problemática generada por la utilización de ventosas mal
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problemática generada por la utilización de ventosas mal
VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 PROBLEMÁTICA GENERADA POR LA UTILIZACIÓN DE VENTOSAS MAL SELECCIONADAS A CAUSA DE LAS DISCREPANCIAS EXISTENTES EN LAS CURVAS CARACTERÍSTICAS QUE MODELAN SU COMPORTAMIENTO Vicente S. Fuertes Miquel1; Pedro L. Iglesias Rey1; Joaquín Izquierdo Sebastián1; Gonzalo López Patiño1 Resumen – La presencia de aire en los sistemas de abastecimiento de agua es, en muchos casos, inevitable. El aire se introduce en las tuberías por motivos muy diversos y es la causa de numerosos problemas, pudiendo llegar incluso a ser catastróficos para la instalación. Una buena solución para evitar los problemas derivados de la presencia de aire es la utilización de ventosas. Los fabricantes suelen facilitar sus curvas características (relación entre el caudal de aire admitido o expulsado y la diferencia de presiones) en forma gráfica. En la Universidad Politécnica de Valencia se han realizado ensayos estáticos de un gran número de ventosas, encontrándose grandes discrepancias cuando se comparan los resultados obtenidos con los datos proporcionados por los fabricantes. Esta circunstancia puede originar graves problemas. Si, para seleccionar una ventosa, se utilizan las gráficas facilitadas en los catálogos y las curvas características que allí aparecen se alejan notablemente de la realidad, seguramente se estará realizando un dimensionado totalmente incorrecto, tal y como se pone de manifiesto en el presente trabajo. Abstract – The presence of air in water supply systems is, in many cases, unavoidable. The air develops into the pipes due to very different reasons and causes a big number of problems, which can become even catastrophic for the installations. A good solution for avoiding these problems is the use of air valves. Most manufacturers provide the graphic behaviour of their air valves by means of curves representing head losses vs. air flow through the valve. In the Polytechnic University of Valencia static tests for a big number of these valves have been performed. When comparing the results from these tests with the data provided by the manufactures, important differences have been found. This fact can have dramatic consequences because those curves are the tools used by designers to select the air valves. If the curves do not represent the actual behaviour of the air valve, the design cannot expected to be correct, as is described in the example presented in this paper. Palabras clave: Aire atrapado, ventosas, modelación de elementos, curvas características, sistemas de abastecimiento de agua, transitorios hidráulicos. 1 Universidad Politécnica de Valencia – Departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente – Grupo Multidisciplinar de Modelación de Fluidos (GMMF) – Camino de Vera S/N – CP 46022 – Valencia (España) – Teléfono: +34 963879890 – Fax: +34 963877981 – E-mail: [email protected] ; [email protected] ; [email protected] ; [email protected] VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 INTRODUCCIÓN Son numerosas las situaciones en las que nos podemos encontrar con aire atrapado en los sistemas de abastecimiento de agua. La presencia de aire en los sistemas hidráulicos puede ser tanto intencionada (llenado y vaciado de la conducción, presencia de ventosas para proteger la instalación contra las depresiones, interrupción temporal del servicio, etc.) como accidental (vórtices en la aspiración de las bombas, liberación de aire disuelto al reducirse la presión, roturas, etc.). Es bien conocido que el aire atrapado en las conducciones a presión constituye una fuente de numerosos problemas, que pueden llegar incluso a ser catastróficos para la instalación. Por un lado, la densidad del aire aire (en condiciones normales) es unas 800 veces inferior a la del agua. Por otro lado, si se considera la elasticidad del aire, caracterizada por el módulo de compresibilidad Kaire, el aire es (en condiciones normales) unas 20.000 veces más compresible que el agua. Pero, incluso cuando la presión es elevada, el aire sigue siendo mucho más compresible que el agua (por ejemplo, cuando el aire se comprime hasta una presión de 10 bar todavía es unas 2.000 veces más compresible que el agua). Son estas dos propiedades, por un lado la escasa densidad (es decir, pequeña inercia) y por otro la elevada compresibilidad, el origen básico de todos los problemas que plantea la presencia