Conozca a su gato

Transcripción

Conozca a su gato
instinto
Siamés
Conozca
a su gato
Inteligente, hábil y cariñoso, se distingue por sus ojos azules,
cabeza triangular y colores oscuros en las extremidades.
La más vocal de las razas, ronronea como todo un bebé cuando
está contento y a gusto / José Ramón Villalobos
Origen del nombre
Considerado sagrado, en el siglo XVIII y XIX los reyes
y monjes budistas del antiguo reino de Siam
–hoy Tailandia– lo criaban en sus propiedades. De allí
su nombre y su fama de pertenecer a la nobleza.
foto federico arnao / modelo robin
Clasificación
Mascota y felino cazador (especialmente de insectos).
Peso promedio
La hembra de 2,5 a 3,5 kilos; el macho de 4 a 5,5 kilos.
Altura
De 25 a 35 centímetros.
Anatomía
Su cuerpo es esbelto y musculoso, rasgos que lo hacen
lucir elegante y estilizado. La cabeza es triangular,
el cuello largo y los ojos marcados. Las orejas son cortas
y puntiagudas. Los pelos del bigote son cortos y finos.
Color
Si bien puede tener variaciones, el ejemplar clásico y
común presenta un tono beige-crema en el cuerpo con
matices más oscuros –generalmente marrón chocolate–
en las orejas, la cara, las patas y la cola. Su rasgo más
distintivo: ojos azules brillantes y expresivos.
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Textura
Adherido al cuerpo, su pelaje –lustroso– es corto
y duro, pero muy suave al tacto.
Número de cachorros
De 4 a 5.
Expectativa de vida
De 8 a 15 años (depende de la calidad de vida).
instinto
Es la raza de pelo corto más
popular de la Cat Fanciers’
Association, el registro mundial
más grande de gatos con pedigrí
Características distintivas
• “La manera de llamar a su dueño rompe el corazón: parece el llanto de un bebé”, refieren los
libros que describen sus emociones (no tolera
la ausencia prolongada de su propietario). El
ronroneo –ronquido– que produce es uno de los
más intensos entre los felinos. Lo hace en señal
de gratitud y complacencia cuando necesita o
recibe afecto.
• Celoso y territorial, le cuesta compartir con
otras mascotas su espacio y el amor de su dueño.
Sin embargo, puede aprender hábitos de cortesía. “Para que un siamés conviva e interactúe
con otras razas felinas o caninas es importante
educarlo desde cachorrito. De lo contrario, desarrolla su característica racial de independencia”,
explica Alejandro Marín, médico veterinario.
• Si bien es de temperamento relajado y dócil,
al molestarse puede tonarse agresivo. Advierte
su malestar con el siseo y muestra los dientes:
es la manera de expresar que puede atacar si lo
siguen importunando.
• Dotado de una habilidad admirable para el
desplazamiento, es una de las razas más diestras
y activas, especialmente cuando algo le genera
curiosidad. Le gusta sentirse libre y moverse a
sus anchas.
• Al igual que otras razas, el embarazo suele durar dos meses. La siamesa se distingue por ser
muy buena madre (es una de sus características
más significativas).
• Los pequeños de la casa deben
ser cuidadosos y evitar aproximarse
bruscamente, no asustarlo ni halarle
los pelos. Es preciso recordarles que
araña cuando se siente amenazado.
• Puede vivir en casa o apartamento:
se adapta con facilidad a las costumbres
de su dueño.
• La pelota y los juguetes de ratones
son un buen recurso para divertirse
con él. Le encantan.
Cuidados
Salud. Aunque en general goza de
buena salud, tiende a padecer irritaciones
en los ojos –son muy sensibles–
por el contacto con bacterias que están
en el aire o cuando se somete con
frecuencia a cambios violentos de luz.
También, como es muy curioso y osado,
suele tener accidentes domésticos
(envenenamiento, intoxicación,
deslizamiento por escaleras, caídas).
Alimentación. Es de “buen diente”,
pero quisquilloso y selectivo. Antes de
alimentarse, olfatea y palpa la comida con
los labios (“si no le huele bien se va y no
come”, dicen los veterinarios). Prefiere los
pescados y las carnes. Hace, en promedio,
cuatro comidas diarias (come pequeñas
cantidades varias veces).
Baño. Es muy higiénico. La frecuencia
del baño dependerá de su vida cotidiana y
de los lugares donde se desenvuelva. Los
veterinarios sugieren bañarlo cada cuatro
meses. Es importante limpiarle los ojos
y las orejas. Para evitar que deje pelos por
la casa se le debe peinar diariamente.
F u e n t e s c o n s u ltadas
º Alejandro Marín, médico veterinario. º Marialba Cabrera, médico veterinario.
129+SALUD
instinto
respuestas
¿Por qué los perros
comen grama?
Se piensa que son varias las razones. Sus parientes
salvajes –zorros, lobos, coyotes y chacales– en parte
se alimentan de animales herbívoros. Dado que
terminan comiendo grama y plantas presentes en los
intestinos de sus presas, lo “verde” es parte natural
de su dieta. Los perros, en consecuencia, lo hacen
porque así lo dicta su naturaleza.
foto ideasstock.com / corbis / Bob Krist
En muchas ocasiones, los perros vomitan
después de comer grama. Surge entonces una
duda: ¿comieron grama para vomitar y purgarse o
vomitaron porque comieron grama? Sigue siendo
un misterio, pero se sabe que algunos perros comen
grama cuando están mal del estómago.
¿Por qué los loros se arrancan
las plumas?
Las causas de tan particular comportamiento
pueden ser orgánicas o psicológicas. Se sabe que
cualquier situación que provoque frustración, miedo,
aburrimiento o ansiedad dispara esa conducta en los
loros. También se arrancan las plumas las aves que
son molestadas constantemente y las que carecen
de atención adecuada.
Las variaciones bruscas en la rutina, el cambio de dieta
o de dueño pueden, igualmente, originar el problema.
Algunas veces el comportamiento es resultado del
prurito y las molestias cutáneas que provocan ciertas
enfermedades infecciosas.
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La tercera razón es la más simple: les gusta. Hay
perros que incluso son selectivos y escogen el tipo
de grama o planta que quieren comer.
¿Por qué los perros machos
levantan la pata al orinar?
En la orina los perros excretan hormonas sexuales
que actúan como marcadores olfativos. Muchos
machos –e incluso algunas hembras– orinan en uno
y otro lugar para dejar su olor y decir “estuve aquí”.
Los machos, en particular, levantan la pata para
poder orinar en superficies verticales (árboles,
postes, muros) donde, al parecer, el olor permanece
por más tiempo –y más fresco– y se fija a la
altura del hocico, una ubicación que reduce las
posibilidades de que otro perro ignore el paso
del macho que estuvo antes. En las superficies
horizontales, en cambio, el olor de la orina
se mezcla con otros aromas.
Incluso cuando un perro ha marcado repetidamente
“su territorio” en un paseo, y no tiene más orina
que excretar, es posible que lo siga haciendo.
La conducta es comprensible: a fin de cuentas, está
tratando de dejar un mensaje, no de “pavonearse”
y mostrar cuántas veces es capaz de dejarlo.

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