Presos de Guantánamo
Transcripción
Presos de Guantánamo
Presos de Guantánamo No es la primera vez que el lastimoso manejo de la Relaciones Internacionales y otras decisiones (ante presiones de la OCDE, de Argentina) nos obligan a denunciar la gravedad de los errores que este gobierno comete en perjuicio de nuestro país. Graves equivocaciones que dejan al Uruguay liado para el futuro, a consecuencia de la absoluta falta de visión estratégica de quienes conducen los destinos de nuestra nación. Un país pequeño, pero reconocido y respetado en el concierto mundial y ciertamente, no un mero pedazo de esa concepción de "patria grande" en la que parecen abrevar los de la administración Mujica. Ahora, de lo que se trata es que sin siquiera consultar con los otros partidos, con los demás representantes de la ciudadanía, (los cuales se enteraron por casualidad) el Presidente Mujica y su Canciller Almagro decidieron exponer al Uruguay a un serio problema, felizmente lejano hasta el momento. El del convulsionado Medio Oriente, con sus secuelas de sangre y terrorismo y su violento e intrincado relacionamiento. La resolución del actual gobierno de traer a nuestro territorio a varios de los presos de la cárcel de Guantánamo, ni se sabe en calidad de qué, ni porqué, es un peligroso dislate que no puede dejar de denunciarse. No solo inquieta el temor que supone introducir al Uruguay en forma totalmente gratuita, en una zona de intrincados conflictos, sino la manera de actuar de los responsables del gobierno, una vez más desdeñando las formas y el respeto a la Constitución. Ya que si lo que el gobierno del FA ha promovido es un acuerdo entre estados, para traer a estos seis presidiarios al país, éste debería pasar por el Parlamento, más allá del uso y abuso del que suele hacer gala el oficialismo, con la soberbia que le provoca su actual mayoría en ambas cámaras. Así como en Estados Unidos, la iniciativa debe ser ratificada por el Congreso, por lo cual todavía no se está ante un hecho consumado en lo que al país del norte se refiere, también tendría que ser tratado en el Palacio Legislativo. De ese modo se podría estudiar la propuesta gubernamental con detenimiento, y no seguir en la nebulosa en la que hoy se está. Tal como lo hiciera notar el senador Sergio Abreu, en su oportuno llamado a la Comisión de Asuntos Internacionales al Canciller Luis Almagro, cuyas respuestas ante la batería de preguntas (54) planteadas por el legislador, no hicieron más que aumentar la incertidumbre. El Ministro para escudarse y no brindar información, usó como excusa la obligación de secreto, cuando no corresponde ampararse en ello, si de la relación entre poderes se trata. Tampoco es de recibo la afirmación de que estas personas no revisten ninguna peligrosidad porque han visto informes elaborados por los servicios de inteligencia de cinco países, sin aclarar de dónde provienen. No cabe duda de que es bastante diferente si se tratara, por ejemplo, del Mossad, de la CIA o el MI6 británico, que si los autores son los servicios de Irán, de Jordania, o de Arabia Saudita. Este último, justamente uno de los países al que están pensando acudir, de acuerdo a la última información, en búsqueda de asesoramiento para una mejor integración de estos sujetos. Una nación muy particular que por un lado luce como aliada de occidente, de Estados Unidos, y por otro hay amplia información de que sus petrodólares son los que financian las "madrasas" situadas en Pakistán. Escuelas islámicas que son el vivero de los fanatismos religiosos que infectan esas regiones. Entre las muchas interrogantes que provoca esta transacción con el vituperado "imperio yanqui", es cuál es la motivación que hay para meter al Uruguay en este baile. De lo poco que se sabe, es que quien viajó a Guantánamo para interiorizarse del asunto y entrevistarse con los detenidos, aunque "no fue el negociador", como contestara Almagro a la pregunta de Abreu, se llama José González. El hoy Asesor Ejecutivo del Ministerio del Interior es viejo compañero tupamaro, con 14 años de prisión a sus espaldas. Cabe preguntarse, con honda preocupación, si en el fondo lo que ha primado para tomar una determinación con estas implicancias es el sentimiento de camaradería originado en un pasado común de sedición, tal como ocurrió con el episodio del Filtro, cuando quisieron impedir que los etarras fueran extraditados. Y de paso, ayudar a que se concretase la visita de Mujica a la Casa Blanca.