2.- De una Disputa del alma y el cuerpo (h.1201), procedente

Transcripción

2.- De una Disputa del alma y el cuerpo (h.1201), procedente
2.- De una Disputa del alma y el cuerpo
(h.1201), procedente del Monasterio de Oña,
conservamos 74 pareados heptasílabos, en los que el
alma de un difunto recuerda al cuerpo los lujos que la
han perdido.
Disputa del alma y el cuerpo
3.- En dísticos de ocho y nueve versos
se transmite la Razón de amor, con los
denuestos del agua y el vino, o Siesta de
abril, título menos afortunado del poema.
Copiado entre sermones y exorcismos latinos,
consta de 146 líneas: 264 versos.
Primer folio de la
Razón de Amor
Presenta a un clérigo escolar, cuya siesta
en un prado interrumpe una doncella que lo
ama sin conocerlo. Tras besarse y solazarse,
ella desaparece. El escolar contempla una
paloma que vierte agua de una copa sobre el
vino de otra, y provoca una disputa entre
ambos elementos, que cierra la obra.
La copió Lope de Moros, a quien se ha
querido identificar con el autor.
Razón de amor
Qui triste tiene su coracón
benga oyr esta razón
Odrá razón acabada,
feyta d'amor e bien rimada.
Un escolar la rimó,
que siempre dueñas amó;
mas siempre ovo triança
en Alemania y en Françia;
moró mucho en Lombardía
pora aprender cortesía.
En el mes d'abril, después yantar,
estava so un olivar;
entre çimas d'un mançanar
un vaso de plata vi estar:
Último folio de la
Razón de Amor
pleno era d'un claro vino
que era vermejo e fino,
cubierto era de tal mesura
no lo tocás la calentura;
una dueña lo y eua puesto
que era señora del huerto,
que quan su amigo viniesse
d'aquel vino a bever le diesse:
qui de tal vino oviesse,
en la mana quan comiesse,
e d'ello oviesse cada día,
nuncas más enfermaría.
Arriba del mançanar
otro vaso vi estar:
pleno era d'un agua frida
que en el mançanar se naçía:
beviera d'ela de grado
mas ovi miedo que era encantado.
Sobre un prado pus mi tiesta,
que no m fiziesse mal la siesta,
partí de mí las vistiduras,
que no m fiziés mal la calentura;
plegém a una fuente perenal,
nunca fue omne que vies tall:
tan grant virtud en sí avía
que de la fridor que d'í ixía
çient passadas aderredor
non sintríades la calor.
Todas yervas que bien olién
la fuent çerca sí las tenié:
y es la salvia, y son as rosas,
y el lirio e las violas;
otras tantas yervas y avía
que sól nombrar no las sabría,
mas ell olor que d'í ixía
a omne muerto ressuçitaría.
Pris del agua un bocado
e fui todo esfriado;
en mi mano pris una flor
sabet, non toda la peyor, 6
e quis cantar de fin'amor.
Mas vi venir una doncela,
pues naçí no vi tan bella:
blanca era e bermeia,
cabelos cortos sobre'll oreja,
frente blanca e loçana,
cara fresca como maçana;
mariz egual e dreita,
nunca viestes tan bien feita;
oios negros e ridientes,
boca a razón e blancos dientes,
labros vermeios, non muy delgados,
por verdat bien mesurados;
por la çentura delgada,
bien estant e mesurada;
el manto e su brial
de xamet era, que non d'al;
un sombrero tien en la tiesta,
que nol fiziesse mal la siesta;
uñas luuas tien en la mano,
sabet, non ie las dio vilano.
De las flores viene tomando,
en alta voz d'amor cantando.
E deçía: «ay, meu amigo,
si me vere yamas contigo!
Amet sempre e amaré
quanto que biva seré!
Porque eres ecolar,
quis quiere te devría más amar.
Nunca odí de omne deçir
que tanta bona manera ovo en sí.
Más amaría contigo estar
que toda España mandar.
Mas d'una cosa so cuitada
e miedo de seder engañada,
que dizen que otra dueña
cortesa e bela e bona,
te quiere tan gran ben,
por ti pierde su sen;
e por eso he pavor
que a esa quieras meior.
Mas s'io te viés una vegada,
a plan me queryes por amada!».
Quant la mía señor esto dizía,
sabet, a mí non vidía;
pero sé, que no me conoçía,
que de mí non foyría.
Yo non fiz aquí como vilano,
levem e pris la por la mano,
junniemos amos en par
e posamos so ell olivar.
Dix le yo: «Dezit, la mía señor,
si supiestes nunca d'amor?».
Diz ella: «A plan, con grant amor ando,
mas non connozco mi amado;
pero dizem un su mesaiero
que es clérigo e non cavalero,
sabe muito de trobar,
de leyer e de cantar;
dizem que es de buenas yentes,
mancebo barva punnientes».
«Por Dios, que digades, la mía señor,
que donas tenedes por la su amor?»
«Estas luuav* y es capiello,
est'oral y est'aniello
enbió a mí es meu amigo,
que por la su amor trayo conmigo».
