Julio Faustino Martínez
Transcripción
Julio Faustino Martínez
Cincuenta años han pasado. Cincuenta años desde que mi padre, Faustino Martínez, me dejó por fin elaborar mi primer vino. Más de 10 años acompañándole por las viñas y la bodega, en los ratos que mis tareas de chaval me dejaban libre. Muchas horas viendo cómo se mimaba la uva colgada de sus vides, cómo se decidía en aquel pequeño laboratorio si estaba lista para cortar, cómo al final se traía en camportillos a la bodega, y se volcaba poco a poco a los lagos de piedra, retirando con las manos todo lo no “apto”. Casi las mismas que pasé viendo pisar la uva, lo cual a veces, como un premio, mi padre me permitía hacer durante poco tiempo, por el temido “tufo”, cuya sensación untuosa, fresca, salvaje sobre mis pies, mojados por las primeras lágrimas de vino, todavía soy capaz de recordar indeleblemente y con placer. Muchas horas recorriendo la bodega en silencio, al lado de mi padre, viendo cómo se hacían coupages, cómo se cargaban cisternas y cómo se embotellaba. Muchas horas también recorriendo toda la geografía española vendiendo vino, pero siempre esperando que mi padre me diera el relevo en lo que más me gustaba: hacer nacer un nuevo vino. Llegó por fin aquel ansiado día, un 28 de septiembre de 1951, cuando mi padre, por fin, me dio el testigo, simplemente con la frase: ”hijo, ya estás preparado para hacer tu primera vendimia, lo dejo en tus manos”. Realmente siempre estuvo detrás, observando vigilante, pero aquel año tuve suerte y fue una cosecha excelente. Exactamente igual que este vino de 2001, cosecha excelente también, que ya siendo abuelo de nueve nietos, he querido preparar para poder ofrecéroslo ahora, cincuenta años después de aquel día tan importante para mí. Espero que con este vino podáis disfrutar tanto como lo he hecho yo a lo largo de mi vida, siempre acompañado por su aroma, color y sabor y presente siempre en todos los acontecimientos felices y memorables transcurridos. Julio Faustino Martínez