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Transcripción

Paralelo mfwmmtmm®*
Año I I I .
L A FARMACIA MODERNA.
N ú m . 17.
3 E C C Í Ó N FURORES ION A i
P a r a l e l o mfwmmtmm®*
Mientras Portugal, ese modestísimo reino, al que hacemos blanco tan á menudo
de nuestras mordacidades y equívocos, nos dá soberana lección de dignidad y
energía nacionales, nosotros, los altivos y siempre despreocupados españoles, todo
lo soportamos y á todo decimos amén, á trueque de no vernos perturbados en
la placidez de nuestra eterna negligencia, ó por temor á que varíe el curso de los
astros, si regateamos á los que nos explotan, más allá de nuestras fronteras ó
dentro de las nuestras, el pingüe despojo de nuestros legítimos derechos. Nos
hemos acostumbrado á ese pisto que llaman algunos de las conveniencias internacionales y conseguiremos al fin, ¿pues no lo hemos de conseguir, al paso que
vamos?, que nuestras costumbres, nuestras ciencias, nuestras artes, el aire que
respiramos y hasta nuestra gloriosa historia vayan perdiendo su esencia y tono
ibéricos, hasta amanecer algún día completamente traducidos al francés, al alemán
ó al inglés. La invasión, aunque lentamente, progresa; los hechos parciales de
verdadera usurpación se suceden con frecuencia y todo induce á suponer que muy
en breve formarán jurisprudencia. El presente, con sus abdicaciones, indolencias y
convencionalismos es nuncio infalible del porvenir.
Consignadas estas bien tristes reflexiones, sobre las que tanto pudiéramos discurrir, pasemos á trazar el paralelo que nos ofrecen Portugal y España en el punto
concreto del ejercicio de las profesiones médicas.
Portugal, negándonos toda reciprocidad en ese mismo ejercicio, por temor sin
duda á que inunde su suelo el sobrante de nuestra gran masa de médicos sueltos^
cierra á éstos sus fronteras, echándoles por decirlo así la llave de sus leyes y de
su patriotismo. En lo que respecta á la venta de medicamentos, e\ Boletín del
Centro Farmacéutico "Portugués^ del mes de Mayo, nos sorprende agradabilísimamente con una Real Orden dictada por aquel Ministro de Hacienda, en 23 del
expresado mes y circulada á las aduanas del reino, por la que se prohibe en absoluto sean admitidos al adeudo los específicos extranjeros. Y para que el mandato
no resulte de pura fórmula, cual acontece con los de nuestras leyes vigentes y
arcáicas ordenanzas, se consigna en dicho documento, que será considerado como
contrabando todo medicamento de esta clase, y como introductores fraudulentos
á los que comercien con ellos.
El mismo periódico publica seguidamente una nota extensa de los que no
podrán ser admitidos al adeudo por aquellas aduanas y , entre otros,, figura el célebre Tratamiento de Alarcón de Marbella, de ese Tratamiento cuyos prospectos, en
forma de inmensos pliegos de aleluyas, que tapizan paredes y vallas de la cultísima
capital de la Nación, contemplamos todos los días con verdadero sonrojo y los
contemplan también con impasibilidad beatífica nuestros subdelegados de farmacia.
Es decir, que en el país vecino protégense discretamente los intereses nacionales, y se ampara el derecho^ por decirlo así, doméstico de sus médicos y farmacéuticos, y que aquí entendemos la protección de m u y distinta suerte. En
Madrid 15 de Junio de 1892.
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efecto, los pedicuros que mejores balances hacen entre nosotros son los de nacionalidad extranjera; los sacamuelas ó doctores dentales mejor recriados los que
llevan apellido norte-americano; la osadía, altas iniciativas y las corrientes de la
moda forman el triciclo que sirve de vehículo á doctores franceses y alemanes,
para invadir la jurisdicción de nuestros médicos y mermarles su clientela; y para
complemento de estas audacias extranjeriles y de nuestras abdicaciones, una ola
de podredumbre galénica, con marcado flujo comercial en nuestras fronteras y sin
el debido reflujo en las de otros países, arrastra nuestros prestigios y nuestros
intereses.
Pero ¿á qué insistir en recordar ni lamentar estos desfallecimientos de la dignidad nacional, cuando arrancan de lo alto de nuestros poderes públicos y nada podemos remediar los que vivimos en los tramos inferiores de la escala social? La
razón de Estado, los conflictos políticos y hasta las tenebrosa^ maquinaciones de
poderosos agiotistas, imponen la ley del más fuerte. Abandonemos por tanto la
triste paráfrasis de esta tésis general y abordemos un hecho aislado que no carece
de importancia y hasta pudiera ser origen de graves conflictos, puesto que las
irregularidades que encarna afectan, tanto á los intereses del tesoro público español
como á los derechos de nuestros c o m p a ñ e r o s .
El hecho á que nos referimos es éste:
D. F. Camino, médico francés, residente en Hendaya, ejerce su profesión en las
poblaciones españolas de Irún y Fuenterrabía, sin que su titulo haya sido revalidado
por nuestras Universidades. Gomo se vé, el abuso ó intrusión no perjudica más que
hasta cierto punto á los farmacéuticos que residen en esos dos pueblos fronterizos,,
y de él no nos ocuparíamos, puesto que esta es tarea privativa de las Revistas
de Medicina, si con esa intrusión y ese abuso no estuviesen amparados otros que
realmente afectan y perjudican á nuestros compañeros.
En Hendaya, residencia como hemos dicho de este Galeno internacional, se ha
instalado una oficina de farmacia, que podrá no ser de la propiedad de éste, pero
que ofrece señales mortales de que está interesado en que sus rendimientos sean
de importancia, para compensar, por lo menos, lo económico de sus honorarios
en la consulta que tiene abierta.
Las señales, mortales de necesidad^ son éstas: médico y farmacéutico exhibense á diario con los propios alardes de la vida intima que Castor y Polux; el
médico cobra la modesta suma de un franco á los primos que acuden á su consulta, pero ni uno solo de éstos escapa sin la necesaria receta; al salir el cliente,
un criado del galeno reclama la receta y se brinda á llevarla despachada al domicilio del incauto para ahorrarle molestias, y , claro, allí está la pastora] los enfermos españoles, procedentes de Irún y Fuenterrabía, que son los que por punto
general acuden á esa especie de aguardero de tontos, resultan bien despachados,
puesto que lo que no fué en lágrimas va en suspiros,, esto es, pagan á buen precio en la receta lo que tan económico les salió en la consulta. ¿Hay ó no, díganlo
con franqueza los compadres borlados de Hendaya, gato encerrado en el negocio?
Todavía más: el médico francés Sr. Camino, ha logrado una buena clientela
en las dos poblaciones españolas citadas, visita de día y de noche, j a m á s , cum-
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pliendo siquiera deberes de cortesía, pregunta por el médico de cabecera ni acepta
el tratamiento seguido por éste, pero, en cambio, formula, cuando menos, dos ó
tres recetas, con orden expresa de que han de ser despachadas en la botica de
Hendaya, donde resultan tarifadas á peso de oro.
Todavía hay más: ese médico francés, sin derechos, ni responsabilidades, ni nacionalidad española, á todo se atreve, hasta á firmar papeletas ó certificados de
defunción de sus enfermos, que el Juzgado municipal respeta y secunda, dando
las órdenes de sepelio.
Más todavía, y esto le debe llegar ya á lo vivo á nuestro Ministro de Hacienda;
en la aduana de Fuenterrcibía no hay Inspector farmacéutico que reconozca los
productos químicos destinados á la elaboración de medicamentos y , utilizando
esta deficiencia, nuestro Sr. Camino, portea sin inconveniente toda clase de fórmulas y preparados extranjeros, sin el gravamen^ por supuesto, de los derechos
arancelarios. Ahora bien, ¿no pudiera ser este un portillo abierto para la introducción de productos extranjeros, que perjudicase de modo notable los rendimientos á que tiene derecho la Hacienda del país?
