Reflexiones acerca del rol del educador.
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Reflexiones acerca del rol del educador.
Ricardo Ehrlich Ministro Oscar Gómez Subsecretario Pablo Álvarez Director General de Secretaría Luis Garibaldi Director de Educación Cuadernos del PAS, Volumen 1, Diciembre 2014- Montevideo, Uruguay Comité Editor: Patricia Banchero, Andrea Gil, Jorge Mendez, Carlos Pazos y Rodrigo Vaccotti Coordinación General Nº1 : Patricia Banchero – Rodrigo Vaccotti ISBN / ISSN Los autores se hacen responsables por las opiniones que figuran en esta publicación, las cuales no necesariamente reflejan las del MEC. Sólo indicando su procedencia se podrán reproducir artículos o parte de ellos. Lenguaje inclusivo: Ante la ausencia de un acuerdo entre los lingüistas respecto al uso de un lenguaje inclusivo que no discrimine entre hombres y mujeres, a los efectos de evitar la sobecarga en la lectura que implica utilizar en español el formato o/a indic ando la existencia de ambos sexos, en este texto se ha optado por el empleo del masculino genérico clásico, en el entendido de que las menciones en tal género representan a hombres y mujeres. Diseño de tapa: Valentina Vaccotti Diseño interior: Cecilia Reyes Impresión: Queda hecho en el depósito legal….. INDICE Nº I Presentación Felipe Presentación Banchero Artículo Carlos Articulo Rodrigo Nº1 Reflexiones y Estrategias que promueven la calidad de las prácticas educativas Cuadernos del PAS En nuestro país, una buena publicación sobre educación es para destacar, si a ello le sumamos que tenga su especificidad en las personas adultas no solo es poco habitual, sino que la valoramos en forma por demás positiva. Desde el Estado y hasta no hace tanto tiempo, la educación no formal como la que se hace con los adultos del Programa Aprender Siempre, era considerada accesoria y menor. El resultado de esta concepción es pensar que la demanda viable para los adultos solo es posible para aquellos que no poseen escolaridad, los analfabetos, o bien para los que no han podido completar los niveles que ofrece la estructura del sistema educativo formal. La educación de adultos es admitida para superar una carencia o déficit y limitada solo para los que no han podido superar las exigencias del sistema formal de educación. Las dos variantes significativas son entonces, la alfabetización de adultos; y la generación de acciones para completar los estudios regulares. No hace tanto tiempo también, desde el Estado, y en forma paralela, se hizo evidente el creciente interés hacia otro tipo de propuestas educacionales no escolarizadas que presentaran otras respuestas a las aspiraciones vitales y sociales de los adultos. Esa mirada cuando proviene del Estado no es menor. Implica una perspectiva epistemológica que incluye e involucra a los sujetos como portadores de saber antes que meros receptores pasivos de conocimiento. La educación deja entonces de ser de, para pasar a ser con los adultos. La experiencia acumulada en educación con personas adultas, más el cambio del contexto socio-económico y cultural de nuestro tiempo ha generado este vuelco de concepción, política y estrategia. El déficit en la escolaridad formal de los adultos ya no constituye el determinante para el diseño programas y propuestas de educación con personas adultas. Las personas son posicionadas como sujetos de educación durante toda la vida, cualquiera sea su grado de escolaridad formal que hayan alcanzado. Y son las variadas formas y momentos que presenta este proceso dinámico de aprendizaje ininterrumpido los que constituyen realmente el sistema educativo. Hoy el diseño de este sistema queda cualitativa y estructuralmente definido por las características específicas del sujeto inserto en un determinado ámbito socioeconómico y cultural. En consecuencia, la educación con adultos exige más que planes de contingencia y buenas intenciones. Se requiere currículos, metodologías y técnicas de aprendizajes específicas, que hagan posible la administración de programas inmersos en esta concepción. Programas que planifiquen, ejecuten y evalúen en función de la riqueza y experiencias acumuladas por el adulto a lo largo de toda su vida. Buen ejemplo de esta concepción, es el presente cuaderno del Programa Aprender Siempre del Área de Educación no Formal de la Dirección de Educación del Ministerio de educación y Cultura. Felipe Machín Integrante del Consejo de Educación No Formal (CONENFOR) Documentos para re-escribir El Programa Aprender Siempre (PAS), se inscribe dentro del Área de Educación no Formal de la Dirección de Educación del Ministerio de Educación y Cultura. Brinda una 1 oferta educativa variada y flexible, en general de corta 2 duración , que mediante la construcción de espacios de diálogo e intercambio, pretende promover aprendizajes significativos en y con los sujetos participantes. Los espacios y/o actividades educativas son planificados e implementados por dos educadores responsables que conforman lo que se denomina “dupla educativa”. Dicha dupla tiene algunas características que serán explicitadas, desde distintos ángulos, en los dos trabajos que componen este primer número de “Cuadernos del PAS”. Si bien el campo de prácticas no formales (ENF) y especialmente de aquellas acciones educativas dirigidas a 3 personas mayores de 20 años (EPJA) se encuentra aún, en 4 proceso de relevamiento , es posible afirmar que en su gran 1 Dentro de cuatro grandes Áreas Temáticas (Salud y Entornos Saludables; Juego, Recreación y Deporte; Arte, Lenguaje y Comunicación; Participación, Educación y Trabajo) se despliega un numero amplio de propuestas temáticas específicas o interrelacionadas que van aumentando su grado de adecuación y especificidad en la medida en que la dupla educativa desarrolla la escucha pedagógica requerida para la elaboración del proyecto educativo. 2 El caso de la línea educativa en contextos de encierro ha supuesto cambios en la duración de las actividades debido a las complejidades del contexto y las características de los participantes –privados de libertad – se ha optado por una permanencia anual de la dupla en el establecimiento. . 3 Que entenderemos para este documento como aquel campo educativo delimitado como educación de jóvenes y adultos. 4 Se hace alusión al relevamiento de programas y proyectos de educación de personas jóvenes y adultas que desarrolla la Facultad de Ciencias Sociales desde el año 2012 en el marco de un convenio específico establecido con el Comité Nacional de Articulación y mayoría, las experiencias educativas PAS tienen lugar en absoluta dependencia con los contextos sociales, culturales y políticos en los que se encuentran inmersas. Esto se debe, por una parte, a las características de la población objetivo del programa y por otra parte, a la impronta de la práctica educativa desarrollada que no pueden ser comprendidas bajo el rótulo de “cursos” o “talleres” estrictamente, dado que promueven procesos de orden colectivo y social que trascienden la participación individual en el espacio educativo y cuya transformación son parte sustantiva del tipo de aprendizaje que se intenta promover. Por este motivo, es posible afirmar que sus impactos tienden a cuestionar las fronteras entre lo educativo y lo psico-sociocultural. Ello representa un aporte relevante al campo de prácticas EPJA pero al mismo tiempo instala desafíos técnico-pedagógicos que requieren un nivel de atención específico. En este sentido, la creación de herramientas 5 propias de evaluación ha supuesto un incipiente pero prometedor camino para establecer puentes de diálogo con los sujetos educativos que permite profundizar a nivel de diseño y planificación del propio programa. En tanto componente de una política educativa más amplia, el PAS cuenta con referentes normativos y éticos, vinculados a la responsabilidad del Estado en la generación de las garantías básicas para el cumplimiento de una “Educación para todos en América Latina y el Caribe”, así como otros compromisos vinculados a las metas de la Seguimiento 5 de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas. Se hace referencia a la técnica de entrevista grupal con grupos que han culminado su proceso de relacionamiento con el programa. Dirección de Educación de la cuál depende y que se resumen en la consigna “Educación para todos a lo largo de toda la vida”. Se entiende que los agentes educativos cumplen un papel sustantivo en el desarrollo de las políticas educativas que materializan estos principios y es a ellos que se dedica este primer número. Desde un punto de vista de la gestión del programa se han priorizado tres dimensiones básicas que han operado como plataforma para el desarrollo de diversas estrategias. En primer lugar, lo relativo a la adecuación de las propuestas educativas a los distintos contextos requiere de una permanente apertura y búsqueda de articulación intra e interinstitucional que consoliden alianzas y acuerdos estables de colaboración que redunden en un cambio de mirada sobre la importancia de la educación no formal dirigida a jóvenes y adultos. Este proceso de articulación orientado a la identificación de localidades, grupos interesados, recursos disponibles, etc. completa su propia concreción en la selección de la dupla que oficiará como un interlocutor calificado para el desarrollo de acciones 6 educativas que cumplan con las cuatro A : adecuación, adaptación, asequibilidad, accesibilidad. En segundo lugar, en lo referido a la calidad educativa y al margen de lo ya mencionado, requiere de un conjunto de estrategias que produzcan una mirada unificada sobre el sentido y alcance de las prácticas educativas y sobre el modo en que es posible lograr los objetivos propuestos. En tercer lugar, la dimensión de la gestión ha estado enfocada en la promoción y visibilidad de la EPJA como medio para la construcción de una sociedad de aprendizajes. 