La familia Obama se adapta a la Casa Blanca

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La familia Obama se adapta a la Casa Blanca
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MIERCOLES, 28 DE ENERO DE 2009
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La familia Obama se adapta a la Casa Blanca
El presidente de EE. UU., Barack Obama, tuvo
que preguntar en su primera noche en la Casa
Blanca adonde tenía que ir, mientras sus hijas Malia, de 10 años, y Sasha, de 7- eligieron una
habitación entre las 16 destinadas a niños en la
residencia oficial. Eso sí, tendrán que seguir
haciéndose la cama, como en su casa de Chicago.
Su abuela materna, la primera suegra que habita
en el número 1.600 de la Avenida Pensilvania
desde los tiempos de Truman, les ayudará a adpatarse a otra forma de vida.
Por Manuel Carretero
EFE-Reportajes
La infancia ha regresado a la Casa Blanca, con el
protagonismo de Malia y Sasha, las mismas que deslumbraron con sus sonrisas y su aplomo durante la
jura de su padre como 44 presidente de EE. UU.,
Barack Obama.
Acabadas las celebraciones, comenzó la adaptación de la familia Obama a la Casa Blanca, un edificio que fue inaugurado en noviembre de 1800.
“La primera noche el presidente tuvo que preguntarle alguien que adónde se suponía que tenía que
ir”, contó el portavoz de la Casa Blanca, Robert
Gibbs.
Fue la anécdota de la inauguración de la nueva
casa de los Obama, aunque se sabe que el presidente se muestra contento por la cercanía de los apartamentos privados y las oficinas de la Casa Blanca.
Michelle Obama describió como “un poco surrealista” su primera jornada en la Casa Blanca, en una
entrevista con la televisión.
“Es muy excitante, también, porque hay mucho
que se puede hacer desde esta posición”, dijo la primera dama en declaraciones para el programa
“Good Morning America” de la cadena ABC.
Michelle, quien cumplió 45 años de edad tres días
antes de convertirse en primera dama, opinó que la
larga campaña electoral de su esposo, Barack
Obama, les “ha preparado para la vida pública”.
“Barack y yo llevamos ya dos años en ausencia de
vida privada”, agregó. “Probablemente estamos más
habituados a ello que lo que una podría imaginarse”.
CENAR EN FAMILIA
Al día siguiente de su toma de posesión, Barakc
Obama pudo aprovechar un rato muerto entre dos
actos oficiales para subir a las habitaciones privadas
y cenar con su familia, algo que “evidentemente le
importa mucho como padre”, explicó su portavoz.
Evidentemente, el matrimonio Obama quiere que
la vida de sus hijas se altere lo menos posible. Así,
les dejaron elegir una estancia de entre las 16 que la
Casa Blanca tiene destinadas a niños, pero Malia y
Sasha seguirán haciéndose a diario su cama, como
hacen desde los 4 años, aunque dispongan de decenas de ayudantes en la residencia oficial.
Las “niñas de América”, como ya las han bautizado algunos medios de prensa en EE. UU., seguirán
ganando un dólar por cada tarea doméstica en la que
ayuden.
El portavoz Gibbs dijo que Malia y Sasha “mantienen una rutina diaria desde hace mucho”, entre
ellas las de acostarse a las 20.30 cada día y ver sólo
una hora de televisión al día.
Esta rutina las ha mantenido alejadas del jaleo de
la campaña electoral y de lo relativo al nuevo cargo
de su padre, explicó el portavoz, y añadió: “Esto es
un testamento monumental a Michelle”.
En su adaptación, las niñas contarán con la inestimable ayuda de su abuela materna, Marian
Robinson, de 71 años, a quien están muy unidas después de la larga campaña electoral que llevó a
Obama a la Casa Blanca.
Marian Robinson, que trabajó como secretaria de
banca y vivía en pequeño apartamento en Chicago,
será la primera suegra presidencial en el número
1.600 de la Avenida Pensilvania desde los tiempos
de Harry Truman (1945-1953).