de aire atrapado en las tuberías. Así pues, el aire libre en las conducciones puede ser la causa de problemas muy diversos: generación de pérdidas de carga adicionales, regímenes transitorios indeseados, disminución del rendimiento de las bombas, vibraciones en las tuberías, corrosión de las conducciones, desgaste de las partes móviles de los accesorios, errores en los medidores de caudal, etc. Evidentemente, uno de los principales problemas que puede provocar la acumulación de aire atrapado entre dos columnas de agua es la generación de importantes sobrepresiones, tal y como atestiguan los numerosos casos descritos en la bibliografía sobre el tema. En cualquier caso, es evidente que el aire presente en la instalación (por uno u otro motivo) deberá ser expulsado, lo cual deberá realizarse con sumo cuidado para que, durante este proceso, no se generen golpes de ariete indeseados. Una posible solución para evitar todos estos problemas debidos a la presencia de aire es la utilización de ventosas, las cuales permiten que el aire almacenado en la instalación escape libremente a la atmósfera (evitando o, al menos, limitando su compresión). No obstante, hay que decir que la presencia de ventosas no siempre ofrece la fiabilidad necesaria y puede ocasionar situaciones más problemáticas que las que pretendía evitar. Una mala selección de las mismas, un funcionamiento incorrecto o una deficiente respuesta como consecuencia de la ausencia de mantenimiento, puede dar lugar a graves problemas. LAS VENTOSAS EN LOS SISTEMAS DE ABASTECIMIENTO DE ÁGUA Las ventosas son elementos que se colocan en los sistemas hidráulicos con dos objetivos fundamentales: por un lado, para la ventilación del sistema y, por otro, como dispositivo de protección contra un posible golpe de ariete. Como elemento de ventilación de la red, las ventosas tienen básicamente dos funciones: Permitir la salida o entrada del aire en la tubería durante el llenado o vaciado de la misma. VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 Posibilitar la expulsión del aire liberado durante el funcionamiento normal del sistema, impidiendo de esta forma que peligrosas bolsas de aire se puedan acumular en determinadas zonas de la instalación. Por otro lado, como elemento de protección frente al golpe de ariete, la función principal de las ventosas es: Evitar las depresiones durante los transitorios, que en caso de ser muy severos, pueden llevar incluso hasta la cavitación o al colapso de la tubería. Efectivamente, la ventosa constituye un dispositivo sencillo para realizar un control inicial de las depresiones que puedan producirse durante un golpe de ariete. Ello es así porque permite la admisión de aire atmosférico en el punto de la tubería en el que se encuentra instalada cuando la presión en la conducción se sitúa por debajo de la presión atmosférica, rompiéndose con ello el vacío parcial que se tenía. Posteriormente, y si la presión en el interior de la tubería aumenta hasta superar la presión exterior, el aire es expulsado, de manera que las columnas de líquido separadas por la bolsa de aire vuelven a juntarse de nuevo. Así pues, el aire presente en las conducciones debe ser expulsado, y ello debe realizarse con suficiente delicadeza como para que, durante este proceso, no aparezcan golpes de ariete indeseados que originen picos de presión demasiado elevados. Estos pueden tener su origen en: a) el choque violento entre dos columnas de agua, antes separadas por una columna de aire atrapado que ha sido purgada de la conducción con excesiva rapidez; b) el choque de la columna de agua que avanza con la propia ventosa que, al presentar al movimiento y expulsión del aire una resistencia muy inferior a la que ofrecería a una columna análoga de agua, cierra bruscamente cuando el aire ya ha sido purgado en su totalidad. Ambos hechos recomiendan seleccionar cuidadosamente la ventosa, sobre todo por lo que a su misión de expulsión de aire se refiere (Campbell, 1983; Funk et al., 1992; Dvir, 1995; Stephenson, 1997; Leow y Lee, 1998; etc.). Existen en el mercado una gran cantidad de tipos y formas constructivas de ventosas, todas ellas muy diferentes entre sí. Es muy importante conocer las diferencias que hay entre unas y otras, así como también las especificaciones técnicas (curva característica, diámetro del orificio de salida, diámetro de conexión, presión de trabajo, etc.), ya que una selección inadecuada de la ventosa puede generar problemas más graves que los que pretendía resolver. MODELACIÓN DE LAS VENTOSAS Para la modelación del