josé carreras - Renaissancehouse

GENTE EXTRAORDINARIA
JO S É CA R R ER A S ,
UN CANTO A LA ESPERANZA
por César Vidal
Ilustrado por Alexander Levitas
Vidal, César
José Carreras, un canto a la esperanza / por César Vidal; ilustraciones de Alexander Levitas.
Resumen: una lección de vida y un canto a la esperanza del famoso cantante de ópera José Carreras, que luchó contra la
leucemia. Carreras es respetado por su gran talento y querido por su generosidad y valores humanitarios.
ISBN 1-56492-342-8
Text Copyright 2004 by Renaissance House
Illustrations Copyright 2004 by Renaissance House
An imprint of Laredo Publishing
9400 Lloydcrest Drive, Beverly Hills, CA 90210
César Vidal
Ilustrado por Alexander Levitas
José Carreras nació en Barcelona un frío mes de diciembre en el
seno de una familia modesta. Su padre, Josep Carreras Soler, era
policía de tráfico y Antonia, su madre, tenía una peluquería en la que
peinaba a las señoras del barrio.
Hacía pocos años que había terminado la terrible guerra civil
española. Los padres de José conocían la dureza de la vida y por eso
ansiaban que su hijo tuviera un futuro mejor aunque para ello
tuvieran que sacrificarse.
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A José le gustaba mucho cantar. Cantaba constantemente.
Cantaba en la peluquería de su madre o en el baño de su casa, donde
se encerraba con cerrojo para no molestar a sus padres.
Una tarde, sus padres le llevaron a ver al tenor Mario Lanza en
la película El Gran Caruso. Salió del cine lleno de entusiasmo y
cuando regresó a su casa, cantó todas las arias que Lanza había
cantado. Aquella película le mostró lo que quería ser en el futuro:
cantante de ópera.
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Cuando cumplió los seis años de edad, aquel niño amante de la
música empezó su educación musical con Magda Prunera, madre de
un amigo suyo. José tomaba clases de canto y de piano, y cuando
Doña Magda no le veía, tiraba alfileres a las señoras que pasaban bajo
el balcón de su casa.
Tenía José ocho años cuando sus padres le matricularon en el
conservatorio de música al que asistía después del colegio. Iba gustoso
a las clases y no le importaba sacrificar las horas de juego.
¡La música le llenaba de felicidad!
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Pronto sus esfuerzos y los de sus padres se vieron
recompensados, porque no pasó mucho tiempo antes de que la gente
admirara el timbre limpio y cristalino de su voz. Cuando sólo tenía
once años, José fue elegido para interpretar un papel en una obra de
Manuel de Falla en el exclusivo Liceo de Barcelona. Era su primera
actuación en público y obtuvo un éxito clamoroso. Los aplausos
inundaron la sala abarrotada por un público lleno de admiración
hacia aquel niño prodigio.
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José iba ya camino de convertirse en un hombrecito y sus
maestros se preguntaban si, al cambiar la voz, podría seguir cantando
de aquella manera excepcional. Afortunadamente, los cambios de la
adolescencia no afectaron su voz: a los dieciocho años, José tenía una
hermosa voz de tenor.
Al terminar el bachillerato, se matriculó en la Universidad.
Empezó a estudiar Químicas porque necesitaba asegurarse un futuro
económico. Puso todo su empeño en sus estudios, pero las fórmulas
químicas y los experimentos no lograban llenar su corazón.
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Entonces, José tomó una decisión que cambiaría su vida para
siempre. Cuando cursaba su tercer año de carrera, abandonó sus
estudios para dedicarse a la música. Seguía siendo fiel a su sueño de
infancia: ser cantante de ópera. Se concentró en sus clases de música
y pasaba largas horas educando su voz. Su tenacidad y su
perseverancia no dejaban de asombrar a sus maestros.
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De nuevo sus esfuerzos se vieron recompensados, pues su
carrera artística iba a dar un giro inesperado. Empujado por su
maestro Juan Ruax, José participó en una audición en el Liceo de
Barcelona. Su voz fascinó a los críticos y especialmente a la ya
entonces famosa soprano Montserrat Caballé. Montserrat Caballé, que
a partir de entonces se convertiría en su madre artística, pidió que
José cantara junto a ella en la ópera Lucrezia Borgia. Su hermosa voz
llenó la sala y los corazones de aquellos que le fueron a escuchar.
¡José Carreras acababa de debutar como tenor!
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A partir de entonces el mundo entero aclamaría a aquel joven
que aún no había cumplido los treinta años de edad. El sueño de José
se empezaba a cumplir: él cantaba para que los demás pudieran
disfrutar de la ópera.
Sin embargo, cuando el éxito parecía hallarse firmemente sujeto
en sus manos, los médicos le comunicaron una terrible noticia:
padecía una leucemia aguda. José comprendió que aquella horrible
enfermedad podía acabar en pocos meses con su vida. Pronto empezó
a sentirse muy débil, pero él no estaba dispuesto a dejarse vencer por
el sufrimiento.
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Entonces abandonó su país, España, y también su hermoso
sueño. Se trasladó a la ciudad de Seattle, en Estados Unidos, para
recibir un transplante de médula en la Fred Hutchinson Clinic.