Michelle Obama ha tratado de acompañar a sus
hijas desde que llegaron a Washington a la escuela
privada donde estudian, la exclusiva Sidwell Friends
en el noroeste de Washington, donde ya acudió
Chelsea Clinton, además de los hijos de otros presidentes, como Nixon y Roosevelt.
En una entrevista a la cadena ABC en noviembre,
Michelle Obama afirmó que en su primera visita a la
Casa Blanca “lo primero que le dije a parte del personal fue: ‘bueno, vamos a tener que fijar algunos
límites porque (las niñas) van a tener que hacerse sus
camas y recoger sus cuartos’”.
Al margen el orden y el protocolo, Jenna y
Barbara Bush, las hijas del anterior presidente, ofrecieron algunos consejos a las niñas de Obama sobre
como pasar el tiempo en la Casa Blanca, por ejemplo “rodearse de amigos fieles”.
Tambien les aconsejan “cuidar a sus mascotas,
porque a veces necesitarán el cariño callado que solo
los animales pueden proporcionar”.
Las gemelas Bush ya hicieron de guía a las niñas
Obama en su primera visita a la Casa Blanca, en
noviembre último, cuando les enseñaron cómo usar
una cama especialmente alta como trampolín, cómo
convertir un pasillo en una carrera de obstáculos o
“deslizarse por la barandilla del solárium, ir a los
juegos de pelota, celebrar fiestas en la piscina y
jugar en el jardín”.
Por el momento, la familia Obama aún no se ha
decidido por la mascota de la Casa Blanca, porque
Malia es alérgica, y la selección es bastante limitada.
Aunque la preferencia inicial de los Obama era un
perro cruzado, las opciones se han quedado en dos,
un “labradoodle” -una mezcla de labrador y canicheo un perro de aguas portugués.
Michelle Obama se ha encargado de darle un aire
novedoso a la Casa Blanca con la ayuda del decorador Michael Smith, con un gasto de 100.000 dólares,
bastante reducido si se tiene en cuenta que la residencia tiene 132 habitaciones, 35 cuartos de baño y
seis niveles para acomodar a las personas que viven,
trabajan o la visitan. La totalidad del conjunto (edificio principal y aledaños) ocupa una superficie de
más de siete hectáreas.
Por su parte, el presidente Obama retiró los cuadros de rodeos que presidían el Despacho Oval y
escogió la misma mesa que usó John F. Kennedy.
En lo personal, y dada su afición al deporte el presiente ha pedido que el gimnasio esté siempre disponible y que se dote a la Casa Blanca de una pista de
baloncesto, además de las de tenis y bolos de las que
ya disponía.
La actitud de Obama en su primer día de trabajo
en el famoso despacho fue también radicalmente
distinta a Bush: se quitó la chaqueta, algo que el
anterior presidente tenía absolutamente prohibido a
sus asesores, y a todo aquel que llegara al Despacho
Oval.
Las fotos que distribuyó la Casa Blanca de los primeros minutos del nuevo presidente en el afamado
despacho muestran a un Obama en mangas de camisa mientras habla por teléfono. Al menos sí lleva
corbata.
Uno de los objetivos que se ha marcado la nueva
Casa Blanca es hacer la institución más accesible a
los ciudadanos.
Así, al día siguiente de su toma de posesión,
Obama y su esposa celebraron una jornada de puertas abiertas en la que recibió a dos centenares de ciudadanos de a pie, escogidos por una lotería a través
de Internet y entre voluntarios de la campaña.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama (2d) y la primera
Dama, Michelle Obama (d), saludaron a decenas de ciudadanos en su
primer día en la Casa Blanca. . EFE/MARTIN H. SIMON-POOL.
Imagen cedida por la Casa Blanca el 24 de enero de 2009 del presidente estadounidense Barack Obama junto a sus hijas Malia (izda) y
Sasha Obama, antes de dirigirse a los bailes de gala del día de su
toma de posesión en Washington D.C., EEUU, el 20 de enero de
2009. EFE/Pete Souza.
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