“Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con

Transcripción

“Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con
Església Bíblica d'Olot
“Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos?"
Jeremías 12:5
Estas son unas palabras muy duras dadas por Dios al profeta Jeremías. Este habitaba en medio de un pueblo que había
abandonado a Dios. El incumplimiento de la ley, el desorden , la idolatría, impiedad y muchos otros pecados estaban
alrededor suyo y eran el orden del día. Su misión no era fácil.
Debía de mantener su comunión con Dios y al mismo tiempo traer Palabras de Jehová a un pueblo que creía que tenía a
Dios de su lado, pero era su enemigo. Seguro que mantener siempre el mismo estado de ánimo, siempre la misma
disposición, la misma alegría y ritmo debía de minar el carácter de este buen hombre. Cansado de mantener tal ritmo
presenta su queja ante Dios, y El revela la fragilidad del corazón humano. “¿Te cansas con los que corren de pie?;
pues espera a cuando tengas que correr con los caballos”. Los que corren a pie son los hombres
contemporáneos y los caballos tipifican el juicio que iba a venir de parte de Babilonia. Y es interesante observar que el
hombre moderno intenta ir al ritmo de los caballos, cuando ni siquiera puede aguantar con los de a pie. Vivimos en una
sociedad donde el éxito es de microondas. Lo pones dentro, colocas la manecilla al 3, aprietas el botón y en pocos
minutos listo para comer. No todo es tan fácil . Hemos llegado a creer que podemos meter las manos en la chistera y
sacar nuestros sueños como realidades palpables. A penas sabemos correr y queremos contender con los caballos. Es
como aquel que escucha una pieza de música y dice “me gustaría saber tocar como él” y no sabe que
antes de llegar a la cumbre se han de andar muchos kilómetros. Pensamos que podemos llegar a la cumbre con traje y
corbata, transportados por un helicóptero y decir al resto de la expedición, “¡que bueno es estar aquí!”
Algunos solo piensan en correr con los caballos, y a medida que pasa el tiempo, a medida que los sueños se
desvanecen, se dan cuenta que ni tan siquiera han iniciado la carrera. Querían llegar pero jamás dieron el primer paso.
Lo mismo ocurre en la vida cristiana. No llegamos a la madurez por medio del microondas. Hay que añadir a
“nuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento...” No compramos madurez en cajas de tres. La adquirimos por
pequeños pasos de fe. Empezamos a andar con el Señor, día a día, y con el tiempo, con mucho tiempo, vemos lo
recorrido. Y si el Señor quiere “correré entre caballos, si primero aprendo a ir con los de pie”. Si quieres
vivir la vida cristiana con éxito, empieza a hacerlo. Si nunca sales, jamás llegarás.
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Generado: 22 December, 2016, 23:10

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