¿A quién beneficia?

Transcripción

¿A quién beneficia?
VIRGINIA M. ADÁN LIFANTE
¿A quién beneficia?
Crimen y silencio en la frontera
RESUMEN: En su libro Crime Against the State, Crime Against Persons, Persephone
Braham, afirma que la ficción criminal escrita por los latinos en inglés va a seguir ganando
relevancia, puesto que también describe aspectos de la experiencia hispana. Este es el caso
de algunas películas y novelas de ficción criminal chicanas que pretenden descifrar el
misterio que se esconde tras los crímenes de mujeres en “Juárez” ciudad situada en el lado
mexicano de la frontera entre Estados Unidos y México. Estos asesinatos se deben no sólo
a anteponer los intereses económicos a la seguridad del individuo, sino también al silencio y la pasividad con que los organismos oficiales se enfrentan al problema. Para ilustrar
esta cuestión, me basaré en ejemplos en ejemplos del doble papel que juega la prensa en
las novelas Desert Blood y If I Die in Juarez, así como en la película Bordertown”.
PALABRAS CLAVES: frontera, feminicidio, globalización, chicano/a, prensa.
Tanto si se reside en Estados Unidos como en México, en España o en
muchos otros lugares del mundo, se podrá notar cómo durante los últimos meses
han incrementado en la prensa las noticias sobre asesinatos y verdaderas matanzas en México1. Si bien no podemos decir que la situación sea nueva, si es cierto
que ese país vive hoy uno de sus momentos más violentos desde la Revolución
Mexicana, de cuyo comienzo acaban de cumplirse cien años. Pero, el derramamiento de sangre que tiene lugar hoy en México no se debe a los intentos de
conseguir un cambio político y social como hace cien años. Este tiene su origen
en las rivalidades entre los diferentes carteles de la droga, que luchan por hacerse
con un mercado más amplio y adquirir mayor poder económico. A diferencia
también de lo que ocurrió en la Revolución mexicana, la violencia de la que
hablan las noticias es, sobre todo, una violencia fronteriza. De hecho, los más de
7, 600 asesinatos que sólo en este año han ocurrido en México sucedieron mayormente en estados mexicanos que tienen frontera con los Estados Unidos, siendo
la droga que se vende en este último país, uno de los aspectos más lucrativos del
negocio. Podríamos pensar que los criminales se detienen al llegar al Río Grande,
1. Este ensayo se escribe en octubre del 2010.
InterseXiones 3: 101-114, 2012.
RECIBIDO: 17-11-2010
ISSN-2171-1879
ACEPTADO: 24-02-2011
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que la frontera funciona como un muro de contención, al igual que lo procura ser
para los cientos de inmigrantes ilegales que intentan cruzarla cada día buscando
mejorar la calidad de sus vidas. Pero no, para la violencia no existe la frontera;
el espacio en el que los territorios mexicanos y estadounidense se tocan, es, de
hecho, un escenario donde se representan los peores efectos de la globalización.
Dos ejemplos que ilustran la invisibilidad de la frontera para la violencia los encontramos en eventos acontecidos en los últimos meses. Uno de
ellos ocurrió a través del espacio que separa a las ciudades vecinas de El Paso2,
en el lado estadounidense, y Juárez, en el mexicano. Algunas de las balas de
enfrentamientos entre sicarios y policías federales en Juárez impactaron en la
Universidad de El Paso y en el ayuntamiento de la misma ciudad3. Este hecho,
que parecería salido de una novela de realismo mágico, podría llevarnos a pensar
equivocadamente que la violencia sólo tiene una dirección, es decir, cruza sin
recato la frontera desde México a los Estados Unidos. Sin embargo, el siguiente
ejemplo nos saca de nuestro error. La captura de Edgar Valdez Villareal, conocido
como ‘La Barbie,’ uno de los capos de la droga cuya detención ha sido anunciada
recientemente en los medios de comunicación de medio mundo, personifica la
transnacionalidad y el carácter bidireccional del mundo del crimen. ‘La Barbie’
es un ciudadano estadounidense que irónicamente vivía ilegalmente en México,
país en que, además de ser capturado, llevaba a cabo la mayor parte de sus negocios, donde colgaba de puentes a sus víctimas y las degollaba. La prensa enfatiza
sorprendida la nacionalidad de la Barbie, mientras describe las características
que, basadas en estereotipos, reafirman su nacionalidad. Se menciona su físico,
recuerdo del jugador de futbol americano que fue durante la adolescencia, sus
ojos verdes y pelo rubio, así como su parecido con Kent el novio de la famosa
muñeca Barbie. La sorpresa ante el hecho de que un criminal estadounidense
actúe en México, como si fuera un caso aislado, y no al contrario, como lo hace
la bala salida de Juárez, refleja la creencia de que México es el único responsable y víctima de la violencia que vive día a día y que, en cierta manera, exporta.