6 Criterio técnico normalmente asociado a la evaluación de políticas educativas. En este sentido, se promueve que las actividades y espacios educativos generen un protagonismo mayor de los participantes y que de ese modo demuestren su validez y potencial transformador, ante los propios sujetos pero también ante quienes ofician como socios locales. La necesidad de incluir esta dimensión en la gestión del programa surge como resultado de la persistencia a nivel de imaginario social, de una visión escolarizada de la educación de adultos y/o de una reducción de la educación como capacitación para el trabajo. El PAS ofrece educación para la ciudadanía, instalando espacios educativos de gran aporte al desarrollo local. Cuadernos del PAS se enmarca en las estrategias y acciones desarrolladas dentro de la segunda dimensión, la importancia de generar acciones de apoyo pedagógico para hacer efectivo el derecho a la educación de calidad a lo largo de la vida. Pretende constituir una herramienta de trabajo para responder a ciertas necesidades del programa, dadas sus características más destacables: heterogeneidad de formaciones y experiencias en el colectivo de educadores, ejecución de actividades en estrecha articulación con múltiples organizaciones sociales, políticas y culturales de diverso alcance (nacional, departamental, local), una concepción educativa basada en la promoción del aprendizaje a lo largo de la vida y la ciudadanía, entre otros. La constatación de desafíos a nivel territorial, a través del diálogo permanente con los educadores y socios locales, así como un conjunto de principios metodológicos y técnicos involucrados en la propuesta pedagógica PAS, han ido conduciendo un proceso de toma de decisiones que permanece siempre abierto a la generación de aprendizajes 7 a partir de la experiencia y promueve activamente el desarrollo de articulaciones que reflejen un progresivo proceso de institucionalización de aquellas estrategias 8 tendientes a la mejora en la oferta educativa en la medida que se adecuan a las necesidades y características de los sujetos destinatarios. A partir de lo expresado hasta aquí y sin desconocer otras áreas de interés para la comprensión del quehacer educativo de este programa este Primer Número “Reflexiones y Estrategias que promueven la calidad de las prácticas educativas” se centra en focos distintos del trabajo con educadores que son a su vez complementarios, de ahí su necesaria confluencia en este primer número. En el orden de las Estrategias del Equipo Central (que nunca excluyen la reflexión pero que se diferencian de ella en el lugar que ocupan en la acción) se hace foco en la construcción del colectivo de educadore/as, a favor de la construcción de una identidad colectiva vinculada a los objetivos del programa, promoviendo el perfeccionamiento de las herramientas de planificación y evaluación en tanto insumos a elaborar por parte de los educadores. 7 Instalación de grupos de trabajo temáticos con educadores con experiencia en el programa; incorporación de equipos de educadores en la planificación de encuentros nacionales; sistematización de experiencias, etc . 8 La línea de intervención educativa en cárceles ha sido posible en primera instancia debido a un intenso y sostenido proceso de articulación central con el Instituto Nacional de Rehabilitación; en igual medida otras articulaciones tales como con el MIDES, los Centros Comunales Zonales y Municipios, Centros MEC, Redes locales, etc. generan los primeros acuerdos de trabajo que permiten adecuar cada vez en mayor medida, la oferta educativa a las necesidades locales así como racionalizan el uso e intercambio de recursos materiales, humanos y de todo orden. En lo que refiere a la Reflexión se comparte una elaboración sui generis a partir del entrelazamiento de algunos autores y concepciones que permiten desarrollar un análisis sobre el rol del educador y las características de la práctica educativa, constituyendo un aporte específico que refleja una perspectiva adaptada a las convicciones y desafíos del programa en un momento determinado. Se trata de reflexiones que esperan ser provocadoras para continuar profundizando y ampliando. Es este el sentido principal del titulo que da nombre a esta presentación La puesta en común de estas Reflexiones y Estrategias quiere facilitar un diálogo de ida y vuelta con los educadores, agentes de procesos educativos de gran relevancia para el logro de una sociedad de aprendizajes. Se da por supuesto que el uso cotidiano y el intercambio a partir de los aportes que plantea esta publicación y las subsiguientes, redundará en el mediano y largo plazo, en una mayor comprensión del alcance y el sentido de algunas estrategias sostenidas por el Equipo Central y por ende, promoverán una mayor adecuación de las prácticas en los distintos territorios, a los objetivos generales del programa. Ante la flexibilidad que caracteriza al programa en su totalidad, Cuadernos del PAS nace como un medio para generar puntos de partida compartidos que permitan transitar lo múltiple, códigos comunes para re-pensar lo diverso; propone una publicación en serie que detrás de su periodicidad pretende contrarrestar lo incierto, lo imprevisible sin silenciar lo complejo sino ofreciendo una lectura propia sobre los aprendizajes obtenidos desde la práctica y sobre todo, visualizándolo como un espacio estable para compartir los desafíos pendientes. El hábito de registrar las concepciones, reflexiones y aprendizajes vinculados al desarrollo del programa, se considera como parte sustantiva en la capacidad de historizar que es piedra fundante en la construcción de identidad y vehículo privilegiado para la elaboración de memoria colectiva. El registro es un modo de rendir cuentas con el presente para acercar los horizontes futuros. Patricia Banchero Licenciada en Trabajo Social Coordinadora Nacional del Programa Aprender Siempre SOBRE LA PLANIFICACIÓN Y LA EVALUACION DE LAS ACTIVIDADES EDUCATIVAS DEL PROGRAMA APRENDER SIEMPRE Logros, dificultades y cuestiones pendientes Carlos Pazos Prof. En Filosofía Sentido y alcance de estas notas La realidad actual del Programa Aprender Siempre (PAS) presenta marcadas diferencias con la de años anteriores, caracterizándose por la concreción de distintas iniciativas, algunas fruto de la maduración de procesos previos y otras inéditas. Por una parte, se ha racionalizado el mapa de la distribución geográfica de los grupos y han aumentado la cobertura y el número de educadores/as; por otra, las propuestas de actividades educativas evidencian avances significativos en su nivel de calidad, habiéndose encarado por primera vez una experiencia de evaluación de los aprendizajes de los/as participantes. A ello se deben sumar la puesta en marcha de un plan de acción para la mejora de los cursos que se desarrollan en ámbitos carcelarios – incluyendo un capítulo de apoyo a los/as docentes de los mismos-y como práctica regular, las instancias departamentales y regionales de capacitación y actualización técnica de educadores/as, su involucramiento en la elaboración de materiales de trabajo y actividades de apoyo al equipo central de Programa, etc. No es nuestro propósito referirnos en detalle a los logros, dificultades y perspectivas de todas estas realizaciones, sino sólo a las relacionadas con la planificación y evaluación de las actividades educativas, aunque es inevitable la mención a los demás cambios dentro del PAS, ya que en considerable proporción éstos configuran el contexto en que se inscribe el objeto de este trabajo. Antecedentes Como muchas veces se ha señalado, la planificación de las actividades educativas dirigidas a personas adultas plantea intrínsecamente dos grandes desafíos, que consisten en la necesidad de asegurar la pertinencia de las propuestas vistas desde la óptica de sus destinatarios y la viabilidad de su ejecución según las condiciones del medio social y los recursos disponibles. De hecho, la historia de los programas de educación de adultos bien podría definirse como la búsqueda de respuestas a este doble desafío y en tal sentido, el PAS no es una excepción. Con respecto a la pertinencia de sus actividades educativas, el Programa asumió tempranamente algunos criterios para generar un marco de condiciones favorables a la misma. 9 Como ejemplos, la corta duración de los cursos, la variedad y amplitud conceptual de sus temáticas, la flexibilidad de sus horarios, etc. No obstante, hasta 2012 se exigía a los/as docentes una planificación global de sus cursos y un detalle de los dos primeros encuentros, a entregar con anterioridad al comienzo de éstos -esto es, sin conocer a los/as participantes-, lo que imposibilitaba toda referencia a las características e intereses de éstos/as y por tanto, la evaluación ex ante de la pertinencia de las propuestas, resultando también problemática la apreciación crítica de su consistencia desde el punto vista pedagógico, dada la inespecificidad del formato de presentación de las mismas. 9 Utilizamos la expresión “cursos” para referirnos genéricamente a todas las actividades educativas del PAS, aunque muchas de éstas distan de corresponder a este formato. Otro punto crítico: la viabilidad del programa en función de los recursos disponibles. En el caso del PAS, el desafío no se relaciona –al menos en lo sustancial-, con el aspecto presupuestal, sino que el verdadero “nudo” radica en los recursos humanos. En Uruguay son muy limitadas –por no decir inexistentes- las opciones de formación en materia de educación de adultos, más aún en el campo de la educación no formal. En atención a esta situación, el camino elegido fue el reclutamiento de personal con alguna experiencia y formación en materias “próximas” –trabajo social, psicología, magisterio, comunicación, etc.