plavtvs, svi imitator?
Transcripción
plavtvs, svi imitator?
PLAVTVS, SVI IMITATOR? José Antonio Correa C años a t r á s , me acerqué p o r p r i m e r a vez a las comedias plautinas, lo hice, forzado p o r determinadas circunstancias, siguiendo u n sistema n a d a recomendable: la lectura casi i n i n t e r r u m p i d a de todas ellas en u n corto espacio de tiempo. Y entre las impresiones de aquella p r i m e r a hora, u n a h a permanecido casi b o r r a n d o las d e m á s : la de que Plauto se repite en sus personajes, en sus temas, en sus diálogos, en sus recursos cómicos, etc. E s t a impresión puede ser fruto de u n a lectura a p r e s u r a d a y a p r e t a d a o, por el contrario, coincidir en su esencia con los resultados de u n a investigación serena y objetiva. Con curiosidad, mezcla de interés personal y afán científico, vuelvo a hojear los volúmenes ' a la busca de «Plauto, imitador de sí mismo». En los no escasos estudios de conjunto del comeUANDO, 1 Entre la multitud de temas pertinentes a la bibliografía plautina, y a pesar del interés innegable que presenta la cuestión de las repeticiones en el comediógrafo, no parece que puedan citarse muchos estudios sobre el particular. En TALADOOHB: Essai sur le comique de Plante, Monaco, 1 9 5 6 , especialmente en págs. 6 3 ss. y 153 ss., se hallan citados PASQUALI: Un monologo dei Captivi, en Riv. Filol. Istr. Cl., V , 1927, 2 4 - 3 0 ; MARX: Interpretationes latinas. Greifswald, 1892; y otros trabajos del propio Marx y de Terzaghi. En cuanto a las citas de Plauto, sigo esencialmente la edición de ERNOUT. 45 JOSE ANTONIO CORREA diógrafo u m b r o parece echarse de menos u n o sobre la lengua como elemento de comicidad. Ello m e h a llevado a estudiar esta cuestión con cierto detalle; y, basándonos en los datos recogidos, p o d r í a m o s comp r o b a r si Plauto se copia a sí m i s m o en algo tan peculiar suyo como son los juegos de p a l a b r a s ^. Pueden aportarse, ya de entrada, cifras y porcentajes, comparaciones entre las diversas comedias; pero mejor tal vez será dejarlo p a r a cuando hayamos oído a los personajes plautinos. Porque llegan ya a nosotros, próximos a la escena, sus voces (Per., 103-107): Essurio uenio, non aduenio Saturio. No es necesaria o t r a identificación. Es u n parásito quien habla con ilusiones de u n p r o n t o b a n q u e t e . Y él, que es libre, lo esperará de u n esclavo astuto y enredador, Tóxilo, a cambio, claro está, de u n sustancioso servicio. La p r o m e s a es contundente: At edes; nam iam intus uentris fumant Calefieri iussi reliquias. jocula. El estómago del p o b r e parásito quiere acelerar la comida y bañarla en rica salsa con el asenso ' de su improvisado anfitrión: 2 No se suele destacar como merece la auténtica originalidad de este aspecto de la obra plautina. Cf. a este respecto, contra lo plauque cabría esperar, el conocido libro de FRAENKEL Elementi tini in Plauto, Florencia, 1 9 6 0 . 3 Realmente en la expresión de Saturión no puede entenderse ius como "salsa", sino en su significado habitual; pero el juego con los iussi del esclavo y el contexto hacen flotar en el ambiente aquel sentido. 46 PLAVTVS, SVI IMITATOR? Pernam quidem ius est adponi frigidam postridie. Ita fieri iussi. SA. To. Seguimos viendo al parásito en las tablas, pero la escena ha cambiado, incluso su n o m b r e . Ya n o es Saturión, con cuyo apetito especula u n esclavo; es Ergásilo, que se las p r o m e t e felices con la misión recibida: la administración de la despensa. Exultante de gozo se siente auténtico prefecto en sus dominios (Cap., 907-908): Nunc ibo, ut pro praefectura mea ius dicam larido, et quae pendent indemnatae pernae, is auxilium ut [feram Superior, muy superior a u n prefecto se siente el lenón Bailón, que anhela que la población e n t e r a praedicet Lenone ex Ballione regem lasonem. No le mueve a él su estómago, sino su ambición, a d a r aviesos consejos a u n a de sus pupilas (Pseud., 196-197): Aeschrodora, lanios, qui item tu quae amicos tibi habes lenonum [aemulos ut nos iurando iure malo mole [quaerunt rem, audi^. Pero no podemos oír ya al lenón, p o r q u e su puesto lo ocupa alguien dedicado a idéntico menester: la lena Melenis, que, fiel a su oficio, se ríe de las p r o m e s a s . t Cabe hacer una observación análoga a la cita anterior. 