Prevalencia de las demencias en España
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Prevalencia de las demencias en España
LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER INFORMACIÓN DE LA CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE FAMILIARES DE ENFERMOS DE ALZHEIMER Y OTRAS DEMENCIAS (C.E.A.F.A.) Avda. Pío XII 37 Entreplanta Oficina 5 - 31008 Pamplona (Navarra) Tel.: 948 17 45 17 - Fax: 948 26 57 39 E-mail: [email protected] - Web: www.ceafa.org Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar QUÉ ES LA DEMENCIA TIPO ALZHEIMER El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa; así, se caracteriza principalmente por la aparición lenta de síntomas que van a ir evolucionando a lo largo de los años. Inicialmente se produce pérdida de memoria y desorientación temporal espacial. En una segunda fase el enfermo pierde fluidez en el lenguaje, tiene dificultades para vestirse y necesita ayuda constante para realizar actividades cotidianas. En la fase avanzada la incapacidad es ya profunda y no se puede valer por sí solo. Su personalidad ha experimentado ya alteraciones irreversibles, ha dejado de hablar, no reconoce a sus allegados y presenta incontinencia urinaria y fecal. Aumenta la rigidez muscular, quedando progresivamente recluido a una silla de ruedas y después a la cama, y aparecen otras complicaciones como ansiedad, angustia, agresividad o depresión. El Alzheimer constituye la primera causa de demencia en los países desarrollados. Este tipo de demencia era, hasta hace relativamente poco, desconocida para la población. Sin embargo en los últimos años, se ha producido una gran difusión e información de esta “enfermedad del siglo XXI”, debido a su gran crecimiento experimentado. La población está sufriendo un incremento en su envejecimiento, y cada vez más personas llegan hasta los 80 y 90 años. La enfermedad de Alzheimer es cada vez más frecuente entre la población mayor de 60 a 90 años, pero también existen muchos casos de personas enfermas cuya edad es inferior a este intervalo. Los datos son cada vez más alarmantes. Aproximadamente se ha diagnosticado la enfermedad a unas 500.000 personas en España, aunque se habla de un total de 800.000 enfermos entre diagnosticados o no. Además, se estima que en el año 2025 habrá en España 1.200.000 enfermos de Alzheimer. Esta brutal enfermedad afecta, directa o indirectamente, a más de dos millones de personas en España; con un elevado coste sanitario, social y familiar. Si consideramos los aproximadamente 500.000 enfermos diagnosticados y un coste paciente/año de 19.000 euros (3.200.000 de pesetas), estaríamos hablando de más de 9.000 millones de euros (1,5 billones de pesetas) anuales. Los cuidados que necesita un enfermo de Alzheimer son una de las grandes fuentes de gasto de la enfermedad. Se estima que un paciente con Alzheimer severo requiere una media de 79 horas de cuidados semanales, los cuales son aportados Página 1 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar frecuentemente por un familiar. Otros factores de gran impacto económico en esta demencia son la necesidad de institucionalización y la gravedad de la enfermedad. Como factores de menor importancia a nivel exclusivamente económico, encontraríamos los derivados de las exploraciones médicas, el material sanitario y los tratamientos farmacológicos. En cuanto a las alternativas terapéuticas actuales para lucha contra el Alzheimer, cabe mencionar que no tienen un mecanismo que ataque a la etiología de la enfermedad; pero, en muchos casos, sí se dispone de alternativas que estimulan la función cognitiva. Así, hay juegos que estimulan dicha función, juegos que se tienen que ver acompañados del apoyo de la familia y el tratamiento sintomático de los trastornos psíquicos y conductuales asociados. Sin embargo, hay que aclarar que los tratamientos farmacológicos no producen mejoras de las funciones cognitivas, sólo enlentecen la progresión de la enfermedad. Es decir, no erradican la enfermedad, no tienen un impacto sobre la supervivencia, aunque sí mejoran la calidad de vida de los pacientes y, por tanto, también la de sus cuidadores. Otro apunte más en lo que se refiere a los tratamientos. Se