Factores ginecológicos e índice de masa corporal como
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Factores ginecológicos e índice de masa corporal como
sumario EUROPEAN JOURNAL OF obstetrics & GYNECOLOGY AND REPRODUCTIVE BIOLOGY European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology (Ed. Española) 2001; 1: 108-113 Original Factores ginecológicos e índice de masa corporal como determinantes de la masa ósea en mujeres postmenopáusicas sanas. Estudio con tomografía computadorizada cuantitativa periférica (TCQP) E. R. Hernándeza, C. Secoa, J. Cortés-Prietob, L. F. Villaa, M. Revillaa, H. Ricoa Departamento de Medicina Interna. bDepartamento de Especialidades Médicas. Universidad de Alcalá, 28801 Madrid, España. a Aceptado: 19 noviembre 1999 Resumen Objetivo: En este trabajo se estudia simultáneamente la influencia de algunos factores ginecológicos [años desde la menopausia (ADM), edad de la menarquia (EM) y edad ginecológica (EG) o vida reproductiva] y de los factores antropométricos, como determinantes de la masa ósea en 189 mujeres postmenopáusicas sanas. Métodos: Se determinó la masa ósea por tomografía computadorizada cuantitativa periférica. Resultados: En una evaluación global se demostró que los ADM se correlacionaban negativamente con la densidad mineral ósea trabecular y cortical (DMOT y DMOC)(p<0,05 en ambos casos). La edad de la menarquia se correlacionó negativamente con la DMOC (p<0,05) y la edad ginecológica se correlacionó positivamente con la DMOT (p<0,05). Clasificando a las mujeres de acuerdo con el índice de masa corporal (IMC), la correlación con los ADM persistió en las pacientes cuyo IMC era >25 kg/m2 y con la edad de la menarquia y edad ginecológica de las mujeres cuyo IMC era <25 kg/m2 (p<0,05). Después de separar a las mujeres de acuerdo a la edad de la menarquia, la edad ginecológica y el IMC, la única diferencia significativa que persistió fue en la DMOT, que fue más baja en el grupo con edad ginecológica <33 años, con un IMC menor de 25 kg/m2 (p=0,020). La paridad y el hábito de fumar no tuvieron ningún efecto sobre nuestros resultados. Mediante análisis de regresión múltiple, tomando la DMO como la variable dependiente y los factores ginecológicos como las variables independientes, sólo observamos una correlación significativa entre los ADM y la DMOC (p<0,005). Lo mismo se observó después de separar a las mujeres en función de su IMC en el grupo de IMC >25 kg/m2 (p<0,05). Conclusiones: Nuestros datos resaltan la importancia de los ADM sobre la DMOT y DMOC, de la edad de la menarquia sobre la DMOC y de la edad ginecológica sobre la DMOT. Sin embargo, los ADM son el factor ginecológico que determina, principalmente, la DMO. Las diferencias observadas entre las medidas tomadas con TCQP y otros métodos utilizados, frecuentemente, para estimar la masa ósea, indican que los resultados obtenidos con una técnica no pueden ser extrapolados a otros métodos. © 2000 Elsevier Science Ireland Ltd. Reservados todos los derechos. Palabras clave: Masa ósea; Índice de masa corporal; Edad ginecológica; Vida reproductiva; Edad de la menarquia; Años desde la menopausia. Introducción Los resultados de estudios sobre factores reproductivos y densidad ósea son extremadamente contradictorios, puesto que algunos demostraron un efecto beneficioso y otros un impacto negativo de estos factores sobre la densidad ósea. Rosenthal et al. [1] identificaron que la menarquia en edad tardía es un factor de riesgo de descenso de la densi- dad mineral ósea (DMO) de la columna e indicaron que la menarquia tardía indica la presencia de niveles inadecuados de hormonas sexuales durante la adolescencia y osteopenia. Sowers et al. [2], en su estudio de mujeres de edades comprendidas entre 22 y 54 años de una comunidad rural, publicaron que cuando la edad de