El hombre que amaba a las orquídeas, los caballos y los árboles

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El hombre que amaba a las orquídeas, los caballos y los árboles
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IDENTIDAD / DOMINGO 26 DE junio de 2016
El hombre que amaba a
las orquídeas, los caballos
y los árboles bonsái
Por Jaime Cháidez Bonilla
[email protected]
Guillermo Castaño Ramírez (Ciudad
de México, 1938) decidió vivir y
morir en Tijuana los últimos 37 años,
a partir de 1979. La mañana del
Sábado 18 de junio se dio a conocer
su lamentable fallecimiento.
Su nombre y obra están incluidos en el Diccionario de Escultura
Mexicana del Siglo XX que publica
la Universidad Nacional Autónoma
de México.
Algunas de sus obras más conocidas son el monumento conmemorativo a los 500 años de la llegada
de Cristóbal Colón -ubicada frente al CECUT- y el monumento a la
Cultura Maya en Tuxtla Gutiérrez.
Otra de sus esculturas se encuentra
en el Art Museum of Washington.
Varios de sus monumentos de bronce se ubican en las ciudades de Los
Ángeles, San Diego y Las Vegas,
dedicados a Walter Brennam, Joel
Mc Crea, Adolfo Camarillo, San
Diego de Alcalá y La Última Cena.
El 23 de diciembre de 1990,
Rubén Vizcaíno Valencia publicó en el #629 del suplemento
‘Identidad’ una reseña sobre el trabajo de Castaño: ‘Increíble Oficio
Escultórico. Impresionantes las
Doce Esculturas Sobre Charrería
del Maestro Guillermo Castaño’.
Vizcaíno alabó la obra de Castaño
por su “alarde de movimiento, agilidad, virilidad, hombría, mexicanidad. No en balde vienen de las
escuelas de escultura de Estados
Unidos los jóvenes estudiantes, a
que el maestro mexicano les transmita sus conocimientos y secretos
en el arte de fundir, de esculpir, de
hacer que los personajes en metal
estén vivos y provoquen estados de
ánimo en quienes gozan con este
arte…
“Castaño no intenta someternos con abstracciones ni
con teorías
estéticas vang u a rd i s t a s ,
simplemente se acoge
a la tradición
en que es un
s u p e rd o t a do, heredero
de los grandes maestros
escultores de
la Escuela de
San Carlos,
con siglos de
historia y nos
asombra” remarcó Vizcaíno.
En este mismo suplemento
‘Identidad’, un año antes, el 6 agosto de 1989 (#571) el escritor y poeta
Bernal (Francisco) lo entrevistó y
publicó el documento ‘Soy tan
viejo como la historia del Hombre:
Guillermo Castaño’.
Dijo Castaño en esa ocasión: “lo
bueno, lo regular y lo malo hay que
sacarlo, y a partir de ello el público
lo hará perdurar si es bueno o lo va
a destruir si es malo. ¿Tú crees que
Leonardo y Miguel Ángel fueron los
únicos artistas de su tiempo? Del
propio Miguel sobreviven dos o tres
obras maestras, y los otros? ¿Dónde
estás los demás creadores, que ha
quedado de ellos?”
En 1989, el pintor Ignacio Hábrika
invitó a Castaño para que formara
parte del colectivo Centenario que
conmemoró los primeros 100 años
de Tijuana. Hábrika lo recuerda:
-“El artista plástico
Guillermo
C a s t a ñ o
Ramírez, fue
un escultor con
gran oficio, un
hombre siempre generoso
y solidario. Un
Maestro. Tenía
varias pasiones: cultivar
orquídeas y
los caballos.
Compartimos
juntos varias
exposiciones, algunas clases en su taller
de escultura, muchas charlas de
arte, su apoyo y su gran hospitalidad. Guardo buenos recuerdos del
Maestro Castaño y lamento grandemente su partida”.
Alejandro Chanona (Curry), también integrante de aquel colectivo
recuerda a Castaño como una persona muy fina, un caballero, muy
amable, “nunca lo vi que levantara
la voz, aunque tuviera opiniones en
contra. Como artista, era figurativo,
dominador de su oficio (tenía una
fundición propia, según recuerdo,
para realizar los vaciados en metal)
El GRUPO CENTENARIO: (de izquierda a derecha): Alejandro Chanona (Curry), Manolo Luis Escutia, Guillermo
Castaño(+), Ignacio Hábrika, Maritza Gutiérrez, César Borja, Carlos Castro (+), Francisco Chávez Corrujedo, Norma
Michel, Vidal Pinto (+). / Enero de 1989. Foto: Vidal Pinto.
y era muy bueno para colocar su trabajo, lo vi
varias veces lidiando con encargos de otros
países. Nunca hacía alarde de nada de esto
(contrario a muchísimos miembros del mundillo artístico, que le ponen mucha crema a
sus tacos en cuanto le venden un trabajo a
algún americano). Además tenía muy buen
sentido del humor. Es lo que recuerdo de
Castaño”.
Otro artista de aquel colectivo, Manuel
Escutia expresa:
-“Lamento la pérdida de Guillermo, uno
de los pocos escultores en Tijuana consagrado enteramente a su arte. Las anécdotas
con él fueron una delicia debido a la pasión
que imprimía en su trabajo, aderezado con
humor del bueno y un sentido del respeto a los otros artistas. Jamás le oí juzgar en
negativo a nadie. En su taller de La Presa
siempre estaba el diálogo encendido y apasionado mostrando generosamente la forma
de trabajar. Al grupo Centenario se unió por
solidaridad, aunque, confesaba, no era muy
afecto a participar en colectivos. Así era su
naturaleza. La generosidad fue la constante
de este gran amigo que se nos adelanta”.
Finalmente, otro de sus colegas, César
Borja, lo describe:
-“Fue un hombre de respeto y de carácter, de decisión y trabajo en el quehacer
artístico buscando siempre la perfección.
La creatividad con sus manos moldeando y
dibujando en volumen con arcilla, plastilina
y materiales que él dominaba y llevaba a
la transformación de esculturas de metal,
bronce y materiales sólidos. Un legado para
los bajacalifornianos y México. Se recordará siempre su personalidad y gran carácter
plasmados en su obra. ¡Manos que transformaban sus pensamientos visuales en volumen y arte!”
Homenaje póstumo para
Guillermo Castaño Ramírez
(1938-2016).
18:00 horas. Miércoles 29 de junio,
2016.
Vestíbulo de El Cubo, Centro
Cultural Tijuana.

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