comportamiento de las ventosas suele hacerse una analogía entre el flujo de aire a través de una ventosa y el flujo isoentrópico en toberas (Wylie y Streeter, 1982; Chaudhry, 1987). El flujo de cualquier gas o vapor por una tobera siempre es prácticamente adiabático, puesto que el tiempo requerido para que cada elemento de fluido pase a través de la tobera es demasiado corto para permitir que tenga lugar una gran transferencia de calor de forma que ésta no pueda despreciarse. Si el flujo fuera también sin fricción la expansión que sufre el fluido se produciría isoentrópicamente. Partiendo de esta hipótesis, es posible determinar analíticamente las ecuaciones características que modelan el funcionamiento de las ventosas, tanto en la fase de admisión como de expulsión. VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 Admisión de aire Si la presión absoluta en el interior de la tubería está por encima del valor pt* > 0,528·patm*, el flujo es subsónico y el caudal (tanto el volumétrico como el másico) aumenta conforme la presión en la tubería pt* disminuye. Para presiones inferiores al valor pt* ≤ 0,528·patm* (cuando hay una mayor depresión en la tubería) se alcanzan las condiciones sónicas y el flujo se bloquea, con lo que tanto el caudal volumétrico como el másico se mantienen constantes (la ventosa ya no es capaz de admitir más aire por mucho que aumente la depresión). Tomando como valor estándar para la presión atmosférica patm* = 1,013 bar y denominando p = patm* - pt* a la diferencia de presiones entre el exterior y el interior (depresión en este caso), se tienen los siguientes límites: Tabla 1. Fase de admisión en una ventosa. Flujo subsónico pt* > 0,535 bar ( p < 0,48 bar) Flujo sónico pt* ≤ 0,535 bar ( p ≥ 0,48 bar) Llamando Aadm a la sección de admisión de la ventosa y Cadm al coeficiente de admisión característico de la misma (siempre Cadm < 1), se tienen las siguientes expresiones para determinar el caudal másico que admite la ventosa: * * cuando p atm > pt* > 0,528 ⋅ p atm (1) p * 1, 4286 p * dm * − *t = C adm Aadm 7 p atm ρ atm *t dt p atm p atm * cuando pt* ≤ 0,528 ⋅ p atm 1, 714 (2) dm 0,686 * = C adm Aadm p atm = cte dt RTatm Expulsión de aire Mientras la presión absoluta en la tubería pt* < 1,893·patm* el flujo es subsónico, aumentando el caudal másico y el volumétrico al incrementarse la presión pt*. Sin embargo, cuando la presión en el interior de la tubería supera el valor pt* ≥ 1,893·patm* el flujo pasa a ser sónico y, en este caso, el caudal volumétrico permanece constante (siempre que la temperatura del aire en el interior de la tubería se mantenga constante, lo cual se suele adoptar como hipótesis), aunque no sucede lo mismo con el caudal másico, el cual se incrementa puesto que al aumentar la presión en la tubería pt* aumenta también la densidad del aire. Considerando una presión atmosférica patm* = 1,013 bar y siendo ahora p = pt* - patm* la presión diferencial entre el interior de la tubería y el exterior, la frontera entre los flujos subsónico y sónico viene definida por: Tabla 2. Fase de expulsión en una ventosa. Flujo subsónico pt* < 1,918 bar ( p < 0,91 bar) Flujo sónico pt* ≥ 1,918 bar ( p ≥ 0,91 bar) VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 Llamando ahora Aexp a la sección de expulsión de la ventosa y Cexp al coeficiente de expulsión característico (también es siempre inferior a la unidad, Cexp < 1), las expresiones para determinar el caudal másico que expulsa la ventosa son: * * cuando p atm < pt* < 1,893 ⋅ p atm (3) * dm 7 p atm * = C exp Aexp p t* dt RTt p t * * cuando pt ≥ 1,893 ⋅ p atm 1, 4286 p* − atm * pt 1, 714 (4) dm 0,686 * = C exp Aexp pt dt RTt CURVA CARACTERÍSTICA DE UNA VENTOSA Los fabricantes de ventosas, generalmente, presentan la relación entre el caudal de aire admitido o expulsado y la diferencia de presiones entre el interior y el exterior en forma gráfica. Es lo que se conoce como la curva característica de la ventosa, la cual modela su funcionamiento. Esta curva característica se obtiene mediante un ensayo de la misma en todas las posibles regiones de funcionamiento. A partir de dichas curvas es posible obtener unas sencillas expresiones matemáticas que, para cada ventosa, relacionen el caudal de aire con la diferencia de presiones. Las condiciones en las que se realizan estos ensayos no suelen estar referenciadas en los catálogos, lo cual hace que sea imposible reproducir los mismos en un laboratorio. De hecho, algunos ensayos realizados por el Council for Scientific and Industrial Research – South Africa en 1989 o