complejo entérico porcino en la fase crecimiento – finalización
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complejo entérico porcino en la fase crecimiento – finalización
COMPLEJO ENTÉRICO PORCINO EN LA FASE CRECIMIENTO – FINALIZACIÓN PAULA ANDREA CARDONA CAMPUZANO UNIVERSIDAD DE CIENCIAS APLICADAS Y AMBIENTALES FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA BOGOTÁ D.C. 2011 14 COMPLEJO ENTÉRICO PORCINO EN LA FASE CRECIMIENTO – FINALIZACIÓN PAULA ANDREA CARDONA CAMPUZANO Monografía para optar al título de Medico Veterinario y Zootecnista DIRECTOR RICARDO JAVIER PIÑEROS DUQUE UNIVERSIDAD DE CIENCIAS APLICADAS Y AMBIENTALES FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA BOGOTÁ D.C. 2011 15 Nota de Aceptación __________________________ Ricardo Javier Piñeros Duque Director __________________________ Ruth Hinestrosa Guerrero Codirectora __________________________ Hernando Guzmán Caicedo Jurado __________________________ Claudia Constanza Rojas Mejía Jurado BOGOTÁ D.C. ABRIL 2011 16 AGRADECIMIENTOS Quiero expresar mis más sinceros agradecimientos al: Dr. Hernando Guzmán, por su invaluable dedicación, apoyo y ayuda personal y técnico-Científica incondicional para el desarrollo del presente trabajo, así como en mi formación académica durante el transcurso del pregrado. Dr. Ricardo Piñeros, Director del trabajo de grado, y a la Dra. Ruth Hinestrosa, Codirectora, por sus valiosos consejos, aportes y apoyo en el desarrollo del presente trabajo. A los estudiantes de la Especialidad de Anatomopatología Veterinaria, especialmente a la Dr. Maritza Medina, por su valioso aporte, apoyo y ayuda la cual fue fundamental para el desarrollo del presente trabajo. Primordialmente a mi Familia por su apoyo incondicional que fue indispensable para culminar esta etapa de mi vida. 17 TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN Pág 14 JUSTIFICACIÓN 16 OBJETIVOS Objetivo General Objetivos Específicos 18 18 18 1. HISTOLOGÍA DEL SISTEMA DIGESTIVO 1.1. Estómago Glandular 1.1.1. Estructura 1.2. Intestino Delgado 1.2.1. Estructura 1.2.2. Regiones 1.3. Intestino Grueso 1.3.1. Estructura 1.3.2. Regiones 19 19 19 20 20 21 23 23 24 2. FISIOLOGÍA DEL SISTEMA DIGESTIVO 2.1. Regulación de la función gastrointestinal 2.2. Movimiento del tracto gastrointestinal 2.3. Digestión y Absorción 26 26 27 28 3. MECANISMO DE DEFENSA DEL SISTEMA DIGESTIVO EN CERDOS 3.1. Mecanismos Inespecíficos de Defensa 3.2. Mecanismos Específicos de Defensa 3.2.1. Inmunoglobulinas 3.2.2. Células del sistema inmune intestinal 3.2.3. Mecanismos de activación del sistema inmune intestinal 3.3. Microbiota del Sistema Digestivo 3.3.1. Composición de la microbiota en cerdos adultos 3.3.2. Efectos de la microbiota 30 18 30 31 31 31 32 32 33 34 4. FISIOPATOLOGÍA DE DIARREA EN CERDOS 4.1. Diarrea secretora 4.2. Diarrea por malabsorción 4.3. Diarrea efusiva (Inflamatoria) 36 36 36 37 5. FACTORES PREDISPONENETES DE LOS DESÓRDENES ENTÉRICOS 5.1. Patología Digestiva tras la Prohibición de A.P.C. 5.2. El estrés como factor de enfermedad entérica 5.2.1. El estrés en la barrera gastrointestinal 5.2.2. Aumento de la permeabilidad intestinal 5.2.3. Aumento de la adherencia bacteriana 5.2.4. Alteraciones en la microbiota 5.2.5. Desórdenes del sistema nervioso intestinal 39 6. COMPLEJO ENTÉRICO PORCINO 6.1. Etiología del Complejo Entérico Porcino 43 44 7. ÚLCERA GÁSTRICA 7.1. Historia 7.2. Etiología 7.3. Epidemiología 7.4. Edad de Presentación 7.5. Patogénesis 7.6. Signos Clínicos 7.7. Diagnóstico 7.7.1. Hallazgos Macroscópicos 7.7.2. Hallazgos Microscópicos 7.8. Prevención y Control 46 46 46 47 47 47 48 48 49 49 51 8. ROTAVIROSIS PORCINA 8.1. Historia 8.2. Etiología 8.3. Epidemiología 8.4. Edad de Presentación 8.5. Transmisión 8.6. Patogénesis 8.7. Signos Clínicos 8.8. Diagnóstico 52 52 52 52 53 53 53 54 54 19 39 40 40 41 41 41 42 8.8.1. Hallazgos Macroscópicos 8.8.2. Hallazgos Microscópicos 8.9. Prevención y Control 54 54 55 9. GASTROENTERITIS TRANSMISIBLE (GET) 9.1. Historia 9.2. Etiología 9.3. Epidemiología 9.4. Edad de Presentación 9.5. Transmisión 9.6. Patogénesis 9.7. Signos Clínicos 9.8. Diagnóstico 9.8.1. Hallazgos Macroscópicos 9.8.2. Hallazgos Microscópicos 9.9. Prevención y Control 57 57 57 57 58 58 58 59 60 60 60 61 10. COCCIDIOSIS 10.1. Historia 10.2. Etiología 10.2.1. Ciclo de Vida 10.3. Epidemiología 10.4. Edad de Presentación 10.5. Transmisión 10.6. Patogénesis 10.7. Signos Clínicos 10.8. Diagnóstico 10.8.1. Hallazgos Macroscópicos 10.8.2. Hallazgos Microscópicos 10.9. Prevención y Control 63 63 63 63 64 65 65 65 65 66 66 66 68 11. ENTEROPATÍA PROLIFERATIVA PORCINA (ILEÍTIS) 11.1. Historia 11.2. Etiología 11.3. Epidemiología 11.4. Edad de Presentación 11.5. Transmisión 11.6. Patogénesis 11.7. Formas de Presentación 69 69 69 69 70 70 70 71 20 11.8. Signos Clínicos 11.9. Diagnóstico 11.9.1. Hallazgos Macroscópicos 11.9.2. Hallazgos Microscópicos 11.10. Prevención y Control 71 72 72 73 73 12. CLOSTRIDIOSIS (ENTERITIS POR C. PERFRINGENS) 12.1. Historia 12.2. Etiología 12.3. Epidemiología 12.4. Edad de Presentación 12.5. Transmisión 12.6. Patogénesis 12.7. Signos Clínicos 12.8. Diagnóstico 12.8.1. Hallazgos Macroscópicos 12.8.2. Hallazgos Microscópicos 12.9. Prevención y Control 76 76 76 76 76 76 77 77 78 78 79 80 13. COLIBACILOSIS ENTÉRICA POSDESTETE 13.1. Historia 13.2. Etiología 13.3. Epidemiología 13.4. Edad de Presentación 13.5. Transmisión 13.6. Patogénesis 13.7. Signos Clínicos 13.8. Diagnóstico 13.8.1. Hallazgos Macroscópicos 13.8.2. Hallazgos Microscópicos 13.9. Prevención y Control 81 81 81 81 82 82 82 83 83 83 83 84 14. CIRCOVIRUS PORCINO TIPO II (CVP2) 14.1. Historia 14.2. Etiología 14.3. Epidemiología 14.4. Edad de Presentación 14.5. Transmisión 14.6. Patogénesis 86 86 86 86 87 87 87 21 14.7. Signos Clínicos 14.8. Diagnóstico 14.8.1. Hallazgos Macroscópicos 14.8.2. Hallazgos Microscópicos 14.9. Prevención y Control 88 88 88 89 91 15. SALMONELOSIS PORCINA 15.1. Historia 15.2. Etiología 15.3. Epidemiología 15.4. Edad de Presentación 15.5. Transmisión 15.6. Patogénesis 15.7. Signos Clínicos 15.8. Diagnóstico 15.8.1. Hallazgos Macroscópicos 15.8.2. Hallazgos Microscópicos 15.9. Prevención y Control 92 92 92 93 93 93 93 94 95 95 96 98 16. ESPIROQUETAS: BRACHISPIRA 16.1. ESPIROQUETOSIS INTESTINAL PORCINA 16.1.1. Historia 16.1.2. Etiología 16.1.3. Epidemiología 16.1.4. Edad de Presentación 16.1.5. Transmisión 16.1.6. Patogénesis 16.1.7. Signos Clínicos 16.1.8. Diagnóstico 16.1.8.1. Hallazgos Macroscópicos 16.1.8.2. Hallazgos Microscópicos 16.1.9. Prevención y Control 16.2. DISENTERÍA PORCINA 16.2.1. Historia 16.2.2. Etiología 16.2.2.1. Factores de Virulencia 16.2.3. Epidemiología 16.2.4. Edad de Presentación 16.2.5. Transmisión 16.2.6. Patogénesis 16.2.7. Signos Clínicos 99 99 99 99 99 100 100 100 100 101 101 101 102 103 103 103 103 103 103 104 104 104 22 16.2.8. 16.2.8.1. 16.2.8.2. 16.2.9. Diagnóstico Hallazgos Macroscópicos Hallazgos Microscópicos Prevención y Control 105 105 105 107 17. TRICHURIASIS 17.1. Historia 17.2. Etiología 17.2.1. Ciclo de Vida 17.3. Epidemiología 17.4. Edad de Presentación 17.5. Transmisión 17.6. Patogénesis 17.7. Signos Clínicos 17.8. Diagnóstico 17.8.1. Hallazgos Macroscópicos 17.8.2. Hallazgos Microscópicos 17.9. Prevención y Control 108 108 108 108 109 109 110 110 110 110 111 111 112 18. CUADRO COMPARATIVO DE LAS ENFERMEDADES 113 19. AGENTES NO INFECCIOSOS 116 DISCUSIÓN 117 CONCLUSIONES 118 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 119 23 ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1: Histología del estómago del cerdo (H&E, 25x) 19 Figura 2: Histología del Intestino delgado (H&E, 40x) 20 Figura 3: Histología del Duodeno (H&E) 21 Figura 4: Histología del íleon (H&E, 40x) 22 Figura 5: Histología del Intestino grueso (H&E, 40x) 23 Figura 6: Histología del Colon, Taenia coli (H&E, 12.5x) 24 Figura 7: Patogenia de la ulceración gástrica 47 Figura 8: Úlcera gástrica crónica 48 Figura 9: Gastroesofagitis (H&E, 400x) 49 Figura 10: Úlcera crónica activa (H&E, 400x) 49 Figura 11: Íleon. Atrofia y fusión de vellosidades por infección con 54 Rotavirus (H&E) Figura 12: Intestino Delgado. Atrofia y fusión de vellosidades por GET 60 (H&E) Figura 13: Ciclo evolutivo del parásito (Coccidias) 63 Figura 14: Íleon. Atrofia de las vellosidades por coccidiosis (H&E) 66 Figura 15: Mucosa de intestino delgado. Célula epitelial que contiene una 66 forma evolutiva de la coccidia (ooquiste) (H&E) Figura 16: Intestino delgado. Engrosamiento de la pared por Enteropatía 73 Proliferativa Crónica Figura 17: Intestino delgado. Sangre y coágulos de sangre en el lumen 73 por Enteropatía Hemorrágica Proliferativa Figura 18: Íleon. Lesiones proliferativas por Ileitis, ramificación de las 74 criptas (H&E, 40x) Figura 19: : Íleon. Lesiones proliferativas e infiltrado mononuclear en la lámina propia por ileítis (H&E, 200x) 24 74 Figura 20: Intestino delgado. Enteritis necrotizante por la infección de C. 78 perfringens Tipo C Figura 21: Intestino delgado. Enteritis necrótica; necrosis y muerte de 79 enterocitos (H&E) Figura 22: Intestino delgado. ETEC. Cambios microcirculatorios, no hay 83 alteración morfológica de las vellosidades (H&E) Figura 23: Ganglios linfáticos: aumentado de tamaño y aumento de 88 líquido en cavidad abdominal por CVP-2 Figura 24: Ganglio Linfático. Cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos en 89 histiocitos por PMWS (H&E) Figura 25: Ganglio linfático. Depleción linfoide y sustitución del folículos con células gigantes (H&E). Abundante antígeno de 89 CVP-2 (Inmunohistoquímica) Figura 26: Colon. Úlceras botonosas por Salmonelosis 95 96 Figura 27: Yeyuno. Enteritis con atrofia de las vellosidades e hiperplasia de las Placas de Peyer por Salmonelosis (H&E) Figura 28: Hígado. Formación inicial de un nódulos paratifoideo por 96 Salmonelosis (H&E, 400x) Figura 29: Colon. Áreas aisladas de necrosis en la mucosa por EIP 101 Figura 30: Colon. Borde en cepillo falso de espiroquetas (400x) 101 Figura 31: Colon. Áreas de exudado fibrinocatarral en la mucosa por 105 Disentería porcina Figura 32: Colon. Hiperplasia de células caliciformes por Disentería 105 Figura 33: Ciclo biológico de Trichuris suis 108 Figura 34: Intestino. Tricocéfalos adultos (Trichuris suis) en la pared 110 Figura 35: Gusano Trichuris, penetración intracelular 111 25 COMPLEJO ENTÉRICO PORCINO EN LA FASE CRECIMIENTO – FINALIZACIÓN Resumen En los sistemas de producción porcina una de las patologías de mayor presentación son las patologías gastroentéricas en cerdos de crecimiento, alterando la ganancia diaria de peso (GDP) y la conversión alimentaria (CA) que resulta en importantes pérdidas económicas. Las expresiones clínicas han cambiado significativamente en la ultima década y las pautas disponibles para el control y prevención de las enfermedades se han ido limitando, es por esta razón que mediante este trabajo se describió el Complejo Entérico Porcino (CEP) analizando sus factores predisponentes y las enfermedades entéricas asociadas con el fin de generar una herramienta que ayude a los veterinarios a realizar un mejor abordaje de los casos y hacer un correcto diagnostico. El análisis de la descripción del CEP permite concluir que se trata de la interacción de numerosos factores que se relacionan unos a otros para conducir a la presentación de la enfermedad clínica, de estos factores se destacan las practicas de manejo, las condiciones del medio ambiente, las practica de alimentación y la presencia de enfermedades. El manejo de los animales con el sistema “Todo dentro/Todo fuera” a obtenido buenos resultados, ya que permite cortar la cadena de transmisión de las enfermedades, permitiendo obtener mejores resultados zootécnicos. El principio básico del Complejo Entérico en una granja de producción intensiva es el diagnostico preciso de las enfermedades que componen el complejo y el conocimiento sobre la epidemiología en la población porcina afectada. Palabras Clave: CEP, Diagnóstico, Epidemiología, Factores Predisponentes, Patologías. 26 INTRODUCCIÓN En los sistemas de producción porcina una de las patologías de mayor presentación son las enfermedades entéricas en cerdos de crecimiento, estando implicados diferentes factores, entre ellos: calidad del alimento y agua, tratamientos médicos, ambientales, de manejo, estado inmunitario del hospedador y diferentes agentes etiológicos; bacterias y/o virus que puedan presentarse solas o en asocio; es por esta razón que se dice que la etiología de la enfermedad entérica es multifactorial. La diarrea es el signo más común de las infecciones entéricas y una manifestación clínica de gran importancia en cerdos de crecimiento debido a la disminución de los índices productivos (Moeser, 2008; Tamiozzo, 2008). Los cuadros digestivos alteran el consumo de alimento y por lo tanto repercuten en la ganancia diaria de peso (GDP) así como en la conversión alimentaria (CA), generando importantes pérdidas económicas debido a la disminución del crecimiento, la heterogeneidad de los lotes y los gastos en medicamentos. En ocasiones, los procesos infecciosos entéricos del cerdo no se presentan aislados, es por esto que se ha venido hablando de la existencia de un complejo entérico porcino CEP (Perfumo, 2006; Pfizer, 2004), donde los procesos patológicos raramente están causados por un único agente etiológico; sino por el contrario, por la interacción de distintos factores que desencadenan la enfermedad. En la actualidad se habla de diferentes definiciones para el CEP; donde Gonzalo Cano hace referencia a una situación multietiológica de afección intestinal, más que a un cuadro entérico, en el cual la expresión clínica más evidente es la diarrea; mientras que para Pedro Rubio es un síndrome definido como el conjunto de signos clínicos que caracterizan un estado patológico (Dolso, 2008). Por tanto, la situación actual es que, de manera similar a la patología respiratoria, se tiene un conjunto de patógenos (víricos, bacterianos e incluso parasitarios), que interactúan entre ellos y que producen lo que se conoce como Síndrome Entérico Porcino (SEP) (Ramis, 2008), el cual se pretende describir mediante este trabajo de investigación, con el fin de generar una herramienta que ayude a los veterinarios a realizar un mejor abordaje de los casos y hacer un correcto diagnostico. De acuerdo al desarrollo de la industria porcícola que presenta el país y el impacto económico que tienen las enfermedades digestivas en las diferentes etapas de producción, es necesario generar un conocimiento más específico acerca de los 27 agentes involucrados en el Complejo entérico porcino y la interacción entre dichos agentes con el medio ambiente y el animal. Además de tener en cuenta que el diagnóstico preciso y oportuno es necesario para lograr los objetivos de la producción. 28 JUSTIFICACIÓN Las enfermedades digestivas continúan siendo un importante problema económico para la industria porcina. En los últimos 10 años se ha publicado y hablado especialmente de enfermedades respiratorias y sistémicas, siendo los procesos digestivos de “menor importancia” en la patología porcina. Sin embargo el mayor porcentaje de problemas en granjas de alta sanidad, libres de la mayoría de patógenos, suelen ser alteraciones digestivas, y éstas también suponen un componente importante en lo que se llama complejos de enfermedad (Segalés, 2001), donde es frecuente la concomitancia de procesos respiratorios y digestivos. Los cuadros digestivos que afectan a los cerdos en las etapas de crecimiento y engorde, a pesar de que han sido descritos hace más de 65 años (Perfumo, 2006), aún hoy representan un serio problema en particular en las granjas intensivas de alta sanidad. Un estudio (Brunori, 2006) realizado en Argentina, donde se analizaron datos desde el año 1985 al 2004 en un sistema de producción porcina, evidencio que en el periodo post destete, las patologías entéricas son las que producen la mayor mortalidad. Es por esto, que las enfermedades entéricas en cerdos de crecimiento causan una importante perdida económica para los criadores y pueden conducir a un retraso del animal de 14 – 21 días (Thomson, 2006) para que llegue a su peso final. Teniendo en cuenta que, de los costos de producción de los cerdos que se ubican en la fase de crecimiento – finalización, un 60-70% equivalen a costos de alimentación y que las enfermedades digestivas pueden afectar significativamente la capacidad de los cerdos para la utilización de los nutrientes (Duhamel, 2000); las mejoras en la eficiencia alimentaria durante este periodo, generadas por un mayor conocimiento de los diversos agentes que pueden inducir patologías entéricas y de su eficaz diagnostico, podrían mejorar la rentabilidad de las producciones porcícolas. El impacto negativo, generado por, las grandes perdidas económicas originadas por la diarrea, la creciente preocupación por el desarrollo de resistencia a los antibióticos generada por el uso indiscriminado de estos y la existencia de algunas enfermedades entéricas zoonóticas (Jacobson, 2003), implica un mayor interés de conocer el Complejo entérico porcino por parte de los profesionales. 29 En resumen, las patologías gastroentéricas han cambiado significativamente en la última década, las expresiones clínicas son hoy más preocupantes que hace años y requieren más trabajo por parte de los veterinarios. Las herramientas disponibles para control y prevención se han ido limitando y por tanto debemos tratar de marcar nuevas estrategias que nos permitan controlar y convivir de forma rentable con la cantidad de enfermedades gastroentéricas que conforman el denominado Complejo Entérico Porcino (Ramis, 2008), sin perder nunca de vista las implicaciones en salud humana que algunos de los patógenos entéricos porcinos tienen. 30 OBJETIVOS Objetivo General Describir el Complejo entérico porcino en la fase crecimiento – finalización, analizando sus factores predisponentes y las enfermedades entéricas asociadas. Objetivos Específicos Revisar la histología, fisiología y mecanismos de defensa del sistema digestivo de los cerdos. Recolectar información del complejo entérico porcino de autores nacionales e internacionales. Revisar los diversos factores predisponentes y las patologías entéricas asociadas al complejo entérico porcino. Construir el texto final mediante la síntesis y análisis de la información recolectada. 31 1. HISTOLOGÍA DEL SISTEMA DIGESTIVO El aparato digestivo incluye el conducto alimentario, estructuras accesorias (labios, lengua, dientes) y órganos extramurales (glándulas salivales, hígado, páncreas) (Banks, 2000). El conducto alimentario es una estructura tubular modificada que se extiende desde la boca hasta el ano. El endodermo origina el revestimiento epitelial de la mayor parte del conducto; el epitelio rostral y caudal se forma a partir del ectodermo del estroma y del proctodeo, respectivamente. Los labios muscularizados y la lengua ayudan en la prensión. Los dientes permiten la masticación. A su vez, la deglución depende de la actividad muscular de la cavidad bucal y faríngea. El esófago muscularizado impulsa el bolo hacia el estomago, donde se inicia la digestión química y mecánica; el resto del conducto continua la digestión y la absorción. El conducto impulsa el contenido luminal hacia el ano y termina en la eliminación de los residuos no digeridos (Eurell, 2004). 1.1. ESTÓMAGO GLANDULAR 1.1.1. Estructura Esta compuesto por mucosa, submucosa, túnica muscular y serosa (Bacha, 2000). La mucosa y parte de la submucosa presentan pliegues gástricos tortuosos que se orientan en dirección paralela al eje longitudinal del órgano, la prominencia de estos pliegues varia de manera inversa con la distensión del estomago. La lámina epitelial mucosa, que incluye las fosas gástricas, es epitelio cilíndrico simple. La forma del núcleo puede ser oval o esferoidal. La lámina propia tiene muchos linfocitos, macrófagos y células plasmáticas que proporcionan hipercelularidad (Figura 1). En la tela submucosa las fibras neuronales y los citones de las células ganglionares forman el plexo submucoso. En la túnica muscular mucosa sus neuronas y procesos neuronales forman el plexo mientérico entre las láminas interna y externa del musculo liso (Junqueira, 2004). 32 Figura 1: Estómago, Región cardiaca, Cerdo (H&E, 25x). Fosa gástrica (8), Glándulas cardiacas (1), Nódulo linfático (10), Mucosa muscular (11). Numerosos nódulos linfáticos caracterizan la mucosa de la región glandular cardiaca del estómago del cerdo. Tomado de Bacha (2000). 1.2. INTESTINO DELGADO 1.2.1. Estructura La estructura del intestino delgado esta compuesta por la mucosa, submucosa, túnica muscular y serosa (Figura 2). La mucosa intestinal se forma de dos capas celulares. La lámina epitelial mucosa presenta: Células de Revestimiento, que son epiteliales cilíndricas, cuyos bordes apicales tienen microvellosidades que se distribuyen de modo ordenado, el citoplasma es acidófilo y granular, y presentan un núcleo alargado y basal; estas células absorben materiales de manera activa. Las Células Caliciformes son otro tipo de células, cuyos productos secretados protegen al revestimiento y en el intestino posterior la capa mucoide facilita el movimiento del contenido luminal hacia el ano. El tercer tipo son las Células M; que son células epiteliales modificadas cuya superficie apical presenta micropliegues, estos se presentan en la lamina epitelial mucosa que recubre los folículos linfoides del tejido linfático relacionado con el intestino (GALT). Las criptas intestinales se abren en la base de cada vellosidad como invaginaciones simples, ramificadas y tubulares. El epitelio se forma de células cilíndricas de revestimiento, caliciformes, endocrinas y GI, así como de gránulos acidófilos 33 (Paneth). La lámina propia mucosa en general se describe como tejido colágeno laxo de muchas fibras reticulares, Granulocitos y agranulocitos. También se encuentran criptas intestinales y nódulos linfáticos. En la submucosa, las glándulas son simples, ramificadas y tubuloacinares, y se abren hacia las criptas. Estas glándulas son serosas y se extienden hacia el yeyuno en cerdos. En la Túnica Muscular existen plexos mientéricos, la contracción del musculo liso produce peristalsis (Banks, 2000). Figura 2: Intestino delgado (H&E, 40x). La mucosa con las vellosidades y las glándulas intestinales (o Lieberkühn) (1), Submucosa (2), Capa muscular (3). Tomado de Monteiro (2006). 1.2.2. Regiones El intestino delgado esta compuesto por duodeno, yeyuno e íleon. La túnica mucosa duodenal presenta muchas vellosidades y pliegues circulares, las criptas intestinales son prominentes, es posible hallar glándulas submucosas intestinales y aunque se observan los nódulos linfáticos, están diseminados. A pesar de las variaciones las vellosidades tienden a ser regulares, romas y amplias (Figura 3). En el yeyuno, las glándulas submucosas intestinales se presentan en la región inicial, las vellosidades son más delgadas y su cantidad es menor que en el duodeno. Los nódulos linfáticos mucosos y submucosos se hallan evidentes en cerdos. El resto de los elementos murales son típicos. El íleon, es similar al yeyuno, sus células caliciformes constituyen una característica importante, las 34 acumulaciones de nódulos linfáticos se presentan en la mucosa-submucosa y pueden llegar a ser lo suficientemente prominentes para obliterar las vellosidades. En tales casos, la mucosa se aplana y queda interrumpida por cráteres linfáticos que son muy evidentes en porcinos (Figura 4). Las vellosidades tienen forma de palo de golf y no se observan pliegues (Junqueira, 2004). Figura 3: Duodeno (H&E). Tomado de Hill (2010). 