Sometemos el hecho apuntado á las cavilosidades rentísticas del Ministro y
puesto que son de importancia estas irregularidades y la impunidad en que hasta
ahora han estado, puede determinar lesiones enormes, aconsejamos á los médicos
y farmacéuticos de Irún y Fuenterrabía formulen solemne protesta ante los departamentos ministeriales respectivos, para que dejen de ser letra muerta las leyes del
país y no se defrauden sus intereses, con el contrabando de medicamentos extranjeros.
LA FARMACIA MODERNA bríndase á ayudarles con el tesoro de su buena voluntad
y con el modesto concurso de sus fuerzas. No dejen, pues, que prosperen m á s
esa descarada intrusión y esa verdadera estafa. Denuncien las órdenes de sepelio
dadas por aquellos Juzgados, que no lleven el requisito legal del certificado de un
médico español, denuncien ese irritante contrabando galénico que merma por igual
los recursos del tesoro español y los de las clases médicas, y realicen, enfin,actos
de energía que puedan paralelizarse siquiera con los realizados por el pueblo lusitano.
Este es, pues, el único camino que deben e n s e ñ a r á ese otro Camino, que asi
se burla de las leyes de nuestro país y de las leyes también internacionales del
compañerismo y del decoro en el ejercicio profesional.
SECCION
CIENTIFICA.
11 Bongreso internacional de lomenclatoa química.
CONCLUSIÓN, ( i )
Resoluciones adoptadas.
h Coexistiendo con los procedimientos habituales de nomenclatura q u í m i c a , se instituirá un nombre oficial, que pueda servir de único registro para encontrar cada cuerpo
en los Cuadros ó Diccionarios donde haya de consultarse.
(1)
Véase el número anterior.
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LA FARMACIA MODERNA.
El Congreso invita á los autores, para que mencionen entre paréntesis este nombre
oficial al lado del que ellos hayan preferido.
I I . Se acuerda no ocuparse por ahora m á s que de los compuestos de constitución conocida, dejando los demás para lo sucesivo.
I I I . Se adopta la desinencia ano para todos los hidrocarburos saturados correspondientes á la serie grasa.
IV. Se conservan los nombres actuales de los cuatro primeros hidrocarburos saturados (metano, e t á n o , p r o p á n o , butano). Se emplearán nombres derivados del griego y que
designen á los hidrocarburos normales, para los que tengan más de cuatro á t o m o s de
carbono.
V . Los hidrocarburos de caiena arborescente se consideran como derivados de los
hidrocarburos normales y su nombre se referirá á la cadena normal m á s larga que pue
da establecerse en su f ó r m u l a .
V I . La numeración de la cadena larga partirá del á t o m o de carbono terminal m á s
inmediato á una cadena lateral. En el caso en que las cadenas laterales m á s inmediatas á
las extremidades resulten simétricas, se e h g i r á la m á s sencilla.
V I L Cuando se substituye un residuo en una cadena lateral, se emplean los prefijos meto, etc., etc., en vez de me t i l ó e t ü , que se reservan para cuando la substitución se
hace en la cadena principal.
V1IL En los hidrocarburos de un solo enlace doble se r e e m p l a z a r á la terminación ano,
del hidrocarburo saturado correspondiente, por la t e r m i n a c i ó n eno (ej. eteno): si hay dos
enlaces dobles, se termina en ítówo (ej. propadienoj; s i s ó n tres en trieno, etc. Cuando
sea necesario, el lugar del enlace doble se indicará por el n ú m e r o del primer á t o m o
de carbono sobre el cual se apoye este doble enlace.
I X . Los nombres de los hidrocarburos de enlace triple se t e r m i n a r á n a n á l o g a m e n t e en
ino, diino y t r i i n o (ej. etino por acetileno, propino por alineno, exadrino por dipr'o.
pargilo).
X . Cuando haya s i m u l t á n e a m e n t e enlaces dobles ó triples, se e m p l e a r á n las desinencias
¿ n i ñ o , dienino,
etc.
X I . Los hidrocarburos saturados de cadena cerrada t o m a r á n los nombres de los h i d r o .
carburos saturados correspondientes de la serie grasa, precedidos del prefijo ciclo (ejemplo: cicloexano por exametileno).
X I I . Los á t o m o s de carbono de una cadena lateral se designarán con la misma cifra
que el á t o m o de carbono á que está unida la cadena. Llevarán un índice que indique su
puesta en la cadena lateral, partiendo del punto de unión.
En el caso en que dos cadenas estén unidas al mismo á t o m o de carbono, se acentuarán los índices de las m á s sencillas. Igual n u m e r a c i ó n se adopta para las cadenas laterales cerradas.
X I I I . Los hidrocarburos no saturados se n u m e r a r á n como los saturados correspondientes. Caso de a m b i g ü e d a d ó cuando no haya cadena lateral, se colocará el n ú m . o 1 en
el carbono terminal más inmediato al enlace de orden m á s elevado.
X I V . Se conserva la numeración de los hidrocarburos para todos sus productos de
substitución.
X V . Los alcoholes y los fenoles se designarán con el nombre de los hidrocarburos
de donde derivan, terminado por el subfijo ol (ej. pentanól, p e n t e n ó l ) .
X V I . Cuando se trate de alcoholes ó de fenoles p o l i a t ó m i c o s se i n t e r c a l a r á , entre el
nombre del hidrocarburo fundamental y el subfijo ol, una d é l a s p a r t í c u l a s Í/Í, t r i , t e t r a ,
conforme al orden de la poliatomicidad (ej, propanotriol por glicerina,)
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X V I I . Se desechará el nombre de mercaptan y se d e s i g n a r á esta función con el s u b fijo tbiól (ej. exano-thiól.)
X I I I . En los ácidos de la serie grasa se c o n s i d e r a r á el carbóxilo como formando parte
integrante del esqueleto de carbono.
X I X . El nombre de todos los ácidos m o n o b á s i c o s de la serie grasa, se sacará de
hidrocarburo correspondiente, seguido del subfijo oico, y los ácidos polibásicos se design a r á n con las terminaciones dioico, t r i o i c o , tetraóico, etc.
X X . Los residuos monovalentes de los ácidos se d e n o m i n a r á n , transformando en oxilo
la t e r m i n a c i ó n O/ÍO del ácido,
X X I . En los ácidos monobásicos de cadena normal saturada ó simétrica, se asignará
el n ú m e r o 1 al carbono del carbóxilo.
X X I I . Los ácidos en los cuales uno ó muchos á t o m o s de azufre reemplazan á otros
tantos de oxígeno del carbóxilo, se designarán según se indica á continuación: el azufre,
enlazado sencillamente con un á t o m o de carbono, con el subfijo thiol y si el enlace es
doble, el subfijo thión. Ejemplos:
CH3. GO. SH. . . . . . . ácido étano thiólico.
CH3, GS. O H . . . . , . . ácido é t a n o - t h i ó n i c o .
GH3. GS. SH
ácido é t a n o t h i o n t h i ó l i c o .
X X I I I . El Gongreso, sin formular voto definitivo sobre ella, admite la siguiente p r o porción: Los éteres-óxidos se designarán con los nombres de los hidrocarburos que los
componen, unidos con el prefijo OXÍ-(Q]. pentanoxi é t a n o , por óxido de etilo y de amilo.)
X X I V . Los anhídridos de ácidos conservarán su modo actual de designación por el
nombre de sus ácíJos (ej. anhídrido etanóico.)
