Descargar nota de prensa - Fundación Tres Culturas
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Cuatro fachadas de Tarifa se llenan con el arte de Abdellatif Moustad, Axel Void, Zepha y Sex, el niño de las pinturas La Fundación Tres Culturas ha desarrollado la III intervención en el paisaje del Proyecto CREAMOS, del 17 al 23 de marzo, en dos barrios de esta localidad La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo concluye este fin de semana su III Intervención en el paisaje titulada Vecinos, que se está desarrollando en la ciudad de Tarifa del 17 al 23 de marzo, en colaboración con el Ayuntamiento de dicha localidad. Esta actividad se enmarca dentro del proyecto CREAMOS, una iniciativa de cooperación transfronteriza entre Andalucía y Marruecos que utiliza las artes visuales como vínculo de unión y aprendizaje. Los artistas invitados han sido Abdellatif Moustad, Axel Void, Zepha y Raúl Ruiz, más conocido como Sex, el niño de las pinturas. Las barriadas de Punta Europa (en el caso del primero) y Nuestra Señora del Carmen (donde han trabajado los otros tres autores), han sido los lugares elegidos para la realización de grandes pinturas murales en sus fachadas. El sueño azul, de Abdellatif Moustad. La obra que este artista marroquí está representando en una fachada de la barriada de Punta Europa en Tarifa es una reflexión sobre los sueños. Utiliza como elemento principal la caligrafía en su faceta más artística; así, a modo de collage, corta las palabras y toma algunas sílabas, vocales y consonantes que mezcla en una composición central donde predomina el azul cobalto, junto con otros colores más cálidos como el naranja y el rojo. Su habilidad con la caligrafía sugiere letras que parecen flotar sobre la superficie sin llegar a tocarla. El artista representa su obra sobre una fachada en Tarifa y proyecta su imagen desde Punta Europa hacia Marruecos, al igual que muchos ciudadanos de Marruecos proyectan en las fachadas que ven desde su país y que pertenecen a España sus propios sueños: deseos que viajan de un lado al otro del Estrecho. Axel Void reflexiona sobre el diálogo a través del retrato, evocando en sus formas y técnica al pintor nacido en Sevilla que más le cautiva: Velázquez. Nos presenta una obra que recuerda un gran lienzo sacado del museo y puesto a la vista de todos, descontextualizando la obra para traerla a la periferia y reivindicando el acceso al arte para todos. En este retrato predominan tonalidades propiamente velazqueñas como los ocres, tierras, siena tostada, rosados y delicados blancos. Este rostro femenino que nos sigue con la mirada aparece dividido en dos partes iguales por una amplia franja azul ultramar: dos orillas del Estrecho, Andalucía y Marruecos, que no son tan diferentes, sino que poseen muchas similitudes en sus rasgos, tanto físicos como culturales. El fondo de la obra de Zepha contiene una degradación de profundos azules que van desde el azul ultramar al azul cian en franjas que se superponen, del mismo modo que se superponen las letras doradas que nos muestran los distintos nombres que tiene el viento en caligrafía árabe y especialmente latina. Su reflexión parte de un lugar común para las tres culturas y religiones, como es la estrella de ocho puntas que también está compuesta a base de caligrafía, pero esta vez en blanco. Su obra recuerda la celosía que tanto se ha utilizado y aún se encuentra en las casas tradicionales de Andalucía y Marruecos, y que sirve para mirar a través de ella al otro. Esta estrella de ocho puntas se transforma finalmente en una rosa de los vientos que nos indica dónde está el norte y el sur en esa fachada de la barriada de El Carmen. Esta barriada era conocida en el pasado como “Los Pajaritos”, porque en sus fachadas se representaban distintas imágenes de animales. Ahora, el artista Raúl Ruiz, más conocido como Sex, el niño de las pinturas, retoma la idea del pájaro para reflexionar sobre la libertad de pensamiento. En su trabajo mural cargado de emoción y compromiso, un pescador parece sentarse sobre los pensamientos de otra persona que habla mientras salen de su boca pájaros, que acaban siendo pescados por la jaula que cuelga de la caña de pescar de su propia conciencia. El trasfondo está compuesto por números y letras, mientras en primer plano hay un pájaro que se escapa de la trampa de la jaula y vuela libre. Para el artista, nosotros mismos somos los que cortamos nuestras alas y nuestra propia libertad de pensamiento, aunque algunos consiguen escapar de la trampa. Esta semana de convivencia ha permitido también el intercambio de conocimiento, pensamientos y técnicas artísticas que continuarán alimentando la trayectoria de estos artistas más allá del momento actual. Ahora ya se preparan para los talleres de carácter gratuito que se impartirán en Sevilla, en la sede de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo del 25 al 27 de marzo, finalizando con una exposición conjunta y un concierto de raperos de ambas orillas del Estrecho.