Yo connoçí luego las alfayas
que yo ie las avía enbiadas;
ela connoçió una mi çinta man a mano;
toliós el manto de los onbros,
besome la boca e por los oios;
tan gran sabor de mí avía,
sol fablar non me podía:
«Dios señor a ti loado,
quant conozco meu amado!
Agora e tod bien comigo
quant conozco meo amigo!».
Una grant pieça alí estando,
de nuestro amor ementando,
ela m dixo: «El mío señor, oram sería de tornar,
si a vos non fuese en pesar».
Yo l dix: «Yt, la mía señor, pues que yr queredes,
mas de mi amor pensat, fe que devedes».
Ela m dixo: «Bien seguro seyt de mi amor,
no vos cam[b]iare por un enperador».
La mía señor se va privado,
dexa a mí desconortado,
que quan la vi fuera del huerto
por poco non fuy muerto.
Por verdat quisiera m'adormir,
mas una palomela vi;
tan blanca era como la niev del puerto;
en la fuente quiso entrar
mas quando a mí vido estar,
entrós' en la del malgranar,
un cascavielo dorado
tray al pie atado.
En la fuent quiso entrar
mas quando a mí vido estar,
entro'en el vaso del malgranar.
Quando en el vaso fue entrada
e fue toda bien esfryada,
ela que quiso exir festino,
vertiós'el agua sobre'l vino.
Aquí comiença a denostar
el vino, y el agua a malinar.
El vino fabló primero:
«Mucho m'es venido mal compañero!
Agua, as mala maña,
non quería aver la tu compaña,
que quando te legas a buen tino
fazes lo feble e mesquino».
«Don vino, fe que devedes,
¿por quales bondades que vos avedes
a vos queredes alabar,
e a mí queredes aontar?
Calat, yo e vos no nos denostemos,
que vuestras mannas bien las sabemos:
bien sabemos que recabdo dades
en la cabeça do entrades;
los buenos vos preçian poco,
que del sabio façedes loco;
no es homne tan senado,
que de ti sea fartado,
que non aya perdío el sesso y el recabdo».
El vino, con saña pleno,
dixo: «Don agua, bierua* vos ueno!*
Suzia, desbergonçada,
salit buscar otra posada;
que podedes a Dios iurar
que nunca entrastes en tal lugar;
antes amaryella e astrosa,
agora vermeia e fermosa».
Respondió el agua:
«Don vino, que y ganades
en villanías que digades?
Pero si vos ent apargades,
digamos vos las verdades:
que no a homne que no lo sepa
que fillo sodes de la çepa,
y por verdat vos digo
que non sodes pora conmigo;
que grant tiempo ha que vuestra madre seríe arduda,
si non fusse por mi ayuda:
mas quando veo que le van cortar
ploro e fago la vua levar».
Respondió el vino luego:
«Agora entiendo que lo dizes por iuego.
Por verdat plaçem de coraçón,
por que somos en esta razón,
ca en esto que dizes puedes entender
como es grant el mío poder,
ca veyés ca no he manos ni piedes
e yo derribo a muchos valientes;
e sí faría a quantos en el mundo son
e, si bivo fuese, [a] Sanson.
E dixemos tod lo al:
la mesa sin mí nada non val».
El agua yaze muerta ridiendo
de lo qu'el vino está diziendo:
«Don vino, sí nos dé Dios salut,
que vos me fagades agora una virtud:
fartad bien un villano,
no lo prenda ninguno de la mano,
e si antes d'una pasada no cayere en el lodo,
dios sodes de tod en todo.
E si esto fazedes,
otorgo que vençuda m'avedes:
en una blanca paret
cinco candelas ponet,
e si el beudo no dixere que son ciento,
de quanto digo, de todo miento».
«Par Dios, diz el vino, mucho somos en buena razón,
si comigo tuvieres entençión.
Quieres que te diga ahora una cosa?
no sé res tan lixosa:
tu sueles cales e caleias mondar,
........................... y andar;
por tantos de lixos lugares
delexas tus señalles,
e sueles lavar pies e manos
e linpiar muchos lixos panos,
e sueles tanto andar con polvo mesclada
fasta qu'en lodo eres tornada.
C'a mí siempre me tienen ornado
de entro en buenas cubas condesado;
e contart'he otras mis mañas,
mas temo que luego te asañas:
yo fago al çiego veyer
y al coxo corer,
y al mundo faublar
y al enfermo organar;
así com dize en el scripto,
de mí fazen el cuerpo de Iesu Christo».
«Así, don vino, por caridad,
que tanta sabedes de divinidat!
Alauut * yo y todo algo he en cristianismo,
que de agua fazen el batismo,
e dize Dios que los que de agua fueren bautizados
fillos de Dios serán clamados,
e llos que de agua non fueren bautizados
fillos de Dios non serán clamados».
Mi razón aquí la fino,
e mandat nos dar vino,
qui me scripsit scribat,
semper cum Domino bibat,
Lupus me fecit de Moros.

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