X X V . Gaso de que haya dos cadenas laterales unidas al mismo á t o m o de carbono, se
anunciarán estas cadenas por el orden de su c o m p l i c a c i ó n .
X X V I . Planteada una discusión m á s profunda sobre la nomenclatura de los compuestos de función compleja, se encarga el estudio de esta cuestión á la Gomisión internacional, para que prepare un proyecto que habrá de presentar al p r ó x i m o Gongreso: la
Gomisión habrá de procurar que se concílien en el las exigencias de la nomandatura
hablada con las de una t e r m i n o l o g í a que sea aplicable á los diccionarios.
X V I I . Se conservarán las actuales convenciones para las sales ó éteres compuestos.
XXV111 Laslactonas se designarán por la palabra olido, indicando que es un anhídrido
interno de alcohol y ácido: la posición de la función alcohólica, por lo que se refiere al
carbóxilo del ácido alcohol de que deriva la lactona, podrá expresarse con las letras a , h y
junto al n ú m e r o habitual de las cadenas laterales.
O
G02
GH31,4 p e n t a n o l í d o ó 1,4^ p e n t a n o l í d o .
XIX. Los ácidos lactónicos procedentes de los ácidos bibásicos se d e n o m i n a r á n como
las lactonas de donde derivan, agregando el subfijo o i c j , característico de los ácidos.
X X X . La discusión sobre las cadenas cerradas se aplaza, hasta que M . Armstrong
publique sus ideas sobre este punto y la Gomisión internacional pueda compararlas con
las proposiciones de M . Bouveault.
X X X I . En la serie aromática y en todos los cuerpos que contengan una cadena cerrada,
se consideran como substítuyentes todas las cadenas laterales.
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LA FARMACIA MODERNA
Individuos que han concurrido al Congreso.
Han sido: M . Armstrong, profesor en la Institución central y Secretario de la Sociedad
química de Londres. A r n a n d , profesor del Museo (París). A V o n Bceyer, profesor de la U n i versidad de Munich. Barbier, de la. Facultad de Ciencias de L y o n . B é h a l , agregado á la
Escuela de Farmacia de París. L . Bouveault, doctor en Ciencias (París)
S, C a n n i ^ a r o , pro-
fesor en la Universidad de Roma. P . Ca^enueve, de la Facultad de Medicina de Lyon
A . Combes, doctor en Ciencias (París). A . Cossa, director de la Estación de Agricultura de
Turin. M . Delacre, profesor en la Universidad de Gante. M . F i l e t i , de la de T u r i n .
Fischer,
de la de Wurtzburgo. N . Franchimont, ¿ t la de Leyden. C Friedel, miembro del Instituto
de Francia. Gladstone F . R. S. (Londres^. C. Grcéve, profesor en la Universidad de Ginebra.
P . A . Guye de la misma. I s t r a t í , de la de Bucharest. H . H a l l e r , en la Facultad de Ciencias,
de Nancy. H a n r i o t , agregado á la de Medicina de París. Hant^sch, de la Escuela politécnica
de Zurich. A . Lebel, presidente de la Sociedad q u í m i c a de París. A . Lieben, profesor de la
Universidad de Viena. L . Maquenne, ayudante del Museo de historia de natural de P a r í s .
l^on Meyer, profesor en la Universidad de Leipzig. D . M o n i e r , en la de Ginebre. N i e t ( k i en
la de Bale. E. Ncelting, director de la Escuela de química de Mulhouse. F , Paterno, profesor
en la Universidad de Palermo. A . Pietet, profesor privado en la de Ginebra. W . R a m s a y ,
profesor en la Universidad de Londres. S h a u p , en la de Graz y E T i e m a n n , en la de Berlín^
Se han adherido á sus decisiones, después de conocer el informe de la Comisión;
I r a Remsen, de los Estados l l m á o s . — H o f f m a n n , de A l e m a n i a . — C a l d e r ó n , de E s p a ñ a . —
Beilstein, de Rusia.—Mendeleef, de R u s i a . — S c b u t { ¿ n b e r g e r y A G a u i i e r , de Francia.
Mlmimim
La
tito
Imm €?ímmmlm
F a r m a c i a y l a M a t e r i a m ó d i c a en el s i g l o XW.—'Por E . £Njcaüe ( i ) .
CONTINUACIÓN.
La teoría de la a r m o n í a de los cuatro elementos se aplicó á los medicamentos. Según
ella, eran templados, cuando puestos en relación con el cuerpo no cambian las cualidades
complexionales de éste: es decir, un medicamento de acción poco apreciable y que, pollo general^ servía de excipiente.
Se llamaba intemperado, c u a n d o cambiaba las cualidades del organismo,
dole algunas de las que él poseía: así se calificaba el medicamento
comunicán-
de caliente ó frío,
seco ó h ú m e d o . Los medicamentos iniemperados eran los verdaderamente activos: se clasificaban por sus cualidades complexionales ó elementales, por su cantidad excesiva con
relación al estado de temperie, ó al predominio sobre la a r m o n í a entre las cualidades com plexionales. Los medicamentos
intemperados calientan ó enfrían, humedecen ó desecan,
pero no todos en el mismo grado, y de a q u í el admitir orados ó graduaciones
diversas,
según la intensidad de cada uno. Como decía Guy de Chauliac, es la elevación de alguna
cualidad complexional sobre la temperie del temperamento
del cuerpo;
y se a d m i t í a n
cuatro grados en las cualidades de tales medicamentos: en el primero la cualidad d o m i nante se deja sentir con moderación; en el segundo de un modo manifiesto; el tercero
muy fuertemente y en el cuarto se destruye.
La teoría de los cuatro elementos ha sido la fuente m á s rica de la escolástica y en ella
ha informado esta escuela todas las sutilezas de su dialéctica.
(1)
Véase el núm anterior, pá^. 251,
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Su aplicación al estudio de los tejidos, los ó r g a n o s y sus partes constituyentes, que
decían calientes, frías ó secas, c o m p a r á n d o l a s con la piel, á la cual se asignaba un t e m peramento medio, motivan las perplegidades de nuestro cirujano, haciéndole confesar
que aquello era un mar en que no podía navegar el medio: «et hoc est pelagus, i n quo
non licet m e d i c ü m navigare.»
Tales doctrinas dificultan y hacen m á s indigesta la lectura de las obras antiguas;
mas á pesar de esta aridez he querido penetrarla, y he consignado el resultado de m i i n vestigación en la introducción á la C i r u g í a ya citada, pareciéndome que era indispensable decir aquí algo de su aplicación á la terapéutica.
Se vé en muchos antidotarlos una enumeración m á s ó menos extensa de los medicamentos simples, con indicación de sus cualidades expresadas en grados: el de Guy contiene 260 de las m á s comunes y que él empleaba con m á s frecuencia.
Los efectos de los remedios eran, para aquellos autores, primitivos ó consecutivos.
Los p r i m i t i v o s , dice Boyer, se manifiestan con rapidez variable: el fuego calienta inmediatamente, el castóreo después de a l g ú n tiempo: son natu/ales ó accidentales, conforme
proceden de la esencia del medicamento, de su sustancia ó de alguna circunstancia particular: así, el agua es fría per se y caliente per accidens y tiene un temperamento frío y
h ú m e d o : el vinagre es frío con mezcla de calor, debido á su acritud.
Los efectos consecutivos suceden á los anteriores, se relacionan con ellos y son muy
diversos unos de otros. En relación con ellos los poros están abiertos, los tejidos tirantes
y duros ó relajados y flojos; los humores modificados; las cocciones, las maduraciones y
¡as crisis preparadas; las evacuaciones y las erupciones críticas preparadas ú operadas;
hay remedios supurativos, expectorantes, sedantes, etc., y muchos poseen una acción
electiva sobre los ó r g a n o s y los humores.
