Un pardillo especial. OP nº 29, pg 17-19
Transcripción
Un pardillo especial. OP nº 29, pg 17-19
L a historia que voy a relatar es la misma que se ha repetido desde los orígenes de la cría de aves, la de un sueño, la del “cuento de la lechera”. Esta narración hace referencia al pardillo, a uno que tengo la suerte de tener en mi aviario, de fenotipo mutado (parece que bruno) y además macho, lo que es más raro si cabe. El pardillo es una de las especies europeas que menos mutaciones posee y que en consecuencia menos se cría. En Andalucía, donde yo vivo, existen multitud de aficionados a su caza y es muy apreciado como ave de canto. Sin embargo y aún cuando existen auténticos “Pavarotis”, su reproducción en criadero es muy reducida. Desde esta tribuna animo a los criadores y silvestristas a iniciarse en la cría de esta ave. A mis amigos silvestristas siempre les digo que permanecen anclados en el Paleolítico, cuando el hombre era cazador...y de eso hace ya algo de tiempo. Sólo a través de la reproducción controlada, el azar dejará de actuar para dejar paso a la selección en toda su magnitud ya que es bien conocido que el incremen- to en talla, tipos de plumaje, capacidades canoras, etc., en los primeros estadios de la cría en cautividad es de tipo exponencial. Un ejemplo de especie muy cercana al pardillo es el Carduelis flavirostris o pardillo piquigualdo, de fenotipo muy parecido y que es criado ampliamente en Bélgica, país donde acudo cada año a por pájaros. Las mutaciones que hoy conocemos en las aves de Fauna Europea proceden en su gran mayoría de la naturaleza a diferencia de las del canario que han surgido de la cría en domesticidad. La razón es bastante clara ya que el canario se reproduce en jaula desde hace 400 años y la mayoría de especies europeas como mucho unas decenas de años. Los exóticos son un clarísimo ejemplo de cómo la cría en cautividad incrementa las mutaciones muy rápidamente. Cuando se han prohibido la importación de aves silvestres en cualquier especie, comienza a ser rentable la reproducción controlada y las mutaciones surgen por doquier. En los próximos años seguro que veremos aparecer multitud de mutaciones nuevas de pájaros africanos y asiáticos, los dos principales orígenes de pájaros “baratos” de captura y que gracias a la gripe aviar no creo que vuelvan a ser importados nunca más, con el consiguiente beneficio para las poblaciones silvestres. Mi pardillo bruno procede del mundo del silvestrismo, el cual no es me es ajeno ya que en mi niñez me “crié” en Granada con dos grandes aficionados al canto del jilguero, mis amigos Juan Ríos y Alfonso García, el primero de los cuales tiene mucho que ver en esta historia. Con Juan suelo hablar cada cierto tiempo y hará como dos años me dijo que su amigo Pepe y él habían capturado en el tiempo del arbolillo un pardillo muy raro. Me lo describió como muy claro, color trigo maduro, brunáceo. El pájaro fue colocado dentro de una pequeña jaula en el salón de Pepe y allí fue la atracción de sus amigos durante un año. Allí fue donde estuvo cantando (macho), parece ser que poco ajustado al estándar de canto y donde al cabo de ese año lo encontré. Ya había realizado una muda y su plumaje, me comentaron, había permanecido inal- Un pardillo especial Texto: Antonio José Rodriguez Pérez Ingeniero agrónomo Juez de Fauna Europea e Híbridos Fotos: Miguel Mas FAUNA EUROPEA 17 terado. Gracias a nuestro amigo común, pude concertar una visita. Efectivamente el fenotipo coincidía con el bruno, pero claro, lo extraño es que es macho y eso ya no cuadra. Estaba con el plumaje algo crispado y sin brillo, pero su salud era buena. Hablando, hablando, llegamos a un acuerdo. Ellos saben de mis empeños y conocimientos en la cría en cautividad y eso facilitó las cosas. Evidentemente el pájaro había olvidado lo que era volar, así que lo alojé en una jaula de 50 cm para que poco a poco pudiese recobrar la capacidad perdida y se fortaleciera. Con el cambio entró en remuda y así lo tuve hasta el mes de abril, por lo cual las posibilidades de reproducción eran limitadas. Como pareja de nuestro amigo, le coloqué una par de pardillas adultas que había comprado en Bélgica. Pero nada. Supongo que ni él estaba por la labor ni las hembras lo suficientemente estimuladas por el macho. Este pasado verano ha mudado perfectamente y se encuentra en plenitud. Con el fin de afrontar su reproducción con garantías, he reunido un numeroso plantel de pardillas de las cuales saldrán en el mes de enero las elegidas (dos). Estas hembras vienen de diferentes orígenes, pero quiero agradecer a mi amigo Fernando Pérez la cesión de varias hembras muy jóvenes de captura. Fernando ha reproducido el pardillo varias temporadas en jaulas de medio metro. La criadera va a consistir en una jaula de metro y medio con dos nidales, convenientemente camuflados, uno en cada extremo. La alimentación que reciben está basada en alpiste con un 20 % de nabina y en comedero aparte una mezcla de semillas silvestres. En época de cría tendrán a su libre disposición todo lo mejor que yo pueda aportarles. Desconozco cual puede ser la genética de la mutación que porta. Si tengo suerte quizás lo pueda averiguar. No voy a describir el color porque creo que las fotografías que acompañan a este breve relato seguro que son más elocuentes que mis pobres palabras. Si consigo reproducirlo, me comprometo a relatar los resultados y las combinaciones obtenidas. En la actualidad que se sepa, existen dos mutaciones en el pardillo: la bruna y la pastel. Ambas son autosómicas y liga- das al sexo. Están poco difundidas y las he podido encontrar en Bélgica y en Reino Unido. No están reconocidas por la COM. Otros fenotipos que he visto son pardillos con la cabeza blanca y otro tipo de pastel, más bien cercano a la dilución simple del lúgano. En la selección del pardillo, en mi opinión, habría que tener en cuenta un factor fundamental, el carácter tranquilo del ejemplar y esto en un pardillo, de natural nervioso, debe ser prioritario. He observado en los pardillos de captura que, de vez en cuando, hay algunos de carácter sosegado y tranquilo y otros que por más tiempo que estén en la jaula, no cambiarán su genio y su nerviosismo. Pues bien, yo creo que aquí está la llave que puede llevar a convertir al pardillo en un pájaro de jaula tan fácil de criar como lo es ahora el verderón. Recordar que siempre es mejor apoyarse en pájaros nacidos en cautividad. Un punto a su favor es su rusticidad. Mi experiencia me dice que es al menos tan resistente a las enfermedades como el verderón y eso es de agradecer si lo comparamos con el jilguero, mucho más delicado y frágil. FAUNA EUROPEA 19