RESUMEN Rubén Astudillo y A., es uno de los grandes escritores

Transcripción

UNIVERSIDAD DE CUENCA
FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
TEMA:
PALABRAS PARA RETOMAR LA AURORA.
LA POÉTICA DE RUBÉN ASTUDILLO Y A.
RESUMEN
Rubén Astudillo y A., es uno de los grandes escritores
ecuatorianos y latinoamericanos de la segunda mitad del
siglo XX. Su obra poética –de indudable importancia para la
literatura nacional- constituye el testimonio de un creador
consciente de la importancia del lenguaje como medio de
expresión y de sus posibilidades como forjador de
pertenencias, entre otras cosas.
Poesía de carácter universal, sus versos tratan de los
inmemoriales cuestionamientos del hombre: Dios, el Amor,
la
Muerte,
la
Identidad
y
el
Ensueño.
Así,
esta
aproximación –global- a la obra del escritor cuencano,
basada en los puntos de enfoque o ejes transversales
ubicados para su obra y, utilizando las herramientas
adecuadas para el acercamiento del lector hacia sus
versos, pretende enriquecer nuestra historia literaria
mediante el re-conocimiento de uno de los más insignes
forjadores de la misma.
La intención del presente estudio, entonces, pretende
ofrecer una posible lectura (la misma que se basa en un
rastreo atemporal de cinco ejes temáticos que guían el
AUTOR:
JUAN CARLOS ASTUDILLO S.
1 UNIVERSIDAD DE CUENCA
TEMA:
desarrollo de su lírica) para la obra del poeta, lectura que,
siguiendo a O. Paz, propone una suerte de ´puente´ que la
comunica consigo misma, y con los movimientos literarios a
los cuales pueda o deba vinculársele.
PALABRAS CLAVES: Romanticismo. Modernismo. Vanguardias. Posmodernismo. Contemporaneidad. Crítica‐creación. AUTOR:
TEMA:
Tabla de contenidos:
5.-
Introducción
9.-
Capítulo 1: LA POESÍA ECUATORIANA DE LA
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX. Breve recorrido
histórico.
9.- 1.1 Para comenzar.
10.- 1.2 Nuestro siglo XX: Del Modernismo tardío a la
contemporaneidad.
14.- 1.3 Breve aproximación de vida.
16.- 1.4 Un método…
18.- Capítulo 2: LA IDENTIDAD.
18.- 2.1 Herencias, actitud y vanguardia.
21.- 2.2 Dos formas de Identificarse.
22.- 2.3 Identidad Generacional.
31.- 2.4 Identidad telúrica.
37.- 2.5 “De la tierra, el fuego y los recuerdos…”
38.- 2.6 La importancia de un espacio desde donde
empezar.
49.- Capítulo 3: TIEMPO, MEMORIA Y MUERTE.
50.- 3.1 El poeta de las “muertes cuotidianas”.
60.- 3.2 Regreso al sol negro.
64.- Capítulo 4: “LIBRE DE TI SOY UN LINDERO
ABIERTO…” (Astudillo y A.,1982:87) Dios en la
poética de Astudillo y A.
64.- 4.1 La Oración del lobo.
AUTOR:
TEMA:
69.- 4.2 La angustiosa aventura de la larga noche…
79.- Capítulo 5: DE LA INFANCIA AL EROS:
La palabra que tiembla en un respiro.
79.- 5.1 La voz de la hoguera.
83.- 5.2 “La forma más lúcida / de conocer la eternidad…”
(Astudillo y A.,1982:97)
85.- 5.3 La transgresión erótica del verso.
90.- Capítulo 6: EL ENSUEÑO Y EL RETORNO.
91.- 6.1 La cíclica costumbre de vida.
99.- 6.2 El regreso a la montaña, al ensueño.
102.-
Conclusiones.
104.-
Bibliografía.
AUTOR:
TEMA:
FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA
EDUCACIÓN
TEMA:
MAESTRÍA
EN
ESTUDIOS
LATINOAMERICANOS MENCIÓN EN
LITERATURA
AUTOR:
DIRECTOR:
DR. OSWALDO ENCALADA VÁSQUEZ.
Cuenca, 2008.
AUTOR:
TEMA:
Al presentar esta tesis como uno de los requisitos previos
para la obtención del título de Maestría en Estudios
Latinoamericanos, por la Universidad de Cuenca, autorizo
al Centro de Información Juan Bautista Vásquez para que
haga de esta tesis un documento disponible para su
lectura, según las normas de la universidad.
Juan Carlos Astudillo S.
Martes, 18 de noviembre de 2008.
AUTOR:
TEMA:
Dedicatorias:
Al poeta Rubén Astudillo y Astudillo, por las letras y la
memoria de la sangre.
A mis padres, por la pausa, el tiempo y el amor.
A la vida que nos inunda de palabras.
AUTOR:
TEMA:
INTRODUCCIÓN
PALABRAS PARA RETOMAR LA AURORA
La poética de Rubén Astudillo y Astudillo
La historia lírica de nuestro país, profusa y de alta calidad,
se ha visto constantemente alimentada por grandes
nombres que han surgido y escrito desde la ciudad de
Cuenca: “la vocación poética y lírica de Cuenca es una
vena inagotable, que comienza en la colonia con Nicolás
Crespo…” (Encalada Vásquez, 2003:9), ciudad que, a lo
largo de su historia, ha acunado a ilustres pensadores,
artistas y portavoces del proceso cultural que se ha
gestado en su interior, reflejando e insinuando la historia
acaecida en la nación.
Así, varios escritores han nutrido esta tradición, ubicando a
la ciudad como un foco del desarrollo de las letras y el
quehacer cultural nacional. Nombres como: Honorato
Vázquez, Julio María Matovelle, Alfonso Moreno Mora,
César Andrade y Cordero, Mary Corylé, César Dávila
Andrade, Jacinto Cordero Espinosa, Hugo Salazar Tamariz
y Efraín Jara Idrovo, entre otros, han cimentado esta
puesta en escena lírica de lo producido dentro de estas
tierras, descubriendo –a propios y extraños- puntos de
AUTOR:
TEMA:
referencia literarios para acceder y comprender la historia
de la ciudad y el pensamiento producido en ella, desde
diferentes ángulos y percepciones.
En este contexto, me parece imperante la necesidad de
realizar el estudio crítico de la poesía de Rubén Astudillo y
Astudillo para comprender, a través del mismo, cómo un
escritor1 vio, construyó e interpretó la `realidad´ de su
tiempo, su realidad íntima y universal expresada en lo que
constituyen grandes páginas dentro del acontecer literario
nacional.
Breves apuntes para inaugurar el diálogo…
Para realizar esta aproximación, cabe anotar, me remitiré a
diferentes fuentes críticas. Así, abordar el análisis de una
obra literaria como parte intrínseca de la creación, como lo
expusieron, entre otros, Octavio Paz, Guillermo Sucre y
Saúl Yurkievich; las ideas de Gastón Bachelard, en cuanto
los ensueños que habita el hombre y su construcción de
imágenes; el Existencialismo y sus nociones de Dios y de
la Muerte –a brevísimos rasgos-, básicamente en obras de
1
Cuya obra no ha sido analizada en correspondencia con su producción, de indudable
importancia para el enriquecimiento de la historia lírica nacional
AUTOR:
TEMA:
Sartre y Camus, autores de interés para Rubén Astudillo y
A.; permitirán la consecución de las intenciones de este
estudio.
EL sentido de este texto, entonces, se enmarca dentro de
la `crítica-creación´, entendida la misma como un ejercicio
literario que, poniendo en juego, en relación, diferentes
elementos constitutivos de una obra –subjetivos tanto como
objetivos,
es
decir,
tanto
hechos
y
datos
cuanto
apreciaciones o intuiciones-, complemente su lectura –
personal y subjetiva- en la aprehensión profunda de su
`momento poético´, de su verdad íntima universal, o de su
búsqueda.
Un ejercicio, en realidad, de consciente meditación, de
abandono en las palabras –de ida y vuelta, es decir, de las
leídas y las propuestas-, en las imágenes nacidas entre
ellas, en la confesión de un espíritu sensible y el eco que
encuentra en estas respuestas y el camino que significa
para los dos.
Saúl Yurkievich dijo:
AUTOR:
TEMA:
La actitud crítica sucede a la arrobada
gustación; opera con todas las facultades en
vilo, no sólo la intelectiva, también la sensitiva,
la intuitiva, la imaginativa (se pueden agregar
otras más sutiles, menos definidas, como la
visionaria o la mimética) […] Emprendo el
abordaje crítico de un texto que me tienta, que
me atrae y me atañe… (Yurkievich,1997:7),
y en estas palabras prefiguro el abordaje del ensayo que
continúa.
Guillermo Sucre comparte esta visión y refuerza la
convicción de este intento; así, en su ensayo titulado,
precisamente, La crítica como creación, expone a esta
forma literaria como una comprensión o `resonancia´ de la
obra estudiada, la misma que, al establecer un contacto
profundo con su lector-crítico, propone en él la aventura de
re-vivir el texto leído mediante la re-interpretación del
“mensaje poético”. Es decir, el verdadero crítico no habla
sobre la obra, sino desde ella, no la descubre sino que la
cubre con su propio lenguaje. (Sucre, 1972: 262)
Las ideas propuestas por Gastón Bachelard, en lo referente
a los ensueños y la realidad de los espacios, la imagen
AUTOR:
TEMA:
poética y la imaginación como fuente creadora de sentidos;
serán de suma utilidad a la hora de puntualizar algunas de
estas imágenes y la recurrencia de las mismas en la obra
de Astudillo y A., enmarcadas dentro de la idealización de
la infancia, la vieja casa familiar y las realidades que las
mismas reclaman en su poética.
Por otra parte, necesariamente complementaria, además,
encuentro en las palabras de Octavio Paz –referentes a la
actividad crítica como elaboración de un sistema de
relaciones para las obras, una especie de puente de
diálogo que las comunique en un “campo de afinidades y
oposiciones…” (Paz, 1979: 40)-, la necesidad de procurar
un panorama lírico de la poesía ecuatoriana de la primera
mitad del siglo XX, para lo cual, las obras de Hernán
Rodríguez Castelo (principalmente: Lírica Ecuatoriana
Contemporánea. Tomo 2; Lírica Ecuatoriana de los últimos
treinta años, y La Poesía); El patrimonio lírico de Cuenca,
de Marco Tello; Poesía Viva, de Jorge Enrique Adoum;
César Dávila Andrade, Combate poético y suicidio, de
Jorge Dávila Vázquez, A la zaga del animal imposible, de
Iván Carvajal, y El mundo de las evidencias, de María
Augusta Vintimilla básicamente; me permitirán esbozar
AUTOR:
TEMA:
dicho panorama y conjugar en él lo dicho por el poeta
Astudillo y A.
Creo pertinente anticipar una convicción que mueve este
ensayo y es que, pienso, a su lírica debe asistirse como a
una totalidad, siguiendo la línea de lo expuesto, otra vez
por Paz, quien dice que la labor de la crítica es construir la
producción de un escritor en una “obra”, mostrando las
relaciones íntimas de sus textos, marcando sus pasos, sus
momentos, sus ritmos, influencias (si se me permite esta
palabra) y escenarios tras los cuales se desarrolla; es decir,
instaurar la unidad orgánica de una obra poética,
comunicarla consigo misma y con las demás.
Voy entonces, a lo largo de esta investigación, a emprender
un recorrido a través de su discurso poético, los escenarios
en que germina y cifra en una profusa producción, las
posibles –diversas- preocupaciones del autor, ese reflejo
que construye a versos los temblores, el silencio y el vacío,
las certezas y los plazos.
AUTOR:
TEMA:
CAPÍTULO 1
LA POESÍA ECUATORIANA DE LA PRIMERA MITAD
DEL SIGLO XX
Breve recorrido histórico
1.1. Para comenzar
Escribir sobre poesía -su recorrido histórico y las huellas a
las que obedece, o las que depara para futuros
caminantes-, es una tarea que debe ser emprendida con la
más profunda dedicación, aquella que exige el rastreo de
`momentos´2 sobre los cuales se levantan las grandes
obras, los grandes autores.
La intensión de este capítulo no pretende agotar -ni
siquiera abarcar-, las posibles vías de interpretación para el
recorrido histórico de la poesía ecuatoriana de la primera
mitad del siglo XX, sino, mejor aún, esbozar un sendero
sobre el cual caminar con los ojos abiertos –como quien
2
Me refiero a esos “momentos” que conciben las palabras, atadas, por el lazo rítmico-mágico
de la poesía, de la “frase poética”, como diría O. Paz.
AUTOR:
TEMA:
busca aves en el bosque: con paciencia y pasión- y, desde
el cual, se pueda recoger una vista panorámica de este
bosque profundo y diverso que resulta nuestra poesía.
Además, trabajos de esta envergadura han sido ya
realizados por autores que han clarificado la tarea,
iluminando este panorama lírico que ahora pretendo
reflejar, a breves rasgos, apoyándome, básicamente, en las
obras de: Hernán Rodríguez Castelo, Jorge Enrique
Adoum, Marco Tello, Jorge Dávila Vázquez, María Augusta
Vintimilla e Iván Carvajal; a ellos y a su infatigable labor
crítica, mi más profundas gratitud y admiración.
1.2.- Nuestro siglo XX: Del Modernismo tardío a la
contemporaneidad
Toda poesía adquiere sentido a partir
de su lenguaje y de la conciencia que
el poeta tenga de él. Esa conciencia
nace, entre nosotros, con los poetas
modernistas: hicieron del idioma
poético un cuerpo realmente sensible,
liberándolo del roñoso conceptualismo;
al mismo tiempo prepararon una
actitud crítica frente a todo poder
AUTOR:
TEMA:
verbal. Una y otra cosa se ha
intensificado
en
nuestra
poesía
contemporánea… (Sucre, 1985:10)
Comienzo este recorrido, mínimo y veloz -como quien
rastrea la lluvia, sin reparar en la inmensidad de sus gotas-,
sobre la certeza de un lugar común: la poesía ecuatoriana
del siglo XX empieza con un desliz cronológico, al igual que
la latinoamericana.
Hernán Rodríguez Castelo, en La poesía, nos recuerda esa
suerte
de
dependencia
tardía
que
la
literatura
latinoamericana y ecuatoriana han sufrido con respecto a
los movimientos artísticos de Europa, razón por la que,
según el autor, nuestro modernismo llegaría ya bien
entrado el siglo XX, de la mano de los autores de la
“Generación
Decapitada”
y
sus
latentes
influencias
rubendarianas. Además, y como anota María Augusta
Vintimilla, el modernismo literario responde a una era
marcada por el desarrollo industrial en sociedades que,
merced a su crecimiento y `modernización´, viven un
determinado estado de conciencia, estado que difícilmente
AUTOR:
TEMA:
podría ubicarse en nuestra realidad: “Quizá en este punto
se expresa una de las paradojas de nuestra particular
forma de modernidad: el abismo entre una modernidad
vivida más como una experiencia cultural que como
condición objetiva de la existencia” (Vintimilla,1999:16). Y
es que: ¿qué modernidad podía vivirse en el Ecuador de la
primera mitad del siglo XX, específicamente en las cuatro
primeras décadas? (Vintimilla,1999:15)
Esta `modernidad cultural´, entonces, generaría nuestros
grandes poetas del período: Ernesto Noboa y Caamaño,
Humberto Fierro, Arturo Borja, Medardo Ángel Silva,
Alfonso Moreno Mora y José María Egas, quienes acogen
con claridad “los refinamientos estetizantes del modernismo
y procuran crear un ámbito en donde cualquier lujo tenga
su
lugar
natural…”
(Rodríguez
Castelo,
2004:11),
rescatando –en extremo- el subjetivismo del romanticismo
y, a la vez, la “contención formal y condensación lírica”
(Rodríguez Castelo,2004:11) del Parnasianismo, tanto
como “el arte de la sugestión, las extrañas resonancias (y)
los ambiguos silencios” (Rodríguez Castelo, 2004:11) del
Simbolismo.
AUTOR:
TEMA:
Cuanto por la musicalidad y sonoridad de sus versos, así
como por la temática de corte más bien oscuro, trágico
diríamos, como eco del aire intelectual que respiraban sus
lecturas
preferidas,
a
saber:
Baudelaire,
Rimbaud,
Mallarmé, Verlaine y otros grandes del siglo que los
precedían, nuestros modernistas inauguran la futura
expansión de la experiencia poética en el país.
Jorge Enrique Adoum, en Poesía Viva del Ecuador nos
dice:
Rasgo distintivo del modernismo en América fue
trabajar con el lenguaje y explorar todas las
posibilidades del castellano […] pero en Ecuador
iba a ser la generación posterior a la de los
modernistas la que lograría para la poesía una
nueva orquestación de una lengua que, tras haber
sido ajena durante algunos siglos, era ya nuestra
en el habla urbana. E iba a ser nuestra también en
la poesía… (Adoum,1990:13).
En todo caso y, para continuar este camino, podemos decir
que nuestro modernismo, de corta y apasionada existencia,
“desbrozó caminos y señaló el norte a la poesía
AUTOR:
TEMA:
ecuatoriana del siglo: entrega total al quehacer poético,
celoso respeto a la autonomía del arte y absoluta fidelidad
a los requerimientos interiores del poeta…” (Rodríguez
Castelo, 2004: 15).
La poesía ecuatoriana del período en mención, tras esa
luminosa y corta estancia, buscaría una apertura hacia
nuevas formas y sentidos en lo que llegaría a ser nuestro
posmodernismo, el mismo que, y de la mano de la narrativa
de los años treinta, en palabras de María Augusta
Vintimilla:
propiciaron
la
inserción
de
la
literatura
ecuatoriana en las tendencias contemporáneas
de Hispanoamérica y más ampliamente en el
movimiento
cultural
de
Occidente
[…]
y
preparan el terreno de la escritura literaria para
las nuevas empresas poéticas que advendrán
en
las
décadas
siguientes…
(Vintimilla,1999:12)
Son tres los grandes poetas posmodernos que debemos
recordar ahora: Jorge Carrera Andrade, Gonzalo Escudero
y Alfredo Gangotena.
AUTOR:
TEMA:
La actitud de estas nuevas generaciones, ante las
herencias acarreadas -y el fracaso de la modernidad en
cuanto sistema social y modelo de vida-, fue clara en su
intención de ruptura para con las àtaduras´ que el
modernismo tendía sobre nuestros poetas; la misma que, a
decir de Rodríguez Castelo, se libró –básicamente-, en dos
frentes: el primero, sería la posibilidad que abrieron las
vanguardias, los “ismos” de la Europa de pos guerra (el
Futurismo
italiano
de
Marinetti;
el
Dadaísmo
y
el
Surrealismo franceses de Tzara y Bretón, principalmente,
que
encontraron
sus
ecos
sur-americanos
con
el
Creacionismo chileno de Huidobro y el Ultraísmo argentino
de Borges –en nuestro país serían, en solitario, Hugo
Mayo, su poesía y sus revistas, los importadores de esta
nueva
forma
de
ser
y
escribir-),
posibilidad
que,
esencialmente, defiende una posición mágico-sagrada de
la vida “en oposición a la sordidez en que está sumida la
existencia del hombre actual” (Pellegrini,2006:18).
La otra opción, el otro camino para escapar del
ensimismamiento reclamaría un regreso telúrico y político,
es decir, un interés `real´ a partir de la `realidad´, un
poetizar las circunstancias del hombre social y sus peligros,
por decirlo de alguna forma, fortaleciendo la voluntad de
AUTOR:
TEMA:
ruptura para con la estética anterior: “En el Romanticismo y
el Modernismo se concedió poco lugar a las cosas y la
tierra, y estas servían solo de ocasión para probar la
maestría del lenguaje, efectuar juegos musicales o
presentar la decoración de fondo del poema…” (Carrera
Andrade. Citado por Rodríguez Castelo, 2004: 16)
Así,
con
nuestro
posmodernismo
los
caminos
se
ensanchan, se bifurcan, se libertan, precisamente, en esa
búsqueda de `libertad´, en esa necesidad de nombrar las
cosas, de apoderarse de nuestra realidad, de ejercer esa
`pasión adánica´, como la llamaría Guillermo Sucre.
Asumida esta herencia, los poetas venideros –aquellos que
pueblan nuestra contemporaneidad- extienden algunos de
los caminos ya transitados, aportando, fundamentalmente,
nuevas “formas líricas para la denuncia política y el humor”
(Rodríguez
Castelo,2004:27);
para
los
resquicios
sicológicos del hombre contemporáneo, los desmanes del
orden social establecido, la desolación existencial, la
confrontación con Dios y en fin, las eternas búsquedas del
hombre y sus nuevas, es decir, aquellas que el tiempo y las
AUTOR:
TEMA:
realidades de aquél presente reclamaban ser dichas en la
voz de sus poetas.
De
estos
períodos,
tanto
de
transición
como
de
contemporaneidad, debemos destacar los nombres más
representativos de nuestra lírica, entre los que contamos a:
César Dávila Andrade, Augusto Sacoto Arias y a Nelson
Estupiñán Bass (Rodríguez Castelo, 2004:28,29,30), en
primera instancia, y a sus sucesores, los contemporáneos
de la generación del 50 (como la llama Rodríguez Castelo),
de entre los cuales deben ser mencionados Jorge Enrique
Adoum, Hugo Salazar Tamariz, Jacinto Cordero Espinosa,
Carlos Eduardo Jaramillo, Fernando Cazón Vera, Efraín
Jara Idrovo y Euler Granda, entre otros.
Hasta aquí hemos esbozado un brevísimo recuento de lo
sido en la poética ecuatoriana transcurrida en la primera
mitad del siglo XX, sobre la cual, hacia finales de la década
de los 50´s, se avizora la labor de un joven poeta que, a
decir de María Eugenia Moscoso, incorpora elementos
cotidianos y extraños a las temáticas planteadas por la
generación anterior, además de una radicalización en el
AUTOR:
TEMA:
trato de otros rumbos ya transitados, desde otros tiempos,
con otros referentes o quizá los mismos pero, ahora,
desentrañados con “audaces encabalgamientos y fluidas
metáforas” (Moscoso,1994:26) que determinarían los ritmos
poéticos que caracterizarían –entre otras cosas- la poesía
de este nuevo escritor: Rubén Astudillo y A.
Pero antes de abordar la poesía del autor en estudio, me
parece conveniente detenernos un momento para hablar
acerca del mismo, a breves rasgos, claro está, ya que la
intención de este estudio es develar su poesía, no su
biografía3, pero, obviamente, una y otra forman un todo al
que intentaremos acceder a lo largo de la investigación, por
lo que continuamos con esta breve aproximación al
hombre, su vida, su camino.
3
¿se debe conocer al hombre tras las letras o a las letras que son el hombre?, podría
preguntarse, a lo que, pienso, las dos posibilidades –igualmente válidas- deben
complementarse cuando se requiere una visión global, que hable y participe a las diversas
situaciones que la justifican, que la bañan de luz en los caminos transitorios y polisemánticos
de la poesía, del arte, la vida: “El artista que quiere expresar o transmitir una emoción no
encuentra simplemente su equivalente natural, dado por Dios, en términos de tonos o formas.
Más bien […] elige en su paleta el pigmento, entre los disponibles que, a su modo de ver, tiene
más semejanza con la emoción que desea representar. Cuanto más sepamos de su paleta,
más probable es que apreciemos la elección”. (Gombrich, 2007: 46)
AUTOR:
TEMA:
1.3.- Breve aproximación de vida:
Rubén Astudillo dejó –en la ingenua
edad adolescente-el amable escenario
de su campiña natal. Con los primeros
dardos en el corazón dejó a sus
espaldas el tibio ademán de la madre…
(Noboa Arízaga,1960:s/p).