Nos falta determinar cuáles son las sustancias empleadas en la materia médica de la
Edad Media. En la C i r u g í a de Chuliaac he catalogado, p r ó x i m a m e n t e hasta 750 sustancias
medicinales simples, que se empleaban solas ó servían para componer un n ú m e r o considerable de medicamentos; las he concordado con las actuales; he consignado el nombre
latino de la Edad Media, el francés y el científico moderno y agregado un apéndice
con 145 sustancias entresacadas de la Tarifa de las gabelas de o^vignon, que figuraban
también en la materia médica y pagaban un derecho de entrada en la ciudad. Con tales
datos es fácil hacer un estudio sobre la naturaleza de las sustancias medicinales que se
empleaban en la Edad Media.
No se puede tratar en este artículo de los medicamentos compuestos, preparados ó prescriptos por el médico, por que su n ú m e r o es infinito. A l final diremos algunas palabras
sobre los de m á s uso y que se conservaban ya preparados y eran vendidos por los
farmacéuticos y especieros: entre ellos figuran las tierras selladas, las tabletas y los
trociscos, formados generalmente de polvos medicinales, amasados con un excipiente tal
como la goma, la miga de pan, etc. y que se disolvían ó disgregaban con facilidad.
Bálsamos, esencias y antisépticos minerales, tales como el sulfato de cobre, entraban
en la composición de muchos medicamentos (emplastos y u n g ü e n t o s ) que servían en la
cura de heridas etc.
Cuando se estudia la materia médica de la Edad Media, parece á primera vista que
en los puntos esenciales no se aleja mucho de la nuestra y , sin embargo, qué diferencia
hay entre la materia médica de entonces y la actual! Y es que, entonces, el médico no
podía atenerse solo á la enfermedad y al enfermo, sino que antes de formular su tratamiento, tomaba en consideración muchos prejuicios y ciencias ocultas, atendiendo á ellos
de preferencia, hasta el punto de subordinarlos todo el diagnóstico y el tratamiento mismo,
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LA FARMACIA MODERNA
Durante el siglo XIV dominaron las doctrinas m é l i c a s de Galeno, que comenzaron á
difundirse en el X l l l , gracias á las traducciones árabes. Se las encuentra en todos los
autores de esta época y todavía después del Renacimiento, en Ambrosio Pareo y otros
que se inspiraron en Guy de Chauliac.
Las indicaciones de la terapéutica guardaban relación con estas doctrinas: tenían por
objeto atenuar los humores ó diluirlos, espesarlos, refrescarlos, calentarlos, purificarlos ó
evacuarlos y disponía de dos medicaciones principales: una para purificar los humores,
restableciendo su crásis ó constitución y otra para evacuar los viciados ó sobrantes.
Intentaba aquella terapéutica ser p a t o g é n i c a . Para ello necesitaba, primero, determinar la naturaleza de la enfermedad, y luego combatirla con sus contrarios y auxiliar
á la naturaleza, dirigiendo sus esfuerzos útiles ó imitándolos: corregir las intemperies
(calores, fríos, etc.) con medicaciones opuestas, con medios que anulen la excitación,
refresquen, calmen ó atemperen; relajar los tejidos ó apretar los poros, según fuere necesario; comenzar por los remedios m á s suaves; en las enfermedades complicadas atacar
desde luego el elemento principal, alejar las causas que puedan alimentar ó agravar el
mal y las materias que puedan obstruir las vías digestivas; hacer que el aire sea puro y
la temperatura conveniente.
Para responder á las indicaciones múltiples de las alteraciones humorales había que
emplear medicamentos múltiples también; así que, en la terapéutica del siglo X I V , lo
mismo que la de Galeno, los Arabes y los Salcrnitanos, los agentes medicinales se empleaban rara vez aislados y casi siempre combinados en j u n t o . Los Arabes trasmitieron
formas complicadas, que muchas de ellas contenían sustancias inmundas y repugnantes.
El mismo Guy, aunque recomendaba el uso de los medicamentos sencillos y huía de los
empíricos y de las incautaciones, ha incurrido muchas veces en esta polifarmacia singular; pero, de todos modos, es preciso reconocer que las fórmulas del siglo X I V , son ya
menos complicadas que las de los Arabes.
Esto no obstante, en todos los tiempos y en todos los países la superstición y la ignorancia han atribuido propiedades imaginarias á cosas raras é inmundas. En la magia, muy
detener en cuenta durante la Edad Media, las fórmulas extravagante d e s e m p e ñ a b a n un
gran papel: los astrólogos, los magos y ios hechiceros explotaban las supersticiones del
vulgo y los médicos, obligados en muchas ocasiones á transigir con las preocupaciones del
público adicionaban á sus fórmulas ciertas sustancias, para que de este modo aceptasen el
medicamento principal y aumentase la confianza del enfermo. En nuestros días, la China
conserva las mismas prácticas, según puede verse en la siguiente nota, que extractamos
de la Semaine medicale ( i ) .
En el siglo X I V la astrología, ó pretendido arte de predecir el futuro (2) por la
ins-
(1) Número correspondiente al 21 de Mayo de 1890, y suscrita por M. Blanc, médico de Shangahi. Dice así: «Sir
Roberto Hart, inspector general de las Aduanas chinas, acaba de publicar la L i s t of chínese medecines (en 4°,493
páginas) que contiene una estadística completa de todos los medicamentos de los chinos, llegados en el trascurso de
un año á todos los puertos del imperio. Emplean los chinos muchas de nuestras plantas inedícinales y entre ellas el
acónito, la genciana, el estramonio, la malva, etc., muchas drogas raras ó repugnantes, como gusanos de seda, escorpiones, mil pies, sapos, envolturas de cigarra, ríñones y penes de foca,' asno, perro y ciervo; huesos y dientes de
tigre, excrementos humanos, camisas de serpiente, boñigas de vaca, estiércol de asno, placentas, freza de cigarra,
conejo y cabra, bilis de oso, etc., todo conveniente preparado y seco. L a cola de asno (o-chiao) es una especie de
liga que se emplea como túnico y se prepara evaporando Lis aguas de un manantial situado en el distrito de Tung-0
(provincia de Shantnng), probablemente una fuente en la que se maceran antes las pieles de aquellos animales.
Apropósito de esta preparación china, véase lo que decimos del N'go-kiac en la pág. 155 de nuestro Formulario de
Especialidades, tom. I .
(2) Los antiguos observaron que el sol, la luna y ios planetas conocidos entonces no se alejaban- nunca en sus
movimientos Je un espacio circunscrito, y diercm á esta zona imaginaria el nombre de zodiaco, que dividieron en
LA FARMACIA MODERNA
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pección de los astros, desempeñaba un papel importante en medicina y muy especialmente en la terapéutica, importancia que todavía acrece durante los siglos X V I y X V I I ,
admitiendo la influencia de los astros, no solo el vulgo, sino los grandes, los reyes y
hasta los hombres de letras: contaba con la autoridad de Santo T o m á s de Aquino, y
Gerson decía de ella: esta ciencia es verdadera, pero ha degenerado y debe reconstituirse.»
Bs decir, que en m á s ó en menos, todos la profesaban. El mismo Guy de Chauliac admitía
hasta cierto punto la influencia de los astros, explicando por ella la peste de 1348: c o m puso su tratado de astrología, y decía que el médico dehe de ser algo astrólogo; pero no
llegaba hasta donde Arnaldo de Villanueva y Gordon.