-, la organización de duplas para llevar adelante la tarea educativa en los grupos y la realización de jornadas de capacitación, complementadas por instancias de asesoría y acompañamiento en terreno por parte del equipo central del Programa. Estas opciones permitieron dar continuidad al PAS, manteniéndose hasta el momento actual. Ahora bien, el análisis de la viabilidad de un programa educativo no puede separarse de una apreciación de su eficacia como instancia de generación de aprendizajes en la población destinataria del mismo, en lo cual la competencia de los/as docentes juega un papel central. Considerando el variado perfil profesional de los/as docentes del Programa, sus desiguales niveles de experiencia y su dispersión dentro del territorio nacional, la necesidad de su capacitación en servicio es obvia. La planificación de los cursos y la capacitación docente Durante sus primeros años, el Programa centró la temática de los encuentros de educadores/as sobre ítems diversos, muchos de tipo administrativo y de información general, aunque incorporando también espacios de capacitación y reflexión. Los cambios operados a partir de 2012 en la capacitación de los/as docentes y la planificación de los cursos forman parte de un único proceso, caracterizado por el progresivo desplazamiento del énfasis del PAS hacia lo específicamente pedagógico. En sucesivos encuentros nacionales y regionales, el foco de la reflexión de los/as docentes se reorientó hacia la consideración de la incidencia de sus intervenciones educativas en la realidad de los/as participantes y al examen de los factores que influyen positiva y negativamente en sus prácticas, identificando los provenientes del contexto y los derivados del acierto o error de sus propias decisiones. Para el tratamiento de estos temas se recurrió a instrumentos metodológicos largamente validados en la sistematización 10 de proyectos educación popular. Complementariamente se trabajaron con los/as educadores/as la secuencia experiencia-reflexión-nuevas prácticas –el ciclo del 11 aprendizaje experiencial de David Kolb- , fragmentos de un texto de Graciela Messina acerca de la práctica docente 10 Éstos fueron el esquema de Las 3 Realidades, tomado de S. Martinic y H. Walker, "La reflexión metodológica en el proceso de sistematización de experiencias de educación popular", en F. Cadena et al., La sistematización en los proyectos de educación popular, Santiago de Chile, CEAAL, 1988 y la matriz OFAE, tomada de J. E. García-Huidobro y C. Piña, Obstáculos, facilitadores, aciertos y errores: comentarios a la marcha de los proyectos, Santiago de Chile, CIDE, 1984. 11 Se utilizó un esquema elaborado a partir de varias reseñas disponibles en Internet sobre la obra de D. Kolb Experiential learning: experience as the source of learning and development, N. J., Prentice-Hall, 1984. 12 como fuente de conocimientos pedagógicos y un documento de Sergio Martinic sobre la connotación psicológica y social de los espacios de aprendizaje y la 13 centralidad de la comunicación en la relación educativa. El planteo de estos temas en los encuentros de docentes remite a una estrategia de mediano y largo plazo del Programa en materia de capacitación, uno de cuyos propósitos consiste en promover el desarrollo de la capacidad de los/as educadores/as para “leer” con claridad sus prácticas, lo que hacen, los procesos que impulsan y las razones que los llevan a actuar de ese modo y no de otro (García-Huidobro y Piña, o. cit.). En lo que refiere a los cursos, los cambios adoptados durante 2012 y 2013 consistieron principalmente en la eliminación de la exigencia de presentación de las propuestas sin un contacto previo de los/as docentes con los grupos y en la adopción de la lógica de proyectos en la planificación y formulación, aunque –y esto es fundamental, sin la rigidez de los esquemas convencionales causa-efecto, siempre tendencialmente tecnocráticos y conductistas, por completo ajenos al espíritu del Programa. Y en el mismo sentido, se incorporó como principio la esencial provisionalidad de los diagnósticos y la variabilidad de las propuestas ante el descubrimiento de dimensiones no previstas de la realidad que sólo se manifiestan al intervenir sobre ésta, permitiendo así a los/as educadores/as superar sobre la marcha lo originalmente proyectado y poner en 12 G. Messina, Construyendo saber pedagógico desde la experiencia, s/l, 2008, disponible en CEPAL-ALFORJA, Biblioteca Virtual sobre Sistematización de Experiencias. 13 S. Martinic, “La construcción dialógica de saberes en contextos de intervención educativa”, en Revista Chilena de Antropología, Nº 14 (1997-98), Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. práctica alternativas capaces de generar motivación y facilitar aprendizajes. En lo sustancial, la estructura del nuevo formato de presentación de proyectos integra tres componentes muy relacionados entre sí: a) la caracterización de la situación inicial; b) el planteo de los cambios esperados al término de la intervención y c) la explicitación de la estrategia propuesta. Cada uno de estos capítulos se desagrega en varios puntos, algunos de los cuales remiten a decisiones sobre asuntos de fondo que necesariamente deben asumir los/as docentes al planificar sus cursos, como la elección de los aspectos concretos de la situación inicial sobre los que se procurará incidir, la definición de los procesos a promover en los grupos y en los/as participantes, y la identificación de la metodología pedagógica apropiada para ello. El único ítem predeterminado y no modificable por los/as educadores es la duración de los cursos -10 a 12encuentros-, aunque con la posibilidad de continuidad mediante un 14 segundo proyecto en el siguiente semestre. Aunque en la elaboración del nuevo formato de presentación de proyectos se evitó la utilización de términos técnicos que pudieran ser de difícil comprensión para los/as docentes, de todos modos de complementó con un instructivo aclaratorio de sus distintos ítems, trabajándose además sobre estos instrumentos en diversas instancias presenciales –encuentros y visitas en terreno- y en las comunicaciones a distancia, previa familiarización del equipo central del PAS con el nuevo enfoque de la planificación a 14 Esta determinación no alcanza a los cursos que se desarrollan en los establecimientos carcelarios, los cuales tienen una duración aproximada de dos semestres. 15 través de reuniones ad-hoc y materiales adicionales. Como parte del apoyo a los educadores/as en la planificación de sus proyectos, se implementó –y se mantiene hasta la actualidad-, una devolución sistemática de sus propuestas con observaciones, comentarios y sugerencias sobre su formulación y consistencia pedagógica. Finalizado el primer semestre del año en curso, el examen de aproximadamente 60 proyectos evidenció una gran dedicación de los/as docentes en la elaboración de sus propuestas y un avance en cuanto a la calidad de las mismas, algunas de las cuales fueron utilizadas -previa autorización de sus autores/as-, como ejemplos en el último encuentro de educadores/as del PAS. Considerando los proyectos en su conjunto, es posible advertir una cierta regularidad en los aspectos que plantean dificultades a los/as docentes en la planificación y la formulación de sus propuestas. Estos “cuellos de botella” se sitúan básicamente en la caracterización del contexto en que se desarrollará el proyecto, en la selección de prioridades de intervención, en la descripción de los resultados esperados y en el planteo explícito de los procesos educativos a promover. En un mismo proyecto encontramos con relativa frecuencia una o más de estas dificultades. Con respecto a la caracterización del contexto, la dificultad de los/as educadores/as se origina en los imprecisos límites del propio concepto de contexto. Si es que éste no se agota en el entorno más inmediato, si además de lo físico -natural 15 C. Pazos, Planificación de proyectos de desarrollo: conceptos e instrumentos, Montevideo, CLADEAD, 2008, texto electrónico, 2ª ed. ampliada y Notas para un estudio sobre los pequeños proyectos socio-educativos, 2013, borrador de trabajo. o construido-, también comprende lo socio-cultural y lo económico, ¿hasta dónde llega el contexto? En los proyectos de los/as docentes aparecen variadas respuestas, desde la mera descripción del local en que se desarrollan sus cursos, hasta la referencia a diversas variables de escala barrial o comunitaria, las cuales a su vez motivan en algunos casos propuestas de cambio. Este último punto conduce a un tema mayor -el del diálogo entre los cursos y su contexto-, aún no suficientemente trabajado por el Programa, inscribiéndose 16 como cuestión pendiente en la agenda del PAS. Las dificultades más corrientes de los/as educadores/as para formular las prioridades de sus intervenciones y los resultados esperados de las mismas, consisten en referirse más a sus propósitos educativos -o a ciertas actividades inherentes a éstos-,que a los aspectos concretos de la situación inicial sobre los que centrarán sus acciones o a los cambios de dicha situación al término del proyecto. Como ejemplo, “realizar talleres para facilitar la expresión del grupo…”, en lugar de “el grupo evidencia limitaciones en su expresión verbal” y como resultado esperado, “el grupo se expresa verbalmente de manera clara y fluida”. Gran parte de los/as docentes ha logrado superar estas dificultades –así lo demuestran sus proyectos para el 2º semestre de 2014-, pero restan casos en que tal avance está todavía en proceso de concreción. Como refuerzo del apoyo a los/as educadores/as, al inicio del segundo semestre de 2014 se les suministró un nuevo material en el que se pasa revista a los 16 En este señalamiento no se incluyen las actividades educativas del PAS en centros carcelarios, en las cuales desde tiempo atrás se viene trabajando la relación con el contexto. principales conceptos del formato de presentación de 17 proyectos y la relación entre éstos. En su mayoría, los proyectos apuntan a promover aprendizajes relacionados con las actitudes y comportamientos de los/as participantes, y en menor proporción a la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades prácticas, aunque también existen propuestas que combinan consistentemente estas cuatro dimensiones en sus resultados esperados, tal como se aprecia en algunos cursos de cultivos orgánicos o de introducción a la informática. Precisamente estos proyectos son los que con mayor nitidez dan cuenta de una estrategia pedagógica dentro de la cual es posible distinguir dos tipos de procesos educativos, uno