la menarquia era menor de 11 años, 12-13 años, y mayor de 14 años, las mujeres premenopáusicas con menarquia tardía tenían una Hernández ER, Seco A, Cortés-Prieto J, Villa LF, Revilla M, Rico H. Gynecological factors and body mass index as determinants of bone mass in normal postmenopausal women. A study with peripheral quantitative computed tomography (pQCT). European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology 2000; 92: 193-198 (usen esta cita al referirse al artículo). E.R. Hernández, et al. / European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology (Ed. Española) 2001; 1: 108-113 DMO inicial del radio más baja. Sin embargo, no hubo relación entre la edad de la menarquia y la DMO del radio, cuando se eliminaban del estudio las mujeres multíparas. Fox et al. [3] indicaron que la densidad ósea del radio de las mujeres postmenopáusicas se reducía linealmente con el retraso de la menarquia. Numerosos estudios indican que la edad de la menarquia se asocia con el crecimiento óseo y la densidad ósea [1-5]. Es decir, se ha observado que las niñas adolescentes con un comienzo más precoz de la menarquia, son más bajas y presentan un crecimiento óseo menor cuando se comparan con niñas en que comienza la pubertad a la edad esperada [4]. Por el contrario, las niñas con un comienzo tardío (mayores de 14 años) tienen más probabilidades de ser más altas y delgadas y parecen tener una densidad ósea más baja [5]. Sin embargo, la menarquia precoz se asocia más frecuentemente con anovulación y/o insuficiencia lútea [6]. Esto indica que los cambios de la masa corporal deberían tener una mayor influencia que la edad de la menarquia. De hecho, se ha propuesto el peso crítico (la grasa corporal) como un mecanismo que afecta al comienzo y al mantenimiento de los ciclos menstruales normales [7], donde el componente esencial es la grasa a un nivel crítico del 17% [8]. En una serie de artículos que se refieren a mujeres postmenopáusicas se indica que la masa ósea depende más de los años que han transcurrido desde la menopausia que de la edad cronológica [9,10]. Sin embargo, otros autores [11] y nosotros [12] hemos demostrado que, aunque éste sea el caso, el factor más importante en lo que se refiere a la masa ósea postmenopáusica es la duración de la fertilidad (edad ginecológica o años entre la menarquia y la menopausia). En estudios transversales y longitudinales similares también se ha confirmado la creencia general de que la obesidad confiere una DMO mayor y protege frente a la pérdida ósea después de la menopausia [13-16]. La pendiente del contenido mineral óseo (relacionada con la edad perimenopáusica y postmenopáusica), como se refleja en las medidas esqueléticas, varía de acuerdo al índice de masa corporal (IMC) y a las concentraciones séricas de fosfatasa ácida resistente a tartrato (FART), que es un marcador bioquímico de la reabsorción ósea, que se encontró que era más alto en mujeres peri y postmenopáusicas con un IMC ≤25 kg/m2 en comparación con mujeres con un índice >25 kg/m2 [13]. Un IMC bajo se asocia con fracturas de cadera [14]. Las mujeres con tamaño corporal grande, y con una DMO inicial más baja, responden mejor al tratamiento con estrógenos que las mujeres delgadas que tienen una DMO más alta [15]. El aumento del IMC se correlaciona positivamente con la DMO [16, 17]. A partir de lo anterior puede deducirse que en la masa ósea influyen los siguientes factores: edad cronológica (EC), edad de la menarquia, años desde la menopausia (ADM) y edad ginecológica. Lo mismo puede decirse del IMC. Estas consideraciones nos llevaron a usar el parámetro 109 de masa ósea evaluado mediante tomografía computadorizada cuantitativa periférica (TCQP) para investigar si es la edad cronológica, los ADM, la edad de la menarquia (fijada como menor de 11 años, 