boletin petrocaribe10.indd

Transcripción

boletin petrocaribe10.indd
Hondura
Guatemala
San Cristóbal y Nieves
Cuba
Bahamas
Haití
Surinam
San Vicente y Las Granadinas
Dominica
Granada
Nicaragua
Santa Lucía
Antigua y Barbuda
Jamaica
Venezuela Guyana
República Dominicana
Belice
Relaciones energéticas del Caribe
Realizado
por lapor
Gerencia
Corporativa
de Asuntos
dePúblicos
PDVSA y el
Grupo Técnico
dede
Comunicaciones
de Petrocaribe
Realizado
la Gerencia
Corporativa
dePúblicos
Asuntos
y Grupo
Técnico
Comunicaciones
de Petrocaribe
Ramón Herrera
Gerente de Mercadeo y Ventas de PDV Caribe
Con el fin de la Primera Guerra Mundial, el uso y
explotación de los hidrocarburos se incrementa
aceleradamente, dando inicio a la “era del
petróleo”. La vertiginosa disminución de las
reservas petroleras de Estados Unidos, para
alimentar su maquinaria de guerra, empujan a
la potencia del Norte a centrar su atención en
Venezuela.
En 1917, comenzaba la exportación de crudo
desde el país suramericano y se desarrollaba en
el Caribe infraestructura diseñada para alimentar
el mercado estadounidense. Para 1922, esta
nación exhibía al mundo su potencial energético,
con el reventón del pozo Barroso II que emanó
crudo durante nueve días.
Oligopolio regional
Por entonces, la Caribbean Petroleum iniciaba
la construcción de un patio de almacenaje en
Curasao, cuyas aguas profundas contrastaban
con el bajo calado del Lago de Maracaibo y
facilitaban la navegación de grandes buques.
De la misma manera, en Aruba se creaban
dos refinerías, que luego se integraron al gran
parque refinador de EEUU, distribuido en 18
países del Caribe y Centroamérica y que para
1977 refinaba 4,9 millones de barriles al día.
Este avance fue liderado principalmente por
las trasnacionales Exxon, Chevron y Shell,
quienes se constituyeron en un oligopolio de
la distribución de combustible en la zona.
Esto ocurría con la colaboración de la PDVSA
(Petróleos de Venezuela, S.A) de entonces,
dedicada a suministrar petróleo y sus derivados a
“las siete hermanas” (compañías que dominaban
el negocio petrolero a principios de los sesenta),
a puerta de refinería.
Hoy
www.petrocaribe.org • [email protected]
Año 4 • N° 10 • Junio 2012
estos mercados, que tradicionalmente estuvieron
a merced de las trasnacionales.
Pasados siete años, se abastece 43% de las
necesidades de energía del área, contando con
capacidades de almacenamiento de 244 mil
barriles, y 2,3 millones de barriles de refinación,
incluyendo a Venezuela. Además, se ha iniciado
la construcción de una flota propia para el
trasporte de hidrocarburos y se han instalado
365 megavatios de generación eléctrica. Hoy, los
recursos petroleros venezolanos demuestran, con
hechos concretos, ser lo expresado en el espíritu
del acuerdo Petrocaribe: “energía para la unión”.
Cambio diametral
Todo este esquema empezaría a desmontarse
en 2005, con la firma del Acuerdo Petrocaribe,
cuando la política internacional de Venezuela, de
la mano de la Revolución Bolivariana, marca un
giro de 180 grados e inaugura una nueva época
en las relaciones energéticas con la región.
Entonces, se inicia la conformación de Empresas
Mixtas que se encargan de la construcción y
adquisición de instalaciones para suministrar a
1
Boletín Informativo
El mar que nos une
Yolanda Wood
Directora del Centro de Estudios
del Caribe (Cuba)
Cuando decimos “caribe” pensamos en mar,
en tierra, en ambos o en algo más. De esas
nociones se derivan cercanías y distancias en
esa cartografía regional de islas diseminadas,
dibujando el arco antillano, con sus corrientes
intensas que inundan la cuenca de aguas
comunes que se extiende hasta las costas
continentales por donde otras vertientes, de
ríos caudalosos, la nutren desde el interior del
espacio americano.