Rubén Astudillo y Astudillo nace en el pequeño pueblo
andino de El Valle, cerca de Cuenca, en 1938. Fue el
primer hijo de 7 hermanos en un hogar campesino, de
profunda fe católica, tradicional y agrario. Abandona el
terruño
a
los
once
años
(aproximadamente),
para
internarse en Guápulo, Quito, en el colegio Seráfico de los
hermanos Franciscanos, del que retornaría 4 años más
tarde. Estudia en Cuenca en el Normal “Manuel J. Calle”, y
en la Universidad Estatal, para luego trabajar como
profesor y periodista, básicamente.
Su labor poética se iniciaría tempranamente, con la
fundación de la revista Amanecer, en los años de colegio y
AUTOR:
TEMA:
la publicación de su primer poemario: Del Crepúsculo, en
1957, a los 19 años.
En
1958
publica
Trébol
sonámbulo;
y
en
1960,
Desterrados.
Dirige, durante estos años, la revista Syrma4, la misma que
dio nombre a lo que se llamó “la Generación del Sesenta”,
de la cual sería “…su guía y su mentalizador…”, en
palabras de Felipe Aguilar.
A los 25 años publica Canción para lobos5, en 1963,
poemario con el cual grabaría su nombre dentro del
panorama de la poesía nacional, y latinoamericana.
En
1968, publica Las elegías de la carne. De 1969, El pozo y
los paraísos, su quinto poemario, se publicó casi
simultáneamente en Colombia y Ecuador.
4
“…Su revista (Syrma)… -al igual que “Pucuna” de los Tzánsicos-, estaba al tono con las
publicaciones que llegaban por esos años desde otras ciudades hispanoamericanas…”
(Tello,2004:350).
5
“Astudillo era, en ese momento, el nombre más importante de la joven poesía cuencana; una
de las voces connotadas de la lírica nueva del país; amigo de algunas de las figuras
trascendentes de la literatura hispanoamericana de entonces, que comentaban elogiosamente
sus trabajos, y manejaba el grupo Syrma como feudo propio, con una cierta y justificada
soberbia…” (Dávila Vázquez,2007:2/p)
AUTOR:
TEMA:
En la década del 70, Astudillo y A., parte en “exilio
voluntario”6 a cumplir labores periodísticas y diplomáticas
de Ecuador, en diferentes latitudes del mundo: China y
Venezuela, mayormente; tiempo en el cual expandiría su
labor poética, con publicaciones en diferentes escenarios:
en Ecuador, Quito: La larga noche de los lobos, de 1973 ;
El crepúsculo de los lobos y Resplandor Plural (Antología),
de 1994; Los himnos del crepúsculo, El presente tomado y
de De la tierra, el fuego y los recuerdos, de 1995; Dos
poemas dejados por la guerra7, del 2002 y Regreso al sol
negro, del 2005 –obra póstuma- publicados en Quito.
6
La obra de Rubén Astudillo y A., estaría profundamente marcada por –entre otras cosas, pero
la que considero pertinente nombrar ahora- los constantes viajes que se sucederían en su vida.
Habitando diferentes lugares alrededor del mundo, con diferentes cargos y funciones: desde
jornalero, en las islas galápagos, en su juventud, pasando por la docencia en una escuela rural
en el caserío Napa, en Nabón, y en el colegio “José Peralta” de Cañar. Colabora y dirige,
posteriormente, el diario “El Mercurio”, de Cuenca, en donde –además- preside la Unión
Nacional de Periodistas, antes de trabajar para la Agencia Internacional de Prensa; la misma
que lo llevaría a recorrer Israel e Inglaterra, en 1970, así como Irlanda del Norte, Alemania,
Suiza, Vietnam del Norte, México y Venezuela, de 1971 a 1973. En 1974 ingresa al Servicio del
Ministerio de Relaciones Exteriores, y forma parte de la Comunidad Iberoamericana de
Escritores, en Venezuela, en donde conoce a Ernesto Cardenal, Pablo Neruda y a Mario
Vargas Llosa. Se publica en este país, en el mismo año, una antología de su poesía: El
presente tomado. En 1982 es nombrado Director del Departamento de Comunicación y Prensa
del Ministerio de Relaciones Exteriores, y publica, con Alfonso Barrera V., la Antología Poética
Ecuatoriana, y en 1985 viaja a China, en donde viviría hasta 1990, cuando retorna al Ecuador a
sus labores en la Dirección del Departamento de Comunicación y Prensa del Ministerio de
Relaciones Exteriores, además de formar parte del Comité Ejecutivo del Consejo Nacional de
Cultura. (de Bastida. 1994:73). En el 2000 desempeña labores como funcionario del Ministerio
de Educación y Cultura del Ecuador, funciones que cumpliría hasta su temprana desaparición
en el 2003, víctima del cáncer
7
Publicación compartida con Walter Franco Serrano.
AUTOR:
TEMA:
Poemas, de 1982; y Poesía, de 1984, (Antología);
publicados en Cuenca.
Diez al revés del tiempo, de 1989, (Antología), publicada en
Guayaquil.
En Venezuela publica: El presente tomado, en 1974
(Antología); en Venezuela y China: en 1993 y 1997,
respectivamente: Celebración de los instantes; además de
traducciones al inglés, al turco y al chino, y numerosas
publicaciones
en
diarios
y
revistas
nacionales
e
internacionales.
1.4. Un método…
Toda intención de aproximación para con una obra poética,
o su construcción, depende, abiertamente, de una suerte
de sistema que dirija dicho acercamiento. De manera que
el camino recorrido debe llenarse de èncuentros´ y
`momentos´, en los cuales el poema genera un eco en su
lector; palpitar susceptible de ser capturado y liberado a la
vez, en las impresiones que tal encuentro revele.
AUTOR:
TEMA:
Dicho de este modo, el problema de encontrar este
`sistema´ adecuado, para recorrer la poesía de Rubén
Astudillo y A., me insta a ubicar en la misma una división
periódica que nos introduzca, a breves rasgos, en los
diferentes tiempos que la componen. En este sentido,
encuentro dos etapas en su poesía: la primera; la
producida entre los años de 1957 y 1974; y la segunda, la
producida desde 1982 hasta su obra póstuma, del 2005.
Determinar etapas para la lectura de determinada obra
poética resulta un ejercicio válido, pienso, pero, y sobre
todo en la obra del autor que aquí nos importa, la
delimitación de su poesía dentro de etapas que el escritor
iría develando progresivamente, es decir, avanzando, en el
sentido lineal del término, a parte de la ayuda básica que
pueda ofrecer no puede tomarse como algo determinado,
exacto y preciso, además de acabado. Me explico: pienso
que la obra de Rubén Astudillo y A. debe leerse como un
todo conexo, en la cual existen, por supuesto, diferentes
estados que deben ser rastreados, más que por etapas, por
ejes transversales que colman dicha obra, intercalándose o
alternándose
dentro
de
AUTOR:
las
ètapas´
que
podemos
TEMA:
determinar –con temblorosa rigurosidad- para su proceso
creativo.
Claro que la intención y propuesta de este trabajo no
consiste en describir su poesía en una progresión lineal, ni
encontrar las influencias o circunstancias que marcarían
dichas etapas en el quehacer poético de Astudillo y A.; lo
que pretende este trabajo es proporcionar una lectura para
dicha poesía, basada en la aprehensión de cinco ejes
transversales o temáticas que se repiten dentro de la
misma, y que deben ser analizadas individualmente –en la
medida de lo posible-, atendiendo a las diversas formas de
expresión
que
el
poeta
encuentra
para
ellas
en
determinados períodos (espacio-temporales) de su obra.
Los ejes temáticos en mención, los mismos que serán
tratados mediante diferentes lecturas o abordajes son, a
brevísimos rasgos: la Identidad; la Muerte; Dios; la Mujer y
el Ensueño.
CAPÍTULO 2
LA IDENTIDAD
AUTOR:
TEMA:
2.1.- Herencias, actitud y vanguardia
Cuenca
-las
décadas
transcurridas
entre
los
años
cuarentas y cincuentas del siglo pasado-: ciudad pequeña o
gran caserío, cuatro barrios tradicionales y sus cruces
marcando los lindes, casi intactos, desde la época de su
fundación. El damero y la plaza central, desde donde con
caminar, unas pocas cuadras, se llegaba siempre al
campo, en cualquier dirección (Jara Idrovo. Citado por
Vintimilla,1999:17).
Ciudad difícil de dejar, difícil salir de ella: el terruño íntimo,
encerrado en sí, y la soledad de la distancia… Cuenca
andina, encajonada, olvidada por la velocidad del progreso
de las `grandes´ ciudades que parecían Quito y Guayaquil8:
“…era más un pueblo que una ciudad, un pequeño pueblo
en las quiebras de los Andes…” (Jara Idrovo: Citado por
Vintimilla,1999:17).
Ciudad que, intelectualmente, vivía un idilio de modernidad,
pero que, reflejo de su realidad, padecía los dolores de la
campiña con aires de urbe, los anhelos de progreso de
8
Que para aquel entonces no contaban con el medio millón de habitantes. (Carvajal,2005:17)
AUTOR:
TEMA:
una
sociedad
que
se
desenvolvía
fundamentalmente en torno a las actividades
agrarias y artesanales; la repetición más que la
transformación,
el
tiempo
cíclico
de
las
estaciones, los meses y los años antes que la
aceleración progresiva del tiempo moderno…
(Vintimilla,1999:17).
Cuenca, en fin, solitaria, ensimismada, viviendo “…su
aislamiento
arrastrando
pesados
siglos
de
soledad,
envuelta en los cortinajes morados de la tradición…”
(Moreno
Heredia,1977:18);
dueña
orgullosa
de
una
sostenida usanza de escritores, pensadores y artistas.
Esta tradición poética de la ciudad, esta `vena lírica´,
encuentra sus raíces más próximas –dentro de la
estructura lírica moderna- con la escritura tardío-modernista
de Alfonso Moreno Mora, quien llega a la poesía desde su
interpretación casi campesina de la belleza de la tierra y la
devoción a su religiosidad imperturbable, con bellos cantos
de profunda tranquilidad (Rodríguez Castelo, 2004:14),
evidentemente vinculados con su entorno social, con
AUTOR:
TEMA:
“escenas costumbristas y bucólicas que vienen del tardío
romanticismo criollo…” (Carvajal, 2005: 43); y formando
parte
de
la
“Generación
Decapitada”,
que
fue,
precisamente, la que inauguró el quehacer poético en
nuestra nación del siglo fenecido.
Vale acotar, ahora, que la poesía ecuatoriana del siglo XX
recorre un camino particular en cuanto a la tradición
artística mundial, ya que nuestro modernismo, tardío, antes
que extender los caminos de la poesía en su forma y
estructura, abre –diríamos- las puertas a esta futura
expansión gestada por nuestros posmodernos, como se ha
dicho con anterioridad, por lo que sus influencias –las del
modernismo, claro está- se dejan escuchar hasta la década
de los 30´s, en las primeras obras de Carrera Andrade y
Escudero, dos de nuestros insignes poetas posmodernos
(Carvajal, 2005:43).
Pero ya centrándonos en lo que se vivía en esta ciudad,
intelectualmente hablando, me remito a las palabras de
Felipe Aguilar, crítico literario y profesor universitario, quien
nos dice, a tenor de las décadas que seguirían esta
impronta de posmodernidad: “…en Cuenca, pacata,
AUTOR:
TEMA:
conventual, cerrada, algo había que hacer para escapar de
la modorra (y) comenzaron los del Elan cuencano, Jara
Idrovo, Moreno Heredia, Cordero Espinosa, que rompieron
amarras y le golpearon duro…” (Aguilar, texto inédito:s/p),
esto en los años 40´s y 50’s, preparando –por decirlo de
alguna manera- la llegada de un joven poeta de voz
desgarrada, una generación después, en la del grupo
Syrma, contemporáneo al de los Tzanzsicos en la Capital,
con quienes –sin importar sus relaciones personales-,
coincidieron en un llamado de –siguiendo con Aguilar-:
“…conmoción, reflexión intensa, revisión profunda, debate
apasionado… un semi cataclismo, que puso en entredicho
los esquemas y las caducas estructuras de la llamada
cultura oficial (y) fue Astudillo, en suma, quien se puso a la
vanguardia de la necesidad de un nuevo arte, un arte que
rompa convencionalismos, que se adapte a las nuevas
corrientes universales, que sea fiel al fluir dinámico y,
muchas veces, vertiginoso, de la expresión artística…”
(Aguilar, texto inédito:s/p).
La literatura del país, en lo que a su lírica se refiere, hacia
finales de los años 50´s, y comienzos de los 60´s, se
AUTOR:
TEMA:
construía –básicamente- dentro de temáticas inmersas en
lo telúrico-histórico. Es decir, los temas para nuestra
poética se enmarcaban –mayoritariamente- en una pasión
por `nombrar la tierra´, por un lado, o por cifrar nuestras
herencias indígenas-ancestrales, como un intento de fundar
raíces sobre las cuales levantar un imaginario de nación,
una memoria sobre la cual construir nuestra particularidad
poética, nuestra apropiación sobre el lenguaje heredado. Al
respecto, Julio Pazos, en Tendencias de la poesía
ecuatoriana
después
de
1950,
nos
dice:
“Estas
problemáticas van a motivar las líneas más importantes de
los años posteriores […] Rumbos de paisaje, historia e
identidad” (Pazos. Citado por Vintimilla, 1999:8)
A nivel nacional, entonces, la lírica se sostendría
escarbando estos `rumbos´, con grandes y poderosos
hallazgos, para lo cual, bástenos recordar que en 1959,
Jorge Carrera Andrade publicaba su Hombre Planetario,
mientras que Jorge Enrique Adoum preparaba Dios trajo la
sombra, tercera parte de Los cuadernos de la tierra; a la
vez que diario El Universo, de Guayaquil, organizaba el
primer
concurso
“Ismael
AUTOR:
Pérez
Pazmiño”,
del
cual
TEMA:
resultarían ganadores Hugo Salazar Tamariz, en primer
lugar, con Sinfonía de los antepasados; César Dávila
Andrade, con su Boletín y elegía de las mitas y, por último,
Hugo Mayo con Caballo en desnudo (Carvajal:2005,15,16).
Sobra destacar las particularidades de cada poema, o de
cada poeta, mas, este triunvirato de escritores hablan de
por sí acerca del estado o conciencia poética reinante en el
Ecuador de finales de dicha década y el quehacer lírico de
la década entrante.
En Cuenca, el grupo Elan -cuyo mayor exponente, para la
posteridad, sería Efraín Jara Idrovo-, sostiene esta tradición
poética desde nuestra pequeña urbe andina, tradición que
encuentra su mayor heredero, casi contemporáneo, en
Rubén Astudillo y Astudillo, de quien Hernán Rodríguez
Castelo dijera: “Rubén Astudillo […] asume el discurso
fluyente de los poetas cuencanos de “Elan”9 y lo intensifica
para atacar con tono desgarrado los grandes temas de la
inquietud humana…” (Rodríguez Castelo,1980:141).
9
El grupo ELAN: Jacinto Cordero Espinosa; Arturo Cuesta Heredia; Efraín Jara Idrovo; Eugenio
Moreno Heredia; Hugo Salazar Tamariz y Teodoro Vanegas Andrade. (Moreno
Heredia,1977:16)
AUTOR:
TEMA:
2.2. Dos formas de Identificarse:
La poesía de Astudillo y A., debe ser leída en conjunto,
como se ha planteado, atendiendo a diferentes directrices
que marcan su camino. En esta ocasión, nos detendremos
a rastrear lo que hemos denominado Identidad, la misma
que debe ser entendida desde dos frentes, los cuales,
guiarán este análisis: La Identidad Generacional, en
primera instancia, y la Identidad Telúrica, en segunda.
La Identidad Generacional, se enmarca en la producción
que comprende los primeros años de escritura de Astudillo,
años de rebeldía, de búsqueda, de compromiso; y es el
único rasgo, dentro de la poética del autor en estudio, que
puede –y debe- ser rastreado en un sentido temporal, es
decir, que debe ser estudiado como una primerísima etapa
en su quehacer lírico.
La Identidad Telúrica, responde a una evolución de la
misma búsqueda, es decir, esta Identidad reclama para sí
AUTOR:
TEMA:
la indagación de raíces ancestral-telúricas a las cuales
asirse en el eterno camino que resulta la actividad lírica.
2.3. Identidad Generacional:
Nos referimos, con Identidad Generacional, a la voz que
alza el poeta en un tono testimonial; hablando por quienes
él
considera
sus
compañeros,
sus
contemporáneos
herederos de un mundo caótico10, decrépito, amenazante,
vacío de los signos del Amor. Carente. Moribundo… sus
contemporáneos, decía, en la soledad, en la desidia, en la
inconformidad, en la ira, en el abandono que el mundo
depara a toda una generación, de la cual, el poeta,
pretende ser el portavoz, el vocero, su escritor: “…somos /
antiguas islas de tristeza / que nadie ha descubierto…”
(Astudillo y A. 1957:12), nos dice en un pasaje de
10
La transmutación del mundo –estructurado- de la organización feudal, y la crisis de la
institución cristiana sobre la cual se sostenía la sociedad cuencana, seguramente, resultaría un
estado de desconcierto para la generación a la que responde el joven poeta Astudillo y A; es
decir, aquellos nacidos en la segunda mitad de la década de 1930. Además, indudablemente,
el sentir mundial de la primera mitad del siglo XX, marcarían el escenario sobre el cual se
levanta –una parte de- la actividad artístico-intelectual de occidente, su filosofía y formas de
percibir la realidad: “La filosofía de la preguerra reflejaba el estado de ánimo de la humanidad
en tensión característica; y la filosofía de la postguerra, a su vez, las huellas trágicas del
desengaño y de la insatisfacción después de tan enormes sacrificios de la felicidad y de la
sangre humana…” (Quiles,1967:21) Además, la labor poética de Astudillo y A., se vería
profundamente influenciada por el pensamiento y literatura de J. P. Sartre -sobre lo cual
ahondaremos más adelante-.
AUTOR:
TEMA:
Desterrados, este largo, profundo y desigual poemario,
publicado en 1957, que continuamos develando en sus
oscuros resplandores:
La soledad
como una antigua novia,
fue nuestra vieja,
cisterna de dulzura… (Astudillo y A., 1957:12);
Sabemos que somos los peores.
Y que nadie
después
vendrá
a sustituirnos…11 (Astudillo y A.,1957:29).
Claro que existe una diferenciación en cuanto al sujeto
enunciativo y aquellos sobre quienes se construyen sus
reflexiones, es decir, el poeta habla por sus “compañeros”,
pero al asumir la referencialidad de los mismos, ¿no asume
un lugar ajeno a ellos, uno quizá privilegiado?, significando
11
Esta poesía, como se ha planteado, refleja algunos aspectos del existencialismo de J. P.
Sartre (autor que, según fuentes cercanas al poeta, sería una gran influencia en sus primeros
años de escritura) sobre los cuales, sin la intención de profundizar, anotaremos ahora: dentro
del existencialismo de Sartre –y del existencialismo en general- encontramos dos
características fundamentales: el estudio de lo individual y lo concreto en contraposición a lo
general y abstracto; y el “análisis inmediato del yo existente, es decir, del yo en su viva e íntima
actividad…” (Quiles, 1967:28). Lo que pretendo remarcar ahora es el aspecto trágico con que
esta corriente de pensamiento aborda la “absoluta libertad del ser humano”, la misma que
resultaría en el “fracaso” de la especie y la fatuidad que esto significaría para el quehacer
humano. Estos rasgos, pienso, pueden ser ejemplificados en algunos de los pasajes de los
poemarios –primeros- dentro de la obra de Astudillo, como veremos a propósito de algunos
textos que trataremos en éste capítulo.
AUTOR:
TEMA:
la
distancia
que
enmascara
el
antihéroe
moderno,
presumiblemente:
El poeta solitario, el poeta proscrito en
abierta ruptura con el mundo, constituye
una de las máscaras del poeta moderno:
enfrentado a una modernidad que le fascina
a
la
vez
que
orgullosamente
le
la
repugna,
reivindica
imposibilidad
de
reconciliación con el mundo, y esgrime su
excomunión como un argumento para
afirmar su propia grandeza… (Vintimilla,
1999:43);
(¿Y no era ésta una clara actitud de “vanguardia”, de
“modernidad”, inaugurada ya a finales del S. XIX, pero que
repercute aún en las líricas contemporáneas?).
En este sentido, la primeras publicaciones de Astudillo y A.,
esencialmente los poemarios Desterrados (de título más
que sugerente), al igual que Canción para lobos, se
constituyen en cantos que procuran la conciencia social a
partir del estruendo de la voz poética y su intento por cifrar
en
palabras el sentir de una generación desolada que,
lejos de huir de la realidad, o ensoñarla dentro de una
AUTOR:
TEMA:
poesía evasiva -hija de un rasgo de la
modernidad-,
enfrenta y asume dicho enfrentamiento como deber natural,
como obligación espiritual, como única posibilidad dentro
de lo que el mismo poeta llamaría “poesía testimonial”12:
Ahora,
soy este extraño
lobo de Amargo-Amor, que regresa
a Vosotros… (Astudillo y A.,1960:9),
nos dice, al iniciar el recorrido de Desterrados, y continúa,
más delante:
Yo, el que ponía a secar
mi corazón
para vuestra ternura […]
Yo, el que ya os amaba,
cuando recién se iniciaba
la tierra... (Astudillo y A.,1960:9,10)
No es difícil encontrar en estos versos una fuerza ajena,
asumida quizá tras la lectura de Whitman y su canto al
12
La “poesía testimonial”, como la llama Astudillo y A., no pretende salvar al hombre ni a su
mundo, sino expresarlos. En éste sentido se puede rastrear parte de esta `deuda´ del poeta
para con el pensamiento de Sartre, fundamentalmente, más no podría hablarse de una poesía
existencialista en rigor, puesto que, dentro de la poesía de Astudillo y A., la esperanza es el
derrotero al cual los versos persiguen, pretendiendo la voz no solo del poeta, sino de su
generación; mientras que “la filosofía de Sartre no puede ser constructiva, porque no puede
haber fuerza para la acción donde existe la conciencia radical del fracaso…” (Quiles,1967:67)
AUTOR:
TEMA:
hombre universal, lectura que, posiblemente, enfrentaría la
esencia existencial sartreana y la actitud positiva ante un
futuro posible en la lírica de Astudillo y A.
Mas, me parece importante, ahora, observar el tono con el
que comienza el poema, es decir, la posición del yo
enunciativo: el yo que habla es, sin duda, el poético; el
mismo que asume para sí la indescifrable tarea de renovar
una tradición, de `purgar´, en sí, los demonios que la
misma carga, los despropósitos que denuncia como ajenos,
como impuestos, heredados:
Todo nos
tuvieron listo
a la llegada.
a nosotros
no
nos
tocó sino alinearnos.
ponernos
a
aprender
las
formas
AUTOR:
TEMA:
de vivir
al borde del peligro,
y ni eso:
barcos que nunca han de encontrar
el norte,
viajeros asombrados:
Aconstumbrarnos sólo. Acostumbrarnos… (Astudillo y A.,1963:1-2);
nos dice en Canción para lobos, dejando en claro, desde el
inicio del poemario, la conciencia que toma la voz lírica en
cuanto
depositaria
–mas
no
hacedora-
de
las
circunstancias, ante las cuales se revela el poema. Claro
que la batalla que se libra enfrenta al escritor -en cuanto
tal- con la realidad asumida, es decir, el combate no se
libra entre palabras, en el poema mismo, sino, y siguiendo
un principio que unifica la lírica ecuatoriana posmoderna,
en un enfrentamiento que embiste la tolerancia de lo `real´.