12-13 años y mayor de 14 años) o la edad ginecológica (catalogada como corta y normal, con <33 años y >33 años, respectivamente) lo que ejerce mayor impacto sobre la masa ósea en mujeres postmenopáusicas sanas, prestando especial atención a si su IMC es ≤ o >25 kg/m2. Materiales y métodos Se estudiaron 189 mujeres postmenopáusicas (edad media 54,4 ± 6,1 años) que habían experimentado la menopausia de forma natural. Se definió la postmenopausia como la ausencia de período menstrual al menos durante 12 meses y valores séricos de FSH ≥50 U/l. Todas las mujeres se sometieron a una exploración médica y física completas antes del estudio. Se estableció la normalidad en función de una entrevista, comprobando que no hubiera enfermedades conocidas que afectaran a la masa ósea, y se hizo una evaluación bioquímica de la glucosa, transaminasas, creatinina, calcio, fósforo, proteínas totales, bilirrubina, fosfatasa alcalina, FART, hormonas gonadales, gonadotropinas y un estudio de coagulación. En todos los casos, se ajustó el calcio a las proteínas de acuerdo con la fórmula de Parfitt [18]. Se realizó una prueba bioquímica de orina de 24 horas para confirmar la excreción normal de calcio y la reabsorción tubular de fosfato. Se realizaron estudios radiológicos de la columna en la zona torácica y lumbar, para excluir anomalías vertebrales, definidas como pérdida del más del 25% de la altura del cuerpo vertebral, anterior, medio o posterior, y se compararon con valores de referencia normales, similares en edad y sexo, y publicados previamente por nuestro grupo [19]. Todas las participantes del estudio se seleccionaron de los distritos sanitarios cubiertos por el Hospital de la Universidad Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares, Madrid, España) y todas dieron su consentimiento por escrito. El estudio fue aprobado por la Junta de Protección de los Riesgos de la Investigación de la Facultad de Medicina de Alcalá de Henares. En el momento del estudio, ninguna de las mujeres estaba recibiendo ninguna medicación que pudiera haber interferido con el metabolismo del calcio. Sólo el 11% de las participantes habían recibido anticonceptivos orales durante un período nunca mayor de 2 años, y todas habían dejado de tomar la píldora, al menos 6 meses antes de comenzar el estudio. Todas las mujeres seleccionadas llevaban una vida activa, pero ninguna practicaba ningún deporte. Sólo el 6% de las mujeres fumaba y ninguna más de 10 cigarrillos al día. El consumo de alcohol era esporádico y el de café nunca superaba los 100 ml/día en ningún caso. Se midió la altura usando un estadiómetro de Harpenden con un plano mandibular paralelo al suelo. El peso se determinó en una balanza biomédica de precisión. Ambos procedimientos se 110 E.R. Hernández, et al. / European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology (Ed. Española) 2001; 1: 108-113 llevaron a cabo con las mujeres vestidas con un pijama y descalzas. Las características clínicas de los grupos del estudio se resumen en la tabla 1. Tabla 2 Características y glosario de las mujeres estudiadas en relación con su índice de masa corporal (IMC ≤ o >25 kg/m2) y separadas en función de la edad ginecológica (EG) ≤33 años y >33 años IMC >25 kg/m2 IMC ≤25 kg/m2 EG ≤33 años n=35 >33 años n=62 ≤33 años n=35 >33 años n=57 EC (años) ADMc EG (años) Altura (m) Peso (kg) IMC (kg/m2) Paridad Hábito de fumar DMOTc DMOCc 51,9±6,2 10,6±7,5a 28,6±4,7a 1,57±0,06 69,4±7,2 28,0±2,3 2,23±0,94 6,6±5,1 130±37 465±82 57,0±5,4 6,2±4,9 38,5±2,4 1,56±0,05 68,1±6,8 28,0±2,6 1,94±0,84 6,2±5,3 148±44 489±93 50,5±6,0 9,4±5,8a 28,1±3,8a 1,59±0,05 57,2±4,7 22,7±1,5 2,10±0,82 7,2±4,9 124±36b 473±82 55,3±4,8 4,8±3,8 37,9±2,5 1,61±0,06 59,3±5,6 22,7±1,3 1,96±1,07 6,9±5,3 143±40 471±80 Estudios de TCQP Igual que en estudios anteriores [20], la densidad