BIV01477

Transcripción

BIV01477
Cambios Ambientales
en Perspectiva
Histórica
Ecología Histórica
y Cultura Ambiental
VOLUMEN 2
PEREIRA, 2006
©฀Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental
Facultad de Ciencias Ambientales
Universidad Tecnológica de Pereira
Apartado Aéreo: 097 Pereira, Colombia
Teléfax: + 57 6 3130782 - + 57 6 3137342
©฀Carlos E. López y Martha C. Cano
E-mail: [email protected] - [email protected]
Primera edición: Diciembre 2006
ISBN xxx - xxxx - xx - x
Compiladores:
Carlos E. López - Martha C. Cano - Diana M. Rodríguez
Concepto Gráico:
Virginia Aristizábal
Edición:
Postergraph S.A.
Impreso y hecho en Pereira, Colombia
Cambios Ambientales
en Perspectiva
Histórica
Ecología Histórica
y Cultura Ambiental
VOLUMEN 2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Compiladores
Martha C. Cano
Carlos E. López
Diana M. Rodríguez
Autores:
F. Javier Aceituno
Alvaro Acevedo
Francisco Aldana
Martha C. Cano
John J. Cardona
Lucas Cortés
Franz X. Faust
Alexánder Feijoo
Alexánder Franco
Constanza González
Andrés Guhl
J. Uriel Hernández
Nicolás Loaiza
Carlos E. López
Luz Marina Mora
J. Alfonso Realpe
Diana Rodríguez
Michael Tistl
Ivonne Villada
Víctor Zuluaga
M. Constanza Zúñiga
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Contenido
PRESENTACIÓN .........................................................................................................7
INTRODUCCIÓN .....................................................................................................13
1.
PRIMERAPARTE:POBLAMIENTOTEMPRANOE .............................19
IMPACTOSAMBIENTALES.
1.1.
El Impacto de la Sociedad Preindustrial sobre el Medio Ambiente .................21
Un Ensayo Histórico.
FranzX.Faust.
1.2.
Historia, Arqueología y Geomorfología en la Llanura Aluvial ........................30
del Río Magdalena: Impactos Ambientales Holocénicos.
CarlosEduardoLópezCastañoyJoséAlfonsoRealpeQuintero.
1.3.
Una Aproximación Ecológica al Poblamiento del Cauca Medio .....................42
entre el Pleistoceno Final y el Holoceno Medio.
FranciscoJavierAceitunoBocanegrayNicolásLoaizaDíaz.
1.4
Los Valles interandinos del Magdalena y el del Cauca,
en el Norte de Suramérica.
MarthaCeciliaCanoEcheverriyCarlosEduardoLópezCastaño.
56
2. SEGUNDAPARTE:AMBIENTE,GEOLOGÍAYSUELOS.....................77
2.1.
La Formación Geológica del Paisaje en el Piedemonte del Eje .......................79
Cafetero Colombiano.
MichaelTistl.
2.2.
Cartografía Geológica Detallada para el Salado de .........................................93
Consotá y sus alrededores.
LucasCortésSalamancayJohnJairoCardonaRíos.
2.3.
Percepciones del Cuidado del Suelo en el Contexto de la ..............................110
Dimensión Ambiental.
AlexanderFeijooMartínezyMaríaConstanzaZúñigaTorres.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
3. TERCERAPARTE:ARQUEOLOGÍA,HISTORIA................................123
AMBIENTALYPATRIMONIOCULTURAL.
3.1.
Re-leyendo los Palimpsestos de la Catedral de Nuestra Señora de ................125
La Pobreza y del Salado de Consotá: Arqueología, Historia y
Reactivaciones Patrimoniales en Pereira, Colombia.
MarthaCeciliaCanoEcheverri,CarlosEduardoLópezCastañoy
LuzMarinaMoraGonzález.
3.2.
Transformaciones Ambientales hacia el Más Allá:.........................................143
Las Tumbas de Cancel, Marcadores en Piedra, en la
Ecorregion Eje Cafetero
FranciscoAldanaSierra.
3.3.
Territorialidades y Cambios Ambientales en Cartago la Antigua ...................158
y Pereira.
VíctorZuluagaGómez.
3.4.
Etnia, Territorio e Interculturalidad. Nóvita y Cartago en el ..........................167
Comercio Aurífero. Siglo XVIII. Una Lectura Ambiental.
ÁlvaroAcevedoTarazona.
3.5
Gente de Selva, Gente de Montaña: Interacciones Culturales .......................179
entre los Pobladores Prehispánimos del Chocó y del Cauca Medio
AlexánderAndrésFrancoEnciso.
4. CUARTAPARTE:MEMORIA,DINÁMICADEL ..................................189
PAISAJEYGESTIÓNAMBIENTAL.
4.1.
La Inluencia del Café en la Evolución y Consolidación del..........................191
Paisaje en las Zonas Cafeteras Colombianas.
AndrésGuhlCorpas.
4.2.
Análisis Multitemporal de Cambio de Uso de la Tierra en .......................207
la Cuenca Alta del Río Consota, Pereira: Aproximación a
Partir de las Percepciones y Actitudes de los Actores Locales.
DianaMaríaRodríguezHerrera.
4.3.
Construcción de Territorialidad e Impactos Ambientales de la ......................221
Expsansión Urbana: Estudio de Caso, Cuenca del Río Consota de la
Ciudad de Pereira.
ConstanzaGonzálezBotero
4.4.
Recuperación y uso de Plantas Alimentarias y Medicinales: Diàlogo ...........230
de Saberes entre las Comunidades Campesinas,Rurales y la Academia.
Ecoregión Eje Cafetero
UrielHernández.IvonneVilladayCarlosE.López.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Presentación
E
ste libro da continuidad
a la divulgación de una serie de estudios producidos por autores
en proyectos independientes, los cuáles pueden ser articulados
bajo intereses comunes y preguntas, en el marco de la Ecología
Histórica, aplicada particularmente a la investigación regional. Los
temas presentados en los diferentes capítulos que constituyen esta
compilación, consideran diferentes escalas temporales, abordando
casos y problemas que vinculan los escenarios biofísicos y las
dinámicas de distintos grupos humanos, los cuales han generado
relaciones con el entorno de acuerdo a condicionantes del desarrollo
tecnológico, ideológico y de las fuerzas sociopolíticas, dominantes
históricamente. En perspectiva de larga duración, cobran interés,
aspectos tales como la formación del paisaje, los procesos de
poblamiento temprano, las dinámicas de coevolución del entorno, las
formas de uso de los recursos naturales, los procesos de urbanización,
y por supuesto, las consecuencias de las prácticas culturales y la
tecnología en las transformaciones de distintos paisajes. Aunque
el énfasis gira en torno al municipio de Pereira y regionalmente se
enmarca en el denominado Eje Cafetero, en el centro-occidente de
Colombia, los artículos proyectan distintas dimensiones espaciales
y cronológicas, las cuáles reiteran la necesidad de miradas amplias
e interdisciplinarias, para lograr un acercamiento a la comprensión
de nuestra compleja y cambiante realidad.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
En este orden de ideas es oportuno comenzar por un vistazo a
escala global. La contribución del Profesor F. Faust aporta datos
y relexiones amplias, enfatizando la inluencias de las dinámicas
históricas humanas hacia el ambiente. Este artículo introductorio
nos lleva a pensar en nuestros orígenes comunes, los impactos que
generamos y posibilidades de permanencia humana en un medio
en constante transformación, como es nuestro planeta. Esta escala
global, necesaria para entender el desarrollo evolutivo mirando hacia
el pasado, es útil igualmente para el estudio de temas del presente y
del futuro, por ejemplo, para considerar aspectos como los impactos
de la contaminación, transformaciones genéticas y las implicaciones
del manejo de la energía nuclear.
A escala continental, C. López y A. Realpe se preguntan sobre el tema
del poblamiento inicial del noroeste de Suramérica, a partir de los
datos arqueológicos y paleo-ecológicos que se vienen recuperando
en el Valle del Magdalena. La pregunta sobre los orígenes humanos
y desarrollos culturales en Suramérica es tema de gran interés, pues
cada vez aumentan los datos que demuestran mayor profundidad
temporal de la presencia humana, e incluso se reportan prácticas
cada vez más antiguas asociadas a la domesticación primigenia
de plantas. En ese sentido y a nivel regional, F.J. Aceituno y N.
Loaiza aportan detallados estudios y relexiones sobre la ocupación
temprana de la región del Cauca Medio y demuestran la importancia
de los desarrollos itoculturales en esta zona interandina ecuatorial.
A manera de complemento de los artículos anteriores, M. Cano y
C. López, integran datos de los estudios realizados en los valles del
Magdalena y del Cauca, llamando la atención sobre las relaciones
y los contrastes presentes en ambas cuencas desde finales del
Pleistoceno al Holoceno Medio.
El siguiente bloque de artículos, presenta datos y análisis relacionados
con las ciencias de la tierra, aportando evidencias signiicativas a la
descripción y comprensión de aspectos geológicos desde una mirada
regional y local. El geólogo M. Tistl muestra las particularidades
de la formación y características de la geología regional del Cauca
Medio caracterizada por la dinámica volcánica. En una escala más
detallada los investigadores L. Cortés y J. J. Cardona presentan
aspectos de la evolución geológica local, vista desde la cuenca
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
media del río Consota. En particular estos estudios complementan
las presentaciones iniciadas en el primer volumen sobre el sector
del Salado de Consotá en Pereira. El artículo de los profesores A.
Feijoo y M. C. Zúñiga aporta una mirada sobre la importancia de
los suelos en el contexto de la dimensión ambiental. Los autores con
detallados datos y análisis, enfatizan sobre la necesidad de mirar los
agrosistemas como sistemas totalitarios, en los cuales es necesario
estudiar las interrelaciones para observar patrones de cambio en lugar
de fenómenos instantáneos.
Complementando el primer volumen de esta serie, la tercera parte
de este libro retoma las investigaciones arqueológicas e históricas
que se han venido desarrollando en Pereira y la región circunvecina,
ampliándose en su mirada hacia el occidente colombiano, al territorio
chocoano. Los autores (Cano, López, Mora, Acevedo, Zuluaga y
Franco), examinan distintos aspectos de la historia local y regional,
a partir de vestigios arqueológicos y documentos escritos.
La cuarta parte retoma las transformaciones del paisaje desde la
perspectiva y los eventos contemporáneos. El investigador A.
Guhl trata un tema fundamental que caracteriza a esta región: el
café. Este producto “insignia”, con sus implicaciones económicas
y socioculturales, identiica y ha transformado el paisaje regional.
Los impactos de la colonización cafetera, así como sus dinámicas
durante el Siglo XX, hicieron posible acuñar el término de “paisaje
cafetero”. Este artículo se complementa a escala local con el estudio
de la administradora ambiental D. Rodríguez sobre el análisis
multitemporal del cambio de usos del paisaje en la cuenca del río
Consota.
A continuación, la antropóloga C. González presenta la complejidad
de la construcción histórica y cotidiana de la territorialidad vista desde
la dinámica de la expansión urbana de Pereira. Finalmente el artículo
de U. Hernández, I. Villada y C. López, muestra aspectos rurales del
entorno de Pereira, dónde se plantean alternativas de recuperación de
saberes locales. El Diálogo de Saberes aparece como una alternativa
fundamental para valorar los aspectos propios e identitarios que están
ligados directamente a nuestro escenario paisajístico y memoria
cultural. La revaloración de plantas nativas, casi olvidadas, como
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
el sagú, la achira y el yacón, cierran la cadena, atando cabos desde
la arqueología de un pasado remoto, hasta la seguridad alimentaria,
clave de nuestro presente y futuro.
Los editores han recibido apoyo, sugerencias y estímulos intelectuales
de numerosas personas e instituciones, a todos ellos nuestros
agradecimientos. La investigación denominada Cambios Ambientales
en Perspectiva Histórica: Ecorregión Eje Cafetero, que originó este
volumen y el anterior, proviene de fondos otorgados por el Centro
de Investigaciones y Extensión de la Universidad Tecnológica de
Pereira (Proyecto 2-05-2) y hemos contado con el apoyo permanente
de la Facultad de Ciencias Ambientales.
Agradecemos por su interés y paciencia a los profesionales que
han participado en este texto. Sus aportes son fundamentales para
ratiicar la necesidad de promover y construir una visión global e
interdisciplinaria, además de ampliar el conocimiento de una de
las zonas más pobladas del país, con necesidad de una adecuada
planiicación y su aplicación.
Los compiladores
Grupo de Gestión de Cultura y Educación Ambiental
Grupo B Colciencias-col“ØØ2Ø398
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Agradecimientos
AlamemoriadelaProfesoraCarolinaLarrartePlata
L
os compiladores expresan
un reconocimiento especial a todos los investigadores que presentan
sus artículos en este texto, compartiendo los resultados de sus
investigaciones independientes. Sin lugar a dudas, estos estudios
son fundamentales para la construcción del conocimiento cientíico
local y regional.
La publicación de este libro y varias de las investigaciones que lo
soportan no hubiesen sido posibles sin la decidida colaboración de
directivos, profesores y estudiantes de la UniversidadTecnológica
dePereira. El Rector, Ingeniero Luis Enrique Arango, el Vicerrector
Académico, Ingeniero José Germán López Quintero y el Decano
de la FacultaddeCienciasAmbientales, Dr. Samuel Guzmán, han
apoyando, con entusiasmo y decisión, distintos procesos académicos
e investigativos alrededor de los temas de cultura ambiental.
El Centro de Investigaciones y Extensión de la UTP inanció la
realización de la segunda fase de este proyecto; agradecemos a su
director, Dr. Samuel Ospina y a su asistente, Gustavo López, por su
permanente apoyo logístico.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Al Dr. Michael Tistl agradecemos su continuo interés y entusiasmo,
así como sus aportes profesionales.
Destacamos la labor de la antropóloga Luz Marina Mora quien ha
estado al frente del LaboratoriodeEcologíaHistóricayPatrimonio
Cultural, espacio necesario como sede de encuentro y producción
académica sobre estos temas de la ecología histórica. Paralelamente,
hemos recibido el apoyo de un grupo numeroso de estudiantes de
la Facultad de CienciasAmbientales, quienes han constituído un
dinámico semillero de investigación en Gestión Ambiental Cultural.
Destacamos el acompañamiento de Jorge Mario Cano y Cristina
Cano. Finalmente, nuestro reconocimiento a la labor editorial de la
profesora Virginia Aristizábal.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Introducción
La Perspectiva de los Cambios Ambientales
Andrés Duque Nivia*
La construcción de una idea de ambiente, en la interpretación humana del mundo
y la vida, resultó ser un aporte de ilósofos, geógrafos y naturalistas, antes que de
ecólogos. De otra parte, la idea de historia ambiental resulta ser un aporte inicial
de ilósofos, biólogos y geógrafos, antes que de historiadores. De esta manera,
las miradas al ambiente y los cambios producidos por la especie humana, resultan una característica acentuada, durante la segunda mitad del Siglo XX, al tiempo (y por lo mismo), con la integración de disciplinas que, a su vez, dan lugar a
nuevos enfoques con desarrollo propio, por lo que el ambiente y la historia son
cada vez menos, asunto exclusivo de cierto tipo de profesional parcelado. Aquí,
radica la riqueza y complejidad de una perspectiva de los cambios ambientales,
en la interacción entre disciplinas.
Lo anterior, signiica que debemos intentar integrar los conocimientos generados
por las ciencias y los saberes especíicos, ensamblando una mirada que nos deje
ver el ambiente, en sentido amplio. Sin embargo, las interpretaciones acerca del
ambiente cuentan con dos diicultades que deben ser conscientes, la deinición
de qué entendemos por ambiente y cuál es la lectura o las interpretaciones in* Profesor Asistente, Universidad Tecnológica de Pereira. Grupo de investigación Biodiversidad y Biotecnología. E-mail: [email protected]
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
volucradas. El medio ambiente, para efectos prácticos, será considerado aquí de
manera similar a la idea original, hallada en otro concepto que también se presta
para confusión, pero que al menos, está siendo construido desde hace muchos
siglos, cómo es la naturaleza. Pero, ¿Qué es la naturaleza? ¿Dónde está la naturaleza?
La naturaleza es un concepto antiguo, complejo y cambiante, como se observa
desde las primeras elaboraciones de ilósofos, luego de los naturalistas, hasta la
explicación cientíica moderna de naturaleza. En la actualidad, la expresión “naturaleza” en el marco de “la naturaleza de las cosas” es la acepción de mayor uso
y valor en lo que corresponde al lenguaje cotidiano, o los discursos ilosóicos,
todos ellos que se reieren a “manera de ser”, “valor intrínseco”, ser, pertenecer,
hacer parte de algo, considerado “unidad natural” ¿Qué es innato, qué es propio,
qué es natural? Del latín, natura, naturaleza, es un nombre femenino que se reiere a la “esencia y propiedad característica de cada ser” y también, se reiere
a otras 17 acepciones más, según el Diccionario de la Lengua Española (RAE
2001).
Lo natural, implica su contrario. Según Gómez de Silva (2001), etimológicamente, natural signiica “’que no es artiicial; nativo, originario de’ (naturaleza
propiedades y cualidades características; el mundo físico, lo que no es artiicial’)”. Así mismo, esta deinición nos deja ver el inevitable sesgo original de
ver en la naturaleza sólo lo “físico”, lo cual traerá consecuencias que aún hoy
están sin resolver, pero que no es este el momento de abordarlo. A la manera de
Raymond Williams (citado por Serje 1999), naturaleza, resulta de la frase latina
rerumnatura: “la naturaleza de las cosas”, reducido a natura. Signiica esto, que
la idea de “la naturaleza de las cosas”, si bien, corresponde a un uso generalizado
a través de la historia, el mismo autor se reiere a una tensión activa entre tres
grandes ámbitos del signiicado, considerando natural: la cualidad esencial de
algo; la fuerza inherente que rige al mundo; y el mundo material, ya sea que se
incluya, o no, al Homosapiens.
Es frecuente encontrar en el lenguaje común, referido a la naturaleza, el uso de
metáforas del lenguaje militar, como es el “campo de batalla” o el “impacto”
ambiental. Lo anterior. signiica que la naturaleza es un escenario en el que se
enfrentan las especies y los individuos por la subsistencia. También, la naturaleza resulta ser un campo de batalla de ideas, de interpretaciones y, sobre todo, un
espacio de intervención y dominio (palabras militares) que relejan la manera de
abordar y utilizar los recursos naturales, a través de la historia y según la cultura.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Para efectos prácticos, por naturaleza, incluimos aquí, al conjunto de elementos
no vivos y la totalidad de los seres vivos del planeta tierra, con todas sus elaboraciones e interrelaciones. Las primeras miradas concientes a la naturaleza
resultan de la relación ambiente y salud, a partir de las pestes del primer Siglo
a.C. y luego, la peste negra que en el Siglo XIV, produjo la muerte de 20 millones
de personas, entrando en crisis las explicaciones religiosas en un momento de
dominio teocentrista.
Unos siglos después (XVIII y XIX), se conforma una mirada más completa de
la naturaleza, gracias al cúmulo de información recopilada por los viajeros naturalistas, quienes empezaron a demostrar cómo, éste es un planeta cambiante,
modelado por fuerzas geológicas y procesos de evolución, que explican las formas y las características de la supericie y los seres vivos, allí organizados. Aún
hoy, se habla de un planeta en armonía y un supuesto equilibrio, el cual, no es
más que rezagos de una mirada “divina” que le ha dado paso a una mirada antropocentrista, donde la tradición judeocristiana le entrega a la especie humana
el dominio sobre la naturaleza, la desacraliza, luego que los dioses se retiran y
dejan solo al hombre con la historia. Como indica Zuleta (1994), “Adán y, sobre
todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso, nuestro
pecado es que anhelamos regresar a él.” Esto hace parte de los desencuentros y
desequilibrios de un planeta y una humanidad en crisis, que a pesar del avance
cientíico y tecnológico, está lejos de alcanzar el bienestar para todos los individuos de la especie.
Se ha llamado determinismo al efecto condicionante que tiene el medio natural, generalmente, identiicado como el clima y otras características geográicas,
sobre la presencia y el desarrollo de los organismos en el planeta. Ya desde la
Grecia clásica, Hipócrates (Siglo V a.C.) escribió la obra aires,aguas,lugares,
donde abordaba el tema desde dos miradas: médica y etnográica. En la primera
parte, relaciona la medicina con la isiología y el ambiente, explicando la existencia de las enfermedades, a partir de las condiciones ambientales. En la segunda,
se analizan las diferencias entre los grupos humanos, según la región donde habitan, llegando a considerar caracterizaciones especíicas sobre la relación entre
las tierras fértiles que producen hombres débiles y cobardes y las tierras pobres,
o poco fértiles, que producen hombres fuertes y valientes, según comparaciones
de la época, entre Europa y Asia (Arnold 2000), y que siglos después, se repite
en las explicaciones del modo de ser americano en los fértiles y climáticamente
estables trópicos. Entendiendo como trópico aquellas regiones intertropicales,
Trópico Cáncer y Trópico de Capricornio, cuya pluviosidad permite los cultivos
sin riego (Hallé 1999). Pero es más complejo aún, pues en la franja intertropical,
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
igual, existen regiones con sequía, regiones muy húmedas y secas, pluviales y
desérticas, ubicadas en tierras bajas y en tierras altas, con suelos fértiles y con
suelos llamados pobres o de baja fertilidad. En otras palabras, en las primeras
lecturas eurocentristas se considera que sólo quienes viven en zonas templadas,
sujetas a cambios drásticos del clima (estaciones), desarrollaron la inventiva y
laboriosidad, mientras que en el trópico, a causa de su abundancia biológica y
su estabilidad climática, somos perezosos y poco creativos, correspondiendo a la
fórmula de naturaleza abundante, población débil, naturaleza escasa, población
fuerte.
En 1748, el Barón de Montesquieu publicó El espíritu de las leyes, donde, a
partir de casos históricos y geográicos, trató de mostrar como las características
culturales y las formaciones sociales estaban relacionadas con el clima y la ubicación geográica (Arnold 2000). A su vez, en 1798, en el Ensayodelprincipio
delapoblación,T. R. Malthus adoptó un punto de vista pesimista, otorgándole a
la naturaleza un doble papel, fuente de recursos y fuerzas destructivas (hambre,
plagas y enfermedades) que limitan el crecimiento desmesurado de la población,
por encima de la producción de alimentos. Aún hoy, encontramos con fuerza la
idea Maltusiana de que la sobrepoblación es la causa de la destrucción ambiental, lo cual, es debatido cuando se describen las sociedades prehispánicas, que,
en América, llegaron a contar con poblaciones numerosas, aunque la idea central
de este autor ha contribuido a la conciencia de que habitamos un planeta con
recursos initos.
Dos obras y dos autores que impugnaron la creencia de que la tierra tenía sólo
unos miles de años de edad y que todos los seres poseían características ijas e
inmutables, son los Principiosdegeología, de Charles Lyell (1830) y Elorigen
delasespecies, de Charles Darwin (1859). Para la construcción de la teoría evolutiva fue importante la obra de Malthus y Lyell, que fueron lecturas previas con
que contaba Darwin al embarcarse en el Beagle, observando y recogiendo pruebas en América del Sur. Más adelante, en el tiempo, la teoría (y las pruebas) de
la tectónica de placas continentales, el surgimiento de las montañas (orogénesis),
los fenómenos del vulcanismo, las características de la sismicidad y el conocimiento de la diversidad biológica, contribuyeron a una mirada con énfasis en el
determinismo ambiental, asignando a las “fuerzas” de la naturaleza el modelamiento del paisaje y los seres vivos. Es en este momento, dónde el “paradigma
ambientalista” del Siglo XVIII y XIV, empieza a representar un Homosapiens,
modelado por la naturaleza y un Homosapiens, modelador de la naturaleza, y
ésto es lo que llamamos el determinismo ambiental y el determinismo cultural.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Sólo cuando se cuenta con una mayor y mejor información del proceso evolutivo, no sólo a nivel de especie, sino a nivel de ecosistemas y de genes, unido a los
estudios antropológicos, etnográicos y sociales, que se abre paso la mirada de un
determinismo cultural, donde el planeta y los seres vivos que lo habitan son inluenciados además, que por el ambiente, por la especie humana que transforma
el medio, a través de la cultura; por esto, podemos leer la historia en los valles y
montañas, en las rocas y los ríos, en los cultivos y en las casas, en los rostros y
en los rastros.
Es así, como la transformación o construcción del ambiente, la cultura y sus
interrelaciones ha resultado en el diseño de ecosistemas, en la perspectiva de los
cambios ambientales. En otras palabras, de un ser dominado por el medio, pasamos a un ser dominador del medio y aquí, es donde el modelamiento del paisaje,
las especies y los individuos demuestran las inluencias mutuas entre cultura y
entorno. La elaboración de una perspectivadeloscambiosambientales cuenta
con una mezcla de ecología histórica, análisis de la relación entre cultura y transformación del paisaje que se observa en los procesos de poblamiento. La especie humana, no sólo es la única capaz de transformar, radicalmente, su propio
hábitat, sino que, además, es la única capaz de reconstruir y construir su propia
historia y verse relejada en sus obras, en la transformación de los ecosistemas y
en los cambios inducidos en el entorno.
El lector, encontrará, en este libro, registros de la dimensión temporal de las
transformaciones ambientales, la evidencia de un planeta modelado hasta la irreversibilidad por una especie no viable, y los elementos de lo que podría ser la
última oportunidad de salvarnos, a pesar de nosotros mismos. Este libro, nos
ofrece un recorrido por procesos de poblamiento e impacto ambiental, evidenciado en artefactos, en la diversidad vegetal y en el manejo ecosistémico, como
el caso de los humedales de la depresión momposina y los impactos holocénicos
en la llanura aluvial del río Magdalena. Hallamos aproximaciones ecológicas de
cazadores/recolectores del Cauca Medio, de inal del Pleistoceno y el Holoceno
Medio, la agricultura itinerante y el proceso de recuperación cíclica de áreas perturbadas, la tecnología de artefactos en hachas, picos y la tecnología expeditiva
(lascas multifuncionales desechables). También, están los registros de “El Jazmín” en Santa Rosa de Cabal, de 10.000 años AP, el avance y retroceso del bosque y el dinamismo de los árboles de Podocarpus,Quercus y Alnus, la existencia
de un taller de cuarzo, la presencia de las palmas Bactris,Geonoma,Astrocaryum,ScheeleaySocratea. Aparece la formación geológica del piedemonte del
Eje Cafetero, el impacto del vulcanismo, la cartografía geológica del Salado de
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Consotá y las percepciones del cuidado del suelo, en una dimensión ambiental.
También, encontramos, en este segundo volumen, de CambiosAmbientalesen
PerspectivaHistórica,la interpretación de palimpsestos en la Catedral de Pereira y el Salado de Consotá, el contexto europeo y las ideas foráneas en Colombia
y más evidencias de la modiicación humana, a partir del poblamiento de selvas
y montañas, por parte de los negros esclavos en el Chocó y la transformación cafetera del paisaje, en el marco del diseño de agroecosistemas, hasta la percepción
local multitemporal del Consotá.
El aporte, que signiica el presente documento, visto en perspectiva, nos permite
acercarnos a nuestra propia historia con nuestros propios autores, herederos de
los primeros ilósofos, naturalistas e historiadores, que aún, a pesar del trópico,
es decir, a pesar de las diicultades que pudiesen existir para la preservación de
evidencias y la idea del imaginario tropical, como inestable y poco riguroso, lo
que encontramos son muchas huellas en el ambiente y, como es el caso, del grupo de investigación en GestióndeCulturayEducaciónAmbiental, un ejercicio
académico apoyado en el quehacer interdisciplinario de la FacultaddeCiencias
Ambientales, como herramienta de síntesis para la interpretación ambiental y
holística de la región, al servicio de la elaboración de una perspectiva histórica
de los cambios ambientales. Para la UniversidadTecnológicadePereira es motivo de orgullo y responsabilidad, la aparición de este segundo volumen, el cual
aporta a una historia que comenzó hace muchos milenios y ahora, se nos revela
para comprensión de nuestro pasado y diseño de nuestro futuro.
Bibliografía
Arnold, D. 2000. LaNaturalezacomoProblemaHistórico.ElMedio,laCulturaylaExpansióndeEuropa. Fondo de Cultura Económica, México D.F.
Gómez de Silva G. 1995. BreveDiccionarioEtimológicodelaLenguaEspañola. El Colegio de México-Fondo de Cultura Económica, México D.F.
Original de 1985.
Hallé, F. 1999. UnMundosinInvierno.LosTrópicos:NaturalezaySociedades. Fondo de Cultura Económica, México D.F.
Real Academia Española. 2001. DiccionariodelaLenguaEspañola. Espasa,
Madrid.
Serje M.R. 1999. La concepción naturalista de la naturaleza. Un desafío al
ambientalismo. RevistadeAntropologíayArqueología, 11(1-2):5-70.
Zuleta, E. 1999. Elogio de la Diicultad. Fundación Estanislao Zuleta, Cali.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
PRIMERA PARTE
POBLAMIENTO
TEMPRANO E
IMPACTOS AMBIENTALES
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
1.1. El Impacto de la Sociedad Preindustrial
sobre el Medio Ambiente. Un Ensayo Histórico
Franz X. Faust*
Resumen
Los hallazgos más antiguos del Homo sapiens atestiguan que, en sus
principios, habitó en ambientes ribereños y costeros y usó el fuego. Al
fuego se ha atribuido la deforestación de Australia central, los cambios
climáticos regionales consecuentes y la extinción de la megafauna de ese
continente. Consecuencias parecidas, las causó el humano del Paleolítico
en el interior de todos los continentes. La deforestación aumentó desde los
inicios del Neolítico, generando cambios en el clima global. La extinción
de la población americana, con la llegada de los europeos, también produjo
efectos en el clima. A nivel mundial, la Revolución Industrial, multiplicó
los impactos humanos.
Palabras claves: Homo sapiens, Paleolítico, Neolítico, paleoecología,
paleoclimatólogía, impacto ambiental, deforestación, desertiicación.
Abstract
The oldest traces of Homosapiensshow in its beginnings a preference for
coastal and shore habitats and the use of ire. With the ire, humans made
an essential contribution to deforestation of Central Australia, regional
climatic changes related to it, and the extintion of the megafauna. Humans
from Paleolithic times caused similar consequences in all continents.
Deforestation increased during Neolithic with climatic global consequences.
Even, the extinction of population on a continental scale showed its
consequences in the global climate. With the Industrial Revolution, humans
multiplied their impact.
Keywords: Homo sapiens, Paleolithic, Neolithic, paleoecology,
paleoclimate, environmental impact, deforestation, desertiication.
____________
* Doctor en Etnología. Profesor Universidad del Cauca, Popayán. E-mail: fxfaust@
hotmail.com
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Introducción
Todo ser vivo modiica su entorno. A nuestra especie, Homosapiens, le corresponde
un papel excepcional como causante de diversos cambios ambientales. ¿Cómo
y cuándo empezó a ocurrir este fenómeno? Responder a estas preguntas ha sido
el gran reto de la paleoantropología y ahora también de la genética molecular.
Actualmente se plantea que los humanos físicamente modernos surgieron, según
la genética, hace unos 200.000 años (± 40.000), a partir de la denominada “Eva
mitocondrial”, mujer de la cual toda la humanidad actual descendería en línea
materna (Cann etal. 1987). Los cientíicos plantean además que paralelamente
ocurrió una mutación en el gen FOX P2, lo cual facilitó pronunciar los tonos
necesarios para hablar (Enard etal. 2002).
Actualmente se considera que los restos óseos más antiguos de seres iguales a
nosotros tienen una edad cercana a los 120.000 años; estos provienen de la cueva
Klasies en la costa de Suráfrica sobre el océano Índico (Deacon y Shuurman 1992).
De Blombos, otro sitio arqueológico en la misma costa, provienen importantes
vestigios que dan cuenta de comportamiento humano “moderno”, tales como la
cocción de alimentos y el uso de collares (Henshilwood etal. 2001, 2004). Estos
sitios están además relacionados con grandes montículos de conchas, una de las
bases tempranas de alimentación de los humanos. Se conirma la importancia de
los entornos ribereños como áreas predilectas de ocupación humana. Vale la pena
anotar, por ejemplo, la existencia de una punta de arpón tallada hace 90.000 años,
la cual denota una asombrosa modernidad (Yellen etal. 1995).
Según C. Niemitz (2004) los ambientes ribereños fueron el escenario de la
evolución física del Homosapiens. El ciclo de 28 días en la menstruación de las
mujeres puede ser explicado en relación directa con el pasado humano costero.
Cada 28 días ocurre la marea alta o la denominada “puja” máxima, que retira por
varias horas el agua de las playas. Así, en estos días, la mujer menstruante puede
buscar conchas sin el peligro de atraer con su lujo los tiburones. Incluso, nuestra
preferencia por orillas y costas es una herencia de las condiciones ambientales de
nuestra evolución humana. Para la formación de una nueva especie son favorables
las condiciones de aislamiento y el hecho de contar con recursos reducidos. Estas
razones ayudan a sustentar que el Homosapiens hizo el paso deinitivo en su
evolución en oasis costero o en una isla en la plataforma continental, separada
de tierra irme durante un interglaciar. Una de las tres islas de África Oriental,
Zanzíbar, Pemba o Maia, podrían considerarse como posibles lugares de origen
(Faust 2003).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Por otra parte, la vida costera también puede explicar algunos desastres
demográicos, por ejemplo, el que hace unos 100.000 años redujo los humanos a
unas 10.000 personas (Gibbons 1993). Un tsunami causado por la mega erupción
del volcán Toba en Sumatra hace 74.000 años (Rampino y Self 1993) puede
haber devastado el habitat del temprano Homosapiens en las costas del Índico.
De acuerdo con nuestra evolución biológica, los humanos modernos tempranos
habrían comenzado a partir de las costas su radiación y dispersión por el mundo. A
lo largo de las costas del Índico llegaron de la “cuna” africana a India e Indonesia.
En este proceso de dispersión, llamado por Stringer (2000) “coasting”, el Homo
sapiens se adaptó al ambiente de costas tropicales, lo que le permitió expandirse
sin mayores cambios en la subsistencia y sus técnicas asociadas. ¿En qué medida
la dispersión a lo largo de las costas y el tipo de vida costera de estos primeros
humanos pudo haber afectado el medio ambiente? Para contestar esta pregunta
podemos usar analogías a partir de los ejemplos de algunos cazadores-recolectores
históricos y actuales, asentados alrededor del océano Índico: los aborígenes de las
islas Andamanes, los de las costas septentrionales de Australia y los Palawas o
Tasmanios (Mapa 1). Los mariscos son para ellos de suma importancia, como en
los principios de nuestra especie. Los andamanes y australianos cazan tortugas,
comen sus huevos y persiguen los dugones (Radcliffe-Brown 1922); para los
australianos, los cocodrilos costeros son una presa apreciada. Las focas, la carne y
los huevos de aves, juegan un papel importante en la subsistencia de los Tasmanios
(Ling-Roth 1890, Möslinger 1999). Los milenios de asentamiento de estos pueblos
de costa, tienen que haber afectado, por lo menos regionalmente, la fauna costera
(Mannino y Thomas 2002), pero no se tienen registros del exterminio de especies
debido a la presencia humana.
Debido a que los cazadores y recolectores históricos siembran plantas útiles
en sus circuitos de movilidad, los humanos tempranos debieron contribuir a la
proliferación de la palma de coco. Así se amplía nuestra pregunta a los espacios
costeros terrestres, aprovechados también desde la época de Klasies. Sobre
el impacto del humano en el interior de las costas es informativa la posición
de Stringer (2000), quien postuló que debido al establecimientos de nuestros
antepasados en las costas, otras especies de homínidos -como el Homoerectus
de Ngandong-, pudieron subsistir en el interior por miles de años más. Hasta en
ecosistemas frágiles, como las islas, el impacto de cazadores y recolectores es
moderado. Eso cambió cuando se alejaron de las zonas costeras. Esto pudo suceder
cuando la presión demográica en las orillas obligó a algunos grupos a alejarse
de las costas y orillas de lagos y ríos, dedicándose más a la cacería terrestre. Los
mayores cambios ambientales fueron provocados por la importación de animales
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de presa desde tierra irme, como en el caso de los andamanes con los cerdos,
en Melanesia oriental con ciertos marsupiales (Flannery 1994) y en varias partes
con los perros introducidos.
Mapa1. Sitios y rutas de expansión de Homosapiens, y grupos actuales de cazadoresrecolectores en Asia y Australia.
Cazaespecializadaysurgimientodelasquemas
Fuera de la zona ártica, los registros históricos muestran como los cazadores y
recolectores usaban fuego para atraer a sus presas. La experiencia les enseñaba
como la hierba fresca que crece después de las quemas atrae herbívoros. Esto
explica el incremento de las quemas en razón al aumento demográico humano. Por
ejemplo, las quemas antropogénicas fueron notables en el continente Australiano
desde su poblamiento hace 60.000 años (Roberts etal. 1990, 1998). Las quemas
tuvieron, sin duda, un fuerte impacto sobre la lora y la fauna. Los ecosistemas de
climas secos y semisecos, como los de Australia, fueron especialmente vulnerables.
Después de varias quemas, un bosque seco, no puede recuperarse; además, los
suelos pobres presentan un factor agravante. Bajo esas condiciones los bosques
se convierten en rastrojos y pastizales. Podría plantearse que con la llegada de
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
los humanos a inales del Pleistoceno, podría plantearse, empezó la deforestación
del continente australiano; esto debió incidir en la extinción de la megafauna
marsupial con animales que alcanzaron el tamaño de un hipopótamo, pues todos
los marsupiales con peso mayor a 50 kilos desaparecieron (Miller etal. 1990,
Murray 1984, Singh etal. 1981).
Los hábitats boscosos presentan temperatura, evapotranspiración y albedo distintos
a los rastrojos o a las praderas. Es posible entonces plantear que los cambios
presentados en la vegetación de Australia central, a raíz de las continuas quemas,
alcanzaron a debilitar la fuerza del monzón que alimentaba con sus precipitaciones
la cuenca del inmenso lago Eyre; tal vez esta sea una de las razones por las cuales
se secó y actualmente se llena sólo una vez por década (Johnson et al. 1999).
Podría plantearse que esta fue una de las primeras desertizaciones antropogénicas y
posiblemente el primer cambio de un clima a escala regional inducido por los seres
humanos. Paralelamente, la deforestación de Australia producida por las quemas,
coincide con la etapa caliente que dividió la glaciación Würm en dos fases. ¿Es
esta una casualidad o es el resultado del primer efecto invernadero causado por los
humanos? Los cazadores tempranos en Australia comenzaron un círculo vicioso
(presión demográica en las orillas de lagos cacería-quemas-extinción de animales
-secamiento de lagos-aumento de cacería-nuevas quemas-incremento de áreas secas
-aumento de presión demográica) lo que produjo la sistemática desertización del
continente. Para comprobar la relación planteada entre la presencia de cazadores
tempranos, la desertización, el secamiento de lagos y ríos y los cambios climáticos,
se propone realizar estudios comparativos en zonas ambientalmente similares a
las del lago Eyre y ubicadas entre los 20º y 30º de latitud, por ejemplo Etosha
(Namibia), Macaricari (Botswana), Bodélé Djurab (Chad), Rann Cuch (India) y
Salina Grande (Argentina), con especial énfasis en la historia del poblamiento y
el proceso de secamiento de estas regiones.
Todavía es incierto como está relacionada la entrada de los humanos modernos
a Europa hace 40.000 años, al norte de Asia hace 25.000 años y a América hace
12.000 años, con la extinción de la megafauna del Pleistoceno. Sin embargo, existen
vestigios de matanzas de manadas enteras realizadas por los pobladores de aquella
época (Frison 1994). Una nueva dimensión en la relación humanos-medio ambiente
ocurrió con el incremento de la domesticación de plantas y la posterior dependencia
de los cultivos a partir del neolítico (Mapa 2). A mi entender, esa nueva forma de
subsistencia fue producto de un cambio climático natural. A la última glaciación
(11.000 años AP), siguieron cinco milenios del óptimo bioclimático potsglaciar,
con temperaturas y precipitaciones superiores a los actuales; las márgenes de
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
desiertos como el Sahara y Arabia se convirtieron en sabanas comparables con
las de África oriental actual y con una fauna parecida; en dichas regiones reinó
la abundancia para cazadores y recolectores, como lo testiica el arte rupestre. A
ese periodo climático siguió un paulatino enfriamiento y secamiento. Las nuevas
condiciones obligaron a los pobladores de las otrora abundantes tierras a refugiarse
en oasis luviales. La presión demográica forzó a reemplazar la recolección de
gramíneas por distintos cultivos. Estos cultivos se difundieron, posteriormente,
hacia regiones templadas y frías, las que además, presentaban mayor índice de
lluviosidad (Zohary y Hopf 1993). Este hecho permitió alimentar mucha gente
lejos de los ríos y las lagunas.
Mapa2. Dispersión de cultivos y deforestación según Zohary y Hopf (1993).
Las gramíneas son plantas oriundas de campos abiertos. Para ganar tierra cultivable
se deforestaron inmensas regiones en Europa (William 2000), Asia, África,
Norte y Suramérica y se construyeron sistemas de riego y drenaje. De nuevo,
estas intervenciones humanas no afectaron únicamente la lora y la fauna sino
también el clima a escala regional e incluso global. Según Ruddiman (2004), esa
deforestación causó un efecto de invernadero por la expulsión continua de CO2
durante las quemas, y a la vez eliminó la posibilidad de ser absorbido por los
bosques, ya inexistentes; así, atribuye al efecto de invernadero el que el norte de
Canadá no se haya cubierto de nuevo con un manto de hielo después del máximo
climático postglaciar.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Un efecto de invernadero inverso ocurre cuando la supericie selvática se expande
y el carbono del CO2 atmosférico se convierte en biomasa. Eso sucedió en América
después del desastre demográico causado por enfermedades introducidas por los
conquistadores europeos que costó la vida a 95% de la población nativa (Newson
1993 en Faust etal. 2004) (Mapa 3). Los grandes cultivos entre el Mississippi, en
América del norte, y La Plata, en Suramérica fueron abandonados por la ausencia
de mano de obra y de nuevo se cubrieron de bosques. El efecto de esa expansión
de la supericie selvática fue un declive del nivel del CO2 en la atmósfera global
(Ethritge 1996, 2003 en Faust et al. 2004). Por consiguiente, en el caso del
desastre americano, no fue la presencia de los humanos el factor que modiicó
el ambiente, sino por el contrario, la ausencia de ellos. Así se puede explicar la
pequeña glaciación ocurrida entre 1650 y 1850 (Faust etal. 2004).
Los ejemplos de Nueva Zelanda, isla de Pascua, Hawai y Madagascar muestran
que las sociedades preindustriales pudieron cambiar el medio ambiente; de hecho,
en menos de dos milenios extinguieron parte de la lora y fauna nativa de esas
islas. Resumiendo, se puede constatar que los humanos son un factor esencial en el
funcionamiento del ambiente global desde los principios de nuestra historia. Con la
industrialización se multiplicó ese efecto. Todavía no sentimos las consecuencias
pero aún estamos a tiempo de tomar conciencia del impacto ambiental causado
por las actitudes humanas.
Mapa3. Mapa de cultivos en América en 1492.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
1.2. Historia, Arqueología y Geomorfología en
la Llanura Aluvial del Río Magdalena:
Impactos Ambientales Holocénicos
Carlos Eduardo López Castaño*
José Alfonso Realpe Quintero**
Resumen
Estudios arqueológicos adelantados durante la última década en el
sector medio del valle inter-andino del río Magdalena, Colombia, vienen
revelando interesantes evidencias sobre la antigüedad de la ocupación
humana en el norte de Suramérica, así como sobre los cambios ambientales
y la morfología del paisaje. Evidencias culturales excavadas y fechadas,
preservadas en terrazas de mediana y baja altura, pueden ser correlacionadas
con las secuencias sedimentarias, desastres ambientales persistentes y la
historia climática del norte de los Andes ecuatoriales.
Palabras claves: Precerámico, valle del Magdalena, Holoceno Temprano,
puntas de proyectil, poblamiento suramericano.
Abstract
Studies along the Magdalena and Cauca inter-Andean Valleys (Colombia)
discuss preservation of archaeological early record and antiquity of cultural
assemblages. Recognizing long scale landscape transformations provides
new data to predict the presence and absence of early sites and to interpret
age, settlement patterns, mobility and cultural afiliation of the early tropical
South Americans.Current interpretations of early population arrivals to
northern South America have not considered enough the magnitude of
landscape transformations, particularly the dramatic effects of Andean
deglaciations and volcanic activity.
____________
* Profesor Asistente Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de
Pereira. Coordinador Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental. E-mail: cel@
utp.edu.co
** Geólogo, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. E-mail: petrageologist@
hotmail.com
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Keywords: Preceramic, Magdalena Valley, Early Holocene, projectile
points, South American peopling.
Introducción
Los recientes estudios a lo largo del valle interandino del río Magdalena en
Colombia aportan signiicativas evidencias sobre preservación y cambios de
paisajes, así como sobre la antigüedad de los primeros contextos culturales.
El reconocimiento de transformaciones ambientales en perspectiva de larga
duración, permite predecir la presencia y/o ausencia de sitios tempranos e
interpretar su antigüedad, así como determinar ailiaciones culturales, patrones
de asentamiento, y aspectos de la movilidad de los habitantes tempranos de los
trópicos sudamericanos.
El norte de Suramérica vivió transformaciones signiicativas de la mayoría de sus
ecosistemas durante el Pleistoceno Tardío (hace más de 10.000 años atrás) hasta
el Holoceno Medio (unos 5.000 años AP). Esto fue particularmente notable en las
áreas costeras y en la región andina. Aún es necesario integrar datos provenientes
de diferentes disciplinas, para demostrar los efectos superpuestos de complejos
fenómenos ambientales, tales como las transgresiones marinas, los procesos de
deglaciación de las cumbres cordilleranas, así como la magnitud de los impactos
del vulcanismo en diferentes paisajes.
Distintas investigaciones arqueológicas y paleoecológicas adelantadas en
Colombia, muestran que algunos sectores de las regiones interandinas cuentan
con signiicativas ocurrencias de evidencias culturales milenarias (precerámicas),
en contraste con otras zonas con muy pocas, o ninguna evidencia temprana. La
disertación doctoral de C. López (2004) buscaba mostrar que existe una relación
directa entre las transformaciones ecosistémicas ocurridas desde el Final del
Pleistoceno y sus efectos en la preservación del registro arqueológico en el interior
del continente, en particular en el valle medio del Magdalena.
Dinámicas Paleoambientales en el Norte de Suramérica
Distintos estudios han demostrado que hace más de 25.000 años, durante el PleniGlacial Superior (26.000/21.000-14.000 AP) el clima del norte de Suramérica se
caracterizaba por ser más seco y más frío que el actual. Más tarde, durante el PleniGlacial Medio, los glaciares acumulados en los altos picos andinos alcanzaron su
máxima extensión. En este mismo periodo se dieron las mayores acumulaciones
de depósitos luvio-glaciales, formando varias de las mayores terrazas hoy visibles
en los piedemontes andinos. Paralelamente, durante este periodo, el nivel del
31
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
mar descendió cerca de 60 m, por lo que las amplias planicies costeras del norte
de Suramérica ampliaron su supericie, donde primaban paisajes abiertos con
vegetación de sabana. En las altas regiones Andinas, las temperaturas anuales
luctuaron de 6º a 8º C por debajo de los valores actuales y en las tierras bajas
tropicales debieron ser de 2º a 6º C menos que hoy, pero fundamentalmente fue
la disminución de la precipitación, el factor determinante para producir cambios
ecosistémicos (Van der Hammen y Ortiz-Troncoso 1992).
Para entender los procesos de poblamiento temprano a escala continental, es
importante preguntarse por las dinámicas paisajísticas en las cuencas mayores
del noroeste de Suramérica, tales como las de los ríos Atrato, Magdalena/Cauca
y la cuenca de Maracaibo (en Venezuela). Por ejemplo, mencionemos tan sólo
para la cuenca de Maracaibo, como Ochsenius (1981:365) señala, que teniendo
en cuenta el signiicativo descenso del nivel del mar (cerca de 60 a 130 m)
durante el Pleniglacial, el Golfo de Venezuela y una amplia área de la plataforma
Sudamericana debieron estar expuestos, aislando en parte la cuenca del lago de
Maracaibo.
Otro escenario interesante, 21.000 años atrás, debió ser el sector del Bajo
Magdalena, caracterizado entonces por una dinámica luvial de canales trenzados
y pantanos (Herrera et al. 2001). Se plantea que un delta interior del paleo río
Magdalena ocupó la Depresión Mompoxina (Berrío et al. 2001). Esto debió
implicar la formación de un gran pantano o humedal estacional, e incluso un
lago en medio de un paisaje seco, en algunos casos similar a ciertos paisajes
actuales del norte de Colombia. Posteriormente, durante el Holoceno, debido
al calentamiento global, la mayoría de los sedimentos glaciales provenientes de
las cumbres cordilleranas, canalizados en los valles interiores (con los depósitos
arqueológicos que contenían), fueron erodados generando una fuerte disección
de las paleo-terrazas (Berrío et al. 2001, Herrera et al. 2001, Martínez 1981, Van
der Hammen y Ortiz-Troncoso 1992). Es fundamental destacar que, durante el
período entre el Pleistoceno Inferior a Holoceno Medio, se dio una recurrente
actividad volcánica a lo largo de la Cordillera Central, implicando signiicativos
efectos ambientales. Distintos estudios geológicos demuestran que las erupciones
del Cuaternario derritieron extensos glaciares acumulados en las cimas de las altas
montañas con alturas mayores a 3.000 metros. Este factor, en particular la explosión
de volcanes como Cerro Bravo y el Volcán Machín debieron tener signiicativos
efectos directos e indirectos en todo el ecosistema interandino y por supuesto, en
las tierras bajas de los valles del Magdalena y del Cauca. Formaciones de gran
magnitud recostadas a ambas márgenes de la Cordillera Central, tales como, el
abanico de Ibagué y el Glacís del Quindío (también llamado abanico Pereira-
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Armenia) demuestran la intensidad, magnitud y recurrencia de estos eventos
catastróicos (Hermelín 2005, Proyecto UTP-GTZ 2001).
Aspectos Geológicos y Geomorfológicos del Valle del Magdalena
Para lograr una mayor comprensión de los fenómenos naturales y culturales
del Cuaternario en el valle del Magdalena se requeriría de mayor detalle
en las descripciones y diferenciación de formaciones geológicas, pues,
desafortunadamente la cartografía asociada con épocas tardías, tiende a generalizar
o mezclar formaciones terciarias con formaciones cuaternarias de distintas edades
(i.e. Feininger et al. 1972)1. Con miras a aportar a esta temática es posible efectuar
diferentes correlaciones a partir de los datos arqueológicos, gracias a que durante la
última década se ha investigado alrededor de un centenar de sitios ocupados desde
el Pleistoceno Final y Holoceno Temprano, los cuáles brindan nuevos elementos
para entender la historia reciente del valle del Magdalena en su sector central (ver
Mapa 1, en artículo de Cano y López, en este volumen).
Se ha planteado que la mayor parte del sector intermedio está cubierta por
sedimentos luviales, donde algunas colinas sobresalen como remanentes aislados,
aproximadamente hasta 60 m del nivel del curso actual del río Magdalena. Estos
sedimentos son en su mayoría de origen ígneo, metamórico y sedimentario. A
lo largo del río en su sector medio pueden apreciarse tres niveles de terraza: una
terraza baja cuya altura encima del nivel actual del cauce varía entre 1,5 y 4 m,
conformada por limos arenas y gravillas; una terraza intermedia cuya altura varía
de 15 a 25 m, compuesta por arenas, arcillas y gravas, y una terraza alta que va
de 45 hasta 60 m, cuya composición dominante es de gravas redondeadas en una
matriz areno arcillosa. Este conjunto fue deinido por Wheeler en 1935 como la
“Formación Magdalena”. Por su disposición horizontal y su semejanza morfológica
con la “Formación Mesa” no es posible separarlos por medio de sensores remotos.
El espesor de esta formación se ha determinado entre 60 y 75 m y se extiende por
la cuenca del Magdalena, entre los ríos Guarinó y Sogamoso (ISA 1982).
En su cuenca media, el cauce del río Magdalena pasa de ser un canal único, a
ser un río trenzado que divaga sobre una amplia planicie aluvial bordeada por
mesetas disectadas, con paredes muy pendientes que pueden alcanzar hasta
____________
1
“La mayoría de los aluviones del río Magdalena y sus tributarios, como también los
depósitos aluviales-coluviales de los valles altos están siendo aumentados por los depósitos
actuales y son del Holoceno. Sin embargo, en algunos lugares depósitos similares son
cortados y erodados por las corrientes actuales; estos depósitos pueden ser en parte, del
Pleistoceno. No se hizo distinciones en los depósitos del Holoceno y los probables del
Pleistoceno” (Feininger et al. 1972:28).