estima que de los 800.000 pacientes de Alzheimer –en todos los niveles de la enfermedad, diagnosticados o no- sólo reciben tratamiento indicado para su enfermedad algo más del 4 por ciento, esto es, 32.000 pacientes. El resto, de los diagnosticados, reciben tratamientos exclusivamente sintomáticos, como antipsicóticos. En la actualidad, el diagnóstico precoz y la implantación de tratamientos para retrasar la evolución supondría un ahorro económico de unos 601 millones de euros (100.000 millones de pesetas) anuales. Página 2 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar ESTADÍSTICAS Tras la celebración en Madrid de la II Asamblea Mundial del Envejecimiento auspiciada por las Naciones Unidas, se extrajeron los siguientes datos. Según las proyecciones España será uno de los países más viejos del mundo. Pasaremos de 6.500.000 personas mayores de 65 años en el 2001 a 9 millones en el 2025, que representarán entre el 20 y el 25 % de la población. De éstas, aproximadamente 3,5 millones de personas tendrán algún problema físico que requiera la atención de otra persona para desarrollar las actividades de la vida diaria. Y a este grupo hay que añadir otro medio millón y medio con discapacidad física temporal o permanente. Es decir, que en el 2025 una cuarta parte de la población española tendrá más de 65 años y de ellos serán dependientes entre 3,5 y 5 millones. Evidentemente, conforme aumenta el número de personas mayores, también aumenta el número de enfermedades asociadas a la tercera edad, entre ellas el Alzheimer. Concretamente, en la actualidad, la incidencia del Alzheimer en España es muy alta, ya que de los más de 6 millones de personas ancianas, en torno al 12% padece la enfermedad diagnosticada o no, según el estudio “Que se puede hacer hoy con los enfermos de Alzheimer”, patrocinado por los laboratorios Novartis, Pfizer y Janssen-Cilag. Así pues, y según esta fuente, serían alrededor de 800.000 los enfermos de Alzheimer, de los cuales más del 60% está sin diagnosticar, debido a la escasez de unidades especializadas en demencias y a la falta de sensibilización de los familiares. A continuación se exponen algunos de las cifras manejadas en esta II Asamblea Mundial del Envejecimiento. ESTADÍSTICAS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO A ESCALA MUNDIAL: · · · El 22% de los habitantes del planeta será mayor de 60 años en 2050. En 2050 habrá 2.000 millones de personas mayores en lugar de los 600 que hay actualmente. Un millón de personas, aproximadamente, llega cada mes a los 60 años, el 80% de ellas en los países en desarrollo. Página 3 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar · · · · Se espera que para 2050 el porcentaje de personas mayores de edad aumente del 8% al 21%, mientras que el de niños descenderá del 33% al 20%. En las regiones desarrolladas el número de personas de la tercera edad supera actualmente al de niños. El segmento de más rápido crecimiento es el de las personas de 80 años o más; su número es de 70 millones. Actualmente hay 81 hombres por cada 100 mujeres mayores de 60 años, y esta proporción baja a 53 hombres por cada 100 mujeres mayores de 80 años o más. Fuente: Foro Mundial de ONG sobre Envejecimiento (abril 2002) PREVALENCIA DE LAS DEMENCIAS EN ESPAÑA Años Población en España 1998 39.394.258 2000 39.489.635 2005 39.709.849 2010 39.798.238 6.467.462 6.694.478 6.907.763 7.175.466 16,42% 16,95% 17,40% 18,03% 646.746 669.448 690.776 717.547 517.397 535.558 552.621 574.037 Prevalencia según gravedad Leve (30%) 155.219 160.667 165.786 172.211 232.829 241.001 248.679 258.317 129.349 133.890 138.155 143.509 Mayores de 65 años censados % de mayores de 65 años Mayores con demencia de cualquier tipo Mayores con demencia de Alzheimer Moderada (45%) Grave (25%) Censo 1995 Datos del Instituto Nacional de Estadística Página 4 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar LOS GRANDES PROBLEMAS DEL DÍA A DÍA EL ASEO Existen pacientes que, habiendo sido muy limpios y aseados, se muestran totalmente contrarios a ir bien peinados y limpios, a cambiarse regularmente de ropa interior o de camisa y pantalón… Este comportamiento de negarse a asearse diariamente es uno de los primeros