El frenillo corto - Cantando Aprendo a Hablar
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El frenillo corto - Cantando Aprendo a Hablar
columna c El frenillo corto Primeras palabras Aída Pohlhammer E. Fonoaudióloga Universidad de Chile Cantando Aprendo a Hablar L a anatomía bucal de los niños es fundamental en el desarrollo del habla. Las diferentes partes de la boca intervienen en la pronunciación de los fonemas y en la resonancia de la voz. Entre estos órganos fonoarticulatorios, el frenillo sublingual -músculo ubicado bajo la lengua, que la une con el piso de la boca- tiene un rol importante. Algunas de nuestras abuelas pensaban que si un niño tenía el frenillo sublingual corto, tendría serios problemas de lenguaje o sería tartamudo. Obviamente eso no tiene ningún fundamento y por eso se le ha restado importancia al frenillo, sin embargo si es corto, sí produce algunos problemas menores que es conveniente resolver. La lengua, en condiciones normales, debe ser capaz de elevarse hasta tocar el centro del paladar, que es la bóveda ósea ubicada sobre la boca. Cuando el frenillo sublingual es corto, la punta de la lengua no logra tocar los alvéolos -pliegues ubicados en la parte anterior del paladar y a continuación de los dientesy al proptuirse (o sacarse) toma forma de corazón. Esta forma se debe a que el frenillo jala hacia adentro en esa parte. Si bien el frenillo corto no puede influir en el lenguaje ni en su ritmo, sí impide pronunciar algunos fonemas que se realizan con el ápice de la lengua elevado, como son /l, r, rr/ y, como consecuencia, la articulación de las palabras que contienen estos fonemas y sus combinaciones (ejemplo: br, bl, cr, cl, etc.), se altera. Al notar que tienen esta dificultad, muchos niños evitan hablar para no ser corregidos y a menudo se detienen, buscando sinónimos que les eviten pronunciar las palabras que les resultan difíciles, alterando algunas veces el ritmo de su habla. Además, cuando el frenillo es demasiado corto, produce dificultades en la masticación de los alimentos e, incluso, en el modo de respirar, ya que impide que la lengua en reposo mantenga el ápice elevado, posición necesaria para impedir la entrada de aire por la boca. ¿Cómo resolverlo? ◆◆ Con ejercicios. El frenillo, por lo general, se puede hacer más flexible haciendo ejercicios con la lengua, especialmente el chasquido, ese con que imitamos el galope del caballo. Sin embargo, es necesario observar al niño para cuidar que el sonido lo esté produciendo con el ápice elevado y no con el dorso de la lengua. El tirón que se produce al realizar el chasquido, poco a poco, hace más funcional el frenillo. Muchos de los discos de Cantando Hablo Mejor y Cantando Aprendo a Hablar, contienen canciones destinadas a realizar este ejercicio, además de otros que estimulan la movilidad de la lengua. ◆◆ A través de cirugía. Cuando los ejercicios no bastan, es necesario recurrir a un especialista que opere este frenillo, operación que dura solo algunos minutos y resuelve el problema definitivamente. Sin embargo, por simple que sea esta intervención, es necesario que la realice un profesional con experiencia, ya sea un dentista o un médico especialista en máxilofacial, porque un simple corte en el frenillo puede producir que, al cicatrizar, este quede más corto que antes de la operación. Por lo general, un buen especialista utiliza técnicas adecuadas, como por ejemplo, un corte con forma de zeta, que ayuda a que el frenillo quede más largo al cicatrizar. 41 columna primeras palabras.indd 41 24-09-14 14:30