Walter Rela ARTIGAS su acción política y militar 1811-1820

Transcripción

Walter Rela ARTIGAS su acción política y militar 1811-1820
Administración Nacional de Educación Pública
CONSEJO DE EDUCACIÓN PRIMARIA
Walter Rela
ARTIGAS
su acción política y militar
1811-1820
989.504
R382a
WALTER REZA
ARTIGAS
Su acción política y militar
1811-1820
ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN PÚBLICA
CONSEJO DIRECTIVO CENTRAL
Presidente: Prof. Germán Rama
Vicepresidente: Dr Claudio Williman
Vocales,- Mag. Lic. Nelly Leites de Moraes
Insp. Rosa Márquez
Prof. Carmen Tornaría
Secretario General: Dr. Robert Silva García
CONSEJO DE EDUCACIÓN PRIMARIA
Director General: Insp. Sirio Badi Nadruz
Consejera: Lic. María Nelly Arispe
Consejero: Dr. Héctor Caraballo Delgado
Secretaria General: Dra. Alma Baccino de Pérez Abella
Prosecretaria: Sra. Silvia Giuria
Inspección Técnica
Inspectora Técnica: Mtra. Insp. MI Nelly Filardo
Departamento de Publicaciones e Impresiones
Directora: Mtra. Insp. Marta Laurino de Siola
La grandeza de Artigas
La peregrinación anual al Hervidero, que familiariza con un campo sagrado en cl recuerdo de la patria
el espíritu de las generaciones orientales, se perpetuará
como un rito inalterable de nuestro culto cívico. La (radición histórica no tiene en tierra nacional santuario más
venerado que esa solitaria meseta.
Hay que ir a erguirse sobre su cúspide para abrir
el pecho ala cruda proeza de las ráfagas de pasión patriótica que cl ambiente de las ciudades refrena y amortigua. Hay que mirar desde su altura para dominar toda
la amplitud del horizonte que abarca, en la historia del
Río de la Plata, la fuma de expansión y propaganda de
nuestro credo revolucionario de 1813, la fórmula profética integral de los destinos de la América libre.
Montevideo es la cuna de la patria, en cuanto
esto significa un primer núcleo de sociabilidad y civifzación, con los elementos esenciales que preceden a la
Independencia y que persisten y dcbcn persistir a través
de todas las Imnsformaciones. Montevideo es, además,
el origen de un espíritu local con aspiraciones ala autonomía económica y política, que obró acaso como el
principio más activo en la formación de un espíritu de
nacionalidad.
Pero si por cuna de la patria entendemos, no el
conjunto de esos antecedente primeros, sino la revelación entera, franca y c(caz del sentimiento que llamamos propiamente patriótico, y de la idea que lo detcrmi=
na y hace consciente, entonces no está la cuna de la patria en Montevideo, último rcducto del poder español y
fácil presea de la conquista lusitana. La cuna de la patria está dispersa en la extensión de esas cuchillas casi
desiertas donde las "montoneras" heroicas espaciaron
su instinto de libertad y su indómita soberbia, fermentos generadores de una independencia y de una democracia: la cuna de la patria está en el terrón del rancho
humilde donde tuvo su precario asiento aquella sociabilidad scminómada que se personifica en cl tipo legendario del gaucho; la cuna de la patria está en cl seno de la
virgen y bravía naturaleza, y abarca tanto espacio como
las fronteras de la patria misma. Pero si en alguna parle
su radica y concreta es en ese original e interesantísimo
esbozo de capital independiente que se asentó sobre la
mesa del Hervidero y donde Artigas bosquejó, con tosca energía, la imagen de la organización civil que llevaba en la mente junto alas inspiraciones de su acción
heroica.
La sociedad europea de Montevideo y la sociedad semibárbara de sus campañas, dándose rcciprocamente complemento, fueron mitades por igual necesarias en la unidad de la patria que se transmitía al porvenir. Y el lazo viviente que las juntó dentro de un carácter único es la persona de Artígas, hombre de ciurjad por
el origen y por la educación primera; hombre de campo
por adaptación posterior y por el amor entrañable y la
comprensión profunda del rudo ambiente campesino.
Son este amor y esta comprensión los que definen la
original grandeza de Artigas, el secreto de su eficacia
personal, la clave de su significación histórica. Haber
profesado con inquebrantable fe, cuando todos dudaban, los principios de la independencia, la federación y
la república, bastaría para revelar corazón entero y mente iluminada, pero no bastaría para determinar la superioridad de hombre de acción. Lo que detemtina esa superioridad es la intuición y la audacia en la elección de
los medios: es cl mirar de águila por el que comprendió
que los elementos necesarios para imponer aquel programa en los destinos de la Revolución estaban sólo en
el seno de esas muchedumbres de los campos, a cuyo
frente se puso, afrontando las preocupaciones y los egoísmos de su tiempo. Allí, en cl ambiente agreste, donde cl
sentir común de los hombres de ciudad sólo veía barbarie, disolución social, energía rebelde a cualquier propósito constructivo, vio el gran caudillo, y sólo él, la
virtualidad de una democracia en formación, cuyos instintos y propensiones nativas podían encauzarse, como
fuerzas orgánicas, dentro de la obra de fundación social
y política que había de cumplirse para el porvenir de
estos pueblos. Por eso es grande Artigas, por eso fue
execrado como movedor y agente de barbarie, con odios
cuyo eco no se ha extinguido del todo en la posteridad.
Trabajó en cl barro de América, como allá en cl Norte
Bolívar; las salpicaduras de ese limo sagrado solían su
frente con un atributo más glorioso que cl clásico laurel
de las victorias.
El Siglo
Montevideo, 23 de julio de 1915
José Enrique Rodó
Prólogo
El presente trabajo del que es autor el Dr WalterRela fue publicado originariamente por
la Liga Marítima Uruguaya en 1998, con un ajustado prólogo del Comandante en Jefe de la
Armada Nacional Vce Almirante G. Ruiz Estellano. El Dr. Reta ha tenido la generosidad de
donar al Consejo de Educación Primaria los derechos de autor del mismo, lo que ha permitido esta segunda edición, que nos autoriza a poner a disposición del magisterio nacional su
importante contenido.
El Dr. Reta es un destacado intelectual uruguayo, formado en disciplinas humanísticasy
en metodologías de investigación, que le han permitido poner a disposición de docentes e
investigadores una proficua obra, que interesa a varias áreas. Aunque sus contenidos afectan
predominantemente los temas históricos, Walter Reía no se autodefine como «historiador»
sino como «documentalista», aunque, lógicamente, el profesionalismo de esa metodología lo
introduce necesariamente en profundidad en la materia histórica.
Cabe destacar que desde hace años viene realizando un impresionante trabajo de investigación, bajo el título de «URUGUAY cronología histórica anotada» que ha de extenderse
en seis tomos, el primero de los cuales arranca de 1527, bajo el título de «Banda de los
Charrúas. Colonización españnla» y el sexto llegará a 1966, cerrando tres tomos de la «República Oriental del Uruguay». En la actualidad ha publicado los tres primeros, llegando
hasta 1830. El segundo tomo precisamente, cubre el periodo de presencia histórica de Artigas (1811 -1820), que es el tema de la presente publicación.
Este trabajo deja en evidencia dos características claras del Dr. Reta, que se hacen presentes a un tiempo: la erudición y la capacidad de síntesis, características que no parecefácil
presentar a un tiempo como 1o logra Rela, y como queda en evidencia en estas páginas.
El trabajo que se publica tiene una breve introducción sobre la Revolución de Mayo de
1810, seguida por el proceso histórico artiguista, y cerrando la publicación con una serie de
citas de elevado interés, muchas de las cuales no están fácilmente al alcance del lector
Todos estos elementos destacados en estas líneas creemos que justifican ampliamente la
difusión de la obra. Resta tan solo agradecer al Dr. Waller Reía la generosidad intelectual de
su aporte a nuestros docentes, en un tema decisivo en la formación de nuestros valores nacionales.
José Claudio Williman (h.)
Subdirector Nacional de Educación Pública
Artigas:
su acción política y militar
1811-1820
Instalada la Junta de Mayo, buscó en favor de su causa un pronunciamiento en
los pueblos del interior de la Argentina, el Paraguay y la Banda Oriental. Las reacciones fueron diversas. En las provincias argentinas chocó con un creciente sentimiento autonomista, que en el futuro mediato se concretaría en la ideología federalista. Montevideo y Asunción mantuvieron su fidelidad ala Corona de España (aún
en los difíciles momentos de ocupación de la metrópoli por las tropas francesas). En
cambio en la campaña de la Banda Oriental algunos pueblos se adhirieron en primera instancia (Maldonado, Santo Domingo de Soriano, Rosario del Colla, Melo y
Colonia), pero la presión ejercida por Montevideo hizo cambiar sus voluntades, con
excepción de Maldonado, que mantuvo firme su postura de reconocimiento, por lo
que la Junta lo declararía puerto importante por resolución del Cabildo Abierto (ag.
lo). Incluso en la misma se aclara que, si Montevideo persistiese "agraviando los
fueros municipales de la ciudad" en su actitud, "se sometía bajo la protesta también de la fuerza ". Como se ha dicho bien, esta revisión de apoyo a la que se prestaron aquellos pueblos que estaban bajo la jurisdicción de Montevideo, en los hechos
fue aparente, ya que al producirse la "admirable alarma" (como definió Arttgas el
levantamiento de los pueblos de la campaña oriental al servicio de la causa revolucionaria de 1811) todos se manifestaron solidarios con la Junta de Mayo. Mientras
tanto, en BuenosAires se le encomendó a Manuel Belgrano (1770-1820) la elaboración del plan de acción adecuado a la revolución.
En sesión del 18 de julio la Junta solicitó a Mariano Moreno (1778-1811), como
secretario (también lo era Juan José Paso), la redacción del "Plano de operaciones
que elgobierno provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata debeponer
en práctica para consolidar la grande obra de nuestra libertad e independencia".
Moreno preparó un documento extenso, en el que incluyó política interna y exterior, relaciones con Inglaterra, conducta represiva con los enemigos, propaganda,
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economía, monopolio del comercio exterior, insurrección en el sur del Brasil y otros
temas de interés para el momento histórico argentino (agosto 30 de 1810).1
En cuanto a la política inglesa sobre el asunto, tenía sus propios objetivos desde
1805, cuando siendo Primer ministro William Pitt (el joven) (1759-1806), manejó la
posibilidad y el interés de dividir la América Hispana del gobierno de España.
Fue Lord Strangford, embajador inglés en la Corte de Río de Janeiro, el encargado de observar que pasaba en el Río de la Plata y así lo informó al canciller marqués
de Wellesley (1769-1852) en sbre. 1 o. de 1810, sobre sus conclusiones.
La Junta tomó entonces algunas medidas radicales en lo interno, como ser: aumentar las tropas con levas de vagos, desocupados y malhechores entre l8 y 40 años
(may. 29).
Días después (junio 7) parte de Buenos Aires un batallón, llamado "expedición
auxiliadora ",para someter a los pueblos del interior que se negaban a reconocerla
Junta.
En Córdoba, donde vivía Liniers y era Gobernador Intendente Juan Gutiérrez de
la Concha (que vino con la Expedición Malaspina), se juró fidelidad a España a
través de su Consejo de Regencia Oun. 20). Además, estaban relacionados con los
jefes delApóstadero Naval de Montevideo, al servicio de la monarquía, a cuyo frente
estaba el C/NJosé María Solazar.
Bajo el mando de Moreno, las tropas de Buenos Aires ocuparon Córdoba. Después decruenta lucha capturaron a Liniers y a de la Concha en el paraje CruzAlta y,
siguiendo instrucciones, Juan José Castelli (1764-1812) los fusiló (agosto 26).
Se nombró Gobernador a Juan Martín de Pueyrredón (1776-1850) (agosto 15) y,
en Cabildo Abierto, se eligió diputado al Deán Dr. Gregorio Funes (1749-1829),
que tendría destacada actuación en el gobierno de la Junta Grande.
En la expedición al Alto Perú, en la batalla de Suipacha (nov. 7) (donde participó
Martín Güemes (1785-1821) con sus gauchos), las tropas patriotas al mando del
Gral.
Antonio
Gonzalez
Balcarce
(1774-1820)
obtuvieron
un
resonante
éxito,
que
cambió momentáneamente el destino de las provincias del Norte.
Los episodios ocurridos en el Paraguay tuvieron otro resultado porque el
Gobernador-Intendente Bernardo de Velasco y Huidobro, junto con el Cabildo
asunceño, habían resuelto jurar fidelidad a Fernando VII y al Consejo de Regencia
(julio 24).'
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Moreno dirigió una carta al gobernador en términos duros, pero no se evitó el
enfrentamiento de las armas en combates sin cuartel, en los que las milicias
paraguayas lucharon denodadamente contra los porteños.
El ejército de Belgrano tuvo que capitular (marzo 10 de 1811) después de la derrota en Tacuary (marzo 7), retirándose ala Candelaria.
Este fracasado intento de someter al Paraguay por la fuerza asentó más el autonomismo regional, germen del futuro proyecto de federalismo que con Artigas conformaran las provincias del litoral argentino y la Banda Oriental.
La dicotomía centralismo porteño federalismo provincial fue sustantiva y
definitoria deformas opuestas de gobierno, que perdurarían en el tiempo histórico
mediato.
Los acontecimientos militares tendrán un vuelco cuando el Cap. Gral. de Río
Grande del Sur, Diego de Sousa, envíe un emisario a Velasco Huidobro ofreciendo
su ayuda contra Buenos Aires a todas las autoridades legítimas, en nombre de Fernando VIL
Lo que tendría como contrapartida que "se reconociesen los derechos de Na.
Sra. la princesa Carlota Joaquina de Borbón, a falta de sus augustos hermanos"
(léase Fernando).
Velasco comunicó al Cabildo la propuesta. Este la aprobó, nombrando al Comandante FulgencioYegros (1780-1821), quien se pondría a sus órdenes (mayo 11), como
forma de anular el peligro de las tropas de Belgrano, que podrían reorganizarse y
atacar de nuevo.
La situación, lejos de aclararse, se complicó con el levantamiento de los criollos
acaudillados por Pedro Juan Cavallero, quien conminó a Velasco a que rechazase la
idea de que Portugal impusiese su plan. Se le planteó un nuevo gobierno, presidido
por él, con el apoyo de dos diputados, Juan Valeriano de Zeballos y Gaspar Rodríguez
de Francia (1766-1840), con carácter interino (mayo] 6).
A menos de un mes (junio 9), con el auxilio del Comandante Fulgencio Yegros,
depusieron á Velasco como presidente del gobierno.
Reunido el Congreso General (junio 17) se nombró una Junta de Gobierno (junio
20) a cuyo frente quedó Yegros, acompañado de cuatro miembros: Francia, Fernando de la Mora, Pedro J. Cavallero y el Pbro. Francisco J. Bogarin.
Esta Junta Suprema decidió aprobar un documento en el que se establecía el
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principio ya conocido en España de que, al no existir el representante real, el pueblo
era el depositario de la "soberanía"; con todos sus derechos, y por tanto debía cuidar, con independencia de otros, su propio destino.
Mientras tanto la Junta de Buenos Aires, al tomar conocimiento de la resolución
de que quedaban suspendidos los reconocimientos, tanto al Rey como al Consejo de
Regencia, y de que tampoco se admitía otra, ajena a los intereses paraguayos, hasta
tanto se concretase la reunión del Congreso General (en B.A.), envió a Belgrano y a
Vicente A. de Echevarría, acompañados del secretario Pedro F. Sáinz de Cavia, a la
Asunción, para conseguir el reconocimiento del Paraguay, que serviría de ejemplo a
otras provincias, por "exigirlo así el interés común y la necesidad de fijar un centro
de acción para conjurar los peligros" que los amenazaban (octubre 4).
Se suscribió un tratado (octubre 12) que ratificaría la Junta de Buenos Aires
(octubre 31) en el que, entre otras cosas, se fijaban los limites del Paraguay, incluyendo la Candelaria, se eliminaban tributos pagados por Paraguay hasta entonces y
se formaría una `federación y alianza indisoluble", con mutuas responsabilidades
en la defensa contra terceras naciones, para preservar "los progresos de nuestra
justa causa y común libertad".°
Todo esto quedaría en letra muerta cuando en el futuro se hicieran notorios los
objetivos de centralismo porteño (como ocurrió con la Banda Oriental), que llevaron
indefectiblemente al aislamiento del Paraguay.
En BuenosAires la Junta Grande, que sustituyó a la de Mayo (diciembre 18,1810)
y duró como gobierno menos de un año, tenia fuertes oposiciones, que la harían caer
para dar paso al Primer Triunvirato (setiembre 23).
Cuando medio millar de vecinos de "las orillas" llegan a la Plaza de la Pictoria,
pretenden tres cosas: que Saavedra sea el único jefe mando político-militar en la
guerra contra los españoles; que cada Junta Provincial se integre solo con vecinos
locales; que se enjuicie a Belgrano por su conducta militar en el Paraguay (abril 5,
1811).
Saavedra no aceptó tal responsabilidad y se mantuvo la Junta Grande, pero con
cambio de nombres en su integración, entre los que entraba el Dr Joaquín Campana.'
Este tuvo un enérgico rechazo a las pretensiones de Lord Strangford de mediar
entre Elío (gobernador de Montevideo) y la Junta Grande (mayo 18), haciendo público un documento en que expresaba el sentimiento de que "estas provincias exigen
solamente manejarse por sí mismas" (abril 5, 181 1).
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Los adversarios de la Junta se fortalecieron con las derrotas del ejército en el
Alto Perú (Huaqui, junio 20 de 1811), la acción de la masonería y de los ingleses
(cada uno con sus intereses particulares), el asedio constante al puerto de Buenos
Aires por las fuerzas navales españolas de Montevideo, y por último, la invasión
portuguesa a la Banda Oriental en apoyo de Elio (junio 17).
El destino estaba sellado y de la reunión del Cabildo Abierto (setiembre 23) surgió la constitución del Primer Triunvirato, que integrarían el Gral. Manuel de Sarratea
(1774-1849), Feliciano Antonio de Chiclana (1761-1826) y Juan José Paso (17581833).
Se nombró a Bernardino Rivadavia (1780-1845) como Secretario de Gobierno y
Relaciones Exteriores, a Nicolás Herrera (1774-1833) en el cargo de Guerra y Hacienda y al Cnel. Francisco X. de Vi ana (1764-1820), jefe del Estado Mayor General.
Este Primer Triunvirato firmará el 20 de octubre de 1811 el armisticio con Ello y
el año siguiente (el último de su gobierno) el Tratado Rademaker-Herrera (mayo 27,
1812). Se retirarán las tropas portuguesas de la Banda Oriental, en tanto las patriotas derrotan a los españoles en Tucumán (setiembre 24, 1812).
El Segundo Triunvirato asumirá funciones el 8 de octubre de 1812. De sus acciones con respecto a la Banda Oriental, y en particular a Artigas, nos. referiremos
oportunamente.
Los orientales en armas
Este extenso periodo de la historia nacional (1811-20), riquísimo en acontecimientos políticos y militares que involucraron a las provincias argentinas, fue ocupado fundamentalmente por la figura de Arttgas (1764-1850).
La revolución oriental será uno de los aspectos salientes de su vasta trayectoria,
que abarcará la condición de Jefe de los Orientales y de Protector de los Pueblos
Libres, impondrá sus ideas federales y luchará con dos frentes simultáneos: portugueses yporteños centralistas, y librará, por último, batallas decisivas contra Ramírez.
Si hay un punto de inicio en la revolución oriental hay que buscarlo en la declaración de guerra por parte de Ello a la Junta Grande (febrero 13, 1811).
Los hacendados orientales, castigados por las cargas impositivas y bajo amenaza
de protocolizar la tenencia de las tierras que ocupaban y llevar un registro de las
realengas, además de ser fuente de recursos financieros para solventar los gastos de
guerra, decidieron apoyar a la Junta de Buenos Aires.
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En esos días José Artigas, Cap. del Cuerpo de Blandengues con asiento en Colonia, abandona la milicia y con el Tte. Rafael Hortiguera y el Pbo. José Ma. Enríquez
de la Peña pasan a Buenos Aires y se ponen a las órdenes del gobierno patrio,
El 28 de febrero, en Asencio, dos vecinos de la Banda Oriental, Pedro Viera y
Venancio Benavides (aquél natural de Río Grande pero afincado en el distrito de
Soriano y éste oriundo de Mercedes), en acto que la historia tradicionalmente denomina "Grito de Asencio ", emprenden el comienzo de la insurrección armada en los
campos orientales, a la que se unen hacendados criollos, peones, matreros, contrabandistas, indios y negros, quienes se alzan contra los españoles en distintos parajes
de la jurisdicción.
En acciones rápidas y eficaces este "ejército nuevo" ocupa sucesivamente Mercedes (febrero 28), Santo Domingo de Soriano y San Salvador (febrero 29).
El ejército porteño, con Be1grano primero y luego con José Rondeau (1773-1844),
acampa en las proximidades de la villa de Mercedes.
El 11 de abrilArtigas, desde alli, lanzará unaproclama a lospatriotas orientales
para alentar el triunfo de las armas, defender la patria y "morir antes con honor,
que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio".
La ocupación de Colla del Rosario (abril 20), Porongos y San José (abril 25), fue
realizada por una partida a cargo de Manuel Antonio Artigas (1774-1811), primo
hermano de José, mientras en el este otras fuerzas al mando de Manuel Francisco
Amigas (1769-1822), hermano de José, lograba desalojar a los españoles en Minas
(abril 24), San Carlos (abril 28), Maldonado (mayo 5), la fortaleza de Santa Teresa y
Rocha (mayo 7).
La batalla de Las Piedras (mayo 18), con el triunfo de José Artigas sobre las
tropas del Cap. de Fragata José Posadas, marca el más importante acto de consolidación de la lucha armada contra los españoles.'
Elfo se refugia con sus fuerzas dentro de las murallas de Montevideo y el 20 de
mayo se inicia el Primer Sitio a la ciudad, al que se unirá Rondeau con casi 3.000
soldados (julio lo.).
Mientras tanto Benavídes se había apoderado de Colonia (mayo 26), eliminando
las posibilidades de Elío de enfrentar a los patriotas en la campaña oriental.
Pero su respuesta estuvo en el mar Con la flota del Apostadero Naval de Montevideo bloqueó el puerto y bombardeó la ciudad de Buenos Aires.
