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de Henri Nouwen: “El Sanador Herido” El rabino Yoshua ben Leví se acercó al profeta Elías cuando éste se encontraba a la entrada de la cueva del rabino Simeón ben Yohai... Le preguntó a Elías: —¿Cuándo vendrá el Mesías? —Vete y pregúntaselo tú mismo —le respondió el profeta. —¿Dónde está? —Sentado a las puertas de la ciudad. —¿Cómo le conoceré? —Está sentado entre los pobres cubiertos de heridas. Los demás se descubren sus heridas, todas a la vez y se las vendan de nuevo. Pero él se levanta los vendajes uno a uno y se los va colocando de nuevo, uno a uno, diciéndose a sí mismo: «Quizá me vayan a necesitar. Si es así, tengo que estar siempre preparado, de tal forma que no tarde un instante en aparecer». (Tomado del tratado Sanedrín. Leyenda del Talmud). de Henri Nouwen: “El Sanador Herido” Esto mismo pasa con el LÍDER …debe vendar sus heridas con cuidado, una a una, esperando el momento en que haga falta su presencia en algún sitio, junto a alguien. El que debe cuidar sus propias heridas está llamado a curar desde sus propias heridas, siempre preparado a curar las de los demás. EG 160 -175 LÍDERES QUE EVANGELIZEN PARA LA PROFUNDIZACIÓN DEL KERYGMA ACOMPAÑAN EN LA EXPERIENCIA DE ENCUENTRO CON EL SEÑOR EG 169 En el acompañamiento personal… “Tenemos que darle a nuestro caminar el ritmo sanador de projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana” EG 171 El acompañamiento personal… “Más que nunca necesitamos de hombres y mujeres que, desde su experiencia de acompañamiento, conozcan los procesos donde campea la prudencia, la capacidad de comprensión, el arte de esperar, la docilidad al Espíritu, para cuidar entre todos a las ovejas que se nos confían de los lobos que intentan disgregar el rebaño”. EG 171 “Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír. Lo primero, en la comunicación con el otro, es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiritual. La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna que nos desinstala de la tranquila condición de espectadores”.