camino por anoar
Transcripción
camino por anoar
voz CAMINO POR A NOA R Existe una medida gubernamental orientada hacía la supresión del analfabetismo en España. Mejor dicho, más bien, que una medida se trata de una serie de disposiciones que tienden a tal fin. Entre ellas se cuenta la exigencia de ciertos conocimientos a los obreros que quieren ingresar en los centros de trabajo, como, por ejemplo, el certificado-de estudios primarios a los menores^de determinada edad y saber leer y escribir a los que sobrepasan aquél límite. Este postulado está muy bien: es digno del mejor elogio, como así también la manera de desarrollarlo. No se hacen, en tal desarrolló, cumplir al pie de la letra las disposiciones promulgadas, sino que más bien domina el espíritu que de ellas emana. En el campo de la acción se le da, oficial o extraoficialmente, cierta elasticidad, ya que bien se puede comprender que de proceder de otro modo se negaría él derecho ai trabajo, es decir, a ganarse honradamente el sustento a quienes, fueran cualesquiera las causas que lo impidieran, no estuvieran en posesión de Tos conocimientos mínimos exigidos. Hay que claudicar ante los hechos consumados. Debe atajarse el mal en su raíz, no podar las ramas enfermas. Se libra una guerra —no una-batalla— al analfabetismo. '.-;• . Se tiende, con gran acierto, a conse- ~ guir un grado básico de cultura entre el mundo obrero, y salta a la vista que esta siembra irá dando'su fruta lenta, paulatinamente,pero también implacablemente. Hasta aquí hemos visto lo que se hace en esta singular campaña. Pero no es sólo esto lo que puede hacerse en este aspecto; hay mucho más por hacer. C/ Si la sociedad luch'a por conseguir una clase obrera culta, para librarla del embrutecimiento en que la sume la ignorancia/esto plantea un nuevo grave problema:, el de la educación del empresario, pues es necesario que la clase dirigente se halle preparada para cumplir su misión al ir absorbiendo las nuevas promociones obreras. La clase dirigente laboral, personificada en el empresario o director de empresa,tiene más responsabilidad que elasalariado, aun cuando ambos —empresarios y productores— puedan considerarse trabajadores. El empresario cumple, fundamentalmente,tres funciones económicosociales: 1) Obtención de beneficios para su propio mantenimiento y el de su familia. 2) Producción o distribución de riqueza para la sociedad. 3) Dar trabajo a sus obreros y empleados Para cumplir la primera función señalada, el empresario precisa tener los conocimientos propios de su negocio. Para la segunda, bastan las leyes económicas naturales, reguladas por las. leyes del Estado. En lo que respecta al cumplimiento de la tercera función, es una cuestión más compleja. Bajo la dependencia del empresario viven un número de personas que constituyen su núcleo familiar. Su influencia sobre sus asalariados la ejerce o bien directamente o a través de escalones jerárquicos, según el volumen de la empresa. cato liéis mo Es un hecho dignó de glosa el movimiento de renovación que está desarrollándose -con mas eficacia que espectacülaridad- en el seno de nuestro catolicismo,adaptando a tono español, universales consignas pontificias. A - la normal acción de la Iglesia, como administra-, dora de las gracias sacramentales y predicadora del Evangelio, han venido a sumarse diversos esfuerzos y tentativas plenas de un sincero anhelo de superación. Desde el «Opus Dei» a los nuevos institutos religiosos femeninos', que no visten toca, del pintoresco intento «de colores» a los ejercicios espirituales para matrimonios, de la revolucionaria labor de Obispos y sacerdotes con motocicleta £n zonas mineras y suburbios, a la enseñanza de catecismo por las C. Marianas en barrios extremos, de los nuevos servicios de educación y asistenciaies, a la innegable labor varia de la Acción Católica y de la atrayente versión del cristianismo que nos dá la revista «El Ciervo» hasta el realismo literario de «Un cura se confiesa», hay infinidad de muestras de esta orientación que nos complacemos en Señalar. Voz de Malgrat. 1/10/1957. Pàgina 4 se Así, el empresario se constituye en dirige» te de masas por un sistema orgánico Y es aquí donde radica sumayor responsabilidad social. A partir de este hecho, el empresario entra a formar parte de una clase dirigente. En toda organización humana es necesario y natural que hayan dirigentes y dirigidos, pues de no ser así dejaría de serorganización paradecaeren anarquía. Pero para que exista armonía entre éstas dos partes extremas y también las intermedias, ya que alfiny al cabo todos los puestos en la vida están en un intermedio, y formen así una unidad, es decir, una verdadera organización, es necesario que la jerarquía emane también de un orden natural. Así pues, a toda persona que deba ocupar un puesto de mando en esta gradación de la jerarquía en una empresa, a un dirigente, sé le debería de exigir más de lo que se exige a sus subordinados. Para el buen cumplimiento de la tercera función del empresario, debería exigirse al dirigente un grado fundamental de conocimientos de humanismo, pues de otra forma no puede conseguirse el orden, jerárquico natural y, por ende, la disciplina necesaria, en toda entidad. Y cuantos más éxitos se vayan logrando en la educación del obrero, más se acentuará la inarrnonía entre los factores humanos de la producción, en tanto no se tomen las oportunas medidas conducentes, a suprimir el orden jerárquico antinatural o mixtificado. Esto es lo que queda por hacer. P. ESCUDERO renueva Tan diversa labor apostólica coincide generalmente en un mismo denominador común: en el rehuir esta anacrónica religiosidad, que con, rutinas, beaterías, libros de santos con tapas negras y exhibicionismos hueros de contenido nos iban llevando por la pendiente hacía una fé superficial, de carpintería, capaz de venirse abajo al soplo del menor contratiempo. Saludamos alborozadamente toda esta revalorización y actualización de la religión de Cristo, como católicos, como españoles y como falangistas. Que no en vano desde hace varios años, en los campamentos juveniles, con botas claveteadas, pantalón corto y camisa azul, una nueva generación ha estado aprendiendo y asimilando una piedad honda, viril y alegre, como base previa de la indeclinable revolución social y política. Y mientras tanto pensamos que José Antonio, católico y ejercitante.-como nuestro Caudillo-también habría exultado de gozo, ante esta interesante coyuntura. El, que también había proclamado la santa violencia necesaria, que debíamos ser la mitad monjes y mitad soldados, y