La letra, las letras

Transcripción

La letra, las letras
Sección monografías
* La letra, las letras
•• Laura Palacios de Goldstein
El porvenir es tan irrevocable
Como el rigido ayer. No hay una cosa
Que no sea una letra silencioso
De la eterna escritura indescifrable
Cuyo libro es el tiempo. Quien se alejo
Jorge Luis Borges:
Paro una versión del I Ching
(fragmento)
Instancia
Hacia noviembre de 1991, la Galería Van Riel de Buenos Aires expuso
los cuadros de quien elige firmar KIRIN. La muestra estaba acompañada de un catálogo con un texto del pintor. El golpe estético de esa
obra llamó poderosamente mi atención: extensas telas, planicies, atmósferas que parecían labradas con mínimas ¿letras? Él las llama
"escritura misteriosa - garabatos - defectuosos pájaros negros arañas de grafito - moscas en llamas en el momento del amor prendiendo fuego a los lugares donde se posan - signos - fragmentos .:"
En el último párrafo escribe: "Un solo punto existe en el cual la escritura se toca con la imagen, y es allí donde el ojo inicia el viaje".
¿Cómo signar estos productos? "Nunca me detuve a medirlos, con-
* Presentada en el seminario "Significante y letra en psicoanálisis". Profesor: Dr.
Carlos Basch, Colaboradores: Dr. Osear Paulucci; Lic. Sarita Polonsky. Profesora
invitada: Dra. Isabel Dujovne, Julio de 1992.
** Dirección: Eugenio Ramírez 3256, (1417) Capital Federal, R. Argentina.
KIRIN: "Alquimia del Aire" (N' 85). 200 x 135 cm. Acrílico. 1991.
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tarlos o compararlos -dice-. No me he puesto a estudiarlos, dejo esa
tarea a quien pueda interesarle."
A mí puede interesarme.
No intentaré ensayar más nombres, ni siquiera metáforas. No deseo
descifrar su bien cerrado enigma; sólo entreabrir algunos surcos para
seguir pensando. Advierto que si existiera ese único punto de tocamiento entre letra e imagen, ese punto estaría siendo atravesado por
esta escritura torrencial, a cuyo artífice "acosa como una maldición",
y que se instaló en su vida exigiéndole "una entrega absoluta" ...
¿Instancia de la letra? Instar significa suplicar o urgir con ahínco
la pronta ejecución de algo: deriva de instante (latín: instans), "lo
presente, aquello en que estamos" *. En un puro litoral, KIRIN, instado
por formas que nada dicen pero que dicen de una nada, está interrogando a una LETRA.
Letra = ombligo, micelio donde el deseo (s)urge.
Borges dice que escribir es el arte de dar asombro, "que el lector sienta
que está en un mundo muy extraño, que él mismo es muy extraño, que
el hecho de vivir es rarísimo, que el hecho de que haya tres dimensiones
es raro, que el fuego y el tiempo son rarísimos. Si un poeta consigue
eso, ha conseguido todo". **
Quisiera partir del grado cero de una (imposible) inocencia, desde la
cual nos detuviéramos a pensar en todo lo extrañas que son las letras.
Que no son sonidos, ni dibujos, ni siquiera silencios, porque el silencio,
invisible, es incapaz de dejar huellas. No son fonemas y tampoco
sabemos si serán palabras, ya que la palabra no es el único resultado
hacia el que apunta una letra. Toda letra parece disponerse a decir
algo, y, si bien no es materia inerte, no dice. No dice nada.
¿Qué se necesita para que haya letra? Una superficie que la reciba
y una mano en movimiento que se disponga a trazarla; a menudo
también un instrumento para labrar. Esa letra, antes de alcanzar su
valor simbólico, fue trazo, huella, cincel abriendo y horadando en la
resistente pared. Nuestras letras, formas privadas de sentido, tomaron
su origen en el alfabeto fenicio. Roland Barthes dice que esa letra se
graba, se arranca con el punzón y el arte que le sirve de referencia y
origen no es la pintura, sino la glíptica. ***
¿En qué ciego y mítico momento' una mano halló cierta piedra más
tersa que las otras, recogió allí mismo otra piedra punzante y talló la
primera marca?