En la Facultad de Montpellier se e n s e ñ a b a la astrología, y Gordon.en su L i l i u m m e '
dicince encarga que para el tratamiento de las enfermedades se consulte la adecuación de
los planetas, que se tenga un buen calendario de lunaciones y conjunciones a s t r o n ó m i c a s
y se conozcan los aspectos y las complexiones de las estrellas: sobre todo, cuando se
trataba de sangrar ó purgar al enfermo, era imprescindible informarle de lo que decían
los astros.
Se hacía t a m b i é n uso de los calendarios con los dias egipcios y los d í a s /¿¡ices ó desgra -
ciados, y hablando de los primeros decía Guy que, sin concederlos gran importancia, los
consultaba, no obstante, por los prejuicios y exigencias de la gente ( T r o p t e r geniium imaginationem el locutionem ohservantur) Se preocupaban mucho de las estaciones y de los climas:
respecto á la sangría, por ejemplo, se recomendaba practicarla, a d e m á s de los casos de
necesidad, en la primavera y el o t o ñ o , escogiendo un día claro y caliente, entre ocho y
nueve de la m a ñ a n a en los días 7, 9 ú 11 del cuarto creciente, 17, 19 ó 21 del menguante de la luna, cuidando de evitar su conjunción ó su oposición. En primavera y en estío
se hará la sangría del lado derecho, porque el h í g a d o y la vejiga de la hiél están á la
derecha y , además porque, en aquellas estaciones, la sangre y la bilis son abundantes:
durante el o t o ñ o y el invierno, del lado izquierdo, porque el humor melancólico se acumula en el bazo y éste se halla situado á la izquierda.
Para purgarse debía también elegirse la primavera ó el otoño, cuando la luna estuviese en su apogeo, y en signos h ú m e d o s , como para la sangría, porque entonces los
humores tienen m á s movimiento.
En cuanto á las brujerías que, durante los siglos X V I y X V I I , tantas víctimas habían de
ocasionar en Europa, la magia, los encantamientos y las hechicerías, eran t a m b i é n
muchos los que creían en su influencia. Guy de Chauliac que, por si, no admitía estas
prácticas, recuerda, sin embargo, el consejo de Hermes, de usar un cinto de vaca marina
doce partes iguales ó signos, asignando á cada uno el titulo de las constelaciones comprendidas en ellos. ( E n la
actualidad, por consecuencia de la precesión de los equinocios, las constelaciones no corresponden á los signos).
Considerado entonces el hombre como un pequeño mundo ó microcosmo, todas las parles del universo ó mega.
cosmo (gran mundo) poseían sus analogías con el microcosmo. Conformándose con estas analogías, se dividió el
cuerpo humano en doce partes, lo mismo que él zodiaco, relacionándolas con sus signos y sus constelaciones. Asi
decia Gu^; «no debe practicarse incisión alguna, ni tocar con ningún instrumento un miembro gobernado por algún
»s¡gno, el día en que la luna ó el sol están en este signo, en previsión de que sobrevenga gran efusión de sangre ú
«ocurran otros peligros.»
Se interrogaba al zodiaco antes de practicar la sangría y se sangraba del lado derecho ó del izquierdo, según la
enfermedad y hasta el siglo X V I , se continuó en las cavidades esplacnica para elegir las venas derechas ó izquierda»
que habían de picarse.
Influencia de la luna sobre la p r e s i ó n atmosférica.—M. Bornstein ha tratado de averiguar si existe alguna
relación en tre la presión del aire y el ángulo horario de la luna, y al efecto ha practicado sus observaciones en
cuatro estaciones alemanas y austríacas, sin tener en cuenta las fases de la luna, ni su distancia á la tierra y
considerando solo el dia lunar. L a s conclusiones han sido: 1.* que la existencia de u n a marea atmosférica no se
manifiesta en las variaciones de presión; que en tres de las estaciones la presión oscila una sola vez, durante el día
lunar. E n Berlín y en Hamburgo el máximum se produce pocs tiempo antes de ponerse la luna; en Viena durante
el momento do menor culminación, y el mínimum, á la salida en todos los cuatro observatorios.
21o
LA FARMACIA MODERNA
ó de león, para librarse de los cálculos vexicales, grabando con oro fino la figura de un
león sobre el cuero y aplicándosele cuando la luna estubiese bien distante de su conjunción con Saturno; y debía ser muy general el uso de estos cintos, puesto que están
incluidos en el libro T a r i f a de ¡as gabelas de t A v i g n o n .
Para vencer la esterilidad y la impotencia aconsejaba Gilberto el inglés atarse al
cuello un pergamino con las siguientes palabras, escritas con el zumo de la consuelda m a y o r : ' ' D i x í t dominus crescite, UTHIHOTH, et m u l t i p U c a m i n i , TABECHAY, et replete t e r r a m ,
AMATH.
Gordon aconseja contra la epilepsia que se repitan tres veces seguidas, al oído del
enfermo estos tres versos:
Gaspard fert myrrham, thus Melchior, Baltazar a u r u m ,
Hoec tua qui secum portabit nomina regum,
Solvitur á morbo, Christi pietate, caduco.
A l lado de los charlatanes figuraban algunos alquimistas convencidos que, persiguiendo
aquellas quimeras, descubrieron algunas sustancias nuevas, Geber en el siglo V I I I dió
la preparación del agua fuerte, el agua regia, la piedra infernal, el sublimado corrosivo,
etcétera; Rhasis, en el I X , descubrió el alcohol, atribuido por otros á Arnaldo de Villa,
nueva, y le recomendó como vehículo de ciertas preparaciones oficinales: halló t a m b i é n
el oiopimente, el rejalgar, el bórax, etc. Alberto el Grande (siglo X I I I , ) prepara la potasa
cáustica y la cal, etc. y Rogerio Bacon hace importantes consideraciones sobre el papel
del aire en la c o m b u s t i ó n .
Hemos insistido sobre las doctrinas terapéuticas, porque es indispensable su conocí^
miento para entender los libros médicos de la Edad Media; y de este modo podrán ínter,
pretarse las ideas oscuras las m á s veces y ocultas entre las palabras y las frases de aquellos
escritos, pues al leer á los antiguos solo pueden despreciarse las palabras, cuando las ideas
se han comprendido bien.
Completaremos este aitículo con algunas notas del mismo autor sobre los medicamentos oficinales m á s empleados que eran:
Los BOLOS, designados t a m b i é n con el título de tierras selladas, se c o m p o n í a n de tierras
arcillosas, que se empleaban como abserbentes, antipútridas y alexifarmacas, á las que
se daban formas diversas y sobre las cuales se imprimía un sello ( s i g i l l u m ) .
Entre ellos, el b o l de Armenia ú Oriental era de los m á s empleados, especialmente en
cirugía por Guy de Chauliac: se c o m p o n í a de una arcilla ocrácea roja, de tacto graso,
tónica y astringente.
Con el nombre de t i é n a de Lemnos se distinguían dos sustancias: una arcillosa, poco
diferente de la arcilla ocrácea roja, con la cual se hacían pastillas, selladas t a m b i é n ; la otra
según Próspero Alpino, era una sustancia sólida, rojiza y ligeramente astringente, preparada en Egipto con la p u l p a del f r u t o del baobad.
La tierra cimolada era una especie de arcilla, llamada así de Cimolis, una de las islas
Cicladas en el mar de Grecia: t a m b i é n se ha dado el nombre de tierra cimolada á un lodo
que usan los cuchilleros.
Se han encontrado sellos ó piedras sigilarlas, de serpentina, que servían á los médicos
y en particular á los oculistas romanos, para registrar ciertos medicamentos de su inven ción, como tierras selladas, trociscos, tabletas, colirios secos, etc.