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La difícil situación por la quepasaba el gobernador español determinó que pidiera auxilio al Cap. Gral. de Río Grande del Sur, Diego de Sousa dul. 15), quien con el
visto bueno de la Corte portuguesa invadió la Banda Oriental por la frontera norte
con 5.000 efectivos bien pertrechados. En exitosa campaña se apoderó de Melo (julio 23), Santa Teresa (setiembre 5), Rocha (setiembre 7), San Carlos (octubre 10) y
Maldonado (octubre 12).
Este cambio tan brusco en la situación militar de la Banda Oriental obligó al
gobierno del Primer Triunvirato (que además sintió la derrota en el Alto Perú
(HuaquiJ, junio 20 de 1811, ocurrida bajo la Junta Grande) a pactar con el Regente
de Portugal un armisticio en cuyo oficio medió Lord Strangford.
Así, el 20 de octubre se firmaba con Elío lo que significó el reconocimiento al Rey
Fernando VII, el levantamiento del Sitio a Montevideo, el bloqueo al puerto de Buenos Aires por la flota española y dejar la Banda Oriental en administración de la
Junta de Cádiz, a través de su representante. Además, las tropas portuguesas debían
abandonar los territorios ocupados, por compromiso contraído con Ello.
En este momento de tratativas con Elío los orientales comprendieron con claridad cuál era y dónde estaba el destino futuro del pueblo libre y soberano, que no era
otro que el de su propia fuerza y decisión de serlo.
Este episodio cambia el rumbo de la historia de la revolución oriental lo que se
confirmará en las dos primeras asambleas: la convocada por el Gral. Rondeau (]011 de setiembre) y la llamada Asamblea de la Quinta de la Paraguaya (octubre 10).
En ambas se trató el tema del armisticio y su justificación, por parte de Buenos
Aires, de por que éste se firmaba en circunstancias adversas para las armas patriotas.
En la primera concurrió Artigas acompañado del Pbo. Larrañaga y de los jefes
de la revolución oriental, proponiendo que ante el levantamiento del Sitio se dividieran las fuerzas en dos: los porteños enfrentando a los portugueses y los orientales
manteniendo el Sitio.
En la segunda, a días de la firma del armisticio, los orientales resolvieron acompañar a Artigas y declararlo "Jefe de los Orientales"; y en su persona "su propio
gobierno" (octubre 23).
En ambos actos, aunque con distinto grado, se establecía un auténtico ejercicio
de soberanía por parte del pueblo oriental.
Confrmados los términos del armisticio, serán los orientales retirados del Sitio
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de Montevideo los que en libre asamblea, a orillas del río San José, resuelvan "constituirse como tal" libres e independientes y dejar el territorio para dirigirse con su
jefe hacia el Norte.'
Este episodio, conocido históricamente como el "Éxodo del Pueblo Oriental";
significó un hito fundamental en el futuro enfrentamiento ideológico deArtigas junto
a la Liga Federal, con su marcado autonomismo contra el centralismo porteño, que
pretendía avasallar la soberanía de las provincias que no acataran su voluntad.'
El 26 de mayo de 1812 se firma el Tratado Rademaker-Herrera, que fija el cese de
las hostilidades y el retiro de las fuerzas de de Sousa a sus límites naturales anteriores a la invasión, lo que se hará lentamente y bajo protesta del Cap. Gral. de Río
Grande sobre dónde estaban las verdaderas fronteras en ese momento.
El Cnel. Juan Rademaker, emisario del Regente, no se molestó por este reclamo,
como tampoco lo hizo Nicolás Herrera.
El 8 de octubre de 1812 estalló en Buenos Aires una rebelión de la que surgió el
Segundo Triunvirato, integrado con Juan J. Paso (1758-1833), Nicolás Rodríguez
Peña (1775-1853) y Antonio Alvarez Jonte (1784-1822), los que convocaron al pueblo para una asamblea que se llamó Soberana Asamblea General, que se llevó a
cabo el 31 de enero de 1813.
En la fecha arriba indicada los miembros del Cabildo procedieron al escrutinio
de votos del cuerpo, siendo electos los nombres citados, pero estando Rodríguez
Peña en Mendoza se procedió a convocar al suplente, Carlos deAlvear (1789-1852).
Este nuevo gobierno se debía regir por un Reglamento. En cuanto al juramento
de rigor se hizo por Dios y la Patria, eludiendo el nombre del Rey de España, como
forma de afianzar el concepto de independencia, tal como lo querían los miembros
de la influyente Logia Lautaro, movimiento que en su origen tuvo por divisa "Independencia y Constitución"; esta última entendida como una pieza jurídica definitiva
para gobernar bajo el imperio de la Ley alas Provincias Unidas del Río de la Plata.
Reunida la Asamblea General (enero 31), después de cumplidas las ceremonias
religiosa y civil, los diputados de las provincias (los de la Banda Oriental fueron
rechazados) eligieron a Carlos de Alvear como Presidente y declararon que en la
Asamblea estaba la "representación y ejercicio de la soberanía de las Provincias
Unidas del Río de la Plata".
En el juramento de los diputados se exigió la fórmula de hacerlo por Dios, los
Santos Evangelios y la Patria.
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Definitivamente constituida e integrada la Asamblea se reunió en 1813 (enerosetiembre, octubre-noviembre), en 1814 (enero febrero, agosto) y en 1815 (enero),
hasta su disolución.
El 3 de febrero de 1813 José de San Martín (1778-1850) triunfa en la batalla de
San Lorenzo y Belgrano lo hace en Salta el 20 del mismo mes. Sin embargo, el ejército argentino tuvo dos derrotas de importancia ese año: en el Alto Perú, la de
ViIcapugio (octubre lo.) y la de Ayohuma (noviembre 14), frente al ejército realista
comandado por el Gral. Joaquín de la Pezuela (1761-1830).
Estas dos acciones negativas terminaron por hacer caer al Segundo Triunvirato,
creándose el Primer Directorio (enero 10 de 1814), cuyo titular seria GervasioA. de
Posadas (1757-1833), que jugaría un papel importante contra Artigas.
En cuanto a la figura del "Jefe de los Orientales" se reconocen, en sus diez importantes años de actividad política y militar, tres períodos bien definidos:
I- 1811-14, vinculado a la Banda oriental y sus luchas, con una clara posición
autonomista y federal.
2-1814-17, cuando se convierte en constructor de la Liga Federal, que nuclea las
provincias argentinas que se adhieren a este sistema de gobierno. Coincide con el de
Artigas gobernante.
3- 1817-20, cuando es el "Protector de los Pueblos Libres" y encara una doble
lucha frontal, contra el centralismo y contra los portugueses, invasores de la Provincia Oriental desde 1816.
Por último, dentro de este periodo se consolida el triunfo del federalismo provincial, con la batalla de Cepeda (febrero 1, 1820) y la firma del Tratado del Pilar
(febrero 13), del que quedan excluidos Artigas y la Liga Federal.
El prócer se resiste al articulado que firman BuenosAires, Entre Ríos y Santa Fe,
verdadera alianza que deja librada a su suerte a la Provincia Oriental, ocupada por
los portugueses.
Las discrepancias entre Artigas y Ramírez (gobernador de Entre Ríos) culminan
en lucha armada en Las Guachas (junio 13), Las Tunas (junio 24) y la última en
Corrientes, en la que el Jefe de los Orientales es derrotado.
El camino al exilio en Paraguay es el paso definitivo (setiembre 5, 1810).
Revisemos en detalle algunos aspectos salientes de cada periodo.
En el primero Artigas, "Jefe de los Orientales"por reconocimiento expreso del
pueblo, al retirarse del Primer Sitio de Montevideo emprende la marcha al N O. en el
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episodio épico del Exodo del Pueblo Oriental (o "Redota"; como lo llamaron los
criollos, octubre 1811).
Establecido en el Ayuí, permanecerá allí hasta ser llamado por Buenos Aires en
apoyo del Segundo Sitio (octubre de 1811).
Discrepancias con el Gral. Manuel de Sarratea (1774-1849) y su expulsión de la
Provincia Oriental marcan un punto de fricción importante.
Se realiza el Congreso de Tres Cruces (abril 1813), del que saldrán las Instrucciones del año X/Il, dadas a los diputados orientales que representarán ala Provincia en laAsamblea General convocada por el Segundo Triunvirato (octubre 24, 1812).
Le sigue el Congreso de Capilla Maciel (diciembre 8-10, 1813), donde se crea el
gobierno-intendencia de la Provincia Oriental, por inspiración de Buenos Aires.
Retiro secreto de Artigas del Segundo Sitio (enero 20 del814) e inicio desde el
litoral N. del río Uruguay (campamento de Belén) de su campaña como caudillo
federal (comienzo del 2o. período).
Sigamos el orden cronológico de los acontecimientos.
El "Exodo "se produce en un momento decisivo para la concreción de su ideario
de federalismo.
En los hechos militares (octubre de 1811) las milicias orientales, siguiendo a su
Jefe, levantan el Sitio de Montevideo y marchan hacia el N. O. de la Provincia. En el
camino empiezan a engrosarse sus filas con miles de patriotas, solos o con sus familias, al punto de que, llegados a Salto, se habla de más de 16.000 personas junto a
Artigas.
Este episodio, merece dos reflexiones: 1) que Artigas queda afianzado como Jefe
indiscutido y que son respetadas todas sus decisiones; 2) que los orientales toman
conciencia de lo que significan la dignidad nacional y los conceptos de autonomía y
federalismo.
En el plano extra Provincia Oriental también significó (lo que tendrá importancia de futuro) la vinculación con los caudillos provinciales argentinos, en franca
lucha contra el centralismo porteño, en el que veían su mayor enemigo para la necesaria autonomía político-económica y el desarrollo de cada provincia, que se daría
su propio gobierno y se independizaría del monopolio portuario que cercenaba su
desarrollo.
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En cuanto a la vida en el campamento del Ayuí (margen izq. del río Uruguay,
afluente de éste situado en la Provincia de Entre Ríos) estuvo marcada por una práctica democrática activa, como la que desarrolló la Junta de Vecinos, que resolvía los
asuntos puntuales del pueblo oriental (abril 28 de 1812).
La vinculación de Artigas con los caudillos provinciales produjo alarma en Buenos Aires. Enviaron al Gral. Sarratea como emisario del Primer Triunvirato (antes
había estado Nicolás de Vedia, como comisionado, y en su informe elogió la forma
en que vivían los patriotas orientales).'
Sarratea llegó al Ayui con rango de Gral. en Jefe del Ejército y mediante presiones y ofrecimientos provocó divisiones, tanto entre oficiales como vecinos, y logrando formar un campamento en el arroyo de la China (Concepción del Uruguay).
Se formalizan las diferencias sustanciales entre el ideario artiguista y las directivas de Sarratea, que pretendían que el ejército oriental quedase en relación de dependencia del porteño al formalizarse el Segundo Sitio contra el gobernador español
Vigodet que estaba amurallado en Montevideo.
En diciembre de ese año Sarratea ordena en forma conminatoria aArtigas que se
dirija al Sitio, como retaguardia, a lo que con justificada indignación el Jefe de los
Orientales contesta: "Cese ya VE. de impartirme órdenes, no cuente ya VE. con
algunos de nosotros porque sabemos muy bien que nuestro obedecimiento hará
precisamente el triunfo de la intriga".
Más adelante concluye: "El pueblo de Buenos Aires es y será siempre nuestro
hermano, pero nunca su gobierno actual».
Nuevos episodios de carácter estrictamente militar, como el hostigamiento que
las fuerzas artiguistas hacen a las de Sarratea en el Paso del Yi, donde se apoderan
del armamento, que se le devolverá al firmarse la "Precisión delYi"(enero 8, 1813),
a condición de que Sarratea regrese a Buenos Aires y cese con sus intrigas.
Este se negó afirmar el pacto y, además de enviar a un emisario a Buenos Aires
(Tomás García de Zúñiga) para que allí se reconozca "la soberanía particular de los
pueblos" como objeto de la revolución. En lo puntual Artigas ordenó a su oficial
Fructuoso Rivera (1784?-1854) que lo hostigara, lo que hizo con éxito al quedarse
con su caballada.
El corolario de estos episodios fue la expulsión de Sarratea como Jefe del Ejército, con el visto bueno de Rondeau y del Gral. Domingo French (1774-1825), el 21 de
febrero de 1813.
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Sarratea embarcó a Buenos Aires con sus oficiales y Rondeau asumió el mando.
Cinco días después Artigas se incorporaba al Segundo Sitio de Montevideo.
Por su importancia política el llamado Congreso de Abril (realizado en Tres Cruces el 5 de abril de 1813), con la concurrencia de diputados representantes de ios
pueblos de la Banda Oriental y presidido por Artigas, fue una manifestación del
espíritu de autonomía, de respeto a la Ley y de conciencia de la nacionalidad.
En él Artigas expresará su más decisivo concepto de la soberanía de los pueblos
al decir: "Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana ".
Como anticipamos, el Segundo Triunvirato convocó a diputados provinciales y de
Buenos Aires para la Soberana Asamblea General que se llevó a cabo en la capital
argentina el 31 de enero de 1813.'
La primera reunión se hizo con ausencia de diputados provinciales, por lo que se
citó a otras, con el fin de resolver la forma política de consagrar la independencia, al
mismo tiempo que buscar un entendimiento con las provincias del Plata que hiciera
viable el gobierno de todos.
El Congreso de Abril obedecía a la necesidad de elegir diputados a la Asamblea
General, los que irían con instrucciones precisas de los pueblos a los que representaban.
Artigas en su discurso recordó que "La Asamblea, que tantas veces se anunciara, empezó ya sus sesiones en Buenos Aires ".
A continuación dio muestras, una vez más, de la firmeza de su ideario en lo que
respecta a los sagrados derechos de los pueblos a resolver su destino político por
encima de los personalismos."
Más adelante habló de la necesidad de un Estatuto, o Constitución, que garantizara los derechos de los pueblos en las decisiones fundamentales, como la de establecer normas jurídicas que regulasen el orden de la provincia hasta tanto Montevideo fuese tomada por los patriotas.
Culminó su discurso con una alusión a la responsabilidad de los diputados presentes en el Congreso a la hora de tomar resoluciones."
Se reconoció a la Asamblea General (uno de los puntos en debate) pero se dejó
constancia de las diferencias entre la conducta centralista de Buenos Aires y los
fundamentos "liberales'; que eran la sustancia de la revolución oriental.
Se establecieron además ocho puntos considerados inseparables, en los que se
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mezclaba la conducta de Sarratea, se admitía sólo la jefatura de Rondeau, el reconocimiento de una Confederación ofensivo-defensiva entre todas las Provincias Unidas, y también quedaba implícito que la "Banda Oriental asumiría la plena libertad
que ha adquirido como provincia compuesta de pueblos libres" sin más sujeción
que a una Constitución aprobada por la Soberana Asamblea, "teniendo por base la
libertad ".
Se eligieron seis diputados, dos por los vecinos emigrados de Montevideo y cuatro por los de extramuros.
Resultado práctico de esta sesión del Congreso (abril 5, 1813) fue el reconocimiento, por parte de las fuerzas orientales y porteñas que participaban del Segundo
Sitio, a la Asamblea como Autoridad Soberana de las Provincias Unidas del Río de
la Plata.
Ocho días después (13 de abril) Artigas aprobó las Instrucciones a los diputados
orientales, tal como exigía la convocatoria a la Asamblea (oct. 1812).
Los diputados orientales no fueron aceptados por la Asamblea con el pretexto de
vicios deforma en la elección, que no la consideraban correcta, aunque la realidad
era que no estaban de acuerdo con el contenido de las Instrucciones, con marcado
énfasis en la independencia y en las autonomías provinciales.
Frente a esto Artigas convocó a uno de los diputados, el Pbo. Larrañaga (17711848), para que tratara de superar las diferencias con BuenosAires, pero sus gestiones frácasaron.
Ante tal situación el gobierno porteño exigió a Rondeau la convocatoria de otro
congreso para elegir legítimamente a los diputados orientales y a un gobierno provincial obediente al de Buenos Aires.
Esto se concretó en el Congreso de Capilla Maciel (a orillas del arroyo Miguelete
en extramuros de Montevideo), presidido por Rondeau, que se llevó a cabo del 8 al
10 de diciembre de 1813.
Cumpliendo con lo previsto se formó un gobierno-intendencia, con tres vecinos,
para dirigir los destinos de la Provincia Oriental.
Artigas, que no concurrió a ninguna de las sesiones, percibió los -intereses no
demasiado ocultos de subordinar toda decisión política a lo que conviniera a Buenos
Aires y que su autoridad como Jefe de los Orientales no era admitida por el gobierno
del Segundo Triunvirato.
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Ante tal realidad resolvió abandonar "secretamente "el Segundo Sitio (enero 20
de 1814) y otra vez asentarse en el NO., en el litoral, sobre el río Uruguay.
Pero mientras esto ocurría, entre el Congreso de Abril y el de Capilla Maciel
funcionó el "Gobierno Económico de Canelones': formado el mismo día que terminaba el de Tres Cruces y en el mismo lugar (abril 20, 1813).
Este fue integrado por vecinos emigrados de Montevideo y una parte de los que
vivían en la campana, atentos a la alocución deArtigas sobre "desórdenes, abusos
excesos que en la campana se notaban"; lo que provocaba violencia en la tranquilidad pública, inestabilidad social, a los que no podía atender por "estar actualmente del todo ocupado en el principal objeto de hostilizar la plaza enemiga".
Labrada el acta, se llamó a esto "Cuerpo Municipal ", pero en la práctica actuó
como gobierno provincial, lo que fue comunicado a laAsamblea de BuenosAires por
su lice Presidente Bruno Méndez, en funciones de presidente por la negativa del
titular electo el 8 de mayo de 1813, que era Artigas, como "gobernador militar y sin
ejemplar presidente ".
La vida del Gobierno Económico de Canelones (instalado en la villa Guadalupe
de los Canelones para evitar sucesos de armas que eran própios de una Montevideo
sitiada) fue breve (abr-dbre.) pero útil, en cuanto al ordenamiento administrativo de
los pueblos, con la designación de autoridades (electas por voto directo), de jueces,
percepción de tributos imprescindibles para su normal funcionamiento y medidas
protectoras para sanear y mejorar la riqueza ganadera y agrícola. Para esta última
se le encomendó al Pbo. Pérez Castellano, conocedor de las ciencias naturales, la
preparación de "algunos apuntamientos de agricultura", lo que culminará con su
obra Observaciones sobre Agricultura de, 1814.
Se menciona también un proyecto de Constitución basado en el modelo de la
americana (Massachusetts, marzo 2, 1780), que se atribuye a uno de sus distinguidos
miembros, el Dr José Revuelta, que era Juez de Vigilancia (antiguo Alcalde Provincial del régimen indiano) en "el quarto /año/ de la revolución americana'; 1813.
Como dato de interés, entre otros de tal proyecto, hay que destacar la división del
Estado en t!-~s poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judiciario, por la razón de
que "el gobierno sea de leyes no de tiranos"."
El Gobierno Económico de Canelones terminó en sus funciones al convocarse el
Congreso Capilla de Maciel y elegirse sus autoridades. -
Mientras tanto, en Buenos Aires se producía otro cambio de gobierno. El 10 de
21
enero de 1814 se hacia carga, como Director Supremo, Gervasio de Posadas (17571833), que sustituía al Segundo Triunvirato.
El gobernante debía asumir los sucesos militares y políticos que ocurrían en Europa can la derrota de Napoleón (oct. 1812, retirada desastrosa de Rusia; oct. 1813,
Batalla de Leipzig, que le significó la pérdida de España) y su consecuencia inmediata, el Tratado de Kalenqay (dbre. 8, 1813), por el que Fernando VII volvía al trono
de España y el 4 de mayo de 1814, desde Valencia, por un Real decreto, imponía la
monarquía absoluta.
El Rey anuló la Constitución de Cádiz de 1812 y todo vestigio de liberalismo,
además de ordenar las persecuciones sangrientas a sus partidarios.
Estos hechos tuvieron repercusión en el Río de la Plata, particularmente para
aquéllos que profesaban ideas republicanas y federalistas.
En otro campo estaban los porteños, que con la influencia de Lord Strangford,
que trató de persuadirlos de reconocer al legítimo Rey (por que así convenía a las
intereses ingleses), optaron por una política negociadora con España, para la que
nombraron una misión conciliadora con Rondeau y Belgrano.
El Director Supremo les entregó dos textos de instrucciones, tino público y otro
privado. El primero era de `felicitación" al monarca y solicitud de garantías; el
segundo, que sólo llevaba Rivadavia, hablaba de "negociar la independencia política o la libertad civil de estas provincias", con la posibilidad de que un infante ocupase el trono si se le garantizaba la administración de las mismas, aunque se
reincorporasen a España.
De no prosperar esta idea, se les instruyó para que consiguieran el apoyo de
otras naciones europeas que, contra "su protección"; pudiesen enviar un miembro
de la Casa Real para ser coronado.
Sarratea, que estaba en Londres desde marzo de 1814, trataba de negociar para
el Río de la Plata, Perú y Chile, al hyo menor de Carlos IV, el infante Francisco de
Paula, residente entonces en Roma.
Mientras tanto, las gestiones sobre el apoyo inglés naufragaban porque el 5 de
julio de ese año España e Inglaterra firmaban un tratado "de amistad y alianza"
para `proteger y extender el comercio sin dilación ".
Rivadavia y Belgrano, en Londres, aceptaron como solución posible el proyecto
de Sarratea, teniendo en cuenta que el Ministro inglés para asuntos extranjeros,
22
Vizconde de Castlereagh (1769-1822), hablaba con desprecio de "los rebeldes americanos ". aue no merecían el apoyo del Qobierno inglés.
Pero los asuntos locales no corrían por ese andarivel, si tenemos en cuenta la
extensión cada vez más creciente de las ideas federales de Artigas en las provincias
argentinas.
Artigáas y la Liga Federal
Desde su campamento en Belén el Jefe de los Orientales pugnó (a partir de la
ruptura con Buenos Aires) por una política militar, como forma de hacer respetar
"la soberanía particular de los pueblos ", base del federalismo.
Fue bajo el gobierno de Posadas que se desencadenó una dura represión contra
los caudillos que aspiraban legítimamente a mantener la autonomía provincial
Así, el 11 de febrero de 1814 firmó un decreto (que redactó Nicolás Herrera)
declarando a Artigas "infame, privado de sus empleos, fuera de la ley y enemigo de
la patria"; añadiendo que como "traidor a la patria"daba mérito a su persecución y
muerte, si se resistiese, y beneficiando con 6.000 pesos a quien lo atrapara y lo
entregara a las autoridades porteñas, tanto vivo como muerto.