Asimismo, la reacción de la prensa ante este caso nos podría hacer pensar que
los hilos de la violencia producto del tráfico de drogas, como otras que se callan,
no son movidos también desde fuera de las fronteras mexicanas y que sólo los
criminales de ese país se benefician de ella.
2. Es irónico que mientras Ciudad Juárez es una de las ciudades que más violencia está presenciando en los últimos
años, incluyendo el feminicidio, El Paso sea considerada la tercera ciudad más segura de los Estados Unidos.
3. Esto es posible por el uso de un tipo de arma, la AK 47 o “Cuerno de chivo,” cuyas balas pueden viajar hasta 750
metros.
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No es esa, sin embargo, la conclusión que se obtiene al conocer algunas obras de ficción criminal chicanas que, entre otras cosas, denuncian los efectos trágicos de la globalización para muchos de los que viven en la zona fronteriza entre Estados Unidos y México. Estas obras, en las que la prensa adquiere
un papel relevante, enfatizan la responsabilidad que ambos países comparten a
la hora de hablar de crimen y de violencia. La interdependencia de los Estados
Unidos y México en los procesos económicos y en los crímenes que afectan las
vidas de los habitantes de la zona fronteriza entre el sur de Texas y el norte de
México, la expresa ya el escritor chicano Rolando Hinojosa en 1985 desde el
título de su novela detectivesca, Partners in Crimen. De hecho, como declara
Ralph E. Rodríguez:
Partners anticipates many of the current debates about the spread
of globalization and its human consequences, and it even foreshadows what Arturo Aldama sees as the challenges of contemporary
Chicana/o border studies, namely “to analyze the complex relationships among the uneven edges of the US/Mexico border” and “the
articulation of racialized, subaltern, feminist, and diasporic identities
(36)”. (2005:26)4 .
Partners, no es sólo la primera novela detectivesca de Rolando Hinojosa, sino también es considerada como la primera novela chicana de este género
(Rodíguez, 2005: 2; Baker Sotelo, 2005: 10). El que los escritores chicanos
no escriban ninguna novela de ficción criminal con anterioridad se debe, según
Ralph Rodríguez, a que no es hasta este momento que el género puede dar cabida a los propósitos de cambio político y justicia social que el escritor chicano
persigue con su obra. A principios de los 80, sin embargo, se produce en Estados Unidos un boom en la ficción detectivesca escrita por mujeres (por ejemplo,
Sara Paretsky y Sue Grafton) que no tiene ya como protagonista al sabelotodo,
soltero, blanco, heterosexual, que la escuela ‘hard boiled’ popularizó en los años
20 (2005:3). Junto a las historias de detectives escritas por mujeres, empiezan a
proliferar aquellas que tienen como protagonista a investigadores étnicos, especialmente afroamericanos, entre ellas las de Walter Mosley. Gracias, por lo tanto,
a la disposición del género a aceptar entre sus filas a personajes de los grupos
4. Partners anticipa muchos de los debates actuales en torno a cómo se extiende la globalización y sus consecuencias
en los seres humanos, e incluso presagia lo que Arturo Aldama considera los desafíos de los estudios fronterizos, es
decir “analizar las complejas relaciones entre los disparejos lados de la frontera entre los Estados Unidos y México”
y ”la articulación de identidades raciales, subalternas, feministas y que forman parte de la diáspora (36).” (Esta y
todas las traducciones a lo largo del texto son de la autora del ensayo)
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minoritarios y los problemas sociales, políticos y económicos que preocupan a
sus comunidades, contamos hoy día en los Estados Unidos con un importante
corpus de novelas chicanas de ficción criminal como las de Michael Nava (Serie
de Henry Rios), Lucha Corpi (Serie de Gloria Damasco), Manuel Ramos (Serie
de Luís Montez), Rudolfo Anaya (Serie de Sonny Baca). Las palabras de Alicia
Gaspar de Alba, cuando en “Mapping the Labyrinth, or, How to Write a Chicana
Anti-Detective Novel” narra su descubrimiento de las obras de Michael Navas
y Rudolfo Anaya, resumen de manera acertada la búsqueda del escritor chicano
por encontrar un medio apropiado para expresar sus preocupaciones políticosociales, mediante el cual puedan llegar también a un público general, y cómo
muchos de ellos lo han encontrado en la ficción criminal:
Wait a minute, two Chicano detectives in the popular mystery section
of the bookstore instead of on the dusty bottom bookshelf devoted
to “Hispanic Authors”? One a shamanic private investigator tackling
issues like nuclear waste and black magic in New Mexico; the other
a gay Chicano lawyer whose adventures included commentaries on
AIDS, gay identity, and familia. Need I say I was hooked? Need I say
I saw in the mystery genre a venue for social critique that prevailed in
all of the books I was reading and that gave me precisely the vehicle
I needed to comment on the social ills of NAFTA and femicide on the
border? (Gaspar de Alba 2007:40)5.
