Flamenco de - Casa Patas
Transcripción
Flamenco de - Casa Patas
unverano 1 ■ Ya han salido, rubicundos y enrojecidos, los turistas. Son las 12 de la noche, es la hora del flamenco puro y profundo. Toca ‘el Habichuela’ Flamenco de el tablao clásico madrileño, casa patas, abre cada jueves sus puertas al flamenco más puro, lejos del tipismo turístico. así son sus veladas. • Texto: Joaquín Vidal • Fotos: Martín Guerrero 68 interviu.es 28/6/2010 pellizco Cante en la barra La fiesta en Casa Patas se alarga tras la actuación de una noche de ‘pellizco flamenco’. En esta ocasión fue ‘el Portugués’ quien dio rienda suelta a su arte al final de una velada de flamenco intenso. N o parece gran cosa, así visto. Un tipo enjuto, con la camisa por fuera, con gafas anticuadas de montura metálica, mirada huidiza y andar vacilante. Claro, que otra cosa es ver a este tipo, Pepe Carmona, el Habichuela para el siglo, con una guitarra. Ni siquiera en un escenario, porque el hombre arranca la noche sobre las tablas hablando tan quedo que no se le oye. No es cosa de ponerse de pie y gritar: “¡Que no se oye!”. Un respeto. El escenario es el tablao de Casa Patas, uno de los últimos santuarios del flamenco, esa rareza tan fácilmente adulterable para turistas. Casi nada, este señor enjuto con una guitarra en las manos. Unas manos rapidísimas, un compás que proviene del arcano de un alma artista y gitana. Que enmudece al respetable del que solo sale algún “¡ole!” oportuno, en el compás, con claro acento gitano de la Ribera de Curtidores. No es lugar para extravagancias entre el público. Ya pasó la sesión de tarde, de la que salieron señores rubicundos enrojecidos y acalorados, público de general. Ya se ha comido, se ha bebido, se han calentado motores. Son las 12 de la noche y empieza uno de los más esperados Pellizcos flamencos que ha programado Casa Patas en este arranque de verano. Otro público llena la sala. Casi la mitad, la inabarcable familia de los Carmona, que también llaman los Habichuela por razones gitanas insondables. Los profanos guardan silencio. Se ennegrece el ambiente y el foco se instala sobre el Habichuela, que frunce el entrecejo incómodo. ¿Un tipo tímido? Puede ser, 3 Un santuario En el tablao madrileño se puede ver a grandes estrellas, que solo ocasionalmente actúan fuera de los teatros. Arriba, la bailaora Belén López. A la izquierda, Pepe ‘el Habichuela’ y la cantaora Tamara. 08/03/2010 28/6/2010 interviu.es 69 unverano 1 Maxi restaurante Rodríguez Josemi Carmona (a la izquierda), en Casa Patas. 3 pero nadie lo diría viéndole metido en el fragor de su concierto, mirando embelesado a la cantaora, una niña prodigiosa y guapa llamada Tamara, de Alicante. Su mujer, la señora Amparo, vigila desde un lado. Su hermano, Juan el Habichuela, patriarca, artista, sentado en el centro de la admiración de chavalería, pide “dos piedras” para la bebida y se relame viendo cómo centellean los dedos de acordes a cuerdas, de arriba a abajo, de su hermano Pepe. Llegarán los cajones, su hijo Josemi Carmona (de Ketama), Tamara se incorpora a la fiesta, gitanos guapos y delgados tocando. Un fin de fiesta estruendoso, el compás al máximo de sus revoluciones. Improvisación pura y sudores sobre las tablas. Acaba el concierto, se encienden las luces, gestos de fascinación entre los profanos, gestos de alegría entre los entendidos, satisfacción en la familia. La noche no ha hecho sino empezar. Quienes tenían más prisa pasaron bajo el cierre de la puerta sin agacharse, desde luego. Pero no pudieron volver ver a Pepe, otra vez un señor enjuto, sesentón, melena