La respuesta no se hizo esperar y Artigas, con gran energía, do: "Me batiré con
cuantos quieran batirme a un mismo tiempo "."
De inmediato Posadas envió un ejército a Entre Ríos para combatirlo, pero fue
derrotado en la batalla de Espinillo (feb. 28).
A partir de este hecho, insólito para Buenos Aires tanto como inesperado en su
resultado, fueron separándose del Directorio las provincias de Corrientes, Santa Fe,
Entre Ríos, Córdoba y Misiones, que seguían luchando por sus ideas federalistas.
En esa circunstancia Artigas recibe el título de "Protector de los Pueblos Libres
Un intento conciliador de Posadas encontró en Amigas la decidida posición de
exigir el reconocimiento total de la Provincia Oriental y las otras argentinas.
En tanto Montevideo, sitiada por tierra y mar por la escuadra patriota que comandaba el Almirante Guillermo Brown (1777-1857), pese a la resistencia española,
no tenía más alternativa que la rendición. Así lo hizo el gobernador español Gaspar
de Vigodet (que con rango de Cap. Gral. había sustituido a Elío al abolirse el Virreinato
del Río de la Plata) el 20 de junio de 1814, entregando la plaza al Gral Carlos Ma.
de Alvear que había subrogado a Rondeau.
23
Este acto puso fin a la dominación española en la región, pero en la Provincia
Oriental dio paso ala porteña, bajo forma de ocupación, entre el 23 de junio de ese
año y el 25 de febrero de 1815.
Artigas reclamó que Montevideo, como parte de la provincia Oriental, quedase
en manos de los patriotas, lo que no fue aceptado y entonces se recurrió a las armas.
Con el triunfo de Guayabos (Salto) del 10 de enero de 1815 por las tropas de
Rivera enfrentando a las de Dorrego se abriría otro ciclo de gobierno oriental, hasta
la invasión portuguesa (1816)."
El 26 de febrero entrarían en Montevideo, completando el dominio territorial de
la Provincia.
Pero Artigas no cejó en su lucha contra el Directorio que lo combatía y, vueltos
los ojos al litoral argentino, ejerció su poder de convicción sobre Entre Ríos, Misiones y
Corrientes.
En la primera, las fuerzasf ederalistas ocuparon la ciudad el 24 de marzo y el 2 de
abril nombraron a su propio Gobernador (1815).
Pero este "pronunciamiento" fue acompañado por la misma actitud de otras
provincias, como Córdoba, que en Cabildo Abierto no sólo nombró a su gobernador
(en sustitución del representante del gobierno de Buenos Aires) sino que izó en la
plaza pública la bandera federal.
Pocos días después (abril 6,1815) se conoció un bando que decía: "La Provincia
de Córdoba queda enteramente separada del gobierno de Buenos Aires y cortada
toda comunicación y relación y bajo los auspicios y protección del General de los
Orientales que se constituye garante de su libertad".
La influencia de Artigas y su ideario se afirmaban en las provincias que defendían el sistema federal, formando lo que se llamó "Sistema de los pueblos libres"."
Si los sucesos anteriores provocaron la caída de Posadas y Carlos A. Alvear asumió el segundo Directorio (enero 9, 1815), estos últimos acontecimientos comprometieron su gestión de gobierno (que ya al día siguiente se vería sacudida por la derrota en Guayabos).
Mientras tanto llegaban alarmantes noticias desde España, donde Fernando VII,
que emprendió una despiadada persecución a los liberales, hizo saber que "todos los
cabecillas serán pasados por las armas sin darles más tiempo que el preciso para
morir cristianamente".
24
A esto se añadía que era notorio que en Cádiz se alistaría un ejército de 12.000
soldados para reconquistar el Río de la Plata, aunque no se supiese la fecha cierta
del embarque.
Alvear se preocupó por el giro de los acontecimientos y, además de desentenderse
de Montevideo (que su emisario Nicolás Herrera entregó a los orientales), dejando
librada su defensa a los patriotas de la Provincia Oriental, trató de congraciarse con
Artlgas,-ofreciéndole la seguridad de la independencia absoluta de la misma, condicionada a que Buenos Aires volviese a disponer el destino político de Corrientes y
Entre Ríos.
Alvear gestionó la ayuda político-militar del Paraguay, pero Gaspar Rodríguez
de Francia se la negó, porque quería marginarse de los problemas internos del Plata. También trató de conseguir el apoyo inglés, por gestiones ante Lord Stangford
enviando un emisario con un oficio que pensó seria tentador para su gobierno.
Fracasados todos los intentos para afirmar el poder, un motín lo derrocó y el 15
de mayo asumiría como Tercer Director Ignacio Alvarez Thomas (1787-1857), hasta
el 16 de febrero de 1816.
El nuevo Director trató también, aunque infructuosamente, un acuerdo conArtigas,
quien fiel a su ideario convocó el 29 de junio de 1815 a un Congreso del que participaron los pueblos de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Misiones, Entre Ríos,
Oriental y Corrientes, que se llevó a cabo en la proximidad del arroyo de la China
(Concepción del Uruguay) y al que llamó Congreso de Oriente.
El objeto era recabar el parecer de los pueblos libres en cuanto a negociar con
Buenos Aires. Se enviaron cuatro diputados con facultades para hacerlo, pero la
actitud del gobierno centralista hizo que fracasara la misión.
Mientras tanto Artigas permanecía con su campamento en Purificación (situada
entre Salto y Paysandú), declarada "capital política del federalismo". Desde allí
dirigía su acción de organizar un Gobierno Provisorio de la Provincia Oriental,
pero también los asuntos propios de la Liga Federal.
En cuanto al primero, entendió que el mismo debía ser ejercido por sus representantes directos y por los cabildantes montevideanos.
La jurisdición de éste abarcaba todo el S. del río Negro (siendo el resto la campaña oriental).
Así, el Cnel. Fernando Otorgués (1774-1831) será designado gobernador
25
político-militar de Montevideo (marzo 21, 1815), donde pronto flameará la enseña
federal en el Fuerte (marzo 26).
Se procedió ala convocatoria de los pueblos para integrarlos Cabildos con vecinos lugareños y ordenar la administración, la economía y la judicatura.
Es acá donde empieza a sentirse que algunas de las autoridades expresarán sentimientos anti-artiguistas, que se agudizarán en el tiempo mediato, como las diferencias entre Otorgués y los cabildantes (social y económicamente influyentes), que
veían en el gobernador un típico representante de las milicias populares de Artigas.
En junio de 1815 Otorgués pasa a ocupar la Jefatura de las fuerzas orientales
asentadas en Cerro Largo, con cargo a la vigilancia de la frontera con los portugueses ante una eventual invasión.
Al mes siguiente Artigas nombró a Rivera al frente de la Comandancia Militar de
Montevideo y a Miguel Barreiro (1789-1848) como Delegado del Gobierno Patrio
con responsabilidad en lo civil y lo económico, aunque algunos asuntos los tendría
que resolver junto con los cabildantes.
Concluido el Congreso de Oriente, del que participó Barreiro, éste asumió su
nuevo cargo (29 de agosto).
Se mantuvo con Purificación (llamado también el Hervidero o Meseta de Artigas)
una importante correspondencia, donde constan las directivas del Jefe, entre las que
se destacan tres: organización de la Provincia, cese de la Junta de Vigilancia ordenada por Otorgués, cuyo cometido era el de "perseguir" a los españoles enemigos
del nuevo orden y, tal vez, la más importante, el Reglamento Agrario.
Las raíces de éste hay que buscarlas en el "arreglo de los campos"; asunto que
venía del siglo anterior.
Las últimas. actuaciones fueron las de Elío, que en 1807 repartió tierras, lo que
repitió en 1811, cuando estaba en marcha la revolución oriental.
Artigas retoma, por su gravedad y urgencia, la responsabilidad que exigía buscar
una solución para el reparto de "suertes de estancia "frente al manifiesto crecimiento de la pecuaria en toda la campaña y lo concreta en el "Reglamento Provisorio de
la Provincia Oriental para el fomento de la campaña y seguridad de sus hacendados", dictado en Purificación el 10 de setiembre de 1815.'5
La oposición a este documento, que repartía la tierra entre "los más infelices"
(enumerando por su orden a: "negros libres, zambos libres, indios y criollos po-
26
tires'), se hizo sentir por parte de los hacendados poderosos, que no querían perder
ninguno de los privilegios propios de la tenencia de sus tierras, lo que se reflejará en
la demora con que el Cabildo procedió a ejecutarlo.
Durante el año 1816 fue preocupación deArtigas darle a los Cabildos de la campaña la misma estructura que tenia el de Montevideo en cuanto a la elección y función de sus integrantes, de acuerdo a los términos de un Reglamento que debería ser
igual para todos.
Otro paso importante fue el de delinear la división del territorio al S. del Río
Negro, que resultó en seis jurisdicciones, dejando la parte N. del mismo, por razón
de su desigual poblamiento, en manos de lOSAICaldes y Comandantes Militares (enero 27, 1816).
La tercera etapa de su obra político-militar es la que abarca los años 1817-20 en
los que debe enfrentarse con unitarios yportugueses simultáneamente. La lucha contra los portugueses fue dura y estuvo marcada por acciones militares en que la superioridad enarenas, soldados y fuerzas navales superaron a los orientales.
Desde la invasión de las tropas del Brg. Gral. Federico Lecor (Ag. 7, 1816) por la
frontera N. y el avance simultáneo de la escuadra del Conde l <anna por el Atlántico
Sur hacia el puerto de Maldonado,hasta el dominio total de la Prov. Oriental.
En el plano político conviene recordar la conducta de la minoría del Cabildo de
Montevideo cuando el 20 de enero de 1817 entrega las llaves de la Plaza alinvasor
portugués, lo que permite a Lecor entrar con ceremonia a la ciudad, como Jefe Supremo del "Ejército de Pacificación de SME" dando inicio a La Dominación Portuguesa que durará hasta el 22 de enero de 1820 (cuando definitivamente los patriotas son derrotados en la batalla de Tacuarembó).'6
Finalmente, lo hará con el caudillo entrerriano Francisco Ramírez (1786-1821)
(su antiguo lugarteniente), a raíz de las discrepancias con los términos del Tratado
del Pilar, firmado el 23 de febrero de 1820 entre Sarratea (representante de Buenos
Aires) y Ramírez (por los pueblos libres de Entre Ríos y Santa Fe).
Volviendo hacia atrás en la historia política de la Argentina, seguían siendo
irreductibles las diferencias entre unitarios y federalistas. Al DirectorlgnacioAlvarez
Thomas lo sucede, apenas por unos meses, Antonio González Balcarce (16 feb. - 5
may, 1816), para asumir luego hasta 1819, Juan Martín de Pueyrredón (1776-1850),
como último Director Supremo. .
La penetración del ideario federal había alcanzado términos poco imaginables
27
cuando en Salta el caudillo Martín Güernes (1785-1821) desobedeció a Rondeau
convirtió en figura principal en la región.
Buenos Aires resuelve (mayo 5, 1815) la preparación de un Estatuto Provisional
al tiempo que, desaparecida la Soberana Asamblea General, será sustituida por el
Congreso de Tucumán (marzo 24, 1816), en el que actuarán diputados elegidos por
voto popular.
Es en el curso de ese Congreso Constituyente que el 9 de julio de 1816 se declara
la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica."
Hay que hacer notar que los representantes legítimos de cuatro provincias que
formaban el sistema de "los pueblos libres" estuvieron ausentes en las sesiones (Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y la Oriental).
Pueyrredón, como Director, tuvo delante suyo dos graves asuntos para resolver:
la posible invasión española, anunciada desde hacia tiempo, y la portuguesa, a la
Provincia Oriental.
Aunque de menor cuantía no dejaba de ser preocupante el enfrentamiento con
miembros del Partido Popular, integrado por figuras relevantes como Miguel E. Soler (1783-1849), comandante en Jefe del ejército de los Andes (1816-17) y futuro
gobernador de Buenos Aires (1820), el federalista Manuel Dorrego (1787-1828),
que había luchado contra Arttgas (Guayabos, enero 10, 1815), y Manuel Moreno,
quienes lo acusaban de "traidor a la revolución ".
Artigas seguía siendo un peligroso enemigo y su ideario un fuerte antemural a la
política de Pueyrredón, que optó por aislarlo frente a la invasión portuguesa, en un
doblejuego quefue descubierto por el Jefe de los Orientales cuando recibió la comunicación de Pueyrredón sobre la declaración de independencia, que contestó (Jul.
24) en estos términos: "Ha más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará VE. presente al soberano Congreso para su superior conocimiento".
Simultáneamente el gobierno de Buenos Aires envió al Dr Manuel J García a la
Corte portuguesa en Río de Janeiro como su representante, para plantear el asunto
Artigas y las conductas federales de las provincias (ambos comunes), que amenazaban con desintegrar las Provincias Unidas. La misión de García era la simple propuesta de que el Directorio porteño entregaría "temporalmente"la Provincia Oriental
a Portugal, bajo compromiso de no prestarle ayuda a Artigas ante una posible invasión, a cambio de lo mismo en caso de que España enviase la tan proclamada expedición al Río de la Plata".
28
Esta "alianza" tácita, si bien fue apoyada por el Congreso (dbre. 1817), no lo fue
por Portugal, comprometido con la Santa Alianza europea, que sostenía la posición
legitimista.
Esta fue la realidad cruda que pretendía llevar adelante el centralismo porteño,
buscando en Portugal al encargado de excluir a Artigas de la escena político-militar."
El Protector de los Pueblos Libres, cuando se produce la invasión portuguesa la
enfrentará por las armas, con suerte adversa.
Adelantándonos en el tiempo, debemos recordar que sobre este infeliz episodio
Artigas le remitirá a Pueyrredón un oficio, desde su cuartel general en Purificación,
(nov. 13,1817) que se ha hecho célebre. En él fustiga su política, su actitud entreguista,
sus intrigas y vileza de conducta para con el destino de la Provincia Oriental.
Desde este año hasta 1820 se producirán algunos hechos de importancia histórica, como ser la renovación de la idea de instaurar la monarquía en el Plata por los
gobernantes de Buenos Aires, con un príncipe europeo regente.
La política, con sus matices, de Inglaterra, España, Francia y Portugal, quedó
vinculada a este episodio, cuya cabeza visible era el Director Pueyrredón.
Inglaterra, que desde el principio de la revolución estuvo más preocupada porque
se mantuviera la libertad de comercio que la libertad de los pueblos, proclama la
conocida frase de Jorge Canning (secretario de Estado para el exterior, 1822-17),
quien dirá que Inglaterra "no tiene principios sino intereses" y cuando firma la
alianza con la España de Fernando VII d'ul. 5, 1814) no prestará ningún apoyo a los
movimientos independentistas hispanoamericanos.
España, después de fracasar en su intento de que Inglaterra la auxiliara con su
armada (en. 1816), dirigió sus miradas hacia Rusia y gestionó ante el ZarAlejandro
I (1777-1825) la misma propuesta, cediéndole en cambio una isla del Mediterráneo
(la de Menorca). Puesta sobreaviso Inglaterra, con la consiguiente protesta, el Zar
se negó a aceptarla.
La situación nos presenta a Francia bajo los Borbones con LuisXVIII (1755-1824)
rey en 1814 (cuando los aliados entraron en París) y a Napoleón I Bonaparte, que
abdicó, retirándose a la isla de Elba, En 1815, al.regresar éste a Francia, le quitó el
poder al Rey, expulsándolo e instaurando el régimen de los Cien Días (maryun)
hasta que, finalmente derrotado en Waterloo Oun. 18), se-rindió a los ingleses y fue
destinado ala isla de Santa Elena.
29
Las debilidades que presentaba España hacían proclive la materialización de
establecer dos monarcas en la América Hispana: uno en México y otro en Buenos
Aires.
Por entonces era Ministro del Exterior el duque de Richelieu (1766-1822), que
ocupó el cargo de 1815-18 (volverá en 1820-21). El alentó esta idea y encomendó
Cnel. Le Moyne la misión de entrevistarse con Pueyrredón, lo que hizo el 2 de setiembre de 1818. Este se interesó en el asunto y hasta prometió "entregarse a Francia ". El emisario comunicó enseguida la noticia al gobierno francés.
Por su parte, el gobierno porteño-envió al sacerdote Valentín Gómez (1774-1833),
que llegó a París en abril de 1819, para indagar las posibilidades de coronar al
Duque de Orléans y, de no ser así, intentar con otras potencias (con excepción de
España), pero todo esto sometido a la aprobación del Congreso.
Al arribo de Gómez a París, Richelieu había caído como Ministro del Exterior
siendo sustituido por el marqués de Dessolle.
De la entrevista de ambos (se excluyó la posibilidad de Luis Felipe de Orleans)
surgió el nombre del príncipe de Lucca (Carlos Luis de Barbón), quien seria aceptado por potencias europeas como Inglaterra y Rusia.
En cuanto a Portugal (ocupada la Prov. Oriental y Lecor en Montevideo), la
Corte pretendió imponer al Infante Don Sebastián, nieto de Juan VI (por su hUa la
princesa de Beyra), oriundo de Río de Janeiro (n. en 1811).
Si bien Pueyrredón en algún momento pensó en la casa de Braganza, rechazó esta
posibilidad frente a la del príncipe de Lucca (los informes de Valentín Gómez se
conocieron en Buenos Aires en oct. 1819).
Mientras tanto, desde mayo de 1818, un texto constitucional centralista que
subrogaba al Reglamento Provisorio del Estado (dbre.1817) estaba pronto y, pese
las dilatorias de Pueyrredón (por las negociaciones ya citadas), fue promulgado el
30 de abril de 1819.
En el mismo se dividían los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo (senadores y diputados) y Judicial, con funciones especificas para cada uno. Se determinaba también la religión católica como la única del Estado. En cuanto a los gobernadores
provinciales, sus nombramientos quedaban en manos del Poder Ejecutivo.
En noviembre de 1819 el Congreso recibió el Proyecto monárquico con el nombre
del príncipe de Lucca, y después de algunas objeciones (la constitución recién apro-
30
bada no hablaba de un monarca), atendiendo a intereses internacionales y al apoyo'
que Francia prestaría a través de un convenio, el 12 de noviembre se dio el visto
bueno al príncipe (condicionado a que el rey de Francia consiguiera la aceptación
de Inglaterra y otras naciones de Europa).
La hora final -de Pueyrredón se aproximaba. Frente a la rebelión en el litoral y el
enfrentamiento de Rondeau con los caudillos provinciales federalistas, como
Estanislao López (santafecino) y Francisco Ramírez (entrerriano), llegamos a la derrota del jefe porteño en la batalla de Cepeda (feb. I o., 1820), próximo a Buenos Aires.
La era del Directorio había concluido, con el triunfo de las armas federales, que
lo habían hecho caer.
¿Qué significado tuvo el triunfo de losfederales de provincia contra los unionistas
porteños?
Además de las consecuencias militares, con el ejército de Rondeau prácticamente
deshecho (sólo Balcarce al mando de la infantería pudo salvarse, con dificultades),
hubo cambio de políticas para el destino de estos pueblos.
Artigas había programado, para bien de la Liga Federal, apostar sus ejércitos
dentro de la Provincia de Buenos Aires, lo que llevaba implícito la eliminación de los
más mortales enemigos de su ideario: el régimen directorial y sus ejecutores, desde
Posadas hasta Pueyrredón.
El triunfo de Cepeda igualaba a las provincias con Buenos Aires, que perdía la
tutela y la condición de capital. Fue un final grotesco para los patrocinadores de la
instauración de una monarquía.
Pero el triunfo contenía el germen de la crisis del año 1820, según se desprende
de los términos del Tratado del Pilar (feb. 23), del que se excluye a Artigas, que
acababa de perder batallas decisivas para la independencia de la Provincia Oriental, en su enfrentamiento con los portugueses.
De aquí en más se juega todavía una carta salvadora y fue la Asamblea llevada
cabo en el Rincón de Avalos (Corrientes) el 24 de abril de 1820.'°
Veamos más detenidamente los hechos.
Caído el Directorio, como consecuencia de la derrota de Cepeda, lo sucede como
gobierno la llamada Junta de Representantes, que nombra a Manuel de Sarratea
como gobernador de la Prov. de Buenos Aires.
31
Se acuerda con los federales la firma de un tratado en el que se admite la validez
del sistema, a conciencia de que era un documento ínter provincial (por el que Buenos Aires perdía la supremacía frente a las otras), pero que ponía fin a las hostilidades.
El texto, en total 12 artículos, es concreto. En el IOo., por primera y única vez, se
menciona el nombre de Artigas y es para dar por descontado su apoyo (según manifestaciones de Ramírez). No obstante se le manda copia del mismo, para que incorpore la Banda Oriental a las demás provincias federadas.
Las diferencias entre Artigas y el caudillo entrerriano eran notorias, pero como
en el Tratado del Pilar no estuvieron presentes ni la Prov. Oriental, ni Misiones, ni
Corrientes, Artigas convocó a sus representantes a la Asamblea del Rincón de Avalos
(antes aludida).
Allí se acordaron cuatro principios básicos de entendimiento mutuo, como ser: 1)
Alianza ofensivo-defensiva entre las tres provincias. 2) Artigas nombrado "Protector
de la Libertad y Director de Guerra". 3) Cada provincia elegiría libremente a sus
gobernantes. 4) Podrán incorporarse otras provincias que acepten estas condiciones.
Pero el "Pacto de Avalos", pese a sus intenciones, no llegaría a cumplirse por las .
tan deterioradas relaciones entre Arligas y Ramírez, que pasaron rápidamente de lo
epistolar (mayo 8, dura acusación del primero y mayo 25, respuesta-defensa del
segundo) a la acción armada d'un. 13-28), que culminaría con trágicas consecuencias para el Protector de los Pueblos Libres que, irónicamente, viendo triunfar su
ideario republicano federalista, quedaba marginado de la victoria.='
Sus últimas acciones fueron las de asentar su campamento en Misiones (sbre.,
1820) con 200 hombres, acompañado de Andrés Latorre (1781-1860), que había
luchado contra los portugueses en Catalán (en. 4, 1817) y Tacuarembó (en. 22, 1820),
con suerte adversa, determinando esta última batalla el fin de la resistencia oriental.