35 Figura 4: Íleon (H&E, 40x). Mucosa con numerosas vellosidades (1), en la submucosa múltiples folículos linfoides (Placas de Peyer) (2). Tomado de Monteiro (2006). La histología de la válvula ileocecal muestra un cambio en el patrón de la mucosa, también hay un engrosamiento en la túnica muscular (musculo liso) y una cantidad variable de tejido linfático. Este esfínter impide el reflujo del contenido del colon al intestino delgado y actúa como una válvula que solo permite el transito en sentido ileocecal, de esta manera también se evita el paso de la flora microbiana que es muy abundante en el IG (Cesta, 2006; Cunningham, 2009). 1.3. INTESTINO GRUESO 1.3.1. Estructura El intestino grueso es la extensión caudal del conducto alimentario. Aquel inicia en la unión ileocecal y termina en el ano. La organización de la pared del intestino grueso presenta el patrón descrito en el ID, pero sus características específicas son las siguientes (Banks, 2000): Carece de vellosidades; las criptas intestinales, que son alargadas y rectas, se abren en la superficie en el margen de la luz; presenta células caliciformes evidentes, pero carece de células de gránulos acidófilos; los pliegues circulares del ID se remplazan con pliegues longitudinales; el tejido linfático es difuso y los ganglios linfático se distinguen fácilmente (Figura 5). 36 Figura 5: Intestino grueso (H&E, 40x). La mucosa carece de vellosidades, pero se compone de numerosas glándulas (1), en la Submucosa se observa un folículo linfoide (2), La túnica muscular posee fibras musculares (3). Tomado de Monteiro (2006). 1.3.2. Regiones El intestino grueso esta compuesto por el ciego, colon, recto y ano. En el ciego los nódulos linfáticos son prominentes en la abertura del ciego. Las capas externas de la túnica muscular presentan bandas orientadas longitudinalmente (planas y gruesas) de musculo liso y fibras elásticas, que se conocen como taenias cecales. En el colon el diámetro es mayor que el del ID; su mucosa es lisa y presenta la descripción general del IG. Las otras túnicas muestran el patrón general, excepto por las modificaciones de la túnica muscular. La capa externa de esta túnica esta engrosada y posee bandas aplanadas, que se orientan longitudinalmente de musculo liso y fibras elásticas. Dichas bandas se conocen como taenias colónicas en cerdos (Figura 6). Se encuentra una capa delgada de musculo liso, orientada longitudinalmente, entre los engrosamientos. En el recto, la túnica muscular es mas gruesa que en el colon, los epitelios de revestimiento y glandular contiene muchas células caliciformes y también la túnica serosa esta reemplazada por una túnica adventicia. El ano es una unión mucocutánea, se caracteriza por la unión de epitelio cilíndrico a epitelio escamoso estratificado (la unión rectoanal) (Junqueira, 2004). 37 Figura 6: Colón, Taenia Coli, Cerdo (H&E, 12.5x). Mucosa (12), Tejido adiposo (1), Muscular externa, circular interna (13), Muscular externa, longitudinal externa (14), Taenia Coli (19). Tomado de Bacha (2000). 38 2. FISIOLOGÍA DEL SISTEMA DIGESTIVO El tracto digestivo puede considerarse como un tubo que transcurre desde la boca hasta el ano, revestido de una membrana mucosa, cuyas funciones son las de digestión y absorción de los alimentos; barrera protectora contra gérmenes, así como la posterior eliminación de los desechos sólidos. El intestino delgado es el lugar donde se produce mayoritariamente la absorción de los nutrientes, proceso que se ve favorecido por la presencia de las denominadas vellosidades intestinales que hacen que la superficie de absorción de nutrientes aumente notablemente. Al tracto digestivo llegan una serie de secreciones que contienen principalmente enzimas como proteasas, amilasas, sucrasas y lipasas, entre otras, que hidrolizan los diferentes componentes de los alimentos; proteínas, almidón, azúcares y grasas, respectivamente (Gómez, 2008). 2.1. REGULACIÓN DE LA FUNCIÓN GASTROINTESTINAL El sistema gastrointestinal (GI) está regulado, de forma integrada, mediante dos sistemas de control (Cunningham, 2009). Un nivel de control esta ejercido por el sistema nervioso central y endocrino. El segundo nivel de control es propio del sistema GI y está ejercido por componentes intrínsecos nerviosos y endocrinos localizado dentro de los órganos GI. Este control intrínseco permite al sistema GI regular sus funciones de forma autónoma basándose en condiciones locales, tales como la cantidad y tipo de alimento presente en la luz. La coordinación de la función GI con el resto del organismo se lleva a cabo mediante la integración de influencias intrínsecas (dentro del sistema) y extrínsecas (fuera del sistema). El sistema nervioso entérico (SNE) está formado por cuerpos celulares y sus neuronas asociadas, todas ellas alojadas en la pared GI. Dentro de la pared GI, los cuerpos celulares del SNE se disponen en dos sistemas de ganglios; el plexo mientérico (Auerbach) y el plexo submucoso (Meissner). El plexo mientérico esta formado por ganglios localizados entre las capas musculares circular y longitudinal. El plexo submucoso tiene sus ganglios en la capa submucosa. Los axones de los cuerpos celulares se proyectan formando redes complejas cerca de los ganglios (Engelhardt, 2002). Los plexos del sistema entérico contienen neuronas sensitivas (aferentes), interneuronas y neuronas motoras (eferentes). Los impulsos sensitivos proceden de mecanorreceptores situados entre las capas musculares y de 39 quimiorreceptores de la mucosa. Los primeros informan de la distensión de la pared GI, mientras que los quimiorreceptores de la mucosa informan de las condiciones químicas de la luz. Los nervios motores entéricos inervan a los músculos vascular, circular y longitudinal así como a las glándulas que se encuentran en la pared GI. Las neuronas aferentes del SNE pueden ser estimuladoras (acetilcolina) o inhibidoras (péptidos), y la naturaleza de su acción esta determinada en gran medida por el tipo de sustancia neurocrina que secretan (Eurell, 2004; Junqueira, 2004). 2.2. MOVIMIENTOS DEL TRACTO GASTROINTESTINAL Las paredes del tracto gastrointestinal (GI) son musculares y, por tanto, tienen capacidad de movimiento. Los movimientos de los músculos GI tienen efectos directos sobre la ingesta que se encuentran en la luz. Los movimientos gastrointestinales tienen varias funciones (Engelhardt, 2002; Junqueira, 2004): 1. Propulsar la ingesta desde un lugar al siguiente; 2. Mantener la ingesta en un lugar determinado para su digestión, absorción o almacenamiento; 3. Romper físicamente el alimento y mezclarlo con las secreciones digestivas y 4. Hacer circular la ingesta para que todas sus porciones contacten con las superficies absortivas. El movimiento de las paredes del aparato digestivo se conoce como motilidad. Esta puede ser de naturaleza propulsora, de retención o de mezclado. El tiempo que tarda el material en desplazarse de un lugar a otro del tracto GI se conoce como tiempo de transito. El primer nivel de control de la motilidad GI descansa en las propiedades eléctricas intrínsecas del musculo liso. Estas propiedades consisten en ondas de despolarización parcial espontanea que recorren el musculo liso GI. El origen de esta actividad eléctrica esta en unas células musculares lisas especializadas denominadas células intersticiales de Cajal (CIC) (Radenkovic, 2005). Las CIC forman una red de células interconectadas que rodea las capas musculares circular y longitudinal en toda la extensión del tracto GI. Estas células muestran oscilaciones rítmicas y espontaneas de sus potenciales eléctricos, están conectadas entre si y a las células musculares lisas GI mediante uniones estrechas, lo que permite el flujo de iones de una célula a otra. Los movimientos iónicos resultantes conducen a la propagación de ondas de despolarización parcial de la membrana celular a lo largo de un gran número de células. El origen de los cambios espontáneos en la polarización de la membrana de las CIC esta en las fluctuaciones de las concentraciones de calcio intracelular. La 40 propiedad de ritmicidad eléctrica espontanea, junto con su conexión eléctrica a la masa de musculo liso GI, confiere a las células intersticiales de Cajal su papel como “marcapasos” eléctricos del tracto gastrointestinal (Eurell, 2004; Radenkovic, 2005). 2.3. DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN La digestión es el proceso de fragmentación y transformación de los nutrientes complejos en moléculas simples, mientras que la absorción es el proceso de transporte de estas moléculas simples a través del epitelio intestinal (Guyton y Hill, 2006). Ambos procesos son el resultado de fenómenos bioquímicos diferentes que se producen en el intestino, y ambos, son necesarios para la asimilación de nutrientes por parte del organismo. La absorción no se puede producir si el alimento no se ha digerido y la digestión no tendría sentido si los nutrientes digeridos no fuesen a absorberse. Las alteraciones en la asimilación de nutrientes constituyen un problema frecuente en medicina veterinaria que pueden producirse por numerosas enfermedades (Kay, 2000). Algunas de ellas afectan a la digestión y otras a la absorción. Los principales signos de incapacidad para asimilar nutrientes son con frecuencia similares, aunque las lesiones bioquímicas y los tratamientos específicos asociados con un proceso de mala digestión pueden ser diferentes a aquellos en los que se produce un fenómeno de mala absorción. El contacto entre la mucosa del intestino delgado y el contenido intestinal se ve facilitado por una superficie intestinal extensa. Hay tres niveles de estructuras en la superficie de la mucosa que aumentan dicha área de contacto (Junqueira, 2004). Primero, los grandes pliegues de la mucosa conocidos como pliegues circulares ayudan a aumentar la superficie intestinal de algunos animales. Segundo, la mucosa esta cubierta por proyecciones epiteliales conocidas como vellosidades, que aumentan el área superficial intestinal de 10 a 14 veces y tercero, las vellosidades se recubren por una membrana superficial, que es una estructura formada por microvellosidades submicroscópicas. Las vellosidades y las criptas están tapizadas por una capa continua de epitelio celular. Estas células epiteliales se denominan enterocitos, cada uno de los cuales presenta dos tipos diferente de membrana celular. La superficie celular que esta en contacto con la luz intestinal es el ápice y esta cubierta por la membrana apical. Cubriendo la membrana apical y revistiendo las microvellosidades hay una capa formada por glucoproteínas que es el glucocáliz. La porción restante de la membrana plasmática del enterocito, aquella que no esta en contacto con la luz 41 intestinal, se denomina membrana basolateral, desempeña una función importante en la absorción intestinal; los nutrientes absorbidos por el enterocito a través de la membrana apical deben salir de la célula atravesando la membrana basolateral antes de alcanzar la corriente sanguínea (Engelhardt, 2002; Eurell, 2004). 42 3. MECANISMOS DE DEFENSA DEL SISTEMA DIGESTIVO EN CERDOS El desarrollo de una barrera mucosa sobre las células epiteliales que recubren las vellosidades es parte del proceso adaptativo del intestino a la vida extrauterina. Mediante esta barrera el organismo impide el paso de antígenos que eventualmente pueden estar presentes en el lumen intestinal. Además de la barrera física ejercida por el moco producido en las células, el intestino cuenta con un mecanismo de inmunidad local; la inmunoglobulina A (IgA), que se encuentra presente en las secreciones. Se ha postulado (Roca, 2008) que su presencia en ellas evita el transporte de los antígenos, uniéndolos a ellos para formar complejos. Durante los primeros días de vida, en los lechones los mecanismos de defensa del intestino se encuentran desarrollados de manera incompleta y el intestino es particularmente vulnerable a la penetración de sustancias potencialmente antigénicas. El sistema inmune en el intestino desempeña dos funciones; por una parte, debe identificar nutrimentos inocuos y suprimir cualquier respuesta inmune sistémica que pueda generarse contra éstos. Por otra parte, debe reaccionar para evitar cualquier invasión por virus, bacterias, parásitos y hongos. Para ello se conocen dos tipos de mecanismos de defensa en el intestino de los porcinos (Vega, 2000) los inespecíficos y los específicos. 3.1. MECANISMOS INESPECÍFICOS DE DEFENSA La barrera mucosal posee mecanismos no inmunes que trabajan independientemente y en conjunción con el sistema inmune local. Su función principal es evitar la adhesión y penetración de antígenos (Ag) y fragmentos presentes en el lumen intestinal (Pierre, 2000). Esos mecanismos inespecíficos incluyen una amplia gama de barreras físicas (fluidos, motilidad, epitelio, moco), químicas (secreciones, enzimas, pH, ácidos grasos) y biológicas (microflora). El grosor (Aprox. 450µm) así como la composición del moco que cubre las microvellosidades, contribuyen a la defensa de la superficie mucosal contra la adherencia y penetración de Ag. Sus funciones incluyen la de actuar como barrera física para la difusión de Ag, como filtro polimérico seleccionando el tamaño de las partículas antigénicas, bloqueando los receptores de los microorganismos con carbohidratos similares a los encontrados en las microvellosidades y actuando 43 sinergísticamente con inmunoglobulinas de secreciones (IgA, IgM) en un proceso denominado “exclusión inmune” (Roca, 2008). 3.2. MECANISMOS ESPECÍFICOS DE DEFENSA El epitelio intestinal es una barrera permeable que permite el paso de sustancias externas. La mayoría de esas sustancias no provocan una respuesta inmune debido a su tamaño pequeño y baja antigenicidad. Las barreras humoral, celular y mecánica reducen la absorción de Ag no digeridos, pero aun así, cantidades inmunológicamente significativas se absorben a través del epitelio y de las células M de las Placas de Peyer (PP) (Tizard, 2009). 3.2.1. Inmunoglobulinas La IgA secretada en la mucosa puede limitar la toma de Ag al bloquear su adsorción al enterocito, lo que prolonga su estancia en el lumen y potencia su proteólisis (exclusión inmune). La importancia de esta inmunoglobulina se manifiesta por que su producción es mayor que la de todos los demás isotipos. El lechón recién nacido recibe la protección pasiva de la madre a través de las inmunoglobulinas del calostro y la leche; la IgA es el isotipo más abundante en la leche. La IgG y la IgM también son sintetizadas en el intestino. La IgM es la principal inmunoglobulina secretora en animales jóvenes. La IgG podría ser importante en la patogénesis de procesos inflamatorios que pueden producir daño intestinal (activación del complemento, opsonización y citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos). Otra inmunoglobulina importante en el intestino es la IgE, que se encuentra asociada a las células cebadas en la Lámina Propia (LP). Su importancia radica en la protección contra infestaciones parasitarias y en la regulación y amplificación de la respuesta inmune local. Las reacciones de hipersensibilidad medidas por IgE pueden ser una causa importante de problemas intestinales (Pierre, 2000). 3.2.2. Células del sistema inmune intestinal Los linfocitos, las Células Plasmáticas (CP), los Macrófagos (Mo), los Eosinófilos, las Células cebadas y varios tipos de Células Presentadoras de Ag (CPA) pueblan el tejido conectivo de la LP intestinal. Ciertos linfocitos también se encuentran entre las células epiteliales del intestino (Linfocitos intraepiteliales o LIE). Además, grupos de nódulos linfoides organizados (Placas de Peyer, Agregados linfoides), así como folículos linfoides dispersos, se encuentran a lo largo del tracto intestinal. 44 Los linfocitos y las CP en la LP están separados del contacto con el contenido intestinal por las células epiteliales y la membrana basal. En cambio, los LIE están separados de los Ag del lumen intestinal únicamente por las uniones de los enterocitos. Las células linfoides de las Placas de Peyer (PP) están separadas del lumen intestinal por un epitelio especializado que contiene células membranosas fagocíticas (Células M), que forman una delgada capa entre los linfocitos y el lumen intestinal (Roca, 2008). 3.2.3. Mecanismo de activación del sistema inmune intestinal La activación del sistema inmune intestinal se resume en cinco pasos fundamentales (Vega, 2000): 1. El Ag es tomado por el epitelio intestinal y por el epitelio especializado de las PP. 2. El Ag es presentado a los linfocitos T por las CPA, que expresan en su superficie Ag de clase II del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CPH). 3. Los linfocitos T activados liberan factores inmunorreguladores (linfocinas), para iniciar y expandir la respuesta inmune específica para el Ag. Se generan células inductoras de linfocitos B alfa (productores de IgA) y supresoras para los demás isotipos. 4. Las células “vírgenes” (que nunca han estado en contacto con el Ag) reciben sus primeras señales de los linfocitos T activados en el micromedio ambiente de la LP o las PP. Estás células vírgenes se activan, esto es, proliferan e inician su emigración a través de la linfa y sangre periférica para, finalmente, alojarse en diversos tejidos mucosales (glándula mamaria, árbol respiratorio, LP intestinal) como células de memoria. 5. Finalmente, las células de memoria en reposo que reciben una “segunda señal” (nuevo contacto antigénico) sufren su diferenciación final y se convierten en células efectoras, Ag específicas, bajo la regulación de células T. En el caso de los linfocitos B, esto significa su diferenciación en células plasmáticas productoras de anticuerpos. Los linfocitos T darán lugar a células efectoras que pueden ser citotóxicas o reguladoras (supresoras o cooperadoras). 3.3. MICROBIOTA DEL SISTEMA DIGESTIVO La microbiota del tracto digestivo de los animales está compuesta por centenares de microorganismos diferentes. No obstante, este órgano permanece estéril hasta el nacimiento y es durante el parto cuando empieza el proceso de colonización, 45 este proceso es complejo y depende de diferentes factores como la especie animal, la edad, la dieta que recibe, el método de nacimiento o el ambiente en el que se encuentran (Mackie, 2000). En el ganado porcino la colonización del tracto gastrointestinal se produce en un periodo corto de tiempo, siendo posible detectar determinados géneros bacterianos durante las tres primeras horas de vida. Así, la colonización del tracto gastrointestinal empieza en el momento del parto por contacto con la microbiota de la vagina de la madre, posteriormente el contacto con la piel y las heces de la madre van a construir una de las fuentes más importantes de bacterias para la colonización del tracto digestivo (Melin, 2001). 3.3.1. Composición de la microbiota en cerdos adultos La población microbiana del tracto gastrointestinal constituye un complejo ecosistema, pudiendo alcanzar valores de 1011 células/gr de materia fresca, este ecosistema difiere cuantitativamente y cualitativamente a lo largo del tracto gastrointestinal; se describe un incremento gradual de la cantidad de bacterias que habitan en el TGI desde las partes más proximales a las regiones más distales, este hecho se explica por las diferentes condiciones que existen en los diferentes tramos del tracto (Melin, 2001). La cavidad oral, constituye una importante fuente de bacterias para todo el tracto digestivo, la fuente de estas bacterias se halla en el propio alimento, en la superficie de los dientes y en los tejidos blandos; está colonizada tanto por microorganismos aeróbicos, como anaeróbicos facultativos y estrictos, alcanzando valores de 107 UFC/gr (Jensen, 2001). El estómago y los tramos proximales del intestino delgado contienen cantidades relativamente pequeñas de bacterias; en el estómago, la colonización microbiana se ve limitada por el pH ácido, las características de la superficie gástrica y la alta velocidad del vaciado gástrico. En el ganado porcino (Roca, 2008), se ha demostrado que la densidad total de las bacterias cultivables del estómago puede alcanzar valores de 10 7 a 109 UFC/gr de materia fresca, siendo estos valores superiores en la parte caudal del mismo. Los géneros bacterianos más frecuentemente aislados en el estómago son Lactobacillus spp, streptococci, Clostridium spp, Eubacterium spp y Bifidobacterium spp. En el intestino delgado la cantidad total de bacterias varía en función del segmento analizado, en la parte proximal se han detectado valores de 10 7 UFC/gr de digesta, mientras que en tramos posteriores la cantidad alcanza valores de 10 8 – 109 UFC/gr de digesta (Jensen, 2001); el crecimiento bacteriano se ve limitado 46 especialmente por los rápidos movimientos peristálticos. Es por este motivo, que este tramo intestinal estará colonizado mayoritariamente por bacterias con capacidad de adherencia al epitelio; así las condiciones que se dan en el intestino delgado (rápidos movimientos peristálticos, pH alrededor de 6 y secreciones biliares) facilitan el crecimiento de bacterias aeróbicas, anaeróbicas facultativas o anaeróbicas de la familia Lactobacillaceae (Lactobacillus spp, Streptococcus spp), Bacillaceae (Bacillus spp, Clostridium spp) y Enterobacteriaceae (Escherichia coli). El íleon representa la zona de transición entre la escasa microbiota de los tramos anteriores y la muy densa población bacteriana del intestino grueso (Roca, 2008); los grupos predominantes en este tramo intestinal son Lactobacillus spp y Pediococcus spp y bacterias pertenecientes a los grupos Clostridiales, Bacillares y gamma-proteobacterias que se encuentran en menores cantidades. En el intestino grueso la densidad de bacterias puede alcanzar valores de 10 111012 bacterias/gr de contenido digestivo; factores como el pH (con valores entre 58), el lento transito intestinal y el bajo potencial redox, van a permitir una mayor supervivencia de algunas especies bacterianas y a determinar que sean las bacterias anaeróbicas las predominantes (Jensen, 2001). Las bacterias del grupo Clostridium y Bacteroides/Prevotella representan los grupos bacterianos predominantes y en menor cantidad microorganismos del género Streptococcus spp y Lactobacillus spp. 3.3.2. Efectos de la microbiota Las diferencias morfológicas más notables se observan entre animales convencionales y animales libres de microorganismos, ya que el tamaño del ciego es mayor en animales convencionales debido a la acumulación de agua y mucus, estando relacionado con la ausencia de bacterias con capacidad mucolítica (Peptostreptococcus micros, Ruminococcus spp, Bifidobacterias spp). A nivel microscópico (Melin, 2001), se ha observado que en ausencia de microbiota intestinal, las vellosidades son más delgadas y las criptas más cortas, provocando un incremento en la ratio vellosidad: cripta. Además, la microbiota que habita el tracto gastrointestinal ejerce un efecto sobre diferentes parámetros bioquímicos y fisiológicos del mismo, como son la motilidad intestinal, la síntesis de vitaminas y la capacidad fermentativa de diferentes componentes de la dieta. En animales libres de microorganismos, se ha demostrado una disminución de la motilidad intestinal, debido a ciertos productos finales de la fermentación bacteriana, como el ácido láctico que estimula la motilidad. 