por Leslie J. Blum para el U.S. Bureau of Reclamation en 1994, entre otros, presentan ciertas discrepancias (en algunos casos muy importantes) entre los datos que facilitan los fabricantes y los resultados obtenidos en los citados ensayos. En la Universidad Politécnica de Valencia también se realizaron en 1998 ensayos de un gran número de ventosas de gran orificio (Fuertes, 2001), obteniendo resultados similares a los de otros laboratorios, es decir, observando importantes discrepancias entre las medidas realizadas y los datos de catálogo. Además, el fabricante no suele dar casi nunca las condiciones para las cuales el flujo de aire expulsado puede llegar a cerrar la ventosa antes de tiempo, lo que se conoce como “cierre dinámico”. Efectivamente, la propia velocidad de circulación del aire puede crear un “efecto sustentador” sobre el flotador que será proporcional a la velocidad al cuadrado. Ello puede acarrear que esta fuerza ascensional venza el peso del flotador y cierre la ventosa de manera indeseada cuando la velocidad de expulsión es elevada, dejando una peligrosa bolsa de aire en el interior de la conducción que podrá comprimirse y originar presiones elevadas. Las curvas características que modelan el comportamiento de las ventosas, obtenidas experimentalmente en los ensayos, suelen ajustarse bastante bien a las sencillas expresiones que se detallan a continuación: Admisión, flujo subsónico (∆p < 0,48 bar) * Q( std ) = c adm ∆p ⋅ p atm * ∆p = p atm − pt* (5) VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 Admisión, flujo sónico (∆p ≥ 0,48 bar) Q( std ) = K ' Expulsión, flujo subsónico (∆p < 0,91 bar) Q( std ) = c exp ∆p ⋅ pt* * ∆p = pt* − p atm Expulsión, flujo sónico (∆p ≥ 0,91 bar) Q( std ) = K ⋅ pt* (6) (7) (8) Los valores de estos coeficientes de flujo en algunas ocasiones vienen dados por el fabricante o, en su defecto, pueden determinarse fácilmente a partir de las curvas características dadas por éstos. Lógicamente, dependen del tamaño y características constructivas de las ventosas y, por supuesto, también de las unidades empleadas (no son coeficientes adimensionales). ENSAYO ESTÁTICO DE LA VENTOSA Durante el mes de julio de 1998 se realizaron una serie de ensayos estáticos de diferentes ventosas (Fuertes, 2001). Concretamente, se ensayaron gran parte de las ventosas de gran orificio disponibles en el mercado español con diámetro nominal 2” o 50 mm. Dichos ensayos fueron llevados a cabo en el banco de flujo estacionario que el Departamento de Termodinámica Aplicada de la Universidad Politécnica de Valencia tiene instalado en sus laboratorios. En las gráficas que se presentan a continuación pueden verse los resultados obtenidos para una de ellas, tanto en la fase de admisión (Figura 1) como de expulsión (Figura 2). Una vez ensayada la ventosa, los resultados obtenidos experimentalmente se han comparado con los datos que proporciona el fabricante en el catálogo correspondiente (ver Figuras 1 y 2). Analizando estas gráficas comparativas se comprueba que existen importantes discrepancias entre los resultados obtenidos en el ensayo y los datos facilitados por el fabricante. Al menos este fabricante proporciona la curva característica de sus ventosas, porque hay algunos que ni siquiera la facilitan, siendo así materialmente imposible determinar la cantidad de aire que puede admitir o expulsar la ventosa y, en definitiva, impidiendo su correcta selección. De todas las ventosas ensayadas, ésta es la que mayores discrepancias presenta. En cualquier caso, hay que constatar que las divergencias observadas entre datos de catálogo y curvas experimentales no son exclusivas de la ventosa aquí presentada, sino que son generalizables para todas las ventosas ensayadas. Absolutamente todos los ensayos realizados, en mayor o menor medida, conducen a unos caudales de aire expulsado o admitido por la ventosa menores que los indicados por el fabricante (en el supuesto de que éste proporcione los datos). VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 0,5 0,45 ADMISIÓN 0,4 ∆ p (bar) 0,35 Ensayo en laboratorio 0,3 0,25 0,2 Curva de catálogo 0,15 0,1 0,05 0 0 100 200 300 400 500 600 3 Q (Nm /h) Figura 1. Comparación entre la curva característica dada por el fabricante y los resultados del ensayo en el laboratorio (ventosa DN 2” en fase de admisión). 