COTIDIANO/NO COTIDIANO. UN CASO

Transcripción

COTIDIANO/NO COTIDIANO. UN CASO
COTIDIANO/NO COTIDIANO. UN CASO: EL CHAT
Rosa Gómez
Para millones de personas chatear es algo cotidiano en tanto dado, rutinario y
habitual. El asombro que podía generar hasta hace no poco tiempo el estar
escribiendo en la pantalla de un monitor de computadora para que lo leyera
simultáneamente Beto de Colombia o Mujer Rana de España, ha dado paso a una
cotidianeidad absoluta. Y decimos cotidianeidad en dos sentidos: construcción de lo
habitual y dado -por un lado- y manera particular de hacerlo, por otro. En el
presente trabajo se indaga cómo se construye y de qué manera se quiebra esa
cotidianeidad.
Las observaciones fueron realizadas entre may o de 2000 y el mismo mes de
2002, en distintos salones de los siguientes chats: Hotmail, Ciudadfutura, data54 y
elchat. Dentro del vastísimo mundo de los IRC -Internet Relay Chat, repetidor o
difusor de conversación en internet- se eligieron estos salones, en principio por una
cuestión funcional vinculada al idioma - se trata de chats en español- y, además,
porque tienen la particularidad de ser salones generales que suelen adquirir un
carácter comunitario (Rheingold 1997) esto es, conforman un grupo en el cual el
tiempo compartido en línea construye identidad y pertenencia, entre otras cosas
porque, tal como lo señala el mismo autor, supone identidades que, si bien pueden
ser artificiales son, sin embargo, estables.
En los salones observados, las marcas de esta "cotidianeidad chatera" están
dadas, básicamente, por un predominio de la función fática y un hablar tópico. En
suma: una suerte de "hablar de nada" que aparece como un continuum. Se trata de
algo muy cercano a la caracterización que, en su mo mento, hicieran Barthes y
Berthet (Barthes 1979) de la conversación -evanescencia de toda finalidad
económica, mensaje nulo, comunicación vacía- así como también de la definición
propuesta por Tarde y retomada en el mismo artículo: "diálogo sin utilidad
inmediata y directa, en que se habla por hablar, por placer, por juego, por cortesía".
¿Por qué en los salones de chat resulta omnipresente ese "hablar de nada"? Tal vez
porque, como lo señalara Negroponte hace y a varios años, el verdadero valor de la
red tiene que ver menos con la información y más con la idea de comunidad.
(Negroponte 1998)
Pero, en esa cotidianeidad chatera y chata existen momentos, puntos de
ruptura -que se mantienen medianamente estables en los distintos salones
observados- en los cuales lo cotidiano se abre para dar paso a lo que no lo es y se
desgarra ese tejido homogéneo y monótono, ese "hablar de nada". Esos mo mentos,
que bien pueden asimilarse a sus homólogos en la vida "real" son básicamente tres:
- la aparición e incorporación de un nuevo integrante (asimilable al
nacimiento),
- la celebración de las fiestas de cumpleaños (crecimiento)
- y, en muchísima menor medida, la muerte de uno de sus miembros.
Son, sobre todo la primera y la última, transformaciones mitológicas término que pasa a su contrario (Todorov 1991)- donde el acontecimiento producido
invita a conversar sobre él, dejando de lado el "hablar de nada" instalado.
Y los tres mo mentos están fuertemente marcados por transposiciones -"cambio de
soporte o lenguaje de una obra o género (Steimberg 1993) - de géneros (1) y
motivos temáticos (2) de la vida real a la vida virtual.