centrado en la transferencia de conocimientos y otro orientado a promover la reflexión crítica, la constitución o fortalecimiento de la identidad grupal y la solidaridad entre los/as participantes. Si bien en prácticamente todas las propuestas encontramos menciones a ambos procesos e incluso a otros –por ejemplo, los relativos a la comunicación y la participación-, parte de los/as docentes tiene dificultades para referirse a los mismos como categorías que ordenan y dan sentido a sus prácticas, que en última instancia son las que definen su rol como agentes educativos. Como un capítulo especial de la capacitación docente y al mismo tiempo de diversificación de la metodología del Programa, en el primer semestre de 2013 se conformó un 17 Cadena de conceptos utilizados en el formato de presentación de proyectos educativos PAS, 2014, documento interno del Programa. grupo de trabajo sobre micro-planificación participativa, integrado por cuatro educadoras y un miembro del equipo central del PAS con experiencia en la materia. En encuentros de frecuencia semanal, este grupo centró su atención sobre los aspectos conceptuales y operativos del mencionado enfoque metodológico, en la perspectiva de aplicarlo en dos casos, uno de Montevideo y otro del Interior del país. En el transcurso de esta instancia se elaboró una “hoja de ruta” con las etapas de la micro-planificación en el trabajo de campo, para lo cual el grupo tuvo a disposición diversos materiales de consulta, más un manual didáctico sobre el enfoque de los activos en proyectos educativos en favor de 18 la mujer. Por razones externas al Programa no fue posible realizar la actividad prevista en Montevideo y sólo se desarrolló parcialmente la del Interior, quedando pendiente una futura aplicación de la metodología La experiencia del grupo de trabajo sobre microplanificación resultó “modélica”.En el segundo semestre del año pasado se constituyó otro equipo de similares características, el GT Evaluación. Este grupo tuvo una participación importante en la etapa preparatoria de la evaluación de los cursos del PAS. De hecho, fue el taller en que se discutió el alcance de la misma y el modo de implementarla, teniendo en cuenta las necesidades del Programa y las posibilidades de los/as educadores/as, esto último mediante una consulta incluida en el encuentro de docentes PAS a fines de 2013. Como parte de su tarea, el GT Evaluación elaboró además un glosario razonado de 33 18 C. Pazos e I. Pereyra, Experiencias educativas con poblaciones adultas en áreas de pobreza del Uruguay rural: un enfoque metodológico, 1996 y REPEM, Portafolio de activos. Manual didáctico, s/l, 2011. También se utilizó Notas para un estudio sobre los pequeños proyectos socio-educativos, ya citado. referencias de distintas fuentes sobre evaluación de proyectos de educación no formal de adultos, adaptado a la especificidad del Programa, que se distribuyó durante el 19 mencionado encuentro. La evaluación de las actividades educativas del Programa La preocupación del PAS por la evaluación es anterior a los últimos tres años. Hasta mediados de 2012 se expresó por la exigencia a los/as docentes de un informe final de cada curso, con datos sobre la adecuación de sus propuestas, los cambios adoptados, la asistencia de los/as participantes, el desempeño de la dupla, etc., más una copia de la planificación de cada jornada y de los materiales preparados al efecto. A su vez, los grupos debían responder a una tabla de preguntas orientadas a recabar su opinión sobre los temas tratados, la metodología utilizada, el desempeño de los/as educadores/as, los materiales utilizados y sus preferencias, requerimientos que al igual que los planteados a los/as docentes se explicaban entonces por la necesidad de control y la retroalimentación del Programa Desde el segundo semestre de 2012, la atención se centró sobre los aprendizajes de las personas destinatarias de las actividades educativas, lo que implicó una reformulación de las preguntas conformadoras del campo de la evaluación, comenzando por la más básica de tales interrogantes: ¿qué es evaluar? 19 C. Sotelo, L. Varela, C. Vinoles y C. Pazos (Coord.), Selección de conceptos sobre evaluación de micro-proyectos de educación no formal de personas jóvenes y adultas, 2013, documento interno del Programa. En la literatura técnica encontramos prácticamente un 20 consenso respecto a que evaluar es ante todo comparar. La comparación forma parte de la naturaleza de la evaluación, ya que permite apreciar críticamente –y en este sentido, valorar-, la distancia que media entre lo real y lo deseable. O más exactamente, como señala María T. Sales, la distancia entre nuestras representaciones de lo real –que asumimos como constataciones objetivas, como datos de la realidad- y nuestras representaciones de lo que debería ser, operando este “deber ser” como el referente de la 21 evaluación. Una segunda interrogante evaluación-, es ¿qué evaluar? –clásica en materia de En el PAS, esta pregunta tuvo dos respuestas: a) se deben evaluar los resultados de los proyectos de los/as educadores, cuya elaboración, mejora, seguimiento y financiación el Programa solventó con fondos públicos; b) lo que importa evaluar son las experiencias educativas y más específicamente, lo que éstas significaron en términos de aprendizajes para los/as participantes, ya que en ello radica la razón de ser del Programa. Estas respuestas refieren a dos objetos distintos, pero que se presuponen e interrelacionan, debiendo en consecuencia ser considerados ambos. Asumiendo que el cambio esperado de toda intervención educativa es de naturaleza cultural, se adoptó como definición de trabajo que los proyectos constituyen una 20 La bibliografía sobre el tema es muy extensa y aunque por lo general se refiere a la evaluación de los programas de educación formal, en este punto su validez se extiende a la no formal. 21 M. T. Sales, L. Rodríguez y M. Sarni, Educación: ¿es la evaluación lo que parece?, Montevideo, Ed. Trecho, 2014. También M. Scaron de Quintero y N. Genisans, El diagnóstico social, B. Aires, HVMANITAS, 1985. intervención planificada en los saberes y actitudes de los/as participantes con la finalidad de propiciar cambios en la calidad de sus representaciones de la realidad y de sus 22 comportamientos. La noción de experiencia, en cambio, remite al mundo de la práctica, de la interacción de los/as educadores/as con sus grupos y de los/as participantes entre sí, con toda su complejidad y sus tensiones, condicionada a su vez favorable o negativamente por las variables del contexto. En el transcurso de la experiencia, el proyecto es una referencia para los/as docentes, pero no una “traducción” del mismo a la realidad, en la cual no opera una única lógica –como sí ocurre en el proyecto-, sino varias y sobre todo “otras” 23 lógicas. El camino elegido por el PAS fue el de asignar a los/as docentes la evaluación de sus propios proyectos. Para ello, en el formato para el informe final de los proyectos se incorporó un esquema ya conocido por los/as educadores/as, el cuadro de la UNESCO “Los Cuatro Pilares de la Educación”, que sintetiza en cuatro grandes áreas los aspectos medulares del proceso de aprender a lo largo de la 24 vida: aprender a conocer, a hacer, a ser y a convivir. Con este marco de referencia, la propuesta consistió en que los/as educadores/as identificasen los principales aprendizajes logrados por los/as participantes, así como el 22 S. Martinic, o. cit. Proyecto y experiencia, agosto de 2014, documento interno del Programa. 23 24 R. Valdés et al., (Coord.), Aportes conceptuales de la educación de personas jóvenes y adultas: hacia la construcción de sentidos comunes en la diversidad, s/l, OEI-UNESCO, 2013. nivel de tales aprendizajes tomando como parámetro los resultados esperados de cada proyecto. SUPERÓ LO ESPERAD O DE ACUERDO A LO ESPERAD O POR DEBAJO DE LO ESPERAD O APRENDER A CONOCER APRENDER A HACER APRENDER A SER APRENDER A CONVIVIR ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? ¿Qué aprendizajes ? Teniendo presente que nunca antes el Programa había solicitado a los/as docentes un análisis tan detallado de los resultados de sus proyectos, no se entendió razonable exigir en esta instancia la utilización preceptiva de indicadores u otros instrumentos propios de la evaluación técnica de proyectos. Este tema también forma parte de la agenda del PAS para el próximo año. Del mismo modo que la óptica de los agentes educativos tiene una importancia capital en la evaluación de sus proyectos, la perspectiva de los/as participantes adquiere absoluta centralidad en la apreciación de las experiencias en las que estuvieron involucrados/as. Extremando quizá esta aseveración, el PAS asumió que la evaluación de lo que significaron tales experiencias para los participantes debía surgir necesariamente de sus propias valoraciones críticas. Como tarea restante, la comparación entre las evaluaciones de los/as docentes y las de los/as participantes quedó a cargo del equipo coordinador del Programa, completándose así la respuesta del PAS a la tercera -y en nuestro caso última- pregunta del campo de la evaluación: ¿quiénes evalúan? En cuanto a cómo evaluar las experiencias, se recurrió a la técnica de las entrevistas colectivas, desarrollada desde años atrás en Uruguay y Argentina para recoger las descripciones y explicaciones consensuales de un grupo sobre una determinada situación. Según Dionisio Garmendia, quien más difundió esta técnica en nuestro país, la aplicación de la misma supone una conducción de las entrevistas con habilidad para hacer surgir los conocimientos, acuerdos y discrepancias de los/as participantes respecto a la situación que motiva el encuentro y un grupo relacionado con tal situación, con vivencias sobre la misma y con cierta capacidad de 25 comunicación verbal. En la propuesta de Garmendia, la primera parte de las entrevistas debe centrarse en la descripción de la situación a estudio y la segunda en la explicación y valoración de la misma. En el PAS, esta división no se consideró adecuada. El deslinde entre