0,5 0,45 EXPULSIÓN 0,4 ∆ p (bar) 0,35 Ensayo en laboratorio 0,3 0,25 0,2 Curva de catálogo 0,15 0,1 0,05 0 0 100 200 300 400 500 600 700 800 3 Q (Nm /h) Figura 2. Comparación entre la curva característica dada por el fabricante y los resultados del ensayo en el laboratorio (ventosa DN 2” en fase de expulsión). Por último, es importante insistir en el hecho de que el diámetro nominal de la ventosa hace referencia al diámetro de conexión de la misma pero, en la mayoría de ocasiones, poco tiene que ver con la sección del orificio por el que entra o sale el aire. Como consecuencia de ello, y también a causa de los diferentes coeficientes característicos Cadm y Cexp, los cuales dependen de las características constructivas propias de cada ventosa, sucede que dos ventosas con igual diámetro nominal no tienen necesariamente curvas características parecidas. Así pues, queda perfectamente claro que seleccionar las ventosas simplemente en función de su diámetro nominal y no teniendo en cuenta su curva característica, es una práctica poco recomendable que puede traer como consecuencia importantes problemas. VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 Si ahora se procede al ajuste de las curvas características (tanto la curva de catálogo proporcionada por el fabricante como la curva obtenida mediante ensayo en laboratorio) de la ventosa que se ha presentado en las Figuras 1 y 2, se tienen las expresiones que se muestran a continuación. Para la fase de admisión: ADMISIÓN (según datos de catálogo) * Q( Nm 3 /h ) = 860 ⋅ ∆p(bar ) ⋅ p atm (bar ) ADMISIÓN (según datos del ensayo) * Q( Nm 3 /h ) = 200 ⋅ ∆p (bar ) ⋅ p atm (bar ) (9) (10) Y para la fase de expulsión: EXPULSIÓN (según datos de catálogo) Q( Nm 3 /h ) = 950 ⋅ ∆p(bar ) ⋅ pt* (bar ) EXPULSIÓN (según datos del ensayo) Q( Nm 3 /h ) = 270 ⋅ ∆p(bar ) ⋅ pt* (bar ) (11) (12) Si, para seleccionar la ventosa más adecuada, se utilizan las gráficas proporcionadas en los catálogos y las curvas características que allí aparecen se alejan considerablemente de la realidad, el dimensionado será totalmente incorrecto y podrá generar importantes problemas. A continuación se presentan un par de ejemplos que ponen de manifiesto la afirmación anterior. El primero de ellos hace referencia a la ventosa utilizada como elemento de ventilación de la red (para el llenado y vaciado de la tubería). El otro ejemplo describe una situación en la que la ventosa se utiliza como elemento de protección frente al golpe de ariete (para evitar depresiones durante los transitorios). En ambos casos, la selección incorrecta de la ventosa da lugar a graves consecuencias. LAS VENTOSAS COMO ELEMENTO DE VENTILACIÓN DE LA RED Se pretende analizar la instalación de una ventosa en un tramo de una aducción, con una longitud L = 700 m y un diámetro D = 500 mm (volumen total de agua en el tramo = 137,4 m3), para permitir la salida y entrada de aire durante las operaciones de llenado y vaciado. Llenado de la conducción (expulsión de aire) Supóngase que, para limitar a un cierto valor la máxima sobrepresión que se producirá cuando llega la columna de agua y cierra bruscamente la ventosa, el caudal máximo de aire que ésta puede expulsar es de 600 Nm3/h (si el caudal expulsado fuera mayor, el golpe de ariete sería más drástico y la sobrepresión generada sería superior a la fijada como límite). Con esta hipótesis, la ventosa cuya curva característica se muestra en la Figura 2 sería adecuada, puesto que expulsa un caudal de 600 Nm3/h (según el catálogo del fabricante) cuando la diferencia de presión es de 0,3 bar. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Según los resultados obtenidos en el ensayo, con una presión diferencial p = 0,3 bar tan solo es capaz de expulsar 170 Nm3/h de aire. VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 En principio, si todo funcionara correctamente, el golpe de ariete que se produciría cuando llegara la columna de agua y la ventosa cerrara sería menos severo que el supuesto, puesto que el caudal es más pequeño. Pero, lo que ocurre realmente es que la selección de la ventosa a partir de datos erróneos puede provocar graves problemas. La operación de llenado se planifica pensando que la ventosa es capaz de expulsar 600 Nm3/h con una diferencia de presión de 0,3 bar. Para no superar este caudal, la velocidad máxima de llenado es 0,85 m/s y el tiempo mínimo necesario para llenar el tramo del ejemplo es 13’45”. Como la ventosa no es capaz de expulsar un caudal tan grande, al llenar la conducción con estas condiciones, lo que sucede es que la diferencia de presiones aumenta por encima de los 0,3 bar llegándose, muy probablemente, al ya comentado “cierre dinámico” y dejando una peligrosa bolsa de aire atrapado en el interior de la tubería que puede generar sobrepresiones muy