33
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
los 60 m por encima del nivel de la planicie. Esta llanura de inundación actual
presenta numerosas islas y ciénagas donde sobresalen remanentes de la antigua
llanura de inundación. En su curso aparecen dos estrechamientos: el primero
localizado en la conluencia del río Nare y el segundo en la conluencia del río
San Bartolomé, presentándose efectos de remanso asociados a intrincadas redes
de caños y meandros abandonados. En las áreas bajas, el río inunda anualmente,
varios sectores, alcanzando en algunas zonas unos 5 m de elevación.
La incisión del valle tuvo lugar durante una importante fase erosiva posterior
al depósito de la terraza de 15-25 m de altura, pero antes de la formación de la
terrraza baja de 1,5 a 4 m de altura, actual llanura de inundación. Materiales y
sitios arqueológicos hallados sub-supericialmente sobre terrazas medias y bajas
han sido estudiados con detalle en el campo, recuperando y analizando distintas
muestras culturales y sedimentológicas. La ocupación de estas tierras bajas
tropicales desde al menos el onceavo milenio AP ha sido corroborada por los
estudios geoarqueológicos que además sugieren importantes cambios paisajísticos
asociados a la dinámica luvial, tectonismo e impactos culturales (López 1999,
López y Realpe 2000).
Investigaciones Arqueológicas
Nuestro modelo para explicar la transformación de la llanura aluvial del Magdalena,
desde el Pleistoceno Tardío, se basa en observaciones en distintos sitios localizados
en posiciones isiográicas diferentes, desde el río Guarinó hasta el río Sogamoso.
Se ha localizado un centenar de sitios arqueológicos con importantes diferencias
en su régimen de sedimentación en variados ambientes, como microcuencas en
el piedemonte, colinas y terrazas de piedemonte y terrazas aisladas en el sector
central del valle (Bermúdez et al. 1999, López 1999, López y Realpe 2000, López
et al. 1999, 2001, Otero y Santos 2002, Piazzini 1998). En algunos sitios del borde
occidental del valle, como La Palestina (Cuenca del Caño Regla) y Nare (Cuenca
de la quebrada La Soná), altas tasas de sedimentación han preservado estructuras
sedimentarias relativamene profundas. Otros sitios ubicados en el centro del valle,
como Peñones y Río Nuevo-Vuelta Acuña, muestran bajas tasas de sedimentación
aluvial durante el periodo holocénico (Mapa 1).
Evidencias culturales en los niveles superiores (0-1 m de profundidad) de los
sitios arqueológicos en los municipios antioqueños de Yondó (Palestina), Puerto
Berrío (San Juan de Bedout) y Nare, han sido fechadas hacia el onceavo milenio
AP (8 fechas entre 10.400 y 9.800 AP) (López 1999). Otros sitios arqueológicos
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
en Puerto Boyacá y Puerto Berrío, seguramente ocupados desde este periodo,
han presentado fechas holocénicas tardías (Otero y Santos 2002). Esto se debe
muy probablemente a la reocupación de esos mismos escenarios y la mezcla
estratigráica por dinámicas y procesos poblacionales de grupos agroalfareros.
1. San Martín, 2. Tucumán, 3. Brillantina, 4. Km 139, 5. Lukami, 6. Alicante,
7. La Palestina, 8. San Juan de Bedout, 9. Nare, 10. Río Nuevo, 11. La Morela,
12. Peñones, 13. La Bufalera, 14. El Centro.
Mapa 1. Sitios Arqueológicos Precerámicos del Magdalena Medio.
Historia Ambiental del Sector Medio del Río Magdalena
Durante las épocas más secas del inal del Pleistoceno, el río cortó sus propios
sedimentos y formó el valle actual. Una nueva etapa de depositación volvió a
darse cerca de 13.000 años atrás, al inal del último periodo Glacial, cuando
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
la precipitación se hizo creciente y los niveles de los lagos aumentaron
considerablemente (Interestadial Guantiva 12.600-11.000 AP). El valle entonces
se rellenó nuevamente y formó las terrazas medias. Estas secuencias comenzaron
a ser en parte erodadas por el río en la última fase (probablemente durante el
Estadial el Abra 11.000-10.000 AP) (Van der Hammen y Ortiz-Troncoso 1992).
Para esta época -como se indicó arriba- se cuenta con las primeras evidencias de
ocupación humana; no se descarta que hubiesen llegado poblaciones anteriores.
Al comienzo del Holoceno, los procesos de sedimentación comenzaron de
nuevo, entonces las terrazas y áreas sujetas a inundaciones extensivas fueron el
escenario ocupado por los cazadores-recolectores que poblaron la región. Las
evidencias tipo incluyen instrumentos líticos predeterminados, destacándose las
puntas de proyectil y los raspadores plano-convexos (López 1999, 2004). Estos
grupos pudieron tener un estilo de vida básicamente anibio, cazando mamíferos
acuáticos como manatí, reptiles como caimanes y tortugas, grandes peces como
el bagre, así como mamíferos terrestres de tamaño medio. Para esta época la
sedimentación estuvo ya ligada al curso actual del río y a sus modernas áreas de
inundación/sedimentación.
Durante el Holoceno Tardío (alrededor de 3.000 años atrás), debido al aumento
poblacional generalizado y al auge de nuevas tecnologías de grupos, ahora
agroalfareros, se comenzó a dar un extensivo desmonte ligado al advenimiento
de la agricultura (Bray 1995). Así fue como algunos remanentes de la terraza
fueron nuevamente cubiertos por sedimentos recientes, debido a inundaciones
relacionadas con el aumento en precipitación y la deforestación en los Andes.
Al conjunto de hipótesis arriba mencionadas se vienen agregando datos que
sustentan estas interpretaciones. Los análisis sedimentológicos de depósitos
aluviales de sitos como La Palestina (05YON002), Vuelta Acuña (05PBE019) y
Nare (05PNA005), sugieren una depositación de materiales aluviales inos, antes
de 10.400 AP continuando al menos hasta 3.500 AP. Hacia 3.000 años atrás, hasta
el presente, es visible una fuerte disección regional con procesos erosivos en los
lechos de los ríos y quebradas asociadas y el descenso general de la llanura del
Magdalena hasta su actual posición (López et al. 2000, 2001, López 1999, 2004).
El tipo de sedimentos y las evidencias culturales (origen, tamaño, tecnologías
líticas, ecofactos) sustentan también estas interpretaciones. Probablemente hacia
el 3.000 AP, las condiciones cambiaron drásticamente. La llanura descendió
gradualmente unos 30 m generando luctuaciones en los canales de las quebradas
y la desaparición de varias ciénagas.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Figura 1. Representación esquemática de la evolución
de terrazas en el Magdalena Medio.
Como antes se indicó, estos cambios están también relacionados con el impacto
humano en la cuenca asociado a las prácticas agrícolas (Bray 1995).
El descenso de la llanura aluvial es un suceso ambiental a escala regional.
Las transformaciones del humedal (atractor por alta oferta ambiental) con el
hundimiento del fondo del valle indujeron nuevas adaptaciones, migraciones o
la desaparición de estas sociedades tempranas. En tiempos históricos el proceso
se ha incrementado por las actividades culturales como la explotación maderera
y la transformación del paisaje asociada a la minería y ganadería. El caso de la
historia de evolución Holocénica del valle del Magdalena es un buen ejemplo para
mostrar el potencial de las relaciones entre arqueología-geología y las relaciones
ambiente-cultura en la escala de larga duración.
Foto 1. Artefactos líticos lascados, excavados en Nare y fechados hacia 10.400 AP. .
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Figura2. Sección transversal y horizontes pedológicos en el sitio precerámico de Nare.
Foto2. Desembocadura de la quebrada La Soná al río Nare, cerca de su
conluencia con el río Magdalena. El sistema hídrico ha descendido 30 m,
en los últimos 5.000 años.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Mapa2. Mapa de potencial arqueológico, margen izquierda del río Magdalena
(Departamento de Antioquia). Tomado de López etal. (2001).
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
1.3. Una Aproximación Ecológica al Poblamiento
del Cauca Medio entre El Pleistoceno Final y
El Holoceno Medio
Francisco Javier Aceituno Bocanegra *
Nicolás Loaiza Díaz **
Resumen
Este artículo presenta el manejo ambiental por sociedades cazadorasrecolectoras entre el Pleistoceno inal y el Holoceno medio en la región Cauca
Medio. El objetivo es reconstruir cómo los primeros habitantes explotaron
los recursos del bosque y analizar las evidencias de domesticación de plantas.
Para lograr dicho objetivo hemos utilizado datos paleobotánicos (carbón,
polen y granos de almidón) y tecnológicos (industria lítica) recuperados
en los sitios arqueológicos de la cuenca San Eugenio-Campoalegre, en el
municipio Santa Rosa de Cabal (Risaralda, Colombia).
Palabras claves: Cazadores-recolectores, Pleistoceno, Holoceno, Cauca
Medio, domesticación de plantas.
Abstract
This paper focuses on the management of the environment by huntergatherer societies between the late Pleistocene and the middle Holocene
in the Cauca Medio region. The objective is to understand how the irst
inhabitants used the natural resources of the forest and to analyze the data
of domestication of plants. In order to achieve this goal, we have analyzed
paleobotanical (charcoal, pollen and starch grains) and technological data
(lithic artifacts) that were recovered in archaeological sites in the basin San
Eugenio-Campoalegre in Santa Rosa de Cabal (Risaralda, Colombia).
____________
* Profesor asistente Departamento de Antropología, Universidad de Antioquia. Email: [email protected]
** Profesor de cátedra, Escuela de Medicina Veterinaria. Universidad de Antioquia. Email: [email protected]
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Keywords: Hunter-gatherers, Pleistocene, Holocene, Cauca Medio region,
domestication of plants.
Introducción
La región del Cauca Medio es muy importante para entender el poblamiento y la
colonización de los Andes Septentrionales, dado que se encuentra en uno de los
dos grandes corredores naturales del noroccidente de Suramérica. De acuerdo
con el registro arqueológico, el primer lujo migratorio en la región se produjo
entre el Pleistoceno Final y el Holoceno Temprano, en un momento ambiental
muy dinámico debido a la inestabilidad climática registrada en dicho periodo
transicional. Vistas en su conjunto, las evidencias arqueológicas de las poblaciones
que colonizaron el Cauca Medio muestran una gran estabilidad ecológica hasta
el inal del Holoceno Medio, alrededor del 3.000 AP.
El objetivo del presente artículo es reconstruir las interacciones itoculturales entre
el Pleistoceno Final y el Holoceno Medio a partir del análisis de la tecnología lítica,
las fechas de radiocarbono y del registro paleobotánico recuperado en los diferentes
sitios arqueológicos de la región. Como hipótesis de trabajo se propone, que los
grupos cazadores-recolectores, que habitaron en el Cauca medio, manipularon
el bosque en una estrategia de producción itinerante basada en la reocupación
cíclica de áreas perturbadas, donde los recursos vegetales y animales se vuelven
más abundantes y predecibles. En el marco de esta hipótesis, el cultivo de plantas
en el Neotrópico fue un proceso coevolutivo que se inició con la domesticación
incidental de plantas autóctonas (Rindos 1990) y se consolidó con la intensiicación
de la domesticación y el cultivo intencional de algunas plantas, derivando en los
sistemas de agricultura itinerante.
Se han utilizado datos de los sitios El Jazmín, Guayabito, Campoalegre y El Antojo,
que fueron recuperados entre 1994 y 1997 por otros investigadores (Integral 1997,
Tabares y Vergara 1995) y revisados por uno de los autores entre el año 2000 y
2002. Por otra parte, datos recientes obtenidos en el 2004 en el marco del proyecto
Domesticación del Bosque en el Cauca Medio durante el Holoceno Temprano
y Medio, inanciado por la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de
Antioquia y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Todos estos
sitios se encuentran en la cuenca San Eugenio-Campoalegre en el municipio de
Santa Rosa de Cabal. Se tienen en cuenta, además, las fechas de 14C del Cauca
medio para analizar la evolución del poblamiento entre el Pleistoceno Final y el
Holoceno Medio (Mapa 1).
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Para estructurar la dimensión temporal del poblamiento del Cauca Medio, se van
a utilizar los conceptos de colonización y ocupación efectiva, propuestos por
Luis Borrero. La colonización es una fase del poblamiento que se reiere “...a la
consolidación inicial de grupos humanos en sectores determinados del espacio,
con rangos de acción especiicados” (tomado de Gil 2002); la ocupación efectiva
se reiere a la fase de consolidación de la colonización y es cuando se desarrollan
plenamente las estrategias locales de adaptación.
Mapa 1. Ubicación geográica sitios Cauca Medio.
Características del Registro Arqueológico
La cuenca San Eugenio-Campoalegre nace en el municipio de Santa Rosa de
Cabal (Departamento de Risaralda) en la Cordillera Central de Colombia, en la
región denominada Cauca Medio. Los sitios El Jazmín, El Antojo, La Pochola y
San Germán II se encuentran entre 1.200 y 1.600 msnm, en la zona de vida bosque
muy húmedo premontano [Bmh-PM] (Integral 1997:4). El clima se caracteriza
por una temperatura media de 21º C, pluviosidad de 2.600 mm y humedad
relativa de 80%; sin embargo, allí existen variaciones climáticas determinadas por
luctuaciones térmicas y pluviométricas asociadas a la altitud y las circulaciones
locales de vientos de valle y de montaña, responsables de las fuertes tormentas
tropicales de la zona.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
En la cuenca San Eugenio-Campoalegre, la estratigrafía de los sitios es recurrente
y uniforme, lo que indica que los sitios se formaron bajo las mismas condiciones
ambientales y también culturales. La estratigrafía de la zona consta de cuatro
horizontes de suelos, formados a partir de la deposición de cenizas volcánicas y
de restos antrópicos asociados a la ocupación de los sitios. El Horizonte A es de
textura franco arcilloso arenoso, cuyo color oscila entre muy pardo oscuro (10
YR 3/2), y gris oscuro amarillo (10 YR 4/4). Este horizonte está asociado a las
ocupaciones cerámicas de región. El Horizonte AB es de color pardo amarillo
(10 YR 5/6) y de textura franco con aumento de lodos; este evento está asociado
a una fuerte disminución del registro arqueológico y está fechado entre 5.000 y
4.000 años AP. El Horizonte Ab es un paleosuelo de textura similar al anterior y
de color pardo amarillo oscuro (10 YR 3/4 3/6) que está datado entre 10.000 y
5.000 años AP. El horizonte B es de color pardo amarillo (10 YR 5/6) y marca el
inicio de las ocupaciones en la cuenca San Eugenio-Campoalegre. Estimamos su
formación en la frontera Pleistoceno-Holoceno.
El hecho de que los arqueosedimentos se formaron a partir de la depositación de
cenizas volcánicas y restos humanos, signiica que la gente cohabitó y se adaptó
a las erupciones volcánicas procedentes del Parque de los Nevados (Macizo
Volcánico Ruíz-Tolima). En los sitios arqueológicos no se han identiicado eventos
catastróicos que produjeran el abandono súbito de la zona; probablemente, la
cuenca del río San Eugenio estaba fuera de los límites inmediatos de las áreas
catastróicas de los volcanes; estas áreas por lo general son impactadas por
piroclastos, lujos de lava y un alto contenido de ácido sulfúrico y otros gases
ácidos que imposibilitan la respiración de los mamíferos (Melson 1994:27-30).
Las áreas fuera de los límites inmediatos, a pesar de sufrir la inluencia de fuertes
tormentas y vientos, se ven favorecidas por la deposición de inas supericies de
cenizas que favorecen el desarrollo de horizontes A, sobre todo en zonas volcánicas
de clima tropical donde la erosión es mínima debido a la vegetación siempre verde
que favorece los procesos pedogenéticos (Melson 1994:35).
En la mayoría de los casos, las ocupaciones tempranas están representadas
únicamente por artefactos líticos, sólo en algunos sitios han aparecido asociados
a semillas carbonizadas; en ningún caso han aparecido restos humanos, restos de
fauna ni estructuras inmuebles asociadas a los primeros pobladores prehispánicos.
Los artefactos se agrupan en las siguientes clases (Foto 1): 1. picos (1a); 2.
artefactos expeditivos (1b); 3. hachas (1c, 1d); 4. artefactos curados; 5. modiicados
por uso (Aceituno y Loaiza 2006).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Foto 1. a. picos. b. artefactos multifuncionales. c. hachas. d. hachas recicladas.
Todas las materias primas son locales, predominando el uso de la andesita, dacita,
basalto y microgabro para la manufactura de hachas, picos y artefactos expeditivos.
El cuarzo se utilizó principalmente en la manufactura de artefactos curados tales
como raspadores, puntas de proyectil o cuchillos. Excluyendo a los modiicados
por uso y a los picos, la tecnología expeditiva está representada por lascas
multifuncionales, escasamente formatizadas, que se tallaban usaban y descartaban
en el mismo lugar. Por su parte, la tecnología curada está representada por hachas
e instrumentos de cuarzo que ambos casos se trata de artefactos técnicamente
más elaborados. La curación de los artefactos de cuarzo está claramente asociada
al uso de una materia prima de alta calidad y muy escasa en la zona. En el caso
de las hachas, el grado de selección de la materia prima también fue alto como
lo indica el uso de rocas inogranulares, ya fueran de andesita, dacita o basalto
y el reciclado de algunas piezas (Foto 1d) (Loaiza 2005). En el caso de los
artefactos curados, por tratarse de instrumentos que se mueven de un sitio a otro,
no suele coincidir el lugar de manufactura, uso y abandono. Estos dos tipos de
tecnologías tienen implicaciones en el patrón de descarte. En los sitios predominan
los artefactos expeditivos, los golpeadores, los artefactos de adecuación y los
artefactos de molienda. Los artefactos curados son muy escasos debido a que se
mueven frecuentemente lo que se releja en un patrón de descarte muy disperso,
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
especialmente en el caso del cuarzo que por tratarse de una materia prima de baja
disponibilidad, los artefactos se debieron aprovechar hasta su agotamiento.
Transición Pleistoceno Final-Holoceno Temprano (10.500-9.000 AP). Para este
primer período hay un total de cinco fechas que proceden de El Jazmín, 66PER001,
Salento 24 y la Selva (Tabla 1, Mapa 1). La ocupación de esta región andina
fue parte de un proceso más amplio de colonización de la Cordillera Central y
Occidental del noroccidente de Suramérica, que coincide con el inal del Younger
Dryas; una pequeña glaciación continental con diferentes efectos regionales,
puesto que hay regiones donde este fenómeno no se ha detectado como Panamá,
Venezuela, Brasil y Guayana (Piperno y Pearsall 1998:104).
Tabla 1. Fechas Radiocarbónicas del Cauca Medio.
En Colombia este fenómeno se conoce como el Estadial El Abra, caracterizado por
un clima frío y seco que afectó fuertemente a la vegetación de la Sabana de Bogotá
y los Llanos Orientales (Van der Hammen y Ortiz-Troncoso 1992) y probablemente
el valle del Magdalena. En el valle medio del río Cauca, en el espectro polínico
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de El Jazmín, anterior al 10.000 AP, se observan ciclos de avance y retroceso del
bosque que dan cuenta de un fuerte dinamismo en el paisaje en un momento frío
y húmedo, como lo sugiere la presencia de los géneros Podocarpus sp., Quercus
sp. y Alnus sp. (Aceituno 2001:268). A partir del 10.000 AP se produce otro de los
fenómenos más trascendentales del Holoceno, la expansión de los bosques en el
Neotrópico en detrimento de las extensiones sabanizadas durante el pleniglacial
(Piperno y Pearsall 1998:105).
La colonización del Cauca Medio se produjo como consecuencia de una importante
dispersión humana hacia los valles y vertientes de las cordilleras Central y
Occidental, donde las condiciones secas del Estadial El Abra no se han detectado
hasta el momento. Aunque no se tiene mayor claridad sobre el origen geográico
de los primeros grupos, en la transición Pleistoceno - Holoceno se extinguieron los
grandes animales y se produjeron importantes ajustes y cambios en la distribución
de la lora y la fauna. Muy probablemente esta situación de rápidos reemplazos
ecológicos y alteración de la estacionalidad, condujo a muchos grupos a colonizar
nuevos territorios poco o nada explorados hasta el momento.
Estas primeras ocupaciones se caracterizan por la baja densidad y diversidad
de artefactos líticos. En los sitios anteriores han aparecido desechos de talla,
instrumentos expeditivos, manos de molienda, cantos fracturados, azadas en El
Jazmín (Aceituno 2001) y en La Selva (INCIVA 1995-1996), y algunas lascas de
cuarzo en el sitio 66PER001 (Pereira) (Cano 2004). La baja densidad y diversidad
indican ocupaciones breves de los sitios y una alta movilidad. De acuerdo con los
datos de polen, para la época de la colonización humana, la región ya está poblada
de bosques húmedos premontanos; incluso para este momento, la presencia en
el polen de plantas de pisos cálidos y muy húmedos indica que el poblamiento
coincide con un clima lluvioso y cálido. La aparición en los niveles inferiores de
manos de molienda y de azadas indica que la colonización se hizo a través del
aprovechamiento de plantas autóctonas, entre las que se encuentran los géneros
de palmas Bactris sp., Astrocaryum sp. y Geonoma sp. (Aceituno 2001:270).
Holoceno Temprano transición Holoceno Medio (9.000-7.000 AP). Para este
período, a pesar de que se mantiene la misma estructura de las ocupaciones, la
densidad de los artefactos líticos se incrementa ligeramente, lo que indica mayores
niveles de ocupación de la región. La mayor novedad tecnológica es la aparición
del taller de cuarzo en el Antojo datado a mediados del noveno milenio AP. La
presencia de artefactos de cuarzo en cantidades muy bajas en los sitios es un dato
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
que sugiere que los artefactos de cuarzo se debieron aprovechar al máximo hasta
su agotamiento, lo que demuestra los altos niveles de movilidad de estos grupos
tempranos. El número de fechas también aumenta levemente, hasta un total de
diez fechas (Tabla 1) correspondientes a ocho sitios diferentes de los cuales cinco
se encuentran en la cuenca San Eugenio-Campoalegre (Mapa 1). El mayor cambio
se observa en los datos microbotánicos recuperados en El Jazmín, Campoalegre y
Guayabito, los cuales muestran indicios de intervención del bosque, con efectos
en la densidad y la previsibilidad de los recursos vegetales (Aceituno 2002).
Tomando la columna de polen del Jazmín como representativa de la evolución
del paisaje, durante el Holoceno Temprano los elementos de bosque ecuatorial
se mantienen y las gramíneas aumentan, indicando que durante la mayor parte
del Holoceno Temprano el clima de la región fue más cálido y seco respecto al
primer período. En términos paleoecológicos, lo más relevante, es el descenso del
bosque en los niveles correspondientes a este período (140 y 90 cm) (Figura 1)
y el aumento de la vegetación secundaria, incluyendo las palmas, las gramíneas
y los rastrojos bajos (Aceituno 2002, Aceituno y Castillo 2005) (Figura 2). Esta
proporción coincide con el momento de mayor intensidad de uso de los sitios y la
interpretamos como un mayor impacto de las poblaciones locales sobre el medio.
Otro dato que corrobora esta airmación es que la diversidad de las asociaciones
vegetales también aumenta, lo que es de esperar en espacios intervenidos.
En las columnas de polen de estos sitios se identificaron palmas, árboles
frutales, tubérculos y gramíneas; demostrando la alta diversidad de plantas
alimenticias en la zona susceptibles a la manipulación humana, como indican
los restos microbotánicos. La palmas están representadas por los géneros Bactris
sp., Geonoma sp., Astrocaryum sp., Scheelea sp. y Socratea sp., todos ellos
ampliamente distribuidos desde las tierras bajas hasta los bosques de montaña
como los del Cauca medio. El aprovechamiento de las palmas se corroboró con
la identiicación de itolitos de palmas recuperados de una base de molienda
recuperada en el Horizonte Ab del Jazmín (Aceituno 2002). Además de las palmas,
identiicamos los géneros Solanum sp. y Passilora sp. a los cuales pertenecen
numerosas especies silvestres con frutos comestibles, ampliamente distribuidas
en los bosques premontanos (Pérez 1956). Empero, por su implicación en el
proceso de domesticación, las palinomorfos más importantes que se identiicaron
en este período fueron: Xanthosoma sp., Zea mays (El Jazmín) y Dioscorea sp. (El
Jazmín y Guayabito). A través de granos de almidón extraídos de manos y bases
de molienda de los sitios Jazmín y Campoalegre se identiicaron Manihot sp., Zea
mays y Dioscorea sp. (Aceituno 2002, Aceituno y Castillo 2005).
0
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Figura 1. Variación porcentual del Bosque, El Jazmín.
Figura 2. Variación porcentual vegetación secundaria, El Jazmín.
La correspondencia entre granos de polen y almidones, junto a la sensible disminución
del bosque y la perturbación de las áreas adyacentes a los asentamientos, son datos
que indican la domesticación de plantas en el Cauca Medio desde el Holoceno
Temprano. De los anteriores géneros, Xanthosoma sp. y Dioscorea sp. son especies
locales que están asociadas a subzonas de polen anteriores a la ocupación de la
región, por el contrario, Manihot sp. y Zea mays son plantas de origen foráneo que
sí están asociadas a las primeras ocupaciones de la zona. Los granos de almidón de
Manihot están asociados a los niveles más antiguos datados alrededor de 9.000 AP,
mientras que los de Zea mays están asociados a niveles datados alrededor del 7.500
AP (Aceituno 2002). Estos datos hay que tomarlos con prudencia, en tanto no se
tenga más claridad sobre las especies locales con valor alimenticio correspondientes
a tales géneros y en el caso de las plantas de origen foráneo (Manihot sp. y Zea
mays) sobre el proceso de expansión continental.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Estos datos microbotánicos son coherentes con datos similares obtenidos en otras
regiones del Área Intermedia, que prueban la domesticación de plantas durante
el Holoceno temprano en el Neotrópico (Piperno y Pearsall 1998). Para este
período hay evidencias de domesticación de Maranta arundinácea, Lagenaria
siceraria, Calathea allouia y Cucurbita moschata en Panamá (Piperno y Pearsall
1998:217-219). En la costa de Ecuador, en el sitio Las Vegas hay evidencias de
domesticación de Lagenaria sp. y de Cucurbita ecuadorensis; alrededor del 7.000
AP se han registrado itolitos de Zea mays. (Ibid.). En Colombia, para este intervalo
temporal se han hallado evidencias de Manihot sp. en el valle medio del río Porce
(Aceituno y Castillo 2005), de Lagenaria sp. en Peña Roja (Caquetá) (Gnecco y
Mora 1997) y de Maranta arundinácea, Lagenaria sp. y Persea americana en
San Isidro (Popayán) (Gnecco 2000). Con base en el registro paleobotánico del
Holoceno temprano en varias regiones tropicales de América, Gnecco (2000)
propone la existencia de un patrón temprano de agrilocalidad desde el Plesitoceno
inal, basado en la domesticación y transformación humana de los ecosistemas,
como un proceso que acompañó la colonización de muchas de las regiones del
Neotrópico.
A pesar de los mayores niveles de intervención del medio que muestran los datos
paleobotánicos, la estructura de los asentamientos no presenta mayores variaciones;
excepto el incremento de la intensidad de uso de los sitios, fundamentado en
mayores niveles de descarte de artefactos líticos por unidad residencial, lo que
indica un mayor aianzamiento territorial de los grupos sociales descendientes de
los primeros pobladores, pero manteniendo el patrón de asentamiento respecto
al primer período. El alto grado de aprovechamiento del cuarzo, como lo indica
la escasez de objetos de cuarzo en los sitios, corrobora una alta movilidad de
estos grupos aunque circunscrita a un territorio con señales de intervención y
de domesticación de plantas. Todos estos hechos están asociados al desarrollo
de varios paleosuelos contenidos en el Horizonte Ab de la cuenca San Eugenio
-Campoalegre, lo cual es un indicador de condiciones ambientales muy estables
incluyendo la actividad volcánica de la región (Aceituno y Loaiza 2006).
Holoceno Medio (7.000-4.000 AP). Para este último período, el número de fechas
se mantiene en el rango anterior, con un total de siete, tres de las cuales son de los
sitios de Santa Rosa de Cabal (Tabla 1, Mapa 1). El patrón de descarte y los artefactos
líticos se mantienen sin mayores variaciones respecto a las dos fases anteriores; los
golpeadores, las manos y placas de molienda junto a lascas expeditivas de rocas
volcánicas e ígneas son los artefactos más recurrentes en los sitios arqueológicos.
Las lascas de cuarzo siguen siendo escasas y poco representativas (Aceituno y
1
2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Loaiza 2006) siendo la mayor novedad tecnológica la fuerte disminución de las
azadas. En El Jazmín, los datos de polen muestran una ligera recuperación del
bosque y un descenso ligero de la vegetación secundaria, aunque se mantiene en
valores altos entre 35 y 40 % en los niveles de este período (60 y 90 cm) (Figura
2 y 3). En Guayabito aparecieron granos de polen de Dioscorea sp., Zea mays y
Manihot sp., alrededor del 5.000 AP y en Campoalegre se recuperaron almidones
de Manihot sp., del ca. 4.200 AP (Aceituno 2002). La continuidad de estos datos
en el Holoceno medio conirma la domesticación temprana en el Cauca Medio
con la manipulación de plantas locales y la adaptación de plantas foráneas a las
condiciones locales. Sin embargo, los datos paloebotánicos se mantienen sin
mayores variaciones, de manera que no hay evidencias suicientes para deducir
que el cultivo en esta fase tenga más importancia económica que la fase anterior;
aunque tampoco se puede demostrar lo contrario. Los valores de kaolinita y
montmorillonita en el peril de El Jazmín indican un ambiente más seco y frío
con procesos químicos lentos (Tobón y Pérez 2005) entre el 5.500 AP y el 4.500
AP. Estos datos son coherentes con los momentos más secos y ligeramente más
fríos que se han observado en otras regiones de Colombia en el mismo intervalo
(Van der Hammen y Otiz-Troncoso 1992).
Figura 3. Número de fechas de 14C entre Pleistoceno Final y Holoceno Medio.
Si evaluamos el registro arqueológico de la región en su conjunto, no se observan
variaciones ni en el patrón de asentamiento, ni en la estructura interna de los sitios,
ni en la tecnología lítica, lo que avala una gran continuidad ecológica de estos
grupos durante el Pleistoceno Final y el Holoceno Medio. Amplios territorios de
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
explotación y una baja densidad demográica probablemente fueron factores que
permitieron a los habitantes del Cauca Medio mantener unas relaciones ecológicas
muy estables durante varios milenios lo que demuestra que la domesticación de
plantas no es un hecho técnico que por sí solo implique ningún tipo de movimiento
evolutivo.
Conclusiones
El registro arqueológico del Cauca Medio es muy uniforme entre el Pleistoceno
Final y el Holoceno Medio, lo que diiculta la diferenciación de las fases
involucradas en el poblamiento; sin embargo, si nos basamos en las fechas de
14
C y los datos paleobotánicos, podemos diferenciar tres fases. La primera, entre
el Pleistoceno Final y el 9.000 AP, se corresponde con la fase de colonización
de la región. El registro arqueológico es muy homogéneo, consiste en pequeños
campamentos residenciales que contienen carbón, manos, bases de molienda,
hachas, desechos de talla y artefactos, en su mayoría expeditivos. Para este primer
momento, los datos de polen indican que el nivel de alteración del medio por
parte de estos grupos fue bajo, razón por la cual, durante esta fase todavía los
grupos están creando sus nichos ecológicos con recursos locales; sin embargo, ya
aparecen los primeros indicios de domesticación de plantas, granos de almidón
de Manihot sp. en El Jazmín. El hecho de que el registro arqueológico se muestre
homogéneo durante esta fase y las posteriores, y de que no haya evidencias de
sitios exploratorios, como son sitios reducidos con materias primas foráneas y
tipos de artefactos especíicos, signiica que los grupos que colonizaron el Cauca
Medio ya tenían un alto conocimiento de la ecología de los bosques húmedos de
montaña. El número de fechas de 14C es relativamente alto con un total de cinco
fechas (Figura 3), lo que corrobora una rápida y exitosa colonización de la región
debido a una experiencia acumulada en regiones con zonas de vida similares. La
baja densidad y diversidad de artefactos líticos y la ausencia de todas las fases
de la cadena operatoria en los sitios son datos que indican una alta movilidad en
estos grupos.
La segunda fase, entre el 9.000 y el 7.000 AP, se corresponde con la ocupación
efectiva del Cauca Medio; es decir, cuando los grupos han consolidado la creación
de sus nichos ecológicos, especialmente a través de la domesticación de plantas.
En este intervalo, la densidad del registro arqueológico, el número de fechas
(nueve) (Figura 3) y los datos microbotánicos indican una clara intervención del
medio, incluyendo la domesticación de plantas locales y foráneas. En esta fase,
los datos de polen indican una mayor intervención de la vegetación próxima a los
sitios, bajo un patrón de domesticación de plantas tanto locales como foráneas,
3
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
identiicadas en los granos de polen y de almidones recuperados de los artefactos
líticos. Sin embargo, el hecho de que el patrón de descarte de los artefactos no
presente mayores variaciones, indica que estos grupos, a pesar de la domesticación
de plantas, seguían manteniendo un patrón de asentamiento basado en una alta
movilidad; aunque con mayores niveles de anticipación, dado un mayor control
sobre determinados parches ecológicos donde se concentrarían las plantas en vías
de domesticación.
En la tercera fase, que abarca hasta el inal del Holoceno Medio, (ca. 4.000 AP),
el número de fechas es ligeramente inferior, con un total de siete fechas en tres
milenios, con un vacío importante entre aproximadamente el 5.800 y el 4.300 AP
(Figura 3). Esto indica que fue un período de estabilidad, incluso se puede plantear
la hipótesis de una ligera reducción de la densidad demográica en la región. En
este sentido, al menos en la cuenca San Eugenio-Campoalegre, la densidad y
diversidad de artefactos líticos disminuye sensiblemente, predominando con una
mayor proporción en los sitios los cantos de adecuación, golpeadores y artefactos
relacionados con el procesamiento de vegetales. Los datos paleobotánicos tampoco
indican mayores niveles de intervención del bosque respecto a la fase anterior;
la domesticación de plantas continúa manifestándose a través de la presencia de
las mismas plantas identiicadas en los períodos anteriores, de manera que las
estrategias económicas se debieron mantener sin mayores variaciones. Estos datos,
en contra de cualquier visión evolucionista, indican una menor presión ambiental
durante el Holoceno Medio en el Cauca Medio, hecho que constituye un reto para
la arqueología de la región.
En síntesis, el poblamiento del Cauca Medio se inicia con la colonización de
la región entre el Pleistoceno Final y el Holoceno Temprano. En el Holoceno
Temprano, ya se puede decir que hay una ocupación efectiva de la región como
lo indican la mayor intensidad de uso que muestran los sitios arqueológicos,
mayores niveles de intervención del bosque y la domesticación de plantas. En el
Holoceno Medio los datos indican un ligero declinamiento en el proceso local de
poblamiento, pero manteniendo las mismas estrategias económicas, incluyendo
el cultivo de plantas en proceso de domesticación, en una estrategia todavía con
altos grados de movilidad si nos basamos en que el registro arqueológico mantiene
la misma estructura que la fase de colonización. De manera que la historia del
Cauca Medio, desde su colonización hasta el Holoceno Medio, maniiesta una gran
estabilidad cultural, basada en la continuidad de muchos de sus rasgos originales,
desde cuando llegaron los primeros habitantes llegaron a la región.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
1.4. Desarrollos Culturales Paralelos en
Ecosistemas Contrastantes: Los Valles
Interandinos del Magdalena y
del Cauca en el Norte de Suramérica
Martha Cecilia Cano Echeverri*
Carlos Eduardo López Castaño**
Resumen
Se presentan datos relevantes obtenidos en los valles interandinos del
Magdalena y el Cauca en el territorio colombiano, asociados a periodos
culturales precerámicos (ca. 10.000-5.000 AP). Se comparan los distintos
escenarios naturales y las apropiaciones culturales divergentes del
entorno, donde el énfasis en caza, recolección o vegecultura se presenta
según los recursos disponibles en oferta alimentaria. Los artefactos líticos
demuestran la disponibilidad de materias primas y el aporte cultural de las
poblaciones.
Palabras claves: Pleistoceno-Holoceno, cazadores-recolectores,
horticultores, precerámico, valles interandinos Magdalena y Cauca.
Abstract
We present data collected in the interandean valleys of Magdalena and
Cauca in Colombia, dated in preceramic times (ca. 10.000-5.000 BP).
Comparisons are made among them, considering natural resources and
diverse cultural adaptation; evidences on hunting, gathering or early plant
production are found according to availability of food and raw material,
particularly lithics.
____________
* Antropóloga. Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental. Profesora Facultad
de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. E-mail: [email protected].
co
**Antropólogo, PhD. Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental. Profesor Asistente
Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. E-mail: cel@
utp.edu.co
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Keywords: Pleistocene, Holocene, hunter-gatherers, horticulture,
preceramic, interandean valleys, natural resources.
Introducción
Los valles geográicos han sido considerados como potenciales vías naturales
de penetración humana en su proceso de expansión y colonización. Al estudiar
estos procesos en sus etapas tempranas, se hace necesario considerar y comparar
en distintas escalas de tiempo, las condiciones paisajísticas dorminantes y las
cambiantes ofertas de recursos naturales; así, es posible acercarse a entender las
relaciones ambientales históricas que se generan entre las poblaciones humanas
y el entorno con el cuál que han interactuado a través del tiempo.
El caso del actual territorio colombiano es de particular interés, al considerar el
paso obligado de poblaciones pioneras, en su radiación al interior del continente
suramericano (Ardila y Politis 1989, López 2004, Ranere 1980, ReichelDolmatoff 1986). Los valles interandinos de los ríos Magdalena y Cauca son
dos de los mayores corredores naturales en los Andes Colombianos, los cuales
aportan información permanente sobre cambios ambientales, poblamiento y
particularmente, establecimiento de grupos humanos desde el inal del Pleistoceno
y durante el Holoceno temprano. No obstante tener una cronología similar de
ocupación temprana -ca. 10.000 años-, se vienen encontrado marcadas diferencias
entre los contextos arqueológicos (ecofactos y paleoambientes) y en particular los
conjuntos líticos recuperados tanto en el Magdalena como en el Cauca (Aceituno
2002, 2003, Cano 2001, 2004, López 2004, López et al. 2003).
Vienen surgiendo muchas preguntas de investigación, formuladas en perspectiva
interdisciplinaria considerando la relación de temáticas arqueológicas, de las
ciencias naturales, de las ciencias de la tierra y ciencias ambientales, para
determinar procesos, así como cambios substanciales en estos ecosistemas a
través del tiempo, buscando comparaciones con ciertas dinámicas regionales y
los paisajes actuales. En particular se viene dando signiicativa importancia a las
implicaciones de distintos eventos volcánicos, tectónicos y climáticos, los cuales
vienen moldeando, deshaciendo y retrabajando estos dos valles longitudinales
que bordean la Cordillera Central colombiana. El impacto antrópico también
va inluyendo progresivamente, a medida que aumenta la población humana y
cambian las tecnologías y políticas de intervención de los escenarios naturales
(Guhl en este volumen, López y Cano 2004, Tistl, Cortés y Cardona, y Rodríguez
en este volumen).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Con esta perspectiva, una aproximación interdisciplinaria es esencial, pues ayuda
a iltrar las imágenes presentistas y preconcebidas con las que en muchos casos
se han pensado los paleopaisajes; este punto es crítico, a la hora de proponer
escenarios de poblamiento humano inicial. Así, la proyección de modelos
retrospectivos permite la comprensión de los posibles escenarios e intercambios
dinámicos en las relaciones ambientales (coevolutivos), cuando los grupos
humanos se establecieron y comenzaron a generar procesos de “territorialización”,
aprovechando selectivamente algunos recursos disponibles e imprimiendo su
propio sello cultural (Balée 1989). Esta selectividad o decisiones culturales, -en
cuanto a prácticas de cacería especializada o domesticaciones iniciales-, comenzó
paulatinamente a alterar la disponibilidad, tanto hacia una mayor abundancia o
hacia la escasez de ciertos recursos; así, se pueden perilar interpretaciones más
adecuadas de los modos de vida y los cambios culturales que se estaban dando
desde inales del Pleistoceno al Holoceno Medio. Igualmente, se considera una
dinámica natural propia de las transiciones climáticas, en tiempo y espacio al
considerar cambios globales y particularmente la biodiversidad asociada a la
micro-verticalidad andina, así como el impacto de distintos eventos naturales,
como el vulcanismo, que han afectado los entornos propuestos para este análisis
(López y Cano 2004).
Conformación de Paisajes en los Valles Interandinos del Cauca y el
Magdalena: Geología, Eventos Naturales y Procesos Culturales
Los valles interandinos de los ríos Magdalena y Cauca están estratégicamente
localizados, en particular al considerar los corredores naturales desde la costa
Atlántica en dirección norte-sur, en su relación con la penetración subcontinental,
hacia tierras bajas, medias y altas de América ecuatorial. Ambos ríos nacen a
cerca de 1.000 km tierra adentro, en las altas montañas o páramos del Macizo
Colombiano, sector también llamado “La Estrella Fluvial Colombiana”. Esta
es una de las zonas donde se concentra gran cantidad de nacimientos de ríos y
quebradas, los cuales se dirigen hacia todas las vertientes, incluyendo la Amazonía
y el Pacíico. Los ríos Cauca y Magdalena en particular, marcan la división de las
tres cordilleras colombianas y se conforman en los dos ríos principales de la zona
andina, recogiendo un gran número de aluentes a su paso; durante su recorrido
desde las altas zonas montañosas hasta llegar a las tierras bajas de la llanura costera
atlántica. Sobresalen distintos paisajes de interesantes contrastes, en tanto recorren
diferentes pisos térmicos, así como variados ecosistemas. Las cuencas presentan
condiciones cambiantes, desde estrechos cañones, hasta amplias llanuras; desde
sectores muy húmedos a otros extremadamente secos. No es de extrañar que en
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
muchos lugares primen condiciones ambientales adecuadas para el establecimiento
de grupos humanos, por sus suaves pendientes, fértiles suelos, buena estabilidad
y condiciones climáticas excepcionales (Mapa 1, Foto 1) (IGAC 1989).
Los resultados de investigaciones arqueológicas con signiicativas posibilidades
comparativas, señalan las respectivas cuencas medias como sectores de sumo
interés; es allí donde precisamente es mayor la inluencia volcánica del llamado
Complejo Ruíz-Tolima en la Cordillera Central, el cual marca características
particulares a cada lado. Este complejo corresponde a un conjunto de volcanes
–unos activos, otros dormidos y otros apagados-, los cuales han sido determinantes
en la formación de suelos e impactos socioculturales en su amplio radio de acción
continental (Hermelín 2001, Lalinde y Toro 2004, López 2004, López y Cano
2004, Salgado y Gómez 2000, Tistl en este volumen).
Mapa 1. Mapa de Colombia donde se destacan los ríos Cauca y Magdalena; se señala
en sombreado las zonas medias y el macizo volcánico Ruíz-Tolima.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Presencia Humana en el Valle del Río Magdalena
En el ámbito arqueológico, desde la década de los sesenta del siglo pasado,
destacados investigadores como G. Reichel-Dolmatoff (1986), G. Correal (1981)
y T. van der Hammen (Correal y van der Hammen 1977) propusieron estos
valles como rutas posibles de poblamiento temprano, aportando los primeros
datos artefactuales y contextuales para sustentar sus hipótesis. Con posterioridad
a estos trabajos, en la década de 1990 se efectuaron diversas investigaciones,
principalmente en el marco de la arqueología de rescate. Se destacan los
resultados obtenidos hacia el sector medio del valle o Magdalena Medio, donde
a partir de los artefactos, ecodatos, contextos y cronologías, se logró identiicar
la presencia humana desde el onceavo milenio antes del presente (López 1998,
1999, 2004). Recientemente Correal y van der Hammen (Correal 1993, van der
Hammen y Correal 2001) obtuvieron incluso nuevos contextos líticos asociados
a megafauna, los cuales alcanzan una profundidad temporal hacia el décimo
séptimo milenio AP.
Los grupos humanos estuvieron presentes en este valle cuando los glaciares
andinos, que cubrieron los páramos y cumbres más altas de las cordilleras (desde
los 3.000 m de altura), estaban en retroceso. Según los estudios paleoecológicos de
van der Hammen (1992), los sectores bajos del valle del Magdalena, para ciertas
épocas marcadamente secas de inales del Pleistoceno, tuvieron predominio de
ambientes áridos y paisajes abiertos con vegetación arbustiva. Debido al descenso
fuerte en la precipitación durante el máximo glacial, se ha planteado la existencia
de corredores secos entre la cordillera y el valle del Magdalena, factor ecológico
que favoreció el desplazamiento de la vegetación, fauna y seres humanos. Durante
el Pleistoceno Tardío y Holoceno se identiicaron algunas fases húmedas y otras
secas que parecen incidir en los cambios de las proporciones de sabana con
respecto a bosques (van der Hammen 1992).
Tanto los factores climáticos como volcánicos inluyeron directamente en la
conformación paisajística. Es importante destacar que las actuales cimas de colinas
aisladas, hicieron parte de paleollanuras superpuestas; la más reciente corresponde
a la dinámica geomorfológica del Holoceno Medio. Los datos geoarqueológicos,
permiten argumentar que desde unos 5.000 años atrás, la paleollanura habría
sufrido cambios importantes debido al descenso unos 30 m del nivel base del río
Magdalena, donde los ríos y quebradas aledaños habrían descendido con relación
al nivel de las cimas de terrazas remanentes (López 2004). (Fotos 1 y 2).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Foto 1. Planicie del Magdalena Medio enmarcada por terrazas, relictos de la
paleollanura cuaternaria, las cuales se elevan a más de 30 m de altura.
Foto 2. Panorámica del valle medio del Cauca vista desde el sector
del Aeropuerto de Palestina, Caldas
1
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Desarrollos Culturales en el Valle del Río Cauca
Se parte de preguntar cómo serían los entornos a los que llegaron los
humanos hace unos 10.000 años, a lo largo de la cuenca del río Cauca.
Vale la pena destacar la conexión de los dos valles a través de la Cordillera
Central, desde la cual baja un importante número de corrientes de agua al río
Magdalena en su margen oriental, y al río Cauca en su margen occidental.
Actualmente, la cuenca media del río Cauca es llamada Ecorregión del Eje
Cafetero. Su formación geológica tiene una importante inluencia en su
cobertura vegetal; la dinámica actual en torno a los fenómenos tectónicos
y geológicos ha llevado a desarrollar estudios que permitan entender
los procesos de formación a través del tiempo (Cardona y Cortés 2005,
Lalinde y Toro 2004, Proyecto UTP-GTZ 2001, Tistl en este volumen).
Este tipo de estudios ha permitido una mejor aproximación a entender
los entornos a los cuales pudo haberse enfrentado la población humana
inicial, mediante análisis de datos paleoecológicos, paleobotánicos y
geológicos, comparándolos con los resultados arqueológicos (Aceituno
2002, 2003, Cano 2001, 2004, Cano et al. 2001, Integral 1995, 1996,
Montejo y Rodríguez 2001, Patiño et al. 1997).
En los últimos 50.000 años, han primado eventos deposicionales,
representados en acumulaciones de capas de cenizas volcánicas
transportadas eólicamente, con espesores diferenciales, según la dirección
de los vientos y la distancia a la que se encuentran del foco de emisión. Se
reconocen igualmente eventos erosionales y de corte por las corrientes de
agua que descienden por las laderas, visibles en el modelado; también se
dan acumulaciones de capas heterogéneas de materiales provenientes de
lahares, lujos de lodos y coluvios, típicos de zonas de pendientes fuertes.
La zona referida aquí con mayor detalle (Cauca Medio e inmediaciones
de Pereira) se caracteriza por un régimen de lluvias bimodal, con mayor
precipitación entre los meses de marzo a mayo y septiembre a noviembre.
La cantidad de precipitación promedio está en 2.000 mm/año (Hermelín
2001, Lalinde y Toro 2004, Proyecto UTP-GTZ 2001).
Las pendientes, la precipitación, la baja latitud (ca. 4° N) y los suelos formados
sobre cenizas volcánicas, permiten el desarrollo de espesos bosques tropicales
de montaña, caracterizados por una gran diversidad de especies vegetales; se
clasiican según Holdrige como Bosque Húmedo Montano (BhM) o Bosque
Muy Húmedo Montano (BmhM). La fauna asociada a estos bosques es por
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
lo general pequeña, caracterizada por gran diversidad de mamíferos (felinos,
roedores, primates, algunos cánidos, una especie de marsupial, etc.) (Gobernación
de Risaralda 2000). Se ha logrado determinar la existencia de una importante
oferta ambiental, hoy desafortunadamente muy amenazada, en particular, hacia
la vertiente intercordillerana y por las complejas implicaciones que ofrece la
microverticalidad. Se destacan pronunciadas pendientes en las mayores altura,
en contraste con onduladas y suaves colinas de piedemonte y con sectores planos
del amplio valle del río Cauca (Cardona y Cortés 2005, Hermelín 2001, Lalinde
y Toro 2004, Tistl en este volumen).
En el ámbito arqueológico, el valle del río Cauca ha sido reconocido principalmente
por la cantidad de hallazgos fortuitos y por saqueadores de tumbas indígenas
(guaqueros), desde épocas de Colonización Española, hasta bien entrado el Siglo
XX. Hacia la primera mitad de la década de 1940, los pioneros de la arqueología
colombiana iniciaron recorridos arqueológicos, excavaciones y análisis de los
materiales, pero sólo hasta la década de 1960, se inician proyectos continuos
(Bruhns 1990, Cano 1995, Duque 1943), hasta consolidarse en programas de
investigación, hoy en desarrollo . Sin embargo, datos relacionados con periodos
tempranos habían sido escasos, y básicamente se referían a hallazgos fortuitos
y descontextualizados de puntas de proyectil en Manizales (Reichel-Dolmatoff
1986) y Armenia-La Tebaida (Bruhns et al. 1976), lo cual coincidía con el modelo
de cazadores-recolectores propuesto tradicionalmente para ocupaciones tempranas
(Ardila y Politis 1989, Gnecco 1990).
Sólo hasta la década de 1990, con los proyectos de arqueología de rescate,
se iniciaron investigaciones que arrojaron nuevos datos, además de miradas
diferentes, a la interpretación de los vestigios tempranos, fechados hacia el décimo
milenio antes del presente. Las puntas de proyectil y los raspadores plano-convexos
no fueron los artefactos recurrentes en los conjuntos líticos; por el contrario,
primaron materias primas volcánicas de grano grueso, con más huellas de abrasión
por uso que de retoques inos, por lo que el modelo de cazadores-recolectores
tempranos no se aplicaba a los instrumentos tipo del valle del Cauca (Aceituno
2002, 2003, Cano 2001, 2004, Cano et al. 2001, Integral 1995, 1996, Patiño et
al. 1997). Arqueológicamente se cuenta además con hallazgos de semillas de
palma y artefactos “rompecocos” (Integral 1995, 1996, Restrepo 2003), además
de evidencias paleobotánicas de plantas como fríjol, maíz, distintos tubérculos
y rizomas, los cuales se han deinido en temporalidades diferenciales desde el
inicio del Holoceno (Aceituno 2002, 2003, López 2004, Montejo y Rodríguez
2001). En este sentido, la variedad y abundancia de recursos vegetales es un hecho
3
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
destacable, constituyéndose en factor destacable en cuento a la domesticación
temprana de plantas y el aprovechamiento y difusión por parte de las comunidades
humanas, a través del tiempo.
Geoarqueología y Cambios Ambientales
Teniendo en cuenta la ocurrencia de eventos ambientales de gran magnitud e
impacto asociados a las deglaciaciones y a la actividad volcánica reciente en la
Cordillera Central, se toma este tópico con mayor detalle para relexionar sobre
la necesidad de considerar este factor de inestabilidad y cambio para adicionar a
cualquier consideración teórica que se plantee, tanto sobre los escenarios, como
sobre los actores del poblamiento primigenio suramericano y sus sucesores,
repobladores o colonizadores tempranos (López 2004, López y Cano 2004).