problemas a los que debe enfrentarse el cuidador de un enfermo de Alzheimer. Para solventarlo, el cuidador debe utilizar técnicas que conduzcan al paciente, sin darse cuenta, a efectuar aquello que en un principio no quería hacer. Por ejemplo, ha de demostrar que el enfermo puede hacerlo por sí sólo y que, además, lo hace muy bien y está mucho más guapo. Conforme la enfermedad avanza, esta tarea tan cotidiana se complica. Llega el momento de sustituir la bañera por la ducha, de colocar alfombrillas antideslizantes y barras asideras, de levantar la altura de inodoro para que no tenga que agacharse y se levante fácilmente, de asegurarse de que no hace frío en el cuarto de baño, de no hacer ruidos intensos ni molestos durante el aseo. Más adelante, el enfermo no es capaz de lavarse por sí sólo, por lo que el cuidador debe ocuparse de su aseo, incluso lo tiene que realizar en el propio lecho. LA ALIMENTACIÓN En la primera fase de la enfermedad, no es estrictamente necesaria una esmerada atención. Basta con procurar que los platos –es recomendable que sean de un material irrompible- en los que se coloca el alimento siempre sean más amplios que el propio alimento con el fin de que lo identifique correctamente. En la segunda fase, en la que el paciente se suele decantar por negativismos, conviene ser perspicaz y ofrecerle comidas sabrosas, nutritivas y variadas para que no rechace la comida. Más adelante, el enfermo tiene dificultades para deglutir los alimentos con consistencia normal. Entonces, se ha de disponer comida con una textura más blanda. Sin embargo, a veces y en la primera etapa, no siempre es debido a la consistencia del alimento que el paciente se niega a comer. El cuidador debe, entonces, analizar por qué se produce esta situación: ¿se ha cambiado el lugar donde comía?, ¿hace frío donde Página 5 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar come?, ¿la comida está fría o muy caliente?, ¿hay mucho ruido?, ¿tiene algún dolor?, ¿sufre de estreñimiento?, ¿el cuidador tiene prisa por darle de comer?… En fases más avanzadas se recomienda el uso de la alimentación por sonda nasogástrica o incluso la práctica de una ostomía. En estos momentos conviene seguir los consejos de un profesional experto en nutrición. LA INCONTINENCIA DE ESFÍNTERES En fases avanzadas, el paciente pierde la autónoma contención de esfínteres urinarios y fecales. Se trata de una etapa en la que el paciente todavía tiene conciencia de sus actos, por lo que sufre. Así que procura esconder en los lugares más insospechados –cajones, maceteros, ducha- los utensilios que haya utilizado para empapar estas pérdidas hasta que su olor los delate. El comportamiento del cuidador tras percatarse de esta situación –estresante por el contexto de aseo y limpieza que nuestra sociedad da a todo lo relacionado con la eliminación urinaria y fecalha de ir en la línea de pensar que aquello que el enfermo está haciendo no lo hace porque quiere, sino que lo está haciendo la propia enfermedad. EL SUEÑO NOCTURNO Una de las primeras complicaciones que el cuidador comunica corresponde a las alteraciones en el sueño nocturno: aprecia que al enfermo le cuesta mucho esfuerzo dormirse por la noche o que se despierta muy a menudo para dedicarse a efectuar tareas que serían lógicas hacerlas en otro momento del día –por ejemplo, cocinar, barrer, colgar un cuadro, sacar ropa del armario-. Otras veces el paciente se despierta porque no reconoce la habitación donde duerme y quiere irse a su casa –estando en su propio hogar-, o no reconoce a su pareja con la que tantos años hace que duerme, o se imagina que alguien quiere hacerle daño y tiene terrores nocturnos… Si ya para el propio paciente es una complicación importante que lo desorienta, estresa, hace consumir más energía que de forma usual y le variará el orden de descanso usual, es también para el cuidador un grave inconveniente que le ocasionará frustración y carencia de descanso reparador. Página 6 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar EL HOGAR El espacio en el que vive una persona diagnosticada de demencia tipo Alzheimer debe cumplir una serie de premisas importantes para convivir en él la mayor parte del tiempo