Efectividad de manejo en corredores biológicos: el caso de Costa

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Efectividad de manejo en corredores biológicos: el caso de Costa
 RevistaParques Nº 2 año 2012 EFECTIVIDAD DE MANEJO EN CORREDORES BIOLÓGICOS: EL CASO DE
COSTA RICA
Lindsay Canet-Desanti(1), Bernal Herrera(2) y Bryan Finegan(3)
(1)
Especialista en Corredores Biológicos y Áreas Protegidas. Cátedra de Áreas
Protegidas y Corredores Biológicos “Kenton Miller” [email protected]
(2)
Director de la Cátedra de Áreas Protegidas y Corredores Biológicos “Kenton Miller”
(3)
Líder del Programa de Manejo y Conservación de Bosques.
Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). Turrialba,
Costa Rica
INTRODUCCIÓN
Los corredores biológicos son estrategias de conservación de uso común en América
Latina y otras partes del mundo (Bennet y Mulongoy, 2006). Estos suelen desarrollarse
en paisajes fragmentados y que son vulnerables al impacto humano y al cambio
climático (Bennett, 1998; Parrish et al., 2003). Su objetivo fundamental es restablecer y
mantener la conectividad en el paisaje, la cual es entendida como el grado en que un
uso de la tierra facilita o impide un proceso ecológico en particular. Es decir, que a
través de acciones que busquen mejorar las características del paisaje, sea posible
contribuir a incrementar las probabilidades de persistencia de muchas poblaciones de
especies silvestres (Bennett, 1998; Herrera y Finegan, 2008), así como la continuidad
de los procesos ecológicos clave en la provisión de servicios ecosistémicos esenciales
para la vida en el planeta (Canet-Desanti et al., 2011).
En su concepción, los corredores biológicos integran el desarrollo sostenible con la
conservación. Es decir, buscan fortalecer áreas que son clave para el mantenimiento
de la biodiversidad (tales como las áreas protegidas) implementando acciones que
contribuyan a mitigar/disminuir las amenazas que sobre ellas se ciernen.
Paralelamente, se procura mejorar las condiciones de las zonas aledañas a estas
áreas clave, mediante la incorporación de prácticas productivas amigables con el
ambiente.
Sin embargo, para que esto sea posible, es imprescindible trabajar con las
comunidades locales, a través de educación ambiental y el mejoramiento de las
capacidades locales para la gestión y uso sostenible de los recursos naturales. Ello
con el fin de que los pobladores puedan recibir, además de los beneficios ambientales,
beneficios económicos que en conjunto contribuyan a mejorar su calidad de vida
(Canet-Desanti 2007). Se dice que para lograr una gestión efectiva, los corredores
biológicos deben tomar en cuenta cuatro componentes básicos1:

El mantenimiento de la integridad ecológica y la viabilidad de las poblaciones de
especies, así como la provisión de los servicios ecosistémicos asociados,
incluyendo los potenciales efectos del cambio climático.

La mitigación y el control de las principales fuentes de presión a la biodiversidad
y los servicios ecosistémicos.
1
Adaptado de TNC (2007).
RevistaParques Nº 2 año 2012 Una alta capacidad de gestión del territorio y del conocimiento, a las respectivas
escalas de organización social (local, regional, nacional) del territorio para el
logro de los diferentes objetivos de conservación y desarrollo, incluyendo los
mecanismos financieros que aseguren las sostenibilidad de las acciones.


Mecanismos que aseguren la participación social a la escala adecuada para la
definición de los objetivos de la gestión y definición de los elementos requeridos
para el control del avance de las metas planteadas.
Es así, como los corredores biológicos se transforman en unidades de gestión de la
biodiversidad (Canet-Desanti et al., 2008) en donde, más que nunca, se hace
imprescindible la participación local (Finegan et al., 2008; Canet-Desanti et al., 2008)
dentro de un proceso de planificación sistemática (Herrera y Finegan, 2008). Este
proceso debe partir de los principios del manejo adaptativo, en donde sea posible
sortear los retos de la incertidumbre en los cambios que siempre está asociada a las
estrategias de conservación y así cumplir con los objetivos propuestos (Finegan et al.,
2007; Finegan et al., 2008). Para ello, resulta indispensable incorporar el monitoreo, ya
que este provee la información necesaria sobre los cambios y el impacto real de las
acciones humanas, permitiendo así ajustar las estrategias de ser necesario (Morán et
al., 2005; Finegan et al., 2007; Finegan et al. 2008).