El signo y el significante, sin embargo, toman distancia -o
la
conservan,
arrastrando
consigo
una
porción
del
modernismo que no ha dejado de bullir en la poesía
contemporánea-, cuando el poema se convierte en bandera
de la nueva intención, es decir, cuando el poema,
incapacitado de nombrar y crear directamente su realidad
AUTOR:
TEMA:
justificada, hace eco de aquella sobre la cual se canta –
para destruirla, claro está- como quien la interpela entre
palabras:
Hemos golpeado ya todas las puertas.
Hemos andado ya,
todas las sendas. Hemos leído ya
todos los libros,
y nadie ha salido, con un trozo de amor
a recibirnos. Y nunca hemos
podido contemplar la Aurora
desde un mismo paisaje –encontrarnos
siquiera- y ninguno ha edificado
con sus signos de luto,
la verdad prometida… la que venimos
desde siempre
buscando… (Astudillo y A.,1957:13)
La conciencia sobre el lenguaje (pilar fundamental de la
poesía contemporánea –como lo dijera, entre otros,
Guillermo Sucre-), sobre el poder que nace de las palabras,
designios de realidad, se devela en las líneas que siguen;
claro que abordada desde la imposibilidad que ha
resultado, hasta entonces, su labor; desde la derrota que
asume en soledad el espíritu apocalíptico y fragmentado
que obra en la poesía:
En vano con amor
escribimos,
AUTOR:
TEMA:
con sangre escribimos
la palabra querida
en mitad
de los siglos. En vano
inventamos la palabra
Madre, la palabra hermano, y esta gota
de miel
para la estepa: Novia. (Astudillo y A.,1957:12)
La añoranza de lo que se llama “pérdida”, en los primeros
versos, se contrasta con la sublimación de la palabra
“Novia”, con su re-creación producida en el instante mismo
en que se concibe su negación. La imagen oscura del
primer ritmo dentro del texto se destruye, o anula, o
combina, con la sutil y corta danza que emulan sus últimas
palabras.
La primera poesía de Rubén Astudillo y Astudillo, en clara
actitud de vanguardia, se puebla de imágenes veloces y
metáforas que sugieren o tientan una re-interpretación del
orden como tal. Desde sus primeros versos y con una
fuerza aguda e hiriente, se plantea a sí mismo y a su lírica,
frente a una voluntad de cambio en la costumbre poética de
la Cuenca de los años 50´s, su `quietud´ y las formas
heredadas por el poeta y su generación. Esta voluntad de
cambio, además -eco de las vanguardias-, utiliza la
AUTOR:
TEMA:
disposición tipográfica y la disposición de los espacios
vacíos del poema13, es decir: “(la) disposición gráfica en el
espacio en blanco de la página (que) juega un papel
importante en la producción de sentido” (Vintimilla,
1999:51):
Nosotros
no
hicimos este mundo
sobre él, nada Tenemos.
Ninguna Oferta Somos.
Ni en pro, ni en contra
compromisos
hacia él nos fueron dados… (Astudillo y
A.,1963:13).
La ausencia, la soledad y la desesperanza, es decir: la
`contingencia´, caminan en estos versos. Los guían, en el
claro matiz sartreano que inunda estas palabras, sobre las
cuales, camina ese entumecido color que recubre el
“existencialismo ateo”, como alguien lo habría de llamar: “y
la realidad del mundo y de todo lo que le rodea, los
hombres, las plantas, los árboles, las raíces, yo mismo, es
que estamos ahí, simplemente, sin porqué, sin para qué,
13
Ésta es una característica que recorrerá la obra de Astudillo, sobre la cual profundizaremos
más adelante.
AUTOR:
TEMA:
sin
sentido,
sin
finalidad,
como
una
masa
inerte,
petrificada…” (Quiles,1967:56)
Hemos hablado de formas y realidades heredadas, sobre
las cuales se levanta este grito constante que constituye su
poesía; pero ¿heredadas de quién, de quiénes? La
respuesta –obvia- merece un trato y un detenimiento sobre
las palabras que el poeta encuentra para signar a dichos
heredantes, a los antecesores y la impresión que merecen
dentro de sus líneas:
Ellos
no saben
que han existido en vano. Sin haber
Hecho nada. Ni valido
para nadie ni nada […]
Que ahora mismo
no son sino un registro
de todos
los fracasos… (Astudillo y A.,1957:16)
Claro que esta negativa a las tradiciones no se circunscribe
al entorno lírico. Esta negativa pretende criticar –
literalmente- las estructuras de este mundo caduco,
anquilosado; la quietud de los hacedores de este caos,
AUTOR:
TEMA:
aquellos que nada intentaron por salvar al mundo de sus
horrores bastos, ellos, los “Febreros 31”, a quienes la
realidad desdichada les lava las manos y continúa,
ahogando: “Tantos siglos / hasta hoy, y sólo ustedes / los
que, no aprenden nada “Febreros”…”, y sigue su diatriba:
hasta cuándo en vuestros ojos sólo.
sólo en las
manos
vuestras ha de negrear la luz […]
Yo no sé si sois tontos o
sois
cristos.
Me cae negro el aire cuando os hablo…
El dolor, la desesperanza afincada en la certeza de lo
corroído, es decir, afincada en la inevitable fugacidad de la
existencia inalterable, del caos que se yergue tan dentro
que ni siquiera Ellos, en conciencia, pueden nada contra la
ola de pesimismo que devuelve estos versos:
Yo sé que en vuestros ojos
hay niños de ternura deslizándose. Hay pájaros
azules, hay casas donde el sol
es un ábaco grande, pero eso ya no
importa:
AUTOR:
TEMA:
Porque todo es en vano: el ABC, los números,
los Libros
de Color, las pinturas y el látigo.
Yo me pongo a reír
vuestro fracaso
y la risa me sale como un potro
borracho.
es como “complacerse”
frente
a una niña enferma
todo lo que
habéis hecho…14 (Astudillo y A.,1963:14)
El canto de Astudillo en estos, sus primeros años de
experiencia poética, llega a encontrar su voz, como diría
Rodríguez Castelo, en Canción para lobos,
su cuarto
poemario, el cual, así, a breves rasgos, se muestra como
un recorrido que, a manera de expiación, escupe las
verdades –del poeta, claro está- medidas por cortes
bruscos en el ritmo versal, encabalgamientos audaces,
14
Nótese el tratamiento de lo “grotesco”, como lo describe H. Friedrich, a propósito de Víctor
Hugo y uno de los pilares de la poesía romántica francesa, misma que sería, a posteriori, uno
de los fundamentos –junto con la ironía- de la poesía contemporánea. Friedrich nos dice: “lo
grotesco nos permitirá descansar de la belleza; con su voz “chillona”, habrá de alejar la
monotonía” (Friedrich,1958:44). En otro ejemplo de esta idea, desarrollada por Astudillo y A,.
leemos en El Pozo y los Paraísos, de 1969: “…como una joven / prostituta enferma de /
venenos amados” (Astudillo y A.,1969:23).
AUTOR:
TEMA:
destrucción de la sintaxis y apoderamiento del espacio
visual del poema15; pero, sobre todo, constituye un ejercicio
de catarsis en el cual, y sólo hacia el final, vemos el
resurgir de la esperanza en los versos de quien, tras la
`desintoxicación´ que pretende la extensión –corta más
bien- del texto, encuentra esa voz que casi cuece los
vacíos, que propone la aventura irracional de saberse
humanos; esa voluntad de salvación, de futuros de alegría
y victorias compartidas:
Y sin enbargo, os
juro, que Somos los Mejores
en queriendo
Salvarnos….
…Y,
…y vamos a Salvarnos, qué carajo.
15
El espacio visual del poema es de suma importancia dentro de la poética de Astudillo y A.,
así, recogemos las palabras que G. Sucre dijera a propósito de Huidobro y que, creemos, se
ajustan para hablar de esta importancia dentro de ésta poética, sin pretender, claro está,
establecer similitudes entre los escritores mencionados, sino, entre esta “técnica” dentro de sus
diferentes quehaceres poéticos: “En este espacio cuentan, además, la supresión de la
puntuación, el corte de los versos (que así pueden leerse a diversos niveles) y el blanco de la
página. Como se ve, no tanto un nuevo lenguaje como una nueva manera de articularlo: lo
fragmentario y lo total, la simultaneidad también, la superficie plana y la profundidad”.
(Sucre,1985:92). Walter Franco Serrano, en el prólogo al poemario póstumo Regreso al sol
negro y, refiriéndose a este aspecto de la poesía de Astudillo y A., decía: “Rubén considera su
poema como un gran lienzo o un gran espacio mural para plásticamente pintar sus versos con
magistrales trazos que ocupan todo el ancho de la cuartilla, para él no hay métrica sino una
dimensión física maleable a su ritmo interior de demiurgo, pues tan pronto se desborda hacia el
límite físico de la página como se repliega en una sola línea de uno o dos vocablos para seguir
luego en ese incontenible fluir torrentoso y armónico. Qué audaz y acertado en el manejo de
sus versos, de su espacio poético…” (Astudillo,2005:12)
AUTOR:
TEMA:
Nos vamos a sembrar
Eucaliptos de auroras en las manos.
aún Estamos aquí
aún quedan: Nosotros.
no se han cortado,
aun, las últimas palabras.
Vamos a amanecer el mundo.
vamos
A lavarles las
puertas
a todos los
que
lleguen… (Astudillo y A.,1963:22)
Con lo que –y sin pretender haber agotado el tema, ni los
ejemplos- avanzamos hacia la segunda identidad, aquella
que recuerda, llama y reclama los dones y milagros de la
tierra, de los tiempos pasados –siempre mejores, en una
clara influencia romántica-, y jamás corroídos. De las
costumbres, las raíces, del campo, de la naturaleza
embelesada y pura, del silencio y la armonía universal que
AUTOR:
TEMA:
brota de la Tierra, que cuece el Fuego, que atesoran los
Recuerdos…
En esta Identidad Telúrica, como la hemos denominado,
podemos encontrar grandes `momentos´ en su poesía, los
mismos que serán rastreados a lo largo de la obra pero,
con especial denuedo, en el poema publicado en 1982: de
la Tierra, el fuego y los recuerdos, en el cual Astudillo y A.,
consigue clarear su voz poética para erigir un canto de la
más profunda y hermosa textura, en el cual, como lo
veremos, se pueden encontrar los rasgos más distintivos
de su poética y, sobre todo, y lo que nos convoca ahora, de
este rasgo o eje transversal de dicha poesía.
2.4 Identidad telúrica:
La pasión telúrica, en la poesía ecuatoriana del siglo XX,
fue una constante al llegar su primera mitad. Arrastrando
las influencias de la narrativa indigenista de los años treinta
–que rigió la actividad literaria del país-, más la de Neruda y
AUTOR:
TEMA:
su Tercera Residencia –“y sobre todo del Canto General”
(Carvajal,2005:52), además de un hecho decisivo para la
futura configuración de –o intento de- un imaginario patrio:
la guerra perdida contra el Perú, en
desmembramiento
territorial
del
1941
Ecuador
y el
como
consecuencia de la firma del Protocolo de Río de Janeiro.
Este hecho imprimiría, entre los intelectuales ecuatorianos,
una necesidad de afirmar las raíces patrias en nuevos
imaginarios, que procurarían ser instituidos –consciente o
inconscientemente- por los grandes poetas que (d)
escribieron esta época (Carvajal,2005:52).
Una vocación telúrica con miras a una construcción cívica,
podría decirse, claro que sosteniendo con pinzas las
aseveraciones que, al no serlas en cuanto tal, pretenden
tan solo delinear uno de los rasgos o rumbos que la poesía
ecuatoriana transitaría por los años referidos.
Iván Carvajal, a propósito de Jorge Enrique Adoum y
“algunos de sus contemporáneos”, nos dice: “Su vocación
fue cívica; su propósito, fundar mitos para la endeble
nación-estado; su modo de interpretación de la historia
idealizó
el
mundo
indígena,
AUTOR:
a
los
héroes
de
52 la
TEMA:
Independencia y a los caudillos revolucionarios, al pueblo;
por
ello,
su
poesía
resultó
mitologizante…”
(Carvajal,2005:54).
Frente a esta tendencia -si se me permite la expresióngeneral, dentro de nuestra palabra poética, la poesía de
Astudillo y A., arranca –como se ha dicho con anterioridad-,
desde la búsqueda propia de esa identidad, de ese
nombrar la realidad para hacerla próxima, propia, para
asegurar su parcela de tiempo y sueño desde la cual erigir
su propia certeza, su lugar por construir mediante versos y
temblores. Mas, superada ya la primera etapa –juvenildentro de su lírica, tras derrumbar esos fantasmas que
desuellan sueños y trasquilan ilusiones, tras –digo, es un
decir- elevar el grito y sostenerlo como quien expulsa un
temor grapado en la piel, en la carne y la paciencia; vuelve
la vista atrás para afincar dicha esperanza en lo que resulta
la raíz única y universal: la Tierra.
AUTOR:
TEMA:
Claro que en la poesía de Astudillo y A., la Tierra –y todo lo
que esta palabra significa- tiene nombre propio: El Valle, la
pequeña parroquia en donde nació el poeta…16
Desde temprano en su lírica, en 1957, podemos leer su
Responso para tu tierra irremediable, en el cual, a modo de
elegía, la despedida por la muerte del amigo de la infancia
se muestra como la semilla de una fuerza, recurrente, a lo
largo de su obra: la dicotomía campo-ciudad; la misma que
-a breves rasgos- rescata el equilibrio inherente a la vida
bucólica, en contraposición al desorden y la polución de la
urbe, es decir, un ensueño romántico en contraposición al
desbarajuste racional de la modernidad.
Te mueres, Juan José.
Sin esperar las cosechas
siquiera…
y… tal vez está bien. Tal vez
tengas razón... (Astudillo y A.,1957:31)
16
Este aspecto de su poesía será estudiado con mayor profundidad en el capítulo sexto: el
Ensueño y el Retorno.
AUTOR:
TEMA:
El lamento, el responso, principia en la desazón; en la
tristeza sobre el mundo, en la casi alegría por la muerte... y
la conciencia de este acto lastima, se convierte en
confesión, en diálogo, en grito:
Me duelen las palabras… pero vengo
a decirte:
Hermano de la Tierra,
es mejor que te duermas,
sin saber
que más allá de tu montaña
están cayendo bombas sobre el trigo,
están agonizando
los gorriones
y cubiertos de cruces
los caminos… (Astudillo y A.,1957:31)
Más allá del hogar, de la parcela y el arado, del camino
común, la estepa y la costumbre que pasan, como
ignoradas, como perennes; el mundo se bate en guerras y
terrores que “van (dejando) / vacías las escuelas, vacíos
los hogares / y teñidos de rojo / los cristales…” (Astudillo y
A.,1960:32); más allá del ciclo estacionario que cumple
voluntades, del silencio y la continuidad, más allá de ese
tiempo primigenio, de sus “veinte / años / puros / sobre la
tierra Triste…”, (Astudillo y A., 1960:32) están la velocidad
AUTOR:
TEMA:
iracunda del mundo y sus tempestades, están Argelia,
Chipre, Puerto Rico y Guatemala, están las cosas de las
que es mejor no hablar, ni nombrarlas, ni re-crearlas.
El poema aparece con un tono de profunda comunión y lo
que prima en él, es su voluntad de acercar al lector a lo que
el escriba experimenta en la obra que resulta de dicha
comunión. Así, el tono conversacional que guía el poema,
varía las intensidades dentro del mismo, alternando la
intencionalidad de ocultar los males, al amigo, “para que no
se ponga tu corazón / obscuro…” (Astudillo y A.,1069:32), y
los recuerdos compartidos; alternando las concurrencias de
la infancia, la extrañeza de sus memorias y el ensueño; la
acritud soberana de la muerte y su rescate de un mundo
que se ataca, se limita, se asfixia, de un mundo que parece
contrario a la alegría:
Vengo a decirte ahora,
sobre la voz del grillo y la tierra
en que habitas, caracol de tiniebla:
Amigo Juan José, es mejor
que hayas muerto, sin ver
asesinados, tu choza, tus maizales… y
la blanca ternura
con que
AUTOR:
TEMA:
soñaste
un día… (Astudillo y A.,1957:32)
(Es también interesante, dentro del poema, el juego que
resulta de la espacialización del texto al alcanzar el final, el
mismo que, acorde al ritmo que guía su lectura, se va
cerrando sobre la última línea en un sutil gesto de
exhalación, de despedida…)
En Canción para lobos, Astudillo y A. denuncia una
realidad apremiante que rodea a su generación, como
quien busca un asidero, me parece; un risco o la piedra
sobre la cual detener la caída; como el `mejor trocito de
sombra bajo el árbol´; como la ternura en medio de toda
página; como el dolor que no deja de ser él, pero remansa;
como algo de aquello que reclama la palabra.
Encontramos, en este sentido, las figuras que nacen en
Yararaes en 6, poema en el cual y por la voluntad de
deslindar, o quizá, de guardar la distancia que media del
campo a la ciudad, el poeta declara, como una profunda
AUTOR:
TEMA:
comunión: “Aquí, estamos / mal, sólo Noso-/ tros”; y
continua, con una sutil invocación simbólica:
más allá de esta sangre, que pide
tiempo
al coágulo,
de este sendero círculo… (Astudillo y A.,1963:5)
La sangre que pide tiempo a su imposible, la certeza del fin
que reviste horizontes, la incongruencia del `sendero
círculo´, esa certeza de todo cuanto vuelve deshaciendo la
esperanza del cambio, de la renovación, del salir de la
niebla que envuelve los senderos… aunque, como quien
busca entre el torrente su propio manantial, como quien
labra su senda clara y el camino, se alzan los silencios de
la satisfacción sobre la naturaleza, que más allá de “esta
voz, de estas / manos , de esta piel / que se marchan..”
(Astudillo y A.,1963:5), de esta casi insoportable levedad
humana, se levantan:
los árboles. La luz, el agua,
el polvo […]
Más allá la alegría
AUTOR:
TEMA:
como carne en aurora de su primer
contacto… (Astudillo y A.,1963:5,6).
El poema, con extraños vuelcos, tras nombrar con grandes
imágenes las bondades de lo deseable, después de alzar lo
telúrico a la esfera más alta de lo que el texto poetiza:
De espaldas en el júbilo
la tierra es una
hembra
en espera del polen.
Dulce voz de manzanas crece
desde
los
surcos.
Como un espejo de alas
van trotando los trinos.
como un metal antiguo se va dorando el
barro…
(Astudillo y A.,1963:6).
después, decía, de una extraña metaforización en donde
los extremos de lo inimaginable se juntan y cantan una
armonía de llamadas fugaces e imágenes oníricas:
AUTOR:
TEMA:
las estatuas del mar.
las gacelas del viento.
las llamas de la aurora.
los caballos azules.
las playas agitadas.
las tumbas que se orean.
las banderas que nacen…
Más allá, digo, ¡dice! el poeta: “más allá de Nosotros, nunca
/ nadie / se ha puesto a fabricar el odio…” (Astudillo y
A.,1963:6) Nadie, en definitiva: “nadie para el olvido se ha
in- / ventado los ángeles…” (Astudillo y A.,1963:6).
Entonces, claro está, más allá del caos generado por el
hombre sobre el hombre, de esta ruina que se gesta,
incólume sobre nuestros hombros, más allá de nuestra
imposibilidad, nadie tienta la suerte como “Nosotros”, los
únicos, los verdaderos, los imposibles:
sólo Nosotros los ensuciadías, los
envenenaelagua, los prostituyevírgenes, los
ojosturbios, los manosgarras, los
sinningúnmotivo,
los odialaesperanza…
…los que estando
Estaremos para siempre mal… (Astudillo y
A.,1963:7)
AUTOR:
TEMA:
Todas las cavilaciones de la crítica se ven opacas ante la
fugacidad del verso claro del poeta, sugería Heidegger a
propósito de Hölderlin (Serrat Crespo,2004: 10), y en este
caso, antes de convocar el final que se avecina dentro del
poema, quiero remarcar la sorpresa que suscita su lectura,
ya que, dentro de la atmósfera oscura, pesimista, que
recrea el texto, la esperanza –o una forma superior a ella,
quiero decir, la esperanza de no buscarla más, por
inconsistente- se vuelca sobre la razón de la desesperanza,
es decir, todo vuelve al hombre: razón final de todo, incluso
de la sinrazón:
A-y pero sin nosotros.
A-y pleamar de adioses.
A-y lobos desterrados.
A-y pero sin Nosotros quién la razón de nada.
quien los nombras las cosas.
A-y pero sin Nosotros, quien
la sal de esta tierra… (Astudillo y A.,1963:7)
2. 5 “De la tierra, el fuego y los recuerdos”.
He dado la vuelta al mundo
pero nunca he salido del
AUTOR:
TEMA:
pequeño pueblo donde nací…
(Astudillo y A., 2005: 17)
En 1982 Rubén Astudillo y A., publica Poemas, tras casi
una década de silencio lírico. Década de una vida nómada,
llena de viajes y retornos, de desprendimientos y
aflicciones, de despedidas y comienzos, de búsquedas y
memorias; de la lejanía que marca el tiempo, que une, a la
distancia, los llamados del latir profundo y ancestral, de los
ritmos que animan el transcurrir poético, la expresión
alcanzada, la universalidad del decir que re-crea un
universo propio sobre el cual obrar, a pulso, escribiéndolo.
En este sentido, el extenso poema, De la tierra, el fuego y
los recuerdos (con el cual comienza el poemario citado),
construye lo que sería, para el poeta, para su lenguaje, el
mito fundacional sobre su palabra17.
17
Al respecto, me permito citar las palabras que Rubén Astudillo y A., escribiera en una carta
enviada –al Dr. Tito Astudillo, su hermano- el 6 de enero de 1979, en la que, y a manera de
poética, explica el motivo de lo que, presumiblemente, se convertiría –años más tarde- en el
poema sobre el cual pretendo profundizar a continuación: “…He vuelto, nuevamente, a los
sueños diarios sobre la tierra, la infancia, nosotros. Y estoy comenzando un largo poema sobre
El Valle. Bueno, no comenzando, terminándolo diría […] Pienso que este poema debidamente
terminado puede ser mi mejor contribución a la formación de nuestra “vallenitud”, de una
conciencia de nuestra gente, de una identificación con sus raíces. Este poema hablará,
partiendo de las circunstancias que vivimos nosotros, la familia, de la circunstancia familiar de
todas las gentes de nuestro pueblo. A veces me gusta decir, de nuestra raza. Una raza distinta,
AUTOR:
TEMA:
2.6 La importancia de un espacio desde donde empezar
En la poesía ecuatoriana de la segunda mitad del siglo
veinte, no pocos son los escritores que fundamentaron su
labor en “construir mitos historicistas como horizonte de su
fabulación
poética”
(Carvajal,2005:195);
así,
como
continuando la “pasión adánica” del Carrera Andrade de El
fabuloso reino de Quito, o del Atahuallpa, de Benjamín
Carrión; la generación que irrumpe al partirse el siglo
procura configurar estos ámbitos mitológicos para su
poesía: César Dávila Andrade, Jorge Enrique Adoum y
Hugo Salazar Tamariz, entre otros (Carvajal,2005:195),
serían un ejemplo de lo manifestado.