lo descriptivo, lo explicativo y lo valorativo no suele formar parte de la lógica de la comunicación verbal en los sectores populares, entendiéndose que imponer esa estructura en las entrevistas podría implicar el riesgo de una 25 D. Garmendia, Técnica de entrevistas colectivas, MVPS-UNICEF-IIN, s/f, mimeo. pérdida de autenticidad y frescura en el diálogo, limitando su eficacia. Como alternativa, se optó por proponer a los grupos dos tipos de preguntas. El primero, sobre qué hicieron en los cursos, qué aprendieron y si se justificó el esfuerzo de haber participado en la experiencia y por qué. El segundo, sobre qué recomendaciones harían a un grupo que recién está comenzando un curso PAS y qué recomendarían a los/as docentes de ese supuesto grupo, de modo de facilitara través de esta “consulta” el afloramiento de críticas quizá difíciles de expresar abiertamente. Tales preguntas no se plantearon bajo la forma de un cuestionario, sino como temas de conversación. Dado el inminente comienzo del 2º semestre, no se trabajó con todos los grupos, sino con una muestra de 6 casos, muy distintos entre sí y por lo mismo bastante representativos de la diversidad del universo en que opera el PAS. Todas las entrevistas estuvieron a cargo de una dupla de integrantes del equipo coordinador del Programa y su duración se situó en el entorno de una hora y media de actividad sin intervalos. Al comparar los informes de los/as educadores/as y los registros de las entrevistas colectivas, lo primero que se constata es una gran coincidencia entre sus apreciaciones, valorándose los cursos desde ambas partes en términos claramente positivos. En la totalidad de los informes docentes se plantea que los/as participantes han logrado aprendizajes, en su mayoría de acuerdo al nivel esperado, muchas veces superando lo esperado y en algunos casos, por debajo de lo esperado. No es raro encontrar en un mismo informe menciones a aprendizajes en estos tres niveles, incluyendo resultados que en la educación tradicional no hubiesen sido considerados como tales. Nos referimos a los procesos en curso, a logros aún no maduros en las formas de pensar y de actuar de los/as participantes, pero que pueden ser 26 considerados como resultados de los proyectos. En cuanto al tipo de aprendizajes, predominan los relativos a valores, actitudes y comportamientos, por lo general consistentes con los resultados previstos en los proyectos. Como muestra, “aprendieron a reflexionar sobre sí mismos y su relación con el entorno”, “a conocer las necesidades con los demás y a ser solidarios” (informe final del curso en Cardal, pequeña localidad del Dpto. de Florida), “aprendieron a trabajar con autonomía y a pedir ayuda cuando la necesitan”, “a responder como grupo ante ciertas situaciones personales y a brindarse apoyo mutuo” (informe final del curso en la Comisión Vecinal Piccioli, Montevideo), “empatía, desarrollo de la capacidad de escucha y de diálogo”, “mayor capacidad de atención y concentración y agilidad en sus reacciones” (informe final del curso en el Refugio de Pando, Canelones). En varios informes también se da cuenta de resultados valiosos, pero que no estaban en las previsiones de los proyectos. El informe final de un curso sobre preparación de alimentos realizado en Rocha proporciona dos ejemplos de estos logros: el cultivo de hortalizas orgánicas y la demanda 26 Este tema ha sido largamente discutido a propósito de los enfoques no tradicionales en materia de evaluación de proyectos educativos. Como trabajo pionero, H. Walker, “Problemática y desafíos de una evaluación alternativa”, en S. Martinic y H. Walker (ed.), El umbral de lo legítimo. Evaluación de la acción cultural, Santiago de Chile, CIDE-CIPCA, 1987. de las participantes por conocer dietas para personas con problemas celíacos, de diabetes y obesidad. Estos casos revisten un especial interés, pues la evaluación de sus resultados no esperados supone dejar de lado la letra de los proyectos y valorarlos desde la intencionalidad de las propuestas, perspectiva mucho más amplia que la 27 delimitada por sus objetivos. Los registros de las entrevistas con los/as participantes van en la misma línea. Ante la pregunta de qué aprendieron, las respuestas convergen en el señalamiento de cambios en la auto-estima, en la capacidad de expresión, reflexión, relacionamiento y valoración de lo grupal. Aunque con menor frecuencia, también se mencionan aprendizajes de contenidos y nuevas prácticas. En casi todas las entrevistas los/as participantes comienzan sus relatos mencionando aprendizajes directamente vinculados con las actividades realizadas en los cursos, por ejemplo “aprendimos recetas económicas y sanas” (grupo de Casa de la Mujer, Rocha), pero en el transcurso de la conversación van tomando cada vez más importancia las referencias a aprendizajes de otra índole:“aprendimos a escucharnos”, “a respetar al otro y a valorarnos más” (grupo de 25 de Agosto, Florida), “aprendimos a compartir momentos de compañerismo”, “aprendimos que hay actitudes que se pueden ir superando” (grupo del Refugio Coopel, Montevideo) u otros similares. 27 El concepto de intencionalidad aparece con frecuencia en la sistematización de experiencias de educación popular y alude a la orientación general que informa y da sentido a los objetivos de las propuestas. En la Biblioteca Virtual de CEPAL-ALFORJA sobre sistematización, accesible en Internet, hay variadas referencias al respecto. Como hipótesis, este tránsito podría explicarse por lo inédito que resulta para los/as participantes el tener que bucear en sus vivencias para identificar, valorar y comunicar sus propios aprendizajes, esfuerzo en que por momentos se esfuman hasta casi desaparecer las fronteras entre la evaluación y la sistematización de las experiencias. La agenda pendiente En uno de los apartados de estas notas planteamos que una prioridad a trabajar en el futuro es la relación entre los cursos y su contexto. La calidad de este vínculo varía según los casos, pero entendemos que la cuestión va bastante más allá de las especificidades de un caso u otro, alcanzando a la compleja problemática del diálogo entre el Programa como tal y el contexto en que se desenvuelve. De lo anterior surgen varios puntos para la agenda pendiente. a) Muchas veces se ha señalado la necesidad de una articulación entre los cursos del Programa y los del sistema educativo formal, lo cual sería deseable. No obstante, la articulación tendría que entenderse en términos de mayor amplitud, no sectoriales, procurando el enlace de los cursos no sólo con los programas de la educación formal, sino –dentro de lo socio-educativo-, con los programas de desarrollo local y promoción comunitaria. Este enfoque supone la capacitación de los/as docentes del PAS para la interlocución y negociación en pie de igualdad con los agentes de otros programas. b) La adecuación de los cursos al contexto es una las dimensiones contempladas en la planificación general del Programa. Las decisiones más importantes en este sentido han sido las relativas a los cursos en establecimientos carcelarios. Con relación al resto de los cursos, son pocas las modificaciones que se han incorporado para facilitar su contextualización. Hay excepciones -los proyectos de capacitación para dirigentes vecinales o los talleres puntuales sobre temas específicos-, pero el grueso de la actividad en terreno sigue respondiendo al esquema tradicional. El PAS tiene un amplio margen para la innovación, pero la condición de éxito de todo cambio es la capacitación de sus docentes para la identificación, planificación y ejecución de propuestas educativas de distinta duración y formato, centradas básicamente en el contexto. c) Muy relacionado con lo anterior, es preciso incorporar en la capacitación más elementos metodológicos, apoyando a los/as educadores/as para la mejora técnica de lo que “artesanalmente” ya hacen al tratar de adecuar sus formas de trabajo al perfil de los/as participantes. Los/as docentes han avanzado mucho en la calidad de sus proyectos, pero en la capacitación que les brinda el Programa aún está pendiente la consideración del momento más crítico de todo proyecto, que es el pasaje del papel a la realidad. Como horizonte para el corto plazo, todo sugiere la necesidad de seguir trabajando en planificación –se impone abordar el tema de los indicadores-, pero al mismo tiempo trabajar en lo que refiere a la ejecución, a las dificultades del día a día de los/as educadores para llevar adelante sus propuestas . d) Finalmente, tomando como base las lecciones aportadas por el GT Evaluación y por el grupo que lo antecedió, tenemos la convicción de que esta forma de trabajo abre para el Programa una perspectiva de singular interés, especialmente por propiciar un diálogo sostenido entre educadores/as de distinta trayectoria y nivel de experiencia, No pocos temas de la agenda pendiente tendrían que dar lugar a nuevos GT, en una suerte de proceso acumulativo de aprendizajes recíprocos dentro del PAS. bibliografía, Reflexiones acerca del rol del educador. Rodrigo Vaccotti Licenciado en Psicología Magíster en Psicología y Educación Rol La palabra “rol” proviene del término en inglés role y del francés rôle, y se refieren al papel de un actor. La RAE lo define como la “función que alguien o algo cumple”. Existe una dimensión social en la definición de los roles profesionales que se vincula a lo que pueden entenderse como patrones de conducta o comportamiento esperados relativos a una posición que se ocupa. Desde el equipo de trabajo del Área de ENF de la Dirección de Educación del MEC, se entiende el rol del educador de la siguiente manera: El rol es la articulación singular, producto de la confluencia de los fines educativos establecidos socialmente, los emergentes del contexto en el que desarrolla su actividad como educador, las necesidades y demandas de sus educandos. Todas estas dimensiones van configurando el desempeño de su rol, el que se asienta en algo tan fuerte como inasible, el vínculo educativo y tan presente como objetivable, la relación educativa (Equipo Área de Educación No Formal, 2013. p. 179). Esta concepción acerca del rol del educador está compuesta por diferentes variables, las cuales determinan no solamente el modo en el que éste desarrolla su accionar, sino también las perspectivas mismo. 