EXPERIENCIAS En este texto pretendo esbozar algunas ideas y

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EXPERIENCIAS En este texto pretendo esbozar algunas ideas y
EXPERIENCIAS
En este texto pretendo esbozar algunas ideas y precepciones personales sobre el trabajo del
ingeniero en distintos contextos, en países en vías de desarrollo o países emergentes, a donde
mi profesión por distintos motivos me ha ido llevando, concretamente: Togo, Brasil y Guinea
Ecuatorial.
En el caso de Togo (Cinkassé), dentro del ámbito de la Cooperación, pues la estancia fue
gestionada por la Subdirección de Ingeniería para la Cooperación de la Universidad de
Cantabria y la ONG Jóvenes de Tercer Mundo; en los otros dos casos, Brasil y Guinea
Ecuatorial, he estado trabajando para el sector privado. Por tanto, experiencias distintas con
alcances completamente diferentes.
En el entorno de la Cooperación se trataba de proyectos a escala local, soluciones para
pequeñas comunidades rurales: construcción de pozos, rehabilitación de puentes y de
caminos, entre otros; y el trabajo como ingeniero voluntario ligado a la universidad.
En los casos de Brasil y Guinea, países en pleno crecimiento se ha tratado de proyectos con un
alcance mayor (ordenación del territorio, grandes infraestructuras de comunicación…),
proyectos que transforman las ciudades, las vías de comunicación del país, incluso la economía
y forma de vida de los habitantes. En ambos casos encuentro un punto en común: el valor que
se le otorga en estos países al ingeniero como experto, persona bien formada, capaz de
plantear soluciones y tomar decisiones sobre qué hacer y cómo; frente al “anonimato” del
profesional en los países más desarrollados, donde en general la competencia y el nivel de
formación es mayor y las funciones profesionales suelen estar más acotadas y jerarquizadas.
Mi experiencia en la Prácticas del Titulo Experto de Ingeniería para Cooperación de la Escuela
de Caminos de Santander
En octubre de 2008 estuve en Cinkassé, región norte de Togo, junto a un compañero de la
escuela y el profesor José Antonio Rodríguez, como estancia de prácticas necesaria para
completar el título de Experto en Ingeniería para la Cooperación. En esta región, quizá la más
pobre y olvidada del país, los hermanos Salesianos y de la Salle tenían varios proyectos de
apoyo a las comunidades rurales. Fue una primera experiencia que me sirvió para reconocer
un mundo y un entorno, totalmente nuevo y las posibilidades del ingeniero en él.
Llegamos a Cinkassé con la intención de estudiar posibles soluciones del abastecimiento de
agua al pueblo y sus alrededores. Lo que primero que nos sorprendió fue el desentendimiento
de la Administración Pública y la falta de recursos y documentación previa: cartografía,
estudios hidráulicos…. Tan sólo conseguimos algunos viejos planos y registros de pluviometría
de la época colonial que nos prestaron durante unos días (hacer una fotocopia en Cinkassé ya
era un reto).
¿Cómo hacer para que las aguas del rio Biankourí sirvieran para abastecer a las gentes y a los campos de Cinkassé?
Con esta falta de recursos y apoyos institucionales, estos proyectos eran llevados a cabo “a
pulso”, con el empeño de las ONGs y de las comunidades receptoras que aportaban, en
muchos casos, los conocimientos que no existían en los estudios, como por ejemplo el
funcionamiento de los ríos estacionalmente (época seca y época lluviosa); las áreas que
quedaban inundadas tras las fuertes lluvias; los caminos que quedaban cortados y era
necesario reponer. Estos conocimientos sólo los poseían los habitantes de la zona que tenían
que adaptar su vida y su economía, a la climatología del lugar.
Nosotros como ingenieros, en ese momento aún estudiantes, teníamos que recoger toda esa
información, analizarla, rebuscar en nuestros conocimientos recién adquiridos en la escuela y
poner a prueba nuestro ingenio para ofrecer una solución sostenible.