* Joan
Corominas, Diccionario etimológico de la lenguo costeUaná, Gredos, Madrid.
1987. La Lic. Mónica Toscano de Alberini me hizo reparar en est,a etimología.
** Jorge Luis Borges y otros: Del escrito. Letra Viva, Buenos Aires.
*** Arte de tallar en piedra fina.
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La mano, siguiendo oscuros dictados, apretó, insistió, arañó en la
roca. Un polvo opaco -casi ceniza- se perdió para siempre ... se lo llevó
el viento. A partir de ese inevitable desprendimiento, una idea (tal vez
una verdad) halló en la concavidad visos de certificación y permanencia.
Algo del autor acababa de librar una batalla contra lo fugaz del tiempo.
Su pensamiento se detuvo y cavó en la letra, que indudablemente lo
sobrevivió. Esa traza, seguida de otras y otras, configuró un movimiento, una pulsación y un esfuerzo por encallar: ése fue y es aún su
trabiYo.
Para la etimología, "trabajo" proviene de esfuerzo y sufrimiento ...
¿acaso no se dice que la letra con sangre entra? ¿Cuál es el dolor de
la letra? Ser cicatriz, borde que no cierra. La sangre asoma ... pero no
se derrama. Allí está la letra para impedirlo.
Pero ¿en qué momento el trazo deja de ser cuerpo? Si es ante todo
emancipación, línea que sale de un movimiento.
Cuerpo
"El trazo -todo trazo se inscribe sobre la hoja de papel- niega
al cuerpo importante, al cuerpo carnoso, al cuerpo humoral; el
trazo no da acceso ni a la piel ni a las mucosas; se dice el cuerpo
en tanto que el cuerpo araña, roza (podríamos decir cosquillea);
gracias al trazo, el arte se desplaza; su hogar no es el objeto del
deseo (solidificado en mármol), sino el sujeto del deseo: el trazo,
por leve, ligero o incierto que sea, remite siempre a una fuerza,
a una dirección; es un energón, un trabajo, que permite leer la
huella de su pulsión y su desgaste. El trazo es una acción visible."
R. Barthes.·
Tal vez sea evitable, pero en psicoanálisis la idea de letra insiste en
remitir al cuerpo. Así parece suceder a Freud cuando la implica en la
noción de ombligo. En el "Sueño de la inyección de Irma", Freud (en
el momento de postular al sueño como la realización de un deseo) se
refiere a lo Unerkannt = lo No reconocido. Allí tatuadas en una
.araanta es donde el ya angustiado soñante avisora letras; letras
escritas en gruesos caracteres. Una boca (bien abierta, aclara) tiene
la deferencia de contarle "más cosas que Irma". ¿Qué cosas le dice ese
cuerpo dolido?
En inmediata nota al pie de página algo parece aclararse... "Todo
sueño tiene por lo menos un lugar en el cual es insondable, un ombli¡o
• Barthes,
Roland. Lo obvio y lo obtuso. Paidós, Barcelona,
1986.
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(ein Nabel) por el que se conecta con lo no conocido".* Esta pequeña
y enigmática llamada instaura un lugar en la teoría desde donde empezar a pensar aquello que es furtivo al reconocimiento y a la representación, aquello que no ingresa en el campo de la palabra. ''Punto
de detención, amarre y repetición, de la construcción y del cifraje del
sueño, el ombligo --el lugar por el que se (a)sienta lo no reconocidofunciona como un límite ... Ni frontera ni final. Algo se cierra --el lugar
de su causa, ese algo que en el campo de la palabra no puede decirse
en ningún caso- para que algo se abra --el trabajo del sueño, el acto
de escribir, que conduce al texto del sueño: aquello que nos es dado
como una escritura". **
En su "Respuesta a una pregunta de Marcel Ritter", Lacan nos
recuerda que el ombligo, ese orificio que se ha anudado (y aquí usa el
término bouclé), no es otra cosa que cicatriz, marca y estigma. "Nudo
corporal", le dice; nudo que resulta estrictamente puntuable. E insiste
en que el ombligo del sueño es el puesto más cercano a lo no-reconocido;
un lugar donde lo Simbólico se detiene. Se supone que en ese particular
punto algo del proceso condensador fracasó, ya que permanece unido
al contenido manifiesto por un único elemento, un solo hilo. La red
estaría fallada.