47 Los microorganismos participan también en la síntesis de la vitamina K, de las vitaminas del complejo B y de determinados aminoácidos. Tienen también como función fisiológica la prevención de la colonización del tracto por nuevas especies bacterianas, especialmente especies patógenas (Roca, 2008). Este hecho se debe a que las bacterias exógenas deben competir con las bacterias que habitan en el tracto gastrointestinal tanto por la disponibilidad de nutrientes como por los sitios de anclaje a la mucosa; este fenómeno es conocido con el nombre de “exclusión competitiva” El contacto con la microbiota intestinal constituye un requisito esencial para el desarrollo del sistema inmunitario asociado (Roca, 2008); en animales libres de gérmenes, los linfonodos mesentéricos son más pequeños, pesan menos y presentan una menor concentración celular; además, los linfonodos, el bazo y otros tejidos linfoides tienen un menor número de centros germinales, una menor cantidad de macrófagos con menor actividad metabólica y menor capacidad microbicida frente a ciertos patógenos. También se ha descrito que los cerdos axénicos poseen un menor número de linfocitos intraepiteliales que los cerdos convencionales. 48 4. FISIOPATOLOGIA DE DIARREA EN CERDOS La diarrea en los animales domésticos se han clasificado en cuatro categorías; diarrea secretora, diarrea por malabsorción, diarrea efusiva (inflamatoria) y diarrea por hipermotilidad (Fall, 2009). Independientemente de los mecanismos involucrados, el aumento de la motilidad intestinal es secundario a la acumulación de líquido en la luz intestinal. Por lo tanto, la hipermotilidad ciertamente no tiene una función primordial en el desarrollo de diarrea infecciosa en los animales domésticos (Vannucci, 2009). 4.1. DIARREA SECRETORA El principal ion implicado en la patogénesis de este tipo de diarrea es el Cloro (Cl-). La diarrea secretora más común entre los animales domésticos está vinculada a la infección por Escherichia coli enterotoxigénica (ETEC), sobre todo después del destete en los lechones (Carranza, 2006). La acción de estas toxinas conduce a la activación de mecanismos específicos de secreción en el epitelio intestinal, lo que induce a un aumento significativo de la secreción de Cl- y disminución de la absorción de Na+. En la fase aguda de la infección por ETEC, no se presenta ninguna anormalidad histológica evidente, ya que los organismos colonizan la superficie de la mucosa del ID y elaboran sus propias enterotoxinas, dando lugar a la hipersecreción (Nataro, 1998). Sin embargo, secundaria a la pérdida de electrolitos se puede producir necrosis isquémica y la atrofia de las vellosidades en las etapas posteriores (La puente, 2005). 4.2. DIARREA POR MALABSORCIÓN La acción directa de los agentes patógenos entéricos en el epitelio intestinal induce lisis celular. En tales casos, la intensidad de la infección y la muerte celular (que supera la capacidad de renovación epitelial) lleva a la atrofia de las vellosidades y por tanto la reducción en la absorción intestinal. Los cambios en los 49 mecanismos de absorción se relacionan con la pérdida y fusión de las vellosidades, reducción de la producción de enzimas digestivas y la inhibición de la actividad biológica de los transportadores de membrana (Dunlop, 2004). Los cambios morfológicos observados en la mucosa intestinal se caracterizan por la sustitución de células cilíndricas maduras por células cúbicas en el proceso de diferenciación. La patogenia de estas infecciones depende de la replicación local del agente en las vellosidades, sin embargo en casos como las Clostridiosis el patomecanismo esta relacionado con la acción de las exotoxinas (β-Toxina, αToxina) (Straw, 2006). Algunas enfermedades entéricas bacterianas, que son importantes en la producción porcina, también pueden causar cambios en los procesos de absorción de la mucosa intestinal (Vannucci, 2009). Las infecciones causadas por espiroquetas, Brachyspira hyodysenteriae y Brachyspira pilosicoli se encuentran entre las más frecuentes y se caracterizan por generar una colitis hemorrágica y catarral. La Enteropatía Proliferativa es una enfermedad entérica causada por la bacteria Lawsonia intracellularis; el primer cambio observado es la hiperplasia de la mucosa intestinal con sustitución progresiva de los enterocitos de las vellosidades. Probablemente, estas células inmaduras tienen una expresión reducida de las proteínas y de los transportadores de membrana que afectan la capacidad de absorción. 4.3. DIARREA EFUSIVA (INFLAMATORIA) Como ejemplo de la fisiopatología de la diarrea inflamatoria se considera la infección por Salmonella entérica serotipo Typhimurium que genera enterocolitis (Lapuente, 2005). La penetración en la célula huésped está determinada por la interacción de factores de virulencia. El mecanismo principal de la invasión se asocia con la activación del sistema de secreción tipo III por la bacteria, lo que permite el transporte de proteínas bacterianas al citoplasma del enterocito y la posterior activación del proceso inflamatorio. Los mecanismos de secreción, que se caracteriza por la acumulación de líquido en la luz intestinal, pueden ocurrir por aumento de la permeabilidad del epitelio intestinal secundario al proceso inflamatorio. Esto podría caracterizar la diarrea efusiva donde existe pérdida de agua, electrolitos y proteínas plasmáticas de la sangre a la luz intestinal. 50 Las infecciones por Clostridium difficile también estimulan la respuesta inflamatoria, pero mediada por la liberación de toxinas (A y B). La acción directa de estas toxinas en el epitelio intestinal induce la muerte celular y respuesta inflamatoria intensa con liberación de citocinas (IL-8, TNFa y PGE2) y la posterior acción de los neutrófilos; la diarrea se produce por la activación de mecanismos inflamatorios, dando lugar a un aumento de la permeabilidad de la barrera intestinal y por lo tanto la consecuente perdida. La diarrea en animales de crecimiento y finalización se ha descrito como una de las manifestaciones clínicas de la infección causada por Circovirus porcino tipo 2 (Vannucci, 2009). Las lesiones se caracterizan por la infiltración granulomatosa inflamatoria asociada con la depleción en Placas de Peyer y ganglios linfáticos. Considerando la capacidad de supresión inmunológica de este patógeno, es probable que este tipo de diarrea también implique infecciones bacterianas. 51 5. FACTORES PREDISPONENTES DE LOS DESÓRDENES ENTÉRICOS 5.1. PATOLOGÍAS DIGESTIVAS TRAS LA PROHIBICIÓN DE ANTIBIÓTICOS PROMOTORES DE CRECIMIENTO Al averiguar acerca de la influencia de la prohibición de antibióticos promotores de crecimiento (APC) sobre la aparición e incidencia de trastornos entéricos en ganado porcino, se encuentran opiniones muy variadas de expertos en diferentes ámbitos de trabajo (González, 2006). Para Juan Criado (Director técnico de la consultoría-Madrid) es una evidencia la dificultad que los animales tuvieron para conseguir la curva de crecimiento tras la prohibición, considerando que existió un aumento en la patología microbiana digestiva donde los productores se vieron obligados al empleo sistemático de antibióticos a dosis terapéuticas en primeras edades (< 25 kg), que trasladaron la aparición de procesos patológicos al engorde. Carlos Piñeiro (PigCHAMP Pro Europa S.A., Director) considera que los APC se convirtieron en un colchón que amortiguaron la presentación clínica de algunas enfermedades entéricas, y después de su suspensión, algunas de ellas comenzaron a manifestarse de manera más evidente, sobre todo las que no solían cursar con brotes agudos (colitis por B. pilosicoli o ileítis). Algunos concuerdan (Gonzalo Mateos-Profesor Departamento Producción Animal. U.P. Madrid) que después de la prohibición de los APC el cambio debe ir orientado a la mejora en las instalaciones, un mayor confort, control de problemas patológicos; como son los procesos entéricos y mejorar las condiciones de bioseguridad. Steven McOrist (Doctor y Máster en Veterinaria - Universidad de Nottingham Reino Unido) concluye que en los lugares donde los antibióticos promotores de crecimiento (APC) han sido prohibidos con anterioridad, se puede encontrar más cerdos en el posdestete con enfermedades entéricas; las más esperadas pueden ser la disentería porcina, la enteropatía proliferativa porcina (EPP), la salmonelosis y E. coli. Según McOrist, en el caso de la disentería porcina, la enteropatía proliferativa y la salmonelosis es también probable encontrar la enfermedad en cerdos más jóvenes… “Estos procesos parecían tener un pico de exposición e infección inicial alrededor de las 10 o 12 semanas de vida, cuando los cerdos se trasladaban de las instalaciones de cría y destete a las de engorde. Sin embargo, sin APC se puede esperar que las tres enfermedades sean más graves, pero también que aparezcan en animales más jóvenes, con la infección quizá a las 5 o 6 semanas de vida” (Gonzales, 2006)…. Sugiere cambios que deben afrontar los 52 productores y veterinarios: Higiene y limpieza profunda para reducir el número de organismos a los que cada cerdo está expuesto. Mantener el equilibrio de calor y ventilación adecuado para lograr rebaños libres de e. coli, EPP y Salmonelosis. El manejo todo dentro/todo fuera y, particularmente, el mantenimiento de los corrales con correctos protocolos de inactividad y limpieza para reducir la carga de excrementos en los establos. 5.2. EL ESTRÉS COMO FACTOR DE ENFERMEDAD ENTÉRICA Los mecanismos por los que los patógenos entéricos inician la diarrea en porcinos se han descrito anteriormente. Sin embargo, la patogénesis de la enfermedad entérica es de origen multifactorial y a menudo requiere tanto el compromiso de las defensas del hospedador como del agente infeccioso (Ramis, 2008). Cuando se añaden agentes estresantes la barrera de defensa se resiente y se induce la enfermedad clínica, estos hallazgos son aplicables a los sistemas de producción porcina en las que los agentes estresantes propios del manejo productivo, tales como el destete, mezcla de lotes, transporte, cambios bruscos de dieta, etc. provocan el inicio de la enfermedad entérica. Es por esto que Adam J. Moeser (MS, PhD North Carolina State Univ. (EE. UU.)) plantea que el estrés es el principal factor de la enfermedad digestiva en porcinos, explicando su fisiopatología y su interacción con las enteropatías (Moeser, 2008): 5.2.1. El estrés en la Barrera Gastrointestinal El estrés se puede definir como cualquier amenaza a la homeostasis de un organismo. Es un proceso fisiológico y es crítico para la supervivencia. Sin embargo, cuando llega a ser abrumador (si múltiples estresores concurren al mismo tiempo), la habilidad del cerdo para responder al estrés es inadecuada y se observan frecuentemente profundas consecuencias fisiológicas. Los resultados en el crecimiento disminuyen de forma lineal con cada exposición a un nuevo agente estresor (temperatura ambiental alta, reagrupamiento, reducción del espacio). Las respuestas neuroendocrinas son similares, independientemente del agente estresante (físico, psicológico o fisiológico). El estrés induce la activación del eje hipotálamo-pituitarioadrenal (HPA) que resulta en última instancia en la liberación de cortisol en la circulación (Moeser, 2008). 53 5.2.2. Aumento de la Permeabilidad Intestinal Las fuertes uniones localizadas entre los enterocitos son responsables de establecer y mantener la resistencia de la barrera que restringe el paso libre a través del epitelio de las grandes moléculas del lumen. Cuando estas uniones se dañan, el epitelio del intestino se “agujerea” (se aumenta la permeabilidad) y esto permite a su vez la transmigración de los microorganismos intestinales, toxinas y antígenos al tejido subepitelial provocando un proceso inflamatorio en la lámina propia (Guenther, 2009). Además, una vez que la barrera intestinal ha sido alterada, estos agentes patogénicos pueden entrar libremente en el torrente circulatorio provocando una septicemia o una enfermedad multiorgánica. Varios agentes estresantes físicos y psicológicos generan un aumento de la permeabilidad y una inflamación intestinal. Algunos agentes entéricos pueden alterar las uniones directamente mediante la liberación de toxinas específicas. Clostridium difficile y Rotavirus generan enterotoxinas cuya diana son estas estructuras de unión y tienen como resultado un aumento de la permeabilidad y la activación de los procesos inflamatorios en la lámina propia. Salmonella typhimurium induce diarrea, provocando una marcada respuesta inflamatoria caracterizada por el reclutamiento de los neutrófilos y la transmigración a través de las uniones (Guenther, 2009). Pueden producirse también infecciones secundarias, al abrir la puerta a otros patógenos presentes en el lumen después de una enfermedad caracterizada por diarrea. 5.2.3. Aumento de la Adherencia Bacteriana El estrés crónico aumenta la adhesión y penetración bacteriana en los enterocitos. Las interacciones entre las hormonas del estrés, los mastocitos y los nervios entéricos con la mucosa intestinal parecen tener un papel importante. El estrés puede estar mediado por el factor de liberación de corticotropina (crf), hormona de estrés, que se expresa en la mucosa del intestino y se libera desde el hipotálamo (Moeser, 2008). El estrés crónico aumenta la sensibilidad del epitelio a los antígenos del lumen y a las bacterias. 5.2.4. Alteraciones en la Microbiota La microbiota del intestino interactúa directamente con la mucosa; ayudando en la maduración del epitelio y de su sistema inmunitario, así como en la resistencia de la colonización de agentes que es un mecanismo de barrera muy importante 54 (Roca, 2008). Algunos estudios muestran un claro efecto del estrés en la microbiota, principalmente mediante la reducción en el número de Lactobacillus. La diversidad de las poblaciones coliformes fecales disminuye después del destete, lo que es importante para la resistencia a la colonización (Moeser, 2008). 5.2.5. Desórdenes del Sistema Nervioso Intestinal El sistema nervioso intestinal controla muchos aspectos de la función entérica, tales como la motilidad, secreción, absorción, aceptación antigénica, inflamación, etc. Los efectos específicos del estrés en el sistema nervioso entérico incluyen alteraciones en los patrones de motilidad, secreción aumentada e inflamación. Los nervios entéricos tienen un papel relevante en las enfermedades que cursan con diarrea, demostrado por la capacidad de inhibir los procesos secretores y bloqueantes neurales. En algunas enfermedades diarreicas importantes generadas por E. coli enterotoxigénica, rotavirus y Clostridium difficile los nervios entéricos tienen una gran importancia (Radenkovic, 2005). 55 6. COMPLEJO ENTÉRICO PORCINO Los procesos patológicos raramente están causados por un único microorganismo, sino que habitualmente se deben a la interacción de distintos patógenos, tanto primarios como secundarios, que en conjunto, y aunado a los factores ambientales, y a las prácticas de manejo de las explotaciones, desencadenan las enfermedades (Martínez, 2007); es por esto que se habla de dos grandes Complejos de Enfermedades en cerdos, el respiratorio y el entérico. Con respecto al Complejo Entérico Porcino existen dos grandes definiciones: Situación multietiológica de afección intestinal, en donde la expresión clínica más evidente de un proceso entérico es la diarrea y en función de qué agentes (patógenos o no) estén implicados, las heces tendrían distinto grado de conformación, presencia o no de moco y sangre (Gonzalo, 2008). Mientras que para Pedro Rubio, este CEP, lo define como un Síndrome, que a su vez se define como “Conjunto de signos clínicos que caracterizan un estado patológico: diarrea, anorexia, aumento del índice de conversión, disminución de la ganancia diaria, mala condición corporal y aumento de los cerdos desechados” (Rubio, 2008). De manera similar a la patología respiratoria se tiene un conjunto de patógenos víricos y bacterianos e incluso parasitarios, que interactúan entre ellos y que producen lo que se conoce como Síndrome Entérico Porcino (SEP) (Ramis, 2008). Para este autor no es que hallan aparecido nuevas enfermedades porcinas, al menos en términos de emergencia de nueva enfermedad claramente distinguible clínica y patológicamente, resalta que las patologías hoy son las mismas que hace una década, pero que ha cambiado la expresión clínica y esto es lo que en algunas ocasiones ha llevado a pensar que hay nuevas enfermedades…..“Ha desaparecido la expresión clínica como tal de ciertas enfermedades, lo cual no significa que el patógeno no siga estando y por tanto uniendo su efecto al de los demás patógenos de SEP”…. Y por otro lado agrega que han aparecido síntomas digestivos asociados a las enfermedades; como uno de los síntomas que más aparece relacionado con el Síndrome de Desmedro Multisistémico Post-destete (PMWS) que es la diarrea, e incluso se han descrito alteraciones patológicas como la colitis asociada a PCV2. Sin embargo, al discutir sobre nuevos síndromes, se debe tener en cuenta que existen enfermedades que solamente se mencionaron en algunas ediciones (Enteropatía Proliferativa, 56 Diarreas por espiroquetas, etc.) y que hoy ocupan capítulos enteros de diferentes ediciones (Davies, 2001). 6.1. ETIOLOGÍA DEL COMPLEJO ENTÉRICO PORCINO Dentro de las principales patologías gastrointestinales del ganado porcino Pfizer y Ramis G. resalta las siguientes: Ileítis Proliferativa Porcina, enfermedad causada por L. intracellularis; Disentería Porcina, enfermedad producida por B. hyodisenteriae; Salmonelosis y Colibacilosis (Pfizer, 2004; Ramis, 2008). Aunque los agentes que plantea Pedro Rubio coinciden con los dos autores anteriores agrega que Brachyspira pilosicoli y Clostridium spp juegan un papel importante en el síndrome entérico porcino (Rubio, 2008). Mogollón y Rincón describieron las enfermedades entéricas más comunes en cerdos de crecimiento-finalización (Mogollón, 2007) resaltando que las causas de diarrea en cerdos en esta etapa se presentan por las siguientes enfermedades: Colibacilosis posdestete, Ileítis Proliferativa, Disentería Porcina y Salmonelosis coincidiendo con los agentes planteados anteriormente. Sin embargo, en Argentina (Tamiozzo, 2008) plantean que las principales bacterias que se encuentran relacionadas con las diarreas en cerdos en desarrollo son las Salmonella spp, Brachyspira pilosicoli e hyodysenteriae y Lawsonia intracellularis. En este mismo país anteriormente Carranza había descrito las enfermedades que producían diarrea en cerdos en las etapas de desarrollo y terminación (Carranza y Col. 2006) resaltando: la Enteropatía Proliferativa Porcina, Enfermedades producidas por Brachyspira spp (Disentería porcina causada por Brachyspira hyodysenteriae y Espiroquetosis Intestinal Porcina causada por Brachyspira pilosicoli) y Salmonelosis (causada por Salmonella typhimurium). Por otra parte en España Carvajal y col. Concluyeron que las principales enfermedades digestivas de etiología bacteriana son las siguientes (Carvajal y col, 2001): Disentería porcina, Espiroquetosis intestinal porcina, Colitis por espiroquetas, Enteropatía proliferativa porcina y Salmonelosis. Sin embargo aclaran que en heces de cerdos con diarrea pueden aislarse también otras bacterias, como Yersinia spp. o Campylobacter spp., pero su importancia en la mayoría de los casos es mucho menor que las citadas anteriormente y sobre su importancia en España no se disponía de datos hasta ese momento. En el Complejo Entérico Porcino están implicados: Lawsonia intracellularis, Salmonella entérica spp con distintos serovares, Brachyspira hyodisenteriae, Brachyspira 57 pilosicoli, Clostridium spp, Escherichia coli (por sí sola o en infecciones mixtas en cerdos adultos), Circovirus porcino tipo 2 y las colitis no especificas. Varias son las causas de enfermedad entérica en los cerdos en fase de crecimiento-finalización (tabla 1) esto incluye causas infecciosas y no infecciosas. Tabla1. Agentes causales o factores asociados a la presentación de Enteritis - Colitis en cerdos de crecimiento - finalización. Agente Bacteriano Viral Parasitario No especificas Enfermedad Colibacilosis Entérica. Clostridiosis. Espiroquetas: Disentería y Espiroquetosis Porcina. Ileítis. Salmonelosis. Rotavirosis Gastroenteritis Transmisible Circovirus porcino Coccidiosis. Trichuriosis. Factores asociados al manejo y alimentación de la piara (Úlceras gástricas). 58 7. ÚLCERAS GÁSTRICAS En los cerdos se ha descrito la ulceración del área esofágica y de la región aglandular del estomago (Pars oesophagea); este síndrome es distinto de la ulceración netamente de la región fundica y pilórica, sin embargo, se describirá en este capitulo el primer síndrome, ya que el segundo se asocia con enfermedades sistémicas como Salmonelosis, infección con Erisipela y Cólera porcino. La ulceración gastroesofágica es la más frecuente e importante de las dos condiciones por que puede llevar a la muerte súbita del animal (Friendship, 2004; Straw, 2006). 7.1. HISTORIA La primera descripción de las úlceras gastroesofágicas en cerdos se hizo en 1897 por Mclntosh, aunque no se le dio muchas importancia hasta que se consolido la cría intensiva de cerdos. Los brotes epizoóticos empezaron a surgir en Norte América y Europa a finales de 1950, coincidiendo con los nuevos avances en infraestructura y alimentación. Se ha planteado que la introducción del régimen de cría intensiva y la incorporación de granos en las raciones generan problemas de úlceras (Straw, 2006). 7.2. ETIOLOGÍA La úlcera gastroesofágica es una enfermedad multietiológica con muchos factores de riesgos, diferentes estudios experimentales y de campo han propuesto varios factores como causas posibles para el desarrollo de la UGP (Úlcera Gástrica Porcina); estos se han clasificado en tres grupos, así: factores alimenticios, factores de manejo y otros factores (Rodríguez, 2008). Entre los factores alimenticios se citan; el molido fino del grano, dietas a base de carbohidratos altamente fermentables (maíz y la cebada) y el tipo de cereal (trigo o maíz). Algunos autores (Utrera, 2005) consideran que la fibra posee un efecto protector para la presentación de UGP y que la deficiencia de la vitamina E se ha asociado con la presentación de la enfermedad. Entre los factores de manejo, el estrés psicosomático (factores generadores de estrés) se ha propuesto como una posible causa; hacinamiento, mezcla, temperatura alta, ayuno prolongado, etc. Entre los factores predisponentes se incluyen; la producción excesiva de ácido, los cambios en la composición del moco, la depleción del sistema de tampón gástrico, la 59 predisposición por sexo (machos castrados) y alimentos en forma de pellet con partículas muy finas (Marco, 2006). 