ósea trabecular y cortical en el extremo distal del radio se determinó mediante TCPQ (Modelo Stratec XCT 900, Stratec, Birkefeld, Alemania) del antebrazo no dominante. Después de estudiar la parte distal del antebrazo, se marcó la parte inferior de la base cubital y se seleccionó automáticamente un corte, a una distancia que correspondía al 4% de la longitud cubital, para diferenciar claramente el radio del cúbito. A partir de entonces, se tomaron las medidas del radio automáticamente. El programa informático facilita las medidas en mg/cm 3. Nuestro coeficiente de variación (CV) de este método se consideró del 1,1% para la densidad mineral ósea trabecular (DMOT) y del 0,8% para la densidad mineral ósea cortical (DMOC) calculadas a partir de cinco medidas, en cinco individuos, en intervalos de 2 a 3 semanas. El XCT 900 se calibró diariamente con un estándar óseo facilitado por Stratec. Estudios estadísticos Los datos estadísticos descriptivos se presentan como medias ± DE. La distribución normal de datos se confirmó calculando la asimetría de la distribución de la frecuencia y la "kurtosis" antes de aplicar las pruebas estándar. Los parámetros estudiados (variables continuas) en cada grupo como variables nominales (edad de la menarquia categorizada, ginecológica) se compararon en toda la población y separadamente, de acuerdo con el IMC ≤25 kg/m2 y >25 p<0,0001 frente a >33 años. p<0,020 frente a >33 años con ≤25 kg/m2 según el test de ANOVA. c EC, edad cronológica; ADM, años desde la menopausia; EG, edad ginecológica (edad de la menopausia menos edad de la menarquia); DMOT y DMOC, densidad mineral ósea trabecular y cortical, respectivamente. a b kg/m 2), usando análisis de varianza y covarianza para determinar los efectos de las variables nominales. Los datos se procesaron por ANOVA, con una prueba post hoc de las diferencias entre los grupos, usando el test de Bonferroni/Dunn (se estableció la significación a <0,05). Se utilizaron análisis de regresión simple y múltiple para examinar las relaciones entre las variables continuas. Se utilizaron correlaciones parciales, ajustadas para la edad, para valorar las relaciones entre las variables continuas. Todos los datos se procesaron en un computador Macintosh usando la aplicación estadística StatWiew 4,02 (Abacus Concepts, Berkeley, California, Estados Unidos). Tabla 1 Características y glosario de las mujeres estudiadas en relación con su índice de masa corporal (IMC ≤ o >25 kg/m2) y separadas por la edad de la menarquia ≤11 años, 12-13 años y ≥14 años IMC >25,0 IMC ≤25,0 Menarquia 11 años n=26 12-13 años n=48 14 años n=23 11 años n=12 12-13 años n=54 14 años n=26 EC (años) ADMd EGd (años) Altura (m) Peso (kg) IMC (kg/m2) Paridad Hábito de fumar DMOTd DMOCd 56,6±5,4 8,4±6,1 37,3±5,1a 1,55±0,05 68,7±8,0 28,6±2,9 2,08±0,84 6,88±5,01 146±34 489±91 54,9±6,8 8,4±7,2 34,9±6,6 1,57±0,05 68,1±6,1 27,6±2,3 2,10±0,86 7,38±5,37 144±43 478±91 54,1±5,7 5,9±4,2 34,0±4,3 1,57±0,5 69,3±6,3 28,2±2,6 2,30±0,93 6,52±4,29 131±49 477±88 52,7±6,3 7,8±7,1 34,5±7,0b 1,60±0,07 58,3±4,8 22,7±1,6 2,17±1,19 5,75±6,09 144±43 494±81 63,1±6,0 5,6±4,5 35,1±5,4 1,61±0,06 59,1±5,2 22,7±1,2 1,96±1,05 7,04±5,20 137±38 478±80 54,6±5,2 8,0±5,2 32,2±5,3 1,59±0,06 57,5±5,9 22,7±1,7 1,85±0,73 6,38±5,32 131±42 448±76c p<0,0001 frente a otros. p<0,05 frente a 14 años. c p<0,05 frente a otros, según ANOVA con el test Bonferroni/Dunn post hoc. d EC, edad cronológica; ADM, años desde la menopausia; EG, edad ginecológica (edad de la menopausia menos edad de la menarquia); DMOT y DMOC, densidad mineral ósea trabecular y cortical, respectivamente. a b 111 E.R. Hernández, et al. / European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology (Ed. Española) 2001; 1: 108-113 Resultados En el grupo completo de 189 mujeres, la edad de la menarquia (tablas 1 y 