que dure su enfermedad. Así, deben coexistir los recuerdos en forma de objetos que posee el enfermo y la practicidad de eliminar lo superfluo. Es por ello que se ha de evaluar cuáles son los lugares donde el paciente pasa la mayoría del tiempo y adaptarlos a sus necesidades presentes y futuras. Así, se adoptan las siguientes medidas: suprimir alfombras; evitar los cables por el suelo con el fin de evitar caídas; reducir al máximo los objetos decorativos –sobre todo mesitas auxiliares que pueden obstaculizar el paso del paciente-; procurar la comodidad – por ejemplo, situar su sillón preferido en el lugar donde se le nota más a gusto-; guardar los cuadros en los que existen muchas figuras ya que pueden desorientarle por no conocer la caras o creer que son reales; suprimir los espejos –pueden crearle confusión al no reconocerse en ellos-; colocar barandillas en el pasillo para que pueda sujetarse si se marea; instalar luz permanente a nivel del suelo para evitar caídas si se levanta por la noche, cerrar con llave los armarios en los que se guardan utensilios peligrosos; cambiar el gas por la luz eléctrica para cocinar, colocar carteles en los que se dé información acerca de qué habitaciones son. Página 7 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar PRINCIPALES DUDAS EN CUANTO A LAS CAUSAS DE LA ENFERMEDAD 1. ¿Cuánto se sabe acerca de las posibles causas de la enfermedad de Alzheimer? Actualmente una parte importante de la investigación va dirigida a intentar establecer las causas de la enfermedad, aunque por el momento queda mucho por descubrir en este sentido. Se sabe que la enfermedad es más común en edades avanzadas, pero se desconocen los factores desencadenantes de los cambios característicos que se producen en el tejido cerebral de quienes la padecen. Se sabe que estos cambios cerebrales están asociados al envejecimiento, pero también que no son parte del proceso normal de envejecimiento. En algunos casos, estos cambios se producen a una edad relativamente temprana. Aunque se cree que la genética puede jugar un papel, son raros los casos en los que una anormalidad genética es causa de la enfermedad. La opinión general es que los genes únicamente contribuyen a aumentar la susceptibilidad de una persona a padecer la enfermedad. Parece que, al menos en algunos casos, hay factores ambientales que contribuyen a desencadenar la enfermedad. Lo que está claro es que la enfermedad de Alzheimer no es infecciosa y que no está causada por un infra o sobreuso del cerebro. Aunque a veces la enfermedad se manifiesta tras un periodo de estrés o preocupación, no se cree que estos estados emocionales sean su origen. Tampoco se cree que un traumatismo o una operación puedan desencadenarla. En ocasiones se ha dicho que la dieta o que algunas deficiencias hormonales pueden contribuir a su desarrollo, pero la mayoría de los especialistas no aceptan esta propuesta, como tampoco se acepta la idea de que el aluminio en la dieta puede tener algo que ver. Así pues, todavía hoy no se conoce la causa principal. Sí se sabe que se trata de una enfermedad edad-dependiente –es decir, es más frecuente cuanto mayor se es- y que existen muchos factores que influyen en su génesis. 2. ¿Es posible tomar precauciones para evitar su aparición? Página 8 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar No se sabe lo suficiente acerca de la enfermedad como para poder recomendar algún tipo de precaución. 3. ¿A cuántas personas afecta? En nuestro país se estima que la cifra se eleva a 500.000 pacientes diagnosticados. 4. ¿A quién afecta más esta enfermedad: a los varones o a las mujeres? No existe una inclinación a ser padecida más en un sexo u otro. Si en las estadísticas aparece un mayor número de enfermas, es solamente porque la mujer vive más años que el hombre y, por tanto, es mayor su número. 