5 Puede explicarse el juego de palabras por el hecho de que los carniceros solían tener figones. 47 JOSÉ ANTONIO CORREA no respaldadas p o r moneda, de u n e n a m o r a d o 471-472): At ego nunc simil<est> <ab ius iurandum {Cist., t>llo m<ihi caueo> ture [iurando <tuo> am<,antum> qua<si i > u s [<c>onfusicium En situación muy distinta se encuentra Perífanes, que ha sido chasqueado por su esclavo y dice de u n amigo suyo, también engañado y que p a r a m a y o r befa se las daba de conocedor de las leyes (Ep., 522-523): Atque me minoris jacio prae tilo qui omnium legum atque i u r u m fictor, conditor cluet^. La escena ha quedado vacía, m o m e n t á n e a m e n t e huérfana de voces y gestos, p o r q u e de las páginas llenas de vida de las comedias plautinas va a saltar u n nuevo juego de palabras, que surge en rápida sucesión de personajes y situaciones diferentes. Milfión pregunta a su e n a m o r a d o señor, Agorástocles, si quiere hacer algo malo contra el lenón, emb r o m á n d o l o p o r dos veces desde su superioridad de espectador del mal que a t o r m e n t a a su a m o . (Poen., 159-163): MI. Vin tu illi nequam daré nunc? f> Aquí aparece con toda claridad el juego de palabras; es como el núcleo del que han derivado los otros. 7 Como sugiere Ernout, tal vez haya un juego de palabras, teniendo en cuenta que, además de corulictor en el Ambrosianus, algunos códices (BEJ) dan la lectura conditor, que aceptamos (de condio, "sazonar"), que evoca conditor, con i breve (de condo). 48 PLAVTVS, SVI IMITATOR? AG. MI. AG. MI. AG. MI. AG. Cupio. Em me Abi dato. dierectus. Die mihi uero serio, uin dare m a l u m Uli? Cupio. Em eundem me dato; utrumque faxo habebit, et nequam et m a l u m . locare Un parásito, conocido nuestro, Saturión, está discutiendo en u n tono algo subido con su hija y llega a amenazarla (Per., 369-371): Malo cauere meliust te. Pero la hija no entiende o no quiere entender que le conviene «guardarse de un castigo», y responde: At si non licet cauere, quid agam? nam ego tibi cautum uolo. A lo que el p a d r e sorprendido objeta: Malusne ego sum? ' Estásimo, astuto esclavo, está muy interesado en 8 En ambos casos Agorástocles ha entendido nequam, malum dare como "hacer mal, dar un castigo", en tanto que el esclavo quiere decir "regalarle un esclavo (al lenón)". En la base del juego está el doble significado de malum, "castigo", y de malus, "malvado". 9 El juego se basa en la indiferenciación morfológica entre dativo y ablativo, y el doble régimen del verbo: "guardarse de un castigo" (abl.) y "mirar por un malvado" (dat.). 49 JOSE ANTONIO CORREA convencer a su interlocutor, el senex Filtón, de que el campo de su señor es de lo m á s malo que hay. Después de u n a negra descripción de la finca, termina (Trin., 553-555): Hospitium est calamitatis; quid uerbis opust? quamuis m a l a m rem quaeras, illic reperias. Pero el irónico comentario que hace su interlocutor lo desarma: At tu hercle et illi et alibi Y como cogido en su propia t r a m p a , desaparece el esclavo de la escena, que ahora ocupa el senex Lisimaco. Se encuentra en u n a situación embarazosa: ha sido sorprendido p o r su mujer h a b l a n d o con la lena Sira. Y, p a r a remacharlo, se presenta el cocus y su séquito que había alquilado p a r a u n a fiesta. El cocinero, con desparpajo, se pone a hacer comentarios en alta voz sobre la anus Sira (Mer., 755-756): Co. LY. Co. LY. Satis scitum filum mulieris; uerum hercle anet. Abin dierectus? Haud malast. At tu malu's Volvemos a oír un comentario parecido entre dos padres respetables, al menos por los años, Filóxeno y Nicobulo. Ambos h a n ido a casa de las Báquides en 10 La expresión mala res liay que entenderla en doble sentido: "cosa mala" y "castigo". 