rizada, claros por la frente, camisa blanca suelta, zapatos negros brillantes. Ya las cervezas vuelan de un lado a otro, ya se hacen los corrillos, ya alguno se anima con las palmas. El artista saluda a la afición, se mueve despacioso, calmo, con suavidad. ¿Dónde está ese nervio que movía cuerdas de guitarra? Ese nervio, la chispa, está en la conversación. La fiesta se desparrama por Casa Patas, en una suerte de tercer tiempo del partido, de cuarto tercio de los toros. Cuando los flamencos, en familia, de manera íntima, derraman esencias de arte puro. Estas cosas pasan en el veterano tablao flamenco del centro de Madrid. Los Pellizcos flamencos son una iniciativa para volver a llevar a aquellas tablas a figuras que “solo van a teatros, que ya no se prodigan en tablaos. Menos el nuestro”, asegura Isabel Guerrero, directora artística del asunto. Una ocasión para recuperar esencias, durante todo el mes de julio. ■ • ℹ casapatas.com ■ La fiesta se desparrama, el tercer tiempo de un partido, el cuarto tercio de la lidia 70 interviu.es 28/6/2010 Psicosocorrismo Bon Jovi, en el Asador ■ De azul y negro. Ese fue el terno, propio de estrellas del rock, con que apareció por el Asador Donostiarra de Madrid Bon Jovi. Habían venido a España para tocar en el gran festival Rock in Rio, que se ha celebrado en Arganda hace unas semanas. La buena música no está reñida con darse un homenaje. Algún asesoramiento deben tener, cuando aparecieron por el conocido asador de la calle Infanta Mercedes. Quien piense que aquel es coto vedado de futbolistas y el mundo futbolero ya puede ver que está equivocado. Los rockeros se hicieron la correspondiente foto para la impresionante colección de rostros conocidos que han pasado por este restaurante. ¿Y qué buscaban? Lo que todos: jamón y buena carne. Al final, foto de familia con el personal. • ℹ asadordonostiarra.com homenaje 25 años de premios en Córdoba ■ La gala del 25 aniversario de los premios Cordobeses del Año, que organiza Diario Córdoba, fue un homenaje a los dos centenares de personalidades y entidades que a lo largo de este cuarto de siglo han recibido el galardón. Así lo destacaron, entre otros, la consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía, Mar Moreno, y directivos de Grupo Zeta. Este año los premiados fueron el Grupo Pérez Barquero, el Instituto de Oftalmología La Arruzafa, la Cooperativa del Valle de los Pedroches (Covap), el nadador Rafael Muñoz, la profesora Isabel Cañero, el pintor Antonio Bujalance, la academia Zalima, la Brigada Guzmán el Bueno X y el Hospital Universitario Reina Sofía. La delicada situación de la economía española está afectando a las zonas de veraneo. Gran parte de los usuarios de nuestras playas llegan abatidos, desalentados, al borde de la depresión… W es jefe del equipo de psicosocorristas, una novedosa unidad de salvamento mental que ha empezado a funcionar experimentalmente en el litoral levantino. —¿Tan difícil nos resulta a los españoles relajarnos en plena crisis? —Ya ve. Muchos tienen tanto miedo a quedarse parados que van de aquí para allá dando tumbos por la arena. Y encima, ni se atreven a echar siesta. —¿Y eso? —Temen quedarse dormidos mirando al mar por si, en sueños, les asalta Zapatero con las tijeras de podar. —¿Qué dolencias son más comunes en el arenal? —Hay bastantes de tipo cutáneo. A más de uno le salen ronchas leyendo el periódico o al escuchar el transistor. Pero lo que más duele es el bolsillo. —¿Cómo dice? —Sí. Muchos meten la mano, empiezan a rascar, a rascar… Y, claro, acaban con inflamación de la zona