3) sólo influyó en la DMOC. Cuando se separaron los grupos de estudio en función del IMC, esta correlación se mantuvo sólo en mujeres con IMC ≤25 kg/m2. En este grupo con IMC más bajo, la menarquia a la edad de 14 años o más se convirtió en un factor significativo determinante de la masa ósea frente a edades más precoces (tabla 1). Para valorar el efecto de la edad ginecológica, las mujeres se agruparon de nuevo en función de un IMC ≤25 kg/m2 o >25 kg/m2 (tabla 2). En este caso se detectaron diferencias en cuanto a los ADM, que fue más baja en las mujeres con una edad ginecológica <33 años en comparación con el grupo >33 años (p<0,0001). El mismo esquema se observó para demostrar el impacto de la edad ginecológica sobre la DMOT (p<0,0001) en mujeres con un IMC ≤25 kg/m2 (p=0,020). En la tabla 3 se muestra que después de aplicar el estudio de correlación de r a z de Fisher, la EC de la población global se correlacionaba positivamente con los ADM y con la edad ginecológica (r=0,50 a 0,54, p<0,0001, en ambos casos) y que se observaba una correlación negativa entre estos factores y la DMOC (r=0,17, p<0,05) y la altura (r= -0,15, p<0,05). Los ADM demostraron una correlación negativa con la edad ginecológica (r=-0,43, p=0,0001) y la altura (r=-0,16, p<0,05), y con la DMOT y la DMOC (r= -0,018 y 0,020, respectivamente, y p<0,05 en todos los casos). La edad de la menarquia mostró una correlación negativa con la edad ginecológica (r=-0,19, p<0,05) y DMOC (r=0,15, p<0,05). La edad ginecológica se correlacionó positivamente con la DMOT (R=0,22, p<0,05). Cuando los datos se procesaron en función de que las mujeres tuvieran un IMC ≤ o >25 kg/m2, la correlación positiva entre EC, ADM y edad ginecológica se mantuvo (p<0,0001). La variable ADM permaneció constante en ambos grupos (p<0,0001) y la única correlación negativa se produjo entre ADM y DMOT y DMOC (p<0,05) en el grupo con IMC >25 kg/m2. La edad de la menarquia se correlacionó negativamente con la edad ginecológica en el grupo de IMC ≤25 kg/m2 (p<0,05) y la edad ginecológica se correlacionó positivamente con DMOT en el grupo ≤25 kg/m2 (p<0,05). Realizamos un análisis de regresión múltiple tomando la DMO como variable dependiente y la edad de la menarquia, la edad ginecológica y los años desde la menopausia, como variables independientes. En general, en las mujeres Tabla 3 Estudio de correlación (r a z de Fisher) en el grupo completo de mujeres (todas las mujeres) y en función de su IMC > y ≤25 kg/m2 r a z de Fisher EC frente a ADM frente a EM frente a EG frente a Altura frente a Peso frente a Todas las mujeres n=189 ADM EM EG Altura Peso DMOT DMOC EM EG Altura Peso DMOT DMOC EG Altura Peso DMOT DMOC Altura Peso DMOT DMOC Peso DMOT DMOC DMOT DMOC IMC >25 n=97 IMC ≤25 n=92 r P r P r P -0,54 -0,01 -0,50 -0,15 -0,07 -0,03 -0,17 -0,03 -0,43 -0,16 -0,01 -0,18 -0,20 -0,19 -0,06 -0,02 -0,13 -0,15 -0,01 -0,08 -0,22 -0,03 -0,27 -0,14 -0,13 -0,10 -0,11 <0,0001 ns <0,0001 <0,05 ns ns <0,05 ns <0,0001 <0,05 ns <0,05 <0,05 <0,05 ns ns ns <0,05 ns ns <0,05 ns <0,05 ns ns ns ns -0,59 -0,08 -0,45 -0,19 -0,08 -0,12 -0,16 -0,07 -0,44 -0,05 -0,06 -0,26 -0,27 -0,23 -0,14 -0,01 -0,15 -0,07 -0,17 -0,01 -0,19 -0,14 -0,53 -0,01 -0,14 -0,03 -0,14 <0,0001 ns <0,0001 ns ns ns ns ns <0,0001 ns ns <0,05 <0,05 <0,05 ns ns ns ns ns ns ns ns <0,0001 ns ns ns ns -0,47 -0,15 -0,56 -0,01 -0,04 -0,14 -0,19 -0,04 -0,44 -0,19 -0,08 -0,08 -0,10 -0,13 -0,06 -0,08 -0,10 -0,23 -0,18 -0,16 -0,24 -0,04 -0,73 -0,30 -0,09 -0,20 -0,01 <0,0001 ns <0,0001 ns ns ns ns ns <0,0001 ns ns ns ns ns ns ns ns <0,05 ns ns <0,05 ns <0,0001 <0,05 ns <0,05 ns Abreviaturas: EC, edad cronológica; IMC, índice de masa corporal; ADM, años desde la menopausia; EM, edad de la menarquia; EG, edad ginecológica; DMOT, densidad mineral ósea trabecular; DMOC, densidad mineral ósea cortical; ns, no significativo. 