11 Aquí el juego se hace sobre el doble sentido, físico y moral, de malus. 50 PLAVTVS, SVI IMITATOR? busca de sus hijos, pero el p r i m e r o flaquea en sus sanos propósitos al ver a u n a de las cortesanas (Bacch., 1161-1162): PH. Haud mala est mulier. N I . Pol uero ista mala et tu nihili. Nuevamente la escena ha quedado vacía. En nuestro repasar las comedias no encontramos otro juego de palabras que aparezca cinco veces, pero surgen otros que se presentan una vez menos. Mercurio, el dios que suplanta a Sosia, h a oído hablar a éste en la oscuridad (Amph., 325-326): Vox mihi ad auris aduolauit. A lo que el esclavo de Anfitrión comenta: Ne ego homo infelix fui qui non alas interuelli: uolucrem uocem gestito Es el escudero del miles Estratipocles quien hace parecido chiste al contar a un compañero la vergonzosa conducta de su señor en el combate (Epid., 34-35): Mulciber, credo, arma fecit quae habuit trauolauerunt ad Stratip[podes: hostis 12 Como en las tres citas que veremos a continuación, la base del juego está en los sentidos propio y figurado del verbo uolare y sus compuestos. 13 Para aceptar aquí un juego de palabras hay que admitir la presencia de una alusión a las armas dotadas de vida que fabricaba Vulcano (Mulciber). 51 JOSE ANTONIO CORREA E n situación bien distinta volvemos a encontrar u n juego de palabras semejante. La esclava Halisca busca una cestilla y es interrogada por su c o m p a ñ e r o Lampadión {Cist., 731-732): LA. Quid quaeritas? HA. Cistella mi hic, mi adulescens, LA. In caueam latam oportuit. euolauit. Y lo mismo podemos decir cuando Tóxilo, después de dar u n encargo al esclavillo Pegnio, le insta a hacerlo rápido (Per., 199): To. PA. Vola curricula. Istuc marinus passer per circum solet. Por p r i m e r a vez nos e n c o n t r a m o s ahora con un juego que se repite en la m i s m a comedia, Miles gloriosas. En ella Periplectómeno, al m a r c h a r s e el esclavo Palestrión, a quien h a n engañado, comenta {Mil., 586587): Illic hinc abscessit. Sat edepol certo scio occissam saepe sapere plus multo suem El mismo personaje pregunta al esclavo Palestrión, que busca u n a cortesana p a r a engañar a su señor (Mil, 784-786): PE. PA. Ingenuamne an libertinam? Aequi istuc jacio, dum modo M "Ser hábil" y "tener sabor (u olor)" son los sentidos que admite aquí el verbo. 52 PLAVTVS, SVI IMITATOR? earn des quae sit quaestuosa, cuique sapiat pectus; quae alat corpus [corpore, nam cor non potest, [quod nulla habet Esta, Filocomasio, al separarse del miles, finge que lo hace con gran pena. Pleusicles, su camuflado a m a n t e , alaba también fingidamente su actitud. Pirgopolinices, presente en la escena, se pavonea (Mil, 1319-1322): PH. PL. Pv. Ibo, quamquam Si non mecum inatta fació. Uomini pietas... Scio sapis. aetatem egisset, hodie stulta [uiaeret Con los mismos significados que en la p r i m e r a cena comentada del Miles aparece sapere en boca Pséudolo, el imaginativo esclavo. Desea conocer habilidades de un compañero que le recomienda rino {Pseud., 737-73Sy. Ps. Sed iste sernos ex Carysto qui hic adest CH. Hircum esde las Ca- ecquid [sapit? ab alis. Nos encontramos ahora ante unos juegos de palabras en que hay un equívoco obsceno. Tal vez no han sido éstos invento de Plauto, sino recogidos del medio 15 Cabe el mismo juego de palabras que en la cita anterior si se admite en el segundo significado un sentido peyorativo. 