1 Entrevista con la Dra. Sonia V. Rose, Directora del Instituto

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1 Entrevista con la Dra. Sonia V. Rose, Directora del Instituto
Entrevista con la Dra. Sonia V. Rose, Directora del Instituto Pluridisciplinario para
los Estudios sobre las Américas de Toulouse - IPEAT/ Universidad de ToulouseJean Jaurès; Encargada de las relaciones entre América Latina y la Comunidad de
Universidades y Establecimientos- (COMUE) Universidad de Toulouse, Francia.
Lugar: Toulouse, Francia
23 de octubre 2013
Entrevistadora: Dra. Sylvie Didou Aupetit1, Departamento de Investigaciones Educativas,
DIE-CINVESTAV.
SD: ¿Cuál es el modelo de organización de los estudios sobre América Latina en su
Universidad?
SVR: La Universidad de Toulouse-Jean Jaurès (ex Universidad de Toulouse 2- Le Mirail)
es, -junto con Paris y Burdeos-, principalmente, uno de los centros universitarios que
tradicionalmente han producido investigación sobre España y América Latina en Francia.
La relación académica con América Latina es muy fuerte pero los especialistas están
adscritos a diferentes centros de investigación, por lo que la estructura organizativa en lo
que al área concierne está bastante atomizada. Desde los 90, existieron en Francia dos
estructuras que produjeron de modo continuo conocimientos sobre América Latina: el
Grupo de Investigación sobre América Latina (GRAL, por sus siglas en francés) adscrito al
Instituto Pluridisciplinario para los Estudios sobre América Latina de Toulouse (IPEALT)
de la Universidad de Toulouse 2- Le Mirail y el Centro de Investigación y de
Documentación sobre América Latina (CREDAL, por las siglas en francés), adscrito al
Instituto de Altos Estudios sobre América Latina (IHEAL), de la Universidad de Paris IIISorbonne Nouvelle. Dichas estructuras contribuyeron a la formación de doctorandos que
se volvieron especialistas de la Región. En 1990, se inició la reforma del Centro Nacional
de Investigación Científica (CNRS) y, por cuestiones a la par externas e internas, grupos
de investigación como el GRAL se deshicieron (no así el CREDAL, que existe hasta la
actualidad, ahora bajo la denominación de Centro de Investigación y Documentación
sobre las Américas (CREDA), debiendo sus integrantes adscribirse a nuevos equipos y
centros de investigación. En el caso de Toulouse, se encuentran especialistas sobre
América Latina en todas las disciplinas, adscriptos a los diferentes departamentos y
equipos o laboratorios de investigación que acoge la universidad. Por otra parte, es
menester reconocer que, aunque mucha gente sea reacia a hacerlo, las condiciones de
investigación y enseñanza han cambiado. El reto no es exclusivamente que los
investigadores participen de la enseñanza de alto nivel para la preparación de los
concursos de ingreso a la función pública, como la “Agrégation”. Actualmente, tenemos
numerosos estudiantes en Licenciatura, en Master y en formaciones profesionalizantes y
ellos requieren ser atendidos. Cuando fue creado el IPEALT, la idea central era generar
conocimientos y formar a doctores mientras la revista Caravelle difundía los
conocimientos producidos y articulaba grupos de expertos en ciertos temas. Ahora, la
situación ha cambiado, tanto en este sentido como en otros y el IPEALT modificó incluso
su denominación en IPEAT. Por ejemplo, ha sido creado el Instituto de las Américas
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Esa entrevista es producto de una estancia sabática realizada por Sylvie Didou Aupetit, con
motivo de la ocupación de la Cátedra de Estudios Mexicanos IPEAT, Universidad de Toulouse,
septiembre-octubre 2013.
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(IDA), en París, una red cuyo objetivo es federar a las universidades dentro de las cuales
se trabaja sobre las Américas (por cierto, es parte del IDA el IPEAT). Dentro de este
esquema de ideas, el Comité de Administración del IPEALT, avalado por la universidad,
decidió ampliar el campo de trabajo del instituto a Estados Unidos y Canadá,
convirtiéndose así en el IPEAT. Se trata, pues, de un cambio de fondo con respecto a los
años 60, cuando, bajo la influencia del concepto de Tercer Mundo y de los fieldstudies, se
consideraba a América Latina como una región de estudio en sí misma.
Ahora bien, la convergencia de los especialistas de América Latina y de América del Norte
plantea problemas específicos en relación a los estudiantes (estudios previos, manejo
tanto del español como del inglés, perspectivas futuras, etc.), a las capacidades de
articulación interna, a las decisiones académicas de trabajar conjuntamente sobre objetos
de interés común, etc.: todos esos elementos deben ser tomados en cuenta en la
concepción de una estrategia a largo plazo para el instituto.
