LA TICA SITUACIONAL DE LUIS N

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LA TICA SITUACIONAL DE LUIS N
LA ÉTICA SITUACIONAL DE LUIS N. RIVERA PAGÁN
JUAN R. GERENA ORTIZ
Cosmovisión cristiana-TS 605
Profesor: Richard Ramsay
Universidad FLET
30 de septiembre de 2005
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
I. LA POSTURA DE LUIS N. RIVERA PAGÁN
SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD Y EL LESBIANISMO
II.LA TEOLOGÍA GAY
III. LA ÉTICA SITUACIONAL
IV. OPINIÓN PERSONAL SOBRE LA POSTURA
DE RIVERA PAGÁN SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
Y EL LESBIANISMO
CONCLUSIÓN
2
INTRODUCCIÓN
En los últimos años, los valores tradicionales [especialmente el de la familia] ha sufrido una amenaza real de ciertos grupos de presión en la sociedad puertorriqueña y en la sociedad estadounidense. Uno de estos grupos
de presión lo constituye el compuesto por homosexuales y lesbianas, quienes pretenden que la sociedad [incluyendo iglesias y denominaciones religiosas] les acepte su conducta sexual, incluyendo, p. ej., el establecer
uniones civiles y hasta vínculos matrimoniales. Uno de los teólogos que
propone esto [sin ser homosexual] es el puertorriqueño Luis N. Rivera Pagán, conocido teólogo laico de las Iglesias Bautistas de Puerto Rico.*T
Este trabajo presentará un análisis de la postura sobre la homosexualidad
del Dr. Rivera, tal como aparece en su libro Fe y Cultura en Puerto Rico.1
Comenzaré con una exposición de la postura mencionada arriba. Luego
analizaré tal postura, a la luz de la llamada «teología gay u homosexual»,
particularmente en Estados Unidos y Puerto Rico, junto con analizar varios textos bíblicos que se refieren a la homosexualidad y al lesbianismo;
así como a la luz de la «ética situacional o de situación». Finalmente, daré
mi propia opinión sobre la postura de Rivera.
*
Denominación afiliada a las American Baptist Churches of the United States of America.
1
Luis N. Rivera Pagán, Fe y Cultura en Puerto Rico (San Juan/Quito: Fundación Puerto
Rico Evangélico/Departamento de Comunicaciones del Consejo Latinoamericano de
Iglesias, 2002), esp. pp. 72-82 (en lo sucesivo citada como Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico).
3
I. LA POSTURA DE LUIS N. RIVERA PAGÁN
SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
Y EL LESBIANISMO
Rivera [como punto de partida para hacer sus reflexiones teológicas a favor de la homosexualidad] cita parte del artículo 103 del código penal de
Puerto Rico, que lee así: «“Toda persona que sostuviere relaciones sexuales con una persona de su mismo sexo o cometiere el crimen contra natura
con un ser humano será sancionada con pena de reclusión por un término
fijo de diez (10) años”».2 A continuación, dedica sus reflexiones a los declarados pastores puertorriqueños de la comunidad gay, Carmen Margari-
ta Sánchez3 y Pablo Navarro4, «con mucho respeto y afecto».5
2
Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, p. 72. [Cursivas añadidas] El 22 de junio de 2003,
el Senado de Puerto Rico (P. R.) aprobó la eliminación del artículo 103 (33 Leyes de
Puerto Rico Anotadas [L. P. R. A.] Sección 4065], que prohibe la sodomía. Sin embargo,
todavía falta que se vote en la Cámara de Representantes. Este interés de ciertos grupos
de legalizar la sodomía en el mundo ha aumentado después que el biólogo Alfred C.
Kinsey (en 1948), estimó que 4% de la población estadounidense era homosexual y reportó que en los Estados Unidos [EE. UU.] 37% de la población masculina había cometido al menos un acto homosexual, mientras que 50@ había respondido en algún momento
de sus vidas a una motivación homosexual.
3
La Reverenda Margarita Sánchez de León es una de las adversarias principales del Artículo 103 del Código Penal de Puerto Rico, que criminaliza las relaciones sexuales entre
personas del mismo género. La destacada activista pro derechos humanos es Directora
Ejecutiva de Amnistía Internacional-Puerto Rico y miembro del progresista Movimiento
Ecuménico Nacional de Puerto Rico. Véase «Puerto Rico: ley sobre sodomía es solo “la
punta del iceberg” discriminatorio. Y la Reverenda Margarita Sánchez de León se propone demolerla», en Gully en español (5 pp.), online, internet (Hhttp://www.thegully.com/
espanol/articulos/ gay_ mundo/030314_lgbt_puerto_rico_sp.htmlH). Gully en español es
una revista electrónica dedicada a la comunidad lésbica o lesbiana, gay, bisexual, transexual y transgénero (lgbt, por sus siglas en inglés).