16 El primer verso está muy alterado, por lo que recurrimos a la conjetura de Niemeyer, aceptada por Ernout. En boca de Pleusicles, sapere significa "hacer bien", en tanto que Pirgopolinices entiende "estar iniciado en la sabiduría". 53 JOSE ANTONIO CORREA ambiente y como u n a concesión al grupo menos noble de sus espectadores. No revelan gran imaginación, sino que más bien parecen p r o d u c t o de espíritus chuscos y groseros. La m á s u s a d a de estas palabras es el verbo comprimere en expresiones como c. linguam (Amph., 348-349; As., 290-293), c. uirum (Rud., 1073-1075). Oigamos, a guisa de ejemplo, el p r i m e r encuentro entre la cortesana Astafio y el zafio y m a l h u m o r a d o Truculento (Truc, 259-265): As. TR. Salue. Sat mihi est tuae salutis; nihil [non Aegrotare malim quam esse tua salute Sed uolo scire: quid debetur hic tibi moror, salueo. sanior. nostrae [domi? As Comprime 5 / 5 eiram. TR. Eam quidem As. hercle tu, quae solita's, [comprime, inpudens quae per ridiculum rustico suades [stuprum. E i r a m dixi: t ut decepisti t dempsisti unam litteram También con significación equívoca e n c o n t r a m o s dirrumpere, en boca del esclavo que así querría ver a su amo (Bacch., 603), o del senex que quisiera ver a su esposa m u e r t a (Cas., 326-327). En esta última comedia, Casina, se repite el juego cuando la recién desposada •7 Hay además aquí otro juego de palabras basado en la semejanza fonética entre era e ira, transcritos ambos por eirá. 54 PLAVTVS, SVI IMITATOR? va a salir y tanto su esposo Olimpión comò el enamorado senex Lisidamo cantan el himeneo (Cas., 808-810): LY. O L . Hymen, hymenaee, o hymen! LY. Perii hercle ego miser; d i r r u m p i cantando ihymenaeum licet, ilio morbo, quo d i r r u m p i cupio, non est copiae. A pesar de la facilidad que ofrecen testis y sus derivados para el equívoco, los encontramos pocas veces. A este propósito se hace clara alusión al castigo que podían sufrir los adúlteros cuando en la escena final del Miles gloriosas, éste, cogido en adulterio, p a r a no ser castigado j u r a a Periplectómeno p o r Júpiter y, ¿cómo no?, por Marte, que no t o m a r á venganza (Mil., 1414-1417): PY. PE. PY. luro per louem et Mauortem me nociturum {nemini, quod ego hic hodie uapularim, iureque id fac[tum arbitrar; et si intestatus non abeo hinc, bene agitur pro [naxia. Quid, si id non faxis? Vt uiuam semper intestabilis. Un juego de palabras semejante aparece en Curculio, cuando el esclavo advierte a su e n a m o r a d o señor de los peligros de un a m o r no conveniente (Cure, 28-32), o se quiere citar a juicio a quien ha c o m p r a d o u n a cortesana que resulta ser libre (Cure, 620-623). Sentido peyorativo puede tenerlo el verbo nascere, sobre todo entre personas de baja estofa como un 55 JOSE ANTONIO CORREA esciavo y un parásito (Per., 131-132), o dos pueri (Most., 893-895). Y este m i s m o mal sentido alcanza a morigeras (Cap., 965-966; Cas., 463), patientia (Trin., 545-546) y patior (Cap., 866-868), entendido de personas demasiado complacientes, como también a aas, usado en diálogos de bajo tono (Poen., 862-863; Bacch., 199-202). Aunque en los últimos juegos de palabras citados cada uno sólo aparece dos veces, quedan todavía algunos de frecuencia superior. Menecmo I y el parásito Penículo se encuentran (Men., 138): ME. PE. ME. PE. Salue. Salue. Quid agis? Teneo dextera genium meum. Al saludo corriente «¿cómo estás?», el parásito responde como si hubiera entendido «¿qué haces?». Chiste fácil, que podemos e n c o n t r a r en dos escenas similares (Most., 