Proemio
Antes de comenzar a hablar de la aparición e incorporación (luego las
diferenciaré) de un nuevo integrante al chat y de las operaciones discursivas que
ésto genera, unas breves palabras acerca del nick (apodo o nombre elegido para
chatear). Si bien, como veremos luego, la incorporación de un nuevo miembro al
grupo implica que éste se retrate, el nick ya comienza a cumplir algunas funciones
caracterizadoras:
a- Opera como una suerte de "retrato comprimido" al aparecer, en tanto
apodo o título, como una suerte de primer metadiscurso. Si, tal como lo señalara
Oscar Steimberg, (Steimberg 1993) los títulos de las obras de arte son los primeros
elementos metadiscursivos, podríamos plantear que el nick elegido por alguien para
chatear opera de manera similar. No resulta lo mismo entrar como
"Bebota_Sensual" que como "Sincera_43", amén de que puedan ser las mismas
personas en diferentes momentos.
b- Cumple claramente la función de la captatio benevolentiae de la antigua
retórica (Barthes 1982) al crear una situación enunciativa, que interpela a unos
enunciatarios y deja afuera a otros. Quien entra con el nick "Caballero" interpela a
un sujeto distinto de quien entra bajo el pseudónimo de "latengogrande", insisto,
más allá de que pueda tratarse del mismo sujeto real en distintas instancias
virtuales.
Si en el chat el otro se convierte en un manojo de palabras, es el nick elegido
la primera de ellas que aparece en pantalla y la que posee, por lo tanto, una suerte
de interpelación fundacional.
También es la que se repite cada vez que el chatero escribe/habla, con lo cual
además de fundacional, contiene un carácter repetitivo que no posea quizás ninguna
de las otros términos voluntariamente escritos.
1- Alguien nuevo aparece
La irrupción, y posterior integración a la comunidad de un nuevo integrante
en el salón de chat suele provocar la demanda de un retrato o perfil. Es por demás
común que esto suceda cuando la aparición de alguien nuevo va unida a la idea de
integrarlo, ya que muchas veces -las más- el listado de participantes del salón se ve
continuamente modificado por nicks que aparecen y desaparecen sin haber tenido la
menor participación. Pero algunas irrupciones son seguidas de un saludo, una breve
presentación y la expresión -más explícita, más implícita- del deseo de conformar
o integrar (términos por demás amplios en este caso, lo sé) esa comunidad virtual.
Allí es cuando aparece la demanda de un retrato. Ese retrato toma distintos nombres
de acuerdo al salón -"casting", "fichita", "encuesta", "interrogatorio" o "ficha de
admisión"- y consiste en una batería de preguntas a contestar que realizan
alternativamente algunos miemb ros del sexo opuesto al recién llegado. Algunas de
ellas, las que suelen hacerse al principio del interrogatorio, no difieren de un sexo
a otro: tanto a mujeres como a hombres se les pregunta acerca de la edad, el lugar
de residencia y la ocupación. Luego comienzan las diferencias.
Las mujeres prácticamente nunca son interpeladas en función de dar cuenta
de su patrimonio, mientras que a los hombres se les pregunta acerca de la posesión
de cuenta bancaria y tarjetas de crédito. La caída de la convertibilidad y la
profusión de bonos que operan a modo de moneda ha hecho, además, que en los
últimos tiempos se pregunte acerca de si el capital está conformado por dólares,
pesos, lecops o patacones.
Los hombres deben dar cuenta casi siempre de su estado civil y raramente se
le pide ese dato a las mujeres.
Una tercera diferencia, es del orden de lo corporal: mientras la altura es un
dato que se le solicita casi siempre a los hombres, en las mujeres ésto no parece
tener may or importancia y sí, en cambio, el tema de las medidas -busto, cintura y
cadera-.
En medio de ello, también se hacen preguntas para conocer los gustos
personales y algunas fichas de admisión terminan con una pregunta final que los o
las participantes de ese salón consideran de especial trascendencia. En los casos
observados, esto sucedía en dos salones y la pregunta final -previamente pautada y
que podía ser hecha por cualquiera de los miembros del sexo opuesto al retratadose registró sólo en el caso de hombres interrogados. En sendos chat, la pregunta de
cierre era: "¿Te considerás un buen partido"? y "¿Qué es lo que hace feliz a una
mujer"?
2- Que los cumplas feliz
Mencionamos antes, un segundo mo mento de ruptura vinculado a los festejos
de cumpleaños. Algo importante: en los casos registrados, lo que se celebró no fue
el cumpleaños "virtual" (aniversario de la entrada al salón), sino el aniversario de
la irrupción en el mundo "real".