El 5 de setiembre Artigas, con apenas una guardia de 80 patriotas, llegó hasta
Itapúa, en territorio paraguayo,,haciéndose presente ante el Comandante de la región, quien dispuso el desarme de los orientales.
WR.
Montevideo, julio 17 de 1998.
33
1. El primer capítulo está destinado a instaurar el "terrorismo". Recomienda observar "la conducta más cruel y sanguinaria con los enemigos de la causa.. 1a menor
serniprueba de hechos, palabras, elc., contra la causa debe castigarse con la pena
capital, principalmente si se trata de sujetos de talento, riqueza, carácter y alguna
opinión". En cambio a los amigos debían disimulárseles los delitos que nofueran concernientes "al sistema... pues en tiempo de revolución no debe de castigarse sino la
infuiencia y la rebelión".
Se completa el terrorismo montando en la Banda Ortental una oficina de "seis y
ocho personas de nuestra entera satisfacción, que escriban cartas anónimas, fingiendo o suplantando nombres... para sembrar la discordia y el desconcierto... cuidándose
de indisponer los ánimos del populacho contra los sujetos de más carácter y caudales
pertenecientes al enemigo".
El segundo capítulo se refiere a la propaganda La "Gaceta" debería dar noticias
"muy halagüeñas, lisoryeras y atractivas..." reservando en lo posible los pasos adversos y desastrosos, porque aunque algo se sepa.. a lo menos la mayor parte de la gente
no la conozca; las derrotas disimularse "con el colorido más aparente", y aun así,en "la
semana en que haya de darse al público alguna noticia adversa, el número de Gacetas
a imprimir será muy escaso, no debiendo dar cuidado que el enemigo nos repita y
contradiga en sus periódicos cuando tenemos el juicio (de las gentes) favorable". En
cuanto a la prensa extranjera habría que cuidar "los papeles perjudiciales... que deben
privarse".
La base de la propaganda sería el "misterio de Femando". "circunstancia la más
ímportante para llevar siempre por delante, tanto en la boca como en los papeles públicos y secretos... pues es un ayudante a nuestra causa, el más soberbio, aún cuando
nuestra obra y conducta desmientan esta apariencia.. nos da un margen para fundar
cierta gestión y argumento, así en las cortes extranjeras como en España., podremos
hacer dudar de cuál de ambos partidos es el verdaderamente realista... además, para
atraernos las voluntades de los pueblos, tampoco nos sería oportuna una declaración
contraria",
El tercer tema es la insurrección popular. Allí se afirma que "los pueblos nunca
saben ni ven sino lo que se les enseña y muestra". Para promover el levantamiento
popular en la campaña orienta( debía recurrírse a "los desertores, delincuentes, la
gente vaga y ociosa y otras muchas que... luego se apartarán como miembros corrompidos que han merecido aceptación por necesidad". Este levantamiento será acaudillado
por dos -sujetos- de gran prestigio en la masa rural.a quienes era necesario ganar `por
cualquier interés o promesas": el capitán de dragones José Rondeau y el capitán de
milicias José Artigas. personas de talento, opinión, concepto y respeto". Estos actuarán apoyados por "los hermanos y primos deArtigas, un Valdenegro, un Baltasar Vargas,
un Benauides, un Ojeda, etc... sujetos que, por lo conocido de sus vicios, son capaces
de todo y tienen opinión popular, adquirida por hechos temerarios".
En materia de política exterior, Moreno recomienda proceder con Inglaterra enforma
"benéfica.. proteger su comercio, aminorarle sus derechos, tolerarla, aunque suframos
algunas exacciones... los bienes de Inglaterra deben ser sagrados". La supone favorable a la revolución porque "a la corte inglesa le interesa que América, o parte de ella, se
desunan o dtoídan de aquella metrópoli (España) y formen por si una sociedad separada, donde la Inglaterra pueda extender más sus miras mercantiles y ser la única por el
señorío de los mares".
34
La ayuda británica para el triunfo de la revolución debía gestionarse "con reserva y
disimulo", procurando obtener del gobierno inglés una "declaración pública de neutralidad". en conflictos entre las autoridades peninsulares y las provincias americanas,
que permitiese comprarles armas por su justo precio", si no fuese posible un "tratado
secreto" de apoyo. En retribución se pagaría, además de los beneficios comerciales,
con la isla Martín García. para que fuese "una pequeña colonia o puerto franco para su
comercio".
Respecto de España, debian enviarse "actas o representaciones de los cabildos de
esta capital e interiores, expresando que se desvelan por conservar los dominios de
estaAmértca para el señor Fernando VII... para entretener y dividir las opiniones en la
misma España, haciendo titubear y aparentar, por algún tiempo, hasta que nuestras
disposiciones nos vayan poniendo a cubierto".
El documento continúa luego estudiando la organización del Estado: "la Constitución debe afianzár a todos el goce legítimo de los derechos de la verdadera libertad, en
práctica y quieta posesión, sin consentir abusos: entonces resolverá el Estado americano el verdadero y grande problema del contrato social".
En el orden económico -más propio de Belgrano que de Moreno- el "Plano" es enemigo de "las fortunas agigantadas en pocos individuos... que sirven de ruina a la sociedad civil... con su poder absorben el jugo de todos los ramos de un Estado... y en nada
remedan las grandes necesidades de los injinttos miembros de la sociedad". Para concluir con ellas propone la confiscación de capitales "luego de consolidar tal Estado
sobre bases fijas y estables", que parecerá duro para una pequeña parte de individuos, pero aparecen después las ventajas públicas que resultan con el fomento de las
fábricas, artes, ingenios y demás establecimientos en favor del Estado y de los individuos que las ocupan en sus trabajos". La confiscación de "500 a 600 millones de pesos" calculaba, "si bien desentenderán a 5.000 o 6.000 individuos, que las ventajas
habrán de recaer sobre 80.000o 100.000 trabajadores, que encontrarán asegurada su
labor. Parte del dinero confiscado iría a solventar expediciones militares para conseguir
la independencia, conquistar el Río Grande y anarquizar Brasil, y el remanente sería
empleado por el Estado para la fomentación de las artes, agricultura, navegación,
etc. ".
El Estado tendría "el monopolio del comercio exterior. Las minas no serían explotadas durante diez años por particulares "sino por cuenta de la Nación", bajo pena
capital y confiscación de bienes "como delito de lesa Patria".
Los últimos capítulos del "Plano" tratan de los medios para insurreccionar Brasil y
conquistar Río Grande. La insurrección sería promovida por agentes "mandados en
clase de comerciantes" que distribuirían ejemplares de la "Gaceta", impresos en portugués, y harían "los elogios más elevados de la felicidad, libertad, igualdad y benevolencia del nuevo sistema y del envilecimiento del anterior". Después de algún tiempo en
ese proceder, menudeando "los pasquines escritos en portugués" , se estaría en condiciones de que "entren nuestras tropas en tres o cuatro trozos, según lo requieran las
circunstancias". No se debería "tocar todavía, hasta su debido tiempo, la libertad de
los esclavos, sino disfrazadamente ir protegiendo a aquéllos que sean de sujetos contrarios a la causa".
Sublevado Brasil, se aprovecharía la circunstancia para anexar Río Grande, haciendo
comprender a sus habitantes "que el mismo delito de rebelión contra su monarca los
obliga a aceptar nuestras disposiciones", pues en caso contrario "los abandonaríamos,
35
retirando nuestras tropas a la frontera" y, de paso, "saquearemos los pueblos y las
haciendas". Más adelante sería abolido el idioma portugués, "remitiéndose maestros
que enseñen castettano y sacerdotes para los mismos fines".
En: Crónica General del Uruguay,
2 "Es de suponer que Gran Bretaña no vacilará en aceptar un arreglo que le permitirá tener la llave del océano Pacico y de las Indias Orientales -por la ruta del Cabo de
Hornos-; que la hará completamente independiente de cualquier otro país en cuanto al
aprovisionamiento de sus Antillas; que le dará en estos mares una estación naval importante y segura... fundarse una colonia inglesa en el centro de estas costas tendrá
los más felices efectos sobre la civilización de los habitantes vecinos; y que, finalmente,
le permitirá tener un jaque permanente sobre los probables proyectos de los futuros
dueños de España, contra los cuales será necesario estar en guardia, tanto en la paz
como en la guerra".
3 Pero el hecho ocasional más efectivo, el suceso que precipitó decidida y finalmente el golpe del 14 de mayo de 1811 fue la presencia en la Asunción del teniente portugués José de Abreu, enviado por Diego de Sousa, capitán general de Río Grande del,
Sur, quien vino a ofrecer al gobernador Velasco el apoyo de aquél para defenderse de
los criollos. Como es sabido el gobernador español, vacilante al principio, terminó aceptando el apoyo propuesto. En consecuencia, autorizó la ocupación de las misiones de la
margen izquierda del Paraná por fuerzas portuguesas.
La noticia de este convenio alarmó a los paraguayos. Y en la sesión del Cabildo,
realizada el 13 de mayo, se habló de la existencia de una conspiración y de las medidas que tomaría el gobierno contra los complotados. Estos hechos obligaron a los conspiradores a precipitar los acontecimientos, maguer la ausencia de Fulgencio Yegros.
En la noche del 14 de mayo de 1811 Pedro Juan Cavallero se apoderó del Cuartel
de la Ribera, cuna de la Revolución. Al día siguiente, Bernardo de Velasco y Huidobro,
al hacer entrega del mando, puso fin a la era colonial de España en el Paraguay.
Veintiún cañonazos, disparados desde las cárdenas barracas de la bahía de la Asunción, anunciaron al mundo el nacimiento del nuevo Estado. la aparición de una nacionalidad con raíces profundas en la historia. con rasgos propios y firmes en un presente
grávido defe, de optimismo, de amor a la vida y a la libertad y con un porvenirpleno de
esperanzas, hacia cuyos infinitos horizontes se proyectaba en recios perfiles de eternidad.
El primer gobierno del Paraguay independiente fue constituido por un triunvirato.
Integráronlo el ex gobernador español Bernardo de Velasco y Huidobro, José Gaspar
de Francia y Juan Bate~ de Zevallos, "hasta que el cuartel con los demás vecinos
de la provincia arreglen laforma de gobierno". EL acta en la que se afirma esta decisión
la signaron Pedro Juan Cavallero, José Gaspar de Ftancta, Juan Baleriano de Zevallos,
Juan Bautista Rivarola, Carlos Argüetlo, Vicente Ignacio Iturbe, Juan Bautista Acosta y
Juan Manuel Iturbe. Se ha dicho de este histórico documento que "es como la fe de
bautismo de la República".
El 17 de junio de 1811 reuntóse el primer Congreso del Paraguay emancipado. A
propuesta de Mariano Antonio Molas dicho Congreso despojó de todo mando a Bernardo de Velasco y Huidobro y creó la Junta Superior Gubernativa, que fue formada con el
teniente coronel Fulgencio Yegros, como presidente, el doctor José Gaspar de Francia,
36
el capitán Pedro Juan Cavallero, el presbítero doctor Francisco Javier Bogarín y don
Fernando de la Mora, como vocales. Esta junta asumió la dirección de los negocios
públicos el 20 dejunio y entre sus primeras y más importantes resolucionesfiguran el
nombramiento de un nuevo Cabildo y el envio de (a nota del 20 de julio del mismo año
a la Junta de Buenos Aires, en la que se expresa la voluntad inquebrantable del Paraguay de mantenerse libre e independiente.
Numerosas e interesantes obras de buen gobierno débense a la Junta Superior
Gubernativa. Entre ellas pueden citarse la reforma y elfomento de la instrucción pública, la reapertura de los cursos de la enseñanza secundaria, la creación de la Sociedad
Patriótica Literaria, la fundación de la primera academia militar y la iniciación de la
primera biblioteca pública Desgraciadamente -apunta Fulgencio R. Moreno-, tan bellas
iniciativas no duraron mucho, pues la dictadura de Francia acabó con ellas.
La Junta Superior Gubernativa rigió apenas dos años y cuatro meses los destinos
del nuevo Estado. EL Congreso, reunido en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes el 30 de septiembre de 1813, canceló sus poderes y creó, en su reemplazo, el
Primer Consulado, que quedó integrado por Fulgencio Yegros y José Gaspar de fancia. Este Congreso, además, declaró solemne y valientemente la ~pendencia del
Paraguay de todo poder extraño, cambió el nombre de provincia por el de República y
adoptó el pabellón y el escudo nacionales.
El primer gobierno consular inició sus gestiones el 12 de octubre de 1813 y las dio
por terminadas un año después. Entre sus obras principales -expresa un historiador-,
deben anotarse la regularización de la hacienda, el cese de todo abuso por parte de los
funcionarios públicos, el afán de establecer relaciones comerciales con las naciones
europeas, el mejoramiento de las instituciones armadas y la implantación de un régimen de estricta moralidad administrativa.
El 3 de octubre de 1814, de acuerdo con lo dispuesto en el Reglamento de Gobierno
aprobado por el Congreso del año anterior, según el cual estas asambleas serían convocadas anualmente, en e1 templo de las Mercedes reunióse un nuevo Congreso de mil
diputados. Este canceló elpoder otorgado al Primer Consulado y designó aJosé Gaspar
de Francia como Dictador dei Paraguay, por un período de cinco años. No obstante, el
1 o. de junio de 1816 otro Congreso, reunido en la catedral de la Asunción, por moción
de José Miguel Ibañez nombró a1 doctor Fhancta dictador perpetuo de la República.
Dicha asamblea debía de ser la última reunida en el Paraguay hasta 1841, vale decir,
hasta después de la muerte de "El Supremo".
Durante el largo y sombrío transcurso de ese despótico gobierno solamente la voz
dei árbitro habría de escucharse en toda la Nación. Fue aquél el lapso del silencio
impuesto por el miedo. Es pues menester estudiar esta curiosa época y diseñar la rara
personalidad del doctor Francia, cuya extraña figura llena el marco de su tiempo.
En: Carlos Centurión, Historia de las Letras Paraguayas
4 "una federación y alianza indisoluble", obligando a ambas "a cultivar una sincera, sólida y perpetua amistad:.. a auxiliar y cooperar mutua y eficazmente con todo
género de auxilio cada vez que lo demande el sagrado fm de aniquilar y destruir cualquier enemigo que intente oponerse a los progresos de nuestra justa causa y común
libertad".
S Joaquín Campana (n. en Montevideo en 1783) se doctoró en Derecho en la Universidad de Chile.
37
6 José Arligas nació en Montevideo el 19 de junio de 1764.
Oficial del Cuerpo de Blandengues al servicio de los españoles, se pasó en febrero de
1811 a1 servicio de la Revolución Oriental.
Venció en la batalla de Las Piedras (mayo 18 de 1811) a las tropas españolas comandadas por Vicente María de Muesas.
Participó del Primer Sitio de Montevideo (jul. 1) y lo abandonó (oct. 23) cuando sefirmó
el armisticio entre la Junta Grande porteña y el Brasil Se convirtió por decisión de los
patriotas en Jefe de los Orientales y emprendió la gran jornada del Exodo que fue
desde las costas del río San José (siempre por el NO.) hasta la proximidad del rio
Daymdn (dbre.).
En abr. 28 de 1812 estableció su campamento en el Ayuí (tierra entrernana) y permaneció cinco meses acompañado de su pueblo. El Gral. argentino Manuel de Sarratea
intentó con sus intrigas y hostilidad mellar la autoridad de Artigas.
EL Gral. Rondeau partió (sbre.) con su ejército bonaerense desde el arroyo de la China
hacia Montevideo para iniciar el Segundo Sitio. Las tropas del patriota José Culta pusieron sitio a la ciudad ello. de oct. de 1812.
Memorable triunfo en el Cerrito de lafuerzas de Rondeau sobre las españolas de Vigodet
el 31 de diciembre de 1812.
Can el pacto del Yí entre los representantes de Artigas y los de Sarralea se puso fin al
d ferendo entre ambos, y el primero pasó a ser el Jefe de todas las fuerzas en campaña
de la Banda Oriental (en. 8 de 1813).
Ariigas se incorporó al Segundo Sitio (jeb. 26). Se realiza el Congreso de los pueblos en
Tres Cruces (aledaños de Montevideo) el 5 de abril donde el Jefe pronunció su célebre
Oración inaugural ("Mi autoridad emana de vosotros y cesa con vuestra presencia soberana"). En abril 13 fumó las "Instrucciones" a los diputados orientales que fueron
como representantes a la Asamblea General en Buenos Aires.
Reunión de la sede del Congreso que convoca Rondeau en la capilla de Mactel (dbre. 5)
donde se discutirá la creación de un gobierno libre y autónomo.
En la madrugada del 20 de enero de 1814 Amigas abandonó con sus fuerzas el Segundo Sitio, acampando en Belén sobre el río Uruguay, en una etapa más de su lucha
contra el centralismo porteño.
Artigas inició su campaña militar en el litoral argentino contando como altados con
algunos de los caudillos de las Provincias. En dbre. 2 el Jefe Oriental Blas Basualdo
derrotó en Colodrero (Corrientes) al mayor Genaro Perugorria (antiguo federalista, ahora al servicio del Director Cervasio de Posadas).
En 1815 (jeb. 26) la vanguardia oriental al mando de José Llupes entró en Montevideo.
Fernando Otorgués es nombrado Gobernador (mar jun.) y el 26 de marzo izó la bandera tricolor en el Fuerte de la capital.
En abril 29 Arligas convocó a los pueblos al llamado Congreso de Oriente (en el arroyo
de la China).
En una goleta anclada en el río Uruguay cerca de Paysandú se reunieron con Artigas
los emisarios del gobierno de Buenos Airs para considerar el Tratado de Concordia,
que tuvo resultados negativos. 0un. 16-17).
Otorgues pasó a ser el comandante de las trop᧠orientales de vigilancia en la frontera
N. con el Brasil ante rumores de invasión y Miguel Barreiro asumió como Delegado
Extraordinario de Artigas, en Montevideo.
En sbre. 10 Artigas en su campamento de Purificación (convertido en capital de la Liga
federa0 aprobó una pieza fundamental de gobierno el: "Reglamento Provisorto de la
38
Prov. Oriental para el fomento de la campaña y seguridad de sus hacendados".
En 1816 funcionando los corsarios con patente otorgada por Artigas, éste informa al
Cabildo de Montevideo sobre los primeros resultados de los que operan en el río Uruguay. A partir de ese momento se emprende una política gradual de habilitaciones a
los que actuarán en el Río de la Plata y después en el Atlántico aun. 17).
En agosto 7 se inició la invasión de tropas portuguesas con cuatro columnas que penetran por el litoral N. de la Prov. Oriental en dirección a Meto. Rocha, el Cuareim y las
Misiones Orientales.
En 1817 (en. 20) el Brg. Carlos Federico Lecor entró en Montevideo. La lucha entre las
fuerzas patriotas y las portuguesas fue despareja y tos primeros sufrieron importantes
derrotas que se extienden hasta la de Tacuarembó chico (en. 22 de 1820). En estos
años se firma la dominación portuguesa en la Prov. Oriental, Artigas se internó en
Misiones (en. 1820).
Mientras tanto en la Argentina se firmó el Tratado del Pilar ((eb. 23) entre las Prov. de
Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe (del que quedaba excluido Artigas y su Liga
FederaU. "
Los firmantes fueron Sarratea (Buenos Aires), Estanislao López (Santa Fe) y Francisco
Ramírez (Entre Ríos).
Artigas lo rechazó y le reprochó a Ramírez (su ex-lugarteniente) la conducta seguida.
En abril 24 se firmó el Pacto de Avalos entre ARfgas con los delegados de Corrientes y
de Misiones. Comienza la dura lucha entre Arttgas y Ramírez que se volverá cruenta a
partir de junio cuando se pase al campo militar donde el Jefe de los Orientales sufre
varias y definitivas derrotas.
La entrada en tierras paraguayas es su destino inmediato. En sus largos años de
convivencia, sufrió conjinación con el dictador José Gaspar Rodríguez de Francia. A su
muerte (20 de setiembre de 1820) lo sucedió la Junta Provisional que encarcela nArtigas
entre el 22 de setiembre y el 12 de marzo de 1841 y lo remite a1 pueblo fronterizo con
Brasil, San Isidro Labrador de Curuguaty.
Recten fue respetado y dtgniflcado bajo el gobierno de Carlos Antonio López quien le
cedió una chacra de su propiedad a siete km. de Asunción (1845) donde pasó sus
últimos años de vida.
Murió el 23 de setiembre de 1850. La repatriación de sus restos al Uruguay recién se
hará en 1855 y por razones de inestabilidad política, al no poder inhumarlos de inmediato. la ceremonia en la Iglesia Matriz y posterior traslado de sus restos al Cementerio
Central se realizó bajo el gobierno del Presidente Gabriel Antonio Pereira el 20 de noviembre de 1856. En 1877 son llevados al Panteón Nacional.
Cien años después (19 de junto de 1977) fecha del 213 aniversario de su nacimiento la
urna será definitiva y solemnemente instalada en el Mausoleo levantado en la Plaza
Independencia. Un pueblo respetuoso acompañó la ceremonia honrando al gran Jefe
de los Orientales.
Parte de la batalla de Las Piedras (may.18,1811) : "no olvidaré hacer presente a
V. S. los distinguidos servicios prestados por los presbíteros Sr Dn. José Valentín Gómez
y Dn. Santiago Figueredo, curas vicarios, éste de la Florida y aquél de Canelones.
Ambos, no contentos con haber colectado con celo varios donativos patrióticos, con
haber seguido las penosas marchas del ejército, participando de las fatigas del solda-
39
do, con haber ejercido las funciones de su sagrado ministerio en todas las ocasiones
que fueron precisas, se convirtieron en el acto de la batalla en bravos campeones,
siendo de los primeros que avanzaron sobre las filas enemigas, con desprecio del peligro y como verdaderos militares".
7 La permanencia oriental en la costa entrerriana fue asimismo oportunidad propicia para estrechar relaciones políticas entre Artigas y varios hombres representativos
de la zona, como Eusebio Hereñú, Ricardo López Jordán. Zapata, el correntino Elías
Galván y los jefes guaraníes de las Misiones, acaudillados por el propio hilo adoptivo
del Jefe oriental, Andrés Guacararí y Artigas, el célebre Andresito". De este modo,
sobre los objetivos comunes del rechazo de los portugueses y la defensa de tos intereses populares de la Revolución se trían gestando las bases de lo que habría de ser, en
el futuro, el "Sistema de los Pueblos Libres" o Liga Federal.