Las deglaciaciones y las erupciones volcánicas han afectado distintos aspectos
de la conformación de las cuencas del Magdalena y del Cauca, por lo que
metodológicamente es fundamental contar con datos geoarqueológicos sobre
las implicaciones de estos eventos naturales. Los trabajos interdisciplinarios han
favorecido el intercambio de datos sobre los efectos volcánicos y sus implicaciones
culturales. A partir de los modelos propuestos de evolución y génesis de los
sedimentos, se efectuaron evaluaciones preliminares de la dinámica de los paisajes
y se han comenzado a realizar estudios sobre los procesos de formación de sitio
para analizar la integridad, variaciones y resolución del registro arqueológico y
geológico en diferentes unidades de paisaje.
Para el valle del Magdalena, los estudios de caso han permitido plantear que hoy
predomina una dinámica erosional. Se sustenta la hipótesis de que para el sector
medio del Magdalena, a inales del Pleistoceno y comienzos de Holoceno, la
cobertura vegetal debió ser característica de climas secos y semidesérticos, con
asociaciones húmedas concentradas alrededor de las ciénagas. Estas asociaciones se
constituyeron en azonalidades, en las cuales ocurrieron los procesos de conservación
de las comunidades y ecosistemas de bosque húmedo, los cuales, milenios más
____________
1
Un elemento que se desarrolló en esta época está representado por los palmerales de
la especie Attaleabutyraceae (Palma de vino), que en el presente perduran en el paisaje
sabanizado por el hombre para el establecimiento de áreas de pastoreo. Las indagaciones
sobre el registro paleobotánico deberían incluir la búsqueda de otros componentes vegetales
características de bosque seco, como son la palma amarga (Sabalmauritiformis) utilizada
en la confección de techos aprovechando la estructura palmeada de las hojas, nolí (Elaeis
oleifera) de cuyos frutos se extrae aceite vegetal, Bactris minor de la cuál se aprovecha
el fruto y el fuste o tallo. También es posible encontrar asociaciones de cactáceas y
leguminosas propias de ambientes áridos y semidesérticos (López 2004).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
tarde constituirían las franjas de bosque húmedo tropical que interrumpen la zona
de vida de bosque seco característico del alto y bajo Magdalena. Para la época
de inales del Pleistoceno, la alternancia de franjas desérticas y semidesérticas
en la llanura aluvial, debió presentar también amplias áreas de pastizales, las
cuales se pudieron extender como transiciones de los bosques secos a las áreas
semidesérticas del piedemonte y la cordillera1. La dinámica erosional hace que
los contextos arqueológicos se encuentran en supericie o a menos de un metro
de profundidad (López 2004).
Por el contrario, los paisajes predominantes en la cuenca media del río Cauca
durante la transición Pleistoceno-Holoceno muestran una dinámica deposicional.
Los procesos tectónicos y de vulcanismo -particularmente los depósitos constantes
de cenizas- han sido un factor fundamental en la conformación y evolución del
paisaje en la zona interandina enmarcada por las altas cordilleras. En cuanto al
contexto de los componentes culturales, se ha podido comprobar que inmersos en
las capas de ceniza se encuentran “sellados” datos paleoecológicos y culturales de
relevancia para el estudio de los orígenes y efectos de la presencia humana en la
región (Aceituno 2002, 2003, Cano 2001, 2004, Cano et al. 2001, López 2004).
Regionalmente en el Cauca Medio se observan elementos homogéneos que
permiten ubicar sitios arqueológicos en terrazas y escalones; se observa la
secuencia de sedimentos profundos de cenizas volcánicas, cuya estratigrafía
muestra un buen desarrollo de los suelos. Se destaca la presencia de materiales
culturales relacionados con grupos humanos de distintas época, considerando
el amplio espectro de la preconquista, luego el contacto con los conquistadores
españoles y inalmente épocas históricas recientes, hallados tanto en supericie
como excavados. Los horizontes de suelos guardan en general una asociación
temporal directa con los restos encontrados. De esta manera, los vestigios de los
últimos 3.000 años se pueden hallar en el horizonte superior deinido como A.
En los sitios donde aparecen materiales más profundos en el horizonte AB, se
destaca tan sólo la presencia de instrumentos y artefactos líticos, muchos de los
cuáles presentan desgastes en sus caras y se vinculan con las últimas ocupaciones
precerámicas, ca. 4.000 AP. Más profundo aún, en el horizonte B, se han encontrado
suelos enterrados que incluyen materiales líticos y artefactos trabajados,
relacionados con ocupaciones precerámicas tempranas, algunos fechados con una
antigüedad cercana a los 10.000 años AP (Foto 3). Estas secuencias se pueden
observar muy bien en las cimas de colina y terrazas naturales (Aceituno 2002, 2003,
Cano 1995, 2001, Cano et al. 2001, Integral 1995, 1996, Montejo y Rodríguez
2001, Rodríguez 2002).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Foto 3. Excavación sitio 66PER007 (La Mikela), margen izquierda del Salado de
Consotá, Pereira. Nótese la presencia de materiales arqueológicos de distintas épocas,
localizados estratigráicamente en los suelos formados sobre cenizas volcánicas.
De manera esquemática se vislumbra que durante los distintos periodos de emisión
y sedimentación de cenizas volcánicas, se fueron formando capas más o menos
homogéneas que cubrieron todo el mega-abanico de la vertiente occidental de la
Cordillera Central; ésto originó supericies relativamente suaves, considerando
que la sedimentación volcánica tendería a nivelar el relieve (Hermelín 2001). Los
posteriores y continuos procesos erosivos moderados, favorecerían una isiografía
más ondulada, considerando además el trabajo de corte de las quebradas. Es
probable que los primeros pobladores, hace cerca de 10.000 años, habitaran incluso
en un relieve un poco más suave que el actual (Cano et al. 2001).
Coberturas Vegetales, Fauna y Usos Culturales
A partir de los datos disponibles, los instrumentos teóricos y metodológicos de
la Ecología Histórica ofrecen aproximaciones a la interpretación alrededor de las
ofertas ecosistémicas. Los datos básicos surgen de los estudios paleoecológicos,
como análisis de ecodatos, polen fósil, itolitos y almidones, interpretando cambios
en la cobertura vegetal (Cooke 1992, Piperno y Pearsall 1998, Piperno et al. 1991,
2000), sedimentología y geoarqueología para identiicar procesos de formación de
sitio (López 2004, Piperno y Pearsall 1998, Schiffer 1987), pretendiendo además
entender el papel de las decisiones humanas (por ejemplo, mobilidad) hacia los
cambios culturales vistos en una amplia perspectiva temporal.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
En una perspectiva amplia, se ha argumentado que las modiicaciones humanas
de los bosques tropicales, por ejemplo en el Amazonas, pueden ser descritas
como sistemáticas durante el Holoceno y estuvieron asociadas a intervenciones en
pequeña escala (Balée 1998). Estudios realizados con mayor énfasis en la última
década del Siglo XX e inicios del Siglo XXI, vienen demostrando la manipulación
intencional de productos de los ecosistemas de bosques tropicales del Nuevo
Mundo, principalmente de tubérculos, rizomas y palmas, tanto para la alimentación,
como otras actividades cotidianas (Aceituno 2002, 2003, Cano et al. 2001, Cooke
1992, Gnecco 2000, Piperno y Pearsall 1998, Piperno et al. 1991, 2000).
Para ciertos sectores septentrionales suramericanos, como el valle del Magdalena,
las costas venezolanas y la sabana de Bogotá, pareció predominar durante el
Tardiglacial y el Holoceno Temprano, la cacería especializada como la actividad
de mayor rango económico, simbólico y político (Ardila y Politis 1989, Correal
1981, López 1998, 2004). No obstante, para otros sectores, particularmente
vertientes de montaña y hacia el valle intercordillerano del Cauca, cada vez cobran
mayor fuerza los datos sobre otras estrategias de subsistencia, en particular, las
que implican el manejo cultural de las plantas (Aceituno 2002, 2003, Cano 2004,
Cano et al. 2001, Cooke 1992, López y Cano 2004, Gnecco 2000, Patiño et al.
1997, Piperno y Pearsall 1998, Piperno et al. 1991, 2000).
Los materiales arqueológicos que representan las interacciones culturales con el
entorno, muestran diferencias interesantes en cuanto a materias primas y productos
procesados. Por una parte, las materias primas sedimentarias presentes en el valle
del Magdalena tienden a calidades óptimas hacia el lascamiento y obtención de
ilos activos, debido a su granulosidad ina; mientras que por otra parte, hacia el
valle del Cauca, predominan las materias primas volcánicas de grano grueso, cuya
fractura se hace irregular, siendo el pulimento y abrasión, una alternativa mejor.
Así, los productos obtenidos van a permitir aplicaciones diferentes: los materiales
lascados predominan donde es fundamental el procesamiento de animales; por
otra parte los de grano grueso se facilitan más para procesamiento de vegetales
(Aceituno 2002, 2003, Cano 2001, 2004, Cano et al. 2001, López 2004). Se trata,
por consiguiente, de un conjunto interesante de “coincidencias”, entre la materia
prima disponible, la oferta de recursos biológicos, los efectos ambientales, los
materiales culturales efectivamente obtenidos y el comportamiento y desarrollo
cultural diferenciado (Fotos 4, 5 y 6).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Foto 4. Azadas del Cauca Medio, hechas sobre materiales de origen volcánico.
Foto 5. Materiales líticos excavados en Pereira y analizados en el Laboratorio de
Ecología Histórica y Patrimonio Cultural. En general en el Cauca Medio priman los
instrumentos sobre cantos rodados de origen volcánico.
Foto 6. Puntas de proyectil del Magdalena Medio en chert y cuarzo lechoso.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Desafortunadamente, por las difíciles condiciones de preservación debido a las
condiciones tropicales, la información tafonómica y sobre oferta faunística es
mínima para ambas cuencas. Ya se hizo mención en párrafos anteriores sobre el
trabajo de Correal y van der Hammen hacia el valle del Magdalena con hallazgos
de restos de mastodonte (Haplomastodon) y de megaterio (Eremotherium sp.) en
donde se cuenta con una cronología cercana a 16.4000 AP (Correal 1993, van der
Hammen y Correal 2001). Además, para el sector de Remedios (departamento de
Antioquia) se reportó un molar de mastodonte hallado fortuitamente por mineros
(López 1992, 2004). Es fundamental dar continuidad a la búsqueda de evidencias
de megafauna.
Para el valle del Cauca se cuenta con referencias de aisladas de megafauna
(molar de mastodonte) para el norte del valle en Zarzal y Toro (Rodríguez 1992,
2002), así como una referencia de hallazgos en el sector montañoso del valle de
Aburrá (Transmetano 1996). Recientemente, se reportó por parte de un equipo
de investigación en biología el hallazgo de restos de molares de posible Equus
americano (extinto en la transición Pleistoceno-Holoceno) y puntas de proyectil,
en un sector de la cuenca del río La Vieja, cuenca del río Cauca, hacia el municipio
de La Tebaida (Grupo Aoutus, Universidad del Quindío, Com. pers. 2003), lo cual
daría cierto contexto complementario a un hallazgo lítico reportados por Bruhns
et al. (1976).
Los datos disponibles permiten adelantar un ejercicio comparativo preliminar
entre los valles en consideración, particularmente en sus sectores medios. Es
posible contrastar los ambientes naturales predominantes durante la transición
Pleistoceno-Holoceno y Holoceno Temprano, en donde en el valle del Magdalena
se podría destacar la oferta de recursos ribereños, en el ámbito de un río trenzado,
con espacios más abiertos y secos (López 2004). Por el contrario, en el valle del
Cauca pudieron predominar áreas cubiertas con bosques más cerrados y húmedos
(Aceituno 2002, 2003, Cano 2004, Gnecco 1990, 2000).
Hacia el valle del Magdalena, si bien los recursos vegetales pueden considerarse
abundantes, el hallazgo de fauna extinta en investigaciones arqueológicas y
también hallazgos fortuitos, además de los signiicativos conjuntos de artefactos
relacionados con faenamiento, permiten enfocar las apropiaciones culturales hacia
la especialización en recursos faunísticos. Se destaca la temporalidad entre los
10.400 años AP, hasta ca. 3.600 AP en estos conjuntos arqueológicos (López 1999,
2004), más el hallazgo de Correal en 16.400 AP. (Correal 1993, van der Hammen
0
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
y Correal 2001). En contraste hacia el valle del Cauca, son comunes los contextos
culturales, relacionados con la apropiación de plantas, en temporalidades que van
desde el ca. 10.000 AP. hasta el 4.000 AP. (Aceituno 2002, 2003, Cano 2001, 2004,
Cano et al. 2001, Integral 1995, 1996, Patiño et al. 1997).
Modelos Comparativos a Escala Continental
Cada vez se fortalecen más diferentes modelos arqueológicos sobre la existencia de
tradiciones tempranas muy distintas al modelo Clovis/Pre-Clovis, ligadas también
a desarrollos milenarios, y vinculadas a otras formas de subsistencia, por ejemplo
las de los bosques tropicales de montaña. En Colombia se vienen estudiando y
se han presentado de manera articulada, los estudios sobre tradiciones líticas
tempranas presentes en el centro y suroccidente del país. Recientemente, se vienen
aportando datos hacia la cuenca del Amazonas (Archila 2005, Llanos 1997, Mora
y Gnecco 2002). Además de los trabajos que arqueólogos como C. Gnecco (2000)
han venido sustentando en el sector de Popayán y H. Salgado (1986) en la zona
de Calima (Cordillera Occidental), los sitios milenarios encontrados en el valle
del río Porce en Antioquia (cuenca del río Cauca) (Aceituno 2002, Castillo 1998)
y ahora varios en la región del Eje Cafetero, en la Cordillera Central (Aceituno
2002, 2003, Cano 2001, 2004, Cano et al. 2001, Integral 1995, 1996, Patiño et
al. 1997, Salgado y Gómez 2000), complementan un panorama de gran interés,
mostrando diferencias con los contextos tempranos de la sabana de Bogotá y
valle del Magdalena.
En este panorama abierto para la investigación y debate, es de gran importancia
comparativa para las construcciones teóricas, la mirada detallada de los datos
expresados en las tradiciones líticas que se han identiicado en zonas ecuatoriales
en los corredores interandinos de los valles del Magdalena y del Cauca, así
como el entorno ambiental donde se desarrollaron esas culturas. Aunque se han
realizado distintos análisis morfofuncionales y traceológicos a algunos conjuntos
artefactuales, persiste la necesidad de profundizar sobre los diferentes conjuntos
líticos, buscando establecer relaciones con otras tradiciones regionales e interregionales. Se tiene el caso de algunos artefactos predeterminados caracterizados
por instrumentos tipo, como las puntas bifaciales y raspadores, y otros expeditivos.
No obstante el interés sobre las miradas detalladas sobre el material arqueológico,
el estudio de los cambios climáticos, geomorfológicos y paisajísticos en general,
se constituye paralelamente en una clave del mayor interés para correlacionarlo
con las distintas ocupaciones humanas a través de milenios.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Recapitulación: Hacia la Búsqueda de Modelos Distintos de Subsistencia en
América Tropical
El contexto de los componentes arqueológicos de inales del Pleistoceno, desde
el noroccidente venezolano, como en valle del Magdalena, permite sugerir que
la primera ocupación se podría asociar a una oleada temprana de poblamiento, en
escenarios costeros hoy muy transformados o modiicados totalmente, teniendo en
cuenta las implicaciones de las regresiones marinas e incluso se podría pensar en
efectos de tsunamis (ver Faust en este volumen). Posteriormente, hacia la transición
Pleistoceno-Holoceno, se dio una nueva ocupación, de la cuál existen mejores
contextos y evidencias que demuestran la continuidad de estrategias especializadas
de cacería, implicando actividades de caza programadas con escogencia de
determinados tipos de presa, en un paisaje básicamente abierto y ribereño. Esto
se reairmaría por la presencia de tecnología bifacial y curación especializada de
instrumentos tipo. Esta hipótesis sugiere estrategias de movilidad y amplio uso del
espacio de estas llanuras con actividades de cacería aprovechando los ecotonos;
fundamentalmente a orillas de paleociénagas se dieron reiteradas actividades
de faenamiento, consumo selectivo y descartes en el sitio. Por el contrario, se
plantea un cambio drástico de las condiciones ambientales en épocas holocénicas
(medio y tardío), las cuales a su vez conllevaron a distintas adaptaciones que
pueden correlacionarse con la práctica de la agricultura y la posterior presencia de
materiales cerámicos y diferente tecnología lítica no especializada (López 2004).
En contraste con sectores abiertos del Magdalena, las vertientes montañosas del
valle del Cauca parecerían haber presenciado condiciones boscosas relativamente
similares a las actuales durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno, con el
predominio de áreas cubiertas de espesa vegetación de bosques y particularmente
de guadua (Guadua angustifolia). Se dieron otras condiciones ambientales distintas
que posiblemente favorecieron la domesticación y manejo de algunas plantas
(Aceituno 2002, 2003, Cano 2001, 2004, López 2004).
El trabajo interdisciplinario viene alimentando los cuestionamientos teóricos, donde
se reitera que es necesario romper los esquemas presentistas con que se efectúan
interpretaciones iniciales. Borrar o superponer mentalmente, acumulaciones
estratigráicas superiores a 30 m de sedimentos no es fácil, pero es necesario
para comprender los cambios paisajísticos; los aspectos geoarqueológicos y
paleoecológicos desde su potencial metodológico, abren explicaciones necesarias
sobre la formación de sitios y la dinámica cultural ocurrida, lo que abre paso a
interpretaciones que superan el uso acrítico de muchos datos técnicos.
1
2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Los procesos de cambios ambientales en escala amplia, están íntimamente
ligados al calentamiento de la corteza terrestre, el ascenso del nivel del mar, la
actividad volcánica, la extinción de la megafauna y además los cambios en las
cuencas interiores. El papel jugado por las culturas que coevolucionaron en estos
ambientes fue igualmente signiicativo de acuerdo a sus prácticas y decisiones
a través del tiempo. En ese sentido nos debemos preguntar si estamos buscando
los sitios más antiguos en los lugares o las profundidades adecuadas. Tenemos la
certeza de la complejidad e importancia de los contextos hasta ahora descubiertos,
pero se intuye que en estos valles interandinos albergan sitios arqueológicos
cuyos contextos paleoecológicos y culturales serán referentes básicos de estudios
comparativos para entender el poblamiento inicial de Suramérica y los distintos
desarrollos culturales que allí se dieron. A partir de una mirada en escala de larga
duración, se busca superar el determinismo ambiental de considerar lo tropical
como un todo homogéneo, y más bien, preguntarse por especiicidades producto
de micro-ecosistemas y sobretodo de los manejos culturales del entorno según
el conocimiento y las decisiones que las comunidades han tomado, visibles en
distintas épocas históricas (Balée 1989, 1998, Crumley 1994); esto viene siendo
posible en la últimas década, gracias a los avances en el marco de la arqueología
y paleoecología en los neo-trópicos.
Tanto al noroccidente como al nororiente del continente se ha demostrado
que las primeras alteraciones antrópicas pudieron originarse desde inales del
Pleistoceno y que a comienzos del Holoceno comenzaron a afectar la estructura
y funcionamiento de los paisajes actuales (Aceituno 2002, 2003, Gnecco 2000,
Neves s.f., Roosevelt et al. 1996). Llama especialmente la atención el efecto
dinámico tanto espacial como temporal que representan las cordilleras. Los
diferentes climas y “archipiélagos tropicales” (secos y húmedos) serían una buena
expresión de escenarios o espacios cambiantes en cortas distancias, mientras
que por otra parte el vulcanismo, así como otros procesos erosivos, llamarían
la atención como detonantes de fuertes cambios ambientales recurrentes en el
tiempo. Es decir que podrían plantearse escenarios ambientales con signiicativas
diferencias entre los valles interandinos y el trópico húmedo amazónico, los cuáles
demandaron respuestas culturales diferentes en distintas épocas históricas. En
este sentido, los contextos arqueológicos y documentos históricos muestran estas
similitudes y diferencias.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
SEGUNDA PARTE
AMBIENTE,
GEOLOGÍA
Y SUELOS
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
2.1. La Formación Geológica del Paisaje en el
Piedemonte del Eje Cafetero Colombiano
Michael Tistl *
Resumen
La historia geológica del Eje Cafetero Colombiano está marcada por
su posición geográica, al pie de los volcanes de la Cordillera Central
colombiana, sector occidental. Esta compleja historia entre sedimentación
y erosión en el piedemonte de la Cordillera, se describe con base en
observaciones de una cantidad importante de perfiles, localizados,
principalmente, sobre la vía entre las ciudades de Pereira y Armenia.
Durante un largo lapso de tiempo en el Pleistoceno, el descongelamiento
de los glaciares en la cima de la Cordillera, causado por la actividad
volcánica efusiva, produjo un abanico de lujos de lodo de enorme volumen,
impactanto, principalmente, el piedemonte. Posteriormente, la deposición
y la erosión de cenizas volcánicas fueron los procesos dominantes en los
últimos 40.000 años; en los últimos 10.000 años (Holoceno), el vulcanismo y
la caída de cenizas impactaron la vida al pie de los volcanes de la Cordillera
Central colombiana. La primera colonización humana de la región fue
rechazada por las condiciones ambientales difíciles, debido a varios eventos
propiciados por la caída de cenizas durante el Holoceno.
Palabras claves: Abanico luvio-glacial, paleosuelos, cenizas volcánicas,
erosión, historia ambiental, amenazas.
Abstract
The recent and sub-recent geologic history of the Colombian Coffee Zone
is marked by its geographic position at the foot of the volcanoes of the
Colombian Central Cordillera, west side. Its complex history between
sedimentation and erosion is described on the base of observations of
____________
* Geólogo PhD. Pereira, Colombia. E-mail: [email protected]
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0
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
a great amount of geologic proiles along the road which connects the
cities of Pereira and Armenia. For a long time interval in the Pleistocene,
spontaneous melting of glaciers at the top of the mountains, caused by the
effusive volcanic activity was the dominating geologic process, which
generated a fan of mud lows at the piedmont of enormous volume.
Deposition and erosion processes of the volcanic lows and ashes were the
dominant landscape forming processes during the last 40.000 years; during
Holocene (last 10.000 years), vulcanism and ash falls, hit life on the foot
of the volcanoes of the Central Cordillera. The irst human colonization
of the region was rejected by the dificult environmental conditions due to
several events of ash falls during Holocene.
Keywords: Fluvio-glacial mud low fan, paleosoils, volcanic ashes, erosion,
environmental history, threats.
Introducción
La Cordillera Central de Colombia presenta un buen ejemplo para estudiar la
historia del pasado geológico más reciente. Por un lado, presenta testigos de
las glaciaciones del Pleistoceno y, por el otro, se preservaron sedimentos que
muestran una compleja interrelación histórica entre erosión y deposición de cenizas
volcánicas, en los lancos de la Cordillera. En los años 1999 y 2000, la vía entre
Armenia y Pereira fue ampliada debido a la construcción de la “Autopista del Café”.
Esta vía está a unos 10 a 15 km al oeste y paralela al eje de la cadena volcánica
de la Cordillera Central. La ampliación de la vía hizo necesario el movimiento de
grandes masas de tierra, especialmente en formas morfológicas positivas. Durante
estas obras, más de cien periles geológicos fueron temporalmente abiertos. Una
de las condiciones impuestas a las empresas constructoras y requerimiento de
las autoridades ambientales fue recubrir los taludes a los pocos días o semanas;
de tal forma que, hoy en día, ninguno de los periles presentados en el presente
trabajo, es visible. Mientras que Thouret et al. (1991) describieron los efectos del
volcanismo observables en la cercanía de los volcanes, el presente trabajo describe
los impactos a 10-15 km de distancia de los centros explosivos y eruptivos. La
gran variedad en los diferentes sitios demuestra que sólo una mirada detallada
permitiría comprender los procesos geológicos y ambientales de los últimos 50.000
años. Los periles se organizaron por la distancia en km, siendo el punto cero la
estación de gasolina de Armenia, saliendo hacia Pereira, a unos 500 m después
de la “Glorieta de la Locomotora”.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
El Marco Geológico
El tramo Armenia-Pereira (37 km) corre a lo largo del pie occidental de la
Cordillera Central de Colombia, entre alturas de 1.400 y 2.100 msnm. A grandes
rasgos, la geología regional de la Cordillera está dada por rocas cretáceas resumidas
como Grupo Diabásico (basaltos o diabasas y meta sedimentos pertenecientes a
corteza oceánica y, posiblemente, partes de arcos de islas). Sin embargo, meta
conglomerados intercalados con alto porcentaje de clastos de cuarzo no sustentan
esta interpretación (Cardona y Cortés 2005), las cuales fueron intuidas por rocas
ígneas de composición diorítica. La edad de los cuerpos intrusivos está todavía
en discusión y parece muy probable que algunos sean de edad Terciaria. Sobre
esta base geológica, se levantaron durante los últimos 4,5 millones de años los
ediicios volcánicos del Macizo Ruíz-Tolima (Thouret 1988).
Las rocas del Cretácico no aloran en la vía entre Armenia y Pereira, pero se las
conoce hacia el este, acercándose a la Cordillera Central, como por ejemplo, en
la entrada a Pereira, en las cercanías inmediatas del “Salado de Consotá”, una
fuente de agua salobre, históricamente mencionada y redescubierta en 2003 (Tistl
2004).
Los periles en la vía Armenia-Pereira incluyen en su base, lujos de lodo con
espesores de varios cientos de metros, lujos piroclásticos (ignimbritas), cenizas
volcánicas (antiguas), muchas veces fuertemente meteorizadas, y cenizas
volcánicas jóvenes. Este conjunto de depósitos fue resumido por Thouret (1983,
1988) como Abanico volcano-detrítico Pereira-Armenia. Posteriormente, Cardona
(1993) propone también el nombre de Formación Pereira.
Los Flujos de Lodo
La actividad volcánica de la Cordillera Central, como consecuencia de la
subducción de la corteza oceánica bajo el continente, ha sido decisiva para la
formación del paisaje actual del Eje Cafetero. El levantamiento de la Cordillera
durante los últimos 4,5 millones de años fue causado, en gran parte, por la actividad
volcánica, produciendo los ediicios volcánicos del Macizo Ruíz-Tolima (Nevados
del Ruíz, Santa Rosa, Quindío y Tolima); sólo algunos de ellos mantienen la
típica forma de volcanes; la mayoría, como el de Santa Rosa y el Quindío fueron
destruidos en eventos explosivos o colapsaron.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
En la primera fase de la actividad volcánica, dominaba la producción y efusión
de lavas; en el piedemonte se formaron y/o reactivaron, paralelamente, al
levantamiento de la Cordillera Central, fallas geológicas importantes, por ejemplo,
el complejo sistema de fallas de la Falla Romeral (Arias 2003, González 1990,
1993). Las épocas glaciares cambiaron drásticamente los efectos de los volcanes
en su piedemonte. Cuando los picos más altos se habían cubierto por glaciares
de varios centenares de metros de espesor (Thouret et al. 1995), cada erupción
causó el descongelamiento de enormes volúmenes de hielo que liberó, en cuestión
de horas, grandes volúmenes de agua, causando lujos torrenciales gigantescos.
Históricamente se recuerda el evento de Armero en 1985, pero se sabe que eso fue
solamente uno entre centenares o miles de lujos anteriores y muy probablemente
muchos de ellos mayores. El centro volcánico más importante fue el Nevado
del Quindío, del cual provenía gran parte de los lujos que formaron el Abanico
volcano-detrítico Pereira-Armenia (Mapa 1). Este abanico es comparable en su
forma y extensión con los deltas marinos de los grandes ríos.
Mapa 1. Ubicación de la vía Armenia-Pereira dentro del Abanico volcano - detrítico
Pereira - Armenia.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Aunque el abanico es, en términos generales, una extensa planicie inclinada hacía
el oeste, los procesos neotectónicos y de erosión han inluido permanentemente
en su formación (Lalinde 2004, Lalinde y Toro 2004). Los lujos dejaron paisajes
que geológicamente se conoce como “badlands”, los cuales son, desde el momento
de su formación, sumamente sensibles a la erosión regresiva (Foto 1). Valles
existentes, como el valle del río Otún o del río Quindío, fueron utilizados y
rellenados, parcial o totalmente, por los subsiguientes lujos. Por otro lado, valles
secundarios fueron así aislados, dando espacios a la formación itinerante de lagos
represados (p.e. en Dosquebradas). La interacción de la erosión de estos “badlands”
con la deposición de nuevos lujos, dejó una formación geológica complicada, la
cual va ser muy difícil de reconstruir en detalle.
Foto 1. “Badlands” sobre el lujo de lodo en Armero (tomado en 1987, dos años
después de la catástrofe). Los sedimentos volcano-glaciares son sumamente sensibles
para la erosión regresiva.
Durante una fase prolongada de erosión, se formó sobre el Abanico Pereira
-Armenia una paleosupericie bien desarrollada, con una red de drenaje y una
morfología muy parecida a la actual (entre 100.000 y 50.000 años).
Los Flujos Ignimbríticos
Flujos piroclásticos calientes (muchos parecen más lujos de bloques y cenizas
que ignimbritas sensu strictu), producidos por el colapso de frentes magmáticas
cerca de los centros volcánicos, utilizaron los valles como vías, arrastrando y
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
quemando todo lo que encontraron a su paso. Se encuentran, tanto intercalados con
los lujos de lodo como con cenizas más recientes y, generalmente, en los valles
de las paleo supericies. En muchos casos, son responsables para la formación de
las abundantes caídas de aguas en la región. Por lo general, son lujos pequeños de
10 a 30 m de ancho y de hasta 20 m de espesor, pero, localmente, pueden alcanzar
más de cien metros (p.e. en el río Roble entre Quimbaya y Filandia, departamento
del Quindío). Estos lujos buscaron sus vías, siguiendo la morfología existente, es
decir, se encuentran casi siempre en, o al lado de los ríos actuales. Aloramientos
se conocen, entre otros, en el río Quindío (puente nuevo vía Calarcá), en el río
Consota y en la quebrada El Chocho (Salado de Consotá) o también, en el río Otún.
En el río Barbas (localidad km 19,7) aloran ignimbritas a una distancia de 300
m del río actual y 30 m por encima del lecho actual. Algunos lujos magmáticos
llegaron hacia el oeste, hasta el río La Vieja. Las ignimbritas se caracterizan por
su dureza (cementación) y por su composición de bloques angulares de hasta 50
cm de diámetro, dentro de una matriz de grano ino y de color rojo hasta negro.
No siempre mantienen su textura pómez. Por lo general, la composición de los
bloques de un lujo es uniforme, principalmente, andesítica-basáltica (Foto 2).
Foto 2. Flujo ignimbrítico en el río Roble. Bloques angulares de composición
andesi-basáltica dentro de una matriz de grano ino de la misma composición.
Sin duda, los lujos fueron originados en el Complejo Ruíz-Tolima, desde
donde buscaron sus caminos hacía abajo. En muchos casos, los aloramientos se
encuentran divididos del complejo volcánico por el profundo valle del río Otún.
La única forma de explicar sus aloramientos al Oeste del río es porque el valle
del río Otún se encontraba, en el o los momentos de los lujos, completamente
relleno de material de lujos de lodo (¿inmediatamente anteriores?) y que los lujos
ignimbríticos pasaron por encima de estos lujos de lodo hasta llegar hacia al suroeste, a los siguientes valles (Barbas, Roble, Consota, El Chocho y La Vieja).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Por la larga evolución volcánica del Macizo Ruíz-Tolima, se debe suponer que
existen muchos lujos de diferentes edades. Sin embargo, los lujos del río Consota,
donde forman el lecho actual a lo largo del Salado del Consotá, podrían sugerir
una edad, de hasta menos de 20.000 años.
Las Cenizas Antiguas “Donde el Suelo Cae del Cielo”
Aunque la producción de lujos torrenciales no cesó del todo, la actividad
volcánica (posiblemente, también por la disminución del espesor de los glaciares)
tomó otra apariencia hace aproximadamente 40.000 años (Thouret et al. 1991).
Ahora, domina un volcanismo explosivo, el cual causó, principalmente, caídas
de cenizas en el piedemonte, es decir (también), sobre el abanico. Esas cenizas
reposan en forma discordante sobre los sedimentos de los lujos torrenciales
(Paleosupericie I, Fotos 3, 4 y 5). Estas cenizas antiguas de, aproximadamente,
50.000-30.000 años de edad (Egeo 1984, Toro 1999), son compactadas, muchas
veces de color café oscuro con estratos sumamente ricos en materia orgánica y,
en la parte superior, son turbas sensu strictu. Troncos de madera, de hasta más
de un metro de largo, parecen representar restos de una lora de páramo (análisis
detallados no existen). Buenos aloramientos existen a lo largo de los km 14 hasta
24, pero existen aloramientos buenos, también en la quebrada El Chocho, 1.000
m quebrada arriba del Salado de Consotá (Mapa 1).
En el km 14,9 (Foto 3) se perforaron 10,5 m de las turbas y cenizas negras y
cafés, hasta penetrar lujos de lodo. Cuatro muestras de carbón de este sitio fueron
analizadas en el laboratorio de la Bundesanstalt fuer Geowissenschaften und
Rohstoffe, Hannover, Alemania (BGR) por 14C consiguiendo datos entre 39.000 y
30.000 años de edad (Tabla 1). Una secuencia de cenizas grises y blanquecinas de
4 m de espesor, que hacen parte de las “cenizas antiguas”, suprayace a las turbas
en este sitio. El grado de compactación de estas cenizas sugiere que su espesor
original puede haber sido de varias decenas de metros. Estas cenizas, y localmente,
también los lujos de lodo subyacentes (Foto 5, 6 y 7, por ejemplo km 17,2) fueron
fuertemente caolinizados (frente de alteración pervasiva) de lo que se derivan
serios problemas en la estabilidad de los barrancos, a lo largo de toda la vía. Como
suprayacen a la paleosupericie I discordante, pero paralelamente a la morfología
y como son casi impermeables para aguas iniltrantes, son sumamente propensas
a causar deslizamientos. El proceso de caolinización (alteración de feldespatos
a caolín) requiere condiciones especíicas del potencial redox y del pH (ácido) y
resulta en la disolución de Ti, Fe, Mn, Mg, Ca, Na y K, causando un residuo de
casi solamente SiO2 y Al2O3. Este caolín está siendo utilizado localmente para la
producción de cerámica artesanal.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Tabla 1. Dataciones 14C de muestras de turbas de las “cenizas antiguas”;
Localidad km 14,9.
La deposición de las cenizas antiguas ocurrió aparentemente durante una fase fría
del clima, durante la cual la vegetación típica del páramo se expandió hasta alturas
de 1.500 msnm (El Chocho) y durante la cual las condiciones climáticas favorecían
los procesos de caolinización. A lo largo de todo el peril, se puede observar la
fuerte erosión de las cenizas antiguas las cuales se preservaron solamente en sitios
protegidos de la erosión como en partes planas o en depresiones morfológicas
(localidad km 19,3). Esta fase erosiva debe corresponder aproximadamente al
tiempo entre 30.000 y 20.000 años atrás.
Las Cenizas Jóvenes
Discordantemente se depositó sobre la paleo supericie II una secuencia de cenizas
volcánicas, la cual se distingue claramente de las cenizas antiguas. Son cenizas
grises-amarillas-rojizas y muchas veces bien estratiicadas y menos compactadas
que las cenizas antiguas. Estas cenizas corresponden a la productividad volcánica
de los pasados 20.000 años (Toro y Hermelín 1991, Toro 1999, Toro et al. 2001).
Al norte de Armenia (Foto 8, localidad km 3,4) se distinguen entre cinco y siete
horizontes importantes, cada uno de aproximadamente 0,5 m de espesor y cada
uno representando una erupción volcánica grande y enterrando varios paleo suelos.
Hacia Pereira se observa poca estratiicación en estas cenizas, posiblemente debido
a procesos de bioturbación.
En promedio, las cenizas jóvenes tienen un espesor de 8 a 10 m, pero en algunas
partes planas, su espesor puede alcanzar hasta 30 m (Universidad Tecnológica
de Pereira, perforación Ediicio de Bellas Artes), mientras en áreas con fuertes
pendientes, ya están completamente erosionadas (por ejemplo Foto 6).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Foto 3. En la localidad km 14,9, se perforaron 10,5 m de turbas y cenizas de color
negro-café. En este sitio se tomaron las muestras para el análisis 14C (Tabla 1).
Foto 4. Cenizas antiguas caolinizadas fueron depositadas sobre la paleo supericie I
(sobre lujos de lodo). Sobre la paleo supericie II siguen cenizas jóvenes.
Localidad: km 19,3.
Foto 5. Lentes de cenizas antiguas caolinizadas se preservaron de la erosión en
depresiones morfológicas. Sobre la paleo supericie II siguen cenizas jóvenes, en este
sitio con un espesor de pocos metros (erosionadas). Localidad: km 19,3.
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Foto 6. Cenizas antiguas parcialmente caolinizadas y con estratos ricos en materia orgánica.
En este sitio, las cenizas jóvenes están completamente erosionadas. Localidad: km 23,6.
Foto 7. Flujos de lodo y cenizas antiguas fueron caolinizados. Localidad: km 17,2.
Foto 8. Al norte de Armenia, las cenizas jóvenes se presentan bien estratiicadas
y con un estrato de color más claro, distinguible como horizonte guía en toda esta área.
Las cenizas jóvenes reposan discordantemente sobre cenizas antiguas caolinizadas
Localidad: km 3,4.
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Los procesos de erosión son incrementados, en muchos sitios, por el uso inadecuado
del suelo, como cultivos limpios, la ganadería intensiva y la deforestación,
especialmente, en zonas inclinadas. Por su gran supericie interior, su capacidad de
almacenar agua y su capacidad de aportar nutrientes, la cobertura de la supericie
con estas cenizas es responsable de la fertilidad de los suelos del Eje Cafetero.
En varios sitios, se encuentran los primeros testigos de la actividad humana en
forma de niveles con piedras y artefactos líticos (hace aproximadamente 10.000
años) en estratos de 1,5 a 4 m bajo la supericie actual (Cano et al. 2001, Cano
2004). Eso signiica que en varios momentos, la vida de los seres humanos fue en su
momento inluenciada e interrumpida por la actividad volcánica. Aparentemente,
después de la primera colonización, el ser humano se demoró varios miles de años
hasta volver a poblar la región.
En los ríos, las caídas fuertes de ceniza se mezclaron con aguas de lluvia y
causaron lujos de ceniza los cuales se depositaron en algunos sitios (Salado de
Consotá) por encima de cenizas de caída. Sería de suma importancia, levantar una
estratigrafía detallada en las cenizas jóvenes para deinir horizontes guía y para
poder reconstruir la historia volcánica del Holoceno. Una primera aproximación
en este sentido la hizo Toro (1999).
Aprender de la Historia para el Futuro
Las observaciones de los periles entre Armenia y Pereira dan testimonio de una
compleja interacción entre erosión y depositación de material volcánico (y/o
glacial) durante los últimos 100.000 años. Aunque en la actualidad, casi la totalidad
del terreno está cubierto por cenizas volcánicas jóvenes (< 20.000 años), se puede
deducir, que históricamente y acumulativamente, la erosión fue más fuerte que la
depositación. Principalmente, en zonas con pendientes fuertes, se observa que la
cubierta de las cenizas jóvenes está reducida a pocos metros o en algunas partes ya
completamente erosionada. El mismo fenómeno se observa en las cenizas antiguas,
las cuales fueron en gran parte completamente erosionadas y se conservaron,
solamente, en lentes en sitios de depresiones y de pendientes suaves.
Las observaciones demuestran también que nuestras conclusiones e interpretaciones
geológicas dependen primordialmente del punto de vista del observador. Mientras
una erupción o explosión fuerte causa en las cercanías de un volcán, caídas
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de bloques, el tamaño de grano y el espesor de la capa de cenizas diminuyen
proporcionalmente con la distancia del centro volcánico. Mientras que las cenizas
pueden acumularse y conservarse en zonas planas, en pendientes son rápidamente
erosionadas. Estos mismos productos erosionados (lujos de cenizas) inundan los
valles de los ríos en zonas planas y pueden acumularse y conservarse en terrazas.
Desde este punto de vista, los ríos Otún y Quindío signiican amenazas fuertes
en caso de un evento volcánico en la Cordillera Central.
No cabe duda que en el momento, el paisaje se encuentra otra vez en una fase
erosiva, y que el uso inadecuado del suelo (por ejemplo ganadería en altas
pendientes) aumenta y acelera este fenómeno natural. Se puede entonces predecir
que las cenizas jóvenes, base de la fertilidad de los suelos del Eje Cafetero
(Hermelín 2001), desaparecerán en un futuro próximo. Los cambios climáticos
globales, los cuales se expresan en el Eje Cafetero en forma de cambios bruscos
y extremos (aumento de tormentas y sequías), y en forma de un calentamiento
continuo (hacia zonas más altas, visible en el descongelamiento de los glaciares
de los nevados), van a contribuir, sin duda, a acelerar los procesos de erosión
pero, al mismo tiempo, diminuirá la amenaza de la generación de grandes lujos
de lodo.
El análisis de la historia geológica predice que otros eventos explosivos están por
esperarse, aunque queda imposible predecir la fecha. Podría ser, que la región
tenga que esperar cientos de años, pero existe la misma probabilidad de que un
evento volcánico explosivo ocurra en un futuro próximo. Y no sería la primera
vez en la región que lo construido por los seres humanos quede enterrado bajo
cenizas. Es poco probable, que este evento vuelva la región inhabitable ya que
las construcciones grandes como vías, puentes y ediicios pueden resistir, pero
los techos de muchas casas simples no están hechos para resistir pesos grandes
de cenizas. El Eje Cafetero debería aprender de su historia. Armero y todas las
catástrofes anteriores están olvidadas. La vida al pie del volcán es generosa, pero
sería recomendable estar preparado para posibles escenarios, de los cuales nos
habla la historia geológica.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
2.2. Cartografía Geológica Detallada para
el Salado de Consotá y sus Alrededores
Resumen
Lucas Cortés Salamanca *
John Jairo Cardona Ríos **
La zona está ubicada al SE de Pereira, corresponde a un área aproximada de
45 Km2 en los cuales se diferenciaron tres unidades geomorfológicas, unidad
acumulativa denudativa, denudativa y deposicional. Estratigráicamente,
existen unidades como los complejos Quebradagrande y Arquía, el Stock
Gabrodiorítico, el Grupo Diabásico, Rocas Hipoabisales Porfídicas, el
Abanico del Quindío y los Depósitos de Ceniza. El área se encuentra
afectada por las fallas Silvia Pijao, Cauca Almaguer, Filandia y Consota. Las
muestras de agua analizadas se clasiicaron como aguas saladas cloruradas
sódicas, con alcalinidades bajas que hablan de procesos de circulación y
mineralización litogénica nulos.
Palabras claves: Geomorfología, fallas geológicas, agua salada,
minerales.
Abstract
The area is located to the SE of Pereira, it corresponds to an approximate
area of 45 Km2 in which three geomorfologics were differenciated units,
one accumulative denudative, denudative and deposicional. Based on
stratigraphy exists units like the complex Quebradagrande and Arquía, the
Stock Gabrodiorítico, the Group Diabásico, Rocks Hipoabisales Porfídicas,
the Fan of the Quindío and Deposits volcanics. The area is affected by
the Silvia Pijao, Cauca Almaguer, Filandia and Consota faults. The water
analyzed were classiied like cloride-sodium type, with low alkalinities that
which could indicate a marine origin of such waters, with some circulation
processes and no mineralization from lithogenic origin.
Keywords: Geomorphology, geologic faults, saltwater, minerals.
____________
*Geólogo, Universidad de Caldas. E-mail: [email protected]
**Geólogo, Universidad de Caldas. E-mail: [email protected]
3
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Introducción
El re-descubrimiento de una fuente de agua salada a las afueras de Pereira sobre
la cuenca media del río Consota y el hallazgo de restos arqueológicos de gran
importancia para la región, motivó a realizar una serie de análisis por diversas
áreas, entre estas la geología, que abarca el comienzo de estos estudios, razón por
la cual se realizó este trabajo como tesis de pregrado bajo la asesoría del Geólogo
Hardany Castillo González y el Dr. Michael Tistl, con recursos aportados por la
Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER).
Con el in de conocer y entender los procesos que dieron lugar a la formación del
área de trabajo, el estudio fue efectuado a escala 1:10.000 en un área aproximada
de 45 km2, que pretende servir como fuente de actualización y mejoramiento de
la cartografía existente, además se espera, sea punto de partida en la investigación
acerca de la formación de manantiales de agua salada hallados en la región, para
los cuales ha sido planteada en este trabajo una hipótesis de su fuente y origen.
Localización
La zona de estudio se encuentra sobre el piedemonte Occidental de la Cordillera
Central Colombiana, al sur del municipio de Pereira, departamento de Risaralda.
Comprende un área aproximada de 45 km2, dispuesta en una franja alargada en
dirección NE-SW y conformada por los sectores: Universidad Tecnológica de
Pereira, Caracol La Curva y las Veredas conocidas como Mundo Nuevo, la Estrella
y los corregimientos Tribunas y La Bella. Geográicamente se encuentra limitada
al NE por el río Otún y al SW por la quebrada Cestillal (Figura 1a).
Geomorfología
El área de trabajo se encuentra marcada por la actividad volcánica, asociada a las
condiciones climáticas y características litológicas encargadas de conigurar la
geomorfología actual. Con estas condiciones y basados en la clasiicación propuesta
por Villota (1991), se establecieron las siguientes unidades geomorfológicas:
LaUnidadAcumulativa-Denudativa(UDA)corresponde al Abanico del Quindío
(Espinosa, en preparación 2006) y representa un 70% de la totalidad de la zona, fue
denominada por los procesos geomorfológicos que llevaron a su formación y que
aún hoy actúan sobre ella. Es una supericie colinosa inclinada al W, resultado de
la degradación por la intensa disección de los drenajes sobre anteriores planicies y
altiplanicies, conformando de esta manera colinas bajas y lomas de cimas amplias
redondeadas convexas suavizadas por los depósitos de cenizas volcánicas que
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cubren los lujos de escombros. Presenta laderas rectas, cortas y un patrón de
drenaje dendrítico de alta densidad con valles en “V” profundos y cerrados.
LaUnidadDenudativa(UD) representa los cuerpos ígneos y polimetamóricos
existentes en el área que hoy están expuestos a los factores de meteorización y a
la continua erosión; constituyen las expresiones topográicas más elevadas que
sobresalen al Abanico del Quindío. En ésta se pueden diferenciar dos unidades
que se encuentran al oriente y al occidente de la zona, sobre el corregimiento La
Bella y el corregimiento de Altagracia, cada una con características propias.
LaunidadOriental se caracteriza por tener cimas agudas abiertas con pendientes
fuertes complejas en laderas largas, que pueden ser heredadas de la litología; su
patrón de drenaje es subdendrítico a subparalelo de densidad media, con valles poco
profundos en forma de “V” abierta conformando así un relieve abrupto. La unidad
del Occidente está conformada por cimas redondeadas cerradas con pendientes que
alcanzan inclinaciones de 45º en laderas complejas y largas formando un relieve
moderado, presenta un patrón de drenaje subdendrítico de densidad media con
valles en forma de “V” poco profundos y cerrados.
La Unidad Deposicional (UDp) corresponde a las terrazas y pequeños conos
aluviales que se presentan en los ríos Otún, Consota y la quebrada Cestillal,
formados por el aporte de sedimentos que éstos hacen durante la elevación de
su nivel. Las terrazas aluviales son habituales en las tres cuencas. En el río Otún
son elongadas, anchas, planas y sin vegetación exuberante, mientras que hacia
el río Consota y la quebrada Cestillal son elongadas pero de extensión reducida,
limitada por los valles cerrados y profundos sobre los que corren sus aguas. Los
pequeños conos aluviales presentes en el área de trabajo están limitados al río
Consota, son planos y presentan una inclinación aproximada de 3º, su forma
general es triangular y no superan un área de 0,5 km2.
Geología
Para la zona de estudio se identiicaron, en total, siete unidades litológicas con
edades desde el Cretácico hasta el reciente, que han sido reportadas con anterioridad
y para las cuales, se usó la nomenclatura que presenta González (1993).
Mapa1. Localización del área cartograiada (b) localización de las fuentes de agua salada.
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Mapa2. Mapa Geológico
El Complejo Quebradagrande (Ksc) se caracteriza por ser una intercalación
de rocas volcánicas básicas (basaltos) y sedimentos de litología variable entre
conglomerados y areniscas cuarzosas fuertemente litiicadas, que aloran al SE
de la ciudad de Pereira, en las veredas Estrella Morrón y El Chocho. Estas rocas
se encuentran frecuentemente fracturadas y meteorizadas, características que
diicultan su identiicación. Cronoestratigráicamente el Complejo Quebradagrande
es el más antiguo en el área cartograiada. Es puesto en contacto con el Complejo
Arquía por medio de la Falla Silvia-Pijao, evidenciado en las veredas Mundo
Nuevo y El Chocho, por una zona de milonitización que se encuentra en medio
de rocas con presencia de metamorismo regional al W (Complejo Arquía) y rocas
sin este tipo de metamorismo al E (Complejo Quebradagrande); así mismo es
intruido por el Stock Gabro-diorítico Pereira-Santa Rosa y cubierto de manera
discordante por los depósitos del Abanico del Quindío y las cenizas que cubren
la región (Mapa 2).
El Complejo Arquía (Kies) corresponde en general a un conjunto de rocas
metamóricas fuertemente plegadas y meteorizadas alorantes al SE de Pereira,
hacia el corregimiento La Bella sobre la vía Mundo Nuevo-Estrella Morrón. Está
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
constituido por rocas metamóricas de litología variable, entre esquistos cuarzomoscovíticos, esquistos y pizarras graitosos, cuarcitas, rocas básicas deformadas
y serpentinitas. Este complejo se encuentra conformado por rocas intensamente
deformadas por metamorismo dinámico sobre impuesto a un metamorismo
regional.
En conjunto este complejo representa parte de una secuencia oiolítica, pero se
advierte que la secuencia no se encuentra completa, debido a que en el área de
estudio no se identiicaron rocas ultramáicas como peridotitas o gabros cúmulo;
ha sido cartograiado con frecuencia como parte del Complejo Quebradagrande
pero se diferencia de éste por el grado de deformación que exhibe la litología
generada por un metamorismo regional de bajo grado de facies esquistos verdes
(Cardona y Cortés 2005).
Estratigráicamente se encuentra en contacto con el Complejo Quebradagrande
por medio de la Falla Silvia-Pijao, es intruido por el Stock Gabro-diorítico
Pereira-Santa Rosa, puesto en contacto con el Grupo Diabásico por una zona
de falla perteneciente a la Falla Cauca- Almaguer, determinada por la presencia
de milonitas y ultramilonitas, que al igual que en la relación entre el Complejo
Quebradagrande y el Complejo Arquía, se hallan en medio de rocas producto de
un metamorismo regional y rocas sin éste tipo de metamorismo. Así mismo la
relación que presenta con los depósitos del Abanico del Quindío y las cenizas de la
región, es discordante donde estos últimos lo cubren casi totalmente (Mapa 2).
El Stock Gabro-diorítico Pereira-Santa Rosa (Kgp) corresponde a un cuerpo
intrusivo de composición variable entre gabro, diorita y cuarzo diorita, aunque
localmente se presentan fracciones ácidas a intermedias como grano diorita,
tonalitas y póridos dacíticos. Está dispuesto en una franja alargada de dirección
NNE-SSW, que alora en la margen sur del río Otún sobre la carretera Pereira-La
Florida y hacia la margen norte del río Consota, en la quebrada El Chocho y la
vereda Cantamonos. En general se encuentra fuertemente diaclasado, presentando
dos tendencias dominantes de dirección NE y NW entre 20º y 70º, con vergencias
al NW y SW respectivamente. Se encuentra intruyendo las rocas de los Complejos
Quebradagrande y Arquía, y es suprayacido de manera discordante por los lujos
de escombros y los depósitos de ceniza del Abanico del Quindío (Mapa 2).
