Tratamiento de anglicismos en el DEU
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Tratamiento de anglicismos en el DEU
Análisis del tratamiento de anglicismos en el DEU Este trabajo se presenta como pasaje de curso del Seminario de Lexicografía Hispánica del primer semestre de 2012 de la Licenciatura en Lingüística de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Su objetivo fundamental es estudiar el tratamiento de las voces provenientes de la lengua inglesa presentadas en el Diccionario del español del Uruguay (referido como DEU de aquí en más) publicado por la Academia Nacional de Letras en 2011. Es esta monografía una obra de lexicografía teórica o metalexicografía, como lo denomina Haensch (1987: 30). Mientras haremos alguna referencia a la larga historia del DEU y su creación, no será ella objeto de estudio en este trabajo. Comentaremos brevemente la estructura de los diccionarios utilizados, su tipología y su finalidad, pero nos concentraremos en un solo aspecto, el tratamiento que en ellos reciben los préstamos de la lengua inglesa. Metodología El presente trabajo se realizó en diferentes etapas. En primera instancia hicimos un breve relevo bibliográfico. Luego, compilamos el corpus en dos momentos separados, cada uno correspondiente a las voces encontradas tanto en el DEU como en el NDU. El corpus consta de la lista completa de términos considerados anglicismos o provenientes de la lengua inglesa, tanto en el DEU como en el NDU. Con respecto a la macroestructura buscamos saber cómo se despliega; qué anglicismos se incluyen y cuáles no. Se observa también si hay casos en que falta alguna palabra o locución que provenga de la lengua inglesa que sea frecuentemente utilizada en Uruguay y no esté en el diccionario, o si ocurre el caso inverso también. Es de notar si están escritos en cursiva o no; si se maneja la ortografía original, en inglés, o si se aplican las reglas del español, y cuáles podrían ser las razones detrás de estas decisiones. La microestructura es, a su vez, objeto de estudio. Observamos concisamente si los préstamos del inglés reciben un tratamiento similar a los del español y si existe alguna explicación sobre la etimología de la palabra en la lengua de origen. Consideramos de interés estudiar las áreas temáticas en que se concentran más anglicismos. Asimismo, tomamos nota de casos de resemantización. 1 En una última instancia, comparamos los datos obtenidos del DEU con aquellas entradas de similares características en el diccionario de Úrsula Kühl de Mones sobre uruguayismos. Debido a una diferencia entre ellos de casi veinte años detallamos los cambios significantes que se condicen con los cambios del mundo en este período de tiempo. Damos cuenta de ellos y describimos las diferencias y similitudes en el abordaje del tema. Macroestructura del DEU El DEU es un diccionario que busca reflejar la lengua hablada por los uruguayos en la actualidad, es decir, es sincrónico y descriptivo. Tiene un carácter lingüístico y es monolingüe en español. A su vez, es una obra de tipo semasiológico, pues parte de la palabra y va hacia el significado. Es contrastivo con el DRAE y tiene una ordenación alfabética directa. Las entradas se encuentran en negrita, comienzan con minúscula y están separadas de las marcas y definiciones por un punto. Los lemas se componen tanto de palabras como de locuciones con distintas funciones gramaticales. Es franca mayoría la aparición de palabras la de las locuciones. Esto es así para el diccionario en general pero es también verdadero para los anglicismos. También en el preámbulo del DEU (2011: 16) tenemos información cuantitativa; este diccionario cuenta con 9.117 artículos en total, 1.276 de los cuales no son de origen español. Esta cifra representa un 14 % del total. Esta es una cantidad considerable y, si recorremos la lista de entradas, encontramos préstamos y extranjerismos del inglés pero también de otras veintiocho lenguas. Mirando esta lista en detalle, encontramos diferentes lenguas romances, varias indígenas y algunas africanas, entre otras. Incluimos dentro de este número, además, las palabras