4
Criado en una familia bautista y conservadora. En la casa del hoy Dr. Navarro comenzaron las primeras reuniones de la Iglesia Comunitaria Cristo Sanador en Hato Rey, P. R.
4
Luego, Rivera denuncia que
algunos líderes evangélicos parecen nuevos Torquemadas [alusión al
inquisidor dominico español Tomás de Torquemada, uno de los más
firmes defensores de la expulsión de los judíos de España (decretada
en marzo de 1492)] buscando herejes y heterodoxos a quienes quemar
en la cruel hoguera de la opinión pública. La moralidad pública se resume, para estos celosos e intransigentes inquisidores, en estricta moralidad pública. Se proclaman sagrados fisgones y auditores de la intimidad personal. Siguiendo a pie juntillas al ejemplo de los fundamentalistas estadounidenses, buena parte de estos líderes han hecho de la
guerra contra los homosexuales, gays y lesbianas, punta central de sus
diatribas y censuras.6
Véase «Iglesia Comunitaria Cristo Sanador: Nuestra Historia» (Hwww.http://www.
geocities.com/ mcc_cristosanadorH).
5
Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, p. 72. [Cursivas en el original] Ambos pastores los
son de la Iglesia Comunitaria Metropolitana Cristo Sanador (Hhttp://www.geocities.com/
mcc_cristosanadorH), fundada en 1996 en Hato Rey (San Juan), Puerto Rico.
Actualmente esta congregación se localiza en Río Piedras (también en San Juan) está
afiliada a Metro-politan Community Churches (MCC), de claro apoyo a la «agenda gay»
y que se fundó en la sala de la casa de su fundador (el ex pastor bautista y luego
pentecostal Troy D. Pe-rry), en Huntington Park, California [CA] (EE. UU.), con 12
personas, para el 6 de octu-bre de 1968. En la actualidad, MCC cuenta con más de 330
congregaciones alrededor del mundo. Consúltense Joe Dallas, A Strong Delusion
(Eugene: Harvest House Publishers, 1996), esp. pp. 65-67; George A. Mather y Larry A.
Nichols, «Gay, Teología; Comunión Universal de Iglesias de Comunidades
Metropolitanas (MCC)», en Diccionario de creen-cias, religiones, sectas y ocultismo,
trad. y adapt. Enrique Casas, Helen A. Chinoski y Juan C. Martín Cabano, rev. y ampl.
Ana M. Troncoso y Alfonso Ropero (Terrassa: Edi-torial CLIE, 2001), pp. 195-200, esp.
pp. 196, 199 (en lo sucesivo citada como Mather y Nichols, «Gay, Teología»); James S.
Tinney, «Perry, Troy Deroy», en Dictionary of Pen-tecostal and Charismatic Movements,
ed. Stanley M. Burgess y Ga-ry B. McGee (Grand Rapids: Regency Reference Library
[Zondervan], 1989, pp. 710-711. Perry es el autor del polémico libro The Lord Is My
Shepherd and He Knows I’m Gay (Los Angeles: Nash Pu-blishing, 1972). Mientras tanto,
Dallas fue activista gay y miembro de MCC. Por años fue miembro y pasado presidente
de Exodus Internacional, ministerio cristiano interdenomi-nacional para la
transformación de la vida de gays alrededor del mundo (Hhttp://www. exodusinternational.orgH). Hoy es el director del programa Genesis Counseling en Tustin, CA.
Otro grupo de congregaciones de homosexuales y lesbianas es LOOR, Alliance of
Christian Churches. A dicho grupo pertenece el Centro Cristiano Las Otras Ovejas del
Rebaño (en Carolina, ciudad cerca de San Juan, P. R.).