Lacan se pregunta si en ese Unerkannt -señalado por una madeja
de pensamientos- no podría localizarse un real no simbolizado. Allí
la trama del sueño se detiene, no logra avanzar. La pulsión se opacifica,
ya que lo Real es un "punto de opacidad" infranqueable, imposible de
trasponer.
Pero tal ombligo, para Freud, no es ajeno al deseo. Es en ese lugar
más espeso donde el deseo se eleva como un hongo. ***
Pocas líneas atrás hablaba de trabajo. Veamos cuál es el esfuerzo, el
trabajo del sueño. El trabajo del sueño es transformar, componer cifras.
Pero la cifra, ajena de por sí al propósito de ser comprendida, no deja
de hacer alusiones -Anspielung- a un material no representable, no
reconocido; éste, a su vez, insta por hacerse un lugar y quedar escrito.
Entre el material sin capacidad de representación y la pura cifra se
• Freud, Sigmund: La interpretación de los sueños. Obras Completas. Amorrortu,
Buenos Aires, 1984.
** Cosentino, Juan Carlos: El ombligo del sueño, una letra freudiano .
•** Observo que el hongo no deja de evocar la idea de linde y frontera ... ¿Podríamos
afirmar sin vacilación que el hongo es un vegetal? El más elemental de los manuales
de biología nos informa que los hongos ocupan un lugar muy límite ("de transición")
en la amplia escala botánica. Si nos ponemos estrictos, es el segundo entre los organismos celulares. La sucesión indica: bacterias
~ algas ~ hongos. No tienen
clorofila, no procesan su propio alimento, se nutren de otras materias orgánicas. Su
reproducción es asexual y no dan flores.
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tiende (se ex-tiende) el texto del sueño. Pero "Hay en el trabajo del
sueño un efecto de escritura: Nabel es letra, una letra freudiana ... El
ombligo -der Nabel- es una letra, una verdad vacía que ya no habla
de nada: dibujando el borde de un agujero en el saber ... N hace agujero,
es nudo y allí se (a)sienta otra letra. * En otro lugar, Juan Carlos
Cosentino sigue: "El litoral vira a lo literal: el ombligo es letra. En lo
singular de esa letra -letra que hace falta en Freud-, efecto de lo
imposible de reconocer, se traza la barra de la Urverdrangung" **
(represión primaria). Ocurre que lo reprimido primario pone en juego
una imposibilidad, algo que no puede decirse ni siquiera escribirse; y
esto, para Lacan, "no deja de no escribirse".
Ahora tal vez seamos capaces de echar un haz de luz sobre el aforismo
que pone premisas de sangre para la entrada de la letra. Sucede que
ella está "en souffrance", y en sí misma se coagula una malograda
intención. El significante desliza, la letra encalla y clama.
No puedo dejar de advertir que toda letra pulsa hacia un "más allá".
Hay en ella una tensión por superar su existencia gráfica y alcanzar
otros valores, implicarse en secuencias y ser el punto de avance de
alguna asociación o sentido. Sin embargo es el alfabeto quien la ubica
en su puro valor simbólico. ''Tan grande es el valor del alfabeto que
reinstala a la letra en una especie de estado natural que le es propio.
Pues la letra, sola, es inocente: la culpa, las culpas empiezan cuando
las letras se alinean para formar palabras". ***
Espejo
Creo que hay dos acciones referidas al escribir que merecen deslindarse: Cavar un trazo en la piedra -o la pared- implica la operación
de sacar, lesionar, rasguñar: hacer una mordedura en la materia. Hay
sustracción. Escribir con un lápiz -carbonilla, tinta- sobre una
superficie compromete la acción de poner, depositar, cubrir, posar.
Habría adición.
Quien hace mella, aquel que graba una marca en la pared, está
ahondando en ella, está surcando una concavidad, palabra que deriva
de cavus, hueco. La marca allí estampada alteró la materia donde se
*Cosentino, Juan Carlos: Ibid .