derivadas de los préstamos, como son overloquista derivada overlock o champañera derivada de champagne. Se optó por este procedimiento pues, si un anglicismo crudo genera otros derivados, ya no es solo una unidad léxica, sino que lo podemos considerar un «elemento productivo de formación de palabras», en términos de Haensch (1987: 32). Lengua Número de entradas inglés 403 portugués 227 francés 184 italiano 143 2 guaraní 78 quechua 75 latín 45 genovés 41 alemán 12 mapuche 11 napolitano 10 quimbundo 8 japonés 5 gallego 5 milanés 4 griego 4 bantú 4 árabe 4 nahua 2 escocés 2 turco 1 tupí 1 ruso 1 lenguas escandinavas 1 hebreo 1 húngaro 1 guanche 1 danés 1 chino 1 Cuadro 1: Número de entradas en el DEU provenientes de lenguas extranjeras. Como se aprecia en el cuadro, la lengua con mayor presencia es el inglés con más de 400 vocablos (más de 31 % de los extranjerismos) y casi el doble en relación a la lengua que se encuentra en segundo lugar. Seguidamente, se encuentran el portugués, el italiano y el francés que son todas romances y aportan cerca de 200 artículos cada una. En un tercer nivel, con cerca de 80 entradas cada una, podríamos colocar las lenguas indígenas como el quechua y el guaraní. El latín, por su parte y su historia particular con el español, tiene cerca de 40 entradas, 3 un número similar al del genovés. Finalmente, las lenguas con menor influencia, con menos de 15 términos, se distribuyen de forma muy variada; algunas son asiáticas, otras africanas, indígenas y europeas también. Todos los préstamos, no solo los anglicismos, están distribuidos a lo largo de todo el diccionario, algunos en cursiva y otros en redondas. En relación a los artículos provenientes de la lengua inglesa, más de un 60 % (246 en 403) mantiene las cursivas y cerca de un cuarenta por ciento (157 en 403) ha sido adaptado a la grafía española. Por otro lado, la integración estructural varía entre que la palabra conserve totalmente sus rasgos originales y que estos desaparezcan por completo. Algunos anglicismos que conservan sus rasgos originales son, a modo de ejemplo, backstage, outsider y walkman. Estos tres casos, en cursiva en el DEU, mantienen su grafía, su pronunciación y su significado original. La información proporcionada en la introducción al DEU (2011: 18) constata que los préstamos «que presentan combinaciones de grafemas ajenas al español o cuya correspondencia grafema-fonema no pertenece al español» se encuentran en cursivas, como ya dijimos. Inferimos de esto, que estos vocablos mantienen la pronunciación del inglés. Así, podemos contrastar los vocablos del párrafo anterior con ejemplos como aerobismo, bugui y rédial, en redondas en el DEU, que han mantenido su significado semántico pero han sido acomodados según las reglas ortográficas del español como consecuencia de un cambio ocurrido en su pronunciación (o viceversa). A su vez, encontramos casos tales como back, country y full, presentados en cursivas en el DEU, que, aunque mantienen su forma de escritura y su pronunciación (como aparecen en cursivas, debemos asumir que se leen como en inglés), han sido resemantizados. Mientras que en la lengua anglosajona tienen significados generales, en su pasaje al español se restringe su significado o se restringen a ámbitos específicos. Para ilustrar este fenómeno, vemos el caso de country, que en inglés describe un territorio o pedazo de tierra pero en español refiere a un tipo de vivienda ubicada en el campo; otras palabras como back o full, restringen su uso en español a ámbitos específicos, al fútbol y a la descripción de vehículos, respectivamente. Cabe aclarar para este último lema, que existe también en el DEU la locución adverbial a full como una entrada separada y con un significado no restringido. Es de especial interés puesto que esta secuencia no se encuentra en el inglés. 