CÓMO SE MONITOREA LA EFECTIVIDAD DEL MANEJO EN CORREDORES
BIOLÓGICOS
Costa Rica creó una metodología para evaluar la efectividad del manejo de los
corredores biológicos (Canet-Desanti et al., 2011), que permitiera, en primera
instancia, conocer el grado de avance hacia los objetivos de conservación y
sostenibilidad en cada uno de ellos. En segunda instancia posibilitará conocer cómo la
sumatoria de todos ellos está contribuyendo a las metas de conservación del país.
Esta metodología está enmarcada dentro del Programa Nacional de Monitoreo
Ecológico en Áreas Protegidas y Corredores Biológicos, conocido como PROMEC-CR
(SINAC, 2007; Finegan et al., 2008).
En términos generales, la metodología consiste en un estándar integrado por tres
dimensiones: Ecológica, Gestión y Socioeconómica, donde cada una cuenta con una
meta superior. Tanto la Dimensión de Gestión como la Socioeconómica están
diseñadas en función de la Ecológica, ya que esta enmarca la razón de ser de los
corredores biológicos. Por su parte, la Dimensión de Gestión hace referencia a todos
los aspectos administrativos y de planificación que competen al funcionamiento y
gobernanza de estas estrategias. Por otro lado, la Dimensión Socioeconómica está
asociada con la relación que el corredor biológico tiene con las comunidades rurales
que se encuentran dentro de él y cómo a través del corredor es posible mejorar la
calidad de vida de sus pobladores, haciendo un uso sostenible de los recursos
naturales (Canet-Desanti et al., 2008).
RevistaParques Nº 2 año 2012 Recuadro 1
Meta superior de cada dimensión del estándar
Dimensión de Gestión
Consolidar una estrategia de corredor biológico que funcione bajo un proceso de
institucionalidad local, con diversidad de actores en diferentes grados de
involucramiento y de participación intersectorial, respaldados por un marco político y
legal.
Dimensión Socioeconómica
Contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en el corredor
biológico mediante la conservación, el uso sostenible de los recursos naturales y las
prácticas amigables con el ambiente.
Dimensión Ecológica
Favorecer el mantenimiento de la viabilidad biológica de poblaciones y comunidades
naturales de flora y fauna, así como la continuidad de los procesos ecológicos a través
del paisaje, para disminuir la destrucción, fragmentación, aislamiento y simplificación
de los hábitats naturales, mejorar la conectividad del paisaje y contribuir a la provisión
de servicios ecosistémicos.
Asimismo, la meta superior de cada dimensión está dividida en parámetros que son:
principios criterios, indicadores y verificadores (Figura 1). No obstante, para medir el
avance de los corredores biológicos, existen fases de gestión que reflejan el punto en
el que se encuentra un corredor en particular, ya que las acciones que se ejecutan no
son las mismas para un corredor que recién se está consolidando, que para uno que
ya ha logrado este fin.
Las fases de gestión fueron establecidas a partir de un estudio que se enfocó en
sistematizar once experiencias exitosas de corredores biológicos (Canet-Desanti,
2007; Canet-Desanti et al., 2008; SINAC, 2008). De esta forma se pudo identificar tres
fases de gestión. La Fase I mide indicadores asociados con la planificación
estratégica, la institucionalidad y el fortalecimiento del concejo local (formado por las
principales organizaciones de base, grupos locales e instituciones privadas y
gubernamentales con competencia en temas ambientales y desarrollo sostenible).