Efectivamente, junto con las novelas de los autores chicanos antes
mencionados, hemos de situar otras novelas chicanas de ficción criminal como
Desert Blood (2005) de Alica Gaspar de Alba, If I Die in Juárez (2008) de Stella
Pope Duarte, Partners in Crime (1985) y Ask a Policemen (1998) de Rolando
Hinojosa, que tratan temas relacionados con la frontera entre Estados Unidos y
México. En estas, por lo tanto, el espacio donde transcurre la acción no se limita
al territorio estadounidense, sino que la mayoría de los personajes, ya sean investigadores o víctimas y, en ocasiones, los crímenes en sí, cruzan la frontera en
ambas direcciones. La importancia que cobra el lugar en estas novelas, la crudeza
5. Pero un momento, ¿dos detectives chicanos en la sección de misterio de la librería en lugar de en el fondo polvoriento de la estantería dedicada a “Autores Hispanos”? Uno un investigador privado chamánico enfrentándose a
temas como residuos nucleares y magia negra en Nuevo México; el otro un abogado chicano gay cuyas aventuras
contenían comentarios sobre el SIDA, identidad gay y familia. ¿Hace falta que diga que estaba enganchada? ¿Hace
falta que diga que vi en el género de misterio una manera de expresar crítica social, lo que predominaba en todos
los libros que estaba leyendo, y el vehículo que necesitaba para hablar sobre los males sociales de NAFTA y el
feminicidio en la frontera? (2007:40)
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con que aparece la violencia y, sobre todo, la sensación de que los problemas que
se intentan resolver en realidad no tienen solución debido a falta de los esfuerzos
de las entidades públicas por darles fin, las acerca en gran medida a la novela
neopolicial latinoamericana. Para uno de sus mayores cultivadores, el mexicano
Paco Ignacio Taibo II, “El neopolicial es la novela social del fin del milenio. [...]
[Es un] formidable vehículo narrativo que nos ha permitido poner en crisis las
apariencias de las sociedades en que vivimos. Es ameno, tiene gancho y por su
intermedio entramos de lleno en la violencia interna de un Estado promotor de
la ilegalidad y el crimen” (Scantlebory: 2)6. Como en la novela neopolicial que
describe Taibo, en las novelas de ficción criminal chicanas que tratan los efectos
de la globalización en la zona fronteriza, se intenta sacar a la luz hechos que han
sido silenciados debido mayormente a intereses políticos y económicos.
Se pueden dividir en dos las zonas fronterizas en donde se desarrollan
las obras chicanas de ficción criminal escritas a partir de 1990. Por un lado se encuentra Ask a Policemen de Rolando Hinojosa, la cual transcurre en el imaginario
y faulkniano condado de Belken, en lo que en la realidad sería el Valle del Río
Grande al sur de Texas. Cabe mencionar que Ask a Policement habría que considerarla la última adición a la serie “Klail City Death Trip Series,” compuesta por
otros doce libros más del autor, entre los que también se incluyen el arriba mencionado Partners in Crime. Con todo, a excepción de Partners in Crime y Ask a
Policement, las otras novelas que componen la serie no pertenecen al género de
ficción criminal. Rafa Buenrostro, el detective protagonista de las novelas policíacas de Hinojosa, es uno de los personajes principales de “Klail City Death Trip
Series” que, como señala Manuel Martín Rodríguez, “es una intrahistoria de la
comunidad que ha habitado, desde los primeros asentamientos en el siglo XVIII,
ese lugar del Valle del Río Grande en Texas que está entre la ficción y la realidad”
(Martín-Rodríguez 1993: 13)7. A través de Rafa Buenrostro y otros personajes,
“el lector llega a saber de la transformación de la vida social del Valle, así como
de sus sueños y ambiciones personales” (Martín Rodríguez, 1993: 13). De hecho,
Ask a Policement presenta la actualidad del Valle, completamente transformado
por la violencia producida por el tráfico de drogas y donde la avaricia es más
fuerte que los lazos familiares.