Efraín Jara Idrovo, del Elan cuencano, por su parte, irrumpe
en la poética nacional con su propia manera de mitologizar
su poesía: las islas Galápagos (Carvajal,2005:195), el viaje
y el retorno que para él, es decir, para su poesía,
obviamente, más espiritual […] Hay factores que pueden, que en realidad han conformado un
hombre especial en nuestro pueblo. Sí, creo que cuando menos, en lo que respecta a la
historia íntima del pueblo, podemos y debemos hablar de nuestra raza, y si quieres hasta con
un alto hermoso, fructíficamente complejo de superioridad…” (Astudillo: texto inédito: 1979)
AUTOR:
TEMA:
significaría
esta temporada de ausencia, este tiempo
primigenio, este re-descubrimiento, esta vuelta al ser.
Rubén Astudillo y A., es mi opinión, cuece su universo
inmediato, su pedazo de recuerdo al infinito, su propia
parcela de tiempo-espacio en la pequeña comarca que
vivió desde los ojos –lejanos, turbios- de la infancia: El
Valle, la vieja casa familiar y el mundo a través de su
recuerdo18: “la laguna, la loma, las sementeras, el “jardín”,
las quebradas, las colinas, la fiesta interminable de los
jueves de feria, todo eso, nos imprimió un alma
inolvidable…” (Astudillo y A.,texto inédito:s/p)
Nombrar
dicho
espacio,
entonces,
comportaría
una
compleja y delicada sucesión de tentaciones, de búsqueda
y palabras que dibujen, que canten el nombre añorado, la
18
La parroquia de El Valle, para los años que corresponden, era un pequeño pueblo de no más
de 30 familias – a decir de su hermano Tito -. Agrario, tradicional y profundamente católico, es
decir, dueño del catolicismo que se vivía en los pequeños poblados de las sierras de nuestro
país. El pueblo se levantaba tanto en el valle, cuanto en las laderas que lo circunscriben. Casas
de hacienda, capillas, sembríos y esa quietud que habita las tierras altas. La carretera que lo
unía a la ciudad era precaria; los viajes, esporádicos; de comercio, mayormente: tierra de
labriegos y arrieros.
Para los años de infancia del poeta, el pueblo sería un pequeño caserío anclado en un rincón
de las montañas: tierras amplias, animales, los días que pasan…
AUTOR:
TEMA:
palabra que inmortalice la memoria ancestral, cósmica, del
mito de origen.
Porque en la `certeza´ del ensueño el tiempo pide tregua;
los olores, los colores, las fugacidades se bautizan, se
levantan; el equilibrio –por segundos, eternos, en la
duración de la imagen poética- se brinda a manos llenas:
Tiene un nombre de lago
vegetal; o, de acuario
de largas llamas verdes.
Copa, crisol o
círculo sagrado
desde
los candelabros de oro de sus
colinas suben los eucaliptos
como escuadrón de
faros
a dirigir las velas
con que navega el tiempo (Astudillo y
A.,1982:15).
El nombre, imposible, dirige los gestos con que se articula
el tiempo: ¡la inmortalidad! La fuerza de la palabra,
construida
tras
años
AUTOR:
de
profunda
meditación,
de
TEMA:
indagación, desemboca en poderosas imágenes que dan
cuenta de la atracción del hombre a sus raíces, de su reconstrucción, del hallazgo que lo dicho significa:
Tierra del equilibrio solar, mientras
las nubes le llueven cabelleras acuáticas y
rayos desenvainados, ella le siembra al
cielo sementeras de pájaros y yerbas doradas
por el yodo de los huesos que duermen, como
lanzas en guardia, debajo de las cúpulas de
fuego de las rocas… (Astudillo y A.,1982:16)
Evocación de un pasado idílico, es decir, de la memoria
ancestral en donde el ritmo de la naturaleza está invadido,
pausado –si se quiere- por la voluntad del hombre, por su
propio acontecer: la `tradición´ natural de la tierra, sus
ritmos para la cosecha y la lluvia que la permite, su cíclica
costumbre: la tradición cultural del hombre, los tiempos que
él genera, su propio equilibrio, su cíclica costumbre…
Es evidente que Rubén Astudillo y A., compone este
poema con un espíritu profundamente romántico ya que,
dentro de este eje o temática, el escriba se propone sobre
el sueño en búsqueda de la inocencia primigenia: “para los
románticos lo que redime a la vida de su horror monótono
AUTOR:
TEMA:
es ser un sueño. Los románticos hacen del sueño “una
segunda vida” y, aún más, un puente para llegar a la
verdadera vida, la vida del tiempo del principio. La poesía
es la reconquista de la inocencia…” (Paz,1974:92).
Muelles
triangulares de tejados donde
ancla
la noche o desde donde
zarpan
cada mañana
los jinetes
del humo […]
Vasijas de profundas galaxias
emigradas: sus
lagunas; y, plasmas de la
substancia
original del mundo: el barro
de sus
bosques […]
Airecanción.
Fuegocaricia.
Aguasemilla.
Tierracolor
mi pueblo es como un mapa del cielo; una
lección de “como
lo que se encuentra
abajo
AUTOR:
TEMA:
es como lo que se halla
arriba y
lo que está arriba
es
como lo
que
se encuentra
abajo”19 (Astudillo y
A.,1982:17,18,19).
El pueblo, entonces, se describe en los versos que el poeta
levanta con sus manos hacia el pasado (un pasado que, en
realidad, se tiñe y viste de presente, en el arquetípico
tiempo del ensueño), procurando conformar, con lo que
queda de él, los cimientos sobre los cuales ejercer su labor
poética y construir, a partir del ritmo y el símbolo (que,
juntos, inaugurarían la aventura de la poesía moderna), su
propio punto referencial.
Es, quizá, una forma de extender su poética, o lo que su
palabra propone, a los dominios sobre los que se ocupa;
19
La presencia de elementos pertenecientes a filosofías herméticas, en la poesía de Astudillo y
A., son constantes al punto de ser parte de su obra. Así, varias imágenes y símbolos –sobre los
cuales no trataremos en este espacio- tienen –presumiblemente- origen en estas fuentes. Y
esto no debe sorprendernos ya que, esta comunicación entre la literatura y la tradición ocultista
ha sido una constante de la poesía moderna: “La influencia de la tradición ocultista entre los
modernistas hispanoamericanos no fue menos profunda que entre los románticos alemanes y
los simbolistas franceses […] la historia de la poesía de Occidente está ligada a la historia de
las doctrinas herméticas y ocultas…” (O. Paz: 1974: 134). En este sentido, y para ejemplificar
lo dicho, los últimos versos del poema citado podrían ser una paráfrasis de El Kibalyon (obra
fundamental para la filosofía masona), mismo que, en el capítulo VIII, Los Planos de
Correspondencia, nos dice: “ Como arriba es abajo; como abajo es arriba” (El Kybalion,sin
año:75)
AUTOR:
TEMA:
es, fundar un aire de irrealidad para tender un puente que
comunique las imágenes del verso, con las imágenes
aprehendidas por el yo poético, para reconstruir su parcela
de tiempo, su anterioridad sobre el silencio:
En medio del milagro
diario de las
formas,
pues
hasta el tiempo allí
tiene su
forma, los sonidos también y las
gaseosas murallas
del silencio
tanto como las húmedas
cortezas del espacio… (Astudillo y A.,1982:23)
En este espacio -que crece entre las palabras que
continúan alimentándolo-, la mistificación de la tierra, la
identificación
con
la
misma,
el
ejercicio
vital
de
pertenecerse a un lugar, a un pasado, a una historia; acude
en una suerte de imágenes de corte surrealista, para
expresarse: “...catedrales de savia / terrestre…”, “…múltiple
brazo / de los / caminos…”,
placenta
AUTOR:
TEMA:
celeste de la tierra y
el aire
como un
árbol de leche musical
y
esplendores (Astudillo y A.,1982:24).
La poesía de Astudillo y A., procura generar un eje en el
cual orbitar las fulguraciones que sus imágenes son
capaces de engendrar. Pero este `nombrar la tierra´ se
produce sólo para llegar al hombre –razón final de toda
invocación-, y en este caso, al hombre universal que el
poeta busca en sus coterráneos, dueños de sus Nombres:
viven allí
los Hombres de
mi Pueblo. Edifican
los nombres con
los que se designan a ellos mismos
ya
sus
cosas… (Astudillo y A.,1982:26)
El poema continúa, digo, el poeta continúa en el poema su
`construcción´
de
ìmaginarios
AUTOR:
particulares´
con
70 la
TEMA:
invocación, el llamado a quienes
fueron parte de esta
comunidad sobre la que se escribe:
Sobre caballos de esplendor, bajo la luna llena,
pasan los Guerrero y los Beltrán. Los Cobos y
los Tenorio.
Llegan los Alvarado y los Rodríguez. Los
Vanegas.
Bajan los López y los Córdova.
Los Balarezo y los Arévalo. Los Tapia.
Vuelve el tiempo
a sus aguas
primordiales. A sus piedras
de Origen […]
Suben los Aguilar y los Segarra. Los Izquierdo.
Los
Peña. Los Gutierrez.
Pasan los Lima y los Ortiz. Los Cumbe y los
Fernández.
Los Sigüenza. Los Farfán y los Ochoa. Los
Aviléz […]
Vienen los Neira y los Melgar. Los Pañi y los
Pesantes.
Los Peñaloza. Los Barbecho. Los Chica.
Llegan los Astudillo.
Troncos que se
renacen en
otros troncos.
AUTOR:
TEMA:
Marea de armaduras
adánicas
que giran. Honda
aurora circular…20 (Astudillo y A.,1982: 47)
El hombre al cual el poeta pretende nombrar, lo cual
significa, así, Crearlo; se corresponde a la naturaleza
enorme, graciosa, enamorada, que el poema nos viene
construyendo. En este sentido, podemos recordar algunas
imágenes que llaman al ser que vive junto a la “matria”
(Carvajal,2005:37), a la fuente, al lugar al que se debe,
lugar añorado, cantado:
Tierna,
amorosamente
20
Podemos, con facilidad, ubicar aquí una posible muestra de la deuda de Astudillo y A. con
César Dávila Andrade, ya que, en Boletín y Elegía de las Mitas, Dávila utiliza este recurso
enumerativo de pertenencia, nombrando, precisamente, a aquellos sobre quienes se construye
la intensión del texto:
“Yo soy Juan, Atampam, Blas Llaguarcos, Bernabé Ladña,
Andrés Chabla, Isidro Guamancela, Pablo Pumacuri,
Marcos Lema… / Padecí todo el Cristo de mi raza en Tixán, en Saucay,
en Molleturo, en Cojitambo…” (Dávila Andrade, 1984:287)
Pero no solo por el recurso de enumeración –lo cual sería absolutamente superficial- podemos
rastrear esta deuda, esta influencia –si se me permite la palabra-.
Está claro que el gran poema de Dávila Andrade propone –como su nombre lo indica- ser un
documento histórico (boletín), filtrado por la pasión profunda del lenguaje poético (elegía), más
un trabajo constante y preciso para nombrar las realidades –ubicarlas- a las que se dedica el
genio poético. O para decirlo con otras palabras, el poema busca, rastrea sobre los hechos y el
dejo de historia-ficción que los presenta y, a partir de ellos, fundamenta su propia tradición, su
lugar en el tiempo, el espacio para continuarse.
En este sentido, me parece, el poema de Astudillo refleja una suerte de esta intención,
localizada -a `menor´ escala- en los habitantes del lugar personal, dueños de una tradición, de
prácticas, de expresiones, de, en fin, su propia historia, la misma que, a momentos, abandona
el terruño para significar un universo más amplio.
AUTOR:
TEMA:
la cultivan al tiempo; se
hunden
en sus dominios
como una espada tensa, le
hacen brotar
maderas triunfales y
respuestas; se cosechan en ellas (Astudillo y
A.,1982:27)
Y así son, entonces, los hombres de este pueblo, de esta
estepa de dulzura, de este imposible que huye al tiempo de
la modernidad, al desgaste de los recuerdos enfrentados al
vaivén de los hechos; así, ellos:
Bebedores de luz
a oleaje lleno […]
rodeados del
relámpago plural de los cereales […]
ponen sus hombros de madera recia, de
eucalipto
y cangagua, de anchos pinos
lunares, a levantar la vida… (Astudillo y
A.,1982:44);
ellos, que significan, para el poeta, un Nosotros desde el
cual alzar la voz, cantarse, cantándolos; describirse en el
eterno ejercicio de narrarlos, o poetizarlos, fundando así
AUTOR:
TEMA:
una suerte de destino que escape de las manos débiles,
frágiles de la soledad y el desarraigo:
Orgullosos de ser también su
Soy –desde el principio- los que
Somos [...]
estando adentro
y siendo su propia
historia desde
la edad
de oro de los cimientos colectivos… (Astudillo y
A.,1982:27)
¡Ser su propia historia!, es lo que cuenta, lo que el poeta
quiere contar de la gente de su pueblo, y lo hace,
precisamente, trayendo consigo la memoria de los sucesos:
Pasan los barbudos abuelos conservadores.
Pasan los viejos tíos liberales. Los que
pelearon en Ayancay y el Tejar21; y, que
cuando hubo que regresar a casa
aventando rencores y galones al viento fuerte
de las quebradas de Mal Paso22
21
Ayancay y el Tejar fueron puntos geográficos de importancia en las batallas entre los
ejércitos del Gral. Eloy Alfaro con los ejércitos conservadores.
22
La quebrada de Mal Paso –a decir del hermano del poeta: Tito Astudillo- fue un lugar
conocido (en ese entonces) como un paso de peligro, en donde delincuentes esperaban a los
transeúntes –arrieros, mayormente- para robar la carga que portaban. Por esto, la gente de los
AUTOR:
TEMA:
se pusieron a trabajar la tierra, otra
vez hermosamente familiar. Maravillosamente
paridora de potros y de
toros. De vaporosas mulas. Y, de mieses…
(Astudillo y A. ,1982:50)
Y continúa, revistiendo viejos anhelos, viejos furores,
viejos orgullos nacidos a la luz del fogón en la voz de los
padres, en el eco extraño que deja los años en la memoria
y los recuerdos…
(- Mi General, le dijeron, afuera está un
muchacho. Es
un chazo del Valle. Viene con dos
caballos. Quiere verle.
Que pase, dio la orden.
Mi General, se presentó, este caballo es para
Usted. Este
otro para poderte acompañar en las peleas.
Ahí mismo Alfaro le nombró Capitán. Ese
chazo
fue el tío abuelo de mi Madre. Bien ganadas,
carajo,
bien ganadas esa tres estrellas, Tayta
Domingo)
alrededores aconsejaba que, al ver extraños aproximándose, lo mejor era arrojar las galoneras
cargadas para poder escapar con el resto de la carga.
AUTOR:
TEMA:
Y es que, el poema, como documento histórico23, funciona
para el escritor a la hora de –nuevamente- forjar su
pertenencia. En este sentido el poema de Astudillo y A.,
que comienza con la búsqueda de un nombre para el lugar
añorado; que describe, luego, a sus habitantes -dueños de
una profunda herencia-; que se hunde en “sus ponchos de
fiesta; y, sus puñales…”; que suena su “bocina24 al aire,
también […] sus tambores…”; continúa en una suerte de
diálogo histórico, una suerte –decía- de exposición pasional
y estructurada sobre momentos `mínimos´ de esta historia,
de sus huellas, de lo que se ha ido diciendo…
“Pasan los jugadores de pucara25 y en sus / hondas / va
borracha la muerte…”; nos dice, congelando en una
imagen toda la tradición de un pueblo, su cosmovisión
labrada de un sogazo. Y continúa:
23
El lenguaje poético funciona, en ocasiones, como un documento al que se puede abordar
desde una mirada histórica -por obvio que resulte decirlo-, puesto que en éste se deposita el
saber y sentir de un tiempo-espacio y las circunstancias determinadas por los mismos: “El
poeta abarca la idea de realidad más allá de toda relación y al margen del tiempo, en su pureza
y esencia. Es el verdadero historiador mientras que éste es, la mayoría de las veces, sólo un
pintor de retratos. El hombre se encuentra mejor reproducido en la obra de los poetas que en la
historia… (Schopenhauer,1968:9)
24
La bocina es un “instrumento musical, usado antiguamente para fines guerreros en
asonadas, familiar para muchos indios, consistente en una caña larga hasta unos dos metros
de largo con estrangul en el extremo…” (Córdova. Citado por Encalada V.,2005:146)
25
El pucara -o Pucará- es un “juego tradicional que se celebra en algunas comunidades
campesinas del Azuay. En esta provincia se pronuncia como palabra grave. Es palabra quichua
y significa fortaleza” (Encalada V., 2005:284). Es además, “un juego típico del carnaval,
celebrado por los aborígenes de los pueblos de la hoya del río Jadán, jugado hasta hace –
aproximadamente- quince años.” (Tito Astudillo, texto inédito:s/p)
AUTOR:
TEMA:
Pasan los “huelguistas
de la sal”26 con sus relámpagos, digo con sus
machetes desenvainados. Pasan
los bailadores a caballo de Octubre27. Los
Mingueros
de Agosto28. Los estandarteros de Abril29.
Pasan
los contrabandistas con sus enormes “ponchos
de agua” y sus revólveres. Pasan los cuatreros
y
los priostes30. Los ensalmadores y los
danzantes31. Los cazadores de venados. Los
músicos
y los chalanes. Pasan los
arrieros […]
Ellos hicieron
este
Pueblo. Le
crecieron
entre soles y
heladas.
Cuidaron
26
En la década de 1930, se da un levantamiento armado indígena por la especulación de la
venta de sal en la urbe –Cuenca-.
27
La Escaramuza (“juego a caballo que consiste en realizar diversas labores, en un sector
determinado que llaman plaza, el mínimo de jugadores es de doce…” (Cordero Palacios,
Citado por Encalada V.,2005:204) se celebra en las fiestas de San Judas Tadeo, cada 28 de
octubre, en la parroquia el Valle.
28
Las cosechas, en el Valle, se celebraban en el mes de agosto, con una “minga”, o trabajo en
comunidad.
29
Estandarteros de Abril: “Portadores de los estandartes en la procesión de Viernes Santo, en
la parroquia de el Valle”. (Tito Astudillo, texto inédito:s/p)
30
Prioste: “Persona encargada de organizar una fiesta religiosa. El cargo puede ser anual o
vitalicio. Puede ser también una mujer, y en este caso se llamará priosta…” (Tobar Donoso,
Citado por Encalada V.,2005:283)
31
Danzante: “Personaje que interviene en la contradanza, como también en el baile del
tucumán. En el Cañar recibe el nombre de danzante cañari…” (Encalada V.,2005:192)
AUTOR:
TEMA:
sus linderos, digo su
destino.
Le
dieron este nombre
de hermosa
llama húmeda: El Valle […]
Ellos nos fundaron el alma. Abre
tus puertas
corazón. Ponte
de pie. Salúdales. (Astudillo y A.,1982:53-54)
Queda claro, entonces, la intención del poeta por nombrar
su memoria, por devolverse a ella a través de las
palabras…
Ebrio de sus licores
solidarios escogí
estas palabras
para los hombres y
las cosas de mi pueblo… (Astudillo y
A.,1982:59)
Rubén Astudillo y A., para concluir esta fase del estudio,
construye su voz a partir de la de su pueblo, su palabra, su
mito de origen… a su vez, éste, su pueblo, comienza a
contar su historia a partir de la voz del poeta y su palabra,
en esta suerte de vuelta al ser en donde el escriba afinca
sus certezas para buscar, ya no a tientas, las voces que
AUTOR:
TEMA:
cierran dicho encuentro, el mismo que resultaría un camino
en eterna apertura, un camino abierto a palabras y
momentos que cocerían el resto de su labor poética, de su
vida: “…Desde / la piel sin fin del /vino del /reencuentro…”
AUTOR:
TEMA:
CAPÍTULO 3
TIEMPO, MEMORIA Y MUERTE
Pregunto si alguien conoció algún
poeta que dijéramos llanamente,
más
amablemente,
más
certeramente, el de morir (Andrade
y Cordero,1969:s/p).
En la poesía de Rubén Astudillo y A., las directrices que
demarcan su camino son indisolubles entre sí, ya que, en
ese universo que propone la construcción de sus palabras,
los
diferentes
caminos
se
cruzan,
intercambian
y
enriquecen en contactos que permiten vislumbrar sus
pertenencias.
Procuraremos ahora develar las voces con las que el autor
reflexiona sobre la Muerte, el Tiempo, la Memoria y los
ecos con que los (d)escribe entre líneas, como quien traza
una suerte de luz en medio de la caída.
AUTOR:
TEMA:
Y comenzamos este recorrido que, me parece importante
acotar, se lo realizará tomando en cuenta textos producidos
a lo largo de su obra, sin un ánimo lineal sino, más bien,
hurgando entre las palabras –aquellas- que traten y
construyan la realidad que el poeta nombra para llamar,
para ahuyentar, para cobijarse incluso en esta idea que,
dentro de su lírica, ocupa un sitial que proponemos
convocar.
3.1. El poeta de las “muertes cuotidianas”
Temprano en su lírica Rubén Astudillo y A. reflexiona y
escribe sobre la Muerte; así, en Desterrados y en Canción
para lobos, su tercer y cuarto poemarios -claramente
influenciados por los aires existencialistas de Albert Camus
y de J. P. Sartre, quienes, sabemos (por fuentes cercanas
al poeta), fueron autores de singular interés para el lírico
cuencano- la voz poética enfrenta su signo con la voluntad
de quien devela un temblor, para olvidarlo, para crecerse
en el espacio derramado por su ausencia.
AUTOR:
TEMA:
En el capítulo anterior anotaba –a breves rasgos- la
importancia del pensamiento sartreano en la obra de
Astudillo y A. y aclaraba, además, el punto en el cual estos
escritores tomaban distancia, es decir, el punto en el cual
Astudillo y A. tomaba distancia de la filosofía sartreana, la
misma que, a decir de Ismael Quiles, fue –básicamente- un
`canto´ a la desazón, al àbsurdo´: “…Encerrados en esta
vida sin sentido, en esta libertad a la que estamos
condenados; dirigidos necesariamente hacia un ideal
absurdo porque es un fracaso; y recluidos en una cárcel sin
salida, somos simplemente, para Sartre, una absurdidez…”
(Quiles,1967:69).
En la poética de Astudillo y A. encontramos ecos de esa
percepción del mundo:
La única solución
para tanta
tristeza […]
la tenía la muerte […]
Mas Ay
Oh Solos Míos,
desde que germinó
la primera semilla, todo
AUTOR:
TEMA:
estuvo jugado… todo
lo tuvimos para
siempre
perdido (Astudillo y A.,1960:14)
Todo -para siempre- perdido en cuanto la àbsurdidez´ de
un mundo en donde la vida anula su contraparte en un
eterno volverse a ser, y ésta -ausencia-, a su vez, convierte
a aquella en un presente cansancio continuo, una larga
caída abisal en la cual “Ellos32”, los “Febreros 31”,
transitan su Ser en espera, simplemente, al margen de toda
consciencia:
Ellos no saben que van hacia
la Muerte. Ellos
no saben
que han existido en vano […]
Que han estado
en el Mundo
como una cosa más,
contingente
y absurda (Astudillo y A.,1960:16)
32
En el capítulo anterior se hizo referencia a la `máscara´ que el poeta moderno utiliza para
hablar por la sociedad que repele, que niega, pero que, a la vez, siente suya hasta el punto de
hacerla entre sus palabras.