RevistaParques Nº 2 año 2012 Estándar para el monitoreo en la efectividad del manejo de corredores biológicos
Fase III
Fase II Fase I Dimensión Gestión
Meta superior
Dimensión Ecológica
Meta superior
D. Socioeconómica
Meta superior
5 Principios
5 Principios
4 Principios
16 Criterios 11 Criterios
7 Criterios 35 Indicadores 22 Indicadores
39 verificadores
26 verificadores 14 verificadores 22 verificadores 26 verificadores 10 verificadores
21 Indicadores 33 verificadores 35 verificadores 29 verificadores
Figura 1. Esquema del Estándar correspondiente a la metodología para el monitoreo
de la efectividad de manejo de corredores biológicos
Por otro lado, la Fase II parte del principio de que una vez que se cuenta con un
concejo local fortalecido y organizado, que tiene objetivos claros y estrategias para
lograrlos, es posible incidir en la disminución de las amenazas y cambiar la forma en
que los pobladores se relacionan con sus recursos naturales. Esto se logra a través de
la educación ambiental, la capacitación y la implementación de prácticas amigables
con el ambiente. Finalmente, en la Fase III, ya se dispone de un concejo local
fortalecido y organizado, que trabaja en actividades dirigidas a restablecer y mantener
la conectividad, en conjunto con las personas que habitan dentro del corredor
biológico, sensibilizadas con la conservación y que han cambiado sus prácticas
productivas y su forma de relacionarse con el ambiente. Es en este punto, en donde se
ha generado una serie de condiciones que permiten, no solo tener un impacto positivo
en la conectividad funcional, sino que además es posible medir este impacto.
RevistaParques Nº 2 año 2012 EFECTIVIDAD DEL MANEJO DE CORREDORES BIOLÓGICOS EN COSTA RICA
La implementación de corredores biológicos, en función del fortalecimiento del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas, representa una de las estrategias de gestión de la
biodiversidad a escala de paisaje, a la que Costa Rica le ha invertido significativos
esfuerzos desde el año 2000. Con un Programa Nacional de Corredores Biológicos
establecido por Decreto de Ley, una Red Nacional de Corredores Biológicos, integrado
por más de 30 corredores biológicos y organizaciones socias a lo largo del país, y un
amplio bagaje de conocimiento, instrumentos y proyectos en marcha (SINAC, 2008),
se hacía más que necesario medir el impacto que todos estos esfuerzos estaban
teniendo sobre las metas fijadas (Figura 2). Por tal motivo, en el año 2009 se
desarrolló el I Diagnóstico Nacional sobre la Efectividad de Manejo de Corredores
Biológicos en Costa Rica (Canet-Desanti, 2009).
Figura 2. Corredores Biológicos evaluados y según la fase de gestión en la que se
encuentran. Fase I (color azul), Fase II (color rosado) y Fase III (color naranja)2.
En el diagnóstico se valoraron todos los corredores biológicos que eran oficiales para
ese momento, según el Programa Nacional de Corredores Biológicos. Fue así, como
se evaluaron 24 corredores distribuidos a lo largo del país. Las evaluaciones se
hicieron en conjunto con los concejos locales de cada uno de ellos. Esto permitió
hacer el monitoreo de forma participativa, con retroalimentación entre el grupo y el
análisis colectivo sobre sus fortalezas y debilidades. Para este primer diagnóstico, solo
2
Áreas en verde claro son las áreas protegidas y las áreas en gris son corredores biológicos
que no han sido oficializados aun.
RevistaParques Nº 2 año 2012 se aplicaron los parámetros relacionados con la Fase I. Fue así, como se pudo
determinar que 21 de los 24 corredores evaluados, se encontraban en Fase I y que
solo tres reunían los requisitos necesarios para pasar a la Fase II. A estos últimos se
les aplicó los parámetros relacionados a esta fase y de estos tres corredores sólo uno
(Corredor Biológicos San Juan La Selva) pasó a Fase III, tal como se expresa en la
Figura 2.
En cuanto a los corredores biológicos que se encuentran en la Fase I, en términos
generales se pudo determinar que cerca del 83% mostraron mejor desempeño en la
Dimensión Socioeconómica, mientras que solo tres corredores lo tuvieron en la de
Gestión y uno solo (el Corredor Biológico Tenorio Miravalles) lo obtuvo en la
Dimensión Ecológica (Figura 3).
Figura 3. Corredores Biológicos según la dimensión con mayor puntaje, ya sea la de Gestión
(color azul), la Socioeconómica (color morado) o la Ecológica (color verde) 3.
3
Áreas en verde claro son las áreas protegidas y las áreas en gris son corredores biológicos
que no han sido oficializados aun.