718-719; Rud., 336-337). El n o m b r e del parásito que acabamos de ver puede significar «brocha, plumero». El mismo nos explica p o r qué le llaman así (Men., 11-1^): luuentus nomen ideo quia mensam, fecit Peniculo mihi, quando edo, detergeo. Y cuando a Menecmo II, que no conoce a Penículo, le pregunta u n esclavo por éste, responde (Men., 286): Eccum 56 in uidulo saluom fero. PLAVTVS, SVI IMITATOR? Y ante u n a situación parecida poco después, pregunta (Men., 391): Quis iste est Peniculus? qui extergentur baxeae? Este tipo de escena triplicada en u n a m i s m a comedia lo volvemos a encontrar en el Miles gloriosus a propósito del n o m b r e del esclavo Esceledro. Su compañero Palestrión le pregunta extrañado {Mil., 289): Quod ego, Sceledre, scelus ex te audio? Poco después repetirá este juego de palabras 330): Nescio quae te, Sceledre, scelera {Mil, suscitant. Y todavía otro personaje volverá sobre lo mismo {Mil., 494-495): Accedam ad hominem. meam ludificauisti Tum Sceledre hic, scele[ r u m caput, hospitam ante aedis modo? Ya dentro de los juegos de palabras que tan sólo se repiten una vez, empecemos p o r los que aparecen sólo en la misma comedia, precisamente en Menaechmi, que hemos citado poco ha. Cuando u n o de los Meneemos, el viajero, llega al pvierto de E p i d a m n o , su esclavo Mesenión le explica y previene {Men., 263-264): Propterea huic urbi nomen E p i d a m n o inditumst, quia nemo jerme sine d a m n o huc deuortitur. 57 JOSÉ ANTONIO CORREA Y casi inmediatamente después, al preguntarle Mesenión qué teme, responde (Men., 267): Ne mihi d a m n u m in E p i d a m n o duis. E n t r e otros chistes de los que está plagado el diálogo entre Mercurio y Sosia destaca aquel en que se juega con 0 5 , «boca», y exossare, «deshuesar» {Amph., 316-320): ME. So. ME. So. Alia forma < o s > esse oportet, quem tu pugno [legeris. Illic homo me interpolahit meumque os finget [denuo. Exossatum os esse oportet, quem probe per[cusseris. Mirum ni hic me quasi murenam exossare [cogitat. Vitro istu<n>c qui exossat homines! perii, [si me aspexerit. Y más adelante Sosia p r e g u n t a r á a Mercurio 342): Quid exquiris tu, qui pugnis os exossas [Amph., hominibus? E n la comedia Poenulus el lenón se llama Lieo. Si los espectadores latinos sabían que esta p a l a b r a se correspondía con lupus, tal vez hubiera latente u n juego de palabras cuando alguien comenta, al ver que el lenón va a caer en la t r a m p a que le han a r m a d o (Poen., 647-648): 58 PLAVTVS, SVI IMITATOR? Cum praeda hic hodie incedet uenator canes compellunt in plagas lepide lupum. domum: Y él mismo dirá, creyéndose no engañado, sino engañ a d o r (Poen., 776): Lupo agnum eripere postulant. Nagas agunt. El mismo conocimiento de o t r a palabra griega exige la recta comprensión de dos escenas de Pseudolus. Hárpax, criado de u n militar, se presenta en casa del lenón Bailón p a r a recoger a la a m a n t e de su señor. Pero tiene la desgracia de encontrarse con Pséudolo, que lo engaña a fin de quitarle el dinero. El n o m b r e del cacula se presta a b r o m a s (Pseud., 653-654): Ps. HA. Ps. Sed quid est tihi Huc guidem nomen? Harpax. Apaga te, Harpax, hau places. hercle haud ibis intro, ne quid [ápira^ feceris. El mismo juego se repetirá después, esta vez e n t r e el lenón y Simia, u n sycophanta que se hace p a s a r p o r Hárpax {Pseud., 1010): BA. SI. Tun es is Harpax? Ego sum: atque ipse ¿íp-a^ quidem Siguen surgiendo juegos de palabras repetidos en otras comedias, sin que quepa establecer u n a s líneas i8"ApTrc!f"ladrón". El gesto facilitaría la comprensión de este helenismo. 