Un lugar así es un centro de confluencias,
marcado por las múltiples trayectorias que han
trazado las corrientes a través del tiempo, y
los itinerarios humanos, cuando la navegación
se servía de esas fuerzas naturales. En esa
geografía de la diversidad, los giros y las vueltas
unen y dispersan los fragmentos territoriales para
estimular el bojeo, el recorrido y las rotaciones,
pues el mar fue un camino de engarces en ese
espacio de complejas delimitaciones físiconaturales. A través de él muchos se fueron y
otros llegaron, en canoas y bergantines, en
recorridos más o menos largos.
Se hizo aún más confusa la compleja geografía
caribeña cuando las apropiaciones de todos los
que instalaron sus pabellones y sus heráldicas,
construyeron fronteras donde no las había tanto
al interior de islas como entre ellas. El vecinazgo
se condicionó lingüística y políticamente. Y todo
se encaminó para hacer útiles los territorios a
los intereses metropolitanos en medio de una
modernidad profundamente contradictoria.
2 BoletínInformativo
Universo cultural
El caribe-mar que nos unió en las historias
fundadoras con sus interconexiones dinámicas,
se hizo caribe-tierra, y ocurrió la más horrenda
de las “tratas”, un tráfico asociado al comercio
triangular y al mercadeo de los hombres
aherrojados traídos desde África. Mar y tierra
fueron el escenario de estos acontecimientos, y
la tierra se organizó en lotes y latifundios para ser
productiva y cerrar el ciclo del interés comercial
de los productos caribeños consumidos en
Europa.
El Caribe que nos une es un universo donde
lo geográfico, lo histórico y lo social se han
hecho inclusivos en los imaginarios culturales,
construidos a pesar de todo, y aún cuando
las tierras no posean sus propias banderas
y sin embargo los hombres y mujeres se
autodenominan desde sus nuevos gentilicios.
Se fundaron aquí pueblos y culturas, híbridas y
mezcladas, en un proceso de confrontaciones
y cruzamientos durante los siglos recientes en
medio del hemisferio occidental.
En el proceso, los sujetos, sus cuerpos y sus
marcas son objetos de indagación, como
portadores simbólicos de toda la historia, de
sus alegrías y sus traumas, sus soledades y
compañías, sus modos de entender el mundo
desde interpretaciones mezcladas en el crisol de
nuevas creencias.
Movimientos sociales e integración
Gustavo Fernández Colón
Presidente de la Asociación Venezolana
de Estudios del Caribe (AVECA)
Tradicionalmente, el Caribe ha sido un espacio
cultural poco atendido y comprendido por los
venezolanos. Las diferencias lingüísticas y las
viejas rivalidades entre los imperios europeos
que se repartieron los territorios de la región
desde los tiempos coloniales, interpusieron entre
nuestros países alejamientos culturales y políticos
mayores que las relativamente cortas distancias
que nos separan. De ahí la importancia que
reviste la política de estrechamiento de los lazos
de cooperación y solidaridad entre los pueblos
caribeños y latinoamericanos, promovida por
iniciativas como la Alianza Bolivariana para los
Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Petrocaribe.
De ahí también la trascendencia de la celebración
en Kingstown de tres ediciones consecutivas
(2009, 2010 y 2011) del Seminario Internacional
“África, Caribe y América Latina”, organizado
por la Embajada de la República Bolivariana de
Venezuela en San Vicente y las Granadinas. En
estos seminarios se han congregado diversos
voceros de los movimientos sociales del Caribe
oriental, intelectuales progresistas, dirigentes
políticos, educadores y artistas ligados por el
anhelo de la emancipación de la dominación
colonial y neocolonial, la reivindicación de las
raíces indígenas y africanas y la integración
solidaria entre nuestros pueblos.
Hacia lo sustentable
Una dimensión clave considerada en las
deliberaciones de estos seminarios ha sido la
preocupación por la insustentabilidad económica
y ecológica del modelo de desarrollo impuesto
en la región por el sistema capitalista mundial.