6
Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, p. 72. Para sustentar esta denuncia, Rivera (p. 73,
nota 109) recomienda los libros de John J. McNeill, The Church and the Homosexual
5
Continúa Rivera con su denuncia cuando dice que
líderes eclesiásticos prominentes hacen de la guerra contra la homosexualidad signo distintivo de su ministerio en la palestra pública. Esgrimen los horrores legendarios de Sodoma y Gomorra para estigmatizar
toda propuesta de liberar las normas legales de prejuicios atávicos. No
tienen problema alguno en convertir la Biblia en una antología de “textos del terror”. Cuando se menciona a Sodoma, por lo general, se pasa
por alto el texto profético de Ezequiel 16. 49, donde el pecado se formula de una manera distinta a la que acostumbramos oír- “Este fue el
crimen de tu hermana Sodoma: orgullo, voracidad, indolencia de la
dulce vida tuvieron ella y sus hijas; no socorrieron al pobre y al indigente”.7
El propio Rivera equipara equivocadamente lo que llama «los anatemas
[las condenas]8» a las conductas [en palabras de Rivera, «preferencias y
orientaciones sexuales»9] homosexuales con los anatemas «para condenar
el heliocentrismo [creencia del sol como el centro del universo], el gobierno republicano, la abolición de la esclavitud, la evolución de las especies o
la igualdad de las mujeres»10, llegando a la cárcel y la pena de muerte, no
(Boston: Beacon Press, 1993) y Walter Wink (ed.), Homosexuality and Christian Faith:
Questions of Consciente for the Churches (Minneapolis: Fortress Press, 1999).
7
Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, p. 73 [aunque Rivera no lo indica, la cita bíblica
de Ez. 16. 49 (que analizaremos más tarde en este trabajo), al igual que las demás dadas
por Rivera, es tomada de la Biblia de Jerusalén]. Esto también puede verse en otro autor
puertorriqueño Ismael García, en el ensayo «La homosexualidad», en Introducción a la
Ética Cristiana (Nashville: Abingdon Press, 2003, pp. 122-125, esp. p. 124. Para sustentar esta denuncia, Rivera (p. 73, nota 110) recomienda el libro de Mark Juergensmeyer,
Terror in the Mind of God: The Global Rise of Religious Violence (Berkeley: University
of California Press, 2000), quien ve en la retórica ética y praxis social como impregnadas
de homofobia [aversión (rechazo o re-pugnancia) obsesiva hacia las personas homosexuales (véase Real Academia Española: Diccionario de la Lengua Española
(Hhttp://www.rae.esH)].
8
Ibid.
9
Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, p. 74.
10
Ibid. Igualmente véase Rivera, p. 76. Para sostener esta postura, Rivera (p. 74) mencio6
sólo para los homosexuales (véase Lv. 20. 13), sino también para las brujas (véase Éx. 22. 11) y las desposadas no vírgenes (Dt. 22. 20-21). Pero
tal equiparación de Rivera en este sentido no cabe, porque resulta distinta
colocar una conducta homosexual que, como analizaremos más tarde, es
reprobada por Dios y Su Palabra [la Biblia] al mismo nivel ético que una
discrepancia legítima como la de la aceptación o rechazo del heliocentrismo y del gobierno republicano. Desde luego, en parte reconozco lo acertada de la aseveración de Rivera cuando dice que
si se quiere ser absolutamente fiel a las instrucciones bíblicas sobre los
sodomitas, sólo una cosa se puede pedir para ellos: la muerte, el exterminio legal (Levítico 20. 13- “Si alguien se acuesta con otro hombre
como se hace con una mujer […] ambos han de ser muertos […]”).11
No obstante, discrepo de la generalización que hace Rivera en cuanto que
la mayoría de los cristianos reduzcan el sexo a la procreación o la reproducción de la especie humana12, tanto que más adelante denomina a tales
cristianos como «talibanes [alusión a los estudiantes musulmanes de las
madrasas o escuelas del Corán, el libro sagrado del Islam, y seguidores
mayormente de la corriente más extremista del wahabismo, de Osama bin
na la novela del puertorriqueño Ángel Lozada, La patografía (México: Editorial Planeta,
1998), fuente referida en el libro de Rivera, p. 74, nota 111. En dicha novela, Lozada relexiona sobre los estigmas y sufrimientos que padecen los homosexuales debido a la homofobia eclesiástica.
11
Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, p. 75.
12
Véase Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, pp. 76-77.