En estos casos es extremadamente común que se realice la transposición de
una fiesta de cumpleaños. ¿En qué consiste? Básicamente en trasladar a la escritura
mo mentos y motivos típicos de un festejo de ese tipo. Se escribe la letra del Feliz
cumpleaños, se realizan tiradas de orejas virtuales a través de la escritura y
también, a través de ella, el cumpleañero acusa recibo ("Ay! Me dolió"), se
escriben onomatopeyas de un conocido tema de carnaval carioca ("pe, pe, pe, pe,
pe...") y, como no podía ser de otra manera, también se realiza un brindis con
bebidas virtuales. A medida que el ciberfestejo avanza, comienzan a aparecer los
comentarios acerca del estado de los concurrentes ("Che, qué cosa! Este Piegrande
ya está borracho") o de las acciones que realizan ("Mirala vos, qué bien que baila
Dami_Sela").Curiosamente, en los casos relevados estuvo ausente la entrega de un
regalo virtual.
Si bien estos cibercumpleaños suelen adoptar un carácter "familiar" en el
sentido de inocente, algunas veces esto suele sufrir un cierto desvío. Fue el caso de
una fiesta donde se incluyó un strip-tease como parte del festejo. Un fragmento de
ese strip-tease es el siguiente:
Silvinita: Ahí va la remera!
Vivaldi: Me cayó a mí, me cay ó a mí!
Silvinita: Y ahora... tarararara... Me estoy sacando los pantalones.
Alejandro: Esa silviiiiiiii!!!!
(Silvinita le tira los pantalones a Alejandro)
Alejandro: Diosa!!!!!
Silvinita: Ahora me voy a sacar el corpiño ¿quién lo quiere?
Quisiera también traer a colación otro estilo de strip-tease chatero -más
sofisticado- al cual yo no tuve acceso en el corpus analizado, pero que me fue
relatado por un colega, Víctor Miguel. En este caso, el strip-tease consistía en ir
despojándose -una a una y del final hacia delante- de las letras que conformaban el
nick. Vale destacar que el progresivo despojamiento de las letras, generaba
respuestas tan encendidas como la ciberropa del primer caso.
En el primero de los strip-tease, estamos claramente ante un fenómeno
transpositivo en el cual un género altamente codificado y cristalizado en la
sociedad y en el cual lo primordial es la puesta en juego del cuerpo de quien se
desnuda y la mirada de quien lo observa, es transpuesto al lenguaje escrito en la
pantalla a través de una operatoria del orden de lo metonímico: los comentarios por
el cuerpo y su visualidad ausente.
En cambio, en el segundo de los casos descriptos -donde a la operatoria
metonímica se le suma la metafórica: el nombre por la vestimenta, la letra por la
prenda- la característica de transposición quedaría un tanto disuelta/licuada, en
virtud de que esa especie de despojamiento de significantes presentada a modo de
ritual erótico es un fenómeno que, hasta ahora, parece sólo haberse producido en un
chat.
3- No somos nada, ya ni un nick
Según lo observado, no es común -si bien se ha producido- la experiencia de
la muerte de un integrante de un chat que posee características de comunidad
virtual. La forma habitual de baja de un miembro suele darse de otra manera.
Algunas de ellas, las más comunes, son las siguientes:
- Simplemente, deja de chatear, desaparece y no se sabe qué suerte ha
corrido
- Hace saber por un tercero -que también es integrante del chat- la decisión
de no entrar más a ese salón y, generalmente, también explica los motivos.
- Distribuye el mismo tipo de información mediante mails, foro o lista de
discusión.
- Desaparece, reaparece con otro nick y adopta otro personaje.
Sin embargo, a veces sucede que un chatero, un miembro habitual de esa
comunidad muere. Faith Popcorn cuenta el caso del fallecimiento de un aficionado
al ciberespacio al cual sus compañeros le organizaron un velatorio on line
(nuevamente, una transposición de género). También señala que se guardó luto (?)
por él durante un tiempo en los sites que solía frecuentar. (Popcorn 2001)
En las observaciones realizadas para este trabajo, se produjo una muerte y,
cuando se supo la noticia en el salón, se propuso -y acató- "un minuto de no
escritura", clara transposición del minuto de silencio.