importantes (Fuertes, 2001). Incluso sin que llegue a producirse el “cierre dinámico”, el aire se comprimirá alcanzando importantes sobrepresiones al ir avanzando la columna de agua más rápidamente que la expulsión del aire. A partir de los datos reales, para un caudal expulsado máximo de 170 Nm3/h (si no se desea superar p = 0,3 bar), la velocidad máxima de llenado es 0,24 m/s y el tiempo mínimo que debe emplearse en la operación de llenado del tramo considerado es 48’30” (muy superior al obtenido con los datos de la curva de catálogo). Vaciado de la conducción (admisión de aire) Teóricamente, según la curva de catálogo, el caudal máximo de aire admitido por la ventosa para no superar una depresión p = 0,3 bar es 475 Nm3/h (ver Figura 1). Con estos datos, la velocidad máxima de vaciado es 0,67 m/s y el tiempo mínimo requerido para el vaciado de la tubería será 17’21”. Sin embargo, puesto que la ventosa no es capaz de admitir este caudal (téngase en cuenta que, para una depresión p = 0,3 bar, el caudal realmente admitido es 110 Nm3/h), si se intenta vaciar un caudal de agua de 475 m3/h lo que ocurrirá es que la depresión aumentará por encima de los 0,3 bar hasta alcanzar el “bloqueo sónico” (en estas condiciones, la cantidad de aire admitida se mantiene constante). La depresión en la tubería continuará aumentando sin que el caudal admitido se incremente, pudiendo producirse incluso el colapso de la tubería. Nótese que, extrapolando los datos representados en la Figura 1, el caudal máximo (cuando p = 0,48 bar) que puede admitir la ventosa es de unos 120 Nm3/h. Para un caudal admitido máximo de 110 Nm3/h (suponiendo que no se quiere superar una depresión p = 0,3 bar), la velocidad máxima de vaciado es 0,16 m/s y el tiempo mínimo para vaciar la conducción es 75’57” (más de cuatro veces el obtenido con los datos de catálogo). Si este tiempo se considera excesivo y se desea, por ejemplo, vaciar la conducción en tan solo 20 minutos sin superar una depresión p = 0,3 bar, el caudal mínimo de aire que debería admitir la ventosa sería 412,2 Nm3/h, por lo que sería necesario instalar una ventosa de mayor capacidad o 4 ventosas como la analizada en paralelo (las cuatro juntas pueden expulsar hasta 440 Nm3/h sin superar la depresión fijada). LAS VENTOSAS COMO ELEMENTO DE PROTECCIÓN FRENTE AL GOLPE DE ARIETE Ahora se pretende analizar el transitorio que se genera durante la parada de la bomba que alimenta una impulsión con una longitud L = 2450 m, un diámetro D = 300 mm, una rugosidad = 0,1 mm, VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 una celeridad a = 610 m/s y un desnivel z = 78 m. Una vez se ha establecido el régimen permanente, la altura que proporciona la bomba es HB,perm = 108,6 mca y el caudal es Qperm = 150 l/s (con una velocidad vperm = 2,1 m/s). Tanto el perfil de la instalación como las presiones que soporta la conducción durante el régimen permanente pueden verse en la Figura 3. 120 100 Régimen permanente H (mca) 80 60 40 Perfil de la impulsión 20 0 0 250 500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 Longitud (m) Figura 3. Perfil de la impulsión y presiones en régimen permanente. 160 140 Presiones máximas 120 Régimen permanente H (mca) 100 80 60 Perfil de la impulsión 40 20 0 Presiones mínimas -20 0 250 500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 Longitud (m) Figura 4. Presiones máximas y mínimas alcanzadas durante el transitorio cuando la impulsión no dispone de ningún sistema de protección. Para poder estudiar el golpe de ariete con una cierta precisión hay que recurrir a algún modelo de simulación de transitorios hidráulicos. Concretamente, para el desarrollo del presente ejemplo se ha utilizado el paquete DYAGATS 2.0 (GMMF, 1999). En primer lugar, vamos a analizar el transitorio que tiene lugar cuando se produce una parada de la bomba y la instalación no dispone de ningún dispositivo de protección frente al golpe de ariete (Figura 4). Tal y como se aprecia en la gráfica correspondiente, la conducción alcanzaría unas depresiones muy importantes, apareciendo problemas de cavitación e incluso llegando al colapso de VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 la tubería. Nótese que las presiones mínimas que aparecen en la figura no tienen ningún sentido físico (obviamente, no es posible tener depresiones superiores a la presión atmosférica = 10,33 mca). Estos resultados sin sentido aparecen porque el modelo de simulación utilizado deja de ser válido cuando se alcanza la presión de vapor y aparece el fenómeno de la cavitación, puesto