4 Como vemos, estos dos niveles de adaptación se pueden combinar de varias maneras. Podríamos decir, dado el porcentaje importante de anglicismos en cursivas —60 % mantienen su grafía original, como ya mencionamos—, que la mayor parte de los anglicismos no han sufrido aun una incorporación estructural completa a nuestra lengua y mantienen algunas o todas de sus características originales. Si pensamos en esta como una primera instancia de un proceso más largo, tendríamos que esperar para el futuro incluso mayores cambios en pronunciación, escritura, y hasta semántica en extranjerismos de este tipo. Haensch (2005: 250) atiende a los adjetivos en inglés que entran al español con función de sustantivos. Un ejemplo que menciona es el de strapless, con el que contamos en nuestro corpus, y al que podemos agregar baggy. También vemos el caso inverso, sustantivos en la lengua original que han sido adjetivados en su ingreso al español, como aconteció con fashion. Otro ejemplo de intercambio similar es la del verbo inglés stretch que en nuestra lengua hace las veces de un adjetivo. Incluso otro comentario que hace el lingüista alemán es la descripción de los calcos léxicos como «una posibilidad de adaptar el anglicismo fonéticamente y morfológicamente al sistema del español» (2005: 250). Las voces que nominamos para ejemplificar esta situación son aerobismo, trazabilidad y tampón. Se ven y se oyen como español y es muy difícil sospechar o reconocer el origen foráneo. Microestructura del DEU Empecemos el estudio de la microestructura examinando las definiciones. Según apunta la introducción del DEU, «constituyen, en la medida de los posible, una unidad sintáctica equivalente al lema. Pueden ser perifrásticas, sinonímicas o explicativas» (2011; 21-22). Hemos encontrado en nuestro corpus de los tres tipos. Un ejemplo del primero es la definición de esténcil en la que identificamos el hiperónimo al comienzo y luego información extra, como se muestra a continuación: «patrón de plástico, metal o papel para estampar dibujos o letras». Del segundo tipo, vemos ejemplos como hand, definida con su sinónimo del español «mano». Estos estilos de definiciones, nos aclara el equipo del DEU, cumplen con el principio de sinonimia, es decir, la posibilidad de sustituir el lema por la definición en contextos específicos, y a su vez, son las más utilizadas en relación a los anglicismos. La última manera de definir una palabra es de forma explicativa. Esta manera es muy similar a las definiciones perifrásticas, con la salvedad de que no puede cumplir la ley de sinonimia por su extensión y contenido 5 aclaratorio. A modo de ejemplo, contamos con rap definido como «estilo musical de fines del siglo XX, popular, de melodía poco variada, ritmo rápido y letra recitada con rima marcada». Pasamos luego a analizar si los anglicismos se agrupaban en ciertas áreas temáticas, y en caso de hacerlo, en cuáles. Para ello, tomamos en cuenta las marcas colocadas en las entradas. No obstante, ni las marcas sociolingüísticas de registros específicos ni las técnicas son abundantes en las entradas que nos interesan a nosotros, por lo que no tuvimos más opción que apoyarnos en la búsqueda de esta información en las definiciones propiamente dichas. Es así que proponemos las categorías que se presentan en la gráfica sucesiva. Cuadro 2: Porcentaje de anglicismos por área temática. Con respecto a los ámbitos de uso que se abarcan, vemos que el que está más representado es el área de los deportes, especialmente, el fútbol. Algunos ejemplos en esta categoría son knock out, coach y foul. Muy de cerca sigue el área de la comida y bebida, con términos como cheese cake, diet y Manhattan. Luego aparece la cría de animales que incluye, sobre todo, razas de perros, bovinos, ovinos, porcinos, caballos y gallos y gallinas. Por ejemplo, beagle, orpington y suffolk. También con presencia considerable se encuentra el área de la informática con vocablos del tipo cliquear y link. Seguidamente, aparecen la moda y la ropa por un lado, con voces como baggy y tweed; y la música y la televisión, por otro, con la misma cantidad de casos. Un par de ejemplos en esta categoría son backstage y long play. Vemos también, las palabras de construcción y vivienda como penthouse y living y las relacionadas al 6 mundo del comercio y la economía como broker y outlet que son bastante menos. Los artículos que tienen que ver con