En: Washington Reyes Abadie, Artigas, El federalismo en el Río
8 ORGANIZA CION PROVINCIAL
El gobierno de Artigas en la Banda Oriental debe estudiarse en dos aspectos: e1 del
gobierno real que éjerció y el de los principios que sustentó para estructurar, cuando
fuera posible, un sistema institucional estable. Lógicamente, a los efectos de este artículo sólo cabe un análisis muy somero de ambas cuestiones.
Cuando los orientales deben explicar, en fórmulas políticas, la autonomía real obtenida en 1811 como resultado de los conflictos con Buenos Aires, elaboran una construcción basada en la idea del contrato y en algunos aspectos de la teoría española del
estado, tal como había sido analizada por Moreno en la Gazeta.
La revolución se hizo usando el concepto -elaborado por el derecho español- de
retroversión de la soberanía en caso de acefalía de la institución monárquica. El monarca ejerce el poder por delegación; por tanto, sí éste falta, el poder se retrovterte a su
fuente originaria. La tnvasión napoleónica, al dejar acéfala la monarquía, permite la
utilización práctica de esta teoría. Pero, ¿a quién se retrovíerte la soberanía? El problema -de primordial interés-fue analizado por Moreno, que plantea tres posibilidades:
que recaiga en cada individuo; que recaiga en los pueblos o que recaiga en unidades
más vastas, regiones o provincias unidas por tradición y necesidades comunes. Moreno, en la Gazeta, rechaza las dos primeras y acepta, en cambio, la última. EL pensamiento político oriental sostiene, en cambio, la teoría de que la soberanía se retrovierte
a "los pueblos". Esta expresión, "los pueblos", quiere decir las unidades urbanas y su
jurisdicción, y constituye un término de larga tradición en el Derecho Español y en el
Derecho Indiano. En la cláusula octava de la Comisión de García de Zúñiga ante el
gobierno de Buenos Aires, y como ejemplo de esta posición, se dice que "la soberanía
particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada... "
El Dr. Petit Muñoz ha estudiado el problema y encontrado el fundamento de esta
solución en diversos documentos.
Los pueblos, centros de reasunción de la soberanía y por tanto unidades originarias
de poder, formarían entre sí unidades mayores, o provincias, que se proclamarian soberanas por recibir la suma de las soberanías particulares. Este tipo de formación
provincial está claramente expresado en la cláusula 7 del reconocimiento condicionado
a la Asamblea del año XIII, cuando se habla de "Provincia compuesta de Pueblos Libres". Este período y el siguiente pueden ser llamados, como lo ha hecho recientemente
40
Edmundo M. Narancio, del origen del Estado Oriental. EL proceso de integración provincial autonómico, tal como fue analizado en los documentos orientales de la época y
resumido en las conclusiones del precitado estudio de Narancio, es el siguiente:
L El levantamiento popular de la Banda Oriental se hizo contando con el auxilio de
Buenos Aires; II. El suministro de ese socorro había dado lugar a un pacto tácito, mediante el cual los orientales reconocían la autoridad de Buenos Aires, a cambio de la
ayuda prestada; IIL AL firmarse el armisticio de Octubre quedó roto el lazo, nunca
expreso, que ligaba a los orientales con Buenos Aires; IV. En uso de la libertad en que
se hallaba, el pueblo oriental armado se constituyó nombrando sujefe y dándose, más
adelante, otros órganos de gobierno.
Peroel pueblo oriental, al darse unjefe en 1a persona de José Artigas, no abdica de
su soberanía sino que, por intermedio de sus representantes, ejerce sus poderes específicos, controla y fiscaliza, pudiendo retomar en sí, en cualquier momento, el ejercicio
de los poderes delegados. Las asambleas artiguistas que ejercen teóricamente estos
poderes sort, en realidad, órganos de gobierno más o menos estables, con reuniones
periódicas en las cuales Artigas explica su actuación y rinde su autoridad ante la soberanía provincial. La historia de estas asamblea orientales aún no está hecha totalmente, pero es indudable que a partir de 1811 se reúnen como representación soberana de
la provincia. Existen, por otra parte, serios indicios de que ya durante el Exodo, en el
Ayut. funcionó una Junta con el carácter de Asamblea.
En: Héctor Gros Espiett, Laformación del idearioArliguista.
9 Los comienzos del Segundo Triunvirato
Los nuevos gobernantes procedieron de manera diversa frente a los integrantes del
primer Triunvirato. Pueyrredón, que estaba oculto, se presentó a las autoridades para
ser juzgado. Se le mandó a su estancia de Arrecifes y después a San Luis, donde
permanecería hasta 1816. Rivadaviafue arrestado un tiempo, quedando libre antes de
fin de año. Inmediatamente se afilió a la Logia y afrontó con padrinos e1 juicio de residencia. Sarralea fue puesto al mando del ejército de operaciones en la Banda Oriental,
porque el movimiento del 8 de octubre no había sido contra la influencia inglesa a la
que estaba vinculado. Chiclana, que era miembro de la Logia, fue conformado con la
gobernación de Salta, siguténdoselejuiclo de residencia.
El advenimiento del segundo Triunvirato estuvo rodeado de un clima de euforia
cívica
La "Sociedad Patriótica' celebró, al día siguiente del movimiento, el triunfo de sus
hombres y de sus ideales. En su tribuna se proclamó la necesidad de una Constitución
permanente y definitiva, rechazándose la posibilidad de una Carta Provisoria. Se dispuso, asimismo, la publicación de las Constituciones norteamericana y venezolana
El gobierno, haciéndose eco de este espíritu, publicó un "Manifiesto" aludiendo al
"Petilorío Popular" del 8 de octubre, a la libertad que había recobrado el pueblo, a sus
esperanzas y temores, a la garantía de sus derechos, a la privación de la seguridad
individual que debió soportar, a la inconducta del primer Triunvirato por su actitud con
el ejercito de Belgrano y sus maniobras en la Asamblea de Octubre. Por último, era su
intención convocar a una Asamblea General cuyo primer objetivo sería "poner límites a
la obediencia del pueblo, estableciendo la garantía de sus derechos y fijando el sistema que debe regir alas Provincias Unidas".
El gobierno también concedió premios por la victoria de Tucumán. La "Sociedad
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Patriótica" invitó a un funeral por los caídos en la acción. A ésta le fue confada la
responsabilidad de colaboraren las tareas de lafulura Asamblea General, para lo cual
designó una comisión para redactar un proyecto de Constitución. La integraban el presidente de la "Sociedad", doctor Bernardo Monteagudo, y los "ciudadanos"Juan Larrea,
Francisco José Planes, Cosme Argerich, Tomás Valle y, como secretario, el "ciudadano"
Dongo.
El gobierno, por su parte, nombró una Comisión Oficial integrada por Pedro José
Agrello, Nicolás Herrera, Valentfn Gómez. Pedro Somerella, Manuel José García, Hipólito
Vieytes y Luís Chorroarín, que renunció, siendo sustituido por Gervasio Antonio de
Posadas.
Asimismo el gobierno, recogiendo la exaltación anttespañolisla, adoptó severas medidas contra los españoles europeos y procedió a reorganizar la Policía, mediante un
nuevo reglamento redactado por José Moldés, Hipólito Vieytes y Juan Larrea.
Dice el autor argentino Juan Canter, caracterizando en sus rasgos generales la gestión del segundo Triunvirato: "La nueva política, preconizando liberalismo y reforma, a
pesar de su presuntuosidad, careció de fórmulas originales. Calcó disposiciones y en
toda su tarea civilista adoptó un aire de suficiencia, parejo con su postura prepotente.
Las normas de la Colonia, los principios del Derecho romano, las nuevas pautas de las
Cortes españolas y las ideas del filosofismo francés se alentaban y se sofocaban en
una coryunctón extraña. Las denominaciones, a la manera de la Francia revolucionaria: asamblea, directorio, etc., chocaban los decretos adoptados con los emitidos por
las Cortes españolas, o las decisiones del gobierno rivadaviano. Era una ideología
extrarta y una rara política, que proclamaba los modelos ingleses y franceses ,
remedando al propio tiempo a los españoles, sin aludirlos. Nada presagiaba entonces
al organismo impaciente que debía cumplir un programa riguroso y que, adormecido y
librado a una facción, se enervaría, para prosternarse después ante el advenimiento
de la Restauración en Europa".
LA IDEA DE INDEPENDENCIA
El tema de la "Independencia" había sido objeto de numerosos "recitados" en la
"Sociedad Patriótica" durante el gobierno del primer Triunvirato. Había inspirado la
resolución de la Asamblea de abril de 1812, por la que ésta se declaró "suprema", y
determinó a su vez su disolución, porque Rtvadavia queríajugar la independencia como
carta ante Strmgford. Después, el primer Triunvirato habla exteriorizado por la prensa una aparente decisión independentista.
El 3 dei unio se había convocado una "asamblea extraordinaria" (que no llegaría a
reunirse) para fijar las bases políticas del futuro nacional que, parecería, iba a declarar
la independencia. Betgrano, entusiasmado, había izado el pabellón azul y blanco en
febrero, pero se había visto obligado a ocultarlo y destruirlo por la severa reprimenda
del gobierno... En fin, el tema había sido llevado y traído a infujos de la repercusión
local de la declaración de Caracas dejulio de 1811 y de las cambiantes políticas de las
facciones dirigentes porteñas. Ahora, los responsables del pronunciamiento del 8 de
octubre se presentaban nuevamente como abanderados de la Independencia.
La aparición de estos brotes de entusiasmo por la "Independencia" encontrarían el
importante obstáculo de la oposición de Inglaterra, man (estada reiteradamente por su
embajador en Río de Janeiro, Lord Strang¡ord.
Desde el 25 de mayo de 1810 Strang/brd temía urca declaración de independencia
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contraria ala política inglesa de fomentar el gobierno propio de los españoles americanos para que éstos gozaran de sus derechos y de los beneficios de "la libertad de
comercio", pero sin entrar en "complicaciones" que les permitieran adquirir una conciencia nacional, que en el futuro podría volverse contra Inglaterra. El 16 de junio de
1810 había felicitado a la Junta de Mayo "por la moderación con que han conducido
V V SS." y por los "sentimientos de lealtad y amor a su Soberano que manifiestan": les
aseguraban que podían contar "con los sentimientos pacfcos de esta Corte (la de
Portugal) siempre que la conducta de esa Capital sea consecuente a nombre del señor
Don Fernando VII y sus legítimos sucesores".
En las instrucciones a Manuel Antceto Padilla para su misión a Buenos Aires
Strangford expresaba "lo loco y peligroso de toda declaración de independencia prematura". Y al informar a su gobierno sobre los resultados de esta misión expresaba sus
terrores respecto de que, si no hubiera una suficiente ayuda inglesa, la Junta se viera
obligada "a una prematura declaración de independencia muy probablemente bajo la
garantía de Francia.. la cuestión de si estos países han de volverse ingleses o francesas es ahora el asunto del día".
Tanto la Junta de Mayo" como la "Grande"habían continuadofelmente las indicaciones del embajador inglés. Pero cuando se produjo el levantamiento de las "orillas", la
noche del 5 al 6 de abril de 1811, las cosas cambiaron. A tapropuesta de mediación de
Strang ford entre Buenos Aires y Montevideo, el ilustre doctor Juan Campana, en nombre del gobierno, había contestado el 18 de mayo que "Estas provincias exigen manejarse por sí mismas y sin los riesgos de aventurar sus caudales a la rapacidad de
manos infieles"...prometiendo entrar en la coalición contra Napoleón "siempre que se
reconozca su independencia civil". Claro que con estas ideas Campana no duró mucho
en el gobierno y a partir de la instalación del primer Triunvirato volvió a armonizarse el
tono "con el diapasón que se tocaba desde Londres por vía Río de Janetro", comenta
con gráfica expresión el historiador José María Rosa
En julio de 1812 el gobierno inglés instruia a Strangford para que mediara entre
Buenos Aires y Montevideo, haciendo saber a las autoridades porteñas que "sólo mediante el reconocimiento de su legítimo soberano Fernando VII y contribuyendo bajo los
auspicios de su nombre a los esfuerzos que se están haciendo en Europa para conservar la integridad de la monarquía española" tendrían el apoyo de Gran Bretaña Y
aconsejarles de paso, que "una tndependencía nominal" obligaría a la clase gobernante de Buenos Aires a "exponerse, tras un largo período de guerras civiles e Insurrecciones Internas, a ser presa de sus propias facciones y conciudadanos ambiciosos".
Correspondió al segundo Triunvirato contestar lapropuestaformuladaporStrang(ord
para mediar entre Montevideo y Buenos Aires. En ella, cuya redacción estuvo a cargo
de Juan José Paso, se rechazaba la mediación, pues "aunque este gobierno no quiere
prevenir el juicio de la Asamblea General que acaba de convocar, se atreve a anticipar
a VE. el seguro concepto de que la Independencia de estas provincias no será nominal".
Strangford no contestó al gobierno porteño, pero informó a Londres el 24 de diciembre de 1812, remetiendo la nota a su gobierno: "Me preocupa observar en este documento el primer indicio de una confesada determinación, por parte de Buenos Aires de
declararse Independiente de su vínculo europeo... actualmente están ocupados en discutir la conveniencia de declarar su independencia antes o después de la Asamblea
General. Paso, el actual jefe de gobierno, ha manifestado con frecuencia que Gran
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Bretaña no podría proseguirla guerra en la península sise viera privada de las ventajas derivadas del comercio de Buenos Aires, que se ha permitido enforma tan liberal
por el gobierno de esa ciudad".
Sin embargo, en el seno de la "Logia Lautaro" la idea de independencia había ido
perdiendo interés. Alocar, con el apoyo de los viejos masones obtuvo, contra el parecer
de San Martín, que la Asamblea no declarara la independencia.
Esto determinó el alejamiento de San Martín de la política, consagrando exclusivamente sus esfuerzos a la actividad militar. No renunció a la Logia porque tos deberes
masónicos son irrenunciables, pasó a estar "en sueño", como se dice en el lenguaje
masónico.
El único triunviro titular que no era logista, Juan J. Paso, convencido partidario de
la independencia, con el voto de Francisco Belgrano, suplente de Rodríguez Peña, que
tampoco era afiliado de la entidad secreta, obtuvo que el 24 de octubre se convocara a
los pueblos para elegir diputados a la Asamblea General, en cuyo documento se establecía como fin de la referida congregación el de votar "tafigura con que deben aparecer
las Provincias Unidas en el gran teatro de las naciones". Asimismo, procuro que el
gobierno declarara (a independencia antes de la reunión de la Asamblea. El temafue
llevado a la "Sociedad Patriótica" -es decir, a la Logia- donde sólo encontró el retórico
pronunciamiento de ser "incompatible el nombre de Fernando con la existencia de todo
americano", pero la sociedad trasladó el tema a la Asamblea con el pretexto de "ilustrar
previamente a los pueblos". En enero de 1813, en vísperas de la reunión de la Asamblea. Paso preparó un golpe de estado para anular la elección y formar otro cuerpo que
declarara la independencia. Los trabajos conspiratiuos corrieron a cargo de sus hermanos Francisco e Idelfonso y los hermanos Sosa, gente adinerada y de prestigio en
las "orillas". El movimiento fue descubierto y los responsables fueron remitidos a la
Guardia de Lujdn. Poco después la Asamblea, reunida el 31 de enero, reemplazaría a
Paso por José Julián Pérez, miembro de la Logia.
Como veremos, los ideales de "Independencia" y de "Constitución", que habían sido
el tema del pronunciamiento del 8 de octubre de 1812, serían postergados por laAsamblea General del año XIII.
En: Ibidem.
10 Luego Arttgas dio a conocer los fines del Congreso: "La Asamblea, que tantas
reces se anunciara, empezó ya sus sesiones en Buenos Aires. Su reconocimiento nos
ha sido ordenado. Resolver sobre este particular ha dado motivo a esta congregación,
porque yo ofendería altamente vuestro carácter y el mío, vulnerando enormemente vuestros derechos sagrados. si pasase a resolver por mí una materia reservada a vosotros".
Y enseguida propuso los tres puntos sobre los que el Congreso debía manifestarse:
1. Si debemos proceder al reconocimiento de la Asamblea General antes del allanamtento de las pretensiones recomendadas a nuestro diputado don Tomás García de
Zúñiga (consecuencias de orden político, derivadas del conflicto con Sarralea).
2. Proveer de mayor número de diputados por este territorio a dicha Asamblea.
3. Instalar aquí una autoridad que restablezca la economía del país.
El estudio de los tres puntos era fundamental, ya que el primero afectaba la soberanía, el segundo aseguraría el triunfo de los ideales federales y el tercero organizaría al
país en formás jurídicas necesarias para su orden interno, mientras no cayera el gobierno de Montevideo. Artigas recalcó también la falta de un estatuto que garantizara
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el derecho popular diciendo: "Ciudadanos, los pueblos deben ser libres. Por desgracia
va a contar tres años nuestra revolución y aún falta una salvaguardia general al derecho popular. Es muy veleidosa la probidad de los hombres, sólo ei freno de la Constitución puede afirmarla. Mientras ella no exista, es preciso adoptar las medidas que equivalgan a la garantía preciosa que ella ofrece. Yo opinaré siempre que, sin allanar las
pretensiones pendientes, no debe ostentarse el reconocimiento y jura que se exigen:
ellas son consiguientes del sistema que defendemos y cuando el ejército las propuso no
hizo más que decir: "quiero ser libre".
En: Coolighan-Arteaga, Historia del Uruguay.
En el discurso de Artigas en el Congreso de Abril se explica esta situación institucional
con claridad insuperable al decir: "Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por
vuestra presencia soberana. Vosotros estáis en el pleno goce de vuestros derechos: ved
ahí el fruto de mis ansias y desvelos y ved ahí también todo el premio de mi afán.
Ahora en vosotros está el conservarlo. Yo tengo ta satisfacción honrosa de presentar de
nuevo mis sacrificios y desvelos, si gustáis hacerlo estable". Agregando luego: "porque
yo ofendería altamente vuestro carácter y el mío, vulnerando enormemente vuestros
derechos sagrados, si pasase a decidir por mi una materia reservada sólo a vosotros".
Este último párrafo demuestra claramente que había una delimitación de competencias entre las asambleas y el órgano ejecutivo, ya que éste no podía decidir por sí
determinados asuntos.
Pero no sólo a estos rudimentos quedó reducida la inmediata organización
institucional artigutsta. EL 20 de abril de 1813 se crea un "cuerpo municipal para administrar Justicia y dirigir los negocios de la economía interior del país".
11) Sin perjuicio, sin embargo, de este reconocimiento de la soberanía provincial,
representada en las asambleas o congresos, no puede desconocerse que Artigas gozó,
de hecho y en la realidad, de la suma del poder.
Pero éste era un régimen provisorio, simple, esquemático y que, especialmente adaptado a la realidad política y social del momento, se concebía como algo transitorio,
como una etapa a superar. Este carácter esencialmente provisorio del gobierno personal de Artigas es hoy evidente por la amplia base documental puesta de manifiesto por
el Prof. Juan Antonio Rebella.
12) Es así que se tiende, en función de ciertos principios, a estructurar para el futuro
la base constitucional necesaria para el funcionamiento político de la Provincia- Explicando la necesidad de la norma reguladora de las relaciones institucionales decía Artígas
en el Congreso de Abrí¡: "Por desgracia, va a contar tres años nuestra revolución y aún
falta una salvaguardia general del derecho popular. Estarnos aún bajo la fe de los
hombres y no aparecen las seguridades de contrato... Es muy veleidosa la probidad de
los hombres; sólo el freno de la constitución puede afirmarla", expresión que debe
referirse a la organización provincial pero,fundamentalmente, al régimen interprovinciaL
13) En primer lugar, toda construcción constitucional, y más aún, toda solución de
gobierno, incluso provisoria, debía basarse para Artigas en un absoluto respeto de la
soberanía popular. No puede negarse la enorme influencia que en esta materia tuvo el
pensamiento de Moreno, expuesto principalmente en la Gazeta de Buenos Aires. Los
conceptos de retroversión de la soberanía, de tan larga tradición en el pensamiento
político español, y la idea de que todo poder deriva del pueblo y se ejerce por interme-
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dio de sus legítimos representantes, tuvieron en Moreno, en especial en las artículos de
6 y 15 de noviembre de 1810, un expositor claro, de lógica repercusión en la Banda
Oriental.
14) Pero esta organización institucional debía, para Artigas, realizarse sobre la base
del sistema republicano. Un sentido de repudio hacia toda solución monárquica late en
el pensamiento artiguista, expuesto a este respecto en el famoso artculo 20 de las
Instrucciones; y esta ideología republicana se mantiene y se afirmafrente a las tendencias porteñas -de acusado carácter monárquico- sostenidas intensamente después de
la proclamación de la independencia de tas Provincias Unidas en 1816.
Es que el repulflicanismo político de Artigas viene de muy hondo, de la base democrática que tuvo la revolución en la Banda Oriental. No es un republicanLsmo teórico,
basado enformulas ímportadas, sino que responde al sentido popular y campesino de
nuestro movimiento emancipador. Por eso, ante esta realidad que rebasa los textos, es
una banalidad el análisis formal del artículo 20 de las Instrucciones. Evidentemente
este artículo está muy imperfectamente redactado y se refiere más bien -en lo que
respecta a la organización republicana- a la constituciónfederal. La cláusula de garantía que en la Constitución norteamericana de 1787 (Sección 4a. artículo M garantiza a
cada estado de la Unión una forma republicana de gobierno no se reproduce en esos
claros términos y sólo se habla de que la constitución general "asegure a cada una de
ellas de las violencias domésticas, usurpación de sus derechos, libertad y seguridad
de su soberanía". De cualquier modo, el sistema artiguista fue siempre un claro y enérgico defensor del régimen republicano. Su enorme, su titánica lucha entre 1816 y 1820
es, en gran parte, la defensa de este sistema frente al monarquismo unido de Buenos
Aires y Portugal La raíz del pensamiento artiguista no puede buscarse aquí, como en
tantos otros aspectos, en el análisis de un texto circunstancial, sino que lo importante
es reconocer la forma en que Artigas encarnó, como caudillo, el más auténtico sentido
popular y democrático de organización institucional.
15) Este gobierno republicano debía estructurarse en base a1 principio de la independencia y separación de los poderes. Tal régimen debe aplicarse no sólo al gobierno
centra(, como se prevé en la consttución federal norteamericana, sino que -superando
al modelo- se impone como régimen a todos los gobiernos provinciales.