5. ¿Es hereditaria? Se sabe que algunos casos raros de la enfermedad, que tienden a darse en personas más jóvenes de lo normal, se transmiten genéticamente de una generación a otra. En estos casos la probabilidad de que miembros cercanos de la familia –hermanos, hijos- desarrollen la enfermedad es del 50 por ciento. Sin embargo, la mayoría de los casos de Alzheimer no son de transmisión genéticas. Si un miembro de la familia padece la enfermedad de tipo no genético, el riesgo entre sus familiares es aproximadamente tres veces más alto que el riesgo para una persona de edad similar que no tiene historia familiar de la enfermedad. Se cree que en estos casos los genes pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad, pero que no la causan directamente. 6. ¿Es contagiosa? En absoluto. Página 9 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar EN CUANTO A LOS SIGNOS Y SÍNTOMAS 1. ¿Cómo se puede diferenciar los síntomas iniciales del Alzheimer de los olvidos habituales en personas de edad avanzada? Mucha gente mayor se da cuenta de que su memoria no es tan buena como solía. Por ejemplo, tienen dificultad para recordar el nombre de personas conocidas, lo que iban a comprar o qué iban a hacer. Esto no significa que estén empezando a desarrollar la enfermedad e Alzheimer. Una persona que habitualmente es olvidadiza todavía puede recordar detalles relacionados con el asunto que ha olvidado. Así, puede olvidarse del nombre de su vecino, pero sabe que la persona de la que está hablando es su vecino. Los enfermos de Alzheimer olvidan no sólo detalles, sino el contexto completo. Pueden incluso tener problemas tales como cambios de comportamiento y pérdida en la capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria. 2. ¿Qué signos pueden hacernos sospechar la existencia de esta enfermedad? Uno de los cambios que a menudo aparecen en los estados iniciales de la enfermedad es que la persona parece diferente a quien es habitualmente. La persona parece menos capaz, menos involucrada y menos adaptable. Pierde interés en sus aficiones y pasatiempos; muestra pérdida de concentración; es incapaz de adoptar decisiones y evita cualquier tipo de responsabilidad. También se pueden notar comportamientos extraños, como que se prepara para ir a trabajar años después de que se haya retirado; o apreciar desorientación y extraños cambios de humor, como irritabilidad y recelos, que se pueden deber a que esa persona se da cuenta de que algo no va bien pero es incapaz de establecer dónde radica el problema. Todos estos cambios son difíciles de determinar precozmente. Se suelen identificar más tarde, “echando la vista atrás”, y tratando de recordar cuáles fueron las primeras señales de la enfermedad. 3. ¿Difiere la enfermedad de Alzheimer de una persona a otra? Afecta a cada persona de forma distinta. Aunque la enfermedad tiende a seguir el mismo patrón –un deterioro progresivo de las capacidades cognitivas y funcionales a lo largo de los años-, su impacto va a depender del estado del que parte el enfermo. Página 10 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar Personalidad, condiciones físicas y situación social son factores importantes. Algunos enfermos se van volviendo cada vez más complicados y es difícil vivir con ellos, mientras que otros se dulcifican y se vuelven más amables. Algunas personas con enfermedad de Alzheimer no tienen problemas de salud añadidos, mientras que otras tienen otras discapacidades que pueden hacer mucho más difícil su cuidado. Algunos pacientes cuentan con una situación social confortable, mientras que otros han de hacer frente a problemas familiares y financieros. 4. ¿Cómo progresa por lo general la enfermedad? El curso de la enfermedad no va a ser exactamente igual en dos pacientes. Ésta puede avanzar más rápidamente en unos que en otros, y nadie va a experimentar todos los signos y síntomas que enumeramos aquí. Es importante puntualizar que la enfermedad va progresando gradualmente y que es muy raro que coincida exactamente con cada uno de los tres estados que se describen en esta página. Aun así, puede ser de ayuda echar un vistazo a los signos y síntomas típicos en el contexto de estos tres estados, ya que puede servir a los cuidadores para estar alerta de los problemas que pueden aparecer y hacer planes sobre futuras necesidades. 