112 E.R. Hernández, et al. / European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology (Ed. Española) 2001; 1: 108-113 estudiadas, estratificadas en función del IMC, sólo observamos relaciones significativas entre ADM y DMOC (p<0,005, intercepto p<0,0001, ADM p<0,005). Lo mismo se observó después de separar a las mujeres en función de su IMC en el grupo de IMC >25 kg/m2 (p<0,05, intercepto p<0,05, ADM p<0,005). No se observó ninguna significación respecto al hueso trabecular. La paridad y el hábito de fumar no parecían influir en los parámetros medidos en ninguna población, ni en la población como un todo, ni después de separar a las mujeres de acuerdo a la edad de la menarquia, edad ginecológica e IMC. Discusión Con la determinación de la masa ósea mediante TCQP es posible evaluar el hueso trabecular y cortical separadamente, en términos de densidad mineral ósea volumétrica real (DMOT y DMOC en mg/cm3). La evaluación separada de los compartimentos óseos es importante, puesto que hay considerables diferencias entre ellos que, en consecuencia, producen comportamientos diferentes [21]. Lo que es más, TCQP es una técnica útil y precisa para estudiar la masa ósea [22]. La valoración actual de los factores que influyen en la masa ósea, evaluada por medio de TCQP en mujeres postmenopáusicas sanas, ha demostrado que la edad de la menarquia no afecta a la DMOT, ni en la población como un todo ni cuando los sujetos se clasifican en función de su IMC. Por otra parte, la edad de la menarquia se correlacionó negativamente con la DMOC. La edad ginecológica produjo diferencias significativas en la DMOT sólo en mujeres con un IMC ≤25 kg/m2, y las diferencias fueron más pronunciadas en mujeres con edad ginecológica más baja. Los ADM se correlacionaron negativamente con la DMOT y la DMOC; la correlación persistió en mujeres con un IMC >25 kg/m2, aunque no con sujetos cuyo IMC era <25 kg/m2. Se encontraron resultados similares después de realizar un análisis de regresión múltiple. Nosotros y otros autores [9, 10, 23] ya publicamos que la variable ADM ejerce una influencia más fuerte sobre la masa ósea que la edad. McKay et al. [24] usando otras técnicas, demostraron una relación negativa entre la edad de la menarquia y la acumulación máxima de mineral en hueso. En numerosos estudios transversales se ha demostrado que varias medidas del tamaño corporal se correlacionan positivamente con la DMO [13-17]. Dalen et al. [25] descubrieron que las mujeres obesas tienen un 11% más de área cortical en los metacarpianos que las no obesas. La obesidad puede proteger al esqueleto por medio de dos mecanismos: a) la estimulación mecánica ejercida por el peso corporal, b) la mayor cantidad de grasa. A la vista de lo anterior, se han adjudicado algunos papeles importantes al compartimento adiposo: (1) El tejido graso es una fuente de conversión de andrógenos a estrógenos (aromatización). (2) La grasa influye en la con- versión de estrógenos desde el estrógeno catecol más potente al menos potente. (3) La grasa altera la capacidad de unión de los estrógenos y de las globulinas ligadoras de hormonas sexuales. (4) El tejido graso actúa como una unidad de almacenamiento de hormonas esteroideas [26]. El hecho de que las mujeres que pierden masa ósea más rápidamente tienen una masa grasa más baja, determinada antropométricamente, en la postmenopausia precoz que las que pierden hueso lentamente, confirma aún más la importancia de la masa grasa como determinante de la DMO en la menopausia [27]. En nuestro estudio actual, y en lo que se refiere a toda la población, el peso corporal no se correlacionó con la DMOT ni con la DMOC, circunstancia que ya se había demostrado por otros autores que utilizaron la misma técnica para conseguir sus datos [28]. Por ejemplo, Wapniarz