ElGrupoDiabásico(Ksv) corresponde a un conjunto de rocas de composición
básica (basaltos, diabasas y espilitas), deinida por Barrero (1979), intercaladas
con sedimentos y meta sedimentos que constituyen lodolitas silíceas, areniscas
inas y esquistos arcillosos. Esta unidad alora hacia el corregimiento Altagracia,
principalmente hacia la vereda Filo Bonito, presenta un alto grado de meteorización
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
y se encuentra en contacto con el Complejo Arquía por medio de una zona de
falla perteneciente a la Falla Cauca-Almaguer. Es intruido por pequeñas apóisis
de póridos andesíticos y cubierta casi en su totalidad por los lujos de escombros
del Abanico del Quindío y los depósitos de ceniza que recubren gran parte de la
región. Los aloramientos de esta unidad en el área de trabajo pertenecen a rocas
básicas intensamente deformadas, estas rocas son de textura afanítica de color
verde oscuro, se encuentran fuertemente meteorizadas y tectónicamente afectadas,
motivo por el cual pueden ser confundidas con rocas sedimentarias, ya que el
grado de diaclasamiento es tan alto, que en la rocas se genera una apariencia de
estratiicación. El grado de deformación tectónica que algunas de estas rocas
exhiben es tal, que se convierten en rocas producto de metamorismo dinámico,
por lo cual son clasiicadas como milonitas, ultramilonitas y protocataclasitas
(Cardona y Cortés 2005).
Las Rocas Hipoabisales Porfídicas (Tpa) comprenden pequeños cuerpos
intrusivos en forma de apóisis que aloran al S de Pereira, aproximadamente a
2 km al NW del corregimiento Altagracia, en predios de la Finca el Bosque. Se
presentan como pequeñas ventanas en medio del Grupo Diabásico, son de textura
holocristalina porfídica inequigranular, con fenocristales de cuarzo, plagioclasa
y horblenda. Los cuarzos son generalmente bipiramidales con tamaños de hasta
1 cm y la horblenda de hasta 4 mm, es frecuente encontrar mica biotita en menor
proporción. La matriz es afanítica, de color gris claro y su clasiicación es de
pórido andesítico horbléndico. Este cuerpo se halla suprayacido de manera
discordante por los lujos de escombros del Abanico del Quindío y los depósitos
de ceniza que cubren la región.
ElAbanicodelQuindío(TQaq) está compuesto por una intercalación de lujos de
escombros, lujos ignimbríticos y tobas, que recubren en un 90% el área de trabajo.
Aloran en las cuencas de los ríos Otún, Consota y la quebrada Cestillal, formando
profundos valles en forma de “V” y grandes paredes verticales que constituyen
saltos de agua. Corresponde a un depósito complejo donde los contactos entre los
lujos son erosionales, su complejidad se debe a que los procesos de acumulación
y posterior erosión se encargan de enmascarar la distribución espacial de los
distintos lujos, lo que no permite establecer una correlación estratigráica lateral
precisa a lo largo de la unidad.
Estratigráicamente, el Abanico del Quindío se encuentra reposando de manera
discordante sobre las rocas Cretácicas y a su vez es suprayacido discordantemente
por lujos y depósitos de ceniza que cubren la región. El espesor promedio
estimado en la zona de estudio para esta unidad es de aproximadamente 150 m.
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
LosDepósitosdeCenizas(Qto) en la zona de estudio presentan espesores de gran
importancia como los observados en la vereda La Gramínea en los trabajos para
la Autopista del Café y los reportados por Tistl (2004, 2005) para el sector de la
Universidad Tecnológica de Pereira, donde fueron perforados 27 m de cenizas,
así mismo dentro de estas cenizas fueron diferenciados tres paquetes distintos,
indicados por Tistl (2005) como cenizas antiguas, lujos de cenizas y cenizas
jóvenes.
Las cenizas antiguas corresponden a una arena ina arcillosa de color café oscuro
con alto contenido de materia orgánica, anfíbol y mica biotita, moderadamente
consolidadas y con espesores observados de hasta 10,5 m. Tistl (2005) reporta para
estas cenizas edades 14C entre 39.000 y 30.000 años. Estos depósitos se encuentran
discordantemente sobre los lujos de escombros del Abanico del Quindío y se
hallan suprayacidos por lujos de ceniza y niveles espesos de cenizas recientes.
Los lujos de ceniza corresponden a arenas arcillosas masivas de tamaño de grano
medio, con un color pardo amarillento a pardo rojizo, compuestas por cuarzo,
plagioclasa, anfíbol, micas y en menor proporción materia orgánica. Se encuentran
envolviendo una pequeña proporción de clastos que pudieron ser incorporados
durante el emplazamiento de este depósito. El espesor promedio considerado
para éste es de 2 m.
Las cenizas jóvenes son diferenciables de las cenizas antiguas por su color pardoamarillento, gris y amarillo-rojizo, y por ser composicionalmente arenas medias
arcillosas con presencia de anfíbol, cuarzo, plagioclasa, fragmentos de lapilli y bajo
contenido de materia orgánica. Generalmente son masivas, como se observan hacia
la ciudad de Pereira, pero en el corregimiento La Bella se aprecian estratiicadas.
Tienen un espesor promedio de 10 m. Cubren en un 80% la zona de estudio y son
las principales responsables de suavizar la topografía del Abanico del Quindío.
LosDepósitosAluvialesRecientes(Qta) corresponden a acumulaciones derivadas
de la dinámica luvial de los ríos Otún, Consota y la quebrada Cestillal. Son
conglomerados clastosoportados masivos, polimícticos, con clastos redondeados
de baja esfericidad y tamaños que varían desde guijo a bloque, de variada
composición, que incluye esquistos, basaltos, póridos andesíticos, granitos y
fragmentos de lujos de escombros, envueltos en una matriz de arena gruesa
compuesta principalmente por líticos volcánicos y cuarzo.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
GeologíaEstructural
El área de estudio se encuentra afectada por una serie de fallas asociadas al Sistema
de Fallas Romeral, dentro de las cuales se destacan:
LaFallaSilvia-Pijao que corresponde a una estructura con tendencia general N-S
a N 15º E identiicada gracias a la suma de indicadores geomorfológicos como
hombreras alineadas, silletas y la delexión del cauce del río Otún. Sin embargo
la evidencia más clara de la existencia de esta estructura es la presencia de una
zona de milonitización hallada entre rocas del Complejo Arquía y el Complejo
Quebradagrande; así mismo ésta afecta las rocas del Stock Gabro-diorítico PereiraSanta Rosa, exhibiendo localmente un fuerte diaclasamiento y orientación de
minerales.
LaFallaFilandia corresponde a un trazo semicircular cóncavo al E, que presenta
una clara expresión geomorfológica generada por la delexión sistemática de
cauces, observados desde fotografías aéreas, que se encuentran labrando su lecho
sobre los depósitos volcaniclásticos del Abanico del Quindío. Se halla en el área
de trabajo a lo largo de 8 km aproximadamente con una tendencia N 15-30 E,
una probable componente sinextrolateral y una dirección de buzamiento que se
cree se presenta hacia el NW dadas estrías y planos de falla observados en la
Quebrada Cestillal.
La Falla Cauca-Almaguer en el área de trabajo afecta las rocas del Grupo
Diabásico, lográndose observar claramente sobre la vereda Filo Bonito donde
las rocas se encuentran fuertemente diaclasadas y fracturadas. Dado el grado
y la intensidad de deformación que exhiben las rocas en el corregimiento de
Altagracia y la presencia en este sector de rocas con metamorismo regional
(Cuarcitas), se presume que la Falla Cauca-Almaguer presenta una zona de falla
amplia totalmente cubierta por el Abanico del Quindío, que deiniría el límite
entre el Complejo Arquía al E y el Grupo Diabásico al W. La única estructura
evidente asociada a esta zona de falla, corresponde a un trazo casi rectilíneo con
dirección N-S, observado al W de la Ciudad de Pereira, que localmente se asocia
al segmento Matecaña (Guzmán etal. 1998) y que ha sido identiicado gracias a
la presencia de indicadores geomorfológicos como hombreras y silletas de falla,
basculamientos y drenajes delectados, observados a través de fotografías aéreas
y control de campo.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
El Lineamiento Consota aunque ha sido deinido como falla por James (1986),
en la zona de estudio no se encontró evidencias suicientes para catalogarlo de
esta manera. Corresponde a un trazo antitético al Sistema de Fallas Romeral que
puede ser seguido desde fotografías aéreas e imágenes radar como un rasgo lineal
de dirección N 50º-60º W, en él solo se observan pequeños tramos rectilíneos del
río Consota que parecen estar siendo controlados, una diferencia de altura entre
sus márgenes donde se aprecia una mayor elevación de la margen izquierda, y
un escalonamiento de los depósitos volcaniclásticos del Abanico del Quindío en
el corregimiento La Bella.
LosManantialesdeAguaSalada
A lo largo del valle medio del río Cauca, entre el norte del departamento del
Valle del Cauca y el sur del departamento de Antioquia han sido reportadas
diversas manifestaciones de este tipo. Entre estas, se destacan las señaladas en
los departamentos del Quindío y Risaralda, debido a la extracción de sal que se
llevó a cabo en ellas antiguamente por tribus indígenas.
Las principales y más importantes manifestaciones hasta ahora descritas, son Burila
en Caicedonia Valle, río Consota, La Cristalina, San Francisco en Marsella, y las
reportadas en Quinchía, como Mápura y Opiramá, las cuales han sido explotadas
desde tiempos precolombinos, como las salinas de la Cordillera Oriental (Cardale
1981). Los Quimbayas, que comercializaron este y otros productos durante todo
el periodo colonial con otras tribus, hasta perder las salinas en la conquista. Según
datos obtenidos de Cardona (1989) y Acevedo y Martínez (2004), la producción
diaria de los salados para los años 1907-1912 era de 5 a 46 kg de sal en fuentes
pequeñas y de 92 a 184 kg en fuentes de mayor importancia.
Los manantiales de agua salada visitados durante la elaboración de este trabajo
se relacionan con características estructurales, litológicas y topográicas muy
particulares que deben ser tomadas en cuenta, ya que aloran sobre o cerca de un
trazo de falla, en depósitos aluviales como terrazas o pequeños conos de deyección
y a pocos metros de drenajes mayores (Cardona y Cortés 2005).
AnálisisHidrogeoquímicodelasAguasSaladas
Se realizó un muestreo para cinco manantiales de aguas saladas, determinados por
datos históricos, toponimias e identiicados en campo por su alta conductividad,
obteniendo así un total de siete muestras para el análisis de laboratorio. El análisis
practicado a estas muestras consta de un análisis isicoquímico completo (Tabla
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
1). Para la caracterización hidrogeoquímica, fue utilizada la metodología de
Stufyzand (1993) en Cardona y Cortés (2005), con la que se calculó el balance
iónico, permitiendo discriminar así el análisis realizado para la muestra Boquía,
ya que presentó un error del 33,66 %. De esta caracterización se obtuvo que las
muestras analizadas son aguas saladas de tipo cloruradas sódicas con alcalinidades
bajas y procesos de salinización, características que como se puede observar en
el cuadro comparativo (Tabla 2) sólo son semejantes a la composición del agua
del mar.
OrigenyFuentedelosManantialesSalados
Analizando las características hidrogeoquímicas del Salado de Consotá y las
fuentes saladas semejantes a éste y comparándolas con fuentes similares para
las cuales se conoce su origen como las fuentes termales de Santa Rosa de
Cabal y las salinas de Zipaquirá en Cundinamarca se obtuvo que: con respecto
a las fuentes de aguas hidrotermales de Santa Rosa, que presentan alcalinidades
muy altas con procesos de disolución y endulzamiento, se descarta un origen
hidrotermal para los manantiales salados analizados, ya que las características
de estas fuentes, proponen procesos de circulación y mineralización litogénica
que no podrían ser planteados para las fuentes de interés, debido a que en los
salados, las alcalinidades bajas podrían indicar una nula o casi nula circulación y
una imperceptible interacción agua/roca.
Por otra parte, los salados de Cundinamarca al igual que las fuentes hidrotermales,
muestran circulación y mineralización litogénica (interacción agua/roca),
evidenciadas por las altas alcalinidades, donde los salados de Zipaquirá son
producto de la circulación en un domo salino, y las aguas hidrotermales producto
de la actividad volcánica, fenómenos que no podrían esperarse para la formación
de las fuentes estudiadas, ya que como se sugiere en este trabajo, no existe un
proceso de enriquecimiento mineralógico marcado, por la circulación del agua
en un medio rocoso.
Es así como basados en los análisis comparativos de los diferentes tipos de agua,
se llegó a la conclusión, que el origen de las fuentes saladas encontradas en la
región, no corresponde a soluciones hidrotermales ni a aguas producidas por el
lavado de domos salinos, ya que sus características hidrogeoquímicas, exhiben una
composición idéntica al agua de mar, donde sólo diiere la proporción de calcio,
que es más elevada en las fuentes examinadas.
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Tabla1. Resultados de análisis isicoquímico de las diferentes fuentes de aguas saladas.
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Este enriquecimiento en calcio debió generarse, posteriormente, al origen del
agua y puede ser producto de algún proceso a pequeña escala que actuó sobre
ella, mientras se encontraba contenida en el acuífero. De esta manera, se plantea
que las aguas saladas analizadas, tienen un origen marino. Estas corresponderían
a depósitos de agua generados durante el Cretácico, que por actividad tectónica
fueron aislados y coninados en los acuíferos que las contenían, impidiendo así
la circulación del agua y la iniltración de aguas dulces o meteóricas.
La exposición de las aguas saladas en supericie se puede explicar desde el punto
de vista estructural, ya que como se mencionó con anterioridad, las fuentes se
hallaron cerca a zonas de falla que pueden estar cortando los acuíferos, creando
una vía de comunicación con la supericie. Para el caso particular del Salado de
Consotá, el acuífero del cual provienen sus aguas debe pertenecer al Complejo
Arquía, donde la relación de esta unidad con el Stock Gabro-diorítico PereiraSanta Rosa y el paso de las fallas Filandia y Consota (Guzmán etal. 1998) pueden
estar provocando el ascenso del agua a supericie.
ModeloEvolutivo
Para construir la evolución geológica del área de trabajo es necesario ubicarla
dentro del marco geotectónico global, que corresponde a procesos tectónicos
al NW de Sudamérica, dominado por fenómenos de subducción que han sido
generados por el choque continuo de placas litosféricas (Nazca, Caribe y
Sudamérica). Teniendo en cuenta la posición tectónica en la que se encuentra la
zona cartograiada, donde las relaciones tectónicas entre la unidades geológicas
son bastante complejas, los datos recogidos en la elaboración de este trabajo y la
escasez de estudios geológicos más precisos que involucren análisis geoquímicos,
petrografía detallada y dataciones radiométricas, se realizó un modelo de evolución
geológica, con base en la recopilación de estudios anteriores como lo son el de
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Moreno y Pardo (2001), Nivia (2001) y Naranjo (2001) de los cuales se adapta,
desde modelos preconcebidos, la evolución geológica del área trabajada, que parte
desde la formación del Complejo Quebradagrande.
Durante el Jurásico Tardío-Cretácico Temprano se dio inicio a la formación de
un arco volcánico, producido por la subducción de una placa litosférica, con
desplazamiento W-E hacia la margen continental. En él se generó el derrame de
lavas basálticas intercaladas con sedimentos. Mientras este arco se formaba, al
W de la zona de subducción en un centro de expansión oceánica, se constituía
una secuencia de rocas de litosfera oceánica, las cuales fueron movidas hacia el
límite convergente sobre la placa litosférica oceánica; el empuje de esta placa
hacia el E provocó que el arco volcánico se cerrara y se acrecionara al continente
(Moreno y Pardo 2001), generando así el surgimiento de bloques tectónicos que
hoy constituyen el Complejo Quebradagrande.
Las rocas oceánicas formadas en el centro de expansión alcanzaron la margen
convergente, donde, producto de la colisión con el continente sufrieron
metamorismo y pasaron a constituir una secuencia oiolítica, en la cual se dio
lugar a la formación de rocas metamóricas entre esquistos micáceos, esquistos
graitosos, cuarcitas, serpentinitas y otras rocas de bajo grado de metamorismo
(González 1993). Este empuje ocasionó la acreción al continente de la secuencia
metamórica generada, conformando un apilamiento de bloques tectónicos, hoy
denominado Complejo Arquía.
Seguramente durante la acreción del Complejo Arquía se vieron involucradas
unidades acuíferas saturadas con agua de mar, que por procesos tectónicos fueron
coninadas impidiendo la migración de las aguas. Este tipo de depósitos, pueden
corresponder a las fuentes que aloran en la actualidad como la del ojo del Salado
de Consotá. Con el continuo empuje de la placa litosférica oceánica hacia el
continente, la nueva margen convergente alcanzó profundidad para la fusión de
la corteza oceánica, generando cuñas de manto, de las cuales surgieron plumas
que ascendieron por zonas de debilidad en la corteza continental, generando rocas
de composición entre gabro y tonalita, formando lo que hoy se denomina Stock
Gabro-Diorítico Pereira-Santa Rosa.
En el Cretácico Superior-Paleógeno (Paleoceno) se dio paso a la formación
de un plateau oceánico (Nivia 2001), donde se generaron derrames de lavas
basálticas intercalados con sedimentos y material piroclástico, correspondiente al
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Grupo Diabásico, denominado por Barrero (1979), que sufrió un proceso tectometamórico por el empuje de la placa Nazca hacia el continente, dando lugar a
la formación de un metamorismo dinámico generando cataclasitas, milonitas y
ultramilonitas que posteriormente fueron acrecionadas al continente.
Durante el Neógeno (Mioceno) se habría dado inicio a la intrusión de cuerpos
hipoabisales porfídicos en unidades como el Grupo Diabásico que harían parte
del cuerpo designado por González (1993), como Pórido Andesítico de Pereira.
Terminando este período, se dio inicio a la actividad volcánica efusiva en la
Cordillera Central prolongándose hasta el Cuaternario. Esta actividad generó los
depósitos del Abanico del Quindío el cual debe su origen a la actividad del Volcán
Nevado del Quindío (Hurtado y Martínez 1997), que presentó un comportamiento
eruptivo variable, generando lujos de escombros producto del derretimiento del
manto glacial, lujos ignimbríticos como consecuencia de erupciones violentas
que provocaron el colapso parcial del cono volcánico y inalmente depósitos de
tobas volcánicas que pudieron haberse derivado del colapso de columnas eruptivas,
que se desplazaron hacia el W cubriendo los anteriores depósitos. La actividad
efusiva no cesó y continúo derritiendo los ya debilitados glaciares, provocando
lujos de escombros, cenizas y lujos de ceniza que no alcanzaban a extenderse a
gran distancia sobre el abanico, así inalmente después de un periodo de erosión
la actividad volcánica generó como producto inal, un manto de cenizas que
cubrió gran parte de la región suavizando la topografía y modelando el paisaje
en el Abanico del Quindío.
Conclusiones
En el área de estudio no existen precedentes de trabajos geológicos detallados, lo
que ha llevado a incurrir en errores de cartografía al momento de deinir unidades,
como es el caso del Complejo Arquía, cuyas rocas han sido incluidas en anteriores
trabajos como parte del Complejo Quebradagrande. Gracias al trabajo detallado,
hacia el corregimiento de Altagracia se lograron deinir unidades de roca que se
encuentran intruyendo el Grupo Diabásico a manera de apóisis, que corresponden
a póridos andesíticos y que aún no han sido reportados en trabajos realizados
para éste sector.
Aunque en este trabajo se plantea una primera hipótesis para el origen de los
manantiales salados analizados, se debe aclarar que estos manantiales requieren
de mayor investigación y de muchísimo más análisis si se quiere obtener una
teoría mejor sustentada.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Agradecimientos
Los autores de este trabajo agradecen, muy especialmente, por su colaboración
en el desarrollo del mismo a: Geólogo Hardany Castillo González, Dr. Michael
Tistl, Hidrogeóloga Miriam Ríos, Arqueólogos Martha Cecilia Cano y Carlos
Eduardo López, Geólogos Jorge Iván Orozco, Gonzalo Iván López, Diego Gómez,
John James Otalvaro y Oscar de Jesús Dávila, y al Señor Francisco Guerrero, con
quienes fue posible ejecutar este proyecto.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
2.3. Percepciones del Cuidado del Suelo
en el Contexto de la Dimensión Ambiental
Resumen
Alexander Feijoo Martínez*
María Constanza Zúñiga Torres**
El artículo discute la necesidad de incorporar la dimensión ambiental a
nivel del paisaje local y enseña algunas falencias que se han presentado
en la interpretación de los suelos no vistos como sistemas complejos, en
los cuales se conjugan las variaciones espaciales y temporales con las
propiedades biológicas, físicas y químicas. También se analiza la necesidad
de incorporar a los programas de investigación las interacciones entre
suelo-planta-animal para desarrollar estrategias de manejo de los sistemas
agrícolas que incluyan la conservación y productividad. Esta complejidad
conlleva a mirar los agrosistemas como sistemas totalitarios, en los cuales
es necesario estudiar las interrelaciones para observar patrones de cambio
en lugar de fenómenos instantáneos.
Palabras claves: Dimensión ambiental, paisaje, calidad suelos, variabilidad
espacial, indicadores, macroinvertebrados.
Abstract
The article discusses the necessity to incorporate the environmental
dimension to agricultural system management plants and show some of the
mistakes presented in the interpretation of the soils seen as complex systems,
in which time and space variations are conjugated with biological, physical
and chemical properties. It is also analyzed; the necessity of incorporating to
____________
* PhD, Profesor Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. A.A. 097.
Coordinador del grupo Gestión en Agroecosistemas Tropicales Andinos (GATA). E-mail: afeijoo@
utp.edu.co
** MSc, Profesora Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. A.A.
097. Investigadora del grupo Gestión en Agroecosistemas Tropicales Andinos (GATA). E-mail:
[email protected]
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
investigation programs the interactions among soil-plants-animals in order
to develop management strategies for agricultural systems which include
conservation and productivity. This complexity leads to see agricultural
systems as totalitarian systems, in which it is necessary the study of the
interrelations in order to observe patterns of change instead of instantaneous
phenomenon.
Keywords: Environmental dimension, landscape, soil quality, space
variability, indicators, macroinvertebrates.
Introducción
El interés por evaluar la calidad y salud del suelo se estimuló debido a su
conocimiento como componente importante de la biosfera de la tierra, productor
de alimento y ibra y en el mantenimiento de la calidad del paisaje. Además, se
consideró como la base de las comunidades de animales y plantas y la agricultura.
Sin embargo, los inventarios de la capacidad productiva del suelo indican el
aumento de la erosión inducida por el hombre, polución atmosférica, cultivos
intensivos, sobre pastoreo, tala, salinización y desertiicación en casi el 40% de
las tierras agrícolas del mundo (Doran y Zeiss 2000, Feijoo 2001, Feijoo et al.
2005).
Por tal razón, los autores retoman la discusión con algunos ejemplos y relacionan
algunas diicultades para determinar indicadores integrales que relejen cambios
en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Al inal se propone una
agenda de trabajo que resume parte de las intenciones del Grupo de Investigaciones
Gestión en Agroecosistemas Tropicales Andinos (GATA) de la Universidad
Tecnológica de Pereira, el cual busca fortalecer procesos de construcción de
identidades, arraigo popular y soberanía alimentaria. Lo anterior, se discute a
partir de la información proveniente de muestreos realizados en algunas áreas
de laderas de los departamentos del Cauca y Valle del Cauca en Colombia, con
miras a desarrollar herramientas que permitan predecir la sostenibilidad de los
agrosistemas y la planiicación ecológica del paisaje.
La Evolución de las Miradas del Cuidado del Suelo en el Contexto de la
Dimensión Ambiental
Es amplia la información existente sobre las investigaciones relacionadas con
propiedades físicas y químicas de los suelos; sin embargo, son incipientes
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
los estudios en biología, ecología, biogeografía (Swift 1998) y planiicación
ecológica del paisaje (Greef 2003, Hoffmann y Hersperger 2006) y a un más
carente, la construcción conjunta con las comunidades de agricultores, criadores
o instituciones. Esta brecha conlleva a proponer estrategias que involucren a los
productores en la generación de alternativas de manejo concertadas, para construir
imágenes reales del entorno.
En la actualidad existen diversos enfoques que discuten la mirada del suelo desde
la dimensión ambiental (Clother y Fegent 2001, Davis y Condron 2002, Jarvis
2000, Lavelle 2000, Yaalon 1996). Estos incluyen la inluencia de las actividades
humanas (prácticas agrícolas, deforestación, fuego, difusión o contaminación
masiva por uso de plaguicidas y cambio global) sobre la biodiversidad, y sus
consecuencias en el funcionamiento del suelo, relacionado con la circulación de
los nutrimentos, organización y estructura del suelo, procesos de transferencia e
interacciones.
En los últimos quince años, también surgió una nueva propuesta con carácter
holístico, para interpretar el manejo de los agro ecosistemas de manera integral
y proponiendo como metas la calidad ambiental, productividad biológica y salud
de plantas, animales y humanos. Esta propuesta se denominó calidad del suelo, la
cual se discutió en Feijoo et al. (1998, 1999) y recientemente se ha controvertido,
argumentando la prematura institucionalización del término, debido a la falta
de conocimiento. Además de la vaguedad de los principios y lo complejo de la
integración de factores físicos, químicos, biológicos y ecológicos, los cuales
deinen el estado ideal en ininitos ambientes, o manejo de escenarios. La calidad
del suelo, aún no se puede deinir cuantitativamente y depende de la integración
de términos relacionados con el efecto del manejo y los sistemas de cultivo, es de
carácter dinámica y algunos indicadores pueden ser sensibles a pequeños cambios
en las propiedades claves del suelo; por tal razón, se necesitan herramientas
para detectar el impacto de los cambios en los esquemas de manejo (Lloyd et al.
1996).
Por otro lado, en la planiicación futura es esencial investigar los posibles cambios
del uso de la tierra, el impacto sobre las funciones ecológicas y los procesos a nivel
local; además, son necesarios la observación acerca de los cambios del uso y los
sistemas de evaluación para las funciones ecológicas (Zebisch et al. 2004). Esto
posibilitará hibridar modelos determinísticos de comprensión de los fenómenos
en diferentes escalas espacio temporales del paisaje, con procedimientos al azar
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
que garanticen las comparaciones de las evaluaciones del impacto y dentro del
contexto de la conservación, producción y el bienestar de los seres vivos.
Estas preocupaciones han motivado a algunas instituciones a reorientar los
programas de investigación hacia el manejo de la agricultura, incorporando los
recursos naturales y el ambiente, para desarrollar tecnologías que integren el
manejo de los ecosistemas y la sostenibilidad ambiental, con prioridades en las
interacciones entre plantas y microorganismos del suelo. Por ejemplo, en los
pastizales, los animales inluyen las interacciones entre vegetación y suelos en
diferentes vías; la defoliación puede alterar el lujo de carbono de la rizosfera, y así
alterar la diversidad microbial del suelo y la actividad. Además, la orina y adición
de nitrógeno pueden incrementar el pH, al alterar la dinámica de los nutrimentos
y el lujo de carbono en la rizosfera, por la competición entre microbios y raíces
de plantas (Figura 1) (BBSRC/NERC 2001). Sin embargo, este modelo carece
de otros componentes, tales como los macro y mesoinvertebrados. Los estudios
de suelos han privilegiado las propiedades físicas y químicas, mientras que los
de fauna sólo consideraron a animales visibles y de gran tamaño, ignorándose
los que viven en el suelo.
Figura 1. Efecto del forrajeo de los animales en la interacción entre plantas y
microorganismos del suelo para regular la circulación de nutrimentos en el suelo
(BBSRC/NERC 2001).
En la actualidad, el suelo es la tercera frontera biótica de la biodiversidad,
con innumerables especies de micro, meso y macroinvertebrados. Los
macroinvertebrados por ejemplo, son animales visibles a la vista (diámetro > 2
mm o longitud >10 mm), que desarrollan por lo menos parte de su ciclo de vida
en el suelo y/o mantillo supericial (hojarasca, troncos de la vegetación) (Proyecto
Precompetivo CYTED 2000); son considerados promisorios como indicadores de
calidad y salud del suelo, y de los agroecosistemas, debido a que algunas especies
son frágiles al impacto antropogénico mientras que otras, lo soportan. Modiican
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
la estructura física, incrementan la descomposición de la materia orgánica y la
actividad microbial, y determinan la dinámica de los nutrimentos a través de su
efecto sobre la inmovilización y humiicación, así mismo, al construir nidos,
galerías o cámaras crean nichos para otras especies (Brussaard 1999, Feijoo 2001,
Lavelle et al. 1994, Lee 1985).
Otro modelo conceptual propuesto que integra los requerimientos de los
agricultores en términos de productividad y beneicio, se desarrolló para explicar
las interacciones entre los agrosistemas (opciones escogidas de manejo), atributos
del suelo (principalmente la dinámica de la materia orgánica y estructura física)
y los macroinvertebrados, para mantener la diversidad de las actividades de los
organismos con niveles óptimos y lograr beneicios, a corto y mediano plazo, en la
estructura física y en la dinámica de la materia orgánica (Figura 2). Este modelo es
excluyente de otros grupos y además, no tiene en cuenta las variaciones espaciales
y temporales, por lo tanto se queda corto en la interpretación.
Figura 2. Modelo conceptual para predecir efectos de prácticas agrícolas
(Mariani, sin publicar).
Uso de organismos como señales tempranas de recuperación o degradación. Un
modelo para describir la calidad del suelo, probablemente debe incluir de manera
integral y jerárquica, muchas de las mediciones biológicas, físicas y químicas y
también las actividades que realizan las comunidades (Zúñiga 2006), que son los
que toman decisiones, innovan y modiican permenentemente el ambiente para
adatarlo a las necesidades.
Sin embargo, la alta variabilidad de los agroecosistemas y los cambios motivados
por el espacio, tiempo y el nivel taxonómico, hacen compleja la tarea de usar
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
señales tempranas y rápidas de valoración del suelo. Posiblemente, la productividad
de los cultivos en términos de la biomasa producida y el lujo de los nutrimentos
en la interfase raíz–suelo, sea uno de los principales componentes del modelo,
acompañado de la biodiversidad, que ha ganado mucha importancia debido al iel
relejo de las condiciones de los agroecosistemas, pero esto todavía no es claro,
pues en muchas ocasiones, los cambios se dan en el nivel local y se diiculta
extrapolarlos a lo regional o global. Otro componente es la materia orgánica, la
cual es importante por que participa en la dinámica biológica, física y química de
las propiedades de los suelos; la pérdida de ésta se releja en una disminución de
la productividad, problemas de estructura del suelo, falta de aireación y ausencia
de los organismos que habitan el mantillo y el humus.
El uso de organismos del suelo, como señales de la calidad del suelo requiere
deinir los procesos del ecosistema e integrar las propiedades físicas, químicas
y biológicas, la sensibilidad al manejo, las variaciones climáticas, acceso y
utilidad para productores, conservación y políticas de mercado (Doran y Parkin
1996). Es complejo asociar la interacción de los organismos con la dinámica de
los agroecosistemas, debido a la luctuación espacio-temporal de los parámetros
que se miden. Feijoo et al. (2006) en un intento por determinar patrones de
distribución espacial de poblaciones de lombrices en dos usos de la tierra
(Selva >40 años y un pastizal de Pennisetum clandestinum) encontró que las
poblaciones no presentaron distribución normal, lo cual se comprobó con las
pruebas de chi cuadrado y Kolmogorov-Smirnov para la abundancia y biomasa,
las cuales arrojaron diferencias altamente signiicativas (p < 0.00001 y p <0.01
respectivamente) y permitieron rechazar la hipótesis de distribución hipotética
normal de las observaciones de las variables, y que por el contrario, los registros
se ajustaron a un patrón de distribución agregado o en manchas (s2฀>฀m), razón
por la cual, se probó el ajuste de los datos a una distribución binomial negativa.
Sin embargo, al realizar las pruebas de Kolmogorov-Smirnov (P<0.01) y chi
cuadrado (P<0.000001), se observó que las variables tampoco se ajustaron a ésta,
razón por la cual, es necesario explorar en otros modelos la variabilidad espacial
de los parámetros.
Para el caso de la biomasa se logró ajustar las observaciones con el modelo log
normal, utilizando la fórmula S(R) = S0 exp (–a2R2); donde S(R) = número de
especies en la i-ésima clase a la derecha y a la izquierda de la curva simétrica; S0
= número de especies en la octava modal; a = (2s)1/2 el inverso del ancho de la
distribución. Situación similar se encontró para algunas características químicas,
las cuales presentaron alta variabilidad espacial con dependencia en el tipo de
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
elemento, por lo tanto, es necesario limitar las distancias en el plan de muestreo. En
la subcuenca del río Cabuyal, departamento del Cauca, se recomienda muestrear
en un radio de 0-10 m para calcio, aluminio, carbono orgánico, saturación de
bases y saturación de aluminio; para materia orgánica de 10-20 m; para magnesio
y manganeso de 20-40 m (Buitrago 1995).
En el nivel químico, también se buscaron patrones de agrupación para muestras
provenientes de diez tipos de usos de la tierra, se hizo análisis de conglomerados
(cluster analysis), el cual permitió diferenciar tres grupos de acuerdo con el
porcentaje de C: el primero, caracterizado por un contenido promedio de 12,7%
± 2, el segundo 4,4 ± 1 y el tercero 7,9 ± 1,5. Este hallazgo permitió diferenciar
al carbono como característica clave y sensible para monitorear cambios en el
estado de la materia orgánica e interpretar la degradación o restauración de los
usos de la tierra estudiados. Los niveles más bajos coincidieron con muestras
que provenían de agroecosistemas susceptibles a la erosión, mientras que los
más altos correspondieron con sitios donde se conservó la cobertura supericial
(Feijoo 2001).
Los parámetros físicos, sólo presentaron variación signiicativa a 10 cm de
profundidad, con tendencia a estabilizarse. Por ejemplo, la humedad del suelo
no presentó un rango de oscilación muy amplio (35 y 55 %, v/v), mientras que la
resistencia a la penetración decreció abruptamente con relación a la profundidad
pero no varió signiicativamente (p>0001) con relación al espacio. Es esta una
razón más que explica el por qué la porosidad total disminuyó mientras que la
densidad aparente aumentó con la profundidad, y es que hubo mayor tendencia
al adensamiento, a pesar del efecto de las raíces y los organismos cavadores en
la Selva >40 años mientras que en el Pastizal los bovinos ejercen fuerte presión
con el pisoteo a pesar de su baja carga animal por hectárea (0,7).
La variabilidad en los parámetros que se midieron, enseña la complejidad de
los agroecosistemas Neotropicales. Los resultados no muestran una tendencia
clara en el patrón de distribución de las variables biológicas, físicas y químicas,
probablemente se trata de sistemas complejos, que requieren del uso de otro
tipo de herramientas para el análisis de los datos, o generar otros modelos que
interpreten la variabilidad y patrones de distribución.
La diversidad y distribución de las especies de lombrices, probablemente depende
más de la heterogeneidad espacial; sin embargo, si la heterogeneidad espacial
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
esta limitada, en gran medida, de la hojarasca, y en el caso de la Selva es probable
que hojas de diversos árboles y arbustos entren al sistema en distintas épocas del
año, por lo tanto la interacción entre la heterogeneidad espacial y temporal puede
estar afectando también la diversidad. Futuras investigaciones pueden ser útiles
para identiicar y cuantiicar indicadores biológicos, ecológicos y de interacción
de éstos con parámetros físicos y químicos, como una medida para establecer
programas de monitoreo y evaluación de bases de datos para generar tecnologías
sostenibles que permitan predecir cambios en sistema de cultivo.
Al tener en cuenta las diicultades que existen para el análisis de la información,
Feijoo (2001) se propuso determinar índices de abundancia y biomasa que
permitieran agrupar los registros. Se obtuvieron seis rangos la variabilidad total
y por medio de ellos se logró identiicar el patrón de agrupación de los tamaños
de clase con diferencias signiicativas. Esto permitirá en el futuro estimar de
manera rápida las tendencias en la distribución de lombrices para recomendar
estudios relacionados con las interacciones entre las propiedades físicas, químicas
y biológicas, y así, determinar factores que inciden en la agregación, a la vez que
permita construir índices de la calidad del suelo. Los índices también permitirán
orientar investigaciones relacionadas con la dinámica de los parches de lombrices
que contienen alta o baja abundancia o biomasa, a pesar que en algunos trabajos se
encontró que los parches de lombrices fueron independientes de profundidad, los
contenidos en arcillas o de carbono del suelo (Lavelle et al. 1998). Este hallazgo,
permitirá en el futuro adelantar estudios tendientes a determinar las causas de la
agregación espacial y temporal, y discutir el cambio de las especies y su ainidad
para aparecer agrupadas o no. Esto sería prometedor en el desarrollo de una
escala común para monitorear la calidad del suelo en diversos usos de la tierra y
a diferentes escalas del paisaje; además, muestra la importancia que pueden tener
en el futuro para relacionar parámetros dinámicos con la función y los procesos
del suelo como iltro ambiental, a pequeña y gran escala.
Agenda de Trabajo
La premisa generalizada es que la perturbación de las selvas tropicales con ines
de introducción de sistemas de producción agrícola intensivos, ha ocasionado
la ruptura de ininidad de ciclos trayendo como consecuencia la extinción de
especies animales y vegetales, y el deterioro de la cubierta vegetal del suelo.
La agricultura intensiva es una de las principales causas de la reducción de la
diversidad en muchas áreas del mundo (Hoffmann y Greef 2003). Sin embargo,
la agricultura del paisaje se ha desarrollado en áreas relativamente pequeñas,
debido a las condiciones naturales y socioculturales, con diferentes estructuras,
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
especies especializadas y diversidad diferente. Además, en ocasiones las actividades
antrópicas crean interferencias benéicas que rompen la continuidad y posibilitan
el establecimiento de refugios críticos de biodiversidad en pequeños espacios con
características especiales. Por lo anterior, se requiere ordenar, a nivel del espacio
geográico (localidades, regiones y paisaje), para delimitar el impacto y caliicar los
efectos de los sistemas agrícolas, de acuerdo con el consenso de los agricultores,
los conceptos que se formulen a nivel institucional y las mediciones realizadas en
campo en diferentes escalas espacio-temporales y con la unión entre agricultores
-criadores e investigadores.
A nivel local se requiere ampliar esfuerzos para estudiar el sistema inca, el cual
expresa las funciones que debe cumplir en la percepción del campesinado para
contribuir en la realización del proyecto de vida familiar; hacer visible a los vecinos
y a otras personas de la vereda, las competencias que lo identiican como cultivador
-criador campesino. En síntesis, al leer el sistema inca se pueden hacer visibles
la dimensión simbólica-afectiva de la producción en la cultura del campesinado
(Salgado y Prada 2000) y el proceso de construcción de identidad mediante la
coherencia de estéticas y de órdenes transitorios. Es la conversión del campesino
de destinatario en destinador de enunciados para encontrar sentido al accionar
práctico frente a las propuestas y ordenes de desarrollo (Zúñiga 2006, Zúñiga et
al. 2003).
Este panorama exige la construcción de indicadores para evaluar la biodiversidad
en áreas del paisaje con formas de manejo agrícola diversas. Lo cual, implica hacer
visibles los efectos y tener en cuenta las condiciones ambientales naturales (geología
y condiciones climáticas), antropogénicas (prácticas de manejo específicas,
fragmentación del hábitat), los procesos ecológicos, los factores socio-económicos,
las redes de actores asociados, productores agrarios y consumidores.
Las evaluaciones del impacto del uso de la tierra sobre el cambio en la biodiversidad
en el contexto de los cambios globales de los escenarios, es una tarea importante
e implica tomar aspectos de la diversidad tales como la composición la estructura
y la función (Zebisch et al. 2004). Por lo tanto, no todos los sistemas se pueden
caliicar de igual manera, y aunque existen abundantes bases de datos con masivas
caracterizaciones a nivel de cuencas para Colombia y Latinoamérica, son muy pocos
los trabajos que hacen énfasis en las interacciones; por lo tanto, se requiere aunar
esfuerzos con el objetivo de trabajar en los archivos para demostrar la sensibilidad
de los atributos de la biodiversidad desde el nivel del paisaje, el ecosistema, hasta
los cambios del uso de la tierra en la escala local y regional.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
La complejidad de la información relacionada con la composición de las especies
y los factores involucrados en las actividades de las incas, permiten airmar que
no es posible construir un solo indicador coherente con las diversa situaciones
del paisaje para explicar las luctuaciones de la diversidad (Duelli y Obrist 2003,
Feijoo et al. 2006). Sin embargo, estas pueden proveer información relacionada
con la intensidad del uso y la presión del sistema inca sobre el ambiente biótico. Se
requiere correlacionar los procesos y la dinámica a nivel del paisaje con actividades
agrícolas, formas de manejo, áreas construidas, cualidades del suelo, registros de
biomasa, carbono, nitrógeno, las áreas de los usos del suelo y la abundancia y
biomasa de lombrices para empezar a diseñar una matriz que posibilite evaluar
las interacciones e introducir los conceptos de sistemas humanos para caliicar y
organizar pronósticos que planiiquen el uso del terreno.
Los sistemas montañosos andinos se caracterizan por su fragilidad y susceptibilidad
a la degradación antropogénica; sin embargo, algunos sistemas tradicionales de
cultivo, pastizales y cafetales, son ambientes propicios para la conservación de
la biodiversidad, recolonización y la multiplicación natural de las especies y,
además, han permitido la formación de islas biogeográicas o refugios críticos,
que hacen necesario comprender los diferentes modelos surgidos, a partir de la
transformación del paisaje. Por lo tanto, el término “indicador” es un referente que
requiere involucrar diferentes factores y variables para comprender la complejidad
del paisaje y la diversidad de las interacciones a nivel local. Por otro lado, la
contribución de la zoogeografía, posiblemente, permitirá construir hipótesis
sobre las relaciones entre las zonas y aportar información de géneros o especies
indicadoras de conexión entre ambientes. Sin embargo, se hace necesario la
construcción de métodos de estudio sistemáticos que involucren el carácter global,
regional y local que permitan ordenar la relación entre el hábitat, las relaciones
espacio-temporales y las especies que lo frecuentan para generar políticas de
manejo o formas de evaluar el posible efecto del calentamiento global o el impacto
de las comunidades humanas.
Agradecimientos
Los autores agradecemos a la Universidad Tecnológica de Pereira y a Colciencias
por inanciar la realización del proyecto Evaluación del Aporte de Algunos
Servicios Ambientales en Fincas de la Cuenca del Río La Vieja, el cual ha generado
información valiosa para la elaboración de este artículo.
11
120
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
TERCERA PARTE
ARQUEOLOGÍA,
HISTORIA AMBIENTAL
Y PATRIMONIO CULTURAL
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
3.1. Re-leyendo los Palimpsestos de La
Catedral de Nuestra Señora de La Pobreza y
del Salado de Consotá. Arqueología, Historia
y Reactivaciones Patrimoniales en Pereira,
Colombia
Resumen
Martha Cecilia Cano Echeverri*
Carlos Eduardo López Castaño**
Luz Marina Mora González***
Se presentan dos casos sobre ocupaciones tempranas, fundaciones históricas,
re-ocupaciones e industrialización en el sector de Pereira. Hoy en día, la
comunidad sensible a su patrimonio cultural re-signiica estos dos sitios,
proponiendo nuevas formas de apropiación. Los datos recuperados apoyan
propuestas de desarrollo educativo y programas turísticos.
Palabras Claves: Patrimonio cultural, historia ambiental, proyectos
comunitarios, Catedral de Pereira, Salado de Consotá.
Abstract
This article examines two case studies about early peopling, foundations,
re-establishment and industrial processes, in the municipality of Pereira.
Nowadays, the commitment of a group of people sensible to cultural
heritage, recognize new ways of re-signifying these two sites, promoting
local values in educational programs and tourist projects.
Keywords: Cultural heritage, environmental history, comunitary projects,
Cathedral of Pereira, Consotá salt-source.
____________
* Antropóloga. Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental. Profesora Facultad de
Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. E-mail: [email protected]
** Antropólogo, PhD. Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental. Profesor Facultad
de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. E-mail: [email protected]
*** Antropóloga. Investigadora, Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental,
Laboratorio de Ecología Histórica y Patrimonio Cultural, Facultad de Ciencias Ambientales,
Universidad Tecnológica de Pereira. E-mail: [email protected]
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Introducción
Re-escribir la historia de nuestras ciudades no es tarea fácil; los imaginarios
populares, los hitos fundacionales, las dinámicas de cambio y las evidencias que
día a día se van descubriendo, son elementos crecientes para pensarnos como
comunidad territorial. Hacemos parte además de los habitantes que ocupamos
escenarios ya utilizados y transformados por otras sociedades a través del tiempo.
En este sentido, los palimpsestos arqueológicos (textos escritos sobre otros textos),
se constituyen en interesantes ejemplos de cómo los aportes de la arqueología, la
geología y la historia pueden corroborar y brindar nuevas luces al conocimiento
del pasado y proyectarlo hacia las reactivaciones patrimoniales.
En los suelos del actual municipio de Pereira se han encontrado múltiples evidencias
superpuestas, desde culturas milenarias hasta nuestras huellas actuales. Los restos
arqueológicos, así como las herencias que perviven, constituyen testimonio vivo
de los pueblos autóctonos que poblaron estos territorios. Los rasgos en los suelos y
los hallazgos de contextos materiales dan cuenta de distintas formas de vida: desde
las evidencias tempranas de cazadores, los indicios primigenios de manipulación
de plantas y la domesticación inicial del paisaje boscoso, hasta complejas obras,
visibles en terraplenes, estructuras funerarias, petroglifos, vistosas piezas en oro
y cerámicas.
Así mismo, la llamada arqueología histórica viene aportando a la revaloración
de la historia de la temprana Cartago colonial y de la refundación y desarrollo
de la ciudad actual. En particular, el re-descubrimiento del valor arquitectónico
y el interés de los hallazgos arqueológicos de la Catedral de Pereira y del Salado
de Consotá, han generado nuevas preguntas sobre los procesos de cambio
cultural, considerando asentamientos primigenios, procesos de colonización,
transformaciones de paisajes y movilidad a través de tiempo. Paralelamente,
se considera el cambio en las percepciones y las valoraciones sociales, y sus
implicaciones para entender cómo se ha construido el pasado local (Mapa 1).
Los riesgos y desastres, como aspectos claves en lo ambiental, se ejempliican
en su proyección arqueológica, a partir del ejemplo de la Catedral. No podemos
-ni deberíamos- olvidar que vivimos en área de alto riesgo sísmico-volcánico, lo
que se releja de distintas maneras en el patrimonio urbanístico, arquitectónico
y cultural de la ciudad. Por otra parte, la sal, como recurso natural vital, cambia
su valor de acuerdo a los tiempos, pero hoy día podría ser revalorada en otras
perspectivas de acuerdo a otros marcos, por ejemplo el del turismo, sirviendo
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
además, a proteger un espacio ambiental fundamental, como es el del corredor
urbano del río Consota.
Mapa 1. Localización de los sitios arqueológicos Catedral de Pereira y Salado de
Consotá.
Interviniendo la Catedral (66PER012)
El 25 de enero de 1999 un movimiento sísmico de 6,2 grados en la escala de Richter
(Rosales y Meyer 2005), con un impacto importante en el denominado Eje Cafetero
colombiano, destruyó y desestabilizó distintas ediicaciones. Un programa de
reconstrucción dio paso –entre otras acciones– a demoliciones y/o reforzamientos
estructurales de distintos inmuebles públicos y privados. La Catedral de Nuestra
Señora de la Pobreza había soportando movimientos telúricos desde un siglo
atrás con relativo éxito; en este caso no fue la excepción; sin embargo, se decidió
fortalecer su estructura para evitar futuros desastres. En este proceso, más que la
sola intervención ingenieril y arquitectónica, las obras civiles de la Catedral de
Pereira dieron paso a lo que podríamos denominar una intervención histórica y
socio-cultural (Acevedo 2001, Cano et al. 2001).
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12
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Se inició por remover el maquillaje que cubría la Catedral, principal centro
religioso de la ciudad y del departamento de Risaralda. A partir de lo descubierto
bajo el manto de revoques y pinturas, se inició una puesta en valor de la dimensión
patrimonial arquitectónica, considerando la época de construcción y su particular
estilo, así como señalando la alta calidad técnica y estética de la compleja
estructura en madera que actualmente sostiene el techo de la ediicación (Foto 1).
Posteriormente se pasó al reforzamiento estructural, donde se debía intervenir el
suelo base del ediicio; así, fue necesario considerar el cumplimiento de protección
de patrimonio cultural durante el desarrollo de obras civiles y remoción de tierras,
contratando entonces un estudio integral de la dimensión histórica y arqueológica.
Se procedió a excavar en su interior, encontrando evidencias materiales y restos
humanos que sustentaban y abrían nuevos temas de trabajo, alrededor de la
antigüedad de la historia de Pereira (Cano et al. 2001).
Foto 1. Estructura en madera tipo “arquitectura temblorera” descubierta durante el
proceso de intervención de la Catedral de Pereira y obras de fortalecimiento estructural.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Durante las obras ingenieriles, se hizo el seguimiento de la mayor parte de las
excavaciones realizadas por los constructores. Las obras implicaron un cambio
total del piso, por lo que se aprovechó para describir la mayor parte de los
periles estratigráicos expuestos y se llevaron a cabo algunas excavaciones
arqueológicas controladas que permitieron entender la secuencia de usos de este
espacio sagrado a través del tiempo. El análisis estratigráico permitió reconocer
acumulaciones antrópicas, aplanamientos y pisos asociados a distintos momentos
históricos (González 2001). En algunos depósitos de suelos orgánicos de más
de un metro de espesor, fue común encontrar fragmentos cerámicos de distintas
clases, principalmente cerámica indígena de periodos tardíos (últimos 1.500
años aproximadamente), además de evidencias alfareras del período colonial,
algunas de aspecto burdo, fabricada con torno, así como cerámicas inas conocidas
como mayólica europea y porcelana. La presencia de vidrios y clavos metálicos
antiguos completa este importante conjunto de materiales (Cano et al. 2001,
Mora 2006).
Se destacó el hallazgo de restos óseos humanos (ca. 27 individuos de acuerdo a
las dentaduras recuperadas). En particular cinco esqueletos orientados en sentido
perpendicular a la actual Catedral fueron hallados en buen estado de conservación,
(Cano et al. 2001, Rodríguez 2004). La mayoría de sus formas de enterramiento
se asocian a pautas de rito católico. Carbón asociado a uno de los esqueletos
fue analizado mediante 14C, cuyos resultados ratiicaron la ocupación durante
la Colonia Española (cal 1640 AD, Figura 1), particularmente conirmando
arqueológicamente el asentamiento de la iglesia de Cartago la Antigua (Cano et
al. 2001, Cano 2004).
Los entierros generaron una amplia expectativa por su hallazgo en el interior de
la Catedral, en particular los cinco individuos inhumados formalmente en ataúdes
de madera. Gracias a los estudios del antropólogo físico José Vicente Rodríguez,
se cuenta con análisis sobre las características de estos individuos que indican un
origen caucasoide (europeo) de 4 de ellos, así como la presencia de una mujer
con rasgos mestizos (Rodríguez 2004).
12
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Figura 1. Calibración de Fecha de 14C en 1640 AD.
Foto 2. Línea de piedras que demarcan una de las paredes de la iglesia de Cartago la
Antigua, excavadas al interior de la Catedral de Pereira.
Si bien, varios acercamientos históricos habían brindado luces sobre el pasado de
la ciudad, ahora entraba a jugar un papel protagónico, la disciplina arqueológica,
poco explorada hasta entonces; en particular, se fortaleció la cooperación entre
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
arqueología e historia, desarrollándose una aproximación interdisciplinaria en
el análisis de las evidencias materiales, las escritas y la tradición oral. Desde
esta perspectiva, se trascendió el imaginario en torno al objeto de estudio de la
arqueología, como sólo evidencias indígenas, y se logró posicionar su aplicación
a tiempos históricos, de los últimos 500 años. Se abordaban entonces, procesos de
la primera fundación urbanística en el poblado de Cartago La Antigua, época de
la Colonia Española, su posterior re-fundación republicana como Pereira, hasta
la actualidad (Cano et al. 2001, Cano y López 2003). (Foto 2).
Redescubriendo el Salado de Consotá (66PER089)
Referentes concretos sobre la existencia de aguas saladas llegaban desde la época de
la conquista española, hacia el Siglo XVI. Principalmente las crónicas de conquista
narraron con detalle la forma en que los indígenas americanos obtenían sal en
grano, evaporando el agua salada que obtenían de fuentes especiales (Acevedo
2004, Acevedo y Martínez 2004, Cieza 1985, Rodríguez y Acevedo 2004, Zuluaga
1998, 2002). Escenario especial para este tipo de recursos, se daban en la conocida
zona Quimbaya, margen derecha del río Cauca, en su sector montañoso del curso
medio de la cuenca (Cieza 1985, Simón 1981, Zuluaga 1998, 2002).