AUTOR:
TEMA:
Nótese el sentido que adquiere la palabra que engloba el
sentido del texto: “contingente”33; una cosa “contingente y
absurda” que devela como utopía el Abandono:
Ni la muerte puede salvarnos
Ahora ni
Nunca. Porque
siempre volvemos,
sin querer
retornamos…
Porque
nunca
morimos definitivamente (Astudillo y
A.,1960:14)
La Muerte dejaría de ser la noche en la que el ser se anula
y evita seguir deambulando34 en un tiempo desarticulado,
sin Nortes ni asideros; la impotencia del hombre consciente
en su agonía –que es la del mundo- hace brotar imágenes
y tiñe las palabras que marcan dentro, que calan…
¿Por
qué
tantas
existencias
fallidas
y
obstinadamente recomenzadas y de nuevo
33
“Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la
necesidad. Existir, es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero
jamás se puede deducirlos. Hay, según creo, quienes han comprendido esto […] pero ningún
ser necesario puede explicar la existencia: la contingencia no es un falso aspecto, una
apariencia que se pueda disipar; es lo absoluto, por consiguiente la gratuidad perfecta. Todo es
gratuito: este jardín, esta ciudad, yo mismo…” (Sartre. Citado por Quiles,1967:57)
34
“Astudillo deja atrás la tradición literaria que identifica a la muerte con una dama de negro…”
(de Bastida,1994:26)
AUTOR:
TEMA:
fallidas, como los torpes esfuerzos de un
insecto vuelto patas arriba? (Yo era uno de
esos insectos). No me sorprendí; bien sabía yo
que era el mundo, el mundo desnudo, que se
me presentaba de golpe. Y me ahogaba de ira
contra ese enorme ser absurdo, seguro de que
no había ninguna razón para que existiera esa
larva que se arrastraba… (Sartre. Citado por
Quiles,1967:14)
No se necesita cavilar demasiado para encontrar los ecos
de Sartre en las palabras con que inicia Astudillo y A. su
recorrido poético. Sin embargo, debemos decir que la voz
del poeta cuencano tiene una proximidad mayor con la obra
y pensamiento de Albert Camus y su humanismo35 que con
el existencialismo del absurdo, como Quiles llama -a
brevísimos rasgos- al pensamiento sartreano: “Aquí se
cumplió la tristeza / Mañana ya gloriará la Aurora / en las
primeras cimas…”, o:
35
Juan Valdano, en su tesis doctoral Humanismo de Albert Camus, refiriéndose a la obra del
escritor francés, precisa: “qué lejos estamos del ambiente opaco y brumoso de las obras de un
Sartre o de una Simone de Beauvoir. En realidad, como lo reconoce el propio autor de “La
nausea”, este solo aspecto bastaría para diferenciar a Camus del existencialismo sartreano”
(Valdano,1968:31).
AUTOR:
TEMA:
Por esa forma de enseñarnos que nada
se destruye; que la derrota es una cosa
y la destrucción solo la sombra
transitoria de un golpe o de un deseo,
la vida es bella
hasta el temblor de los rumores metafísicos
o más allá (Astudillo y A.,1995:40)
Astudillo y A. –es mi parecer-, entra y sale del
existencialismo sartreano para criticar (poner en crisis) la
`realidad´ de un mundo caótico y pronunciar la palabra que
pretende la des-esperanza, para desterrarla, para dejar de
ser en ella sólo, para conjugarla.
Y vuelve sobre este canto de vida, construido desde la
desnudez de esa des-esperanza:
Hay que alegrarse, Vida.
Hay que alegrarse
Muerte.
Mañana ya seremos
Eternos…
Mañana,
Ya seremos la Nada. (Astudillo y A.,1960:25)
AUTOR:
TEMA:
Volviendo con Juan Valdano y su estudio sobre el
humanismo en A. Camus, leemos: “La muerte se nos
presenta así como un hecho que nos sobrepasa, un hecho
sin significación y por lo tanto absurdo. Es pues necesario
vivir ese absurdo para librarnos del miedo de la muerte y
unirnos más al mundo. Así la muerte hace al hombre libre y
absurdo a la vez” (Valdano,1968:43).
En Canción para lobos –de 1963- encontramos, en el
poema 37 de junio la llave o algo así, una suerte de
conciencia del yo poético que sabe que la Muerte es, al
margen de cualquier detenimiento y que nada importan
nuestras cavilaciones sobre ella en cuanto “Consecuencia /
a la que hay que Abrazar / sin reír / ni llorar…” (Astudillo y
A.,1963:19). Y comienza:
un día nos
borramos
un poco más
la sombra
y quedamos dormidos…(Astudillo y
A.,1963:18).
Es interesante observar cómo la voz poética procura
desmitificarla, describiéndola como, tan sólo, el acto de
dormir: cerrar los ojos y dejar-se Ser. Ya no el gran
AUTOR:
TEMA:
misterio, ya no la posibilidad, la trascendencia de vencer,
de habitar el tiempo de lo infinito, sino –simplemente- de
vivir esa parte de lo que es vivir:
la muerte
es la muerte.
como un pájaro rojo
es un pájaro rojo …]
ni más ni menos
es
es una Consecuencia
a la que hay que Abrazar
sin reír
ni llorar.
como Tomarse un Trago, así. (Astudillo y
A.,1963:18)
Ni bien ni mal, simplemente así. La Muerte no es más el
final del camino al que se debe alcanzar, ni es una realidad
sobre la cual dolerse ni abdicar la voluptuosidad del existir;
es, sin más palabras “como beber o amar / como ponerse
un traje de estrellas en los huesos…” (Astudillo y
A.,1963:19):
como marcar un
número
AUTOR:
TEMA:
de teléfono. Como salir del cine. Cortar
un sueño o irse playa adentro
hacia el vino.
la muErte es uNa
consecuencia Natural de
la Vida.
Ni más ni menos
es…(Astudillo y A.,1963:19)
Es claro que, en la poesía de Astudillo y A., un recurso
recurrente para significar la importancia de una palabra
específica –y la idea que la misma significa-, es el
nombrarla con mayúscula inicial, dotándole de una fuerza
significativa evidente, como por ejemplo, cuando habla de
la “Muerte”, o del “Muro” o la “Vida” o de “Dios” –en unos
casos- o “dios”, en otros; por lo mismo, me parece
importante remarcar la forma en la que el escriba deletrea –
en este fragmento del poema- a la palabra Muerte, la
misma que fue abordada, en un comienzo del texto, con
mayúscula inicial, y que, ahora, cuando se pretende
desmitificarla, se la deletrea así: “muErte”, para, en
AUTOR:
TEMA:
seguida, escribir su palabra opuesta así: “Vida”, utilizando
las palabras en su recurso visual.
Muerte, Vida, Ser… todo mediado por la omnipresente
vastedad temporal, esa línea que nos marca los pasos, que
nos vierte la continuidad como quien sentencia un plazo, un
límite al resplandor:
nos sacamos el tiempo
como un par
de
zapatos
Y encontramos
La
llave para salvar el Muro.
es la muerte, natural y sencilla… (Astudillo y
A.,1963:17,18)
Y empieza, así, otra proyección de la voz lírica que
encuentra, entre líneas, la invitación que marca el
descubrirse sujeto a la subjetividad que significa el
Tiempo36, el cual, en su inasible presencia, se vuelve una
36
El debate con y contra el tiempo –entendido éste como sucesión-, es uno de los “…rasgos
dominantes de la literatura contemporánea…” (Sucre,1985:336)
AUTOR:
TEMA:
constante lírica, quiero decir, una pregunta y su certeza, a
la vez, que se desvanecen cuando -por nombrarlo- se
extienden en el mismo juego:
Entonces habla mi alma o alguien
desde
ella le recuerda que
el tiempo marcha desde el pasado
hacia el futuro, así
como desde el
futuro hacia el
pasado y, que el punto de
convergencia de
este
doble movimiento, aquello
que concebimos
como el vacío es, por encima
de su apariencia, el
centro generador del
universo. La eternidad
en permanente estado de
recreación… (Astudillo y A.,1994:46,47)
Mas, atento a esa transparencia cíclica y la incapacidad de
ser dentro de este juego de presencias idas para el
momento
de
buscarlas,
el
hombre
fundamenta
su
continuidad en la Memoria -“Al conjuro de la memoria el
tiempo / deja de ser / la espada que no cesa de / cortar y se
AUTOR:
TEMA:
convierte en campo de luminosas llaves…” (Astudillo y
A.,1995:9)-, única capaz de congelarlo; y el poeta descifra
(¿o cifra?) entre sus palabras ese instante que sigue siendo
más allá del mezquino tiempo humano –“un día mientras el
avión se / deslizaba por una / hora sin tiempo –dónde
estaríamos / entonces, en qué minuto de los meridianos
oficiales-…”, y su incapacidad:
de
todos los milagros la Memoria es
el único que nos
permite contemplar nuestra
propia alma mientras se
deshace. Y rehacerla.
Por Ella volvemos a ser dueños del
fuego arrebatado a
Dios […]
Es
nuestra espada contra
la invasión de la
noche universal... (Astudillo y A.,1994:19)
Entonces, lo que decimos es que la voz poética se
encuentra arrojada sobre la continuidad que supone un fin,
para, a partir de ella, renunciar-se deshaciendo el Tiempo como quien se quita los zapatos- con lo que, además,
continúa la línea o el tono que – a breves rasgos- pretende
AUTOR:
TEMA:
desmitificar los grandes trazos de este drama del hombre:
la muerte-tiempo.
En otros pasajes Astudillo y A. vuelve sobre reflexiones que
configuran su experiencia circular del Tiempo que, como el
hombre, se sufre eterno:
Fulgor vencido por sí mismo
en los desiertos
el tiempo mira su propia
muerte
como
desde el reverso de un
antiguo espejo y
sueña
otra vez con la vida… (Astudillo y A.,1993:59)
Nos dice en Celebración de los Instantes37, publicado en
1993, en el cual el poeta se vuelve sobre la idea del
Instante y lo que éste significa dentro de la poesía, en la
cual, deviene en ecos que son imágenes y además
37
Nótese el título del poemario que es, simplemente, iluminador. Recordemos a Guillermo
Sucre: “En el instante, el tiempo deja de ser opacidad sucesiva y reasume su fluir de tiempo
original, desligado de la compulsión cronológica […] privilegiar el instante es, pues, privilegiar al
hombre como tal…” (Sucre,1985:374). La idea del Instante continuará en la poesía de Astudillo
y A., así, en el Crepúsculo de los lobos le escuchamos decir: “los esplendorosos / instantes de /
eternidad que intensamente / vivimos y bebimos juntos a lo largo de un / tiempo de / largos,
plateados días…”; o: “ese instante de / glorioso resplandor que los /dioses comparten alguna /
vez con los / mortales…” (Astudillo y A.,1994:42,57)
AUTOR:
TEMA:
momentos en los cuales el tiempo se congela habitado y
habitante del ritmo, del decir en la imagen poética, v.gr.:
“…la esgrima de menta de / los quindes…” (Astudillo y
A.,1995:21);
Ante las bailarinas de Beijing
el
tiempo detiene su
galope. La muerte
esconde sus
puñales y se rinde
ante el milagro
glorioso de la vida… (Astudillo y A.,1993:87)
El Tiempo se detiene ante la cópula del ser, quiero decir
que su transcurrir inexpugnable se trunca, se libera en la
contemplación de los Instantes del hombre que lo anulan,
aquellos en donde se unen el tiempo –su fluidez- y la
imagen que lo ostenta –la fijeza-: “El instante es
simultáneamente fijeza y vértigo: fijeza en movimiento,
vertiginosidad que se fija…”(Sucre, 1985:73) decía Sucre a
propósito del ritmo poético de O. Paz, lo que me recuerda
que, en la poética de Astudillo y A. se juega una suerte de
dialéctica del retorno, en donde todo tiempo y en fin Todo,
AUTOR:
TEMA:
vuelve siempre a ser parte de lo que fue, completando así
el fluir cíclico de la realidad:
Todo lo que nos une es el comienzo
de nuestra venidera lejanía […]
Todo lo que comienza lleva el principio
de su final y cada unión el
cumplimiento de que todo
lo que acerca, aleja… (Astudillo y A.,1994:10).
El Tiempo, para Astudillo y A. es una trampa (esto, claro
está, no es nada nuevo ya que, como se anotó, es una de
las características de la literatura contemporánea) sobre la
cual el Hombre debe ejercer su capacidad de ser punto de
quiebre entre un pasado que sabe a futuro y un siempre –
presente- en el que todos somos -no fuimos ni seremos-, y
existimos: “Porque un minuto simple o / un recuerdo simple
cuentan más que / la eternidad…” (Astudillo y A.,1995:28).
“Los ríos del futuro labran las / escalas / secretas del
retorno…” (Astudillo y A.,1995:17) escribe en otro pasaje
del mismo poemario significando –presumiblemente- la
circularidad de los hechos, la cíclica costumbre del
universo:
“la
eternidad
AUTOR:
galopa
tan
lentamente
TEMA:
circular…”(Astudillo y A.,2005:73), nos dice en otro,
aclarando la idea sugerida, o, para terminar: “mientras atrás
ya no se extiende sino el futuro / adelante brillan las lejanas
luces del pasado…” (Astudillo y A.,2005:78).
Empero, cómo escapar del cansancio que un tiempo que
pasa y vuelve a pasar podría acuñar en nuestros ojos, en
nuestro entendimiento:
para evitar
su destrucción bajo el
galope de las horas, el hombre
tiene que reinventarse
día a día […]
agarrarse a las olas de la
fugacidad del tiempo o
edificar una isla en el
vacío profundo de
la nada… (Astudillo y A.,1994:17),
con lo que volvemos, agazapados, a buscar el sendero del
Instante, su manifestación exacta de cuánto dura en
nosotros el Tiempo; su manifestación, decía, que reclama
al hombre como el centro de cuanto tentamos entre
AUTOR:
TEMA:
palabras, como el punto en el que se estrechan todas la
posibilidades:
la hierba y las estrellas a su
modo
definen la eternidad: un sucesivo
desfile de
recuerdos y al hombre, en
medio de
ellos, como el centro del
círculo sin fin
de los instantes… (Astudillo y A.,1994:23)
3.2. Regreso al sol negro
Los poetas, a veces, se preparan a
morir mucho tiempo antes de su
tránsito. Astudillo no era la
excepción, y en Viento del sur,
escrito
presumiblemente
hace
bastantes años, dice a su hija:
“Puedo decir que estoy en paz;/ que
puedo irme;/ que todo está jugado.”
Esa percepción, según Franco, está
en el título mismo del libro que
presentamos, pues la imagen del sol
negro remitiría a la muerte. Pero en
él la muerte es una percepción de
AUTOR:
TEMA:
eternidad…
Vázquez,2007:s-p)
(Dávila
Recordemos a María Augusta Vintimilla -a propósito de la
poesía de Efraín Jara Idrovo- para regresar al tema que
inauguró este diálogo: “…Las palabras son un lazo, su
entramado configura una red para tentar a la muerte, pero
son
también
una
trampa
para
derrotarla…”
(Vintimilla,1999:63).
En el año 2003 Astudillo y A. fue diagnosticado con un
cáncer terminal que reclamó su vida en un precipitado
espacio de tiempo. Los textos a los que acudimos a
continuación38 fueron –presumiblemente- trabajados por el
poeta durante ese período y, sobra decirlo, los acompaña
una
luz
indispensable
para
concluir
nuestro
aproximamiento.
Regreso al sol negro recoge diferentes textos o instancias
de la trayectoria lírica del autor –inéditos, claro está-, los
38
Textos publicados en la obra póstuma Regreso al sol negro, de 2005.
AUTOR:
TEMA:
cuales fueron seleccionados y presentados como libro por
uno de los hermanos del poeta (Dr. Rodrigo Astudillo) y por
un amigo suyo, compañero de letras y vida, Walter Franco
Serrano, quien, además, escribe una profunda introducción
al mismo. El libro, compuesto por desiguales –tanto en
forma cuanto en fondo- poemas resulta, como diría Dávila
Vázquez, entrañable; mas el diálogo que proponemos –
ahora- recoge los momentos que permiten pre-figurar las
palabras con que la voz poética des-cubre la realidad
inminente de la Muerte -la misma que prefiguró durante
años sus caminos dentro de esta poética- y, sobre la cual,
descansa el título mismo de la obra39: “el hombre muere de
muerte / para poder resucitar y regresar al maravilloso /
mundo
de
los
sentidos
inmortales…”
(Astudillo
y
A.,2005:78);
Buenos días. Buenas tardes. Buenas
noches, adiós. Buenos días,
eternidad. Sobre el silencio
la soledad
se extiende como una mancha
negra
39
“Sí, no hay duda que la muerte es el reino del sol negro, y al titular a su último libro de la
manera como lo hizo, ya en vísperas de fallecer, pienso que el poeta tuvo consciencia plena de
la fugacidad de la vida, de lo ineludible del trance final y esto es conmovedor, porque como él
mismo lo dice, hay …un instante para volverse brizna de eternidad…”. (Franco
Serrano,2005:11)
AUTOR:
TEMA:
sobre la nieve (Astudillo y A.,2005:83).
La certeza de un profundo temor alienta estos versos, la
duda de quien mira atrás y abre y cierra su propio ciclo,
como quien dice àdiós´ y saluda dispuesto a continuar en
esa extraña moción que deja el silencio del poema; una
imagen que expande la oscuridad final sobre todo el
momento que resulta el texto:
Claro que uno se da cuenta
cuando es la hora. Y sin embargo
juega a otro plazo
a la esperanza.
Entonces la vida
se desquita. Y comienza el infierno
sin fin de los adioses (Astudillo y A.,2005:87).
Una terrible confesión: el silencio y abandono de la
Memoria y el Tiempo que se Es en Vida, dentro de esta
forma de Ser que es la Muerte. Conciencia. Implosión.
Destino cumplido tras quemar la cuenta en “la otra ladera
de los años…” (Astudillo y A.,1982:69); el yo que escribe se
devuelve en un movimiento doble y único, a la vez. La
escritura llega a colocar una tras otra las imágenes que
congelan la visión: el regreso consumado, el Regreso a la
montaña dorada precedido de un eco, podría decirse,
AUTOR:
TEMA:
como si un temblor sujetara otro temblor con la fuerza
necesaria.
En el poema, Astudillo y A. se devuelve al tiempo primordial
de la infancia y la vieja casa familiar:
tierra en que el miedo había sido desterrado
de la vida
y la muerte se batía
en retirada ante
el plural ataque de la infancia
del tiempo
y de las cosas…(Astudillo y A.,2005:103);
el Ensueño40, lugar último de encuentro, conjuro consumido
a través de su obra y al cual vuelve enfrentándose a ese yo
que lo reclama:
Cuando empezó a subir las viejas gradas de
piedra
sintió
que el aire
40
El Ensueño, como uno de los ejes de la poesía de Astudillo y A., será estudiado en un
capítulo posterior, por la importancia del mismo en su poesía.
AUTOR:
TEMA:
se endurecía entre él y la antigua casa familiar.
Como un
espejo que se rebela, pensó. O como un túnel
que se
resiste a que alguien abra el
otro lado del misterio…
La tonalidad –oscura- del poema llega a bordes de
expresión en donde el peso de las imágenes, de los ritmos
que se suman -quiebran o acompañan-, arrojan palabras
como silencios, enormes y largamente tiernos, deleznables,
sobrecogedores como “los viejos uniformes escolares […] o
como las mortajas…” (Astudillo y A.,2005:102), como la voz
pretendida que calla, como un decir que inaugura el
comienzo de ese mundo, inalcanzable; entonces, cierto:
De pie ante la vieja casa
ahora
como encogida frente a los recuerdos que
de ella
había guardado en tantos años,
miró las hojas de la
puerta
cerradas y de golpe, algo como un
presentimiento,
le empujó adelante… (Astudillo y A.,2005:101)
AUTOR:
TEMA:
Pero vamos a dejar por ahora este poema para continuar
(haciendo –así- un paréntesis) sobre otro de estos ejes
temáticos planteados para la obra de Astudillo y Astudillo, y
aclaramos que, adelante, al tratar el tema referente al
ensueño poético del escritor, habremos de concluir con el
tema que ahora abandonamos.
CAPÍTULO 4
“LIBRE DE TI SOY UN LINDERO ABIERTO…” (Astudillo
y A.,1982:87)
Dios en la poética de Astudillo y A
AUTOR:
TEMA:
Para continuar este recorrido debemos detener el paso y
develar otro de los ejes fundacionales de la poesía de
Rubén Astudillo y A.: Dios. Y es que el poeta muestra en su
obra la desesperada, frenética y vertiginosa búsqueda de
una figura de Dios41 que se bifurca, que despierta dentro
las voces que lo llaman, así como las que exigen y son
silencio. Nuestra intención ahora es convocarlas.
4.1. La Oración del lobo
En 1963 Astudillo y A. publica Oración para ser dicha
aullando, o tercer intento de salvación (en Canción para
lobos)42, en la cual prefigura un camino que, inscrito en la
estética vanguardista (por su voluntad irresoluta de
transgresión y voracidad) mas, ejecutando uno de los
41
“La poesía de Rubén Astudillo está presidida desde sus comienzos por una honda, obscura y
perpleja necesidad de Dios…” (Rodríguez Castelo,1979:524)
42
Para aquél entonces, nos dice Felipe Aguilar, crítico literario y contemporáneo del poeta:
“…la poesía religiosa en el Ecuador era una poesía de creyentes, una poesía de plegarias y
una poesía de fieles y obsecuentes seguidores del dogma […] A Astudillo parece torturarle el
silencio de Dios, su radical lejanía o más aún, su no existencia, por eso la imprecación, la
angustia, la “blasfema ternura” de sus textos. Es que, por ejemplo, “Oración para ser dicha
aullando” sin la violencia verbal de ese impactante y desolado libro que es “Nada más el verbo”
de Francisco Granizo Rivadeneira, adquiere la misma trascendencia pues es un poema que
aborda, desde la perspectiva del ateo, con un lenguaje desnudo, la necesidad de un Dios, la
urgencia de Dios, la propuesta de un Dios más vital, menos sacralizado y más humano…”
(Aguilar,2003:s/p)
AUTOR:
TEMA:
pilares
que
fundó
el
romanticismo43,
procura
des-
estructurar el andamiaje que cubre la imagen de un Dios
cuya potestad, cuya omnipresencia fue indudable, y,
porque no decirlo, inmutable: fundado en la distancia.
Retengo de una observación de Oswaldo Encalada
Vázquez, a propósito del título del poema, la imagen que el
mismo procura, aquella que podría develarse si lo
desmembramos en sus partes. Es decir, si observamos que
el poema se pretende Oración (súplica del hombre a lo
infinito, a lo divino) desde la voz-aullido del Lobo (el animal,
por antonomasia, opuesto al cordero el cual, sabemos, se
asocia
a
las
ideas
de
sumisión,
aceptación
y
sobrecogimiento en la religiosidad cristiana, o mejor, en su
institucionalidad) que tienta su tiempo de ser y las
preguntas que lo atañen, y vemos cómo el poema se
proyecta para, precisamente, suplantar la voz del Cordero y
ser en él, en una nueva versión del Hombre y su apego a lo
divino. Así, como diría David Mejía Velilla44, el poemario
bien “…pudo llamarse de otra manera, “Canción para
43
“El tema de la muerte de Dios es un tema romántico […] La conciencia poética de occidente
ha vivido la muerte de Dios como si fuese un mito. Mejor dicho, esa muerte ha sido
verdaderamente un mito y no un mero episodio en la historia de las ideas religiosas de nuestra
sociedad…” (Paz,1974:71,76,77)
44
Escritor colombiano contemporáneo de Astudillo y A.
AUTOR:
TEMA:
Niños”, “Canción para desamparados”, “Canción para
Desesperados”, “Canción para humildes…”” (Mejía Velilla,
1968:s/p) o, como sugería Encalada Vásquez: “Canción
para Corderos”.