•• Cosentino, Juan Carlos: Lo imposible de reconocer: la función del escrito, en Suplemento de las notas N 1. E. F. B. A., 1980.
*** Barthes, Roland: Op. cit.
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asentó. Alteración proviene de alter, otro. Si seguimos pensando llegamos a notar que concavidad (que es lo contrario de relieve) necesita
como sustento una superficie que se deje horadar, y ésta no podrá ser
jamás una pátina reflexiva. Advierto que el espejo deberá empañarse;
sólo así la huella puede encallar ... La marca y el trazo escrito requieren
opacidad (y aun cuando se escriba sobre el espejo, el dibujo de esa letra
anulará algo de su refracción).
El trazo es marca: una instancia que se agota en sí misma. Es originaria, irreductible y no duplica nada. Al ser inscrita, rompe cierto
orden de simetría y mímesis con su ejecutor; ya que ella representa algo
bastante ajeno a su imagen especular. Así pensada, tal trazo es
alteridad, pero ¿qué clase de alteridad?
Debo haber tenido seis años cuando viví intensamente la amistad
imaginaria con una niña de mi misma edad más o menos. En la
vidriera del que entonces era mi cuarto y que daba a la calle de
Allende. Sobre uno de los primeros cristales de la ventana echaba
vaho y con el dedo dibujaba una "puerta". Por esa "puerta" salta
en la imaginación con gran alegría y urgencia. Atravesaba todo
el llano que se miraba, hasta llegar a una lechería que se llamaba
,.PINZON· ... Por la
de ·PINZON" entraba y boiabo impetuosamente al interior de la tierra, donde mi "amiga imaginaria" me
esperaba siempre. No recuerdo su imagen ni su color. Pero sí sé
que era alegre, se reta mucho, sin sonidos. Era ágil y bailaba como
si no tuviera peso alguno. Yo la seguta en todos sus movimientos
y le contaba, mientras ella bailaba, mis problemas secretos. ¿Cuáles? No recuerdo. Pero ella sabía por mi voz todas mis cosas.
·0·
Frida Kahlo*.
El reflejo induce al vacío, a la fascinación abismal. "Narciso vivirási
no persigue su imagen", presagi6 Tiresias. Me pregunto si al inclinarse
sobre las aguas, el inefable joven hubiera podido escribir con su índice ...
Si el líquido hubiera sido una pátina que ofreciera cierta resistencia,
sólo la suficiente para dejar allí un trazo, ¿sería el mismo Narciso? En
el agua no se puede escribir. Tal vez ese surco (que es lo contrario de
"magma") tenga una propiedad obturante, y como sutil red nos obligue
a quedar de un solo lado del espejo. "¿Quién podría decir 'Escribo para
no tener miedo'. ¿Quién podría escribir el miedo?", dice Barthes pero
pensando en Bataille.
* Tomado de Teoría del Cielo, de Arturo Carrera y Teresa Arij6n. Planeta, Buenos
Aires, 1992.
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Anudamientos
"La historia del escrito va de la apariencia de la imagen al trazo·.
Isidoro Vegh.*
En Lituraterre Lacan dice que la pintura demuestra su matrimonio
con la letra, justamente en el terreno de la caligrafia. También Borges
coincide con esta afirmación, y agrega que la caligrafia (de cali = bello)
es un hecho fundamentalmente estético. Esta premisa ha sido olvidada
con el uso de la imprenta.
Pero es en Oriente -civilización ideográfica- donde este aserto cobra
su verdadera dimensión; allí los trazos se sitúan entre la escritura y
la pintura.
En una clase del Seminario 3 (10/1/62) Lacan se dispone a revisar
la atadura del lenguaje con lo real. Ahí dice: ..."todo lo que es del orden
de la escritura, hablando con propiedad, y no simplemente del dibujo,
es algo que comienza siempre con el uso combinado de esos dibujos
simplificados, abreviados, de esos dibujos borrados que se denominan
-diversa e impropiamente- ideogramas". Y concluye diciendo que el
trazo es lo más destruido y borrado de un objeto. Pero como el trazo
surge y proviene del objeto, es lógico que retenga alguna de sus propiedades. ¿Qué conserva? Su unicidad.