genital. —¿Cree usted que la gente empieza ya a estar harta? —¡Hasta las varices! Y, claro, con este calor son tan molestas… —¿Quema más el sol o la política? —La política, sin duda. ¿Por qué piensa que muchos bañistas descargan la agresividad con sus suegros? Porque son familia. Y encima, política. —¿En qué consiste el psicosocorrismo? —Tratamos, a través del pensamiento positivo, de que el usuario de la playa disminuya sus niveles de ansiedad. Maxi Rodríguez Guionista, actor y autor teatral. Ha recibido el premio Ondas por su trabajo en 7 vidas y el Espiga de Oro, Soto Torres, Marqués de Bradomín y Jovellanos de teatro. También ha dirigido el espectáculo del Centro Dramático Nacional A bocados. —¿Podría ponerme un ejemplo? —Aprovecha que estás hundido para iniciarte en algún deporte náutico. Si no tienes un euro y estás a dos velas, pues úsalas, coño, ¡navega! —¿No utilizan ningún tipo de tratamiento físico? —Sí. A varios padres de familia les enseñamos a combatir el endeudamiento realizando estiramientos. —¿Cómo? —Pues con billetes de diez euros. Mira, agarras por los dos lados y tiras, tiras… pero con cuidado, eh, que muchos acaban rompiendo. —¿Hay miedo a consumir? —Por supuesto. Es muy duro ver como un tipo llega aterrorizado al chiringuito, escudriña la pizarra y gimotea:“¡Dios mío! ¿Invertiré en rabas?”. —¿Ha llegado a producirse alguna escena de pánico? —Cuando los bañistas divisan algún pez gordo saliendo del mar, se echan a temblar. Un tiburón siempre acojona. Y si es financiero, más. —¿Qué características debe reunir un buen psicosocorrista? —Somos 33 efectivos (bueno, unos más que otros) y hay de todo. Desde un ATS orientalista hasta un albañil especialista en terapia cognitiva. Lo fundamental es tener morro, empatía y gafas de bucear. —¿Tienen mucho trabajo? —Uf. Es un no parar. Tan pronto estás quitándole la paleta al becario que, extenuado, ha decidido enterrarse en la arena, como tratando de disuadir al pequeño empresario que, harto de tanto ninguneo, se ha lanzado a pedir créditos en los bancos de madera que bordean el paseo. —¿Qué asistencias son más habituales? —Lo normal es el clásico contribuyente que llega asfixiado y le tienes que prestar el tubo de respirar. En la terracita también abundan los que se ahogan en un vaso de agua. Y al que no debes quitarle ojo es al pesimista recalcitrante que se pasa horas y horas sacudiendo la toalla. —¿Por qué? —Porque como la tire, se jodió. ¿Me explico? Si tira la toalla, no hay nada que hacer. —¿Alguna falsa alarma? —Sí, hombre. Siempre está la típica ‘ex de un ex de cuñada de vecino de algún rejoneador’ que grita: “¡Sálvame, sálvame!”. Y cuando estás cerca, se saca un pezón susurrando: “¿Ha venido Jorge Javier? ¿Me lleváis al plató?”. —¿Cree que en vacaciones corremos riesgos innecesarios? —Totalmente. Yo he visto con mis propios ojos como la gente se va arrugando a consecuencia de la sobreexposición. —¿Al sol? —No, a los telediarios. —¿Perdón? —Si no te proteges de los rayos ultras que emite algún canal, sufres visión defectuosa, dolores de cabeza y acabas fatal. —¿Qué tipo de bañista es su predilecto? —Nos encanta la tercera edad. Se instalan con su neverita, porque ya llegan con la pensión congelada, y se tiran la tarde de canción en canción. La alegría de Benidorm. —¿Qué consejo le daría a alguien que esté a punto de iniciar su veraneo? —Que aprenda a motivarse, a ser comprensivo y generoso. No es tan malo comerse los mocos ni tener que compartir la esterilla. Y a veces, chupar el mismo helado que tu cuñado puede cambiarte la vida. 28/6/2010 interviu.es 71