La figura de Dios -retomando el texto- para esta poesía, es
una sombra constante que acompaña y alimenta los
temores, las fascinaciones y los encuentros entre el ser y
aquello que busca, lo cual, para ser aprehendido, debe ser
objeto
de
negación,
de
olvido,
de,
precisamente,
distancia…45
Arrastrados por el miedo le crearon los
unos; por la pasión los
otros; alguien tal vez por cobardía, por la
soledad, muchos.
pero si yo pudiera; si este poder
nos dieran, lo haríamos tan sólo por la
pena… (Astudillo y A.,1067:33,34)
Las palabras con que comienza el poema abren un espacio
de diálogo monológico que sostiene el texto, es decir, una
45
“…Como se ve es una poesía de matriz dialéctico: Todo lo que acerca aleja; pero ni esto es
cierto, la otra mitad del razonamiento también lo es. Es decir: Todo lo que aleja, acerca. Por
eso, después de haberse alejado (de Dios), fatalmente la criatura se encuentra cerca de lo que
se alejaba. En otras palabras: Hay que huir de algo para encontrarse con él…” (Encalada
Vásquez,2003:s/p)
AUTOR:
TEMA:
suerte de búsqueda a tientas de aquello que lo trasciende,
de aquél por quien se escribe el mundo. Empieza,
decíamos, por sentar la dependencia divina para con el
hombre, el cual, fracaso tras fracaso, ha procurado bautizar
ese instante en donde “todo se vuelve brizna de
eternidad…”.
La encarnada búsqueda –que, resulta obvio decirlo, admite
una desaparición previa- de Dios se manifiesta en el
lenguaje mismo del poeta, o de la poesía moderna, debería
decir,46 que busca rastrear, respirar, transpirar o transcribir
a ese Dios creado por el hombre en soledad, en menester
de un asidero para trascender-se en medio de la nada a la
que se siente convocado: “si existieras, por la pena / que
causas,
cuánta
falta
nos
haces…”
(Astudillo
y
A.,1967:36,37). La razón final del poema, su movimiento
constante, me parece, se resuelve en la posibilidad que
pretende y juega en este laberíntico ritual de negaciones y
llantos, de increpaciones, alaridos y quebrantos; del grito
que fundamenta su existencia en la fuerza de su eco, que
46
. “La pérdida de Dios o del sentimiento religioso, la alienación del hombre mismo […] han
influido en el lenguaje del hombre moderno: por sus palabras ya no habla sino “una edad
amarga de silencios”…” (Sucre,1985:256)
AUTOR:
TEMA:
lo confirma, lo devuelve, lo cristaliza: “si hubieras, qué bien
nos llevaríamos / contigo por / hombres, por solitarios, por
abandonados…” (Astudillo y A.,1967:37)
no te odiara ni amara si existieras (me han
dado la evidencia de que tú nunca fuiste
-entre paréntesis-),
pero si es que existieras en verdad, te invitara
a que caigas y
nos llegues; te diera mi camisa y mis
zapatos; mi chompa; mi blue-jean; y mis
pañuelos; mi modo de beber y mi costumbre
de abrazar hasta olvidarme las esquinas, los
bares y las pistas… (Astudillo y A.,1967:34).
El tono de búsqueda, de indagación, abre la circularidad del
poema que, si bien principia en la aseveración de la
invención de Dios, el “limosnero / de nombres y de
preces…”, por parte del hombre, del ser, continúa con la
invocación hacia ese nombre47 que busca ser re-bautizado,
para aproximarlo, para hacerlo real:
47
Esta idea de la divinidad bautizada –creada y sostenida- por el hombre, se repite en varios
momentos de su obra, como en el que sigue de El crepúsculo de los Dioses: “Los dioses que
sobreviven en / su destierro gracias a quien / los sueña y / cuidan la celeste / memoria de su
sangre…” (Astudillo y A.,1994:18); o este otro, de la larga noche de los lobos: “Nos dolía
inclusive el que se quede huérfano; / con nosotros caídos al / osario, quién para que le nombre
…” (Astudillo y A.,1973:48), o el que sigue, de El presente tomado:
- “Dios… una ¿pintura?
- Que no resistió el viento
ni a las aguas.
AUTOR:
TEMA:
con otro nombre te dibujara al mundo:
el que te han puesto
debe dolerte mucho. Pesarte a cuchillazos. Y a
terrores.
con nosotros
conocieras el
nombre de todas las palabras… (Astudillo y
A.,1967:35).
En esta humanización de la divinidad48 el poeta se propone
como su igual y dice, como quien alivia un dolor doliéndose
juntos:
si hubieras, qué bien nos llevaríamos
contigo por
hombres, por solitarios, por abandonados [….]
-
-
Mientes, Dios es la fuente y
el final, la…
¿La qué?
La llama que se convierte en
hielo y vuelve a ser
el fuego primordial…
Los que le pintaron
también quisieron que así fuera pero
El no fue capaz de
Ser… / ceniza, nombre
sin nombre, nada…” (Astudillo y A.,1995:18)
48
Son iluminadoras y difícilmente superables las palabras que escribió G. Sucre a propósito de
la religiosidad –entendida en los mismos términos con los que se está llevando esta parte de
este estudio- en la poesía de César Vallejo, por lo que me parece pertinente traerlas a colación:
“El tema de Dios es aquí central. Son evidentes las imprecaciones e increpaciones de Vallejo
contra él […] pero quizá no sea errado encontrar en esas réplicas otra forma de religiosidad:
convertir al hombre en Dios […] la humanización, pues, de la divinidad…” (Sucre,1985:120)
AUTOR:
TEMA:
pienso que te estoy viendo y estallan las
mañanas del sueño
en media luna: sentado a nuestras mesas;
con nuestros
mismos tragos amasando tus mundos […]
con nuestros mismos pasos de
veleros cansados
señalando la ruta que el sol debe
seguir, después de cada fiesta […]
lo malo es que no existes; yo tengo
esta evidencia y me ahogo gritándote
por la falta
que me haces… (Astudillo y A.,1967:35,37).
La circularidad se clausura cuando, tras haber puesto en
duda la existencia de ese algo más allá del hombre: su
voluntad y creación, y tras haber divagado sobre la
posibilidad de los pasos de ese Otro: las “verdades” de
quienes lo llaman; vuelve sobre la vacuidad del intento (ni
abandonado ni desechado, como se verá) para concluir en
una suerte de elegía sacra y fatalista, patetista si se quiere,
que termina en desbordar la tensión que no encuentra
remanso en el cataclismo del poema:
a-y olvidado en la primera luna.
AUTOR:
TEMA:
a-y hijo nuestro que no llegarás nunca.
a-y imposible porque así vinieras solo
nosotros somos los animales que
sobreviven, quédate donde
estés. yo no quiero perderte. no quiero que te
maten. aun cuando te odie a veces, en otras
te amo tanto, carajo. (Astudillo y A.,1967:38)
Mucho se ha dicho de este poema y, en general, de la
actitud del poeta hacia Dios. Se ha hablado de un poeta
ateo, de un poetizar blasfemo49… mas, en la creación de
Astudillo y A., se libra dentro una “confrontación radical y
sin tregua con Dios…” (Encalada Vásquez, texto inédito:sp), es decir, una batalla constante del escritor y su cantoalarido de búsqueda-plegaria de un Dios, esa otredad a la
cual asirse:
Si la actitud religiosa es indiscutible en la
poesía de Rubén, no es tan simple su
aprehensión ya como una tendencia hacia la
aceptación –más bien el rechazo- de un credo,
ya como una lucha –no muy distante de la de
Jacob con el ángel- entre el derecho inalienable
de la persona y de la sociedad a decidir acerca
de su salvación o de su pérdida, y la sumisión a
49
“…pero bien sabemos que tras toda blasfemia se encuentra una oración desesperada del
hijo hacia su Padre creador…” (Franco Serrano,1995:s/p).
AUTOR:
TEMA:
un
plan
ineludible,
indescifrable,
acaso
arbitrario, impuesto desde lo alto. Retengo de
una
conversación
con
el
poeta
el
reconocimiento de su “gran necesidad de Dios”
y de una opinión de Jorge Dávila, la presencia
de las citas aproximadas y de las referencias
bíblicas presentes en varias de sus obras…
(Sáenz,texto inédito:s/p).
4.2. La angustiosa aventura de la larga noche…
El `combate´ del poeta y su construcción de Dios continúan
a lo largo de su obra, así, en La larga noche de los lobos50,
de 1973, la voz lírica es, cómo decirlo, un entramado de
tensiones que pretenden ubicar al lector dentro de un
mundo, un ahora en el cual la desesperación procura
sumergirnos –lectores- en esa profundidad incandescente
que resulta el libro. Pero no escribimos que el poeta `nos
50
A propósito del poemario, del cual analizaremos –con especial denuedo- lo tocante al tema
que nos interesa ahora, Hernán Rodríguez Castelo dijo: “Con La larga noche de los lobos
Rubén Astudillo ha dado a la lírica ecuatoriana –y latinoamericana- del siglo XX uno de sus
poemas más penetrantes y desasosegantes. Apasionado ejercicio de profetismo
contemporáneo, ilumina, con extrañas livideces, angustias, perplejidades, luchas y esperanzas
del hombre y el Hombre. Sobre todo ese antiguo, ese inevitable tema del “homo viator” que es
Dios…” (Rodríguez Castelo,1979:526)
AUTOR:
TEMA:
dice´ ese algo, sino mejor, nos lo precipita; es decir, el libro
procura construir su ambiente mediante la densidad y, a
veces, la violencia de sus imágenes, más la imposibilidad –
que, en realidad, es una infinita cadena de posibilidadesmanifestada por el símbolo, que se bate entre la ternura, la
blasfemia y el dolor, encarnados por la conciencia.
Así, las cinco partes que condensan el libro: “Saga en cinco
gritos y una sola costumbre”, nos dirá el poeta, comienzan
con Los Martillos, en donde Astudillo y A. nos delinea la
muerte de un Dios que significó “…Todo mientras / nadie
sabía dónde estaba ni quien era…” (Astudillo y A.,1973:23);
un Dios que fue, así,
el trueno y las pampas de
trigo de los astros: soles y piel; rebaños y
galaxias; cargas de luz en explosión
sumisa: en procesión… (Astudillo y
A.,1973:23);
un Dios que, sin embargo, “a la hora de / caer, bajó menos
que un pájaro al patíbulo…” (Astudillo y A.,1973:19).
AUTOR:
TEMA:
Es importante resaltar la idea del dios-castigo-temor; idea
que, nos parece, sería más fácil comprender si recordamos
que los años de infancia del poeta ocurren en la vida del
campo andino y, su pubertad, en el colegio Seráfico (del
cual saldría en fuga a los catorce años, a decir de
familiares cercanos) de los hermanos Franciscanos, en
Quito51, en donde la religión que conoció proclamaba un
Dios implacable ante el cual: “…temblábamos su / cólera y
sus rayos, como el maíz / caído por la helada…” (Astudillo
y A.,1973:21). Entonces, podemos decir que su búsqueda
pretendía suplantar esta figura `negativa´ de la divinidad
por otra más humana, más acorde a la esperanza.
Y así, el texto se inaugura declarando la muerte de ese
Dios: “El era el más fuerte entre nosotros. Sin embargo…”
(Astudillo y A.,1973:19), y continúa en esta imagen -de
claro corte existencialista-:
como un puñal que se evapora
y luego
sólo los hongos de la nada
51
“…en todo escritor auténtico […] la estética y la vida no son términos separables, mucho
menos excluyentes…” (Sucre,1985:318).
AUTOR:
TEMA:
y luego los números y el humo al otro
lado… (Astudillo y A.,1973:19)
para seguir con absoluta insolencia, con la certeza de quien
alcanza un resplandor, que nos dice:
Matarle a Dios fue fácil: fue una dosis de
audacia.
Otra
de furia. Otra más de
sospechas. Y al final
nuevamente
la costumbre hacia el arco y las murallas…52
Entonces, la muerte de Dios se da porque el hombre,
abatido, empieza a ser él y deja de ver hacia arriba, o, lo
que es lo mismo, el mundo es (d)el hombre y desde
entonces Dios no tiene más cabida: “…y fue cuando /
empezamos / con nuestra rebelión y El / con su Muerte…”
(Astudillo y A.,1973:26). Pero, esta relación se complica en
cuanto la idea de Dios ha sumido al hombre en una suerte
52
“…Para conseguir su muerte se necesitaron tres elementos: audacia por el atrevimiento
inaudito que implicaba tratar y sostener tales temas. Furia, quizá por la soledad del hombre,
atrapado y desterrado en la intemperie. Y la tercera, las sospechas. Conjeturo que estas
sospechas no son más que la sospecha capital de que Dios no existe. Porque es la única
manera de matar a un dios, dejar de creer en él, destruir su templo y olvidar su nombre…”
(Encalada Vásquez,texto inédito:s/p) AUTOR:
TEMA:
de limbo53 en donde el ser pierde, vencido, ante la idea de
ese alguien sobre quien descansar los caminos, el cual,
ahora muerto, acrecienta el vacío… leemos las últimas
líneas del poema:
Sin embargo, quién nos bajará
ahora. Dónde estará
la huella que dejamos. El corte
y las señales. Con quién. Cuándo
lo haremos…(Astudillo y A.,1973:35)
En la segunda parte, La Horca, la conciencia desde la que
habla el yo poético reflexiona sobre la muerte acaecida y la
nueva libertad -“sobre el revés de la experiencia…”
(Astudillo y A.,1973:51)- depositada en el hombre:
Despertamos
ávidos de vivir
después del nuevo nacimiento […]
libres de
la ecuación
desterradora… (Astudillo y A.,1973:51);
para gozar la sangre
hasta llenar los huecos de la voz
53
“El tema de la orfandad universal, tal como la encarna la figura de Cristo, el gran huérfano y
el hermano mayor de todos los niños huérfanos que son los hombres, expresa una experiencia
psíquica que recuerda la vía negativa de los místicos: esa “noche oscura” en la que nos
sentimos flotar a la deriva, abandonados en un mundo hostil o indiferente, culpables sin culpa e
inocentes sin inocencia…” (Paz,1974:77)
AUTOR:
TEMA:
bajo el cielo […]
tocar la luz del
árbol y señalar el tiempo de la siega; irnos con
los
gomeros al
este
de las frutas y regresar de nuevo, cargados
de maíz, hijos y
lanzas… (Astudillo y A.,1973:48)
Mas, al finalizar el poema se advierte una suerte de
nostálgico arrepentimiento, un nuevo temor que despierta
tras la contemplación del vacío: el de enfrentar la existencia
en absoluta soledad…
Fue un hágase su
muerte y ésta vino
rápida como un rayo
fugaz, y hasta negándonos
la forma de enterrarle y de salvarnos; de
llorarle las muecas de tanto tiempo al borde
del ataúd y sólo la voz amenazante, entre
el jaguar
inmemorial y nuestra
indecisión… nuestra ritual
manera de
escondernos… (Astudillo y A.,1973:51)
Y así abordamos la tercera parte: Los Tambores: “Y hubo
que llorarle; a brea limpia y / con el pie en la / boca…”
AUTOR:
TEMA:
(Astudillo y A.,1973:57), y aclara: “Ni pena ni despecho en
realidad. Ya ni miedo / siquiera, pero era la costumbre, lo
que nos enseñamos / milenio tras milenio…” (Astudillo y
A.,1953:57) y culmina este corto –pero intenso poemacantando una suerte de elegía tras la muerte –y sueño- de
Dios, buscándolo en el nuevo vacío del hombre:
Esfera sin murallas. Nube de las respuestas
integrales;
pantalla
cuadro único para nuestras miserias en
proyección; nuestra pantalla
propia y
nuestra proyección, poncho y choza, agua y
vinagre irrenunciables, dónde estarás. En qué
sepulta lava y hasta
cuándo… (Astudillo y A.,1973:66)
Existe un quiebre dentro del poema que, tras el
desconsuelo, se hunde en el olvido, en El Vacío, para
encontrarse en el espejo de los días de aquél, el que habría
muerto. “Todos le asesinamos y entre todos gozamos del /
cuchillo y / entre todos lloramos tu condena…” (Astudillo y
A.,1973:75); nos dice, pero, al asesinarlo –ignorarlo,
olvidarlo podría decirse- parte del silencio reclama también
la palabra propia, es decir; cuando la muerte de Dios, el
AUTOR:
TEMA:
nosotros, ejecutante, se disminuye al descubrir que Él era
su parte, su Todo, y viceversa:
¿Será que fuimos parte tuya y tu naufragio tuvo
que ser
también nuestro naufragio? ¿Qué al matarte
fue nuestra propia garganta la que nos
devoramos?
(Astudillo y A.,1973:75,76)
Y habla la tristeza de quien avizora la noche larga y
enemiga (la larga noche de los lobos ¿no?), quien vuelve
sus
pasos
para
aplastarla,
para
negar
las
luces
innecesarias, la soledad y el quebranto:
somos un árbol triste en medio del vacío y los
ladrones […]
Tal vez fuera mejor hacer las paces. Reunirte
[…]
Volver de nuevo al
uno y perdonarte el perdón que nos debes…
(Astudillo y A.,1973:77),
termina diciendo la voz que, ante el final, busca la
compensación del tiempo perdido en la batalla, sobre la
cual se levanta para iniciar la quinta y última parte del
AUTOR:
TEMA:
poemario: El Resplandor, que comienza celebrando la
certeza de los ciclos y su luminosidad auroral:
Las horas y las capas de verde de los árboles
no
corren
porque sí
ni son gratuitas las mareas del alma. Todo se
barre y todo
comienza a renacer; se olvida y se construye
la luz si es necesario; así nos dimos cuenta
que había que vivir y si El se había
ido, sólo era nuestro
luto el que nos vinagraba… (Astudillo y
A.,1973:85)
“Visión contemporánea de génesis, éxodo y paraísos…”
(Rodríguez Castelo, 1979:525) dice Hernán Rodríguez
Castelo: visión del hombre, por el hombre y para el hombre,
el poema se levanta como un canto a la odisea del ser
contemporáneo, sus certezas y los inciertos fundamentos
que las sostienen; y al final la fe como rito, expiación, un
volver al Ser desde el ser y su búsqueda constante, la que
sostiene el mundo:
AUTOR:
TEMA:
Así se hizo la llama y con sus cuernos,
estamos
alumbrando
la esquina de
los muros… (Astudillo y A.,1973:85)
¿quién necesita a Quién
en estas horas? canta un pájaro de
ascuas
y un corazón de pie
le hace crecer al cuerpo sus ramas de
aventura; nos
devuelve la boca
aradora y la lengua, para crear las cosas,
nombrándolas,
si faltan. Somos el
surco paridor y el horno… (Astudillo y
A.,1973:89).
Sí, el hombre dueño del mundo, el hombre que bautiza las
realidades que habitan tiempo y espacio y Es, además,
entre ellas. El hombre adánico, diría Sucre, aquél que
descubre su camino poblándolo a tientas con sus voces y
lo que las mismas levantan54. Mas cómo atinar un nombre
que lo pretenda Todo en un vocablo, en una sola
invocación; creo que esa fue la ´rebelión` que ató las
palabras del poeta que rastreó su fracción de Dios,
54
“…El hombre es hombre gracias al lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo ser
otro y lo separó del mundo natural. El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo al crear
un lenguaje. Por la palabra, el hombre es una metáfora de sí mismo…” (Paz, 1993:34)
AUTOR:
TEMA:
devolviéndose siempre al extremo en donde habitan el
ensueño y su reflejo.
En 1982 se publicó Poemas, del cual hemos hablado con
anterioridad y desde el cual, podemos rastrear la
consumación de una segunda etapa lírica en el poeta que
escribe desde la serenidad de la madurez. En este
poemario encontramos un texto que resulta clave para el
estado presente de nuestro estudio, en el cual, hemos
asistido al recorrer de una voz lírica que denuncia la inexistencia de un Dios sobre quien descansar los días y sus
pasos, en libertad. Y hemos visto, o pre-figurado, cómo el
poeta reclama esa parte del hombre que le fue arrebatada.
En Palabras para gloriar la aurora, nos parece, el escriba
intenta abrir y cerrar todo un ciclo de asperezas, de
abandonos y lágrimas secas:
Siempre que digo Dios cae la muerte
como un Toro de Fuego hasta la savia
quebrada en dos del
AUTOR:
TEMA:
alma. Soy un trago de Luto que se bebió antes
de
hora. Soy… (Astudillo y A.,1982:81).
La muerte asumida, el dios que la preconiza: la voz poética
se vacía a merced del texto que, impreso en la velocidad
de sus imágenes, la ambigua profundidad de su simbología
y el trazo del verso sobre el espacio blanco que resulta el
papel, se sumerge en sí mismo buscando las pertenencias
a las que se debe: la raíz del nombre siempre añorado en
la poética del autor: “Siempre que digo Dios / se hace un
vacío…” (Astudillo y A.,1982:82).
El poema encuentra en sus arrebatos rítmicos la fuerza que
ilumina el texto, el cual se ondula sobre imágenes que
descubre al enfrentar-se como quien busca un resplandor,
como quien lo contrae y lo seduce, expulsándolo:
Cuando digo tu nombre y me mendigo
soy una cicatriz que se hace trozos al borde de
tu Mesa; soy…
ya no soy nada ahora, sino un grito
que te quiere partir y cae al Pozo… (Astudillo y
A.,1982:82)
AUTOR:
TEMA:
¿Sabes? Ya soy el nunca más y hay una
espada
que se baña en tu vino y me enmohece. Los
dos
nos hemos destruido y hasta siempre o
estamos obligados
a destruirnos uno de los dos, cualesquiera…
El enfrentamiento del autor en el poema, es decir, las
palabras con que pretende sorprender, petrificar la imagen
divina, resulta en el reflejo final tras un `rostro´ en la
profundidad inasible de Dios, de la Palabra. Un `rostro´ que
diluye las distancias, que cuece esa forma final de
entendimiento que es la pertenencia, la sonrisa atónita de
quien encuentra el color del sueño, el sabor cándido del
recuerdo, el misterio silencioso del latido inmemorial:
Después de pocas horas ha de gloriar la
Aurora; yo le sé de
memoria los pasos de su paso: primero, las
colinas; los
árboles; los tallos
la piedra de las torres; nosotros y el vagido de
miel de
los rebaños; la luz como una blanca cosecha
de
eucaliptos… (Astudillo y A.,1982:85)
AUTOR:
TEMA:
El camino lleva los pasos de la aurora sobre la Memoria y
el Ensueño del poeta, aquellos quienes habitan la borrosa
perfección de la infancia, del sabor natal en los paisajes
tantas veces vistos y cuántas más perseguidos, añorados,
diluidos en la incorruptible fatalidad de los años y la
ausencia. El poema lleva al poeta al filo del destiempo y la
in-memoria lo cual, sobra decirlo, conlleva el final del
camino, ciego para cualquier dirección.
Cómo –entonces- sobrellevar esa realidad austera, ese
final con sabor ausente, esa desazón del mundo y su
negación de lo que vamos siendo frente a lo que no
alcanza a ser… en la poética de Astudillo y A. (lo veremos
más adelante) el regreso y la empoderación absoluta del
Ensueño vivido sobre la infancia constituyen su piedra de
toque, su asidero final, la matriz desde la cual nacieron y se
devolverán las palabras del poeta: su Valle.
Quiero verle a mi pueblo una vez
más; hundirme
como un arado tierno en la piel de su tierra.
Renuncio
AUTOR:
TEMA:
a ser tu sombra, tu buscador, tu víctima.