5. Síntomas iniciales. A menudo se pasa por alto el estado inicial de la enfermedad, que suele ser interpretado como “vejez” o parte normal del proceso de envejecimiento. Como el comienzo de la enfermedad es gradual, resulta difícil identificar exactamente su inicio. En estos momentos, el enfermo puede: · Mostrar dificultades con el lenguaje. · Experimentar pérdidas de memoria significativas, mostrando problemas sobre todo con la memoria a corto plazo. · Desorientarse en el tiempo y en el espacio. · Perderse en lugares familiares. · Tener dificultades a la hora de tomar decisiones. · Perder iniciativa y motivación. · Mostrar signos de depresión y agresividad. · Mostrar una pérdida de interés en sus aficiones y pasatiempos. Página 11 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar 6. Síntomas medios. A medida que la enfermedad va progresando, los problemas se van haciendo más evidentes. La persona con Alzheimer tiene dificultades en su vida diaria y: · Se vuelve muy olvidadiza, especialmente con los asuntos recientes y los nombres de las personas. · No se las puede arreglar viviendo sola sin problemas. · Es incapaz de cocinar, limpiar, hacer la compra. · Necesita ayuda para su higiene personal, incluyendo ir al servicio, bañarse o lavarse. · Necesita ayuda para vestirse. · Tiene dificultades cada vez mayores para hablar. · Vagabundea y a veces se pierde. · Muestra varias anormalidades de comportamiento, tales como agresividad sin que medie provocación o seguir constantemente al cuidador por toda la casa. · Puede experimentar alucinaciones. 7. Síntomas avanzados. Esta etapa se caracteriza por una total dependencia e inactividad. Los trastornos de memoria son muy serios y el deterioro físico de la enfermedad se hace más evidente. El enfermo puede: · · · · · · · · Tener dificultades para comer. No reconocer a sus parientes, amigos y objetos familiares. Tener dificultades para comprender o interpretar cualquier cosa. Ser incapaz de orientarse en su propia casa. Tener dificultades para caminar. Sufrir incontinencia total o parcial. Mostrar comportamientos inadecuados en público. Estar confinado a una silla de ruedas o a la cama. EN CUANTO AL DIAGNÓSTICO 1. ¿Por qué es tan importante el diagnóstico? · · · Porque así se puede excluir la posibilidad de que los síntomas tengan una causa distinta tratable más fácilmente. Porque permite a los miembros de la familia, a los amigos y, si es posible, al propio enfermo hacer planes de futuro. Porque se puede dar al enfermo los cuidados y tratamientos más adecuados. Página 12 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar 2. ¿Cómo se efectúa su diagnóstico? El único medio diagnóstico totalmente seguro es la biopsia cerebral. Sin embargo, en raras ocasiones se llega a efectuar, ya que por medio de otras técnicas, como las derivaciones de la neuroimagen (TAC cerebral, resonancia magnética cerebral, spect, pet), junto con electroencefalograma, analítica sanguínea y, sobre todo, entrevista clínica se llega a un diagnóstico muy aproximado. 3. Desde el momento del diagnóstico de la enfermedad, ¿cuánto tiempo puede vivir el paciente? Aunque depende de diversos aspectos, sobre todo de los cuidados, podría decirse que el tiempo de supervivencia estará alrededor de quince años. EN CUANTO AL TRATAMIENTO 1. ¿Existe un tratamiento curativo? No existe actualmente un tratamiento farmacológico curativo de la enfermedad. Sí hay, en cambio, tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que aminoran la velocidad de progresión de la enfermedad si el estadío es aún temprano. 2. ¿Dónde estará mejor el paciente: en su hogar o en una residencia psicogeriátrica? Un paciente con este tipo de dolencia puede estar en su hogar hasta el último día de su existencia; no existe necesidad de sacarlo de él. Todo depende de que tenga los cuidados necesarios: sanitarios, humanos y ambientales para que esté bien atendido. 3. ¿Qué tipo de profesionales son los idóneos para cuidar o tratar a un paciente con demencia tipo Alzheimer? Cualquiera que conozca la enfermedad en toda su extensión y conozca también sus límites. Un profesional imprescindible será su médico de cabecera, quien habrá conocido desde siempre sus problemas de salud. En el cuidado diario serán muy útiles Página 13 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar especialistas como terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, psicólogo, enfermera o auxiliar psicogeriátrico. 