que el paquete DYAGATS 2.0 no contempla esta situación. Lógicamente, para evitar graves problemas deberemos proteger convenientemente la impulsión. Una posible solución es la instalación de un depósito a presión o calderín a la salida de la bomba, con el objeto de limitar tanto las depresiones como las sobrepresiones que se alcanzan durante el transitorio. Para la impulsión analizada en este ejemplo, el tamaño necesario del calderín es de 4 m3. Con este calderín, la instalación queda perfectamente protegida frente al golpe de ariete ocasionado por una parada de la bomba. Tal y como se aprecia en la Figura 5, ningún tramo de la impulsión soporta depresiones y, además, las sobrepresiones alcanzadas no superan los valores de régimen permanente. 160 140 120 Presiones máximas H (mca) 100 80 60 Presiones mínimas 40 Perfil de la impulsión 20 0 -20 0 250 500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 Longitud (m) Figura 5. Presiones máximas y mínimas alcanzadas durante el transitorio cuando la impulsión dispone de un calderín de 4 m3 instalado aguas abajo de la bomba. Otra posibilidad para proteger la impulsión es colocar un calderín más pequeño junto con algunas ventosas situadas en puntos “problemáticos”. Por ejemplo, si se instala un calderín de tan solo 2 m3 la impulsión no queda completamente protegida. En la Figura 6 se observa que un tramo muy importante de la conducción (unos 800 m de los 2450 m que mide la impulsión) se verá sometido a importantes depresiones. Además, al tratarse de un calderín más pequeño, las sobrepresiones que se alcanzan durante el transitorio también son superiores. VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 160 140 Presiones máximas 120 H (mca) 100 Régimen permanente 80 60 Presiones mínimas 40 Perfil de la impulsión 20 0 -20 0 250 500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 Longitud (m) Figura 6. Presiones máximas y mínimas alcanzadas durante el transitorio cuando la impulsión dispone de un calderín de 2 m3 instalado aguas abajo de la bomba. Para tratar de controlar las depresiones que se alcanzan en el último tramo de la impulsión, vamos a instalar un par de ventosas en dos puntos altos de la instalación. Concretamente, las ventosas deberán colocarse a 1972 m y 2170 m de la estación de bombeo (ver Figura 7). Para poder introducir el comportamiento de las ventosas en el modelo de simulación es necesaria la caracterización hidráulica de las mismas, la cual ya ha sido comentada anteriormente. Si utilizamos las curvas facilitadas por el fabricante en su catálogo, las ecuaciones que modelan el comportamiento de la ventosa se corresponden con la expresión (9) para la fase de admisión y la expresión (11) para la fase de expulsión. En este caso, las presiones máximas y mínimas alcanzadas durante el transitorio pueden verse en la Figura 7. 160 140 Presiones máximas 120 H (mca) 100 Régimen permanente 80 60 Presiones mínimas 40 Perfil de la impulsión 20 0 -20 0 250 500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 Longitud (m) Figura 7. Presiones máximas y mínimas alcanzadas durante el transitorio cuando la impulsión dispone de un calderín de 2 m3 y dos ventosas instaladas en dos puntos altos. Con la instalación de las ventosas se han solucionado los problemas de depresiones (ningún punto de la instalación soportará presiones negativas durante el golpe de ariete producido por la parada de VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 la bomba). Sin embargo, poco ayudan en lo que refiere a las sobrepresiones (de hecho, incluso son un poco mayores que las alcanzadas cuando no se instalan las ventosas). Además, tal y como ya se ha comentado, las curvas reales de las ventosas obtenidas mediante ensayo en laboratorio no coinciden con las curvas facilitadas por los fabricantes. Si, para modelar el comportamiento hidráulico de las ventosas, utilizamos las curvas dadas por las expresiones (10) para la fase de admisión y (12) para la fase de expulsión, las cosas cambian sustancialmente. Puesto que la capacidad real de la ventosa para admitir aire es notablemente inferior a la que se presenta en el catálogo, las depresiones que sufrirá la tubería serán muy superiores a las esperadas. De hecho, con las curvas de catálogo, ningún tramo de la instalación experimenta presiones negativas. Sin embargo, cuando se utilizan las curvas ensayadas, hay unos 100 m de la conducción que sufren depresiones (ver Tabla 3). Tabla 3. Presiones máximas y mínimas alcanzadas durante el transitorio en parte de la instalación cuando se consideran las