Aunque los médicos no podían garantizarle su superivencia, él
deseaba con todas sus fuerzas luchar por su vida. Y así fue. Durante
largos meses, José se enfrentó a difíciles tratamientos que le cansaban
mucho. Sin embargo, nunca perdió su optimismo y los que le
atendieron recordarán siempre su buen humor y sus ganas de vivir.
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Gracias a los cuidados médicos y a su gran tenacidad, su salud
fue mejorando. Lo más difícil había pasado y su recuperación parecía
posible. Casi un año después, José salió del hospital curado de su
enfermedad.
¡Había recibido de la vida su mejor regalo!
De nuevo su perseverancia y su capacidad de lucha le habían
ayudado, y poco a poco fue recuperando su voz que había quedado
debilitada por la enfermedad.
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José Carreras había aprendido de manera trágica el valor de la
vida, y de su dura experiencia surgió un fuerte deseo de ayudar a las
personas enfermas de leucemia. Como muestra de agradecimiento a la
vida y añadiendo un nuevo propósito a su vida, creó la Fundación
Internacional de Leucemia José Carreras destinada a ayudar a los
enfermos de leucemia.
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José Carreras volvió a cantar en público. Esta vez lo hizo en el
Teatro de la Ópera de Seattle, donde ofreció un recital a beneficio
del hospital que le había tratado. Aquella noche, la sala quedó
inundada por los aplausos de los que celebraban no sólo al
excepcional artista, pero sobre todo al hombre valiente que había
vencido a la leucemia y que ayudaba a otros a combatirla.
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Ycomo si se tratara de un premio añadido a su generosidad, el
éxito le esperaba con más fuerza que nunca. Junto con Luciano
Pavarotti y Plácido Domingo, José Carreras pudo ver otro sueño
convertirse en realidad: poner la ópera al alcance del gran público.
Gracias a los conciertos de los tres tenores por todo el mundo, hoy
son muchas las personas que pueden disfrutar de tan bello género
musical.
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Al superar el medio siglo de vida, el tenor español vive el
mejor momento de su carrera artística. Su sueño de infancia se ha
cumplido con creces. Pero por encima de todo es un ejemplo vivo de
ayuda al prójimo y de la capacidad de lucha por la vida. Y éste es el
hermoso canto a la esperanza que nos ha enseñado José Carreras.
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Raquel Benatar nació en Marruecos y se crio en Madrid, España. Su rica herencia cultural y su
experiencia como psicóloga infantil le han servido de inspiración para escribir libros sobre la vida de
personas extraordinarias y ponerlos al alcance de los jóvenes lectores. Raquel vive ahora en
California, donde se divierte pintando, jugando con su gata y haciendo nuevos amigos.
Alexander Levitas nació en Taskent, Uzbekistán. Estudió historia y literatura en la universidad
de su ciudad natal. Desde 1990, vive y trabaja en un kibutz en Israel donde, entre otras actividades
se dedica a ilustrar libros. Gracias a sus conocimientos de historia y literatura, Alexander se ha
especializado en ilustrar biografías y libros de literatura clásica.
CRONOLOGÍA
1946
José Carreras nace en Barcelona, España.
1952
Toma clases de canto y de piano con Magda Prunera.
1954
Asiste, después de la escuela, al conservatorio local de música.
En su primera actuación pública para la Radio Nacional de España, canta La
Donna e Mobile.
1957
Aparece en los escenarios del Gran Teatro El Liceo de Barcelona, cantando el
papel del niño soprano del narrador de El retablo de Maese Pedro de Manuel
de Falla.
1964
La voz de soprano de Carreras niño cambia a la voz adulta de tenor.
1970
Primer papel como adulto en Lucrezia Borgia de Donizetti con la soprano
Montserrat Caballé.
1971
Contrae matrimonio con Mercedes Pérez.
1972
Nace su hijo Alberto.
1974
Ha cantado como tenor principal en 24 óperas diferentes tanto en Europa
como en América.
1976
Comienza su asociación con el hoy fallecido director austriaco Herbert von
Karajan en el Festival de Salzburgo, Viena.
1977
1987
1988
1989
1990
1992
1994
1995
2000
Nace su hija Julia.
Es diagnosticado de leucemia. Viaja a Seattle y es hospitalizado en la Clínica
Fred Hutchinson.
Sale del hospital de Seattle y crea en Barcelona la Fundación Internacional de
Leucemia José Carreras.
Retoma su carrera artística.
Primer concierto de Los Tres Tenores en Roma, Italia, para la final de la Copa
Mundial de Fútbol. El dinero recogido es donado a la Fundación Internacional
de Leucemia José Carreras. Un billón de telespectadores miran el concierto.
Se divorcia de su mujer después de 21 años de matrimonio.
Los Tres Tenores se reúnen para un concierto durante los Juegos Olímpicos de
Barcelona con el tema musical Amigos para siempre.
Saca Pasión, su primer álbum en solitario, que se convierte en un gran éxito
discográfico.
Sony Classical saca The Three Tenors Christmas, el primer concierto dedicado
a las Navidades por los tres tenores.