A diferencia de las novelas de Hinojosa, las otras obras de ficción criminal chicana de la frontera como Desert Blood de Alicia Gaspar de Alba, If a
6. Citado en Alex Martín Escribà y Javier Sánchez Zapatero “ Grandes maestros del neopolicial latinoamericano”
7. El Valle del Río Grande se encuentra en el sur de Texas.
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Die in Juárez (2008) de Stella Pope Duarte, así como la película Bordertown
(2006), dirigida por el director chicano Gregory Navas y que será también objeto
de estudio en este ensayo, transcurren entre las ciudades de El Paso y Juárez.
También de manera diferente a lo que ocurre en Ask a Policement, este espacio
no es la recreación de otro, sino que, por el contrario, abundan las referencias a
lugares dentro de estas ciudades que existen o existieron en la realidad: empresas, barrios, puentes, monumentos, etc. Al situar la acción en lugares concretos,
que existen de verdad y que pueden incluso ser familiares al lector, se consigue
transmitir el mensaje de que el tipo de crimen que se denuncia es igualmente
real. De esta manera, se enfatiza el carácter de crítica de la realidad, puesto que
esos espacios llegan a significar también las diferencias socioeconómicas entre
los dos lados de la frontera, a la vez que su interdependencia. La relevancia que
el espacio adquiere en estas obras tiene eco en las palabras de David Gehering
cuando, en The importance of Place in Crime and Mystery Fiction, señala “Also,
in realistic crime fiction, there is often an intimate connection between crime and
its milieu, which thus comes to play a prominent thematic role in such novels”
(Gehering: 8)8.
Por último, otro aspecto que separa Ask a policeman de las obras de
Gaspar de Alba, Pope Duarte y Navas es el tipo de crimen que se investiga. En
la novela de Hinojosa, predominan los asesinatos cometidos por los narcotraficantes y sus sicarios que tienen como víctimas a miembros de carteles enemigos,
aunque también a representantes de la ley y la justicia. En esta obra, las mujeres
son víctimas accidentales, aunque hay un caso, al final de la novela, donde el
asesinato de una mujer será grabado en video por su asesino, lo que nos ofrece
un anticipo de la crueldad y el desprecio por la vida de la mujer que se desprende
de los crímenes descritos en Desert Blood, If a Die in Juarez y Bordertown. De
hecho, en las dos novelas, así como en la película, los efectos de la globalización
son examinados partiendo del feminicidio que desde los años 90 se ha venido
dando en Juárez. Poco se sabe de la identidad de los responsables de la tortura
y asesinato de centenares de mujeres en esa ciudad, cuyos cadáveres han ido
apareciendo semienterrados en el desierto. La mayoría de la información creíble
que tenemos de ellos se debe más a los resultados de investigaciones particulares
llevadas a cabo por las propias familias y la prensa que a las pesquisas oficiales.
Este fenómeno se refleja en el trabajo de Gaspar de Alba, Pope Duarte y Navas.
En ellos, el papel del investigador no recae en el detective profesional, sino que
8. También, en la ficción criminal realista, hay a menudo una estrecha conexión entre el crimen y su entorno, el que
en consecuencia llega a desempeñar en la novela un papel temático de importancia “ (2008:8)
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en Bordertown lo asume una periodista novata, mientras que en If a Die in Juárez
y Desert Blood, el rol se le cede a la familia y amigos de la víctima. Aún así, al
igual que en el film, la prensa y otros medios de comunicación de ambos lados
de la frontera aparecen en estas dos últimas novelas desempeñando una función
esencial al dar a conocer la existencia de los crímenes, promoviendo así la investigación de los mismos, como será analizado más adelante en este ensayo.