28 que presenta en relación al Pensando en estas variables, las propuestas del PAS tienen como particularidad que tanto para el caso de los fines educativos establecidos socialmente, como los emergentes del contexto en el que se desarrollan las actividades, así como con las demandas y necesidades de los educandos, existirá un abanico de posibilidades muy amplio en el que éstas se podrán presentar, y cada situación se configurará de acuerdo a su universo singular específico. Esto agrega complejidad a la hora de pensar en el rol de educador ya que el campo de acción se abre de gran manera. Por otra parte, encontramos aquí una posibilidad de ser flexibles y adaptarse a distintas propuestas, contextos o situaciones concretas, estableciendo para cada oportunidad la estrategia y el modo de pararse como educador que se considere más adecuado. A propósito de esto, tomamos el siguiente aporte: El perfil necesario para un desempeño adecuado nos muestra que no todos los educadores se adaptan a los desafíos de la educación no formal. La flexibilidad, la capacidad para establecer vínculos significativos, el manejo de los imprevistos, entre otros se suman a los aspectos tradicionalmente esperados para el desempeño del rol (Chapitel, 2009. p 22). Goffman (1959) propone una noción de rol que nos es muy útil para pensar el modo en que un sujeto asume su 28 Entendemos por perspectivas el modo en que los sujetos toman contacto con su realidad cercana y subjetiva así como con el entorno social relacionado con la misma, el cual determina sus puntos de vista así como sus prácticas en el campo. condición, así como también para entender el modo en que ésta figura se presenta en las perspectivas de los educandos, quienes entenderán a su modo quién es esa persona, así como cuál es su tarea, función y atributos en ese lugar y momento determinados: Cuando un individuo desempeña un papel, solicita implícitamente a sus observadores que tomen en serio la impresión promovida ante ellos. Se les pide que crean que el sujeto que ven posee en realidad los atributos que aparenta poseer, que la tarea que realiza tendrá las consecuencias que en forma implícita pretende y que, en general, las cosas son como aparentan ser (…) Sería conveniente iniciar un examen de las actuaciones invirtiendo el problema y observando la propia confianza del individuo en la impresión de realidad que intenta engendrar en aquellos entre quienes se encuentra. Goffman toma como otro de los elementos importantes a tener en cuenta el grado de convencimiento que presentan los sujetos para con el rol que desarrollan y representan: He sugerido dos extremos: un individuo puede creer en sus propios actos o ser escéptico acerca de ellos. Estos extremos son algo más que los simples cabos de un continuo (Goffman, 1959). Con respecto a esto es importante el proceso que atraviesa la ENF en lo que respecta a definir su campo de acción, así como la visibilidad que se puede dar al mismo y a los efectos que allí se generan. En la medida en que la representación que se tenga de la ENF en el imaginario colectivo vaya "ganando terreno", las perspectivas que tenga el educador acerca de su propio rol se modificarán, así como la forma en que este es vivenciado por el resto de los actores de la educación. En el año 2012, desde el equipo de coordinación del PAS se hace referencia a como la propuesta específica del programa, incluyendo algunas de las acciones que se esperan por parte de los educadores, genera efectos en el rol y en el modo en que este es percibido: En lo que hace al rol de los educadores, coloca desafíos vinculados a la gestión de lo educativo; aspectos poco habituales y distanciados del imaginario social docente acerca del rol tradicional (Banchero, 2012. p 103). El educador nunca es indiferente para el educando. Lo mismo ocurre a la inversa. En definitiva, cuando se genera una representación del educador, no está en juego el educador real, sino todo lo que a éste se le atribuye (Frigerio, 2010). A propósito de aquello que se atribuye tanto al educador como al educando, y pensando en cómo estos aspectos se ponen en juego en el vínculo entre ambos, tomamos el siguiente aporte: La lógica de los lugares implica reconocer que para que acontezca el trabajo educativo ambos sujetos humanos educador y educando deben asumir sus responsabilidades y expectativas sociales que suponen sus respectivos lugares en esta instancia social. El acto educativo define dos lugares, de los que devienen el sujeto y el agente de la educación (Rudnitzki, M.; Ruiz, L.; Suárez, L., 2009. p 175). Entendemos entonces, que el educando es co-responsable del proceso y debe tener un papel activo para aprender (Rodríguez, 2009). La capacidad de aprender está en relación con la posibilidad de organizar sus aprendizajes, hay conocimientos y experiencias previas que juegan un importante papel en el presente educativo (Cano, 2006). Durante las actividades educativas, los educadores buscan relevar intereses, así como despertar la curiosidad de los participantes en lo relativo a la temática propuesta para el curso. Ello redunda en el involucramiento de los adultos como constructores de sus aprendizajes. El adulto debe participar activamente en su proceso de aprendizaje, hay que partir de su experiencia, no pasar por alto sus experiencias frustrantes y partir de sus intereses, necesidades y motivaciones (Cano; 2006). Este posicionamiento, coloca en el centro del proceso al educando, tal como lo establece la Ley: Los titulares del goce y efectivo ejercicio del derecho a la educación, son los educandos. Los educadores como agentes de la educación deben formular sus objetivos y propuestas, y organizar los contenidos en función de los educandos, de cualquier edad (Ley General 18.437- Art. 5º). Desde el equipo de coordinación del PAS se ha pensado, tanto para una tarea o función, como para una característica fundamental de los educadores del programa, el ser un nexo entre partes distintas. Continuando con los pensamientos de Goffman, y a modo de cierre en lo que respecta a la noción de rol, entendemos que todos los sujetos cumplen un determinado rol: Probablemente no sea un mero accidente histórico que el significado original de la palabra persona sea máscara. Es más bien un reconocimiento del hecho de que, más o menos conscientemente, siempre y por doquier, cada uno de nosotros desempeña un rol (Goffman, 1959). Entendemos por lo tanto, desde el equipo de coordinación del PAS, que el rol del educador y la forma en que éste es entendido por los diferentes actores que intervienen en los procesos que acontecen en el marco del programa, se compone de diferentes variables, donde lo social reviste gran importancia. Por lo tanto, desde la formulación de los proyectos educativos y fundamentalmente a través del intercambio y discusión generada en el marco de las actividades de apoyo pedagógico desarrolladas por el programa, se apunta a que el educador realice un proceso de reflexión sobre estos aspectos, estableciendo un diferenciación entre las tareas, actividades y responsabilidades con lo educativo inherentes a su tarea, y las diferentes variables depositadas en su figura. Las tareas de los educadores PAS Las tareas esperadas para los educadores PAS son las 29 siguientes : Elaborar el Proyecto Educativo junto a la dupla. Llevar adelante la propuesta con el /los grupos asignados en la carga horaria estipulada, contando con apoyo pedagógico por parte del equipo de gestión del Programa. Promover en los participantes los procesos pertinentes de acuerdo a los objetivos de cada actividad educativa. Participar de instancias de articulación y/o coordinación con las referentes territoriales previas al inicio del curso y durante el desarrollo del mismo. Realizar coordinaciones con otros actores calificados para la realización de aportes concretos al curso de acuerdo a las temáticas abordadas cuando se considere pertinente. Participar de las convocatorias a instancias departamentales, regionales y nacionales realizadas por el equipo de gestión del PAS. 29 Además de las tareas aquí mencionadas, los educadores que realizan actividades en cárcel tienen asignadas otro tipo de actividades, que corresponden a una línea específica de trabajo, la cual no es desarrollada en este número por cuestiones de pertinencia. Participar activamente de los espacios de intercambio y formación que proponga el Programa tanto en forma presencial como virtual. Elaborar un informe al finalizar el curso que de cuenta de la evaluación del desarrollo del proyecto educativo y de los aprendizajes adquiridos por los participantes. Formación El colectivo de educadores que desarrolla tareas en el 30 Programa Aprender Siempre actualmente presenta ciertas características. Uno de los aspectos que sobresale es el tema de la heterogeneidad, al que ya hemos hecho referencia anteriormente. Dicha heterogeneidad es entendida en relación a diferentes variables, tales como: formación, experiencia, rango etáreo, inserciones laborales, zonas de acción y pertenencia, perspectivas acerca de EPJA. La falta de formación específica de los educadores de la ENF es uno de los temas que se encuentra en permanente discusión. Se ha hecho hincapié en más de una oportunidad en que la ENF se define desde lo que no es: 30 El PAS cuenta con un registro departamental de educadores interesados en realizar cursos en diferentes localidades. Dicho registro es permanente y supone la evaluación de los perfiles profesionales por parte de un tribunal integrado por representantes de Dirección Sectorial de Educación de Adultos (ANEP), Programa Uruguay Integra (MIDES) y Área de Educación No Formal y Programa Aprender Siempre (MEC). En el marco de una cultura del aprendizaje a lo largo de toda la vida, la educación no formal, comprenderá todas aquellas actividades, medios y ámbitos de la educación, que