Pongo
un dique de fuego entre tu voz y mi terror, te
limito los
pasos; te abandono y me marcho… vuelvo al
río del alba y
los venados;
yo quiero ser, cantando, un torrente de pie
sobre los
lomos de azúcar de mi
tierra… (Astudillo y A.,1982:85,86)
“Libre de ti soy lindero abierto. Se borra el tiempo y
/vuelven / las lunas del pasado…” (Astudillo y A.,1982:87)
escribe el poeta que, tras años de buscar en esa Otredad
su reflejo, y conocerse así, vuelve la pista sobre la Memoria
y se permite volver a ser aquél que siempre reclamó
ausente, para, asentado sobre la certeza del lugar personal
–infinitamente
personal,
profundamente
adánico-
levantarse sobre la noche, el aullido, el canto que
pronunció a lo largo de los largos años que significaron su
camino.
Ya no más batalla, no más la necesidad de la muerte de
ninguno de los dos; la mano tendida, la reconciliación, el
verdor de la tierra-madre-amada abierto sobre los versos
AUTOR:
TEMA:
que buscaron la forma de llamarlos, atendiendo los
silencios
que
dentro
significan,
que
atesoran,
que
germinan:
Ya soy un vaso lleno de sol en esta noche. Sé
donde está la
muerte; qué palabras la llaman y cuándo
cae. Quiero vivir. Voy a vivir, te dejo, Señor del
Agua Negra
y las Cenizas. Renuncio a tu vinagre y tus
mortajas; si quieres,
dejemos de luchar, la primavera puede ser de
los
dos. Todo depende a lo mejor de ti, a lo mejor
de mí. Tomémonos
la jora de paz que hay en mi pueblo. Yo vuelvo
a
él; te invito… (Astudillo y A.,1982:88)
AUTOR:
TEMA:
CAPÍTULO 5
DE LA INFANCIA AL EROS:
La palabra que tiembla en un respiro
5.1. La voz de la hoguera
En la poesía de Rubén Astudillo y A. (ya lo hemos dicho) la
búsqueda de pertenencias se mantiene como un eje
transversal que guía –en varios momentos- su lírica. Esta
búsqueda ha permitido voces e imágenes que parecen
deambular sobre una suerte de nubosidad que tienta las
certezas, las luces para cruzar el tiempo de tormenta, de
negación, de vacío.
Y es que la poesía de Astudillo y A. representa, pienso, un
vínculo del hombre y sus pasiones –altas y bajasintensificadas por el sentir de un espíritu lírico que fluye,
parafraseando a Borges, como el río hacia el mar, dejando
en sus olas el rumor expresado.
Dentro de esta poética, decía, la figura femenina aparece
en dos instancias capitales. La figura maternal, sobre la
cual nos ocuparemos en las siguientes líneas, surge en
AUTOR:
TEMA:
varios momentos de la obra, aunque es en un poema -y
poemario- en especial, donde la visión se clarifica y los
versos llenan las imágenes que nos permiten leer cómo
dicha figura representa, para el poeta, para su voz, la forma
de regresar al tiempo arquetípico de lo escrito55: “la casita /
de adobes donde nací, la loma y el aire de las yerbas […]
conservan la forma de aurora de tu / cuerpo…” (Astudillo y
A.,1982:88).
Mientras leo tus cartas es un poema que respira, que
acude a la catártica expresión del pulso, del impulso
creador de la palabra56. El tono confesional del texto se
expande en la construcción libre de sus versos y los
encabalgamientos del ritmo que los conduce. Es un poema
a leerse de un solo trago: largo y sobrecogedor. En él,
Astudillo y A. recuerda la voz que
crece como una lluvia
de ríos y […]
baña
las playas de
la sangre… (Astudillo y A.,1982:65),
55
“El tiempo del arte es sincrónico: un presente que es, simultáneamente, todo los tiempos…”
(Sucre,1985,183)
56
Habíamos hablado ya de la presumible “deuda” del autor para con César Dávila Andrade, a
quien sin duda alguna leyó con asiduidad; y en este momento podemos rastrear otra conexión
entre estos dos grandes poetas, ya que, si leemos la Carta a la madre, de Dávila Andrade,
ubicamos fácilmente ecos de este poema en el construido –años más tarde- por Astudillo y A.
AUTOR:
TEMA:
esa voz que se deshoja “como un jardín de yerbas
celestes; como un puente; como un maizal de / lunas y / de
salmos…”(Astudillo y A.,1982:66).
Los ecos de la infancia anclan a su sombra y encuentran la
llave para abrir su nostálgico abatimiento, esa alegría
infinita condenada por siempre a la ausencia, su alegoría
confinada al reino de la Memoria ya que, para el poeta; la
madre, su tierra, la divinidad -y su luminosa nubosidad de
infancia-, son parte de un todo al que persigue su obra,
construida como una saga aleatoria de pertenencias, de
anclajes, de `verdades´.
“El tema de la madre adquiere en su poesía una real
corporeidad. Como la tierra, la madre es lo que nutre; es el
ser de la dádiva, de la abundancia, de la generosidad […]
es alimento del espíritu…” (Sucre,1985:126) decía Sucre a
propósito de Vallejo.
Para Astudillo y A., en su exilio voluntario57, los vértigos de
la nostalgia se conjuran al recuerdo de la casa de la
primera infancia, sobre la mujer que significa esa nostalgia,
esa casa: la madre de esa primera infancia:
57
“Comprendo
[…] que la / nostalgia hacia el regreso es una / trampa sin /
salida…”(Astudillo:1994:67).
AUTOR:
TEMA:
Sólo tú, Colegiala
de las cosas
sencillas de la
tierra; lectora de las
leyes de agosto y
de los surcos; maestra
de las bellas leyendas de la
raza
dictadas a la lumbre
del fuego
familiar y de
los ojos
de asombro de los
hijos… (Astudillo y A.,1982:67)
Entonces, el recuerdo de la madre significa, junto al pueblo
–que en alguna medida, es la madre- una vuelta58 a la
armonía perdida tras los años de lucha existencial.
Ahora
que comienzo
a
bajar
hacia la otra
ladera de los
años
sé
que Dios está allá y que todas las cosas
58
Ese “lugar” al que se vuelve, se entiende, existe sólo a partir de su palabra, como el Ensueño
re-creado del que hablaremos más adelante.
AUTOR:
TEMA:
son El donde tú estás: las
rocas y
árboles […]
los caminos por
donde
crecimos los hermanos, la casa de
la hacienda de la abuela, la nuestra y
su colina… (Astudillo y A.,1982:69)
Así, podemos ver cómo, tanto en el poema que venimos
tratando, cuanto en Palabras para gloriar la aurora, el
pueblo y la madre devuelven al ser hacia su Dios, o
viceversa, comulgándolos en una suerte de abrazo
indisociable que el poeta canta; dicho lo cual, podemos
continuar indagando las palabras conjuradas para re-crear
la figura maternal-telúrica que nos dibuja el escriba que
pre-siente, diríamos, que define el recuerdo para iluminar –
incluso- los fenómenos del mundo sensible, los secretos
mágicos del campo:
Solo tú,
la que sabe
el lado de los árboles
por donde
sube el
alma de la aldea hasta el
cielo
y bajan
AUTOR:
TEMA:
desde el cielo
las almas de los
muertos
familiares…
(Astudillo y A.
,1982:67)
La madre (quiero decir, su recuerdo) transforma el mundo,
o mejor, lo devuelve al tiempo arquetípico de la poesíainfancia59. Es ella, es decir, lo que representa para la
palabra que pretende el poeta, lo que permite que el texto
tenga ese sabor de amanecer de lluvia y olor a tierra
apenas húmeda, en donde la imagen, abierta, las palabras
que la sostienen, encuentran un asidero que devuelve a la
criatura al ser que acompañó, que guió -y en alguna
medida significó- el Ensueño al cual responde la voz lírica.
Y es un momento de paz:
59
Vemos cómo la correspondencia establecida entre la madre y la tierra de la infancia continúa
en un extraño movimiento que incluye a la hija del poeta a quien, en Saskia Tatiana, escribe
estos versos:
“A veces cuando duerme prendo el silencio y bajo a
mirarle
dormida: la infancia de mi tierra está en ella
creciendo […] En sus venas suavitas como un silbo
suavito van y vienen los ríos familiares […]
Mi hija
es como si de pronto
fuera
la
madre de mi
pueblo…” (Astudillo y A.,2005:25)
AUTOR:
TEMA:
Hoy sé
dónde está Dios y cómo amarle. Gracias a tus
palabras y a la arena de rosas rojas
que me encendiste
hoy sé cómo se llama nuestro Dios, desde
dónde
hace
girar la savia vital de los
caminos por donde
damos vueltas
hasta encontrar de nuevo
la puerta del retorno ancestral y el
estanque
primario de los huesos… (Astudillo y
A.,1982:71,72)
“El estanque primario de los huesos…”, “la puerta del
retorno ancestral…”; estas imágenes encierran una verdad
gravitante que vuelve (como esta poesía que regresa y
pretende construir-se en ese movimiento de retornos
incesantes) en el poema póstumo Celebración de la casa
tomada, que analizaremos con detención más adelante.
Pero, para concluir con la lectura de este poema, del
motivo que representa, vemos cómo el poeta dimensiona
con el mismo `calor´ a las imágenes de la madre, por un
lado, y a las del pueblo, por otro, las cuales resultan origen
y memoria del individuo y del pueblo, respectivamente,
AUTOR:
TEMA:
siendo, sobre ellas, la creación poética, el ejercicio que
completa la ecuación de vida. Lo que ocurre entonces es,
claro, la ensoñación que sostiene la Memoria y que conjuga
al hombre y a su creador, que lo es Todo en el lugar de
Ensueño:
Algo más
todavía: merced
a la cadena
frutal de tus palabras
ya sé
cómo llevarle conmigo a todas
partes. A donde
voy
conmigo
va
cantando
mi Pueblo, como una pascua llena de
gorriones y mieses, como un tambor
de suaves cortezas de durazno, como un
trago de rostros
bebidos desde una
honda
tinaja
de recuerdos… (Astudillo y
A.,1982:72,73)
5.2. “La forma más lúcida / de conocer la eternidad…”
AUTOR:
TEMA:
En los diferentes momentos y las diferentes perspectivas
que desborda el tema de la mujer, en esta poesía, Eros la
habita y germina en escenarios que van desde los
románticos desahogos de Agonía de tu nombre, o de la
Balada para ti y el recuerdo o de la Carta para Saskhya
Kovva, entre otros; hasta la agria dimensión de lo eróticoanimal-primigenio de las Elegías de la Carne.
Esta búsqueda, significado final del motivo que es la mujer,
recorre –en sus diferentes versiones- la personificación de
esa otredad, de ese espacio indecible que nace entre la
amada, su recuerdo y las palabras que llegan entre ellos:
“Por la amada se accede al “gozo que enciende las
entrañas del mundo”, al “útero eterno” de donde dimana
toda creación, a la suprema sabiduría, la de la total
concordancia con el cosmos…” (Yurkievich,2007:38)
Su rostro de
pequeño reino
retenido; de flor boreal; de sinfónico musgo
submarino; su rostro de presentidos peces
planetarios; de recuerdos
por llegar. Su carita de primer instante…
La mujer anula el tiempo y la distancia: “Desde antes.
Desde siempre / te prolongas igual / hasta este instante…”
AUTOR:
TEMA:
(Astudillo y A.,1960:46); “Nunca estuviste aquí, y sin
embargo / entre los dos llegamos a este puerto…”
(Astudillo y A.,1982:59). Quiero decir su imagen, su
momento.
Su
cuerpo
celebra
la
eternidad
de
los
Instantes60.
Crece en los versos dispuestos por el poeta una
efervescencia que se resuelve en indecibles posibilidades “feliz de ser el inquilino / transitorio de sus palabras…”
(Astudillo y A.,1982:93)-, en una suerte de metáfora
continua que va re-emplazando en nuestra vigilia las
imágenes que parecen alcanzadas entre sueños:
Su voz de tibia
lumbre de vuelco […]
Sus ojos que son la muerte a pelo sobre un
caballo
azul. Que son dos copas de música
wagneriana…” (Astudillo y A.,1982:93)
La amada, en quien empieza el mundo -“palabra para /
intentar las definiciones / primordiales…” (Astudillo y
A.,1982:95)-, inaugura la velocidad, el silencio y la
60
“El cuerpo […] conduce a una suerte de mística: espacio del instinto y del deseo, es también
una topografía simbólica del universo, que va de lo sensible a lo mental; es el protagonista de
un ritual (el erótico) que hace posible la encarnación del tiempo y de la totalidad…”
(Sucre,1985:373)
AUTOR:
TEMA:
profundidad que visten su cuerpo, que, lo dijera el poeta, es
una “Maravillosa definición del mundo…” (Astudillo y
A.,1982:95).
Creces desde un minuto
distinto
al de las olas
y me esperas puntual
en cada
Puerto: alta noche de barcas y de eclipses,
medusa
azul gigante, alfabeto de yodo y caracolas…
Se vuelve evidente la `deuda´ del autor para con uno de los
grandes gestores de la poesía latinoamericana del siglo
pasado: Vicente Huidobro, con quien coincide en ese
llamado de la mujer que es el mundo, que lo significa en la
profunda complicidad del poema61, ese cuerpo en donde “la
música se / hace un geranio blanco…” (Astudillo y
A.,1982:97), que es el “rostro del pensamiento…” (Astudillo
y A.,1982:98), que es, además “la alegría cósmica de la
raza […] el acuario dorado de la especie […] la fluyente
plenitud del universo…” y, en fin, “que es un acto poético…”
(Astudillo y A.,1982:98), razón final que lo sostiene: ““Si tú
61
“Huidobro ve en la mujer la clave y sostén del universo […] la mujer (lo) encarna y en ella se
desenvuelven los grandes procesos cósmicos…” (Sucre,1985:345)
AUTOR:
TEMA:
murieras, qué sería del mundo”62, Muchacha” (Astudillo y
A.,1982:100).
5.3. La transgresión erótica del verso
El erotismo, la poesía, la fiesta, los
instantes, interrumpen el transcurso
lineal del tiempo cotidiano, y restituyen
siquiera momentáneamente, el tiempo
de
los
retornos
incesantes…
(Vintimilla,1999:90)
Las elegías de la carne, poemario de transición entre una
primera y segunda “etapas” poéticas en la obra de Astudillo
y A. se publica en 1968, y representa la búsqueda de un
nuevo tono, una nueva expresión en su voz lírica. Claro
que el texto está construido con el mismo ímpetu, el mismo
estilo si se quiere, de Canción para lobos –“el poeta canta
la pasión carnal con el desgarramiento de la “Canción”
(para lobos), en “Las elegías de la carne”, de desolado –
hondamente
desolado-
erotismo”
(Rodríguez
Castelo,1979:426)- y, siguiendo esta concepción, la elegía
se compone por el hombre, para el hombre. Mas, al decir
que es un poemario que marca la transición significamos
que la palabra, en éste, se fortalece, se libera, se resuelve
62
El verso en cursiva (por nosotros) está entrecomillado en el poema de Astudillo y A. que,
aunque carece de la referencia, sabemos pertenece a V. Huidobro.
AUTOR:
TEMA:
dentro del poema mediante “…pasajes de rara intensidad,
donde alternan la metáfora transparente y la expresión de
cruda desnudez. Hondo y rico de resonancias […] un
esplendido poema erótico” (Rodríguez Castelo,1979:425).
Entre
tanto
camino, cuál el que todavía
conduce hasta la muerte
morada
de
tus piernas (Astudillo y A.,1968:5)
El dolor, su desolación, el des-encuentro y la tristeza
caminan los versos del poemario que, crudo, construye sus
elegías sobre el cuerpo amado, sobre la libertad, sobre la
certeza de los paraísos perdidos entre el sexo y el olvido,
entre la pasión y el escarnio, entre la soledad y el recuerdo,
que la sostiene:
en medio de las sábanas sus piernas, solían
incendiarse como un
neón, para el combate de los
frutos. Ardía el
vello
de
su
sexo curvo como una luna negra […]
tierna
AUTOR:
TEMA:
para la lluvia blanca, su arcilla
comestible
temblaba como un
tajo de sed ardiendo
en agua.
En qué metal sin
manos arderás esta noche. Dónde
estarás
ardiendo (Astudillo y A.,1968:13).
Poemario de transición, Las elegías de la carne es, quizá,
la extremación de un tiempo, de una visión, del
detenimiento sobre el misterio, hasta ahora ajeno, o por lo
menos distanciado, del cuerpo de la amada: su sexo.
Además, la construcción de los versos muestran un
profundo trato con las sonoridades de sus palabras, para
acompasar
el
acto
amatorio,
para
develarlo
sin
pretensiones descriptivas; desnudándolo: “…el poemario
Las elegías de la carne […] tiene una textura especial y
distinta al resto de poemarios; se refleja en él un minucioso
trabajo de selección de palabras a través de la gran
sonoridad que presenta…” (de Bastida, 1993:42) El estudio
de Rosa de Bastida, al respecto, demuestra la utilización
deliberada del poeta sobre recursos fonéticos para
ambientar el texto y las realidades que reclama, por lo que
nos remitimos al mismo en tal aspecto.
AUTOR:
TEMA:
Hemos asistido –en la poética de Astudillo y A.- a una
búsqueda de pertenencias que, en su camino, ha arrojado
imágenes como aullidos: largos, poderosos y quizá, en
ocasiones, vacilantes; dispuestos entre la identidad, la
memoria y la amada –a brevísimos rasgos-; pero con la
publicación de Las elegías de la carne se abre y se cierra
un período ya que, ni antes ni después trató el poeta el acto
amatorio con la intención e intensidad con la que encarna
estos versos cortos, atenazados, capaces de imágenes
resueltas entre el onirismo de su textura y la unívoca
significación de los èlementos´, a su vez, diluidos:
Tendida te recuerdo, como un charco de ron
sobre la yerba, y todo el aire
como una bocanada
de chesterfield besándote…(Astudillo y
A.,1968:5)
y es que, en las “Elegías” Astudillo y A. explora la
eternalización del verso a propósito del cuerpo amado, lo
que me recuerda las palabras de Ma. Augusta Vintimilla a
propósito de la poesía de Efraín Jara Idrovo, las cuales, me
parece, deben ser citadas a continuación para esclarecer la
idea planteada: “Hacer del ritmo de la carne el ritmo del
universo, y a la vez el ritmo del lenguaje, es postular el
AUTOR:
TEMA:
erotismo como visión del mundo, y es también hacer de la
poesía puro goce del lenguaje…” (Vintimilla,1999:42):
Forma de
ombligo y
manos, tomaba la conciencia entre los
dos, al fondo. Entonces
todo era nuevo
hasta caer de
nuevo
en la paz de su gruta
y del cansancio… (Astudillo y A.,1968:25)
Los ejes propuestos para acudir a esta poesía se cruzan y
enriquecen, decíamos capítulos atrás, delineando un lugar
de ensueño al cual pertenecerse; así, hemos visto cómo el
lugar de la primera infancia se cruza a través de la obra del
poeta para ènsoñar´ las distintas voces que acuden tras la
palabra, y el acto erótico del amor no es la excepción,
cuando leemos:
…cuando subí
hasta el puente
dorado de sus
ingles, conmigo
le tomaron las cosas de
mi pueblo; todas; íntegramente; ahora
a donde
vayas, ya no viajarás sola. Vas cargada
AUTOR:
TEMA:
de bosques; de arena negra;
potros; lluvias de abril;
gomeros; lunas enormes y
álamos… (Astudillo y A.,1968:11)
Sorprendente, visceral, abrasivo; el poemario se mantiene
en una misma entonación, una misma velocidad. Las
imágenes con que construye su plática sobre el encuentro
sexual, sobre el destiempo y la distancia63 son, sutiles,
como largas bocanadas de llagas “setenta veces siete”,
como dijera el poeta.
Las elegías de la carne, para Astudillo y A., o mejor, para
su poética, se ubica como un tiempo en el cual, me parece,
su experiencia se abre por completo a la palabra y
mediante ella empieza a extremar la tensión de entre sus
imágenes, (d)escribiendo su ritmo y maneras específicas
de construir poesía.
63 “…en la lírica aparece con frecuencia el tema de que la proximidad humana es en realidad
una lejanía […] En la dureza de las imágenes, en su disolverse y hacerse añicos actúa de un
modo significativo el fracaso de la proximidad profundamente anhelada, pero también la
salvación por medio del lenguaje creador: la única salvación…” (Friedrich,1959:263,264)
AUTOR:
TEMA:
CAPÍTULO 6
EL ENSUEÑO Y EL RETORNO
6.1. La cíclica costumbre de vida
Es en el plano del ensueño, y
no en el plano de los hechos
donde la infancia sigue en
nosotros viva y poéticamente
útil.
Por
esa
infancia
permanente conservamos la
poesía
del
pasado…
(Bachelard,2002:46,47).
El
onirismo
de
la
primera
infancia
comporta
una
configuración interna, una entonación delicada en las
percepciones del ser que se descubre envuelto en ella a
través de su vida.
En la obra de Astudillo y A. late esa pulsación guiando
momentos de `luminosidad auroral´ que descubren sus
palabras, momentos de profunda comunión del ser con ese
yo que lo habita y reclama; de ese ser que llama desde –
precisamente- la primera infancia, desde el Ensueño
(entendido, en términos de Gastón Bachelard, como
AUTOR:
TEMA:
“valores que marcan al hombre en su profundidad…”
(Bachelard, 2002:36)) que la encubre y en el cual, el ser
puede cobijarse bajo su propio amparo, en la interminable
ceremonia y triunfo de la palabra, del signo, de la memoria
conjurada por el verso, por la imagen poética:
“He dado la vuelta al mundo pero nunca he
salido
del
pequeño
pueblo
donde
nací.
Mientras iba dando las vueltas mi corazón
seguía ahí como si nunca hubiese pasado
nada. Mientras yo giraba junto a la rosa de los
vientos de la vida él continuaba aferrado a los
viejos caminos de la aldea. Impertinentemente,
a veces dolorosamente aferrado a las raíces
del aire familiar. Siempre, eso sí, seguro de que
ése era su destino…” (Astudillo y A.,2005:17)
“La infancia es ciertamente más grande que la realidad…”
(Bachelard, 2002:46), nos dice el filósofo francés y sus
palabras son perfectamente aplicables para este aspecto
dentro de la poética de Astudillo y A. ya que, para el poeta,
el Ensueño -que sustenta parte de su producción- aparece
como el escenario, el lugar en donde transcurren la
AUTOR:
TEMA:
perfecta comunión de la infancia, la casa familiar y en fin,
el lugar al cual sus versos procurarían despertar, habitar,
crear64:
entro al país
de las visiones reencarnadas y me dispongo
a celebrar su toma. A vivirla. A desandar
mi propio cuerpo y el de sus viejas,
inolvidables
compañías….
(Astudillo
A.,1995:12)
y
Este `himno´ de la toma y subsecuente entrega del
recuerdo, su rendición, procura la instancia de las viejas
compañías, aquellas que principian por la de ese yo que
mana continuamente a través de los poros del tiempo y la
memoria, nuevamente filtrada por los ojos de la infancia
que, resulta, precisamente, de esas primeras viejas
compañías:
Vuelto al revés del tiempo, mi alma camina
maravillada
por los antiguos espacios del su Ser
y se celebra
al verse correteando en el cuerpo
64
Nuevamente encontramos -en esta poética- una conexión para con la poética del gran
escritor peruano César Vallejo, así, leemos a G. Sucre: “…el hogar es, para Vallejo, lo cubierto,
lo invulnerable, el amparo: una suerte de orden cósmico y sagrado. Es también el ámbito de la
epifanía…” (Sucre,1985:120)
AUTOR:
TEMA:
de un niño por las verdes
praderas de la infancia…
A.,1995:13)
(Astudillo
y
La casa habitada en la primera infancia es un lugar que
genera poderes oníricos, sugiere Bachelard: “la casa natal
es más que un cuerpo de vivienda, es un cuerpo de sueño.