7
Laden] criollos».13 Lo de limitar el sexo a la procreación pudo haber sido
antes, pero existen numerosos ministerios que educan sobre la sexualidad
responsable, p. ej., los de Josh McDowell y Bob Hostetler14, así como los
de D. James Kennedy y Jerry Newcombe15, el ex homosexual Joe Dallas16,
y la puertorriqueña Heisha Fernández.17
II. LA TEOLOGÍA GAY
Para comprender la postura antes mencionada de Rivera, debemos conocer
la llamada «teología gay u homosexual».18 Esta teología, aunque afirma
que sus artículos de fe se basan en el credo de los apóstoles y el niceno19
[de teología ortodoxa o conservadora], sostienen que el ser homosexual no
cambia la relación de esa persona con el Señor.20 Para esto, se basan en el
hecho de que la palabra «homosexualidad» es un término moderno y que
13
Rivera, Fe y Cultura en Puerto Rico, p. 77.
Véase Josh McDowell y Bob Hostetler, La nueva tolerancia, trad. Oscar Cortés (Miami: Editorial Unilit, 1999), esp. pp. 188-194.
15
Véase D. James Kennedy y Jerry Newcombe, What’s Wrong with Same-Sex Marriage?
(Wheaton: Crossway Books, 2004), esp. pp. 87-110.
16
Véase Dallas, A Strong Delusion, esp. pp. 185-202.
17
Véase Heisha Fernández, «Entendiendo las nuevas tendencias de género: Homosexualidad y lesbianismo» (6 pp.), online, Internet, 10 de mayo de 2005 (Hhttp://www.ibpr.org/
modulos.php?name=Content&pa=showpage&pid=35H). Fernández pertenece a la misma
denominación de Rivera, pero ella postula una teología más conservadora.
18
Postulada por conocidos teólogos heterosexuales como el obispo anglicano John
Shelby Spong [de Newark, New Jersey, EE. UU.].
19
Véase, p. ej., «MCC Statement of Faith» (Hhttp://www.mccchurch.org/AM/Template.
cfm?Section=About_Us&Template=/CM/ HTMLDisplay.cfm&ContentID=695H).
20
Así, p. ej., Perry, citado por Mather y Nichols, «Gay, Teología», p. 197; el folleto de
Mona West, «The Bible and Homosexuality» (4 pp.), online, internet (Hhttp://www.mcc.
14
8
no existía en los tiempos bíblicos.21 Asimismo se basan en que textos como Génesis 19. 5 («conozcamos»**), Levítico 18. 22 («No te echarás con
varón como con mujer; es abominación»); Ezequiel 16. 49; Romanos 1.
26-27; 1 Co. 6. 9 («los que se echan con varones»); y 1 Timoteo 1. 10, no
tienen que ver con la homosexualidad, o por lo menos con la homosexualidad tal y como la conocemos hoy, sino [como en Lv. 18. 22; Ro. 1. 26-27;
1 Co. 6. 9; 1 Tim. 1. 10] con la prostitución cúltica, religiosa o sagrada.22
Pero vamos a analizar brevemente cada uno de estos textos. En cuanto al
primero de dichos textos [Gn. 19. 5, sobre el deseo de los habitantes de
Sodoma de «conocer» a los dos visitantes o ángeles que estaban en la casa
de Lot], el vocablo hebreo yada’ («conocer») se refiere aquí «a las relacio-
nes homosexuales (Gn. 19. 5; Jue. 19. 22)».23
Respecto al segundo de estos textos [Lv. 18. 22; compárese 20. 13], el hebreo tōe‘ebā significa lit. una cosa «detestable».24 Además, esta prohibi-
mccchurch.org/Template.cfm?Section=Resources&Template=/CM/ContentDisplay.
cfm&ContentID=582H), p. 4.
21
Véase West, «The Bible and Homosexuality», p. 1.
**
Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera, Revisión de 1960.
22
Así, el libro del médico y teólogo heterosexual Carlos A. Acevedo Marrero, Cristianismo y homosexualidad: Una perspectiva puertorriqueña [(Vega Alta: Carlos Aníbal Acevedo Marrero], 1992), pp. 50-61; Perry, mencionado por Mather y Nichols, «Gay, Teología», pp. 197-199; West, «The Bible and Homosexuality», pp. 2-3. Solamente cinco pasajes se refieren a la homosexualidad en el contexto de la prostitución sagrada: Dt. 23. 17; 1
R. 14. 24; 15. 12; 22. 46; 2 R. 23. 7.
23
W. Schottroff, «yd‘[:] Conocer», en Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento [DTMAT], vol. 1, ed. Ernst Jenni y Claus Westermann, trad. J. Antonio Múgica
(Madrid: Ediciones Cristiandad, 1978), cols. 942-967, esp. col. 954. Asimismo véase
John R. W. Stott, «¿Parejas homosexuales estables?», en La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, trad. Lillian D. Rogers (Grand Rapids: Libros Desafío, 1999, pp.