curvas características de las ventosas obtenidas mediante ensayo. Nudo x (m) z (m) pmáx (mca) pmin (mca) 27 2198,34 70,56 19,05 0,82 28 2213,84 71,06 18,34 -0,04 29 2239,37 71,26 17,79 -0,83 30 2266,73 70,69 17,83 -0,14 31 2293,17 70,75 17,25 -0,08 32 2312,32 70,58 17,04 0,24 Así pues, es recomendable tomar precauciones cuando se utilizan las curvas características facilitadas por los fabricantes en sus catálogos de ventosas, puesto que ello puede conducir a resultados alejados de la realidad. Para que los resultados obtenidos sean fiables es conveniente utilizar curvas características obtenidas mediante ensayo o, en su defecto, introducir algún tipo de coeficiente de seguridad que tenga en cuenta las diferencias existentes entre las curvas de catálogo y las curvas reales. CONCLUSIONES La presencia de aire en las conducciones es, en muchos casos, inevitable. El aire se introduce en las tuberías por motivos muy diversos y es la causa de numerosos problemas. Una buena solución para evitar estos problemas consiste en la instalación de ventosas. Los fabricantes de ventosas suelen facilitar sus curvas características en forma gráfica. En la Universidad Politécnica de Valencia se han realizado ensayos de un gran número de ventosas de gran orificio, encontrándose importantes discrepancias cuando se comparan los resultados de los ensayos con los datos proporcionados por los fabricantes, lo cual puede originar graves problemas, tal y como se pone de manifiesto en los ejemplos presentados. Si el proyectista utiliza las gráficas facilitadas en los catálogos para seleccionar una ventosa y la curva característica que modela su comportamiento se aleja notablemente de la realidad, casi seguro que estará realizando un dimensionado totalmente incorrecto. Además, el dimensionado y la selección de las ventosas deben realizarse con sumo cuidado. El sobredimensionado de las mismas, en su etapa de expulsión, puede dar origen a golpes de ariete indeseados y elevadas sobrepresiones que pueden dañar la instalación. Por supuesto, tampoco es acertado infradimensionar la ventosa porque, en este caso, no será capaz de admitir o expulsar la cantidad de aire requerida. Así pues, una ventosa tanto si es demasiado pequeña como demasiado VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 grande puede ser la causa de importantes problemas. Si a este hecho unimos la dificultad a la hora de estimar con cierta exactitud el caudal de aire que debe admitir o evacuar una ventosa, se confirma la enorme complejidad que tiene la selección correcta de la ventosa más adecuada para una instalación concreta. Como conclusión final, puede afirmarse que las ventosas son unos elementos muy interesantes y muy necesarios en los sistemas hidráulicos, pero cuya selección debe realizarse tomando las debidas precauciones: Cuidado con el sobredimensionado. Cuidado con las curvas características de los catálogos. Cuidado con el “cierre dinámico”. Cuidado con la selección según el DN. Cuidado con el mantenimiento. NOMENCLATURA a Aadm Aexp Cadm cadm Cexp cexp D dm/dt HB,perm K K’ Kaire L m patm* pmáx pmin pt* Qperm Q(std) R Tatm Tt t vperm x z p z aire atm celeridad de la onda de presión sección de admisión de la ventosa sección de expulsión de la ventosa coeficiente de admisión de la ventosa coeficiente de flujo para la fase de admisión (zona subsónica) coeficiente de expulsión de la ventosa coeficiente de flujo para la fase de expulsión (zona subsónica) diámetro interior de la tubería caudal másico altura de la bomba en régimen permanente coeficiente de flujo para la fase de expulsión (zona sónica) valor límite del flujo para la fase de admisión (zona sónica) módulo de compresibilidad del aire longitud de la tubería masa de aire presión atmosférica absoluta presión manométrica máxima presión manométrica mínima presión absoluta en el interior de la tubería caudal en régimen permanente caudal volumétrico en condiciones estándar o normales constante del gas en la ecuación de los gases perfectos temperatura en condiciones atmosféricas temperatura en el interior de la tubería tiempo velocidad en régimen permanente posición cota diferencia de presiones diferencia de cotas rugosidad de la tubería densidad del aire densidad del aire en condiciones atmosféricas VI SEREA - Seminário Iberoamericano sobre Sistemas de Abastecimento Urbano de Água João Pessoa (Brasil), 5 a 7 de junho de 2006 N densidad del aire en condiciones normales REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CAMPBELL, A. 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