7.3. EPIDEMIOLOGÍA Las cambios encontrados en planta de sacrificio demuestran que la prevalencia de las lesiones en el estómago; incluyendo paraqueratosis, erosiones y ulceras, a menudo se acerca el 90% cuando los cerdos provienen de crías intensivas. Algunos autores reportan una mayor susceptibilidad en los machos castrados y la administración de piensos granulados con partículas finas (≤700 milimicras) (Friendship, 2004; Marco, 2006; Rodríguez, 2008). 7.4. EDAD DE PRESENTACIÓN La ulceración de la Pars oesophagea puede afectar a cualquier edad a los cerdos, aunque la mayor tasa de presentación se ha reportado en animales de 3-6 meses de edad o en animales de mas de 50 Kg. Las cerdas en gestación y lactancia representan un grupo de riesgo relativamente alto (Marco, 2006; Straw, 2006). 7.5. PATOGÉNESIS El Pars oesophagea posee un epitelio escamoso estratificado queratinizado y no segrega moco protector; es por esto que esta área es mas sensible a los jugos gástricos y puede producirse daño, inicialmente superficial, pero puede llegar a afectar la lamina propia, la muscular de la mucosa y submucosa. La erosión puede propagarse rápidamente, destruyendo toda la región esofágica; la ulceración termina en la unión de la porción glandular y la Pars oesophagea. Los factores mecánicos también influyen en la fisiopatología, la ingestión de alimento molido resulta en un contenido gástrico mas líquido y una mayor mezcla, esto hace que el jugo gástrico contacte con el área del esófago y en un aumento del pH en la región pilórica; estimulando así la liberación de gastrina y por tanto un aumento en la acidez del estomago. Factores como el estrés también se han involucrado debido a la liberación de las sustancias vasoactivas (Figura 7) (Toso, 2000; Straw, 2006; Yagüe, 2006). 60 Figura 7: Patogenia de la ulceración gástrica. Tomado de Prin. Gen. Estrés y Bienestar. 7.6. SIGNOS CLÍNICOS Se pueden encontrar cadáveres con la carcasa pálida o los animales pueden presentar signos de anemia; palidez, letargo, debilidad, taquipnea, anorexia, signos de dolor abdominal e hipotermia. La ulceración subclínica cursa con disminución del crecimiento, algunos animales pueden presentar vómito después de comer pero mantienen el buen apetito (Radostits, 2002). 7.7. DIAGNÓSTICO El diagnóstico se basa en la historia clínica y los hallazgos en la necropsia. Se debe tener en cuenta el origen de la anemia (Ileitis, Disentería Porcina, hemorragias); sin embargo para el diagnóstico definitivo se requiere de la endoscopia. Se han propuesto los siguientes grados para clasificar la gravedad de la lesión; Normal (Pars oesophagea su superficie es lisa y brillante); Paraqueratosis (La superficie es engrosada, rugosa y se observan manchas posiblemente de bilis); Erosiones del epitelio (Lesiones erosivas focales, región 61 cardiaca); y finalmente se puede observar la lesión en proceso de cicatrización (Toso; 2000; Friendship, 2004). 7.7.1. Hallazgos Macroscópicos Los cadáveres presentan palidez generalizada de la carcasa. Para examinar la Pars oesophagea se debe realizar una incisión a lo largo de la curvatura mayor del estomago de arriba hacia abajo, vaciar el contenido y lavar con agua suavemente la mucosa antes de examinara con detalle. El estomago puede contener sangre coagulada o exudado fibrinoso. Se ha planteado varios esquemas de clasificación de las lesiones, basados en los criterios anteriormente descritos pero con numeración (Friendship, 2004; Straw, 2006): Grado 0 (Normal); Grado 1 (Evidencia de paraqueratosis); Grado 2 (Erosión epitelial) (Figura 8) y Grado 3 (Ulcera activa y cicatrización). 7.7.2. Hallazgos Microscópicos Histológicamente la lesión corresponde a la paraqueratosis, con células nucleadas presentes en la superficie de la mucosa; se observa un infiltrado de neutrófilos y eosinófilos (Figura 9). La úlcera de la Pars oesophagea implica solo la mucosa, pero puede avanzar a la muscular externa y en ocasiones hasta la serosa. Se puede observar úlceras gástricas en proceso de cicatrización (granulación y reepitelización) (Figura 10) (Rodríguez 2, 2008). Figura 8: Estómago de cerdo. Úlcera gástrica crónica que presenta erosión epitelial (Flechas grandes) y áreas de hiperqueratosis (Flechas pequeñas). Tomado de Rodríguez (2008). 62 Figura 9: Pars oesophagea, cerdo (H&E, 400x). Gastroesofagitis; presenta hiperplasia epitelial, degeneración balonosa y pústulas. Tomado de Rodríguez (2008). Figura 10: Pars oesophagea, cerdo (H&E, 400x). Úlcera crónica activa, presenta solución de continuidad epitelial, una zona de tejido de granulación sobre la lámina propia e infiltrado inflamatorio. Tomado Rodríguez (2008) 63 7.8. PREVENCIÓN Y CONTROL La prevención de las lesiones en el estómago se considera un enfoque importante para esta enfermedad, la intervención temprana es adecuada para evitar mayores problemas; se deben monitorear las prácticas de alimentación de los animales, evitando interrupciones en el consumo de alimento, alimentadores o bebederos bloqueados, disminuir la densidad de la población y de los agentes estresores (Calor). Se debe sustituir la alimentación de partículas finas por alimentos moderadamente mas gruesos y ricos en fibra, deben ser corregidas las deficiencias en vitamina E; se ha recomendado la administración parenteral de hierro y vitaminas del Complejo B para estimular la hematopoyesis y el apetito. Como antiácidos se han reportado el Hidróxido de aluminio y Silicato de magnesio. Los antihistamínicos H2 (Cimetidina, Ranitidina, Nizatidina) pueden ser útiles. Los inhibidores de la bomba de protones de la célula parietal (H+/K+ ATPasa) como el Omeprazol y el Triopazol pueden ser los agentes más útiles en el tratamiento de las úlceras gástricas, ya que reducen la secreción de acido clorhídrico y promueven la cicatrización. Los fármacos protectores como el Sucralfato y agonistas de las Prostaglandinas también son útiles para favorecer la cicatrización (Toso, 2000; Marco, 2006; Yagüe, 2006). 64 8. ROTAVIROSIS PORCINA 8.1. HISTORIA Los rotavirus fueron inicialmente asociados a diarreas en cerdos, cuando Lecee y col. (1976) y Woode y col. (1976) describieron virus semejantes a Reovirus en casos de diarreas. Chasey y Lucas, en 1977, demuestran por inmunofluorescencia y microscopía electrónica la presencia de rotavirus en cerdos infectados experimentalmente (Berríos, 1989). 8.2. ETIOLOGÍA Los rotavirus pertenecen a la familia Reoviridae del genero Rotavirus, son ARN de doble-hebra. Se han identificado 4 grupos (A, B, C y E) que pueden llegar a afectar a los cerdos, sin embargo, los rotavirus del grupo A están mas comúnmente asociados con gastroenteritis. Los rotavirus tiene una apariencia característica parecida a la de una rueda cuando se observa por microscopía electrónica, son virus no envueltos y en su cápside se observan 3 capas (Capa Externa, Media e Interna). Para el grupo A se han identificado dos subgrupos (S I Y SII) y dos proteínas de superficie VP4 (Tipo P, Proteasa-sensible) y VP7 (Tipo G, Glicoproteína). La VP4 se sitúa en la parte externa del virión y es capaz de unirse a los receptores celulares para entrar en su interior. La VP7 es una glicoproteína que forma parte de la capa externa del virión y junto con la VP4 esta implicada en la respuesta inmunitaria al virus (Straw, 2006). 8.3. EPIDEMIOLOGÍA Un alto porcentaje (77-100%) de los cerdos adultos son seropositivos para los grupos de rotavirus A, B y C. Las infecciones por rotavirus representan aprox. el 14% de las diarreas en los cerdos. El medio ambiente contaminado juega un papel importante en el mantenimiento del virus y se puede detectar en heces y agua residual de parideras y área de destete. La mortalidad varia del 7-20% en lechones lactantes y del 3-50% en los cerdos destetados dependiendo del nivel de higiene (Radostits, 2002). 65 8.4. EDAD DE PRESENTACIÓN Los cerdos pueden infectarse entre los 7-41 días de edad, en una edad promedio de 19 días y en un rango de 19-35 días de edad (Mogollón, 2000). 8.5. TRANSMISIÓN La cerda madre es la fuente de infección primaria. Las cerdas seropositivas pueden propagar rotavirus desde 5 días antes hasta 2 semanas después del parto, momento en el que los lechones son más sensibles a la infección. El virus se elimina en las heces y esta es la gran fuente de infección, éste se transmite entre los cerdos por la ruta oro-fecal. Se puede encontrar el virus en el polvo y en las heces secas de las instalaciones (Radostits, 2002). 8.6. PATOGÉNESIS Los rotavirus se replican predominantemente en el citoplasma de las células epiteliales del intestino delgado encontrándose en las células del yeyuno e íleon, y en menor medida en el duodeno. La atrofia de las vellosidades es más severa en cerdos mas jóvenes. Este virus infecta a nivel de los enterocitos de la parte superior de las vellosidades con células diferenciadas que tienen funciones digestivas y de absorción. La diarrea osmótica que ocasionan los rotavirus se debe a que lesionan en forma focal las células de las vellosidades del intestino delgado, disminuyendo la producción de la lactasa (disacaridasa responsable de la digestión de la lactosa) lo que provoca aumento de la osmolaridad en la luz intestinal y condiciona mayor secreción de agua. Dentro de los mecanismos citados (Macías, 2005) para la inducción de la diarrea están: superficie absorbente reducida, denudación de la microvellosidad; acortando, allanando y atrofiándola, concentraciones de disacaridasas deprimidas, la bomba de Na-K se encuentra funcionalmente disminuida a su vez que la actividad de la ATPasa daña la pendiente electroquímica y la lesión celular que afecta la absorción (hinchazón de las Mitocondrias, dilatación del RE e infiltrado MN de las células del epitelio intestinal). La unión de los rotavirus a la célula huésped es dependiente de la presencia de ácido siálico (AS) en la superficie celular, es decir, los glicoconjugados que contiene AS actúan como receptores, como los glangliósidos GM3 en el intestino de los cerdos recién nacidos. Posterior a la unión, el virus penetra hacia el interior de la célula huésped, durante esta penetración la partícula viral pierde las 66 proteínas de la capa externa resultando en la activación de la transcriptasa viral. Después de la internalización del virus al citoplasma celular, el genoma es transcrito; finalmente, hay formación de las partículas virales maduras que se liberan al medio mediante la lisis de la célula (Arias, 2001; Macías, 2005). 8.7. SIGNOS CLÍNICOS Los cerdos están apáticos, presentan anorexia y en ocasiones vómito, las heces son acuosas y de color amarillo a blanco, y contienen cantidades variables de material floculante, hay deshidratación. La mortalidad es inferior al 15% de los cerdos clínicamente enfermos y la morbilidad varia entre el 10-20%. Pueden presentarse infecciones combinadas (ETEC, GET, Coccidiosis) donde la diarrea es más severa (Straw, 2006). 8.8. DIAGNÓSTICO Se deben tomar las muestras de contenido intestinal en la fase aguda de la enfermedad (24 horas después del comienzo de la diarrea). La microscopía electrónica (tinción negativa) ha sido empleada, ya que permite la detección de diferentes serogrupos de rotavirus, en ella se observa la morfología de las partículas víricas; se debe enviar al laboratorio contenido intestinal. Otra prueba empleada es la ELISA y la Inmunofluorescencia para detectar antígenos de rotavirus en materia fecal. Las pruebas serológicas son de poco valor en el diagnóstico de la infección, ya que los anticuerpos son comunes en la mayoría de las producciones porcinas. Es importante enviar al laboratorio muestras de yeyuno e íleon para la Histopatología (Mogollón, 2000; Straw, 2006). 8.8.1. Hallazgos Macroscópicos El estómago usualmente contiene alimento, la parte distal del intestino delgado es de paredes delgadas, flácido, dilatado y con gran volumen de líquido acuoso, floculante y de color amarillo o gris, en esta parte el intestino no contiene quilo. El ciego y colon se encuentran dilatados con un contenido similar (Kennedy, 2007). 8.8.2. Hallazgos Microscópicos Se presenta degeneración de las células epiteliales ubicadas en la punta de las vellosidades; se observan células y núcleos hinchados con bordes irregulares. Hay atrofia y fusión de vellosidades e hiperplasia celular en las criptas intestinales 67 (Figura 11), también células epiteliales escamosas en la punta de la vellosidad y una cantidad variable de restos celulares en la lamina propia. La lisis celular da lugar a la erosión y al acortamiento de las vellosidades (Straw, 2006). Figura 11: Íleon, Cerdo (H&E). Marcada atrofia y fusión de vellosidades, con muerte de enterocitos; los cuales presentan formas cuboidales o columnares en la punta de la vellosidad y activación de las Placas de Peyer. Tomado de Piñeros (2010). 8.9. PREVENCIÓN Y CONTROL La infección por rotavirus persiste endémica en la mayoría de las piaras, por lo tanto las practicas de manejo deben ser dirigidas a reducir la carga viral de los cerdos susceptibles y a estimular la inmunidad pasiva. Para disminuir la carga viral se deben tener buenas practicas de saneamiento; construir instalaciones con el fin de disminuir la acumulación de heces y facilitar su limpieza. El sistema todo dentro/todo fuera debe aplicarse, existen desinfectantes recomendados como el formaldehído, clorox o cloramina. Hay que evitar la mezcla de animales de diferentes edades ya que promueve la transmisión del virus a cerdos más jóvenes. Para mejorar la inmunidad pasiva las hembras de reemplazo deben ser expuestas 68 a heces de cerdas adultas y monitorear el consumo de calostro y leche para asegurar la inmunidad del lechón. En cuanto a la inmunoprofilaxis, la IgA secretora (IgAs) es mas eficaz que la IgG y IgM, ya que es mas resistente a la degradación del tracto intestinal. Los lechones durante el periodo de la lactancia están protegidos por la inmunidad pasiva a través de la IgAs presente en la leche. La inmunización por vía oral de las cerdas induce IgAs en la leche, dos proteínas de superficie (VP4 y VP7) son importantes en la inducción de anticuerpos neutralizantes. No se conocen agentes terapéuticos específicos para el tratamiento de la infección, se recomienda disminuir las infecciones bacterianas secundarias, controlar la perdida de peso y deshidratación (Radostits, 2002; Straw, 2006). 69 9. GASTROENTERITIS TRANSMISIBLE (GET) 9.1. HISTORIA Esta enfermedad fue reportada por primera vez por Doyle y Huchings (1946) en U.S.A. quienes aislaron el agente, posteriormente en Japón (1956) e Inglaterra (1957) por Goodwin y Jennings; desde entonces se ha informado en la mayoría de los países del mundo (Diego de la Torre, 1993). 9.2. ETIOLOGÍA La enfermedad se debe a un virus miembro de la familia Coronaviridae y del genero Coronavirus. El virus esta envuelto y es pleomórfico, con un diámetro de 60-160 nm (Microscopía electrónica, tinción negativa). Es un virus ARN de polaridad positiva, su replicación se da en el citoplasma por medio de un proceso de maduración de membranas del retículo endoplásmico y vesículas. El virus posee 4 proteínas estructurales: una glicoproteína de superficie (S), una proteína pequeña de membrana (sM), una glicoproteína integral de membrana (M) y una proteína de la nucleocápside (N) (Hernández, 1990; Straw, 2006). 9.3. EPIDEMIOLOGÍA La epizootia (aparición de la enfermedad en animales susceptibles; epidemia) de la GET, por lo general se propaga rápidamente a los cerdos de todas las edades, y la mortalidad es muy alta (90%) en cerdos de 2-3 semanas de edad; las cerdas frecuentemente presentan anorexia generado agalaxia y esto contribuye con la mortalidad de lechones. La enzootia (presencia constante de la enfermedad en un rebaño; endemia) de la GET se limita a los rebaños seropositivos, en estas piaras el virus se extiende poco a poco entre los animales adultos, las cerdas por lo general no esta enfermas, los cerdos presentan diarrea desde la edad de 6 días hasta 2 semanas después del destete, los animales están clínicamente enfermos cuando la exposición viral supera la inmunidad pasiva, y eso refleja el manejo de la piara y el grado de inmunidad de las cerdas. La mortalidad suele ser inferior del 10-20%. Los cerdos de mas de 5 semanas de edad a menudo presentan signos clínicos mas leves. Existen factores de riesgo a tenerse de cuenta. Factores de riesgo de los animales como el nivel de inmunidad de la piara, ya que se presentan en piaras sensibles sin exposición previa al virus, los partos de las 70 cerdas son otro factor de riesgo, ya que las cerdas sin exposición previa al virus se convierten en animales de alto riesgo, el tamaño de la piara, ya que hay mayor probabilidad de presentación de la enfermedad cuando hay mas de 500 cerdas. Factores de riesgo relacionados con el medio ambiente y la manipulación como la utilización de un sistema de producción de flujo continuo sin una limpieza y desinfección adecuada entre cada grupo de cerdos, éste constituye un factor de riesgo mayor (Diego de la Torre, 1993; Radostits, 2002). 9.4. EDAD DE PRESENTACIÓN Esta enfermedad se puede presentar a cualquier edad de los cerdos, sin embrago, en epidemias los animales afectados se encuentran entre los 10 días y 2 semanas de edad y cerdas en lactancia. En la endemia los animales están desde los 6 días de edad hasta 2-3 semanas después del destete (Hernández, 1990). 9.5. TRANSMISIÓN El factor ambiental juega un papel importante en los métodos de transmisión y esto se debe probablemente a las características del virus; ya que es muy estable cuando se congela, pero inestable cuando se expone a temperaturas un poco altas. El virus se puede trasmitir por fómites. Se ha planteado (Straw, 2006) que el mantenimiento del virus en las piaras se puede dar por: 1. El virus se propaga subclínicamente en la explotación, 2. Afecta a todas las edades y, 3. Por cerdos portadores. Se ha encontrado el virus en gatos, perros, zorros y moscas pudiendo diseminar el virus en sus heces como vectores mecánicos. Los cerdos recién destetados y asintomáticos constituyen un reservorio importante. El virus se ha encontrado en heces, hisopados nasales y leche durante la fase aguda de la enfermedad. 9.6. PATOGÉNESIS El virus de la GET se ingiere, ya sea por vía oral o nasal, es capaz de resistir pH bajos y enzimas proteolíticas, permaneciendo viable hasta entrar en contacto y adherirse a las células epiteliales del intestino delgado. El virus infecta las células diferenciadas maduras del epitelio cilíndrico de las vellosidades intestinales, pero no las células indiferenciadas de las criptas. La replicación se produce en el citoplasma de las células a las 4-5 horas, con el desprendimiento de las células infectadas y la liberación del virus, y después de varios ciclos de replicación se produce una importante disminución del tamaño de las vellosidades con atrofia 71 vellosa. La pérdida de las células epiteliales provoca un aumento del desplazamiento de las células indiferenciadas desde las criptas que revisten las vellosidades acortadas. El proceso de infección y la rápida destrucción de las células, genera un problema de digestión por alterarse el transporte celular de nutrientes y electrolitos causando un síndrome de malabsorción. Se sugiere que estos cerdos tienen problemas para hidrolizar la lactosa por ende hay deficiencia de glucosa. Se genera una fuerza osmótica que retiene líquido en la luz intestinal e inclusive hay salida de líquidos de los tejidos, contribuyendo así a la diarrea y deshidratación. Los mecanismos adicionales que contribuyen a la diarrea es la alteración en el trasporte de sodio en el yeyuno, lo que resulta en la acumulación de electrolitos y agua en el lumen intestinal y perdida de proteínas. La causa de la muerte es la deshidratación y acidosis metabólica junto con la función cardiaca anormal debido a la hiperpotasemia. Se genera atrofia de las vellosidades en el yeyuno y en menor medida en el íleon, mas marcada en cerdos de menor edad. La resistencia dependiente de la edad esta dada por la disminución de la sensibilidad de las células epiteliales de los cerdos de mayor edad a la infección y por la mayor capacidad proliferativa de las células de la cripta, con una regeneración mucho mas rápida de las vellosidades atróficas en los cerdos de más de 2 semanas de edad. Este virus puede replicarse en el sistema respiratorio y tejido mamario de las cerdas en lactancia (Diego de la Torre, 1993; Radostits, 2002). 9.7. SIGNOS CLÍNICOS En la epidemia de la GET los lechones presentan vómito, diarrea amarillenta, perdida de peso, deshidratación y elevada morbi/mortalidad en cerdos de 2 semanas de edad. La diarrea en cerdos jóvenes suele ser abundante y las heces pueden contener leche sin digerir, el olor de las heces es ofensivo. Los signos clínicos en cerdos de crecimiento-finalización y cerdas, se limita a disminución del apetito, diarrea y en ocasiones vómito; las muertes encontradas se deben a la complicación de factores como el estrés o infecciones concurrentes que con frecuencia se producen después del destete. En la endemia de la GET los signos clínicos son similares pero menos graves que los observados en los cerdos susceptibles de la misma edad, la mortalidad es baja y los signos se encuentran mas frecuentemente en cerdos destetados (Hernández, 1990; Diego de la Torre, 1993). 72 9.8. DIAGNÓSTICO Se puede detectar el antígeno viral en las células epiteliales del TGI mediante Inmunofluorescencia (raspados de mucosa o secciones refrigeradas de yeyuno e íleon, de lechones sacrificados al inicio de la diarrea). Se ha reportado también la microscopía electrónica, ya que el virus se ha demostrado en el contenido intestinal mediante esta técnica. El aislamiento del virus se puede realizar en heces o contenido intestinal. El diagnostico serológico se puede realizar aunque hay anticuerpos neutralizantes similares para GET y VCR (Virus Coronavirus Respiratorio); sin embargo la Prueba de ELISA de bloqueo permite diferenciar anticuerpos frente al Coronavirus Respiratorios Porcina y anticuerpos por la GET. Los Ac neutralizantes para GET se pueden detectar en el suero 7-8 días después de la infección y pueden persistir durante 18 meses. En la ELISA de bloqueo el antígeno del VGET se hace reaccionar con VGET o VCR, el antisuero del VGET contienen los anticuerpos competentes que bloquean la unión del anticuerpo monoclonal, mientras que el antisuero del VCR no bloquea. La ELISA de bloqueo se puede interpretar de la siguiente manera (ICA, 2008): PI ˃60 del punto de los controles de la prueba (Positivo); PI 45-60 (Dudoso) y PI ≥45 del punto del cortes de los controles de la prueba (Negativo). Se puede realizar la prueba de seroneutralización teniendo como referencia (ICA, 2008) Positivo ≥1:4 y Negativo ˂1:4. Es importante enviar para histopatología nódulos linfáticos mesentéricos e intestino delgado (yeyuno, íleon) (Hernández, 1990; S. de Aluja, 2002; Straw, 2006). 