Los procesos de conquista y dominación por parte de los españoles, condujeron
a un cambio importante tanto en la forma de explotación de las fuentes saladas,
como la obtención de sal a partir de roca. De las vasijas cerámicas indígenas, usadas
para hervir el agua, se pasó a vasijas de cobre traídas desde el Viejo Mundo. De la
combustión directa sobre hogueras, se pasó a la fabricación de hornos industriales
en ladrillo para cocer grandes cantidades de la salmuera (López y Cano 2004).
Así, por miles de años, distintas culturas y distintas formas de explotar las aguas
saladas, ocurrieron en la región. En los escritos se destaca la industria salinera
que se ejercía en el Salado de Consotá, a orillas del río Consota, inicialmente en
el poblado de Cartago, y luego, la naciente Pereira. Cientos de años más tarde,
a mediados del Siglo XX, la sal obtenida de las fuentes saladas fue reemplazada
por aquella obtenida en las minas de Zipaquirá, Cordillera Oriental de los Andes
colombianos, (Acevedo 2004, Acevedo y Martínez 2004, Rodríguez y Acevedo
2004). En el año de 2003 se dio paso a la recuperación de esta historia, a través
de un proyecto de investigación acompañado por la Universidad Tecnológica de
Pereira y la Agencia de Cooperación Alemana GTZ, dando como resultado el
re-descubrimiento del Salado de Consotá (Acevedo 2004, Acevedo y Martínez
2004, Cano 2004, López y Cano 2004, Pino 2004, Rodríguez y Acevedo 2004,
Tistl 2004).
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Una parte muy importante de este re-descubrimiento se basó en el testimonio oral
de distintos actores; destacamos el entusiasmo de Don Oscar Gutiérrez (Q.E.P.D.)
quien inspiró tanto a profesionales y curiosos del Salado de Consotá. Su experiencia
como caminante del sector orientó junto con varios de sus amigos, la localización
del sitio exacto del brote del agua salada y estructuras asociadas (Cano 2004,
López y Cano 2004, Pino 2004, Tistl 2004) (Foto 3).
Foto 3. Paisaje Sector Salado de Consotá.
Foto 4. Acuarela “Salinas del Consota” (H. Price), propiedad del coleccionista Juan Kalb.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Del conjunto de cultura material recuperada, asociada al agua salada, se destaca el
horno en ladrillo donde procesó mucha de la sal que se consumía en Pereira, en su
primera mitad de siglo de existencia; datos de ello se destacan en escritos históricos,
reportados por A. Acevedo (2004) y V. Zuluaga (2004, 2006). Adicionalmente, una
acuarela elaborada por el pintor H. Price de la Comisión Corográica de mediados
del Siglo XIX, denota la importancia de la industria, 11 años antes de la fundación
oicial de Pereira (Foto 4), por la dimensión de las construcciones tradicionales
donde vivían los trabajadores y protegían las estructuras de combustión; se destaca
la presencia de una chimenea donde se puede percibir igualmente las dimensiones
de la industria en la época.
Replanteando la Historia Local
La actual ciudad de Pereira fue fundada oicialmente el 30 de agosto de 1863.
Aunque fue una zona densamente poblada en épocas indígenas anteriores al Siglo
XVII, la catástrofe demográica fue muy alta en esta zona y grandes sectores del
piedemonte cordillerano quedaron casi despoblados. A mitad del Siglo XIX, se
reactivó la reocupación de las montañas cubiertas de bosques en el centro occidente
colombiano, desarrollando el proceso conocido como colonización antioqueña.
La historia “básica” u oicial de Pereira ya parecía estar escrita, con sus fechas
y nombres clásicos, por lo que poco o nada había que agregar, más allá de las
simples recapitulaciones. No obstante, los estudios arqueológicos e históricos
desarrollados a partir de los hallazgos en la Catedral de Nuestra Señora de la
Pobreza y del Salado de Consotá, reavivaron localmente varias inquietudes en
cuanto a los alcances de la historia local. Temas como las particularidades del
período de contacto entre nativos e invasores europeos, los usos de los espacios
urbanos y rurales, la instalación de las primras industrias y sus implicaciones en
los posteriores desarrollos socioculturales en la región, fueron puestos sobre la
mesa de estudio (Acevedo 2001, Cano et al. 2001, Cano y López 2003, López y
Cano 2004, Zuluaga 2002). Recientemente el historiador Víctor Zuluaga viene
haciendo igualmente investigaciones y análisis que replantean distintos aspectos
de la “verdadera” historia de la fundación de Pereira (Zuluaga 2006).
En las ciudades jóvenes como Pereira, desarrolladas en el marco de la economía
ligada a los mercados mundiales, primó siempre el auge “modernizador” vinculado
al desarrollo industrial. La dicotomía entre conservar o destruir el pasado
(básicamente en torno al patrimonio arquitectónico), poco se había presentado.
133
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Las presiones de la modernidad llevaron a la desaparición de gran parte del
patrimonio histórico, arqueológico y arquitectónico local. El auge económico de
las llamadas “bonanzas cafeteras” sostuvo por décadas el interés por lo extranjero,
así como alimentó la posibilidad de unos pocos de la compra de lo exclusivo, de
lo novedoso, para ser exhibido como forma de poder. En particular, a partir de
la década del 50 es notoria la mezcla indiscriminada de estilos arquitectónicos
que han dejado como herencia ciudades híbridas, de alguna manera, carentes de
personalidad.
No obstante, estas tendencias de “borrón y cuenta nueva”, no fue el que guió
la intervención de la Catedral de Pereira. Tampoco fue el que primó, cuando se
planteó el desarrollo de una obra urbanística en los alrededores del Salado de
Consotá, lo cual hubiera llevado a la destrucción total del sitio. Por el contrario,
fue posible gestionar iniciativas alrededor de la protección patrimonial, con el
apoyo de personas decididas e instituciones gubernamentales y educativas (Cano
et al. 2001, Cano y López 2003, López y Cano 2004). Entes como el Ministerio
de Cultura, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia-ICANH, la
Universidad Tecnológica de Pereira, la Alcaldía de Pereira, la Academia Pereirana
de Historia, la Gobernación de Risaralda y la Corporación Autónoma Regional
de Risaralda-CARDER, han venido apoyando con proyectos de investigación y
gestión, la protección del Salado de Consotá y la proyección de la Catedral de
Pereira y el Salado de Consotá.
Dinámicas de Poblamiento y Colonización
Los procesos decimonónicos de poblamiento liderados por campesinos venidos de
las montañas antioqueñas, se relacionaron, entre otros aspectos, con una mirada
progresista relacionada con la domesticación del paisaje boscosos, que incluía
la tumba de bosques y establecimiento de cultivos productivos (Valencia 1996).
Desde las primeras décadas del Siglo XX, se consolidó el uso de la tierra hacia
la “cultura del café”, logrando imagen y eco mundial. Los recursos obtenidos
sostuvieron no solamente la economía regional, sino también constituyeron por
décadas buena parte de la riqueza comercial del país (Bejarano 1996, Parsons
1979). Este tipo de uso de los suelos, trajo efectos diferenciales en el entorno,
particularmente con altos costos ambientales por el sistema implantado hacia
la década de los 1970 del Siglo XX, efectos hoy visibles en las zonas cafeteras
(Ver Rodríguez y Guhl en este volumen). Posteriormente se dió una tendencia
a la “africanización” o sabanización ganadera en buena parte de los paisajes
(Palacio 2002).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
La gesta colonizadora fue plasmada en monumentos “al hacha y el machete”,
recordando una ideología y un arrojo dominante del entorno, aspecto que hoy día
se cuestiona desde percepciones post-modernas, como las ambientalistas. Se ha
destacado entonces la generación de un “paisaje cultural cafetero”, caracterizado
por el desarrollo de un modelo minifundista de tenencia de la tierra, ligado a las
características de usos del suelo y tipos de arquitectura y vivienda tradicional
(Robledo y Prieto 2002).
Sin embargo, el Salado de Consotá y la Catedral de Pereira, nos han permitido mirar
más allá en el tiempo, pasando del paisaje cafetero e incluso adentrándonos en el
asentamiento de Cartago La Antigua, el cual ocupara entre los años de 1541 y 1691,
el mismo sitio que hoy ocupa la actual Pereira. Los documentos escritos indican
que ésta había sido fundada por el conquistador Jorge Robledo y posteriormente
reubicada en cercanías del río Cauca, donde hoy se encuentra la ciudad de Cartago,
departamento del Valle del Cauca (Cano et al. 2001, Cano y López 2003, Duque
et al. 1963, Zuluaga 2002). Sin embargo, estos mismos documentos históricos
narraron acerca de los grupos indígenas que ya habitaban el sitio, a la llegada de
los conquistadores, los cuales fueron nombrados como Quimbayas (Cieza 1985,
Duque 1990, Friede 1963, Simón 1981, Zuluaga 2002).
La pregunta sería cuáles serían los ambientes predominantes hacia el siglo
XVI, cuando los aborígenes y particularmente los grupos emparentados con los
llamados Quimbayas ocupaban de manera dispersa la cuenca media del río Cauca
y vertientes cordilleranas (Duque 1990, Friede 1963). Es importante mencionar
que, por más de un siglo, el nombre de Quimbayas, tomado de las crónicas, fue, y
continúa siendo, extendido a todas las evidencias aborígenes que se encuentran en
la región. Se da así un efecto que se ha conocido en las discusiones arqueológicas
como el “Imaginario Quimbaya”, donde todo vestigio arqueológico encontrado en
la zona se “cree” haber sido fabricado por los Quimbayas. Incluso, obras maestras
de orfebrería y cerámica, conocidas como “Quimbayas”, no fueron realizadas por
esos grupos vistos por los españoles, sino por grupos más antiguos, deinidos en
la literatura arqueológica como “Clásicos Regionales” (Bruhns 1975, 1990, Cano
1995, 2001, Pérez de Barradas 1966, Reichel-Dolmatoff 1986). Considerando
los elementos que brinda la arqueología podemos comprender que la mirada de
lo llamado quimbaya –o grupos “históricos” vistos por los europeos- no cubre ni
agota la complejidad de los procesos de poblamiento aborigen. Este imaginario
Quimbaya, solo se supera al reconocer la existencia de otros grupos que vivieron
cientos y miles de años atrás. Estos escenarios más antiguos hacen parte de la
agenda de trabajo no sólo de la arqueología sino de la paleoecología, pues la
13
13
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
búsqueda y análisis de restos materiales, así como la descripción e interpretación
de evidencias microscópicas presentes en los suelos, reconstruyen escenarios y
dan luces sobre distintas historias no escritas.
Los Grupos más Antiguos
Para encontrar las evidencias dejadas por los grupos más antiguos, es necesario
conocer muy bien la dinámica de la formación de suelos, con lo cual se adquieren
mejores niveles de análisis en la formación de los sitios arqueológicos. Desde la
perspectiva de la geoarqueología, ha sido posible identiicar en las distintas capas
de cenizas volcánicas, las distintas ocupaciones humanas, intercaladas e incluso
superpuestas a estos fenómenos naturales, típicos de esta región. Así, nos hemos
podido acercar al reconocimiento de esas evidencias culturales más antiguas,
halladas hasta el momento, representadas básicamente en artefactos líticos usados
para labores tempranas de manipulación de plantas. Al mismo tiempo, inmersos en
los suelos e incrustados en las piedras usadas para su procesamiento, se encuentran
evidencias de las plantas útiles. Se llega entonces a determinar la presencia de
sociedades que colonizaron a comienzos del Holoceno (hace 10.000 años, al
inal de la última glaciación) los bosques tropicales que cubrían la región. Estas
sociedades son reemplazadas hacia el tercer milenio antes del presente, por grupos
cuyos conocimientos del entorno los llevaron a establecerse en asentamientos más
permanentes, apoyados por la manipulación de plantas mediante la agricultura, y
la fabricación de vasijas en cerámica o elementos de orfebrería, entre otros (Cano
et al. 2001a, 2001b).
Ecología Histórica, Historia Ambiental y Arqueología Histórica
Es importante volver la mirada hacia el componente ambiental en el marco de la
larga duración, pues, además de los factores culturales antes mencionados, efectos
como los producidos por el vulcanismo y la sismicidad, son de alto impacto en
la región (Proyecto UTP-GTZ 2001, Rosales y Meyer 2005, van der Hammen
1992). En la actualidad se viene estudiando con interés el riesgo volcánico
(Hermelín 2005, Lalinde y Toro 2004), siendo de gran interés rastrear documentos
y evidencias físicas de estos fenómenos. En las crónicas españolas, así como
en el registro estratigráico se encuentran evidencias asociadas a las erupciones
volcánicas del sistema de volcanes de la Cordillera Central y en particular el
volcán del Ruíz. Las últimas erupciones importantes se registraron en crónicas
como las de Fray Pedro Simón (Acevedo 2001, Simón 1981, Zuluaga 2002).
Este ha hecho en los últimos siglos, y milenios, fuertes erupciones, las cuales
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
han depositado capas signiicativas de ceniza volcánica con amplia distribución
regional (Hermelín 2001, Orozco 2001, Lalinde y Toro 2004).
El contar con documentos escritos reitera o complementa el aporte de las evidencias
arqueológicas de acuerdo a las preguntas de los investigadores; la interpretación
de los datos requiere establecer un buen enlace entre lo material y lo escrito (Cano
y López 2003). Se pretende lograr una nueva mirada de las fuentes con distintas
preguntas, buscando generar y contrastar hipótesis a partir de ellas (Funari 2002,
Patronato de Panamá 2001, Senatore 1997, South 1977, Zarankin y Senatore 2002).
Por lo tanto, en este caso, es posible calibrar el “reloj estratigráico-volcánico”
de la historia ambiental, con el reloj de la arqueología histórica. Un aspecto a
destacar, es que el registro arqueológico, dependiendo de su enfoque y resolución,
aporta información distinta pero complementaria a la que puede provenir de los
datos escritos.
Por tratarse de un período de choques culturales, varios autores reclaman estudios
más detallados, buscando aportes a partir de miradas alternativas, más auténticas
y comprometidas hacia la construcción de un panorama menos occidentalizante
de nuestra historia. En la última década, se han desarrollado proyectos en varias
ciudades latinoamericanas que comienzan a discutir las crónicas históricas,
enfatizando que los lugares donde se han fundado las poblaciones, han sido
producto de procesos que van más allá de los datos fundacionales que presenta la
historia tradicional. Así se aportan miradas diferentes a problemática históricas
del contacto colonial (Arcila 1986, Funari 2002, Patronato de Panamá 2001,
Schavelson 1992, Senatore 1997, Therrien et al. 2002, Weissel et al. 2000, Zarankin
y Senatore 2002).
La arqueología histórica aporta nuevas perspectivas desde una mirada global, al
identiicar costumbres y al contemplar materiales venidos de otras latitudes. Esto
permite trascender los niveles regionales y locales. En este caso, se re-considera
la inluencia y el impacto de las ideologías y prácticas foráneas, particularmente
plasmadas en los rituales funerarios, en el caso de la Catedral (ver Martín y Díaz
2000), así como en la presencia de materiales relacionados con contextos europeos,
que permiten vincularlos con sistemas de comercio mundial y los procesos de
intercambio propios de ciertas épocas, deinidas por su estilo (Funari 2002,
Rovira 2001, Senatore 1997, Therrien et al. 2002, Weissel et al. 2000, Zarankin
y Senatore 2002).
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Patrimonio Cultural: Activaciones y Proyecciones
El reconocimiento del patrimonio cultural en sus diversas manifestaciones,
comienza a abrir nuevas relexiones, teniendo en cuenta cómo puede aparecer
en las construcciones sociales y cómo puede revitalizarse (Ballart 1997, Bolívar
1999).La re-activación de lo que podría considerarse patrimonio cultural se da
en torno a, cómo contemporáneamente se puede volver a mirar lo tradicional,
no solamente en términos de monumentos, espacios antiguos, o concepciones
impuestas, sino también desde la resigniicación de elementos del entorno. Un
ejemplo concreto es el del actual uso de la guadua, pues se vuelven a valorar
ciertos materiales y diversas tecnologías, hasta hace poco consideradas de bajo
nivel. A partir de los ejemplos de sitios arqueológicos como la Catedral de Pereira
y el Salado de Consotá, ha sido posible observar una interesante aplicación de
resultados de investigación hacia una concreta proyección social, permitiendo la
ampliación del conocimiento sobre los procesos dinámicos y de cambio ocurridos
en un territorio particular.
A partir de los aportes de la arqueología histórica nos podemos preguntar ¿hasta
dónde los elementos de la vida colonial o indígena pueden ser considerado
como algo propio para los actuales habitantes de Pereira, ciudad identiicada
tradicionalmente por los valores de la cultura cafetera? En ese sentido la
comprensión y vivencia del patrimonio cultural no puede ser vista como algo
dado, establecido, inamovible e inerte, sino como parte de un proceso histórico
particular. Nos preguntamos entonces, si se podría comenzar a considerar una
presentación distinta, otra mirada y divulgación, del patrimonio y las circunstancias
cambiantes de la ciudad.
J. Ballart (1997) considera que el patrimonio es la identiicación de algo propio
por un conjunto de individuos. Con esta conciencia, es posible, para un grupo
de personas, cuestionar las visiones hegemónicas que han predominado sobre el
patrimonio e imprimirle valor agregado, desde lo propio. Como ejemplo se puede
mostrar el interesante caso de la estructura en madera que sostiene el techo de
la Catedral. Esta estaba cubierta por un cielo raso con pinturas clásicas. Durante
las obras de reconstrucción se retiró para cambiar las maderas dañadas. Se hizo
entonces el descubrimiento de esta estructura destacable, la cuál demuestra la
importancia de los saberes tradicionales que han sido exitosos funcionalmente.
El diseño permitió a la Catedral mantenerse en pie durante varios temblores.
Se demostró que aspectos poco o nada valorados, o que no fueron importantes
de mostrar en otras épocas, pueden tornarse dignos de admiración en otras
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
dimensiones, por ejemplo tecnológicas, estructurales, o incluso estéticas ligadas al
arte del trabajo de la madera, etc. Este estilo arquitectónico en el Eje Cafetero se
ha deinido como “arquitectura temblorera” (Robledo y Prieto 2002) y se reconoce
como adaptación cultural a una zona identiicada como de alta sismicidad.
Se plantea un contraste, entre la hegemonía vinculada a la original visión religiosa
de la iglesia, en el lenguaje pictórico de los ángeles, de lo blanco, de las pinturas,
y ahora en contraste, se empieza a cambiar por nuevas percepciones, como pueden
ser las de lo natural, de lo rollizo, el ladrillo a la vista, etc. Por otro lado, el Salado
de Consotá ha brindado causas de re-activación patrimonial, no sólo por los datos
históricos recuperados desde su hallazgo, sino por la apropiación que la comunidad
actual ha tenido con el re-descubrimiento. Los documentos localizados en archivos,
donde se demuestra la importancia de la industria salinera tanto para Cartago la
Antigua y las comunidades indígenas remanente, como para la naciente Pereira de
inales del Siglo XIX han sido trascendentales para demostrar la importancia del
sitio (Acevedo y Martínez 2004, Cano 2004, 2006, Rodríguez y Acevedo 2004,
Zuluaga 1998, 2002). Paralelamente, también ha sido importante la revitalización
del uso del espacio como destino de recreación y esparcimiento de ines de semana
para familias campesinas y de periferia urbana. Se ha ampliado el espectro de
recorrido, desde el baño en el río y el almuerzo a sus orillas, para reconocer y
experimentar la historia desde el lugar donde ocurrió y sigue ocurriendo.
De esta manera, se viene superando, la limitada conceptualización de
patrimonio únicamente como objetos o bienes materiales. Ahora, los enfoques
interdisciplinarios aplicados a esta investigación ofrecen elementos de relexión
sobre cómo los bienes culturales no son los objetos (productos de la guaquería, del
oro, del monumento estático), sino implican otros aspectos y contextos intangibles
a los que se les comienza a dar un valor. En algunos bienes es posible interpretar
decisiones, adaptaciones que muestran procesos de cambio de las ocupaciones
humanas a través del tiempo. Esta posibilidad de empoderarse de entornos o
procesos, en las diferentes etapas a través del tiempo, empieza a constituir la nueva
historia de la ciudad, es decir, a darle signiicado a distintas experiencias humanas.
Así cobran valor los usos del espacio, la territorialización y las construcciones que
se han dado a través del tiempo en procesos colectivos, señalando cuáles han sido
los intereses y los propósitos involucrados y cómo se han legitimado.
Los espacios rituales son del mayor interés para los estudios antropológicos como
puntos de referencia centrales de cada cultura. Las iglesias, y particularmente las
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
catedrales, se constituyen en ejes espacio-temporales donde se maniiesta, canaliza
y centraliza el poder divino y se proyecta también el poder humano. Un espacio
de estas características constituye un epicentro histórico, donde prima lo colectivo
sobre lo doméstico, lo trascendente sobre lo cotidiano, por eso se constituye en un
referente clave en el desarrollo urbano y regional. El considerar centros, caminos y
áreas periféricas, posibilita una visión de conjunto, o regional amplia, en el marco
histórico, o en particular de una arqueología histórica del paisaje, o del ambiente
que debe ser desarrollada a futuro.
Finalmente, se debe mencionar que durante el proceso de intervención se construyó
otra “Catedral alterna”. Esta se construyó en guadua, con un diseño altamente
admirado, incluso llegando a constituirse en otro punto de referencia de la ciudad.
Fue posible reconocer que los tiempos cambian, pues al parecer, los feligreses
y visitantes ya no buscan techos y paredes blancas, ni pinturas renacentistas de
santos, vírgenes y ángeles. Por el contrario, esta época valora otros contextos,
ambientes y espacios, por ejemplo, dónde se destaca el ladrillo y la estructura
de madera a la vista. Ahora se valora un estilo diferente, un conjunto con menos
adornos, maquillajes y “vestimentas”. Afuera, se encuentra, en la plaza central
de la ciudad, la imponente escultura del “Libertador Simón Bolívar” desnudo:
así como en la década de los 60s, la desnudez del libertador de la Patria causó
conmoción, ahora la arqueología e historia también pueden generar cambios o al
menos relexiones sobre la pureza y dirección de la historia tradicional o la historia
oicial. Finalmente, deberíamos ser concientes que vivimos en una zona de alto
riesgo sísmico, por lo tanto podríamos también evitar desastres patrimoniales,
fortaleciendo nuevos movimientos culturales.
Agradecimientos
Destacamos el interés y la colaboración de la doctora Amparo Jaramillo de Drews,
así como de los antropólogos Mónika Therrien, José Vicente Rodríguez Cuenca
y Gonzálo Correal Urrego, así como a todas las demás personas que participaron
activamente en el proceso de excavación y realización de esta investigación.
El historiador Alvaro Acevedo Tarazona ha participado durante el proceso de
investigación en la recuperación e interpretación de la documentación histórica
y muchas de las ideas aquí expresadas han surgido de conversaciones académicas
y trabajo en equipo con él.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
3.2. Transformaciones Ambientales hacia el
Más Allá: Las Tumbas de Cancel, Marcadores
en Piedra, en la Ecorregión Eje Cafetero
Resumen
Francisco Aldana Sierra*
Se ha reportado recurrentemente la presencia de tumbas prehispánicas de
cancel en la región del Cauca Medio, zona conocida actualmente como
Ecorregión Eje Cafetero, en la Cordillera Central colombiana. Se trata de
estructuras funerarias cuya característica principal es estar cuidadosamente
revestidas en piedra, sin ajuar o muy poco. Su distribución se da en varios
municipios de los departamentos de Quindío, Risaralda, Tolima y Caldas,
encontrándose tumbas aisladas o agrupadas en cementerios. Se destaca
aquí, por la monumentalidad constructiva, el caso de un cementerio con
13 tumbas, excavado en el municipio de Quimbaya, Quindío. Se viene
gestionando la conservación del sitio y su aprovechamiento en los ámbitos
educativo y turístico.
Palabras claves: Tumbas de cancel, Cauca Medio, patrimonio cultural.
Abstract
In the Cauca Medio region, Colombian Andean Cordillera Central, frequently
it has been found indigenous prehispanic tombs stone lined, like funerary
chambers; none or very few offerings are present. They have been reported
in the departments of Quindío, Risaralda, Tolima, and Caldas, individually as
much as collectives (cemetery).This article presents the case of a noteworthy
prehispanic cemetery with 13 tombs, excavated in the municipality of
Quimbaya (Quindío). The educative center, where the tombs are, is seeking
for protection of the site to promote turism and education.
Keywords: Tombs stone lined, Cauca Medio, cultural heritage.
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* Antropólogo, Universidad Nacional de Colombia. E-mail: [email protected]
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Introducción
Un aspecto del mayor interés es la presencia de tumbas de cancel en la zona
conocida actualmente como Ecorregión Eje Cafetero, en la Cordillera Central
colombiana. Estas estructuras funerarias presentan como característica principal el
haber sido revestidas en piedra y en general no presentan ajuares, o al menos son
muy limitados. Su distribución se da en varios municipios de los departamentos
de Quindío, Risaralda, Tolima y Caldas (Bermúdez 2001, Bernal 1997, Briceño
2001a, 2001b, Cano 1998, Cardale et al. 1988, Salgado y Gómez 2000, Herrera
y Moreno 1988, Tabares y Rodríguez 2001).
En este artículo se presenta la revisión de antecedentes y se enfatiza el contexto
de un cementerio muy particular ubicado en el municipio de Quimbaya (Quindío),
donde se llevó a cabo la identiicación, salvaguarda y registro intensivo de un
conjunto de trece (13) tumbas de cancel. Se trata, hasta el momento del único
sitio arqueológico de este tipo, preservado in situ, al cual se le realizó un detallado
levantamiento planimétrico y estratigráico, conservando el conjunto de este
invaluable patrimonio cultural. Una circunstancia fundamental para su salvamento,
ha radicado en que este sitio hace parte de los predios del “Instituto Quimbaya”,
proyectándolo en los medios académicos e institucionales. Se plantea incluir su
visita en programas de educación y divulgación patrimonial, en el marco de un
turismo sostenible que contemple el valor agregado de este sitio dentro de las
rutas de la historia, ecología y arqueología en la Ecoregión Eje Cafetero (Aldana
2006a).
La valoración y uso de los espacios por parte de todos los grupos humanos, ha
considerado los recursos naturales disponibles, así como sus creencias míticas,
su pensamiento alrededor de la muerte y otras dimensiones “metafísicas”. Por
consiguiente, es interesante relexionar cómo cada grupo, en distintas épocas, ha
usado el paisaje o el entorno inmediato para plasmar sus ideas sobre el más allá. Las
sepulturas, estructuras funerarias, cementerios y en general las transformaciones
de un espacio para estos ines, constituyen también parte del ambiente creado y
manejado por las sociedades. Es signiicativo por lo tanto el uso de piedras -en
muchos casos pesadas lajas o grandes rocas de río- transportadas desde centenares
de metros e incluso kilómetros de distancia, generalmente subidas desde los
lechos de las quebradas a las cimas de colinas, demostrando la intencionalidad
y decisiones humanas de rendir homenaje a algún o algunas personas de su
comunidad.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Antecedentes Arqueológicos de Tumbas de Cancel en el Eje Cafetero
Durante la última década se destacan los estudios dentro del contexto de las
prácticas funerarias que plantean un conjunto de descripciones e interpretaciones
del registro arqueológico con respecto a las diferentes pautas culturales
prehispánicas de enterramiento que se extendieron por gran parte del Cauca Medio
y su área de inluencia en la Ecorregión Eje Cafetero (Blanco 1997, Blanco et
al. 1997, Bray 1989, Cano 1995, 1998, 2001a, 2001b, 2004, Cardale et al. 1994,
Correal et al. 2003, Cuenca y Rey 1996, Herrera et al. 1994, Herrera y Cardale
1999, Rodríguez 2002, Rojas et al. 2001, Salgado 1994, Salgado y Gómez 2000,
Salgado y Rodríguez 1995).
Dentro del contexto de la arqueología desarrollada en esta región, es fundamental
hacer mención a los hallazgos recurrentes de estructuras funerarias del tipo
tumbas de cancel (Bermúdez 2001, Bernal 1997, Briceño 2001a, 2001b, Cano
1998, Cardale et al. 1988, Rojas et al. 2001, Salgado y Gómez 2000, Tabares y
Rodríguez 2001). Este tipo de hallazgos han sido mencionados décadas atrás por
las referencias de los guaqueros (Tabla 1).
Tabla 1. Síntesis de estudios en la Ecoregión Eje Cafetero, contexto arqueológico de
estructuras funerarias tipo tumbas de cancel.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Es posible establecer algunas relaciones a nivel supra-regional con contextos
funerarios estudiados en décadas pasadas, asociados al Clásico Regional de la
cultura de San Agustín (Huila)1 (Drennan 1993, 2000, Drennan y Quattrin 1995,
Duque 1964, Duque y Cubillos 1979, 1983, 1988, 1993, Llanos 1993, 1995a,
1995b, 1999). Allí se ha documentado la presencia de complejos sepulcros, los
cuales incluyen montículos funerarios artiiciales, recubriendo tumbas de cancel.
En el Eje Cafetero, los datos relacionan estilos del mismo periodo clásico a partir
de las formas de las tumbas, el tipo de entierro y ajuar, deiniendo así costumbres
funerarias prehispánicas (Bray 1989, Bruhns 1990, 1994, 1995, Cardale et. al.
1994, Cardale et al. 1999, Correal 1980, Salgado 1986, 1989, 1997, Salgado y
Gómez 2000, Salgado y Rodríguez 1995). No se trata de extrapolar que sean
culturas emparentadas, pero sí llamar la atención sobre algunos tratamientos
similares, con menor monumentalidad, pero en épocas relativamente paralelas.
En estudios de salvamento y reconocimiento arqueológico realizados en el
municipio de Salento (Quindío), se identiicaron tres (3) estructuras funerarias
parcialmente alteradas del tipo tumbas de cancel, ubicadas en los sitios Las Pampas
y Morro Gacho, constituyen un aporte importante sobre las culturas indígenas que
habitaron el valle de Cocora y la zona montañosa de la Cordillera Central (Tabares
y Rodríguez 2001). Por otro lado, investigadores de la Universidad del Tolima
vienen correlacionando datos fundamentales sobre estos contextos funerarios, en
una zona comprendida entre el municipio de Cajamarca y el sector de La Línea
(vertiente oriental de la Cordillera Central, departamento del Tolima); allí se ha
contextualizado estratigráicamente los procesos culturales y los eventos naturales
en dos sitios excavados: Vasconia, sitio 1 y Córcega, sitio 5. Los resultados
obtenidos en las excavaciones de Vasconia son muy importantes, pues este
asentamiento conserva evidencias culturales de comunidades prehispánicas que
habitaron la zona entre el inal del primer milenio antes de Cristo y los inicios de
la era cristiana, donde se registró una tumba de cancel fechada en 115 AC a 95
DC y en la unidad de excavación 1: nivel 80-100 cm fechado en 80 AC a 155 DC
(Salgado y Gómez 2000:7). Dentro de las excavaciones efectuadas en Córcega,
éstas arrojaron una temporalidad para este tipo de estructuras funerarias de tumbas
de cancel ubicadas en el periodo temprano correspondiente al Formativo Tardío
(1.020 a 375 AC/ 620+/-150 AC: Siglos VIII a V AC), donde se registraron tres
____________
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Las investigaciones del arqueólogo H. Llanos (1995) sobre pautas funerarias del
Alto de Betania (Isnos, Huila), han documentado tumbas de cancel, semicancel, fosas
semicirculares, ovales y rectangulares con o sin nichos, y presencia de lajas. Por las fechas
y cerámica asociada, corresponden al Clásico Regional (200 AC-800 DC).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
tumbas de cancel que no presentaron paredes deinidas, ni ajuar funerario y su
relleno fue construido con un suelo revuelto, piedras (medianas y grandes) y
fragmentos de lajas, sin ningún orden aparente (Salgado y Gómez 2000:27).
En síntesis, y según el registro arqueológico del sitio 1, Vasconia, indica que
antiguos aborígenes realizaron construcciones líticas del tipo tumbas de cancel,
relativamente complejas, con ines netamente mortuorios, en un período cultural
conocido como Clásico Regional (200 AC-800 DC) que se asocia a complejos
desarrollos culturales en áreas periféricas como la región arqueológica de la cultura
de San Agustín y el Cauca Medio (Salgado y Gómez 2000:29).
Dentro de los estudios efectuados por Rojas et al. (2001) se plantea que los rasgos
identiicados corresponden a estructuras funerarias revestidas de lajas, pero debido
a la alteración de estos contextos no pudieron ser fechadas ni asociadas a los
grupos cerámicos, analizados por estos investigadores. De otro lado, los reportes
de tumbas de cancel en el Quindío, hechos por la arqueóloga norteamericana
Karen Olsen Bruhns mencionan casos en la inca La Ponderosa (municipio de
La Tebaida), en Córdoba y en Montenegro (Bruhns 1976:106-9). Además, se
tienen los estudios realizados mediante un salvamento en el sector del Nuevo Río
Claro, municipio de Villamaría (Caldas), donde se reporta una tumba de cancel
revestida con lajas de piedra, sin contenido de material cultural; se plantea un
mismo momento de ocupación para el sitio con una fecha de datación de 980 DC
(Herrera y Moreno 1988:11).
Se tiene también el hallazgo de una tumba de cancel en el municipio de
Dosquebradas (Risaralda), en el sector denominado “La Badea”, la cual contenía
un ajuar funerario con evidencias de orfebrería, estilística y tecnológicamente
asociadas a la tradición del suroccidente colombiano, y en particular con la región
Calima; se caracterizan por corresponder a placas antropomorfas caladas, pinzas
depilatorias, pectorales cónicos y diademas elaboradas mediante martillado,
típico de la Cultura Ilama (Plazas y Falchetti 1986:208); se sugiere así una fecha
para esta tumba, hacia inales del primer milenio antes de Cristo (Cardale et al.
1988:114-5).
Estructuras Funerarias Tipo Tumbas de Cancel en el Departamento del
Quindío: Registro y Preservación del Patrimonio Arqueológico In situ
Las excavaciones adelantadas en los municipios de Calarcá, Quimbaya y Armenia
en el departamento del Quindío, en los sitios arqueológicos 63CAL0032 (Aldana
2005a, 63CAL004 (Aldana 2005b), 63QUI002 (Aldana 2006a, 63CAL005
1
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
(Aldana 2006b) y 63ARM001 (Aldana 2006c), han permitido identiicar contextos
arqueológicos con tumbas de cancel. En algunas se pudieron registrar algunos
artefactos líticos recuperados al interior de estas estructuras funerarias de tumbas
de cancel. Estas evidencias corresponden a conjuntos líticos y correlaciones
similares con datos obtenidos en otras regiones aledañas, tales como el alto río
Cauca y la región Calima, (Gnecco y Salgado 1989, Rodríguez 2002), y los valles
interandinos en los departamentos de Risaralda, Caldas y Tolima (Cano 2001b,
2004, Cano et al. 2001, Salgado y Gómez 2000).
Durante las actividades de monitoreo y rescate arqueológico realizado en el sitio
63CAL003, dentro de los predios de la “Parcelación campestre La Micaela,
Etapas I, II, III, vereda Combia (Calarcá), previo a las actividades de remoción de
suelos para la nivelación de la vía circular interna anexa en el sector nororiental
de la geoforma III, correspondiente al rasgo II, lotes 01, 02 y 03 se identiicó
una concentración de tres (3) estructuras funerarias del tipo tumbas de cancel
a un nivel de profundidad de 50-60 cm bajo datum. En este contexto, en el lote
01 se identiicaron dentro del relleno interior de los suelos antrópicos, artefactos
líticos asociados a un nivel de profundidad de 95-105 cm del nivel de supericie.
Estos artefactos corresponden a (1) mano de moler en granodiorita, (2) núcleos
en andesita y (1) percutor en granodiorita (Foto 1) (Aldana 2005a19-20). Así
mismo, durante la prospección arqueológica del sitio 63CAL004, en predios
de la Urbanización Forestal La Esperanza, vereda La Española (Calarcá), en la
geoforma II, sector suroccidental se excavaron los rasgos IV, V, VI de los lotes
47, 48 y 70 respectivamente. En el rasgo V, lote 48 se registró in situ una mano de
moler asociada a un fragmento distal de una hacha trapezoidal, núcleos y lascas
reutilizadas en contexto con un borde evertido y 8 fragmentos cerámicos, a una
profundidad de 70-80 cm bajo datum (Aldana 2005b:39-41). En este sitio, se llevó
a cabo un intensivo registro en el área de excavaciones, controlando la depositación
por niveles de cada una de las lajas de la base superior, lateral, perimetral e inferior.
El total del área de excavación de 5x5 m, permitió correlacionar estratigráica y
____________
2
La nomenclatura empleada por los arqueólogos vinculados a la Facultad de Ciencias
Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira (Risaralda) ha considerado la
asignación de códigos a los sitios arqueológicos, según el código del DANE para el
departamenteo (63-Quindío); luego se toman las tres primeras letras iniciales del municipio
(ej. CA-Calarcá); por último un número consecutivo según el orden de registro; éste ha
sido autorizado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Coordinación de
Patrimonio y Arqueología, cobijado por las respectivas Licencias de Estudio Arqueológico
expedidas en los departamentos de Quindío y Risaralda (Cano 1998, 2001, Cano et al.
2001, Cano y Aldana 2000).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
espacialmente estas tres estructuras funerarias. Con el in de controlar los niveles
de estratiicación e inclinación de la forma estructural de las tumbas de cancel, se
llevó un registro cuidadoso de los cortes, mediante el trazo de cuadrículas de 2x1
m; allí fue posible detallar la presencia o ausencia de rasgos, y su relación con
materiales arqueológicos (líticos y cerámicos); se recogieron muestras de suelos
antrópicos, mediante lotación (Tabla 2).
Tabla 2. Análisis sedimentológico de suelos antrópicos en las estructuras funerarias,
tipo tumbas de cancel, sitio 63CAL0043
La identiicación y muestreo de estos suelos antrópicos in situ recuperados del
contexto arqueológico de las estructuras funerarias de tumbas de cancel del sitio
63CAL004, tuvo como objetivo recuperar información de áreas de actividad
humana, como bien podrían ser áreas de habitación, montículos funerarios, y/o
depositación de ofrendas en el contexto del ajuar funerario, entre otros. Durante
las excavaciones de un conjunto integrado por trece tumbas de cancel en el sitio
____________
3
Para el contexto arqueológico de las tumbas de cancel excavadas en el sitio 63CAL004,
se recuperaron macrorrestos vegetales de semillas y muestras de carbón asociadas en
medios no anaeróbicos, mediante la aplicación preliminar de la técnica manual simple
de lotación de sedimentos provenientes de los suelos antrópicos depositados en estos
contextos funerarios (Buxó 1997).
1
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
63QUI002, dentro de los predios de la “Ciudadela Educativa Instituto Quimbaya,
municipio de Quimbaya, Quindío”, fue posible recuperar, en las unidades
4N12W, 8N12W, 2N14W, 4N14W, 2N10W, 6N10W, y 6N18W, material lítico
correspondiente a cantos con bordes desgastados o usados, transportados y
fracturados, una azada, un metate fracturado, yunques, lascas de cuarzo y andesita
(Tabla 3, Fotos 2 y 3, Gráica 1) (Aldana 2006a).
Fotos 1 y 2: Tumbas de Cancel localizadas en Quimbaya.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Fotos 3, 4 y 5: Tumbas de Cancel, localizadas en Calarcá.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Gráico 1: Levantamiento de planta del conjunto de tumbas de cancel,
sitio 63QUI002, Instituto Quimbaya (Quimbaya, Quindío).
Durante la prospección arqueológica en el sitio 63CAL005, Parcelación campestre
La Playa, vereda La Bella (Calarcá), en el sector suroccidental de la geoforma
III, se registró la concentración de tres tumbas de cancel, correspondiente a los
rasgos VIII, IX y XII. En la excavación controlada del rasgo XII, se recuperaron
restos óseos, cantos con bordes usados, artefactos líticos, fragmentos cerámicos, y
semillas carbonizadas asociados a muestras de carbón vegetal a una profundidad
de 1,30-1,45 cm bajo datum (Fotos 4 y 5) (Aldana 2006b:58-59).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Tabla 3: Materiales arqueológicos provenientes de las tumbas de cancel, sitio
63QUI002, Instituto Quimbaya (Quimbaya, Quindío).
Las actividades realizadas durante el monitoreo arqueológico en el sitio
63ARM001, dentro de los predios del Parque Residencial Colombia ( Armenia),
en el contexto espacial de la geoforma IV, sector sur oriental se identiicó la
concentración de cuatro tumbas de cancel, que corresponden a los rasgos I, II, III
y IV, unidades 0N30E, 74S0W, 79S5W y 69N0W. En la excavación y registro del
rasgo I, unidad 0N30E, a una profundidad de 90-100 cm se identiicó un metate en
la base perimetral de esta estructura funeraria in situ. Además, en este contexto, es
preciso señalar que en el rasgo IV, unidad 69N0W, se registraron dos núcleos en
cuarzo a una profundidad de 80-90 cm como parte de las cuñas de la base superior
de esta tumba de cancel (Foto 5) (Aldana 2006c:33-35).
Conclusiones Generales
El conjunto y distribución de los cementerios con tumbas de cancel que han sido
reportados en la región del Cauca Medio muestra que se trató de una práctica cultural
particular de sociedades complejas, asociadas a ocupaciones cuya cronología
relativa las ubica hacia el primer milenio de nuestra era. Se destaca su concepción
arquitectónica e ingenieril, necesaria para plasmar en monumentos en piedra, su
ideología y costumbres alrededor de la muerte. El tipo de suelos conformados por
cenizas volcánicas fáciles de excavar, favorecieron estas prácticas. La consecución
13
1
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de lajas o piedras planas, seguramente fue un trabajo más difícil, de acuerdo a
las canteras o fuentes de materia prima. En muchos casos utilizaron guijarros de
distintos tamaños, que fueron transportados incluso kilómetros, al sitio ceremonial.
Los contextos excavados en los municipios quindianos de Quimbaya, Calarcá y
Armenia constituyen una muestra representativa extendida durante una época
determinada, que no pervivió hasta la llegada de los conquistadores europeos.
Pese a la distribución de estas tumbas de cancel en la Ecorregión Eje Cafetero,
y en particular en el departamento del Quindío, pocas muestras completas han
quedado de este tipo de manifestaciones culturales del pasado. De ahí el gran
valor del contexto preservado en Quimbaya, cuyo conjunto de 13 tumbas de
cancel aún permanecen in situ en el Instituto Quimbaya. Para ello, es pertinente
y urgente implementar unas acciones de preservación y restauración de este sitio,
el cual estaría acorde con las políticas de promover las potencialidades culturales,
históricas y naturales en beneicio de un programa de turismo sostenible para la
comunidad circundante. En este sentido, se deben considerar estas prerrogativas
dentro los Planes de Desarrollo del Turismo y la Cultura en esta región, así como
en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), para concretar y dinamizar
este invaluable patrimonio representado en estas tumbas de cancel, para las
generaciones presentes y del futuro.
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1
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
3.3. Territorialidades y Cambios Ambientales en
Cartago la Antigua y Pereira
Víctor Zuluaga Gómez *
Resumen
Se presentará el caso del área actual de Pereira, planteando que el paisaje
natural no sufrió cambios severos a la llegada de los conquistadores
españoles, ni al arribo de los primeros colonos procedentes de Antioquia a
partir de 1855. Una vez consolidada la fundación de la aldea de Pereira en
1871, se produjo una verdadera avalancha de empresarios de tierras quienes
convirtieron rápidamente la zona de Cerritos y Combia, en un verdadero
potrero para ganado vacuno.
Palabras Claves: Pereira, paisaje, conquistadores, colonizadores, fundación,
empresarios, ganado.
Abstract
This article will present data to support that the landscape in Pereira did not
suffer severe changes due to arrival of Spanish conquerors (16th Century) or
late Antioquian colonizers (since 1855). However, once the settlement of
Pereira was well established (about 1871), a number of landlords arrived and
transformed the areas of Cerritos and Combia in pastures to rise cattle.
Keywords: Pereira, landscape, Conquerors, colonizers, funding, landlords,
cattle.
____________
* Historiador Magister en Ciencias Políticas. Profesor Jubilado. Universidad Tecnológica
de Pereira. E-mail: [email protected]
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Introducción
Las primeras informaciones escritas sobre la zona en donde se levanta la ciudad de
Pereira fueron consignadas por los escribanos que acompañaron a Jorge Robledo en
el proceso de descubrimiento y conquista del lugar. Tanto Pedro Sarmiento (1539)
como Juan Bautista Sardela (1541) dan cuenta de las exploraciones que realizó
el Capitán Robledo, pero en dichas descripciones es muy poco lo que dicen en
relación con la situación de los indígenas, su organización política, su economía
y las condiciones geográicas del lugar. Existen en sus crónicas un desbordado
afán por alabar las acciones de su capitán y la valentía de los ibéricos.
Quienes dejan una relación muy completa no sólo del territorio ocupado por los
Quimbayas sino también de su misma población fueron Jorge Robledo y Pedro
Cieza de León. Hay que abonarle a Robledo el mérito de hacer una descripción
muy rica desde el punto de vista etnográico y a Cieza de León las completas
enumeraciones que hace de animales, plantas, ríos y minas de oro (Robledo 1540,
Cieza 1962).
La expedición que se inició en el Perú con la autorización del Adelantado Pizarro,
llegó hasta Popayán, luego Cali y en esa ciudad, el capitán de Pizarro, Sebastián de
Belalcázar delegó en Jorge Robledo la misión de continuar la exploración hacia el
Norte, siguiendo la ruta del río Cauca, con el in de fundar ciudades y consolidar
la dominación sobre la población aborigen. Robledo fundaría las ciudades de
Anserma en 1539 y Cartago (en donde hoy se encuentra fundada Pereira) en
1540. Los intereses que tenían los peninsulares estaban relacionados con el oro, la
población nativa y unas condiciones climáticas favorables (abundante agua, pocos
insectos y temperaturas no muy elevadas). Estas condiciones estaban presentes
en las dos ciudades a las cuales hemos hecho alusión (Cieza 1540, Robledo 1540,
Simón 1981).
El área ocupada por los distintos pueblos de la provincia de Quimbaya, pero
especialmente la que hoy corresponde al municipio de Pereira es descrita por
Robledo (1540) como una zona en donde abundaba la guadua. La presencia de
la Guadua angustifolia ha sido ampliamente reseñada por J. Stamm en tanto que
existe una relación muy grande entre esta última y los procesos de deforestación
causados por la presencia humana o por fenómenos naturales como las cenizas
volcánicas (Stamm 2004).
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10
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
La presencia española en el área de Cartago la Antigua no produjo cambios
signiicativos en el paisaje natural, toda vez que si bien se hicieron algunos
desmontes cercanos al área urbana y adicionalmente se abrieron algunos potreros
para el ganado caballar, éstos no representaban un número signiicativo como para
pensar que se produjeron cambios importantes en el orden ambiental. Todo esto
se deduce de la relación que hace Jorge Robledo, en donde habla de granjerías y
labranzas que tienen los españoles en las cercanías de la ciudad, diferentes de las
tierras dedicadas al ganado vacuno que las ubica a tres leguas de la ciudad, con
el nombre de “sabanas para el criadero de ganados” (Robledo 1540).
La cría de ganado en la zona de la Sabana, ubicada en las orillas del río La Vieja,
es decir, en las cercanías del actual Cartago fue tan próspera que cuando se produjo
la decadencia comercial de Cartago la Antigua, la población española decidió
trasladar la ciudad a orillas del río La Vieja. Fue en esta área de la actual Cartago
en donde loreció una ganadería vacuna, a tal punto que dichos animales pastaban
como cimarrones, de acuerdo con los testimonios recibidos por algunos residentes
en Cartago la Antigua, a la altura de 1639. Las áreas predilectas para el pastoreo
estaban ubicadas en las áreas que hoy corresponden a Obando (antiguo Naranjo),
así como en las cercanías de Piedras de Moler (Cieza 1962, Robledo 1540).
El Traslado de Cartago
El traslado oicial de Cartago al sitio que hoy ocupa se produjo en el año de 1691,
pero los hechos señalan que desde mediados del siglo XVII, la actividad de Cartago
la Antigua era muy reducida si se compara con la del nuevo asentamiento a orillas
del río La Vieja (Cieza 1962, Robledo 1540, Simón 1981, Zuluaga 2002).
A pesar de los pocos documentos que existen sobre la actividad que se desarrolló
en el área de Cartago la Antigua desde inales del siglo XVII hasta mediados del
siglo XIX, se posee alguna información sobre algunas haciendas ubicadas en la
zona del actual sector de Cerritos y también en el área en donde se explotaba la
Salina de Consotá (Zuluaga 2002, 2004).
El Área de Cerritos
Si tomamos como referencia la actual Cartago, podemos ubicar en la margen
derecha del río la Vieja, la hacienda de Miguel Sánchez o Piedrahita. Hacia el
sur de la anterior y también a la margen derecha del mismo río en mención, se
ubicaba la hacienda de Paibá, que tenía sus límites orientales con el pueblo de
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cerritos. A continuación de la hacienda de Miguel Sánchez, en dirección al oriente
se ubicaba la hacienda del Tablazo, luego venía el pueblo indígena de Pindaná
de los Cerritos, a continuación y en la misma dirección oriental, la hacienda de
los Borreros y por último la de Atanacio (sic) Brito. Es decir, la hacienda más
cercana a Cartago la Antigua era ésta última, mientras que las más distantes eran
las de Paibá y Miguel Sánchez (Zuluaga 2002, 2004).
Hasta mediados del Siglo XVIII, Cartago sufre un severo estancamiento que
se hace palpable con el volumen de mercancías que llegan a la ciudad para su
abastecimiento y el de la provincia del Chocó. Esto podría explicar la notable baja
que se produjo en cuanto al ganado vacuno, antes cimarrón. La reactivación de
la producción de oro en el Chocó a partir de mediados del Siglo XVIII signiicó
para Cartago un elemento fundamental para la reactivación de su economía. La
mejora del Camino del Quindío en su trayecto de Cartago a Ibagué, la llegada de
cerdos del Tolima para su envío al Chocó, al igual que esclavos y las mercancías
para abastecer de comida y vestuario a la población esclava, todo ello fue posible
gracias a la posición privilegiada de Cartago como puerta importante para la salida
al Chocó (Zuluaga 2002, 2004).
En el caso del área del municipio de Pereira, es excepcional la presencia de ganado
vacuno, al igual que en las orillas del río Consota por los lados del Salado. En el
caso de Cerritos, en un documento de inales del Siglo XVIII y cuando se trataba
de cobrar unos impuestos a los dueños de haciendas, se menciona la llamada
“Flor de Damas”, ubicada a orillas del río OTUM (así aparece en los documentos
de época, con M inal). Dicha hacienda era de propiedad de don Joaquín Leal,
habitante de Cartago y quien tenía “un potrero con doscientas reses” (Archivo
General de la Nación: 1785)1.
Es a partir de mediados del Siglo XVIII cuando se inicia el sembrado de caña
de azúcar, luego el cacao y por último, el tabaco. La presencia de esclavistas
importantes como don Salvador Gómez de Lasprilla y Nicólás de Rentería, en
Cartago, hacia inales del Siglo XVIII mostraba la importancia que había adquirido
la ciudad. El proceso de expansión de la agricultura y de la ganadería tropezaba
con la presencia de una mano de obra esclava, con la gran cantidad de tierras en
poder del clero y también con las tierras en manos de los indígenas, que eran
trabajadas con lógicas diferentes a la capitalista (Zuluaga 2002, 2004).
____________
1
Archivo General de la Nación. Colonia, negros y esclavos. Tomo II, folios 203-456.
11
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Dos casos nos pueden ilustrar lo que ocurría por aquella época en las áreas que
hoy corresponden a Cerritos. La primera tiene que ver con la hacienda llamada
Miguel Sánchez, a la cual se le hizo un avalúo en el año de 1798 y se levantó el
siguiente inventario:
-20.000 árboles de cacao.
-13.967 árboles frutales
-Platanares
-5 mulas
-12 caballos
-36 esclavos
-Un cepo, un par de esposas con sus candados y cadenas de hierro
(Archivo Histórico de Cartago 1798).
El otro caso se reiere a la existencia de una hipoteca (capellanía) que tenía el
dueño de la inca Paibá, don Agustín Polanco y cuyo beneiciario era José Francisco
Pereira Martínez, por disposición de su señora madre. (Archivo de Cartago 1810).
Lo mismo ocurría años después con la hacienda Guabinero, que se encontraba
hipotecada a la diócesis de Popayán por $ 2.200 pesos, pero como quiera que
dichas tierras se encontraban abandonadas, se le vendieron a don Vicente Romero
por la suma de $ 2.000 pesos (Archivo Histórico de Cartago 1826)2.
