o
colectivas y ha creado una comunidad en la que compartir esos conocimientos. Existe
un eco contemporáneo de estas actitudes dentro de la ética hacker, cuando según
recoge Linus Torvalds, un grupo de apasionados programadores del MIT
(Massachusetts Institute of Technology), empezaron a llamarse hacker a principios de
la década de 1960 (2002). Esa ética consistía en la descentralización del conocimiento
digital, su libre circulación y distribución.
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HACENDERA ABIERTA, se inscribe dentro de estos modos de pensar y hacer en
común el medio rural. Su subtítulo es elocuente: saberes, medio rural y tecnología.
Salvando las diferencias con los entornos más arriba descritos y mediante un
paralelismo, sostenemos que HACENDERA ABIERTA busca detectar situaciones de
diversa naturaleza, que afectan a la producción de recursos naturales, al uso de
infraestructuras, al establecimiento de límites en el territorio, a la conservación y
explotación de los ecosistemas o a la preservación del espacio público entre otras y
pretende contribuir al bien común mediante el intercambio de conocimiento, el
prototipado y la disposición pública, a través de una plataforma virtual, de todos los
materiales generados, así como las actas de cada sesión, durante el proceso de
investigación. De algún modo contribuimos a una cultura abierta, no patrimonializada
por patentes, donde intentamos recuperar la toma de control de las tecnologías desde
una perspectiva crítica. Langdon Winner (1979) en su libro: La técnica incontrolada
como objeto de pensamiento político, escribe:
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Las herramientas son algo más que herramientas. La neutralidad tecnológica es un mito. En
resumen la pérdida de dominio que se manifiesta es una mengua de nuestra habilidad para
conocer, juzgar o controlar nuestros medios técnicos. Las ideas de la tecnología autónoma
encuentran sus fundamentos en esta disminución de orden intelectual, moral y político.
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Pensar desde esta perspectiva cómo queremos contribuir al desarrollo e innovación de
las tecnologías y plantearnos qué tipo de desarrollo rural promueven, pueden ser
claves, en proyectos donde el carácter pragmático puede conducir al error de obviar
teorías que nos ayuden a posicionarnos en nuestra práctica de modo consciente.
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Título: Sesión de trabajo en Hacendera Abierta.
Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
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2. TOCAR A HACENDERA
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La puesta en marcha de HACENDERA ABIERTA acabó madurando tras la realización
de un taller de formación para adultos basado en Arduino que se llevó a cabo en la
FCAYC durante el mes de agosto del año pasado. La propuesta que se barajaba en
las últimas sesiones de ese taller, valoraba la creación de un grupo estable que
abordase las aplicaciones de las tecnologías abiertas en el medio rural. Desde
FCAYC, meses más tarde, lanzamos una convocatoria donde trazamos mínimamente
el marco de acción, pues entendíamos que la naturaleza del proyecto en sí, era
abierta y flexible, y por tanto su desarrollo estaría necesariamente mediado por el
grupo que se formase. En esa invitación incidimos en dos aspectos que nos parecían
esenciales. El primero, tenía que ver con el tiempo, pues desde FCAYC se procura
incidir en procesos de aprendizaje con un desarrollo a largo plazo. Se habían puesto
en cuestión actividades que fomentasen la fugacidad del evento e intentábamos
desplazar nociones que estuvieran cercanas al sentido de cultura como un bien más
para el consumo. El segundo, tenía que ver con formas de trabajo que invitasen a la
colaboración de agentes diversos, entendida en el sentido latino de co-laborare, de
trabajar, laborar juntos que introduce G. Yúdice (2002). De hecho, el nombre asignado
al proyecto, Hacendera, enlaza directamente con este último aspecto pues remite al
trabajo colectivo de todo el vecindario de un pueblo, destinado a labores comunales y
se asienta sobre esa idea de comunidad que colabora para lograr el bien común. Las
hacenderas (o facenderas) son una fórmula popular de compartir tiempo al servicio del
comunal desde hace siglos en muchas zonas de España. En la provincia de León se
mantienen particularmente activas y junto a los Concejos (Juntas Vecinales) y los
filandones constituyen los modos de administración y distribución popular de distintos
campos del saber, del cuidar y del hacer. Las hacenderas presentan además un valor
añadido, el carácter horizontal de la organización del trabajo. Son pues mecanismos
populares destinados a poner en práctica políticas de cuidado por parte de todo un
vecindario: sobre el monte, sobre las calles de los pueblos, sobre la conservación de
infraestructuras comunales, sobre la gestión del patrimonio común. Con ese carácter
horizontal también hemos querido construir el espacio de Hacendera Abierta, un
espacio donde de manera conjunta, se toman decisiones, se comparten intereses y
dudas, se definen áreas de investigación y objetivos y se establecen ciclos de trabajo
en base a ellos. Los agentes que materializan este intercambio de saberes proceden
de ámbitos diversos: ingenierías, programación, electricidad, biología, física,
ganadería, apicultura, diseño, etc. Todos ellos convergen en tres líneas de trabajo que
se estipularon previamente para la configuración de los grupos: el primero, indaga en
la actualización de explotaciones ganaderas mediante fabricación digital; el segundo,
estudia la agricultura, subsistencia y mejor uso del agua en el medio rural; y el tercero,
aborda sistemas de monitorización de animales. Desde este marco general se han ido
dando pasos que avanzan hacia la búsqueda de problemas concretos en el medio
rural. Recordamos que nos hallamos en un momento aún inicial de este proceso de
investigación, a la redacción de estas líneas hemos celebrado siete sesiones, por lo
que las reflexiones, soluciones y prototipos que traten de dar respuesta a dichos
problemas aún están por formularse. Sin embargo, los tres grupos ya tienen delimitada
su área de investigación-acción, y están dando pasos en la puesta en marcha del
campo de pruebas donde implantarán sus desarrollos tecnológicos. Cada grupo tiene
su propio ritmo pero no trabajan de formas totalmente independientes. Una vez al mes
reservamos parte de una sesión para que cada grupo exponga sus avances, dudas y
problemas, de modo que se genere una interconexión entre ellos y que el proyecto no
pierda su carácter polifónico.