RevistaParques Nº 2 año 2012 Los resultados obtenidos demuestran que los corredores biológicos se han convertido
en plataformas de concertación social, capaces de reunir a una amplia diversidad de
organizaciones y actores locales interesados en mejorar las condiciones ambientales
de sus comunidades. Asimismo, representan la posibilidad de integrar esfuerzos para
realizar acciones relacionadas con el ambiente. Sin embargo, no deja de llamar la
atención el bajo desempeño de la mayoría en la Dimensión Ecológica. Esto se puede
deber a varios factores. Por un lado, los corredores biológicos se han vuelto muy
activistas, pero poco efectivos en lograr impactos y/o en medir el impacto que sus
acciones están teniendo sobre los recursos naturales. A su vez, no existe a nivel
nacional o local los medios por los cuales muchos de estos corredores biológicos
puedan generar la información necesaria relacionada con esta dimensión. Los pocos
corredores que sí cuentan con esta información lo han logrado gracias a que dentro de
sus concejos locales existen instituciones que tienen los medios para generarla, tales
como universidades, ONGs e instituciones dedicadas a la investigación.
Recuadro 2
Algunos resultados en la Dimensión de Gestión
El 83% de los corredores se reúne mensualmente.
El 54% de los corredores ha logrado involucrar a la mayoría de organizaciones
relacionadas con la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales.
En el 24% de los corredores las responsabilidades se recargan en el coordinador del
concejo local, mientras que en el 47% se han distribuido las responsabilidades entre
sus socios.
Más de la mitad de los corredores no tienen un plan estratégico y los que lo tienen
necesitan actualizarlo.
El 63% de los corredores tienen planes de trabajo con indicadores de éxito pero solo el
46% ha hecho evaluaciones a sus planes de trabajo.
En 15 corredores existen recursos financieros limitados para ejecutar su plan de
trabajo; pero ninguno cuenta con recursos para la sostenibilidad financiera en el
mediano ni largo plazo.
La mitad de los corredores no ha logrado involucrar y coordinar acciones con las áreas
protegidas que están en conectividad.
Tres cuartas partes de los corredores suelen documentar las actividades más
relevantes a través de: memorias, informes, fotografías, lista de asistentes, entre otras,
pero solamente el 41% cuenta con información sobre el impacto alcanzado por las
actividades más relevantes.
Algunos resultados en la Dimensión Socioeconómica
En 21 corredores se desarrollan actividades educativas y culturales.
El 66% de los corredores cuenta con grupos formados por personas de las
comunidades que apoyan la labor del Ministerio de Ambiente, Energía y Mares,
especialmente en el control de incendios forestales y el tráfico de flora y fauna nativa.
En 20 corredores se suele realizar capacitaciones para grupos locales.
El 62% tiene caracterizados los sitios potenciales para el desarrollo del turismo.
En 15 corredores no se han elaborado estudios para conocer el valor que las personas
le dan a los servicios ecosistémicos.
En 18 corredores no se tiene información sobre las áreas que incluyen.
RevistaParques Nº 2 año 2012 Algunos resultados en la Dimensión Ecológica
En el 80% de los corredores se han identificado ecosistemas de valor para la
conservación que no están protegidos y que se encuentran vulnerables.
En el 30% de los corredores no existe información sobre uso del suelo y la mitad no
tiene mapas sobre tipos de bosques.
En 19 corredores no se tiene información sobre rutas de desplazamiento o migración
de especies silvestres.
En 22 corredores no se han identificado los ecosistemas que presentan mayor
vulnerabilidad ante el cambio climático.
En cerca de la mitad de los corredores no existen inventarios de especies esperadas,
evaluaciones ecológicas rápidas u otro tipo de inventarios.
El 58% de los corredores tienen identificadas las áreas de recarga acuífera.
De igual forma, resulta interesante preguntarse, ¿por qué si los corredores biológicos
están siendo capaces de concertar a un amplio grupo de organizaciones de diversa
índole, no se está logrando percibir la sumatoria de todos estos esfuerzos en impactos
tangibles y medibles? Parte de la respuesta a esta pregunta se puede deducir a partir
de la ausencia de una planificación estratégica, mediante la cual se pueda establecer
procesos y dirigir las acciones a los aspectos más críticos del corredor. Esta
planificación estratégica permitiría articular el fortalecimiento de las áreas protegidas
que están en conectividad, optimizando los recursos y maximizando los resultados.