9.8.1. Hallazgos Macroscópicos El estómago suele estar distendido y contiene leche coagulada, en ocasiones la mucosa esta hiperémica y con zonas hemorrágicas en el lado diafragmático. El intestino delgado se encuentra distendido con presencia de un líquido espumoso de color amarillo y leche semidigerida, la pared es delgada casi transparente. Cuando se observa el intestino con una lupa de aumento, generalmente hay acortamiento de las vellosidades, que aunque es característico de la GET, también puede presentarse en colibacilosis o salmonelosis (Hernández, 1990; Radostits, 2002). 9.8.2. Hallazgos Microscópicos En la mucosa del estómago puede encontrarse congestión y necrosis del epitelio profundo de las criptas gástricas. El cambio más marcado se observa en el 73 intestino delgado donde hay atrofia de las vellosidades (Figura 12). Normalmente existe una proporción de 1:7 entre lo largo de las criptas de Lieberkühn y la altura de las vellosidades; en el intestino infectado la proporción disminuye de 1:1. Las lesiones pueden ser de inflamación serosa catarral, vacuolización, picnosis, destrucción del borde de las microvellosidades, necrosis de las células epiteliales y descamación (Hernández, 1990; Radostits, 2002). Figura 12: Intestino delgado, Cerdo (H&E). Marcada atrofia y fusión de vellosidades, con presentación de muerte y renovación de los enterocitos de predominio en la mitad del cuerpo de la vellosidad (presentan formas cuboidales o columnares). Tomado de Piñeros (2010). 9.9. PREVENCIÓN Y CONTROL Para prevenir la entrada de la GET a las piaras es importante el monitoreo de los animales que van a ingresar a la producción, así como el control de los fómites y vectores mecánicos. Cuando la GET se ha producido en una granja, y las cerdas gestantes aun no has sido expuestas, puede realizarse el siguiente procedimiento para minimizar las pérdidas en los lechones recién nacidos: 1. Si los animales lactantes son de mas de 2 semanas de edad exponerlos al virus, 2. Si los animales lactantes son menores de 2 semanas de edad, evitar la exposición al 74 virus hasta 3 semanas después del parto y, 3. Proporcionar un ambiente adecuado. Se han propuesto medidas para granjas con epidemia de GET: 1. Exponer a todos los cerdos de la piara (intestinos de cerdos infectados) para eliminar los huéspedes susceptibles, lo que acorta el tiempo de progreso de la enfermedad y garantiza niveles de exposición mas uniforme, 2. Aplicar el sistema todo dentro/todo fuera estrictamente en parideras y unidades de cría y, 3. Ingresar cerdos seronegativos aprox. 2 meses después de haber desaparecido los signos clínicos de la GET. Para controlar la endemia de la GET dos enfoques pueden ser considerados: 1. Vacunar la cerdas gestantes seropositivas o después del parto para aumentar los niveles de Ac en leche y proporcionar la inmunidad pasiva a los lechones; aunque este procedimiento solo puede retrasar la aparición de la enfermedad, disminuye la mortalidad en lechones y, 2. Manejo para romper el ciclo de la infección; descartar cerdos susceptibles, cambiar el programa de parto, temporalmente cambiar parideras para lograr acercarse al sistema todo dentro/todo fuera. Se han reportado vacunas para neonatos y destetos. Hay que recordar que la inmunidad pasiva es la más importante ya que genera una protección inmediata a los lechones frente a la infección. El único tratamiento para los animales afectados es la corrección de la inapetencia, deshidratación y acidosis, aunque no es practico en condiciones de campo. Se debe proporcionar un ambiente cálido (˃32ºC), seco y sin corrientes de aire, estas medidas tienden a disminuir la mortalidad en lechones. La terapia antimicrobiana puede ser efectiva si hay infecciones concurrentes (Diego de la Torre, 1993; Radostits, 2002; Straw, 2006) 75 10. COCCIDIOSIS 10.1. HISTORIA La coccidiosis neonatal (I. suis), aunque fue descrita por Biester y Murray en 1934, fue hasta mediados de 1970 que se considero como un problema en la porcicultura. En 1978 se demostró que I. suis fue la causa de la coccidiosis y se pudo reproducir experimentalmente en cerdos; sin embargo la coccidiosis causada por Eimeria también se ha observado en cerdos adultos afectados por diarrea grave (Radostits, 2001; Straw, 2006). 10.2. ETIOLOGÍA Se han conocido mas de 13 especies de Eimeria y 3 de Isospora que pueden afectar a los cerdos; la Coccidiosis neonatal causada por Isospora suis es la enfermedad por protozoarios más importante en esta especie. La infestación por Eimerias en porcinos es secundaria y no se ha demostrado en experimentos efectos representativos. Los ooquistes de I. suis son subesféricos o ligeramente elipsoides (17-25 x 16-21µm), de pared lisa e incolora, que esporulan sin corpúsculo, formando dos esporoquistes con cuatro esporozoitos cada uno y un cuerpo residual (Cordero 2001; Lázaro, 2004; Straw, 2006). 10.2.1. Ciclo de Vida El ciclo de vida de las coccidias se divide en tres fases; esporogonia, enquistación y desarrollo endógeno (Figura 13). La esporogonia es el proceso por el cual existe la división múltiple de una espora o cigoto dando origen a un esporozoíto, se desarrolla desde la etapa no infecciosa a la fase infectiva en las heces; debe haber una temperatura y humedad adecuada para la esporulación. Una vez esporulados los ooquistes contienen dos esporocitos, cada uno con cuatro esporozoitos. La fase de enquistación se produce después de que los ooquistes infecciosos son ingeridos; el paso a través del estomago altera la pared del ooquiste, permitiendo que las sales biliares y las enzimas digestivas activen los esporozoitos, estos se liberan en el lumen intestinal y penetran en los enterocitos donde comienza la fase endógena de la multiplicación del parasito. La etapa endógena se produce en el citoplasma de los enterocitos del intestino delgado, de vez en cuando, cuando las infecciones son graves se pueden encontrar los 76 parásitos en el intestino grueso (ciego y colon). El ciclo incluye varias divisiones por endodiogenia, con formación de merontes binucleados dentro del enterocito (tipo I), que formarán merozoítos en parejas. Más adelante, hay dos generaciones de tipo II multinucleados, que dan lugar a merozoítos. Finalmente, tiene lugar la gametogonia desde el 4 día postinfección, con eliminación de ooquistes a partir del 5-6 días pi, con máximo a los 2-3 días de instaurados los signos clínicos. Favorecen la esporulación la elevada temperatura y humedad que suele haber en las parideras (32-35ºC), lo que permite completar el proceso a partir de 12 horas con plena esporulación en 48 horas y. con ello facilitar nuevas infecciones de I. suis (Cordero, 2001; Lázaro, 2004; Straw, 2006). Figura 13: Ciclo evolutivo del parásito (Coccidias). Tomado de Lázaro (2004). 10.3. EPIDEMIOLOGÍA La enfermedad se presenta con mayor frecuencia durante los meses de verano debido a que las temperaturas elevadas favorecen la esporulación de los ovoquistes. La morbilidad es variable (10-80%), pero la mortalidad puede alcanzar el 20%. La coccidiosis también se ha observado en cerdos de 20 semanas de edad desplazados desde criaderos con elevado nivel de higiene a criaderos muy 77 sucios, lo que sugiere que animales con muy buen estado de salud presentan una susceptibilidad mayor a la coccidiosis (Mehlhorn, 2000; Radostits, 2002). 10.4. EDAD DE PRESENTACIÓN La incidencia máxima de infestaciones por I. suis tiene lugar entre los 7-10 días de vida. La coccidiosis causada por E. scabra también se ha observado en cerdos adultos afectados por diarrea grave y perdida de peso, y se ha detectado brotes de enteritis en cerdos de crecimiento de 7-16 semanas de edad debido a una mezcla de especies Eimeria, incluyendo E. porci (Mehlhorn, 2000; Radostits, 2002). 10.5. TRANSMISIÓN La fuente de infección son las heces de los animales clínicamente enfermos o de los portadores sanos, y se adquiere por ingestión de agua o alimentos contaminados, o al lamer el animal su pelo contaminado por heces infectadas. Los ovoquistes eliminados en las heces requieren condiciones ambientales adecuadas para convertirse en esporulados. En general, los ovoquistes esporulan a una temperatura entre 32 y 35ºC y necesitan oxígeno. La ingestión de ovoquistes esporulados provoca infección, pero es necesario gran numero de ellos para producir la enfermedad clínica (Mehlhorn, 2000; Cordero, 2001). 10.6. PATOGÉNESIS Las especies cuyos esquizontes se sitúan profundamente en la mucosa y submucosa, causando hemorragias, son más patógenas que aquellas cuyo desarrollo ocurre más superficialmente, la alteración del revestimiento epitelial da lugar a trastornos de la absorción. La dosis infectante tiene también importancia, siendo habitual la ingestión continuada de ooquistes en cuantía que permite el paulatino desarrollo de cierto grado de inmunidad protectora, sin manifestaciones. La presencia de coccidios, sobre todo de E. scabra, facilita la invasión y desarrollo de bacterias, criptosporidios y clamidias en los enterocitos (Codero, 2001; Straw, 2006). 10.7. SIGNOS CLÍNICOS Los signos se presentan con mayor intensidad en animales de 7-11 días de edad, presentando diarrea de color amarillo a grisáceo, la heces son inicialmente sueltas 78 o pastosas y empiezan a volverse mas líquidas a medida que va progresando la infección, hay perdida de peso, anorexia, depresión, pelo hirsuto y deshidratación. Pueden haber infecciones bacterianas y virales secundarias (Mehlhorn, 2000; Lázaro, 2004). 10.8. DIAGNÓSTICO En muchas ocasiones los animales no responden al tratamiento; sin embargo se pueden realizar frotis profundos de la mucosa (segmentos de yeyuno, íleon y colon), donde se deben colorear (Giemsa) con el fin de observar las diferentes formas evolutivas del parasito (Merozoítos). Otra técnica es realizar flotaciones fecales para determinar la presencia de huevos (Ooquistes) en la materia fecal. El recuento de ovoquistes en cerdos se recomienda con el uso de una solución saturada de cloruro sódico con glucosa. Se deben tener en cuenta los hallazgos a la necropsia y realizar un diagnostico histopatológico, donde debe enviarse al laboratorio intestino e hígado en Formalina al 10% (Radostits, 2002; S. de Aluja, 2002; Straw, 2006). 10.8.1. Hallazgos Macroscópicos Los cadáveres presentan palidez tisular generalizada y materia fecal en los cuartos traseros. El intestino delgado suele estar flácido y se puede observar una membrana fibrinonecrótica de color amarillo adherida a la mucosa (Cordero, 2001; Straw, 2006). 10.8.2. Hallazgos Microscópicos Las lesiones microscópicas consiste en atrofia de las vellosidades (Figura 14), fusión de vellosidades, hiperplasia de las criptas y enteritis necrótica. Se aprecia un infiltrado leucocitario, con eosinófilos en la submucosa y erosiones en el epitelio intestinal. Los enterocitos que cubren la punta de las vellosidades pueden estar destruidos dejando al descubierto la lámina propia o pueden estar sustituidos por enterocitos inmaduros (células escamosas); la capacidad funcional de absorción de este epitelio alterado disminuye. Las células epiteliales pueden contener formas evolutivas del parásito (Figura 15). Las lesiones aparecen 4 días pi y se asocia con la presencia de etapas asexuales (Cordero, 2001; Straw, 2006). 79 Figura 14: Íleon, (H&E). Obsérvese la atrofia de las vellosidades. En el epitelio de la mucosa hay vacuolización e infiltrado con predominio de células mononucleares. Tomado de Piñeros (2010). Figura 15: Mucosa del intestino delgado, (H&E). Obsérvese la célula epitelial que contiene una forma evolutiva de la coccidia (ooquiste, Flecha). Tomado de Piñeros (2010). 80 10.9. PREVENCIÓN Y CONTROL Se deben tener buenas medidas sanitaria para poder minimizar las perdidas por esta enfermedad; buenos planes de higiene y desinfección, ventilación adecuada, limitar el acceso a las parideras para evitar contaminación por fómites, control de roedores para evitar transmisión mecánica de ooquistes y desinfección de establecimientos después de cada parto. Se han reportado adecuadas las sulfamidas (sulfaquinoxalina, sulfametazina), el amprolio y el Toltrazuril que puede detener la diarrea y cortar la eliminación de ooquistes, además del metronidazol. El tratamiento de lechones se recomienda realizarlo individualmente (Mehlhorn, 2000; Lázaro, 2004). 81 11. ENTEROPATÍA PROLIFERATIVA PORCINA (ILEÍTIS) 11.1. HISTORIA Harry Biester y Col. Fueron los primeros en describir en 1930 las lesiones de la enfermedad. A finales de la década de los años sesenta Rowland, Rowntre y Lawson descubrieron la presencia de la bacteria en el citoplasma de las células epiteliales infectadas, al examinar las lesiones y emplear tinciones de plata. En 1993 se le da su posición taxonómica y la bacteria recibe el nombre de Lawsonia intracellularis para honrar la labor y perseverancia del veterinario escocés Gordon Lawson (Moore, 2000; McOrist, 2005). 11.2. ETIOLOGÍA El agente etiológico es Lawsonia intracellularis perteneciente a la familia de las Proteobacterias. Es un bacilo con forma de S, intracelular obligado, gram negativo de 1.25-1.75 µm de longitud y 0.5-1.5 µm de ancho, es acido-alcohol resistente (cuando se tiñen por el método de Ziehl-Neelsen), carece de flagelos in vivo pero in vitro se ha demostrado la presencia de un flagelo unipolar. Su genoma entero ha sido secuenciado y es aproximadamente de 1.46 Mb (McOrist, 2000; Brandt, 2010). 11.3. EPIDEMIOLOGÍA En la industria porcina es una enfermedad importante desde el punto de vista económico por ser una patología entérica transmisible y prevalente en los cerdos de todo el mundo, hay reducción en el desempeño, menor ganancia de peso con mayor consumo de alimento, mayor número de días en ceba (aproximadamente 14 días) y una mortalidad que puede alcanzar hasta un 6%. En diferentes reportes se ha sugerido que la prevalencia alcanza entre un 4.5% y 18% (McOrist, 2005; Jacobson, 2009). Condiciones predisponentes como hacinamiento, cambios en la alimentación y estrés (mezcla y transporte) están asociados con la aparición de la enfermedad. 82 11.4. EDAD DE PRESENTACIÓN La forma crónica proliferativa AIP (Adenomatosis intestinal Porcina) se observa en el post destete entre 6 y 20 semanas de edad. La forma aguda o EHP (Enteropatía Hemorrágica Proliferativa) se presenta comúnmente en los animales adultos jóvenes entre 4 y 12 meses de edad. La infección subclínica se observa en cerdos después de 3-4 semanas post-destete y entre las 10-12 semanas de edad (2.5-3 meses de edad) (Mogollón y Otros, 200; Knittel, 2000). 11.5. TRANSMISIÓN La heces de cerdos infectados se ha sugerido que son la fuente de infección para los cerdos susceptibles, el contacto cerdo-cerdo es importante en la ruta de transmisión. Otra posible ruta de transmisión incluye los vectores mecánicos; botas y vectores biológicos como ratones, pájaros e insectos. Sin embargo, en la granja las malas prácticas de higiene favorecen la persistencia de la bacteria, la mezcla de animales de diferentes edades y animales adultos infectados actúan como portadores subclínicos. La transmisión entre las granjas ocurre por la introducción de cerdos infectados, principalmente por los animales de reemplazo (Gyles, 2004; Jacobson, 2009). 11.6. PATOGÉNESIS El principal mecanismo patogénico es la inducción de hiperplasia en los enterocitos, la bacteria genera proliferación progresiva de células epiteliales inmaduras. El agente penetra las células de las criptas, para estar presentes en la división celular y poder subsistir y multiplicarse en el epitelio. El primer paso es la colonización; las bacterias que se encuentran en el lumen de la cripta intestinal se adhieren a la membrana celular y entra al enterocito por medio de una vacuola. El escape fagosomal es facilitado por toxinas líticas (citotoxinas o hemolisinas) y la bacteria se multiplica libremente en el citoplasma de la célula. La entrada de la bacteria depende en cierta manera de la célula, ya que se genera un tipo de fagocitosis inducida. Las células epiteliales infectadas continúan realizando la mitosis y transmite la bacteria a las células hijas; ésta acaba por ser liberada al exterior a través de extrusiones citoplasmáticas de las células epiteliales y se deposita sobre las microvellosidades o entre las criptas. La infección se extiende a todo el íleon, el yeyuno distal, el ciego y el colon. El microorganismo de esta manera infectan a los enterocitos inmaduros y estimulan la división de las células, generando así la mitosis de la célula huésped; la infección induce la proliferación 83 de las criptas e inhibe su diferenciación en enterocitos maduros. La pérdida de proteína en heces y la disminución de la absorción de nutrientes, debido al engrosamiento de la mucosa intestinal, son las causas de la disminución de la ganancia de peso y de la conversión alimenticia (Smith, 2001, Gebhart, 2005; Boutrup, 2010). 11.7. FORMAS DE PRESENTACIÓN En la enteropatía proliferativa (conocida también como ileítis proliferativa) existe un conjunto de condiciones clínicas agudas y crónicas que presentan diferentes signos clínicos, y generalmente se expresan después de eventos estresantes como mezcla de animales, cambios de temperatura, transporte, hacinamiento y destete. La enfermedad presenta dos manifestaciones clínicas y patológicas importantes (Knittel, 2000, McOrist, 2000): Adenomatosis intestinal porcina (enteropatía proliferativa crónica) y la enteropatía hemorrágica proliferativa. Sin embargo, actualmente reconocidas en cerdos son cuatro formas de la enfermedad: 1. Adenomatosis intestinal porcina (enteropatía proliferativa crónica) es considerada como la forma crónica, sin complicaciones clínicas. 2. Enteritis necrótica, es el resultado de la complicación con infecciones secundarias de la adenomatosis intestinal porcina. 3. Ileítis regional, es un estado de recuperación de la enteritis necrótica y la enteropatía hemorrágica proliferativa y, 4. Enteropatía hemorrágica proliferativa, es la forma aguda de la enfermedad. 11.8. SIGNOS CLÍNICOS En la forma aguda de la enfermedad los cerdos afectados presentan anemia por la hemorragia intestinal severa en el íleon; el primer signo clínico que se observa es la presencia de heces oscuras y blandas, mucosas pálidas, disminución de la ganancia de peso, en las hembras puede haber abortos, fiebre o hipertermia, los cerdos se pueden recuperar 4 a 6 semanas después de haber presentado los signos clínicos, la mortalidad alcanza el 50%. En la forma crónica, los signos clínicos son evidentes posterior a un suceso estresante, se caracteriza por una diarrea moderada con heces blandas o acuosas, de color café o normal, con o sin presencia de sangre y se puede observar concentrado sin digerir, presentan anorexia, apatía, mala condición corporal y reducción en la ganancia de peso, la mortalidad es baja (1-5%) causada por infecciones secundarias o peritonitis resultado de la perforación de la pared intestinal hipertrofiada. En la infección subclínica hay como único signo el pobre crecimiento con un periodo de incubación de 1-3 semanas, esto depende de los diferentes sistemas de 84 producción, estrategias de prevención y tratamientos (Knittel, 2000; Jensen, 2006; Jacobson, 2009). 11.9. DIAGNÓSTICO Para el diagnóstico serológico se emplea ELISA de bloqueo, para detectar anticuerpos específicos; el principio de la prueba es la interrupción de la reacción entre la proteína recombinante, como antígeno adsorbido a la placa ELISA, y el anticuerpo monoclonal conjugado específico. Los anticuerpos del suero problema bloquean la reacción entre el antígeno y el anticuerpo monoclonal, lo que se materializa en una reducción del color. Se puede tomar como referencia (ICA, 2008) el % Inhibición: ˃30% (Positivo); 20-30% (Dudoso) y ˂20% (Negativo); solo para realizar seroperfil, no para suero individual. Otra técnica empleada es la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) en íleon o heces, la cual se basa en la ampliación del fragmento de ADN del agente. Para detectar el antígeno en cortes histopatológicos, se utiliza la Inmunohistoquímica enviando al laboratorio tejidos fijados en formol (Íleon). El examen histopatológico de los tejidos afectados revelan las lesiones proliferativas, que pueden ser confirmadas por medio de Coloraciones de plata (Warthin-Starry), donde se observan microorganismos intracelulares de morfología curva (Mogollón y Otros, 2000; Huerta, 2003; Jensen, 2006; Ladinig, 2009). 11.9.1. Hallazgos Macroscópicos En la Enteropatía Proliferativa Crónica las lesiones se encuentran restringidas al tracto gastrointestinal; especialmente en intestino delgado en el área proximal a la válvula ileocecal, el íleon terminal, ciego y colon proximal; la pared esta engrosada y su diámetro aumentado (Figura 16), los cambios pueden ser difusos en toda la mucosa u observarse nódulos discretos y pólipos, especialmente en ciego y colon. En la Enteropatía Hemorrágica Proliferativa la mucosa del íleon terminal y el colon está afectada por un engrosamiento marcado que se observa como crestas que pueden estar cubierta por una membrana fibrinosa, su luz usualmente contiene uno o más coágulos de sangre (Figura 17), la serosa suele estar edematosa y el recto contiene heces oscuras que están mezcladas con alimento. En la Enteritis Necrótica el intestino se observa engrosado en el íleon y posee necrosis de coagulación, la mucosa puede presentar áreas normales o tener adheridas masas de exudado caseoso de color amarillo-grisáceo seguidas de áreas de aspecto normal. En la Ileítis regional el intestino delgado se observa con apariencia de estar contraído, rígido, siendo la porción más afectada el íleon, en la luz del 85 intestino se observan úlceras de forma lineal junto con áreas de mucosa sana (Knittel, 2000; Macintyre, 2003; Straw, 2006). 11.9.2. Hallazgos Microscópicos En la Enteropatía Proliferativa Crónica la arquitectura normal del intestino es reemplazada por la proliferación de células epiteliales inmaduras (Figura 18), las glándulas frecuentemente se elongan, ramifican y se tapizan con células epiteliales inmaduras, además se reducen o pierden las células caliciformes; las células epiteliales permanecen inmaduras con una significativa presencia de figuras mitóticas, además de una respuesta inflamatoria en la lámina propia compuesta por neutrófilos, linfocitos y macrófagos (Figura 19). En la Enteropatía Hemorrágica Proliferativa la lesión es similar a la descrita anteriormente y se puede hallar la bacteria libre en el citoplasma de enterocitos, células de las criptas, en las células epiteliales de capilares y vasos linfáticos, en contraste a la enteropatía proliferativa crónica se presenta una respuesta inflamatoria aguda. En la Enteritis Necrótica la lesión microscópica es necrosis de coagulación, exudado de fibrina, células inflamatorias necróticas y en casos de larga duración se observa tejido de granulación. En la Ileítis Regional se puede observar tejido de granulación y además hipertrofia de las capas del musculo externo (Macintyre, 2003; Straw, 2006; Boutrup, 2010). 11.10. PREVENCIÓN Y CONTROL Las estrategias para minimizar la transmisión oro-fecal de enfermedades se pueden utilizar, tales como sistemas de manejo todo dentro/todo fuera, protocolos de higiene y desinfección (se recomienda el uso de iodoforos y compuestos de amonio), pediluvios y minimizar los factores de estrés, todos son útiles en la prevención de brotes. Se ha sugerido antimicrobianos efectivos debido a la capacidad de alcanzar el citoplasma de las células epiteliales intestinales; los macrólidos (Eritromicina, Tilosina), la clortetraciclina y las Pleuromulinas (Tiamulina, Fluoroquinolonas). Sin embargo, el aislamiento de los animales infectados con una terapia de apoyo y un examen del estado sanitario al ingreso de nuevos animales son las medidas de precaución adecuadas (Barbosa, 2004; Straw, 2006; Jacobson 2009). 