Los asesinatos de mujeres en Juárez durante la década de los 90 y los
primeros años del presente siglo, aparecen estrechamente unido a la presencia
de las maquiladoras en esa ciudad fronteriza. El origen de dichas maquiladoras
es una de las consecuencias de la firma del NAFTA (North American Free Trade
Agreement). La necesidad de mano de obra barata que este negocio requiere y la
preferencia a contratar mujeres, al ser consideradas más sumisas y responsables a
la hora de trabajar, ha provocado una emigración masiva hacia Juárez de aquellas
que vivían en otros lugares de México9. Sin embargo, según se desprende tanto
de las obras de ficción como de los estudios de investigación dedicados a este
tema, ni los responsables de las maquiladoras, en la mayoría de los casos estadounidenses o con conexiones en este país, ni las autoridades de Juárez se han
preocupado por dotar a estas trabajadoras de facilidades para acceder a viviendas
cercanas a las fábricas u otro tipo de protección. Por el contrario, estas mujeres, la
mayoría muy jóvenes, se han visto obligadas a vivir en barrios o “colonias” apartadas de su lugar de trabajo y en condiciones pésimas de habitabilidad. El salir
del trabajo tarde en la noche, el depender del transporte público para regresar al
hogar y el vivir lejos de sus familias ha hecho de muchas de ellas víctimas ideales
de redes criminales organizadas con lazos en ambos países. La situación de estas
jóvenes desplazadas de su lugar de origen recuerda a la situación a la que se refiere Manuel Martín-Rodríguez al hablar de la idea de aldea global, concepto que
es resultado del contacto que se puede producir por zonas antes separadas entre
sí gracias a medios de comunicación como la televisión por satélite y el Internet.
Para Martín-Rodríguez:
Este concepto algo mecanicista de la globalización parece ciego a las
disparidades que se crean tanto en el acceso a las diversas tecnologías
implicadas como en el tránsito mismo entre esas fronteras más o menos permeables. Con ello, por supuesto, se ignora (o se elige ignorar)
el hecho de que la aparente liberalización de las fronteras trata de muy
9. Para entender la relación entre el sexo del trabajador y la producción a nivel transnacional, consultar Leslie Salzinger (2003)
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diversa manera al capital, la mercancía y la mano de obra. Así, mientras que los tratados de libre comercio y los fondos de inversión en
mercados extranjeros crean la ilusión de que los límites entre países
son cosa del pasado, la realidad nos enseña que hoy, como siempre,
los controles existen para la mercancía menos deseada o más sujeta a
la demoledora ley de la oferta y la demanda: me refiero, por supuesto,
a aquella que forman los trabajadores y desempleados que buscan
en la emigración una mejora en su situación y en la de sus familias.
(Martín-Rodríguez 2001: 29-30).
Debido a la asociación existente entre las jóvenes asesinadas y las maquiladoras, así como las conexiones de los asesinos con el mundo del tráfico de
drogas, las obras de Gaspar de Alba, Pope Duarte y Navas sugieren que tanto las
instituciones de poder en los Estados Unidos como en México han optado por
guardar silencio sobre los crímenes o achacarlos a la conducta impropia de las
jóvenes. Este hecho es expresado magistralmente por uno de los periodistas de la
película Bordertown cuando declara:
Los gritos de las mujeres de Juárez son silenciosos porque nadie los
quiere escuchar, ni las corporaciones que hacen sus ganancias con su
trabajo, ni los gobiernos de México y Estados Unidos que se benefician con los tratados de libre comercio. Todas las evidencias apuntan
a que hay varios asesinos. Una cultura del asesinato. Encubrirlo es
más barato que proteger a las mujeres. Todo se trata de ganancias.
(Navas 2006).
De la misma manera, en If I Die in Juárez se critica la pasividad de los
organismos oficiales, esta vez en el lado estadounidense, ante los asesinatos de
las mujeres de Juárez por miedo a enfrentarse a los carteles de la droga. En esta
novela, un soldado estadounidense, Harry, denuncia ante el periódico El Paso
Time la desaparición de Petra, una de las protagonistas de la novela, a manos de
una persona asociada con el cartel de los Miramontes Guzmán. Los esfuerzos de
este soldado por salvar a Petra son “premiados” por sus superiores con un traslado a una base militar en Georgia, lejos de la frontera. El miedo que la acción
de Harry hace sentir a sus superiores es descrito por Pope Duarte de la siguiente manera: “The sargeant was almost foaming at the mouth cursing Harry. He
trew the transfer papers in his face and told him he wasn’t gonna start no World
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War Three with the goddam cartels from Juárez--not on his watch” (Pope Duarte
2008: 314)10.
No cabe duda que la acción de Harris representa la valentía e iniciativa
individual por resolver una situación injusta frente a la pasividad y cobardía de
algunas instituciones gubernamentales que prefieren el silencio. Esta dicotomía
se observa repetidamente en la obra de Gaspar de Alba, Pope Duarte y Navas que
se analizan en el presente ensayo.