Desde las plantaciones con mano de obra
esclava de la etapa colonial, hasta los circuitos
turísticos transnacionales del presente, las
sociedades del Caribe han estado sometidas a
un proceso implacable de extracción de capital
hacia los centros metropolitanos y devastación
irracional de sus ecosistemas naturales. De ahí
la importancia de ensayar vías alternativas para
la organización de la producción y el consumo
regionales, con criterios de sustentabilidad
ecológica, equidad social y complementariedad y
cooperación entre las economías del área.
Nueva institucionalidad
La actual crisis sistémica del capitalismo nos
obliga además a cuestionar la inequidad de
instituciones hemisféricas o globales como
la OEA, la ONU, el FMI y la OMC, diseñadas
por las grandes potencias para preservar su
hegemonía a escala planetaria. La necesidad de
reconfigurar estos organismos internacionales o
de fundar una nueva institucionalidad regional y
mundial, aparecen también como imperativos de
los pueblos del Caribe y del Sur para garantizar
su supervivencia y su soberanía plenas.
En este contexto, se hace cada vez más urgente
el requerimiento de complementar a los nuevos
mecanismos de cooperación regional como la
ALBA y Petrocaribe, con programas sociales
dirigidos a las comunidades y organizaciones de
base, con el fin de contribuir al fortalecimiento
de las identidades culturales que han servido
de núcleos duros de resistencia de los pueblos
caribeños y latinoamericanos contra la
dominación colonial.
3
Boletín Informativo
Combustible llega a pescadores de Dominica
Cinco estaciones de combustible para
pescadores han sido construidas en Dominica,
en el marco de Petrocaribe. Esta iniciativa
inédita en ese país insular ha generado un
impacto altamente favorablemente en las zonas
atendidas y constituye un modelo ejemplar
de cooperación entre el gobierno dominiqués,
Venezuela y comunidades.
La empresa mixta PDV Caribe Dominica LTD,
conjuntamente con las Divisiones de Cooperativas
y de Pesca de Dominica, seleccionan y capacitan
a los participantes. Las primeras cooperativas
incorporadas se ubican en Marigot, Saint
Sauveur, Fond Saint Jean y Roseau, mientras
que en Portsmouth se creó una nueva para
manejar la estación.
La iniciativa facilita el acceso a la gasolina en
zonas remotas y se ajusta a las necesidades
de horario de los pescadores. Richard Charles,
presidente de las cooperativas del noreste de
Dominica, señala que “vendemos combustible al
público en general, pero básicamente tratamos
4 BoletínInformativo
de ofrecerlo a los pescadores, por eso atendemos
en los horarios más convenientes para ellos, en
la mañana y en la tarde”.
Economía de esfuerzos
Para contar con operaciones seguras, los
cooperativistas
reciben
adiestramiento.
Asimismo, suscriben un convenio con la empresa
mixta, a través del cual reciben el combustible
a precio de mayorista. Richard Charles explica
que el proyecto se sostiene gracias al pequeño
margen de ganancia. Esos recursos permiten
cubrir los costos de electricidad, mantenimiento
y expendio.
Entre los mayores beneficios generados se
encuentran el ahorro en tiempo, esfuerzo y
dinero que representa haber instalado las
estaciones cerca de las áreas de pesca. Ruben
Dafoe, miembro de la cooperativa de Fond
Saint Jean, recuerda sus largas caminatas con
bidones llenos de combustible pendiendo de sus
manos. Por su parte, Murphy Thomas, pescador
de la misma localidad relata que “teníamos que
pagar por el traslado de cada contenedor. Ahora
podemos invertir esos recursos en otras de
nuestras necesidades”.
Más alimentos
Reginald Austrie, ministro para Petrocaribe,
indica que “los pescadores están sometidos a las
variaciones del clima y los cambios de marea,
por lo que sus ingresos no son estables. Pero su
trabajo es muy importante, ya que proveen a la
población de alimentos. Es por eso que debemos
apoyarlos”.
Las primeras estaciones iniciaron sus
operaciones en junio de 2011 y, en el transcurso
de un año, se prevé instalar otras cinco en
Anse De Mai, Dublane Bioche, Layou, Mahaut
y Scottshead, garantizando la disponibilidad de
combustible en puntos estratégicos a lo largo del
perímetro de la isla.

Documentos relacionados