Si bien el ideograma aparece muy cercano a la imagen, rápidamente
se desentiende de ella. Sus componentes parten de un patrón que en
su esencia es figurativo, pero "es un figurativo borrado; larguemos el
término que nos viene forzosamente al espíritu: reprimido, incluso
rechazado. Lo que queda es algo del orden de este rasgo unario en
tanto funciona como distintivo y puede, para la ocasión, jugar el rol de
marca". **
Cuando una imagen se hace Nada de sentido, deviene letra, y ésta
se descifra. No sucede lo mismo con el significante. El significante hace
cadena, desliza, remite a otro significante.
* Vegh, Isidoro: Del escrito, Letra Viva, Buenos Aires, 1982.
** Lacan, J.: Seminario 9, Escuela Freudiana de Buenos Aires.
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Sección monograftas
Si empiezo a tirar del ovillo iba a salir una
hebra de lana, metros de lana, lanada, lanagnórisis, lana túrner, lanapura, lanatomía, lanata, lanatalidad, lanaturalidad, la
lana hasta la náusea pero nunca el ovillo.
Julio Cortázar*
¿Por qué el psicoanálisis interroga en los arcanos de la escritura?
Nos interesa esta lógica que se eslabona: Pintura ~ Pictografia ~
Fonografia, porque la retórica del Inconsciente se apoya en una lengua
que es rebus, escrito entrelazado con lo dicho. Así lo indica Freud en
el capítulo VI de la Traumdeutung: "el contenido del sueño está dado
como una escritura en imágenes (Bilderschrift), cuyos signos deben ser
transferidos uno por uno a la lengua de los pensamientos del sueño".
Veamos cómo se articula la fonografia.
Imaginemos las etapas primitivas de cierta escritura; allí hay un
ideograma (Wu) que designa al viento. Será una grafía leve, movediza,
que aún sugiere soplos de su materia original. Una vez ensamblados
viento y Wu, hay un sujeto que lo lee y lo nombra: ''Wu". En determinado momento, este ideograma del viento será aislado y utilizado
en una escritura de carácter silábico, con el fin de soportar la sílaba
Wu. Para entonces, su vinculación figurativa con ''viento'' se habrá
volado, y ya poseerá valor de letra. Las escrituras ideográficas conservan los indicios de ese doble empleo de un mismo material.
Ahora podemos dudar acerca de lo que hacía la impetuosa niña en los
cristales de su ventana. ¿Dibujaba? ¿O acaso escribía? Propongo una
tercera posibilidad.
Como KIRIN, ella se declara urgida ("salía con gran alegría y urgencia"), y de nuevo observamos la eficacia del instar. Avancemos un
poco más. La palabra pinzón remite a un nombre propio. Tal vez
debamos recordar que el nombre propio conlleva algo del orden de la
marca, y como tal, ostenta una notable ausencia de sentido. La "o" de
la lechería PINZON estaba en su lugar literal: letra "a la letra" **, sitio
que hace nudo, agujero transparente con borde circulado. Esta segunda
puerta no hace sino efectivizar su fundamento de letra / borde / litoral.
Esta "o" es un confin, un tope donde las significaciones se detienen;
en ese linde se borran la imagen, el peso, el sonido y el color. La niña
* Cortázar, Julio: Rayuela, Sudamericana, Buenos Aires,
** "Si la letra es donde el significante se localiza, su lugar
Vegh, Isidoro: Op. cit.
1966.
es topológico, no empírico."
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Laura Palacios de Goldstein
cuya mirada la atraviesa resulta alterada, quedando ella misma transformada en escritura. Esa letra, entonces, tiene carácter de marca,
rasgo.
Recordemos aquellos trazos que KIRIN -en su texto- no halla
palabras para nombrar. Ocurre que esos rasgos sin sentido, tan
enigmáticos como la fórmula de la trimetilamina, lo estaban escribiendo.
Precisamente, "aquello que no deja de no escribirse" realiza escritura.
Algo de KIRIN y de Frida Kahlo aparece allí cifrado y textuado. El
artista soporta esa opacidad imperiosa que la letra requiere para poder
anclar.

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