Desert Blood, If I Die in Juárez y Bordertown son, por lo tanto, una
forma más de dar voz a las mujeres asesinadas de Juárez. Las investigaciones
que los personajes de estas obras de ficción criminal llevan a cabo intentan conseguir que los gritos de las mujeres de Juárez se oigan, aclarar una situación que
no pertenece sólo a la ficción, sino a la realidad, como demuestran, además de
las publicaciones periodísticas, estudios como el de Diana Washington Valdez
Cosecha de mujeres: Safari en el desierto mexicano y la película documental de
Lourdes Portillo Señorita extraviada, entre otros proyectos de investigación. Por
lo tanto, Gaspar de Alba, Pope Duarte y Navas contribuyen con su arte a los esfuerzos de otros investigadores, artistas, organizaciones no gubernamentales, la
prensa y familias de mujeres desaparecidas para denunciar y aclarar una situación
que simplemente por existir afecta a la comunidad global11. De esta manera, se
enfatiza la transcendencia del feminicidio de Juárez más allá de cualquier frontera y la necesidad de cooperación comunitaria e internacional para que se aclaren
y prevengan estos crímenes. Además de esto, como se vio anteriormente, las
obras que se estudian en este ensayo, denuncian la falta de cooperación de las instituciones gubernamentales por poner fin a los crímenes, puesto que significaría
enfrentarse a los carteles de la droga y atentar contra los intereses de las maquiladoras. No es extraño, por lo tanto, que los responsables de las tres desapariciones
que se investigan en las obras arriba mencionadas sean o bien personas con altos
cargos en las maquiladoras, o agentes representantes del gobierno. Ese último es
el caso de Desert Blood, donde un agente fronterizo estadounidense es uno de los
dueños de un negocio de pornografía que se encargaba de grabar las violaciones,
torturas y asesinatos de las jóvenes para luego difundir las grabaciones a través
del Internet. Este medio de comunicación, juega en Desert Blood un doble papel.
10. El sargento casi echaba espuma por la boca mientras maldecía a Harry. Le tiró los papeles del traslado a la cara
y le dijo que no iba a iniciar ninguna tercera Guerra Mundial con los malditos carteles de Juárez—no mientras
estuviera bajo su supervisión.
11. Cabe mencionar aquí la importante aportación que la colección de poemas Secrets in the Sand: The Young
Women of Juárez, de Marjori Agosín, supone para el tema desde el punto de vista artístico.
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Mientras facilita la propaganda de Juárez como un lugar de turismo sexual, es
para la protagonista principal de la novela, Ivon, una herramienta de investigación fundamental para comprender la situación que ha llevado al secuestro de su
hermana.
La prensa escrita, al igual que el Internet, desempeña en las obras
que se analizan un doble papel. Mientras que algunas veces en Desert Blod, If
I die in Juárez y Bordertown los medios de comunicación se hacen eco de las
versiones oficiales, en lugar de la que ofrecen los testigos, o se muestran sordos
y ciegos ante la realidad, también representan un rol esencial al concienciar al
público de la existencia de los crímenes. Así, por ejemplo, Ivon, en Desert Blod,
siente vergüenza al principio de la novela porque aunque reside en Los Angeles,
creció en El Paso y, sin embargo, no sabe nada de los asesinatos de mujeres en
la ciudad vecina de Juárez. Esta situación no cambia hasta que lee en el avión
que la lleva a El Paso, donde va a adoptar un niño, un reportaje sobre ese tema
de la revista estadounidense Ms. Magazine. Ajena está entonces de que la madre
biológica del niño y su mismo futuro hijo serían asesinados esa noche, o que su
propia hermana estaría a punto de sufrir el mismo destino. El modo en que la vida
de Ivone, representada por su diario, se verá afectada por la realidad que acaba de
descubrir en Ms. Magazine, queda expresada en la novela de Gaspar de Alba con
las siguientes palabras: “Ivon stowed her journal and the magazine, zipped up
her backpack, and buckled up again.” (Gaspar de Alba 2006: 7)12. Sin embargo,
desde que pone los pies en tierra, nada, ni siquiera su ciudadanía estadounidense,
podrá mantenerla ajena a la violenta realidad que experiencia las mujeres de Juárez y que, como una ola, penetra en la vida de su familia en El Paso.