Para la gestión efectiva de los corredores no sólo es importante la participación y la
gestión del territorio, sino que estos dos componentes se deben desarrollar en función
del mantenimiento de la integridad ecológica y la viabilidad de las poblaciones de
especies. Esto va a ser posible sólo si se realiza un control y mitigación de las
principales fuentes de presión sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de
interés.
Paralelamente, otro factor que alerta y que hace parte esencial de la gestión efectiva,
es la falta de estrategias de sostenibilidad financiera en el mediano y largo plazo. La
mayoría de los corredores ejecutan las actividades de sus planes de trabajos, si es
que los tienen, a partir del interés particular de sus miembros o lo que estos pueden
aportar. Por un lado esto es positivo, ya que impulsa la unión de esfuerzos entre sus
miembros y los resultados no dependen de si hay o no hay financiamiento. Pero por
otro lado, no permite que el corredor implemente acciones y procesos en donde se
requiere. Más bien se están implementando acciones en donde se puede,
independiente de la relevancia que esto pueda llegar a tener para la biodiversidad.
De igual forma, es muy difícil sostener procesos de mediano plazo si no se tiene
certeza de que se va a disponer de recursos para su seguimiento. Tan solo tres
corredores biológicos cuentan con un coordinador contratado por el concejo local, que
se encarga de darle seguimiento a toda la planificación y de formular propuestas para
buscar fondos. Los demás corredores dependen de la buena voluntad y el entusiasmo
de algunos de sus miembros y ha sido el caso, de varios corredores que se han
desintegrado a raíz de la salida de este coordinador (Canet-Desanti, 2007).
RevistaParques Nº 2 año 2012 No obstante, los resultados del diagnóstico también dejaron entrever los impactos
positivos que ha tenido toda la inversión que Costa Rica ha dedicado en los últimos
años al fortalecimiento de sus corredores biológicos. El solo hecho de contar con 24
concejos locales, formados por una amplia variedad de organizaciones, representa un
gran logro para el país, en cuanto al involucramiento y empoderamiento de la sociedad
civil en su responsabilidad de velar por la conservación del patrimonio natural. De igual
forma, la constancia en las reuniones, pese a la falta de recursos financieros, también
demuestra el compromiso y la convicción que sus socios han asumido con cada
corredor.
CONSIDERACIONES FINALES
Después del primer diagnóstico para medir la efectividad del manejo de corredores
biológicos en Costa Rica, el país se lleva importantes lecciones sobre las acciones,
capacidades y los instrumentos que se deben aún generar. Esto para lograr consolidar
un Sistema Nacional de Corredores Biológicos, a fin de que contribuya a alcanzar las
metas de conservación y sostenibilidad. Es necesario seguir trabajando sobre los
componentes de la gestión efectiva, especialmente respecto a la planificación
estratégica con fines de conectividad y provisión de servicios ecosistémicos. También
se requiere gestionar el apoyo del sector académico-científico para poder seguir
generando insumos y conocimientos sobre la efectividad de los corredores biológicos y
cómo desarrollar un mejor manejo de los mismos. Además se deben crear y consolidar
los mecanismos financieros que permitan a los concejos locales seguir gestionando de
forma efectiva la biodiversidad.
Aunado a estos retos, el país tiene de frente los potenciales impactos que el cambio
climático va a tener o está teniendo, sobre la biodiversidad, donde se hace aun más
necesario propiciar medidas de adaptación y mitigación. Sin duda alguna, los
corredores biológicos representan grandes oportunidades para enfrentar estos
desafíos. Asimismo, la integración con el componente marino, abre la oportunidad de
integrar la gestión terrestre y disminuir las amenazas que acá se generan y que
impactan significativamente la biodiversidad marino-costera.
Finalmente, el camino recorrido hacia la consolidación de un Sistema Nacional de
Corredores Biológicos ha sido largo y lo que falta es aún más largo. No obstante, este
proceso de medición de la efectividad del manejo ha contribuido a evidenciar todos los
impactos positivos y las fortalezas desarrolladas en el proceso. También ha permitido
identificar las debilidades que existen, a nivel de cada corredor biológico en particular y
cómo país. Sin duda, después de haber reflexionado e interiorizado las lecciones
aprendidas, el país hará los ajustes necesarios para que en la próxima medición que
se haga sobre la efectividad del manejo, se perciba un avance significativo y se esté
mejor preparado para enfrentar los nuevos retos que se presentan en el camino.
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