Ftre por tanto preocupación constante del pensamiento artiguista la organización de
un gobierno provincial que fuese fiel reflejo de la soberanía del pueblo mediante una
organización constitucional equilibrada y medida, que impidiese el ejercicio abusivo
del poder por ningún órgano del estado y que permitiera proteger ampliamente los
derechos de todos. Y este sistema se postulaba no sólo para la Provincia Oriental sino
que, de acuerdo a las Instrucciones y al proyecto de Constitución federal, cada provincia debía organizar su gobierno sobre esas bases.
16) Para el pensamiento de la revolución oriental no se concibe la estructura estatal
sin el respeto y la protección de los derechos humanos, no como fórmula teórica, importada y no sentida, sino como representación normativa de una realidad que el pueblo
oriental vivía. Libertades impuestas por la realidad sociológica y, quizás sin saberlo,
por una tradición hispánica que reivindicaba para sí el honor de las más antiguas
declaraciones de derecho del Occidente. Son pues las declaraciones hispanoamericanas, en realidad y como se ha dicho, "una nueva forma en el viejo proceso de las
libertades españolas".
Es por tanto lógico que las Instrucciones digan que "el objeto y fin del gobierno debe
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ser conservar la igualdad y seguridad de los ciudadanos". Este principio fundamental,
que se encuentra ya en los teóricos españoles, entre los cuales Suárez, en su Tratado
de las Leyes, decía que "El fin de la república humana es la felicidad política", es una
de las bases sobre la que se edifica todo el sistema del estado moderno. Como ha dicho
bien Jacques Droz, "el pensamiento político francés debía expresarse en 1789 en la
célebre Declaración que, en cuanto al estado, hacía que éste no encontrara su fin en sí
mismo sino en la conservación y respeto de los derechos naturales".
El principio se repite en la Declaración de la Independencia norteamericana en los
famosos términos, redactados por Jejferson, de que para asegurar estos derechos se
instituyen entre los hombres los gobiernos..." y de allí en adelante, en expresiones más
o menos similares, se encuentra en casi todo el derecho positivo. Parece sin embargo,
evidente que lafórmula del artículo 4 de las Instrucciones nofue extraída de los textos
norteamericanos conocidos por la traducción de García de Sena, sino que fue tomada
de la Declaración francesa o de otras fórmulas sudamericanas. Pedro Grajes ha demostrado recientemente la similitud que en la materia tienen las primeras constituciones venezolanas. Por eso, no puede decirse que, porque el artículo no tenga un antecedente norteamericano, no hay una fuente directa de la disposición. El texto es muy
similar al de la Provincia de Barcelona en el cual, según el citado Grajes, hay una
infuencia directa de Nariño. Por otra parte, la lectura del decreto porteño de 23 de
noviembre de 1811 sobre seguridad individual, que ha sido señalado como precedente,
demuestra que no es realmente la fuente de este artículo.
Es pues probable la influencia, no de los textos norteamericanos sino de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que fue ampliamente conocida en
América
Aparte de la introducctón directa, perfectamentefactible, especialmente en los puertos, y de la traducción de Narlño, el impreso "Derechos del Hombre y del Ciudadano,
con varías máximas republicanas y un discurso preliminar dirigido a los americanos.
(Madrid, en la Imprenta de la Verdad, 1797"). -impreso en realidad en América- tuvo
una enorme circulación y no puede ser en modo alguno extraño que determinadas
fórmulas hayan sido inspiradas directamente en su texto. En la parte que nos interesa
decía: Art. 1. El objeto de (a sociedad es el bien común: todo gobierno es instituido para
asegurar el goce de sus derechos naturales e imprescrtptibles. ArL ll. Estos derechos
son: la igualdad. la libertad, la seguridad y la propiedad".
Parece por tanto factible que el artículo 4 de las Instrucciones sea una refundición
de estos dos artículos.
17) De acuerdo al artículo 3, los diputados orientales promoverían la libertad civil y
religiosa en toda la extensión imaginable. Texto claro y radical, destinado a mostrar
con qué fuerza los representantes orientales estaban dispuestos a mantener estos principios. Su redacción busca, efectivamente, lograr un efecto político y por eso no hay, ni
podía haber, una fuente textual.
La expresión "toda su extensión ímaginab(e", tan acerbamente criticada porAriosto
González, es perfectamente razonable e implica decir: "toda la extensión imaginable o
posible que sea compatible con la organización social y con la existencia de la autoridad constituida".
Estos dos artículos de las Instrucciones prueban claramente que sus redactores no
se limitaron a transcribir artículos sueltos de códigos americanos, distintos y antagónicos, sin juntar los fragmentos dispares para arquitecturar un edificio institucional de
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carácter definido, sino que, por el contrario, tomaron elementos de fuentes diversas y
crearon -cuando fue preciso- normas originales para estructurar un todo sistemático y
orgánico. Estos mismos principios, aunque distintamente formulados, se encuentran
en el proyecto arttguista de Constitución provincial.
La expresión "libertad civil" usada en el citado artículo 3 de las Instrucciones no
implica un concepto privatísttco y restringido.
Con esa expresión el texto que analizamos hace la distinción, realizada por una
parte de la doctrina política, entre libertad civil y libertad política. Mientras ésta última
se refiere al hombre como miembro del Estado, como ciudadano, y en consecuencia se
dirige a la estructura estatal y al régimen de integración del poder público, la libertad
civil es la libertad del hombre, la libertad que éste tiene como tal, sin referencia a su
actividad política de integración de los cuerpos estatales. Es, pues, de esta forma de
libertad que hablan las Instrucciones. La inmediata precisión de la libertad religiosa,
que dentro de la explicación que hemos dado integra la libertad civil, debe entenderse
como una aclaración que se considero necesaria, para evitar cualquier interpretación
del concepto de libertad civil que llevase a desconocer la libertad de conciencia religiosa.
Esta afirmación del principio de la libertad religiosa, tan claramente definido, es
otra de las características del pensamiento artiguista.
Tal tolerancia no era en modo alguno la regla del momento y no puede olvidarse que
hasta Moreno suprimió de su edición del Contrato Social varios párrafos referentes a
religión. Solución lógica la que da Artigas al problema, que traducía una realidad de
tolerancia y comprensión, perfectamente compatible, por otra parte, con el sentimiento
religioso del pueblo oriental La estructura social del país, la mLsma formación y naturaleza de nuestra Iglesia no admitían fórmulas de sectarismo ideológico. La formación
histórica del Plata no conocía las instituciones que en otras partes de la América hispana hacían en aquel momento dyictl, si no imposible, soluciones similares a las dadas
por el artículo 3 de las Instrucciones y por el artículo 2o. del capítulo I del Proyecto de
Constitución para la Provincia
18) Este Proyecto, que respondía a las bases sustentadas por el artículo 16 de las
Instrucciones, establecía un gobierno provincial basado en la división de poderes, con
un ejecutivo ejercido por un gobernador, un legislativo bicameral y un poder judictat
"con supervivencia, al decir de Ravignani, de la estructura colonial en cuanto a la participación de los Cabildos".
El reconocimiento de la existencia de los Cabildos en este proyecto demuestra, una
vez más, que no hubo una copia servil de modelos extranjeros sino que, tomando de
éstos lo que se consideraba adaptable, se conservaban los institutos que, como los
Cabildos, tenían una larga tradición en el Derecho Indiano y estaban profundamente
asentados en la cottctencta americana.
En: Cros Espiell, o.c.
11 Aquí se nota claramente el pensamiento político de Arligas, que apela a la razón
de los congresales. Y en otro tono, más emotivo que en el que campea el estilo dramático y meditabundo de su secretario Miguel Barretro, añade: "Orientales, sean cuales
fueren los cálculos que se formen, todo es menos temible que un paso de degradación,
que debe impedirse hasta que aparezca su sombra".
"AL principio todo es remediable. Preguntaos a vosotros mismos si queréis volver a
ver crecer las aguas del Uruguay con el llanto de vuestras esposas y acallar en sus
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bosques el de vuestros hUos (penurias vívidas en "la Redota"). Paisanos: acudid sólo
la historia de vuestras desconfianzas; corred los campos ensangrentados de Belén.
Yapeyú, Santo Tomé y Tapeby ¡Luchas contra los portugueses); traed a la memoria las
intrigas del Ayuí, el compromiso de r y las trasgresiones de paso de la Arena (enumera los procederes de Sarratea). ¡Cuál execración será comparable a la que ofrecen sus
cuadros terribles!"
A continuación aconsejó el reconocimiento condicionado a la Asamblea Constituyente deBuenosAires: "Examinad si debéis reconocer a la Asamblea por obedecimiento
o por pacto. No hay un solo motivo de conveniencia para el primer caso que no sea
contrastable con el segundo y al fin reportaréis la ventaja de haberlo conciliado todo
con vuestra libertad inviolable. Esto ni por asomo se acerca a una separación nacional,
garantir las consecuencias del reconocimiento no es negarlo".
YArtigas terminó el discurso aconsejando a la Asamblea: "Ciudadanos: pensad,
meditad y no cubráis de oprobio las glorias, los trabajos de 529 días en que visteis la
muerte de vuestros hermanos, la aflicción de vuestras esposas, la desnudez de vuestros hijos, el destrozo y exterminio de vuestras haciendas, y en que visteis restar sólo
los escombros y ruinas por vestigio de vuestra opulencia antigua: ellos forman la base
del edificio augusto de vuestra libertad. Ciudadanos: hacernos respetables es la garantía indestructible de nuestros afanes ulteriores para conservarla. Delante de Montevideo, a 4 de abril de 1813",
En: lbidem.
24) El año 1813 va a ser el de la definición de los conceptos. EL problema principal
que se plantea es el del pacto que estructure el sistema interprovincial.
Las provincias tendrían el derecho de entrar voluntariamente en la organización
nacional. para colaborar en su organización política. En el discurso de abril se explica
el por qué de este sistema. Planteado e1 problema de si la Asamblea debe ser reconocida por obediencia o por pacto dice Artigas: "No hay un solo motivo de conveniencia
para el primer caso (por obediencia) que no sea contrastable en el segundo, y al fin
reportaréis la ventaja de haberlo conciliado todo con vuestra libertad inviolable. Eso, ni
por asomos, se acerca a una separación nacional garantir las consecuencias del reconocimiento no es negar el reconocimiento...". Pero, hasta tanto no se estableciera el
pacto, el Congreso Oriental, evidentemente por razones políticas, realizaría un reconocimiento condicional, en elfamoso documento del 5 de abril de 1813. Es este un reconocimiento basado en una condición resolutoria. Si la Asamblea bonaerense no aprobaba
las bases orientales, el reconocimiento se resuelve por la no ejecución del hecho puesto
como condición. No hay, por tanto, ninguna incoherencia en efectuar el reconocimiento
por pacto e imponer condiciones para el mismo. El sistema responde a una construcción juridica perfectamente lógica: la de la condición resolutoria, de milenaria tradición
en el derecho occidental
Frente a este criterio de organización instituctonal basado en la accesión de las
provincias, mediante pactos, a un sistema confederatioo, el pensamiento porteño, expresado en las Instrucciones del Triunvirato a Rondeau de 6 de abril de 1813, se muestra radicalmente contrario al sistema de pactos y afirma que "la organización del Estado corresponde a la Asamblea Constituyente".
.Otro punto importante, pero que en realidad es una consecuencia particular de este
diferente criterio de organización Institucional, es el referente al carácter de los ejércitos
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portarlos que operaban en la Banda Oriental Desde el comienzo mismo de la Revolución los orientales quisieron dejar sentado que dichos ejércitos eran sólo auxiliadores.
Es imposible citar los textos que se refieren a este concepto pues está en toda la
literatura de la época. pero es preciso poner de manifiesto que -como muestra de la
soberanía provincial- es quizás la característica más saliente. El criterio de Buenos
Aires, en cambio, era que el ejército era uno y que "... las tropas que mandaba el Coronel Artigas y los otros Regimientos componen un Exército que sólo puede considerarse
auxiliar respecto a los hombres libres que están oprimidos por los gobernantes de Montevideo: por esa razón deberán llamarse las indicadas fuerzas Exército de las Provincias Unidas sobre Montevideo".
Porfn, en la Convención entre Rondeau y Artigas de 19 de abril de 1813 se trata de
establecer un Pacto. Es éste un documento fundamental. pues implica la culminación
de todo un proceso de integración institucional. En él se declara que "La Provincia
Oriental entra en el rol de las demás Provincias Unidas. Ella es parte integrante del
Estado denominado Provincias Unidas del Río de la Plata- Su pacto con las demás
provincias es el de una estrecha e indisoluble confederación ofensiva y defensiva... ".
25) Todas estas ideas se articularán en forma orgánica, coherente y homogénea en
las instrucciones dadas a los diputados a la Asamblea General Constituyente reunida
en Buenos Aires, la mayoría de cuyos artículos se refiere al sistema interprovinciaL
Este consistirá en una confederación para el pacto recíproco de las Provincias que forman el Estado (art.2). basada en una firme liga de amistad (Art. 10) en la cual cada
provincia retiene toda soberanía y poder que no delegue expresamente en la Confederación (art. 11), debiendo el gobierno general estructurarse de acuerdo a normas dadas por las propias Instrucciones (arts. 5, 6, 7).
EL sistema preconizado es, para nosotros, evidentemente confederativo. Las bases
del mismo, dadas por los artículos 10 y 11, provienen de los artículos I y II de los
Artículos de Confederación norteamericanos.
La exigencia de que los poderes sean delegados, expresamente contenida en el
artículo 11, implica la imposibilidad de la teoría de los poderes implícitos, que constituye, especialmente en el caso de los Estados Unidos, una de las columnas del sistema
federal. El hecho de que en las Instrucciones se prevea un gobierno centra), con poderes organizados y funciones delimitadas no obsta, como se ha afirmado, a la existencia
de un régimen confederal. Las páginas que Ariosto González ha dedicado al problema
son, a nuestro modo de ver, inobjetables.
Hay una cuestión importante que aclarar sobre este aspecto del pensamiento
artiguista. A partir de Bauzá, que señaló que éste quería reproducir "la secuela del
proceso institucional de los Estados Unidos", algunos historiadores, analizando dicho
problema, han afirmado que el ideario artiguista tiene, en lo que respecta a la organización interprovincial, un sentido evolutivo que (levaría de la Confederación a la Federación. El doctor Petit Muñoz ha analizado el problema con agudeza y detención, llegando
a la conclusión de que existiría una etapa de Pacto, en la cual se crearía la Confederación, y una etapa subsiguiente de Constitución, que organizaría un Estado Federal.
Para nosotros hay en estas afirmaciones mucho de verdad, aunque no compartimos
totalmente la tesis. Nos parece evidente que hay un primer momento de integración
nacional mediante pactos. Estos, al organízar jurídicamente la nación, estructurarán
un régimen de Confederación, creando luego -cuando fuera posible- un Congreso encargado de dictar la futura constitución del Estado. Este concepto está en múltiples
50
documentos artiguistas, imposibles de citar aquí Sin embargo, por la claridad como
enfoca el problema, debe recordarse el artículo 5o. del plan convenido entre Artigas y
los delegados porteños Martano Amaro y Francisco A. Candioti, que dice: "... conservando en su más perfecto grado una liga ofensiva y defensiva hasta que, concluida la
guerra, la organización federalfixe y concentre los recursos uniendo y ligando entre sí,
constitucionalmente, a todas las provincias".
Pero en el contenido de la etapa subsiguiente, la constitucional, es que discrepamos
con las opiniones citadas anteriormente. Creemos que la Provincia Oriental exigía que
el régimen a crear por la Asamblea o Congreso General fuese confederativo. La amplísima soberanía que se deja a las provincias, la Integración del poder central sólo con
los poderes delegados expresamente y el derecho de la Provincia Oriental de rechazar
o de aceptar la Constitución federal son caractertsticas de un sistema confederativo. La
facultad provincial de aceptación o de rechazo no puede conciliarse con el sistema
federal, donde al ser la constitución ratficada por un número determinado de provincias, entra en urgencia para toda-s. De varios documentos artiguistas, y en especial de
la cláusula 7a del reconocimiento condicional del 5 de abril, se desprende que es la
provincia la que determina st la Constitución general se ha ajustado o no a las bases
exigidas, y de acuerdo a esta determinación puede aceptar o rechazar el texto aprobado por el Congreso Constituyente Nactonal, sin que la obligue la ratificación de otras
provincias.
Es claro que esto es un poco construcción de laboratorio. Lo único importante es fijar
claramente que la raíz autonómica del pensamiento artiguista lo lleva a bregar por un
régimen que respete ampliamente la autonomta provincial.
Tal sistema se lograría mediante un régimen de pactos que crearía la nación, respetando las autonomías provinciales. La posterior Constitución debía asimismo basarse
en estos principios, para evitar que mediante un texto constitucional se ahogaran las
autonomías provinciales. Pero, lógica y evidentemente, este momento de organización
constitucional tenía que significar una mayor cohesión que el simple sistema de los
pactos, porque además se quería crear un poder central que pudiera actuar sin repetir
los errores de la Confederación norteamericana. Esto es para nosotros lo importante,
pues la discusión en torno a las palabras confederación o federación es, hasta cierto
punto, banal e intrascendente.
Los textos que las Instrucciones toman de la Constitución federal de 1787 se deben
no al deseo de organizar un régimen federal sino al intento de estructurar el gobierno
central enforma distinta al de la Confederación de 1777. Ello demuestra que los redactores de nuestras Instrucciones, conociendo por la Historia norteamericana los defectos
del texto de 1777, quisieron eliminarlos, organizando un gobierno general capaz de
actuar eficazmente. Son por tanto las Instrucciones un intento inteligente y armónico
de aplicar los textos norteamericanos. No se trata de una copia servil e inmediata sino
de una aplicación selectiva y coordinada
26) Las bases que las Instituciones dan para la organización del gobierno nacional
se encuentran articuladas en forma de texto constitucional en un proyecto de Artículos
de confederación y perpetua unión entre las provincias de Bs. As., Santa Fe, Corrientes, Paraguay, Banda Oriental del Uruguay, Córdoba Tucumán & a" Este proyecto,
que puede ser ldentificado por las iniciales ES.C., que corresponderían al diputado
oriental Felipe Santiago Cardozo y que se sitúa en el año 1813 contiene, a pesar de
ciertas pequeñas variantes, la misma estructura institucional preconizada por las Instrucciones del año MIL
51
27) La Influencia de los textos norteamericanos es innegable y Héctor Miranda. en
su ya clásico libro, lo ha demostrado ampliamente.
Ella se ha producido a través de la citada obra de García de Sena, cuyo autor decía,
en carta a James Monroe, que "nuestras constituciones se encuentran por todas partes
en la América del Sur". Este libro, aparte de tres obras de Tomás Paine, contenía en
apéndice la Constitución de los Estados Unidos, La Declaración de la Independencia,
Los Artículos de Confederación y Perpetua Unión y las Constituciones de Massachussets,
Connecticut, Neur Jersey, Pensyluanta y Virginia. Debe señalarse asimismo otra obra
que circuló ampliamente y que tiene importancia para comprender parte de la formulación del ideario artigutsta, la "Historia concisa de los Estados Unidos desde el descubrimiento hasta el ario 1807".
28) Pero el proceso continua- Rota la posibilidad de integración mediante pacto de la
Provincial Oriental con el gobierno porteño se produce una larga serie de tratativas,
integradas por propuestas y contrapropuestas, que van marcando un proceso continuado de fracasos pero que a1 mismo tiempo afinan, necesariamente, e1 pensamiento
artiguista sobre la cuestión.
Así, por ejemplo, en el Convenio de la Misión Amaro y Candiott con Amigas se establece por el artículo 4,después de concretarse la Independencia de la Banda Oriental,
que "Esta Independencia no es una independencia nacional; por consecuencia, ella no
debe considerarse bastante a separar de la gran masa a unos ni a otros pueblos, ni a
mezclar diferencia alguna en los intereses generales de la revolución..
Este convenio no fue aceptado por el gobierno porteño, "arguyéndose -como dice
Ravignani- que se introducían principios generadores de una independencia nacional" por lo cual las gestiones quedan momentáneamente rotas.
En: Ibídem.
12 EL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN PROVINCIAL
"Cabe atribuir al Gobierno Económico o a uno de sus miembros - casi seguramente
el Dr José Revuelta- el proyecto de Constitución para la "Provincia Oriental del Uruguay", fechado en e1 "cuarto año de la Independencia de la América del Sur", o sea
1813, a contar de 1810.
Fue localizado en los archivos españoles, por haber sido remitido a la autoridad
peninsular por el Encargado de Negocios en Río, Andrés Villalba. el 2 de abril de 1815,
expresando que era un texto que "dicen hecho para las Provincias del Uruguay que
están bajo la dominación de Artigas", aunque presume, con acierto, que su redacción
es anterior.
Lo enviaba creyendo que el Caudillo pudiera entonces -1815- ponerlo en vigencia, y
tampoco en esta presunción estaba muy desencaminado el diplomático español, ya
que, como veremos, Artlgas pensó celebrar un Congreso en Mercedes, por aquel año,
para constituir la Provincia.
El texto -cuyo modelo es la Constitución de Massachusetts del 2 de marzo de 1780,
incluida en la ya mencionada obra de García de Sena -comienza estableciendo el pacto
constitutivo de la "Provincia Oriental del Uruguay", por decisión de los diputados de los
pueblos que enumera, veintitrés en total.
El proyecto comprende una parte dogmática -de declaración de principios (Capítulo
I)- y una parte orgánica -de organización de tos poderes del Estado (Capítulos ll a V).
Se consagran como "derechos naturales, esenciales e inajenables" el derecho a la
vida, la libertad, la propiedad y la obtención de la seguridad y felicidad.
52
Es un deber del gobierno asegurarlos y proteger el cuerpo político. Si fracasa en
estos objetos, el pueblo "tiene derecho a alterar el Gobierno", o sea, a cambiar suforma
y organización.
El enunciado de las fórmulas concretas, derivadas de estos principios rectores, incluye: la libertad de escribir y de imprenta; la prohibición del fuero militar; el principio
de la igualdad ante la ley de los hombres y de las corporactones y la legitimidad de las
distinciones basadas en "los servicios hechos al público", que son por naturaleza Intransferibles a terceros; el derecho de los pueblos a guardar y llevar armas, para su
defensa común, y el de juntarse pacficamente y "representar al gobierno para la reforma de los abusos". En materia de religión el proyecto establece el "deber de todos los hombres en sociedad de adorar públicamente al Ser Supremo, Gran Creador y Conservador del Universo", del modo que a cada uno le mande su conciencia, pero "con tal que no turbe la paz
pública ni embarace a los otros en su culto religioso de la Santa Iglesia Católica".