59 JOSE ANTONIO CORREA generales que nos expliquen estas repeticiones. Como los que ya hemos visto, algunos se m o n t a n sobre u n a sola palabra; otros, sobre dos. Empecemos p o r éstos para t e r m i n a r con aquéllos. Argiripo r o n d a a su esclavo Líbano p a r a que le dé una bolsa de dinero que necesita perentoriamente (cuestión de amores, claro está), pero éste tiene u n a s exigencias poco menos que faraónicas (As., 712-713): AR. Li. Datisne argentum? Si quidem mihi s t a t u a m et aram statuis atque ut deo mihi hic inmolas bouem: nam [ego tibi Salus sum. La situación es semejante cuando u n joven e n a m o r a d o t r a t a de asegurarse los buenos oficios de la multibiba atque merobiba leaena (Cure, 139-140): Tibi ne ego, si fidem seruas mecum, uineam pro [aurea statua s t a t u a m , quae tuo gutturi sit monumentum. Ergásilo, entre b r o m a s no bien recibidas, comunica a Hegión el feliz regreso de su hijo cautivo (Cap., 868869): HE. ER. luppiter te dique perdant! Te hercle... mi aequum est gratias agere ob nuntium; tantum ego nunc p o r t o a [ p o r t u tibi boni. E n circunstancias parecidas (aquí no hay hijo cautivo, sino esposo comerciante) aparece el m i s m o juego de palabras en boca de u n esclavo (Stich., 295): 60 PLAVTVS, SVI IMITATOR? Tantum a portu adporto bonum, tam gaudium \_grande afferò. Un joven e n a m o r a d o contempla en éxtasis a su a m a d a {Poen., 278): Hanc equidem Venerem uenerabor, me ut amet [at] [pos<t>hac propitia. Y en otra comedia, Rudens, aparece esto mismo, pero en boca de u n personaje bien distinto, el lenon Lábrax (Rud.. 1348-1349): Illaec aduorsum si quid pacasse, ueneror te ut omnes miseri lenones Venus, si<e>nt. En la escena inicial de Cistellaria la lena agradece a la cortesana Selenio el haberla invitado a comer a ella y a su hija. Ha terminado bastante contenta (Cist., 14-16): Quod Ule dixit, qui secundo uento uectus est [tranquillo mari u e n t u m gaudeo ecastor ad te, ita hodie hic acceptae [sumus suauibus modis. Este juego de palabras " se repite en Curculio. Este, el parásito, acaba de llegar del extranjero y lo reciben Fédromo y su esclavo Palinuro {Cure, 313-316): PA. Cv. Vin aquam? Si frustulenta est, da, obsecro hercle, [obsorbeam. 19 Ventus, "viento", y p. p. de uenio. 61 JOSÉ ANTONIO CORREA PA. Cv. PA. Cv. PA. Cv. Vae capiti tuo! Obsecro Maxume. Quid facitis, fieri PH. Cv. hercle, facite [ut uentum gaudeam. quaeso? Ventum. Nolo equidem uentulum. Quid igitur [uis]? Esse, ut u e n t u m mihi gaudeam. En el divertido y extenso diálogo entre Mercurio y Socia, al que ya hemos hecho referencia, éste ordena a Mercurio que comunique su llegada a la gente del palacio de su señor (Amph., 353-355): So. At nunc abi sane, aduenisse familiaris dicito. M E . Nescio quam tu familiaris sis; nisi actutum [hinc abis, familiaris, accip<i>ere faxo haud familiari[ter^". Con parecido juego de palabras se abre la comedia Epidicus, en un diálogo entre el esclavo h o m ó n i m o y su compañero Tesprión (Ep., 1-2): EP. TH. EP. TH. Heus, adulescens! Quis properantem Familiaris. me reprehendit Fateor; nam odio es nimium pallio? familiariter. Hay u n a ocasión en que Plauto parece englobar dos 20 Es destacable el retintín con que Mercurio repite familiaris (V. 355), burlándose de Sosia, que no quiso decir seruus (lo dirá inmediatamente después, v. 356). 62 PLAVTVS, SVI IMITATOR? juegos de palabras distintos sobre u n término común. Un sensato joven está hablando del a m o r {Trin., 669): Is mores hominum m o r o s et morosos efficit. Este juego se repite en p a r t e en el comentario de u n esclavo sobre el carácter de su a m o (Poen., 379): Male formido; noui ego huius mores morosi malos. Y en parte también aparece en las lamentaciones de Menecmo I sobre ciertas manías de los h o m b r e s acomodados (Men., 571-574): Vt hoc utimur maxime m o r e m o r o molestoque multum atque, uti quique sunt optumi, maxume