353-378), esp. p. 358.
9
ción de las prácticas homosexuales están dentro de las leyes morales [que
no cambian] del Antiguo Testamento, al igual que las de no ver la desnudez de su pariente (véase Lv. 18. 5-19), no ofrecer el hijo de uno por fuego
a otro dios (Lv. 18. 21), ‘«No matarás» (Éx. 20. 13) o «No cometerás
adulterio» (v. 14 [también en Lv. 18. 20]), […que son] universalmente
aplicable[s] a los judíos como a los gentiles’.25
En relación con el tercer texto [Ez. 16. 49], dicho texto no contradice la
enseñanza de Gn. 19. 5. Lo que sucede es que el profeta Ezequiel advierte
a Jerusalén sobre el orgullo, la autoexaltación, el materialismo y la falta de
hospitalidad, conductas todas ellas que llevaron a Sodoma a una falsa se-
ridad, una apatía, una vida lujuriosa (véanse igualmente Gn. 13. 13; 18.
20; 19. 4-5), y la subsecuente negligencia al pobre y al necesitado.26
24
E. Gerstenberger, «t‘b piel[:] Detestar», en DTMAT, vol. 2, trad. Rufino Godoy, rev.
técnica por J. Luis Sucre (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1985), cols. 1316-1322, esp.
col. 1316. Merrill F. Unger y William White, Jr., eds., Nelson’s Expository Dictionary of
the Old Testament (Nashville: Thomas Nelson, 1980), s. v. «Abomination», p. 1. Gordon
Wenham (The Book of Leviticus (The New International Commentary on the Old Testament), ed. R. K. Harrison (Grand Rapids: Eerdmans, 1979), p. 259, nota 37) dice que
tô'ēbā significa «abominación», mientras que tā'ab significa «detestar».
25
Mather y Nichols, «Gay, Teología», p. 197. Compárese Dallas, A Strong Delusion, p.
193. Implícitamente James P. Eckman, «La sexualidad humana», en Ética Cristiana: Un
enfoque bíblico teológico, ed. James P. Eckman y Gerald Nyenhuis (Miami: Logoi/Editorial Unilit, 2002), pp. 251-260, esp. p. 254.
26
Véanse Ralph H. Alexander, «Ezekiel», en Isaiah-Ezekiel, vol. 6 de The Expositor’s
Bible Commentary, ed. gen. Frank E. Gaebelein (Grand Rapids: Regency Reference Library/Zondervan Publishing House, 1986), pp. 737-996, esp. p. 817; Javier Gafo, «Cristianismo y homosexualidad», en La Homosexualidad: Un debate abierto. Vol. 16 de Crecimiento personal: Colección Serendipity, dir. Carlos Alemany (Bilbao: Editorial Desclée
de Brouwer, 1997), pp. 189-222, esp. p. 194. Gafo (p. 196), sin embargo, coincide con la
postura oficial de la Iglesia Católica que distingue entre una conducta y una orientación
10
Sobre el cuarto texto [Ro. 1. 26-27], uno debe ser consecuente con su interpretación, más aun, cuando los versículos que le siguen (vv. 29-30) hablan contra pecados como la injusticia, la fornicación, la perversidad, la
avaricia, la maldad, la envidia, los homicidios, las contiendas, los engaños
las malignidades, las murmuraciones, las injurias, la soberbia, la altivez, y
la desobediencia a los padres.27 Además, la homosexualidad es contrario
«al designo establecido por Dios desde el principio de la creación (Gn. 2.
24)».28
En torno al quinto texto [1 Co. 6. 9], el vocablo griego arsenokoitēs (lit.
«abusador»; de arsēn, «varón» y koitē, «cama»29; de ahí «sodomita»30) se
refiere a los homosexuales activos, contrario a malakós (lit. «suaves, delicados»31; de ahí «afeminados»32), o los homosexuales pasivos.33
homosexual. Compárese Catecismo de la Iglesia Católica (Santa Fe de Bogotá/Citta del
Vaticano: Conferencia Episcopal de Colombia/Libreria Editrice Vaticana, 1993), p. 580,
párrafo 2358.
27
Véanse John Dallas, A Strong Delusion, p. 195; Mather y Nichols, «Gay, Teología», p.
199. Implícitamente en Stott, «¿Parejas homosexuales estables?», p. 360.
28
Evis L. Carballosa, Romanos: Una orientación expositiva y práctica (Grand Rapids:
Editorial Portavoz, 1994), p. 51.