La Salina de Consotá
Ya se ha dicho en repetidos documentos que la Salina de Consotá, ubicada
a orillas del río Consota y en las cercanías de la Universidad Tecnológica de
Pereira, fue explotada desde tiempos pre-hispánicos (López y Cano 2004). A raíz
de la fundación de Cartago la Antigua, los indígenas de Consotá debieron pagar
un tributo a su encomendero español, tasado en arrobas de sal (tres arrobas de
sal cada seis meses). Pero también es cierto que muchas indígenas del servicio
doméstico iban a la Salina para obtener sal para el consumo en casa de sus patrones
(Zuluaga 2002, 2004). Todo ello hace pensar que la producción de sal tuvo que
haberse aumentado de una manera signiicativa, y con ella, la deforestación de
los alrededores.
____________
2
Archivo Histórico de Cartago. Notaría, 1826.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Luego del traslado de Cartago la Antigua al sitio que hoy ocupa, no se vuelve a
tener noticia escrita alguna hasta mediados del Siglo XVIII, es decir, cuando se
produce una reactivación de la economía en Cartago y se introducen gran cantidad
de esclavos al Chocó. El documento de medio siglo habla de la venta que hace
doña Mariana Rosa Vetaros de Rojas, de la mina de sal y los implementos que se
utilizaban en la época para la obtención de la sal. La venta la realiza a don
.
Ignacio de Rentería y en la escritura consta que le vende tres “ojos” de sal, minas
de oro y de cobre. En el año de 1776, se presentó un pleito por dichas salinas y
en el proceso se puede observar que don Ignacio de Rentería había introducido
en el área cercana a la Salina, cien reses de ganado vacuno, además de las mulas
y caballos que se utilizaban para traer leña y sacar la sal del lugar y llevarla
inicialmente a Cartago, lugar desde donde se distribuía (Archivo Histórico de
Cartago 1776)3.
El Nacimiento de Pereira
La llegada de los primeros colonos al sitio llamado Cartago Viejo no produjo
mayores cambios en el paisaje natural. Eran colonos pobres que descuajaban
apenas lo necesario para construir su vivienda y hacer pequeños sembrados de
maíz y de frijol. Una vez que la aldea de Pereira se consolidó y obtuvo de la
Nación 12.000 hectáreas de tierras baldías para ser repartidas entre los primeros
pobladores, principiaron a llegar los empresarios de tierras con el propósito de
comprar tierras y montar haciendas ganaderas. Ellos fueron los Vallejo, los Castro,
los Angel, los Marulanda y los Mejía (Zuluaga 2002, 2004).
El Cauca necesitaba mano de obra porque los antiguos esclavos no querían trabajar
para sus anteriores amos y los resguardos indígenas habían sido abolidos en gran
medida. Al respecto dijo Miguel Samper:
en pocas manos, el indio se convirtió en arrendatario y la tierra fue utilizada
para la ganadería (Samper 1924).
En efecto, en el caso del resguardo indígena de Pindaná de los Cerrillos, el gobierno
de Popayán declaró extinguido el resguardo y las tierras pasaron a propiedad de
3
Archivo Histórico de Cartago. Demandas, Judicial, 1776.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
1
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cartago, tierras que serían absorbidas por los colindantes de dicho resguardo y
convertidas en zonas de ganadería. La propiedad de los indígenas constaba de una
legua cuadrada (Zuluaga 2002, 2004).
Pero si era cierto que las mejores tierras de los resguardos indígenas habían entrado
en el juego del mercado libre, también, con la reforma introducida por Tomás
Cipriano de Mosquera en 1861, se expropiaron gran cantidad de tierras de “manos
muertas”, es decir, que se encontraban en manos de la Iglesia. Todo ello dinamizó
la economía, favoreció a los exportadores, a los asalariados, pero deinitivamente
perjudicó profundamente a los indígenas (Melo 1984).
La mayor productividad de las actividades de exportación (oro, tabaco, añil,
quina) elevaba los ingresos locales. En casos como el oro, la estructura de la
producción generó una distribución del ingreso que permitió la realización de
notables acumulaciones de capital en manos de grupos comerciales, mantuvo un
nivel de salarios y de precios relativamente alto en la zona antioqueña (lo que
la convirtió en un mercado atractivo para la ganadería del Cauca y los textiles
del oriente del país) (Melo 1984).
Lo anterior permite entender la razón por la cual todas las tierras que poseía Pereira
Gamba en Cerritos, fueron vendidas a empresarios procedentes de Antioquia, para
convertirlas en haciendas ganaderas (Zuluaga 2004).
Veamos algunos ejemplos. Una inca cercana al caserío de La Paz (antiguo pueblo
de Cerritos), propiedad de Carlos Amador, fue vendida en 1891 a los señores
Rafael y Juan Bautista Mejía, y Samuel Jaramillo W. La propiedad fue vendida
con un alambique de cobre, máquina para moler caña, cerdos y 4 caballos. De
inmediato los nuevos dueños principian a contratar peones con el in de hacer el
desmonte de 180 cuadras para ser cultivadas con maíz y pasto “pará” (Archivo
Histórico de Cartago 1891)4.
Aparece también el testimonio de tres peones que se comprometen a descuajar
monte, en una inca cercana al predio de Quinchía, en Cerritos: Julián Nieto,
Plácido Ramírez y José Antonio Pinto se obligan a:
...derribar el número de cuadras cuadradas de monte que alcancemos, bien
entendido que la derriba de monte debemos hacerla como se acostumbra en el
Cauca, esto es, apicando bien la madera de modo que quede asentada...y además
de la derriba nos obligamos a quemar este en el tiempo oportuno y además a
sembrarlo de maíz y pará (Archivo de Cartago 1897).
____________
4
Archivo Histórico de Cartago. Judicial, Juzgado del Circuito del Quindío. 1891
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Todo lo anterior nos conirma que con la llegada de los empresarios antioqueños
a la región, se realizó un incremento muy grande de la potrerización y al mismo
tiempo se dio un fenómeno de acumulación de tierras, por la venta de pequeñas
parcelas a los empresarios, por parte de los primeros pobladores de la región.
Al momento de producirse la repartición de tierras baldías a los primeros pobladores
de Pereira, la Salina era de propiedad de un inglés y el área que comprendía era de
500 hectáreas. La producción de sal se reactivó, así como el trabajo en las minas
de oro. La sal se vendió en la plaza de Bolívar en los mercados semanales, con el
nombre de Sal de Canaán, hasta 1937, cuando fue desplazada por la sal llegada de
Zipaquirá. La tala de bosque en las zonas aledañas a la Salina fue grande, tal como
se puede conirmar por los canales que se aprecian en el costado sur o vertiente
que cae al Consotá por la margen izquierda (Zuluaga 2002, 2004).
Foto 1.Detalle de la cuenca del río Consota en el sector del Salado. Nótese la línea de
árboles ladera abajo, que demarcan un ant,iguo camino de comercio. Perpendicular
a este cam,ino, se destaca el remanente de una zanja por la cual bajaban los maderos
para alimentar los hornos de procesamiento de agua salada en las Salinas del Consota
(Sector Salado de Consotá)
Posteriormente vendría el café a producir unos cambios ambientales drásticos,
en aquellas áreas que no habían sido destinadas a la ganadería (Guhl en este
volumen).
1
1
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Bibliografía
Cieza, P. 1962. La Crónica del Perú. Espasa-Calpe, Madrid.
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Archivo General de Indias. Transcripción de Víctor Zuluaga. Sevilla.
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---- 2004. La Nueva Historia de Pereira. Fundación. Universidad Tecnológica de Pereira,
Pereira.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
3.4. Etnia, Territorio e Interculturalidad.
Nóvita y Cartago en el Comercio Aurífero.
Siglo XVIII. Una Lectura Ambiental
Álvaro Acevedo Tarazona *
Resumen
Aunque del Chocó ya se tenían noticias desde el Siglo XVI, su incorporación
al aparato administrativo colonial español fue muy tardía e incluso imposible
en muchos “países” de su territorio. Por este “aislamiento” los países del
Chocó (Nóvita, Citará y el Baudó) son un espacio de conluencias étnicas
e interculturales -negros, indios, pardos y zambos- únicas en la geografía
nacional. Ya en la primera mitad del Siglo XVIII el descubrimiento de las
minas auríferas de Nóvita hace que esta subregión adquiera una especial
relevancia económica para los intereses de la corona española. El comercio
y la trata de esclavos entre los llanos de Cartago y las cuadrillas mineras de
Nóvita permiten aproximarse a una lectura ambiental en un largo proceso
de intercambios culturales.
Palabras claves: Chocó, Cartago, Nóvita, comercio, minas, ambiente,
esclavos.
Abstract
Although news from Choco were heard since the 16th Century, its
incorporation to the Colonial Spanish administrative system was delayed
and even impossible in many “countries” of its territory. By this “isolation”
the countries of Novita, Citara and Baudo are now spaces of ethnic and
intercultural relationships, among African descendants, Natives, Zambos
and Mestizos, unique in the Colombian geography. During the irst half of
____________
* Doctor en Historia. Profesor Universidad Tecnológica de Pereira. Director del Doctorado
en Ciencias de la Educación Área Pensamiento Educativo y Comunicación Rudecolombia
- UTP. E-mail: [email protected]
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
the 18th Century, the discovery of gold mines in Novita gave the area a
special economic importance to the Spanish Crown. The trade of slaves
between the lowlands of Cartago and the mining groups of Novita, allowed
scholars to approach an environmental view in a long process of cultural
interchange.
Keywords: Chocó, Cartago, Nóvita, trade, mines, enviromental, slaves.
Cartago y el Chocó en la Conquista de Indias
América fue el lugar de la utopía para quienes vieron un paraíso natural poblado
por el buen salvaje. Colón quiso ver ese paraíso en la desembocadura del Orinoco,
Vasco Núñez de Balboa promovió una sociedad en equilibrio en Santa María la
Antigua del Darién, legitimada por su matrimonio con Ayanansi (González 1997).
Utópicos fueron Pascual de Andagoya, Pedro de Ursúa y otros conquistadores
que con ambición buscaron El Dorado. El Chocó fue también el lugar para soñar
la utopía con ciudades fantasmas como la que se inventó Miguel Dávila con el
apoyo de su hijo Cristóbal -Nuestra Señora de la Esperanza de Ocaña- para ganar
beneicios en el alto Chocó.
También fue una utopía la ciudad de Nuestra Señora de la Consolación de
Toro, erigida primero a orilla de los ríos de los Chancos, cerca del río Cauca
pero que en el mismo año de 1573 se trasladó a un aluente del río Habitá, en
el Chocó. La primera ciudad chocoana en el sur, que, después de mantenerse
tozudamente por el hambre dorada, debió resignarse a estar del otro lado de
la cordillera a partir de 1595 (González 1997).
El Chocó fue uno de los últimos refugios para numerosos pueblos aborígenes
que huían de la alabarda y el arcabuz español. En las primeras décadas del Siglo
XVII, después de la guerra de exterminio a los indios pijaos, denominados así
todos los pueblos en rebeldía desde el Tolima y remontando la Cordillera Central
hasta los llanos de Cartago, Buga y jurisdicciones vecinas, el Chocó fue el campo
de batalla y de pillaje para soldados, capitanes y aventureros que aún no habían
ganado un nombre, indios y una hacienda que administrar. En 1631 le llegó a
Martín Bueno de Sancho, vecino de Cartago y militar de fama en la guerra contra
los pijaos, la anhelada capitulación para reducir a población cristiana a los indios
del Chocó. Ese mismo año fundó la ciudad de San Juan de Castro en la loma de
Poya, entre los ríos Avita y Byta. Otras expediciones de conquista y paciicación
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Archivo Histórico de Cartago. Fondo: Judicial. Serie. Declaraciones Judiciales. Junio
1661- Junio1663. Folios. 34. Transcripción: Betty Valencia Villegas
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
salieron de Cali, Pasto y del norte hacia el Chocó. En 1638 Martín Bueno de
Sancho fue nombrado Lugar Teniente General para la provincia del Chocó y la
cristianización de todos los indios. Con tales poderes fundó otra ciudad también
con justicia, cabildo y regimiento, Salamanca de los Reyes1.
Desde entonces las relaciones entre Cartago y el Chocó crearon un espacio
politizado por los intereses y la codicia. Cartago, la ciudad más al norte de la
gobernación de Popayán, fundada en 1540 y trasladada a su sitio actual en 1691,
mantuvo una estrecha relación con las provincias del Chocó como ciudad de
frontera militar en el Siglo XVII y de comercio de esclavos y minas en la primera
mitad del Siglo XVIII. De allí también habían salido las expediciones de conquista
hacia Antioquia en el Siglo XVI. En este siglo la ciudad se constituyó en base
permanente para los enfrentamientos de quimbayas y pijaos. Como asiento de
las cajas reales en 1541, Cartago había desempeñado un importante papel como
centro de la primera frontera minera; a sus cajas reales conluía el oro producido
en Anserma, Arma, Toro y algunos de Mariquita.
Como la mayoría de historias de las ciudades, el devenir de Cartago es una curva de
ascensos y declinaciones. El asiento deinitivo de la ciudad se hizo en la provincia
de Quimbaya, sitio del cacique Consotá, junto al río que sale de la Sierra Nevada
y va al río Grande que en ese entonces se nombraba de Santa Marta2. En 1620
fray Pedro Simón señalaba que el pueblo estaba a punto de consumirse. En 1660
el gobernador de Popayán manifestaba que la ciudad no tenía cabildo constituido.
En 1670 el vicario Manuel Castro y Mendoza debió tramitar solicitud de traslado,
al sitio que hoy ocupa, ante la Real Audiencia. La entrega deinitiva de los lotes
sólo se realizó en 1702, cuando doña Tomasa Izquierdo Rojas aceptó vender para casco urbano, un territorio a orillas del río La Vieja por 350 patacones para
ser prorrateados entre los vecinos, quienes se distribuyeron en ciento seis solares
(Zuluaga 1990). Con ello no es extraño que la virgen tutelar de la ciudad se llamara
Nuestra Señora de la Pobreza.
Ya a comienzos del Siglo XVIII, poco después del traslado de la ciudad al sitio
actual, ésta se convirtió en punto neurálgico para la carrera de Indias ante las
primeras explotaciones mineras del Chocó y Antioquia. Para entonces la población
indígena había sido reducida en número hasta casi su total extinción. El comercio
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2
Archivo General de la Nación. Colonia. Poblaciones Cauca. 1759, folios 2-148.
1
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de esclavos se constituyó en la única alternativa de mano de obra para el laboreo
de las minas, y Cartago, durante los primeros cincuenta años del Siglo XVIII,
se convirtió en uno de los puertos más importantes para la trata de esclavos en
el interior de la Gobernación de Popayán. Desde 1518 la Corona había dado la
primera licencia para introducir a las indias cuatro mil negros (Ospina 2005:441),
pero fue sólo hasta el Siglo XVIII que la trata adquirió importancia ante la
ostensible disminución de la población aborigen. En consecuencia, el Chocó,
como gran abastecedor de la producción metalífera, adquirió una importancia
hasta entonces no reconocida ni en la geopolítica ni en la cartografía de Indias
(Mapa 1).
Mapa 1. Países del Chocó en el Siglo XVIII.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
El Chocó: Paraíso o Demonio, Utopía y Mito
El Chocó, paraíso o demonio, utopía y mito. País del oro, del comercio y de la
agricultura; también del refugio y de la libertad. Nóvita, Citará y El Baudó, en
su orden, país negro, país indio y país pardo y zambo. Esta es la caracterización
que hace Orián Jiménez (2002) de una región aún poco reconocida en la historia
y la cartografía de Colombia. Última frontera de conquista. En el Siglo XVI
apenas existió como un referente de la gobernación de Popayán, un siglo después
adquirió presencia como una región marginal aún por someter e incorporar a
la producción minera. Territorio del expolio y de la esclavitud de las grandes
cuadrillas en la primera mitad del Siglo XVIII; espacio de nadie, que era decir
de piratas y bucaneros, de traicantes de comercio. Territorio irrigado por los ríos
Atrato, San Juan y Baudó. Región para el gran proyecto de un canal interoceánico
en el Siglo XIX; hoy, alternativa de una posible ruta estratégica hacia oriente.
Los ríos Atrato, San Juan y Baudó han sido las fronteras naturales, culturales y
políticas del occidente colombiano. (Ver Franco en este volumen).
En el Atrato, el comercio ilícito y las invasiones de los andarieles y cunacunas
frenaron la expansión que a lo largo de la colonia pretendían hacer comerciantes
y autoridades del reino y de Cartagena. En el San Juan, los mineros y
terratenientes de las gobernación de Popayán explotaron las zonas más ricas
en oro, sin que la corona lograra cobrarles impuestos del quinto y, en el Baudó,
las rochelas y el cimarronaje negro, mulato e indio mantuvieron en constante
preocupación a virreyes, gobernadores y corregidores, quienes no encontraban
cómo someter estos ‘rebeldes’ a la política de organización de los Borbones
(Jiménez 2002:7).
Estos tres ríos son los pilares de la cultura chocoana, pero el primer territorio
explorado y apropiado por los españoles fue el Darién (González 1997). En 1510
se fundó a unos cinco kilómetros del golfo de Urabá a Santa María la Antigua del
Darién, cerca de la frontera con Panamá. Tres años después se creó la gobernación
de Castilla de Oro, pero hacia 1520, 1521 el centro político se trasladó a Panamá,
de donde se dirigieron todas las expediciones hacia los mares del Sur. El clima
inhóspito y la fundación de Panamá no permitieron que loreciera esta ciudad
que en un comienzo alcanzó a tener unas cien casas, catedral, iglesia, convento,
hospital, casa de fundición, pero hacia 1519 ya era notorio su progresivo abandono
hasta casi desaparecer en el Siglo XVIII. Lo efímero del esplendor y ocaso de
Santa María la Antigua del Darién hizo de este territorio un escenario de disputas
entre indígenas y españoles, entre los indígenas mismos, entre ingleses, franceses,
escoceses, holandeses y los propios españoles. Ante la desidia y abandono
administrativo de este territorio, el río Atrato también se convirtió en un escenario
11
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de disputa, primero, por los emberas que al ser desplazados por los españoles
del alto Atrato se vieron en la necesidad de desplazar a los cunas del medio y
bajo curso del río. El nombre de Atrato al parecer proviene de la voz embera;
el curso inferior del río era denominado Tocomor por la voz catía. Los emberas
permanecieron hasta el Siglo XVII, en el siglo siguiente el Atrato es el río de los
piratas que descansaban en sus bocas, como los ingleses Coxon y Cook. Aunque
es poco creíble, se dice que las incursiones de éstos hacia el interior del Chocó
llegaron hasta Quibdo y aún hasta Santafé de Antioquia (González 1997).
Por las diicultades para administrar un territorio irrigado por numerosos ríos y
cruzado por vastas extensiones de bosques húmedos (hoy aserríos), El Chocó es
el gran país del mestizaje interétnico. La política española de segregación fue
particular en esta región. La selva, el río, el cultivo del maíz, el rancho, la rochela,
la mina, unió la vida cotidiana de negros, indígenas y mineros blancos.
En estos países, la escasez de mujeres llevaba a que los negros asaltaran los
pueblos de indios para raptar chinas; los blancos -la minoría de la poblaciónpreferían tener sus amores con mujeres negras del servicio, mientras que los
indios, más medrosos, permanecieron con relativa prosperidad en sus pueblos
y sólo en contadas ocasiones se mezclaron con blancos y con negros (Jiménez
2002:20).
En el Siglo XVIII el Chocó se construye en relación con el comercio de payaneses,
caleños, cartagüeños y antioqueños. Hacia 1680 se inició el asentamiento deinitivo
del Chocó utilizando fuerza de trabajo esclava. Las minas promovieron el lujo
constante de personas, el intercambio de mercancías y las tensiones entre los
recién llegados, indios, curas, mineros y esclavos (Jiménez 2002).
La esclavitud del Chocó en la primera mitad del Siglo XVIII incidió en la
economía de la gobernación de Popayán. Hacia la segunda mitad, el oro ya no era
fundamental en la economía chocoana. Cada quien quiso someter y administrar
como pudo; la supervivencia no era fácil y las políticas de orden y control religioso
no tuvieron éxito. El rumor alcanzó vuelo más allá de las fronteras: paraíso del
demonio, lugar de gentes bárbaras, asilo del diablo, cuna del abandono, laberinto
de selvas. Región de una gran movilidad porque nadie quería el control de la
administración ni las vejaciones de los jefes de cuadrillas. Espacio de riqueza,
muerte y libertad.
Nóvita y Citará se conocían por el predominio de gente negra e india, la riqueza
de los montes, la abundancia de las aguas y los sistemas de explotación basados
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
en la minería de oro corrido, la agricultura -maíz y plátano- y el comercio
(Jiménez 2002: 7).
El Baudó, en cambio, surgió en el Siglo XVIII como un país alterno a los de Nóvita
y Citará. Mientras la economía minera y la trata de esclavos se concentraron en
el país del oro -Nóvita- en los otros países se presentó una gran movilidad de
población negra, parda e india. Nexos de solidaridad dieron origen a nuevas formas
de convivencia y de sincretismo cultural. Indios y caciques alquilaron las tierras a
los libertos; los nuevos asentamientos de negros y pardos se levantaron alejados
de la inluencia colonial. Vida negra era vida cautiva, vida parda era vida libre,
móvil. El mulataje comenzó a tener presencia importante en el Chocó; la vida
india se amalgamó con la parda y la zamba (Jiménez 2002:29-33). Una vida libre
y nómada comenzó a transitar por los valles y ríos, que era decir una nueva forma
de resistencia interétnica. La etnicidad del Chocó no es, por tanto, un atributo
ijo e inmutable. La condición de minoría para la población que se moviliza
en su territorio es posible aceptarse, pero sólo en una concepción dinámica de
intercambio socio-cultural (Motta 2006). El Chocó es un espacio territorializado
por la interacción ecosistémica y cultural. Su condición de territorio de frontera es
una forma política de enfrentar la homogeneización cultural que se impone con la
globalización. No tiene sentido aincarse sólo en las raíces culturales para buscar
la autoairmación, cuando el Chocó es el resultado de un largo proceso histórico
de re-etnizaciones y lujos constantes de intercambios culturales.
El territorio del Chocó es, pues, un paisaje politizado con integraciones productivas
horizontales y verticales del suelo (Palacio 2004:8). Como unidad biogeográica
es una selva tropical muy densa “aislada” de las demás regiones colombianas por
dos grandes cordilleras. En el conjunto de los andes suramericanos hay también
diferencias orográicas e hidrológicas que inluyeron en la conformación de su
territorio. Mientras el mar del Perú es rico en fauna pero la costa un semidesierto,
el mar Pacíico del occidente colombiano no es tan rico en fauna marina pero la
faja de tierra entre la costa y la cordillera es quizás el bosque más lluvioso del
mundo. Esto se debe a que la corriente de Humboldt que viene de Chile se extiende
por toda la costa peruana y se desvía mar adentro del Pacíico, frente a la costa
de Ecuador (Palacio 2004:21).
En el Siglo XVII el Chocó se comunicó con Antioquia por la ruta de Urrao cruzando
varios puntos navegables de los ríos Bebará y Neguá. La ruta hacia el valle del
Cauca se realizaba a través de la cordillera occidental y luego vadeando las aguas
13
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de los ríos Tamaná, San Agustín y Calima, aluentes del San Juan. Nóvita y Cartago
se comunicaban por la montaña de Anserma vadeando quebradas impetuosas,
ríos caudalosos y callejones estrechos. Citará abastecía las cuadrillas mineras de
Nóvita por el arrastradero de San Pablo a través de una ruta agreste y peligrosa
(González 1997).
Hoy en día el viaje de Buenaventura a Cali toma dos horas, de Pereira y Cartago
hasta el mismo puerto unas tres a cuatro horas. Se podría decir que el Chocó
“rompió” su aislamiento hacia el año de 1915 cuando se concluyó la carretera que
unía a Cali y Buenaventura sobre la cordillera occidental. En 1823 el recorrido de
Cali a Buenaventura se realizaba en seis días, tres a lomo de mula en ascenso y
otros descendiendo por el río Dagua en canoa (Martínez 2005:15, 40). La posición
estratégica de Dagua convirtió a esta población en un punto estratégico entre Cali
y Buenaventura (Martínez 2005:22).
En la primera mitad del Siglo XVIII, cuando las únicas vías de penetración hacia
el Chocó eran los ríos y los caminos ancestrales, el sistema económico aurífero
y administrativo de Nóvita fue incorporado a Cali, Popayán y Cartago. Nóvita,
madre del Chocó negro y prolongación del poder económico de las familias
aristocráticas de aquellas ciudades, adquirió importancia por la explotación de
su riqueza aurífera mediante la mano de obra esclava. De Cartagena a Cartago
y inalmente a Nóvita se tejió una red comercial de esclavos que deinió la
esencia del Chocó negro y primigenio, contradictorio y doloroso en la historia de
Colombia. Cuando la economía minera se extinguió, de allí salió el mayor número
de familias afros hacia todos los puntos cardinales del Chocó. La ciudad fue casi
abandonada y en 1819 no era más que la evocación de un pasado de esplendor
aurífero. “Bajo el duro sol, Nóvita es una cicatriz que le ha salido a la selva”,
exclamó el poeta Eduardo Cote Lamus para referirse a esta historia de expolio y
decadencia (González 1997). Cientos de esclavos que heredaron el apellido de
sus amos -Palacios, Moreno, Caicedo, Hurtado, Mosquera, entre otros,- habían
emigrado de allí hacia el Baudó, el Atrato, Urabá, hacia cualquier lugar donde
estuvieran lejos de la esclavitud.
Cartago y Nóvita. Comercio Aurífero en el Siglo XVIII: una Lectura
Ambiental
El colapso demográico de la población aborigen durante el Siglo XVIII en
América Latina y el descubrimiento de nuevas minas auríferas dio paso a la trata
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
esclavista. En este interregno se abrió la posibilidad al crecimiento de bosques y de
vegetación, pero también, en el caso de la Gobernación de Popayán, a la agricultura
intensiva en los llanos de Cartago, de Buga y Cali para el abastecimiento de las
cuadrillas mineras de Nóvita.
En la red comercial y la trata esclavista que se tejió entre Cartago y Nóvita cada
ciudad desempeñó un papel de primer orden para la construcción de un espacio
regional. Entre los llanos de las ciudades y jurisdicciones del Cauca y las cuadrillas
mineras de Nóvita se coniguró un mercado interno que hizo de esta última ciudad
el núcleo económico en torno al cual gravitaban estas ciudades y jurisdicciones
(región solar). ¿Acaso un mercado equilibrado de intercambios o profundamente
deprimido y desigual por la economía inlacionaria del oro? Mientras Germán
Colmenares (1997) desarrolló una hipótesis de región solar funcional y equilibrada
sobre este mercado y trata de esclavos, Guido Barona ha desarrollado por una
hipótesis de intercambios desiguales y deprimidos (Acevedo 2005:227-257). La
historia económica, tan olvidada por estos días, tiene un tema trabajo aún por
explorar. Queda también por preguntarse acerca de la incidencia de Nóvita en la
construcción de un espacio ramiicado o dendrítico, cuyo centro o célula era la
producción minera a partir de la cual se ramiicaba su incidencia en los propios
países del Chocó y mercados más allá de Cartago, Buga, Cali y Popayán hasta
llegar a las casas de fundición del Nuevo Reino de Granada y su posterior envío
a la metrópoli. Aunque es posible terciar por una u otra hipótesis, lo cierto es
que en el Siglo XVIII se tejió una red de intercambios comerciales y de trata de
esclavos que transformó el paisaje e incidió en el ambiente dentro del circuito
Cartago-Nóvita. El historiador Francisco Zuluaga (1990) ha tratado de encontrar
las relaciones de este intercambio con base en cuatro argumentos concluyentes:
1. En la trata de esclavos Cartago era el centro distribuidor de un eje que, con sus
polos en Cartagena y el Chocó, ubicaba (o desubicaba) los esclavos necesarios
para poner en protección tierras auríferas, pero pobres para garantizar los
productos indispensables para la subsistencia.
2.
La necesidad de mantenimiento para su fuerza de trabajo, obligó a los
propietarios de minas (avecindados en Cali, Buga, Cartago, Popayán) a
abastecer a esclavos que a pesar de las condiciones deicientes para la
supervivencia, fueron creando núcleos familiares y grupos sociales propios,
refugiados en sus tradiciones y su aislamiento.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
3.
Para responder a la urgencia de este abastecimiento, los propietarios de las
minas no recurrieron como los mineros-hacendados del circuito Cali-Costa
Pacíica a hacer de la mina y la hacienda una unidad de gestión, los mineros
del Chocó avecindados en Cartago trataron las minas del Chocó y sus tierras
en el Valle como entidades diferentes. Las minas debían responder por su
abastecimiento obteniendo lo necesario en el mercado, mientras las haciendas
o tierras de labor colocaban sus productos en ese mercado.
4.
Divorciadas así las haciendas y las minas, se constituyó un circuito
típicamente comercial, con Cartago como centro. Por allí pasaron todas las
mercaderías para el Chocó y todo el oro que de él provenía. Pero ni unas
ni otro se quedaron en Cartago. Fue sitio de paso de las riquezas que nunca
arraigaron en la ciudad. Ni siquiera las de don Salvador Gómez de Lasprilla
-uno de los hombres mineros y hacendados más ricos de la época-, las que
después de su muerte, entre rencillas familiares y vivezas de picapleitos y
notarios, se diluyeron en pequeñas fortunas y escaso beneicio social.
En esta coniguración regional, con claras incidencias sobre el ambiente al
especializarse el cultivo de ciertos productos de las ciudades del río Cauca para
abastecer las cuadrillas mineras de Nóvita, ni el Chocó ni la propia Cartago se
beneiciaron de dicho mercado. El oro salió hacia las arcas de ciudades más
importantes como Popayán, Santafé de Bogotá y de la propia España. Pero sí se
aianzó en el Chocó como resultado de este mercado el “préstamo de productos
de las ciudades de los llanos de la Gobernación de Popayán. De suerte que el
Chocó debe a Cartago, a Popayán y a Ibagué el puerco, la vaca, los lienzos del
Reino, todos los géneros de España y los principales instrumentos para el cultivo
de las minas”, escribió Pedro Fermín de Vargas (González 1997). Este escritor
y político del Siglo XIX también señaló que los caminos de comunicación con
el Chocó eran los de Quindío y Anserma por el oriente y el de Ita al sur; los tres
igual de malos, pues el primero hacía poco que se transitaba con caballería y
el segundo sólo se andaba a espaldas de hombres que suplían por caballerías a
causa de lo impracticable de su trayecto. Otros productos que entraban por estos
caminos eran aguardientes y vino de Perú y Nasca, sal, ierro, aceite y dulces
(González 1997).
Nóvita fue la cuna de presidentes de la República (Carlos Holguín, 1888-1892),
y desde los primeros años del Siglo XVIII logró, primero como tenencia y luego
como capital de provincia, el esplendor mediante la explotación de la mano de
obra negra esclava:
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Se convirtió en centro comercial produciendo oro en lingotes, que enviados
a las casas de moneda de Popayán y Santafé de Bogotá, eran convertidos en
onzas de oro amonedado que en 1829 valían de 15 a 16 pesos fuertes de plata
de 183; platina para altares y vajillas para la corte. A cambio recibía hachas de
hierro y acero, alileres y sal, carne y tabaco, rosarios y miles de baratijas. Como
dice Rogelio Velásquez, entre tanto prosaísmos para los de abajo aparecían
para la nobleza zapatos de hebillas, casacas largas y de mangas estrechas,
chalecos lujosos y capas españolas, faldas de seda, paso o bayetilla, encajes
de Flandes y mantos carísimos. Todo ello a través de caminos inverosímiles,
como el de Ita, que iba hasta Cartago pasando por Anserma o por el río San
Juan y el Calima para llegar a Cali, así beneiciar nuevamente a los señores de
las minas, a quienes les cambió también su economía comarcal por un sistema
ampliado, en donde se beneiciaba de la mina, del comercio, de la agricultura y
de la política, situación que duró hasta que la esclavitud fue rentable... Cuando
Codazzi escribió en 1853 que Nóvita ya no era la de antes, tenía razón. Hacía
dos años había dejado de ser la capital del Chocó y en pos de ella se habían ido
los burócratas para Quibdó a seguir medrando del Estado. Sólo el año anterior
se había puesto en ejecución la ley de libertad de esclavos, pero ya muchos
andaban por otros parajes; salían en busca de su destino y lo estaban haciendo
desde que le prometían libertad para enrolarse en los ejércitos en contienda
(González 1997).
En Nóvita y el Chocó en general no fue asumido como un espacio para el
asentamiento urbano hispánico. Su territorio fue usufructuado como un espacio
minero de máximo rendimiento. Después de la extinción de la población indígena
a comienzos del Siglo XVIII, lo esclavos negros fueron predominantes en el Real
de Minas de Nóvita. A los blancos y españoles sólo les interesó permanecer allí
para extraer el oro, cobrar los quintos y tributos y abastecer el avío agrícola de
las minas (Zuluaga 1995).
Para abastecer las cuadrillas mineras los llanos de Cartago se especializaron en
productos básicos. En el Archivo Histórico de Cartago, fondo notarial, entre
los años de 1662 a 1740, se pueden observar censos e hipotecas sobre tierras y
ganados que dan cuenta del tráico comercial hacia Nóvita. Sembrados de caña,
plátano, trapiches, cabezas de ganado vacuno (reses y toros), cerdos, novillos,
yeguas, burros y, por supuesto, negros esclavos de los llanos de Cartago son los
productos básicos que abastecen el Real de Minas de Nóvita.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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3.5. Gente de Selva, Gente de Montaña:
Interacciones Culturales Entre los Pobladores
Prehispánicos del Chocó y El Cauca Medio
Resumen
Alexánder Andrés Franco Enciso*
Se presentan los resultados de la primera fase de investigaciones
etnoarqueológicas en el Medio San Juan, Chocó, financiadas por el
Ministerio de Cultura y que tienen como objetivo principal la construcción
de un “Museo Piloto Latinoamericano en Arqueología y Tradiciones del
Pacíico”. El trabajo se adelantó en los Municipios de Istmina, Condoto,
Unión Panamericana y Andagoya, pudiéndose detectar algunos yacimientos
arqueológicos; valiosa información etnobotánica, etnoarqueológica e
histórica que servirá para identiicar y relacionar los distintos periodos de
poblamiento entre las regiones costeras, ístmicas y andinas del norte de
Suramérica.
Palabras claves: Colombia, Chocó, etnobotánica, etnoarqueología,
museo.
Abstract
The article presents the results of the irst phase of ethnoarchaeological
research in the Medio San Juan, Chocó, inanced by the Ministry of Culture.
The main objective is the construction of a “Museum Latin American Pilot
in Archaeology and Traditions of the Paciic.” The ieldwork was carried
out , in the Municipalities of Istmina, Condoto, Unión Panamericana
and Andagoya, where archaeological locations were detected. Valuable
information ethnobotanical, ethnoarchaeological and historical that will
serve to identify and to relate the different periods of occupations among the
coastal regions, of the isthmus and Andean of the north of Suramérica.
Keywords: Colombia, Chocó, ethnobotany, ethnoarchaeology, museum.
____________
* Antropólogo Universidad Nacional de Colombia. E-mail: [email protected]
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Presentación
En el Chocó, zona geográica, en el occidente de Colombia, las investigaciones
arqueológicas se han centrado en el estudio de redes comerciales durante el
siglo XVI entre zonas ístmicas del norte, el Caribe y las cordilleras colombianas
(Bray 2003). Aunque se ha llegado a mencionar que el Atrato y sus tributarios
se emplearon como ruta de entrada a Antioquia y el Valle del Cauca, trabajos
etnográicos, arqueológicos y linguísticos (Angulo 1963, Dussán 1965, Pardo 1987,
Reichel-Dolmatoff 1961, 1962, Stemper 1998, Vargas 1984) dan cuenta de otras
rutas de acceso, contactos culturales y comercio hacia la Cordillera Occidental
desde la región ístmica de San Pablo, entre los ríos Atrato y San Juan (Ver Mapa
1 de localización, Acevedo, en este volumen).
Es de señalar, que la mayoría de sitios arqueológicos que se conocen en el Chocó,
fueron detectados por Gerardo y Alicia Reichel-Dolmatoff, en los años sesenta
del Siglo XX, quienes describieron algunos conjuntos cerámicos y líticos pero no
fueron fechados debido a que se encontraban en supericie. Sin embargo, hasta
ahora se tiene que algunos rasgos similares entre la cerámica de Cupica y Panamá
indicarían fuertes contactos y altas densidades poblacionales, al menos desde el
siglo VII (Herrera 1989).
Para el sur del Chocó, Bajo río San Juan, se tienen identiicados dos complejos
cerámicos: Murillo, Siglo IX d.C y Minguimalo, Siglo XIII d.C, que se han
asociado a la cerámica tardía del sur de Buenaventura (Herrera 1989). En cuanto a
la orfebrería, se ha comprobado la existencia de redes de intercambio a partir de las
semejanzas por ejemplo de los pectorales en espiral elaborados por los pobladores
del noroeste de Suramérica y aquellos provenientes de algunas regiones de la
baja Centroamérica. Redes de intercambio que se remontan a los primeros siglos
de la era cristiana. Sin embargo, como hecho para resaltar, localmente se dieron
diferencias entre la orfebrería del Urabá o del Cauca Medio (“Quimbaya”) con más
tendencia a calabazas o poporos y la del Pacíico chocoano donde se representaba
exclusivamente el chamanismo con bastones, plumas o máscaras.
Los escasos trabajos arqueológicos en el Chocó han impedido que se establezcan
relaciones culturales y temporales entre las ocupaciones tempranas en “Selva
Tropical Muy Húmeda” y aquellas de montañas y valles interandinos. En
consecuencia, el artículo pretende mostrar que de manera inevitable y a pesar de
la escasa evidencia material, ha existido relación histórica entre los pobladores
tempranos y tardíos que ocuparon desde bosques muy húmedos tropicales en
tierras bajas hasta zonas de vida en bosque muy húmedo premontano (1.200 a
1.600 msnm).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Contexto Arqueológico
Desde hace algunas décadas, se ha planteado la existencia de un “área cultural” para
las tierras bajas del Pacíico (West 1957). A ciencia cierta no se conocen fechas ni
regiones concretas que indiquen transición o relación entre estilos de vida nómadas,
semisedentarios y sedentarios en tierras bajas inundables del neotrópico chococano.
Recolecciones supericiales de materiales líticos y cerámicos efectuados por
Sigvald Linné en 1927 y Víctor Oppenheim en 1942 iguran entre los primeros
intentos por hacer investigaciones arqueológicas en el Chocó. Posteriormente,
en los años 1953 y 1960 Graciliano Arcila describe materiales procedentes de
estructuras funerarias en Carmen de Atrato y Mutatá que en su momento fueron
asociadas a la “región Quimbaya” y al Golfo de Urabá.
En la década de 1960, Gerardo Reichel-Dolmatoff y Alicia Dussán hicieron varios
reconocimientos entre Buenaventura y Cabo Corrientes donde, además, tomaron
nota sobre un “movimiento mesiánico en el Chocó” (Reichel-Dolmatoff 1977,
Reichel-Dolmatoff y Dussan 1961, 1962). A partir de esos años, los estudios
arqueológicos se centraron en la denominada “subregión del Pacíico sur”, es
decir, desde el sur de Buenaventura hasta la frontera con Ecuador (Herrera 1989).
Hacia el norte, en Cupica, se excavaron lascas en cuarzo, volantes de huso, hachas
y una nariguera (Reichel-Dolmatoff 1977, Reichel-Dolmatoff y Dussán 1961);
piezas que presumiblemente presentaban rasgos estilísticos similares a los del
Cauca Medio a no ser por una vasija globular (colección ICANH 61-III-1308) que
por su aspecto externo ni siquiera tenía relación con las culturas más próximas,
como Calima. En el Medio San Juan, excepto por referencias etnográicas, no se
tienen noticias sobre trabajos arqueológicos posteriores a la prospección hecha
en los años 60 por Reichel-Dolmatoff y Dussán. Si bien no hay certeza sobre la
época en que se adoptó la agroalfarería y la forma de vida sedentaria en la región,
es de suponer que esto ocurrió más allá del IV milenio a.C., si se comparan los
hallazgos de tierras bajas en Puerto Valdivia, Ecuador con Puerto Hormiga y Canal
del Dique, Colombia, hacia el 3.500 a.C.
En efecto, trabajos como los del río Guayas-Ecuador (Buys y Muse 1987) muestran
que más allá del año 3.000 a.C. existieron poblados para más de 2.000 personas,
quienes además de elaborar herramientas para el trabajo, cultivaban bajo distintas
técnicas y manufacturaban ceramios. En 1983, uno de los sondeos en Minguimalo,
aluente del bajo San Juan, arrojó material cerámico fechado en el Siglo XI d.C.
(Herrera 1989) con características tanto de Minguimalo como del estilo Sonso de
la región cordillerana y la “suela plana del río Cauca”.
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Algunas descripciones de artefactos líticos y cerámicos (Arcila 1960) o ajuares
y arquitectura funeraria asociada al Quindío (Zamudio 1996) y Valle del Cauca,
han sugerido relaciones entre “costa Pacíica y cuenca montañosa del Río Cauca”
(Herrera 1989). No obstante el reconocerse sistemas de camellones en las costas
ecuatorianas (Parsons y Shlemon 1982), Calima (Cardale et al. 1992), el complejo
Tumaco-La Tolita, Fase Inguapí II, (Patiño 1999) o el bajo río San Jorge (Plazas
y Falchetti 1988), en tierras bajas inundables, delta del San Juan, no se han
hallado zanjas o camellones que indiquen usos agrícolas prehispánicos (Salgado
y Stemper 1995). Macrorrestos botánicos extraídos en algunos de esos camellones
se han fechado desde el Siglo IV a.C. y contienen: Astrocaryum standleyanum,
Chunga, Maranta arundinacea, Zea mays, Cucúrbita sp, Canna, Phytelephas
aequatorialis y Phytelephas seemanii, Tagua, Manihoc esculenta, Rizophoras y
Gramíneas, entre otras. Es de esperar que futuras investigaciones paleoecológicas
y arqueológicas en el Medio San Juan y su región ístmica, arrojen datos sobre la
transición cultural de ecosistemas selváticos a cordilleranos.
Hipótesis de Poblamiento: Contactos entre Selva y Cordillera
Grandes ríos como el Orinoco, Atrato, Cauca o Magdalena han sido rutas naturales
exploradas por los primeros ocupantes del actual territorio colombiano y por las
cuales los conquistadores europeos del Siglo XVI dirigieron sus expediciones
hacia el sur. Tanto el poblamiento temprano como la conquista europea siguieron,
fundamentalmente, las rutas por el golfo del Darién y el Istmo de Panamá; por la
depresión momposina, donde se pudieron recorrer importantes ríos como el Sinú
o los que desembocan en el Magdalena como el San Jorge, Cauca y Cesar, río
que a su vez conecta el sur de la Sierra Nevada de Santa Marta con Maracaibo,
donde, por ejemplo, los conquistadores conseguían sal, conchas y pescado para
cambiar por oro (Sanoja 1966). Esta red de rutas luviales comprendía desde
sociedades con organización jerárquica, altamente diferenciada como las Muiscas
o Quimbayas, hasta aquellas selváticas y belicosas, como las Gorgonas, Poromeas,
Idabaez, Oromiras o Burumias en el Bajo Chocó (Isacsson 1975). La amplia red
luvial del Chocó ha sido usada tanto por europeos como por grupos de cazadorespescadores-recolectores quienes remontaban aguas arriba el Atrato y sus aluentes
hasta llegar al Istmo de San Pablo donde fácilmente atravesaban la hoya del San
Juan y sus tributarios hacia las montañas y valles interandinos. La escasez de
datos arqueológicos para el actual territorio del Chocó contrasta con las crónicas
y planteamientos teóricos que lo ubican junto con las tierras bajas que unen al
golfo de Urabá con Venezuela y a éste con toda la franja costera del Pacíico y las
cordilleras andinas, como el epicentro de las altas culturas americanas.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Las condiciones adversas de la selva nunca han sido obstáculo para que durante
milenios, sus pobladores la hayan dominado. Si bien la arqueología ha dado
algunas respuestas locales a las distintas etapas de poblamiento en el territorio
chocoano, son aún más las inquietudes. En los ríos alto Baudó, Jurubidá, Catro,
Chorí y la bahía de Utría se han hallado perforadores, buriles, cuchillos, raspadores
e instrumentos desgastados sin ninguna asociación cerámica, es decir, que podrían
corresponder a una antigüedad superior a los 5.000 años AP (Angulo 1963).
Las ocupaciones de los valles interandinos son más marcadas a partir de los
últimos 1.500 años a.C.. Basureros, talleres líticos y cerámicos, textiles, campos
de cultivo, canales de riego, plantas de vivienda, enterramientos, orfebrería,
simbolismo animal (serpientes, jaguares, caimanes, ranas, águilas) signiicaban
una gran ruptura material con la forma de vida cazadora-pescadora-recolectora.
Las facilidades de acceso a distintos pisos térmicos, a suelos con alto contenido
orgánico y de óptima ubicación que permitiera controlar otras áreas, generaron
nuevas relaciones sociales de producción en donde el sedentarismo, y la vida
en aldea, facilitaron el surgimiento de sociedades jerárquicas. Los 10 primeros
siglos posteriores a la era cristiana están marcados por varios interrogantes que
la arqueología no ha resuelto y que, de manera exclusiva, tienen que ver con la
demostración o no de la continuidad cultural entre los cazadores-pescadoresrecolectores y las primeras sociedades agroalfareras de las tierras bajas del litoral
pacíico del norte de suramérica.
Entre los Siglos X y XVI, las excavaciones de montículos, camellones y estructuras
funerarias muestran sobretodo fuertes lazos con las formas de cultivo tanto en
Calima como en la región de Guayas-Ecuador. Las tumbas excavadas presentan
similitud con la arquitectura funeraria del Cauca Medio, tumbas con pozo y cámara
lateral, rectangulares y circulares, más que con las representaciones chamánicas
y los ajuares cerámicos. Aunque no se descartan relaciones interétnicas más
profundas entre los pobladores de la región ístmica con centro y Suramérica,
parte de esa evidencia que intentó borrar la conquista europea del Siglo XVI y
las actuales relaciones sociales de producción capitalistas, resisten bajo distintas
formas (elaboración de cestería, cerámica o líticos; cosmovisión, sistemas de
parentesco, costumbres, relatos, etc.).
Resultados Obtenidos en la Primera Fase de Investigaciones.
La primera fase de investigaciones etnoarqueológicas en el Medio San Juan, Chocó,
se ha basado en el análisis de la cartografía histórica, las consultas bibliograicas y
la fotointerpretación que permitan plantear una metodología de trabajo adecuada
para los estudios paleoambientales, etnográicos y arqueológicos en los municipios
del Medio San Juan. Los recorridos se han hecho principalmente en Andagoya,
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Condoto, Istmina y Unión Panamericana. En este último, se ha logrado recuperar
valiosa información histórica que da cuenta de la construcción y funcionamiento
del primer canal interoceánico construido en el mundo, inalizado el Siglo XVIII.
El canal, ingeniado por un cura de Nóvita en 1788, unía los ríos Atrato y San
Juan. (Foto 1).
De las diligencias practicadas por el Fiscal visitador se deduce que los ríos
del San Juan, que desagua en el mar del Sur y Quito, que entra en el Atrato,
sólo están divididos en un extremo o lugar de tierra, cuyo paraje más estrecho
se llama Bocachica. Por ésta estrechura se debe hacer la comunicación, y,
efectivamente, un eclesiástico, con el in de beneiciar sus minas, abrió un canal
de comunicación dando pendiente (que es lo que en el Chocó se llama Cuelga),
a las aguas de la quebrada Raspadura, haciéndola entrar en el río San Juan...
la importancia de este negocio merecía que vuestra excelencia nombrase un
ingeniero de conocida habilidad al conocimiento de las cabeceras de estos ríos
y examinar todas las quebradas de su inmediación, para resolver la duda de si
son o no aumentables las aguas de la quebrada Raspadura, que es la que hace
la comunicación; porque si unos hombres sin elementos algunos de arte, han
sabido formar lo importante que existe en el día, es de esperar que dirigidas
con inteligencia las aguas, puede perfeccionarse la comunicación de los ríos;
entonces ¡Cuánta satisfacción y gloria resultará a vuestra excelencia y cuántas
ventajas y utilidad al público, de ver conducir desde el centro de las provincias
de Quito inmensos cargamentos, todo por el Golfo de Urabá! (Arzobispo-Virrey
Antonio Caballero y Góngora al entregar el mandato de su virreinato en 1789)
(Tomado de Castillo 2006: 3).
Francisco José de Caldas al leer la obra de Humbolt: “Viaje a las Regiones
Equinocciales del Nuevo Continente”, hace alusión al Arrastradero de San
Pablo:
Humboldt indica nueve puntos por donde se puede tentar esta reunión (la de
los dos mares) con esperanza de un suceso feliz. Pero? Quién creyera que una
comunicación tan importante ha sido ya ejecutada en pequeño en 1788 por un
simple religioso cura de la ciudad de Nóvita? Este hombre inteligente y activo
hizo abrir por las manos de sus feligreses un pequeño canal en el torrente de
Raspadura, que une el río San Juan con el de Quito, que es un ramo del Atrato.
Canoas llenas de cacao, en el tiempo de las lluvias, han atravesando el continente
americano y pasado de un mar a otro recorriendo 250 millas...Agrega: Sentimos
ignorar el nombre de éste religioso para presentarlo al reconocimiento no solo
del Reino sino de toda América. (Tomado de Castillo 2006:5)
Gracias a la reconstrucción histórica y en campo de los antiguos hilos de agua
que se transportaban hacia el canal (Castillo 2006) se ha propuesto un trabajo
comunitario a efecto de recuperar el sitio, bastante deteriorado por la minería y
las empresas madereras.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Foto 1. Canal del Arrastradero de San Pablo. Raspadura, Unión Panamericana.
Foto 2. Mural del Museo donde se interrelaciona el poblamiento temprano de América
con los grandes ríos y redes luviales que conectan los Océanos Atlántico y Pacíico con
las regiones Andinas.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Se plantea poner en funcionamiento el “Museo Piloto Latinoamericano en
Arqueología y Tradiciones del Pacíico”; para lo cual, el Instituto Integrado San
Pablo Industrial cedió un amplio salón para su actividad, donde se exhibe un guión
elaborado con textiles nativos de “Damagua y CabeciNegro”; algunas piezas de la
región arqueológica del Cauca Medio; artesanías locales, objetos de uso cotidiano
o en desuso y plantas medicinales empleadas por los curanderos quienes, además,
construyen un semillero para los niños del Medio San Juan (Fotos 2 y 3).
El trabajo etnográico a partir de encuestas; visitas a zonas rurales y asistencia a
festejos sobretodo religiosos ha permitido iniciar un trabajo pedagógico donde
desde la arqueología se muestra que la familia, la propiedad privada, el estado y
la pobreza no son fenómenos naturales en la historia de la humanidad y que para
transformar el entorno es necesario también entenderlo.
Foto 4. Pasacalle del Museo en puente sobre el río San Juan, Istmina, Chocó.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
CUARTA PARTE
MEMORIA,
DINÁMICA DEL PAISAJE
Y GESTIÓN AMBIENTAL
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
4.1. La Influencia del Café en la Evolución
y Consolidación del Paisaje en las Zonas
Cafeteras Colombianas
Resumen
Andrés Guhl Corpas*
El Café ha jugado un papel fundamental en la historia de Colombia. A pesar
de que la relación entre café e historia, economía y política (entre otros)
ha sido ampliamente estudiada, existen pocos análisis del surgimiento y
evolución de los paisajes cafeteros del país. Este artículo, presenta una
aproximación a las posibles trayectorias de cambio de paisaje durante le
establecimiento de la producción cafetera (1850-1970) y su intensiicación
(1970- ).
Palabras claves: Colombia, café, zona cafetera, evolución del paisaje
Abstract
Coffee has played an important role in Colombian History. Although
relationship between coffee and History, Economy and Politics (among
others) have been widely studied, few analyses exist on establishment
and evolution of coffee landscapes in the Country. This article presents an
approach on possible ways of landscape changes during the establishment
of coffee production (1850-1970) and its intensiication (1970- ).
Key words: Colombia, coffee, coffee zone, landscape evolution.
