¡CUIDADO CON TITIVILO!

Transcripción

¡CUIDADO CON TITIVILO!
¡CUIDADO CON TITIVILO!
Pero… ¿quién es Titivilo?
Es un demonio que «nació» en la Edad Media (se hablaba de él por primera vez en 1285) y
«murio» al inicio del Renacimiento.
Es el demonio «acusador de todo lo mal hecho en la liturgia»: palabras mal pronunciadas, textos
mutilados, cambiados, ritos inobservados, etc. es, un demonio muy, muy ocupado. Ya se decía de
él: «Quaque die mille vicibus sarcinat ille», que se podría traducir: «Cada día llena su saco mil
veces con esas fallas». Luego va y apunta todo en un gran libro que será leído en el Juicio Final.
Alrededor de 1460 se detalla su cosecha:
«Los que hablan demasiado rápido y sin cuidado, los que se duermes, los que bostezan,
los que no pronuncian claramente, los que se brincan textos y ritos, los que…».
Hacia 1475 se añade otro «pecado»: Titivilo también está con los «ad missam garulantes», los
que cuchichean en Misa.
En estos tiempos habría que añadir: «los que inventan textos, añaden cosas personales, los que
buscan siempre novedades, los que no se preparan, los que no están en lo que están».
Titivilo igualemnte sirvió luego de amenaza contra los copistas que cometían errores
«tipográficos» en su tediosa tarea de reproducir manuscritos antes de que existiera la imprenta, y
también de «demonio patrón», puesto que los copistas atribuían sus errores a ese influjo
«demoníaco».
Más que Titivilo, a nosotros nos tiene que mover el amor, al amor a Cristo, a la Iglesia, a nuestra
comunidad, y el fiel cuidado de preparar y actuar la celebración de la liturgia.
(Ideas tomadas de Medieval Calligraphy, its history and tachnique, de Marc Drogin, Dover, 1989).

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