86 Figura 16: Intestino delgado. Obsérvese el engrosamiento de la pared y aumento en el tamaño de los pliegues de la mucosa. Tomado de Huerta (2003). Figura 17: Intestino delgado. Obsérvese la sangre y coágulos de sangre en el lumen. La mucosa aparece engrosada y son evidentes los pliegues. Tomado de Arenas (2002). 87 Figura 18: Íleon (H&E, 40X). Lesiones proliferativas en la mucosa del intestino delgado. Nótese la ramificación de las criptas, la fusión y atrofia de vellosidades intestinales. Tomado de Barbosa (2004). Figura 19: Íleon (H&E 200x). Lesiones proliferativas en la mucosa del intestino delgado. Obsérvese la ausencia de células caliciformes, la escasa presencia de detritus celulares en el lumen de las criptas y la infiltración de mononucleares en la lámina propia. Tomado de Barbosa (2004). 88 12. CLOSTRIDIOSIS (ENTERITIS POR C. PERFRINGENS) 12.1. HISTORIA La enfermedad fue identificada por primera vez en 1955 en el Reino Unido (Field y Gibson) y Hungría (Szent-Iv nyi y Szabo), posteriormente fue identificada en U.S.A. (Barnes y Moon,1964), Países bajos (Plaisier, 1971) y actualmente en la mayoría de los criaderos del mundo (Straw, 2006). 12.2. ETIOLOGÍA El Clostridium perfringens tipo A produce enterocolitis necrótica afectando a duodeno y yeyuno de lechones lactantes y en el periodo posdestete, y el tipo C provoca la típica disentería aguda afectando animales recién nacidos hasta la 2 semanas de edad. El C. perfringens esta encapsulado, es un bacilo gram negativo, mide de 1-1.5 µm por 4.8 µm, el tipo A produce toxinas (α y β), el tipo C produce toxinas (α y Theta) (Straw, 2006). 12.3. EPIDEMIOLOGÍA Una vez que la enfermedad ha sido identificada en una zona, empiezan a presentarse brotes que duran hasta 2 meses. En las camadas la mortalidad es alta (30-100%) en animales afectados clínicamente, la morbilidad varia dependiendo del estado inmunológico de las piaras (60%) (Radostits, 2002). 12.4. EDAD DE PRESENTACIÓN La incidencia por edad esta determinada en cerdos de 1–7 días de edad, aunque se ha registrado en cerdos de 2-4 semanas y en cerdos destetados (Radostits, 2002). 12.5. TRANSMISIÓN El microorganismo puede transmitirse como un organismo vegetal de lechón a lechón en las parideras o ser adquirida por las heces de la madre. Este organismo puede persistir en el ambiente como un organismo vegetal o en forma de esporas y la enfermedad puede afectar a camadas durante largos periodos de tiempo. La 89 introducción de cerdas infectadas es la fuente más probable de infección pero también se puede introducir el agente en concentraciones fecales por fómites (botas, ropa, etc.), la principal fuente de infección son las heces (Rubio, 1994). 12.6. PATOGÉNESIS Después de la infección oral los microorganismos se multiplican en el intestino para llegar a 108-109/gr de contenido y se adhieren a las células epiteliales del yeyuno en el ápice de las vellosidades. La descamación de estas células epiteliales esta acompañada por la proliferación del organismo a lo largo de la membrana basal y genera necrosis de la lamina propia de la vellosidad. En los casos hiperagudos se acompaña de necrosis y hemorragia. La zona necrótica puede involucrar las criptas, mucosa muscular, submucosa y en ocasiones la capa muscular. La mayoría de las bacterias permanecen adheridas a la vellosidad necrótica o caer a la luz intestinal junto con restos celulares y pueden esporular allí. La toxina β necrotizante es el factor más importante en la patogénesis, al igual que la toxina α (Lecitinasa). La toxina es sensible a la tripsina. Como el calostro y la leche que ingiere el lechón en los primeros días de vida contienen factores inhibidores de la tripsina, la toxina Beta que se forma no es inactivada y produce una inflamación necrótica del intestino, pasando a la sangre y aumentando la permeabilidad de los capilares. Las enterotoxinas causadas por el C. perfringens tipo A, causan necrosis de las vellosidades y generan efusión de líquidos en el lumen intestinal, además se fijan a las células del epitelio del colon evitando la absorción de agua. La muerte se debe principalmente al daño intestinal y en segunda medida al efecto extraintestinal de la toxina (Rubio, 1994; Straw, 2006). 12.7. SIGNOS CLÍNICOS Los signos clínicos varían según el estado inmunológico y la edad de los animales afectados. Se pueden presentar cuadros hiperagudos, agudos, subagudos y crónicos, la aparición de los signos clínicos se produce dentro de los 2-3 días de vida. En la forma aguda, los lechones pueden encontrarse muertos dentro de las 12-36 horas después del nacimiento, presentan diarrea hemorrágica, hay debilidad y los lechones pueden ser aplastados por la cerda. En la forma aguda, los animales pueden sobrevivir 2 días después de la aparición de los signos clínicos y morir a los 3 días de edad, se presentan heces líquidas de color café-rojizo y contienen fragmentos de restos necróticos, hay perdida de condición corporal y debilidad. En la forma subaguda, los cerdos presentan una diarrea no hemorrágica y mueren del 5-7 día de edad, permanecen alertas, pero pierden la condición 90 corporal y hay deshidratación, las heces suelen ser de color amarillo al principio y cambiar a heces líquidas transparentes que contienen restos necróticos. En la forma crónica, los animales pueden presentar diarreas intermitentes, las heces pueden ser de color amarrillo-grisácea, los cerdos se encuentran alertas durante los 10 días, pero su tasa de crecimiento esta deprimida, estos cerdos pueden morir después de varias semanas. El C. perfringens tipo A, genera diarrea (heces blancas) duraderas de 5-7 días en cerdos destetados de 5-7 semanas de edad, los animales pierden condición corporal y la tasa de ganancia diaria se encuentra deprimida (Rubio, 1994; Radostits, 2002). 12.8. DIAGNÓSTICO Para el diagnostico se deben tener en cuenta los signos clínicos y los hallazgos a la necropsia, la diarrea hemorrágica en lechones jóvenes, el patrón de mortalidad y la presencia de necrosis en el intestino delgado son características importantes de la enfermedad. El diagnostico de la enfermedad crónica es un poco mas difícil y requiere de pruebas complementarias. Se puede realizar el aislamiento en cultivo anaerobio enviando al laboratorio intestino delgado (yeyuno e íleon) y nódulos linfáticos. También se puede realizar una coloración Gram de frotis de la mucosa para visualizar las bacterias. Se debe enviar intestino delgado y nódulos linfáticos para histopatología (S. de Aluja, 2002; Mogollón, 2000). 12.8.1. Hallazgos Macroscópicos Los lechones que mueren por una manifestación aguda, suelen presentar pared abdominal edematosa, intestino delgado hemorrágico y abundante líquido serosanguinolento en la cavidad abdominal, las lesiones más severas se encuentran en yeyuno e íleon con cambios de color de rojizo a negro (Figura 20) y pueden haber burbujas de gas en la pared intestinal. Los ganglios linfáticos mesentéricos pueden estar enrojecidos. En los casos subagudos los cadáveres presentan mala condición corporal y puede haber adherencia en la superficie afectada del intestino delgado, la pared intestinal esta engrosada y friable, y la superficie de la mucosa esta cubierta por una membrana necrótica. Los animales afectados crónicamente pueden tener lesiones semejantes a las descritas anteriormente, pero no son tan evidentes desde la superficie serosa del intestino, puede haber engrosamiento de la pared intestinal en las zonas donde se adhiere la membrana necrótica. Se pueden encontrar lesiones en el ciego (Tipo A) (Straw, 2006). 91 Figura 20: Intestino delgado, Cerdo. Enteritis necrotizante por la infección de C. perfringens tipo C. Tomado de Rubio (1994). 12.8.2. Hallazgos Microscópicos En la manifestación aguda las vellosidades del yeyuno están necróticas y cubiertas por grandes bacilos gram positivos (Figura 21). En los casos crónicos de la enfermedad se observa que la mucosa del yeyuno e íleon es remplazada por una membrana necrótica, además de una cantidad variable de bacterias. En la submucosa, túnica muscular y serosa hay un infiltrado por células inflamatorias crónicas. Se puede observar una colitis inflamatoria (Tipo A) (Straw, 2006). 92 Figura 21: Intestino delgado, Cerdo (H&E). Severa y extensa enteritis necrótica, caracterizada por la presentación de detritus celulares en la luz intestinal, desfacelación, necrosis y muerte de los enterocitos. Tomado de Piñeros (2010). 12.9. PREVENCIÓN Y CONTROL La enfermedad puede prevenirse mediante la inmunización pasiva con la antitoxina de C. perfringens tipo C en cerdas de servicio o gestantes. La administración de antimicrobianos (ampicilina, tetraciclina) vía oral se puede administrar después del nacimiento para impedir el desarrollo de la enfermedad. Se ha reportado que el toxoide puede ser útil para la protección de lechones destetado (Straw, 2006). 93 13. COLIBACILOSIS ENTÉRICA POSDESTETE 13.1. HISTORIA El género Escherichia lleva el nombre del pediatra alemán Theodor Escherich quien descubrió la bacteria y determino sus propiedades en 1886; fue bautizada en su honor en 1919. La historia de la colibacilosis entérica posdestete y de la enfermedad de los edemas ha sido descrita por Sojka (1965) (Straw, 2006). 13.2. ETIOLOGÍA Escherichia coli es un bacilo Gram negativo peritrico flagelado que presenta muchas cepas o serotipos, algunas causan hemolisis. De longitud variable y con un diámetro de aprox. 1 µm. La serotipificación completa incluye la determinación de antígenos: O (Somático) que se sitúan en la pared celular de naturaleza lipopolisacárida; K (Capsulares) son de tipo polisacárido; H (Flagelar) son de naturaleza proteica y antígeno F (Fimbrias) de naturaleza proteica y actúan como adhesinas; en la actualidad son reconocidos oficialmente 173 O, 100 K, 56 H y un gran número de antígenos F. La serotipificación es útil para diagnosticar las enfermedades causadas por un numero limitado de serotipos como la colibacilosis entérica posdestete y la enfermedad de los edemas. La colibacilosis entérica posdestete es causada por una cepa que posee factores de adherencia al intestino delgado, producen enterotoxinas y algunas son α-hemolíticas; se ha propuesto que la enfermedad es causada por cepas de E. coli F4 (K88), (F18), O149; que producen la enterotoxina termolábil (Gyles, 2004; Aycachi, 2007). 13.3. EPIDEMIOLOGÍA El grupo de edad de presentación de la enfermedad depende de la edad al destete, a menudo se presenta entre los 5-14 días después del destete. La morbilidad puede alcanzar del 20-40% y la mortalidad del 20%. El hábitat en la unidad del destete, parece ser la fuente mas probable de infección, aunque los cerdos pueden adquirir la infección en las parideras. Los brotes tienden a implica solo una cepa de E. coli (López, 2000; Mogollón, 2000). 94 13.4. EDAD DE PRESENTACIÓN Su mayor prevalencia esta en animales destetados, en cerdos de 4-12 semanas de edad (1-3 meses) (López, 2000; Mogollón, 2000). 13.5. TRANSMISIÓN La principal vía de infección es la oro-fecal, pero la propagación de estos patógenos se produce por aerosoles, alimentos contaminados, fómites y cerdos infectados (Straw, 2006; Aycachi, 2007). 13.6. PATOGÉNESIS Después de la infección, la población bacteriana llega al intestino, la colonización requiere de la adherencia y proliferación en la mucosa; algunos antígenos (F) actúan como adhesinas y facilitan la unión a la superficie de la mucosa, existen receptores que se expresan desde el nacimiento o después (20 días de edad), para E. coli con fimbrias (F4, F18 respectiva/). Un medio acido inhibe el efecto de la bacteria, el pH del contenido estomacal baja después del destete, pero investigadores han encontraron que el pH del yeyuno no puede ser reducido por la acidificación del alimento, entonces, el pH del yeyuno no esta influenciado por el pH del quimo; por esto el estado fisiológico del epitelio intestinal, influye en la adhesión bacteriana. La baja temperatura ambiental en las áreas de destete causando estrés en los animales, se ha propuesto como un factor que agrava la diarrea posdestete. Las diferentes fimbrias (o Pili) realizan su adhesión a receptores específicos en las células epiteliales de la mucosa; F4 tiende a colonizar toda la longitud del yeyuno e íleon. E. coli produce enterotoxinas; dos clases principales de éstas se conocen: la toxina Termoestable (ST) y la toxina Termolábil (LT), esta ultima se encuentra involucrada con la colibacilosis posdestete. La LT posee cinco subunidades B que se unen a receptores en el epitelio intestinal, después de la unión estimula la actividad de la adeninciclasa aumentando la producción de AMP-Cíclico. Los altos niveles de AMP-Cíclico en la célula, resulta en un incremento de la secreción de Cl, Na y HCO3, con mayor contenido de agua en el lumen intestinal. La secreción excesiva da lugar a la deshidratación, acidosis metabólica y en ocasiones la muerte (Gyles, 2004; Straw, 2006; Aycachi, 2007). 95 13.7. SIGNOS CLÍNICOS Se caracteriza por muerte súbita, diarrea, deshidratación, toxemia, disminución del consumo y perdida de peso; materia fecal gris o marrón y bastante acuosa. Es una causa importante de perdida económica por la mortalidad y el mal crecimiento de los lechones que sobreviven (López, 2000; Mogollón, 2000). 13.8. DIAGNÓSTICO Para el diagnóstico se debe tener en cuenta la edad de los animales afectados, los signos clínicos y las lesiones encontradas en la necropsia. Sin embargo, se debe realizar el aislamiento y la tipificación del agente enviando al laboratorio muestras frescas (Intestino delgado, nódulos linfáticos mesentéricos e hígado). Otra técnica es la Inmunofluorescencia directa con anticuerpos específicos o monoclonales que permite la detección del antígeno (Intestino delgado y nódulos linfáticos mesentéricos). Otras técnicas descritas son PCR o pruebas biológicas (cultivo celular o animales). Para la histopatología es indispensable enviar las muestras (Intestino delgado, nódulos linfáticos mesentéricos e hígado) en Formalina al 10% (Mogollón, 2000; S. de Aluja, 2002; Aycachi, 2007). 13.8.1. Hallazgos Macroscópicos Los cadáveres presentan ojos hundidos y algunos cianosis como consecuencia de la deshidratación, distensión del estómago por el alimento seco e hiperemia en la mucosa gástrica, por lo general en la región fúndica. El intestino delgado se dilata, esta edematoso y al igual que el mesenterio presenta hiperemia. El contenido intestinal va de mucoide a acuoso y de color verde-amarillento. Los cadáveres pueden presentar emaciación y olor a amoniaco. Pueden presentarse úlceras irregulares en la mucosa gástrica e intestinal y se a presentado en conjunto la congestión severa del fondo gástrico y del intestino delgado (Mogollón, 2000; Straw, 2006). 13.8.2. Hallazgos Microscópicos Las cepas de E. coli enterotoxigénicas no producen lesiones microscópicas características, las vellosidades intestinales están intactas (Figura 22) y en algunos casos solo es observable la presencia de estas bacterias adheridas a la superficie del epitelio, lo cual se hace mas evidente utilizando coloraciones como Giemsa o Gram. Algunos autores han reportado un mayor numero de neutrófilos 96 en la lamina propia. En los casos de enteritis hemorrágica, se observan hemorragias y úlceras focales en la superficie mucosa del intestino con moderada atrofia de las vellosidades intestinales (Mogollón, 2000; Straw, 2006). Figura 22: Intestino delgado, (H&E). E. coli enterotoxigénica. Obsérvese los cambios microcirculatorios (Congestión y enlodamiento), no se observa alteración morfológica de las vellosidades. Tomado de Piñeros (2010). 13.9. PREVENCIÓN Y CONTROL Las buenas practicas de manejo, especialmente en la época del destete, reduciendo los estresores (mezcla de camadas, transportes, temperaturas) son importantes para prevenir la enfermedad. El control de la enfermedad se puede lograr teniendo en cuenta los siguientes factores; asegurando el consumo de calostro, que el microambiente sea adecuado (temperatura, humedad) y buenos planes de higiene y desinfección. Los cerdos destetados pueden ser protegidos de manera pasiva o activamente. La inmunidad pasiva se relaciona con la administración de dosis altas de leche a cerdos destetados, obtenida a partir de cerdas en el ultimo tercio de la gestación, efectos similares se han obtenido con la administración de plasma. La protección pasiva permite proteger a los cerdos contra la recolonización, la colonización intestinal conduce a un aumento de 97 anticuerpos (IgA) séricos contra las fimbrias, exponiendo a los animales antes del destete. Para la quimioprofilaxis se han propuestos aminoglucósidos, Colistina y la Oxitetraciclina con buenos resultados. Para el tratamiento se ha propuesto antimicrobianos que alcanzan la luz intestinal (Amoxicilina, Fluoroquinolonas, Cefalosporinas, Trimetoprim), la terapia de apoyo debe contrarrestar la deshidratación y la acidosis (Mogollón, 2000; Straw, 2006). 98 14. CIRCOVIRUS PORCINO TIPO II (CVP2) 14.1. HISTORIA El CVP fue aislado inicialmente en Saskatchewan, Canadá en el año 1991; para el año 1997 los Drs. Clark y Harding mostraron que las lesiones linfoideas asociadas al Síndrome de Adelgazamiento Postdestete Multisistémico (Postweaning Multisystemic Wasting, PMWS) estaban asociadas al Circovirus Porcino (Segalés, 2004; Roma, 2010). En 1998, a través de estudios de secuencia nucleotídica, se constato que el CVP asociado a los casos de SMDP era distinto a un CVP previamente conocido desde los años 70 y aparentemente apatógeno (Liu, 2007; Segalés, 2006). Por ello, se clasificaron estos agentes como CVP tipo 2 patógeno (CVP2) y CVP tipo 1 apatógeno (CVP1). 14.2. ETIOLOGÍA El Circovirus porcino es miembro del género Circovirus, familia Circoviridae, de tamaño pequeño (17 nm), sin envoltura, de simetría icosaédrica, ADN circular, de cadena simple y de 1.8 a 2.3 kb de peso molecular. El virus se replica en el núcleo celular pero los cuerpos de inclusión se encuentran generalmente en el citoplasma y raramente en el núcleo de los macrófagos, las células de la línea monocitos/macrófagos son el blanco del virus (Opriessnig, 2007; Olvera, 2007). 14.3. EPIDEMIOLOGÍA Los aspectos a considerar como importantes en la Circovirosis porcina son (Calsamiglia, 2007; Jacobsen, 2009; Roma, 2010): 1. Afección individual: donde es habitual ver unos pocos animales de cada corral con el cuadro clínico. 2. Momento de la infección: usualmente entre 6-14 semanas de vida. 3. Estado inmunitario de la Cerda: lechones procedentes de cerdas infectadas con CVP2 alrededor del parto o con un bajo título de anticuerpos frente a este virus son más susceptibles a sufrir la enfermedad. 4. Sexo: donde hay mayor mortalidad en machos que en hembras. 5. Mortalidad: variable aunque generalmente entre 430% y Morbilidad: Aprox. un 30-70%. 6. Respuesta al tratamiento antibiótico: prácticamente ausencia de respuesta, efecto potencialmente visible en aquellas granjas donde exista una elevada cantidad de procesos concomitantes de origen 99 bacteriano y 7. Duración del proceso clínico en un lote de animales: generalmente 1 a 2 meses. 14.4. EDAD DE PRESENTACIÓN La mayor prevalencia de la enfermedad se presenta en lechones y cerdos de destete; animales de 1.5-3 meses de vida (5-6 semanas), pero se pueden presentar casos en animales de 4-5 meses (Radostits, 2002; Segalés, 2006). 14.5. TRANSMISIÓN CVP2 se ha detectado (Por PCR) en distintas vías de excreción; incluyendo secreciones nasales, saliva, superficie de la tonsila, moco traqueal, orina, heces, semen y secreciones oculares, sin embargo la ruta de transmisión más probable es la vía oro-nasal, lo que indicaría que la transmisión horizontal (entre cerda y lechón o entre los propios cerdos) es un acontecimiento frecuente (Opriessnig, 2007; Roma, 2009). La transmisión vertical (Infección Trans-placentaria) se ha demostrado con presencia de CVP2 en los lechones abortados y nacidos vivos, el virus también se ha asociado con miocarditis en fetos abortados y mortinatos (Roma, 2010), además ha sido detectado en el semen de los verracos de forma natural y experimentalmente infectados. 14.6. PATOGÉNESIS Se ha sugerido la vía oro-nasal (sistema respiratorio y tonsilas palatinas) como posible vía de entrada; el virus se replica principalmente en las células mononucleares (monocito/macrófago, células presentadoras de antígenos, células de origen epitelial (hepatocitos, epitelio renal, bronquial y bronquiolar) y su diseminación a otros tejidos esta ligada al movimiento por vía hematógena o linfática (Kim, 2003; Segalés, 2006). Cuando CVP2 infecta a los cerdos, el virus entra en contacto con el endotelio vascular, estimulando así la activación endotelial, esto produce la generación de trombina en plasma desencadenando vasculitis, se conduce a un estado procoagulante y protrombótico evidenciando una disminución en los tiempos de coagulación, el consumo de fibrinógeno y la activación plaquetaria. Este estado protrombótico puede estar asociado a ciertos hallazgos patológicos, como la formación de microtrombos, hemorragias y petequias que a su vez pueden dar lugar a manifestaciones clínicas como son las lesiones en piel, isquemia, necrosis, trastornos neurológicos y falla orgánica (Seeliger, 2007; Marks, 2010). 100 14.7. SIGNOS CLÍNICOS Los cerdos presentan con frecuencia depresión, pérdida progresiva de peso, letargo, distress respiratorio, linfadenomegalia generalizada, diarrea, palidez de las membranas mucosas y algunas veces ictericia y un marcado aumento de la mortalidad por una o varias infecciones bacterianas secundarias (Chae, 2005; Opriessnig, 2007). Otros signos clínicos reportados son tos, leve a moderada hipertermia, meningitis y pueden causar también muertes súbitas. La enteritis granulomatosa ha sido asociada con la presentación de diarreas acuosas inicialmente de color amarillo y posteriormente de color negro, acompañado de retraso en el crecimiento (Harding, 2004). 14.8. DIAGNÓSTICO En cuanto a las técnicas serológicas se encuentra la prueba de ELISA Bloqueo donde se busca detectar Anticuerpos (Ac) contra CVP-2, la interpretación de los resultados puede tomarse de la siguiente manera (ICA, 2008): ≤0.15 (Positivo); 0.15 - ˂0.20 (Dudoso); ≥0.20 (Negativo); no diferencia Anticuerpos vacunales de Anticuerpos por infección natural. Para la detección del virus en cortes histopatológicos, se emplea la Inmunohistoquímica; detección de antígeno vírico con la ayuda de anticuerpos monoclonales (Figura 25); se deben remitir al laboratorio tejidos (Ganglios linfáticos; inguinales, mesentéricos; hígado, bazo, Placas de Peyer, pulmón, riñón, piel) fijados en formol. Para la detección del ADN vírico se emplea la PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) donde se remiten tejidos; tonsila, ganglios linfáticos, bazo o íleon; se puede detectar el genoma en animales sanos. El diagnostico de enteritis granulomatosa asociada a CVP-2 se basa en los siguientes criterios: presencia de diarrea, lesiones macroscópicas y microscópicas características y además los animales en etapa de crecimiento y finalización presentan poca respuesta al tratamiento con antibióticos. Los ganglios linfáticos, tonsila, íleon, bazo, pulmón, hígado y riñón son los tejidos que deben enviarse para el diagnóstico histopatológico (Segalés, 2006; Clavijo, 2007; Kennedy, 2007; Hansen, 2010). 