se desarrollan fuera de la educación formal, dirigidos a personas de cualquier edad, que tienen valor educativo en sí mismos y han sido organizado expresamente para satisfacer determinados objetivos educativos en diversos ámbitos de la vida social, capacitación laboral, promoción comunitaria, animación sociocultural, mejoramiento de las condiciones de vida, educación artística, tecnológica, lúdica, deportiva, entre otros (Ley nº 18437). Algo similar ocurre en el caso de la formación específica para el trabajo en ENF: La Educación No Formal es entendida como expresión organizada de educación diferente a aquella pensada y orientada desde los entes autónomos de la ANEP para la enseñanza básica, media y media técnica y también de la Universidad de la República para la enseñanza superior. (…) en la medida que se concibe a la educación en tanto proceso intencionado y sistemático para habilitar a todos los sujetos humanos la apropiación y la producción de los objetos culturales producidos históricamente por las comunidades humanas” (Piriz, 2007). A esta situación se le suma el hecho de que para el caso de América Latina existe una notoria dificultad para importar modelos de formación y buenas prácticas en educación ya que los recursos con los que se cuenta a la hora de trabajar son muy limitados. Al hablar de recursos nos referimos a cuestiones presupuestales, de infraestructura, logísticas, y de formación. Esto último, sin duda, constituye una característica propia del trabajo de un docente que obtiene logros significativos en estas latitudes: el lograr resultados contando con pocos recursos (Vaillant, 2010). Sería interesante aquí establecer una distinción entre un educador eficaz, aquel que cumple con los objetivos propuestos, y uno eficiente, siendo éste quien los cumple, pero además optimizando la utilización de los recursos, tal como en los casos que venimos describiendo, en experiencias PAS en las que el educador se desenvuelve en contextos desfavorables. En el caso del PAS existe un abanico muy amplio el cual contiene las diferentes formaciones de base con las que cuentan los educadores. Para el año 2014, entre el plantel de educadores se contó con profesionales de las siguientes disciplinas: Maestras Docentes de secundaria Profesores de educación física Lic. en Psicología Lic. en Trabajo Social Educadores Sociales Educación Popular Lic. en Filosofía Docentes de informática Ingeniero agrónomo Técnico agrario Recreadores Lic. en Ciencias de la comunicación Intérprete en LSU Geógrafo Ecólogo Lic. en Enfermería Lic. en Diseño gráfico Tallerista Huerta orgánica Tallerista Candombe Tallerista en Permacultura circular Clown Actores / Actrices Compromiso Educar, formar un otro no un clon, no una fotocopia, no una imagen idéntica en el espejo, sino otro reconocido a la vez como semejante y como sujeto diferenciado- no puede sino pensarse como acto político. Graciela Frigerio, 2010. Otra de las características principales que muestra el colectivo de educadores del PAS tiene que ver con el compromiso que se demuestra en la realización de sus actividades, así como con la tarea y el modo en que ésta es desarrollada. Esta situación toma mucha más notoriedad en los contextos que presentan más dificultades (cárcel, refugios, trabajo con participantes en situación de exclusión social). Una de las variables que entendemos importante considerar para el caso de los educadores del PAS y sus tareas tiene que ver con el componente vocacional, el cual parece ocupar un lugar central a la hora de continuar con la reflexión acerca del rol. Llegando a este punto, se vuelve muy importante 31 realizar un trabajo profundo sobre la implicación . A propósito del tema del componente vocacional y en qué medida este repercute en el modo en que los educadores desarrollan sus tareas, tomamos el siguiente aporte: El oficio de maestro supone desde los orígenes del mismo una tensión permanente entre el paradigma de la vocación y el apostolado, y el del oficio aprendido. Más allá del lado científico de la profesión se encuentra aquello que tiene que ver con lo afectivo; se trata de una práctica que no está mediada por ningún interés de orden económico o simbólico. Esta visión también está presente en las expectativas de otros sectores sociales que depositan en el maestro estos valores (Tenti, 2009). Con respecto a este punto, volvemos al tema de las perspectivas. Sucede entonces que este modo de entender el componente vocacional como una de las variables que determinan el rol del educador se hace presente tanto en éstos mismos como en los otros actores que forman parte del proceso. Más allá de las tareas específicas de los educadores, existe un conjunto de factores actitudinales que se espera de ellos por parte de los diferentes colectivos de los que éstos forman parte. 31 Entendemos por implicación el conjunto de relaciones, conscientes o inconscientes que establece un sujeto con las instituciones (Lourau, 1991). Con respecto a la actitud que toma el educador a la hora de posicionarse ante situaciones complejas que requieren de su intervención, Dufour (2007) propone que podrían distinguirse al menos dos tipos de pedagogos: el de la Posmodernidad, que es aquel que ante la situación que le impone su contexto y las características de los sujetos con los que se enfrenta, renuncia a sus pretensiones de enseñar de acuerdo a los parámetros preestablecidos institucionalmente. Por otro lado, se encuentra el pedagogo simple, que es aquel que insiste en trabajar sobre la función crítica desde una posición más tradicional, más allá de las condiciones que le imponga su contexto. Consideramos que en el cruce entre estas dos posturas, así como en el resultado de la tensión a las que se hizo referencia anteriormente, encontramos la explicación acerca del posicionamiento que toman los educadores en sus diferentes actividades. Este posicionamiento presenta dimensiones técnicas, políticas y éticas. Este tipo de situaciones se aprecian ante algunos de los desafíos que se le presentan a los educadores en determinadas propuestas PAS, en donde las decisiones que se toman en cuanto a la estrategia pedagógica están atravesadas por estas dimensiones antes mencionadas, existiendo por momentos una tensión entre los contenidos a trabajar, y los espacios colectivos a conformar. Ante este tipo de variables, así como la heterogeneidad mencionada anteriormente, el programa se ve en la necesidad de generar acciones que establezcan puentes para construir una mirada unificada (no unívoca) sobre las diferentes dimensiones que intervienen en las actividades educativas que tienen lugar dentro del programa, así como también de las diferentes estrategias y metodología utilizadas para alcanzar los objetivos propuestos, apuntando siempre a la calidad de los mismos. Cómo se trabaja en esta dirección, será explicado a continuación. Apoyo pedagógico Dentro de las líneas de gestión del programa mencionadas en la presentación, se ha hecho especial hincapié en los últimos tres años, dentro de lo referido a la calidad educativa, al apoyo pedagógico brindado a los educadores para la realización de sus tareas. Más allá de la situación concreta que refiere a la ausencia en nuestro país de una formación específica en educación para jóvenes y adultos (a la que ya se ha hecho referencia), el PAS ha tomado en consideración la cuestión de la formación permanente de los educadores y la importancia que esta reviste en sí misma. A través de diferentes instancias se ha establecido una modalidad de apoyo y seguimiento a los educadores en sus tareas, generando insumos y aportes que tienen como objetivo principal el fortalecer el desarrollo de las mismas. A propósito de la importancia de la formación permanente en los trabajadores de la educación, tomamos el siguiente aporte: La importancia del perfeccionamiento o formación permanente de los docentes tiene una justificación en sí misma, en tanto la enseñanza es una actividad social sometida, como otras, a cambios constantes que precisan respuestas apropiadas por parte de todos los elementos que configuran la realidad de la educación, siendo el docente uno de los más decisivos (Gimeno, 1997. p. 129). Con respecto a la ausencia de actualización, y cómo esto se vincula con la ausencia de actividades de investigación, Marrero (2011) establece lo siguiente: Al basarse en la reivindicación de un conocimiento pedagógico que tampoco es fruto de una actividad de investigación, las prácticas pedagógicas se rutinizan, entran en contradicción con la teoría en la que dicen inspirarse, y en definitiva, fracasan en solucionar los problemas educativos de las diversas poblaciones concretas de jóvenes, lo que se expresa en repetición y abandono (Marrero, 2011. p. 17). La heterogeneidad que presenta el colectivo de educadores del PAS, el cual proviene de distintas formaciones, muchas de ellas universitarias, supone en este sentido una fortaleza. Una de las principales críticas realizadas por la investigadora tiene que ver con la separación existente entre la formación docente y el mundo de la investigación y la generación de conocimiento, el cual se encuentra muy cercano a la Universidad, la cual no tiene prácticamente contacto con los centros de formación docente. Acerca de la profesionalización de los educadores y de los desafíos que se le imponen a éstos en su práctica, Morales (2013) establece lo siguiente: Desarrollar propuestas educativas valiosas exige profesionales capaces de diseñarlas y llevarlas adelante. La ENF por su diversa riqueza, exige educadores capaces de leer los contextos en los que se producen las prácticas, seleccionar contenidos, buscar las metodologías adecuadas para enseñarlos, mostrarlos, donde muchas veces el punto de partida es el intento por generar el deseo de aprender (algo) en el otro y el convencimiento de que puede hacerlo. La no existencia de currículos preestablecidos, la diversidad de marcos institucionales, la variedad de objetivos de las distintas propuestas educativas, el movimiento de cambios en el que venimos inmersos como sociedad, determinan la necesidad de contar con profesionales capaces de pensar pedagógicamente desde escenarios radicalmente diferentes (Morales, 2013. p 189). Continuando con el tema de la profesionalización del educador y tomando como uno de los ejes fundamentales de la misma la actualización técnica, tomamos el aporte de Gimeno (1997) quien propone un modelo de desarrollo profesional para la formación permanente en los docentes, que contemple esta actividad como una necesidad constante y que trascienda a los momentos particulares y no se utilice solamente en momentos críticos y cuando los profesionales no estén pudiendo cumplir con sus objetivos. Dentro de las líneas de gestión del PAS, las diferentes modalidades que se han implementado desde el equipo de coordinación para brindar el apoyo pertinente a los educadores, tomando como referencia las variables mencionadas anteriormente, son las siguientes: 1. Espacios de conformación y trabajo con el colectivo Encuentro nacional de educadores. Reuniones departamentales con educadores. Reuniones regionales con educadores de cárceles. 