Conga crítica. Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Año 2010.

Transcripción

Conga crítica. Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Año 2010.
En
su ya famoso poema, A
Julia de Burgos, Julia desnuda toda la
mentira sobre la mujer de la sociedad
capitalista. Pocos trabajos tienen la
contundencia y claridad ideológica de
éste poema. En él no solo se denuncia la
condición de la mujer, sino que se presenta
la alternativa en una sociedad justa, donde
reine la equidad y no la opresión. Nos dice
en lo que se convierte la mujer que está
apresada por la imagen que de ella se ha
hecho en esta sociedad, por la imagen que
nos venden los libros de texto y los medios
de comunicación, por los estereotipos que
pretenden sean los sueños de las hijas de los
trabajadores, los modelos de la enajenación
social: ropaje, fría muñeca de mentira social,
miel de cortesana hipocresía, egoísta, grave
señora señorona. Denuncia la opresión a la
que es sometida: eres de tu marido, de tu
amo, casera, resignada, sumisa, atada a los
prejuicios de los hombre, que es mandada
por todos, esposo, padre, parientes, curas, el
modista, el teatro, el casino, el auto, las
alhajas, el banquete, el champan, el cielo y
el infierno, y el qué dirán social.
A esa imagen ideológica de la mujer en
la sociedad capitalista presenta la otra
mujer, la luchadora, la opuesta al orden
capitalista, la liberada, la que sostiene la
antorcha para quemar las injusticias. Con
la voz de la autora personifica la liberación
femenina: es esencia, viril destello de la
humana verdad, corazón desnudo,
jugándose a ser lo es, es vida, fuerza,
mujer; es de nadie y de todos porque se da
en su limpio sentir y pensar, se siente
rocinante corriendo desbocada, buscando
horizontes de justicia, en ella solo manda
su corazón, se siente flor de pueblo y,
sobre todo, paladín de muerte en lucha
contra esa imagen de la mujer
capitalista.
Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada
de las luchas de su pueblo. Todo lo contrario, se ubica junto
a éste:
Cuando las multitudes corran alborotadas
dejando atrás cenizas de injusticias quemadas,
y cuando con la tea de las siete virtudes,
tras los siete pecados, corran las multitudes,
contra ti, y contra todo lo injusto
y lo inhumano, yo iré en medio de
ellas con la tea en la mano.
En este Día Internacional de la Mujer Trabajadora
queremos rendir honor a las miles de mujeres que con sus
reclamos y sus luchas, entregando su libertad, y en muchos
casos sus vidas han ido forjando nuestra nación abriéndose
paso con conquistas puntuales. Desde distintas trincheras,
pero todas luchando contra la opresión, la discriminación,
por la justicia social, por la libertad individual y por la
independencia nacional han aportado a la formación de
nuestro pueblo.
Un boletín no es suficiente para hablar de todas ellas.
Todas merecen vivir en nuestra memoria. Más aún, todas
merecen vivir en la memoria de nuestros y nuestras jóvenes,
hijos e hijas. El pueblo de Puerto Rico no puede darse el
lujo de olvidar a quienes lo han defendido entregando su
libertad y su vida por forjar un futuro mejor.
Las mujeres que aquí mencionamos, apenas aparecen en
los libros oficiales de la historia de la colonia. María de las
Mercedes Barbudo, reconocida por muchos como la primera
mujer independentista. Celestina Cordero Molina, maestra a
mediados del siglo XIX, lo más que se menciona de ella es
haber sido hermana mayor del maestro Cordero, sin negar
los méritos de éste habría que reconocer que posiblemente
fue su modelo y junto con él, propulsora de la educación
pública y educadora de negros. Su vida y obra está todavía
por rescatarse.
Del período que desemboca en el grito de Lares, se
puede mencionar a Mariana Bracetti, Obdulia Serrano,
Francisca Brignoni, María Vázquez y Romana Galindo.
Por supuesto, la siempre presente autora de nuestro
himno revolucionario, Lola Rodríguez de Tió.
Posiblemente la que mejor ejemplifica el poema de Julia
de Burgos es la incansable luchadora por la clase obrera y
las reivindicaciones
de la mujer, Luisa
Capetillo
(18791922)
feminista,
anarquista
y
sindicalista, que supo
vivir
según
sus
principios.
El Nacionalismo
conoció una gran cantidad de mujeres extraordinarias.
Mencionarlas es siempre pecar por no incluir alguna. El
calibre humano, sensible, solidario, de entrega total a sus
principios, de luchadoras incansables, de humildes
revolucionarias, son ejemplo para las generaciones actuales:
Laura Meneses, esposa de Albizu y con méritos propios,
Rosa Collazo, Isabel Rosado Morales, Lolita Lebrón,
Blanca Canales Torresola, Juanita Ojeda, Carmín Pérez y
Doris Torresola Roura.
Cerrando y siendo transición de toda una época,
fundadora de la Liga Socialista, luchadora por la clase
obrera y las reivindicaciones de la mujer, militante
comprometida con la lucha por la independencia y el
socialismo, Consuelo Lee Tapia, cariñosamente conocida
como doña Consuelo.
Luchas más recientes nos hacen reconocer a un grupo de
valientes luchadoras por la independencia que en su
militancia conocieron la perdida de su libertad, y que se les
conoció como prisioneras de guerra. Acusadas de ser
miembros de las FALN
nos recuerdan, además,
que gran parte de la
nación
puertorriqueña
vive exilada en los
EE.UU.
Son ellas,
Carmen Valentín, Lucy
Rodríguez,
Alicia
Rodríguez, Alejandrina
Torres, Dylcia Pagán y
Haydée Beltrán. Estas no
son todas. hemos dejado
fuera las que pertenecen
a
los
nuevos
movimientos sociales, políticos, clandestinos y sindicales,
luchadoras por los derechos de la mujer, de las
comunidades, solidarias contra la represión e incluso las
miles de víctimas de éste sistema capitalista colonial por su
condición de mujer, por no pertenecer a las elites sociales,
por ser parte de la clase obrera, de las comunidades pobres,
de los marginados, como Adolfina Villanueva.
A todas, las pasadas y las presentes, a las clandestinas,
que por razones obvias no se les menciona, gracias por su
ejemplo y compromiso de lucha.
A todas las mujeres, principales víctimas de las
consecuencias de la llamada "crisis económica" de la
colonia, vaya nuestra solidaridad. El día internacional de la
mujer trabajadora en el Puerto Rico de 2010 es un grito de
lucha contra este gobierno opresor que ha tirado el peso de
la crisis sobre las mujeres trabajadoras.