Rebollo de la mata del pañuelo

Transcripción

Rebollo de la mata del pañuelo
Roble Melojo, Rebollo (Quercus pyrenaica)
Rebollo de la Mata del Pañuelo, Rascafría,
Madrid
Existen varias especies de robles en Europa. En España aparecen tres de ellas, quercus
robur o carballo, quercus petraea o albar y quercus pyrenaica, melojo o rebollo. Aunque
todas se hibridan, la segunda se hibrida más con las otras dos confundiéndose entre ellas, a
veces confundidas todas, siendo la primera de latitudes más altas y de espacios más fríos y
húmedos.
En cambio, quercus pyrenaica vive en latitudes más bajas, es mucho más pequeño que los
anteriores, formando bosquetes amplios y numerosos pero de individuos pequeños y
estilizados, muy parecidos a los hayedos. Por eso cuando visité a nuestro protagonista,
conociendo la especie, te sorprende más su tamaño. A excepción de una decena de
ejemplares colindantes de tamaño considerable el resto del bosque lo componen robles de
no más de 50-60 cm de perímetro. Por eso este árbol está protegido por las leyes de la
Comunidad de Madrid, aunque ello no impide que su estado sea ya el de un anciano que
debe padecer alzheimer ya que apenas recuerdan sus ramas como producir hojas y bellotas.
El paseo por la Mata del Pañuelo, además de bonito, es fácil y simple, ya que se trata de un
amplio sendero por donde pasan habitualmente los forestales con sus grandes vehículos sin
dificultad. Es zona de explotación maderera intensa. Para alguien como yo, que venero
estos sitios, podría ser algo doloroso, ver como las máquinas motosierras suenan sin cesar y
los múltiples troncos terminan descansando en las laderas de las lomas, en espera de su
carga, para convertirse quizás en papel, quizás en muebles o tarimas de nuestras casas.
Es curioso, ya que nunca tuve esa sensación. Cuando el trabajo es equilibrado, se eligen los
talados diseminados sin clarear el bosque, provocando la entrada de luz al interior, se
provoca la fortaleza de los vecinos, haciéndolos más fuertes.
Viendo esto me pregunto el porque de talar a rasa gran cantidad de espacios naturales,
como lo que vemos en continuo en el Amazonas, cuando a la larga algo como lo
demostrado en Rascafría es duradero, ventajoso, económico a largo plazo y lindo para la
vista. La respuesta, sin duda, estará en la codicia humana, que siempre supera a la razón.
No pude ponerme en la foto para testificar mi llegada, ni para establecer la relación habitual
de tamaños, por mi incapacidad de estabilizar la cámara.
Menos mal que vino un gran amigo conmigo (que disfrutó más que yo del
paseo) y podemos observar el tamaño del anciano melojo.

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