14.8.1. Hallazgos Macroscópicos Los cerdos infectados con CVP-2 presentan pobre condición corporal, abdomen distendido, aumento en la cantidad de líquido en la cavidad abdominal y torácica, linfadenomegalia generalizada (mas evidente en inguinales y mesentéricos) (Figura 23), atrofia del timo, congestión y aumento de tamaño en hígado, riñón con 101 múltiples focos de áreas pálidas de diámetro variado, pulmón no colapsado con áreas de coloración rojiza cráneoventral, en estómago úlceras, músculos de coloración pálida, ictericia en piel, tejido subcutáneo y musculatura y atrofia serosa de la grasa (Chianini, 2003; Segalés, 2004). Otros hallazgos son enteritis necrotizante, edema en el mesenterio, mucosa del íleon gruesa y linfangiectasia intestinal (Zlotowski, 2008). 14.8.2. Hallazgos Microscópicos En los hallazgos histopatológicos se encuentra una inflamación granulomatosa (infiltrado de células epitelioides y células gigantes multinucleadas) en la lámina propia y submucosa del intestino delgado y grueso. Depleción de linfocitos e infiltración de los tejidos linfoides por histiocitos (Figura 25). Los cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos múltiples, grandes y basofílicos son observados frecuentemente en los histiocitos y células gigantes multinucleadas de la lámina propia y tejido linfoide (Figura 24). En el tejido linfoide asociado a intestino (GALT por sus siglas en inglés) hay linfocitolisis y atrofia de folículos. También puede encontrarse hepatitis, nefritis intersticial, atrofia de las vellosidades, dilatación de vasos linfáticos, linfangitis, edema de mucosa y submucosa y dilatación en las criptas (Clavijo, 2007; Kennedy, 2007; Zlotowski, 2008). Figura 23: Cerdo con infección natural de CVP-2. Izquierda. Ganglios linfáticos inguinales aumentados de tamaño. Derecha. Aumento del líquido en cavidad abdominal. Tomado de Chae (2005). 102 Figura 24: Ganglio linfático, Cerdo con PMWS (H&E). Cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos en histiocitos (Flechas). Tomado de Chae (2004). Figura 25: Ganglio linfático (H&E). CVP-2 Asociado con depleción linfoide, histiocitos y sustitución de folículos con células gigantes multinucleadas en el centro. En el recuadro (Inmunohistoquímica); Abundante antígeno de CVP-2 (manchas marrones). Tomado de Opriessnig (2007). 103 14.9. PREVENCIÓN Y CONTROL Los métodos de prevención y control del Circovirus están encaminados a desarrollar buenas prácticas de manejo (BPM) en la piara (Magar, 2000; Opriessnig, 2007). Entre ellas, conocer el origen de los animales que se lleven a la granja, realizar una adecuada cuarentena, determinar la correcta ubicación de la granja (distancia adecuada de otros predios dedicados a la producción), condiciones y densidades apropiadas para cada fase productiva, un adecuado plan higiénico-sanitario y de bioseguridad, mejorar el bienestar animal (disminución del estrés), verificar la adecuada ingestión de calostro por parte de los lechones para un buen desarrollo de la inmunidad materna y mantener el flujo de animales mediante el sistema todo dentro-todo fuera, además de una buena nutrición, controlar las coinfecciones y, mejoramiento y control de la calidad del semen. La vacunación de las cerdas jóvenes aumentan los títulos de anticuerpos frente al CVP-2 en el suero y calostro, protegiendo a los lechones contra el desarrollo de PMWS. Los lechones son vacunados de 2-4 semanas de edad cuando los anticuerpos maternos disminuyen; esto provoca una respuesta de anticuerpos neutralizantes y reduce la infección durante el destete o engorde (Roma, 2010): 104 15. SALMONELOSIS PORCINA 15.1. HISTORIA Salmon y Smith en 1886 realizaron la primera asociación al considerar que la causa de la Peste porcina clásica (cólera porcino) era S. choleraesuis; las cepas de Salmonella fueron aisladas en diversas condiciones y de allí su nombre: S. enteritidis, S. gallinarum, S. choleraesuis y S. typhimurium. Taylor y McCoy en 1969 observaron que las Salmonellas se habían aislado de muchos huéspedes vertebrados; S. typhi (Humanos), S. dublin (Bovinos), y S. choleraesuis (Porcinos). El aumento dramático en la salmonelosis durante el 1980 en Norte América subrayó el potencial patógeno de la Salmonella para los cerdos (Wray, 2000; Straw, 2006). 15.2. ETIOLOGÍA La Salmonella spp es una bacteria gram negativa, bacilo motil de 0.5-0.8 µm de diámetro y 1-3.5 µm de longitud, aerobia o anaerobia facultativa, intracelular que puede sobrevivir y replicarse en los macrófagos donde actúan bajo el mecanismo de “caballo de Troya” y de esta manera logra su diseminación hacia otros órganos. En animales portadores, la S. typhimurium reside en la tonsila, vesícula, tracto intestinal bajo, ganglios linfáticos mesentéricos y éstos se consideran la mayor fuente de infección para los animales (Meyerholz, 2002; Van, 2010). En cuanto a los factores de virulencia se encuentran las Islas de Patogenicidad (SPI), donde en la S. typhimurium se han identificado cinco SPI (son grupos de genes relacionados con la virulencia), las fimbrias que juegan un papel importante en la colonización del intestino pues a través de ellas realizan la unión a las células epiteliales de las placas de Peyer, el Lipopolisacarido (LPS) que es el principal componente de la membrana celular que facilita la sobrevivencia en la mucosa intestinal y posterior entrada a los tejidos profundos, y los Flagelos que contribuyen a la invasión intestinal, colonización y formación de microcolonias en los tejidos (Gyles, 2004; Boyen, 2006; Schmidt, 2008). 105 15.3. EPIDEMIOLOGÍA La Salmonella entérica es un patógeno importante para los cerdos, tiene dos presentaciones clínicas importantes causadas por los serovares Choleraesuis o Typhimurium, que son conocidos como Salmonella serovar Choleraesuis y Typhimurium; esta última causa enterocolitis. Infecta una amplia variedad de animales domésticos así como a los humanos, considerada por ello una zoonosis y una de las principales enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) a nivel mundial (Kaësbohrer, 2000; Straw, 2006). 15.4. EDAD DE PRESENTACIÓN La mayoría de los brotes de salmonelosis se producen en la cría intensiva de cerdos destetados, en animales de 1.5 a 3 meses de edad (6-12 semanas) (Vargas, 2004). 15.5. TRANSMISIÓN Las infecciones por Salmonella son adquiridas por ingestión y contaminación del alimento y agua. Los roedores, animales silvestres, moscas, fómites y las personas ayudan a diseminar la enfermedad. Los cerdos pueden infectarse con la bacteria durante la lactancia y la ceba por el transporte, mezcla con animales infectados o por contacto con al ambiente infectado en camiones y corrales sin adecuadas desinfecciones (Swanenburg, 2001; Oliveira, 2007). 15.6. PATOGÉNESIS La entrada de la bacteria al hospedador es por ingestión generalmente, sin embargo la inhalación es considerada otra ruta. Después de la ingestión, la Salmonella inicia su ciclo de infección invadiendo al hospedero a través del tejido linfoide. La patogénesis de la salmonella se divide en tres pasos; la entrada, la colonización y la invasión al enterocito. Una vez ingresa al estómago, la bacteria debe sobrevivir a su pH mediante diferentes sistemas que le permiten resistir la acidez. Solo un bajo número de bacterias que ingresa al estómago pasan al intestino delgado, sin embargo, la barrera de acidez gástrica es variable y depende del tipo de alimento consumido. La Salmonella puede resistir ácidos orgánicos e inorgánicos con pH alrededor de 3. Hay factores y mecanismos antibacteriales de protección en el intestino como son las sales biliares, moco intestinal, lisozima, lactoferrina, movimientos peristálticos y ácidos orgánicos. En el 106 intestino grueso, la flora normal es el mayor impedimento para la colonización, porque protege contra el establecimiento de la Salmonella. La invasión del epitelio intestinal se hace mediante la adhesión de las células epiteliales intestinales, adhiriéndose apicalmente a las células epiteliales del íleon y las células M; se dirige a las células que no son normalmente fagocíticas como la superficie de la capa mucosa de las células epiteliales para asegurar su persistencia. La bacteria envía señales a las células epiteliales que inducen rearreglos del citoesqueleto que permiten la entrada del agente. En la infección con S. typhimurium el sitio de invasión primario son las placas de Peyer, las adhesinas están implicadas en el reconocimiento y unión a la superficie en las placas de Peyer, paso que es necesario para la colonización, así como las fimbrias son necesarias para la adhesión (Mehta, 2000; Boyen, 2008). Las Islas de Patogenicidad (SPI) juegan un papel muy importante en la patogénesis de la Salmonella. La SPI-1 codifica varias proteínas efectoras involucradas en la modificación del citoesqueleto (SipA, SopE, SopE2, SopB) ayudando en la invasión de las células huésped. La SPI-2 codifica para elementos que se activan cuando la bacteria se encuentra intracelularmente dentro de una vacuola; regulan la supervivencia y replicación bacteriana en los comportamientos intracelulares de fagocitos y células epiteliales; contiene un grupo de genes involucrados en la reducción del Tetrationato que participa en la respiración anaerobia. La SPI-3 también es requerida para la supervivencia intracelular en macrófagos, provee productos esenciales para el crecimiento en condiciones limitadas de Mg2+. La SPI-4 codifica para un sistema de secreción tipo I (SSTI) que media la secreción de toxinas y la SPI-5 codifica proteínas efectoras involucradas en la secreción fluida y reacción inflamatoria en la mucosa intestinal; como SopB que además de estimular la secreción de cloro, se encuentra involucrado en el flujo de macrófagos, para su secreción utiliza el SSTIII de la SPI-1 (Hensel, 2004; Figueroa, 2005; Boyen, 2008). 15.7. SIGNOS CLÍNICOS La infección clínica inicialmente se caracteriza por presentar diarrea que puede ser crónica e intermitente, de color amarillo, aspecto acuoso y puede contener sangre; especialmente en los últimos estados de la enfermedad, hay fiebre, disminución en el consumo de alimento y deshidratación (se relaciona con la severidad y duración de la diarrea). Puede causar proctitis necrotizante y llevar a constricción rectal. La diarrea aparece 3-7 días de forma individual. Los cerdos mueren por una diarrea severa después de algunos días por la pérdida de electrolitos 107 (hipocalemia) y la deshidratación. Algunos cerdos se recuperan completamente después de la infección y otros permanecen como portadores excretando la bacteria por 5-7 meses sin expresar signos clínicos, siendo la fuente de contaminación ambiental de otros animales y posteriormente en los frigoríficos de las carcasas (Swanenburg, 2001; Donné, 2005). 15.8. DIAGNÓSTICO Se puede establecer un diagnóstico presuntivo con base en las manifestaciones clínicas, aunada a los hallazgos de necropsia, sin embargo, este debe confirmarse con el aislamiento del germen, mediante estudios bacteriológicos. El cultivo bacteriológico permite detectar el agente en muestras como; contenido cecal, ganglios mesentéricos, hígado, heces diarreica e hisopados ambientales. La prueba de ELISA enviando sueros al laboratorio, permite detectar niveles de anticuerpos donde se considera (ICA 2008) PP ≥40 (Positivo) y PP ˂40 (Negativo). Para la histopatología es importante enviar hígado, intestino, bazo, pulmón y nódulos linfáticos en Formalina al 10% (Flores, 2000; S de Aluja, 2002; Mejía, 2003). 15.8.1. Hallazgos Macroscópicos Las lesiones en intestino son enteritis catarral difusa, ileotiflocolitis fibrinonecrótica difusa, con la mucosa enrojecida, de aspecto áspero y con detritus de color amarillo-grisáceo adherido en el colon, ciego e íleon y adicionalmente edema. Los ganglios linfáticos mesentéricos, especialmente los ileocecales se encuentran aumentados de tamaño y edematosos, además se observa con frecuencia lesiones en la válvula ileocecal. La necrosis puede verse como úlceras botonosas en proceso de cicatrización. En la Salmonelosis entérica crónica se encuentran focos de necrosis y úlceras botonosas en ciego y colon (Figura 26) (Straw, 2006; Kennedy, 2007). 108 Figura 26: Úlceras botonosas en colón por Salmonelosis Porcina. Tomado de Kennedy (2007). 15.8.2. Hallazgos Microscópicos Las lesiones microscópicas son de enteritis, enterocolitis o tiflocolitis. Se observa necrosis de las criptas y superficie de los enterocitos que pueden ir de focal a difusa; la necrosis es usualmente superficial y se observa la atrofia de las vellosidades (Figura 27). En la lámina propia y submucosa hay moderado infiltrado de macrófagos y linfocitos, la cantidad de neutrófilos es significativa tan solo en la lesión temprana. En la presentación aguda de la enfermedad las placas de Peyer pueden estar necróticas. En órganos como el hígado e intestino (lamina propia, válvula ileocecal) se aprecia la hiperemia activa local aguda (HALA). En cerdos que mueren de forma natural es más común que se presente linfadenopatía por la hipertrofia de los ganglios linfoides o por hiperplasia regenerativa. Además de estar afectado el intestino, en órganos como el hígado se pueden hallar focos de necrosis hepatocelular e hiperplasia de las células de Kupffer (nódulos paratifoideos), cuando están presentes son característicos de salmonelosis entérica aguda; los nódulos paratifoideos se ubican sin una localización estable en la estructura del lobulillo tradicional, estos nódulos son el resultado del reclutamiento de los macrófagos y los PMN (Figura 28), finalmente se forman centros de necrosis de coagulación focal (Frizzo, 2005; Straw, 2006; Kennedy, 2007; Parada 2010). 109 Figura 27: Yeyuno (H&E). Enteritis con atrofia de las vellosidades, dilatación del quilífero central, infiltración mononuclear de la lámina propia e hiperplasia de la placa de Peyer. Tomado de Frizzo (2005). Figura 28: Hígado (H&E, 400x). Formación inicial de un nódulo paratifoideo con reclutamiento de PMN y macrófagos con escasa necrosis de coagulación. Tomado de Frizzo (2005). 110 15.9. PREVENCIÓN Y CONTROL El control de la enfermedad se basa en reducir la exposición y maximizar la resistencia del cerdo. Se deben aplicar medidas elementales de manejo y sanidad, como son: evitar la introducción de animales enfermos, o portadores sanos, en la granja porcina en donde hay animales susceptibles, prevenir la presencia de ratones, ratas, insectos y aves silvestres en el interior de las explotaciones, pues podrían servir como transmisores de S. typhimurium. El hecho de que muchos brotes se producen en instalaciones con un buen saneamiento sugiere que otros factores de estrés probablemente contribuyen a la aparición de la enfermedad. Minimizar el estrés en los brotes agudos teniendo en cuenta la densidad de animales adecuada, corrales secos, confortables y temperatura y ventilación adecuada. Se ha reportado que la Salmonella es sensible a antibióticos como trimetoprim sulfametoxasol, amikacina, ceftriaxona, ciprofloxacina, gentamicina y aztreonam (Mejía, 2003; Vargas, 2004; Boyen, 2008). 111 16. ESPIROQUETAS: BRACHYSPIRA El género Brachyspira contiene siete especies de espiroquetas intestinales que colonizan el intestino grueso de una variedad de especies animales; la Brachyspira hyodysenteriae y Brachyspira pilosicoli colonizan el cerdo (Hidalgo, 2009). 16.1. ESPIROQUETOSIS INTESTINAL PORCINA 16.1.1. Historia La espiroquetosis intestinal porcina fue descrita por primera vez por Taylor y Col. en 1980 en el Reino Unido quien desafío a los cerdos experimentalmente con una cepa Beta-hemolítica (P43/6/78) induciendo colitis, esta cepa se consideraba apatógena pero ahora se conoce como B. Pilosicoli (Thomson 2003; Straw, 2006). 16.1.2. Etiología La Brachyspira pilosicoli es una bacteria anaerobia que tiene la morfología característica de las espiroquetas, mide de 6-10 µm de longitud y de 0.25-0.30 µm de ancho además es hemolítica (Thomson, 2000; Straw, 2006). 16.1.3. Epidemiología Esta bacteria coloniza el intestino grueso de varias especies; cerdos, aves, caninos y humanos. Causa una tiflocolitis moderada, con diarrea mucoide a acuosa transitoria sin sangre. La bacteria puede ser detectada en materia fecal a partir de los 2-7 días post infección y las aves pueden representar una fuente de transmisión para los cerdos. La prevalencia de la enfermedad es del 5-30% y los individuos afectados presentan disminución del crecimiento durante 2-6 semanas (Oxberry, 2003; Carranza, 2006). 112 16.1.4. Edad de Presentación La enfermedad se presenta más frecuentemente en cerdos destetos entre 8-16 semanas de edad (2-4 meses), pero se puede observar en animales de crecimiento-finalización (Carranza, 2006). 16.1.5. Transmisión Los cerdos se infectan por vía oro-fecal; por contaminación ambiental o la enfermedad se puede presentar por la introducción de animales portadores. Afecta animales al destete durante el desarrollo, luego de la mezcla de animales pero puede observarse en cerdos en terminación. El periodo de incubación de la enfermedad puede tener un rango de 3-20 días (Carranza, 2006). 16.1.6. Patogénesis Después de producirse la infección oral la bacteria coloniza el intestino grueso, la infección se asocia a las presencia de las espiroquetas en la superficie luminal de las células epiteliales del colon y ciego, dando lugar al daño de las microvellosidades; la degeneración aumenta la tasa de división, se genera alargamiento de las criptas y como consecuencia la producción de un epitelio inmaduro compuesto de células escamosas o cúbicas. La bacteria se multiplica en las criptas e invade las células caliciformes y células epiteliales. La colitis se caracteriza por edema e infiltrado mixto de neutrófilos y linfocitos en la mucosa, lámina propia y en ocasiones en la capa muscular; en infecciones crónicas los neutrófilos pueden estar ausentes y hay infiltrado en la lámina propia de linfocitos y monocitos. El proceso inflamatorio causa un aumento en el contenido del agua de la digesta del ciego y el colon aunado al exceso de producción de moco. El epitelio dañado reduce la superficie del colon, disminuyendo la absorción de ácidos grasos volátiles con consecuencias como la disminución de la conversión alimenticia (Thomson, 2002; Straw, 2006). 16.1.7. Signos Clínicos La diarrea comienza a los 5-7 días de la infección, pudiendo observarse exceso de moco en la heces, los cerdos afectados muestran síntomas de diarrea que van de acuosa a mucoide de color verde, marrón o gris, los animales presentan perdida de la condición corporal, disminución de la conversión alimenticia. La mortalidad 113 alta no suele ser característica de esta enfermedad, la morbilidad entre los grupos afectados oscila entre 10-50% (Thomson, 2000; Thomson, 2002). 16.1.8. Diagnóstico Se puede hacer un diagnóstico provisional teniendo en cuenta los signos clínicos, hallazgos macroscópicos y examen microscópico de preparaciones de mucosa de colon para detectar las espiroquetas grandes y delgadas. La confirmación del diagnóstico requiere un examen histopatológico y la detección específica del agente mediante cultivo. El microorganismo también se puede detectar en raspados de mucosa intestinal, contenido de colon y heces mediante PCR. Se ha reportado la observación con microscopía de campo oscuro de improntas de colon (Llanes, 2008; Komarek, 2009). 16.1.8.1. Hallazgos Macroscópicos Las lesiones se concentran en el ciego y el colon; la superficie de la serosa es edematosa, el contenido es abundante y acuoso de color verde o amarillo, puede observarse congestión y en ocasiones úlceras y focos necróticos (Figura 29). La mucosa se engruesa y puede presentar hemorragias petequiales o equimóticas y fibrina. La cadena de nódulos linfáticos en el meso-colon se encuentra aumentada de tamaño (Thomson, 2003; Straw 2006). 16.1.8.2. Hallazgos Microscópicos Se observa una colitis multifocal erosiva o ulcerativa; la lesión se centra en la mucosa y submucosa pero puede abarcar la capa muscular. Las criptas de Lieberkϋm se encuentran elongadas con hiperplasia de células caliciformes, hay presencia de detritus y dilatación capilar. Hay presencia de un epitelio inmaduro con células cubicas o escamosas. En la superficie del epitelio y en las criptas del colon se puede observar una franja oscura (Borde en cepillo falso) (Figura 30) de espiroquetas. En la lámina propia el infiltrado es mixto de linfocitos y macrófagos. Las coloraciones de plata Wartin-Starry aportan al diagnóstico mediante la observación de espiroquetas en la luz de las glándulas y en el epitelio luminal (Thomson, 2003; Straw 2006; Llanes 2008). 114 Figura 29: Mucosa del colon de un caso crónico; obsérvese las áreas aisladas de necrosis. Tomado de Straw (2006). Figura 30: Microfotografía del epitelio del colon (400x). Nótese el borde en cepillo falso de espiroquetas (Flecha). Tomado de Straw (2006). 16.1.9. Prevención y Control Algunos antimicrobianos se han descrito como eficaces contra la bacteria (Tiamulina, dimetridazol, tilosina, tetraciclinas), pero las Buenas Practicas de Manejo son indispensables. Se puede conseguir el control de la enfermedad con sistemas de todo dentro/todo fuera, buenas practicas de limpieza y desinfección (Carranza, 2006). 115 16.2. DISENTERÍA PORCINA 16.2.1. Historia La enfermedad fue descrita en 1921 en Indiana, pero hasta los años 70 Taylor y Alexander (Inglaterra, 1971) y Harris y cols. (Iowa, 1972) aislaron e identificaron una espiroqueta a la que denominaron Treponema hyodysenteriae. En 1992 se crea en la Familia el nuevo Género Serpulina y pasa a denominarse Serpulina hyodysenteriae. En 1997 la propuesta de unificación de los Géneros Serpulina y Brachyspira, por Ochiai y cols., supone un nuevo cambio taxonómico pasando a denominarse Brachyspira hyodysenteriae (Radostits, 2002; Thomson, 2003). 16.2.2. Etiología La Brachyspira hyodisenteriae es una bacteria gram negativa, móvil (movimiento serpenteante), anaerobia, tolerante al oxigeno, espiroqueta, mide 6-9 µm de longitud y 0.4 µm de diámetro, productora de β-hemolisina (Thomson, 2002; Phillips, 2009). 16.2.2.1. Factores de Virulencia Algunos de los factores de virulencia incluyen respuesta quimiotáctica hacia la mucina, posee una hemolisina con actividad citotóxica. Tienen además numerosos genes que codifican para proteasas así como fosfolipasas y peptidasas que contribuyen al daño local (Radostits, 2002; Gyles, 2004). 16.2.3. Epidemiología Causa una enorme perdida económica debido a la mortalidad, disminución de tasa de crecimiento, mala conversión alimenticia y los costos del tratamiento. La morbilidad oscila entre 50-80% y la mortalidad del 30-50% (Thomson, 2002; Hidalgo, 2009). 16.2.4. Edad de Presentación Esta enfermedad es frecuente en animales de 7-16 semanas de edad (1.5-4 meses), pero puede afectar a cerdos adultos (Carranza, 2006). 