Con posterioridad a la escritura del presente trabajo, se produjo un
acontecimiento que no quisiera dejar de mencionar, pese a no haber sucedido en
ninguno de los salones observados anteriormente mencionados. Se trata de un
suicido on line que, en su momento, tuvo gran repercusión en la prensa. Es el caso
de Brandon Vedas, un joven de 21 años de Phoenix, Estados Unidos. Brandon
pertenecía a una comunidad de cibernautas bautizada The Shroomery, a la cual
accedía con el nick “Ripper”, y murió frente a la webcam ingiriendo pastillas
mientras participaba de un chat con personas que lo incitaban al suicidio. En este
caso, los testigos vieron a Brandon morir en vivo y en directo, lo cual constituy e,
quizás, el non plus ultra de este apartado que pretende dar cuenta de cómo se
produce (o se puede producir) la “muerte en el chat”.
4- A modo de cierre
La red de redes es un fenómeno novísimo que amenaza (para unos) y promete
(para otros) cambios revolucionarios en el campo de las comunicaciones. Sin
embargo, es interesante ver cómo en este reciente medio y , más específicamente en
una de sus manifestaciones, el chat, -amén de las novedades que habilite- insiste
una y otra vez aquello que ya se encuentra presente en la sociedad.
La cultura transpone a medios donde todo parece nuevo algo tan antiguo
como el carácter rutinario de la cotidianeidad y sus cíclicas rupturas vitales nacimiento, muerte-. Viejas formas y moldes, géneros, rituales y ceremonias
mudan, pasan de la vida en tres dimensiones a la vida de la pantalla, de lo real a lo
llamado virtual, a veces con más cambios, otras con menos, pero siempre dando
cuenta y evidenciando la vigencia del fenómeno transpositivo.
Notas
(1) (Steimberg d ef in e a lo s g éneros co mo) " (...) clases de textos u objetos culturales,
discriminables en todo lenguaje o soporte mediático, que presentan diferencias
sistemáticas entre sí y que en su recurrencia histórica instituy en condiciones de
previsibilidad en distintas áreas de desempeño semiótico e intercambio social"
(Steimberg 1993)
(2) Segre caracteriza la noción de motivo de diferentes maneras. En el análisis que
nos ocupa, dos de ellas resultan las más pertinentes: motivo en tanto unidad
significativa mínima, como pequeña unid ad temática que lleva en sí mismo un
elemento de contenido y situación y motivo como elemento recurrente, que
revaloriza la función que tiene su carácter repetitivo.(Segre 1985)
Referencias bibliográficas
Barthes, R. (1979) "Presentation", La Conversation, Communication Nº 30, París,
Seuil.
-- (1982) Investigaciones retóricas I. La antigua retórica. Ayudamemoria.
Barcelona, Ediciones Buenos Aires.
Negroponte, N. (1988) Ser digital, Buenos Aires, Atlántida
Popcorn, F. y Marigold, L. (2001) Conéctese con el futuro, Barcelona, Granica
Rheingold, H. (1997) La comunidad virtual, Barcelona, Gedisa.
Segre, C. (1985) Principios del análisis literario, Barcelona, Crítica
Steimberg, O (1993) Semiótica de los medios masivos. El pasaje a los medios de los
géneros populares, Buenos Aires, Atuel.
Todorov, T (1991) Los géneros del discurso, Caracas, Monte Avila Editores
Latinoamericana.
Rosa Gómez: Lic. en Ciencias de la Comunicación (Universidad de Buenos Aires),
docente de Semiótica de los Géneros Contemporáneos (Titular: Oscar Steimberg) en
la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires,
titular de Publicidad y Propaganda en la carrera de Periodismo de la Universidad de
Ciencias Empresariales y Sociales y titular de Publicidad I en la carrera de
Comunicación Social de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Ha
publicado "Temas articuladores en el género telenovela" y "La cocina mediática.
Una mirada a los programas culinarios televisivos", en colaboración con Gastón de
Lazzari.
Rosa Gómez
Nazca 518 5º A (1406), Ciudad de Buenos Aires
4611-2217

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