morem habent hunc! Clientes sibi omnes uolunt esse mültos. E n t r a m o s ya, p a r a terminar, en los juegos de palabras que se basan en u n a sola y aparecen repetidos u n a sola vez. Tóxilo pregunta a Sofoclidisca si c o m p r e n d e el encargo que le acaba de dar {Per., 304-305): To. So. Quae dixi ut nuntiares, satin ea tenes? Magis calleo quam aprugnum callum callet. Este mismo juego de palabras ^' aparece en u n a conversación entre esclavos {Poen., 579-580). El verbo esse puede tener el valor de simple cópula, 21 Caliere, "comprender" y estar duro", este último significado en relación con callum, "piel dura". 63 JOSÉ ANTONIO CORREA el de estado y el existencial, posibilidades que Plauto aprovecha en estas consideraciones sobre el a m o r {Bacch., 193-194): Animasi amica amanti: si abest, nullus est. Si adest, res nullast, ipsus est... nequam et miser. Parecidas son las lamentaciones de u n a esclava, al no encontrar la cestilla que h a perdido (Cist., 686): Nulla est ncque ego s u m usquam. Perdita perdidit [me Euclión ha querido hacer los preparativos p a r a la boda de su hija, pero el mercado estaba imposible (Aul, 373-376): Venio ad macellum, rogito piscis: indicant caros, agninam caram, c a r a m bubulam, uitulinam, cetum, porcinam, cara omnia. Atque eo fuerunt cariora, aes non erat. Este doble significado de carus, que ha conservado el derivado español, aparece también en el chistoso monólogo en el que Penículo desarrolla ante los espectadores su h a m b r i e n t a personalidad (Men., 105-107): Domi t domitus sum usque cum caris meis. Nam ñeque edo ñeque emo nisi quod est caris[sumum. Id quoque: iam cari qui instruuntur deserunt. 22 Hay también aquí un juego de palabras, más bien débil, sobre el doble sentido propio y figurado de perdere. 64 PLAVTVS, SVI IMITATOR? Baco y la libertad se relacionan en la etimología latina y a m b a s cosas son muy queridas p o r todos, en especial p o r los esclavos. Uno de éstos, Estico, dice alegremente a su c a m a r a d a Sagarino {Stich., 660-663): Euge, Sagarine, lepidissume! Pero conuiuam Dionysum mihique et tibi. Namque edepol cena coctast; locus Uber datust mihi et tibi apud uos. Nam apud nos est conuiuium. Hegion sospecha que h a sido engañado y obliga a u n careo a su cautivo Tíndaro, que se hace p a s a r p o r Filócrates, y a otro cautivo, Aristofontes, amigo del auténtico Filócrates {Cap., 574-578): TY. AR. TY. Et tu quidem seruu's, et líber fuisti; et ego me confido fore, si huius huc reconciliasso in libertatem filium. Quid ais, furcifer? Tun t te gnatum memoras [liberum? Non equidem me Liberum, sed Philocratem [esse aio. Una palabra tan vacía de significado concreto como es res apenas si aparece en juegos de p a l a b r a s . He aquí unas ideas sobre la amistad {Ep., 113): Is est amicus qui in re dubia re iuuat, ubi rest [opus ^. Planesio dice a su a m a n t e que no deje escapar al pa23 Los significados que aquí intervienen son "circunstancia" y "dinero". 65 JOSÉ ANTONIO CORREA rásito Curculión, pues trae u n a s u n t o de importancia (Cure, 599-600): PL. PH. PL. Phaedrome, magna Cv. propera. Quid properem? Parasitum ne amiseris; res est. Nulla est mihi; nam quam habui [absumpsi celeriter. Un parásito está leyendo al celoso Diàbolo el draconiano contrato que éste ha hecho p r e p a r a r p a r a su a m a n t e . Respecto a la actitud que ésta ha de observar en los banquetes, entre otras precisiones, el c o n t r a t o dice (^As., 779): Talos ne cuiquam homini admoueat nisi tibi 24 Periplectómeno está irritado p o r q u e u n esclavo de su vecino ha estado por el tejado de su casa. Las órdenes que da a sus esclavos son tajantes, no dejar u n hueso sano al que vean p o r tales sitios (Mil., 164-165): Atque adeo, ut ne legi fraudem faciant aleariae, adcuratote ut sine talis domi agitent conuiuium ^. El hecho de que muchos dioses del m u n d o r o m a n o sean simples divinizaciones de conceptos abstractos da pie p a r a j u g a r con éstos y aquéllos, a u n q u e la verdadera comicidad p r o b a b l e m e n t e esté en que Plauto cree nuevas divinidades. Así, Salus es susceptible de recibir 24 Talus, "talón" y "taba para jugar". 