29
Véase Arnoldo Canclini, 1 Corintios (Comentario Bíblico del Continente Nuevo), ed.
gen. Jaime Mirón (Miami: Editorial Unilit, 1995), p. 93, nota 7.
30
Jorge F. McKibben, Nuevo Léxico griego-español del Nuevo Testamento, rev. y ed. por
B. Foster Stockwell y José Rivas, 7a. ed. (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones [CBP],
1990), p. 45. [Cursiva en el original] Asimismo véase Harold K. Moulton, The Analytical
Greek Lexicon: 1978 Edition (Grand Rapids: Zondervan, 1978), p. 53. Archibald T. Robertson (Comentario al Texto Griego del Nuevo Testamento, trad., adapt. y anotada por
Santiago Escuain (Terrassa: Editorial CLIE, 2003, p. 436) comenta que es un término del
griego tardío.
31
Véase Moulton, The Analytical Greek Lexicon: 1978 Edition, p. 256.
32
McKibben, Nuevo Léxico griego-español del Nuevo Testamento, p. 179.
11
Relacionado con el sexto y último texto [1 Tim. 1. 10], el vocablo griego
arsenokoitais es un «compuesto tardío para referirse a los homosexuales».34 En estos últimos dos textos, la homosexualidad se menciona junto
con otros pecados [parecido a Ro. 1. 26-27].35 Después de todo, Dios creó
al hombre y a la mujer «a imagen de Dios […]; varón y hembra los creó»
(Gn. 1. 27).
II. LA ÉTICA SITUACIONAL
Otra teoría que está implicada en la postura mencionada arriba de Rivera a
favor de la homosexualidad es la «ética situacional o de situación». Esta
frase la acuñó Joseph Fletcher en su libro Situation Ethics. The New Morality.36 Según Fletcher, «el situacionista sigue una ley moral o la viola, se-
Véanse C. K. Barrett, A Commentary on the First Epistle to the Corinthians (Harper’s
New Testament Commentaries), ed. gen. Henry Chadwick (Peabody: Hendrickson Publishers, 1987), p. 140; Eckman, «La sexualidad humana», p. 254; Stott, «¿Parejas homosexuales estables?», p. 361. Canclini (1 Corintios, p. 93) cree que «se refiere a costumbres
y modas, y [que] abarca un espectro de vida más amplio que la simple unión sexual aberrante».
34
Véase Robertson, Comentario al Texto Griego del Nuevo Testamento, p. 570.
35
Véase Eckman, «La sexualidad humana», p. 255.
36
Véase Fletcher, Joseph, Situation Ethics. The New Morality (Philadelphia: The Westminster Press, 1966), p. 11 (edición en español: Ética de situación. La nueva moralidad,
trad. José M. Udina (Barcelona: Libros del Nopal, 1970), p. 35. De aquí en adelante me
referiré a la edición en español.
33
12
gún la exigencia del amor».37 Igualmente para el situacionista «No existen
"valores" en el sentido de un bien inherente a las cosas -sino que valor es
lo que le sobreviene a algo. cuando este algo resulta ser útil para que el
amor actúe a favor de las personas».38 Pero toda esta postura de Fletcher
se opone, como vimos arriba, al carácter absoluto de las enseñanzas morales de la Biblia.39
III. OPINIÓN PERSONAL SOBRE LA POSTURA
DE RIVERA PAGÁN
SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
Y EL LESBIANISMO
A base de todo lo analizado hasta ahora, opino que la postura de Rivera
sobre la homosexualidad y el lesbianismo resulta inconsistente con el testimonio bíblico y su sana exégesis. También, la postura de Rivera tiende al
relativismo moral, propia de la cosmovisión postmoderna, lo que llevaría
al caos social en cualquier lugar del mundo.
IV. CONCLUSIÓN
En resumen, el estudio sobre la ética situacional de Rivera me ha ayudado
a observar la postura de este conocido teólogo puertorriqueño, y notar sus
37
Fletcher, Ética de situación. La nueva moralidad, p. 35.
Fletcher, Ética de situación. La nueva moralidad, p. 72. [Cursivas en el original]
39
Para una excelente crítica de Fletcher, véase James E. Giles, Bases Bíblicas de la Ética,
7a. ed. actualizada y ampl. (El Paso: CBP, 2003), pp. 177-178.
38
13
puntos débiles y fuertes en relación con la homosexualidad y el lesbianismo.
14

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