____________
* Geógrafo Ph.D. Profesor Asistente, Centro Interdisciplinario de Estudios de Desarrollo
(CIDER). Universidad de los Andes. Calle 18A No. 0-19 E (Casa Republicana), Bogotá,
Colombia. Correo electrónico: [email protected]
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Presentación
El café ha jugado un papel muy importante en la historia de Colombia desde
mediados del Siglo XIX. Dada su importancia, existen muchas investigaciones
sobre la relación entre café y economía, historia y política entre otros (Beyer 1947,
Uribe 1952, Parsons 1968, Nieto 1971, Arango 1977, Bergquist 1978, Lleras 1980,
Palacios 1980, Arango 1982, Chalarcá 1998, 2000). Adicionalmente, el Centro
Nacional de Investigaciones del Café (Cenicafé) lleva más de 50 años dedicado a
investigar sobre los sistemas de producción cafetera y los factores que la afectan
(Cenicafé 1988, Jaramillo y Cháves 1999, Duque, Restrepo y Velásquez 2000,
Moreno 2002). De la misma forma en que el café transformó el tejido social,
económico y político del país, también cambió radicalmente el paisaje de ciertas
regiones del país. Recientemente ha surgido mucho interés hacia el estudio y
conservación del paisaje cafetero colombiano, tanto así que existe el proyecto
de inscribirlo en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO (Ángel 2005,
SIR 2005). Sin embargo, el tema de la evolución y conformación del paisaje
cafetero y los cambios ambientales que la producción del grano introdujo en los
Andes colombianos ha sido un tema que ha recibido muy poca atención en la
investigación cientíica (FNC 1976, Ortiz 1989, FNC 1997, Guhl 2004a, 2004b).
El propósito de este artículo es el de presentar los posibles modelos de evolución
del paisaje que generaron el paisaje cafetero contemporáneo y describir algunos
de los impactos ambientales asociados a dicho paisaje.
Introducción y Dispersión del Café en Colombia
Los primeros cultivos de café en Colombia ocurrieron en las misiones jesuitas
de los llanos orientales durante el Siglo XVIII (Gumilla 1955). Sin embargo,
este producto estuvo restringido a esta zona y la expulsión de los jesuitas en
1767 hizo que el café no se difundiera. En el país, el cultivo comercial del café
se inicia a principios del Siglo XIX, un comienzo tardío comparado con el de
otros países latinoamericanos como Brasil, Costa Rica y Venezuela (Parsons
1968). La expansión del área sembrada en café fue relativamente lenta hasta
aproximadamente 1870, cuando su adopción se acelera. La breve descripción de la
introducción y dispersión del café en Colombia, así como las cifras que muestran
cambios en la ubicación de los centros productivos se sustentan en los trabajos de
Carriker (2002), Escobar y Ferro (1991), Chalarcá (1998, 2000), Palacios (1980),
Parsons (1968) y los Censos Cafeteros de la Federación Nacional de Cafeteros de
Colombia (1970, 1976, 1983, 1997). De acuerdo con estos autores, el café llego a
Colombia a los departamentos de Santander y Norte de Santander proveniente de
Venezuela en las primeras décadas del Siglo XIX. El incremento del área cafetera
en esta zona del país se debió en gran medida al presbítero Romero de Salazar de
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
las Palmas, quien les imponía como penitencia a sus feligreses sembrar arbustos
de café (Ancízar 1984). Durante la primera mitad del Siglo XIX, la mayoría de la
producción cafetera tuvo lugar en los dos Santanderes. De esta zona el cultivo del
café avanzó hacia el sur por la Cordillera Oriental. Entre 1840 y 1860 el café ya
era cultivado por grandes hacendados en Cundinamarca, Tolima y Cauca. En 1862
aparecieron las primeras plantaciones de café en el Huila. En esta misma década
empresarios estadounidenses establecieron haciendas cafeteras en la Sierra Nevada
de Santa Marta. Para 1870 el café había llegado al departamento de Antioquia, y
pronto se conviertió en el cultivo por excelencia entre los pequeños productores.
En la segunda mitad del Siglo XIX, la zona más importante de producción cafetera
se ubicó en Cundinamarca y Santander y en 1900, 60% de la producción del país
provenía de este último departamento. Entre 1880 y 1910 el cultivo del café se
expandió hacia el sur del departamento de Antioquia, particularmente Caldas,
Risaralda, Quindío y el norte del Valle. En el Siglo XX la producción cafetera se
concentró en esta zona y para el inal de los años sesenta el 75% de la producción
provenía de estos departamentos. Para inales del Siglo XX y principios del Siglo
XXI, el café sigue siendo muy importante en esta región, y han surgido nuevas
zonas productivas en los departamentos de Tolima y Huila. Para la década de
ochenta el municipio de El Líbano (Tolima) era el mayor productor de café del
país y entre 1970 y 1997 el área cafetera del Huila aumentó 58,8% (FNC 1970,
1983, 1997).
Café y Cambio de Paisaje
Los Andes colombianos han experimentado dos grandes transformaciones de
paisaje asociadas con el café. La primera corresponde al establecimiento y
consolidación de la economía cafetera (1850-1970) y la segunda a la intensiicación
de la producción del grano (1970-presente). Cada una de estas etapas está asociada
a un sistema productivo diferente que tiene distintas manifestaciones a nivel del
paisaje. Durante el establecimiento y la consolidación de la economía cafetera,
la producción tuvo lugar bajo un sistema llamado tradicional o de cafetal con
sombrío. La etapa de intensiicación de la producción corresponde al sistema
que se ha denominado cafetal tecniicado. La Tabla 1 resume las características
principales de cada uno de estos sistemas productivos (Parsons 1968, Palacios
1980, Willson 1985, Wrigley 1988, Ortiz 1989, Perfecto et al 2003).
En ambos sistemas productivos, el café está acompañado de cultivos de subsistencia
como maíz, yuca o fríjol, áreas de potrero y guaduales o bosques de galería, y
cultivos comerciales como hortalizas o frutales. Esto genera un paisaje cafetero que
se asemeja a una colcha de retazos donde las parcelas de café se encuentran al lado
de guaduales, potreros u otros cultivos. Solo en las zonas dondela intensiicación
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Tabla 1. Características de los sistemas de producción cafetera en Colombia
de la producción ha sido más fuerte, como los municipios de Chinchiná y Palestina
(Caldas), es posible encontrar áreas relativamente grandes sembradas únicamente
con café. A pesar de que en la mayoría del país el paisaje cafetero presenta esta
apariencia de colcha de retazos, poco se ha investigado sobre la génesis de estos
paisajes. A continuación se intentará llenar ese vacío al presentar los posibles
modelos de cambios de paisaje para estas dos etapas.
La Expansión de la Producción Cafetera (1850-1970)
La expansión y establecimiento de la economía cafetera está asociada con dos
tipos diferentes de productor: el pequeño y el gran cultivador. Esta distinción es
importante, ya que corresponde a diferentes formas en las que ocurrió la génesis
del paisaje cafetero en distintas regiones del país. Mientras los grandes cultivadores
tuvieron presencia importante en los Santanderes, Huila, Cauca, Cundinamarca,
los pequeños productores caracterizaron la zona de inluencia antioqueña en los
departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, norte del Valle y del
Tolima. Estos modelos de cambio de paisaje se han ensamblado a partir de los
trabajos de Palacios (1980), Parsons (1968) y Escobar y Ferro (1991).
Los Grandes Productores
Los grandes productores de café capitalizaron el esfuerzo de familias sin tierra
para expandir sus cafetales. Estos productores, quienes en su mayoría eran
comerciantes que contaban con el capital necesario para invertir en este cultivo, le
daban a la familia sin tierra el dinero necesario para establecer una nueva parcela
de café (Palacios 1980, Escobar y Ferro 1991). La familia campesina usaba este
dinero para comprar los materiales e insumos necesarios para hacer una casa y
sembrar cultivos de pancoger. Una vez satisfechas las necesidades básicas, la
familia establecía un semillero de café y de los árboles que se iban a utilizar como
sombrío. Cuando los colinos de café y arbolitos estaban listos para transplantar,
se desmontaba una parcela de bosque para convertirla en cafetal. A este terreno se
transplantaban los colinos y árboles de sombrío. La familia proveía toda la mano
de obra necesaria para llevar a cabo estas tareas, y tenía a su cargo el cuidado
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
del cafetal hasta que iniciaba la producción, aproximadamente 5 años después
de establecido (Palacios 1980). En este momento, el hacendado compraba al
campesino las “mejoras” como la casa y la huerta, adueñándose del cafetal. El
campesino sin tierra empezaba el proceso en otra parte de la hacienda, y de esta
forma el hacendado iba expandiendo sus cafetales. Esta trayectoria de cambio de
paisaje se encuentra esquematizada en la Figura 1.
Figura 1. Trayectoria de cambio de paisaje asociada con los grandes productores
(1850-1970)
En otras zonas del país como la Sierra Nevada de Santa Marta, donde no existía
un lujo constante de familias sin tierra, los hacendados importaron trabajadores
de otras áreas del país y construyeron la hacienda, viviendas e infraestructura
antes de empezar a sembrar café (Carriker 2002). A diferencia de los campesinos
sin tierra, éstos eran empleados de la hacienda. Sin embargo, la primera situación
descrita fue la más común en Colombia.
Los Pequeños Productores
El modelo de cambio de paisaje presentado anteriormente fue el que dominó la
génesis del paisaje cafetero hasta inales del Siglo XIX. A partir de este momento
los pequeños productores empiezan a jugar un papel vital en la producción de café.
Este modelo de pequeños productores está asociado a la zona de colonización
antioqueña de los actuales departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda,
Quindío, norte de Valle y del Tolima (Parsons 1968). A medida que el frente
de colonización avanzaba desde Antioquia hacia el sur, familias campesinas
establecían sus incas en zonas que se encontraban deshabitadas desde inicios
de la Colonia y por lo tanto estaban cubiertas con bosques secundarios. Para
garantizar la subsistencia, las primeras actividades fueron el desmonte de un
área de bosque, la construcción de una casa y el establecimiento de cultivos de
subsistencia y una huerta. Este tipo de apropiación del paisaje no tiene ninguna
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
diferencia con el modelo de los grandes hacendados. Sin embargo, a diferencia
de éstos, los pequeños productores no tenían en mente la producción cafetera,
ya que este producto se demora unos 5 años en empezar a producir y no es un
cultivo de subsistencia que permita suplir las necesidades básicas de una familia
campesina en una región aislada como lo era ésta, en ese momento (Parsons 1968,
Palacios 1980).
El siguiente paso implicó desmontar otras parcelas de bosque para: cultivar
maíz para alimentar cerdos, caña de azúcar para fabricar aguardiente y panela,
y potreros para las mulas y caballos necesarios para llevar estos productos a las
zonas mineras de Antioquia, donde había demanda por ellos. Como la mayoría
de estas incas estaban localizadas en pendientes pronunciadas, los cultivos sólo
producían por unos años ya que el suelo se erosionaba rápidamente. Ante esta
situación, se desmontaba más bosque y la parcela poco productiva se usaba
como potrero y luego se dejaba enrastrojar. Después de 5-7 años este rastrojo
era desmontado y se sembraba nuevamente maíz y caña de azúcar. Este ciclo de
tala y quema se generalizó en el paisaje y en poco tiempo ya casi no quedaban
bosques. Adicionalmente, la erosión fue masiva como resultado de cultivos
anuales que ofrecían poca protección al suelo. La falta de bosques también causó
escasez de materiales de construcción y combustible. Fue en este punto que el
café apareció como una alternativa que transformó las laderas de esta zona de
los Andes colombianos (Parsons 1968). El establecimiento de parcelas de café se
hizo de manera similar a la de los grandes hacendados, es decir, sembrando los
colinos y arbolitos de sombrío. La diferencia entre los pequeños y los grandes
productores radica en que mientras los primeros establecían parcelas de café en
sitios que ya habían sido usados para la agricultura, los segundos lo hacían en
parcelas recién desmontadas. La Figura 2 presenta, de forma esquemática, esta
trayectoria de cambio de paisaje.
* La línea punteada representa un ciclo en que los rastrojos son reutilizados en agricultura de tala y quema.
Figura 2. Trayectoria de cambio de paisaje asociada con los pequeños productores (1850-1970).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
De acuerdo con Parsons (1968), el café aparece como una alternativa
ambientalmente amigable y atractiva para los pequeños productores ya que ofrece
un producto de alto valor comercial y que puede ser almacenado sin que se dañe
hasta que llegue al punto de comercialización. Desde el punto de vista ambiental, el
café ofrecía un cultivo permanente que mantenía el suelo de las laderas protegido.
Adicionalmente, la presencia de árboles de sombrío contribuyó a la protección de
los suelos, con hábitat para distintos organismos y con la economía familiar, ya
que los árboles de sombrío y sus productos asociados representan entre el 20% y
30% de los ingresos de un pequeño productor (Rice 2000). A pesar de haber sido
una alternativa ambientalmente amigable, el café no fue adecuado para todas las
zonas de ladera del país, y en muchos sitios acabó con los suelos. Estas zonas
fueron recuperadas con potreros de pastos africanos como yaguará y guinea.
Para 1932, el 98% de los productores de café eran pequeños productores y daban
cuenta del 70% de la producción total (Palacios 1980). Estas cifras van cambiando
a medida que avanza el Siglo XX, y para 1970 estos productores representaban
el 71,3% de las incas cafeteras y su participación en el total de producción había
bajado a 29,5% (Palacios 1980).
Características del Paisaje Cafetero 1850-1970
Para 1970, el área sembrada en café era algo mayor de 1’067.000 de hectáreas,
pero el paisaje cafetero como tal (café, otros cultivos, bosques, etc.) era de
aproximadamente 5’765.000 hectáreas (FNC 1970). Esta diferencia entre el área
sembrada con café y la del paisaje cafetero demuestra claramente el carácter de
colcha de retazos de éste. Los dos modelos de evolución de paisaje anteriormente
descritos tuvieron el efecto inmediato de incrementar el valor de la tierra de
ladera (Palacios 1980). Adicionalmente, el bosque natural es reemplazado por
cafetales con sombrío, o lo que también se ha denominado “bosques culturales”
(Parsons 1968). Estos bosques proveen muchos de los servicios ambientales
de los bosques naturales, pero tienen una biodiversidad mucho menor y nunca
reemplazan las funciones que presta la vegetación natural (Perfecto et al 1996,
Perfecto et al 2003). Paralelo al establecimiento de los bosques culturales
asociados al café, hay un porcentaje alto del paisaje dedicado a los pastos. Para
1970, el 37,3% del paisaje cafetero corresponde a potreros (FNC 1970). El
sistema de producción tradicional generó un paisaje muy estable donde la forma
de producción permaneció prácticamente sin cambios hasta 1970 y el aumento
de la producción se debió a la expansión del área sembrada (Palacios 1980). Sin
embargo, vale la pena anotar que dado que el café es un producto atado a los
mercados externos, y en particular al de Estados Unidos, las luctuaciones en
los precios internacionales del grano se relejan en cambios en el área sembrada.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Por ejemplo, durante el período de recesión económica que se presentó en los
Estados Unidos entre 1880 y 1888, el área sembrada disminuyó drásticamente y
fue reemplazada por pastos (Palacios 1980). Respuestas similares se han dado en
otros momentos históricos, incluyendo la reciente crisis del café, donde muchos
cafetales fueron reemplazados por potreros.
El sistema de producción tradicional es bastante igualitario en el sentido de
que todos los productores pueden sembrar y producir café, y no requiere
inyecciones de capital signiicativas como la producción con el sistema intensivo.
Adicionalmente, la producción cafetera en Colombia vino a caracterizarse por
pequeños productores. Las haciendas cafeteras de muchas regiones del país fueron
fragmentándose poco a poco, y hoy en día son pocas las que quedan dedicadas a
la producción del grano.
La Intensiicación de la Producción, 1970A inales de la década de los años sesenta la roya (Hemileia vastatrix), un hongo
que ataca el café, había sido detectado en Brasil y Costa Rica. Históricamente
este hongo fue responsable de la destrucción total, en un tiempo cortísimo, de las
plantaciones de café de la isla de Ceilán a mediados de la década de 1860 (Dicum
y Luttinger 1999). Dado que para 1970 el café representaba aproximadamente el
63% de los ingresos del país por exportaciones (BANREP 2002a, 2002b), la llegada
de la roya era un riesgo enorme para las familias cafeteras y la economía nacional.
Desde inales de los años sesenta Cenicafé inició investigaciones para diseñar un
sistema de producción que fuera menos susceptible a la roya. El resultado fue
el sistema tecniicado o intensivo, en el cual la disminución de la sombra hace
que el hongo que genera la roya encuentre un ambiente menos favorable para su
crecimiento y dispersión. Otra de sus características fundamentales es el aumento
de la densidad de siembra de arbustos de variedades más pequeñas. Además,
estas variedades mejoradas responden muy bien al uso de insumos como abonos
y fertilizantes químicos. Finalmente, la reducción de la sombra reduce la vida útil
del cafetal, lo cual se debe a que el café es en su ambiente natural en los bosques
de África una planta del sotobosque (Wrigley 1988, Willson 1999). Al reducir
o eliminar la sombra se acelera el ciclo de vida del cafeto, lo cual implica que
es necesario resembrar o renovar cafetales con más frecuencia para mantener la
productividad.
El modelo de cambio de paisaje asociado con este sistema implica la reducción del
área sembrada con café, ya que el aumento de productividad permite mantener una
producción de café igual o mayor un área menor. Además, este sistema productivo
tiene unos requerimientos agroecológicos más estrictos, lo que hace que no sea
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
adecuado para todas partes. Durante la década de los setentas la adopción de
este sistema se concentró en Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío (FNC 1970,
1983). A pesar de estar restringido a esta zona del país, se transformaron más de
340.000 hectáreas, correspondientes a más de la tercera parte del área sembrada
de café en 1970. Simultáneamente, el área sembrada de café disminuye y la tierra
disponible se usa para otros cultivos. El área de pastos también se reduce dada la
mejora de la accesibilidad por la construcción de carreteras, lo cual signiicó la
transición de la mula al Jeep Willys como medio básico de transporte. La mayor
productividad también signiica que los cafetales en zonas marginales de la inca
se abandonan, aumentando el área de rastrojos.
A mediados de los años ochenta, con la llegada de la roya y de la broca del café,
se generaliza la adopción del sistema intensivo en el resto del país. Sin embargo,
el área transformada entre 1980 y 1997 es mucho menor que en el período
anterior, solo unas 266.000 hectáreas (FNC 1983, 1997). Para el período 19801997 el área sembrada de café disminuye más rápidamente. Mientras que para
1970 había 1’067.113 hectáreas sembradas en café, para 1980 había 1’003.940
hectáreas, y para el inal del último censo cafetero en 1997 solo había 869.158
hectáreas (FNC 1970, 1983, 1997). La adopción del sistema intensivo ha sido
bastante generalizada, ya que en el último censo cafetero cerca del 70% del área
sembrada en café correspondía al sistema tecniicado (FNC 1997).
Como se mencionó anteriormente, la reducción del área sembrada de café y de
pastos hizo que hubiera tierra disponible para otros cultivos. Aunque entre 1970 y
1997 la proporción del paisaje sembrada en café es casi constante (alrededor del
18% del paisaje), los grandes cambios ocurren en el área de pastos, que pasa del
37,3% en 1970 al 25,8% en 1997, en el área de otros cultivos, pasando del 20,5%
1970 al 27,5% en 1997, y en el área de bosques naturales y rastrojos, que pasa del
17,8% 1970 a 24,1% en 1997 (FNC 1970, 1997). Estos cambios indican que la
intensiicación de la producción cafetera en Colombia ha estado acompañada de la
diversiicación del paisaje, reemplazando coberturas vegetales muy homogéneas
como pastos por otras más heterogéneas como hortalizas y frutales entre otros.
En 1989 se rompe el Acuerdo Internacional del Café, que era un cartel que regulaba
las cuotas para la comercialización del grano entre algunos países productores y
consumidores. Este cambio alteró radicalmente el mercado internacional del café,
y tuvo impactos muy fuertes en Colombia y el resto del mundo. Al desaparecer
el sistema de cuotas, la oferta superó ampliamente la demanda, lo cual causó
la reducción de precios del grano. Adicionalmente, nuevos productores como
Vietnam e Indonesia entraron al mercado internacional inundándolo de cafés de
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200
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
baja calidad y bajo precio. Aunque durante varios años el Fondo Nacional del Café
pudo amortiguar el impacto de los bajos precios internacionales al pagarles un
sobreprecio a los caicultores colombianos, para inales de la década de los noventa
ya no fue posible hacer esto y los productores colombianos experimentaron en
carne propia el impacto de la crisis mundial del café. A pesar de la ayuda económica
del gobierno nacional, muchos caicultores empezaron a buscar otras alternativas,
y nuevamente hubo cambios sustanciales en el paisaje cafetero.
El primer impacto de la crisis fue el abandono o total erradicación de cafetales.
Muchos dejaron de cuidar sus cafetales con la idea de esperar un tiempo para ver
si el precio internacional del grano mejoraba. La Federación Nacional de Cafeteros
fomentó campañas masivas de renovación de cafetales. Entre 1998 y 2000, 196.000
hectáreas fueron renovadas con un subsidio de la Federación (Jaramillo 2002
comunicación personal). De esta forma, se buscó reducir la producción, ya que
un cafetal en renovación no produce, y de esta forma se le daba un compás de
espera al mercado internacional. Otros caicultores fueron más allá y transformaron
sus cafetales en potreros para ganadería o en otros cultivos que en esa coyuntura
histórica eran más atractivos. El resultado neto fue la disminución drástica del área
sembrada de café. Según estimativos de la Federación Nacional de Cafeteros, para
el 2002 había 775.000 hectáreas sembradas en café (García 2003 comunicación
personal). La Figura 3 resume, de manera esquemática, las transformaciones del
paisaje cafetero a partir de 1970.
Figura 3. Trayectoria de cambio de paisaje durante la intensiicación de la producción
(1970- )
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Características del Paisaje Cafetero, 1970-2002
La adopción del sistema de producción cafetera intensiva a partir de 1970 y la
crisis mundial del mercado cafetero que se inició hacia mediados de la década
de los noventa y de la cual solo hasta ahora los cafeteros empiezan a recuperarse
ha tenido unos impactos muy importantes en los patrones de uso del paisaje en
las zonas cafeteras colombianas. Tal vez los impactos más signiicativos de la
adopción del sistema de producción intensivo han sido la eliminación casi total
de los bosques culturales o bosques de sombrío asociados con la caicultura
tradicional y la diversiicación del paisaje. La desaparición de los bosques de
sombrío se debe, evidentemente, a que una de las características fundamentales
del sistema de producción intensiva es la reducción o eliminación de la sombra.
La diversiicación se debe a la conjunción de varias razones. En primer lugar, ya
que es posible producir igual o más cantidad de café en un área menor, muchas
zonas que antes se sembraban con café salieron de producción. De esta forma,
zonas de la inca quedan disponibles para otros cultivos y el paisaje agrícola se
diversiica (Foto 1). Este hecho, unido a los esfuerzos de la Federación Nacional
de Cafeteros de Colombia por disminuir la dependencia de los caicultores de un
solo producto (café) introdujo una cantidad de cultivos comerciales como frutales
y hortalizas que se han venido convirtiendo en fuentes de recursos importantes
para algunos caicultores. El área de pastos también se redujo hasta 1997, siendo
reemplazada por otros cultivos. Sin embargo, es importante anotar que por fallas
en el mercadeo de estos productos, muchos caicultores siguen apegados al café,
ya que este ofrece un producto con un comprador garantizado (la Federación) a
un precio conocido. La tendencia hacia la diversiicación se aceleró durante los
últimos años, dados los bajísimos precios internacionales del grano. Resultados
de encuestas con extensionistas de la Federación indican que en el 70% de los
117 municipios cafeteros encuestados hay más diversidad de cultivos en 2002
que en 1997. Estas mismas encuestas también muestran que en los municipios
encuestados hay 33 productos agrícolas que aumentan de importancia, mientras
solo 28 la pierden, lo cual sugiere mayor diversidad agrícola en el paisaje (Guhl
2004a).
Aunque en la literatura cientíica, la caicultura tecniicada está asociada con
la eliminación de bosques naturales (Nestel 1995, Perfecto, Rice, Greenberg y
Van Der Voort 1996, Rice 1996, 1997, Dicum y Luttinger 1999, Gobbi 2000,
Perfecto, Mas, Dietsch y Vandermeer 2003, Rappole, King y Vega-Rivera 2003),
la información de los censos cafeteros indica un aumento en el área de rastrojos
y bosques naturales. Sin embargo, vale la pena anotar que queda por deinir cuál
fue la naturaleza de este cambio y dónde se encuentran ubicados los parches de
bosques. Desafortunadamente, la información disponible al respecto no tiene
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
detalles sobre las características de los bosques y rastrojos (FNC 1970, 1997). Sin
embargo, estos resultados concuerdan con lo que ha ocurrido en otras regiones de
América Latina. Por ejemplo, en zonas cafeteras de Honduras, áreas que eran aptas
para la producción con el método tradicional pero marginales para la producción
intensiva fueron abandonadas, con la consecuente regeneración de la vegetación
natural (Southworth y Tucker 2001).
Foto 1. El paisaje cafetero actual muestra una diversidad de coberturas vegetales. La
Siria, vía Chinchiná-Manizales, mayo 2002. (Foto A. Guhl).
Además, la adopción del sistema intensivo ha tenido otras consecuencias que,
aunque de naturaleza socioeconómica, tienen impactos en el uso del paisaje. En
primer lugar, ha diferenciado a los pequeños de los medianos y grandes productores
del grano, ya que la adopción del sistema intensivo requiere inyecciones de capital
que no necesariamente pueden ser invertidas por un pequeño productor. Esto
signiica que los pequeños productores se convirtieron en los jornaleros de los
medianos y grandes, manteniendo sus pequeños cafetales más por apego al producto
que por cualquier otra razón. En este paisaje cafetero, coexisten las parcelas de
café tecniicadas de los productores medianos y grandes con las de cafetales con
sombrío de los pequeños productores. La fragmentación de la propiedad en las
zonas cafeteras también contribuye a que el paisaje mantenga sus características
de colcha de retazos. De acuerdo con los censos cafeteros, mientras en 1970 el
tamaño promedio de la inca cafetera era 24,2 hectáreas, para 1997 el tamaño era
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de solo 11,7 hectáreas. Dado que la producción tecniicada de café es más rentable
para los medianos y grandes, esto también sugiere que la producción se está
concentrando en las incas más grandes. Adicionalmente, también hay evidencias
de la concentración de la producción en zonas con condiciones agroecológicas
óptimas para la producción intensiva.
El sistema tecniicado ha tenido varias consecuencias en la velocidad de la
evolución del paisaje. En primer lugar, este sistema requiere una renovación de
las parcelas más frecuente. En segundo lugar, muchos de los productos que han
reemplazado al café y a los pastos son cultivos anuales o semestrales. Estos hechos
sugieren que el paisaje cafetero es hoy en día mucho más dinámico y cambiante
que en 1970.
El Futuro del Paisaje Cafetero
La crisis cafetera generó cambios muy fuertes en el uso del paisaje. A pesar de
que los precios del grano hasta ahora se están recuperando de niveles muy bajos,
hubo segmentos del mercado, aquellos cafés denominados especiales, que tuvieron
un enorme crecimiento (Brown 1996a, 1996b) y cuyos precios aumentaron. Los
cafés denominados de procedencia, orgánicos, ambientales, o de comercio justo se
encuentran entre estos cafés especiales y su objetivo primordial es el de pagar un
sobreprecio que beneicia al caicultor y le permite lograr algún objetivo especíico
como la conservación de la naturaleza. En Colombia ya hay intentos de reducir
el desequilibrio entre el precio que pagan los consumidores por el café, y el que
reciben los productores por el mismo. Por ejemplo, Conservación Internacional
logró agrupar a caicultores del norte del Valle del Cauca para mantener los árboles
de sombrío de los cafetales tradicionales. Este café se vendió exitosamente a
Starbuck’s, una de las cadenas más grandes de almacenes de café de Norteamérica
(Dicker 2003 comunicación personal). De igual forma, la asociación de cabildos
indígenas Juan Tama de Tierradentro (Cauca), está vendiendo café ecológico no
solo en Colombia sino en Europa y Norteamérica (www.cafetierradentro.com).
Pero, ¿qué signiica este nuevo ímpetu para el paisaje cafetero colombiano? En
primer lugar, muchos de los cafés especiales hacen énfasis en la conservación
de recursos naturales asociada con la caicultura tradicional. Ya que los que han
mantenido este tipo de sistema de producción son mayoritariamente los pequeños
productores, el crecimiento del mercado de cafés especiales tiene el potencial de
evitar la desaparición de la caicultura tradicional, brindar mejores condiciones de
vida a los pequeños productores y sus familias, e incluso puede revertir la tendencia
de desaparición de los bosques de sombrío. Adicionalmente, los precios más altos
también permiten que el paisaje cafetero de zonas conocidas por la calidad de su
café se mantenga, ya que los productores reciben un sobreprecio por su café de
203
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
procedencia. Aunque éste parezca un panorama alentador, no lo es para todos los
caicultores, ya que el mercado de cafés especiales es un nicho especíico que se
saturaría si entraran todos los productores de café (OXFAM 2002).
Otro factor que está generando cambios en el uso del suelo es que en muchas de
las regiones cafeteras los jóvenes se han ido a estudiar a pueblos y ciudades, y
la mayoría de ellos no quieren regresar al campo. Esto genera el envejecimiento
progresivo de las unidades de producción, lo cual se traduce en términos de paisaje
en que, a medida que las familias envejecen y no hay mano de obra joven, hay un
cambio en las actividades productivas hacia cultivos y usos del suelo que requieran
menos trabajo que el café.
El crecimiento del agroturismo también es un aspecto que tiene inluencia
importante en las zonas cafeteras. Ya que la apariencia del paisaje cafetero es una
de las características esenciales asociadas con este tipo de turismo, esta industria
está fomentando la conservación del paisaje. Adicionalmente, si se incluye el
paisaje cafetero en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, esto idealmente
signiicará que entren ingresos del turismo a las zonas cafeteras que compensen a
los caicultores por mantener sus parcelas de café y otros cultivos.
Finalmente, es muy probable que aumenten los impactos ambientales ya que
muchos de los cultivos que han reemplazado al café requieren dosis mayores de
abonos, pesticidas y fungicidas. La aplicación indiscriminada de estos productos
está creando riesgos para las poblaciones campesinas de estas zonas, contaminando
las aguas, destruyendo la biodiversidad y afectando a los consumidores inales.
Además, la adopción inadecuada del sistema intensivo y el cultivo en ladera
muchos de los nuevos cultivos no permanentes han causado un incremento en la
erosión del suelo.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
4.2. Análisis Multitemporal de Cambio
de Uso de la Tierra en la Cuenca Alta
del Río Consota, Pereira: Aproximación
a Partir de las Percepciones y Actitudes
de los Actores Locales
Resumen
Diana María Rodríguez Herrera*
Mediante un análisis multitemporal y haciendo uso de la historia oral, se
evaluó la dinámica de uso de la tierra en la cuenca alta del río Consota,
para el período entre 1954 y 2005. Los resultados indican la recuperación
de coberturas nativas, una tendencia a la intensiicación de los usos de la
tierra y a la suburbanización del paisaje en el período evaluado. Se iniere
que la percepción social que asocia la presencia de coberturas nativas con
la disponibilidad de agua, fue una fuerza fundamental en la transformación
del paisaje, como también lo fueron, los procesos de resistencia civil, las
presiones del mercado y la Huella Ecológica de la ciudad de Pereira.
Palabras claves: Cambio de paisaje, tradición oral, uso de la tierra,
coberturas vegetales, análisis multitemporal, cuenca hidrográica, río
Consota.
Abstract
By means of multitemporal analysis and using oral history, the dynamics
of land use in the upper wathershed of the Consota River were evaluated.
The results during the evaluated period (1954-2005) indicates a process of
natives covers recuperation, a tendency to enhancement of land uses and
to suburbs formation. It is inferred that the social perception that associates
covers native presence with availability of water was a fundamental strength
____________
* Administradora Ambiental, Integrante del Grupo de Gestión de Cultura y Educación
Ambiental. Universidad Tecnológica de Pereira. E-mail: [email protected]
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
in landscape change, as also was it, the civil processes of resistance, the
market pressures and the Ecological Track of the city of Pereira.
Keywords: Lanscape change, oral tradition, land use, multitemporal
analysis, wathershed, Consota River.
Introducción
Dentro de la consolidación de una estrategia nacional de biodiversidad se
reconoce que los estudios en el nivel de organización regional/paisaje han sido
poco desarrollados. No obstante, cada día cobran mayor importancia e interés,
ya que proporcionan escalas intermedias de análisis, necesarias para orientar
las decisiones nacionales y regionales en torno al manejo y conservación de los
ecosistemas (Rodríguez etal. 2004). En este sentido varios autores han investigado
los cambios de uso y cobertura de la tierra, en función de factores biofísicos y
socioeconómicos (Correa do Carmo etal. 2001, Etter 2004, Guhl 2004, Mendoza
y Etter 2002, Turner etal. 1996, Vega 2005). Estos estudios, generalmente, utilizan
como fuentes de información sensores remotos, indicadores de biodiversidad,
levantamientos biofísicos, bases de datos socioeconómicos, etc. y entregan
modelos multitemporales que intentan medir la magnitud de la inluencia de los
factores biofísicos y socioeconómicos sobre la integridad de los ecosistemas.
Si bien estos modelos se presentan como un aporte para la toma de decisiones de
planiicación y ordenamiento ambiental territorial, no dicen a los planiicadores
cómo integrar estas informaciones con métodos y procedimientos propios de
las disciplinas administrativas (Rodríguez H. 2005). La integración de estas
investigaciones con la norma se convierte, así, en un desafío para los interesados en
el manejo sostenible de ecosistemas (Mongomery etal. 1995, Turner etal. 2001).
En este sentido, cobran vigencia las historias locales de uso de la tierra, ya que
permiten comprender las imágenes que la gente tiene de su espacio y su tiempo
vitales, es decir, su percepción ambiental (Licona 2001, Lynch 2001, Rodríguez H.
2005). A partir de dicha comprensión, las políticas regionales pueden ser dirigidas
al fortalecimiento de esas imágenes, ya sea mediante cambios físicos, regulación
de las actividades, reformas institucionales o educación (Lynch 2001).
El estudio se llevó a cabo en la cuenca alta del río Consota, localizada en el lanco
occidental de la Cordillera Central colombiana y tributaria del río La Vieja (Figura
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
1). La altitud de este sector de la cuenca varía entre los 1.550 y 2.150 msnm,
tiene una supericie de 2.093 ha y en ella se ubican las zonas de vida Bosque
Húmedo Premontano y Bosque Húmedo Montano Bajo. El contexto regional
de la geología de la cuenca del Consota corresponde al Abanico VolcánicoDetrítico Pereira-Armenia, predominan los suelos derivados de cenizas volcánicas
que cubren depósitos de rocas ígneas y metamóricas, caracterizados por ser
moderadamente profundos, bien drenados y de fertilidad moderada (Ver Tistl en
este volumen). En general, este sector de la cuenca presenta cañones estrechos y
profundos, colinas alargadas y bajas, relieve suavemente ondulado y alta oferta
hídrica. En el año 2000, esta área fue declarada por el Plan de Ordenamiento
Territorial de Pereira como Área Natural Protegida, del Orden Municipal, para
la Protección del Recurso Hídrico. No obstante, hoy día, persiste en el área una
Figura1. Localización del área de estudio.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
fuerte presión sobre los recursos naturales (suelo, agua y biodiversidad), debido
a la implementación de sistemas de producción agropecuaria intensivos (pasto,
café, cebolla), de plantaciones forestales y expansión de vivienda campestre
(Rodríguez H. 2005).
La propuesta metodológica combinó un modelo espacial para la identiicación del
cambio de coberturas, a partir de aerofotografías de los años 1954, 1977 y 1991,
con la interpretación de la percepción local de cambio de uso de la tierra, a partir
de fuentes orales. Se calcularon indicadores de supericie, fragmentación y tasa de
cambio de coberturas. Se realizó veriicación de campo en el 70% del área, con el
in de veriicar los usos de la tierra actuales e indagar sobre los usos pasados; para
ello se entrevistaron 17 personas con tiempos de residencia en la zona mayores a
2 décadas (entrevista semidirigida, muestreo estratégico–no probabilístico). La
información recolectada a través de entrevistas se transcribió, segmentó y codiicó,
siguiendo los principios de la investigación cualitativa (Deslauriers 2004).
ActitudesyPercepcióndeCambiodelPaisaje
En principio, la mayoría de actores entrevistados no perciben cambios signiicativos
en los usos de la tierra, las entrevistas parecen describir un paisaje estático: “esto
aquí ha sido siempre lo mismo”, “la tradición siempre ha sido ganadera”, “siempre
hemos vivido de los granitos de café”. Por el contrario, en el desarrollo de las
entrevistas, estos mismos informantes fueron describiendo pequeños cambios en
el clima, en la rotación de cultivos, en la construcción de infraestructura, etc.,
que acabaron por relatar un paisaje mucho más dinámico del que en principio
percibieron. En este sentido, los actores sociales de mayor tiempo de permanencia
en la zona, evocan un tiempo lejano de “colonización”, en el que había mucho
monte y lo que se cultivaba era maíz y fríjol. En las zonas de ladera habían cafetales,
guamales, guaduales, plataneras y en las zonas más frías y planas del Consota
se cultivaba mora, lulo y habían grandes lecherías. Ese tiempo lejano también es
recordado como el tiempo en que la vía Pereira-Armenia:
“era una carreterita angosta, destapada y con varios ramales, existían los caminos
reales, no habían carreteras, todo eran tragadales y caminos de herradura. En
aquella época los vecinos eran pocos, La Bella era una inca ganadera grande y la
vereda El Jordán se llamaba Condina. Por aquel tiempo no había energía eléctrica,
ni acueducto, no había nada, las personas llegaban desde Antioquia y en medio del
monte y el rastrojo construían casas y hacían sementeras, luego sembraban pasto y
tenían ganado” (Habitante vereda La Estrella). Era el tiempo en que todavía vivían
los abuelos que recordaban la época en que “no existía Pereira, ni Manizales ni
Armenia y que para mercar se tenía que ir a lomo de mula hasta Cartago” (Habitante
vereda La Bella).
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Tal como lo muestra la fuente oral, las fuentes documentales conirman que en la
cuenca alta del río Consota hubo presencia de explotaciones agrícolas dispersas y
de núcleos poblados anteriores a la fundación de Pereira. El viajero Isaac Holton
registra en el año 1856 la presencia de un “contadero” (lugar donde los arrieros
cuentan las mulas) en el sitio Lagunetas (hoy vereda Lagunetas):
“Salimos de El Roble [...] y una bajada suave de tres millas nos llevó hasta la casa
de otra familia antioqueña, en Portachuela [Filandia...] aquí probé las arepas [...]
Más adelante nos detuvimos en un contadero llamado Lagunetas [...] Me imagino
que, como su nombre lo indica, la encontraron en huecos y lagunas [...] Viajando
hacia el occidente, recomiendo tomar agua de este sitio [Lagunetas] o traerla desde
Portachuela” (Holton 1981:393).
Igualmente, Acevedo y Martínez (2004) airman que en el siglo XVI y XVII el
cierre del Camino de Guanacas generó un alto tránsito por el Camino del Quindío,
pues se convirtió en paso obligado hacia el suroccidente del país. A partir del
Siglo XIX, los intentos de integración nacional de los gobiernos republicanos
incentivaron el progreso y la civilización en el camino que representara una barrera
natural para interconectar el occidente del país. Así, aunque el “abandono” o
regeneración del bosque secundario fue factor dominante en la dinámica general
del paisaje en las cuencas de los ríos Otún y Consota, después del traslado del
antiguo Cartago (1691), la cuenca alta del río Consota permaneció inluenciada
por la dinámica poblacional y mercantil, generada por el Camino del Quindío
(actual Autopista del Café).
Ya en un tiempo más próximo (últimos 40 años), los actores entrevistados
diferencian claramente dos vocaciones de uso de la tierra en la cuenca, según
el piso altitudinal: una parte alta (>1.800 msnm) con vocación ganadera y una
parte baja (1.550-1.800 msnm) con vocación agrícola. Los actores que se ubican
en la parte alta (franja ganadera) enuncian cambios de uso por introducción de
plantaciones forestales y construcción de vivienda campestre. Los actores que
se ubican en la parte baja (franja cafetera) enuncian rotaciones de cultivos en
las últimas décadas, las cuales se han dado en respuesta al mercado, a cambio
de propietarios de la tierra o a factores ambientales como las plagas, el clima
(incremento en la temperatura, granizadas) o la degradación de suelos. La última
crisis cafetera ha generado diversas decisiones sobre el uso de la tierra por parte
de los agricultores; algunos talaron café y lo transformaron en pastos y rastrojo,
otros volvieron a cultivar maíz, fríjol y hortalizas, otros, actualmente, están
volviendo a sembrar café.
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EvolucióndelosUsosyCoberturasdelaTierra(1954-2006)
El juego de mapas multitemporales analizado, indica un proceso de incremento
de las áreas de bosque nativo en el período 1954-1991, a un tasa del 0,17% anual
(0,82 ha/año) (Tabla 1, Figura 2). Este incremento identiicado, coincide con la
percepción de las personas entrevistadas que habitan el paisaje desde hace menos
de 45 años (principios de la década de 1960), quienes airman que el tamaño de las
coberturas vegetales nativas no ha variado, “siempre ha sido el mismo, conforme
se ve en este momento ha sido siempre”, “esos bosques estaban ahí desde la época
de la ganadería, eso está ahí lo mismo”. Por el contrario, las personas que han
habitado el paisaje desde antes de la década de 1950 perciben que el tamaño de
las coberturas vegetales nativas ha disminuido, describen, incluso, la presencia
de zonas de “montaña” (vegetación espesa) que fueron quemadas, taladas y de
las cuales sólo se conservan relictos de bosque ripario. Los últimos aserríos que
se recuerdan en la zona estaban situados en las veredas La Estrella-Morrón y
Lagunetas y se acabaron hacia la década de 1950.
“Como esto era una montaña, se quemaron muchos árboles y se sacaba mucha
madera, de eso vivía la gente [...] mis abuelos fueron los que talaron ésto, y en
vista de que esto era tan hermoso, porque eran puras montañas, le pusieron el
nombre: primero era El Plan de La Bella, y entonces como quedaba tan largo,
le dejaron La Bella, solamente” (Habitante vereda La Bella).
TRANSFORMACION DE COBERTURAS VEGETALES NATURALES
1954-1977
ATEiht1 (ha)
ATEiht2 (ha)
C (ha/año)
TCEiht 1-2 (%)
CALIFICACION
477.32
496.07
0.815
0.168
MEDIA
1977-1991
496.07
672.24
12.584
2.171
MEDIA
1954 1991
477.32
672.24
5.268
0.925
MEDIA
Tabla 1. Evolución de las coberturas vegetales nativas 1954 -1991.
ATEiht1: Área total del ecosistema i, en un área de interés h, en un tiempo t. TCEi
ht1-2: Tasa de cambio promedio anual de la supericie total (%) de un ecosistema i, en un área de interés h en dos instantes de tiempo t, 1 y 2.
Se puede inferir que a principios de la década de 1950, el proceso “colonizador”
(deforestador) había afectado notablemente la integridad de los ecosistemas
presentes en la Cuenca Alta del Consota, de tal manera que durante este período
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
se empezó a valorar la importancia de los bosques en el mantenimiento de la
estabilidad del ciclo del agua, lo cual constituyó un elemento de aprendizaje que
generó un cambio de paradigma que puede explicar el incremento en la supericie
de coberturas nativas, en especial, bosques riparios. Las personas entrevistadas
consideran que los bosques actúan como “esponjas hídricas”, que retienen y
sueltan el agua poco a poco, de tal manera que la protección de bosques nativos se
percibe como garantía de incremento en los caudales. Por lo tanto, la recuperación
de las coberturas nativas en el área de estudio puede atribuírsele a la percepción
social que asocia la disponibilidad de agua con presencia de coberturas boscosas,
tal como ha sido documentado, por otros autores, en agroecosistemas andinos
(Baptiste 1994).
Además del incremento en la supericie de coberturas nativas en el período
analizado, se detectaron cambios en la estructura del paisaje. La Figura 2, muestra
que en el año 1954 la cobertura dominante fueron los pastos, seguidos del bosque
natural; en el año 1977, se empezaron a registrar supericies de bosque plantado y
asentamientos humanos concentrados; y en el año 1991, la cobertura dominante
pasó a ser el bosque natural, seguido de los cultivos limpios. En general, se observa
que, si bien en los años 1954 y 1977, la matriz del paisaje eran pastos, en el año
1991, no se detecta un elemento matricial dominante, por el contrario se observa
una tendencia a la diversiicación e intensiicación de los usos de la tierra, desde el
año 1977. Este patrón, de acuerdo con Etter (1991), se explica como una transición
de un paisaje rural a un paisaje suburbano, donde se aprecia disminución del área
matricial, incremento en los corredores lineales y complejidad de las redes de
corredores, por efectos de la parcelación del paisaje.
La fragmentación predial o “llegada de nuevos vecinos”, en el área de estudio,
ha sido documentada por otros autores (Ríos 2003)1 y es percibida por algunas
de las personas entrevistadas, como uno de los factores de mayor inluencia en la
transformación del paisaje. Dicha tendencia a la suburbanización del paisaje puede
ser explicada por la cercanía del área de estudio al casco urbano de Pereira y por
la inluencia de la corredor vial Pereira-Armenia, lo cual, de acuerdo con la noción
de Huella Ecológica, corresponde al hecho de que las zonas rurales aledañas a los
centros urbanos y, en general, las áreas metropolitanas se ven afectadas por las
demandas de bienes y servicios ambientales (agua, alimentos, espacio público, etc.)
por parte de las ciudades. Márquez (2000) calculó el Índice de Criticidad Ambiental
(ICA) para varios municipios de Colombia, encontrando que el municipio de Pereira
1
Con base en mapas prediales, Ríos (2003), observa que en el año 1992 existían 160 predios, mientras que en el año 2002 el número de predios ascendía a 535, notándose mayor
densiicación predial en las veredas La Colonia, La Bella y la Estrella Morrón.
213
21
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
tiene una conservación baja y presiones ambientales fuertes, lo cual supone que
es un territorio en alto riesgo, desde el punto de vista de la sostenibilidad y que
exporta demandas y conlictos ambientales a otros territorios.
Figura2. Evolución de las coberturas de la tierra (1954-1991). Datos en hectáreas.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Haciendo un balance de los hitos más signiicativos de cambio del paisaje en la
cuenca alta del río Consota, los actores entrevistados coinciden en describir dos
hechos trascendentales en el cambio de uso de la tierra: el establecimiento de
plantaciones forestales y la toma de tierras en la hacienda La Bella. A mediados de
la década de 1970, cerca de siete haciendas lecheras de las veredas El Manzano y
Lagunetas fueron convertidas en plantaciones forestales (Eucaliptograndis y Pino
patula en menor proporción), forzando migraciones, transformando la estructura
de empleo de estas veredas y generando impactos ecológicos, que hasta ahora han
sido poco documentados. También en la década de 1970, la hacienda ganadera
La Bella fue tomada por 144 campesinos y transformada en la actual vereda La
Colonia, generando el cambio de una vocación con prevalencia ganadera a una
vocación agrícola. Antes de 1970, en el sector de La Bella existían coberturas
de pastos combinadas con algunas sementeras; después de la toma de tierras, se
popularizó el cultivo de hortalizas y en especial, el monocultivo de cebolla.
La literatura consultada respecto los efectos ecológicos de los eucaliptos, plantea
que los efectos del género eucalipto (600 especies) varían según: el tipo de especie
analizada, la naturaleza de la comunidad reemplazada, la extensión del rodal y las
características climáticas, hidrológicas, agrológicas y geomorfológicas del sitio
de plantación, además, argumenta que la mayor parte de los efectos ecológicos
de los eucaliptos sólo pueden evaluarse con relación a las necesidades de las
poblaciones humanas. FAO (1987) admite que los efectos de los eucaliptos sobre
la reducción de la producción de agua es probablemente menor que la de los
pinos y mayor que el de otras especies frondosas2, igualmente, las plantaciones
forestales exóticas sustentan una población de herbívoros mucho más pobre que la
vegetación nativa original, son homogéneos y carecen de árboles sobremaduros y
muertos que constituyen el hábitat apropiado para muchos animales, por lo tanto,
su contribución a los niveles de la cadena tróica es mucho menor que el aporte
de las especies nativas. No obstante, estos efectos de los monocultivos forestales
sobre la biomasa y la complejidad ecosistémica son similares a los producidos
por los cultivos agrícolas, los cuales reemplazan totalmente la vegetación original
por especies exóticas, hacen uso intensivo de fertilizantes y plaguicidas, generan
erosión y demandan cantidades adicionales de agua para riego.
2
Según Rodríguez P. (2005), aunque la literatura plantea que la presencia de bosques
mejora la capacidad de iniltración del agua, incrementa gradualmente el caudal subsupericial y reduce el riesgo de crecientes e inundaciones, la presencia de bosques (exóticos o nativos) en una cuenca no signiica el aumento de caudal a manera de “esponja
hídrica” que retiene y suelta el agua poco a poco, sino que generalmente signiica su
posible disminución como consecuencia de las demandas de agua de la planta (interceptación y evapotranspiración), es decir, en su mayoría, los árboles actúan como “bombas
hidráulicas”.
21
21
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Así, parece contradictorio encontrar que la mayoría de actores entrevistados
perciben los impactos ambientales de las plantaciones forestales, en cambio, no
tienen mayor conciencia de los impactos ambientales de las prácticas agrícolas
convencionales (químicas) por ellos ejercidas, justiicándolas como una necesidad
intrínseca al mantenimiento de la productividad agroecosistémica (sólo una
persona entrevistada reconoce los efectos ambientales de la agricultura química
y, en consecuencia, es la única entrevistada que en su predio realiza prácticas
agroecológicas):
No tenemos problemas ambientales porque la gente ya es conciente de cómo
debería manejar esos funguicidas [...] hasta la presente no se han presentado
problemas graves, que se oiga que una persona intoxicada, olvídese [...] por una
parte no son tan tóxicos como la gente cree, claro que uno debe tener muchas
precauciones, uno sabe que no debe abusar de su salud y mucho menos con
funguicidas que son bravos, pero hoy en día si no es por esos funguicidas, aquí
no se cultiva [...] no es rentable a me,nos que no sea fumigando, no sea abonando,
lo que son la gallinaza y lo que son las sustancias químicas (Habitante vereda
La Bella).
Siguiendo la perspectiva de Gould (1986 en Ramírez 2004), hay que tener en
cuenta que aunque el cerebro humano es capaz de absorber y retener una cantidad
casi ininita de información que ofrece el ambiente, cada persona crea sus propios
iltros perceptuales que la protegen de la información, de una forma selectiva. Las
percepciones que se tienen del tiempo y del espacio no son en absoluto constantes,
por el contrario, dependen de la edad, el género y el roll del actor social, así como
del momento histórico en el que se desenvuelve. Es evidente que la percepción
acerca del impacto ambiental de los sistemas productivos varía según el tipo de
actor entrevistado y el sistema productivo en el cual éste se inscriba, no obstante,
cabría preguntarse ¿por qué estas personas en su inca no desarrollaron alternativas
de forestación diferentes?, ¿por qué no perciben el efecto ecológico de sus prácticas
productivas?, ¿qué factores inciden en la decisión de no cultivar árboles en sus
predios y/o realizar prácticas productivas sostenibles?, ¿qué diferencias hay entre
los actores que decidieron forestar con especies exóticas, los que no forestaron y
los que forestaron con especies nativas?.
En cuanto a la toma de tierra en La Bella, puede decirse que ésta generó un ciclo de
degradación-recuperación, en los términos propuestos por Sherr (1999, en Flórez
etal. 2003), donde la escasez de la tierra y el crecimiento poblacional generó un
uso intensivo de la tierra que derivó en deforestación, hasta un punto donde los
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
agricultores decidieron rehabilitar las áreas taladas, intensiicando su producción.
Por otro lado, puede decirse que dicha deforestación fue producto de un proceso
de resistencia civil, donde la tala de bosques representó un medio probatorio de
uso productivo de los 126 minifundios tomados por la vía de hecho, y de manera
contraria, en la década de 1980 la culminación del proceso de legalización de la
propiedad de la tierra indujo a la conservación a escala predial de las franjas de
bosque ripario del área, lo cual permite inferir, siguiendo la perspectiva de Baritto
(2005), que la ausencia de una clara deinición de los derechos de propiedad de
la tierra propició la sobreexplotación de los recursos naturales e incluso, generó
apropiación sobre bienes de libre acceso como las rondas de quebradas.