2. Apoyo técnico y pedagógico. Acompañamiento del coordinador asistente. Espacio virtual de intercambio y discusión. Elaboración y presentación de pautas e instructivos para la planificación y evaluación de los proyectos educativos. Devolución de los proyectos. Visitas y espacios de trabajo en los establecimientos carcelarios. Acompañamiento y apoyo específico para las propuestas de trabajo en cárcel a partir de redes de trabajo con otros actores a nivel interinstitucional. 3. Generación de insumos para el trabajo a partir de la práctica de los educadores. Conformación de equipo de trabajo de educadores en diferentes establecimientos carcelarios. Sistematización de prácticas educativas en cárceles. Currículum Quiero conocerlos. Escuchar a mis alumnos. Pero ellos rara vez hablan y yo tengo que cumplir con el programa. Cumplir con el programa es un reflejo práctico. Tener una obligación me salva de la ausencia de sentido. Percia, 1994 Entendemos por currículum, tomando la noción manejada por UNESCO (2013): El conjunto de objetivos, contenidos, criterios metodológicos y evaluativos que orientan el proceso de enseñanza y aprendizaje: ¿qué enseñar?, ¿a quién enseñar?, ¿cómo enseñar?, ¿qué, cómo y cuándo evaluar? son preguntas que están en la base de la construcción del currículum. El escenario en el que se desarrollan las propuestas PAS tiene como una de sus fortalezas el poder estructurarse de acuerdo al contexto en el que están insertas, así como a partir de las características puntuales y los intereses del grupo de participantes involucrado, pudiendo pensar en el sentido de las intervenciones educativas desde una mirada situada en el sujeto, sus necesidades y su contexto, y sin atravesamientos institucionales que configuren el campo previamente, atados a contenidos preestablecidos, procedimientos burocráticos o a cuestiones consuetudinarias que reglan los espacios destinados a generar procesos de enseñanza-aprendizaje. Esta capacidad de moverse de los lugares tradicionales coloca a la ENF -en donde no existe un currículum oficial- en un lugar distinto, en el cual las propuestas PAS funcionan como alternativas que devuelven sentido a situaciones que parecen haberlo perdido (EF). Tenti (2009) establece que existen ciertas transformaciones recientes del oficio de enseñar, las cuales pueden ser utilizadas para pensar en qué medida esta necesidad de encontrar alternativas en la educación, se pone en juego en las prácticas pedagógicas. Por un lado, se hace referencia a que existe en la docencia un desarrollo cuantitativo permanente, donde el aumento es prácticamente ininterrumpido a diferencia de otras profesiones. Esta expansión es acompañada por las regulaciones jurídicas tradicionales (mecanismos de ingreso al sistema, ascensos, control administrativo de la tarea). Ocurre también que el oficio docente presenta una heterogeneidad creciente en lo que respecta a las diferentes posibilidades de realización del mismo (nuevas ofertas educativas, trabajo con nuevas tecnologías). Existen además en el colectivo docente (de la mano de la heterogeneidad antes mencionada) crecientes grados de desigualdad. Por último, existe un notorio deterioro en las recompensas materiales y simbólicas asociadas con el oficio docente. En lo que respecta a la ENF y a la propuesta del PAS más específicamente, podría pensarse ésta dentro de lo que se describe como las “nuevas ofertas educativas”, recibiendo entre su colectivo de educadores un número importante que provienen de los diferentes sistema de la EF. Podría realizarse al respecto una doble lectura; por un lado encontramos un importante crecimiento en las postulaciones para formar parte del registro de educadores del programa, lo cual puede entenderse como un efecto del “corrimiento” que tiene lugar en los docentes de la EF ante la situación antes mencionada (Marrero, 2011). Por otro lado, esta misma situación puede ser pensada como una oportunidad de generar mayores lazos de pertenencia, así como la posibilidad de construir progresivamente un colectivo de educadores cada vez más adaptado a la medida de los objetivos del programa. Por lo tanto, volviendo a la cuestión referente a la ausencia de un currículum oficial, entendemos que aspectos como la flexibilidad y la capacidad de adaptarse a los diferentes contextos y necesidades se vuelve una condición clave para pensar en educadores que puedan desarrollar las propuestas de un modo acorde a los objetivos del programa. Lo interesante, es que estos mismos aspectos deben ser contemplados también desde el punto de vista de los participantes. Desde el equipo de coordinación del programa, se hacía referencia a esta misma temática en el año 2012, reflexionando acerca de los próximos desafíos que se le presentaban a la propuesta: La lógica de gestión del PAS, basada en una estrategia de articulación de lo nacional con lo departamental, requiere contar con un importante nivel de flexibilidad en la planificación de las acciones y en la concreción de objetivos, en el manejo de los tiempos y los diferentes escenarios políticos e institucionales, ya que se articula con actores que cuentan con objetivos propios, que trascienden y pueden incluir a la vez la propuesta educativa del PAS (Banchero, 2012. p 103). Continuando en la línea de la flexibilidad y la capacidad de adaptación que debe que debe mostrar el educador en la ENF para llevar adelante estratégicamente las intervenciones que le propone su actividad, Morales (2013) hace referencia a 3 desafíos que se le plantean a éste. En primer lugar encontramos como desafío: "Incomodidad e inquietud", haciendo referencia a la postura que debe presentar el educador, tomándose a sí mismo como un mediador entre el sujeto de la educación y sus derechos; en segundo lugar tenemos: "Suspender, desacelerar, habitar", pensando en los tiempos necesarios que se deben dar en los procesos para generar la reflexión y generar nuevas modalidades de aprendizaje así como de apropiación de los espacios; por último, se habla de "Pesimistas y optimistas", refiriéndose a actitudes que adopta el educador frente al análisis y a la acción respectivamente. La dupla pedagógica El trabajo en duplas que tiene lugar en las propuestas PAS es una de las características principales del programa. El llevar a cabo las propuestas con un otro, desde la planificación estratégica de las mismas, así como en la toma de decisiones a partir de los emergentes propios de cada proceso en particular, supone una fortaleza. Esta situación contrasta con la del docente tradicional, quien es visto a menudo como un artesano. Esto se debe a que este trabaja solo, de manera independiente, conservando aquellas estrategias que le son funcionales. Este aspecto incluso, lleva a plantear la interrogante acerca de si es uno de los déficit de la profesion la falta de capacidad para diseñar estrategias a nivel colectivo (Marcelo y Vaillant, 2009). La propuesta del PAS marca por lo tanto una diferencia interesante en este aspecto, ya que las duplas pedagógicas basan en gran medida el potencial de su acción en la dimensión colectiva que es característica de su trabajo. La heterogeneidad a la que se hizo referencia en este mismo trabajo marca como uno de sus efectos que en tanto mayores niveles de complementariedad existan en la dupla pedagógica, mayor será la potencialidad del alcance de la misma. Se propone para el desarrollo de capacitaciones destinadas a la población adulta de los diferentes departamentos del país, la conformación de parejas pedagógicas. La dupla pedagógica pretende implementar una figura educativa plural, donde la combinación de dos perfiles de educadores determinará la condición de la misma. Para determinadas propuestas, las cuales marcan altos niveles de singularidad, se estableció como criterio de formación de las duplas el contar con un educador con sólida formación en lo pedagógico y por otro lado, un educador-tallerista con el carácter de idóneo en el tema a 32 abordar en el curso . En los casos en los que es posible implementarla, esta modalidad de trabajo tiene como una de sus fortalezas el poder abordar una gran diversidad temática sin afectar la calidad pedagógica de cada propuesta, al encontrar en la figura del referente pedagógico las herramientas indispensables para dinamizar los procesos de aprendizaje, en tanto el especialista aportaría los contenidos relevantes en el tema seleccionado. 32 Numerosas experiencias PAS evidencian que este criterio puede ser de gran utilidad para los objetivos del programa. La tensión existente entre la idoneidad y el perfil pedagógico viene siendo objeto de reflexión y discusión para el equipo del PAS desde los comienzos del mismo. Entendemos que este aspecto tiene incidencia a la hora de definir la identidad del educador como tal, y que incluso, es un proceso que trasciende al campo de la ENF, pudiendo pensarse para la figura del docente en los diferentes ámbitos en los que este se desenvuelve. Bibliografía Banchero, P. 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