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Título: Grupo sobre sistemas de monitorización de animales rurales.
Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
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Para hablar de la evolución de cada colectivo hemos de partir de los inicios del
proyecto. Cabe decir que en el grupo de monitorización de animales rurales, las
primeras sesiones fueron muy movidas, parecía que era imposible, con un grupo tan
numeroso, ponerse de acuerdo. Durante una de esas sesiones alguien habló de las
complicaciones que los apicultores estaban viviendo debido a la desaparición de las
abejas. Este chico resultó ser hijo de un apicultor y pronto emergieron nuevas voces
de aficionados y de personas con experiencia en el sector. Joaquín uno de los
miembros del grupo lo recuerda de la siguiente manera:
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Me apunté a Hacendera porque se nos planteó como algo abierto, no se dijo, vamos a hablar
solamente de agricultura o de mecánica o de internet, sino que era amplio. De hecho lo que
estamos haciendo ahora surgió porque el padre de una persona que estaba allí tenía
problemas con las colmenas y se propuso que las monitorizásemos.
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En el grupo se presentó la siguiente coyuntura: había personas que tenían
conocimientos sobre electrónica y programación pero carecían de los relacionados
con las abejas, y en cambio existían personas que tenían colmenas pero a penas se
habían acercado a ese tipo de conocimientos tecnológicos, todo esto salvando las
excepciones. La motivación del grupo era fuerte y las ganas de aprender y de construir
juntas estaba presente. De hecho, en la sesión siguiente, uno de los miembros del
grupo, equipado con todos los utensilios de apicultura, dio una clase en la que explicó
paso a paso la elaboración de la miel. En sesiones posteriores, y debido a la
propuesta de contactar con la Facultad de Biología de la Universidad de León,
contamos con la presencia de un apicultor de producción ecológica, cuya empresa es
conocida, y que colabora con investigaciones que desarrolla esta facultad. Su
participación fue fundamental para conocer de cerca las necesidades del sector
apícola y comprender qué datos convenía monitorizar para investigar los factores que
afectan a la supervivencia de esta especie. Además de esta reunión surgieron
acuerdos que más tarde se ejecutarían, como la colocación de 40 colmenas en un
terreno ubicado en el término del pueblo. Un número de estas colmenas serán
monitorizadas y contaremos con el apoyo y la colaboración de este apicultor así como
de investigadores ligados a esta facultad. Actualmente, el equipo sobre fabricación
digital se ha unido a este para diseñar una colmena que pueda mejorar los modelos
existentes, además de alojar los instrumentos necesarios para su monitorización. Para
ello, no se parte de cero pues se cuenta con la documentación generada por
proyectos anteriores que han subido a la red y a la que se puede acceder libremente4.
Pero la intención, como argumenta Mónica:
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Es aportar ideas novedosas ya que estamos aquí para probar y experimentar. (…) Lo bueno
que tiene este grupo es que no persigue una meta a corto plazo (…) vamos a ir probando si
funciona o no funciona y sino se irá cambiando.
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Me refiero a proyectos como Miel de Barrio en Medialab Prado en Madrid.
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Título: Grupo sobre actualización de explotaciones ganaderas: entornos de fabricación digital.
Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
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Entre los debates que se están manteniendo destacan aquellos derivados de la
elección del material. Hay personas que se inclinan a favorecer la comodidad del
apicultor, de aumentar su producción y otras que prefieren pensar en el beneficio de
las abejas. Al respecto comentaba Almudena:
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Creo que la tecnología puede aportar mucho al medio rural pero tenemos que actuar desde el
respeto hacia el equilibrio natural que existe. Por ejemplo, hablamos de diseñar las colmenas
con impresoras 3D con plástico y personalmente, a mí no me gusta, por mucho que sea más
higiénico (..) Creo que debemos mejorar la calidad de vida de las abejas, para intentar
disminuir los múltiples factores que actualmente juegan en su contra. (…) Si lo que vamos a
hacer es llegar y estropear lo que hay, solamente de cara al beneficio humano yo preferiría no
hacer nada.