Cada uno de sus reductos fue un albergue de sueños…”
(Bachelard, 2002:46), y sus características varían ecos en
su existir de ensueño: “Gracias a la casa un gran número
de nuestros recuerdos tienen albergue, y si esa casa se
complica un poco, si tiene sótano y guardilla, rincones y
corredores, nuestros recuerdos hallan refugios cada vez
más caracterizados. Volvemos a ellos toda la vida en
nuestros ensueños…” (Bachelard,2002:38), y para el poeta
no sería diferente. Claro que la casa, en su lugar, se reviste
de poderes que perduran en los rincones, en las quiebras,
sementeras, bosques y siembras; las lagunas y los
capulíes:
…la cruz de esa
colina
a la que le
enredábamos
luciérnagas y flores cada mayo; el aire como
un lago
AUTOR:
TEMA:
colgado desde el
cielo
donde las golondrinas
bogaban como estrellas musicales, los potros
como un
silbo
de crines en la tarde, papá
cortando rayos con
machete… (Astudillo y A.,1982:69,70)
Vasijas de profundas galaxias
emigradas: sus
lagunas; y, plasmas de la
substancia
original del mundo: el barro
de sus
bosques… (Astudillo y A.,1982:18).
Vientos que hacen girar las
aspas eléctricas del
trigo. Muelles
triangulares de tejados donde
ancla
la noche o desde donde
zarpan
cada mañana
los jinetes
del humo…” (Astudillo y A.,1982:17),
cada noche
llovía una estrella y al
alba
AUTOR:
TEMA:
cada penca
tenía
una
flor
en las
manos… (Astudillo y A.,2005:24)
´Rubén Astudillo y A. lo había leído todo´, conversaba
Jorge Dávila Vázquez recordando, en alguna ocasión, al
poeta; y leemos cómo su pasión por las letras nacería –
también- en los ensoñados primeros años:
En la colina familiar viven mis
viejos primeros amigos. Aquellos
para los cuales
mi corazón guarda, a
pesar de los
años, un corazón
aparte.
Nadie sabe que están allí salvo mi
alma y el bosque
de eucaliptos que marcialmente
verde cuida el
puente levadizo de
las horas…(Astudillo y A., 1994:56)
Los amigos -“Maravillosos compañeros / de la única patria
que pude amar / hasta el delirio…”(Astudillo y A.,2005:110)son, lo dijo el poeta, su primer contacto con las letras,
AUTOR:
TEMA:
indecible pluralidad del verbo conjugado desde los ojos
cargados de asombro del niño-hombre del campo, sumido
entre libros y encanto:
Aquella tarde ellos llegaban
de festejar la reciente
ebriedad de su nuevo triunfo sobre
los Guardias del Cardenal y yo
de un largo, alucinado
viaje junto a los arponeros del Capitán Ackab
y su derrota… (Astudillo y A., 1994:57)65
La conciencia sobre el destello que significa la Memoria de
la infancia66, su temblorosa ausencia, su irrenunciable
ilusión de arribo, su interminable sabor a despedida;
enfrentan al poeta que se junta –palmo a palmo, por decirlo
así- entre las palabras que tienta para decirlo:
Ahora cada vez que retorno algo
se ha borrado de este pueblo donde
corrieron mis primeros
sueños y algo se
65
“Los seres que se “toman” la vieja construcción, en que pasó sus primeros años, provienen
en lista interminable de sus lecturas: “Ellos habían ido llegando poco a poco…/y se quedaron/
corazón a corazón, como quien dice/ junto a nuestro corazón”; presididos, naturalmente, por
las figuras de los mosqueteros de Dumas, a los que admiró hasta el último día” (Dávila
Vázquez, 2007:s/p).
66
“…entre el tiempo sin tiempo de la infancia –tiempo irrecuperable, cerrado sobre sí mismo-, y
el presente de la enunciación hay un hiato que la memoria no logra restaurar […] la tentativa de
recuperación del pasado por la memoria es una lectura imposible: el tiempo mítico de la
infancia, tiempo de unidad del yo y de su armonía con el mundo, es una escritura manchada,
ilegible…” (Vintimilla,1999:35)
AUTOR:
TEMA:
borra dentro de mí… (Astudillo y A.,1995:66)
el problema ahora no es a dónde ir
sino a dónde regresar. El tiempo
que conocimos ya no existe. Poco a poco
la tierra y el paisaje
que fueron nuestros van dejando de
serlo. Sólo nos queda el salto
al otro lado de las horas. Adelante
la esperanza es una flor de remolinos.
(Astudillo y A., 2005:80)
El poeta se encuentra en un camino imposible, frente a la
incontenible fugacidad del ensueño; lo comprende, lo
acepta, mas continúa en su devaneo construyendo, así, a
tientas, el silencio al cual asirse en la eterna memoria que
guarda, que re-crea, en la profunda convicción del
equívoco. Un destino de letras dispuestas, abarcando el
vacío, bautizando el sabor de la pertenencia:
Comprendo […]
que la
nostalgia hacia el regreso es una
trampa sin
salida. Entro al país de la memoria
visceral. Convoco a mis fantasmas. Brindo
con ellos por el comienzo de un
nuevo ciclo de deshacimientos
y vuelvo, serenamente, a ser el
extranjero cuotidiano
AUTOR:
TEMA:
sin retorno. (Astudillo y A., 1994:68)
Aunque el sabor del que hablamos, es necesario decirlo,
imprime los versos que reclaman lo irrenunciable. No
importa la `vacuidad´ del intento -habrá de realizarse de
todos modos-, lo que cuenta es el tiempo congelado en el
transcurso, el combate “que consagra / la permanencia /
del triunfo de la vida sobre el miedo…” (Astudillo y
A.,2005:75), la convicción ciega, desesperada, del lugar
posible, plausible, entrañable:
me aferro
a los antiguos espacios
familiares: rostros, colores, formas,
sonidos, cuerpos y
nombres, ademanes. Trato
de dialogar con ellos… (Astudillo y A.,1994:67)
Espejo y eco simultáneos que nunca
podremos repetirnos, mi alma
les dice adiós y agradecida
les celebra. Y canta. (Astudillo y A.,1994:30)
Hemos asistido, a lo largo de este estudio, a varios
momentos dentro de la poética del escritor cuencano,
reconociendo en ellos cuatro ejes temáticos que, en más
de una ocasión, han coincidido su paso para enriquecer
esta visión del mundo que significa, para Rubén Astudillo y
AUTOR:
TEMA:
A., su poesía. Y en más de un paso lo han hecho, además,
en el lugar al que procuramos a continuación. Quiero decir
que el lugar que reúne las proyecciones-palabras del poeta,
es aquél sobre el cual se configura el mito fundacional de
su poesía: la tierra-sueño de la infancia, su entramado de
distancia, anhelos y voluntad.
Las palabras son una tensión que procura sortearse entre
las mismas, un espejo-espejismo, una irresoluta condición
de vida; y para la poesía de Astudillo y A. son, lo diré
ahora, un desvelo constante, un asidero, un derrotero, un
continuo regresar desde y hacia la utopía: un temblor.
Me explico: pienso que la poesía de Astudillo y A. se
parece a la distancia que media entre el principio y el final
de un eco. Que su poesía se llama a sí misma en un juego
en el cual la Memoria hace, dice y desdice las realidades
que alcanza; en la cual el laberíntico desorden del ser,
arrojado a las olas del tiempo, a su nómada fugacidad,
procura un lugar de arraigo, de pertenencia, de completitud
vital para saberse parte de algo, o alguien. Y creo, además,
que en esa búsqueda de palabras fueron ellas quienes,
merced al ritmo espásmico y la fragmentaria deformación
AUTOR:
TEMA:
de imágenes –entre otras cosas- encontraron la “llave para
saltar el Muro…”, la vela dispuesta en el agua: la colina
familiar y la vieja casa de abobe patriarcal de la infancia:
Como un desfile de
resplandores
bajo la noche sideral […]
Como la luz.
Como el sonido.
Como el tacto.
Como los recuerdos.
Capitán de barrancos y luceros.
Gamonal orgulloso
de tu estirpe de arriero,
mientras te vas
mientras me voy –porque todas las cosas en la
vida se van- Mientras te quedas.
Mientras sigues
cuidando
las formas de la infancia
familiar; sus
destellos; las humildes
maderas de sus dioses
o el agua de sus días. Te dejo
esta canción.
Enarbolo la voz
y te celebro. (Astudillo y
A.,1982:41,42).
AUTOR:
TEMA:
Escribe el poeta a su pueblo: “relámpago plural de los
cereales…” (Astudillo y A.,1982:24), al cual construyó,
literalmente, sobre las `ruinas´ del recuerdo, sobre la
potestad de las palabras y su poder hacedor de imágenes;
leemos a Bachelard: “El pensamiento, al expresarse en una
imagen nueva, se enriquece enriqueciendo la lengua. El ser
se hace palabra. La palabra aparece en la cima psíquica
del ser. Se revela como devenir inmediato del psiquismo
humano…” (Bachelard,2002:11):
Arden las altas galerías de ámbar de la
montaña tutelar. Las campanas
del tacto bajan hasta los pozos concéntricos
del agua ceremonial. Afilan sus puñales
las semillas. El aire se embandera de savia.
Vibra
como una hoguera de orgasmos
la llanura… (Astudillo y A.,1982:52,53)
…me visita
mi pueblo: sus quebradas al viento, la guardia
de sus
pencas y la matita rubia de ron de sus
comarcas; vuelve el humo en las eras y el
rastrojo
huele a poncho de abuelo, a crin de mula
joven, a caña
fermentada y a tinajas. La luz se abre
cantando entre el
AUTOR:
TEMA:
arado y las espigas de mi tierra, tierra y espigas
paridoras; se limpia el mundo y crece
como las sementeras después de las
desyerbas… (Astudillo y A.,1082:87)
Claro que el lugar del que hablamos jamás sería descrito67,
ya que, en este juego de pertenencias del yo poético que
se propone en un lugar, y ese lugar que presupone aquél
yo poético, la ambigüedad, o mejor aún, la posibilidad que
resulta de las imágenes oníricas, de esa empoderación
absoluta que refieren las imágenes con que se reconstruyen los escenarios de la casa-infancia, permite una
frágil ilusión de estatismo. Es decir, la posibilidad que
resulta del ensueño, infinita, conduce al escriba a
`describirla´ sin mostrar o despertar detalle alguno ya que,
al ser un reino realizado en la vaporosidad del ensueño,
sus límites serían, así mismo, indecibles, y sus palabras,
consecuentemente, ilimitadas. Y es por eso que, dentro de
la poesía de Astudillo y A. se siente, en sus mejores
momentos, una suerte de `temblor´ que sacude su
lenguaje, el cual, al servicio de tal experimentación, se
trasciende en esa manifestación-reflejo del instante poético:
67
“Las casas donde vuelven a conducirnos nuestros sueños, las casas enriquecidas por un onirismo fiel, se
resisten a toda descripción […] La casa primera y oníricamente definitiva debe conservar su
penumbra…” (Bachelard, 2002:43)
AUTOR:
TEMA:
En la montaña todo es mágico. El cielo. La
eternidad.
Los ejes de los círculos del mundo
del retorno. La muerte.
Y el hombre. (Astudillo y A., 2005:36).
Vuelvo a danzar desnudo bajo el cielo de
agosto
entre la luz y el aire maduro de los frutos…
en el mes de las lluvias interminables era fácil
observar
la columna que sostiene el cielo sobre la
eternidad… (Astudillo y A., 2005:61)
Astudillo y A. construye la imagen que despierta su
Ensueño, o lo intenta, en un eterno seguir-se haciendo en
el camino que resulta la creación poética. Como un rito,
escribe la casa, dialoga con ella:
Píntate los pequeños caseríos esta noche,
bello
pequeño pueblo.
Que todos tengan un as de malva en la solapa;
y,
un geranio… (Astudillo y A.,1982:32)
AUTOR:
TEMA:
Como en un rito, decía, vuelve a ella para entregar-se al
recuerdo, para eliminar esa distancia que lo fundamenta68;
`para morir de muerte´, diría el escriba, para empezar a ser
él en el lugar que lo ensueña:
Entonces la casa ya no fue solamente el hogar
de los padres y los hermanos. Ni el nuevo
templo familiar
ni la plaza de armas
de la memoria de la sangre, sólo… (Astudillo y
A., 2005:108)
Era
como si algo,
se hubiese detenido, allí, desde hace
mucho tiempo… (Astudillo y A.,2005:101)
En el poema Regreso a la montaña dorada, del que
hablamos con anticipación, y sobre el cual, además de
notar lo sugerente del título, debemos reparar en el hecho,
fundacional, de la conciencia del poeta -desahuciadosobre la muerte inminente; la poetización de esa última
visita al hogar-ensueño y el enfrentamiento que el mismo
suscitaría, refleja en sus palabras y en el mundo que
procuraron a lo largo de su obra, un latente estado de
68
“…El tiempo inmemorial en que se sitúa el paraíso de la infancia es él mismo un lugar, fuera del
espacio y del tiempo …” (J. Corredor-Matheos,1980:9)
AUTOR:
TEMA:
aprensión. Leamos a Walter Franco Serrano, para
continuar esta idea:
El poema se desarrolla en tres tiempos o
instancias emocionales; en el primero, el
personaje se encuentra frente a la casa rural y
familiar, pero no entra en ella, se toma sus
momentos de reflexión frente a la misma para
vencer temores y añoranzas al escuchar voces
repentinas
de
extrañas
premoniciones
desagradables. En el segundo tiempo se reúne
con sus antiguos amigos, aquellos personajes
reales casi de carne y hueso que vivían en sus
libros y lecturas favoritas para rememorar el
tiempo maravilloso de la adolescencia y
temprana juventud. Y, por último, en el tercer
tiempo o final, luego de entrar en la casa,
describe su encuentro con la muerte al abrir
esa puerta que desde el interior le permite
acceder a la laguna, bella rememoración de la
Estigia
de
la
mitología
griega…
(Franco
Serrano, 2005:12,13)
6.2. El regreso a la montaña, al ensueño:
AUTOR:
TEMA:
Cuando la voz poética principia la descripción del
encuentro, lo hace desde la sonoridad tosca de un lenguaje
que, nos parece, procura ambientar sus palabras para el
enfrentamiento que suscita la realidad de la `casa tomada´;
un ambiente austero, de premonición, de temblores:
El seco silencio de la tarde,
caía,
metálico,
sobre las hojas de los árboles y
el recuerdo
de un lejano rumor se movió,
casi
escondido, entre las ramas más altas…
(Astudillo y A. ,2005:101)
Lo
que
resultaría
de
dicho
encuentro
recubre
el
deshacimiento de los recuerdos y el ensueño que resiste
ser develado:
…Cuando empezó a subir las viejas gradas de
piedra
sinti
ó
que el
aire
AUTOR:
TEMA:
se endurecía entre él y la antigua casa familiar.
Como un
espejo que se rebela, pensó. O como un túnel
que se
resiste a que alguien abra el
otro lado del
misterio… (Astudillo y A. ,2005:101)
En un extraño movimiento poético -que se desarrolla en la
voz del narrador-, el poeta contempla la sucesión de los
hechos desde la férrea quietud del árbol69, compañerocómplice de la primera infancia y las eternidades que
cobijaba en su universo de fantasía y literatura: “-Vengan
les dijo el árbol de capulí. Salten rápido, les / ordenó y
comenzaron a galopar…” (Astudillo y A.,2005:104)
“De pie ante la vieja casa / ahora / como encogida frente a
los recuerdos…” (Astudillo y A.,2005:101) el poeta se
encuentra sólo, desnudo frente a la silenciosa realidad de
los hechos, ante la pasmosa frialdad del destiempo:
Se sintió solo
y extraño
y un dolor como si fuera el único del mundo,
69
“Rubén […] crea un personaje en tercera persona que resulta ser también un árbol de capulí
y como tal comparte las aventuras de los tres mosqueteros de las novelas de Alejandro Dumas,
pero el dichoso árbol no es otro que el propio autor. Un audaz acierto, sin lugar a dudas…”
(Franco Serrano,2005:11)
AUTOR:
TEMA:
o el último,
le recorrió la sangre,
quemándole.
Solo, extraño y amargo donde antes había sido
su
reino. Su viejo imperio de las torres altas
y doradas. Solo y extraño, se repitió y un aire
de obscura voz sinfónica,
como
soñando,
comenzó a repetir
sus palabras… (Astudillo, y A.
2005:102,103)
“Nunca volví a vivir el gozo de esos años, recordó…”
(Astudillo y A., 2005:103) nos dice el poeta que se
desnuda, que desnuda su ensueño, mejor, ante el cual se
reconoce y abraza -aunque sea en la soledad inminenteen la desolación de su palabra; la agonía del yo poético
que tienta su pertenencia, ahora disuelta, libre en la
nubosidad irrecuperable de la infancia, eternizada en la
pluralidad de los caminos transitados, en los largos años
que forjaron esa sed de pertenencias:
Cuando cruzó la puerta, desde el fondo de la
sala, le
recibió una antigua bocanada de aire. Es como
si el
AUTOR:
TEMA:
alma
del tiempo siguiera igual, pensó, y él era
parte de esa alma… (Astudillo y A., 2005:106)
El
final
del
poema,
con
el
cual
finalizamos
esta
aproximación a su obra, o esta posible lectura para la
misma, conduce la tensión del mismo, construido –como lo
dijera, acertadamente Franco Serrano- en tres instancias,
con la aceptación del cierre de un ciclo que marcó la vida
lírica del escriba, un final que se sabe impostergable y
sobre el cual, se refleja la poesía que, como expiación,
como respuesta, como permanencia, se manifiesta en un
quiebre de la voz, digo, del pulso, que acepta la firmeza del
destino, la digiere, la amolda y la catapulta en la sentencia
final del poema, el mismo que, previo su final, nos dice:
Entonces
comprendió
que para poder vivir de nuevo
debía comenzar
a morir. Abrió la puerta de la casa. La que
daba a la laguna, y se fue muriendo…
(Astudillo y A., 2005:107)
Un
ciclo
entero
de
asperezas,
de
diluciones,
de
pertenencias, se cierra con el poema –voz última dejada
AUTOR:
TEMA:
por el poeta- que concluye con esta imagen que,
claramente, pretende universalizar el vacío a propósito del
lugar personal, de la casa onírica y el pasado, el presente y
el futuro que siempre significó.
Un ciclo entero que ahora procuramos reflejar en esta
lectura pausada sobre su poesía, la cual, concluyéndose
(en su escritura, claro está) nos muestra la aceptación del
silencio ante el cual sentencia, como quien ancla su
nombre en la posteridad, invirtiendo las realidades que
asocian al hombre, la racionalidad del mundo y su
mutabilidad inenarrable, mas poéticamente cantada con
esta lírica alada y subterránea, cruel y sutil como el
entendimiento de la belleza: “en la loma del Tasqui, esa
tarde, también el sol / dio las doce de la noche” (Astudillo y
A., 2005:107)
AUTOR:
TEMA:
CONCLUSIONES
La de Rubén Astudillo y Astudillo es
una de las más altas voces poéticas de
nuestro país. Caracterizada por un
hondo desgarramiento vital, por un
sentimiento de desolación que bordea
la tragedia y por una temática que
discurre entre la ternura, la sensualidad
y la blasfemia, ha escrito páginas
antológicas en la literatura ecuatoriana
contemporánea...
(Delgado
Santos,1995:s/p)
La de Rubén Astudillo y A., es una poesía que indaga los
sentidos del ser y su búsqueda constante; el hombre y sus
preguntas bajo el crisol de los versos que lo llaman, lo
nombran y son en él: “La temática de Astudillo es
simplemente el hombre, con sus dolores y sus júbilos, con
sus
avatares
y
con
sus
alegrías…”
(Noboa
Arízaga,1960:s/p).
Y es que ¿cuáles son estos dolores, estos júbilos del
hombre?, cuáles sino la voz que llueve los vacíos, la que
comulga con Dios, el Amor, la Muerte, la Identidad y el
AUTOR:
TEMA:
Ensueño70, la voz, digo, que rebasa al mundo, la lógica que
burla sus palabras.
Así, la lectura de estas pautas nos ha permitido acceder
con mayor profundidad a la poética del escritor cuencano,
develando momentos –dentro de la misma- que han sido
analizados hasta re-conocer a uno de los más prolijos
poetas ecuatorianos y latinoamericanos de mediados y
finales del siglo pasado, y comienzos del presente.
En este sentido, nuestra lectura de la poesía de Astudillo y
A., permitió ubicar una suerte de panorámica versal
compuesta en cinco `coloraciones´, que se funden en
trazos que van y vienen dejando sobre el lienzo de la
aprehensión, el mensaje poético en el sentir de su
interlocutor, el lector.
La Identidad, entonces, como se llamó a este èje´ de
significaciones, alude a la memoria telúrica y social; una
suerte de búsqueda de raíces en donde afincar la fuerza de
la palabra poética, la misma que, siguiendo un principio que
unificaría la lírica ecuatoriana de mediados del siglo
pasado, descubre una singular manera de poetizar un
`tema común´ (por decirlo de alguna manera) para los
70
Hemos accedido, mediante estos cinco ejes temáticos, a la lectura propuesta para la poesía
de Rubén Astudillo y A.
AUTOR:
TEMA:
creadores contemporáneos de la nación, esa manera
íntima y profundamente universal que el poeta encuentra
para fincar la certeza de su discurso lírico: la Tierra, su
Valle.
La Muerte, otro de estos èjes temáticos´, se manifiesta
dentro de la poesía de Astudillo y A. desde diferentes
`frentes´, o con diferentes `rostros´ que la llaman o la
ausentan, según el espíritu de sus versos, como se vio con
anterioridad. Así, el rasgo principal de este èje temático´
continúa
la
tradición
poética
contemporánea,
al
desmitificarla mediante el trato y la exploración de la
palabra.
Otra línea visceral en su producción lírica, constante,
inauguradora y final es, sin duda, la denuncia y búsqueda
del ser sin nombre, del Dios aquel entre la infancia y el
instante último del re-encuentro. En este sentido, hemos
procurado indagar el lugar que guarda –dentro de la
reflexión lírica del poeta- la idea de la muerte y sus signos,
imágenes o, en fin, el entendimiento del poeta sobre la
misma, su forma de apoderarse de ella (d)escribiéndola.
Así
también,
hablamos
del
Amor
y
su
presencia
catalizadora de inolvidables himnos y elegías. De la figura
AUTOR:
TEMA:
femenina encarnada en la Madre, como primera instancia:
puente entre los despojos de la memoria, los reflejos de la
infancia y el ensueño que significarían en la obra del poeta;
y la Mujer Amada en el erotismo que restaura la esencia
misma del existir, un “reencuentro con la armonía original y
paradisíaca del mundo…” (Sucre, 1985:34), como diría
Guillermo Sucre.
El último tono -o referente- designado para esta lectura de
su poesía, es el Ensueño y el Retorno; Retorno a las
memorias y los ayeres encarnados en la casa de la
infancia, el pueblo natal, la alegría portadora de milagros
idealizados a lo largo de su obra, como el lugar al cual vale
la pena siempre regresar, en la sinrazón del tiempo y sus
insaciables
mutaciones:
Retorno
de
recuerdos,
de
ilusiones, de derroteros añorados y traídos constantemente
por las promesas de la satisfacción. Habitados en el lugar
inasible, alcanzado, únicamente, por el destello de la
palabra poética.
AUTOR:
TEMA:
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176

RESUMEN Rubén Astudillo y A., es uno de los grandes escritores

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