De igual manera, el fenómeno de toma de tierras en la vereda La Bella deja ver
cómo el antagonismo entre políticas intersectoriales (ambientales y agrarias) trae
como consecuencia conlictos de uso de la tierra. De hecho, la Política de Reforma
Agraria de 1961 exigía “mejoras” por parte de los colonos para hacer adjudicación
de tierras, “las mejoras” incluían la tala de una tercera parte del área del predio. Esta
política se modiicó con la ley 30 de 1988, sin embargo, últimas leyes apuntan en
el mismo sentido, tal es el caso de la ley 160 de 1994 que crea el Sistema Nacional
de la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural Campesino y la cual establece que
para el otorgamiento de baldíos es necesario “la explotación económica de las 2/3
partes de al supericie que solicita en adjudicación” (Márquez 2004).
Conclusiones
Al hablar del estado de conservación de ecosistemas en paisajes rurales de la zona
cafetera colombiana, suele creerse que el deterioro ambiental comenzó con el
proceso de fundación de ciudades a mediados del Siglo XIX y se incrementó, de
manera sustancial, como consecuencia del fenómeno conocido como “revolución
verde”, el cual se basa en la idea que la producción agropecuaria total es una
función de la productividad por área, tal que manteniendo un nivel de producción
estable, un aumento en la productividad reducirá el área cultivada (ver Flórez et
al. 2003). Esta investigación ha probado que el actual deterioro ecosistémico es
resultado de impactos acumulativos que presentan una mayor duración. El proceso
de deforestación documentado en la cuenca alta del río Consota muestra una
importante transformación y simpliicación de la matriz del paisaje anterior a la
segunda mitad del Siglo XX (al año 1954 habían desaparecido cerca del 78% de
las coberturas nativas) y que posiblemente, se remonta a perodos republicanos y
coloniales (Acevedo y Martínez 2004). Por otro lado se demuestra que aunque la
“Revolución Verde” dejó huellas inconfundibles en el paisaje (monocultivos, uso
21
21
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
intensivo de agroquímicos, introducción de plantaciones forestales, erradicación de
cultivos multiestrata como el café con sombrío), ésta, no necesariamente, se puede
asociar con la reducción en el tamaño de las coberturas nativas, por el contrario,
en el área de estudio se registra que durante este periodo se empezó a valorar la
importancia de los bosques en el mantenimiento de la estabilidad del ciclo del
agua, lo que derivó en la protección de los bosques remanentes. De esta manera,
se plantea que es importante que las interpretaciones de los cambios de uso la
tierra en paisajes rurales consideren, además de elementos ecológico-productivos,
cuestiones como; la inluencia de las percepciones sociales, de la política pública
y del crecimiento y modernización de las ciudades en dichos cambios de uso.
Finalmente, se concluye que el análisis espacial del paisaje, a partir de sensores
remotos, es un método rápido que ofrece información coniable para identiicar
las transformaciones del paisaje. Igualmente, la fuente oral se convalida como
un recurso ágil y veraz para comprender dichas transformaciones, al tiempo
que permite establecer comunicación directa (viva) con los actores sociales que
habitan y modiican el territorio, lo cual favorece los procesos de planeación y
manejo ambiental.
Agradecimientos
Este trabajo contó con la dirección del MSc. Jhon Mario Rodríguez Pineda, con
la asesoría y evaluación de los Doctores Andrés Duque Nivia y Carlos E. López
Castaño, con el apoyo técnico del SistemadeInformacióndelEjeCafeteroy con
la asistencia en campo, del señor Jairo Arango Guarnizo. Fue coinanciado por el
InstitutodeInvestigacionesAlexandervonHumboldt(ProgramadeBecaspara
laConservacióndeEspeciesdeFlorayFaunaenPeligrodeExtinción) y por el
CentrodeInvestigacionesdelaUniversidadTecnológicadePereira, inscribiéndose
dentro de la línea de investigación en EcologíaHistóricayPatrimonioCultural,
del GrupodeInvestigaciónenGestióndeCulturayEducaciónAmbientalde la
FacultaddeCienciasAmbientalesdelaUniversidadTecnológicadePereira.A
estas personas e instituciones, la autora agradece su colaboración.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
4.3. Construcción de Territorialidad e Impactos
Ambientales de la Expansión Urbana: Estudio
de Caso Cuenta del Río Consota de la Ciudad de
Pereira
Constanza González Botero*
Resumen
Se presentan los resultados de una investigación acerca de la construcción
social del territorio, a partir de la mirada que tienen los pobladores, los
planiicadores y la academia, sobre el río Consota de la ciudad de Pereira.
Dentro del análisis de la territorialidad se trata de dilucidar por qué se da
una determinada organización espacial, qué construye el territorio concreto,
cuál es el signiicado preciso que tiene dentro de una comunidad. En este
caso especiico, el imaginario de la gente se construye alrededor de un
elemento natural como lo es un río.
Palabras Claves: Territorio, pobladores, planiicadores, organización,
construcción social, comunidad, Pereira, Consota.
Abstract
This article presents results based on a research about the social construction
of territory in the Consota River, city of Pereira, from the point of view
of inhabitants, planners and academy. The analysis on territoriality tries to
igure out: why the spatial organization, what constitutes the territory in a
particular way and what is the meaning to the community, in this particular
case, related to a natural element such as the Consota River.
Keywords: Territory, inhabitants, planners, organization, social construction,
community, Pereira, Consota.
____________
* Antropóloga. Profesora Universidad Católica Popular de Risaralda. E-mail: [email protected]
221
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
222
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Introducción
El tema de investigación es sobre la construcción social del territorio, a partir
de la mirada que tienen los pobladores, los planiicadores y la academia, sobre
el río Consota de la ciudad de Pereira. Dentro del análisis de la territorialidad se
trata de dilucidar el por qué la organización espacial, qué construye el territorio
concreto, sus formas determinadas y cuál es el signiicado preciso que tiene dentro
de una comunidad. En este caso especiico, el imaginario que la gente construye
alrededor de un elemento natural, como es un río.
Las categorías de análisis centrales han sido, de un lado, la concepción de territorio
de cada uno de los actores, institucionales, académicos y gubernamentales y por
otro lado, la construcción social de la territorialidad, en este caso, la realizada
por los pobladores de las comunas cercanas al río Consota; desde allí, se pudo
identiicar cuál es la concepción de territorio implícita en sus prácticas cotidianas
y en su relación con el río.
De esta manera, se pretende hacer un nuevo acercamiento a la Planeación
Urbano-Regional desde el enfoque de la Antropología, el Urbanismo, y la
mirada Ambiental. El análisis consistió en interpretar el punto de vista de los
actores sociales, los planiicadores y la comunidad, que viven y hacen la ciudad,
su barrio y la vida urbana, con cada acto cotidiano. A esta aproximación, se le
denominó “La Construcción Social de la Territorialidad”, aquí el modo de vida
y la subjetividad social son las categorías que hicieron parte de la interpretación.
En esa relación entre la vida de los habitantes de las comunas y los planiicadores,
con sus imaginarios y símbolos, se construye socialmente el territorio y la
territorialidad, como un proceso que se ve expresado, material y simbólicamente,
sobre la ciudad.
Territorio y Construcción Social del Territorio (Territorialidad)
El concepto de territorio que se trabajó no fue abordado desde el urbanismo, la
planeación o la economía; fue más bien desde la historia, la antropología y la
ciencia política, donde el propósito no era el de ordenar, sino de comprender la
dinámica territorial, pasada o presente. El concepto del territorio desde “el origen
y la historia comunes” parece romperse ante una realidad tan móvil y plural
como la contemporánea y sobre todo, la de la ciudad; el concepto que lo explica
desde sus dinámicas socioculturales internas, parece romperse ante la fuerza de
los factores históricos, estructurales y externos que lo marcan, y el concepto que
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
supone el territorio, exclusivamente como resultante de los ejercicios de poder,
parece romperse ante la inminencia de los procesos socioculturales que lo marcan
internamente. Tal sumatoria de aportes merece un trabajo de ponderaciones y
aplicaciones relativas, ajustables a los casos especíicos, de los cuales se derive
una mezcla interdisciplinaria y conceptual, adecuada a las fuerzas que en cada caso
se territorialicen y logren consistencia en cada momento. De allí, que la manera
de comprender el papel de la historia, la cultura y la política, como fuerzas que
coexisten, simultáneamente, en la construcción del territorio y de descubrir nuevos
enfoques para la planeación, la política y la acción, deben partir de reconocer un
nuevo signiicado al asunto territorial.
Es necesario interpretar el territorio en su doble papel: como soporte material y
básico de desarrollo social y como producción social derivada de la actividad
humana que trasforma con su dinámica ese territorio que le sirve de base. El
territorio deja de ser sólo ese trozo de naturaleza con cualidades físicas, climáticas,
ambientales; o ese espacio físico con cualidades materiales, funcionales y formales,
para deinirse por los grupos sociales que lo han transformado e intervenido
haciéndolo parte de su devenir histórico (Echevarría y Rincón 2000).
Seguido a esta mirada sobre el territorio, se vislumbra la territorialidad, la cual
parte del sentido que le dan los actores a su espacio cuando ejercen sus formas
de poder, a través de las marcas territoriales y de los ejercicios culturales que se
plasman sobre él, tales como la identidad y los valores, los cuales se describen
etnográicamente, en su contexto. De allí se releja la construcción social de
territorio, la cual debería escucharse en los ejercicios gubernamentales de
planeación urbana, a manera de diálogo.
Por su parte, la especiicidad o singularidad de la concepción de la comunidad en
las comunas, es que ella modiica el territorio y construye territorialidad a partir
de las particularidades del entonrno y las territorialidades que allí los distintos
individuos y grupos intentan ejercitar. Es decir, lo conciben desde y hacia sus
valores y deseos, imaginarios y relaciones sociales, pero también desde los lugares
como la calle, la esquina, la pesca, la casa, el parque, el billar, el puente, el río,
entre otros.
Elementos de un Método de Conocimiento Aplicado a la Planiicación
Un proyecto colectivo debe ser concebido con un enfoque de “sistemas de
conocimiento”, donde las culturas, no sólo se caracterizan por sus normas y
valores, sino también por la construcción de conocimiento, lo cual se evidencia en
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
la construcción social del territorio. El actual paradigma de desarrollo se ha basado
en un sistema de conocimiento, que corresponde a la mentalidad occidental. La
predominancia de este sistema de conocimiento ha dictaminado el marginamiento
y descaliicación de los sistemas de conocimiento no occidentales.
El urbanismo postmoderno se basa en el paradigma de entender la ciudad como la
suma de partes y sostiene que la manera de darle una nueva mirada, es a través de
propuestas de planeación global y estratégica. Éstas, deben incorporar incorporen
modiicaciones puntuales, denominadas proyectos de lugar que produzcan frutos,
decisiones concretas; en deinitiva, un modelo global y estratégico de ciudad,
pero a la vez debe respetar la diferencia cultural. No obstante, mientras que la
planeación urbana se ocupaba del diseño de los espacios habitados, crecieron las
ocupaciones informales de las periferias urbanas, sin obedecer a norma alguna.
Al mismo tiempo, creció la contaminación atmosférica y la hídrica, la necesidad
de abastecer de agua y energía a la población, la insalubridad, las diicultades
para el manejo de los desechos domésticos e industriales, la especialización
funcional, la delincuencia, la segregación socioespacial, la ingobernabilidad, la
congestión vehicular. Todos estos problemas urbanos demandan la incorporación
de nuevos saberes, al pensar y planiicar el desarrollo y la habitabilidad en la
ciudad moderna.
El desarrollo se ha basado en un sistema de conocimiento occidental moderno,
con las implicaciones que ya se han dicho, viendo al otro “subdesarrollado”,
siempre, desde una mirada etnocentrista, carente de signiicado, ignorante, con
falta de iniciativa y de protagonismo. La construcción del Tercer Mundo es
una construcción social de Occidente (Escobar 1998). El estudio de la ciudad
debe tener en cuenta la historia de la planeación física de la ciudad, la lógica
de obrar de la arquitectura, los factores económicos, históricos y tecnológicos,
que ayuden a entender la ciudad como un elemento más de la evolución social
y cultural. La misión de este estudio es entender la realidad urbana, como una
estructura y procesos de territorialidades, y a su vez, inducir a que la difusión de
la ciudad, consiga la igualdad a través de la democratización. La nueva realidad
urbana y territorial debe dar la respuesta óptima a las exigencias de la sociedad
contemporánea, pues la historia que caracteriza al desarrollo capitalista con sus
formas de producción, lo muestra como estructurador de territorios en desorden
(Escobar et al. 2001).
¿Cómo podemos aportar soluciones que nos posibiliten el funcionamiento del
sistema político económico actual, adoptando una postura que apueste en primera
instancia por una reestructuración del sistema? Es claro que nos encontramos en
la urgencia de modelos de desarrollo que den soluciones palpables, a las ciudades
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
difusas en las que no encontramos. La investigación comprometida o solidaria,
políticamente, comparte gran parte de los principales aspectos de la investigación
participativa. Se trata de una categoría construida por los antropólogos para
enfatizar ciertos aspectos y no, una distinción tajante. En términos generales,
establece una relación entre investigador y comunidad; tiene la meta de incrementar
la capacidad de la población en el control de sus propios recursos culturales,
preservar o promover su identidad y aumentar su capacidad en la gestión,
administración y ejecución de proyectos. Encuentra, de la misma forma, su sentido
en el proceso de devolución de sus resultados a la gente, y en cuanto tal asigna
una gran importancia a la estrategias de comunicación (Escobar 1998:33).
Entonces, el manejo del territorio debe negociarse con dos modos de representación
del territorio o sistemas de conocimiento: la representación objetiva, dominada
por la racionalidad occidental moderna y la subjetiva, elaborada en el marco de
la experiencia personalizada del entorno y del medio ambiente. Estos dos modos
fundamentales de territorialización del espacio coexisten, tanto en los objetos
como en los sujetos. De un lado, los espacios concretos están organizados, tanto
por las acciones de “planear y ordenar” el territorio que realizan las instituciones
públicas, los terratenientes y el sector inmobiliario y constructor, así como por
los habitantes de la comuna. De otro lado, los mismos actores geográicos suelen
cambiar de actitud hacia el territorio cuando cambian de “rol”, es decir, los
mismos actores que manejan el territorio como un objeto cercado, deinido por
la competencia que ejercen, en otro momento llegan a manejarlo como un valor
simbólico, afectivo y luido.
Cambios Ambientales en Torno a la Expansión Urbana, Caso Pereira, Cuenca
del Río Consota
La relación campo-ciudad que se conserva en los pobladores de los sectores
(Caracol-La Curva, hasta Galicia), quienes trabajan en las incas vecinas, sigue
siendo una periferia rural, en cuanto a la vocación laboral de los habitantes. Cuando
Galicia se urbanice, ¿a qué se dedicarían los moradores, si desaparecen las incas
vecinas? Si no tienen el trabajo relativamente cerca, ¿a dónde se desplazarían?
Los Planes Parciales de Vivienda residencial deberían contemplar su impacto en la
vocación laboral de estos jornaleros. En últimas, ¿para quién se está urbanizando,
si no se consideran los pobladores que ya existen en dichos sectores? A través
de la construcción y otras actividades generadas por la expansión urbana, en las
últimas cuatro décadas, motivados por la migración campo-ciudad, los pobladores
originales desplazan, poco a poco, su vocación agraria, hacia labores de la
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22
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
construcción, en el caso de los hombres, y hacia oicios varios, en el caso de los
jóvenes y las mujeres.
La casa. El primer hito de consolidación barrial, es la construcción de la casa y en
segundo término, la consecución de los servicios públicos. Alrededor de ambos
se consolidan los liderazgos políticos y las gestas comunitarias. Muchos de estos
Mapa 1. Tramo urbano del río Consota
liderazgos persisten hasta hoy y sirven de conector entre los nodos del poder local
y las grandes redes, a nivel municipal y regional (Barrios Rocío Bajo, Rocío Alto,
Caracol-La Curva).
Procesos históricos. Las causas que fomentan la migración campo-ciudad
coniguran nuevas apropiaciones y usos de la ciudad; entre las décadas de 1930 y
1950, es la atracción natural que la ciudad ejerce sobre los campesinos. Desde los
cuarentas y cincuentas, la violencia partidista arrojó desplazados sobre la ciudad,
pero no sobre la cuenca del Consota, que para ese entonces era zona rural, muy
alejada del centro poblado. Sólo en la década de 1970 se generan los primeros
asentamientos ilegales hacia el suroriente, motivados por la llegada de la red de
servicios y una gran demanda de vivienda, por parte de una nueva generación de
desplazados. La conluencia de terrenos, susceptibles de ser urbanizados (así fuese,
en zona de riesgo), la presencia de una red preexistente de servicios públicos (en
especial de acueducto) y la demanda de vivienda por parte de desplazados, fue
condición para el asentamiento de barrios subnormales.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Al momento de fundar los distintos barrios, se han identiicado unos valores
ciudadanos que vale la pena promover y rescatar en las acciones a futuro. Las
capacidades de organizarse, ser solidarios, creativos, gestores y negociadores, se
dan actualmente de manera ocasional, en otros aspectos puntuales. Todas éstas,
se podrían volver programáticas en torno a la apropiación y recuperación del río.
Esto implicaría renovar esos liderazgos pioneros en torno a la recuperación del río
y del paisaje. La emergencia de otros liderazgos oxigenaría las dinámicas sociopolíticas del barrio. En otros términos, se debe ampliar el concepto de casa hacia
el territorio barrial y comunal, de modo que se hagan extensivos las formas de
apropiación y arraigo que ya existen sobre la propia vivienda. Los aluentes al río
han servido, históricamente, a los primeros pobladores para improvisar acueductos
comunitarios (sólo Caracol-La Curva, Galicia y Cestillales).
La invisibilidad sobre el río es el factor predominante; es visto como “el botadero”
del sector, donde la comunidad no se responsabiliza por la problématica ambiental,
simplemente, “acusa” a sus vecinos de arrojar allí los desechos, lo cual evidencia
que se debe implementar un plan en gestión ambiental, donde la comunidad se
convierta en promotora ambiental de su propio contexto, a partir de la generación
de conciencia ambiental sobre un elemento natural y cultural, como es el río.
La fuerte problemática con el mal manejo de residuos en el sector, muestra un
problema de la ciudad en general; la mirada al detalle de este sector, en particular,
da cuenta de la gran tarea de Educación Ambiental que se debe ejercer por parte
de todos los actores involucrados, pues no es sólo responsabilidad de la autoridad
ambiental, sino de la ciudad en general, con todas las instituciones gubernamentales
y no gubernamentales; en especial, de la sociedad civil y de la academia.
Estas grandes temáticas, las problemáticas identiicadas, las soluciones que se
esbozan, son el insumo básico para formular proyectos de intervención en el tramo
urbano del río Consota, de modo que se consolide, a futuro, un escenario al cual
sugerimos nombrar como “Corredor Ambiental Consota”, una estrategia de
protección ambiental y espacio público para la capital risaraldense.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Foto 1. Aspecto del río Consota, en el sector urbano.
Foto 2. Desarrollos urbanos no planiicados de Pereira, en el sector de San Luis, cuenca
del río Consota.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Bibliografía
Echevarría, M. C. y Rincón, A. 2000. Ciudad de Territorialidades. Universidad
Nacional de Colombia-Colciencias, Medellín.
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del Tercer Mundo. Norma, Bogotá. Pp. 33-55.
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movimientos sociales latinoamericanos. En Política Cultural y Cultura Política.
Aguilar-Tauros, México. Pp. 17-51.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
4.4. Recuperación y Uso de Plantas
Alimentarias y Medicinales: Diálogo de Saberes
entre las Comunidades Campesinas Rurales y la
Academia. Ecorregión Eje Cafetero
José Uriel Hernández Arenas*
Ivonne Villada**
Carlos Eduardo López Castaño***
Resumen
El modo de generar conocimiento está inmerso dentro de dos corrientes
del pensamiento: la originada en los centros académicos, con hipótesis,
metodologías positivistas, diseños estadísticos, y el cotidiano, basado en el
ensayo-error, con observación y ajuste. Este escrito describe las secuencias
de investigación y experimentación, a favor del rescate de especies vegetales
en riesgo de desaparecer y cómo las comunidades, cientíica y campesina,
han avanzado en su rescate.
Palabras Claves: Sagú, achira, yacón, Chavarí, custodios de semillas,
escuelas de agroecología.
Abstract
The way to generate knowledge is inside two perspectives: one from the
academic world, with hypothesis, positivists methodology, and statistics, and
the other, the daily life experience, based on the error-trial, with observation
and adjustments. This article describes the process in investigation and
____________
* Mvz. MSs. Agroecología. Profesor Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad
Tecnológica de Pereira. E-mail: [email protected]
** Administradora Ambiental. Secretaría Técnica de la Red de Seguridad Alimentaria y
Nutricional de la Red Alma Mater. E-mail: [email protected]
*** Antropólogo, PhD. Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental. Profesor
Asistente Universidad Tecnológica de Pereira. E-mail: [email protected]
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
experimentation seeking the rescue of endangered plant species, and how,
scientiic and peasant communities, together, are pursuing this rescue.
Keywords:arrowroot, achira, yacon, Chavari, seed-keepers.
Introducción
Los impactos de la modernización y globalización hacen que, día a día, se
pierdan formas de interacción con la naturaleza que han sido construidas en
varias generaciones, en ocasiones herederas de ancestrales culturas indígenas
o afrodescendientes. Día a día, se hace evidente la desaparición de las incas
sustentables rurales campesinas, ricas despensas biológicas de recursos naturales,
por la dedicación a monocultivos, o como consecuencia de los impactos de los
aumentos de migración y desplazamientos forzados. Esto genera un desarraigo
progresivo, visible en el paisaje, en la pérdida de biodiversidad silvestre y
manejada, lo que lleva a problemas crecientes de seguridad alimentaria y calidad de
vida en el campo. La muerte de los mayores y el desinterés de los jóvenes, alrededor
de los cultivos tradicionales se releja en la pérdida de semillas alimentarias y
medicinales, las cuáles, sin duda, constituyen eslabones vitales en la cadena de
la biodiversidad. Se debe señalar, sin embargo, que existen valiosas experiencias
lideradas por comunidades campesinas ubicadas en el Eje Cafetero, que han
logrado recuperar plantas nativas y construir procesos alernativos exitosos, tanto
en los aspectos de su propia producción de alimentos como de su comercialización.
En esta dirección es fundamental y prioritario, fortalecer el diálogo de saberes
entre diversos actores académicos, comunitarios e institucionales, con el in de
rescatar, valorar y proponer alternativas de uso de la biodiversidad que apunten a
la seguridad alimentaria y a mejorar la calidad de vida de la población rural.
Se vienen efectuando acercamientos e interacciones en tres grandes componentes:
1) Un acercamiento teórico y metodológico, a partir de la búsqueda de
conocimientos alrededor de los orígenes, usos culturales y transformaciones en
perspectiva histórica, apoyados en metodologías arqueológicas, etnográicas y
de la ecología histórica en general. 2) Aspectos aplicados alrededor de prácticas
agroecológicas de comunidades campesinas contemporáneas, respecto al uso
actual de la biodiversidad manejada con ines de seguridad alimentaría y salud.
Estas prácticas se vienen desarrollando hace más de una década y vienen
recuperarando e intercambiando experiencias alrededor del rescate y valoración
de plantas nativas. 3) Conocer, analizar y fortalecer las principales alternativas
productivas identiicadas. Éstas se relejan y concretan en programas, planes y
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
proyectos, alrededor de temas, como los de mercados verdes, biocomercio, turismo
sostenible, entre otros.
El reto de esta experiencia investigativa que se está fortaleciendo en la Ecorregión
Eje Cafetero, es integrar aspectos teóricos y prácticos alrededor de los tres
componentes señalados, permitiendo a los participantes (comunidades campesinas,
academia e instituciones), recibir los beneicios directos de estos procesos y sus
resultados. Algunas de estas acciones vienen siendo desarrolladas por la Red
de Universidades Públicas del Eje Cafetero-Alma Mater, a través de la Red de
Seguridad Alimentaria y Nutricional, así como por las Escuelas Campesinas de
Agroecología y diversas comunidades organizadas. Allí se evidencian diferentes
estrategias interinstitucionales y participativas, donde se generan y fortalecen
espacios de diálogo de saberes.
Al Rescate de Plantas Milenarias: Patrimonio Cultural Americano
En muchas ocasiones ,se cree erróneamente, que el único o mejor legado de
nuestros antepasados aborígenes americanos está representado por objetos en
cerámica u orfebrería. No obstante, la verdadera y mayor herencia consiste en
la relación y el manejo que ellos lograron del entorno, la compleja co-evolución
con su medio y el conocimiento de procesos que permitieron el desarrollo y
permanencia de diversas culturas en el tiempo. El saber, alrededor de paisajes,
plantas y semillas, en particular, la domesticación de más de un centenar de plantas,
fue una conquista destacada de nuestros aborígenes que se debe valorar y reactivar
(Aceituno 2003, Piperno y Pearsall 1998, Piperno et al. 2000).
Hace cerca de 10.000 años, los primeros pobladores de las forestas tropicales
americanas buscaron abrir claros en los bosques para inducir procesos de
diversiicación que, milenios más tarde, abrieron paso a la sistematización de
cultivos. El transformar el entorno natural, de manera inconciente o intencionada,
favoreció, desde comienzos del Holoceno, la biodiversidad y el crecimiento de
algunas plantas de gran utilidad cultural, tales como el sagú (Maranta arundinacea),
achira (Canna edulis), obambo (Dioscorea sp.), yacón (Polymnia sonchifolia),
mafafa (Ipomoea sp.) y arracacha (Arracacia xanthorrhiza) (Piperno y Pearsall
1998). Los primeros utensilios para extraer el almidón, presente en rizomas y
raíces como el sagú y la achira, fueron simples guijarros o piedras redondas de
río. Análisis microscópicos en sus bordes desgastados, muestran que al menos
hace 8.600 años, comenzó una sistemática selección, manipulación, transporte y
consumo de raíces, tubérculos, calabazos y frutos silvestres. Estas plantas fueron
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
poco a poco “domesticadas” por la acción humana y entraron a formar parte del
patrimonio cultural que dio paso a distintos procesos de complejización social
(Aceituno 2003, López 2004, Piperno y Pearsall 1998) (Fotos 1 y 2).
Foto 1. Rizomas de sagú cultivados en la vereda El Porvenir, Flia. Rincón, a 1.600
msnm, procesado con técnicas tradicionales por las Escuelas Agroecológicas.
Foto 2. Recolectando yacón en la inca Achí Chavarí.
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Trabajos recientes desarrollados por arqueólogos y paleoecólogos, en los trópicos
americanos, demuestran que hace unos 5.000 años se incrementó el número
de sitios ocupados, tamaño y densidades poblacionales. Los utensilios usados
continuaron siendo muy simples (guijarros y una serie de cuchillas o cortadores
obtenidos al tallar piedras de manera irregular). Ciertas piedras usadas como
bases o machacadores corroboran la maceración de plantas comestibles, ricas
en almidones y usos medicinales. Estos productos constituyeron la base de la
subsistencia, complementada con la cacería de pequeños mamíferos, la pesca y
la recolección de frutos y nueces.
Equipos de investigadores liderados por los profesores Dolores Piperno, del
Smithsonian Institution y Anthony Ranere, de Temple University, Philadelphia,
vienen demostrado la importancia de algunos sitios arqueológicos tempranos en
Panamá y Ecuador (Piperno y Pearsall 1998, Piperno et al. 2000). Así mismo, en
la Cordillera Central en Colombia se están estudiando datos trascendentales sobre
la intervención temprana de los bosques tropicales. Se sabe que se propiciaron
quemas y se dieron procesos de selección y manipulación de plantas de interés
cultural. Rizomas como la Maranta arundinacea, tubérculos y diversos tipos de
calabazos, fueron los antecesores de otras plantas domesticadas, hoy básicas en
la alimentación, tales como la yuca y el maíz. Trabajos en curso, liderados por
el profesor Javier Aceituno de la Universidad de Antioquia, demuestran el uso
temprano de plantas en sitios estudiados en Marsella, Chinchiná y Santa Rosa de
Cabal, desde hace más de 9.000 años (Aceituno 2002, 2003). En Pereira, se ha
demostrado la presencia humana desde hace 9.800 años, en el sector del Barrio
Cuba (Cano 2004, Cano et al. 2001, López y Cano 2004).
Desafortunadamente, las tendencias modernas de la globalización tienden a
olvidar la diversidad e importancia de nuestras plantas autóctonas y la necesidad
de la preservación de la variedad genética. La seguridad alimentaria depende de
la variedad de semillas, aspectos ampliamente conocidos desde hace milenios
por nuestros ancestros. En este sentido, la recuperación del conocimiento, uso y
consumo alrededor de las plantas nativas, además de sus beneicios nutricionales
y medicinales, es un homenaje práctico a plantas que nos han acompañado
durante nuestro milenario proceso de desarrollo. Las plantas autóctonas son por
consiguiente, patrimonio cultural de los pueblos americanos y es fundamental,
desarrollar trabajos conjuntos con las comunidades campesinas que promueven
su recuperación y uso.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Valorando la Experiencia de las Comunidades Campesinas Contemporáneas
Desde hace más de una década algunas comunidades campesinas, organizadas
en escuelas campesinas de agroecología vienen promoviendo en la Ecorregión
del Eje Cafetero, el rescate de tubérculos y plantas olvidadas y desplazadas por
distintas tendencias modernas alimentarias y farmacéuticas. Llama la atención
que existe una conexión directa entre ciertas plantas que fueron domesticadas
localmente desde milenios, las cuales hoy día se están convirtiendo en opciones
reales de seguridad alimentaria y salud.
Existen experiencias validadas de comunidades campesinas que buscan valorar
la biodiversidad, difundiendo sus usos y alternativas alimentarias a través de
campañas estratégicas de educación ambiental, por medio de cartillas y talleres,
fomentando actividades agrícolas para obtener productos para el mercado limpio
semanal que realizan y la comercialización local, en tiendas agroecológicas.
Desde las organizaciones de la sociedad civil en el Eje Cafetero, se destacan
ejemplos tales como CORA, CORPOCAM y AROBELLAS, quienes vienen
llevando a cabo acciones tendientes a la recuperación de conocimientos y
biodiversidad, como respuesta de su construcción colectiva. Estas experiencias,
con resultados tangibles, inciden en las políticas institucionales gubernamentales
(Gobernación del Departamento de Risaralda, CARDER), proponiendo estrategias
de desarrollo (mercados verdes y biocomercio), para que sean construidas a partir
de la concertación interinstitucional, dando lugar a la generación de una línea de
accion, basada en los principios del desarrollo rural humano sustentable en el que
la agroecología es el eje articulador de las estrategias.
Sin embargo, pese a los esfuerzos de los diferentes actores en la región, se viene
presentando el deterioro progresivo en la producción agrícola campesina y la
pérdida de la seguridad alimentaria de las familias. Cada día, el sistema productivo
es más dependiente de la utilización de insumos externos, lo que ha ocasionado
el deterioro sobre los recursos de la biodiversidad local: suelos, aguas, clima y
el medio ambiente. La denominada “Revolución Verde” y la implementación
de las tecnologías que la sustentaban, dieron como resultado la pérdida de la
biodiversidad, lo que a su vez ha llevado a buena parte de las comunidades
campesinas a la pérdida de la seguridad alimentaria, de las costumbres para
el manejo y de las relaciones con el medio ambiente. Aunado a lo interior, la
dependencia campesina de las grandes productoras de semillas para la siembra
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de sus cultivos ha incrementado, notablemente, los costos de producción y
disminuido, notoriamente, los posibles márgenes de subsistencia.
Foto 3. Intercambio de semillas. Fríjoles tradicionales producidos en la inca Achí
Chavarí.
Otro factor es la apertura económica que a través de la masiva importación de
alimentos para la satisfacción de las necesidades del mercado con productos
foráneos, ha permitido el ingreso de alimentos a muy bajos costos, teniendo como
consecuencia inmediata, la pérdida de los mercados locales para las comunidades
campesinas. Desde el punto de vista de la producción de excedentes económicos,
el campo dejó de ser una ‘’buena inversión’’, pero sigue siendo la principal fuente
de ingresos para cerca del 90% de los municipios del país. La crisis internacional
del café, la complejización de fenómenos sociales presentes en el campo, como
el conlicto interno, desencadenan el desplazamiento forzado. Los dineros del
narcotráico se fueron apoderando de las tierras cafeteras, cambiando su vocación
inicial, transformando las tierras en pastizales para ganado, promoviendo la
‘’inviabilidad’’ de los pequeños y medianos campesinos, rompiendo con las
costumbres y saberes tradicionales existentes sobre el manejo de la biodiversidad
cultural y llevando a la pérdida del uso de innumerables plantas, animales y
suelos.
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Mercados por la Vida y Mercados Verdes, Opciones Alternativas de Desarrollo
En la última década, los aportes de las experiencias comunitarias y de distintos
académicos vienen relejándose, no sólo en prácticas económicas y culturales
alternativas, sino también en políticas institucionales, en torno a la producción
y consumo de ciertos alimentos y plantas medicinales. Por ejemplo, es clara la
propuesta alrededor de la generación de mercados alternativos, enmarcados en el
desarrollo de productos de Biocomercio Sostenible. De acuerdo con el Instituto de
investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humbodt, un producto y/o
servicio de Biocomercio Sostenible es aquel que se deriva del aprovechamiento
de recursos biológicos (incluidos los silvestres y domesticados) que involucran
criterios de buen manejo ambiental y social, además de distinguirse por su
rentabilidad económica y inanciera.
Con base en este concepto, se encuentra una gran variedad de bienes y servicios,
catalogados de acuerdo a las prioridades y potencialidades nacionales en
ecoturismo, productos naturales maderables, sistemas agropecuarios y productos
naturales no maderables. Las plantas medicinales y alimentarias están incluidas
en los productos naturales no maderables, que son productos que se encuentran
en los bosques diferentes a la madera cultivada. Dentro de esta categoría están:
exudados (productos alimenticios, farmacéuticos o industriales como gomas,
resinas, oleorresinas o aceites) estructuras vegetativas (partes de las plantas
como hojas, tallos raíces o yemas) partes reproductivas (frutos y semillas de
las plantas como) productos de fauna (animales y/o derivados de estos como
mascotas, plumas o pieles). En este sentido, con el propósito de fortalecer este
tipo de propuestas productivas, la Universidad Tecnológica de Pereira y con el
concurso de CARDER, desarrolló en el año 2003, la Primera Feria Ecorregión
Eje Cafetero como un escenario de proyección del programa Biocomercio a nivel
local y regional para la construcción de cadenas productivas sostenibles. Es así
como el Biocomercio1 fue la estrategia de selección a in de inculcar criterios de
sostenibilidad a cada uno de sus expositores para conformar cadenas productivas
consolidadas para cada uno de los productos de Biocomercio que apuntan a ser
productos promisorios de la región.
Es así como, producto de la Feria Ecorregión y del interés de diferentes
Instituciones Gubernamentales, la Facultad de Ciencias Ambientales de la
Universidad Tecnológica de Pereira, fue seleccionada como la Institución
encargada de coordinar el proyecto de consolidación de la Cadena Productiva
de Plantas Medicinales y Aromáticas-PPMA-, por la infraestructura logística, la
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
capacidad de convocatoria, y por el amplio reconocimiento y alianzas estratégicas
con otras instituciones de carácter nacional e internacional, permitiendo liderar
espacios para la construcción de cadenas de valor en la region (Villada 2005).
El proceso de construccion de la Cadena de Valor de Plantas Medicinales impulsada
desde hace dos años, persiste en la actualidad no solo bajo la coordinacion de la
Universidad Tecnológica, sino que se ha impulsado con la Red de Universidades
Publicas del Eje Cafetero Alma Mater, a través de la Red de Seguridad Alimentaria
y Nutricional, para la articulación de los diferentes actores estatales, privados y
académicos, en la conformación de la Cadena de Valor de Plantas Medicinales
de la Ecorregión enmarcada en los principios de Biocomercio Sostenible.
Producto del proceso de consolidación de la Cadena Productiva, se identiica la
necesidad de generar investigación en aquellas plantas medicinales nativas que
se puedan proyectar en un futuro, con ines no solamente de autoconsumo, sino
adicionalmente contemplar la posibilidad de generar un mercado alrededor de
estas especies.
Por consiguiente, a través del proyecto de diálogo de saberes, se busca fortalecer
bajo un enfoque participativo de los diferentes actores, una estrategia para el
desarrollo regional, ofreciendo ventajas como: el trabajo en equipo, la creación de
capital social y de espacios para la concertación, la creación de redes y regiones
inteligentes, además de incentivar la investigación y la visión a largo plazo. El
valor agregado que se viene logrando consiste en la recuperación histórica del
saber, de las prácticas tradicionales y de la posibilidad de establecer alternativas
de desarrollo a través de mercados verdes, generando beneicios económicos a
las comunidades participantes.
Metodología Propuesta
El enfoque metodológico seleccionado para el desarrollo del diálogo de saberes
está enmarcado en la “Investigación Acción Participación”, particularmente
la “Participación interactiva”, que permite efectuar una integración de los
campesinos, investigadores e instituciones, en torno al análisis colectivo para
la Recuperación, construcción y difusión de saberes aplicados, en torno a la
percepción, usos y valoración de plantas medicinales y alimentarias.
Se busca deinir intereses comunes, encuentros y desencuentros que articulen
diferentes perspectivas. La investigación se basa en la participación local,
teniendo en cuenta aspectos como la experiencia de los actores involucrados,
personas e instituciones, factores ambientales y procesos políticos, para llevar
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
a cabo esta propuesta se vienen utilizando dos metodologías. La primera es la
participación interactiva desarrollada por Ulloa, Rubio y Campos (1996), que
propone tener en cuenta factores como la participación, la autonomía, la equidad,
la interculturalidad, la interdisciplinariedad, la comunicación y la continuidad.
Esta metodología es muy apropiada para ser utilizada en proyectos de carácter
ambiental. Recientemente cobra importancia la corriente de la ecología histórica
que trata de efectuar acercamientos interdisciplinarios utilizando métodos y datos
de las ciencias de la tierra y disciplinas socio-culturales.
En términos generales se trata de hacerse preguntas y entender las prácticas
alrededor del manejo a través del tiempo del uso que se le ha dado a las plantas.
Apunta a inferir de qué manera los cambios ecológicos provocados por actividades
antrópicas pasadas han inluido en la respuesta funcional a largo plazo de los
distintos ecosistemas. Se pregunta si la presencia de ciertas especies puede
obedecer a determinadas prácticas agroforestales favorecidas en el pasado, y si
su dominancia pudo afectar el funcionamiento del ecosistema. Para lograr este
tipo de conocimiento es necesario utilizar distintos métodos de la paleoecología
y arqueología.
Pérdida de Memoria, Identidad y Soberanía
Por la estratégica posición geográfica y sus características topográficas y
climáticas, el territorio colombiano ha ofrecido condiciones apropiadas para el
desarrollo de distintas plantas, cuya dispersión y características de uso han sido
inducidas por los seres humanos a través del tiempo. Al menos diez milenios de
inluencias antrópicas han permitido reconocer los usos alimenticios y medicinales
de innumerables plantas, así como desarrollar distintas percepciones y prácticas
culturales asociados a ellas (Aceituno 2003, Piperno y Pearsall 1998).
Nuestra concepción sobre los orígenes y usos de las plantas es aún heredera
del mundo occidental moderno, cargada de una centenaria visión surgida de
los naturalistas de la ilustración y del método cientíico, siendo diversos los
acercamientos desde disciplinas como la biología, ecología, paleoecología,
farmacia, agronomía, etc.. No obstante, en muchos casos y de manera prepotente, el
discurso académico, desconoce o se aleja de los saberes ancestrales y tradicionales,
de la valoración de las prácticas reales en el campo, y de los contextos en que
las comunidades campesinas utilizan su territorio. Es necesario enfatizar que la
mayoría de modelos de desarrollo contemporáneo, en buena parte, son traídos
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Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
de realidades distintas a la nuestra, sin compaginar necesariamente con nuestras
necesidades y potencialidades físicas y culturales.
Se debe señalar sin embargo, que existen valiosas experiencias lideradas por
comunidades campesinas que han logrado recuperar plantas nativas y construir
procesos alternativos exitosos tanto en los aspectos de su propia producción
de alimentos como de su comercialización. Se hace por lo tanto fundamental y
prioritario, proponer y llevar a cabo un diálogo de saberes entre diversos actores
académicos, comunitarios e institucionales con el in de rescatar, valorar y proponer
alternativas de uso que apunten a seguridad alimentaria y mejorar calidad de vida
de la población rural.
Las Escuelas de Agroecología: Recuperación e Intercambio de Saberes
Distintas Escuelas de Agroecología vienen surgiendo en el sector rural, producto
del deseo de algunos grupos de campesinos, de lograr mayor visibilidad. Éstas,
enfatizan la recuperación de valores consuetudinarios (solidaridad, libertad,
tolerancia, justicia, amistad, cultura), así como la valoración real de sus saberes,
sentimientos y experiencias alrededor de los bienes de la naturaleza. En particular,
a través de las Escuelas Campesinas de Agroecología se viene fortaleciendo el
intercambio y manejo de semillas, lo que brinda poder, hacia el ser sujetos de
su propio desarrollo. Esta idea surgió en 1920 en Ting Hsien, siendo aplicado
por el fundador del Instituto Internacional de reconstrucción Rural, James Yen,
como estrategia de organización comunitaria, para la generación e intercambio de
conocimientos entre comunidades, donde promotores campesinos juegan papel
un papel fundamental.
En nuestro medio, esta propuesta fue adaptada e impulsada por el Antropólogo
Guillermo Castaño Arcila, desde su organización Surcos Comunitarios, partiendo
de antecedentes en el diálogo escolar rural de nieto a abuelo, ideado por el mismo
actor en el Instituto Mayor Campesino de Buga. En su “esquema” inicial la
escuela se constituye como unidad organizativa local, compuesta por alrededor
de diez familias rurales vecinas. Se desarrollan dinámicas gratuitas, demócratas
e igualitarias, en las que los diversos “cargos” u oicios desempeñados por los
miembros son rotativos, a placer de las personas, representando intereses básicos
como el cuidado del agua, la reivindicación de la cultura, de la historia, de los
conocimientos medicinales y de la solidaridad con el compañero necesitado. Es
así como en la escuela “aparecen” el Chavari, el solidario, el compañero hermano;
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
el yerbatero, médico o curandero; el duende de la cultura, de la comunicación; el
montero del agua y de la selva. Es la propia escuela la que da fe, da testimonio
de los procederes de la producción, de modo que no haya lugar a “certiicación”
externa.
Se hace permanentemente promoción del rescate de saberes sobre sistemas
productivos y biodiversidad agrícola. La escuela campesina de agroecología,
actualmente recupera plantas en riesgo de extinción como yacón (Polymnia
sonchifolius), sagú (Maranta arandunicea), achira (Canna edulis), obambo
(Dioscorea sp.), promocionan el cultivo de ahuyama (Cucúrbita sp.), archuchas
(Cyclanthera pedata), arracachas (Arracacia xanthorrhiza), yuca (Manihot
esculenta), azafrán de raíz (Escobedia scabrifolia), amarantos (Amaranthus spp.),
tarwi (Lupinus mutabilis a.), cachas (Phaseolus lunatus l.), cañas (Saccharum
oficinarum), cidra papa (Sechium edule), quinua (Chenopodium quinoa), maíces
locales (Zea mays), papas (Solanum spp.), diautia (Xanthosoma spp.), fríjol
(Phaseolus spp.). Plantas medicinales: ortiga (Urtica ureas), paico (Chenopodium
ambrosiodes l.) entre otros.
Para esta recuperación y dinámica de intercambio juegan un papel fundamental los
Custodios de Semillas”, así mismo los grupos de mujeres trabajan lo alimentario,
las semillas locales, y el manejo de plantas medicinales para la salud a través
de las yerbateras. Los grupos de jóvenes y niños tienen también custodios de
semillas y reproducen plantas con ines alimentarios, medicinales, artesanales u
ornamentales, garantizando la continuidad y el futuro de la propuesta. En esta
fase también se efectúan distintas experiencias aplicadas, probando técnicas
agroecológicas, a partir de la utilización de abonos orgánicos y la recuperación
de conucos de semilla alimentarías in situ.
Distintos aspectos y comportamientos se prueban por observación y ensayo error;
por ejemplo, las semillas que usan nuestros vecinos, las distintas tecnologías para
sembrar, las asociaciones que brindan mayores ventajas. Actualmente esta fase se
desarrolla con estudiantes universitarios que hacen pasantías en las incas de los
campesinos, ellos hacen pruebas sobre problemas que se quieren resolver y en
otros casos validan las técnicas utilizadas por los campesinos. La investigación
no sólo se realiza en aspectos técnicos sino también sociales, pues interesa la
búsqueda cultural, su valorización, la recuperación del conocimiento tradicional,
el manejo de ecosistemas propios y la recuperación de la biodiversidad de las
incas. Un caso para destacar es la Escuela Campesina de Agroecologia Soitama,
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
nombre de cacique Quimbaya (cuenca media del río Otún, en la vereda el Porvenir,
municipio de Pereira), la cual está conformada por 8 familias campesinas. Ésta ha
sido seleccionada en la convocatoria de proyectos de la Alcaldía del municipio
de Pereira, para avanzar en el proyecto de innovación empresarial basado en el
rescate, siembra y transformación del yacón, sagú y achira.
Recuperando Milenios de Uso Cultural del Yacón, Sagú y Achira
Se ha escrito sobre la desaparición de yacón, de la geografía colombiana, por lo
que ha sido tarea reciente promover su seguimiento y ubicación con comunidades
campesinas en el eje cafetero. El yacón o manzana de la tierra, se distribuye desde
Colombia y Venezuela hasta Argentina a alturas superiores a los 2.000 msnm.
Presenta un buen desarrollo incluso a nivel del mar. Los tubérculos son dulces,
ricos en potasio, contienen entre 69 y 83 por ciento de humedad, 0,4 a 2,2% de
proteína y 20% de edulcorantes naturales.
El potencial de uso, se da a partir de la presencia de inulina y oligofructosa
ingredientes alimentarios naturales que se extraen del tubérculo, las que mejoran
las propiedades organolépticas de los alimentos, actuando como estabilizantes,
emulsiicantes, reemplazantes en la elaboración de productos bajos en grasas y
en calorías y por sus propiedades prebióticas. Los prebióticos son ingredientes
alimenticios no digeribles que actúan, estimulando selectivamente el crecimiento
y/o actividad de bacterias del colon, con la propiedad potencial de mejorar la
salud del huésped. La inulina como la oligofructosa son los prebióticos más
experimentados. Su valor calórico efectivo calculado en 1-1,5 kilocalorías por
gramo, se clasiican como ibras dietarias. Otros potenciales beneicios de estos
prebióticos son la mejora de la homeóstasis de los triglicéridos, la reducción del
riesgo del cáncer de colon, la absorción del calcio y magnesio, así como la mayor
retención de calcio en el tejido óseo.
Respecto al sagú (Maranta arundinacea), conocido también como arrurruz,
amaranta, caña lecha, su uso es muy reconocido en distintos países. El Dr.
Alejandro Prospero Reverend, medico del libertador Simón Bolívar, en el boletín
No. 32 de sus memorias consigna “le suministren en los alimentos, colada de sagú,
para que tome fuerzas”. El almidón de esta planta posee la cualidad de presentar
excelente respuesta cuando es suministrado a personas que requieren dietas
especiales debido a problemas gástricos, dadas su baja acidulación y fácil digestión,
constituyéndose en un demulcente nutritivo especial en niños y convalecientes.
Con el almidón extraído se elaboran coladas, sopas, bizcochuelos, tortas. El uso
industrial lo incluye como adhesivo y en lavandería como almidón.
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Para la achira (Canna edulis), su uso se remonta a las crónicas de Fray Jerónimo
de Escobar (1573), González-Holguín (1608), Cobo (1890) (en Patiño 1964) “Hay
muchas raíces de la tierra y comidas buenas”. Incluye Velasco las achiras entre
las “raíces propias”: de dos especies, unas aguanosas que no se aprecian y otras
arenosas que son ricas y apetecidas. Se sazonan mejor en los temperamentos fríos
que en los calientes. Planta frecuente en el occidente colombiano, se usa el rizoma
como alimento y las hojas para envolver, es tradicional el cultivo de esta planta
para la fabricación del pan de achira, de grato sabor, con amplia participación de
mano de obra femenina.
Desafortunadamente las tendencias modernas de la globalización tienden a olvidar
la diversidad e importancia de nuestras plantas autóctonas y la necesidad de la
preservación de la variedad genética. La seguridad alimentaria y la soberanía
alimentaria, dependen de la existencia y uso de variedad de semillas, aspectos
ampliamente conocidos desde hace milenios por nuestros ancestros. En este
sentido, la recuperación del conocimiento y consumo, además de sus beneicios
nutricionales, de estos elementos culturales hacen parte del rico acervo de
plantas cultivadas de la América Equinoccial, referenciadas por el etnobotánico
Víctor Patiño. Hoy día las Escuelas Campesinas de Agroecología rescatan,
reconocen e impulsan su manejo, convirtiéndose en alternativas de seguridad
alimentaría y fuente generadora de ingresos económicos. En la actualidad 20
escuelas campesinas, 300 familias, 4 grupos de jóvenes y 3 universidades, tienen
incorporado en sus sistemas productivos e investigación al yacón, sagú y achira
como una alternativa.
Paralelamente, la Red de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Ecorregión
del Eje Cafetero, favorece el intercambio de experiencias que desde la academia,
el Estado y las organizaciones se entretejen hacia una mejor calidad de vida. La
Red Alma Mater, con el apoyo de instituciones como la CARDER, la Alcaldía
de Pereira, el INCODER, la UTP y la Universidad de Caldas, viene coordinando
eventos donde se dan a conocer las políticas de orden gubernamental que señalan
rutas y oportunidades de acción, las acciones exitosas y no exitosas que se ofertan
como proyección social y el compartir de la sabiduría popular. Por lo anterior, y en
el marco de las estrategias de proyección social del sector universitario regional, se
hace necesario abrir espacios de relexión y análisis que confronten y actualicen el
quehacer inverstigativo y de extensión de nuestras universidades en los diferentes
escenarios que favorecen el desarrollo sostenible y regional.
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Conclusiones Preliminares
Es clara la necesidad de interacción real entre las comunidades cientíica y
campesina para avanzar en el rescate y en el diálogo interactivo para su mutuo
fortalecimiento. A partir del intercambio de conocimientos entre cientíicos y
comunidades locales se obtendrá como resultado el valorar todos los aspectos
históricos, culturales propios de las comunidades. Se enfatiza que las prácticas
agroecológicas hacen parte substancial del patrimonio cultural, pues es en la
identiicación, valoración, rescate y recuperación saberes autóctonos que se
fortalece el sentido de pertenencia comunitario, el cual es conducente hacia la
mejora de la calidad de vida, así como de la participación social y política de los
participantes.
El resultado de este proceso investigativo ha avanzado preliminarmente en la
validación de prácticas tradicionales existentes en distintas comunidades en la
región. Demuestra asimismo la importancia del diálogo de saberes para poder
sistematizar la información rescatada, así como generar nuevo conocimiento.
Se trata de un proceso de doble vía, pues las comunidades no deben ser actores
pasivos, sino se involucran y aportan a la capacidad cientíica nacional desde sus
saberes.
Este proyecto viene contribuyendo al fortalecimiento de varias de las líneas de los
Grupos de Investigación en Gestión de Cultura y Educación Ambiental y Gestión
Ambiental Territorial de la Facultad de Ciencias Ambientales. Los hallazgos
arqueológicos que se vienen haciendo en el propio campus de la Universidad, nos
demuestran la presencia de plantadores milenarios. Hoy se nos impone el reto de
reivindicar esa experimentación primigenia de nuestros antepasados y no dejar
que desaparezca este aporte alimentario a la humanidad. Además de estudios y
documentos, hacia el futuro cercano se plantea la implementación de un programa
interno en la Universidad Tecnológica de Pereira de Mercados Verdes, donde
fortalezcamos los intercambios y demos espacio a la inserción del saber de las
comunidades campesinas a la comunidad cientíica.
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Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Volumen 2
Bibliografía
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en Perspectiva Histórica. Ecorregión del Eje Cafetero. Vol.1. C. López y M. Cano
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Este libro se terminó de imprimir
el 01 de Diciembre de 2006, en los talleres de Postergraph S.A.
La edición consta de 500 ejemplares
y estuvo al cuidado de sus compiladores

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