Además de ser un medio para crear concientización, la prensa aparece
en las obras de Gaspar de Alba, Pope Duarte y Navas ejerciendo presión para que
los crímenes sean resueltos. Por ejemplo, en If I die in Juárez, la responsabilidad
ante el crimen y la cooperación que, por lo tanto, ha de existir entre Estados Unidos y México para evitarlo se expresan, no sólo incluyendo entre sus personajes
a reporteros de El Diario de Juárez, sino también mediante la mención del periódico al otro lado de la frontera, El Paso Times. Son precisamente las pesquisas
investigativas de este rotativo, una de las razones por las que Petra, quien ha sido
secuestrada y torturada, consigue conservar la vida. Su verdugo Agustín, dueño
de la maquiladora donde trabajaba Petra y jefe de uno de los carteles de la droga,
recibe una llamada de su tío desde la ciudad de México, quien le informa que
12. “Ivon guardó su diario y la revista, cerró la mochila y se abrochó de nuevo el cinturón.”
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“We have un Americano, a common soldier, who’s talked to someone from the El
Paso Times and says he has information related to a cartel that operates in Juárez
and is involved in the abduction of women” (Pope Duarte 2008: 314)13. Mediante
la forma en que son escuchadas las denuncias de uno u otro periódico se expone
la desigualdad de poder entre los Estados Unidos y México. Las denuncias de El
Diario y sus esfuerzos por luchar contra el crimen son ignorados o reprimidos
por los criminales, como lo muestran las siguiente palabras del responsable del
secuestro de Petra: “’I don’t read El Diario,’ he said, obviously irritated (…) ‘I
fight with its reporters all the time. They’re always trying to make my family
look like a bunch of mafiosos-malvados. Lies, that’s all anyone can expect from
them.’” (Pope Duarte 2008: 286)14. De manera totalmente diferente, basta que el
periódico estadounidense se decida a investigar para que los miembros del cartel
se sientan amenazados y se evite la muerte de Petra.
Volviendo ahora a la realidad, otra de las noticias que ha acaparado la
atención de muchos estos días, y que ha creado gran controversia, es el caso del
periódico El Diario de Juárez. Dicho rotativo ha sufrido el asesinato de dos de
sus reporteros en los dos últimos años. El más reciente el de un joven fotógrafo el
pasado mes de septiembre. Cansados de la situación, los redactores de El Diario
publicaron un artículo en la sección de “Opinión” titulado “Qué quieren de nosotros” pidiendo a los narcotraficantes una tregua y preguntándoles qué querían.
Pero también los autores del artículo denuncian la situación de desprotección
por parte del gobierno en la que se encuentra no sólo la prensa, sino todos los
ciudadanos de la zona fronteriza, especialmente los habitantes de Juárez. Este
hecho nos demuestra el relevante papel que la prensa juega en la lucha contra el
crimen, y el peligro en que los reporteros ponen su vida al investigar ciertos actos
violentos en las calles de Juárez. De todas maneras, como se desprende de “¿Qué
quieren de nosotros?,” el silencio no es para los periodistas una opción como
quisiera el gobierno. Así lo demuestran las siguientes palabras de los redactores
como reacción a las declaraciones de una representante del gobierno que acusaba a los medios de comunicación de que al informar estaban cooperando con el
terrorismo psicológico: “¿Qué es lo que nos quiere decir con lo anterior? ¿Que
dejemos de publicar? ¿O que sólo divulguemos noticias “buenas” o “positivas”,
como en otras ocasiones se ha polemizado al respecto? Los medios recogemos
13. Hay un americano, un soldado raso, que ha hablado con alguien de El Paso Times y dice que tiene información
relacionada con un cartel que trabaja en Juárez y que está envuelto en el secuestro de mujeres”.
14.. ’No leo El Diario’, dijo visiblemente irritado, ‘Me peleo con sus reporteros todo el tiempo. Siempre están intentando presentar a mi familia como un montón de mafiosos-malvados. Mentiras es todo lo que uno puede esperar
de ellos.”
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y publicamos todo lo que acontece en la ciudad, ya será el lector el que le dé la
connotación de “bueno” o “malo” a lo que lee, escucha o ve” (El Diario 2010).
No es extraño, por lo tanto, que algunas de las obras de ficción criminal chicanas
se hagan eco del peligro que sufren aquellos reporteros que se niegan a guardar
silencio, como es el caso de If I die in Juárez. En esta novela una reportera de,
precisamente, El Diario reflexiona de la siguiente manera al intentar decidir si
escribir sobre el intento de asesinato del que ha sido víctima la joven Petra: “She
should leave now, let someone else write up the story. Last year one of the reporters had been assassinated, writing on something much less important than what
she was now facing” (Pope Duarte 2008: 321)15.