el transporte (combi y kart) son aun menos. La última categoría es la de juegos de azar, de apuestas y de niños con palabras como bridge y blackjack. Todas las voces que no se ajustan a estas categorías, fueron ubicadas en otros y representan un porcentaje del 24 % del total de los anglicismos estudiados. Lo que podemos apreciar de este recuento es que si bien hay porcentajes muy dispares, las categorías son diversas y, considerando el total de anglicismos de partida, parecen estar repartidos de forma muy pareja. En esta dirección, constatamos que el inglés está incorporado en todos los espacios de la lengua y no se restringe a unos pocos. Con respecto a las categorías gramaticales, vemos en el cuadro a continuación cómo se distribuyen en el corpus encontrado según porcentajes. Cuadro 5: Porcentaje de anglicismos en el DEU en cada categoría gramatical. Como se evidencia en la gráfica, hay una clara mayoría de sustantivos, contando como tal los nombres y las locuciones sustantivas. Dentro de esta categoría, los sustantivos masculinos son casi tres veces más que los femeninos. Debemos mencionar aquí, a los sustantivos que se han creado a partir de marcas comerciales registradas, como draipén y róyal, que además han sido adaptados gráficamente casi por completo. En segundo lugar, siguiendo un criterio cuantitativo, hallamos a los adjetivos y las locuciones adjetivas. Luego, aparecen los verbos, de los cuales los transitivos son más del doble que los intransitivos. Finalmente, aparecen los adverbios y las locuciones adverbiales. Como un comentario aclaratorio, debemos 7 mencionar que el número de locuciones está muy por debajo del número de palabras en cada categoría, salvo en la de los adverbios en la que es mayor la cifra de locuciones adverbiales. Acerca de otros tipos de marcas, podemos observar diez de ellas referidas a las voces inglesas. Es de hacer notar que ninguna palabra inglesa presenta marcas diatópicas que, en esta obra, refieren a regiones o departamentos dentro del Uruguay, con excepción de una única entrada. Chevelé tiene marca del departamento de Treinta y Tres. Podemos inferir que se usan de manera equitativa en todo el país y ninguna tiene un uso geográfico restringido. Las diez marcas abarcan cuatro tipos distintos: las sociolingüísticas (prestigioso, popular, espontáneo y esmerado), las pragmáticas (despectivo y festivo), las de uso (obsolescente y poco usado) y las geográficas (urbana). Dentro de los 403 términos anglosajones, encontramos 92 marcas distribuidas en 74 artículos. Es decir, algunos vocablos contienen más de una marca, pero muchos no poseen marca alguna. Se manifiestan las marcas no gramaticales en el gráfico a continuación, discriminadas por tipo y con la cantidad de ocurrencias. Cuadro 6: marcas que presentan los anglicismos en el DEU. Al leer los datos proporcionados, notamos que el inglés virtualmente no se usa de forma despectiva, ni en registros prestigiosos, ni en el habla de las comunidades más jóvenes ni con intencionalidad festiva pues, en su mayoría, los anglicismos registrados en el DEU carecen de marcas de este tipo. Algunos ejemplos de entradas con estas marcas son jipillo, break, pogo, skinhead y number one. Sí se usa más frecuentemente, en cambio, en ámbitos urbanos o en conversaciones espontáneas, con casos como show, staff, office y sexy y aparecen, aunque 8 desciende su empleo, tanto en el habla esmerada (como coffee break o training), como en estratos socioculturales más populares o bajos. Algunos vocablos utilizados en estas circunstancias son espiche y fóbal. Los números que más sobresalen son los resultados de ambas marcas de uso, tanto poco usado como obsolescente. Esto no implica que los anglicismos vayan a descender ya que el número total viene en aumento unas pocas desaparecen pero muchas entran al español. Esta información simplemente insinúa que hay varias voces que se usan poco o nada, especialmente si las comparamos con el resto. Los vocablos marcados con poco usado pueden explicarse quizás porque han entrado recientemente a la lengua y no se han extendido aun o pues su uso se restringe a zonas