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Título: Bueyes de la FCAYC, Rogante y Romero, arando un huerto.
Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
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Reflexiones como ésta han conducido al análisis en los modos en que la tecnología ha
sido incorporada al medio rural. En muchos casos esa incorporación se ha hecho a
golpe de lógica industrial sin tener en cuenta el cuidado de ese equilibrio con el medio
que mencionaba Almudena. En el caso del grupo que investiga sobre las formas en
que se podría optimizar el uso del agua, se están cuestionando los sistemas
tradicionales empleados en la zona, tales como el riego por inundación o a manta.
Poco a poco han ido matizando su objeto de estudio centrándolo en plantaciones de
leguminosas como la alubia, la muelas o el arvejo. Concretamente se están
preguntando por los motivos que hicieron que la plantación de la alubia dejara de ser
productiva y su práctica desaparición en la comarca. Se manejan varias tesis, por un
lado, estaría el efecto que sobre estas plantas tuvo el empleo masivo de sulfatos y por
otro, la influencia del descenso de la temperatura del agua de riego tras la
construcción del pantano del río Porma. En realidad ninguna de estas tesis está
comprobada científicamente y su intención es hacer un estudio que llegue a resolver
esas dudas. Para ello han propuesto la puesta en marcha de un huerto donde plantar
estas especies vegetales e instalar los instrumentos necesarios que permitan utilizar
distintos tipos de riego y distintas temperaturas del agua. Ahora, Romero y Rogante,
los dos bueyes de la fundación, están listos para arar el huerto de pruebas, Pablo está
buscado una buena simiente, así que cuando el tiempo adecuado de siembra llegue,
comenzarán con la instalación y la posterior recogida de datos.
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Título: Grupo sobre agriculturas, subsistencia y mejor uso del agua en el medio rural
Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
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Para finalizar, quisiera hacer mención a un aspecto que han compartido los tres
grupos desde el inicio de las sesiones, la necesidad de partir de un conocimiento del
entorno para el que van a desarrollar esas innovaciones tecnológicas. Para ello, han
recurrido, a fuentes de información directas que aún mantuvieran una estrecha
relación con el contexto. Aunque en los grupos existían personas que habitaban en el
medio rural, se ha tendido a buscar el consejo de las personas mayores más
experimentadas en las labores del campo, en definitiva, de su saber popular. En los
pueblos, tras la estampida de la población a áreas urbanas, se acabó con un modo de
vida que era transmitido oralmente, de generación en generación, y que formaba a las
personas para el sustento y la reproducción de un sistema de vida. Castor, uno de los
colaboradores del grupo, comentaba al respecto:
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Tuve la suerte de que mi padre se crió en el campo y siempre me hablaba de él. Cuando me
vine a vivir a Vegas del Condado, no tenía ni idea de lo que era un escabuche o hacer un
surco, fue ahí cuando reconocí la información que me había transferido mi padre y que yo en
un principio no le di importancia.
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Ahora esos saberes se han tornado esenciales en el desarrollo del proyecto y tanto
dentro de las sesiones de Hacendera Abierta como fuera de ellas, los colaboradores
contactan con gente que les puedan orientar. Personas que en un principio se
sumaron al proyecto por su interés en la tecnología, en “cacharrear” como dicen
muchas de ellas, se encuentran desplegando un rol de investigadores etnográficos,
poniendo en valor y recuperando los saberes populares. Hay que decir que no todos
estos encuentros están siendo fructíferos, pues algunas personas han dejado entrever
la desconfianza que les generan las tecnologías. Este tipo de conflictos y tensiones,
derivados de la brecha generacional o cultural, alimentan la dinámica del proyecto y
provocan procesos de auto-reflexión y de evaluación crítica de los polos conceptuales
de partida sin que ninguna posición o sujeto les capitalice. Carlos, en el foro que
compartimos, escribía lo siguiente:
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Estoy en el Bierzo y aprovechando he contactado con un hombre de mucho saber sobre las
abejas y la naturaleza. He ido a charlar con él a su medio laboratorio y después de varios
intentos de explicar cuál era nuestro propósito, sólo he conseguido, a parte de muchas
explicaciones inconexas, una ligera sonrisa de un hombre de 82 años, sugiriendo un poco la
locura que pretendíamos.
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No sabemos hacia donde evolucionarán conversaciones como ésta en un tiempo, ni si
realmente será complicado superar esas brechas. Serán cuestiones que las
negociaciones establecidas en el transcurrir del propio proyecto irán desvelando. Por
ahora solo es el comienzo y esperamos saber aplicar entre todos y todas una buena
economía en los recursos y energías, y lograr averiguar hacia donde nos conduce este
proyecto.
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Referencias bibliográficas:
Himanen, P. (2002) La ética del hacker y el espíritu de la era de la información.
Barcelona: Ediciones Destino
Le Men, J. (2007) Léxico del leonés actual. León: Centro de Estudios e Investigación
"San Isidoro”.
Yúdice, G. (2002) El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global.
Barcelona: Gedisa.
Winner, L. (1979) Tecnología autónoma. La técnica incontrolada como objeto del
pensamiento político. Barcelona: Gustavo Gili.

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