La doble actitud de denuncia y silencio de la prensa ante el feminicidio en Juárez se describe igualmente en la película Bordertown. La función
del investigador comprometido que quiere encontrar a los responsables de los
crímenes, aun arriesgando su vida, la encontramos en los personajes de Alfonso
Díaz (Antonio Banderas) y Lauren Adrian (Jennifer López). Díaz es el editor jefe
de un periódico de Juárez que es asesinado como consecuencia de su empeño
por publicar las noticias de la desaparición de mujeres y por su protección a las
víctimas que han logrado escapar de las garras de sus verdugos y del desierto.
Su cargo lo ocupa al final de la película la protagonista principal Lauren Adrian,
una reportera estadounidense que ha sido enviada por su periódico, The Chicago
Sentinel, a investigar el feminicidio en Juárez. Para descubrir al agresor de Eva
Jiménez (Maya Zapata), una superviviente de violación e intento de asesinato,
Lauren utiliza la fotografía, entrevistas personales, el testimonio de Eva y el poner en peligro su propia vida haciéndose pasar por una joven empleada de la maquiladora. Lauren, adoptada de niña por una familia estadounidense, poco a poco
va recordando durante el film los asesinatos de sus propios padres biológicos,
quienes eran campesinos mexicanos. Gracias a sus recuerdos, se da cuenta de que
ella misma podría haber sido una de las mujeres asesinadas, como lo confiesa al
editor jefe del Chicago Sentinel: “Soy una de esas mujeres. Cuando vi a Eva,
me vi a mí misma.” Sin embargo, no es este descubrimiento lo único que le hará
tomar la decisión de hacerse cargo del periódico de Juárez y aceptar los peligros
que ese puesto conlleva. Lo hace también por el desengaño que sufre cuando el
rotativo para el que trabaja en Chicago opta por no publicar su reportaje sobre el
caso de Eva. Esta historia no puede ver la luz por presiones políticas, ya que los
hechos que incluye podrían perjudicar los planes de establecer más maquiladoras
15. “Se debería ir ahora mismo, dejar que otro escribiera la historia. El año pasado uno de los reporteros había sido
asesinado al escribir sobre algo mucho menos importante que lo que ella tenía delante.” (2008: 321)
Virginia M. Adán Lifante
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en otras partes de México. El momento en que le son expuestas las razones por
las que su reportaje no se publicará constituye uno de los momentos de clímax
de Bordertown. Lauren ha de enfrentarse a los sentimientos de desencanto sobre lo que significa su profesión en el mundo real. También debe confrontar la
impotencia ante una situación a la que ni organismos poderosos, como la prensa
estadounidense, pueden hacer frente. Es el triunfo del silencio sobre la verdad,
del poder económico sobre la seguridad de las personas, como lo explica el editor
en jefe de The Chicago Sentinel: “..los días de investigación se acabaron. Las
noticias ya no lo son (. . .) Los negocios son los que dirigen todo y sus noticias
son libre comercio, globalización y entretenimiento.” (Navas 2006). Estas palabras, muy lejos de apaciguar la rabia de Lauren, la conducen de nuevo a México
para estar al lado de los que no se han dado por vencidos. De esta manera, como
ocurre también con Ivon en Desert Blood y Harry en If I Die in Juárez, la joven
periodista atraviesa la frontera en la dirección contrario de la que todos la quieren
cruzar. Ahora sólo desea unir sus fuerzas a las de Eva para vencer al miedo y
enfrentarse a los criminales.
La acción de Lauren es reflejo del compromiso que tanto los otros
protagonistas de estas obras de ficción criminal chicana, como los autores que
les han dado vida, mantienen con aquellos que han quedado marginados de los
procesos de globalización. Sus pesquisas nos recuerdan que las fronteras sólo han
de ponérseles al miedo, pero deben ser invisibles allí donde haya voces que no
quieran mantenerse en silencio. Tanto Bordertown como Desert Blood y If I die
in Juárez tienen finales parcialmente felices. A diferencia de lo que es la norma
en la realidad, ninguna de las tres jóvenes protagonistas secuestradas en estas
obras llega a morir. Sin embargo, sus cuerpos quedan llenos de cicatrices que les
recuerdan a ellas y a los que las rodean que las experiencias que vivieron fueron
reales. De la misma manera, obras como las analizadas y las palabras valientes de
algunos periodistas se esfuerzan porque no se olvide la insoportable situación de
violencia que se vive hoy en la frontera entre Estados Unidos y México. También
pretenden que no se olvide la responsabilidad que ambos lados tienen en sus
causas y, por lo tanto, en ponerle fin.
University of California
School of Social Sciences, Humanities and Arts
[email protected]
112
¿A quién beneficia?
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