o ámbitos específicos, como puede ser el caso de bagashopping y skinhead. Por otro lado, encontramos los vocablos que se marcan con obsolescente. Probablemente estén incorporados hace tiempo pero la comunidad lingüística haya encontrado reemplazos más adecuados en español, como puede haber ocurrido con centroforward (registrado solo en el NDU) para el más reciente centreforward (registrado en ambos diccionarios) y a su vez pueden ser actualmente sustituidos por centro delantero. Si continuamos desmembrando las entradas lexicográficas, llegamos al lugar de la pronunciación. No es un detalle menor la ausencia de esta en todas las entradas de este diccionario. Es entendible para aquellas entradas de la lengua hispana, puesto que la relación entre la ortografía y la pronunciación en español es muy transparente. Sin embargo, si nos concentramos en los extranjerismos, como en este trabajo, vemos cómo esto puede ser un problema para un usuario con poco o ningún conocimiento de otras lenguas. En este respecto no nos referimos únicamente al inglés, sino también a vocablos de otras lenguas que no están adaptados a un grado tal que la lectura sea fácilmente descifrable. Para el caso del inglés, podemos estudiar lo que ocurre con chat, que tiene la misma pronunciación en español y en inglés y que además esta coincide con su grafía. Pero si observamos más atentamente, lo que ocurre con diet es que la pronunciación es /ḍáiet/ y no se asemeja en nada a lo que un hispanohablante sin conocimiento alguno de inglés podría esperar. En este último vocablo quizás sí sería útil tener la pronunciación dentro del artículo lexicográfico. Dicho esto, no estamos seguros que un hablante común de la lengua hispana logre entender la pronunciación de una palabra en el IPA o el RFE. 9 Por otro lado, hallamos ejemplos en cursiva, como animal print, cash, kinder, loft, shot y staff que, si bien presentan combinaciones de letras poco usuales para el español, no generarían problemas de lectura para un hispanohablante sin conocimiento de inglés. Por su parte, en su comentario sobre anglicismos en el DRAE, Domínguez Mejías (2008: 30) menciona la falta de información referente a la formación del plural en casos en que es dudosa. La autora aboga por que se incluya alguna sugerencia para uniformizar el uso. En concordancia con esto, distinguimos en el DEU voces como link y voucher que no presentan problemas para seguir las reglas de la formación de plurales española de adición de <s> o <es> final, salvo en algunas excepciones en que permanecen incambiadas. Sin embargo, casos como piyama party y pool no son tan transparentes y podrían presentar dudas con respecto a sus plurales. Comparación de anglicismos con el NDU El Nuevo diccionario de americanismos es el tercer tomo, el correspondiente a Uruguay, de un proyecto de la universidad alemana de Augsburgo. Es una obra diferencial o contrastiva con el español de España, de carácter lingüístico, sincrónico y monolingüe en español como el DEU. Es también semasiológico, contrastivo, descriptivo y tiene una ordenación alfabética directa. Las entradas se encuentran en negrita, comienzan con minúscula y se encuentran separadas de las marcas y definiciones por un espacio. Todas aparecen en redondas, incluso la totalidad de los extranjerismos. En este diccionario no se incluyen marcas de origen, ni etimología, ni marcas de regionalismos. El número total de anglicismos en esta obra es bastante menor que en la más contemporánea. De los más de 400 préstamos ingleses en el DEU, solo 86 se repiten en el NDU, con una diferencia de veinte años. A pesar de esto, se observaron 30 ocurrencias que no existen en la obra más reciente, aunque algunas son variaciones gráficas de entradas que ya existen. Entre las notas que realiza Elizaincín (2006: 131-132) sobre la planificación lingüística explica la necesidad de eliminar las formas en desuso del diccionario para que no pierda su practicidad. Entendemos por esta razón la desaparición de estas treinta formas que aparecían en el NDU pero ya no en el DEU. Del total de formas que encontramos únicamente en el NDU, solo dos de ellas tienen marca de obsolescente y una de voz histórica. 