116 16.2.5. Transmisión La infección se produce por ingestión y la transmisión está favorecida por condiciones que mantengan el ciclo oro-fecal; los ratones son susceptibles a la infección y pueden ser una fuente potencial. La enfermedad puede introducirse por cerdos infectados a nivel subclínico y por fómites (Thomson, 2003; Hidalgo, 2009). 16.2.6. Patogénesis La bacteria después de ingresar por vía oral muestra un marcado tropismo por el intestino grueso (Colon y ciego) donde prolifera ayudada de otras especies de bacterias anaerobias que contribuyen a la formación de la lesión. Este microorganismo es β-hemolítico e invade las criptas intestinales alterando el epitelio del colon y causando colitis mucohemorrágica. La bacteria coloniza la mucosa al unirse con el moco intestinal, tanto en el gel mucoso que cubre el epitelio como en las criptas rellenas de moco; los mecanismos predominantes de la asociación con el moco están regulados por quimiotaxis. Hay una erosión progresiva del epitelio superficial, una producción excesiva de moco, edema y hemorragia de la lámina propia y producción de una pseudomembrana. Existen dos toxinas; la hemolisina (efecto citotóxico) y el Lipooligosacarido (actividad endotóxica) que desempeñan un papel importante en el daño de las células del epitelio intestinal provocando una respuesta inflamatoria a través de la estimulación de la producción de IL-1 y TNF. La diarrea se presenta por malabsorción como consecuencia de problemas en el mecanismo de transporte de iones en el colon (Radostits 2002; Gyles, 2004). 16.2.7. Signos Clínicos Se presenta diarrea de variable severidad, diseminándose de forma gradual por la explotación. Los animales presentan heces blandas de color gris o amarillas, anorexia y fiebre (40-45°C), días después las heces presentan gran cantidad de moco e hilos de sangre. Se pueden observar animales con signos de dolor abdominal; lomo arqueado y pateándose el abdomen. Los animales con diarreas prolongadas presentan deshidratación, pérdida de condición corporal, debilidad e incoordinación. La muerte se produce por la deshidratación, acidosis e hipercalemia. En los casos crónicos, las heces son de color rojo oscuro y de consistencia variable (Thomson, 2002; Straw, 2006). 117 16.2.8. Diagnóstico Los factores que deben tenerse en cuenta para el diagnóstico son la historia y los signos clínicos, los hallazgos macroscópicos y microscópicos; sin embargo se debe realizar el aislamiento e identificación de la bacteria. Se puede realizar el cultivo en raspado de mucosa intestinal, colon o nódulos linfáticos regionales. Se puede realizar la observación en microscopia a campo oscuro de raspado de mucosa intestinal. Es importante enviar para histopatología intestino grueso (colon) y nódulos linfáticos regionales (Thomson, 2000; Radostits, 2002; S. de Aluja, 2002). 16.2.8.1. Hallazgos Macroscópicos Los cadáveres presentan mala condición corporal, evidencias de deshidratación y abdomen contraído. Hay lesiones en el intestino grueso y edema en el mesenterio, los ganglios linfáticos mesentéricos pueden estar aumentados de tamaño y edematosos. La mucosa tiene focos irregulares de moco y fibrina con hilos de sangre, el contenido del colon tiene la apariencia de un caldo espeso, de color gris a rojo oscuro con moco o manchas de sangre fresca (Figura 31). En la disentería porcina la producción de moco es abundante en los casos crónicos debido a la hiperplasia de las células caliciformes (Straw, 2006; Hidalgo, 2009). 16.2.8.2. Hallazgos Microscópicos Las lesiones microscópicas se encuentran en ciego, colon y recto; consisten en áreas de erosión epitelial en la superficie de la mucosa, con delgadas capas de un exudado fibrinocelular que cubren las áreas erosionadas. El engrosamiento de la mucosa y submucosa se debe al edema y congestión. En casos avanzados estas áreas son erosivas y hay exudación. Hay hiperplasia de células caliciformes (Figura 32), incremento de la tasa de recambio de las células epiteliales asociadas a las áreas de erosión, se presenta hiperplasia de las células de la parte profunda de las glándulas, las criptas se elongan, proliferan, pueden estar dilatadas y contener detritus necróticos. El infiltrado en la lámina propia corresponde a leucocitos (neutrófilos). En la lámina propia superficial de la mucosa erosionada se observan hemorragias y trombos de fibrina en capilares y vénulas. Se observan grandes espiroquetas en las criptas, en el citoplasma de las células epiteliales lesionadas (Radostits, 2002; Straw, 2006). 118 Figura 31: Obsérvese las áreas de exudado fibrinocatarral en la mucosa Colónica. Tomado de Kennedy (2007). Figura 32: Colon, (H&E). Obsérvese la hiperplasia de las células caliciformes, algunas se encuentran dilatadas e infiltrado mononuclear en la mucosa. Tomado de Piñeros (2010). 119 16.2.9. Prevención y Control Para el tratamiento de la enfermedad se pueden utilizar terapia antimicrobiana (Gentamicina, tiamulina, tilosina, neomicina, clortetraxiclina). La limpieza y la desinfección son indispensables en las prácticas diarias de la piara. El control de la enfermedad clínica se puede alcanzar por un tratamiento inicial con niveles adecuados de antimicrobiano, esto debe combinarse con la eliminación adecuada de los residuos fecales para prevenir la reinfección, se debe evitar el ciclo orofecal; evitando la acumulación de heces, no debe mezclarse cerdos de distintos orígenes en el mismo establo y reducir el estrés por el transporte y el hacinamiento (Radostits,2002). 120 17. TRICHURIASIS 17.1. HISTORIA Los miembros del genero Trichuris son parásitos nemátodos del intestino; antiguamente a este genero se le denomino Trichocephalus. La primera evidencia sobre la existencia de este gusano fue descrita por el parasitólogo Linneo en 1771, el ciclo vital de este organismo fue descrito por primera vez por Grassi en 1887 y después lo hicieron Fulleborn en 1923 y Hasegawa en 1924 (Janco, 2009). 17.2. ETIOLOGÍA Trichuris suis es el agente etiológico de esta enfermedad. Un nemátodo, gusano en forma de látigo frecuente en cerdos y jabalíes. Su diminuta abertura oral con una pequeña lanceta se implanta profundamente en la mucosa del ciego y del colon. “Trichuris” significa cola capilar. Los machos miden de 30-45 mm y terminan la cola enrollada en espiral con una sola espícula y las hembras miden de 60-80 mm. Los huevos son de color amarillo a marrón, provistos de fuerte cáscara y dos tapones polares hialinos, están sin segmentar cuando aparecen en heces y miden 50-61 X 20-31 µm (Mehlhorn, 2000; Straw, 2006). 17.2.1. Ciclo de Vida Los huevos en heces requieren de 3-4 semanas para llegar a ser infectantes. La L1 dentro del huevo se encuentra en el medio externo, después de la infección por vía oral, muda a L2 en el ID; eclosionando los huevos en el intestino delgado y el resto de las fases en el intestino grueso (Figura 33); ya en L-I penetran las células que recubren las criptas; una fase histotrópica persiste durante 2 semanas con la migración gradual de las larvas de la lamina propia a la submucosa (Mehlhorn, 2000; Radostits, 2002). 121 Figura 33: Ciclo biológico de Trichuris suis. Tomado de UK-Merial. 17.3. EPIDEMIOLOGÍA La puesta de huevos es irregular, llegando hasta 5000 diarios, con periodo de escasa producción. Son sumamente resistentes y requieren 2-3 semanas en condiciones favorables de humedad, temperatura (superiores a 20°C) y oxigenación para que dentro de la propia envoltura se desarrolle la L-I, que ya es infectante y posteriormente se forma la L-II que continua protegida por la cáscara. Los huevos que contienen esta fase larvaria son más resistentes que los no segmentados o morulados. El proceso puede realizarse en 4-7 semanas o necesitar hasta 7 meses y, una vez completado, los huevos permanecen infectantes hasta 11 años (Chabaud, 2000; Barriga, 2003). 17.4. EDAD DE PRESENTACIÓN Aunque pueden estar parasitados animales de todas las edades, los Trichuris son más frecuentes en animales menores de 6 meses de edad, de manera que en zonas enzoóticas se ha observado que están afectados con mayor frecuencia (85%) los animales de 3-6 meses (12-24 semanas) que los adultos (36%) salvo los sometidos a estrés, se han señalado también las reproductoras como grupo de riesgo (Cordero, 2001; Ortega, 2004). 122 17.5. TRANSMISIÓN El contagio tiene lugar por vía oral. La L-I sale del huevo en el íleon, invade las glándulas de Lieberkühn y pasa unos 13 días en fase histotropa desde la lámina propia a la submucosa, con tres o cuatro mudas hasta alcanzar el estado adulto. Hacia las dos semanas de infección vuelven al lumen y se dirigen al ciego y colon, en cuya mucosa fijan el extremo cefálico, penetrando hasta la submucosa. Al mes hay adultos y los primeros huevos aparecen a los 41-49 días. La longevidad de los adultos es de 4-5 meses. La Tricuriosis está asociada a la existencia de corralizas de tierra y al aprovechamiento de praderas, se le considera indicadora de deficientes condiciones higiénicas (Mehlhorn, 2000; Radostits, 2002) 17.6. PATOGÉNESIS Los tricuros son hematófagos aunque su ingesta es muy escasa. La invasión de la mucosa produce procesos inflamatorios (enterotiflocolitis) y hemorragias capilares, seguidas de úlceras locales complicadas con Enterobacterias (Salmonellas, Colis) y balantidios que agravan el cuadro. Hay pérdida de material plasmático hacia el lumen lo que determina la hipoalbuminemia y disminución de electrólitos plasmáticos (Chabaud, 2000; Cordero, 2001). 17.7. SIGNOS CLÍNICOS El proceso puede ser asintomático, pero los tricuros son claramente patógenos cuando la carga parasitaria es elevada (más de 200 ejemplares), se presenta diarrea con heces malolientes, inicialmente blandas luego acuosas, recubiertas de moco y deshidratación. Hay anorexia, anemia, mal aspecto de la piel, abdomen dilatado, retraso del desarrollo y adelgazamiento (Radostits, 2002; Barriga, 2003). 17.8. DIAGNÓSTICO Los métodos coprológicos de flotación son adecuados para hallar los huevos, con su peculiar morfología, considerándose graves las eliminaciones de 5000-6000 h/gr, pero debe recordarse que los ritmos de producción de huevos son muy irregulares. La necropsia permite observar e identificar fácilmente a los adultos, por su morfología característica, los tricocéfalos (Figura 34) (Mehlhorn, 2000; Radostits, 2002). 123 17.8.1. Hallazgos Macroscópicos La mucosa del intestino delgado puede mostrar signos inflamatorios durante la invasión inicial, especialmente ante infecciones intensas, pero las alteraciones más significativas aparecen en ciego y colon, donde los vermes, firmemente adheridos con su extremo anterior (Figura 35), causan un proceso inflamatorio mucofribrinoso a hemorrágico, focal o difuso, con la pared intestinal engrosada por la existencia de edema junto con nódulos, frecuentemente purulentos, entorno a los parásitos o su punto de fijación. Puede haber ulceración en la mucosa (Chabaud, 2000; Cordero, 2001). Figura 34: Obsérvese los tricocéfalos adultos (Trichuris suis) en la pared intestinal. Tomado de UK-Merial. 17.8.2. Hallazgos Microscópicos Existe una inflamación generalizada de la mucosa con células plasmáticas, linfocitos y eosinófilos; edema de la mucosa y abundante eliminación de mucus hacia el lumen. En la zona de fijación del verme aparecen formaciones quísticas. Las alteraciones necróticas generalmente dependen de infecciones bacterianas coincidentes o secundarias. Hay congestión e incluso hemorragias en los ganglios regionales (Chabaud, 2000; Cordero, 2001). 124 Figura 35: Gusano Trichuris. Nótese la penetración intracelular. Tomado de Straw (2006). 17.9. PREVENCIÓN Y CONTROL La erradicación de la parasitosis plantea problemas cuando se aprovechan praderas dada la gran resistencia de los huevos infectantes y su largo periodo de supervivencia, lo que permite al menos infecciones leves en los adultos que garantizan la presencia del nematodo. La terapia se ha recomendado con febantel, febendazol, diclorvos e Ivermectina que puede dar resultados deteniendo el desarrollo de huevos a larvas infectantes. La administración de antihelmínticos una o dos semanas antes del parto, seguida del paso de las cerdas a parideras adecuadamente desinfectadas, junto con el aprovechamiento rotativo de las praderas y su roturación para otros cultivos permiten un control adecuado, pero únicamente la explotación en régimen cerrado en alojamientos con suelos y paredes de cemento o similares hace viable la eliminación de la parasitosis (Chabaud, 2000; Mehlhorn, 2000). 125 18. CUADRO COMPARATIVO DE LAS ENFERMEDADES ENFERMEDAD Rotavirus EDAD DE PRESENTACIÓN SIGNOS CLÍNICOS DIAGNÓSTICO (MUESTRA) HALLAZGOS NECROPSIA Diarrea acuosa (Blanco-amarillenta) Microscopía electrónica (Contenido intestinal) Vómito ELISA, fecal) I.D.: Paredes delgadas y flácidas, dilatado y gran volumen líquido acuoso. 1 sem. – 9 sem. IFD (Materia Histopatología íleon) (Yeyuno, Anorexia IFD (Heces, I.D.) GET Diarrea (amarillenta) Microscopía electrónica (Contenido intestinal) Vómito Aislamiento (Heces, I.D.) Heces contienen leche sin digerir ELISA (Suero) 1 día – 30 sem. de bloqueo Estómago: Distendido, leche coagulada. I.D.: Líquido espumoso, pared delgada, acortamiento de vellosidades. Seroneutralización (Suero) Histopatología (N. Mesentéricos, I.D.) Coccidiosis 1 sem. – 10 sem. Diarrea pastosa (Blanco, gris, amarillenta) Coloración (Frotis mucosa) Histopatología íleon, hígado) Diarrea sanguinolenta (EHP) 5 sem. – 30 sem. Giemsa Flotación fecal (Materia fecal) Anorexia Ileítis L. Anemia ELISA (Suero) de (Yeyuno, bloqueo EPC: Íleon, ciego, colon con mucosa engrosada. PCR (Íleon, heces) Inmunohistoquímica (íleon) Anorexia Histopatología 126 I.D.: Flácido, membrana fibrinonecrótica de color amarillo en la mucosa. EHP: Íleon y colon con pared engrosada y mucosa con petequias- Pobre crecimiento (Coloración Plata, íleon, Ciego, Colon) hemorragias. EN: Membrana fibrinonecrótica en la mucosa. Clostridiosis Diarrea sanguinolenta Cultivo bacteriano (Yeyuno, íleon) Debilidad Coloración Gram (Frotis mucosa) 1 sem. – 5 sem. Muertes súbitas Histopatología nódulos linfáticos) Colibacilosis 1 sem. – 12 sem. Diarrea acuosa (Blanco-amarillenta) (I.D., I.D.: Mucosa con petequias o hemorrágica. Yeyuno e íleon color rojo a negro, adherencias y membrana necrótica. Aislamiento y tipificación (I.D., N. Linfáticos, Contenido intestinal) Estómago: Dilatado, úlceras en mucosa. IFD (I.D.) I.D.: Dilatado, edematoso, contenido mucoide a acuoso. Vómito ocasional Muerte súbita Histopatología (I.D., N. Linfáticos mesentéricos, hígado) ELISA (Suero) Diarrea acuosa (Amarillenta, café) Circovirus 5 sem. – 16 sem. Distress respiratorio Inmunohistoquímica (G. Linfáticos, bazo, hígado, pulmón) Cavidad Toráxica/ abdominal: Abundante líquido. PCR (G. linfático, bazo, íleon) Histopatología (G. Linfático, tonsila, íleon, bazo, pulmón, hígado, riñón) I.D.: Enteritis necrotizante, mucosa íleon engrosada. Anorexia Cultivo bacteriológico (Contenido cecal, G. mesentéricos, hígado, heces) I.D.: Membrana fibrinonecrótica en la mucosa, lesión válvula íleo-cecal. Deshidratación ELISA (Suero) I.G.: Úlceras botonosas en ciego y colon. Diarrea con sangre y moco 4 sem. – 30 sem. bloqueo Linfadenomegalia generalizada: Inguinales, mesentéricos. Muerte súbita Salmonelosis de Histopatología (Íleon, ciego, colon, G. mesentérico, hígado) 127 Diarrea acuosamucoide (Verdosa) Espiroquetosis 8 sem. – 30 sem. Mala corporal condición PCR (Raspado mucosa, contenido colon, heces) Microscopía campo oscuro (Improntas de colon) I.G.: Serosa de ciego y colon edematosa, úlceras, hemorragias y focos necróticos en la mucosa. Histopatología (Coloración Plata; Ciego, colon) Diarrea con sangre y moco Disentería 7 sem. – 30 sem. Microscopía campo oscuro (Improntas colon) Anorexia Trichuriasis Cultivo (Ciego, colon) Dolor abdominal Histopatología (Coloración Plata; Ciego, colon) Diarrea acuosas) Método de (Materia fecal) (Blanda- flotación 12 sem. – 30 sem. Anorexia Necropsia (Tricocéfalos) Adelgazamiento 128 I.D.: Mucosa hemorrágica, focos de moco y fibrina con hilos de sangre. I.G.: Adherencia de vermes a la mucosa de ciego y colon, proceso mucofribrinoso a hemorrágico, ulceración mucosa. 19. AGENTES NO INFECCIOSOS Las colitis no específicas en cerdos es un síndrome que ha sido identificado en el Reino Unido, desde el año 1980 y en diferentes países como Francia, Bélgica, Dinamarca, Canadá, Estados Unidos de América e Irlanda. Esta condición es una forma no fatal pero común de diarrea en cerdos destetos entre los 12 y 40 kg de peso, con un promedio de edad de inicio de 4-8 semanas después del destete y una reducción de los índices de producción. Su etiología y epidemiología están aun desconocidas; no es atribuida a algún agente infeccioso entérico por lo que se conocen como “colitis no especificas”, pero si se sugieren causas nutricionales o de manejo. Se ha relacionado con diferentes componentes de las dietas como son el trigo y las características del alimento como los pellets, sugiriendo que el tratamiento con calor durante el proceso de peletizaje altera los componentes de este (Thomson, 2006; Chase, 2007). Sin embargo, aunque la literatura no es amplia, en algunas granjas no se ha encontrado la relación entre la dieta y la presentación de diarreas sugiriendo que estén asociadas con otros factores como el manejo en la granja. En algunos de estos estudios (Chase, 2007) se han identificados diferentes factores de manejo asociados a la presentación de colitis no especificas en las explotaciones porcinas: Alimentación ad libitum, tamaño de corral, número de animales por corral (hacinamiento de animales), pisos duros, cambios de alimentos de harina a pellet, la ventilación en la etapa post-destete relacionándolo con calidad de aire y la humedad, edad/peso al destete e higiene. Sin embargo en algunas granjas factores como los pisos duros, estado sanitario y el uso de pellet no se han relacionado con la presentación de las colitis inespecíficas. En dietas a base de alimentos no almidonados (trigo, soya y cereales cocidos) se ha sugerido que favorecen la diarrea asociada con el alimento, porque la llegada de material no digerido al tracto gastrointestinal posterior tiende a fermentarse y de esta manera alterar la función entérica normal produciendo la colitis y la diarrea. 129 DISCUSIÓN Las enfermedades entéricas se consideran como una de las entidades más importantes en la fase crecimiento – finalización, las expresiones clínicas de las patologías gastroentéricas han cambiado, por consiguiente el control de estos problemas para reducir las perdidas económicas es en general el objetivo de los productores de explotaciones de tipo intensivo. Aunque no se le halla dado tanta importancia, hasta el momento, a los cuadros digestivos como si se le a otorgado a los problemas respiratorios, estos generan grandes perdidas económicas en granjas intensivas de alta sanidad, debido a que los costos de alimentación son bastante altos para la producción porcícola. Tras la revisión, se observo que la manifestación más común de los desordenes entéricos es la presentación de diarrea; esto ha generado una disminución significativa en los índices productivos, ya que estos cuadros digestivos alteran la ganancia diaria de peso (GDP) y la conversión alimenticia (CA) de los animales, y además, conllevan a un daño en la homeostasis abriendo campo a infecciones secundarias que empeoran el cuadro digestivo. La manifestación y presentación de las enfermedades han cambiado con el tiempo, como es el caso del Circovirus Porcino donde ya se habla de cuadros digestivos, o en la presentación de la Salmonelosis que se ve en animales mas jóvenes; esto conlleva a que los veterinarios realicen un mejor abordaje de los casos para llegar a un diagnóstico mas preciso de las enfermedades, tomando todas las herramientas necesarias, como el caso de las pruebas de laboratorio, para mejorar la rentabilidad de la producción. Cuando se analiza la literatura y las experiencias de las tendencias en sistemas de producción porcina, se puede deducir que el manejo de los animales con el sistema “Todo dentro/Todo fuera” a obtenido buenos resultados ya que permite cortar la cadena de transmisión de las enfermedades, permitiendo obtener mejores resultados zootécnicos aún en granjas con problemas endémicos, si se compara con granjas de flujo continuo. Los cuadros digestivos conllevan a los productores a mejorar el confort de los animales, controlar a tiempo las enfermedades, control de temperatura y ventilación en todas las áreas de la producción y tener buenos planes de higiene y limpieza y reducir la carga de excrementos en los establos, evitando así la transmisión de patógenos. 130 CONCLUSIONES Uno de los factores predisponentes analizados fue la prohibición de los Antibióticos Promotores de Crecimiento, donde se puede concluir que tras su prohibición se ha observado un aumento en la microflora patológica del sistema digestivo de los cerdos, generando el traslado de problemas digestivos a cerdos de engorde, donde la presentación de la enfermedades se ha agudizado. Otro factor importante discutido son los agentes estresores; especialmente encontrados en el periodo de destete. El estrés generado por el cambio de hábitat, el transporte, cambios de temperatura, excesivo numero de animales por metro cuadrado, cambios en la dieta y mezcla de animales, contribuyen a la liberación de cortisol y generan un desequilibrio en la barrera intestinal (aumentado la permeabilidad y sensibilidad) contribuyendo así a provocar el inicio de la enfermedad entérica. El análisis de la descripción del Complejo Entérico Porcino permite concluir que se trata de la interacción de numerosos factores que se relacionan unos a otros para conducir a la presentación de la enfermedad clínica, resultando en el retraso del crecimiento o en la mortalidad. De estos factores se destacan las practicas de manejo, las condiciones del medio ambiente, las practica de alimentación (Calidad, administración y presentación del alimento), densidad numero de animales por metro cuadrado y la presencia de enfermedades. El control del Complejo Entérico Porcino implica recomendaciones en cambios en el manejo de los animales, mejora en el diseño de las instalaciones y en los hábitos alimenticios y planes de prevención para mejorar el desempeño productivo de los animales. El principio básico del Complejo Entérico en una granja de producción intensiva es el diagnóstico preciso de las enfermedades que componen el complejo y el conocimiento sobre la epidemiología en la población porcina afectada, teniendo en cuenta los factores ambientales, las practicas de manejo, la presencia de patógenos y la alimentación, ya que todo esto conllevan a la presentación o no del Complejo. 131 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. ARENAS, A., HUERTA, B., MALDONADO, A., TARRADAS, C., ASTORGA, R., LUQUE, I., BORGE, C. y PEREA, A. 2002. Síndromes entéricos del cerdo: Enteropatía Proliferativa Porcina. Dpto de Sanidad Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad de Córdoba. 2. ARIAS, C., TORRES, D. 2001. 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