31 Julio 2016 - El precio de la entrada

Transcripción

31 Julio 2016 - El precio de la entrada
El precio de entrada
31 Julio 2016
David C. Mccasland
Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús (v. 24).
Lectura:
“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los
profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque
no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios
puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de
haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este
tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”
(Romanos 3: 21-26)
Todos los años, unos dos millones de personas de todo el mundo visitan la Catedral de
San Pablo en Londres. Vale la pena pagar la entrada para apreciar la magnífica estructura
diseñada y construida por Sir Christopher Wren a finales del siglo XVII. Sin embargo, el
turismo ocupa un lugar secundario en este sitio de adoración cristiana. Una de las
misiones principales de la catedral es «permitir que toda diversidad de personas se
encuentre con la presencia transformadora de Dios en Jesucristo». Si quieres recorrer el
edificio y admirar su arquitectura, debes pagar una entrada, pero no se cobra nada para
entrar y asistir a las reuniones de adoración que se realizan diariamente.
¿Cuánto cuesta entrar en la familia de Dios? La entrada es gratuita porque Jesucristo pagó
el precio por nosotros con su sangre: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que
es en Cristo Jesús» (Romanos 3:23-24). Cuando reconocemos nuestra necesidad
espiritual y aceptamos por la fe el perdón de Dios de nuestros pecados, tenemos vida
nueva y eterna en Él.
¡Hoy puedes entrar en una vida nueva porque Jesús pagó el precio de la entrada!
Señor, quiero vivir a la altura del alto precio que pagaste para salvarme.
Jesús pagó el precio para que podamos entrar en la familia de Dios.
Fuente: Ministerios Nuestro Pan Diario
www.nuestropandiario.org

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