En materia de educación establece el derecho del pueblo y el deber de la legislatura
de hacer a sus expensas los establecimientos públicos de escuelas para la enseñanza
de los niños y su educación, de suerte que se tendrá por ley fundamental y esencial
que todos los habitantes nacidos en esta Provincia, precisamente, han de saber leer y
escribir". Es la primera obligación de los padres poner a sus h jos en la escuela, antes
de darles otro giro", " a fin de que logren la enseñanza de los derechos del hombre y de
que se instruyan en el pacto social, por el cual todo el pueblo estipula con cada ciudadano y cada ciudadano con todo el pueblo", con el fui de preservar "la piedad, religión
y moralidad de todos los habitantes".
La justicia debe ser libre y gratuita. Se consagran: las garantías del proceso; la
imparcialidad de los jueces: el derecho a la defensa; el principio de la plena prueba
para la condena enjuicio penal; las garantías contra pesquisas injustas y la violencia
"sobre la persona, su casa, sus papeles o sus posesiones", y la necesidad de la previa
orden judicial para privar de la libertad a cualquiera, fundada en indicios o elementos
de juicio bastantes, de libre apreciación por el magistrado.
En la parte dogmática también se incluye la división tripartita de Poderes como una
garantía de la libertad, pues su fui es que "el gobierno sea de leyes y no de tiranos", en
cuya definición puede advertírse el eco de la raigal tradición del Derecho hispánico,
que ajumaba: "En Castilla antes hubo leyes que Reyes",
Y en la parte orgánica, se traduce el principio en los clásicos Poderes Legislativo,
Ejecutivo y Judicial - Judictario", dice el proyecto).
El poder Legislativo se organiza en dos Salas: el Senado y la Sala de Representantes.
El Senado, de carácter permanente, con duración de un quinquenio, estarla compuesto de siete miembros, elegidos indirectamente por una Asamblea General" de tres
electores por pueblo, designados por el voto de "todos los ciudadanos". La Sala de
Representantes, que actuaría de modo esporádico, sería designada anualmente por
los pueblos, a razón de tres representantes cada uno.
El Senado tenía lasfacultades legislativas típicas y también debía prestar su acuerdo
o venta al Ejecutivo para asuntos de importancia y prestarle su asesoramiento, en una
tarea equivalente a un Consejo de Estado. En "los negocios importantes de la Provincia" el Senado actuaba conjuntamente con los "sesenta delegados de los Pueblos", o
sea la Sala de Representantes, sin cuyo requisito no podrían ser váltdamente considerados y resueltos,
53
El Senado y la Sala de Representantes actuarían también como un solo cuerpo para
fyar la fecha de las elecciones de Senadores y Representantes nacionales que actuarían, por la Prouincta, "en la Corte de la Confederación", y para confeccionar la nómina
de candidatos para titular del Ejecutivo de las Provincias Unidas; igualmente para
designar el Gobernador de la Provincia
En la parte dogmática se había establecido que las elecciones serian "libres y
públicas" y que todos los "habitantes, teniendo las cualidades que se establecieron
en su forma de gobierno", tendrían igual derecho para ser electores y elegibles. Sin
embargo, para los cargos legislativos y de¡ Ejecutivo se requiere poseer una "propiedad dentro de la Provincia cuyo valor sea de $ 6.000 como mínimo y bienes muebles
de hasta $ 3.000.
El Poder Ejecutivo se confiere a un Gobernador de Provincia, de nombramiento
anual.
Tiene derecho de veto. Al ejercerlo provoca nueva deliberación, debiendo reiterar su
voluntad los dos órganos legislativos para que el proyecto observado quede sancionado.
Se debe requerir acuerdo de¡ Senado para asuntos importantes de milicias y, en el
orden financiero, para la fyación de los gastos públicos y su inversión.
El Poder Judictal estarla a cargo de los Cabildos, aunque se autorizaría al Legistatiuo a "erigir y constituir tribunales de justicia que se hayan de tener en los pueblos de
la Provincia°. Los Cabildos se auxiliarían con ;jueces anunciadores", que serían verdaderos Yueces de instrucción crtmlnal". En caso de condenas a muerte cabía un recurso
final ante el Senado, que podría conmutar la pena
Los Cabildos, a los que el proyecto califica de "verdaderos órganos de los pueblos",
serían elegidos 'en pública plaza yen voz alta", y ejercerían sus tradicionales funciones municipales".
En: ReyesAbadie, o.c
13 "Por entonces, Vtgodet y el Cabildo de Montevideo interpretaron la separación
de Artigas de¡ Sitio como una manifestación que haría posible un acuerdo entre el Jefe
oriental y el régimen español y comisionaron al efecto a Luís Larrobla y a Domingo
Antonio Costa, con sendos oficios para Artigas. La respuesta de éste fue tajante, manifestando que proponerme estar yo con los orientales bajo la España no es, de manera
alguna, una paz".
Igual rechazo formuló Otorgués, quien sin embargo permitió el pasaje de los buques
de la escuadrilla montevideana, al mando de Romarate, por el litoral de¡ Uruguay,
~~ole con recursos diversos.
Esta actitud del lugarteniente artiguista dio mérito al Director Posadas para señalar
ante la opinión pública al Jefe de los Orientales como traidor a la causa americana, y
lanzó con tal propósito un bando, e1 11 de febrero de 1814, cuya redacción correspondió al montevideano Dr Nicolás Herrera, Secretario de Gobierno del gobierno porteño.
En el mismo se declaraba a Artígas " infame, privado de sus empleos, fuera de la ley y
enemigo de la patria" y se le hacia pasible de persecución como "traidor de la patria",
autorizándose su muerte en caso de resistencia y pagándose un premio de seis mil
pesos al que lo entregara preso, vivo o muerto.
Artigas, desde su cuartel general de Belén, enterado de este decreto, lo contestó con
energía, escribiendo a Posadas: 'Me batiré con cuantos quieran batirme a un mismo
54
tiempo"; "ciego idólatra de la dignidad popular, ni VE., ni Montevideo, ni nadie sellará
el oprobio de los orientales sino sobre mí cadáver y el de las bravas legiones que me
siguen". Y de inmediato dispuso la incomunicación de la Provincia Oriental de Buenos
Aires e inició una vasta acción política y diplomática con las provincias del Litoral y con
jefes prestigiosos del Río Grande Del Sur".
En: Ibidem.
14 El 9 dejulio de 1814, un mes después de la caída de Montevideo, se suscribe un
Convenio entre Alvear y los comisionados artiguistas Calleros, García de Zúñiga y
Barretro. En el mismo, aparte de hacerse ciertas concesiones a la autonomía provincial
(no muy¿amplias, sin embargo], se restablece la unión de la Provincia Oriental con las
demás. También este paso debíafracasar pues el gobierno porteño no efectuó la ratificación necesaria a pesar del amplísimo espíritu de conciliación demostrado porArtigas.
Se llega gsí a 1815. Las armas han sido adversas a Buenos Aires y la derrota de
Dorrego al frente de las fuerzas porteñas, en Guayabos, libra para siempre de la ocupación dtreclorial a la Provincia Oriental. Artigas va extendiendo su influencia y llegará
el momento en que culminará el proceso federal del artiguismo. El movimiento, impulsado por causas que actuaban con igualfuerza en casi todas la provincias, alcanza un
desarrollo extraordinario y Entre Ríos, Santa Fe, Misiones y Córdoba van progresivamente abrazando el sistema.
29) Se estructura entonces la Liga Federal, que es, desde el punto de vista
institucional, una unión de diversas provincias que conservan, en el momento, la totalidad de su soberanía pero que, teniendo una idea común en lo que respecta a la organización del estado, actúan conjuntamente para imponer ese criterio.
Esta Liga; o Unión, en determinadas ocasiones reúne Asambleas o Congresos
interprovinciales, cuyo ejemplo más conocido es el Congreso de Concepción del Uruguay o de Oriente, instalado en 1815.
Estas reuniones tienen como misión fundamental la estructuración de una política
común para lograr "una unión libre, igual y equitativa con el Gobierno de Buenos Aires". No hay un pacto que deposite la soberanía o una parte del poder en un gobierno
central o en alguna Provincia en particular; sólo se reconoce en Artlgas la encarnación
suprema de la idea federal y por ende se le instituye como Protector de los Pueblos
Libres. Es pues la persona de Artigas, como símbolo de un criterio de organización
institucional, la que da unidad al sistema- .
En: Gros Espiell, a. c.
A esta altura de los hechos históricos y políticos examinaremos referencias a Sociedad, Economía, Educación y Cultura durante los años del gobierno patrio.
Sociedad
En lo referente a los grupos sociales no hubo variantes cualitativas con los establecidos en la segunda mitad del siglo XVIII
En cambio el reagrupamiento de acuerdo al poder económico financiero se produjo
con motivo de que dentro de las murallas de Monteuideo permanecieron los grandes
comerciantes españoles y criollos afectos al régimen colonial, así como algunos hacendados que vivían en la ciudad, mientras en la campaña los criollos que habían acompañado a Amigas en el Exodo habían dejado atrás campos y haciendas.
55
instalado el gobierno Provisorio de Canelones y luego el Patrio de 1815, esta "clase
principal" que formará el "patriciado oriental" volverá por sus fueros en cuanto a los
titutos de tenencia de ta tierra y semouientes, y otros que habían sido industriales del
tasajo rehabilitarán sus empresas.
Desde luego que, en esta materia, e1 Reglamento de Artigas dei año 15 referente a
la tierra tratará de beneficiar a sus seguidores, "los paisanos" que abandonaron todo y
con susfamiltas y pocos efectos personales estuvieron en el Ayut, en número importante según se desprende del Padrón que hizo levantar el Jefe de los Orientales en Salto
(casi 5.000 personas, además de la tropa).
Los cambios estructurales provenientes de las medidas del Cabildo-Gobernador,
como el Reglamento General de Aduanas (sbre. 1815), el fomento al comercio, la agricultura y la industria saladeril, la faena de bovinos y Lobos, el plan de forestación,
traen aparejados cambios (por los benejlcios de la misma) en la movilidad de los grupos sociales.
En cuanto a las relaciones de ta revolución orienta¡ con la Iglesia católica, un grupo
de sacerdotes llamados por los paisanos "curas de la patria", tanto de la campaña
como de Montevideo, tuvieron una conducta en favor de la misma
Otros, en el recinto de la ciudad (muchos de ellos españoles), se mantuvieron jleles
a la Corona.
Basta recordar al cura de Colonia José Ma Enríquez Perla, que acompañó a Amigas
cuando pasó a Buenos Aires para ponerse a la orden de la Junta Grande (¡eb. 21811).
Fueron ¡os curas de la campaña oriental quienes desde el púlpito impulsaban o
renovaban la fe en el ideario de la revolución independentista.
Se menciona al Pbo. Tomas Xavier Gomensoro, de Santo Domingo de Soriano, que
estampó en el libro de defunciones de su parroquia un acta (may. 25, 1810) en que
declara que ese día "expiró la ttránicajurisdicción de los virreyes".
Más adelante, cuando estaba en proceso la acción militar y política de Artígas,
muchos de esos sacerdotes asistirán e integrarán reuniones, asambleas, Cabildos Abiertos, formando parte del gobierno patrio.
El P. Valentín Gómez (1774-1833), oriundo de Argentina, era cura de la villa
Guadalupe de los Canelones y se integró al contingente revolucionario, luchó en Las
Piedras (mayo 18, 1811) y recibió la espada del vencido C/N José de Posadas. (Como
hemos visto, después se unirá al centralismo porteño y será el emisario de Pueyrredón
en Europa para concretar el proyecto monárquico).
Otro ejemplo fue el del párroco de Florida, Santiago FYgueredo (1788-1832), capeUán de una compañía de voluntarios formada por él con los patriotas de su feligresía
Acompañó al Jefe de los Orientales en el Exudo y participó de la batalla del Cerrito
(dbre. 21, 1812).
Artigas elogia la actuación de ambos. en el parte de la batalla de Las Ptedras.
Distinguidos luego en diversas funciones fueron el Pbo. Larrañaga, Pérez Castellano. José Benito Larvas, Juan FYancísco Larrobla, Manuel Barreiro, José B. Monterroso,
Manuel Ubeda.
La expulsión que el Virrey Ello impone (mayo 21 de 1811) a los nueve frailes franciscanos, por sus muestras de adhesión a la causa de los orientales, se hizo célebre por la
frase: "¡Váyanse con sus amigos los matreros!"
En cambio se mantuvieron firmes en apoyar al régímen colonial el Pbo. Rafael
Zufriategui (que actuó en las Corles de Cádiz de 1811 en calidad de diputado del
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Cabildo de Montevideo) y Fray Cirao de Alameda, entre los más notorios.
Quedarían por anotar las relaciones entre Artigas y la Iglesia, en función del Patronato, que lo reivindicó, como a tantos otros revolucionarios, entendiendo que siendo un
derecho a la soberanía real se "heredaba", naturalmente, por los nuevos gobernantes.
Eso dificultó el entendimiento con la Santa Sede, que sostenía que por haber sido un
privilegio del Papa a los Reyes de España", caducaba al ser sustituida la autoridad
real.
En las Instrucciones del año XIII a los diputados orientales que debían participar de
la Asamblea General Constituyente de las Provincias del Río de la Plata, en Buenos
Aires, se dice a título expreso que "se promoverá la libertad civil y religiosa en toda su
extensión imaginable".
Dos años después el propio Artigas pedirá la autonomía eclesiástica de la Provincia
Oriental y obtendrá que el sucesor del Obispo Lué (fallecido en 1812). el Provisor de
Buenos Aires Mons. José León Planchón, le confiara al Pbo. Larrañaga la función de
párroco de la Iglesia Matriz, con jurisdicción sobre toda la Provincia y la de Entre Ríos.
Educación
En el período artiguista hay que señalar dos hechos significativos: la instalación de
la "Escuela de la Patria" en el campamento de Purificación (sbre. 1815), a cuyo cargo
quedó Fray José Benito Lamas (1887-1857), uno de los franciscanos expulsados por
Ello (mayo 1811), y la reivindicación del Cabildo de Montevideo de sus potestades con
la escuela pública, que bajo el régimen colonial había funcionado entre 1809-12.
Pasó a ocupar la dirección Fray Lamas, a pedido del Cabildo, y se mantuvo en el
cargo hasta la ocupación de la ciudad por los portugueses (1817).
Hay un episodio que no se puede dejar de mencionar y es la suspensión de la
licencia a1 preceptorManuel Pagola (ag. 16, 1815), por manifestaciones públicas opuestas
al gobierno oriental.
En mayo de 1816 se vuelve a dictar la cátedra de Gramática Castellana y Latín en
el convento San Bernardino, bajo la responsabilidad de Fray Carlos Ma González.
Cultura
La Fundación de la Biblioteca Pública, solicitada por el Pbo. Dámaso Antonio
Larraríaga al Cabildo, es un acontecimiento que marca la voluntad de proceder a la
ilustración de los vecinos de la capital.
Se formó en un principio con el acervo del propio gestor, del Pbo. Pérez Castellano
(jallectdo en sbre. 5 de 1815), de D. José Ratmundo Guerra y el aporte de los franciscanos. Se instaló en el piso superior del Fuerte.
La inauguración tuvo lugar el 26 de mayo de 1816, con una oración del Pbo.
Larrañaga.
Es una afirmación válida la que tradicionalmente repite que Amigas ordenó que el
santo y seña del ejército patriotafuese "Sean los orientales tan ilustrados como valientes" (may. 30).
En la Casa de Comedia se estrenó en 1816 el unipersonal de Bartolomé Hidalgo
"Sentimiento de un patriota", una pieza en que el poeta hace un llamado a los pueblos
americanos en pro de su independencia
En cuanto a la prensa periódica debe recordarse que, por gestión de Mateo Vidal
ante el Cabildo de Buenos Aires, éste consiguió que el gobierno del Director Alvarez
Thomas (Jul. 1815) devolviese a Montevideo la imprenta de la Ciudad (donada por la
princesa Carlota Joaquina), que se llevara el ejército porteño que ocupó Montevideo.
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Artigas alentó su funcionamiento y el Cabildo aprobó que se imprimiera el "Periódico Oriental". pero en la práctica tanto Vidal como Larrañaga, a quienes se propuso la
tarea, declinaron por razones diversas, lo que hizo fracasar la iniciativa.
El Jefe de los Orientales manifestó su malestar por el asunto, reprochando "la poca
adhesión y falta de espíritu público que observó en este pueblo".
En cuanto al desarrollo de las letras ta figura significativa fue Bartolomé Hidalgo
(1788-1822). autor de los celebrados "Cielitos" y "Diálogos patrióticos" (1812-22), en
lenguaje gauchesco, aunque también escribió poesía culta.
Otro nombre, Eusebio Valdenegro (1783-1818), que escribió esta famosa décima
que se repitió en los campamentos patriotas en agosto de 1811;
El
blanco
y
rojo
color
¡
con
que
la
patria
os
convida
es
para
que
se
decida
/
vuestro
aprecio
en
lo
mejor;
si al rojo, vuestro valor / breve os sabrá castigar;
y
si
al
blanco
queréis
dar
/
discreta
y
sabia
elección,
contad
con
la
protección
/
del
Ejército
Auxiliar.
Economía
En ta revolución Oriental las alternativas de la lucha militar y los actos políticos
paralelos ejercieron fuerte influencia en la economía
El paso del régimen colonial al nuevo orden se man Testó tanto en Montevideo como
en la campaña
Tal vez en ésta repercutió por la ruina de la producción agropecuaria, derivada de
las acciones de guerra.
No estuvo ajeno a este deterioro el contrabando, ni el abigeato, ni la hostilidad de
indios y malhechores, sujetos marginados al proceso revolucionario y a sus ideales.
Otro motivo inmediato fue la resolución del Virrey Mío de confiscar los semovientes
de los hacendados patriotas, así como requisar los depósitos de granos y cereales que
estuviesen en las afueras de Montevideo.
En cuanto a la industria saladeril, pasó de la prosperidad a la ruina al abandonarse temporalmente su actividad defaena y exportación de tasajo.
Con este panorama a la vista, el Gobierno Provtsorio de Canciones tomó providencias para estabilizarla camparla lo antes posible. Del texto de las Instrucciones del año
XIII se desprenden las que tienen directa vinculación con la economía de la Provincia
15,12,13.14).
La creación del cuerpo municipal, encargado de la administración dejustlcia y atención a los negocios, integrado porArtigas acompañado de nueve miembros de la "clase
principal", como Tomás García de ZGñíga, León Pérez (1777-1819), de activa participación en el Reglamento Provtsorto del año 1815, Santiago Sierra, Juan José Durán, juez
de economía del Gobierno Provisional, José Revuelta, juez de vigilancia, Juan Méndez.
Francisco Piá, juez de Policía, Bruno Méndez, presidente del Gobierno Económico en
sustitución de Arttgas. Miguel Barreiro (1789-1848), secretario del mismo, y el escribano José Gallegos.
El Gobierno instalado en Canelones no sólo declaró la independencia de la Provincia y manifestó su intención deformar parte de las Provincias Unidas del Río de la
Plata sino que, en materia de economía, trató de ordenar el desorden con algunas
medidas tendientes al abastecimiento de los ejércitos sitiadores de Montevideo, sanear
y encaminar el comercio interno, crear mecanismos para el cobro de impuestos y su
correcta administración, en sólo siete meses de gestión (cesó en dbre. dei 13),
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Por su parte, el Gobierno Patrio de 1815 dictó la normativa del Reglamento Provisorio (sbre. 9, 1815), que si bien tuvo influencia en la tenencia de la tierra, también la
tuvo en el futuro de la producción agropecuaria.
Pese a su corta duración en funciones (hasta la invastón portuguesa) trató de fomentar las actividades comerciales creando la "matrícula de comerciantes" que regulaba el ejercicio de las mismas.
En lo industrial rehabilitó los viejos saladeros de extramuros de Montevideo
(Cabildo-Gobernador, enero 27), lo que permitió regular la faena de vacunos y equinos
(se prohibió el uso de la bota de potro parapreservarlos), se incentivó la de lobos para
la extracción de pieles y se fomentó la forestación en la Provincia para el abastecimiento de maderas.
Otro grave problema era el contrabando, que mereció una política de enfrentamiento
con sus promotores que llegó hasta la conjiscactón de bienes, y beneficios materiales
para quienes lo combatían (113 del total de lo apresado).
Se organizó también el transporte, tanto marílímo-jluvial como por tierra (con carretas).
15 EL REGLAMENTO PROVISORIO DE 1815
"Política. Autoridades: Alcalde de Provincias (art. lo.) - seguridad - reparto de tierras -juez. / 3 Sub-Tenientes de Provincia (art. 2o.) / Jueces pedáneos / "Se dedicarán
a fomentar con brazos útiles la población de la campaña" (art. 6o.) / Policía de campaña - 8 hombres - 1 sargento - 1 cabo / Para atrapar: malhechores - vagabundos desertores.
Sociedad. "Los más infelices serán los más privilegiadas" / En consecuencia, los
negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán
ser agraciados con suerte de estancias si con su trabajo y hombría de bien propenden
a su felicidad y a la de la Provincia" / También se tendrá en cuenta alas viudas
pobres, si tuviesen hYos. Los casados antes que los americanos solteros y éstos a
cualquier extranjero.
Economía. Una suerte de estancia / En 2 meses deben construir un rancho y dos
corrales y al no hacerlo esa tierra pasará a otra persona
Las tierras repartibles son de: a) malos europeos; b) peores americanos: c) las tierras dadas por el Cabildo en los años 1810-15.
La estancia tendrá que tener en lo posible límites naturales, su proporción será
legua y media de frente y dos de fondo.
Deben de marcar el ganado. / La tierra no podrá ser enajenada, ni venderse. Se
prohibe el envío de ganado a Portugal e igualmente la matanza del hembraje hasta el
restablecimiento de la campaña".
EXTENSION DEL FEDERALISMO
Estamos a comienzos de 1815, en que los sucesos serán adversos a Buenos Aires.
