asunto de traduccion

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asunto de traduccion
ASUNTO DE TRADUCCION “La traducción, aunque pueda traicionar, es una práctica de maldecir seducida por un travestismo en el que se complacen las lenguas “. (J.Jinkis) Ambas palabras, asunto y traducción, ofrecen una variada polisemia. Qué quiere decir traducir? La primera respuesta “decir casi lo mismo en otra lengua” sería una posible aproximación , casi consolatoria, sino fuera porque en primer lugar, tenemos muchos problemas para establecer qué significa “ decir lo mismo”, así como tampoco sabríamos dar una respuesta satisfactoria para todas esas operaciones que llamamos paráfrasis, definición, explicación, reformulación…, por no hablar de las pretendidas sustituciones sinonímicas. En segundo lugar, porque no sabemos qué es ese “lo, es decir ante un texto hay algo de ese “lo” que resulta aprehensible pero que es incompleto. Y por último, porque abrigamos serias dudas, en algunos casos, sobre lo que quiere decir “decir”. Por otra parte, ese “casi” habilita una diferencia que pone en juego una pérdida, o mejor dicho, algo se escapa en cada ejercicio de traducción como motor de alguna novedad. Y qué es asunto? Asunto, del latín assumptus, puede significar trama, tema, argumento, cuestión…, sin descartar el lunfardo donde la palabra hace alusión a una relación secreta, íntima, amatoria. Elijo asunto como objeto particular del que trata un tema, una conversación, un pensamiento… Las primeras traducciones a nivel de la ciencia, fueron realizadas por mujeres, que por el contexto en el que se vivía, aparecieron de manera humilde y oscura… es decir escondidas y ocultas tras las palabras de algún filósofo o científico. Resaltar esta humildad es hacer que lo llano, lo sencillo permita un texto que pueda ser leído. Freud escribía a Fliess, en el inicio de la carta 52: …“Trataré de exponer con sencillez mi más reciente trocito de especulación”… anticipando procesos de transcripción en nuestro aparato psíquico sometidos a un trabajo de traducción. Tal vez, entonces, la traducción tenga que ver con un ejercicio: ¿de saber o de placer? La traducción es una tarea ardua. Con ella ocurre lo mismo que con la cocina, ambas procuran placeres intensos que pueden volverse insoportables, si sólo se los piensa como una necesidad, porque pueden transformarse en una deriva de la alienación. Jean Paul Lefébre, dice: …“traducir es buscar la mayor humildad de un servicio ofrecido a otro”… Se podría pensar que el traductor asume lo bueno, lo malo, lo nuevo… tomando un camino que encuentra en su recorrido: el amor, la seducción y el objeto. Si hubiera una relación al amor, ese amor no es altruista, los beneficios son iguales para hombres y mujeres, sin embargo ¿qué pasa del lado femenino? A lo largo de la historia de la ciencia, varias mujeres fueron traductoras utilizando nombres masculinos como George Elliot, que en verdad era la amante de Goethe y gracias a ella contamos con la biografía del autor; o bien, Mme. Chatelet, conocedora de la teoría de Leibniz y traductora de “Los Principia” de Newton, por amor a Voltaire. Ambas tradujeron por amor y ese ejercicio que favoreció a sus amantes tiene valor de “don”. Ahora bien no se trata de una satisfacción lograda en relación a una experiencia de amor… estas mujeres hicieron intervenir el trabajo intelectual en la vida amorosa y algunos hombres valoraron esa tarea. Voltaire, decía que para él había dos maravillas, la primera: contar con los textos de Newton y la segunda: que una mujer los haya traducido. Por lo tanto los calificativos masculino/femenino deben ser entendidos independientemente del sexo biológico y el placer que produce la traducción es semejante a la descripción del placer femenino. ¿Por qué? Porque quien traduce se encuentra en una posición pasiva, de cierto arrobamiento, de arrebato frente al cual, él o ella, no tienen otra posibilidad que “ceder”. Una cesión que seduce. Cuando Freud toma en Lecciones Introductorias al Psicoanálisis, algunos aspectos de La Femeneidad, establece del lado femenino el paso de una cesión de una a otra significación. Como así también la madurez y decisión libidinal que diferencia de lo masculino. Después de todo, en algún momento agrega, …”se trata de cierta capacidad para tejer, hilar”..., armar una trama. Esa tendencia al comentario produce un placer bajo la forma travestida de fusión, que ofrece una torsión inmersa en el abismo de aquello que cada lengua representa para cada sujeto. Es decir que el ejercicio de traducción, permite revelarse como herramienta frente a ese abismo para decir de él . Seducido/seducida sin riesgos, el texto genera una unión que no corre el peligro de deshacerse o de cansar. Es a la vez una unión que no es una unión, tal como Sócrates decía por boca de Diótima, en el Banquete, la relación es de un sujeto con un objeto. O mejor aún, la búsqueda en un sujeto de un objeto que supuestamente aquél contiene. Y ¿cuál es el objeto si de traducción hablamos? La traducción es asunto de la lengua, del lenguaje. En un texto científico, ecuaciones, signos, letras no se traducen, ellos no tienen significación en cuanto tal, no adquieren sentido salvo por el texto que precede o que sigue, o bien porque se cifra algo en la letra. La letra no lo dice todo, por ello el comentario o la interpretación tiene como función seleccionar entre todas las posibilidades que la letra deja en suspenso, que se presenta como un todo y que no lo es. La lengua no dice lo que la letra calla, sino que es quien se pone en guardia contra lo que se podría creer que dice, o que no dice. Como diría J.C.Milner: …“Se trata de lo real de la escritura, porque para que algo universal pueda escribirse es preciso un límite que lo constituya como todo”… En la ciencia el límite lo pone el comentario que es lo único que se traduce y es por él que la letra conserva su función de todo posible. Hay algo que se dice con la letra. Hay algo que como está prohibido se escribe con la lengua. Volvamos entonces… Aunque pareciera que del lado masculino está la letra y del femenino el comentario, el hombre que conoce lo prohibido (la mujer y la madre) conoce los límites de lo posible y de lo que no lo es, así como también hay mujeres atraídas no por el comentario, sino por la manipulación formal de la ciencia. En el ejercicio de traducir además de crear “nuevos mundos” como en el poema, se trata de una invención de vida en y por el lenguaje. Mejor dicho, tal la traducción del Prefacio de la edición inglesa del Seminario 11, de J. Lacan: …“No soy un poeta, sino un poema. Y que se escribe, aunque parezca ser sujeto”… Silvia Fratini Bibliografia ECO, Humberto , “ La experiencia de traducción”, edición italiana, 2000. FREUD, Sigmund, “Correspondencia con Fliess, carta 52”. “Lecciones Introductorias al Psicoanálisis”,” La sexualidad femenina”, editorial Ballesteros. LEFEBRE, Jean Paul , “La traduction”, Enciclopedia universalis,editorial Les Enjeux, 1964. ALLOUCH, Jean.”Letra por letra”,Edelp, 1984. LACAN, Jacques.Prefacio Seminario XI. Edición inglesa. RIVOYRE, Fréderic,”Acto poético, acto analítico, cuestión de estilo”,. Artículos LapsuCalami. 

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