et al. [29], en su estudio con mujeres postmenopáusicas, encontraron unos resultados similares. Sin embargo, esto fue cierto para el IMC, pero el intervalo de edad estudiado fue muy limitado, de 50 a 60 años. Sin embargo, nuestros datos destacan, en cierto grado, la importancia del peso sobre la masa ósea, puesto que en mujeres con IMC >25 kg/m2 y una edad ginecológica > o <33 años no observamos diferencias en sus DMOT y DMOC. Sin embargo, observamos diferencias en la DMOT de sujetos con edad ginecológica <33 años y un IMC ≤25 kg/m2. Fox et al. [3] demostraron una asociación positiva entre la densidad ósea del radio en mujeres postmenopáusicas y cada año sucesivo de menstruación. Las mujeres que menstruaban tres días durante cada ciclo, presentaban una densidad ósea del radio distal un 2,8% menor que las mujeres que tenían hemorragias durante siete días. Georgiu et al. [30] publicaron que el contenido mineral óseo de mujeres postmenopáusicas se define mejor por el número total de ciclos que por los ADM o la edad cronológica. Nosotros observamos el mismo fenómeno, aunque sólo en DMOT, una situación que podría justificarse por el hecho de que los dos compartimentos óseos tuvieran comportamientos diferentes [21]. Debería destacarse, sin embargo, que Fox et al. [3] midieron la densidad ósea en el radio distal, la zona preferida para evaluar el hueso trabecular. Igualmente, Vico et al. [11] propusieron la misma idea, cuando demostraron que la influencia de los parámetros relacionados con la historia menstrual es predominante en zonas con tejido fundamentalmente esponjoso. Como ya observamos en nuestros estudios anteriores, la DMOT se correlaciona significativamente con la duración de la vida reproductiva o la edad ginecológica [12]. La paridad y el hábito de fumar no mostraron ninguna influencia sobre la masa ósea en nuestra muestra de la población, cuando se estudió completa o separada en función de la edad de la menarquia, la edad ginecológica o el IMC. Sin embargo, los efectos de la paridad y el hábito de fumar son muy controvertidos en la literatura médica. Daniel y Martin [31], por ejemplo, no aclaran el efecto del hábito de fumar sobre la masa ósea, mientras que otros sumario E.R. Hernández, et al. / European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology (Ed. Española) 2001; 1: 108-113 autores le dan una consideración marginal, y sólo por encima de 15 cigarrillos al día [32], lo que no encaja con los parámetros de nuestro estudio. La relación entre paridad y masa ósea es compleja y todavía no está bien definida [5]. En publicaciones recientes se ha afirmado que la paridad no influye en la densidad mineral ósea de la columna vertebral lumbar, en mujeres normales [33]. Estos resultados son similares a los que demostramos a nivel del radio en nuestro estudio. Usando TCQP a nivel del antebrazo podemos demostrar la importancia de los ADM sobre la DMOT y la DMOC, la edad de la menarquia sobre la DMOC y la edad ginecológica sobre la DMOT, mientras que el peso no tuvo ninguna influencia sobre la DMO. Estos resultados, sustancialmente diferentes de los datos obtenidos con otras técnicas [11, 13], demuestran que son específicos del método y no pueden extrapolarse a otros procedimientos de medida. [13] [14] [15] [16] [17] [18] [19] [20] Referencias [21] [1] Rosenthal DI, Mayo-Smith W, Hayes CW, Khurana JS, Biller BMK, Neer RM, Klibanski A. Age and bone mass in premenopausal women. J Bone Miner Res 1989;4:533-8. [2] Sowers MR, Clark MK, Hollis B, Wallace RB, Jannausch M. Radial bone mineral density in premenopausal and perimenopausal women - a prospective study of rates and risk factors for loss. J Bone Miner Res 1992;7:647-57. [3] Fox KM, Magaziner J, Sherwin R, Scott JC, Plato CC, Nevitt M, Cummings S. 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