La derrota de Dorrego al frente de las fuerzas porteñas, en Guayabos, libra para siempre de la ocupación Directorial a la Provincia de Oriente, episodio que viene a ser algo
así como el prologo del hondo movimiento de 1815, que se traduce en la caída del
Director Alvear y en la disolución de la Asamblea General Constituyente. De esta manera podemos reducir a cuatro grandes grupos los núcleos provinciales, a fin de comprender cómo el federalismo se va expandiendo: Provincia Oriental con el conjunto de
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la antigua Unión (Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes y Misiones): Córdoba y la carrera
del Norte (Tucumán, Santiago, Salta y desprendimiento de La Rioja); Cuyo y el Oeste
(Mendoza, San Juan y San Luis); Buenos Aires (ciudad y campaña). Córdoba se inclina al artiguismo e integrará el núcleo del oriente con la misión Savid, primero, y del
diputado Cabrera, después, cuando éste concurre a la reunión de Concepción del Uruguay. Córdoba experimentaba en su propia intendencia la separación de La Rioja,
perteneciente a la región andina.
Cuyo, después de la incidencia de la renuncia de San Martín y el nombramiento de
Perdriel, quefue resistido, aclamó al Libertador como Gobernador de la provincia. En el
acto la Junta de Guerra resolvió participar la desobediencia al Directorio, siendo su
propósito el de libertar a los Pueblas. Conviene destacar la comunicación hecha a José
Rondeau y "al de igual clase general de los Orientales José Artigas y a las demás
provincias de la coalición por medio de sus respectivos jefes". El oficio del Cabildo de
Mendoza, de 22 de abril, dice textualmente: "nunca creyó el Cabildo que el marcial
Pueblo de Mendoza, fanático por la libertad, se apartase un momento de tan ilustres
pensamientos, y si ha retardado el patentizarlo es porque la distancia de su localidad
le ocultaba la sazonada predisposición de los ánimos orientales". Vale decir que, a
medida que se abrieran las comunicaciones entre la región Litoral, en donde se acrecentaba el federalismo, el entendimiento sería mayor y en forma alguna surgirían reststencías semejantes a las que aparecían en los núcleos porteños.
Claro está que lo esencial de este proceso reside en las relaciones de Artigas con
Buenos Aires, relaciones que son ya bien conocidas, pero no suficientemente valorizadas para comprender cómo el criterio unilateral de algunos historiadores ha producido
el ocultamiento de episodios fundamentales. En el manifiesto del 30 de abril del Cabildo de Buenos Aires parece asomar una nueva tónica política, mas pronto los intereses
de la reacción irán dejando de lado la sana gestión conciliadora. No cabe duda de que
en el fondo de la masa popular de Buenos Aires y la campaña se iba cristalizando una
fuerte corriente federalista, quefue contenida en e1 año 1816.
En este año 1815 se producen una serie de negociaciones. todas malogradas. Ello
no obsta a que Artigas proceda a convocar la reunión del titulado Congreso de Oriente
o de Arroyo de la China, o de Concepción del Uruguay, como se dice en la documentación cordobesa. En este Congreso concurrirán representantes de las litorales y de Córdoba, y en las instrucciones a los diputados por Santa Fe vuelven a reproducirse las
Instrucciones del año 1813. No nos detendremos en este asunto porque merece un
estudio aparte, pero sí creemos útil recordar las peticiones del 16 de junto del año
1816, presentadas en la ciudad de Buenos Aires, suscritas por 101 y 110 firmas cada
una y quefueron impresas sin ellas, Van dirigidas las dos al gobernador intendente de
la provincia de Buenos Aires, para expresarle que "hasta el presente nadie podrá dudar que lafatal disensión y continuas querellas de los pueblos contra esta capital, que
han causado tan graves males y tan irreparable atraso a la causa general del país,
han tenido por único motivo el de que fuera la silla del gobierno superior (o supremo) de
las provincias, acusándola del despotismo de los gobiernos para con la ciudad donde
han residido".
En el texto de dichas peticiones se pasa revista a la reparación de Santa Fe, Córdoba y Salta y se hace notar la impotencia en que se halla el gobierno sentado en Buenos
Aires.
Un poco más adelante se hace el proceso frente al Congreso instalada y, aludiendo
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ya directamente al aspecto federal y a la voluntad de los pueblos, se agrega: "esto nos
convence de la necesidad que hay de conformar la forma de gobierno con la voluntad
general, y principalmente cuando ésta se ha manifestado clara y constantemente como
ahora..; todos los pueblos se han explicado en favor del gobierno provincial, o federal;
ésta es ta pretensión de la Banda Oriental, con la cual justifica su separación; ésta es
la de la Provincia del Paraguay, es la de Córdoba. Salta y demás pueblos de la unión;
Buenos-Ayres también manifestó de buena fe este mismo deseo en el movimiento del
15 de abril de 1815, cuando quiso dexar y dexó a los pueblos la libertad de sancionar
el estatuto provisorio, o modificarlo, o desaprobarlo...; ahora el Pueblo de Buenos-Ayres,
siempre generoso, ha vuelto a expresar sus designios, pública y notoriamente, sobre
reducirse a una Provincia, como las demás;... todos los ciudadanos, incluso los que
comprende la campaña, generalmente explican esta intención y estos deseos sin que
pueda dudarse de que ésta es su decidida voluntad".
Un documento tan claro, de principios tan definidos, revela cómo había penetrado
en Buenos Aires el principio de las instituciones provinciales. En él se aboga por un
gobierno general, reconociendo a los demás pueblos como hermanos y, con sentido
político, ya no aspira la ciudad porteña a ser capital, coincidiendo así con las Instrucciones artiguistas de 1813.
Un anhelo tan elevado y un sentido tan objetivo de la realidad no pudo prosperar y
la resistencia de 1a oligarquía porteña encontrará medios para hacer fracasar los propósitos. Pasarán- cinco años, o sea hasta febrero de 1820, antes de llegar a la formación de las instituciones provinciales.
La crisis frente a estas resistencias irá creciendo y se producirán en Buenos Aires
una serie de episodios que arrastrarán la caída del director interino, Balcarce. EL nombramiento de Juan Martín de Pueyrredón y su acción gubernativa postergará por un
período de casi cuatro años el estallido federal de 1820, que viene a ser el de 1815, con
mayor amplitud. Las disensiones entre el federalismo de las provincias litorales y el
Directorio centralista harán propicia la invasión lusitana, haciéndose más compleja la
situación política y ofreciendo un peligro de posible trascendencia histórica, por la usurpación del territorio nacional por parte de los portugueses, contra la cual luchó Artigas
en forma heroica Sólo la acción sanmartiniana, al lograr la independencia de Chile y
preparar la expedición al Peru, pudo fortificar la política centralista de Buenos Aires.
Durante este período, de 1816 a 1819, en Estados Unidos de América surgió el
interés por conocer la situación de los países del Plata y a ellos vinieron los comisionados Rodney y Graharn, aparte de las comunicaciones de delegados norteamericanos,
que hicieron resaltar la índole de esta crisis y la importancia del movimiento artiguista
A este respecto recordaremos una comunicación de Thomas Halsey a Grahant de
26 de agosto de 1818. El ex cónsul de los Estados Unidos, Halsey, redacta una extensa memoria, en la cual se hace un proceso de la revolución y se relata la posición
artiguistafrente a Buenos Aires con bastante precisión. Se asienta cómo el gobierno de
los pueblos de la región litoral está en manos de Artígas y cómo su influencia se ha
extendido hasta la provincia de Córdoba. En el mismo informe se denuncia que el
almirante británico Bowles ha celebrado un tratado para regular el comercio con el
pueblo que controla el Jefe de los Orientales. En todo el informe, cuando alude a este
último, hace notar el enorme ascendiente que ejerce sobre el pueblo.
El informe de Rodney explica ta situación de las provincias y destaca que la población de Entre Ríos y de la Banda Orientat es "quizás no inferior en valor a la de Buenos
Aires ". Agrega que el "general Amigas (que ostenta el carácter de Jefe de los Orientales
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y que ha asumido el título de Protector de Entre Ríos y Santa Fe) era originariamente
capitán al servicio de las fuerzas españolas en un cuerpo provincial. Refiere su actuación en la guerra de la Independencia y cómo se han producida las disensiones con
Buenos Aires. "Para tener una visión de este asunto Rodney acompaña una copia de
una importante carta del general Artigas a Pueyrredón. Esjusto agregar que el general
Artigas es señalado, por personas a quienes se les puede prestar crédito, de ser un
firme amigo de la independencia de este país". Y concluye este párrafo diciendo que no
ha tenido la satisfacción de entrevistar a Artigas, quien es, incuestionablemente, un
hombre de raros y singulares talentos, lamentando las disensiones con Buenos Aires.
El otro comisionado, Graham, a su turno, reconoce que la intención del gobierno de
Buenos Aires tiende a anular a Artigas, sometiéndolo a "arreglos que lo iban a privar
de los privilegios de gobierno propios, que clama tener derecho a ellos". Afirma, además, que no obstante las disensiones existentes y la actitud del pueblo que sigue a
Artigas, éste "desea unirse con el de la Banda Occidental del Río de la Plata", vale
decir, con el de Buenos Aires.
En: Emilio Ravignani, Trascendencia de los ideales y la acción de Artígas
en la revolución argentina y americana.
16 La invasión se produce (ag. 7, 1816) con tropas de Portugal y otras de Río de
Janeiro y San Pablo, concentradas tiempo antes en Porto Alegre. Las primeras acciones
militares son rápidas y están a cargo de 4 columnas que entran por Bagé (toman Meto),
Laguna Merin (Santa Teresa. Rocha), por el Cuareim y las Misiones Orientales (combaten en San Borja).
En la Batalla de Carumbé (afluente del Cuareim, oct. 27, 1816) Amigas debe retirarse hasta las costas del Arapey con gran pérdida de hombres. En la de India Muerta
(bañados de Rocha, nov. 19) Rivera es derrotado también con gran sacrificio de patriotas.
El 25 de diciembre el marqués de Alegrete (Cap. Gral. de los ejércitos en acción)
ordena el ataque a la Prov. Oriental con un ejército de 2.000 soldados que avanzan
sobre el Cuareirn.
En 1817 (en. 4) las tropas portuguesas derrotan a los orientales de Andrés Latorre
en el Catalán (arroyo afluente del Cuaretm) provocando un "desastre" para éstos.
Lucha sin cuartel en los años siguientes (toma de Purificación en feb. 1818, los
orienales deben pasar al arroyo de la China, margen O. del río Uruguay), ofensiva
incontenible que convierte en prisioneros a los Jefes Orientales como Manuel Feo. Amigas,
Andresito, Laualleja, Rivera y Joaquín Suárez).
Nueva derrota de Artigas en el Queguay chico (Paysandú, jul. 4, 1818), contraofensiva portuguesa ala ofensiva patriota en Misiones (jun. 6, 1819) hasta la definitiva en
las puntas del arroyo Tacuarembó chico (en. 22, 1820).
17 Acta del Congreso de 7lrcumán (jul. 9 1816) declarando la tndependencta: "Nos,
los representantes de las Puas. Unidas de Sudamérica, reunidos en Congreso General,
invocando al Eterno que preside el Universo, en el nombre y la autoridad de los Pueblos
que representamos, protestando al cielo, a las Naciones y hombres todos del globo, la
justicia que regla nuestros votos, declaramos solemnemente, a la faz de la tierra, que
es voluntad unánime e indubitable de estas Puas. romper los violentos vínculos que
las ligaban a los Reyes de Esparta, recuperar los derechos de que fueron despojadas,
e investirse del alto carácter de Nación libre e Independiente del Rey Fernando VII, sus.
sucesores y metrópoli Quedan en consecuencia, de hecho y derecho, con amplio y
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pleno poder para darse las formas que exija la justicia e impone el cúmulo de sus
actuales circunstancias".
18 Mientras García proseguía sus contactos y gestiones en Río, el Director Alvarez
Thornas, el 6 de marzo de 1816, al informar al Congreso del fracaso de las gestiones
monárquicas confiadas a Sarratea Posadas, Belgrano, expresaba sus sólidas esperanzas en la misión ante la Corte portuguesa, agregando que esperaba muy pronto
"comunicaciones de algún plan importante y delicado que (García) ha anunciado a este
Gobierno; con la expresión de que se presenta una ocasión muy oportuna, pero fugitiva,
para enderezar dichos negocios". Y dos meses después, el Secretario de Gobierno. Dr.
Gregorio Tagle, alentaba a García a proseguir sus gestiones expresándole que 'el Congreso ha mostrado las disposiciones másfavorables a este respecto... y que no omitiera
medio alguno capaz de inspirar la mayor confianza a ese Ministerio sobre nuestras
Intenciones pacíficas y el deseo de ver terminada la guerra civil, con el auxilio de un poder
respetable, que no obraría contra sus propios intereses, cautivando nuestra gratitud".
García contestó enjunio de 1816, diciendo:
"Creo que en breve desaparecerá Artigas de la Banda Oriental La escuadra (portuguesa) está aquí al ancla y espera el primer viento. Conozco muy inmediato al general
Lecor; va inteligenciado en parte del plan de su gobierno y me parece un excelente
sujeto.
Nuestro amigo H (Nicolás Herrera) irá con él a Montevideo; él mismo no lo sabe aún
ni lo sabrá hasta última hora; será el punto intermedio de ése y este gobierno. Estoy
seguro que las primeras medidas que se tomen por Lecor en la Barata Oriental quitarán
a usted algunos recelillos, que es regular conserve aún. Esta es una maniobra
complicadísima y exige toda la circunspección del mundo para irla llevando sin desgracia. En muchos secretos estoy yo sólo; en algunos he puesto a nuestros amigos... Usted
conoce bien a don Carlos (Alocar), sabe sus calidades morales y su carácter en la
revolución... nada seria más peligroso el que llegase a entrar en nuestras relaciones,
por ahora... Vaya usted pensando en el sujeto que ha de tratar con el general y con H
(Herrera), esto deberá hacerse sin ruido... Cuide usted mucho que no sea un hombre
asustadizo, que sea hombre manso, callado y negociador".
Y más adelante, en otro ojlcio, expresaba: "Alarmado el Ministerio del Brasil de los
progresos que sobre el gobierno de las Provincias Unidas va haciendo el caudillo de los
anarquistas (Artigas), no ha podido menos que representarlo a Su Majestad Fidelísima
para que sin demora pusiese pronto remedio a un mal que, creciendo con tanta fuerza,
podría en poco tiempo cundir por estos sus dominios haciendo mayores estragos... ha
resuelto S.ME empeñar todo su poder para extinguir para siempre hasta la memoria
de tan funesta calamidad, haciendo de ello un beneficio que cree ha de ser agradecido
por sus vecinos. Es verdad que en todo tiempo se ha temido la injerencia de una Potencia Extranjera en disturbios domésticos, pero esta regla, demasiado general, me parece que tiene una excepción en nuestro caso".
En: ReyesAbadie, o.u
19 "EL 9 de junto se apresuró el agente García a dar cuenta del estado de su gestión, gozándose en apreciaciones que lo hacen doblemente responsable: "Yo creo que es
un error imaginar proyecto alguno de sólida prosperidad mientras sus bases no se
asienten sobre las ruinas de la anarquía que actualmente nos devora" -decía aquel
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diplomático a su gobierno, temeroso de una reacción, para luego agregar: -"Estoy persuadido igualmente, y aún la experiencia parece haberlo demostrado, de que necesitamos no solamente de la fuerza física y moral de un Poder extraño que termine nuestra
lucha. sino también deformarnos un centro común de autoridad, capaz de organizar el
caos en que están convertidas nuestras provincias". Quedan así evidenciadas las directivas y propósitos de aquellos hombres que en nada reparaban, ni siquiera en la
integridad del territorio nacional, con tal de lograr sis fines políticos. Querían detener
las consecuencias funestas del caudillismo que ellos mismos habían forjado y alentado, con su errónea política, apelando a medios militares de una nación extranjera. No
comprendían que tras aquel caudillismo alentaba el espíritu de la revolución. Se extendía García en consideraciones desfavorables contra Artigas, a quien inculpaba de la
situación, para luego confesar la impotencia de la oligarquía porteña para doblegar la
opinión nacional: "En tal situación es preciso renunciar a la esperanza de segar por
nuestras manos la fuente de tantos males. Pero como ellos son igualmente terribles
para los Gobiernos vecinos, de aquí proviene que, alarmado este Ministerio de los progresos que sobre el Gobierno de las Provincias Unidas va haciendo el caudillo de los
anarquistas" -así eran llamados los partidarios de la Federación- "no ha podido menos que representar a Su Majestad Fidelisma la urgencia de remediar en tiempo tantas desgracias, y Su Majestad parece haberse inclinado a empeñar su poder en extinguir hasta la memoria de esta calamidad, haciendo el bien que debe a sus vasallos y
un beneficio a sus buenos vecinos, que cree que será agradecido".
El convento iniciado por García bajo el gobierno de Balcarce culminó en el de
Pueyrredón. García fue el auténtico rector de toda la intriga diplomática, y tanto
Pueyrredón como el "Congreso de Tucumán" y las demás autoridades de Buenos Aires
procedieron de acuerdo a las normas que dictara aquel diplomático. En la gestión Énterna del Estado, en la política provincial e interprovíncial, procedió Pueyrredón por su
propia responsabilidad, dictando las normas a las que se sujetaron las otras autoridades; mas en lo exteriorfue superado por el genio maléfico de García. La intriga diplomática urdida por García preveía los menores detalles de la tragedia a desarrollarse en el
Río de la Plata, no descuidando alentar a su gobierno con informes minuciosos:
"La escuadra está al ancla, esperando el viento" -decía García.- Artigas creo que
dejará, luego, de molestar esa Provincia. Hay sus intriguillas de marinos que temen la
estación, pero creo que no prevalecen". Asegurada ya la invasión, García da las últimas instrucciones a seguir: "He tratado muy de cerca al general Lecor, me parece de
buen carácter va bien instruido. Nuestro amigo H." -se refiere al oriental don Nicolás
Herrera- "estará luego en Montevideo. El mismo no lo sabe, ni se lo diré hasta la última
hora El será el depositario de nuestras comunicaciones, y así serán más prontas y
seguras. Será además encargado de otras cosas. Las primeras medidas de Lecor pienso que inspirarán confianza Esta es maniobra complicadísima y se necesita la circunspección del mundo para salir sin desgracia Vaya Ud. pensando en el sujeto que ha de
acercarse a tratar con H... y él general, que sea sin ruido, y que tal hombre sea sobre
todo manso, callado y negociador. ¡Por Dios!, que no sea asustadizo, ni de aquéllos que
todo lo quieren en un abrir y cerrar de ojos. Luego irán ciertas bases que pudieran ser
del negocio. Prevengo a Vd. que don Carlos" -refiriéndose a Carlos Federico de Lecor"es el mismo; su carácter ya debe Ud. conocerlo bien, y hasta estoy comprometido para,
esta noche a una gran sesión"
En: Edmundo Favaro, Arllgas, El Directorio, el Congreso de Tucumán y la Invasión Portuguesa
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20 En el Pacto de Avalos, celebrado el 24 de abril de 1820 entre los representantes
de la Banda Oriental, Corrientes y Misiones, se deposita en el Jefe de los Orientales la
decisión de la guerra y de la paz, comprometiéndose éste, a su vez, a no celebrar
tratado alguno que no asegure la libertad e independencia de las Provincias pactantes
y a no perjudicar en nada la elección de los gobiernos provinciales y su administración
económica, de acuerdo a los principios de la Federación (arts. 2, 4 y 5).
Este pacto por tanto estructura institucionalmente, en los últimos momentos del
artiguismo, la Liga Federal. Hasta 1820 su naturalezajurídica es la que hemos dado
en los párrafos precedentes. A partir de entonces, por pacto expreso, se deposita en el
Jefe de los Orientales la conducción de la guerra y de la paz, es decir la parte fundamental de la política exterior, dejándose a cada provincia en el goce de su libertad e
independencia- De acuerdo al artículo 6, las Provincias Pactantes entran en una Liga
Ofensiva y Defensiva, hasta la reunión de un Congreso General. Es el viejo concepto
tnstitucional artiguista de un primer estado de pactos interprovinciates. seguido de una
etapa de organización -en base a principios federativos- a cargo de un Congreso Constituyente Nacional que se repite. una vez más, en el trágico momento de la derrota y de
la deserción.
30) Hasta Buenos Aires se sacude ante la marea federal. El movimiento de abril de
1815, llamado de Fontezuelas, fue -dicho con palabras de Alvear- "el gran triunfo de
Artigas".
Inmediatamente después de producido, el Director sustituto, Alvarez Thomas, envió
a Bruno Rivarola y Blas Pico ante el "benemérito" José Artigas. Los trece artículos de
sus instrucciones revelan un avance firme del federalismo. Es de sumo interés ver
cómo los conceptos institucionales del artiguismo se encuentran en este documento,
que parece tener hasta sus fuentes formales en conocidos documentos orientales. Por
ejemplo, el artículo 1 reproduce el proceso de integración institucional que hemos visto
en el convenio con Amaro y Candiott y el artículo 3 habla de "alianza ofensiva y defensiva".
EL proyecto de tratado presentado por Amigas en la ocasión es del más grande
interés.
Por el artículo primero se exige el reconocimiento contractual del acta del 5 de abril,
que es una sistematización perfecta, que ya hemos visto, del concepto autonómico de la
Banda Oriental y de la forma de integración nacional Por el segundo, que no es del
caso estudiar aquí, se afina el pensamiento artigulsta sobre la retroversión de la soberanía al comienzo de la revolución.
Pero se reconocía la base instrumental Se disentía en el aspecto real de a qué
provincias se extendería la protección de Artigas y en pequeñas cuestiones derivadas
de las indemnlzaciones, lo que hará, en definitiva, que también fracase esta gestión.
En: Gros Espiell, o.c.
21 La lucha militar contra el Gral. entrerriano Francisco Ramírez, llevó a Artigas a
sucesivas derrotas de las que no se repuso como en Las Guachas (jun. 13, 1820), Las
Tunas Uun. 24), Avalos (Jul. 24), que lo obligan a internarse en Misiones.
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Montevideo: 1963. 5v.
INDICE GENERAL
La grandeza de Artigas ........................ pág. 3
Mensaje a los maestros... ..................... pág. 5
Artigas: su acción política y militar ...... pág. 7
Los Orientales en armas .................... pág. 11
Artigas y la Liga Federal .................... pág. 22
Notas documentales ..........................
pág. 33
Bibliografía........................................
pág. 65
Impreso en el Dpto. de Publicaciones e Impresiones del C.E.P.
en el año 1999 con una tirada de 2.500 ejemplares
Depósito Legal N° 306.202/99

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