4. ¿Cuál es el momento adecuado para “abandonar” y llevar al enfermo a una residencia? Ésta es la pregunta más espantosa y también una pregunta equivocada. Cuando se empieza a pensar en “abandonar”, se está poniendo la tarea de cuidar del familiar en un contexto de éxito o fracaso. Así, la pregunta que en realidad se está formulando es: “¿Cuándo sabré que he fracasado como cuidador?”. Pero el ingreso en una residencia no es una cuestión de abandono o de fracaso. La pregunta que un cuidador se debe plantear en todas etapas es: “¿Cuándo debería buscar ayuda para cuidarle?”. La respuesta, entonces, es: “Pronto y con frecuencia”. Estar al cuidado de un familiar enfermo puede ser un trabajo de muy larga duración, por lo que se ha de discernir entre qué se sabe hacer bien y cuándo se necesita ayuda o descanso. A medida que avanza la enfermedad y la situación se va complicando, se necesitan más recursos para alcanzar los objetivos marcados en el cuidado del familiar. Entonces existen diversas opciones: centros de día, viviendas tuteladas, residencias y ayudas en el domicilio. Así, puede llegar un momento en el que el cuidador principal, junto con su familia y el médico, decida que un centro que preste atención las 24 horas del día es lo que mejor se ajusta a las necesidades de todos los implicados. En este caso, el cuidador sigue desempeñando su función, pero son otras las personas quienes prestan los cuidados físicos. La decisión de llevar a la persona con demencia a un entorno más protector nunca es fácil. Para el cuidador familiar es muy duro y doloroso el tomar esta decisión; pero a veces la situación familiar es tan complicada que no tiene otra alternativa. Siempre hay que pensar en proporcionar al enfermo la máxima calidad de los cuidados que necesita. Página 14 de 16 Información facilitada por CEAFA a www.pulevasalud.com Portal de salud, nutrición y bienestar CONSEJOS PARA EL CUIDADOR El cuidado de un enfermo de Alzheimer supone un trabajo cada vez más difícil y en el que se involucran muchos sentimientos. El reconocimiento y la aceptación de estos sentimientos por parte del cuidador es fundamental para poder tolerarlos y controlarlos mejor, de manera que no interfieran en la atención a las propias necesidades, lo que, además, resultará indispensable para poder atender las del enfermo. A continuación, se exponen algunos consejos para el cuidador: · · · · · · · · Mantener, en la medida de lo posible, un contacto regular con amigos y familiares. Buscar actividades que resulten satisfactorias. Disponer de un lugar donde poder hablar de ciertos sentimientos (tristeza, desesperación, dolor, ansiedad, rabia, irritación, etc.) con alguien de confianza o con otras personas que se encuentren en situaciones parecidas. Compartir las experiencias ayudará a aceptarlas, tolerarlas y controlarlas mejor. Diversas instituciones, como los centros de día, ayudarán a aliviar la enorme tarea del cuidador al hacerse cargo del enfermo durante unas horas al día. Estos centros resultan el lugar ideal donde poder delegar algunas tareas que pueden resultar más conflictivas –por ejemplo, bañar al enfermo-. Asimismo, supondrán, junto con a las asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer, un lugar donde relacionarse con otras personas en situaciones similares y desde el cual acceder a diversos tipos de servicios y actividades. Encontrar un sustituto para que cuide del enfermo cuando el cuidador quiera ausentarse, en lugar de renunciar a ello. De hecho, cuando el enfermo no asista a un centro de día o la tarea de cuidarlo recaiga casi exclusivamente en una sola persona será importante poder descansar durante unas horas al día o a la semana dejando al enfermo al cuidado de otra persona. Ingresar al enfermo durante una o dos semanas en un centro residencial y tomarse de vez en cuando un periodo de vacaciones. A veces aparecen circunstancias (problemas de salud, otras responsabilidades, etc.) en la vida del cuidador que obligan a pensar en el ingreso del enfermo de forma más o menos definitiva. Será el momento de escoger cuidadosamente el tipo de centro más conveniente y luchar contra el sentimiento de culpa que puede aparecer. Página 15 de 16