Trabajadores de Mali: acabar con la explotación laboral

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Trabajadores de Mali: acabar con la explotación laboral
Trabajadores de Mali: acabar con la explotación laboral
Trabajadores de Mali: acabar con la explotación laboral
Hace casi dos años, unos 80 trabajadores de Mali se dirigieron a CC.OO. de Madrid para denunciar que una
empresa llamada Limpiezas Tajo les ofreció empleo y arreglar sus papeles al precio de 300 euros por persona y
contrato.
Javier López
Una empresa que ya había sido denunciada por un periódico por estafar a trabajadores latinoamericanos. Salarios
impagados, estafa por venta de contratos y ofertas de trabajo para acceder a la regularización eran prácticas habituales
de los tres socios de la empresa que actuaban en connivencia con una gestoría.
Después de dos años de esfuerzo sindical los trabajadores han empezado a ver la luz al final del túnel en forma de
permisos de residencia y de trabajo concedidos por la Delegación del Gobierno en Madrid. Por el camino, las
dificultades han sido tremendas. Informes de la Inspección de Trabajo. Actuaciones de la Justicia. Tramitaciones
facilitadas por la Delegación del Gobierno. Un cambio en la normativa de acceso a la residencia aprobado por el
Gobierno español, en julio de 2006, que permite la regularización por causas extraordinarias si existe colaboración con
la autoridad administrativa.
En Madrid residen un 20 por ciento del total de inmigrantes que viven y trabajan en España. La población inmigrante
supone más del 15 por ciento del total. Según tomemos en cuenta los datos del Instituto Nacional de Estadística o del
padrón municipal de habitantes podemos estimar que, de casi un millón de extranjeros empadronados en Madrid, entre
250.000 y 400.000 siguen viviendo en situación de irregularidad. Es decir, viven en Madrid, se ganan la vida, trabajan
sin contrato y en muchos casos se ven sometidos a situaciones de explotación laboral socialmente invisibilizadas.
En Madrid hemos dado un paso adelante para combatir las redes de tráfico, extorsión, explotación y estafa a los
trabajadores inmigrantes. Un paso cuyos resultados servirán aquí y en otras comunidades autónomas para mejorar los
mecanismos de integración laboral y social de las personas inmigrantes, lo cual constituye un elemento esencial para
nuestro futuro.
Pero un paso que ha exigido demasiado tiempo y mucho trabajo. Casi dos años para empezar a recibir las primeras
autorizaciones de residencia son demasiado tiempo y ponen de relieve una maquinaria poco engrasada para abordar
estos problemas, así como poco hábito de cooperación entre las administraciones. La autoridad laboral madrileña, la
Comunidad Autónoma, ha brillado por su ausencia, por poner un ejemplo significativo. La Inspección de Trabajo, la
Fiscalía, la Delegación del Gobierno y la Consejería de Empleo, como en el caso de la salud laboral, deberían de
trabajar de forma ágil y unida ante problemas como el que viven los trabajadores de Mali.
Nadie se ha molestado hasta el momento en poner en marcha la comisión tripartita formada por Comunidad de Madrid,
Delegación del Gobierno y empresarios y sindicatos, similar a la existente en el Estado, para estudiar y abordar los
problemas de integración laboral de las personas inmigrantes.
El Gobierno regional se ha negado sistemáticamente a abordar con empresarios y sindicatos el compromiso de negociar
un pacto por la igualdad de oportunidades de los inmigrantes.
El objetivo no debe ser otro que garantizar la protección jurídica del trabajador inmigrante explotado que denuncie su
situación, evitando su expulsión y dotándole de documentación provisional como persona protegida. El objetivo debe
ser agilizar las tramitaciones de regularización.
Para ello es necesario dotar de protección laboral y social a estas personas. Aumentar el número de inspectores que
combaten estas situaciones, así como una actuación más coordinada y conjunta de las administraciones.
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Trabajadores de Mali: acabar con la explotación laboral
El problema de la explotación laboral de las personas inmigrantes existe aunque no queramos verlo. Podemos
permanecer inactivos y esperar a que los problemas se agudicen y terminen estallando en un futuro muy próximo o
podemos ser activos en el combate por la igualdad y la integración laboral y social como mejores mecanismos para
convivir en libertad. Los trabajadores ya hemos decidido. El caso de los trabajadores de Mali es un buen ejemplo. No
vamos a escatimar tiempo ni trabajo.
Javier López, secretario general de CC.OO. de Madrid
CCOO de Madrid
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