Los ELECTUARIOS eran t a m b i é n medicamentos oficinales, que se conservaban preparados y debían estar chipados y lamidos, es decir, tersos y bien embebido?. Se llamaban,
LA FARMACIA MODERNA
271
antiguamente eclegmas unas preparaciones en que se introducían palos de regaliz, para
que soltasen poco á^poco el sabor, sinónimo de ecligmas, del verbo griego lamer.
Los TROCISCOS eran medicamentos compuestos de una ó muchas substancias secas,
reducidas á polvo y á cuya mezcla se daba la forma de una tableta redonda, después de
amasarla con algún mucílago, miga de pan ó determinados zumos vegetales, de modo
que después de secas podían disgregarse fácilmente: la forma de los trociscos era cónica,
cúbica ó piramidal, y se diferenciaban de las pastillas ó tabletas en la ausencia del azúcar,
pero algunas veces se empleaban los dos nombres indistintamente.
Se empleaban también muchos vinos oficinales y el preparado con la miel ( v i n u m mulsum)
recibía el nombre de mulsa. El vino salado se obtenía mezclando agua de mar con vino ó
con mosto. Había i & m h i é n á o s v'mos resinosos, uno artificial y otro proceJente del Viennoisy del mediodía de Alemania; á los vinos griegos, vinos de ultramar, se mezclaba también agua de mar; los perfumados [ a r o m á t i r o s ) se preparaban con mirra, c á l a m o , canela,
azafrán, gengibre; etc.: clarete (cleré, pigment, era un vino a r o m á t i c o azucarado en el cual
se infundían diversos aromas, principalmente canela; era el vino hipocrático ó hipocrás.
T a m i b é n se hacía ya vino de pasas, ó sea de u v a desecada a l sol, que se llamaba pasarilla,
uva pasa, uvas ó pasas de Damasco y de Corinto y uvas de caja. El Sapa, rob ó hepsema
era un v i n o cocido hasta reducirle á un tercio.
El lector puede ampliar estos datos consultando en la Historia c r i t i c o - l i t e r a r i a de la
F a r m a c i a , por los doctores Chiarlone y Mallaina (3.a e d i c ) , los capítulos que comienzan
e n l a s p á g s . 129 y 189.
En el p r ó x i m o n ú m e r o publicaremos por nota los fragmentos del ensayo biográfico del
Benedicto Matheo, á que nos referimos en la primera parte de este artículo.
NUESTRO CONSULTORIO,
(i)
37.
¿No habrá otro excipiente más adecuado para las pildoras del Terpinól,
que el recomendado en la consulta núm.0 26, publicada el 15 de Abril? M . P.
Allí le decíamos que en nuestra práctica nos dá excelentes resultados la miel blanca y
el polvo fino de regaliz y así es en efecto: las pildoras resultan con la homogeneidad y
consistencia convenientes y ofrecen a d e m á s la ventaja de que en su p r e p a r a c i ó n han i n tervenido solo sustancias inertes, incapaces de provocar acciones q u í m i c a s , que puedan
alterar la .constitución del medicamento.
De prescindir del polvo inerte, nosotros a d o p t a r í a m o s (consultando con el médico) la
siguiente fórmula propuesta por Tanret y aceptada por Dujardín Beaumetz,
Terpinol
rv
. j
Benzoato de sosa. .
Azúcar
1
aa 10 centigramos.
.)
0
G1 S.
Para una pildora: pueden tomarse 6, 8, i o y hasta 12 cada día. No hay contraindicación, y el coadyuvante que se asocia facilita la absorción de la base f a r m a c o l ó g i c a .
3 8 , ¿-Los farmacéuticos, que regenten oficinas agenas, deben figurar en la Matricula de subsidio ó basta que figuren los propietarios de las boticas, sean ó no
(?)
Véase el número 13 p á g , 206.
2^2
LA FARMACIA MODERNA
viudas de farmacéuticos? ¿Caso que
deban matricularse, qué
procede hacer para
obligarles? M. P.
En la matrícula del subsidio solo deben figurar los nombres de los propietarios de
cada industria, únicos á quienes obliga el tributo; y como en este caso el regente no es
el propietario, sino un empleado de la casa, no tiene por qué entenderse con la a d m i nistración.
Le incumben solo funciones técnicas y su único deber es registrar el título en la subdelegación, para que resulte efectiva la responsabilidad profesional que la ley exige á
todas las oficinas de farmacia.
39.
Para que
un
Subdelegado de Farmacia pueda conseguir más
pronto el
cierre de oficinas abiertas sin autorización competente y regidas por meros dependientes, cuál será el procedimiento más exacto, poner el abuso en conocimiento
del Alcalde del pueblo, ó denunciarles al Juzgado de instrucción? M , P.
La apertura de toda botica supone un expediente tramitado y ultimado por la Alcaldía y la subdelegación respectiva, y como no puede verificarse sin haber cubierto estas
formalidades, es indiscutible la autoridad del Alcalde para cerrar las que se encuentren de
este modo fuera de la ley. Nos parece, pues, lo m á s expedito formular la denuncia ante
dicha autoridad; pero si ésta no estimase la reclamación del subdelegado y se desea hacer
efectiva la responsabilidad del causante, el camino m á s corto es acudir á las autoridades judiciales, que son las encargadas de castigar los delitos de infracción, según las disposiciones vigentes.
40.
¿Podemos incluir en una
papeleta de demanda á varios igualados que
no
están mancomunados en las escrituras de contrato, siempre que el total de la deuda
representada por aquéllos no exceda de 250 pesetas? G. P.
La ley de enjuiciamiento civil, respondiendo al pensamiento de abreviar y simplificar
las actuaciones judiciales^ permite el uso de varias acciones en una demanda, para que
sobre ellas se decida en el mismo juicio, siempre que estas acciones no se excluyan m ú tuamente, ó sean contrarias entre sí; cuando el Juez que deba conocer de la acción p r i n cipal sea incompetente por razón de la materia ó de la cuantía litigiosa, ó- cuando con
arreglo á la ley deban ventilarse y decidirse las acciones en juicio de diferente naturaleza.
Como la cuestión que se consulta, ó sea si en una misma demanda pueden incluirse
á varios igualados, aunque sus obligaciones no nazcan del mismo contrato, no se halle i n cluida en ninguna de las excepciones anteriormente apuntadas, y , por otra parte, la ley
autoriza expresamente el ejercicio de varias acciones en un mismo juicio contra varias
personas, no solo cuando procedan de un mismo título, sino t a m b i é n cuando se fundan
en una misma causa de pedir, (como en el caso presente), entendemos que sin dificultad
ninguna puede contestarse afirmativamente á la pregunta que se hace, sin que sea obs>
táculo solo la cuantía de la reclamación, pues por ella varía el Juez que en el asunto conociera; municipal si la cantidad no excede de 250 pesetas, y de i.a instancia si excediese
de esta cantidad.
LA FARMACIA MODERNA
41.
273
¿Cuál es la a u t o r i d a d encargada de dar p o s e s i ó n de su cargo á los inspec-
tores de g é n e r o s medicinales en las A d u a n a s , el Alcalde ó el A d m i n i s t r a d o r ? M . P .
La posesión la dá el Administrador de la Aduana ó quien haga sus veces, sin que tenga
que ver nada el Alcalde.
4S.
¿ D i c h o s Inspectores f a r m a c é u t i c o s
tienen derecho á percibir ú n i c a m e n t e
el m e d i o por ciento de los a r t í c u l o s medicinales, que reconozcan procedentes del
extranjero, s e g ú n se desprende de lo que dicen las Ordenanzas de Aduanas, ó tienen derecho a d e m á s al cuartillo por ciento, que claramente les asignan
las O r d e -
nanzas de Farmacia?