En la coyuntura actual, es preciso lanzar un proceso de reorganización funcional y
administrativa del IPEAT para consolidarlo y re-articularlo en red a los principales centros
en donde hay especialistas que, en varias disciplinas, producen conocimientos sobre
América Latina y sobre las Américas. La configuración institucional es compleja, pero
tenemos un Departamento que concentra a un número elevado de especialistas sobre
América Latina, el Departamento de Estudios Hispánicos y Latinoamericanos cuyos
profesores pertenecen a un equipo de investigación, el IRIEC y un laboratorio que es una
unidad mixta de investigación entre UT2J y el CNRS, llamada Francia Meridional-España
FRAMESPA (los especialistas de España Contemporánea pertenecen a un tercer
laboratorio, LLA). Hay, además, latinoamericanistas en otros departamentos y
laboratorios, entre ellos el laboratorio sobre las dinámicas rurales, el Centro de Estudios y
de Investigación sobre el Trabajo, la Organización y el Poder-CERTOP, el sobre
Geografía del medio ambiente-GEODE, el Laboratorio interdisciplinario solidaridades,
sociedades y territorios - LISST y el grupo Trabajos e investigaciones sobre las culturas,
los espacios y las sociedades -TRACES. Cabe mencionar que el LISST y FRAMESPA
han obtenido el “label” de laboratorio de Excelencia (LABEX), en un proyecto coordinado
por Michel Grosseti y Michel Bertrand. Por otra parte, los especialistas de América del
Norte se hallan esencialmente en el Departamento de Estudios Anglófonos (DEMA) y
pertenecen en su mayoría al equipo de investigación sobre Culturas Anglosajonas- CAS.
Tenemos además tres escuelas doctorales, TESC (tiempos, espacios, sociedades y
culturas) en historia, ALPHA (Artes, Literatura, Lenguas, Filosofía y Comunicación) y
CLESCO (comportamiento, lenguaje, educación, sociedad y cognición) en antropología y
sociología. El IPEAT es un espacio que agrupa a estudiantes en literatura y en
civilización, algunos de ellos muy buenos. Una de las cosas que sería importante hacer,
en relación a la investigación sobre América Latina, sería integrar un directorio de quiénes
trabajan sobre la región, independientemente de si son especialistas o si trabajan puntual
o independientemente de su adscripción precisa a una institución.
SD: ¿Cuáles son las principales características del proyecto de cooperación
internacional de su Universidad con América Latina?
SVR: Un reciente viaje oficial que realizaron las autoridades de las Universidades de
Toulouse-UT2J, de Paul Sabatier y de la COMUE Universidad de Toulouse, con motivo de
un evento convocado por la Asociación Universitaria de la Francofonía en Sao Paulo, nos
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permitió firmar una convención con la prestigiosa Universidad de Sao Paolo (USPI) y
confirmar la apertura de una oficina en la Universidad de Pernambuco, Recife. Y con
Argentina. Por mi parte, establecí diálogos con contrapartes en Chile y en Perú lo cual
nos permitió ajustar nuestra estrategia hacia la región. Es importante señalar que la
Universidad de Toulouse Le Mirail es parte de una estructura mayor, la de la COMUE
Universidad de Toulouse, en la cual participan tres universidades (Toulouse-Capitol, UT2J
y la Universidad Paul Sabatier) y unos 14 establecimiento más (por ejemplo, la Escuela de
Aeronáutica, la Toulouse Business School, entre muchas otras de gran talla y peso) y que
su política debe tomar en cuenta tanto sus prioridades propias como las del conjunto de la
COMUE.
Una de los aspectos que revela la experiencia en la cooperación con América Latina es
que, para que algún proyecto tenga oportunidad de funcionar, tiene que involucrar a las
personas interesadas de modo particular en él y tener anclajes institucionales concretos,
a nivel de los individuos o de los grupos de investigación. Firmar convenios es un proceso
pesado y largo, dado que las universidades tienen, para ello, que pasar por el Ministerio.
En este sentido, es de gran utilidad poseer instrumentos que nos permitan saber quién
hace qué, donde y con quienes en América Latina: por ejemplo, sé que en el Mirail hubo
un proyecto con la universidad de Santa Rosa de la Pampa, en Argentina que funcionó
muy bien hasta que las personas interesadas, por un motivo que desconozco, dejaron
Toulouse. Otro ejemplo es un proyecto de una colega del laboratorio sobre las dinámicas
rurales, relativo a los cambios en las sociedades rurales, con colegas de la Universidad
General Sarmiento, igualmente en Argentina, que funciona exitosamente. También con
México, nos hemos involucrado en varios proyectos, por ejemplo en historia con el
Colegio de Michoacán. En cambio, tenemos muy poca colaboración con otros países,
como Chile, Bolivia o Ecuador. De allí, que sea realmente crucial saber quién hace qué y
con quién, tanto para diversificar como para reforzar nuestra colaboración internacional.