25 Las leges aleariae prohibían los juegos de azar. 66 PLAVTVS, SVI IMITATOR? a m b a s interpretaciones, como vemos en u n a escena com e n t a d a m á s arriba, cuando Líbano, que está en posesión de una codiciada bolsa de dinero, se hace rogar p o r su amo Argiripo (^45., 712-713). Parecida afirmación hace el parásito Ergásilo, a quien le gusta darse tono (Cap., 864). Hemos llegado al final. La escena h a q u e d a d o definitivamente vacía tras el paso rápido y u n poco mareante de esclavos y parásitos, senes y lenones, enamorados y cortesanas. Es la h o r a de reflexionar serenamente, incluso con la fría colaboración de la estadística. Tal vez no hayamos advertido m á s de u n juego de palabras, tal vez en alguna ocasión hayamos visto comicidad donde no la hay. Pero los datos estadísticos tienen aquí u n valor aproximado que no resultaría alterado en su esencia por esas posibles inadvertencias o errores de apreciación. Del total estimado de juegos de palabras que aparecen en Plauto, los que se repiten constituyen u n once p o r ciento. De ellos (treinta y dos en total), sólo dos aparecen cinco veces; tres, cuatro veces; cinco, tres veces; y el resto, veinte (es decir, la mayoría), tan sólo se repiten en u n a ocasión. E n t r e los que alcanzan mayor n ú m e r o de repeticiones p r e d o m i n a n los que se basan en la polisemia de u n a sola palabra. E n contadas ocasiones se podría aducir la similitud de circunstancias dramáticas p a r a justificar la repetición. Hay una cierta tendencia a reiterar u n juego de palabras dentro de u n a misma comedia: nueve de ellos (casi un treinta por ciento) aparecen en la m i s m a comedia (de éstos, tres en tres ocasiones). De todas las comedias, las m á s relacionadas son 67 JOSÉ ANTONIO CORREA Persa, con diez de ellas, Captiui, con ocho, y Cistellaria, con siete; las menos, Stichus y Aulularia, con u n a cada u n a de ellas. Hay, p o r otra p a r t e , comedias que mantienen entre sí u n a relación doble: Poenulus, con Trinummus, Persa y Bacchides; Persa, además de Poenulus, con Epidicus y Cistellaria; Epidicus, además de Cistellaria y Persa, con Amphitruo; Captiui, con Stichus. Son estas las conclusiones objetivamente alcanzadas. E n t r a la tentación de sacar consecuencias de orden cronológico; pero la inseguridad de la cronología plautina así como el reducidísimo n ú m e r o de imitaciones de alguna frecuencia, nos disuaden tanto de sacar tales conclusiones como de b u s c a r u n a posible evolución en el autor. Es cierto que el p r i m e r juego de palabras comentado, m o n t a d o sobre ius, aparece más claro, m á s desarrollado en Cistellaria''^, que parece ser la más antigua de ese grupo de comedias. Pero no cabe decir lo m i s m o con t a n t a seguridad de otros. Igualmente es aventurado concluir que u n a comedia que se relaciona con m u c h a s es de la ú l t i m a época del autor. Esto sería válido p a r a Persa y Captiui, pero no p a r a Cistellaria, que se suele situar en su p r i m e r a época. Piénsese a d e m á s que Stichus, que se supone muy próxima a Cistellaria, tiene el m á s bajo índice de relación. Tal vez deducciones objetivas de esta índole sean posibles con u n estudio m á s amplio que el realizado a lo largo de estas páginas. 26 Cf. DKLLA CORTE: Da Sarsina rencia, 19672, 47-69. 27 Cf. nota 6. 68 a Roma. Ricerche plautine, Flo-