A uno y á otro, puesto que el medio y el cuartillo se refieren á dos procedencias
distintas, según claramente se expresa
que, á la letra, dice así:
en el a r t í c u l o 66 de las Ordenanza de Farmacia,
A r t . 66: «El servicio de los Inspectores será retribuido con el derecho de medio real
»por ciento, valor de los géneros reconocidos en el comercio de i m p o r t a n c i ó n del extran•»jero y con el de un cuartillo en el comercio de cabotaje. Estos derechos serán satisfechos
»acto continuo al del reconocimiento, por los dueños ó consignatarios de los mismos g é »neros ó efectos.»
A partir de estos derechos que la ley reconoce, y siempre teniendo en cuenta los artículos 61, 62 y 67 de las mismas Ordenanzas de Farmacia, tenemos noticia de que algunos inspectores disminuyen este arancel, estableciendo tarifas especiales y concediendo
descuentos á los consignatarios, en proporción con la importancia y cuantía del peso
neto ó el peso bruto de los artículos medicinales reconocidos.
I—IF'ejptoiaLSfcs,
consideradas
bajo el
p u n t o de
vista q u í m i c o -
biológico y de sus aplicaciones m é d i c o - f a r m a c é u t i c a s . T é s i s del Doctorado en la F a cultad de F a r m a c i a , por el Licenciado 0. J u a n N a d e Herrera —76 p á g i n a s en 4.°—
M a d r i d , 1892.
S U M A R I O : M a t e r i a s p r o t é i c a s : su o r i g e n , c a r a c t e r í s t i c a físico-químiCa, const i t u c i ó n y clasificación.—II E n z i m a s p r o t e o l i t i c o s ; Pepsina: c a r a c t e r í s t i c a , p r e p a r a c i ó n , p e p s i n i m e t r í a . — P a n c r e a t i n a : p r e p a r a c i ó n , t r i p s i n i m e t r í a . — P a p a í n a : car a c t e r í s t i c a , p r e p a r a c i ó n , p a p a / m m e í r í a . — I I I P e p t o n a s : Historia, c a r a c t e r í s t i c a
física, c a r a c t e r í s t i c a q u í m i c a , p r e p a r a c i ó n { l \ p r o c e d i m i e n t o s . . — P e p i o n i z a c i ó n de
los alimentos ulbuminoideos en general: A , alimentos a l b u m i n o í d e o s sencillos:
fibrina,
a l b ú m i n a l i q u i d a , a l b ú m i n a s ó l i t a , c a s e í n a , g l u t e n , l e g u m i n a y gelatina: B , a l i mentos a l b u m i n o í d e o s complejos: leche, carne musnlar, sangre, tejidos conectivos,
huesos y substancias vegetales.—^ompo^ d ó n de las peptonas, ensayo, a n á l i s i s
c u a l i t a t i v o y c u a n t i t a t i v o . — L a s peptonas en el organismo: su v a l o r fisiológico y ter a p é u t i c o . — F o r m a s f a r m a c é u t i c a s , conclusiones.
Hemos reproducido el sumario de tan interesante trabajo, por no disponer de espacio ,
tiempo, ni conocimientos suficientes para dar cuenta de él en un artículo bibliográfico ,
tan esmerado y detenido como en realidad merece. Pero, después de confesar nuestra
insuficiencia, sin modestia de ninguna clase, podemos decir que, habienJo leido a l g o
274
LA FARMACIA MODERNA.
sobre las materias objeto de la tesis, al hacer nuestros pobres estudios de Especialidades
f a r m a c é u t i c a s , hemos tocado de cerca sus dificultades esenciales y la intrincada complejidad en orden á sus relaciones, surgiendo para nosotros dificultades invencibles de
exposición doctrinal y hasta en el detalle mismo de la práctica tecnológica.
El Sr. Nacle, por el contrario, superando felizmente tales obstáculos, ha hecho una
monografía modelo de las peptonas, c o m p l e t á n d o l a con el estudio preliminar de las
zimasas peptonizantes. Para ello, seguramente, no le ha bastado la riqueza de su equipaje
científico y ha necesitado mucho m á s t o d a v í a : un sentido exquisito de crítica
analítica, para no embrollarse y oscurecer el trabajo con el dato dudoso, contradictorio
y exteril, exponiendo clara y m e t ó d i c a m e n t e , solo el necesario y preciso.
En toda la extructura del discurso, el autor revela que posee y domina el concepto
positivo de la química biológica y que puede adquirir una personalidad distinguida.
El Tribunal, por unanimidad, ha calificado el trabajo con la nota de sobresaliente y ha
obtenido el premio del Doctorado, coronando con este último y brillante éxito una
larga carrera literaria, hecha toda del mismo modo. Reciba por ello nuestro c o m p a ñ e r o
nuestros modestos cuanto sinceros plácemes.
3UEH-T03
Y
NOXÍCÍA3,
R e p a r a c i ó n y reposición.—Recordarán nuestros lectores, puesto que oportunamente les dimos cuenta de ello, que el digno subdelegado de Valencia, D . Miguel Domingo Roncal, fué suspendido en las funciones de su cargo por el tristemente célebre
gobernador Ojesto, en virtud de denuncia formulada por los drogueros, acusados con
anterioridad por aquél, reiteradamente de intrusos y que, por cierto, todavía no han
hecho efectivas las multas que en su día les fueron impuestas. Pues bien, nuestro veterano
c o m p a ñ e r o ha sido desagraviado solemnemente y repuesto en su cargo, según lo afirman
dos importantes periódicos de aquella capital.
Las Provincias, al hacer la reseña de la reunión celebrada por la Junta provincial de
Sanidad bajo la presidencia del gobernador Sr. Hinojosa, dice así:
«Dióse cuenta del dictamen emitido por D . Ricardo Martínez Barcia, en el expediente
que se le instruyó al Subdelegado de farmacia del distrito del Mar, D. Miguel Domingo
Roncal, proponiendo se le declare inculpable, por no existir cargo alguno probado en
contra suya, Hubo laboriosa discusión, en laque intervinieron los Sres. Comandante de
Marina, Pons de Doña, Sánchez de León y Climent. La Junta, por votación, acordó resolver el asunto en el acto, desechando la proposición del Sr. Climent, de que quedara
sobre la mesa tres ó cuatro días para su estudio, puesto que de ninguno de los vocales
presentes era conocido dicho expediente. Porfin,la Junta a p r o b ó el dictamen del Sr. Martínez Barcia en todas sus partes, constando en contra el voto del Sr. C l i m e n t . »
E l M e r c a n t i l Valenciano a ñ a d e :
«Ha sido repuesto en el cargo de subdelegado de farmacia el distinguido doctor y
acreditado farmacéutico de Valencia D . Miguel Domingo Roncal.
Es un acto de justicia que honra al gobernador de la provincia y que demuestra la
distancia que media entre un Ojesto y el Sr. Hinojosa.»
Después de felicitar al subdelegado restituido á las funciones de que por tan malas
artes fué despojado, nos permitimos darle un consejo. Es este, que esperamos acepten
los demás subdelegados de farmacia del país.
No ceda j a m á s , en adelante, á la tentación de tramitar las denuncias formuladas contra
los intrusos por la vía administrativa, porque ya habrá podido convencerse de que esa
vía es via-crucis, y burladero á la vez de la justicia y de las leyes. En lo sucesivo, pues,
formule esas denuncias ante los Tribunales de justicia, donde se hila menos burdamente
que en los gobiernos de provincia, no causa costas, puesto que las suyas son de oficio.
LA FARMACIA MODERNA,
275
el subdelegado, y aunque salga condenado levemente el denunciado, harto tiene con las
costas procesales que d e b e r á obonar y que n i n g ú n curial perdona.
Conque no olvide nuestro consejo, que es de buenos amigos.