Con ese mismo propósito, también es importante saber sacar provecho de oportunidades
que llegan casualmente. Una investigadora de Chihuahua, una química, muy reconocida
en su campo, presentó su candidatura a la Cátedra de estudios mexicanos. No conocía
previamente a ningún colega en Toulouse, pero se puso, antes de presentar su
candidatura, en contacto con investigadores del laboratorio GEODE, donde fue acogida.
Su estadía desarrolló con mucha fluidez y ella entabló lazos durables con el laboratorio de
recepción, al punto de que actualmente una estudiante que había hecho su Master en el
IPEAT y redactado su proyecto de doctorado supervisada por investigadores de GEODE
se encuentra haciendo un doctorado con ella en Chihuahua
Ahora bien, creo que una de las cuestiones que tenemos que plantearnos es la de los
criterios de selección de nuestras contrapartes. Es importante tener instituciones con buen
nivel académico, evidentemente, pero este aspecto no basta en sí mismo para que se
instale una buena colaboración; lo importante es que dichas instituciones alberguen
grupos que realmente funjan como contrapartes nuestras, y con quienes compartamos
temáticas de interés compartido. También es importante que los establecimientos
funcionen y no estén paralizados por cuestiones burocráticas muy pesadas, que implican
atrasos en la toma de decisiones vinculadas con la cooperación internacional. Para mí, la
cuestión es: ¿tenemos colegas que ya han entablado relaciones en los lugares con los
que queremos desarrollar una cooperación? ¿Tenemos interlocutores, ubicados en los
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equipos de investigación de universidades o en institutos de investigación, en los
ministerios y en las embajadas de Francia? ¿Cuál es la red en el extranjero de personas
que han hecho estudios o sido investigador o profesor invitado en Toulouse y que ahora,
o bien desempeñan puestos en las instancias diplomáticas francesas o bien han sido
reclutados en instituciones latino-americanas, como investigadores o expertos? Los
tenemos en Argentina, Perú, Colombia y, evidentemente, en México. Hay que apoyarse
en ellos.
Otra prioridad que hay que incluir en nuestro proyecto de internacionalización concierne la
atracción de estudiantes extranjeros que vienen becados a la Universidad, ya sea a nivel
de Doctorado o de Master. Uno de los problemas que habría que resolver concierne cómo
y donde alojarlos, porque, aunque vengan becados, nosotros tenemos que demostrar que
tenemos interés en ellos y ayudarlos a resolver un problema serio en la ciudad, que es el
de la vivienda para estudiantes.
Finalmente, uno de nuestros proyectos faro, en el marco de la COMUE, es la decisión de
abrir una oficina de representación en Recife, Pernambuco, Brasil. La Universidad de
Pernambuco invitará por dos años un profesor visitante, procedente de algunas de las
instituciones de la COMUE.
SD: ¿Podría hablarnos de la historia de la Cátedra México en la Universidad de
Toulouse?
SVR: La Cátedra de estudios mexicanos fue abierta en 2000 cuando Romain Gaignard
era presidente de la Universidad de Toulouse Le Mirail. Se trata de una dotación de doce
meses de profesor invitado, en el nivel de Catedrático y nos ha permitido instalar un flujo
continuo de académicos mexicanos o, más bien; mexicanistas, que vienen a Toulouse
para enseñar, dar conferencias y consolidar investigaciones colaborativas con sus
colegas de Toulouse. La existencia de esa Cátedra hace que la circulación de profesoresinvestigadores entre Toulouse y varias instituciones y centros de investigación en México
sea continua y de mayor intensidad que la que existe con los demás países de América
Latina. Gracias a la Catedra, Toulouse tiene una red muy diversificada, tanto
geográficamente como desde el punto de vista de las disciplinas, con México. Se trata de
una red de cooperación mucho más amplia que aquellas que han podido ser instauradas
con otros países de la región, porque, si bien cada Departamento en la Universidad tiene
una dotación equivalente a entre dos y seis meses de salario por profesor invitado, la
Catedra, al ser regional, tienen una especificidad que las otras no tienen; del mismo
modo, el procedimiento de selección se hace a través de una comisión ad hoc. Podríamos
decir que la cooperación con México camina sola en Toulouse. Es importante señalar
además la existencia de una estructura bilateral, cuya función esencial es la cooperación
académica entre ambos países, la Casa Universitaria Franco-Mexicana (Maison
Universitaire Franco-Mexicaine), que depende de la Secretaria de Educación Pública
(SEP) en México y del Ministerio de la Educación Nacional y de la Educación Superior
(Ministère de l’Education nationale et de l’Enseignement Supérieur) en Francia así como,
administrativamente, de la COMUE Universidad de Toulouse.
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