Mi primera experiencia profesional como ingeniera en Brasil
El trabajo en Brasil fue un salto enorme que poco o nada tenía que ver con la Cooperación en
Togo. Trabajé durante un año como ingeniera calculista en una oficina técnica de Rio de
Janeiro realizando cálculos de estructuras para puentes. En Brasil las administraciones
funcionan y los roles en lo referente a un proyecto de ingeniería, son prácticamente los
mismos que conocemos en España: la administración saca a licitación los proyectos; existe una
oficina técnica que redacta el proyecto, una empresa constructora que lo ejecuta y una
Dirección Técnica que supervisa los trabajos y los certifica.
Una de las diferencias destacables respecto a España o los países más desarrollados, es que no
existen tantos profesionales especializados, ingenieros, puesto que hasta no hace muchos
años que la educación superior universitaria estaba reservada a una minoría (situación que
actualmente está mejorando considerablemente).
El papel del ingeniero también tiene aquí un reconocimiento especial, casi diría un estatus y
por tanto también una gran responsabilidad. Debido al desarrollo enorme y acelerado de los
últimos años en el país, el volumen de trabajo de los estudios es grande; en el caso de la
oficina donde estuve trabajando especializada en cálculos de estructuras para puentes, la
sensación era la de estar trabajando en serie como en una “factoría de puentes”, donde la
función del ingeniero era resolver y decidir con rapidez, tal vez en detrimento de conseguir
soluciones más optimizadas y cuidadas. A nivel personal este ritmo de trabajo “te da tablas” y
te hace crecer profesionalmente.
Mi experiencia actual como ingeniera en Guinea Ecuatorial
En Guinea Ecuatorial, trabajo actualmente en una oficina técnica que se encarga de realizar
supervisiones de obra y proyectos de urbanismo.
Guinea Ecuatorial es un país del África Central, excolonia española; que en los últimos diez
años se ha transformado, invirtiendo gran parte de los recursos derivados del petróleo en
urbanizar sus ciudades y construir grandes infraestructuras de comunicación. Atraídas por ese
boom constructivo, se han instalado en el país multitud de empresas internacionales: chinas,
francesas, árabes y españolas entre otras, que trabajan en el mismo ámbito.
Las condiciones de Guinea son bastante particulares puesto que el país y sus administraciones
no contaban hasta hace pocos años con precedentes de grandes proyectos de arquitectura o
ingeniería. Así que las “reglas del juego” y los roles se han ido estableciendo al mismo tiempo
que se ejecutaban las grandes obras, por el método de “ensayo y error”
La figura de la empresa supervisora que controla y certifica trabajos y tiene peso en las
decisiones no se ha consolidado hasta hace unos 4 o 5 años, antes las empresas constructoras
ejecutaban el proyecto sin una misión de control. También es reciente la exigencia de que
exista un proyecto aprobado por la administración, antes de empezar a ejecutar cualquier
obra, o que las obras se otorguen por medio de licitaciones.
En este escenario, el trabajo que realizo con mi empresa es el de asesorar técnicamente a la
administración y coordinar a las empresas involucradas en un mismo ámbito. La
responsabilidad es grande ya que el tipo de decisiones en las que habitualmente te ves
involucrado son tan fundamentales como, decidir que tipo de infraestructura (carretera)
construir para unir las principales ciudades de la isla, analizar qué barrios de la ciudad aún no
tienen red de abastecimiento y de saneamiento para impulsar sus proyectos; proponer la
urbanización y el trazado de las calles de zonas donde la población se ha asentado de manera
irregular y desordenada.
Trabajar de esta manera es una oportunidad única para participar en la transformación de
una ciudad y hacerlo de la forma más honesta y comprometida posible, confiando en que el
resultado va a mejorar directamente la calidad de vida de los habitantes. El trabajo del
ingeniero en su esencia.
Obras en Malabo “La experiencia de trabajar en el desarrollo de infraestructuras para
mejorar la calidad de vida de las personas te acerca a la esencia de la ingeniería”

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