R a s g o patriótico,—Cuando actúan de concejales del Ayuntamiento de Madrid
nuestros hermanos los médicos, es cosa de no tener hora tranquila los farmacéuticos.
Aquéllos, ¡distinguen tanto á éstos, les quieren tanto! Y los distinguen y quieren hasta
con e n s a ñ a m i e n t o y bien calculada periodicidad.
En efecto: médico y concejales el Sr. Rubio Amoedo, que pretendió hacer acopios de
sulfato de quinina para librar al municipio de la codicia de los farmacéuticos. Concejal
y médico es también quien resucitó, hace poco, el desacreditado proyecto de farmacias
municipales, Y médico y concejal es, por ú l t i m o , el Sr. Menéndez Tejo, que acaba de
arrancarse con la presentación de la oferta hecha por una casa extranjera de suministrar al Ayuntamiento toda la cura Lister que necesite para el servicio benéfico sanitario.
Este rasgo patriótico del médico Sr. Menéndez Tejo tiene una segunda parte que
bien merece un «meditemos,» como aquel que tanto renombre dió al insigne publicista
Alvarez Lorenzana.
El Sr. Menéndez Tejo es el encargado de informar sobre la proposición que él mismo
ha patrocinado y presentado.
Pues, como se pide.
Novedades concejiles.—En las que desempeña también papel i m p o r t a n t í s i m o
un Galeno, perteneciente al cabildo de la muy ilustre villa m a d r i l e ñ a .
Es, pues, el caso, que nuestra providencial municipalidad, no sabiendo c ó m o hacer
felices á sus administrados,—que lo son ya de sobra—estudia en estos momentos un
proyecto de policía sanitaria, del que tenemos las siguientes noticias.
El estudio ha sido confiado á un edil médico; y en ese proyecto, sin acordarse su
autor de que rige un artículo de la Constitución en el que se consigna, que nadie satis •
f a r á tributos que no estén votados p o r las Cortes, se establecen impuestos, que se
harán
efectivos en forma de cuotas anuales, mensuales y hasta semanales, según la importancia
de los establecimientos, á determinados industriales y traficantes; se e n t r e g a r á n , á éstos
libros talonarios que deberán presentar á los encargados de girar visitas periódicas y
discrecionales á sus establecimientos; se creará una oficina cuyo personal, así como el
destinado á practicar las expresadas visitas, se c o m p o n d r á única y exclusivamente de
médicos, puesto que, siguiendo la tradición de aquel inolvidable amigo de los farmacéuticos,
el ya difunto Méndez Alvaro, éstos no conocen los rudimentos de la higiene, ni son quie
nes deben intervenir en estos asuntos; y después
después á pagar aquéllos—los
industriales—y á cobrar é s t o s — l o s médicos —Que es á lo que, pOr lo visto, se tira en
esta especie de cantonalismo profesional.
Pero ya vendrán el gobernador y el ministro de la Gobernación con la rebaja y
curarán á estos innovadores filántropos de sus iniciativas económicas, con doble fondo.
Traslado, pues, de lo que acabamos de averiguar al Sr. Novella, que es, también
médico y concejal en una pieza.
Colegiación obligatoria.—El Sr. Borgoñón, subdelegado del partido de Viver
y todos los farmacéuticos que ejercen en éste, han suscrito una exposición pidiendo al
Ministro apruebe el proyecto de reglamento presentado por este Colegio.
B e n e ñ c e n c i a municipal.—Estando vacante la plaza de Farmacéutico del primer
Asilo de San Bernardino, se abre concurso para su provisión entre los que tengan establecida su oficina en el Distrito de la Universidad de esta Corte.
276
LA FARMACIA MODERNA
Los. aspirantes presentarán sus solicitudes, debidamente documentadas, en la Secretaría del Ayuntamiento hasta el día 22 del presente mes, á la una de la tarde.
L a Sociedad Farmacéutica e s p a ñ o l a celebrará Junta general extraordinaria
de accionistas el día 20 inmediato del corriente Junio, á las tres de la tarde, en el local de
la Sociedad. El objeto de la Junta Gerencia es: la d i s c u s i ó n de una reforma de Estatutos
propuesta por ella, para armonizar la vida legal de la Sociedad con las variaciones sufridas
por la compañía colectiva G. Hormiguera y Comp.a.
Publicaciones recibidas. — E s t u d i o climatológico
y topográfico médico del R e a l Sitio
de San Lorenzo (Escorial), por el Dr. D. Baltasar Hernández Briz, médico de n ú m e r o del
Hospital general de Madrid. Este trabajo, en que tan gallardamente luce sus conocimientos
el autor, ha sido laureado por la Real Academia de Medicina, otorgando á éste el t í t u l o
de Académico corresponsal.
Carlos Tomassi.—Interesante novela, por su forma y fondo, con la que ha estrenado
sus aptitudes literarias el joven farmacéutico valenciano D . F. Palau Ballesteros. Como
novela, al fin, el autor, que persigue objetivo m á s serio, matiza su trabajo con ficciones
amorosas, pero éstas no son m á s que un accidente del drama científico, del drama, sí,
que se desarrolla en todo aquél y que, en su fondo, afecta y tiene los caracteres de positivamente histórico. Como que se trata en él de errores padecidos involuntariamente en
determinado análisis judicial.
Se halla á la venta en las librerías de Fé. Carrera de San jerónimo y Suarez^ calle de
Preciados, 48, al precio de cuatro pesetas.
Nuestros suscriptores pueden adquirirla con un 25 por 100 de descuento, dirigiéndose
á esta Redacción, por haber merecido esta distinción, que tanto agradecemos, de nuestro
c o m p a ñ e r o Sr. Palau.
Nuevos Elementos de F a r m a c i a P r á c t i c a por A . Audonard. Hemos recibido los cuadernos
16 y 17 de esta importante obra. C o n t i n ú a n recibiéndose suscripciones en la calle de
Preciados, 33, bajo.
L a coqueluche, G u i a del Subdelegado de S a n i d a d y
sanitario de los pueblos, de 14 de ]unio de 1 8 9 1 , son
Reglamento
p a r a el servicio benéfico-
los cuadernos segundo,
tercero y
quinto, pertenecientes á la Biblioteca E c o n ó m i c a m é d i c o - f a r m a c é u t i c a , que se ha servido
remitirnos su inteligente director Sr. Cuesta.
Aunque la colección de estos interesantes opúsculos c o n s t a r á
de
12 tomos, pueden
adquirirse discrecíonalmente, esto es, sin someterse á la n u m e r a c i ó n correlativa adoptada
por la Biblioteca, al precio de una peseta tomo.
Los pedidos á D. Favila Cuesta y A r m i ñ o , calle de las Minas, 14 y 16, tercero derecha, Madrid.
Colección Legislativa de ' B a ñ o s y Aguas minero~medicinales; p o r D . Carlos Menéndez y
D. Joaquín María Aleixandre, con una c a r t a - p r ó l o g o de D .
men de 346 p á g s . en 8 °. —Madrid, 1892.
' B o l e t í n de S a n i d a d del M i n i s t e r i o de l a G o b e r n a c i ó n ,
Enero y Febrero de
Marcial Taboada.—Un volu-
correspondiente á los meses de
1892.
D i c c i o n a r i o de L e g i s l a c i ó n de I n s t r u c c i ó n p ú b l i c a ; por D. Eduardo Orbaneja y Majada.
- T o m o I I . Cuadernos 51 y 52.—Valladolid, Hijos de J. Pastor.
N e c r o l o g í a . - El día 29 de Mayo ú l t i m o , falleció en Calzada de O repesa el joven
farmacéutico D. Vicente Castelió.
Descanse en paz nuestro malogrado c o m p a ñ e r o .
Valladolid; Establecimien to tipográfico de H . DB J . PASTOR.

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