10 Obtenemos un total de 116 anglicismos en el NDU, esto es casi cuatro veces menos que la obra con la cual estamos contrastándolo. Se refleja de este modo la influencia gradualmente creciente de la lengua inglesa sobre la española, al menos desde una mirada lexicográfica. Estos lemas repetidos parecen referirse, casi exclusivamente, a una de las siguientes tres categorías; deporte, ropa y moda, y vivienda y construcción. Las primeras dos categorías, deporte y ropa y moda, coinciden con la lista de prelación en el DEU y la última, construcción, está en una posición muy parecida en la lista de categorías ordenadas por número de entradas. A partir de estos datos, podemos afirmar que, no solo han entrado más voces en estas categorías, sino que estas han subsistido y mantenido su proporción a través de los años y el uso. Concentrándonos en las marcas que reciben los anglicismos en el NDU, vemos que, al igual que en el DEU, no poseen muchas marcas estilísticas o gramaticales. También, la gran mayoría de los anglicismos son sustantivos (a su vez, es mayor el número de sustantivos masculinos que de femeninos) y encontramos muy pocos vocablos de otras categorías. Con respecto a las definiciones, no encontramos mayores diferencias en la masa de las entradas. Sí podemos afirmar que los cambios hechos han mejorado las acepciones haciéndolas más claras y concisas, y muchas veces, más breves también. Hemos observado que el DEU parece ser más económico en comparación con el NDU ya que, en este último, se dan situaciones como la siguiente. A ambas entradas básquetbol y basketball del NDU las sigue la definición completa del juego de pelota, cuando una podría referenciar a la otra, como es la tradición lexicográfica cuando ocurren variantes de este tipo. El DEU, por su parte ya ni siquiera incluye el anglicismo puro. Por otro lado, basquetbolero, -a es definido por Kühl de Mones como «jugador de básquetbol», mientras que la Academia lo hace como «persona aficionada al básquetbol». Estos son cambios mínimos, puesto que aficionado es más abarcativo y puede ocasionalmente incluir a jugador. Distinto es lo que sucede con espiche que significa «discurso o exposición de ideas muy largo y tedioso» en el NDU, pero «discurso breve», es decir, exactamente lo contrario en el DEU. Comentarios finales No queda ninguna duda que el DEU significa un gran avance en lo que es el estudio de la lengua y la lexicografía en el Uruguay. Ha resultado un diccionario muy práctico y de 11 cómodo manejo para el usuario común de la lengua y para los más expertos también. Se nota un gran esfuerzo por hacerlo los más completo y fiel al habla uruguaya actual posible y creemos que lo han logrado; se reconoce el habla urbana, la rural, la de los jóvenes y distintas jergas, entre otras muchas más; al mismo tiempo presenta extrema uniformidad en la presentación de la información lexicográfica. Podríamos concluir entonces, que el habla actual de los uruguayos se sirve de la lengua inglesa, entre otras, para funcionar. No solo esto, sino que los hablantes uruguayos ya han utilizado la característica productiva de la lengua para generar derivados de voces inglesas. Conjuntamente, estos vocablos ingleses se encuentran en diferentes grados de adaptación al español, algunos mantienen su forma original, otros no conservan ningún rasgo del inglés y otros están en diversos lugares entre estos dos polos. Entendemos que la pronunciación es sustancial cuando se trata de extranjerismos y podría resultar de utilidad incorporarla en futuras ediciones del DEU, quizás. Otro aspecto que podría ser ventajoso añadir en una próxima edición es el de la pluralización de lemas que podría dar lugar a confusión. 12 Referencias bibliográficas y fuentes ACADEMIA NACIONAL DE LETRAS. 1000 palabras del español del Uruguay. Montevideo: Academia Nacional de Letras, 1999. ACADEMIA NACIONAL DE LETRAS. Diccionario del español del Uruguay [DEU], Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 2011. B. DE ALBERTI, EUGENIA, R. 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